Sangre y Celulas Sanguineas (1a Parte)
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Transcript of Sangre y Celulas Sanguineas (1a Parte)
Flores Salinas Damaris Ludin, Becerril Bonilla Juan, González Franco Diana Itzel, Monroy Paniagua
Ivan Arturo, Navarrete Bejarano Jesús Daniel.
La homeostasia del medio interno y la propia supervivencia dependen del transporte
continuo a y desde las células del cuerpo. El principal líquido de transporte es la sangre
La sangre, más que un simple líquido
son un conjunto de células,
trombocitos (o plaquetas). La parte
liquida de la sangre, es decir, el
plasma, es uno de los tres líquidos
principales del cuerpo (los otros son el
líquido intersticial y el intracelular) y la
cantidad completa en el cuerpo se
suele expresar como porcentaje de
peso corporal total. Sin embargo, la
determinación del plasma y de los
elementos formes suele expresar
como porcentaje del volumen total de
sangre. Con estos criterios de medida,
la sangre completa representa un 8%
del peso corporal total, el plasma un
55% y los elementos formes un 45% del volumen sanguíneo total. Los elementos formes se
refiere al designar los diversos tipos de células de la sangre y de fragmentos celulares
suspendidos en el plasma. Por lo general un adulto tiene de 4 a 6 litros de sangre y se trata
de un tejido conjuntivo líquido compuesto de células y una matriz extracelular o plasma.
Equipo 3/ Bioquímica Celular y de los Tejidos II
Los elementos formes se clasifican como
siguen:
Eritrocitos (hematíes o glóbulos rojos)
Trombocitos (Plaquetas)
Leucocitos (Glóbulos blancos)
Granulocitos
Neutrófilos
Eosinófilos
Basófilos
Agranulocitos
Linfocitos
Monocitos
Las transfusiones de sangre suelen implicar los tres componentes de la sangre principales: plasma,
plaquetas y hematíes. Si se deja un tubo de sangre completa y se hacen girar en una centrifuga, se
producirá la separación. El termino volumen de
células concentradas (VCC) o hematocrito se
emplea para indicar el volumen por cien de
hematíes en la sangre completa, por ejemplo un
hematocrito del 45% significa que en cada 100
ml de sangre completa hay 45 ml de hematíes y
55ml de plasma líquido. Los leucocitos y
plaquetas representan menos del 1% del
volumen sanguíneo y forman una capa
amarillenta o capa leucocítica, los eritrocitos son
los elementos más densos y se asientan en la
parte inferior del tubo justo arriba de los
eritrocitos y en la parte superior, el plasma que
es el 47 al 63% del volumen.
Los valores varían según los métodos empleados de cuantificación
Fracción media del peso corporal 8%
Volumen en el cuerpo adulto Mujer: 4-5 Litros; Hombres:5-6 Litros
Volumen/Peso Corporal 80 a 85 ml/kg
Temperatura Media 38 ⁰C
pH 7.35 a 7.45
Viscosidad Leucocitos: 4.5 a 5.5; plasma: 2.0
Osmolaridad 280 a 296 mosm/L
Salinidad Media (NaCl) 0.9%
Hematocrito Mujer: 37-48%; Hombre: 45 a 52%
Hemoglobina Mujer: 12-16 g/100ml
Hombre: 13 a 18 g/100ml
Cifra media de eritrocitos Mujer: 4.2 -5.4 millones/µl
Hombre: 4.6 – 6.2 millones/µl
Cifra de Trombocitos 130000 a 360000/µl
Cifra Total de leucocitos 5000 a 1000/µl
Los eritrocitos o hematíes se producen por
el proceso de eritropoyesis y es un proceso
que dura de 3 a 5 días e incluye 4
desarrollos importantes: una reducción del
tamaño de la célula, un aumento en el
número de células, la síntesis de
hemoglobina así como la pérdida del
núcleo y otros organelos. Esto se da en la
medula ósea roja, partiendo de una células
nucleadas llamadas células madre
hematopoyéticas las células madre tienen
la capacidad de mantener una población
constante de células en diferenciación de
un tipo específico. Se dividen por mitosis y
otras atraviesan diversas fases de
desarrollo. En los hematíes, la
diferenciación comienza con la aparición
de proeritroblastos. La división mitótica
de estos produce eritroblastos basófilos.
