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Morbilidad por aborto en Guatemala: Una visión de la comunidad Sandra Sáenz de Tejada, Elena Prada y Gonzalo Ball Informe Ocasional No. 27 Octubre 2006

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Morbilidad por aborto en Guatemala: Una visión de la comunidad

Sandra Sáenz de Tejada, Elena Prada yGonzalo Ball

Informe Ocasional No. 27 Octubre 2006

El estudio Morbilidad por aborto en Guatemala: Unavisión de la comunidad fue escrito por Sandra Sáenz deTejada, Elena Prada y Gonzalo Ball. Es el tercero deuna serie de informes del Instituto Guttmacher y de in-vestigadores asociados de Guatemala, y presenta losresultados del estudio sobre aborto inseguro en Guatemala. Susheela Singh, vicepresidenta de investi-gaciones del Instituto Guttmacher y Akinrinola Bankole, director para investigaciones internacionalessupervisaron el proceso del estudio, desde el diseñohasta la producción de este informe.

Los autores agradecen a María Gabriela Núñez,Secretaría Presidencial de la Mujer (SEPREM);Alejandro Silva, Ministerio de Salud Pública yAsistencia Social; Eileen Yam, Population Council;Edgar Kestler, Centro de Investigación Epidemiológicaen Salud Sexual y Reproductiva (CIESAR) y AnnMoore, Instituto Guttmacher, por sus valiosos comenta-rios y sugerencias al informe preliminar. Queremosagradecer igualmente a excolegas del Instituto Guttma-cher por su apoyo y asistencia técnica en diferentes eta-pas del estudio: Beth Fredrick, Carolina Sten y VanessaWoog. Los autores también agradecen a Luciana Pávezy Roxana Gutiérrez por su trabajo de edición y aKathleen Randall, Judith Rothman y Hector Duarte porel diseño y producción del informe.

El estudio fue realizado por investigadores de Gua-temala y del Instituto Guttmacher con el apoyo del Ministerio de Cooperación para el Desarrollo de losPaíses Bajos, el Banco Mundial y el Departamentopara el Desarrollo Internacional del Reino Unido. El in-vestigador principal del estudio en Guatemala es EdgarKestler, director del Centro de Investigación Epide-miológica en Salud Sexual y Reproductiva (CIESAR).Los coinvestigadores en Guatemala responsables del

estudio Morbilidad por aborto en Guatemala: Una visión de la comunidad son Sandra Sáenz de Tejada,antropóloga y consultora independiente y GonzaloBall, director de la Federación de Salud Materno Infantil y Salud Reproductiva de Guatemala (FESIRGUA).

Especiales agradecimientos para Telma Otzoy, Patricia de la Roca y Edwin Canú, quienes estuvierona cargo de realizar las entrevistas a profundidad y deconducir las sesiones de grupos focales con mujeres,proveedores de salud y hombres.

Se sugiere citar como: Sáenz de Tejada S, Prada E yBall G, Morbilidad por aborto en Guatemala: Una visión de la comunidad, Informe Ocasional, NuevaYork: Guttmacher Institute, 2006, No. 27.

Para obtener copia de este informe, ir a www.guttmacher.org

©2006, Guttmacher Institute, una corporación sinánimo de lucro dedicada a la investigación en salud reproductiva, al análisis de política y a la educación pública.

ISBN: 0-939253-90-9

Agradecimientos

Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .2

Resumen ejecutivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5

Capítulo 1: Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9

Capítulo 2: Metodología . . . . . . . . . . . . . . . . . . .13

Capítulo 3: Embarazo no planeado . . . . . . . . . . .19

Capítulo 4: Aborto espontáneo e inducido . . . .23

Capítulo 5: Complicaciones y tratamiento del aborto . . . . . . . . . . . . . . . . . . .35

Capítulo 6: Consecuencias sociales, económicas y en salud de la morbilidad por aborto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .43

Capítulo 7: Conclusiones e implicaciones para políticas de salud pública . . . . . . . . . . . . .49

Anexo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .53

Referencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .55

Tabla de contenido

Morbilidad por aborto en Guatemala: Una visión de la comunidadResumen Ejecutivo

El aborto en Guatemala sólo se permite en casos deriesgo de muerte de la mujer; sin embargo, muchas mu-jeres recurren al aborto cuando se enfrentan a un em-barazo no deseado. Por lo general, los procedimientosse llevan a cabo en secreto y con frecuencia en condi-ciones inseguras que conducen a serias complicacio-nes, las cuales requieren tratamiento médico. A pesarde ello, no todas las mujeres buscan atención médica olo hacen tardíamente por lo que la verdadera magnitudde la morbilidad por aborto se desconoce.

El presente estudio representa un primer intento porabordar, desde la perspectiva de la comunidad, el temade la morbilidad por aborto que no llega a las institu-ciones de salud. El informe presenta las percepcionesy opiniones de un grupo de mujeres, hombres y provee-dores de atención en salud de dos comunidades deGuatemala: una rural predominantemente kaqchikel-maya y otra periurbana de la ciudad de Guatemala. Lainformación fue obtenida a través de 16 grupos focalesy 72 entrevistas a profundidad.

Embarazo no planeado y aborto inseguro Puesto que el aborto inducido es un indicio de embara-zos no planeados, se exploró qué tan común era el em-barazo no planeado en la comunidad y, en el caso de lasentrevistas personales, si se había tenido esta experien-cia. La mayoría de las personas del área urbana admiteque muchas parejas enfrentan embarazos no planeadospero muy pocas reconocen haber tenido ellas mismas laexperiencia personal. En el área rural de predominiokaqchikel-maya, la maternidad es altamente valorada,y la esencia del matrimonio es la procreación. En ellos,no se concibe el embarazo no planeado, y menos en lasparejas en unión estable. No existe tampoco la idea decontrolar la fecundidad y es inconcebible siquiera con-siderar la interrupción de un embarazo no planeado. Losembarazos son vistos como algo inevitable, a lo cualhay que resignarse, porque son designios de Dios y por-que la maternidad no es una opción, sino el destino bio-lógico de la mujer. Sin embargo, los relatos de casos co-

nocidos señalan que las mujeres rurales cuando tienenretrasos del período intentan el “retorno de la mens-truación”, mediante el uso de métodos tradicionales.

Para la mayoría de las personas de ambas áreas, lousual y lo primero que hacen las mujeres ante un em-barazo no planeado es tratar de inducirse ellas mismasun aborto mediante la toma de bebedizos y otras prác-ticas caseras, y la ingesta masiva de analgésicos. Si estofalla, se acude a la comadrona, quien usualmente utili-za sondas y brebajes a base de hierbas. Otros recursosa los cuales se acude, en orden de mención, son los de-pendientes de farmacias, los médicos, los curanderos ylas “señoras”. Aunque la demanda de uno u otro recur-so depende de la disponibilidad de recursos econó-micos, se cree que las comadronas son más solicitadaspor su bajo costo, mayor accesibilidad e identidad cul-tural y mejor trato en comparación con otro tipo de pro-veedor de estos servicios.

El aborto inducido parece ser menos común en elárea rural kaqchikel que en el área urbana. Casi ningu-na de las personas de esta área reconoce el hecho. Docemujeres de un total de 42 entrevistadas reconocieronhaber considerado o haber tratado abortar: cinco muje-res lo intentaron con remedios caseros (una del árearural) y cuatro acudieron donde una comadrona (unadel área rural). Tan sólo una interrumpió el embarazo(mujer rural) mediante el uso de una sonda aplicada porla comadrona.

Las razones para interrumpir un embarazo, o almenos considerarlo, percibidas por los participantes deambas áreas son inherentes al estado civil de la mujer.Se cree que la mujer soltera recurre al aborto por temora la reacción de la familia y la comunidad; pero, si estáen unión, las razones están asociadas con los proble-mas de pareja o relaciones inestables y violentas; tenerel tamaño de familia deseado y tener precarias condi-ciones económicas y de salud. Estas razones no sonnuevas. Un estudio realizado en Lima, Perú, en 1993mostró que más de una tercera parte de las mujeres queabortaron lo hicieron por problemas de pareja y otra

proporción similar lo hizo por tener relaciones de pa-reja extremadamente conflictivas.1

Complicaciones y búsqueda de atenciónLas principales complicaciones del aborto inseguro sonla hemorragia, la fiebre y la infección. En opinión de losparticipantes del estudio, la mujer por lo general buscaatención médica inmediata en casos de hemorragia pro-fusa; de lo contrario, tiende al autotratamiento a base deremedios caseros. En caso de no lograr la recuperación,las mujeres rurales acuden donde la comadrona y las delárea urbana al hospital. Usualmente las mujeres tardanentre tres y quince días en buscar atención médica. Sonvarias las razones por las cuales las mujeres no buscanatención médica o demoran en hacerlo. La mayoría estárelacionada con el fuerte estigma que rodea el aborto:sentimientos de vergüenza, temor a que el aborto se hagapúblico y miedo a ser denunciadas ante las autoridades.Otras razones están relacionadas a factores de accesibi-lidad y calidad de la atención como la pobreza, la lejaníay los costos de transporte, y el temor al maltrato en lasinstituciones de salud. Otras cuantas, al desconocimien-to de la gravedad de la complicación y la esperanza desanar solas. Las barreras parecen ser más comunes en elárea rural que en la urbana. Los proveedores de salud re-conocieron que el personal de salud tiene actitudes ne-gativas hacia la mujer que llega con complicaciones deaborto. Expresaron igualmente, demoras en el servicioy poca capacidad resolutiva de las instituciones paraatender complicaciones de aborto, particularmente enlos servicios rurales donde sólo se ofrecen antibióticos yse hace referencia de la paciente a un hospital público.La demora en el servicio de salud puede llegar a ser hastade 6 horas.

Consecuencias sociales y económicasTodo aborto, espontáneo o provocado, tiene sanciónsocial y familiar pero es, desde luego, más punible elaborto provocado. A nivel de la comunidad –sea urba-na o rural– no es bien visto que la mujer tenga una pér-dida de embarazo, y al interior de las familias se cul-pabiliza a la mujer por no haber tenido las precaucionesnecesarias para haber evitado la pérdida. La desapro-bación en el seno de la familia–igualmente urbana orural– proviene principalmente de la suegra y en, se-gundo lugar, del marido.

Las sanciones para la mujer que interrumpe un em-barazo –tanto en el área rural como en la urbana– vandesde rechazo, desprecio, repudio y burla de la comuni-dad y de la familia, hasta regaños y amenazas de golpeso violencia física por parte de los padres, esposos u otrosmiembros masculinos de la familia. Ala joven soltera ledificultan volver a relacionarse con otros jóvenes me-diante el descrédito y la advertencia a los pretendientessobre su experiencia pasada. De este modo, las únicasopciones de matrimonio que le quedan a la joven son loshombres mayores, especialmente los viudos. Pese alfuerte estigma del aborto, éste –al igual que la actividadsexual–, se percibe legítimo dentro de la unión conyu-gal: la mujer censurable es la que no tiene marido. Si lotiene y aborta, entonces es cuestión de la pareja.

La mujer se ve igualmente expuesta a la pérdida delempleo y del ingreso, si las complicaciones de abortodemandan largos períodos de convalecencia.

Los costos indirectos del aborto, en caso de compli-caciones, incluyen el pago de una persona para losquehaceres de la casa durante el período de convale-cencia; la pérdida de ingreso por los días no trabajados;y la pérdida del empleo. Adicionalmente, las activida-des diarias como cocinar, tejer, ir al mercado y regresarcon carga y lavar ropa, se ven afectadas. Se estima quela mujer no puede realizar estas tareas por dos a tres díaso por semanas, y a veces hasta por seis meses. Para losproveedores de salud existen otros costos indirectos deorden psicológico y emocional como la depresión, lossentimientos de culpa, el rechazo de la familia y la co-munidad y, en algunos casos, el abandono del esposo.

Los resultados del estudio revelan que el embarazono planeado y el aborto inducido ocurren tanto en muje-res urbanas como rurales, aunque estas últimas no lo re-conozcan abiertamente. A través de los relatos sobrecasos conocidos, se advierten similitudes en cuanto a lasprácticas utilizadas en los intentos de interrupción de unembarazo y en las complicaciones que sufren las muje-res como resultado de prácticas inseguras. Sin embargo,las mujeres del área rural se hallan en mayor desventajaque las del área urbana cuando sufren complicacionesque requieren tratamiento médico. La falta de recursosde salud y la poca capacidad resolutiva de los escasosservicios locales disponibles son dos de las grandes ba-rreras que enfrentan las mujeres rurales para obteneratención médica. La pobreza, la falta de transporte y lalejanía a los centros de atención demoran y muchasveces impiden que las mujeres busquen la atención mé-dica adecuada. Además de las barreras económicas, ge-ográficas y de disponibilidad de recursos de salud, lasmujeres del área rural –en su mayoría indígenas*- en-

*En el presente documento, el término indígena incluye todos los gru-pos étnicos (Maya, Xinca y Garífuna) y no indígena a los que, por exclu-sión, no pertenecen a ningún grupo étnico específico. Se tomó esta de-cisión con base en los términos utilizados en los documentos oficialespor el Instituto Nacional de Estadística.

frentan barreras culturales para la prevención del emba-razo no planeado. En la población rural existe una fuer-te oposición hacia la planificación familiar e ideas erra-das sobre el uso de métodos anticonceptivos, debido enparte a una falta de información y conocimiento acerta-do sobre la anticoncepción moderna y en parte a las li-mitaciones del idioma. Las mujeres rurales tienen,además, una mayor dependencia –emocional y econó-mica– del hombre que las mujeres del área urbana. Y,aunque el estigma es común en ambas áreas, las mujeresrurales tienen mayores dificultades para mantener en se-creto la ocurrencia del evento.

Los resultados de este estudio señalan posibles ca-minos para la disminución de la ocurrencia de embara-zos no planeados y el aborto inducido. Uno de ellos, ymás prometedor, es lograr un mayor acceso y disponi-bilidad de servicios de planificación familiar, particu-larmente para la población de áreas rurales; fortalecer yexpandir el enfoque integral de atención postaborto, queactualmente se lleva a cabo en 22 hospitales públicos;2

y desarrollar permanentes campañas de información yeducación dirigidas a hombres y mujeres y proveedoresde servicios de salud sobre los derechos sexuales y re-productivos de las mujeres, a fin de sensibilizarlos hacialos principios de equidad e igualdad que deben tener lasmujeres, y hacia el respeto y mejor trato que debe dár-seles en los servicios de atención postaborto.

La reciente Ley de Acceso Universal y Equitativode Servicios de Planificación Familiar establece ase-gurar el acceso de la población a los servicios de pla-nificación familiar, incluyendo información, conseje-ría, educación en salud sexual y reproductiva, yprovisión de métodos de planificación familiar. Dadasu reciente promulgación –abril de 2006– y la fuerteoposición que aún registra su aprobación, se requiereuna voluntad política firme que acelere su implemen-tación en todos los niveles de servicios, con el fin deque las mujeres puedan satisfacer sus necesidades enanticoncepción y lograr sus metas reproductivas.

Introducción

El contexto del aborto en GuatemalaGuatemala es uno de los países más pobres, y una delas sociedades más estratificadas de Latinoamérica.3 Estambién uno de los países de la región con menor pro-greso en asuntos poblacionales. De acuerdo con esti-maciones del Banco Mundial, para el año 2000 el 56%de las familias de Guatemala se encontraba por debajode la línea de pobreza y, de éstas, un 16% estaba encondiciones de extrema pobreza. Los niveles de po-breza son más agudos en los grupos indígenas: más delas tres cuartas partes estaba por debajo de la línea depobreza (76%) y, de ésta, más de la cuarta parte (27%)se encontraba en condiciones de extrema pobreza.4

Vale recordar que la población indígena representa el41% de la población total guatemalteca.

Guatemala tiene una de las tasas más altas de fe-cundidad de Latinoamérica y la más alta de todo Cen-troamérica. Mientras el tamaño promedio de la familiapara la región centroamericana es de 2,9 hijos pormujer, en Guatemala era de 4,4 hijos por mujer en2002.5 En las mujeres indígenas, el tamaño de familiaes más del doble del promedio centroamericano, y su-pera al promedio nacional en dos hijos (6,1). Las mu-jeres de áreas rurales tienen también un tamaño de fa-milia más alto que el promedio de Centroamérica ymás alto que el promedio nacional, aunque es ligera-mente más bajo (5,2) que el de las mujeres indígenas.La alta fecundidad en mujeres indígenas y de áreas ru-rales se debe a la combinación de varios factores: unainiciación sexual y conformación de familia muy tem-prana; un mayor número de hijos deseados y un menoruso de métodos anticonceptivos que sus contrapartesno indígenas y urbanas.6

El uso de métodos anticonceptivos en Guatemala esel más bajo de América Latina y el Caribe. Mientras elresto de países de la región ha alcanzado niveles de usoanticonceptivo entre 47% y 69%, en Guatemala la tasaes de 43%.7 La información disponible sugiere quemuchas mujeres guatemaltecas continúan enfrentandoproblemas para planear sus familias. En 2002, casi un

tercio (28%) de los nacimientos recientes de las muje-res en unión fueron no planeados; esto es, no se desea-ba tener más hijos o se deseaba tenerlos más tarde.

Situación del aborto en GuatemalaEn Guatemala, el aborto inducido es altamente restrin-gido y sólo se permite para salvar la vida de la mujer.8

Sin embargo, su práctica es muy común, puesto queaproximadamente 65.000 abortos ocurren cada año enmujeres de 15 a 49 años, lo cual representa una tasaanual de 24 abortos por cada mil mujeres guatemalte-cas en edad reproductiva.9 Como es el caso de todos lospaíses con legislaciones altamente restrictivas, el abor-to se realiza clandestinamente y en condiciones queponen en riesgo la salud y la vida de la mujer. En efec-to, muchas mujeres mueren y muchas otras sufrencomplicaciones debido a que una gran proporción delos abortos son realizados por personas no calificadasy sin las debidas condiciones de asepsia requeridas.

La clandestinidad del aborto explica la falta de re-gistros oficiales sobre la morbilidad y mortalidad poraborto en Guatemala. No obstante, la escasa evidenciadisponible señala que el aborto inducido está ocurrien-do y representa un serio problema de salud. Un estudiorealizado entre agosto de 1993 y julio de 1994 en seishospitales de Guatemala encontró que, del total de mu-jeres tratadas por complicaciones de aborto durante eseperíodo, cerca del 50% de los casos tenía mayor pro-babilidad de haber sido inducido.10 Otro estudio reali-zado en el 2000 en el hospital de Coatepeque mostróque el 10% del presupuesto hospitalario y el 30% delservicio de gineco-obstetricia11 se destinaron a la aten-ción de pacientes con complicaciones de aborto. El es-tudio sobre mortalidad materna –estimada en 153muertes maternas por 100.000 nacidos vivos en el200012, una de las más altas de Centroamérica– revelóque el aborto es una de las principales causas de la mor-talidad materna en Guatemala. Otros estudios calculanque entre un 10%13 y un 33%14 de todas las muertesmaternas que ocurren por año en Guatemala se debe al

Capítulo 1

aborto inducido. En un estudio más reciente, los profe-sionales de la salud entrevistados* declararon que lasprincipales complicaciones como resultado de abortosrealizados en condiciones de riesgo son la hemorragia,la perforación uterina, la infección, el aborto incom-pleto, la infertilidad, el daño de órganos adyacentes,dolor, anemia y muerte.15 Cálculos basados en estemismo estudio indican que 27.000 mujeres fueronatendidas por complicaciones de aborto, de las cualescerca del 80% se debía a aborto inducido. Estas cifrasrevelan una realidad palpable, difícil de ignorar: mu-chas mujeres guatemaltecas están recurriendo en formaclandestina a una medida desesperada para controlar sufecundidad, y muchas están sufriendo complicacionesque requieren tratamiento médico.

Sin embargo, estos resultados son apenas una partedel problema, debido en gran medida a la escasez deevidencia empírica confiable sobre el aborto en el país.

Justificación y objetivosEn países donde el aborto es altamente restringido porley, muy poco se sabe acerca de las verdaderas dimen-siones de la morbilidad asociada al aborto y sobre elimpacto que tiene el aborto inseguro en la salud y lavida de las mujeres y sus familias. Existe además ungran desconocimiento acerca de las consecuencias paralas mujeres que nunca llegan a las instituciones desalud, quienes por lo general son mujeres muy pobreso viven en las áreas más apartadas del país. La falta deevidencia ha conducido a que se ignore el problema ono se le dé la debida importancia que le corresponde.

El presente estudio aborda la necesidad de informa-ción sobre las consecuencias sociales, económicas y desalud del aborto inseguro para las mujeres y sus fami-lias. Se consideró que la investigación cualitativa erael mejor enfoque para abordar un tema sensible comoel aborto, y sobre el cual no hay mayor información.También era el mejor enfoque para proveer nueva in-formación detallada sobre las circunstancias que rode-an el embarazo no planeado, la decisión de buscar unaborto y las consecuencias para aquellas mujeres quetienen un aborto inseguro y no obtienen ni buscan aten-ción médica para las complicaciones resultantes o de-moran en hacerlo. Asimismo, debido a la poca expe-riencia que hay en el mundo sobre las consecuenciassociales y económicas del aborto inseguro, no existenmodelos ni pautas que pudieran seguirse para abordarestos temas. Por lo tanto, el desarrollo del estudio tuvoque ser de carácter exploratorio.

Por otra parte, debido al alto nivel de sensibilidad deltema a tratarse, los investigadores estuvimos conscien-tes de las dificultades que enfrentaríamos para lograrque las personas relataran experiencias personales deaborto. Por lo tanto, se consideró importante indagarsobre experiencias conocidas de otras personas de la co-munidad o de la familia. Igualmente, se estimó conve-niente obtener una visión de la experiencia de abortodesde diferentes perspectivas: de mujeres y hombres de18-60 años y proveedores de atención en salud.

Evidentemente, el principal grupo a incluir en un es-tudio sobre morbilidad por aborto son las mujeres enedad reproductiva. En este estudio se excluyeron lasmenores de 18 años (pese a que el aborto también ocu-rre en este grupo) debido a la dificultad de obtener elconsentimiento informado de los padres o tutores, dadala naturaleza del tema. Las mujeres de 50 a 60 años seincluyeron con el fin de explorar posibles cambios ocu-rridos en los últimos 20 años, comparando la situacióncuando ellas estaban en edad fértil con la situación ac-tual (información basada en vivencias de sus hijas –sitenían– o de familiares o conocidas).

