San andrés y providencia

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Katerine Blanco Maritza Benítez Javid Díaz Torres SAN ANDRÉS Y PROVIDENCIA NACIONALISMO Y SEPARATISMO. AÑOS 60 Y 70

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Katerine Blanco Maritza BenítezJavid Díaz Torres

SAN ANDRÉS Y PROVIDENCIANACIONALISMO Y SEPARATISMO.

AÑOS 60 Y 70

Pocos son los aspectos de la historia del Archipiélago de San Andrés y Providencia tratados con tanta timidez como éste. Las medidas de "colombianización" de las comunidades nativas por parte del Estado lograron opacar por mucho tiempo las tendencias separatistas que se han manifestado en estas islas desde el siglo pasado, poco después de su reconocimiento en 1822 como parte integrante del territorio de la naciente República, luego de que en un acto soberano sus habitantes, de descendencia inglesa, proclamaron adhesión a la Constitución de Cúcuta de 1821.

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El general Gustavo Rojas Pinilla y sus ministros: 

primera visita presidencial al Archipiélago, noviembre de

1953.

En 1923, la penetración

estatal centrada en la labor de evangelización de la orden capuchina generó un mayor descontento, esta vez por las amenazas a la integridad cultural. La implantación de un nuevo esquema de socialización basado en la asignación de valores más acordes con los del continente, chocó con las manifestaciones culturales y la organización societal de la población.

Instrumentos de soberanía: 

Sellos de correo de 1956 y 1972.

El Puerto Libre ha venido

mostrando signos de agotamiento desde los años 60, porque además de estimular el surgimiento de los múltiples problemas culturales, socio-económicos y ecológicos de las islas, no ha sido capaz de ofrecerles un adecuado desarrollo. Sus éxitos económicos se calcularon sin tener en cuenta la población nativa y el medio ambiente. Las circunstancias indican que el aletargamiento de este modelo de desarrollo concluirá durante el actual esquema de apertura económica.

Himno de San Andrés, promovido por Guillermo Newball, con letra de Eduardo Carranza y música de Rozo Contreras, 1962.

La represión militar contra los posibles integrantes del grupo, junto con fallas conceptuales, como la ausencia de un proyecto de Estado, y la presentación de divisiones internas, llevó al grupo al fracaso. Sin embargo, la actitud enérgica de la población nativa en defensa de sus intereses nunca cesó. Se destaca que a finales de los años 70 un grupo de isleños, a través del Club Archipiélago Unido, jugó un papel dinámico en el proceso político local y no respaldaba la opción separatista. Actualmente el grupo SOS (Sons of the Soil) se sitúa como único actor social que basa su discurso en la situación desfavorable del nativo.

Misioneros católicos en 1927. Fotografía del periódico "San Andrés".

Titulares de primera plana sobre

el pretendido reclamo sandinista sobre el Archipiélago en diciembre de 1979.

La desaparición del grupo separatista no implica necesariamente la terminación de las tendencias separatistas. Una encuesta adelantada en 1987 y 1988 señala que en San Andrés un 42%; de la población manifiesta una inclinación separatista, mientras que el 58% muestra preferencia por el statu quo. El 52% "gusta de Colombia" y un 39% se siente colombiano; el 59% dice que se siente simplemente "isleño".

Declaraciones pro separatistas del canciller

jamaiquino Dudley Thomson a Juan Gossain, en

1979, publicadas por "Cromos".

La recurrencia a la posibilidad separatista es reflejo de las circunstancias históricas que han tenido que vivir los pobladores nativos, estimulada por la difícil relación con el gobierno central. Esta posibilidad se presentó en la medida en que los nativos vieron amenazada su integridad cultural y sintieron el desmejoramiento de su condición socioeconómica. De todos modos, hoy en día la comunidad raizal no considera la separación de Colombia como una opción política real. Vale la pena recordar que el 20 de Julio es las efemérides más importantes de las islas, y es precisamente allá donde mejor se celebra.

CREACIÓN DE LA INTENDENCIA DE SAN ANDRÉS Y PROVIDENCIA:

LA CUESTIÓN NACIONAL EN SUS

PRIMEROS AÑOS

Celebración del 20 de Julio ante la antigua

sede del gobierno intendencial en San Andrés, 1920.

