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70 MAYO / JUNIO 2017TEC REVIEW

Cápsula de acero y aluminio con el cuerpo de James Bedford, congelado en 1967.

71 MAYO / JUNIO 2017 TEC REVIEW

S A L U D

D E

MU E R T E L A

L A M U E R T E

POR LAURA G. DE RIVERA DANIEL ESTEBAN MELCHOR JOSÉ MANUEL LINARES

Dicen que, en unos 30 años, morir será una opción y que la vejez será curable, ideas que parecen sacadas de la ciencia ficción o charlatanería. Sin embargo, hay científicos que dedican su tiempo

a descubrir cómo podríamos ser biológicamente mejorados y muy longevos

R E P O R T E T E C S A L U D


Q

Quién quiere vivir para siempre, cantaba la legendaria banda sonora de Queen para Highlander, allá por la década de los 80. Quizá, si su vocalista Freddy Mercury hu-biera sido congelado en aquel entonces, sería posible revivirlo ahora que ya exis-ten tratamientos para paliar el VIH que lo llevó a la tumba. Lo que es seguro es que muchos firmarían sin dudarlo para alar-gar su buena salud hasta más allá de los 120 años, que es el límite conocido hasta ahora. ¿Cómo? No es necesario venderle el alma al diablo ni buscar la fuente de la eterna juventud... hoy basta con apostar por la ciencia.

¿Es posible alargar la vida de un ra-tón viejo si le hacemos una transfusión de sangre joven?, se preguntaba el neu-rólogo Tony Wyss-Coray, cuando decidió comprobarlo en su laboratorio de la Es-cuela de Medicina de la Universidad de Standford, en 2014. Como resultado, los roedores ancianos vieron restauradas sus funciones cerebrales y alargaron su vida hasta un 25 %. Todo un éxito que ha catapultado la compañía recientemen-

te creada por Wyss-Coray, Alkahest, a la cima de la investigación (y de las sub-venciones) en el fértil campo de estudios sobre longevidad.

En un mundo donde “100,000 per-sonas mueren al día por enfermedades asociadas con la edad”, éste es el camino que debe tomar la medicina del futuro, asegura el gerontólogo inglés Aubrey de Grey. Desde su fundación SENS Research, con base en Silicon Valley, propone “diri-gir esfuerzos a frenar el envejecimiento, que es la clave de todo, en vez de buscar remedio a cada dolencia en particular”. ¿Cómo? Su explicación es muy sencilla. “El cuerpo humano es una máquina. Por lo tanto, podemos centrarnos en su man-tenimiento preventivo. De esta manera, deberíamos ser capaces de conservarlo en buena salud de forma indefinida; es decir, todo el tiempo que queramos”. Igual que, bien cuidado, un auto de principios del siglo pasado todavía puede seguir relu-ciente y funcionando por nuestras calles. “Estamos a un paso de que una persona de 90 años tenga tan buena salud como si tuviera 30 y que su probabilidad de no despertarse una mañana sea la misma que la de un joven de 30”, insiste.

Ésa es la ilusión del multimillonario de Silicon Valley Joon Yun, quien ofrece una recompensa de un millón de dólares al equipo científico que extienda la vitali-dad y esperanza de vida de los ratones en un 50 %. Y eso, sólo es el comienzo. Para años venideros, Yun pretende “hackear el código de la vida”, es decir, descifrar las claves biológicas de la juventud para de-tener los procesos de envejecimiento. Su ideal es que a los 100 años tengamos las mismas probabilidades de morir que una persona de 26 años.

De Grey, que con otros 15 grupos de investigación se ha sumado al carro de este Premio Palo Alto a la Longevidad lanzado por Yun, apuesta por nuevos tratamientos farmacológicos para “re-parar los daños moleculares y celulares que se acumulan en el cuerpo con el paso del tiempo, e impedir que deriven en una patología relacionada con el envejeci-miento”. Sus ideas ya no son consideradas las de un loco excéntrico, como le suce-dió cuando empezó a difundirlas hace una década. Ni mucho menos. Su fun-dación-laboratorio dedica 5 millones de dólares anuales para trabajar en distintas líneas de terapia. Compuestos químicos FO

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C U A N D O F A L L E C I Ó E N 1 9 9 7, J E A N N E L O U I S E C A L M E N T T E N Í A 1 2 2 A Ñ O S Y 1 6 4 D Í A S D E E D A D . E S T A M U J E R F R A N C E S A E S C O N S I D E R A D A L A P E R S O N A M Á S L O N G E V A D E T O D O S L O S T I E M P O S .

como el rapamycin (usado por Wyss-Co-ray para extender la vida de los ratones) o el resveratrol (presente en el vino tinto e investigado por la corporación GlaxoS-mithKline) están en la mira.

