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  • La economa poltica del siglo XXSamir AminGlobalizacin

    La Belle poque

    El siglo XX lleg a su fin en una atmsfera asombrosamente reminiscente a la que haba presididosu nacimiento "la belle poque" (que fue hermosa, al menos para el capital). El coro burgus delos poderes europeos, de los EEUU y del Japn (que llamar aqu "la trada" y que, para 1910, yaconstitua un grupo que se haca notar) entonaba himnos a la gloria de su triunfo definitivo.

    Las clases trabajadoras del centro ya no eran las "clases peligrosas" que haban sido durante elsiglo XIX y los otros pueblos del mundo eran llamados a aceptar la "misin civilizadora" deOccidente.

    La belle poque coron un siglo de transformaciones globales radicales , marcadas por laemergencia de la primera revolucin industrial y la formacin del moderno estado nacionalburgus.

    El proceso se extendi desde el cuarto Nor-occidental de Europa y conquist al resto delcontinente, los EEUU y Japn. Las viejas periferias de la edad mercantilista /Latino Amrica y lasIndias Orientales inglesas y holandesas) quedaron excludas de la revolucin dual, mientras losviejos estados de Asia (China, el Sultanato Otomano y Persia) eran integrados como periferias enla nueva globalizacin. El triunfo de los centros del capital globalizado se afirm en una explosindemogrfica, que hizo rebosar a la poblacin europa del 23% del total mundial en 1800 al 36 porciento en 1900. Al mismo tiempo, la concentracin de la riqueza industrial en la trada, cre unapolarizacin de la riqueza en una escala desconocida para la humanidad a todo lo largo de suhistoria. En las vsperas de la revolucin industrial, la desproporcin en la productividad socialentre el quinto ms productivo de la humanidad y el resto, nunca excedi de una proporcin dedos a uno. Hacia 1900, la proporcin era de veinte contra uno.

    La globalizacin que se celebraba en 1900, ya entonces llamada "el fin de la historia", era slo unhecho reciente, que emergi durante la segunda mitad del siglo XIX. Las aperturas de China y delImperio Otomano en 1840, la represin de los Sepoys en India en 1847, y la divisin del fricaque comenz en 1885, marcaron los pasos sucesivos en este proceso. La Globalizacin, lejos deacelerar el proceso de acumulacin de capital (un proceso distintivo al que no puede reducirse),en los hechos trajo consigo una crisis estructural entre 1873 y 1896, y casi exactamente un siglodespus, volvi a hacer esto otra vez. Sin embargo, la primera crisis se acompa de una nuevarevolucin industrial (la electricidad, el petrleo, los automviles, el aeroplano), que se esperabatransformara a la especie humana, ms o menos como se dice hoy con relacin a la electrnica.

    En paralelo, se crearon los primeros oligopolios industriales y financierosesto es, lascorporaciones transnacionales (CTNs) de la poca. La Globalizacin financiera parecaconsolidarse de una manera estable (y fue pensada como eterna, de alguna manera una creenciacontempornea que nos es familiar) en la forma del Gold Sterling Standard.

    Hasta lleg a haber conversaciones sobre la internacionalizacin de las transacciones que sehacan posibles por las nuevas bolsas de valores, con el mismo entusiasmo que acompaa hoy enda las conversaciones sobre la globalizacin financiera. Julio Verne enviaba entonces a su hroe(ingls, por supuesto) alrededor del mundo en ochenta das y con esto mostraba que para l "laaldea global" era ya una realidad.

    La economa poltica del siglo XIX fue dominada por las figuras de los grandes clsicos Adam

  • Smith, Ricardo, y luego Marx con su crtica desvastadora. El triunfo de la globalizacin de fin-de-sicle condujo frente al escenario a una nueva generacin "liberal", arrebatada por el deseo deprobar que el capitalismo era "insuperable" ya que expresaba las demandas de una racionalidadeterna y transhistrica. Walras, una figura central en esta nueva generacin (cuyo descubrimientopor los economistas contemporneos no es una coincidencia), hizo todo lo que pudo para probarque los mercados se regulaban solos. Y tuvo tan poco xito entonces en probar esto como loseconomistas neoclsicos de nuestros das.

    La ideologa del liberalismo triunfante reduca a la sociedad a una mera multiplicacin deindividuos.

    Luego, siguiendo esta reduccin, se afirmaba que el equilibrio producido por el mercadoconstitua a la vez el optimum social y garantizaba la estabilidad y la democracia. Todo estaba sinembargo ya en pie para substituir una teora del capitalismo imaginario por un anlisis de lascontradicciones en el capitalismo real.. La versin vulgar de este pensamiento social economicistaencontrara su expresin en los manuales del britnico Alfred Marshall, la biblia de la economa deaqulla poca.