Los primeros años del siglo XX fueron intensos y de gran agitación política; los efectos de la crisis nacional por la guerra civil del fin de siglo, la pérdida de la provincia de Panamá y la caída de la dictadura del general Rafael Reyes también se sintieron en la vida institucional y social del Archipiélago de San Andrés y Providencia. El malestar creciente de la sociedad isleña contra las autoridades provenientes del departamento de Bolívar (San Andrés, Providencia y Santa Catalina conformaban la provincia de Providencia, dependiendo de Cartagena desde 1887) se sumaba a las dudas expresadas por los funcionarios colombianos sobre la "identidad nacional" de sus habitantes respecto al Estado colombiano.

"El 20 de Julio en Providencia" 

Oleo de Gustavo Restrepo, 85 x 149 cm., 1991.

El 28 de diciembre de 1911, decenas de habitantes del Archipiélago suscribieron un memorial dirigido al presidente de la República titulado "Manifestación de los habitantes del Archipiélago de San Andrés y Providencia", en el que denunciaban la indiferencia y ausencia de medidas benéficas por parte del gobierno departamental, y solicitaban que se adelantaran gestiones para que el territorio insular regresara a la administración del gobierno nacional. Aunque se proclamaban "colombianos de corazón", denunciaban la ineficacia del "fomento de la colombianización" por parte de Cartagena y el deterioro de los caminos, abandono de la bahía a las arenas, deficiencia de la instrucción, desconocimiento del castellano, aislamiento del resto del país y ausencia de participación isleña en los cargos públicos de las Islas.

Francis A. Newball, gran promotor de la Intendencia 

y su primer intendente isleño.

El 4 de enero de 1912, de nuevo, los habitantes se dirigieron al presidente Restrepo rechazando los manejos de las rentas producidas por el Archipiélago por parte de las autoridades, quienes proyectaban una imagen de pobreza de su región y no invertían los ingresos por impuestos en el bienestar insular. Para ellos, "todo gobierno está basado en la reciprocidad", y frente a tal cúmulo de atropellos, amenazaban con verse obligados a liberarse de esa opresión. A mediados de mayo, el ministro de Gobierno Pedro María Carreño reconoció la justicia de las protestas, y prometió tramitar ante el Congreso de la República la creación de la Intendencia.

La Avenida 20 de Julio, 

de San Andrés, en 1918.

Para enfrentar las amenazas internas y externas. Guerrero presentaba una línea de acción política que respondía a su concepto de "identidad nacional. Patria, colombianidad": enviar una guarnición militar o un cuerpo de policía, establecer una misión católica colombiana, fundar escuelas con maestros competentes y bilingües, pero que enseñaran el castellano, y un inspector escolar. Igualmente, responder a las reformas fiscales y de comunicaciones solicitadas y al "buen gobierno" por medio de la creación de la Intendencia. Así, concluía, "nuestra religión, nuestro idioma, nuestras costumbre serán las de ellos".Finalmente, el gobierno y el Congreso crearon la Intendencia Nacional de San Andrés y Providencia por medio de la ley 52 de octubre 26 de 1912; fue inaugurada el 22 de enero de 1913 con la posesión del primer intendente, el continental Gonzalo Pérez. Contaba el Archipiélago con 5058 habitantes (3124 en San Andrés y 1934 en Providencia), estaba conformado por una comunidad de agricultores, pescadores y comerciantes, mayoritariamente protestantes (bautistas desde 1847), y con ricos recursos naturales y se especializaba en la producción y exportación de cocos.

Noticia del Tratado entre Colombia y Estados Unidos en primera plana de "The Searchlight", dirigido por Francis Newball, abril 27 de 1914. Biblioteca Nacional, Bogotá.En este contexto de 1917, por ejemplo, el gobierno colombiano respondió a

la preocupación del intendente Manuel Leal sobre la presencia militar norteamericana en las islas Mangles y en la costa de Mosquitos, enviando 126 soldados con artillería y ametralladoras para defender la soberanía del Archipiélago y evitar un "segundo Panamá". Los funcionarios juzgaron con dureza la indiferencia de los isleños a la presencia militar y a su desconocimiento del diferendo con Nicaragua, atribuyéndolo todo a su presunto sentimiento pro-estadounidense sobre la base de su idioma, religión y tradición. El capellán del Ejército, el claretiano José Criado, lamentaba que la mayoría de los habitantes estuvieran alejados de la "verdadera religión", recordaba el odio de las sectas protestantes al catolicismo, y advertía sobre la cercanía de los "yanquis"; recomendó al gobierno central fortalecer la misión católica, y entregar los empleos públicos sólo a católicos.

