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que nuestros esfuerzos por recupe- rar la historia de Teotihuacan apenas han ido más allá de una etapa de ex- ploración inicial, a pesar del gran nú- mero de ruinas restauradas y de los numerosos objetos teotihuacanos ex- hibidos en los museos. LAS EXPLORACIONES El “Teotihuacan Mapping Project”, emprendido por René Millon en la década de los sesenta del siglo xx, muestra que la ciudad abarcó más o menos 20 km 2 y que se extendió mu- cho más allá de los límites de la zona arqueológica. Millon encontró vesti- gios de más de 2 000 “conjuntos re- sidenciales”, las grandes unidades multifamiliares en que vivió la mayo- ría de los habitantes de la ciudad. An- tes de excavar alguno de estos con- juntos es poco lo que se puede ver: sólo fragmentos de cerámica, varia- dos objetos y piedras sin labrar de las paredes colapsadas. Con frecuencia esos conjuntos se encuentran en te- rrenos donde se siembra maíz, ma- gueyes, nopales y otros productos. Los ojos expertos de los arqueólogos reconocen la existencia de estos res- tos arqueológicos, los cuales –con ra- zón– son ignorados por los guías de turistas. Los visitantes sólo ven las rui- nas más espectaculares y ni siquiera sospechan la existencia de otras es- tructuras, que se cuentan por miles. Menos de 50 de esas construccio- nes han sido parcialmente explora- das por los arqueólogos –el 2 por cien- to del total, en el mejor de los casos. E s tal la cantidad de ruinas ex- ploradas y restauradas en Teo- tihuacan, que sería fácil supo- ner que los arqueólogos tienen poco que hacer en el sitio; nada más falso: apenas comenzamos a escu- char todo lo que esta ciudad tiene que decir. ¿Cómo explicar la distancia en- tre lo hecho y lo que falta por ha- cer? En primer lugar podríamos ar- gumentar que se ha prestado más atención a las estructuras más gran- des y espectaculares del núcleo de la ciudad que a las otras. Si bien el conocimiento de esas estructuras resulta indispensable, debe com- plementarse con estudios más am- plios sobre las habitaciones y las ac- tividades de la gente común. En se- gundo, gran parte del trabajo en Teo- tihuacan fue realizado hace varias décadas; los métodos y el análisis de datos de ese tiempo no cumplen los requisitos que se demandan hoy en día, por lo cual no responden a muchas preguntas actuales. Por úl- timo, la buena arqueología es cos- tosa y requiere de un importante apoyo para el análisis de datos que continúa por largo tiempo después de que las excavaciones han finali- zado; además, los fondos necesa- rios para este arduo y poco lucidor trabajo son difíciles de obtener. Por todas estas razones, se puede decir 20 / ARQUEOLOGÍA MEXICANA TEOTIHUACAN. CIUDAD DE MISTERIOS / 21 TEOTIHUACAN Calle de los Muertos y Pirámide de la Luna. Arriba: Máscara con nariguera en forma de mariposa. FOTOS: ERNESTO NAVARRETE / UNIVERSUM. ARRIBA: MICHEL ZABÉ / RAÍCES A pesar del gran número de edificios restaurados y objetos recuperados, la historia de Teotihuacan apenas pasa de una etapa exploratoria inicial. La discrepancia entre los trabajos realizados y todo lo que falta por hacer y conocer, obedece a varias razones, sobre las que reflexiona el autor. TEOTIHUACAN CIUDAD DE MISTERIOS GEORGE L. COWGILL Plaza de la Luna y Pirámide del Sol. FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES Maqueta en piedra de un templo teotihuacano. FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES Figurilla humana de cerámica. FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES Palacio de Quetzalpapálotl. FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES Felino mitológico; emerge de un gran portal ornamentado con estrellas marinas, resplandores y plumas. FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES Figurilla humana de cerámica. FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES Templo de Quetzalcóatl. FOTO: CHRISTA COWRIE / RAÍCES

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G EORGE L. C OWGILL L AS EXPLORACIONES Felino mitológico; emerge de un gran portal ornamentado con estrellas marinas, resplandores y plumas. Maqueta en piedra de un templo teotihuacano. Calle de los Muertos y Pirámide de la Luna. Arriba: Máscara con nariguera en forma de mariposa. Figurilla humana de cerámica. Figurilla humana de cerámica. Templo de Quetzalcóatl. Palacio de Quetzalpapálotl. Plaza de la Luna y Pirámide del Sol. FOTO: CHRISTA COWRIE / RAÍCES FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

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que nuestros esfuerzos por recupe-rar la historia de Teotihuacan apenashan ido más allá de una etapa de ex-ploración inicial, a pesar del gran nú-mero de ruinas restauradas y de losnumerosos objetos teotihuacanos ex-hibidos en los museos.