    Las promesas del liberalismo globalizado, como eran entonces desparramadas a los cuatrovientos, parecan hacerse realidad por un instante durante la belle poque. Despus de 1896, elcrecimiento se reinici otra vez sobre las nuevas bases de una segunda revolucin industrial, losoligopolios y la globalizacin financiera. Esta "salida de la crisis" bast no slo para convencer alos idelogos orgnicos del capitalismo los nuevos economistassino tambin para estremecer aun movimiento obrero atemorizado. Los partidos Socialistas comenzaron a deslizarse de susposiciones reformistas a ms modestas ambiciones, a ser simples asociados en la administracindel sistema. Este giro fue muy similar a lo que encontramos hoy en el discurso de Tony Blair yGerhard Schroeder. Las elites modernistas de la periferia tambin creyeron que nada podaimaginarse fuera de la lgica dominante del capitalismo.

    El triunfo de la belle poque dur algo menos de dos dcadas. Unos pocos dinosaurios, anjvenes en ese tiempo (por ejemplo, Lenin!), predecan su cada, pero nadie los oa. El liberalismo,o el intento de poner en prctica la utopa del "mercado libre" individualistaque en los hechos esla dominacin unilateral del capitalno poda reducir la intensidad de las contradicciones de todotipo que el sistema llevaba consigo. Por el contrario, las haca ms agudas. Detrs d los alegreshimnos que coreaban los partidos obreros y los sindicatos a medida que se movilizaban para lacausa de sin sentido utpico capitalista, uno poda escuchar las rumias mudas de un movimientosocial fragmentado, confuso, siempre al borde de una explosin, y que se cristalizaba en torno a lainvencin de nuevas alternativas. Unos pocos intelectuales bolcheviques utilizaban sus dotes parael sarcasmo con respecto al discurso narcotizado de la "poltica econmica del rentista", comodescriban al "pensamiento nico" del tiempo las reglas hegemnicas del pensamiento del "libremercado". La globalizacin liberal slo poda engendrar la militarizacin del sistema en la relacinentre los poderes imperialistas de la era, y slo poda acarrear una guerra que, en sus formas fraso calientes, habra de durar ms de treinta aos de 1914 a 1945.

    Tras la aparente calma de la belle poque era posible discernir el ascenso de luchas sociales y deviolentos conflictos domsticos e internacionales. En China, a primera generacin de crticos alproyecto de modernizacin burguesa estaban abriendo un sendero, su crticatodava en unestadio balbuceante en India, el Imperio Otomano, el mundo rabe y Amrica Latinahabrafinalmente de conquistar los tres continentes y dominar los tres cuartos del siglo veinte.

    La guerra de Treinta Aos (1914-1945)

    Entre 11914 y 1945, el escenario fue dominado simultneamente por la guerra de treinta aosentre los EEUU y Alemania, sobre quien habra desheredar la difunta hegemona inglesa, y por los

  • intentos por contener y controlarpor todos los medios posiblesla alternativa de hegemonadescrita como la construccin del socialismo en la Unin Sovitica.

    En los centros capitalistas, tanto los victoriosos como los vencidos en la guerra de 1914-1918,intentaron persistentementecontra todos los clculosrestaurar la utopa del liberalismoglobalizado. Vimos entonces el retorno del Gold standard, un orden colonial mantenido a travsde la violencia y la direccin econmica, regulada durante los primeros aos de guerra, otra vezliberalizada. El resultado pareci positivo por un breve perodo, y en los 1920s se pudo observarun crecimiento renovado, empujado por el dinamismo de la nueva economa de produccin deautos en masa en los Estados Unidos y el establecimiento de nuevas formas de trabajo deensamblaje en lnea (parodiada tan brillantemente por Chaplin en "Los Tiempos Modernos") Peroestos desarrollos tuvieron escaso espacio para generalizarse, an en el corazn de los pasescapitalistas, hasta despus de la Segunda Guerra Mundial. La restauracin de los 20s fue frgil, ytan luego como 1929, el sustento financiero-el ms globalizado segmento del sistema.. colaps.La siguiente dcada, que se enderezaba hacia la guerra, fue una pesadilla. Los grandes poderesreactuaron frente a la recesin como lo haras despus en los 1980s y en los 1990s, con polticasdeflacionarias sistemticas, que sirvieron slo para agravar la crisis, creando una espiraldescendente caracterizada por el desempleo masivotanto ms trgico para sus vctimas ya quelos amparos del estado de bienestar todava no existan. La globalizacin liberal no pudo frente ala crisis y el sistema basado en el oro tuvo que ser abandonado. Los poderes imperialistas sereagruparon en el marco de imperios coloniales y de zonas de influencia protegidas las fuentes detodos los conflictos que llevaran hacia la Segunda Guerra Mundial.