Se incluyeron hombres, ya que ellos pueden jugarun papel importante en la decisión de la mujer de ha-cerse un aborto y de buscar atención médica para lascomplicaciones de aborto. En muchos casos, el hom-bre es quien da el apoyo económico y quien decidecuándo y dónde buscar atención médica. Los hombrestambién pueden verse afectados por las consecuenciasde un aborto, y pueden tener conocimiento sobre eltema a partir de la experiencia de alguien cercano comosus esposas o compañeras, familiares o mujeres de sucomunidad.

Se consideró igualmente valioso conocer la visiónde los proveedores de salud debido a su papel en laprestación de servicios de salud reproductiva. Estosproveedores tienen una alta probabilidad de atender amujeres con complicaciones de aborto y, por lo tanto,de tener mayor conocimiento sobre las complicacionesmás comunes y las consecuencias en salud y el tipo detratamiento utilizado.

Preguntas de investigaciónMuchos factores pueden hacer que las mujeres no bus-quen atención médica para las complicaciones de abor-to o demoren en buscarla. La estricta legislación y elfuerte estigma social que rodea el aborto pueden ate-morizar e inhibir a las mujeres a admitir haberse hechoun aborto. Por ello, hacen lo imposible por mantenerloen secreto, y esta necesidad se convierte en una de lasprincipales barreras para la búsqueda de atención mé-

*Estudio basado en una muestra intencional de expertos conocedoresde la atención postaborto (74 profesionales).

dica. Es posible también que las mujeres desconozcandónde ir o a quién acudir, y otras carezcan de los me-dios económicos para cubrir los gastos que ocasione sudesplazamiento y atención médica, especialmente siresiden en áreas remotas. En otros casos, puede habertemor al maltrato por parte del personal de salud oaprensión de ser atendidas por personal masculino. EnGuatemala, donde la población indígena representa el41% del total de la población del país, hay un bajo usode servicios de salud por parte de las mujeres indíge-nas, entre varias razones debido a la oposición de loshombres a que sus esposas reciban atención biomédi-ca.16 En otros tantos casos, el compañero puede serquien se rehúse a proveer los medios económicos parael tratamiento de las complicaciones de aborto.

Para que las autoridades de salud puedan desarrollaracciones de prevención y tratamiento del aborto inse-guro sobre bases informadas y, por ende, afrontar unade las principales causas de la mortalidad materna enGuatemala, es vital disponer de información sobre lamorbilidad por aborto que no llega a las institucionesde salud. Una primera aproximación sería intentar darrespuesta a preguntas como: ¿Qué hacen las mujerescuando se enfrentan a un embarazo no deseado? ¿Aquién (o dónde) acuden y qué hacen? ¿Reciben apoyodel compañero? ¿Buscan las mujeres atención médica?¿A quién o a dónde acuden? ¿Cuánto tiempo esperanpara ir a buscar ayuda médica? ¿Se tratan ellas mis-mas? ¿Por qué razón? ¿Qué consecuencias sociales,económicas y en salud sufren las mujeres que no bus-can tratamiento para sus complicaciones de aborto in-seguro o se demoran en buscarlo? ¿Es diferente la con-ducta en mujeres indígenas y no indígenas, y entremujeres urbanas y rurales?

Para contestar estas preguntas y tratar de llenar elvacío de conocimiento que existe en esta área, el Insti-tuto Guttmacher, en colaboración con la Federación deSalud Infantil y Reproductiva de Guatemala (FESIR-GUA)* y la asistencia de una asesora técnica, llevó acabo un estudio cualitativo y exploratorio sobre la mor-bilidad debido al aborto en comunidades de dos áreasde Guatemala: una urbana y otra rural. Una de las co-munidades del estudio fue en el área periurbana de laciudad de Guatemala y las otras comunidades en unárea rural del centro del país. De esta forma era posiblecaptar diferencias importantes en las percepciones quetienen mujeres, hombres y proveedores de salud entorno al aborto. El estudio utilizó entrevistas en pro-fundidad y sesiones de grupos focales, técnicas quepermitían comprender en detalle los valores y las nor-mas de la comunidad, y las actitudes y conductas per-

sonales de los individuos. Este estudio forma parte de una investigación mayor

“Documentando la incidencia y el impacto del abortoinseguro: una investigación en Guatemala” realizadapor el Instituto Guttmacher y el Centro de Investiga-ción Epidemiológica en Salud Sexual y Reproductiva(CIESAR). Los otros dos componentes del proyectoincluyen una revisión de las condiciones de la atenciónpostaborto y la estimación del nivel de incidencia delaborto basada en dos encuestas, una de nivel nacionalen todas las instituciones de salud de Guatemala queproveen atención postaborto y la otra con un selectogrupo de profesionales de la salud. El proyecto globalcomenzó en enero de 2003 y la recolección de datossobre las dos encuestas cuantitativas se llevó a cabo enseptiembre de 2003. Los datos sobre los cuales se basaeste informe se efectuó en el primer semestre de 2004.De este esfuerzo de investigación ya han sido publica-dos los resultados de los dos componentes cuantitati-vos.17 Además del presente informe, en el momento seencuentra en preparación un informe final, el cual sin-tetiza los resultados de los componentes cuantitativoscon los de este estudio cualitativo e incorpora infor-mación de encuestas nacionales representativas de mu-jeres en edad reproductiva de Guatemala. Este últimoinforme estará disponible a finales del año 2006.

Estructura del informeEl Capítulo 1 de este informe ofrece, en forma resumi-da, una visión del contexto del aborto en Guatemala ylos objetivos del estudio.

El Capitulo 2 describe el diseño del componentecualitativo del estudio y su metodología, incluyendolos retos y las limitaciones de los datos de dicho com-ponente.

En el Capítulo 3 se presenta la percepción de los en-trevistados respecto de la ocurrencia de embarazos noplaneados y la conducta seguida por las mujeres cuan-do se enfrentan a una experiencia de estas.

El Capitulo 4 describe las percepciones acerca delaborto espontáneo e inducido, incluyendo los métodosutilizados, los tipos de proveedores del servicio y loscostos del aborto inducido.

En el Capítulo 5 se presentan las percepciones de losparticipantes del estudio acerca de las complicacionesde aborto, incluyendo el tipo de complicaciones, quéhacen y a dónde acuden las mujeres ante la eventuali-

*FESIRGUA es una red de organizaciones mayas que trabaja en siete de-partamentos del altiplano Guatemalteco. Las organizaciones miembrosde esta red son ASECSA, BELEJEB BATZ, RXINN TINAMIT, IDEI, PIES del Occidente, SHARE, Cooperativa el Recuerdo, Renacimiento y la Asocia-ción C.D.R.O.

dad de una complicación, las razones para la demora enbuscar atención médica y por qué se prefiere más a unproveedor que a otro.

En el Capitulo 6 se describen las consecuencias eco-nómicas, sociales y en salud del aborto inducido, in-cluyendo los costos económicos y sociales de las com-plicaciones del aborto inseguro.

En la última sección, el Capítulo 7, se resumen losprincipales resultados y se hacen algunas recomenda-ciones para orientar el diseño de políticas encaminadasa mejorar la atención postaborto, prevenir el embarazono deseado y disminuir la incidencia del aborto inseguro.

Con los resultados de este estudio esperamos llenarlos vacíos de conocimiento sobre la morbilidad poraborto y poner a disposición de los formuladores de po-líticas en salud, información confiable y actualizadapara el diseño de políticas centradas en las necesidadesen salud sexual y reproductiva de las mujeres guatemaltecas.

Metodología

Áreas del estudioEl estudio se llevó a cabo en dos áreas de Guatemala:una urbana y una rural. En representación del área ruralse seleccionaron algunas aldeas de Patzún, municipiodel departamento de Chimaltenango (altiplano de Gua-temala) y en representación del área urbana se selec-cionó un sector de La Reinita, comunidad peri-urbanade Ciudad de Guatemala. La mayoría de la poblaciónde Patzún es kaqchikel (90%), tercer grupo maya másgrande del país, mientras que la población de La Reinita es mayormente no indígena.

En PatzúnPara las entrevistas a profundidad se seleccionaron lasaldeas de Chichoy Alto, Chichoy Bajo, El Paraíso yXeatz’an. Estas aldeas son cercanas unas a otras perodistantes de Patzún, donde se halla El Renacimiento.*Se buscó cercanía entre las aldeas (debido a la dificul-tad de transporte en un área rural montañosa, con po-blación dispersa) y, a la vez, que fueran distantes dePatzún, a fin de disminuir el posible sesgo que podríaintroducir la asociación de El Renacimiento con el es-tudio. Para los grupos focales se seleccionó un mayornúmero de aldeas con el fin de mantener el anonimatode los participantes de dichas sesiones. Las aldeas se-leccionadas fueron Las Mercedes, Chuiquel, Xetzitzi,Xejolón, Chuchuca’, Chuinimachicaj, MocolicxotAlto, Cojobal, Xeatz’an, Chichoy Alto, Chichoy Bajoy El Paraíso.

En La Reinita En el área de La Reinita se seleccionó el barrio de San-tiago de los Caballeros, uno de los diez barrios que con-forman este sector, el cual tenía las condiciones nece-sarias para la selección de participantes del estudio porsu mayor tamaño de población, y a su vez, ofrecía unmayor grado de seguridad para el personal de campodebido a que el sector presenta altos niveles de delin-cuencia común.

Diseño del estudio Se incluyeron mujeres en edad reproductiva (18 a 49años), mujeres mayores (de 50 a 60), hombres de 18 a 60años, promotoras de salud de FESIRGUA y proveedo-res de salud que trabajan en las comunidades del estudio.

En total se realizaron 72 entrevistas individuales y12 grupos focales. En cada área del estudio se entre-vistaron siete mujeres por cada grupo de edad: 18-30,31-45, 46-60; siete hombres de 18 a 60 años y ochoproveedores de salud entre médicos, enfermeras, co-madronas† y dependientes de farmacia y curanderos.Igualmente, por cada área de estudio se conformarondos grupos focales con mujeres de 18 a 49 años, doscon mujeres de 50 a 60 años, uno con hombres y unocon promotoras de salud de FESIRGUA. En promedioasistieron de siete a ocho personas en cada grupo focal,para un gran total de aproximadamente 90 personas(Tabla 1, pagina 14).

Temas abordados y guíasSe utilizaron las guías de entrevistas a profundidad y degrupos focales utilizadas en un estudio similar del Insti-tuto Guttmacher en Uganda.18 Estas guías fueron revi-sadas y ajustadas a las condiciones de Guatemala. Aun-que algunas entrevistas y los grupos focales de Patzún sehicieron en kaqchikel, no fue necesario traducir las guíasa este idioma debido a que el personal a cargo de las en-trevistas en esta área es completamente bilingüe. En totalse diseñaron tres guías de entrevistas a profundidad (parahombres, mujeres y proveedores de salud) y tres guíasde discusión de grupos focales: hombres, mujeres de 18a 49 años y mujeres de 50-60 años. Copia de estas guíaspueden obtenerse de los autores a solicitud.

Capítulo 2

*El Renacimiento es la ONG local, miembro de FESIRGUA

†La comadrona es el único recurso de salud reproductiva en las comu-nidades rurales de Guatemala. Son altamente apreciadas y respetadaspor toda la comunidad. Por lo general reciben capacitación de otra co-madrona, aunque el Ministerio de Salud realiza capacitaciones forma-les de vez en cuando. Dan atención prenatal (por la cual no cobran nada)y atención de partos.

Mientras los grupos focales fueron diseñados paraobtener una dinámica grupal de consenso o desacuer-do sobre las normas y expectativas de la comunidad enaspectos relacionados con el aborto, las entrevistas aprofundidad se diseñaron para obtener información de-tallada acerca de la experiencia personal y de otras per-sonas conocidas o allegadas a la entrevistada (o al en-trevistado) sobre estos asuntos. Se consideró necesarioindagar por la experiencia de terceras personas cono-cidas o cercanas a los participantes debido a que mu-chas veces las personas prefieren relatar casos conoci-dos o comentar las vivencias propias pero en forma queparezcan ser casos de otras personas.

Actividades preparatorias Prueba de instrumentos: La prueba de las guías de gru-pos focales y de entrevistas a profundidad se llevó a cabodel 23 al 28 de febrero 2004 en la cabecera municipal dePatzún y en el barrio Nueve de Junio en La Reinita, áreasdiferentes a las del estudio. Se realizaron en total 11 en-trevistas a profundidad (seis con mujeres, dos con hom-bres y tres con proveedores de salud: comadrona, enfer-mera y médico) y cuatro grupos focales (dos de mujeresy dos de hombres). Tres de las cuatro entrevistas y losdos grupos focales de Patzún fueron realizadas en kaq-chikel, el idioma más utilizado en Patzún.

Personal de campo: El personal de campo consistió entres entrevistadores: dos mujeres y un hombre. Las en-trevistadoras fungieron como moderadoras y asistentesen la toma de notas en los grupos focales. El entrevista-dor desempeñó la labor de facilitador de los dos gruposfocales de hombres, con la asistencia de otro hombrepara la toma de notas en estas sesiones. En la traducción

y trascripción al español de las grabaciones realizadasen kaqchikel participaron las dos entrevistadoras, conla colaboración de una traductora-transcriptora. La tra-ducción fue revisada por el director de FESIRGUA,versado en idioma kaqchikel y co-investigador delestudio.

Todo el personal, a excepción de la entrevistadoramaya quien tiene estudios de pedagogía, eran profe-sionales de ciencias sociales y de salud, con varios añosde experiencia en el campo de educación en salud y conexperiencia en conducir grupos focales y realizar en-trevistas a profundidad. Previo a la capacitación, todoel equipo del estudio firmó el formato de Acuerdo deConfidencialidad.

Capacitación: La capacitación del personal de campo,a cargo de la asesora del estudio, se realizó del 18 al 20de febrero de 2004 en Chimaltenango. Durante el en-trenamiento, se hizo una revisión de la situación desalud reproductiva de la mujer guatemalteca y un breverecuento del proyecto y sus componentes. Igualmente,se revisaron los objetivos de las preguntas contenidasen las guías, para asegurar que los conceptos y las pala-bras no perdieran el sentido al traducirlos al kaqchikel.

Trabajo de campo y recolección de informaciónProceso de selección de hombres y mujeres para entre-vistas a profundidad: Con base en los listados censalesdisponibles en FESIRGUA se hizo una primera selec-ción de participantes de acuerdo con los criterios deedad y residencia, pero no sobre paridad o experienciade aborto debido a carencia del dato en dichos listados.En el caso de los hombres, los criterios de selección fue-ron edad (18 a 60 años), residencia o haber estado in-

Técnica La Reinita No. de

Participantes

en los GF

Patzún No. de

Participantes

en los GF

GRUPOS FOCALES

Mujeres (18-49) 2 16 2 16

Mujeres (50-60) 2 13 2 13

Hombres (18-60) 1 8 1 8

Promotoras de salud de FESIRGUA 1 8 1 8

Total, sesiones grupos focales 6 45 6 45

ENTREVISTAS A PROFUNDIDAD

Mujeres (18-49) 7 7

Mujeres (50-60) 7 7

Mujeres (46-60) 7 7

Hombres (18-60) 7 7

Proveedores de salud 8 8

Total, entrevistas a profundidad 36 36

Tabla 1: Número de participantes en grupos focales y entrevistas individuales por grupo y área del estudio

volucrados en una situación de embarazo, indepen-dientemente del resultado del embarazo (Ver Anexo 1).

Utilizando los listados de selección previa, tres fa-cilitadores de Renacimiento que trabajan en las aldeasde Patzún colaboraron en la identificación y el recluta-miento de los participantes del área rural. Debido a quela base de datos estaba desactualizada y en muchoscasos no era posible contactar a las mujeres previa-mente seleccionadas, se optó por pasar a la casa veci-na de la mujer inicialmente seleccionada e indagar sihabía alguna mujer que cumpliera con los criterios deselección. Si la mujer llenaba los requisitos de edad, re-sidencia, paridad y aceptaba participar en el estudio, seprocedía a hacer la entrevista, si era factible. En casocontrario, se fijaba una cita para la entrevista. La mitadde la muestra fue identificada y contactada utilizandolas listas iniciales disponibles y la otra mitad se selec-cionó utilizando el proceso alternativo de selección(usualmente la vecina) o seleccionando al azar cadaquinta casa. En el área de La Reinita (urbana), se contóinicialmente con la colaboración de la enfermera coor-dinadora de las promotoras de salud asociadas aFESIRGUA pero, por problemas de salud de esta per-sona, se dio la necesidad de pedir ayuda a dos de susasistentes.

Proceso de selección de hombres y mujeres para gru-pos focales: Para asegurar el anonimato de los partici-pantes a los grupos focales, se solicitó a cada una de laspromotoras de salud de FESIRGUA que invitara un(una) participante de la comunidad o aldea donde tra-bajaba. A cada uno de los participantes se le informósobre los objetivos de la reunión, el día, lugar y la horade la reunión. Las sesiones en Patzún se realizaron enla sede de Renacimiento, los días martes y viernes enhoras de la mañana, cuando el transporte se facilita ylas personas acuden más fácilmente a la cabecera mu-nicipal por ser días de mercado. En La Reinita, la pri-mera sesión se efectuó en la casa de una de las trabaja-doras de salud de la comunidad y las demás, en la sedede un jardín infantil.

La selección de los proveedores de salud de ambasáreas se hizo al azar, sobre la base de un listado elabo-rado conjuntamente por el director del estudio y algu-nos promotores de salud de la institución. Dentro de losproveedores se incluyeron médicos, enfermeras, de-pendientes de farmacias, comadronas y curanderos.*19

Obtención del consentimiento informado:Antes de re-alizar las entrevistas a profundidad y los grupos foca-les, a todas las personas se les explicaron los objetivos

del estudio, se les solicitó firmar el formato de consen-timiento informado y se les pidió permiso para grabarlas entrevistas. El equipo de trabajo de campo se ase-guró de que las entrevistas a profundidad y las sesionesde grupos focales se desarrollaran en un lugar privado,seguro y apacible.

El tiempo de duración de las entrevistas fue varia-ble, ya que dependía de las características, la experien-cia y el conocimiento de los entrevistados sobre elaborto. Las entrevistas de hombres y mujeres tuvieronuna duración de treinta minutos a dos horas, mientrasque las de los proveedores de salud tomaron entre trein-ta minutos y dos horas y media. Los grupos focales du-raron entre una y dos horas.

Recolección de datos: La recolección de la informa-ción se llevó a cabo en Patzún del 23 de marzo al 14 deabril y en La Reinita, del 19 de abril al 31 de mayo de2004. En todos los casos se utilizó grabación de audio.

Procesamiento y análisis de los datos Una vez terminado el proceso de transcripción y tra-ducción de las entrevistas al español, los textos fueroncodificados utilizando el paquete N6, versión QSR In-ternational de Australia, para análisis de datos cualita-tivos. La estructura de nodos para las categorías de aná-lisis de la información se organizó siguiendo latemática examinada de embarazo no planeado, abortoespontáneo e inducido, complicaciones y consecuen-cias económicas, sociales y en salud del aborto.

Los resultados se presentan de acuerdo con las pre-guntas y los temas abordados en el estudio. Dentro decada tema se describe lo expresado por cada grupo enparticular –mujeres, hombres y proveedores de salud–tanto en los grupos focales como en las entrevistas a pro-fundidad. La idea no es comparar los resultados de unatécnica con otra (EP versus GF) sino complementarlaspara enriquecer el conocimiento sobre el tema del abor-to. Adicionalmente, la información se presenta desde lasdiferentes situaciones exploradas: la experiencia deaborto en la comunidad o de terceras personas conoci-das y la propia experiencia de los entrevistados. En mu-chos casos se resaltan las diferencias o similitudes entrelo urbano y lo rural y entre subgrupos de participantes

*A lo largo de este informe se hablará de proveedores biomédicos y nobiomédicos. En el contexto de la estructura de atención en salud en Gua-temala coexisten y se utilizan paralelamente proveedores tradiciona-les, populares y biomédicos. Estos últimos son personal de salud califi-cado que trabaja en hospitales y centros de salud públicos y privados.Los proveedores biomédicos incluyen médicos, enfermeras y auxiliaresde enfermería. Los no biomédicos incluyen comadronas, dependientesde farmacia y curanderos.

según género y edad. En general, la información reco-lectada con las promotoras de salud de FESIRGUA sepresenta en forma conjunta con las de las mujeres de lacomunidad. Esta decisión se tomó porque las promoto-ras, a pesar de tener cierta capacitación en salud, cuen-tan con un nivel educativo y de especialidad en los ser-vicios de salud prestados que no permite asimilarlas algrupo de proveedores de atención en salud.

A lo largo del informe se presentan citas, algunasveces textuales y otras editadas [paráfrasis], para ha-cerlas más comprensibles al lector. En las citas y pará-frasis se especifica el género, la edad y la procedenciade la persona entrevistada, o el género y el área delgrupo focal.

Características de los participantesLas mujeres entrevistadas en La Reinita eran relativa-mente más jóvenes y tenían más años de escolaridadque las mujeres entrevistadas en Patzún. Por el contra-rio, los hombres eran de mayor edad y de menor esco-laridad que los de Patzún. Asimismo, el tamaño pro-medio de familia fue menor en los participantes de LaReinita que en los de Patzún (Tabla 2).

Más de la mitad de los participantes –hombres ymujeres– declaró profesar la religión católica (54%) ycasi la totalidad estaban casados o en unión (89%, nomostrado). Mientras la mayoría de las mujeres (71 %)eran amas de casa, la mayoría de los hombres eran asa-lariados. Las pocas mujeres asalariadas del área urba-na estaban dedicadas a ventas o a oficios del serviciodoméstico, y las del área rural, a la siembra de arveja obien, eran costureras o tejedoras. Los hombres de Pat-zún eran básicamente trabajadores agrícolas y los de LaReinita desempeñaban una gran variedad de oficios.Tan solo cuatro hombres, dos de cada área, trabajabanpor cuenta propia (los de área urbana en ventas y jardi-nería, y los de área rural en carpintería y construcción).

Los proveedores de salud entrevistados incluyeronseis médicos y dos enfermeras, seis comadronas y dosdependientes de farmacias. La edad promedio de losproveedores de La Reinita fue de 51 años, con un rangode 33 a 78 años, mientras que en los de Patzún la edadpromedio fue de 46 años, con un rango de 35 a 58 años.