LAS EXPLORACIONES

El “Teotihuacan Mapping Project”,emprendido por René Millon en ladécada de los sesenta del siglo xx,muestra que la ciudad abarcó más omenos 20 km2 y que se extendió mu-cho más allá de los límites de la zonaarqueológica. Millon encontró vesti-gios de más de 2 000 “conjuntos re-sidenciales”, las grandes unidadesmultifamiliares en que vivió la mayo-ría de los habitantes de la ciudad. An-tes de excavar alguno de estos con-juntos es poco lo que se puede ver:sólo fragmentos de cerámica, varia-dos objetos y piedras sin labrar de lasparedes colapsadas. Con frecuenciaesos conjuntos se encuentran en te-rrenos donde se siembra maíz, ma-gueyes, nopales y otros productos.Los ojos expertos de los arqueólogosreconocen la existencia de estos res-tos arqueológicos, los cuales –con ra-zón– son ignorados por los guías deturistas. Los visitantes sólo ven las rui-nas más espectaculares y ni siquierasospechan la existencia de otras es-tructuras, que se cuentan por miles.

Menos de 50 de esas construccio-nes han sido parcialmente explora-das por los arqueólogos –el 2 por cien-to del total, en el mejor de los casos.E

s tal la cantidad de ruinas ex-ploradas y restauradas en Teo-tihuacan, que sería fácil supo-

ner que los arqueólogos tienenpoco que hacer en el sitio; nada másfalso: apenas comenzamos a escu-char todo lo que esta ciudad tieneque decir.

¿Cómo explicar la distancia en-tre lo hecho y lo que falta por ha-cer? En primer lugar podríamos ar-gumentar que se ha prestado másatención a las estructuras más gran-des y espectaculares del núcleo dela ciudad que a las otras. Si bien elconocimiento de esas estructurasresulta indispensable, debe com-plementarse con estudios más am-

plios sobre las habitaciones y las ac-tividades de la gente común. En se-gundo, gran parte del trabajo en Teo-tihuacan fue realizado hace variasdécadas; los métodos y el análisisde datos de ese tiempo no cumplenlos requisitos que se demandan hoyen día, por lo cual no responden amuchas preguntas actuales. Por úl-timo, la buena arqueología es cos-tosa y requiere de un importanteapoyo para el análisis de datos quecontinúa por largo tiempo despuésde que las excavaciones han finali-zado; además, los fondos necesa-rios para este arduo y poco lucidortrabajo son difíciles de obtener. Portodas estas razones, se puede decir

20 / ARQUEOLOGÍA MEXICANA TEOTIHUACAN. CIUDAD DE MISTERIOS / 21

TEOTIHUACAN

Calle de los Muertos y Pirámide de la Luna. Arriba: Máscara con nariguera en forma de mariposa.FOTOS: ERNESTO NAVARRETE / UNIVERSUM. ARRIBA: MICHEL ZABÉ / RAÍCES

A pesar del gran número deedificios restaurados y objetos

recuperados, la historia deTeotihuacan apenas pasa de una etapa exploratoria

inicial. La discrepancia entrelos trabajos realizados y todo

lo que falta por hacer yconocer, obedece a varias

razones, sobre las quereflexiona el autor.

TEOTIHUACANCIUDAD DE MISTERIOS

GEORGE L. COWGILL

Plaza de la Luna y Pirámide del Sol.FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Maqueta en piedra de un templo teotihuacano.

FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES

Figurilla humana de cerámica.FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES

Palacio de Quetzalpapálotl.FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Felino mitológico; emerge de un granportal ornamentado con estrellasmarinas, resplandores y plumas.

FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Figurilla humana de cerámica.FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES

Templo de Quetzalcóatl.FOTO: CHRISTA COWRIE / RAÍCES

Muchas estructuras han sido exploradas sólo en parte; otrasse han excavado sin las ventajas que ofrecen los moder-nos métodos de control de contextos y análisis de datos;muchas más fueron excavadas como resultado de proyec-tos de salvamento, ante su inminente destrucción debidoa obras modernas. Para 2003 no llegan a media docena lasque han sido excavadas extensivamente, con normas con-venientes de control, así comocon el estudio preciso de ma-teriales y publicación adecua-da de los resultados.

Excavar minuciosamente,analizar correctamente y pu-blicar los resultados costaríamiles de millones de pesos.Aunque esta suma resulta fan-tástica, vale la pena hacer notar quees modesta comparada con los pre-supuestos que algunas naciones,como Estados Unidos, destinancada año para gastos militares.Sin embargo, aun y cuando seemprendiera un proyecto de talmagnitud, no habría nadie conel tiempo o la capacidad necesarias para leer y procesartanta información.

Por fortuna, no es deseable ni necesario excavar todoTeotihuacan. No es deseable en vista de que las técni-cas arqueológicas avanzan constantemente, así comonuestras teorías; en consecuencia, las preguntas que noshacemos también cambian. Las excavaciones implican

siempre destrucción, por lo cual es necesario dejar par-tes de la ciudad sin excavar y suficientemente protegi-das, para cuando se planteen nuevas problemáticas queresponderán en el futuro, con nuevas técnicas, a otraspreguntas.

La excavación total es también innecesaria; se llega,tarde o temprano, a un punto de rendimientos decre-cientes y deja de haber sorpresas. Sin embargo, aún

estamos lejos de ese punto: cada nueva exca-vación saca a la luz descubrimientos

sorprendentes.En el caso de las estructuras cí-vico-ceremoniales monumenta-

les localizadas en la Calle delos Muertos y sus alrededoresel panorama es más alenta-dor. También lo son las exca-vaciones extensivas de las úl-

timas décadas en la Ciudadelay en el Templo de Quetzalcóatl,en el Complejo de la Calle de losMuertos y las más recientes en elbarrio de La Ventilla. Ocurre lomismo con las actuales explora-

ciones en la Pirámide de la Luna, donde la apertura detúneles ha dado lugar al hallazgo de extraordinarias ofren-das y ha permitido descubrir la larga secuencia de etapasconstructivas de la pirámide, a lo largo de varios siglos,la cual la convirtió de una modesta plataforma en la in-mensa pirámide que hoy conocemos. Asimismo, los tra-bajos que se realizan ahora en el Complejo Xalla, al nor-

te de la Pirámide del Sol, prometenrevelar datos importantes.

A lo largo de la Calle de los Muer-tos también resta mucho por hacer.Hay estudios recientes, aún inéditos,acerca de las inmediaciones de la Pi-rámide del Sol y sus partes externas,pero faltan excavaciones modernasen el interior y en las partes más an-tiguas. Se ha reconstruido el frente devarias pirámides menores de la Callede los Muertos, aunque las excava-ciones rara vez han penetrado bajo laúltima y bien conservada etapa cons-tructiva; se requieren excavacionesque penetren en las partes más anti-guas para saber con exactitud cuán-do fue construida la calle y cómo seveía durante las primeros periodos dela historia teotihuacana.

LAS TÉCNICAS DE FECHAMIENTO

Pero el panorama no siempre es de-solador. Lo que sabemos sobre Teo-tihuacan es mucho; conocemos bas-tante bien los trazos arquitectónicos,los materiales y métodos usados paraconstruir tanto las estructuras resi-denciales como las cívico-ceremo-niales. Tenemos una cronología ce-rámica que nos permite fechar porintervalos, en términos bastante cer-teros, un periodo de más o menos dossiglos –siempre y cuando los mate-riales hayan sido localizados y docu-mentados estratigráficamente. Este logro es notable, si bien la cronolo-gía resulta decepcionantemente im-precisa. Aunque los métodos de ra-diocarbono y de laboratorio puedenayudar, lo hacen de manera limitada.Incluso con las mejores técnicas delaboratorio, el rango de incertidum-bre estadística asociado a ella signi-fica que raramente podemos tenermás de un 95 por ciento de certezade que la fecha real cae un siglo an-tes o después que la del laboratorio,a menos que recurramos al prome-dio de resultados de una gran sumade ejemplares que pertenezcan al mismo rango.