    Las sociedades Occidentales reaccionaron de manera diferente frente a la catstrofe. Algunassaltaron a los brazos del fascismo, eligiendo la guerra como un medio de rehacer el tablero aescala global (Alemania. Italia, Japn). Los Estados Unidos y Francia fueron la excepcin y atravs del New Deal de Roosevelt y del Frente Popular en Francia, lanzaron una opcin diferentea la de la regulacin del mercado ("regulacin") a travs de una intervencin activa del estado,respaldado por las clases trabajadoras. Estas frmulas, sin embargo permanecieron tmidas, y suexpresin ms plena slo viene a ocurrir despus de 1945.

    En las periferias, el colapso de los mitos de la belle poque gatill una radicalizacin anti-imperialista. Algunos pases en Amrica latina, sacando ventaja de su independencia, inventaronnacionalismos populistas en una variedad de formas: en Mxico, durante la revolucin campesinade los 1910s y de los 1920s, en Argentina, durante el peronismo en los 1940s. En el Oriente, elkemalismo turco fue su contrapartida. Tras la revolucin de 1911, China fue asaltada por unalarga guerra civil entre los modernistas burgueses el Kuo Ming Tangy los comunistas. Entodos lados, el yugo colonial impuso un plazo de varias dcadas para la cristalizacin de similaresproyectos nacional-populistas.

    Aislada, la Unin Sovitica intent inventar una nueva trayectoria, Durante los 1920s, se tratovanamente que la revolucin se tornara global. Forzada a retroceder hacia sus propias fuerzas,sigui a Stalin en una serie de planes quinquenales que intentaban permitirle ganar el tiempoperdido. Lenin ya haba definido ese curso como "Poder sovitico ms electrificacin". Lareferencia aqu era una nueva revolucin industrialla electricidad, no el carbn y el acero. Pero"la electrificacin" (de hecho, principalmente carbn y acero) habra de ganarle a mano al poderde los Soviets, que qued vaco de contenido.

    Esta acumulacin centralizada fue, por supuesto, administrada por un estado desptico, sinconsiderar en esto el populismo social que caracterizaba a sus polticas. Pero hacia entonces, ni launidad alemana ni la modernizacin japonesa, haban sido el trabajo de demcratas. El sistemasovitico fue eficiente tanto tiempo como los fines siguieron siendo simples: acelerar laacumulacin extensiva (la industrializacin del pas) y construir una fuerza militar que fuera laprimera en ser capaz de enfrentar el reto del adversario capitalista, derrotando a la Alemania nazi

  • y luego poniendo fin al monopolio americano sobre las armas atmicas y los misiles balsticosdurante los 1960s.

    Despus de la Guerra: del Crecimiento Acelerado (1945-1970) a la Crisis ( de 1970-al presente.).

    La Segunda Guerra Mundial inauguraba una nueva fase en el sistema mundial. La expansin delperodo de posguerra (1945.1975) se basaba en los tres proyectos de la poca, proyectos endonde cada uno estabilizaba y complementaba a los otros. Estos tres proyectos sociales eran: a)en el Occidente, el proyecto del estado de bienestar social demcrata, basado en la eficiencia desistemas nacionales productivos interdependientes; b) el "Proyecto Bandung" de construccin deburguesas nacionales en la periferia del sistema (ideologas desarrollistas); y c) el proyecto deestilo sovitico de "capitalismo sin capitalistas", que exista con una relativa autonoma conrespecto al sistema mundial dominante. La doble derrota del fascismo y del viejo colonialismohaba por supuesto creado una coyuntura que permita a las clases populares, vctimas de laacumulacin capitalista, imponer formas estables aunque limitadas y discutidas de formacin y deregulaciones al capital, a las cuales el mismo capital deba ajustarse, y que se establecieron comocondiciones bsicas de este perodo de alto crecimiento y de acumulacin acelerada.

    La crisis que sigui (que empez entre 1968 y 1975) fue una de erosin y luego de colapso de lossistemas sobre los cuales previamente se haba depositado la expansin. Este perodo, que todavano se cierra, no es por ello el del establecimiento de un nuevo orden, como se sostiene muy amenudo. Ms bien este perodo se caracteriza por el caos que no ha sido superadomuy alcontrario. Las polticas puestas en ejecucin bajo estas condiciones no constituyen una estrategiapositiva de la expansin del capital sino que simplemente tratan de administrar la crisis del capital.

    No han tenido xito ya que el proyecto "espontneo" producido por las fuerzas activas y nomediadas del capital, en la ausencia de todo marco provisto por fuerzas sociales a travs dereacciones coherentes y eficientes, es todava una utopa: la de la administracin mundial a travsde lo que se refiere como "el mercado" esto es, los intereses a corto plazo de las fuerzasdominantes del capital.