Diez de los 16 proveedores fueron mujeres. La mayo-ría tenía más de diez años de experiencia en la provi-sión de servicios de salud, era católico y estaba casado.Las seis comadronas trabajaban en sus casas y el restode proveedores en instituciones públicas o privadas.

Retos enfrentados y limitaciones de los datosEl equipo de investigación enfrentó varios retos du-rante el trabajo de campo, los cuales se abordaron me-diante la implementación de diferentes estrategias.

• La identificación y realización de las entrevistas fueparticularmente difícil debido a la desactualizaciónde los listados. Por esta razón, fue necesario adoptarla estrategia alterna de selección de la mujer visitan-do la casa vecina o cada quinta casa.

• El número de mujeres contactadas para entrevistar fuemayor del planeado debido al rechazo al momento desolicitarles la entrevista y explicarles el propósito dela misma. Para lograr las 21 entrevistas planeadas porárea, se contactaron 37 mujeres en Patzún y 50 en LaReinita. Los motivos de rechazo fueron varios: notener tiempo para atender la entrevista, no estar inte-resadas en el tema, no desear hablar sobre el tema deaborto y desconfiar de personas extrañas. Esto últimoes más frecuente en áreas urbanas y particularmenteen áreas caracterizadas por altos niveles de delincuen-cia común, como es el caso de La Reinita.

• En varios casos hubo temor por el uso de la grabado-ra, debido a la creencia errada de que las mujeres po-dían ser identificadas por su voz. Las entrevistadoras-facilitadoras tuvieron que asegurarles y recordarlespermanentemente a las mujeres el propósito de la gra-bación y la confidencialidad de la información. Pesea estos esfuerzos, se observó, sin embargo, que lasmujeres hablaban más libremente sobre los distintostemas abordados en la entrevista y grupos focales,una vez que la grabadora había sido apagada.

• Por lo general, se realizaron tan sólo dos entrevistaspor día debido a que era altamente peligroso perma-

Características Patzún La Reinita

Mujeres Hombres Mujeres Hombres

Edad (promedio) 38,2 32,6 33,7 38,4

Años de escolaridad (promedio) 2,5 5,7 3,3 4,3

Total de hijos tenidos (promedio) 6,2 3,1 4,1 2,4

Total de hijos sobrevivientes (promedio) 5,3 3,1 3,7 2,4

Tabla 2. Algunas características demográficas básicas de los entrevistados según área

necer en las áreas del estudio después de que oscure-ciera. Este riesgo fue particularmente notable en elárea de La Reinita.

Al hacerse la lectura de estos resultados, deben te-nerse presentes las limitaciones propias en la recolec-ción de información sobre un tema altamente estigma-tizado y restringido por la ley, como es el abortoinducido en Guatemala. Uno de los propósitos de lasentrevistas individuales era obtener información deta-llada del proceso de interrupción de un embarazo,desde el momento que se toma conciencia de un em-barazo no deseado hasta la búsqueda de atención mé-dica en caso de una complicación. Quizás debido a unacombinación de varios factores, la descripción de losrelatos no fue clara ni precisa, y casi nadie reconocióhaberse hecho un aborto. En primer lugar, a muchasmujeres, por temor o vergüenza, se les hace difícil re-conocer el haber tenido un aborto. En segundo lugar, esposible que los participantes no tuvieran informacióndetallada sobre los casos de aborto de conocidas o fa-miliares –particularmente notorio en los hombres y enlas participantes de los grupos focales–, condición re-forzada por el manto de silencio que rodea al aborto enambientes donde su práctica es ilegal. En tercer lugar,es posible que las mujeres que hayan pasado por unaexperiencia de aborto no desearan recordar situacionesque pueden haber sido dolorosas física y emocional-mente. En cuarto lugar, a los entrevistadores-facilita-dores les faltó, quizás, un poco de destreza en solicitarmayor precisión del proceso. Debe tenerse tambiénpresente que un enfoque cualitativo no permite hacergeneralizaciones para toda la población. Una últimaobservación para tener en cuenta en la lectura de losdatos son los posibles sesgos o errores que pudieron ha-berse introducido durante el proceso de traducción alespañol de las transcripciones de entrevistas y gruposfocales realizados en kaqchikel.

Embarazo no planeado

Desde hace más de una década, la proporción de emba-razos no planeados ha permanecido estable en Guate-mala. De acuerdo con las Encuestas Nacionales deSalud Materno Infantil (ENSMI), entre 198720 y el2002, el porcentaje de nacimientos no planeados en loscinco años anteriores* a dichas encuestas ha estado al-rededor de 29% y 28%.21 Esto quiere decir que, por es-pacio de 15 años, una tercera parte de las mujeres gua-temaltecas no ha deseado tener más hijos de los que yatenía o deseaba esperar al menos dos años antes de tenerotro hijo (o uno). Asimismo, el uso de métodos anti-conceptivos modernos es aún muy bajo (34%) y la ne-cesidad insatisfecha en anticoncepción es alta (28%).En mujeres indígenas, la necesidad insatisfecha esmucho más alta que el promedio nacional (39%) y enmujeres no indígenas es ligeramente más baja (22%).22

En este capítulo se explora qué tan frecuente es el em-barazo no planeado, cuáles son las razones por las cua-les las mujeres tienen embarazos no planeados, quéconducta asumen las mujeres ante un embarazo no de-seado, qué hacen los proveedores ante la solicitud de laspacientes de interrumpir un embarazo no deseado y quépapel deben asumir los hombres para ayudar a las mu-jeres a prevenir los embarazos no planeados.

La experiencia personal de embarazos no planea-dos es poco reconocida Mientras la mayoría de los entrevistados –hombres,mujeres y proveedores de La Reinita– admitió conocero haber oído entre uno y tres casos de mujeres que que-daron embarazadas sin desearlo, casi la totalidad de losentrevistados de Patzún manifestó no conocer ni haberoído de algún caso, o bien, no reconocieron que fueseun evento frecuente. De las cuarenta y seis personasque afirmaron tener conocimiento, tan sólo cuatro mu-jeres de Patzún y quince de La Reinita (de éstas, tresfueron hombres) admitieron haber tenido la experien-cia de un embarazo no planeado. Varias mujeres de Pat-zún señalaron que, aunque los embarazos no esperadosse presentan, nadie comenta al respecto pues es algo

muy personal que cae dentro de la esfera privada de laspersonas, lo cual genera silencio o reserva de ello.

E: ¿Conoce usted de alguien o ha oído hablarde alguien que haya quedado embarazada sinestarlo esperando?M: No he escuchado de nadie que no quiera, sino que media vez que resultó embarazada lotiene que tener.E. ¿Aquí, en esta comunidad, las mujeres plati-can de este tema? M. No. La mujer, si resulta embarazada, tieneque tenerlo, mujer rural, 35 años

En los relatos hay indicios sobre el alto valor socialasignado a la maternidad. Por un lado, la maternidad esvista más como destino biológico que como una opciónde las personas. Es decir, no se puede ser madre y nodesear todos los hijos. Además, si se tiene esposo espara tener hijos.

Las razones para considerar un embarazo comono deseado son muy variadasTanto hombres como mujeres expresaron varias razo-nes para considerar cuándo un embarazo es no deseado.La razón principal para los entrevistados de ambas áreasson los problemas de pareja, incluyendo la falta deapoyo económico y emocional del compañero, el alco-holismo, la violencia doméstica, no tener compañero,no reconocimiento del hijo o el no deseo de más hijospor parte del hombre. En menor frecuencia se mencio-naron tener ya otros hijos o problemas económicos parasostener una familia más grande, querer evitar el doloro complicaciones experimentados en embarazos o par-tos anteriores y, en el caso específico de las adolescen-tes, el temor a ser expulsadas de sus casas.

Las razones de embarazo no deseado son muy simi-

Capítulo 3

*Incluye todos los nacimientos en los cinco años anteriores de cada en-cuesta, y no incluye el embarazo al momento de la encuesta

lares entre las mujeres que han enfrentado la experien-cia y aquellas que aseguran que nunca la han tenido: notenían esposo, tenían problemas con el marido, teníanya una familia formada y no deseaban agrandarla,tener su cuerpo cansado debido a las complicacionesen el último parto, no poder sostener otro hijo y recha-zo del embarazo por parte del compañero por estar ca-sado con otra mujer.

Ante un embarazo no planeado, las mujeres deambas áreas asumen una actitud de resignación y cali-fican de inaceptable la posibilidad de una interrupcióndel embarazo. Sin embargo, hay una diferencia notableentre unas mujeres y otras. Mientras las mujeres delárea urbana son más expresivas al hablar de sus senti-mientos y tienen mayor capacidad de raciocinio al res-pecto, las mujeres del área rural son más reservadas ylacónicas.

La verdad desde que me embaracé [no lo que-ría], pues yo a principios decía que yo no que-ría resultar embarazada. Y si no tenía relacio-nes con él, él se enojaba y era un lío tremendo...Yo sí lloraba amargamente porque yo no que-ría… Sí, después me fui conformando, verdad.Yo decía bueno, que Dios diga, que sea lo quesea, pero que Dios me lo dé sano, decía yo… Yonunca pensé en abortarlo... Va contra mis prin-cipios... Sí, le voy a decir que yo me sentí tanmal, pero después reaccioné de todo eso. ¡Ayno, Dios! dije yo, perdóname, pero la verdad esde que no esperaba esto, le dije. Bueno, ahoraqué puedo hacer más que seguir adelante, ¿verdad?...”—mujer urbana, 32 años.

E. ¿Ha estado usted embarazada cuando no lodeseaba o no lo esperaba? M. Sí, pero tengo que dar a luz, tengo que tenerel bebé. E. ¿Cuántas veces ha quedado usted embaraza-da sin quererlo o cuando menos lo esperaba? M. Siete veces he quedado embarazada sin es-perarlo, mujer rural, 39 años

Las mismas razones encontradas en las entrevistasindividuales se mencionaron en los grupos focales. Sinembargo, el énfasis fue diferente. En las sesiones foca-les hubo una mayor mención de problemas económi-cos y de tener ya los hijos deseados, y mucho menosalusiones a los problemas de pareja, abuso conyugal,no tener una pareja estable o problemas de embarazos

o partos previos difíciles. Este cambio de énfasis en lasrazones para considerar un embarazo como no desea-do puede ser consecuencia de la misma técnica de re-colección de información. En una reunión grupal laspersonas pueden sentirse inhibidas a exponer razonesque caen dentro de la esfera personal, como los pro-blemas de pareja o la violencia doméstica, no así losproblemas económicos.

Otra de las razones aducidas en los grupos focalesde mujeres de Patzún fue la baja autoestima y la faltade empoderamiento de la mujer. En estas sesiones seargumentó que las mujeres no se valoran y se dejanmangonear por los hombres, les tienen miedo. Se em-barazan porque ellos lo quieren.

Para la mayoría de los proveedores de salud, tantode La Reinita como de Patzún, las dos razones princi-pales por las cuales algunas mujeres no desean un em-barazo son de orden económico –no poder mantener aotro hijo– y el no uso de métodos anticonceptivos.Unos pocos agregaron que el ser muy jóvenes y no co-nocer su sexualidad ni asumir la responsabilidad de unavida sexualmente activa, no estar casadas y no contarcon el apoyo del compañero. Sin embargo, cuando sepreguntó a todos los entrevistados específicamente enqué grupo de mujeres era más común la ocurrencia deembarazos no deseados, más de la mitad no dudó en se-ñalar el grupo de mujeres jóvenes y solteras. Estemismo señalamiento fue ratificado en la mayoría de lassesiones focales.

Las actitudes hacia la planificación familiar varían de un área a otraMientras la casi totalidad de mujeres y hombres entre-vistados en La Reinita expresó que el uso de algún mé-todo moderno de planificación familiar es una de la for-mas para prevenir los embarazos no deseados, muypocos fueron los entrevistados en Patzún que lo men-cionaron. Aún más, de todas las personas entrevistadas,muy pocas asocian la falta de protección anticoncepti-va con la ocurrencia de un embarazo no deseado. Ape-nas dos mujeres –ninguna de Patzún– y cinco hombresexpresaron que el embarazo no deseado puede ocurrirpor no uso de métodos incluyendo fallas del método odel uso, temor o desconocimiento de los métodos y opo-sición del marido. Incluso la mitad de las mujeres dePatzún mostró reservas con algunos métodos o se ma-nifestó abiertamente en contra de la utilización de losmétodos anticonceptivos; unos cuantos entrevistados–mujeres y hombres– recomendaron usar métodos na-turales de planificación familiar porque consideran quelos métodos modernos le hacen daño al organismo. Por

el contrario, muy pocas mujeres y hombres de La Rei-nita comparten la opinión de utilizar métodos naturales.

Yo no puedo usar métodos de planificación fa-miliar porque tengo esposo y entonces tengoque tener sus hijos”, mujer rural 40 años.

Bueno, digamos que hay modos, pero no usarmétodos, porque hay una ley eclesiástica, ¿ver-dad?... hay una ley que la iglesia le pone a uno,entonces uno va con el tiempo de ella (se refiereal período de la menstruación)… pero no séusan cosas, medicina o un método o cualquiercosa…. No están de acuerdo (la Iglesia), comoya platicamos, porque trae consecuencias ycomplicaciones sobre nosotros por eso…—hombre rural, 53 años.

… no hay necesidad de recibir pastillas y asípero… para mí, digo yo, que no es bueno por-que para mí no es bueno ponerse cosas así por-que la pastilla a veces llama enfermedad… todoeso… hace daño… porque la pastilla quieran ono se va amontonando se va amontonando y alpoco tiempo viene la enfermedad…”—mujer urbana, 49 años

Sin embargo, en ambas áreas la casi totalidad de losentrevistados –hombres y mujeres– considera que eluso de métodos anticonceptivos es responsabilidad dela mujer. Unos pocos mencionaron la necesidad de es-tablecer una comunicación y diálogo más efectivos enla pareja sobre planificación familiar. Y aunque la ma-yoría de los hombres estimó que el gobierno podía pro-mocionar la planificación familiar para evitar los em-barazos no deseados, tan sólo tres hombres aceptanusar el condón (todos de La Reinita) y expresan la ne-cesidad de conocer el ciclo menstrual de la mujer parasaber cuándo tener relaciones sexuales sin correr elriesgo de un embarazo.

El embarazo no deseado es un concepto extrañoen las mujeres ruralesAnte un embarazo no planeado las mujeres de una yotra área reaccionan en forma diferente. Como se vioanteriormente, la mitad de los entrevistados en La Rei-nita reconoció haber tenido la experiencia personal,mientras que en Patzún muy pocos lo admitieron, y unagran mayoría de éstos aseguró no conocer a nadie quealguna vez hubiera enfrentado un embarazo no desea-do o no planeado. Aún más, las mujeres de esta área

participantes en los grupos focales estuvieron renuen-tes a hablar incluso de experiencias de terceras perso-nas y muchas veces no contestaron las preguntas de lafacilitadora o tendían a contestar vagamente.

En la cosmovisión maya tradicional, la razón prin-cipal para unirse en pareja es la procreación de loshijos23 y para muchos, especialmente los mayores de40 años, la idea de controlar la fecundidad aún es ex-traña. Si bien en ambos lugares se habla de la necesi-dad de espaciar y limitar el número de embarazos, enrealidad son pocas las parejas indígenas que lo logranhacer. Vale recordar que sólo el 17% de las mujeres in-dígenas en unión utiliza un método moderno de plani-ficación familiar.24 La actitud de varias de las entre-vistadas parecía ser que sus embarazos estabancompletamente fuera de su control, no sólo porque sonlos hombres los que deciden cuándo tener relacionessexuales, sino también por el desconocimiento de supropio ciclo menstrual.* De igual manera, los emba-razos frecuentes se consideran parte intrínseca de lacondición de mujer que está en unión. En este contex-to, la reacción más común ante un embarazo no desea-do es resignarse y continuar la gestación:

Yo pienso que…, cuando una resulta embaraza-da, va a venir un niño al mundo. Y después re-sulta embarazada otra vez, peor si ya no sedesea ese embarazo… Así como dice la otracompañera, que un embarazo tras otro embara-zo, la mujer se debilita, adelgaza y ya no searregla… [no se embaraza de nuevo] porqueeso ha dicho Dios, que vamos a tener hijos y te-nemos que vivir con ellos.”—grupo focal de mujeres, área rural

“El otro día me dijo [un amigo] que tenía unproblema grande, porque… un hijo sólo teníanueve meses cuando se dio cuenta que su espo-sa estaba embarazada otra vez. Entonces ellostuvieron problema porque ellos dijeron que de-bería de haber dos años de diferencia entrecada niño… sin embargo no pudieron hacernada, porque no se dieron cuenta. Y aunquequisieron hacer algo, nada pudieron hacer...”—grupo focal de hombres, área rural

Tanto en las entrevistas como en los grupos focales,algunas mujeres hicieron mención del estado de domi-

*De acuerdo con la Encuesta de Salud Materno Infantil de 2002, el 22%de las usuarias de los métodos naturales pudo identificar correcta-mente el período fértil de la mujer

nación bajo el cual vive la mujer indígena [aunque lano indígena también lo vive]. Bajo este contexto, lamujer no está en condición de decidir sobre su propiocuerpo ni de rechazar las exigencias sexuales de su esposo:

..para mí eso significa que se violan los dere-chos de la mujer, porque si la mujer no quieretener relaciones con su esposo es porque no,una tiene sus razones... pero el hombre insistehasta que se deben tener relaciones con él. En-tonces en ese momento si la mujer está en suetapa de la fertilidad, justamente queda emba-razada. Entonces ahí se están violando los de-rechos de la mujer.”—grupo focal de mujeres, área rural

En opinión de las mujeres de La Reinita, si la mujertiene una relación estable de pareja se tiende a consul-tar con el esposo qué hacer ante un embarazo no pla-neado. Si las mujeres sienten maltrato, ellas solas de-ciden qué hacer o consultan con sus madres, vecinas,familiares o amigas.

Las mujeres de mayor edad perciben cambios enrelación con el pasadoEn opinión de las mujeres de 50 a 60 años entrevista-das y participantes a grupos focales, a las mujeres jó-venes no les gusta estar embarazadas, no les gusta asu-mir la responsabilidad de tener más hijos y se prefierenfamilias más pequeñas, mientras que en el pasadotodos los hijos eran deseados. Anotan igualmente queahora la juventud es sexualmente más activa y que hayuna mayor disponibilidad de métodos de planificaciónfamiliar para controlar la fecundidad.

Ahora hay pláticas para las mujeres, como lasque nos dan en el Centro de Salud. Pero en lostiempos de antes no era así, sólo llegaba lamujer embarazada con la comadrona y la ayu-daba durante el parto…. En cambio ahora sedan consejos, se habla… sobre la vida costosa,que hay que planificar. En cambio antes no seescuchaba nada de eso, era pecado hablarasí.”—grupo focal de mujeres, área rural

Aborto espontáneo e inducido

Aborto espontáneoEl aborto espontáneo es la interrupción del embarazosin ninguna intervención externa deliberada, que puedeser causado por defectos genéticos del embrión o porenfermedades de la madre.25 Es un problema de saludde la mujer el cual, al igual que el aborto inducido,puede tener consecuencias sociales, económicas y psi-cológicas para ella, su familia y su comunidad.

La restrictiva legislación y el fuerte estigma socialdel aborto hacen que muchas mujeres tiendan a ser másabiertas para hablar de pérdidas de embarazo que deabortos inducidos, y suelen declarar más como abortoespontáneo la interrupción deliberada de algún emba-razo. Por lo tanto, se consideró que una manera de rom-per el hielo y ganar la confianza de los participantespara hablar del aborto inducido, era necesario iniciar eldiálogo abordando primero el tema de aborto espontá-neo a partir de la experiencia de otros, para luego inda-gar sobre la experiencia personal.

El aborto espontáneo se percibe relativamente frecuenteLa gran mayoría de los entrevistados, hombres y mu-jeres, conoce al menos un caso de aborto espontáneo y,junto con los ocho proveedores biomédicos, lo consi-deran como un evento relativamente frecuente. Por elcontrario, los proveedores no biomédicos tienden apensar que el aborto espontáneo es poco común.

Pese a que en las entrevistas y sesiones focales no seindagaba sobre vivencias personales de aborto, yafuese espontáneo o inducido, varios entrevistados y almenos una participante en cada uno de ellos narraronde manera voluntaria y abierta experiencias personalesde abortos espontáneos que las mismas mujeres o lascompañeras de los hombres habían tenido. Inclusivevarias mujeres relataron haber tenido más de uno, yunas pocas declararon haber tenido hasta cuatro abor-tos espontáneos.

Alrededor del aborto espontáneo existen mitos y cre-encias generalizadas entre el grupo de participantes. Las

mujeres entrevistadas consideran que el aborto espon-táneo es inevitable y ocurre por voluntad divina o porun deseo frustrado de la mujer: por ejemplo, el deseo decomer o beber algo que no logra conseguir, provocan-do que se le venga el niño. Aunque estas creencias soncomunes en mujeres de ambas áreas, el deseo frustradopredomina entre las mujeres de Patzún. Otras afirma-ciones tienen que ver con hacer esfuerzos físicos (hacerfuerzas), sufrir caídas, tener débil la matriz, sufrir eno-jos (sentir ira o disgusto) o sustos grandes.

La violencia doméstica se menciona como causa deaborto espontáneo en mujeres del área urbana, mas noen el área rural. Seis de las 21 mujeres de La Reinita dijeron haber abortado por los golpes que les daba elmarido.

“Yo tenía 4 meses de embarazo y él me pegó, meaventó y después me pateó en la panza. Yo tenía15 años. Me pidió que no contara que me habíagolpeado y que por eso había abortado.”—mujer urbana, 21 años

“Yo tuve 3 pérdidas porque mi marido me pega-ba mucho y no me alimentaba bien.”—mujer urbana, 47 años

El aborto espontáneo tiene sanción social y de la fa-milia. A nivel de la comunidad, no es bien visto que lamujer tenga una pérdida de embarazo y, a nivel de lasfamilias, particularmente en áreas rurales, se reprochaa la mujer por no haberse cuidado y haber precipitadoel aborto espontáneo. El reproche, que les genera a lasmujeres sentimientos de culpa y vergüenza, provieneprincipalmente de la suegra* y del marido. Algunasmujeres de Patzún, en su mayoría mayores de 50 años,y las participantes en los dos grupos focales de estamisma edad y área, mencionaron conocer casos de mu-

Capítulo 4

*En el área rural de Guatemala, el patrón de residencia tiende a ser patrilocal.

jeres que sentían vergüenza de haber tenido un abortoy sentían temor que se les recriminara por su descuido;esa era una de las causas para la demora en buscar aten-ción médica. Una de las mujeres, al relatar su segundoaborto espontáneo, afirmó haber tardado en solicitaratención de la comadrona cuatro horas hasta que llegóel marido. No quería que su suegra volviera a hablarmal de ella como lo había hecho con su primer aborto.