Así, si sólo usáramos un métodosemejante para fechar los aconteci-mientos de los dos últimos siglos dela historia de México, podríamos ase-

Figurillas femeninas de cerámica.FOTO: MICHEL ZABÉ/ RAÍCES

Vaso trípode con tapa e incrustaciones de sílex.

FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES

Figurillas humanas de piedra verde conorejeras y tocado removibles.

FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES

Vaso trípode de cerámica AnaranjadoDelgado con una efigie de jaguar yaplicaciones de rostros humanos.

FOTO: MICHEL ZABÉ/ RAÍCES

Vasija de cerámica con la representaciónde un personaje armado.

FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Figurilla articulada de cerámica.FOTO: MICHEL ZABÉ/ RAÍCES

Figurilla femenina de cerámica.FOTO: ARCHIVO SALVAMENTO ARQUEOLÓGICO

a.C. 1 d.C. 50150 100 150 200 250 300 350 400 450 500 550 600 650 700 900

La cronología cerámica de Teotihuacan, una herramienta especialmente útil para obtener fechamientos, se ha construido con el análisis de materiales documentados estratigráficamente, que incluyen tanto piezas completas como tepalcates.

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TEOTIHUACAN. CIUDAD DE MISTERIOS / 23

Jaguar de ónix.FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Vaso trípode con representaciones de la flor de cuatro pétalos, símbolo

relacionado con la fertilidad.FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

22 / ARQUEOLOGÍA MEXICANA

TZACUALLITLAMIMILOLPATEMPRANO /

MICAOTLI

PATLA-CHIQUE

TLAMIMILOLPATARDÍO

XOLALPANTEMPRANO

XOLALPAN TARDÍO METEPECCOYO-

TLATELCOABANDONO

FA

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¿De qué clase de estructuras provie-nen?, ¿a qué periodo constructivo pertenecen?, ¿con cuáles otros obje-tos estuvieron asociados?, ¿en qué clase de depósitos (un entierro, unaofrenda, un basurero, un cuarto aban-donado y sin alterar)? De nuevo: nohay sustitutos para las excavacionescontroladas y bien documentadasque nos proporcionen un conjuntomás rico de objetos procedentes decontextos conocidos.

LAS TAREAS PENDIENTES

A pesar de todo lo que sabemos so-bre Teotihuacan, al preguntarnos quénos resta conocer podríamos contes-tar, simplemente: ¡todo! No hay nin-gún tema importante sobre Teotihua-can acerca del cual no quisiéramossaber mucho más.

Sin embargo, las generalidades sonpoco útiles; resulta más valioso enu-merar los grandes intereses. He men-cionado la necesidad de tener mejo-res métodos de fechamiento. Otrogran tema es la tecnología y la orga-nización económica de la ciudad.¿Cómo se organizaron la producción,distribución y consumo de las diver-sas clases de materiales? Tenemos su-ficientes trabajos sobre obsidiana, ce-rámica, textiles y lapidaria, pero entodos los casos necesitamos hacermás. Aún se debate la importancia delmercado y la naturaleza del Estado yde otras instituciones, como las co-munidades de templos.

gurar que Benito Juárez fue posteriora Moctezuma II, pero no podríamossaber con certeza si fue anterior o pos-terior al padre Hidalgo, Emiliano Za-pata o, incluso, a Vicente Fox. Sin unmejor control cronológico, no se po-dría entender la historia de México.Tenemos pocas razones para supo-ner que los acontecimientos sucedie-ron con más lentitud en los tiemposteotihuacanos. Aunque no pedimosobtener un fechamiento por año, nisiquiera por década, ayudaría muchopara comprender la historia de Teo-tihuacan conocer el orden de losacontecimientos cuando menos en intervalos de 50 o 100 años. En nues-tros tiempos el reto es mayúsculo,pero los resultados serán tan benéfi-cos que bien vale la pena esforzarse.Sin duda, el perfeccionamiento de losmétodos de laboratorio nos ayudaría,pero para precisar la cronología sedebe prestar atención a los humildestepalcates, en los que poco se repa-ra. Sus cambios estilísticos gradualesno son espectaculares, pero si se estudian con detenimiento resultannuestra herramienta más útil de me-dición cronológica.