    En la historia moderna, las fases de reproduccin basadas en sistemas de acumulacin estables sonsucedidas por perodos de caos. En la primera de esas fases, como en el crecimiento de laposguerra, la sucesin de eventos da la impresin de una cierta monotona, ya que las relacionessociales e internacionales que construyen su arquitectura, se han estabilizado. Estas relaciones sonentonces reproducidas a travs del funcionamiento de la dinmica del sistema. En esas fases ypara completar la confusin entre todos los "individualistas metodolgicos"son plenamentevisibles sujetos sociohistricos precisos, definidos y activos (clases sociales activas, estados,partidos polticos, y organizaciones sociales dominantes). Sus prcticas parecen formar una pautaclara y sus reacciones son predecibles en la mayora de los casos; las ideologas que los motivaslos benefician de una legitimidad incontestable. En esos momentos, las coyunturas puedencambiar, pero las estructuras permanecen estables. Las predicciones son entonces posibles y hastafciles. El peligro surge cuando extrapolamos demasiado lejos estas predicciones, como si lasestructuras en cuestin fueran eternas y estuvieran marcadas por "el fin de la historia". El anlisisde las contradicciones que enigmatizan estas estructuras se reemplaza entonces por lo que losposmodernistas han llamado correctamente "grandes narrativas","las leyes de la historia".

    Los sujetos de la historia desaparecen, dando lugar a una supuesta lgica objetiva estructural.

    Pero las contradicciones a que nos referimos hacen su trabajo silenciosamente, y un da asestructuras "estables" colapsan. La historia entra entonces en una fase que podra ser descrita mstarde como de transicin, pero que es vivida como una transicin hacia lo desconocido, durante lacual cristalizan lentamente nuevos sujetos histricos. Estos sujetos inauguran nuevas prcticas,procediendo mediante pruebas y errores, y se legitiman a travs de nuevos discursos ideolgicos,

  • a menudo muy confusos al principio. Solamente cuando los procesos de cambio cualitativo hanmadurado suficientemente, aparecen nuevas relaciones sociales, definiendo sistemas pos-transicin que son capaces de auto-reproduccin sostenida.

    La expansin de la posguerra permiti transformaciones econmicas, polticas y sociales en todaslas regiones del mundo. Estas transformaciones fueron el producto de regulaciones impuestas alcapital por las clases trabajadoras y populares. No fueron el producto (y aqu la ideologa liberales demostrada como falsa) de una lgica de la expansin del mercado. Pero estastransformaciones fueron tan grandes que, a pesar del procesos de desintegracin de que somosobjeto en la actualidad, definieron un nuevo marco para los retos que enfrentan los pueblos delmundo actualmente, en los umbrales del siglo XXI. Por un largo tiempo desde la revolucinindustrial a comienzos del siglo XIX a los 1930s (en la Unin Sovitica) o a los 1950s (en elTercer Mundo)el contraste entre el centro y las periferias del moderno sistema mundial fue casiidntico a la oposicin entre pases industriales y no industrializados. Las rebeliones en lasperiferias y en ste respecto las revoluciones socialistas en Rusia y en China y los movimientos deliberacin nacional , fueron parecidosrevisaron este esquema al empalmar sus sociedades en losprocesos de modernizacin. Aparecieron las periferias industrializadas; y la vieja polarizacin serevis. Pero luego una nueva forma de polarizacin vio la luz. Gradualmente, el eje en torno alcual el sistema capitalista se estaba organizando, y que debera definir las formas futuras de lapolarizacin, se constitua sobre la base de los "cinco nuevos monopolios" que beneficiaban a lospases de la trada dominante: el control de la tecnologa; los flujos financieros globales (a travsde bancos, cartels de aseguradoras, y fondos de pensin del centro); acceso a los recursosnaturales del planeta; la media y la comunicacin; y las armas de destruccin masiva.

    Tomados en conjunto, estos cinco monopolios definen el marco dentro del cual la ley del valorglobalizado se expresa a si mismo. La ley del valor es escasamente la expresin de una "pura"racionalidad econmica que puede ser separada de su marco social y poltico; ms bien, es laexpresin condensada de la totalidad de esas circunstancias. Son estas circunstancias en vez delclculo "racional" de decisiones individuales mticas hechas por el mercadolas que cancelan laextensin de la industrializacin de las periferias, devalan el trabajo productivo incorporado enesos productos, o sobrevalan el supuesto valor agregado unido a las actividades a travs de lascuales operan los nuevos monopolios para el beneficio de los centros. Por eso ellos producen unanueva jerarqua en la distribucin del ingreso a escala mundial, ms desigual que nunca, colocandoen una situacin subalterna a las industrias de la periferia. La polarizacin encuentra aqu unanueva base, la base que dictar su forma futura.