Un médico de Patzún corroboró estas apreciaciones.Según este proveedor, los hombres de su comunidadtienden a responsabilizar a las mujeres por la pérdida,en vez de darles el apoyo que necesitan.

… el hombre siempre va a menospreciar a lamujer cuando sufre una pérdida, cuando es unaborto espontáneo, tiene la tendencia el hombreachacar (a) la mujer que sufrió la pérdida, deque no es una mujer apta para los hijos, o que esuna mujer que tiene ciertos problemas y que esohace que pierda a los hijos… hay tendencia deeso. Con respecto a su pareja, y su entorno so-cial es otro problema, porque es mal visto paramuchos…, el que alguien sufra un aborto.

No todas las mujeres que sufren un aborto espon-táneo buscan atención médica Algunas mujeres buscan atención médica en caso de unaborto espontáneo, pero otras no y otras se tardan enhacerlo. Ocho de las 22 mujeres que habían sufrido unaborto espontáneo acudieron al hospital; tan sólo unaera de Patzún. En los relatos de casos personales y deterceras personas, varias mujeres mencionaron haberdemorado hasta un mes en solicitar la atención: soncasos de dolores leves o moderados, pero persistentes.Por el contrario, los casos de dolor agudo o hemorra-gia, o cuando las molestias son autolimitantes, se acudede inmediato al hospital.

Las razones por las cuales no se busca atención mé-dica inmediata o ningún tipo de ayuda médica son va-

rias: las mujeres no sabían que estaban embarazadas;no querían que se enteraran del embarazo; sentían ver-güenza de que las viera un médico; no tenían recursoseconómicos para buscar atención; utilizaban remedioscaseros o esperaban sanar por sí mismas. Sin embargo,la razón principal difiere según el área. Para las muje-res de La Reinita, es el maltrato en los hospitales (desdepoca amabilidad del personal hasta largas horas de es-pera), en tanto que en Patzún, es la carencia de recur-sos económicos y limitaciones de transporte público.Se explicó, por ejemplo, que para llegar a tiempo atomar turno en el centro de salud de la cabecera muni-cipal, es necesario salir de la aldea a las cinco de la ma-ñana, pues el siguiente autobús pasa dos horas mástarde; es decir, el servicio no es frecuente. En caso derequerir atención médica de urgencia se debe tomartaxi, el cual puede costar entre Q80 a Q250*(US$10–32), suma que fácilmente puede representar elsalario agrícola de cuatro a seis días. Los bomberos dePatzún cuentan con una ambulancia que presta el ser-vicio a precios más razonables; sin embargo, ningunade las personas entrevistadas mencionó su utilización.

Una muchacha estaba a punto de aborto, perotomó sajcap (miel blanca) y con eso lo retuvo.—mujer rural, 60 años

Sé de un caso en que el marido llevó a la mujercon el médico hasta después de un mes delaborto. Cuando lo regañaron en el hospital porllegar con tanta demora él no dijo nada, sequedó callado.—mujer rural, 19 años

Si el esposo no se preocupa y no hay dinero,aunque tengamos mucho dolor no buscamosatención.—mujer rural, 43 años

Primero buscamos un remedio casero, unasplantas y si eso no alivia y tenemos dinero bus-camos al médico. Con mi aborto tuve muchodolor y fiebre; yo guardé cama tres días y se mepasó el dolor.—mujer rural, 43 años

El autotratamiento es lo primero que se haceusualmente a base de brebajesLo primero que hacen las mujeres cuando ocurre unaborto espontáneo es tomarse algún brebaje caliente†,fajarse para regresar la matriz a su lugar‡ y reposar

*El salario diario en el campo estaba alrededor de Q40, lo cual implicaque una persona debía trabajar de dos a seis días para poder pagar eltransporte hacia el hospital.

†Por ejemplo infusión caliente de manzanilla, pimienta, clavos.

‡La matriz (upam en kaqchikel, que quiere decir tanto estómago comoútero) tiende a desplazarse después de grandes esfuerzos como dar aluz, abortar o “hacer fuerzas” (levantar pesos muy grandes). Para hacerregresar el útero a su lugar, las comadronas utilizan por lo general tresmétodos: masajes en el vientre, antes y después del parto; vendarlo (fa-jarlo) e ingerir líquidos calientes; y colgar de los pies a la mujer. Ningu-na de las tres terapias es mutuamente excluyente, y en ocasiones, sedan las tres simultáneamente.

todo el día. Si esto no funciona, se busca ayuda no bio-médica o biomédica, dependiendo de la complicación.Tanto los proveedores biomédicos como los no biomé-dicos reafirman lo expresado por las mujeres. La mitadde ellos mencionó el uso de hierbas que las mujeres seautorecetan para el tratamiento del aborto; otros tantosmencionaron el uso de antibióticos.

Para los proveedores biomédicos las prácticas utili-zadas en el autotratamiento no son exitosas. Conside-ran que sólo las mujeres que tienen un aborto espontá-neo completo pueden recuperarse, pero no aquellas alas que les quedan restos placentarios. No hay unani-midad entre los proveedores no biomédicos. Dos co-madronas opinan que, si las mujeres toman infusión demanzanilla, sí pueden recuperarse por sí mismas, mien-tras que los seis proveedores restantes manifiestan quealgunas lo podrían lograr. Casi todos los proveedoresconsideran que la mujer corre el riesgo de morir o dedesarrollar infección pélvica cuando no busca atenciónmédica; sin embargo, algunas comadronas creen ade-más que una complicación severa como quedar con lamatriz dañada o quedar con el daño rezagado en lamatriz, son condiciones que pueden causar cáncer pos-teriormente.

El recurso médico al cual se acude difiere de unárea a otraAnte la eventualidad de requerir atención médica parael tratamiento del aborto espontáneo, las mujeres ur-banas acuden a los hospitales públicos y las mujeres delárea rural, principalmente donde las comadronas y, ensegunda instancia, al centro de salud. La consulta conmédico particular es poco frecuente a menos que setengan los recursos económicos para pagar sus servi-cios y el transporte.

Tanto en los grupos focales de hombres y mujerescomo en las entrevistas a profundidad con los provee-dores, las opiniones fueron idénticas a las de las muje-res: en el área rural se tiende a consultar primero a lacomadrona, quien decide si se refiere a la paciente alhospital y, en el área urbana, las mujeres tienden a acu-dir directamente al hospital.

Igualmente, todos los participantes del estudio coin-cidieron en que la consulta no es inmediata. Tiende ahaber demora a menos que haya hemorragia profusa.La demora en buscar atención es variable. Una médicade área urbana considera que las mujeres más jóvenestienden a buscar atención más rápidamente, en tantoque una comadrona de una aldea de Patzún opina justolo opuesto: las jóvenes primigestantes no conocen biensu cuerpo y les da vergüenza preguntarle a sus sue-

gras, lo que incide en demorar la consulta. Para otrascomadronas, algunas mujeres se tardan entre una y tressemanas en solicitar asistencia médica.

Las comadronas utilizan prácticas tradicionalesen el tratamiento del aborto espontáneoLos proveedores biomédicos y no biomédicos expre-saron que generalmente las mujeres que llegan a con-sultar por un aborto espontáneo presentan cuadros dehemorragia, dolor y fiebre. El tipo de tratamiento deestas patologías varía. Los proveedores biomédicos uti-lizan procedimientos modernos como el uso de anti-bióticos, legrado uterino instrumental (LUI) o aspira-ción manual endouterina (AMEU). Las comadronassuelen utilizar prácticas ancestrales, como darle a bebera las mujeres pociones calientes a base de hierbas (in-cluyendo flores de geranio, pimienta, clavo, pericón ymanzanilla), jalarles la matriz para que baje o darlesmasajes vigorosos en el vientre para arreglar la matriz,sobarlas con brasas (o algo caliente) y fajarlas. La ideaes calentar el útero y ponerlo en su lugar, pues el abor-to hace que éste se caiga.

Les doy a tomar algo caliente (manzanilla, pi-mienta, clavos) y les sobo con brasas y así se lesbaja todo. También les paso la plancha caliente:las cubro de papel y les paso la plancha. Mi sue-gra es indígena y de ella aprendí a calentar.—comadrona área urbana, 42 años

El “fajar” a las mujeres es una práctica utilizada porlas comadronas para asegurar el útero en su lugar, nosolo en casos de aborto espontáneo sino también despuésde un parto y de un aborto inducido. Tan solo tres de lasseis comadronas (una urbana y dos rurales) comentanque en los casos de aborto incompleto, infección o he-morragia se refiere a las mujeres a los hospitales.

Estas prácticas ancestrales fueron confirmadas porcinco mujeres que habían sido tratadas por comadro-nas cuando tuvieron un aborto espontáneo. Manifesta-ron que las comadronas les frotaron el vientre, les pu-sieron una faja y les arreglaron la matriz. Una de ellasmencionó que le gustaba el servicio de la comadrona,particularmente porque no la refería con médicos ni alhospital y que ella sola (la comadrona) la curaba. Paralas mujeres, las comadronas tienen la ventaja de hablarel mismo idioma, cobrar muy poco por sus servicios,ofrecer más confianza, conocerlas y estar más cercanasa ellas que los médicos u hospitales.

Se cree que el hombre es ajeno a los problemas desalud de la mujerEn general, tanto hombres como mujeres expresaronque los hombres tienden a no preocuparse por la saludde sus esposas o compañeras, y sólo algunos de elloslas apoyan y les procuran la atención en salud.

En las entrevistas individuales, cinco mujeres (dosde ellas con experiencia personal de aborto espontáneo)y ocho hombres (seis de ellos de La Reinita) específi-camente dijeron que a los hombres no les preocupa lasalud de las mujeres. Una de las mujeres que había su-frido un aborto espontáneo relató que, ante la indife-rencia del marido, fue su propia madre la que consiguióllevarla al hospital. Hay que recordar que seis mujeresde La Reinita dijeron haber abortado por los golpes queles daban sus maridos. Tan sólo dos mujeres de lamisma área manifestaron que el marido las llevó al hos-pital cuando sufrieron un aborto espontáneo.

Aunque la norma cultural maya dicta que los hom-bres deben llevar a sus mujeres con el proveedor desalud en caso de requerirse, en Patzún –predominante-mente maya– sólo dos hombres manifiestan que enefecto esto se hace. Algunos hombres argumentan queno siempre se procura la atención en salud debido a li-mitaciones económicas y a indiferencia. Dos más aña-den que las mujeres están sometidas emocional y eco-nómicamente a sus maridos y estos tienen el poder dedecidir si se busca o no atención. Esta dependencia delas mujeres en la búsqueda de atención en salud tam-bién ha sido observada en otros grupos indígenas deLatinoamérica (Meentzen).26 En los estudios de Chirixet al 27 y Castillo 28 hay evidencia sobre el grado de de-pendencia de las mujeres al poder del hombre dentrode los grupos mayas.

En los servicios privados, el costo del tratamientodel aborto espontáneo es muy alto Aunque los servicios en los hospitales públicos son gra-tuitos, algunas veces las mujeres deben cubrir el costode algunos medicamentos. Por el contrario, la atenciónen los servicios privados tiene un costo, por lo regularmuy alto e inaccesible para la mayoría de las mujeres yparticularmente para las indígenas, dados los altos ni-veles de pobreza de la población Guatemalteca.29

En opinión de las entrevistadas de ambas áreas, enlas clínicas privadas se paga por un legrado y trata-miento de complicaciones del aborto espontáneo entreQ1.500 y Q2.000* (US $192-256). En Patzún, sólo el

costo de la consulta con médico privado oscila entreQ30 y Q50 (US$4-6), mientras que en Ciudad de Gua-temala los médicos de clínicas privadas cercanas a LaReinita cobran entre Q50 y Q100 (US$6-13). En Patzúnlas comadronas cobran, por cada consulta, entre Q3 yQ5 (US$0,4-0,6 centavos), aunque en algunos casos nocobran nada. No se obtuvo información sobre el costodel servicio prestado por comadrona en área urbana.

Los costos de tratamiento del aborto espontáneo sonmás altos en Patzún que en La Reinita, pese a que la po-blación del primero –eminentemente maya– es máspobre que la del segundo. En este costo influye el gastoadicional de transporte, el cual puede ser significativo,como se mencionó previamente y, de hecho, muchasveces constituye la principal barrera para solicitar aten-ción médica, aun en los hospitales públicos donde laatención es gratuita. Tal es el caso de Patzún. En LaReinita, la distancia a los hospitales es menor y el trans-porte puede ser más asequible pero, por estar las vi-viendas situadas en las laderas de un barranco, no hayacceso para vehículos y es necesario entrar y salir a pie.Las mujeres usualmente llaman a los bomberos otoman taxi, cuyo costo al hospital más cercano es apro-ximadamente de Q35 (US$4,50). Aunque los bombe-ros son un servicio del estado y no cobran por el trans-porte, en algunas ocasiones se niegan a acudir a la zonadebido a la dificultad de acceso y la presencia de pan-dillas juveniles.

Aborto inducidoUna definición simple de aborto inducido o provocadoes cuando hay una intervención deliberada para inte-rrumpir un embarazo. Sin embargo, dependiendo de lascondiciones en que se realice, se habla de aborto inse-guro o seguro. De acuerdo con la Organización Mun-dial de la Salud30, el aborto inseguro es “un procedi-miento para poner fin a un embarazo no deseado, searealizado por personas que carecen de las aptitudes ne-cesarias o en un ámbito en el que no se cumplen los mí-nimos criterios médicos, o con la ocurrencia de ambascircunstancias”. Lo opuesto es el aborto seguro. Em-pero, este no es el caso de Guatemala, donde la mayo-ría de los abortos cae dentro del primer tipo: inseguro.

En esta sección se examina la práctica de aborto in-ducido desde dos escenarios: en la comunidad en gene-ral y el de la propia experiencia de las mujeres. En lasentrevistas individuales y en los grupos focales se pre-guntó a los participantes qué tan difícil era obtener unaborto, mientras que a los proveedores se les indagó quétan frecuente era la práctica del aborto en las comuni-dades. A todos los participantes se les pidió señalar qué

*Al momento del estudio, la tasa de cambio era de US $1 = 7.80 quetza-les. Los costos que se mencionan se refieren al menor y mayor valor(rango) expresado por los participantes del estudio.

grupo de mujeres en especial recurre al aborto y los mé-todos de aborto utilizados, así como los costos para laobtención de un aborto y las barreras enfrentadas. Se in-dagaron igualmente las opiniones de hombres y muje-res sobre las circunstancias bajo las cuales sería acepta-ble interrumpir un embarazo. En las sesiones focales seexploró qué hacen las mujeres si los intentos por abor-tar fallan, y si se observan cambios en relación con elpasado. Con los proveedores se exploró la conducta queellos usualmente asumen en caso de requerimiento deinterrupción de un embarazo, así como la probabilidadde que las mujeres recurran al aborto y el nivel de éxitocon los métodos utilizados por las mujeres.

Interrumpir un embarazo no es una decisión au-tónoma si se es joven o se tiene compañero Según los datos recolectados en Patzún, algunas muje-res se cuestionan si desean o deben continuar con elembarazo, especialmente cuando no tienen marido. Sino tienen marido y son jóvenes, los padres son quienesdeciden. Si las mujeres tienen marido, hay cierto her-metismo en relación con el proceso de decisión. Losentrevistados de esta área se limitaron a afirmar que esdecisión de la pareja. Sin embargo, esta expresión esmás bien un eufemismo debido a que estudios anterio-res sobre el uso de recursos domésticos y agrícolas hanmostrado que, con frecuencia, es prerrogativa del hom-bre decidir por la pareja aunque se manifieste que esdecisión de ambos. A la mujer apenas se le consulta, ymás frecuentemente sólo se le dan instrucciones sobreel curso a seguir o qué debe hacer31.

“Está entre la pareja decidir. Cuando no tieneesposo son los padres de la muchacha los quedicen para sacarlo”—grupo focal de proveedores, área rural

En La Reinita los participantes del estudio fueron li-geramente más explícitos sobre el proceso de decisión.En opinión de estos participantes, si las mujeres tienenuna relación estable con sus compañeros, se tiende aconsultar con ellos; en caso contrario, no. Asimismo, silas mujeres sienten que son maltratadas o no tienen unabuena relación de pareja, deciden solas o consultan convarias personas como las madres, vecinas, familiares yamigas.

El hombre no apoya a la mujer en caso de desearinterrumpir el embarazoEn opinión de la mayoría de las mujeres de Patzún y latotalidad de los hombres de ambas áreas, los varones

no apoyan la interrupción de un embarazo y, para mu-chos de ellos, no deberían hacerlo porque es pecado.Algunos hombres relataron en entrevistas y grupos fo-cales casos de compañeros que habían abandonado a lamujer por haber abortado. Igualmente, casi la totalidadde los hombres y la mitad de las mujeres argumentaronque únicamente los “mareros” (pandilleros juveniles)aceptaban la interrupción del embarazo. En general, laactitud de algunos hombres es que la mujer debe resig-narse a tener los embarazos que ocurran.

Por el contrario, algunas mujeres de La Reinita ex-presaron que sí hay apoyo del hombre ante la eventua-lidad de que la mujer desee interrumpir un embarazo.En Patzún, sólo tres mujeres opinaron lo mismo, peroprecisaron que la aprobación se da en casos en que lamujer embarazada sea la amante y no la esposa, o cuan-do el marido no ama a la mujer. El apoyo se limita a cu-brir los costos del aborto.

De las dieciséis mujeres que admitieron haber en-frentado la experiencia de un embarazo no planeado,cinco explicaron la actitud asumida por sus esposos enese momento. En dos casos, los esposos les pidieroncontinuar con el embarazo y en otros dos, les sugirieronhacerse un aborto (aunque finalmente no lo hicieron),en tanto que la quinta relató haber abortado en contra desu voluntad, siguiendo instrucciones de su compañero.

Mujeres y hombres consideran difícil obtener unaborto En opinión de la mayoría de los entrevistados –hom-bres y mujeres de ambas áreas– no es fácil hacerse unaborto. Las mujeres de La Reinita aducen que es unadecisión difícil de tomar y que resulta arduo encontrarun proveedor calificado, además de que existe temor alos riesgos en salud y la vida de la mujer y temor a queen el hospital se den cuenta del hecho (en caso de com-plicaciones). Para las mujeres de Patzún, las razonesson de índole emocional y religiosa más que de riesgosen salud. Los hombres expusieron motivos similares alos expresados por las mujeres.

No es fácil porque no todas las comadronas lohacen. Y después de pronto tienen que ir al hos-pital y si se dan cuenta que fue provocado, esmás difícil.”—mujer área urbana, 51 años.

En los hospitales no lo hacen y tienen que ir alo clandestino. Además emocionalmente debeser difícil.—mujer urbana, 33 años

Ah, es muy difícil, aunque uno diga que es fácilpero ante Dios es pecado y de todos modos siuna mujer abortó su conciencia lo lleva, porqueno es fácil sacarlo.—mujer rural, 49 años

No es tan fácil que hagan un aborto a la mujer,porque se sabe que es peligroso, se sabe quetanto trae consecuencias y que tal si se muere,tiene que averiguar por qué le paso eso, porquees delante de la comunidad.—hombre rural, 53 años

Porque la gente se da cuenta y después habla.—hombre rural 40 años

No obstante, unas pocas mujeres entrevistadas (ma-yoría de Patzún) consideraron que inducir un aborto noera tan difícil, principalmente porque hay remedios ca-seros y medicamentos disponibles.

Los proveedores no tienen certeza sobre qué tancomún es el aborto inducido Casi todos los proveedores –exceptuando una médica–expresaron no saber con certeza con qué frecuencia seda el aborto inducido, pero consideran que puede seralta debido a la clandestinidad de su práctica. Cerca dela mitad de los proveedores reconoció que muy pocasmujeres con embarazos no deseados acudían dondeellos a solicitar un aborto, y casi todos, a excepción deuno, aseguraron no haber realizado nunca un aborto nihaber orientado ni referido a alguna de las mujeres quehabían solicitado ayuda para la interrupción de un em-barazo. Uno de los médicos de Patzún expresó quenunca ha visto un aborto terapéutico, pues según ex-presó, la idea aún no es aceptada en Guatemala. Estaobservación sugiere que la ley, pese a lo restrictiva quees, no se está aplicando aún en el caso en que está per-mitido: salvar la vida de la mujer.32

… aquí en Guatemala por lo menos yo nunca hevisto un aborto terapéutico, nunca lo he visto,porque la idea en cuanto al aborto terapéutico,acá en Guatemala, todavía no se acepta, haymuchas contradicciones con respecto a una ins-titución, en quienes están de acuerdo y quienesno, al realizar un aborto terapéutico, y nadiequiere asumir una responsabilidad de esas, apesar de que se pueda tener claro las indicacio-nes para hacerlo [salvar la vida de la mujer],médico ginecólogo de área rural, 35 años

Los proveedores hicieron énfasis en que ellos evita-ban a toda costa que la mujer abortara, y se limitaban aaconsejar continuar con el embarazo y a dar orientaciónsobre la necesidad de acudir a controles prenatales, teneruna adecuada nutrición y suministrar suplementos vita-mínicos, en algunos casos. Los médicos y comadronasexpresaron además que recomendaban a las mujeres me-jorar la comunicación con su pareja (no se indagó conqué fin), utilizar métodos anticonceptivos en el futuro y,por último, considerar dar el hijo en adopción.

Debido a que la ley de aborto en Guatemala con-templa sanciones tanto para las mujeres que se hacenun aborto como para las personas que proveen el ser-vicio, a los proveedores de salud entrevistados no se lespreguntó directamente si ellos brindaban servicios deaborto. En consecuencia, es comprensible que casitodos evitaran hacer referencia a la provisión de abor-to y procuraran hacer énfasis en la orientación y con-sejería en cuidado prenatal y prevención del siguienteembarazo.