LOS MATERIALES RECUPERADOS

Tal vez el logro más vistoso es la grancantidad de objetos recuperados enTeotihuacan: vasijas de cerámica ri-camente decoradas, figurillas de ce-rámica y de piedra, pinturas muralesy esculturas de piedra grandes y pe-queñas. Hay una gran cantidad de li-teratura dedicada a la interpretacióndel pensamiento de los teotihuaca-nos –iconografía, religión, ideologíay cosmovisión–, pero es apenas el co-mienzo de lo que puede lograrse yaún queda mucho por hacer.

Sin embargo, una limitante impor-tante es la gran cantidad de bellosobjetos de Teotihuacan que provie-ne de contextos desconocidos. Po-demos afirmar con certeza que sonde “algún lugar” de Teotihuacan ocercano a él, aunque casi nunca po-demos agregar nada más; la escasainformación que tenemos sobre suscontextos limita en gran medida loque podemos saber de esos objetos.

Tapa con la representación de un búho con un escudo y flechas.

FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Escultura en piedra de Huehuetéotl, dios del fuego.

FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Escultura en piedra de Chalchiuhtlicue, diosa del agua.

FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES

Almena de cerámica con la representaciónde Tláloc, dios de la lluvia.

FOTO: MICHEL ZABÉ/ RAÍCES

Caracol con pintura al fresco querepresenta un glifo calendárico.

FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Escultura en cerámica de Xipe-Tótec,“nuestro señor, el desollado”.

FOTO: MICHEL ZABÉ/ RAÍCES

Vaso trípode de cerámica Anaranjado Delgado con tapa.

FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Figurilla en cerámica que representaa un noble o un sacerdote.

FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES

Urna de piedra con la representación de Tláloc.

FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES

Incensario de cerámica.FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Vaso trípode de cerámica AnaranjadoDelgado con la representación de

un jaguar de lengua bífida.FOTO: CARLOS BLANCO/ RAÍCES

Figura masculina de piedra verde.FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES

Incensario de cerámica con larepresentación de Quetzalpapálotl.

FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES

24 / ARQUEOLOGÍA MEXICANA TEOTIHUACAN. CIUDAD DE MISTERIOS / 25

combinación de enfoques como elestudio de los cambios a lo largo deltiempo en las principales estructurascívico-ceremoniales, el cuidadosoanálisis de los patrones espaciales yde las asociaciones de los materia-les encontrados en contexto en esasestructuras y una mejor comprensióndel simbolismo y la escritura de Teo-tihuacan.

Por toda Mesoamérica se han en-contrado objetos importados de Teo-tihuacan o de fabricación local aun-que de estilo teotihuacano. Tenemospruebas de que individuos relaciona-dos con Teotihuacan, si no es queteotihuacanos, intervinieron en la po-lítica de grandes centros mayas comoTikal, Copán, Kaminaljuyú y en sitiosde las tierras bajas del Pacífico en Gua-temala y Chiapas. Sin embargo, di-chas evidencias varían de un lugar aotro y nuestra información aún es es-casa. ¿Hasta dónde estas “presencias”son la imitación de elites locales au-tónomas del prestigiado estilo teo-tihuacano; hasta dónde se trata de comercio o de conquistas? Sólo las investigaciones en muchos sitios deMesoamérica podrán reponder a es-tas interrogantes.

EL ORIGEN Y EL COLAPSO DE LA CIUDAD

Asimismo, poco sabemos acerca delorigen y fin de Teotihuacan. Los tra-bajos actuales en la Pirámide de laLuna han arrojado valiosa informa-

ción acerca de las estructuras cívico-ceremoniales más tempranas de laciudad y sobre su desarrollo poste-rior. Este trabajo debe reforzarse conmás excavaciones en otras partes delsitio en las que las cerámicas de losperiodos más tempranos abundan enla superficie.