    La industrializacin que las fuerzas sociales, energizadas por las victorias de la liberacin nacional,imponan al capital dominante, produjo resultados desiguales. Hoy, podemos diferenciar lasperiferias de primera lnea, que fueron capaces de construir sistemas nacionales productivos conindustrias potencialmente competitivas dentro del marco del capitalismo globalizado, y periferiasmarginales, que no fueron tan exitosas. El criterio que separa las periferias activas de lasmarginales no est slo en la presencia de industrias potencialmente competitivas: es tambinpoltico.

    Las autoridades polticas en la periferias activas y detrs de ellas, toda la sociedad (incluyendolas contradicciones en la misma sociedad)tienen un proyecto y una estrategia para surealizacin.

    Este es claramente el caso de China, Corea, y en un menor grado, de ciertos pases del Sud estede Asia, India y de algunos pases de Amrica Latina. Estos proyectos nacionales se enfrentan conel imperialismo globalmente dominante; el resultado de esta confrontacin contribuir a dar suforma al mundo de maana.

    Por otro lado, las periferias marginales no tienen ni proyecto ni estrategia (aunque la retrica

  • poltica del Islam diga lo contrario). En este caso, los crculos imperialistas "piensan por ellos" ytoman la iniciativa solos en la elaboracin de "proyectos" que conciernen a estas regiones ( comolas asociaciones africanas de la Comunidad Europea, los "proyectos para el Medio Oriente" de losEEUU e Israel, y los vagos esquemas europeos para el Mediterrneo). Ninguna fuerza localofrece oposicin alguna, estos pases son por ellos sujetos pasivos de la globalizacin.

    Esta breve visin de conjunto de la economa poltica de la transformacin del sistema capitalistaglobal en el siglo veinte, debe incluir un recordatorio acerca de la sorprendente revolucindemogrfica que ha ocurrido en la periferia. La proporcin de la poblacin global formada por laspoblaciones de Asia (excluyendo a Japn y a la Unin Sovitica), frica y Amrica Latina y elCaribe era del 68% en 1900; ahora es del 81 por ciento.

    El tercer socio en el sistema mundial de la posguerra, que comprenda a los pases donde"actualmente se da el socialismo existente", ha abandonado la escena histrica. La mismaexistencia del sistema Sovitico, con sus xitos en cuanto a industrializacin extensiva y logrosmilitares, fue uno de los principales motores de todas las grandes transformaciones del sigloveinte.

    Sin el "peligro" que representaba el modelo comunista, nunca la socialdemocracia de Occidentehabria sido capas de imponer el estado de bienestar. La existencia del sistema Sovitico, y lacoexistencia que impuso a los EEUU, reforz el margen de autonoma a disposicin de lasburguesas en el Sur.

    Sin embargo, el sistema Sovitico, no se las pudo arreglar para pasar a un nuevo estadio deacumulacin intensiva; por ello fracas en la nueva revolucin industrial (dirigida por ascomputadoras) con la que termin el siglo veinte. Las razones de este fracaso son complejas;todava, este fracaso nos obliga a colocar en el centro de nuestro anlisis el giro no democrticodel poder Sovitico, que fue al final incapaz de internalizar la urgencia fundamental de progresohacia el socialismo demandada por las condiciones que enfrentaba. Yo me refiero aqu a progresarhacia el socialismo , representado por la intensificacin de exactamente esa democratizacin de laeconoma y de la sociedad que fuera capaz de trascender las condiciones definidas y limitadas porlos marcos del capitalismo histrico. El Socialismo ser democrtico o no podr existir: esta es laleccin de esta primera experiencia de quebrar con el capitalismo.

    El pensamiento social y las teoras dominantes en economa, sociologa y poltica, que legitimabanlas prcticas de los estados nacionales de estados de bienestar autocentrados en Occidente, de lossistemas soviticos en el Este, y del populismo en el Sur, se inspiraban extensamente en Marx y enKeynes. Las nuevas relaciones sociales del perodo de posguerra, ms favorables al trabajo,inspirara las prcticas del estado de bienestar, relegando a ls liberales a posiciones deinsignificancia. Por supuesto, la figura de Marx dominaba el discurso del "socialismo real". Perolas dos figuras preponderantes del siglo veinte gradualmente perdieron su cualidad comoiniciadores de crticas fundamentales, convirtindose en mentores de la legitimacin de prcticasdel poder del estado. En ambos casos, hubo un vuelco hacia la simplificacin y el dogmatismo.