En la misma dirección, cada vez más científicos e inversores se suman a la idea de que la vejez es una enfermedad cura-ble. Calico fue creada en 2013 por Sergey Brin, fundador de Google, con la misión de encontrar la fórmula de la juventud. Quizá el acicate que motivó a Brin fue un problema personal relacionado con la edad: de 41 años, el cofundador de Goo-gle porta una mutación genética que lo hace más propenso a desarrollar Parkin-

son. Calico se ha asociado con el gigante farmacéutico AbbVie y tiene entre sus expertos a la bióloga molecular Cynthia Kenyon, pionera en extender la vida de gusanos genéticamente manipulados hasta seis veces más de lo normal. El labo-ratorio Genescient también trabaja desde la perspectiva genética y ha logrado criar una clase de moscas cinco veces más lon-gevas que sus parientes naturales.

NO TE MUERAS, SI NO QUIERES

Visto lo visto, el ingeniero José Luis Cordeiro, fundador de la Sin-gularity University de Silicon Valley, promete que pronto “la muerte será op-cional”. Para 2045, opina que comenzará la nueva era de “humanos mejorados y superlongevos. Igual que algunas bac-terias, las células madre o las células cancerígenas HELA nunca envejecen, es cuestión de tiempo encontrar la manera de ampliar sus propiedades a todo el cuer-po”, asegura. Además, prevé que nuestro cerebro podrá conectarse con internet,

que experimentare-mos la “inmortalidad informática” y todos nuestros recuerdos, conocimientos, senti-mientos... podrán ser almacenados en un microchip.

Lo mismo pien-san expertos como Nick Bostrom, direc-tor del Instituto de Oxford para el Futuro de la Humanidad, y el supermagnate tec-nológico ruso Dmitry Itskov, que lanzó la Iniciativa 2045 para “crear tecnolo-gías que permitan la transferencia de la personalidad indivi-dual a un medio no biológico avanzado y extender la vida hasta el punto de la inmor-talidad”. Algo así ya hace la fundación sin ánimo de lucro Te-rasem Movement, ubicada en Vermont, Estados Unidos, que

guarda nuestra huella mundana en forma de emails, participación en redes sociales, ficheros de computadora... Lo llaman “ar-chivos mentales” o, como explican en su web, colección de todos los datos de una persona provenientes de su actividad en cualquier medio informático, suficiente-mente detallados como para reproducir su personalidad, recuerdos e intereses en un soporte no biológico.


La fusión hombre-máquina es una de las predicciones de Raymond Kur-zweil, inventor y director de ingeniería en Google, especializado en inteligencia artificial y divulgador científico esta-dounidense. En los años 90, Ray, como le llaman, auguró que se popularizaría el uso de laptops y que todo sería wireless. Hoy, asegura que los humanos seremos híbridos para la década de 2030 y esto nos dará la capacidad de extender nues-tras vidas sin límite.

Como Cordeiro, Ray Kurzweil tam-bién considera que, en el futuro próximo, podremos crear avatares realistas que nos representen en nuestra relación con el mundo, mientras estamos haciendo otra cosa o... si estamos muertos. Ade-más, nanoimplantes electrónicos en el cerebro nos permitirán conectarnos con millones de computadoras en la nube para comunicarnos, trabajar, estudiar... sin movernos del sitio y sin teclados ni pantallas de por medio.

“Vamos a expandir el neocórtex, que es de donde proviene la belleza, el amor, la creatividad y la inteligencia del mundo. Seremos más parecidos a Dios. Añadiremos niveles adicionales de abs-tracción y medios más profundos de expresión, con lo que seremos más crea-tivos y mejores”, vaticina este inventor norteamericano.