El Archipiélago de San Andrés y Providencia:

formación histórica hasta 1822

Fuerte de La Libertad en la isla de Vieja Providencia,

1822. Mapoteca 4 N 359-A. Archivo general de la Nación, Bogotá.

El 23 de junio de 1822, los miembros del cabildo de Providencia firmaron la adhesión a la Constitución de Cúcuta; el 21 de julio siguiente lo hicieron los miembros del cabildo de San Andrés, y poco después los habitantes de San Luis de Mangle. Los sectores dirigentes y propietarios del Archipiélago reconocían así su incorporación a la Gran Colombia, como participantes de una nueva experiencia postcolonial. Ese mismo año, las cinco islas principales se convirtieron en el Sexto Cantón de la provincia de Cartagena. Se recogía la herencia administrativa colonial inaugurada por real cédula de noviembre de 1803, por la cual el Archipiélago y la costa de Mosquita fueron segregados de la capitanía de Guatemala y colocados bajo control administrativo, jurídico y eclesiástico del virreinato de Nueva Granada.

Real orden sobre expulsión de colonos ingleses de las islas de San Andrés y Providencia, noviembre 19 de 1789. Archivo General de la Nación.

Durante los últimos años del siglo XVIII, el Archipiélago se movió entre la sujeción nominal a Guatemala (que llegó a nombrar, en 1795, como gobernador de las islas al irlandés Tomás 0'Neille, católico e intérprete que participaba en las comisiones de expulsión de los ingleses y quien debía preparar la defensa de la costa de Mosquita) y la proximidad con la Nueva Granada. Desde 1788, el Archipiélago había comenzado a tener relaciones económicas y jurídicas más estrechas con el territorio neogranadino y en ese año, por ejemplo, el virrey y arzobispo Antonio Caballero y Góngora concedió licencia de comercio con Cartagena a los habitantes de las islas con el fin de que pudieran vender sus productos a los continentales. El virreinato también trató de hacer cumplir los acuerdos metropolitanos de 1786, enviando las comisiones de Juan Gastelú en 1789 y de Tomás de Ramery en 1793; ésta última tenía como propósito, en el marco de las negociaciones con las familias inglesas de las islas, reconocer su geografía, los productos y recursos naturales y su población.

El Archipiélago en mapa trazado a partir de un

reconocimiento británico de 1834, 

publicado en Washington, 1902 Mapoteca 2, 1-10 Archivo

General de la Nación.

Carabela aparejada como nave, muy común en el

Caribe durante el siglo XVI. Ilustración del manual de

navegación de G. Brouscon, 1548.

Louis Aury. Dibujo de Sergio Trujillo Magnenat

Luis Aury, simpatizante de la causa criolla, navegó y combatió en el Caribe con los pabellones de Chile y del Río de La Plata, y fue aliado de los patriotas granadinos y venezolanos en las luchas libradas hasta 1821. Providencia se convirtió en su sede política y militar, hasta su muerte el 30 de agosto de ese año. Las islas fueron un importante enlace en las operaciones insurgentes en el Darién y el Atrato, y contra los puertos atlánticos granadinos donde operaba un escocés aliado de las tropas granadinas llamado Gregor McGregor. A su vez, estas operaciones se enlazaban con las adelantadas por los ingleses en las costas del Pacífico, bajo el mando de lord Thomas Cochrane.

Antes de su muerte, Aury había recibido la orden de Simón Bolívar de abandonar las islas; el tiempo que siguió hasta junio de 1822 el Archipiélago estuvo gobernado por oficiales de Aury: Juan Bautista Faiquere y Severo Courtois. Estos recibieron la visita del enviado oficial desde la Gran Colombia, Luis Peru de Lacroix, quien consiguió las adhesiones de los propietarios y dirigentes isleños. Ese 23 de junio de 1822, una nueva bandera era izada en el fuerte La Libertad, en Santa Catalina: la bandera colombiana.

GRACIAS