    El pensamiento social crtico se movi, entonces, durante los 6=s y los 70s, hacia la periferia delsistema. Aqu las prcticas del populismo nacionalista una versin empobrecida del Sovietismogatill una brillante explosin en la crtica del "socialismo real". En el centro de esta crtica habauna nueva advertencia sobre la polarizacin creada por la expansin global del capital, que habasido subestimada, sino simple y llanamente ignorada, desde hac un siglo y medio. Esta crtica del capitalismo realmente existente, del pensamiento social que legitimaba su expansin, y de lacrtica socialista prctica de ambosest en el origen de la entrada de la periferia en elpensamiento moderno. Aqu hay una crtica rica y variada que sera un error reducir a "teora dela dependencia", ya que el pensamiento social reabri debates fundamentales sobre el socialismo ysobre la transicin hacia l. Ms an esta crtica revivi el debate sobre el marxismo y el

  • materialismo histrico, entendiendo desde el principio la necesidad de trascender los lmites delEurocentrismo que vena dominando al pensamiento moderno. Innegablemente inspirado por elmomento por la erupcin Maosta, inici tambin la crtica tanto del Sovietismo como del nuevoglobalismo que se alzaba en el horizonte.

    La Crisis del Fin-de-Sicle

    Partiendo de entre 1968 y 1971, el colapso de los tres modelos de posguerra de regulacin de laacumulacin, se abri hacia la crisis estructural del sistema, de una manera que recuerda lo queocurri a fines del siglo XIX. Las tasas de crecimiento y de inversin cayeron verticalmente (a lamitad de sus niveles previos); el desempleo creci brutalmente, la pauperizacin se intensific.Los porcentajes utilizados para medir la desigualdad en el mundo capitalista se aguzaroncrecientemente; el 20% ms rico de la humanidad aument su tajada del producto global del 60 al80 por ciento en las dos ltimas dcadas de este siglo. La Globalizacin fue afortunada cosa paraalgunos. Sin embargo, para la gran mayora especialmente para los pueblos del Sur sujetos apolticas de ajustes estructurales unilaterales, y los del Este, encerrados en una dramticademolicin socialfue un desastre.

    Pero esta crisis estructural, como su predecesora, se acompaa de una tercera revolucintecnolgica, que altera profundamente los modos de organizacin del trabajo, y (frente a un fieroataque del capitalismo global) abandona las viejas formas de la organizacin obrera y popular ylucha por su eficiencia y con eso, por su legitimidad. El movimiento social fragmentado no haencontrado an la frmula suficientemente fuerte para enfrentar los retos que se le plantean. Peroha realizado importantes logros en direcciones que enriquecen su impacto: principalmente, elpoderoso ingreso de las mujeres en la vida social, as como la conciencia sobre la destruccinambiental en una escala en donde, por primera vez en la historia, amenaza a todas las formasaltamente organizadas de vida en el planeta. As, a medida que el centro capitalista de los "cincomonopolios" llega a estar a la vista, un movimiento social global multipolar emerge (como uncontrapeso, como alternativa y como sucesor) con elementos ya visibles en lo general.

    La administracin de la crisis, basada en una brutal reversin de las recetas del "libre mercado"liberal, trata de imponerse de nuevo. Marx y Keynes han sido borrados del pensamiento social ylos "tericos" de la "economa dura" han reemplazado el anlisis del mundo real con el delcapitalismo imaginario. Pero el xito temporal de este pensamiento utpico ultra-reaccionariosimplemente es el sntoma de su declinacin cuando la brujera ocupa el lugar de la racionalidadque viene a testimoniar que en los hechos el capitalismo objetivamente est pronto para sertrascendido.

    La crisis de administracin ya ha comenzado a entrar a su fase de colapso. Las crisis del Sud Estede Asia y de Corea eran predecibles. Durante los 80s, esos pases (al igual que China), se lasarreglaron para beneficiarse de la crisis mundial entrando en mayores intercambios mundiales(basndose en sus "ventajas comparativas": el trabajo barato), atrayendo inversiones extranjeraspero permaneciendo en los bordes de la globalizacin financiera, y (en los casos de China y deCorea) inscribiendo sus proyectos de desarrollo en una estrategia nacionalmente controlada. Enlos 90s, Corea y el Sud Este de Asia se abrieron a la globalizacin financiera, mientras China eIndia comenzaban a orientarse en la misma direccin.

