Hace mucho tiempo, existió una mujer que ocupó su vida entera preparándose para algo que nunca ocurriría.

Un día decidió comprar el hilo más fino que existiera para tejerse un vestido especial.

Recorrió todas las hilanderías y no consiguió un hilo lo suficientemente fino para su vestido.

Así fue que, al contemplar su abundante, larga y rubia cabellera, decidió cortar todo su cabello para con él crear el hilo que estaba buscando.

Tomaba de a tres cabellos, los trenzaba y luego anudaba los extremos, mientras enroscaba el tan especial hilo en un gran carretel.

Para cuando terminó de trenzar el último tramo, ya le había crecido nuevamente el cabello, esta vez, algo entrecano.

Así continuó sucesivamente, cortando y trenzando su cabello, cada vez más blanco, en un largo hilo que serviría para tejer su vestido.

La mujer consideraba que nunca tenía el hilo suficiente, por tanto proseguía incansablemente con su tarea, descubriendo, al final de su vida, que jamás lograría tejer el vestido.

Sin embargo, no lamentó no haberlo tejido. Satisfecha, miró al carretel, y se dijo para sí misma:

“Nadie nunca ha tenido un hilo tan especial y tan largo, todo en el carretel”.

La vida es lo que quieras que sea. La vida es lo que quieras que sea. Vívela a tu manera.Vívela a tu manera.

Por quienes creen, por quienes no;

por los que contribuyen y los que impiden;

por quienes motivan, por quienes obstaculizan;

por quienes nos hacen crecer y por los que no soportan nuestra evolución;

por todos aquellos que hacen que nuestro camino sea excepcional,

los invito para que en estas fiestas, alcemos nuestras copas por todos ellos

y brindemos por una larga vida juntos.