Los científicos coinciden en que será la inteligencia artificial lo que revolu-cione del todo el coctel futurista. Según José Luis Cordeiro, para el año 2029 los robots superarán el test de Alan Turing, que prueba la habilidad de las máquinas para mostrar un comportamiento inteli-gente similar al de los humanos. Después de eso, ya no seremos capaces de distin-guir si hablamos con otro humano o con un montón de fierros.

Por lo pronto, ya se están creando los primeros “nanorrobots orgánicos” hechos con cadenas de ADN que funcionan como diminutas computadoras. Desde dentro de un organismo, suministran fárma-cos a células concretas como respuesta al estímulo de determinadas proteínas. Cucarachas vivas fueron los pacientes de este experimento dirigido por el bioinge-niero Daniel Levner, en el Instituto Wyss de la Universidad de Harvard, tal y como informa New Scientist. El siguiente paso será usar estos nanobots para diagnosti-car y medicar a humanos.

A

LOS RIESGOS DE ALARGAR LA VIDA

No todo es miel sobre ho-juelas. Hay a quienes les preocupan las implicaciones sociales y sicológicas que tendrán todos estos avances. Muchos se cuestionan la idea de vivir para siempre o, al menos, por mucho, mucho tiempo. Escépticos como Nir Barzilai, director del Instituto para la Investigación del Enve-jecimiento, en el Albert Einstein College of Medicine, y varios expertos reunidos en el Panel Británico para la Longevidad Humana, opinan que el límite está en lle-gar a los 100 o 120 años.

¿Y si se consiguiera romper esa ba-rrera? ¿Cuáles serían las consecuencias? “Antes de que podamos llegar a los 200 años, el mundo habrá cambiado. Por ejemplo, a muchos les asusta tener que pagar pensiones a gente que vive más años. ¿Y por qué vas a necesitar una pensión si estás sano?”, se defiende De Grey, que en una entrevista con el perio-dista Gian Volpicelli asegura que tiene una larga lista de cosas que le gusta-ría hacer si viviera 1,000 años. Para los que temen que esto implicaría una acu-mulación desmesurada de población y trabajadores, alega que las sociedades



A ) C R I O C Á P S U L A Q U E C O N S E R V A B A A J A M E S B E D F O R D E N 1 9 6 8 . B ) R E A C O N D I C I O N A M I E N T O D E L C U E R P O D E L P S I C Ó L O G O E N 1 9 9 1 . C ) C O N T E N E D O R C O N E L C U E R P O D E B E D F O R D E N L A S I N S T A L A C I O N E S D E A L C O R F O U N D A T I O N .

B C

se autorregulan por sí mismas, bajando, por ejemplo, el índice de natalidad, como ocurrió cuando los avances médicos dis-minuyeron radicalmente la mortalidad infantil el siglo pasado. No por eso hubo una explosión de niños, pues las parejas empezaron a tener menos.

Otra duda latente, en el caso de que se encontrara la manera de prolongar la salud indefinidamente, es si sería un be-neficio sólo accesible para quienes tienen un alto poder adquisitivo. La publicación The New England Journal of Medicine espera que no, tal y como asegura en el editorial de su número 200, titulado “Un vistazo a los próximos 100 años en Medi-

cina”, en el que señala: “Las sociedades deben comprender que el conocimien-to de la enfermedad, su prevención y tratamiento efectivo es un bien público esencial... El futuro pasa por reducir las enormes disparidades en la salud, en es-pecial, las que hay entre los países más ricos y más pobres. Toda sociedad deberá ofrecer cuidados médicos sólidos y estan-darizados”. Esto será posible, auguran, gracias a que la medicina personalizada y de precisión “permitirá economizar re-cursos y dirigir la cura más efectiva para cada paciente individual”. En opinión de sus autores, Isaac S. Kohane, Jeffrey M.

Drazen y Edward W. Campion, las nuevas tecnologías facilitarán recoger una ingen-te cantidad de datos de observación que, con la aplicación de avanzados métodos algorítmicos, servirán para identificar cuáles serán las formas de tratamiento más adecuadas.

