San Rafael Arcángel - Oraciones y Soliloquios
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Transcript of San Rafael Arcángel - Oraciones y Soliloquios
Invocación a San Rafael Arcángel
San Rafael Arcángel, guía caritativamente a los que viajan, ya que con tu potencia divina
haces curaciones milagrosas, dígnate guiarnos en nuestra peregrinación terrena, sugiérenos
los verdaderos remedios que puedan curarnos.
Letanías a San Rafael Arcángel
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.
Cristo escúchanos. Cristo, amablemente escúchanos a nosotros.
Dios el Padre del Cielo, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios el Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Santísima Trinidad, un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Santa María, Reina de los Ángeles, ruega por nosotros.
San Rafael, ruega por nosotros.
San Rafael, lleno de la misericordia de Dios ora por nosotros.
San Rafael, perfecto adorador de que la Palabra de Dios, ora por nosotros.
San Rafael, el terror de los demonios, ora por nosotros.
San Rafael, exterminador de vicios, ora por nosotros.
San Rafael, la salud de los enfermos, ora por nosotros.
San Rafael, nuestro refugio en todas nuestras pruebas, ora por nosotros.
San Rafael, guía de los viajeros, ora por nosotros.
San Rafael, consuelo de los presos, ora por nosotros.
San Rafael, la alegría de la Dolorosa, ora por nosotros.
San Rafael, lleno de celo por la salvación de las almas, ora por nosotros.
San Rafael, cuyo nombre significa “Dios sana”, ora por nosotros.
San Rafael, amante de la castidad, ora por nosotros.
San Rafael, azote de los demonios, ora por nosotros.
San Rafael, en la peste, la hambruna y la guerra, ora por nosotros.
San Rafael, ángel de la paz y la prosperidad, ora por nosotros.
San Rafael, dotado con la gracia de la curación, ora por nosotros.
San Rafael, guía segura en el camino de la virtud y la santificación, ora por nosotros.
San Rafael, ayuda de todos los que imploran tu asistencia, ora por nosotros.
San Rafael, que fuiste guía y consuelo de Tobías en su viaje, ora por nosotros.
San Rafael, a quienes las Escrituras alaban: “Rafael, el santo ángel del Señor, enviado a
curar”, ora por nosotros.
San Rafael, nuestro abogado, ora por nosotros.
Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, ten piedad de nosotros, Señor.
Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, ten misericordia de nosotros.
Cristo, óyenos. Cristo, escúchanos.
Ruega por nosotros, San Rafael, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de
nuestro Señor Jesucristo
Oración
Señor, Jesucristo, por la oración del Arcángel Rafael, concédenos la gracia de evitar todo
pecado y de perseverar en toda buena obra hasta llegar a nuestro destino celestial, Tú que
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén
Oración a San Rafael Arcángel Diaria
¡Tú, eres el mensajero del amor de Dios!. Te conjuramos, hiere nuestro corazón con amor
ardiente por Dios y no dejes que esta herida se nos cierre jamás, para que permanezcamos
sobre el camino del amor en la vida diaria y venzamos todos los obstáculos por la fuerza de
ese amor.
Ayúdanos a reconocer a Dios, a adorarlo, amarlo y servirlo. Ayúdanos en la lucha contra
los poderes de las tinieblas que nos rodean y nos oprimen solapadamente; ayúdanos para
que ninguno de nosotros se pierda y para que un día, gozosos, podamos reunirnos en
felicidad eterna. Amén.
Oración final a San Rafael Arcángel
¡Glorioso Arcángel San Rafael, celeste mensajero destinado por Dios para servirnos de guía
en la peregrinación de esta vida para defendernos contra las asechanzas del demonio y para
curar las enfermedades de nuestra alma y de nuestro cuerpo! Nosotros invocamos tu
poderosa intercesión, seguros de que alcanzarás para nosotros y para nuestras familias,
aquellas gracias singulares que dispensaste en la santa casa de Tobías.
Bien sabes, piadoso Arcángel, que nuestro viaje del tiempo a la eternidad está sembrado de
peligros, y que el demonio como león rugiente nos persigue para causar heridas profundas
en nuestras almas hasta apagar en ellas, si le fuera posible, la luz salvadora de la fe. Ven
pues, en auxilio nuestro y dígnate ser nuestro inseparable compañero. Dirige nuestros
pasos por el camino de los mandamientos divinos; haz que nuestros ojos estén siempre
abiertos al sol de la verdad; procúranos los remedios más eficaces para sanar y dar vigor a
nuestro espíritu y enséñanos a vencer a Satanás con las armas poderosas de la oración, de la
vigilancia y de la mortificación de nuestros sentidos.
Afianza en nuestras familias el reinado de la fe, la práctica constante de la piedad, el espíritu
de unión y el ejercicio de la santa caridad a favor de los pobres y de nuestros queridos
difuntos, a fin de que ellas obtengan del cielo las abundantes bendiciones que por
mediación tuya derramó Dios sobre el hogar de Tobías.
¡No nos abandones, pues, oh, Santo Arcángel! Vela siempre a nuestro lado para que
sostengas nuestros pasos, cada vez que nos sintamos desfallecidos en la penosa y difícil
jornada de la vida. Nuestro Padre Dios que está en los Cielos, y que es también el tuyo, nos
ha confiado a tu tierna solicitud, para que seas nuestro guía en el destierro, nuestro
consejero en las dudas y nuestra medicina en las enfermedades. Corona tu obra de amigo
fiel y de seguro conductor, acompañando nuestras almas hasta dejarlas en los brazos de su
Creador para alabarle y bendecirle contigo eternamente, Amén.