    Atrados por los altos niveles de crecimiento de la regin, el excedente de capitales flotantes semovieron en esa direccin, produciendo un acelerado crecimiento pero tambin inflacin en losstocks y en la propiedad raz. Como se predijo, la burbuja financiera estall un poco tiempodespus. La reaccin poltica a esta crisis masiva ha sido novedosa en varios aspectos porejemplo, diferente a la provocada por la crisis mexicana. Los Estados Unidos, con Japnsiguindole de cera, intent tomar ventajas de la crisis de Corea, para desmantelar el sistemaproductivo del pas (bajo el pretexto falaz de que era controlado oligoplicamente!) y

  • subordinarlo a las estrategias de los oligopolios de EEUU y de Japn. Los poderes nacionalesintentaron resistir desafando el problema de su insercin en la globalizacin financiera mediante elreestablecimiento de controles a los intercambios en Malasia o retirando la participacin inmediatade su lista de prioridades en China y en India.

    Este colapso de la dimensin financiera de la Globalizacin forz a los pases del G7 (el grupo delos siete pases capitalistas ms avanzados) a planear una nueva estrategia, esta vez provocandouna crisis en el pensamiento liberal. Es a la luz de esta crisis que debemos examinar en sus lneasgenerales el contraataque lanzado por el G7. De la noche a la maana cambiaron su tono: eltrmino "regulacin", prohibido hasta entonces, reapareci en las resoluciones del grupo. Haballegado a ser necesario "regular los flujos financieros internacionales". Joseph Stiglitz, principaleconomista del banco Mundial en ese tiempo, sugera un debate para definir un nuevo "consensopost-Washington". Pero esto ya era demasiado para los portavoces de la hegemona de los EEUU,y el Secretario del Tesoro Lawrance Summers, mir como remover s Stiglitz.

    Los ataques a la hegemona de los EEUUEl siglo XXI no ser americano

    En esta catica coyuntura, una vez ms los EEUU tomaron la ofensiva, a fin de reestablecer suhegemona global y, en consecuencia, organizar el sistema mundial en sus dimensiones econmica,polticas y militares. Es que la hegemona de EEUU haba entrado en declinacin? O es quecomenzaba a establecer una renovacin que hara del siglo XXI un siglo americano? Siexaminamos la dimensin econmica en su sentido estrecho, y la medimos secamente en trminosdel Producto Interno Bruto (GDP) per per, y las tendencias estructurales de la balanza comercial,concluiramos que la hegemona americana, tan aplastante en 1945, ha cedido terreno desde los60s y 70s con el brillante resurgimiento de Japn y de Europa. Los europeos lo dicencontinuamente, en trminos que son ya familiares: la Unin Europea es la primera fuerzaeconmica y comercial a escala mundial. La declaracin, sin embargo, es algo apresurada. Pues, sies verdad que existe un mercado europeo nico, y que ya est asomando una moneda nica, lomismo no se puede decir de la economa europea (al menos no todava). No existe algo que puedallamarse "Sistema Productivo Europeo"; por el contrario de tal sistema productivo puede hablarseen el caso de los EEUU. Las economas establecidas en Europa con la constitucin de burguesashistricas en pases relevantes, y la configuracin en este marco de sistemas productivosnacionales autocntricos (an cuando sean abiertos y hasta de una manera agresiva), hanpermanecido ms o menos iguales desde la partida. Todava no hay CTNs europeas: slobritnicas, alemanas, francesas. La interpenetracin del capital no es ms densa en las relacionesinter.-europeas que en las relaciones entre cada nacin europea y los EEUU o Japn. Si lossistemas productivos europeos han sido oradadados, y si la "interdependencia globalizada" los hadebilitado de tal manera que las polticas nacionales han perdido mucho de su eficacia, esto hasido precisamente en ventaja de la globalizacin y de las fuerzas (de los EEUU) que la dominan, yno de esa "integracin europea" que no existe todava.

    La hegemona de los EEUU se basa en un segundo pilar: el poder militar. Levantado desde 1945,ahora cubre todo el planeta, que se ha parcelado en regiones cada una con el requisito de uncomando de EEUU. Esta hegemona ha sido forzada a aceptar la coexistencia pacfica impuestapor el poder militar sovitico. Ahora, se ha dado vuelta a esa pgina y los EEUU han ido a laofensiva en el reforzamiento de su dominio global. Henry Kissinger resumi todo esto en unamemorable y arrogante frase: "La Globalizacin es slo otra palabra para designar el dominio delos EEUU". Esta estrategia global americana tiene cinco objetivos: neutralizar y subyugar a lasotras partes de la trada (Europa y Japn), minimizando su habilidad para actuar fuera de la rbitade los EEUU; establecer el control militar de la OTAN mientras se "latinoamericanizan" losfragmentos del antiguo mundo sovitico; ejercer absoluta influencia sobre el Medio Oriente y elasia Central, especialmente sobre los recursos petroleros; desmantelar China, asegurando lasubordinacin de las otras grandes naciones (India y Brasil), y previniendo la constitucin debloques regionales capaces de negociar los trminos de la globalizacin, y marginar las regiones

  • del Sur que carecen de inters estratgico.