Ésa es la meta que persigue el padre del genoma humano, John Craig Venter, quien considera que “la inmortalidad ce-lular es posible”. Desde Human Longevity Inc., fundada en 2014, se dedica a crear una masiva base de datos genómicos para el año 2020. El objetivo: encontrar patro-nes que se repitan en los individuos más longevos y sanos.

Por su parte, la Unión Europea anun-ció su objetivo de alargar dos años más la esperanza de vida para 2020. Según la Or-ganización Mundial de la Salud, el tiempo medio que vivía una persona en 1955 era de 48 años, media mundial en la que in-fluía decisivamente la elevada mortalidad infantil. En la actualidad, la cifra subió a 76 años en los países desarrollados, se-gún la misma fuente. Este salto se debe, sobre todo, a que ya no mueren tantos ni-ños, con lo que hoy las dolencias propias de los ancianos se han convertido en la mayor causa de muerte (90% en los paí-ses industrializados).


JORGE EUGENIO MORENO CUEVAS

Líder del Grupo de Investigación con Enfoque

Estratégico en Terapia Celular del Tecnológico de Monterrey, Campus

Monterrey.

“ES LA GENÉTICA, ESTÚPIDO”

E N T R E V I S T A

El equipo del doctor Moreno trabaja con células madre del tejido hematopoyético y adiposo, para su uso en programas de me-dicina regenerativa, con el fin de mejorar la cantidad y calidad de vida de pacientes que sufren esclerosis lateral amiotrófica y enfermedad de Parkinson.

—¿Qué opina del fin de la muerte?—El pensamiento de la inmortalidad atormenta a los seres humanos desde la antigüedad; ha sido una obsesión no que-rer envejecer, y mucha gente piensa que el objetivo último de la ciencia, de la me-dicina, es lograr que seamos inmortales. Aunque hay avances importantes en el sentido de aumentar la cantidad y calidad de vida de la población, estamos muy le-jos de ser inmortales.

—¿La medicina regenerativa puede aplazar la muerte?—De manera muy simple, podemos decir que envejecemos, en términos biológicos o moleculares, porque nuestras células se hacen senescentes, o empiezan a morir en mayor cantidad, y esto provoca que nuestros órganos no funcionen adecua-damente; ese mal funcionamiento trae consigo la aparición de enfermedades crónico-degenerativas, lo que es una evo-lución muy normal. Aplazar este proceso de envejecimiento puede ser una de las aplicaciones de la medicina regenerativa, gracias a la repoblación o aumento de la masa crítica de las células que están en-vejeciendo por otras más “jóvenes” para mantener una función estable. En nuestro equipo de trabajo, utilizamos la regenera-

ción y la terapia celular para aumentar la cantidad y calidad de vida de personas en-fermas de diabetes, Parkinson o esclerosis lateral amiotrófica; es decir, recuperamos células madre del paciente, las aislamos y purificamos en el laboratorio, además de reproducirlas en número suficiente y seguro para inocularlas en el cerebro o médula espinal. No estamos enfocados en tratar personas sanas y usar este tipo de remplazo celular para hacer que una persona viva por tiempo indefinido, sino en la reversión de una enfermedad ya es-tablecida y mejorar la cantidad y calidad de vida, pero de pacientes enfermos.

—La regeneración celular como medi-cina curativa…—Así es. Aunque con el uso de biomar-cadores, que podemos obtener de las proteínas o de los genes, es posible iden-tificar cómo y cuándo nos vamos a morir, en realidad somos lo que son nuestros genes. Por ejemplo, si nuestros papás se murieron a los 40 años, no quiere decir que también moriremos a esa edad; en el caso de la longevidad, lo heredamos de las mamás. Es decir, y parafraseando a Bill Clinton, “es la genética, estúpido”. Lo que hacemos es seguir hábitos saludables de alimentación; practicar actividades fí-sicas de moderadas a intensas, no fumar y estar libres de estrés, definitivamente ayudan a tener una mejor calidad y can-tidad de vida, pero tenemos impreso lo que nuestros genes indican. Hay casos de personas que se alimentaban bien, co-mían orgánico, hacían ejercicio todos los días, no fumaban, pero murieron a los 50