Todas las mujeres tienen probabilidad de recurrira un aborto inducidoMás de la tercera parte de los entrevistados cree que lasmujeres jóvenes y solteras son las mujeres que más sepractican abortos. El siguiente grupo de mayor proba-bilidad son las mujeres de mayor edad que tienen hijospero no tienen compañero estable, o que están casadaspero el hijo que esperan es fruto de una relación extra-marital. Una médica del área urbana mencionó tambiénal grupo de estudiantes universitarias.

Son las patojas [adolescentes] que se van a tra-bajar a Guatemala [ciudad capital] y después yano quieren a sus hijos, mujer rural, 37 años

Pues, en mi criterio y que yo lo he visto, la mayo-ría son (patojas…) las patojas que andan en lacalle, comadrona de área urbana, 40 años

(Ella) no tenía esposo, ella trabajaba de sirvien-ta, pero al patrón la engañó, tuvo que ver conella, entonces la dejó embarazada del primerniño, razón ella sola con el niño andaba… mujerurbana, 31 años.

Lo primero que intentan las mujeres es autoindu-cirse el aborto a base de brebajes La mayoría de entrevistados y participantes de los gru-pos focales, afirmó que lo primero que hacen las muje-res para tratar de interrumpir un embarazo no deseado

es la toma de pociones o brebajes a base de hierbas,preparados por las mismas mujeres o por una coma-drona. Por lo general, los brebajes se toman solos o encombinación con analgésicos, como la aspirina, que setoma en grandes cantidades (20-40 pastillas), u otrosproductos como el Alka-Seltzer. Se cree que todosestos métodos son eficaces si se utilizan al principio delembarazo, pero ineficaces cuando la mujer tiene la ma-triz fuerte o cuando no es la voluntad de Dios. Otros re-medios caseros menos mencionados fueron el sulfatode magnesia, la sal inglesa, el Aralén (medicamentocontra la malaria), sal en grandes cantidades (250 gr) ypurgante de aceite de castor.

Unas pocas entrevistadas mencionaron otras prácti-cas como saltar y hacer fuerzas (usualmente levantarobjetos pesados) y la inserción en la vagina de objetossólidos como un lápiz o ganchos de ropa.

Los brebajes y las sondas son los métodos más utilizados por las comadronasLa mayoría de las mujeres y la mitad de los hombres deLa Reinita mencionaron a las comadronas como el se-gundo recurso al cual se acude. En Patzún, por el con-trario, poquísimos entrevistados las mencionaron y, endos de los seis grupos focales de esta área, los partici-pantes negaron enfáticamente que ellas practicaranabortos. Es comprensible que, en una sesión focal, setratara de evitar su señalamiento como proveedoras de

aborto, dado que la comadrona es el recurso de saludmás asequible y amigable del cual dispone la poblacióndel área rural y la práctica del aborto es una acciónprohibida por ley.

De acuerdo con los relatos, las comadronas utilizantres procedimientos para inducir el aborto: brebajes quese toman durante quince días, colocación de sondas enla vagina e inyecciones. Para los proveedores, estostambién son los métodos más comúnmente utilizados:sondas, brebajes e inyecciones de oxitocina o probanova. Las enfermeras y los médicos señalaron, además,que actualmente se ven pocos casos de inserción vagi-nal de alambres y otros objetos. Tan sólo una coma-drona mencionó la introducción vaginal de una solu-ción de sal inglesa con sulfato. Adicionalmente, cuatromédicos hicieron la observación que en Ciudad Anti-gua, Guatemala se empieza a ver el uso del misopros-tol, y que algunas comadronas lo están recetando, pueses de venta libre en las farmacias*.

… otra cosa que se ha visto últimamente esque… hay libre acceso a medicamentos como elmisoprostol, por ejemplo. El misoprostol es unmedicamento… pues ahora las comadronas dealguna forma tienen conocimiento de esto ycomo es libre la adquisición en la farmaciausted va a decir ‘mire véndame un frasco’, sitiene sus ochocientos quetzales para pagarlo,lo compra…—médica ginecóloga, área urbana, 33 años

“Un medicamento muy popular actualmente esel misoprostol, que… no fue creado para proble-mas obstétricos… pero más de alguien se diocuenta que tenia muy buena efectividad en cuan-to a interrupción de embarazos y lo están utili-zando como tal en muchos lugares…—médico ginecólogo, área rural, 35 años

Aparte de estos métodos, unos pocos entrevistadosy casi la totalidad de mujeres y hombres participantesen las sesiones focales mencionaron el uso de pastillase inyecciones que venden en la farmacia. En algunoscasos, las farmacias se limitan a expender el productoy en otros, incluyen el servicio de aplicación del medi-camento. Sin embargo, ninguna de las personas logróidentificar ni recordar el nombre del producto, o quizásno quisieron suministrar la información pese a la insis-

Métodos abortivos más comunes:

• semillas de aguacate (se pica la semilla y sepone a cocer)

• clavo• pimienta • orégano y ajenjo • agua de coco • caldo de fríjol • jugo de limón • cáscara o semilla de granada (fruta) • mirto (planta) • flor inmortal (flor seca)• cilantro con aguardiente (licor) • la punta de apazote (planta) • salvia silvestre (planta con hojas son de sabor

amargo) • verbena (planta)• “remedios amargos” y “remedios calientes”• “puños de limón” con mejorales (aspirina) en

ayunas

*Los investigadores no pudieron constatar la venta libre de este medi-camento en Ciudad Antigua. Tampoco se obtuvo información sobre porqué los proveedores del área urbana entrevistados no lo mencionaron.

tencia de las entrevistadoras y facilitadoras.

Los médicos, otro de los recursos identificados enla provisión de abortoUn buen número de mujeres y unos pocos hombres deambas áreas de estudio señalaron a los médicos comootro recurso en la provisión de servicios de aborto. Sinembargo, los consideran la opción más cara para acce-der a un aborto. Anotaron que estos profesionales, ade-más de hacer legrados, también hacen abortos pormedio de inyecciones y pastillas. Es posible que algu-nos de los “doctores” a los cuales se refirieron los en-trevistados del área rural fueran en realidad depen-dientes de farmacia. En algunas entrevistas y en dosgrupos focales se mencionó la presencia del doctor dela farmacia en Patzún quien da pastillas e inyecciones.Sin embargo, cuando se entrevistó a esta persona sepudo corroborar que no era un profesional médico.

Dos de las entrevistadas del área de La Reinita quemencionaron a los médicos, explicaron haberse ente-rado de este recurso de aborto a través del dependientede una farmacia y a través del mismo profesional,quien se ofreció hacer el aborto en el hospital público.En ninguno de los dos casos se llegó a realizar el pro-cedimiento. También se mencionaron casos de muje-res que, aparentemente, ingresaban al hospital porabortos incompletos, esperando que allí les hicieran ellegrado. Sin embargo, no se logró establecer si las mu-jeres habían hecho algo o si alguien les había iniciadoel aborto para que posteriormente les atendieran lacomplicación del aborto en la institución de salud.

De los 16 proveedores entrevistados, únicamentecuatro médicos reconocieron que algunos colegas rea-lizaban abortos mediante el uso de sondas o instru-mental quirúrgico. Aunque no se aclaró a qué se referí-an con instrumental quirúrgico, probablemente sereferían a dilatación y curetaje, debido a que el uso dela aspiración manual endouterina aún no es muy gene-ralizado en Guatemala. Igualmente, los investigadoresno pudieron establecer la razón por la cual las coma-dronas y farmaceutas no hicieron mención de los mé-dicos como otra fuente de servicios de aborto.

Otros recursos identificados en la provisión deabortoUnos pocos entrevistados –hombres y mujeres– seña-laron a otras personas de menor calificación en la pro-visión de aborto: son los curanderos y las mujeres re-conocidas como “señoras”. Estos “proveedores deaborto” utilizan principalmente inyecciones y sondasy, en algunos casos, brebajes.

Mire usted, yo no vivía ni con él, verdad… él ensu casa, yo en la mía. Entonces cuando yo resul-té embarazada, entonces dije: ‘otro hijo más yoya no quiero’. Entonces yo platiqué con una se-ñora y ella me dice: ‘usted tan bruta que es’….Pero a mí me han contado una señora, por allápuede ir usted’‘Ay, dígame, a ver cuándo yo voya ir’, le dije, y me llevó hasta por allí por…. Ellame dijo: ‘mire, váyase y ahí hay teléfono públicoy donde mire usted ese teléfono público, ahíentra y pregunta por la señora’. Y así fue y yoentré, verdad, y me tocó la señora y me dijo quesí estaba embarazada. ‘Yo le voy a cobrarQ.80.00’me dijo, ‘y le pongo la sonda. No sé siusted viene dispuesta’. ‘Está bueno’, le dije yo.Me puso la sonda, y me puso una inyección tam-bién. Me dijo: ‘mañana a las 10 de la mañana, aesta misma hora, usted ya va ver el resultado’. Yasí fue. Este... pero me la puso mal. Sí, porquetres días con dolor, y con dolor, y con dolor. A lostres días me tuve que ir al hospital y ahí me hi-cieron el legrado.—mujer, área urbana, 51 años

Otras fuentes de aborto apenas mencionadas en unaspocas entrevistas individuales y grupos focales fueronlos sanatorios (clínicas privadas) y hospitales, los pues-tos y centros de salud e inclusive la asociación de pla-nificación familiar, donde según estos participantes, sedan pastillas para abortar. Esta última apreciación es in-correcta y parece que las personas confunden las píl-doras anticonceptivas (caso de la asociación de plani-ficación familiar) con otro tipo de pastillas que se estéutilizando en la inducción de un aborto.

Las sondas y los métodos quirúrgicos son los máseficaces Para las comadronas, los métodos más eficaces para in-ducir el aborto son las sondas, las tomas de apazote y lasal inglesa con sulfato. Para los médicos, son los méto-dos quirúrgicos y “las píldoras del día siguiente”. Estaapreciación es, desde luego, incorrecta puesto que laspíldoras del día siguiente (o anticoncepción de emer-gencia) no sirven para inducir un aborto sino para pre-venir un embarazo. Se utilizan antes de las 72 horas si-guientes a la relación sexual sin protección. Después deeste tiempo, si ya ha ocurrido un embarazo, no son efec-tivas. Los métodos considerados ineficaces son, en opi-nión de las comadronas, grandes cantidades de analgé-sicos y el agua de clavo; sin embargo, son ampliamenteconocidos y recomendados por ellas mismas. Para los

médicos, los métodos ineficaces son las inyecciones ylas pastillas que se venden en las farmacias.

Pese a múltiples intentos, las mujeres no lograninterrumpir el embarazo Doce mujeres de un total de 42 reconocieron haberconsiderado o haber intentado abortar. De esas docemujeres, cinco lo intentaron con remedios caseros (unadel área rural) y cuatro acudieron donde una comadro-na (una del área rural), el resto tan sólo lo consideró enalgún momento.

Varios fueron los métodos utilizados por las cincomujeres en sus intentos fallidos por abortar: una tomó30 aspirinas y compró una inyección en la farmacia;otra tomó varias pastillas de Aralén disueltas en jugo delimón, se inyectó “algo” en la farmacia y se tomó el bre-baje que le preparó la vecina: cerveza hervida con no séqué cuentos que ella conocía. En un tercer caso, la sue-gra la llevó a un pueblo cercano para que le pusieranunas inyecciones; además, tomó clavo, pimienta gorda,orégano y jugo de limón con aspirinas. Otra no recuer-da qué hierbas tomó y la quinta, al pensar que estabaembarazada, consideró tomar un brebaje de semilla deaguacate o caldo de fríjol, pero finalmente no lo hizo.

Yo tenía 11 meses que me compuse con mi patoja[nació su hija] cuando yo resulté embarazadadel otro... yo le conté a ella [suegra] que estabaesperando, y me dijo…la voy a llevar a Amati-tlán para que le pongan su par de inyeccionespara que se le venga’… Me pusieron inyección,tomé clavo, tomé pimienta gorda, tomé orégano,tomé mejoral con limón. Pero mire, como quefuera palo. Allí está mi gran hijón ahora. Mire,nada… dice mi suegra… “cuando ya están bienformados y es la voluntad de Dios que vengan asufrir al mundo, harte que lo que se harte usted,no se viene”. Pero ella fue la que me ayudó por-que yo no sabía nada… —mujer, área urbana, 52 años

Aunque en los grupos focales no se indagaba la ex-periencia personal de aborto, algunos participantes delas sesiones en La Reinita (tres mujeres y un hombre)también relataron fallidos intentos debido al uso de mé-todos tradicionales no efectivos. Dos mujeres afirma-ron haber tomado puños de limón con mejorales enayunas y, a pesar de intentarlo varias veces, no les fun-cionó. Una tercera comentó que su suegra la había lle-vado a la casa de una señora que ponía sondas, pero noquedó claro si finalmente ella había utilizado sus ser-

vicios. El único hombre que se atrevió a comentar suexperiencia fallida cuenta:

[Paráfrasis]: Yo ya tenía cuatro hijos con mi es-posa y cuando vino el quinto planeamos hacerun aborto. Ella tomó varias aguas para ver si lebajaba la menstruación, para que abortara, perodespués dialogamos y pensamos que era mejortenerlo...las cosas ya estaban hechas... porque setrataba de una vida más, ¿verdad? Además, elaborto tampoco es bueno para la mujer; ellaqueda enferma con eso del aborto y si el feto yaestá algo mayor, ya de unos cinco meses, el abor-to le puede ocasionar la muerte.

Yo intenté con pastillas, después con aceite decastor y ninguno de los dos me dio resultado. Enotro embarazo solo probé jugo de limón y tam-poco me funcionó. Después del intento como queentendí que era la voluntad de Dios mandar aesos niños y me conformé, lo tuve.—grupo de mujeres, área urbana.

En las sesiones de grupos focales también se narra-ron casos de mujeres que hacen sólo un intento porabortar y, si este falla, se resignan a continuar con el em-barazo y dan a luz. Sin embargo, aclararon que algunasjóvenes llevan a término el embarazo pero, después detener el hijo, lo abandonan o lo dan en adopción.

De las cuatro mujeres entrevistadas que admitieronhaber acudido donde una comadrona, una sola* (dePatzún) logró interrumpir el embarazo tres días des-pués de que le fuera insertada una sonda, pero argu-mentó haberlo hecho por deseo expreso de su compa-ñero. De las tres mujeres restantes que no lo lograron(todas de La Reinita), dos no se atrevieron a seguir lasindicaciones dadas por la comadrona y la tercera notuvo éxito con el método sugerido. En todos los casos,el método indicado fue la ingesta de un brebaje, a sertomado solo o en combinación con pastillas. En uno delos casos, la comadrona proporcionó el bebedizo porvalor de Q25 la botella, el cual le haría efecto a las dos

*El relato de esta señora tuvo que ser reconstruido por la entrevista-dora. La mujer era conocida de la entrevistadora desde hacía variosaños. Durante el trabajo de campo en Patzún, las dos se encontraron ca-sualmente. Al conocer el objetivo del estudio, la mujer espontánea-mente contó su caso. Cuando, días después, la entrevistadora le solici-tó repetir la narración ante la grabadora, la mujer accedió, pero semostró completamente inhibida y sus respuestas fueron lacónicas. Laentrevistadora se vio en la necesidad de repetir, ella misma, el eventoque la mujer le había contado unos días antes y pedirle a la mujer quelo fuera corroborando.

semanas, según se indicó. En otro caso, la comadronarecomendó que hiciera un cocimiento de semillas deaguacate con otras hierbas y tomara unas pastillas quepodía obtener en una clínica, ya que no se expendían enla farmacia. La entrevistada se limitó a afirmar que nolo había intentado y no dio información sobre el tipo depastillas ni la clínica que le habían sido indicadas. A latercera persona, la comadrona le sugirió tomar infusiónde clavo y orégano, pero no le funcionó. Aunque sólose detectó un caso de aborto por presión del compañe-ro, otros estudios en Latinoamérica han encontradoesta misma causa del aborto inducido.33

[Paráfrasis] La mujer vive en una de las aldeas ytrabaja en Patzún como empleada doméstica.Tiene tres hijos de diferente padre, ninguno delos cuales ayuda con su manutención. Ningunode sus cuatro embarazos había sido deseado.Nunca ha tenido relaciones estables de pareja,sino esporádicas. Al momento de la entrevistamantenía relación con el padre del último hijo[quien estaba casado con otra mujer], tambiénresponsable del último embarazo que terminó enaborto. En esta oportunidad, cuando su compa-ñero le preguntó si estaba embarazada, ella lonegó pero sí admitió que tenía un mes de nomenstruar, aunque en realidad ya tenía tresmeses de atraso. El compañero compró unas“inyecciones” y mandó a la mujer donde la co-madrona, quien comprobó que tenía tres mesesde embarazo. La comadrona le introdujo unasonda, le puso una inyección y a los tres díasabortó. Estuvo con hemorragia y dolor de vien-tre por una semana. El compañero le compró enla farmacia un brebaje verde [no lo pudo identi-ficar] y acudió de nuevo donde la comadrona,quien le puso tres inyecciones [posiblemente an-tibióticos pero no se sabe con qué intervalo]. Lamujer aseguró que el aborto había sido en con-tra de su voluntad y que lo había hecho única-mente porque su compañero se lo había pedido.La mujer no pudo especificar costos y expresóque su compañero se había hecho cargo de todoslos gastos. El único costo que mencionó fue eldel transporte, Q300, posiblemente para llegardonde vive la comadrona que la atendió. Asegu-ró que al segundo día de no tener dolor ni hemo-rragia [aproximadamente nueve días despuésdel aborto], volvió a su trabajo habitual.—relato reconstruido por la entrevistadora delcaso de una mujer rural, 55 años

El aborto inducido no es aceptado bajo ningunacircunstancia Para conocer la actitud que tienen las personas frenteal aborto, a todos se les preguntó si es aceptable inte-rrumpir el embarazo en casos de violación, si la mujertenía SIDA, si estaba en riesgo la vida de la mujer y silas condiciones económicas eran precarias. Mientraslas mujeres y hombres de Patzún no aceptan el abortobajo ninguna de las circunstancias planteadas, algunasmujeres y hombres de La Reinita manifestaron una ac-titud relativamente más abierta. El rechazo en Patzúnes tan fuerte que tres mujeres abiertamente expresaronque aún si la vida de la mujer corría riesgo, era mejormorirse pero no abortar. En tanto que, en La Reinita,unos pocos entrevistados opinaron que el aborto seríajustificable en casos de violación (ocho participantes,mitad hombres y mitad mujeres), otros tantos lo justi-fican en casos de SIDA (dos de ellos hombres) y otrosonce expresaron no estar seguros o no poder opinar.Tan sólo un hombre del área urbana opinó que el abor-to era aceptable en caso de extrema pobreza.

No obstante, es interesante anotar que una partici-pante de uno de los grupos focales de Patzún inicial-mente se pronunció en contra del aborto, pero al termi-nar su relato hizo la reflexión que quizás era aceptableque las mujeres abortaran para que los niños no sufrie-ran. Por ser una excepción de la actitud general, se pre-senta su opinión:

El momento del parto, es un sufrimiento grandeque la mujer sufre, pero como Dios es quien le hadejado a uno [parir hijos] uno debe obedecer.Pero los niños están destinados a nacer y vivir enla tierra y no para que sufran. Pero hay padresde familia que porque son pobres o porque notienen terreno abortan, pero no debería de serasí. Por ejemplo, un padre de familia tomamucho y tiene muchos hijos, uno de mujer nopuede mantenerlos a todos. Y se tiene embarazotras otro embarazo. Tal vez es por eso que lasmujeres deciden o buscan maneras de abortar.Porque ellas solas no pueden con todos los hijos.Hay dos o tres casos en mi comunidad que dalástima verlos así…por eso digo yo que quizássea bueno que haya mujeres que aborten, porqueson los niños los que llegan a sufrir.—grupo focal de mujeres, área rural

Pese al abierto rechazo expresado por la mayoría delas personas del área rural y de varias personas del área

urbana, pareciera que el concepto de aborto provocado(o el intento de abortar) es más censurable que hablardel uso de métodos que ayuden al retorno de la mens-truación. En algunas entrevistas las mujeres hablabande ingerir pastillas y sustancias naturales “para que lesbajara la regla”. Pareciera que esta expresión es so-cialmente más aceptable que intentar interrumpir unembarazo o abortar con otro tipo de procedimiento. Lasmujeres que en las entrevistas reconocieron haber in-tentado abortar sin conseguirlo, frecuentemente expli-caban su proceder como una falta de reflexión o de ma-durez, implicando un proceder incorrecto. De lasmujeres que lograron abortar, la mujer de Patzún dijohaberlo hecho en contra de su voluntad y la de La Rei-nita lo hizo por su propia voluntad, pero debido a queya tenía varios hijos y no tenía marido que le ayudaraen su manutención; en igual situación se encontraba lamujer de Patzún.

Complicaciones y tratamiento del aborto

Muy poco se sabe acerca de las mujeres que tienencomplicaciones de aborto y no reciben tratamiento mé-dico en las instituciones de salud, o lo reciben de unproveedor no calificado. Para llenar este vacío de co-nocimiento, el presente capítulo tiene el propósito dedescribir las percepciones que tienen hombres y muje-res sobre el tipo de complicaciones inmediatas y delargo plazo que sufren las mujeres como resultado deun aborto; averiguar dónde acuden a buscar tratamien-to, cuánto tiempo esperan para buscar atención médi-ca, las razones para no acudir a solicitarla, las barrerasque enfrentan para la obtención del tratamiento de lascomplicaciones, las preferencias para recurrir a un pro-veedor más que a otro y el papel que desempeña elcompañero cuando se presentan complicaciones. A losproveedores se les preguntó específicamente acerca desu experiencia en la provisión de atención postaborto yde consejería en planificación familiar, incluyendo laprovisión postaborto de métodos anticonceptivos.