    El instrumento favorito de esta hegemona es por eso, el instrumento militar, como los ms altosrepresentantes de los EEUU no se cansan en repetir. Esta hegemona, que garantiza lasuperioridad de la trada sobre el sistema mundial, por eso demanda que los aliados de Amricaestn de acuerdo en seguirla en sus mismos inicios. Gran Bretaa, Alemania y Japn no ponenobjeciones (ni an culturales) a este imperativo. Pero esto significa que los discursos acerca delpoder econmico de Europa (con los que los polticos europeos empapan a sus audiencias)carecen de significado real. Al posicionarse exclusivamente en el terreno de las disputasmercantiles, Europa (que no tiene proyectos propios en lo poltico ni en lo social) ha perdido lacarrera antes de la partida. Y Washington lo sabe bien.

    El cuerpo principal para la realizacin de la estrategia elegida por Washington es la OTAN, lo queexplica por qu ha sobrevivido al colapso del adversario que constitua la raison d'tre de laorganizacin. La OTAN todava habla en nombre de "la comunidad internacional", expresando sudesagrado por el principio democrtico que gobierna a esta comunidad a travs de las nacionesUnidas. Porque la OTAN acta slo para servir los objetivos de Washingtonnada ms ni nadamenoscomo lo demuestra la historia de la pasada dcada, desde la Guerra del Golfo a Kosovo.

    La estrategia empleada por la trada, bajo la direccin de EEUUtiene como objetivo laconstruccin de un mundo unipolar organizado segn dos principios complementarios: ladictadura unilateral del capital CTN dominante y el despliegue del imperio militar de los EEUU,ante quien todas las naciones estarn obligadas a someterse. Ningn otro proyecto podr tolerarsebajo esta perspectiva, ni siquiera el proyecto europeo de aliados subalternos de la OTAN, yespecialmente no un proyecto que permita algn grado de autonoma, como la de China, quedeber ser quebrado por la fuerza si es necesario.

    Esta visin de un mundo unipolar est siendo crecientemente opuesta por una de globalizacinmultipolar, la nica estrategia que podra permitir a las diferentes regiones del mundo alcanzar undesarrollo social aceptable, y que podra por ello albergar la democratizacin social y la reduccinde los motivos de conflicto. La estrategia hegemnica de los EEUU y des sus aliados de la OTANes hoy la principal enemiga del progreso, de la democracia y de la paz.

    El siglo XXI no ser un siglo americano. Ser un siglo de vastos conflictos, del ascenso de luchassociales que cuestionarn las ambiciones de Washington y del capital. La crisis est exacerbandolas contradicciones entre las clases dominantes. Estos conflictos cobrarn dimensionesinternacionales cada vez ms agudas, y empujarn a estados y grupos de estados uns contra otros.Uno ya puede discernir los primeros finteos de un conflicto entre los Estados Unidos, Japn y sufiel aliado australiano, por un lado, y China y otros pases asiticos por el otro. No es difcil preverel renacimiento del conflicto enttre Estados Unidos y Rusia, si la ltima se las arregla para librarsede la espiral de muerte y de desintegracin a donde la arrojaron Boris Yeltsin y sus "consejeros"norteamericanos. Y si la izquierda europea se libera de la sumisin a los dobles dictados delcapital y de Washington, sera posible imaginar que una nueva estrategia europea pudieraenlazarse con las de Rusia, China, India, y el tercer mundo en general, en un esfuerzo necesariopor una construccin multipolar. Si esto no llega a ocurrir, el proyecto europeo en si mismo sedesvanecer.

    Por eso, la cuestin central es cmo los conflictos y las luchas sociales (es importante diferenciarentre ambos) se podrn articular. Quin triunfar? Las luchas sociales se subordinarn,enmarcadas en los conflictos, y por ello sern controladas ppor los poderes dominantes, y aunconvertidas en instrumentos en beneficio de esos poderes? O las luchas sociales superan suautonoma y forzarn a los poderes mayores a responder a sus urgentes demandas? Por supuesto,no imagino que los conflictos y las luchas del siglo XXI vayan a producir una rehechura del sigloanterior. La Historia no se repite de acuerdo a un modelo cclico. Hoy las sociedades enfrentan

  • nuevos retos en todos los niveles. Pero precisamente dado que las contradicciones inmanentes delcapitalismo se han hecho ms agudas al finalizar el siglo de lo que eran en sus comienzos, yporque los medios de destruccin son tambin mucho ms grandes de lo que nunca fueron, lasalternativas para el siglo XXI son (ms que nunca antes) "socialismo o barbarie".

    * Traduccin para Globalizacin del texto en ingls publicado en el nmero de junio 2000 de Monthly Review.