Son muchas las hipótesis para ex-plicar el colapso del Estado teo-tihuacano y de la ciudad misma. Seha hablado de problemas ambienta-les y cambios climáticos, de cre-cientes tensiones sociales dentro dela ciudad, del declive de la influen-cia económica y política frente a losnuevos sitios en el Centro de Méxi-co y de nuevas corrientes migrato-rias a la región. En estos momentos,todas esas explicaciones parecen posibles y tal vez fue la combinaciónde varias causas lo que llevó a Teo-tihuacan al colapso. No es sorpren-dente que Teotihuacan por fin sufriera un colapso, pues ningún sis-tema político es eterno; lo que sí esnotable es que durara tanto. Aún res-ta por explicar tal duración y no sóloel colapso.

Traducción: Elisa Ramírez

____________________________George L. Cowgill. Profesor de antropologíaen la Arizona State University. Ha trabajado enTeotihuacan desde 1964, primero como miem-bro del Proyecto de Planimetría de Teotihua-can del Dr. René Millon y, posteriormente, enel Templo de Quetzalcóatl, con el arqueólogoRubén Cabrera C. y el Dr. Saburo Sugiyama.

TEOTIHUACAN. CIUDAD DE MISTERIOS / 27

Sin duda, Teotihuacan fue una co-munidad multiétnica, con barrios depersonas procedentes de Oaxaca, elGolfo y Occidente. Es necesario pro-fundizar en cómo y por qué conser-varon estos migrantes su identidad ycómo se acomodaron al esquema so-cial más amplio de la ciudad.

También nos resta saber más acer-ca de los diferentes barrios y asenta-mientos de la ciudad, y cómo cam-biaron a lo largo del tiempo. Los datosde la investigación de Millon, anali-zados con el auxilio de computado-ras y con métodos matemáticos deanálisis espacial, han mostrado unavariación considerable de estatus en-tre los residentes de los diferentes ba-rrios, así como una tendencia –sólouna tendencia– a un mayor númerode habitantes de estatus superior enlos distritos cercanos al centro cívico-ceremonial de la ciudad. Hay ciertaevidencia de que las diferencias so-cioeconómicas de los distintos secto-res aumentó a lo largo del tiempo, locual pudo haber incrementado la tensión interna que podría haber lle-vado la ciudad al colapso. Si bien elanálisis estadístico de materiales desuperficie es útil para elaborar infe-rencias, esto debe complementarsecon un número mucho mayor de ex-cavaciones en las residencias de losdiferentes barrios de la ciudad.

Pensando en términos más am-plios, es poco lo que sabemos sobreel sistema político del Estado y la ciudad de Teotihuacan. Los teo-tihuacanos, a diferencia de los ma-yas del periodo Clásico, dejaron sóloalgunos monumentos visibles en queretrataran a sus gobernantes; las po-cas y breves inscripciones que seconservan aún no han podido des-cifrarse. Quizá los gobernantes deTeotihuacan fueran muy poderosos,incluso déspotas, pero otra posibili-dad es que el gobierno fuera ejerci-do colectivamente, con gobernantessujetos a fuertes restricciones. Tal vez un sistema político temprano al-tamente centralizado fuera rempla-zado posteriormente por un sistemacolectivo. Aunque parece imposiblecontestar estas interrogantes, tal vezesto pueda hacerse mediante una

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Excavación del complejo palaciego llamado Xalla, posible residencia de los gobernantes de Teotihuacan.

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Relieve en piedracon la representaciónde un ave con unavírgula de la palabracon volutas alusivas al agua.FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Pintura mural con la representación de un dignatario con disfraz de Tláloc.FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Pintura mural con la representación deun ave con vírgulas

de la palabra.FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Construcciones en la Plaza de la Luna.FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Conjunto arquitectónico en la Calle de los Muertos.

FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Pirámide de la Luna.FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

La presencia de materiales de procedencia foránea ha permitido postular que Teotihuacan fue una comunidad multiétnica, con barriosde individuos procedentes de regiones como Oaxaca, el Golfo y Occidente. Además, la metrópoli mantuvo relaciones con otras áreas,como se observa en los objetos de estilo teotihuacano que muestran algunas características propias de otras zonas mesoamericanas.

FOTOS: M.A. PACHECO / RAÍCES