Existe el conocimiento de que el aborto inducidosuele ser de alto riesgo Todos los entrevistados tienen cierta noción de lascomplicaciones del aborto inducido. Las complicacio-nes inmediatas más comunes, mencionadas por todoslos participantes del estudio, tanto en las entrevistas in-dividuales como en los grupos focales, fueron la he-morragia, el dolor abdominal y la fiebre. Como com-plicaciones de mediano y largo plazo, se identificaronlas infecciones y presencia de restos placentarios (abor-to incompleto), palidez y debilidad, daño uterino, in-fertilidad, cáncer e inflamación pélvica. Unas pocas en-trevistadas también mencionaron casos de muerte, ocasos de mujeres que estuvieron en cama por un perío-do prolongado de tiempo o estuvieron graves o agoni-zantes, pero no dieron detalles del tipo de complicaciónque ocasionó esta situación. Cabe resaltar que un far-macéutico-curandero aseguró no conocer el tipo decomplicaciones del aborto inducido, porque según élno ha visto ningún caso. Sin embargo, es probable que

no hubiese querido contestar la pregunta, teniendo encuenta que lleva 18 años laborando en el área de salud,estudió algunos años de enfermería y previamente dioinformación sobre las complicaciones más comunesdel aborto espontáneo.

Las complicaciones del aborto están asociadas aprocedimientos inseguros La mayoría de los participantes del estudio consideraque las causas principales de las complicaciones deaborto inducido están relacionadas con los medica-mentos tomados y la falta de asepsia durante el proce-dimiento. Para los proveedores –principalmente bio-médicos-, además de la falta de asepsia, las causasbásicas son el uso de sondas y otro tipo de manipula-ciones intrauterinas. Unos pocos entrevistados y parti-cipantes de grupos focales creen que algunos remedioscaseros como el jugo de limón y bebedizos calientes yamargos causan complicaciones. De acuerdo con susexplicaciones, estos brebajes cortan la sangre y arrui-nan el útero. Para otros pocos, en sí mismo el aborto in-ducido produce infecciones y debilidad en el útero.

Cuando las complicaciones no son severas, setiende al autocuidado Por lo general, las mujeres tienden inicialmente al au-tocuidado si las complicaciones no son severas, y por-que hay muchas barreras para obtener tratamiento mé-dico en las instituciones de salud. Existe la creencia deque la severidad de las complicaciones está relaciona-da con la constitución de la mujer: las que tienen unútero fuerte logran curarse solas, no así las que tienenun útero más débil (la percepción de la fortaleza delútero es independiente de la paridad).

Los participantes de tres grupos focales (dos de Pat-zún) y unas cuantas entrevistadas del área rural men-cionaron que a veces no se busca atención médica por-que se tiene la esperanza de curarse mediante la ingestade fármacos o remedios caseros a base de plantas, bre-bajes calientes, suplementos vitamínicos y minerales,

Capítulo 5

y reposo en cama.Los proveedores biomédicos consideran que algu-

nas mujeres tienden a no hacer nada y esperan a que lossíntomas sean autolimitantes para buscar asistenciamédica. Unos pocos opinaron que algunas mujeres seautorecetan antibióticos, los cuales a veces pueden serefectivos, o utilizan hierbas o hacen uso del temascal.*

A la pregunta sobre qué le pasaba a la mujer que nobuscaba atención médica en caso de presentar compli-caciones, todos los hombres y proveedores, y unascuantas mujeres, indicaron que el principal riesgo erala muerte. Otros peligros mencionados fueron la posi-bilidad de empeorar la infección (según los proveedo-res), o conducir a condiciones crónicas como cáncer ytumores (según los hombres y las mujeres).

Se busca atención inmediata en casos de hemorragia profusa La búsqueda de atención inmediata se hace únicamen-te en presencia de hemorragia profusa. De lo contrario,la demora es la norma. Sin embargo, la inmediatez y lahemorragia abundante, son conceptos relativos y sub-jetivos. De acuerdo con algunas narraciones, la mujerpodía sangrar profusamente hasta tres horas antes deser llevada al hospital. Se argumentó que sólo cuandola mujer estaba a punto de perder la conciencia es lle-vada de urgencia al hospital. Este acontecimientopuede repetirse en una misma mujer, como se observaen uno de los siguientes relatos.

…pero ahí sí se vio bien grave, ahí sí, porqueella dice que ella ya iba agonizando pues la lle-varon al hospital y allí se dieron cuenta lospapás porque ella ya estaba morada, ya no ha-blaba… se acalambraba y todo; y con grandesfiebres, dolor, fiebre y acalambrada… casicomo a los tres años volvió ir a parar al hospi-tal, pero ahí sí dice que en el hospital le saca-ron la verdad, qué era lo que se había hecho yde ahí tuvo que decir ella que había ido con unacomadrona y ahí le habían puesto sonda, … yentonces le dijeron los médicos de que la próxi-ma vez que hiciera eso, entonces se

iba a morir, porque ya no la iban a recibir en el

hospital.—relato de una mujer de área urbana, 51 años,sobre el caso de una conocida.

…no se murió porque la llevaron a un sanatorioprivado y allí le detuvieron [la hemorragia] y lepusieron suero, pero ella estaba muy grave, ledolía mucho la cabeza,… estaba desmayada…parece que ya llevaba mucho tiempo de emba-razo por eso no pudo sacarlo y el papá dijo, ‘sialgo le va a pasar a mi hija, lo llevamos presoal muchacho porque le dio inyecciones paraabortar al niño’,…dijo el papá.—relato de una mujer de área rural, 46 años,sobre el caso de una conocida.

La tardanza puede ser de tres días a varios meses eincluso años. Se relataron casos de posible inflamaciónpélvica crónica, en los cuales las mujeres buscaronatención diez años después, o incluso más, de haber te-nido un aborto.

Son múltiples las barreras para demorar buscaratención médica Debido a la restrictiva legislación y al fuerte estigma so-cial que rodea el aborto, las mujeres demoran la bús-queda de asistencia médica por vergüenza y temor a queel aborto se haga de conocimiento público. Se aduceademás que muchas mujeres desconocen la gravedad delas complicaciones y guardan la esperanza de sanarsolas. La vergüenza es tan fuerte que aún en casos deaborto espontáneo se prefiere callar el problema quebuscar atención médica. Los relatos a continuaciónhacen referencia a la demora que las mujeres tuvierondurante la experiencia de un aborto espontáneo. Sin em-bargo, es posible que fueran abortos provocados.

Yo sentí mucha vergüenza y en mi casa sólo medaban remedios caseros. Yo no me animaba adecir que era aborto. Hasta los cinco días fuicon la comadrona y ella me dijo que había teni-do un aborto y ella me curó.—relato de una mujer sobre aborto espontáneo,grupo focal, área rural

Se tardan hasta 15 días. Se pasan con dolor y fie-bre y hasta que ya no aguantan se vienen. Les davergüenza y no se quieren poner en evidencia ensu casa; por eso esperan que con el tiempo securen ellas solas. A veces la falta de transportetambién hace que se tarden todavía más, pero es

*El temascal es un recinto especial para baños de vapor (sauna maya).Estos baños de vapor forman parte importante de las prácticas mayasen atención postparto y postaborto. Por tradición, cada familia tenía unpequeño recinto de adobe en su vivienda dedicado a los baños de vapor.Con la destrucción de las viviendas que ocasionó el terremoto de 1976,estos recintos no fueron reconstruidos y tan sólo se observan en con-tadas viviendas de Patzún.

más la vergüenza que se enteren que hizo unaborto—relato de una enfermera, área urbana

La pobreza y la lejanía son barreras importantespara buscar atención médica Existen además barreras de índole geográfica y econó-mica que inciden en la tardanza o no búsqueda de laatención médica. Aunque las mujeres de ambas áreasenfrentan por igual tales limitaciones, éstas se percibenmás agudas para las mujeres del área rural. Por lo ge-neral, las mujeres rurales residen en áreas muy lejanas,de difícil acceso, carentes de un buen sistema de trans-porte público. La pobreza generalizada de la poblaciónno les permite a las familias disponer de los medioseconómicos para cubrir los costos de transporte al hos-pital y los costos de los medicamentos recetados parael tratamiento postaborto. Se argumenta que casi siem-pre las comadronas acuden a los hogares de la pacien-te, evitando de esta forma el pago del transporte.

A veces uno no tiene dinero para ir a un sanato-rio y en el hospital ahora cobran por todo. En-tonces uno dice en nombre de Dios me voy conaquella persona que, aunque no sepa tantocomo los doctores sí ayuda a la gente”.—mujer urbana, 47 años

Vinieron los bomberos por ella, que estaba gravey se la llevaron al hospital. Ella sólo estuvo unratito, le hicieron el legrado y le dieron unaspastillas y se fue no más pudo, para no tener quedejar más datos. Cuando la entraron [al hospi-tal] ella dio otro nombre, pues tenía miedo que lametieran presa. Al día siguiente se fue.—mujer urbana, 32 años

El costo de transporte de las aldeas a Patzún, dondequeda el hospital local, varía entre Q50 y Q100 (US$6.40-$13). No obstante, son pocas las mujeres que seatienden en esta institución por su precaria infraestruc-tura de servicios, por lo cual deben recurrir al hospitalde Chimaltenango. En este caso, el costo del transpor-te se incrementan substancialmente: éste puede llegarhasta Q250 (US $32) desde la aldea más lejana al hos-pital. En algunas ocasiones, las personas de Patzúndeben recurrir a la venta de animales o enseres o a otrotipo de estrategias para conseguir el dinero para cubrirlos costos del tratamiento. Se mencionó el caso unseñor de la comunidad quien tuvo que recurrir a la igle-sia a solicitar contribuciones para costear el tratamien-

to de su esposa. El costo de transporte en La Reinita esaproximadamente de Q35 (US $4,50) durante el día yQ50 (US $6,40) por la noche.

El hospital nos queda muy lejos, pero yo real-mente creo que la comadrona sí sabe y puedeayudar con los abortos. Cuando mi hermanahizo su aborto se estaba desangrando. La que-ríamos llevar al hospital pero no sabíamos quéhacer con tanta sangre. Por suerte mi suegra,que es comadrona, la vio y le estuvo dando re-medios para pararle la sangre. Ella la estuvoviendo un gran rato hasta que le paró [la hemo-rragia]. Aquí las mujeres tienen vergüenza de ircon un médico o con una enfermera, sientenmás confianza con la comadrona.—hombre de área rural, 30 años.

Los proveedores reconocen las mismas barrerasde accesibilidad a servicios de salud La distancia, áreas geográficas de difícil acceso, la ca-rencia de recursos económicos y la poca capacidad re-solutiva de los servicios para la atención de las com-plicaciones de aborto fueron las principales barrerasidentificadas por los proveedores. Los servicios loca-les disponibles sólo pueden ofrecer antibióticos y refe-rir a un hospital, por lo general público. Advierten queel problema de acceso es serio para las mujeres de Pat-zún, aunque reconocen que las mujeres de La Reinitatambién encaran estas dificultades. De acuerdo con elmédico del área rural, el “hospitalito” de Patzún sí dis-pone del instrumental para hacer legrados, pero nocuenta con personal para hacerlo, especialmente anes-tesiólogos.

Aunque el hospital no queda lejos, hay quienesno tienen ni para el taxi o para el bus, y eso lasdemora. Otras no tienen con quién dejar a loshijos, o no se quieren venir sin hablar con el es-poso. Aquí en el hospital lo más común es que lastraigan los bomberos, pero las señoras se quejanque aunque los llamen ellos no siempre llegan.—enfermera, área urbana.

[Paráfrasis]: Los bomberos no vienen aquí albarranco, sino se quedan en La Reinita. Deaquí salen [las mujeres] en camilla, los vecinoslas sacan, o se van sólo agarradas de la mano,depende qué tan mal estén. Los bomberos nocobran y se tardan como media hora en venir yllevarla. Pero el problema aquí es salir del ba-

rranco. Si llueve ya no hay forma de salir y denoche tampoco.—comadrona, área urbana.

[Paráfrasis]: No hay costo directo en el hospi-tal, pero el costo del transporte desde las alde-as puede ser alto y esa es una dificultad consi-derable. Aquí ni los bomberos tienen cómotrasladar gratuitamente a las personas y debencobrar sus costos. A nivel privado, el costo detransporte por la noche es más alto. Además, aveces no hay medicamentos en el hospital y lospacientes deben costearlos. Aparte de esto, laspacientes dejan de percibir un ingreso mientrasestén internadas. Si las mujeres no tienen recur-sos deben ir a Chimaltenango.—médico, área rural.

Adicionalmente, los proveedores reconocen quehay demora en la atención en los servicios de saludcuando hay sobrecarga de pacientes y las condicionesde la paciente no son de urgencia, es decir, cuando nose tiene un sangrado abundante. La espera para seratendidas una vez que han ingresado a los servicios desalud fue mencionada por casi la mitad de los provee-dores. La demora puede llegar a ser hasta de seis horas.

Pues generalmente, como hay muchas pacien-tes, no las atienden muy rápido, sino que sequedan sentaditas allí en su banquita tal vez de-sangrándose. Y si son tímidas y no se atreven adecir nada, tardan varias horas en atenderla.Van haciendo su turno y si la paciente no gritao patalea, o hace un escándalo, tal vez la vandejando, esperando su turno y muchas vecespuede haber una complicación seria, inclusohasta la muerte, por una paciente que no fueatendida rápidamente.—médica, área urbana

Otros factores identificados como posibles barrerasfueron el costo del tratamiento y la falta de una aten-ción cálida. De acuerdo con los proveedores biomédi-cos, esto puede deberse a la dificultad de dar atenciónpersonalizada por escasez de personal y exceso depacientes.

El costo del tratamiento de las complicaciones es unobstáculo adicional y dependerá del lugar donde se re-alice el tratamiento y de la severidad de la complica-ción, en particular de la infección. De acuerdo con losmédicos entrevistados, en las instituciones públicas no

hay ningún costo directo, mientras que en los serviciosprivados, por sólo referir una paciente al hospital puedeser de Q10-30 (US $1,30- $4) en Patzún, y de Q50 aQ100 (US $6,40- $13) en Ciudad Guatemala. Dos mé-dicos (uno de cada lugar de estudio) calculan que elcosto promedio de tratamiento podía estar alrededor delos Q2.000 (US $256). El médico de Patzún que traba-ja en el “hospitalito” [privado] estimó los costos entreQ3.500 y Q5.000 (US $448- $641), incluyendo ciru-gía, medicamentos y hospitalización; sólo por el legra-do cobraba de Q200 a Q1.000 (US $26- $128), segúnla situación económica de las pacientes. Adicional-mente está el gasto en medicamentos que la pacientemisma debe adquirir al egresar del hospital para conti-nuar su tratamiento en casa. Sin duda, la suma total detodos estos gastos es extremadamente alta y está fueradel alcance de la población de estas áreas.

El maltrato en las instituciones de salud es otra delas barreras para no buscar atención médicaUna barrera adicional que impide la solicitud de aten-ción postaborto o la retrasa es la percepción generali-zada de la mala actitud de los trabajadores de salud, enparticular de los que laboran en las instituciones públi-cas. Quince personas entrevistadas dijeron que sí creí-an que hay maltrato de estos trabajadores, y sólo dospersonas consideraron que eran atentos (ambos de LaReinita). Aunque las opiniones de los entrevistados sebasan en experiencias de terceros o vivencias persona-les de eventos no relacionados con un aborto inducido,todos ellos consideran que la actitud de los proveedo-res es negativa. Se relataron algunas experiencias en lascuales se regañó o humilló a las pacientes.

Allí [hospital] tuvo que decir ella la verdad. ‘Sino decís nada, aquí te vamos a dejar que temurás’, dice que le dijeron. ‘Ya no te vamos aatender’. Y por eso ella sintió miedo y tuvo quedecir la verdad. Ya de ahí dice que sí le dijeronque sí la iban a tratar pero que era la última vez.‘La próxima vez que llegués, pues, ya te podésmorir. Ya no te vamos a atender y tenés que bus-car a dónde ir, porque aquí ya no te vamos aatender’. Después de esa gran regañada ya novolvieron a tratarla mal.—mujer, área urbana, 51 años.

Tratan mal [en hospital]. En el hospital Roose-velt llevé a mi nuera porque se le vino el niño yno la atendieron hasta que no les llevé el resulta-do del ultrasonido. Peor me imagino que igual

tratan a las que se lo provoca.—mujer área urbana, 46 años.

En el hospital nacional primero lo humillan auno, después lo atienden.—mujer área rural, 46 años.

Aunque la mayoría de los proveedores biomédicos yno biomédicos reconoce que el personal de los serviciosde salud en general es poco amable y tiende a tener unaactitud negativa hacia las mujeres que llegan por abor-to, también reconocen que la atención ha mejorado conel nuevo programa de atención integral postaborto.34

Igualmente, comentan que la atención es más amable enlos hospitales privados que en los públicos.

Cuando yo trabajaba en el hospitalito allí sí eranamables, porque era privado. Se les da apoyomoral y se es amable porque el doctor tiene paga-do a todos sus empleados y uno de empleado esobligado a atender, por eso se le llama privado”.—dependiente de farmacia, área rural.

La verdad es de que en muchos compañeros in-cluso hasta yo lo he sentido [una actitud negati-va], pero también como que a veces lo he contro-lado un poco, pero cuesta. Porque uno a vecessiente uno como rabia de que haya hecho esocon un ser tan chiquito ¿verdad? Pero sí, inclusomédicos, personal de enfermería, personal delimpieza que está ahí andan diciendo que se pro-vocó hemorragia. Hay una señora de limpiezaque una vez la escuché, que le dijo: ‘señora le-vántese de ahí porque le voy a quitar sus sába-nas sucias que todo está manchando la camilla’.‘Es que no puedo’, decía la señora. ‘Cómo sípudo ir a sacarse el hijo. ¡Quítese de ahí!’…—enfermera, área urbana.

Es una atención muy precaria muy difícil, por-que inclusive antes de que yo tuviera todo estosrecursos [hospitalarios aquí en Patzún] yomismo llevaba a gente al hospital [de Chimalte-nango]. Realmente es triste ver cómo atiendenahí pues, verdad, como que no valiera nada lagente: ‘espere ahorita’[les dicen] y las dejan enuna camilla y no les importa. O sea, en pocas pa-labras, es una atención malísima”.—médico, área rural

Se prefiere a las comadronas por accesibilidad,costo, idioma e identidad culturalMientras que para la mitad de los entrevistados –hom-bres y mujeres– de La Reinita, el principal recurso desalud para el tratamiento de las complicaciones deaborto es el hospital, para la mayoría de los entrevista-dos –de ambos sexos– de Patzún, el principal recursoes la comadrona, quien decide si es necesario referir ala paciente al hospital. Unos pocos participantes de LaReinita (seis o menos, en cada caso) mencionaron ade-más los centros de salud, las farmacias, las “señoras”,los médicos privados e inclusive las vecinas.

En todos los grupos focales y en la mayoría de las en-trevistas del área rural, los participantes manifestaronque se consulta primero con las comadronas debido aque son más asequibles física y económicamente, sonculturalmente más cercanas a la población, hay unamayor facilidad de comunicación por hablar el mismoidioma y porque se cree que pueden proveer la curaciónque las mujeres necesitan. Generalmente, se cree que elútero está caído y que la comadrona logra arreglarlo yponerlo en su lugar por medio de sobadas (masajes), eluso de calor y de fajas. Otras razones aducidas para pre-ferir más a las comadronas que a los proveedores bio-médicos son la falta de confianza con este personal, ver-güenza, el temor a ser denunciadas o regañadas y laesperanza de aliviarse con remedios caseros.

…Porque no nos aprecian [los médicos], por esono van. Yo he visto que hay médicos ladinos, nonos aprecian, por eso no vamos con los doctoresy si uno no sabe español, no sabe explicar y sino, uno no puede ir, porque es difícil hablarespañol.—mujer área rural, 48 años

“Es mejor llevarlas con los doctores. Yo preferi-ría que a mi esposa la revisara una enfermera,pero mi esposa dice que curan mejor los docto-res. Pero a mí no me gusta que otro hombre estétocando a mi mujer”.—hombre, área rural, 27 años.

Unos pocos entrevistados –hombres y mujeres deambas áreas– aseguran que la atención en los sanato-rios y con médicos privados puede ser mejor que en loshospitales, porque se cree que allí son más responsa-bles y discretos que el personal que atiende en los ser-vicios públicos; pero argumentan que tienen la des-ventaja de ser muy costosos, y la atención es provistageneralmente por profesionales hombres.

Los proveedores señalaron razones similares por lascuales las mujeres prefieren consultar con comadronasy, en menor medida, con otros proveedores. Tan sólodos comadronas y dos proveedores biomédicos nega-ron que esto fuera cierto, y aseguran que, aunque a lascomadronas se les tiene gran aprecio, en caso de com-plicaciones de aborto, las mujeres prefieren ir directa-mente al hospital.

En opinión de los proveedores, las comadronas co-nocen a las mujeres y a toda su familia, y a su vez lasmujeres las sienten más humanas y confían en su capacidad resolutiva. De acuerdo con tres médicos dePatzún, las comadronas son una figura central en lasalud reproductiva de las mujeres, dado que han prestado estos servicios por generaciones. Se percibecomo una tradición, pues muchas veces no es la pa-ciente la que desea ir con la comadrona: la decisión, porlo general, la toman sus suegras, maridos o madres.Igualmente, las comadronas no sólo les quedan máscerca de sus hogares, sino que además les hablan en sumismo idioma y las mujeres consideran efectiva laatención que brindan. Se argumentó además que lasmujeres sienten mayor tranquilidad de no ser delatadas,o de no ser examinadas por médicos, situación que lesgeneraría doble vergüenza en caso de aborto. Adicio-nalmente, los proveedores consideran que a veces seprefiere a la farmacia por privacidad y facilidad de acceso. De acuerdo con ellos, la relación cliente-dependiente de farmacia es anónima, ofreciendo unamayor sensación de privacidad y facilidad de acceso enel caso del área urbana.

Experiencia personal de los proveedores de saluden la atención postabortoSi bien la mayoría de los proveedores no biomédicosafirmó no tratar complicaciones de aborto por carecerde las destrezas y recursos necesarios y preferir el re-ferir sus pacientes al hospital, es probable que hicieranalusión a que sólo trataban las complicaciones menosgraves. Algunos explicaron su actitud debido a la difi-cultad de diferenciar complicaciones de un aborto es-pontáneo a las de uno provocado, y a la imposibilidadde conocer la verdad porque, invariablemente, las mu-jeres tendían a declarar el aborto como espontáneo. Encasos de hemorragia profusa siempre se remitía a la

mujer al hospital. Una comadrona de La Reinitacomentaba:

[Paráfrasis] Yo no trato complicaciones de losabortos provocados. Cuando ya tienen variosdías de estar sangrando es mejor mandarlas alhospital. Con calentarlas y sobarlas [los méto-dos que ella utiliza] ya no se componen. Además,lo que yo hago no duele y por castigo es mejorque se hagan un legrado en el hospital. Eso síduele.—comadrona, área urbana

Para el tratamiento de las complicaciones de abor-to, las comadronas utilizan métodos esencialmente tra-dicionales como brebajes, parches y calentamiento delabdomen, y los profesionales biomédicos utilizan an-tibióticos y dilatación y curetaje (D&C). Ninguno men-cionó la técnica de aspiración manual endouterina.