C O N A P O Y O D E U N S O F T W A R E , E S T E G R U P O D E C I R U J A N O S R E A L I Z A U N A P E R F U S I Ó N C R I O P R O T E C T O R A A U N N E U R O P A C I E N T E . E L C E R E B R O E S TÁ A M E N O S D E 1 5 . 5 O C P A R A N O Q U E N O S U F R A D A Ñ O .



años… y de otras que hacen todo lo con-trario, lleno de excesos, y viven más de 90 años. Los genes nos indican el 50 % de cómo vamos a vivir, el otro 50 % depen-de de nosotros. La epigenética juega un papel muy importante para llegar a vivir más y más, sanamente.

—¿Qué piensa de los efectos antiedad por la restricción calórica?—Definitivamente, sí hay una correla-ción entre obesidad y mortalidad. Estar en peso y tener una restricción calórica acorde con nuestras necesidades es muy recomendable para tener una mejor can-tidad y calidad de vida.

—¿La reducción de los telómeros en los cromosomas tiene que ver con el envejecimiento?—Cuando nacemos tenemos unos cro-mosomas ¡de película!… cada par de cromosomas está compuesto de cuatro brazos que en sus puntas están chatos; a la porción de la punta se conoce como telómero, lo que da la compactación ade-cuada al cromosoma. Hay una relación entre qué tan saludables eres, qué tan rápido estás envejeciendo, con el acor-tamiento de tus cromosomas, con la reducción de los telómeros. Cuál es mi sorpresa ahora: ya hay un kit comercial en Estados Unidos para medir el tama-ño de tus telómeros. Tú les mandas tu edad cronológica y ellos te envían tu edad telomérica. La reducción del tama-ño en los telómeros se asocia con llevar una vida no muy sana, ya que se some-ten a un estrés oxidativo que hace que las

enzimas que reparan la composición de los telómeros (hTert) no funcionen ade-cuadamente. Hay experimentos que han comprobado que si se inyecta hTert en ratas de laboratorio, se eleva la expec-tativa de vida; normalmente estas ratas viven 18 meses, a las que se inyectó esto llegaron a vivir 29 meses, ¡todas!

—¿La metformina prolonga la vida?—Hay varias sustancias que te prolongan la vida, la metformina es una de ellas, junto con la aspirina y beber una copa de vino tinto diario, sobre todo los neo-zelandeses y chilenos, principalmente por los taninos que contienen, pues son antioxidantes y ayudan a las telomerasas a que sigan funcionando bien. La metfor-mina hace que tu hígado trabaje menos y mantenga sin picos los niveles elevados de azúcar, aunque tiene efectos secunda-rios. Pienso que entre menos químicos le agregues a tu organismo, es mejor para la salud. Para concluir, creo que el ser hu-mano se ha obsesionado por tres cosas: en primer lugar, por cómo se ve, por eso hay tantos productos e incluso procedi-mientos quirúrgicos que buscan que nos veamos bonitos, en franca lucha contra las estrías, las arrugas, etcétera; en se-gundo lugar, tiene obsesión por el sexo, por eso el viagra es tan exitoso, y en ter-cer lugar, la obsesión por vivir mucho: el problema es que se centra en el número de años, pero no en la calidad de vida. Es preferible vivir 80 años completo, que vivir 100 con una salud deteriorada. Pen-sar en vivir para siempre es poco factible, es de ciencia ficción.


CONGELARSE O NO, ÉSA ES LA CUESTIÓN

Mientras se descubre el se-creto de la eterna juventud, Cordeiro recomienda a quien, como él, “no piensa morir” que se congele “para despertar de nuevo en 2045”. Por ello apostó una ado-lescente aquejada de un cáncer terminal que conmocionó al Reino Unido a finales de 2016, cuando logró que congelaran su cadáver para que sea revivido cuando la medicina hubiera avanzado y pudiera tra-tar su caso. La misma técnica se usa con éxito desde hace años en la conservación de células sanguíneas, médula ósea, es-perma y embriones.