Yo le pondría un parche mentolado para subirlela matriz y le daría aguas de geranio para parar-le la hemorragia.—comadrona, área rural

Polvo de ‘chivo’[ternero pulverizado], calentarel vientre con una plancha o con brasas y ofreceralgo ‘caliente’para tomar.—comadrona, área rural

De acuerdo con los proveedores biomédicos con-sultados, en los servicios de salud públicos no se exigeningún tipo de prerrequisito para atender a las pacien-tes con complicaciones postaborto y, en los privados,el único requisito es la capacidad de pago. En los ser-vicios del Seguro Social, al cual tienen acceso algunasde las entrevistadas de La Reinita, es necesario estarafiliado o ser cónyuge de un afiliado.*

Los proveedores no biomédicos no ofrecen orienta-ción sobre planificación familiar

Debido a que la planificación familiar es parte fun-damental de la atención reproductiva, y las mujeres queabortan requieren orientación y consejería sobre cómoprotegerse de un nuevo embarazo no deseado, se con-sideró importante explorar con los proveedores si elloso sus instituciones ofrecían consejería y servicios anti-conceptivos a las mujeres de postaborto. Todos los pro-veedores biomédicos aseguraron suministrar informa-ción y algunos métodos anticonceptivos disponibles enlas instituciones (básicamente: inyecciones, píldoras,el DIU y condones), mientras que la mayoría de los

*Únicamente los trabajadores del sector formal están obligados a coti-zar al SEGURO SOCIAL. Los empleadores pagan aproximadamente 10%del salario y los trabajadores aportan casi el 5%. A medida que crece elsector informal, la proporción de la población económicamente activacubierta por el Seguro Social ha disminuido y actualmente apenas cubreal 26,4%. Diez años antes cubría al 33,5%, la mayoría de quienes esta-ban (y siguen) concentrados en la región Metropolitana.

proveedores no biomédicos aseguró que se limita a re-mitir a las pacientes a las clínicas de la asociación deplanificación familiar (APROFAM). Unas pocas co-madronas indicaron que aconsejan dialogar previa-mente con el esposo sobre el uso de métodos para evi-tar problemas después. Tan sólo una comadronaexpresó no dar ninguna orientación, pues cree que losmétodos hacen sangrar más a las mujeres.

Nosotros [proveedores biomédicos] tenemos loque, según el Ministerio [de Salud Pública], esla mezcla ideal de métodos: La inyección comoprimera opción, anticonceptivos orales como se-gunda opción, preservativos que poca gente uti-liza… yo creo que por la incomodidad del usodel método, y la T de Cobre que sí muchas pa-cientes se van con su T puesta, médica.—área urbana

Porque la planificación existe, pero es importan-te que ellos platiquen entre ellos. No se puedemandar a la mujer a tomar lo que ella quiere yque lo esconda de su esposo. No, porque despuésviene el problema. ‘¿Por qué hizo usted eso?’lesdicen [los esposos] y no hay necesidad.—comadrona, área rural.

Ahora hay mayor acceso a los servicios y a los me-dicamentos que en el pasado En los grupos focales con mujeres mayores de 50 años,se consultó sobre los cambios que percibían ellas en eltratamiento de las complicaciones de aborto. Las mu-jeres de Patzún señalaron que, anteriormente, se con-taba sólo con “montes” (hierbas medicinales) y que lamanera usual de las mujeres para autocuidarse eradarse un baño en el temascal o tuj (en kaqchikel).

Como la costumbre de antes, sólo tuj. Las lleva-ban al tuj para que se calienten y se curen. Eseera el tratamiento de antes. … Ese fue el trata-miento de mi mamá, durante la época de fertili-dad. Llegó a tener 18 hijos y todos fueron trata-dos en el tuj. Pero ahora yo ya no uso el tuj conmis pacientes y tampoco ellas lo piden.—grupo focal de mujeres, área rural.

Otros cambios observados son el mejoramiento enel acceso a los servicios de salud de primer y segundonivel, mayor uso de los servicios hospitalarios, mayorfacilidad de adquirir los medicamentos e incluso cos-tear servicios de médicos privados. Se argumentó que

antes sencillamente “no había dinero”. En nuestros tiempos solitas nosotras nos curába-mos, sólo los remedios calientes tomábamos ynos curábamos. Ahora ya es otra cosa. Se puededecir como que de plano se acostumbró la gentea ir al hospital, en cambio antes no era así.—grupo focal de mujeres, área rural.

Algunas mujeres que sufren complicaciones deaborto reciben apoyo del hombre En las entrevistas a los hombres se indagó el tipo deapoyo que dan los hombres a esposas o compañerascuando sufren una complicación de aborto. Práctica-mente la totalidad argumentó que los maridos tiendena apoyarlas y a llevarlas a buscar atención, pero se acla-ró que no todas las mujeres cuentan con este apoyo.Las mujeres solteras y las que no tienen compañero ac-tual pero tienen hijos carecen de apoyo. Anotaron queeste grupo de mujeres carece incluso del apoyo delpadre, y en contadas ocasiones recibe sólo apoyo de lamadre.

En los grupos focales de ambas áreas, se manifestóque, aunque los hombres no estuvieran de acuerdo conel aborto, ellos usualmente eran quienes llamaban a lacomadrona para que atendiera la complicación o bien,eran quienes llevaban a sus esposas al hospital. Igual-mente, ellos cubren todos los costos del tratamiento. Enmuy contadas ocasiones se recibe ayuda de algún otrofamiliar o amigo. La mujer no tiene ningún poder dedecisión. De acuerdo con el relato de un participante deárea rural: “si el esposo dice ‘te vas al hospital’, allí seva. Si dice, ‘te vas con la comadrona’, allí se va.”

Ni modo que uno la va a ver morir. Aunque unono esté de acuerdo con lo que hizo, cuando estáenferma hay que ayudarla”.—grupo focal hombres, área urbana.

Consecuencias sociales, económicas y ensalud de la morbilidad por aborto

Hasta el momento existe muy poca información sobrelos costos económicos y sociales indirectos que sufrela mujer y la familia como resultado de la morbilidadpor aborto. En este capítulo se presentan las percep-ciones que tienen las personas de la comunidad sobrelas consecuencias en salud por complicaciones deaborto; las actitudes y reacciones de la comunidad y dela misma familia hacia las mujeres que toman la deci-sión de interrumpir el embarazo; y las principales con-secuencias económicas directas e indirectas de lascomplicaciones de aborto. Igualmente, se presentan lasopiniones de los participantes sobre qué debe hacer elgobierno para prevenir el aborto y las complicacionesde aborto.

Consecuencias en salud: la muerte y la infertili-dad son las consecuencias más graves Los participantes mencionaron una variedad de conse-cuencias del aborto inducido a corto, mediano y largoplazo. Se intentó, sin ningún éxito, diferenciar la per-cepción de consecuencias debido a los distintos proce-dimientos o proveedores. La noción generalizada esque los abortos son inseguros, y tienen riesgos y con-secuencias, sin importar qué métodos se usen parapracticarlos. Se piensa que, cuanto más daño se hayacausado al útero (por prácticas inadecuadas o por de-mora en la búsqueda de atención médica), más severasson las consecuencias. En ninguno de los dos lugaresde estudio parece haber razonamiento de la asociaciónentre procedimientos específicos y consecuencias.

Los entrevistados y participantes en los grupos fo-cales señalaron que la principal consecuencia inme-diata, en caso de no haber tratamiento oportuno de he-morragia e infección severa, es la muerte. Otrasconsecuencias inmediatas mencionadas fueron san-grado, dolor y debilidad.

Asimismo, todos los participantes, incluyendo losproveedores de salud, identificaron como consecuen-cias a largo plazo los problemas de útero e inflamaciónpélvica, debilidad prolongada, infertilidad y varios

tipos de cáncer. Mientras que las mujeres no percibenque la morbilidad por aborto tenga consecuencias en lafecundidad futura de la mujer, casi dos veces más hom-bres que mujeres creen que sí hay problemas de infer-tilidad. La mujer de Patzún que admitió haberse hechoun aborto manifestó no haber quedado con problemasa largo plazo mientras que las dos mujeres de La Rei-nita, que se practicaron un aborto cuando eran jóvenes,no volvieron a quedar embarazadas. Sin embargo, nose obtuvo información que explique el hecho.

Una creencia muy generalizada, tanto en el área ur-bana como en la rural, es la asociación de causalidadaborto y tumores, o aborto y cáncer cérvico-uterino.Esta idea está más extendida en las personas del áreade La Reinita. En la Reinita, la creencia se sustenta enque la mujer es más susceptible a las infecciones debi-do a que su “matriz queda sucia” mientras que en Pat-zún se considera que las mujeres son más vulnerablesa cualquier tipo de enfermedad por la misma acción dehaber abortado: asumen que son consecuencias inevi-tables, pues recibirán castigo divino. Para estas muje-res, el hecho es condenable y la mujer tendrá su casti-go divino aunque no sea inmediato (ver más abajo, enconsecuencias sociales). En uno y otro caso, se sostie-ne que es algo indebido, por lo cual recibirá sanción.

De todos modos da una enfermedad…porqueuna muchacha que…es de otra aldea dicen quese murió la muchacha, eso dice que la mismamamá le dio medicina dicen…saber qué clase deplantas…les da [dio], por eso dicen que se moríala muchacha, y como Dios dice que no se puedematar a un niño y ella con su pensamiento quieresacar a una persona…—mujer área rural, 46 años.

De todas formas tienen que encontrarenfermedad.—mujer de área rural, 46 años.

Capítulo 6

Tiene que encontrar su enfermedad por lo quehizo; se dañó su matriz.—mujer, área rural, 26 años

Consecuencias socialesNo siempre es posible mantener el abortoen secretoPara algunos participantes en grupos focales y en en-trevistas individuales, a veces es imposible mantenerel aborto en secreto y, para otros, sí es posible lograrlo.Se argumenta que las personas terminan descubriendoel hecho, aun en ausencia de complicaciones y, conmayor certeza, cuando se presentan complicaciones.

Algunas mujeres de Patzún explicaban que con sólomirar a la mujer se puede dar cuenta que está embara-zada (usualmente por el crecimiento de los senos) yque si, poco después, se les ve “limpias”, es señal ine-quívoca de aborto. Para otras, se sospecha que unamujer ha tenido un aborto cuando, después de haber es-tado sin salir de su casa por unos cuantos días, se en-cuentra demacrada o pálida. La palidez y reclusión enla casa por varios días se asocian más con aborto quecon alguna enfermedad.

El aborto provocado es censurado al interior de lafamilia y de la comunidad Muy pocos entrevistados (ocho mujeres y cuatro hom-bres) opinaron que no había sanciones ni críticas paralas mujeres que abortan. La gran mayoría reconoce locontrario. La mujer que interrumpe un embarazo es es-tigmatizada y sancionada de diversas maneras. Por unlado, enfrenta rechazo, desprecio, repudio y burla de lacomunidad e inclusive de la familia; y, por otro, sufreregaños y amenazas de golpes o violencia física porparte de los padres, esposos u otros miembros mascu-linos de la familia.

Pues…como decir en el caso de ésta mi pariente,ahí sí con el tiempo se dieron cuenta, se enojaroncon ella, la regañaron todo y le dijeron que siella volvía hacer otra cosa de esas [abortar], setendría que ir de la casa, y con ella no están muyde acuerdo sus hermanos, por hacer lo mismo….—mujer, área urbana, 51 años

Algunos padres les pegan, las golpean y lassacan de la casa y hasta que se les pasa el enojolas tienen de vuelta.—mujer, área rural, 46 años

Los hombres expresaron reacciones más negativas

que las mujeres. Uno de ellos relató que él mismo habíaamenazado con golpear a su cuñada si volvía a abortar.Se presentan extractos de su entrevista, la cual reflejala actitud que prevalece en el medio.

Le cuento de mi cuñada,… Ella abortó porque…,el papá del niño que iba a tener, le dijo que loabortara… Fíjese que…, mucha gente que sabey conoce y entiende de esto, lo primero que dicen[es] esa mujer abortó un niño, esa mujer es ase-sina, esa mujer no es buena mujer. Entonces yala comunidad, o sea los vecinos, ya no la ven conbuenos ojos…la ven como un delincuente pues…En el caso mío…yo sí me di cuenta de mi cuñaday yo la regañé. Le dije: ‘mire, usted ya tuvo suprimer aborto y con éste ya son dos y el últimoque tuvo otra vez’, le dije. ‘Mire, si yo la vuelvo aver embarazada y después que yo la mire, comola he visto estas tres veces, yo le voy a pegar. Nosoy nada suyo, pero yo sí le voy a pegar’, le dije.‘Porque mire, ¿cuándo vio usted que mi mujertuvo un aborto?’le dije. ‘Porque yo soy respon-sable’, le dije yo. …Ella quedó dañada, yo me dicuenta pues, que ella ya no engordó, ella estáflaca, [en] primer lugar…pálida [en] segundolugar….—hombre, área urbana, 40 años

Otra forma de estigmatizar y sancionar a las muje-res que han tenido un aborto –particularmente si son jó-venes– es dificultarles volver a relacionarse con otrosjóvenes mediante la deshonra y divulgación de su ex-periencia pasada. De este modo, la única opción de ma-trimonio que le queda a la mujer que aborta es unirsecon un hombre mayor, por lo general viudo. Tambiénse afirmó que los jóvenes tienden a no respetarlas y abuscarlas sólo por el sexo: “ya no las respetan y no selas llevan [en matrimonio]”.

En el caso de las jóvenes [que abortan] es muydifícil que sea enamorada por otro muchacho dela comunidad por un largo tiempo y a veces yano se casan. Las que tuvieron al niño quedancomo madres solteras para toda la vida. Las queabortan y son solteras, los papás quedan respon-sables de ellas. Y cuando es cristiana, le quitantodos los privilegios que tiene en la iglesia.—hombre, área rural, 27 años

Si bien las críticas expresadas en los grupos focalesy en las entrevistas individuales son similares tanto en

hombres como en mujeres, la intensidad y el tono delas mismas fueron bastante más negativas en los gru-pos focales que en las entrevistas individuales y fueronmás severas por parte de los hombres que por las mu-jeres. La crítica de éstos fue mordaz, tanto por lo quedecían como por la forma en que lo decían. Los hom-bres de Patzún en particular se mofaron de las mujeresmientras relataban cómo se estigmatizaba a la mujer.

…Principalmente si se trata de una muchachaque no tiene esposo. Se empieza hablar de ella…También los muchachos empiezan {a} hablar deella, incluso dicen que esta traída [mujer, novia],como vulgarmente lo dicen, ya hizo tal cosa.[Todos se ríen]. Ya sólo la toman como un chiste.Aunque sean muchachos de otra aldea, lo llegana saber. Como hay quienes son sus cuates [ami-gos], entonces todo se cuentan entre ellos…ymuchas veces se hace a propósito para que lamuchacha ya no se llegue a casar.—grupo focal, hombres, área rural

¡Qué va!... Póngale, hablan de lo más bajo deella. Porque yo he visto qué habla la gente. Aesas mujeres son del mundo [mundanas, liberti-nas], porque hablan así con las palabras vulga-res. Sí, porque mucha gente dicen que parecenperras, porque las perras se comen a los hijos yla mujer no. Eso es lo que habla la gente de lamujer.—grupo focal, hombres, área rural

Dicen no es mujer por eso así hizo, eso van adecir la gente [se ríen].—grupo focal, hombres, área rural

Qué puede decir la gente, que se muera [todos seríen].—grupo focal, hombres, área urbana

La verdad que cuando ya la sociedad se ha dadocuenta... trata de ignorarla… la sociedad la re-pudia y la ignora. Entonces {a} esta persona sele hace sentir como será. Ahí sí, la verdad [esque la siguen repudiando] hasta que se canse elpueblo [se ríen]. La repudian porque en cual-quier parte que ella pase, la van a señalar. Siem-pre va haber alguien que la va a señalar: ‘¿Teacordás de esta persona, lo que hizo? Mirá,ahora anda tan campante en la calle, como quesi no hubiera hecho nada’. Y eso… la hace sentir

culpable. Lo que hace es que ya no va a juntarsecon ninguna de estas personas para que no lehagan recordatorio de lo que ha hecho.—grupo focal, hombres, área urbana

En Patzún, sin embargo, la desaprobación de lasmujeres fue menos insidiosa que la de hombres y mu-jeres del área de La Reinita y, en algunos casos, se re-flexionó sobre la situación de inequidad en que se en-cuentra la mujer. Se comentó que los hombres quehacen abortar a una mujer soltera no sufren ningún re-pudio, mientras que las mujeres son las únicas que en-caran el estigma social, pues no logran que algún jovendesee casarse con ellas. Cabe anotar que las mujeresmayores de 50 años de esta área estuvieron renuentesa hablar del tema y, ante la insistencia de la facilitado-ra a que dieran sus opiniones, en general tendían a afir-mar que sólo existía algún estigma social.

A las casadas no se les critica. Sólo se critica alas jóvenes solteras.—grupo focal, mujeres, área rural

Las desprecian y hablan mal de ellas; unas pre-fieren irse a Ciudad Guatemala a trabajar, parano sufrir humillaciones. Al rato, cuando ya pasóel tiempo, regresan.—grupo focal, mujeres, área rural

La gente habla y la desacredita. Luego las jóve-nes ya no se meten con ella, como si fuera conta-gioso lo de la mala reputación.—grupo focal, mujeres, área urbana

Pero si yo sé que alguien quiere abortar, enton-ces lo divulgo para que se sepa y para que al-guien la detenga y ella no lo haga.—grupo focal, mujeres, área urbana

No se puede tener confianza en una mujer que hadesechado una vida; no la quiero para mí comoamiga.—grupo focal, mujeres, área urbana

Las promotoras de salud confirmaron el estigma quesufre la mujer que interrumpe un embarazo. Segúnellas, a las mujeres que abortan se les califica de “pe-rras”, razón por la cual las mujeres tratan de mantenerel aborto en secreto, hasta donde sea posible. Se hablamal tanto de las solteras como de las casadas, pero a lasque no tienen esposo permanente “les va peor”. Los

proveedores biomédicos perciben igualmente el estig-ma social, la vergüenza, la depresión, el tener que en-frentarse a un futuro de relaciones inestables y el aban-dono o rechazo de parte del marido.

La actividad sexual y el aborto sólo se legitimandentro de la unión conyugalDos actitudes adicionales que deseamos destacar sedesprenden de los anteriores comentarios: la mujercensurable es la que no tiene marido. Si lo tiene y abor-ta, entonces es cuestión de la pareja. Es como si la pre-sencia del marido protegiera las acciones de la pareja,otorgándole una privacidad y respeto que por sí sola lamujer no consigue. Podría pensarse que quien merecerespeto es el marido y no la mujer, cualquiera que seasu estado civil. Otra actitud es negar la esencia feme-nina de la mujer por el hecho de abortar, idea relacio-nada con la condición indisoluble y prácticamenteidéntica entre mujer y madre. Ser madre no es una op-ción, es un destino y una obligación biológica. Por estarazón, quien aborta, quien “se saca a los hijos”, no esmujer sino más bien una “perra”.

Cuando en los grupos focales se indagó quiénes oqué grupos estaban más opuestos al aborto, los partici-pantes en todos los grupos aseveraron que las iglesiascatólica y evangélica son los mayores opositores alaborto. Las señoras de más de 50 años de Patzún semostraron renuentes a decir quiénes eran los gruposque más se oponían al aborto, quizás por la gran in-fluencia que tienen estas dos religiones en las comuni-dades rurales.

Consecuencias económicasEl impacto económico del aborto y de la morbilidad re-sultante del mismo se evidencia en dos aspectos prin-cipales: los gastos que conlleva tanto la inducción delaborto como el tratamiento de las complicaciones [cos-tos directos] y la pérdida económica que se sufre porausencia de la mujer en los trabajos reproductivos yproductivos [costos indirectos]. Dentro de las barreraspara la obtención de atención médica, en el capítulo an-terior se analizaron los costos del tratamiento y deltransporte, razón por la cual en esta sección sólo se pre-senta información sobre costos del servicio de aborto ycostos indirectos.

Los costos de aborto aún, con proveedores no cali-ficados, son altos En general, los entrevistados y participantes de gruposfocales no saben cuánto cuesta un aborto con un pro-veedor calificado. Esto es comprensible, pues las áreas

seleccionadas en el estudio se caracterizan por albergarpoblación pobre o muy pobre, como lo es una alta pro-porción de la población de Guatemala.35 Tampocoestán muy seguros de los costos reales de un aborto conotros proveedores o según los procedimientos que seutilicen. Sin embargo, varios entrevistados y partici-pantes en grupos focales se atrevieron a estimar algu-nas cifras, las cuales cubren un amplio rango que osci-la entre Q300 y Q1.000 (US $38 - $128) si el servicioes provisto por una comadrona, y entre Q1.000 yQ8.000 (US $128-$1.026) si es provisto por médicoprivado o en un sanatorio. Estos costos son muy simi-lares a los estimados por los profesionales de la saludentrevistados en el año 2003 en otro de los componen-tes del presente estudio.36 Se cree también que las “se-ñoras” cobran alrededor de Q1.000 (US $128). El costode los brebajes fluctúa entre Q25 (US $3) si la coma-drona es de área rural, y entre Q25 y Q100 (US $3-$13)si es del área urbana. Las inyecciones que se obtienenen la farmacia pueden costar aproximadamente Q50(US $6) cada una, y se recomienda la aplicación de tresdosis (aunque no se pudo obtener información especí-fica sobre el tipo de inyección). Tan sólo cuatro de 16proveedores -dos médicos y dos comadronas- ofrecie-ron información sobre costos. Según una médica deárea urbana, el frasco de 30 pastillas de misoprostoltiene un costo de Q800 (US $103). Para un médico dePatzún, el costo del servicio de aborto depende de lasposibilidades de la paciente, pero estima que puedefluctuar entre Q200 y Q1.000 (US $26-$128). Final-mente, dos comadronas conceptuaron que el costo pro-visto por colegas puede oscilar entre Q200 (US $26) yQ900 (US $103). En este último caso, se aclaró que elprocedimiento consistía en “meter un gancho”.