¿Se puede congelar un cuerpo sin que sufra daños fatales? Esa es la esperanza de las 1,200 personas que yacen rodeadas de nitrógeno líquido en instalaciones de criogenización rusas y estadounidenses, y de otras tantas que están en listas de espera. Para algunos, es una alternativa a los servicios funerarios tradicionales, pues se congela el cadáver con la fe de que, tal vez, algún día pueda revivirse. Es el punto de vista del Instituto Europeo de Criogenización (Iecrion), con base en Valencia, España, que abrirá sus puertas este 2017. Para uno de sus fundadores, Ja-vier Estrada, el precio de criopreservar un cuerpo es de 155,000 euros (165,000 dóla-res), previa firma de un contrato en que el cliente asegura el pago tras su muerte. “Si en un futuro su cuerpo fuera recuperado, tendrá derecho adicional a una adapta-ción a la sociedad futura mediante un programa especialmente realizado para el caso”, afirman.

Lo que no especifican en ese instituto es cómo harán lo anterior, tal vez por-que aún es un proceso por investigar. Sin embargo, no existe contrato hoy que ga-rantice que la operación de volver a la vida vaya a realizarse con éxito. Aunque avan-ces recientes, como la vitrificación, han conseguido que los cristales de hielo no destruyan los tejidos, todavía queda mu-cho camino por recorrer.

John Armitage, director del banco de tejidos de la Universidad de Oxford, y su colega Barry Fuller, de la London Colle-ge University, nos recuerdan que todavía no es posible criopreservar órganos para trasplantes, un proceso muy complicado por los diferentes tipos de células, vasos sanguíneos y estructura intercelular. Es

E S P E R A N Z A D E V I D A E N M É X I C O

60,230,241Población

media hombres

72,888,372Población

media hombres

63,288,029 Población media mujeres

77,949,144 Población media mujeres

123,518,270 Población media total

2,236,895Nacimientos anuales

714,252 Defunciones al año

A Ñ O : 2 0 17

E S P E R A N Z A D E V I D A

11.38 Mortalidad

Infantil Total*

5.78 Tasa bruta de mortalidad*

18.11 Tasa bruta de

natalidad*

2.16 Tasa global de

fecundidad

*(por cada 1,000 nacimientos)

150,837,517Población media total

2,088,538Nacimientos anuales

1,332,978 Defunciones al año

A Ñ O : 2 0 5 0

E S P E R A N Z A D E V I D A

7.46 Mortalidad

Infantil Total*

8.84 Tasa bruta de mortalidad*

13.85 Tasa bruta de

natalidad*

2.09Tasa global de

fecundidad

Fuente: CONAPO



un reto que, según Fuller, tal vez conquis-taremos en 50 o 100 años.

El mayor hito es congelar y desconge-lar en buen estado el cerebro de un conejo, en una prueba realizada por el equipo de 21st Century Medicine en 2016 y ganadora de un premio de 26,735 dólares otorgado por The Brain Preservation Foundation. El experimento usó una técnica con al-dehídos, compuestos orgánicos que, inyectados en el sistema vascular del en-céfalo, permitieron que se enfriara a -135 ºC sin que sus membranas celulares, si-napsis y estructuras intracelulares se vieran afectadas. Por primera vez se de-

mostró la criopreservación con éxito del cerebro de un mamífero, pero es difícil decir si sus funciones mentales se vieron afectadas. La fundación lanzó en 2016 un premio de 100,000 dólares para el primer neurocientífico que consiga congelar y re-animar sin lesiones un cerebro humano, recompensa que sigue vacante.

Como se puede ver, los científicos no dejan de investigar e impresionarnos con sus logros. Al parecer, sólo nos que-da esperar unas décadas para comprobar si, como vaticina José Luis Cordeiro, la “muerte de la muerte” nos espera a la vuelta de la esquina.

U N A V E Z Q U E L O S C U E R P O S H A N P A S A D O P O R E L P R O C E S O D E V I T R I F I C A C I Ó N , S E I N T R O D U C E N E N C O N T E N E D O R E S D E A L U M I N I O I N D I V I D U A L E S , Y É S T O S S E R E S G U A R D A N E N N I T R Ó G E N O L Í Q U I D O A - 1 9 6 O C , D O N D E P E R M A N E C E R Á N .

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