Costos indirectos: pérdida de ingreso e inclusive delempleo, las principales consecuencias económicasLos costos indirectos mencionados en las entrevistasincluyen el pago de la “moza” (persona de confianzaque colabora en los quehaceres de la casa), la pérdidade ingreso por los días no trabajados, y la pérdida delempleo. El costo de la “moza” puede variar entre Q75(US $10) por dos días y Q150 (US $20) por dos sema-nas; sin embargo, en la mayoría de los casos, colabo-ran en los quehaceres domésticos las hijas mayores uotros familiares y, en contadas ocasiones, las vecinas.

Las actividades diarias de la mujer se ven afectadasVarias mujeres y hombres manifestaron que, frecuen-temente, las mujeres guardan algunos días de reposodespués de abortar, especialmente si se presentan com-

plicaciones. El tiempo en que la mujer y su familia seven afectados es variable: de dos a tres días; en algunoscasos, hasta tres meses y, en otros, hasta seis meses.Durante este período, las mujeres no pueden hacer ta-reas cotidianas como levantar objetos pesados, cocinar,tejer, lavar ropa e ir al mercado y regresar con carga.Dos mujeres que admitieron haber abortado dijeron nohaber guardado ningún descanso y haber vuelto a su ru-tina diaria al día siguiente del evento. Los hombres dePatzún tendieron a estimar períodos de tiempo más lar-gos que los hombres de La Reinita y que las mujeres delas dos áreas de estudio. No obstante, en uno de los gru-pos focales de hombres, se comentó lo contrario. Seaseguró que “las muchachas hacen todo lo posible paraponerse a trabajar rapidito” debido a la suspicacia quese genera en la comunidad cuando una mujer no sale desu casa por un período prolongado.

Otras consecuencias Depresión, sentimientos de culpa y abandonodel esposo Varias personas mencionaron secuelas emocionalescomo depresión momentánea, sentimientos de culpa yno deseo de salir de la casa durante varios meses. Tresmujeres que admitieron haber abortado o intentadoabortar dijeron haber sufrido remordimiento por untiempo prolongado. Los proveedores biomédicos tam-bién mencionaron problemas emocionales, principal-mente depresión y padecer el estigma social o el re-chazo de la familia, e incluso el abandono del marido.

Ante el estigma social, las mujeres hacen lo que estéa su alcance para mantener su aborto en secreto. En losgrupos focales de Patzún, se mencionó que algunas jó-venes abandonan las aldeas para irse a vivir o bien alcentro urbano del municipio o a la capital del país.También se mencionó que, a pesar de sus esfuerzos, lapalidez o demacración de la cara no puede ser escon-dida e igual, en caso de cualquier enfermedad, la gentemurmura sobre un posible aborto.

El gobierno debe proveer más información yservicios de planificación familiar En forma indirecta, se exploró la actitud de los hombresen torno a la provisión de servicios de planificación fa-miliar, tanto para mujeres como para hombres. Se lespreguntó qué pensaban sobre lo que debería hacer el go-bierno para disminuir la ocurrencia de embarazos noplaneados y la complicaciones del aborto. Práctica-mente la totalidad de los entrevistados de ambas áreasmanifestó que el gobierno debería brindar informacióny educación, y suministrar métodos anticonceptivos.

Sin embargo, las opiniones hicieron énfasis en que lasdistintas acciones debían enfocarse hacia la mujer. Nin-guno mencionó la necesidad de involucrar al hombre enlos programas. Como estrategias para dar informacióny educación, sugirieron emitir mensajes a través de laradio y la televisión, elaborar carteles e incluso repartirvolantes a las personas cuando acuden a los servicios desalud. Como temas que deberían abordarse, los partici-pantes indicaron la prevención del embarazo, el uso demétodos, las consecuencias de las relaciones sexualessin protección y los riesgos y las consecuencias delaborto. Adicionalmente, dos entrevistados menciona-ron la necesidad de mejorar la atención en salud, pres-tar atención y dar prioridad al programa que desarrollala asociación de planificación familiar de Guatemala(APROFAM).

Lo que tienen que hacer ellos es capacitar a laspersonas que llegan ahí [se refiere a instituciónde salud]; poner anuncios en la radio, en la teley cartelones, incluso repartir volantes, verdad ytambién instruir a la gente que llegan a visitarlosahí, aunque no lleguen por un aborto, llegan porotra razón pero sería bueno que les hablaran,verdad, [de] las consecuencias que tendrían losabortos y las relaciones sin protección y sintener un control en sí mismos porque eso es con-trolarse uno mismo, verdad, uno y la mujer”.—hombre de área urbana, 40 años.

Deben dar la atención médica más humana, por-que cuando una persona llega con complicacio-nes, lo que hacen es regañarla y dicen lo quequieren decirle a la paciente. Sucedió un caso enque la pobre mujer debió pagarle a la personaque la atendió.—hombre de área rural, 27 años.

Conclusiones e implicaciones para políticasde salud pública

Los resultados de este estudio, basado en la percepciónde distintos grupos de la comunidad, revelan que lascondiciones que rodean el aborto son complejas y pa-recen estar cambiando. Su práctica no es legal exceptopara salvar la vida de la madre. Sin embargo, muchasmujeres recurren al aborto y muchas sufren complica-ciones que requieren atención médica, pero no la soli-citan o lo hacen tardíamente. Existe un fuerte estigmasocial hacia el aborto en todos los grupos de la socie-dad, incluyendo la familia. El estigma, aunado al temorde ser delatadas ante las autoridades y el miedo a sermaltratadas en los servicios de salud, son algunas de lasprincipales barreras por las cuales las mujeres no bus-can asistencia médica oportuna para el tratamiento delas complicaciones. Aún más, la amplia percepción deque el embarazo no deseado es muy común en la co-munidad sugiere que el uso de métodos anticoncepti-vos es muy bajo. Ayudar a las mujeres y a sus parejas atener una mejor información sobre su sexualidad, susalud reproductiva y los medios para planear sus em-barazos, además de aumentar los recursos de salud enáreas rurales y mejorar la infraestructura en los servi-cios existentes, son algunas de las medidas que contri-buirán a disminuir el riesgo de verse obligados a recu-rrir a un aborto y a obtener una más pronta y mejoratención postaborto. Para lograrlo, se hace necesariotrabajar en varios frentes.

Aumentar la disponibilidad de servicios de salud,particularmente en áreas ruralesConsiderando que la distancia, la falta de transporte yla pobreza son los principales obstáculos que impidenparticularmente a las mujeres rurales buscar atenciónmédica inmediata, aun en casos de presentar compli-caciones, el gobierno deberá realizar esfuerzos para lacreación de servicios de salud fácilmente accesibles yasequibles a su condición económica, y culturalmenteaceptables a estos grupos de población.

Mejorar y expandir los programas de atenciónpostaborto Igualmente, dado que los servicios locales de salud tie-nen limitada capacidad de personal, equipos e insumospara atender las emergencias de complicaciones deaborto, el gobierno deberá hacer esfuerzos para mejo-rar su infraestructura con insumos básicos para la aten-ción postaborto. Asimismo, dada la innegable realidaddel número de mujeres que son hospitalizadas anual-mente por complicaciones de aborto, se necesita ex-pandir urgentemente, a todos los hospitales del país elprograma actual de atención postaborto, el cual operaen 22 hospitales públicos del país.37 El enfoque inte-gral de este programa, que incluye el uso de la técnicade aspiración manual endouterina (AMEU), consejeríaen planificación familiar y la provisión de métodos an-ticonceptivos postaborto, es el abordaje más promete-dor de la morbilidad por aborto y la prevención de unnuevo embarazo no planeado en el corto plazo. Es tam-bién el mejor enfoque para disminuir la carga econó-mica que representa para las instituciones de salud eltratamiento de las complicaciones del aborto inseguro,mediante el uso de técnicas más costo-eficientes comola AMEU y la consejería en anticoncepción postabor-to, debido al rápido retorno de la condición de fertili-dad después de un aborto.

Asegurar una mejor información y servicios de plani-ficación familiarLa extendida actitud negativa de las personas del árearural hacia la planificación familiar, incluyendo la per-cepción de que los métodos son dañinos para la saludde la mujer y que, incluso, causan más sangrado (comolo manifestó una comadrona de esta área), revela unagran necesidad de mejorar el conocimiento sobre anti-concepción en el área rural. Y, aunque las personas delárea urbana, al igual que los proveedores, tienen acti-tudes más positivas hacia el uso anticonceptivo, elhecho de que perciban el embarazo no planeado comoun evento de ocurrencia relativamente frecuente su-

Capítulo 7

giere también la necesidad de mejorar la informacióny los servicios de planificación familiar. Existen dosposibles vías para abordar estas carencias: a través deeducación pública, y a través de más y mejores servi-cios anticonceptivos.

Los esfuerzos educativos deberán enfocarse en acla-rar mitos e información errada, y en brindar informa-ción completa y veraz sobre todos los métodos anticon-ceptivos disponibles, y las trágicas consecuencias queel aborto inseguro conlleva. Como parte importante deestas actividades educativas, se debe incluir informa-ción sobre los posibles efectos secundarios y su gradode efectividad. Es crucial que las personas comprendanlos riesgos de falla de los métodos, para que puedantomar decisiones más informadas en anticoncepción.

Debido a la creencia generalizada entre las mujeresindígenas del área rural de que los embarazos son ine-vitables, además de tener poca autonomía en sus deci-siones, las acciones educativas deberán orientarse aabordar las necesidades específicas de su etnia. Expe-riencias locales han mostrado cómo programas de pla-nificación familiar, fácilmente accesibles y cultural-mente apropiados para esta población, facilitan suaceptación.38

Asimismo, dado que las comadronas son el princi-pal recurso de salud con que cuentan las mujeres rura-les e indígenas, y aquellas no ofrecen asesoría posta-borto sobre planificación familiar, las comadronasrepresentan un grupo prioritario en los esfuerzos edu-cativos y de capacitación en la provisión de consejeríay orientación en planificación familiar.

Por otra parte, puesto que no todos los métodos an-ticonceptivos satisfacen las necesidades específicas delas mujeres, y al riesgo que tienen los métodos de fallaren algún momento (por uso incorrecto o inconsisten-te), o porque se tienen relaciones sexuales forzadas, re-sulta indispensable que los servicios de salud promue-van y tengan a mano toda la gama de métodosdisponibles en la actualidad, incluyendo los métodosnaturales y la anticoncepción de emergencia.

Proveer educación sexual y servicios a lapoblación jovenDebido a que la juventud se percibe sexualmente másactiva que en el pasado y a que la mayoría de los parti-cipantes –mujeres, hombres y proveedores de salud deambas áreas–, considera que las jóvenes son uno de losgrupos de mayor riesgo de tener embarazos no planea-dos y abortos inducidos, es preciso que el gobierno im-plemente sin demora las distintas acciones contempla-das en la Ley de Desarrollo Social y Población39 y en

la reciente ley complementaria de Acceso Universal yEquitativo a Servicios de Planificación Familiar.40 Es-pecíficamente, el Ministerio de Educación deberá in-corporar prontamente la educación sexual en todos losniveles y modalidades del sistema educativo. Sin em-bargo, considerando que la asistencia escolar de los jó-venes guatemaltecos es baja (la tasa neta de escolari-zación de la enseñanza primaria para el 2000 era de84%, con grandes variaciones regionales),41 es nece-sario desarrollar mecanismos alternativos para cubrirla población que se encuentra fuera del sistema esco-lar. Dentro de esos mecanismos, se deberían involucrara los medios de comunicación para que difundan men-sajes de prevención e información sobre sexualidad,los riesgos en torno a relaciones sexuales sin protec-ción y los riesgos del aborto inseguro. Los mensajesque se desarrollen deberán ser culturalmente apropia-dos y producirse en los distintos idiomas indígenas. ElMinisterio de Salud, por su parte, deberá ofrecer con-sejería y servicios de planificación familiar a los jóve-nes sexualmente activos, sin condicionamientos, res-petando sus propios valores de grupo y etnia. Lastímidas acciones emprendidas hasta el momento en elámbito educativo y de servicios para los jóvenes debe-rán reforzarse y ampliarse hasta alcanzar una cobertu-ra nacional.

Involucrar al hombre en la planificación familiarDebido a la fuerte oposición del hombre a la planifica-ción familiar –en particular, los de áreas rurales– y a lageneralizada percepción en ambas áreas de que el usoanticonceptivo es responsabilidad de la mujer, las acti-vidades educativas para los hombres deberán estarorientadas a promover su responsabilidad en la procre-ación y a informarlos sobre anticoncepción y sobre losriesgos del aborto inseguro. Aún más, considerando lafrecuente alusión que hicieron las mujeres –particular-mente del área urbana– a la violencia doméstica comorazón para interrumpir un embarazo y las relacionesasimétricas de poder en la pareja –más marcadas en elárea rural–, los hombres deberán ser sensibilizados encuanto a todos los asuntos relacionados con la equidade igualdad de género.

Desestigmatizar el abortoLas mujeres que sufren complicaciones como resulta-do de un aborto inseguro necesitan una mayor com-prensión por parte de su compañero, su familia y su co-munidad, además de una atención compasiva en lasinstituciones de salud. El fuerte estigma del abortodebe ser abordado con una enérgica campaña de sensi-

bilización a todos los niveles. En las acciones educati-vas con los hombres y la población en general, el temadel aborto debe ser examinado dentro del marco delembarazo no deseado y las razones que impulsan a lamujer a adoptar una medida extrema, resaltando elhecho de que ninguna mujer desea el aborto. Asimis-mo, es necesario educar a todo el personal de saludacerca de la obligación ética, moral y profesional deproveer atención afectuosa, sin juzgamientos ni ame-nazas, a todas las mujeres con complicaciones de abor-to. Con actitudes más comprensivas por parte de estepersonal, las mujeres podrán acudir sin temor a sentir-se juzgadas, maltratadas, reprendidas, o a ser reporta-das ante las autoridades.

Facilitar medios de transporte para una más prontaatenciónEl transporte desde las áreas rurales hacia las institu-ciones de salud con capacidad para atender complica-ciones de aborto es problemático, no sólo por las con-diciones geográficas sino también porque las familiasno cuentan con los recursos para costearlo. Los fondoscomunitarios recientemente establecidos por el go-bierno en los programas de reducción de la mortalidadmaterna, para el traslado de pacientes de emergenciasobstétricas,42 podrían incluir dentro de estas urgenciasa pacientes con complicaciones de aborto, sin señalar-las específicamente como pacientes de aborto. Esto conel fin de no continuar estigmatizando a la mujer quesufre un aborto y de evitar exponerla a un posible mal-trato en el servicio.

Continuar documentando la situación del aborto enGuatemalaLos médicos entrevistados perciben una disminuciónde casos de úteros perforados atendidos en los hospita-les y un creciente uso del misoprostol en Guatemala.Estas observaciones indican que las condiciones delaborto están cambiando en el país. Debido a que el mi-soprostol causa un fuerte sangrado, el número de mu-jeres que busca atención médica en los hospitalespuede estar aumentando. Sin embargo, dado que noexisten registros hospitalarios sobre pacientes ingresa-das por aborto, y tampoco existen estudios sobre abor-to con medicamentos, no es posible examinar la ten-dencia ni los posibles cambios recientes. Enconsecuencia, se requiere implementar un sistema deregistro de los casos atendidos por aborto (incluyendolos antecedentes demográficos y obstétricos básicos delas pacientes) en todas las instituciones de salud quedan tratamiento postaborto. Además, se deben seguir

realizando estudios que continúen aportando nueva in-formación sobre las condiciones del aborto en el país.Valdría la pena saber qué está pasando con el abortocon medicamentos; qué tan extendido es su uso; quécaracteriza al grupo de mujeres que opta por ese pro-cedimiento; qué razones las llevan a utilizar ese méto-do; si eran usuarias de planificación familiar; qué mé-todos anticonceptivos usan. Dando respuesta a estas ymuchas otras preguntas relacionadas, se podrá teneruna base de evidencia más completa sobre el aborto enGuatemala, y más idónea para la toma de decisiones in-formadas sobre políticas y programas.

Esta lista de recomendaciones –en educación, sen-sibilización, capacitación, mejoramiento logístico einvestigación–constituye un gran reto para el gobiernoy particularmente para las autoridades de salud y edu-cación. La mirada de la comunidad sobre la morbilidadpor aborto aquí presentada, completa un primer es-fuerzo por documentar uno de los problemas más se-rios y más ignorados en salud de la mujer: el aborto. Lacarencia de datos puede haber contribuido en gran me-dida a ello. Con la reciente aprobación de la ley de pla-nificación familiar, Guatemala ha dado un gran pasopara mejorar las condiciones de desigualdad que vivenmuchas mujeres en asuntos de salud reproductiva. Sinembargo, es necesario seguir avanzando en el examende condiciones que no le permiten a la mujer ejercer aplenitud sus derechos en materia de salud sexual y re-productiva. Ha llegado el momento para que Guate-mala comience a examinar las condiciones que rodeanel aborto y lo examine como un problema de salud pú-blica, que puede y debe prevenirse, y por el cual lasmujeres no pueden y no deben continuar muriendo nisufriendo consecuencias graves. Además del debate entorno al aborto, deberán reforzarse los programas deplanificación familiar en todo el país. En la medida enque las opciones para controlar la fecundidad sean ac-cesibles y asequibles para todas las mujeres, se reduci-rán los riesgos de embarazos no planeados y, por ende,el riesgo de que las mujeres se vean obligadas a recu-rrir a un aborto.

Anexo

Formato de selección de mujeres y hombres 18–60 años Para Grupos focales y Entrevistas a profundidad

1. Fecha de selección: ___ (Mes) ____ (Día) _____ (Año)

2. Nombre del Área: ___________________________ (Patzún o La Reina)

3. Nombre de la Aldea o Comunidad: ________________________

4. Número de hogar: _____

5. Número de la familia: _____

6. Primer nombre de la persona (para propósitos de este estudio solamente) _________

7. Sexo (entrevistadora, señale la categoría apropiada): • Hombre ____ • Mujer ____

8. Edad de la persona (debe tener entre 18 y 60 años cumplidos): _________

10. ¿Ha tenido alguna vez un hijo? • Si: ___ • No: ___

11. PARA MUJERES SOLAMENTE: ¿Ha tenido alguna vez una pérdida fetal (aborto espontáneo)? • Si: ___ • No: ___

12. PARA HOMBRES SOLAMENTE: ¿Alguna vez se ha visto envuelto en una situación de embarazo? • Si: ___ • No: ___

13. La persona está de acuerdo en participar: • Si: ___• No: __

14. Persona seleccionada para participar en:• GF ____• EP ___

15. Persona no seleccionada para participar en el estudio porque:• No cumple los criterios de selección ___• No desea participar ____

1. Cardich R, Desde las mujeres: visiones y circunstancias delaborto, informe presentado en Encuentro de InvestigadoresSobre Aborto Inducido en América Latina y el Caribe,Impactos Demográficos y Psicosociales del Aborto, Santafé deBogotá, Colombia, 15–18 de noviembre, 1994.

2. Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) yCentro de Investigación Epidemiológica en Salud Sexual yReproductiva (CIESAR), Programa nacional de atención post-aborto, Boletín, enero–junio 2005, Volumen 1, Número 4.

3. Goldman N y Glei DE, Evaluation of Midwifery Care: ACase Study of Rural Guatemala, MEASURE EvaluationWorking Paper WP-01–29, Princeton, NJ, USA: Office ofPopulation Research, Princeton University, MEASUREEvaluation and MACRO, 2002.

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5. MSPAS, Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá(INCAP), Institute for Resource Development (IRD)/Westinghouse, Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil2002, Ciudad de Guatemala, Guatemala: MSPAS, 2003.

6. Bertrand J, Seiber E y Escudero G, Dinámica de la anticon-cepción en Guatemala: 1987–1998, PerspectivasInternacionales de Planificación Familiar, 2002, NúmeroEspecial: 10-19.

7. United Nations, Population Division, Department ofEconomics and Social Affairs, Contraceptive Use 2003,< w w w . u n . o r g / e s a / p o p u l a t i o n / p u b l i c a t i o n s /contraceptive2003/WallChart_CP2003.pdf>, sitio visitadojulio 1, 2005.

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16. Goldman N y Glei DE, 2002, op. cit. (ver referencia 3).

17. Prada E et al., 2005, op. cit. (ver referencia 15) y Singh S,Prada E and Kestler E, 2006, op. cit. (ver referencia 9)

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19. Goldman N y Glei DE, 2002, op. cit. (ver referencia 3).

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21. Tabulaciones especiales de la encuesta Encuesta Nacionalde Salud Materno-Infantil, 2002

22. MSPAS, INCAP, IRD/Westinghouse, 2003, op.cit. (verreferencia 5).

23. Eder K y García MM, Modelo de la medicina indígenamaya en Guatemala, Ciudad de Guatemala, Guatemala:Asociación de Servicios Comunitarios de Salud y DeutcheEntwicklungsdients, 2003.

24. MSPAS, INCAP y IRD/Westinghouse, 2003, op. cit. (verreferencia 5).

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28. Castillo D, Nosotras Somos Lideresas: El: Liderazgo delas Mujeres en el Poder Local como Paradigma de laModernidad, Ciudad de Guatemala: Ediciones Papiro, 2004.

29. Granolati M and Marini A, 2003, op. cit. (ver referencia 4).

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35. Granolati M y Marini A, 2003, op. cit. (ver referencia 4).

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37. MSPAS y CIESAR, Programa nacional de atención posta-borto, Boletín, enero–junio, 2005, Volumen 1, Número 4.

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40. Congreso de la República de Guatemala, Ley de AccesoUniversal y Equitativo de Servicios de Planificación Familiary su Integración en el Programa de Salud Sexual yReproductiva, Decreto 87–2005 (entró en vigencia en Abril2006), <http://www.infile.com/cms/myfiles/503.pdf>, sitiovisitado abril 14, 2006.

41. Sistema de las Naciones Unidas, Metas del Milenio:Informe de Avance de Guatemala, Ciudad de Guatemala,Guatemala: MSPAS, 2002.

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