La siguiente división de maduración da
origen a los eritroblastos
policromáticos, que producen
hemoglobina, estas células pierden luego
sus núcleos, transformándose en
reticulocitos. Una vez que han pasado a la
sangre circulante, pierden su delicado
retículo y se transforman en eritrocitos
maduros en 24-36 horas, el tamaño de la
célula disminuye en cada etapa de
maduración. Su producción en velocidad es asombrosa y todos los días se producen y se
eliminan los hematíes alrededor de 100 millones por minuto y se sustituyen por nuevos, lo
que lleva a mecanismos homeostáticos muy eficaces para equilibrar el número de células
formadas y el número de células destruida. El ritmo de formación se acelera a menos
concentración de oxígeno en los tejidos y eleva las cifras de una hormona glucoporoteica
denominada eritropoyetina. Una forma inactiva de esta hormona denominada
eritropoyetinógeno, es liberada progresivamente a la sangre, sobre todo por el hígado.
Cuando el oxígeno disminuye, se liberan cantidades crecientes de eritropoyetina que
estimula a la medula ósea para que acelere la producción de hematíes dando como
resultado el aumento de oxígeno a los tejidos y disminuye la liberación de eritropoyetina y
se disminuye la estimulación de la medula ósea roja.
Un eritrocito es una célula con forma de disco,
bicóncava, con un anillo grueso y un centro
delgado y hundido por la carencia del núcleo.
Mide aproximadamente 7.5µm de diámetro y
2µm de grueso en el anillo. Con muchos
organelos como otras células, los hematíes
pierden sus núcleos durante la maduración, el
interior de un eritrocito es color gris uniforme,
como carecen de mitocondrias, dependen por
completo de la fermentación anaeróbica para
producir ATP. Esto se debe para que se evite que
se consuma el oxígeno antes de ser llevado a
otros tejidos. Realizan este proceso de manera
indefinida. Su citoplasma consta de una solución
al 33% de hemoglobina, pigmento rojo que les
da su color rojo. También contiene una enzima
que contiene anhidrasa carbónica que cataliza la
reacción CO2 + H2O H2CO3, Su membrana plasmática tiene glucolipidos en la
superficie externa y determinan el tipo de sangre de una persona, en su superficie
interna se encuentran dos proteínas de citoesqueleto, la espectrina y la actina, que les
otorgan a la membrana su resistencia y durabilidad, especialmente cuando pasan por
capilares muy pequeños y los hematíes se curvan, se doblan y se aplastan para pasar y
recuperan su forma original después
Su estructura está estrechamente relacionada con sus funciones. En total un eritrocito
transportará 4 moléculas de oxígeno por la hemoglobina contenida. Recoge el oxígeno
de los pulmones, transportándolo y entregándolo a todos los tejidos del cuerpo.
Posteriormente recoge
el dióxido de carbono de todos los tejidos para llevarlo a los pulmones e ir por más
oxígeno.
Por preparación de frotis, con colorante de Wright:
Los eritrocitos muestran punteado basófilo en algunos frotis de sangre normal. En la
anemia puede aumentar este punteado y se observa de manera característica en el
envenenamiento por plomo y en la talasanemia. Pueden observarse pequeñas vacuolas
en los eritrocitos de pacientes que han sido sometidos a esplenectomía (vacuolas
postesplenectomía).
Normalmente, las células policromáticas (eritrocitos inmaduros, que contienen tanto
componentes ácidos como básicos que tiñen con tinturas de distintos colores) forman
1 a 2% de los eritrocitos; en la regeneración activa de la sangre aumentan un número.
Tienen un tinte azulado y son ligeramente mayores que las células más viejas.
La hemoglobina consta de cuatro cadenas
proteicas llamadas globinas. Dos de ellas, las
cadenas alfa tienen 141 aminoácidos y dos de
ellas, las cadenas beta, 146. Cada cadena esta
conjugada con una porción sin proteínas
denominada grupo hemo que fija al oxígeno a un
ion ferroso (Fe2+) en el centro. Cada Hemo puede
transportar una molécula de O2. Cada
hemoglobina puede transportar hasta 4
moléculas, el CO2 que también se une a la
hemoglobina para ser desechado por los
pulmones, se adhiere a la globina. Cuando los
eritrocitos estallan y liberan su hemoglobina, esta
es fagocitada por los macrófagos en muchas
partes del organismo, pero en especial en las
células de Kupffer del hígado y en los
macrófagos del bazo y de la medula osea.
Durante las siguientes horas o días, los macrófagos liberan el hierro de la hemoglobina
y vuelve de nuevo a la sangre, para su transporte por medio de la transferrina a la
medula ósea para la producción de eritrocitos nuevos o al hígado u otros tejidos para
su almacén en forma de ferritina. La porción porfirina de la molécula de hemoglobina
es convertida por los macrófagos, por medio de una serie de pasos, en el pigmento
biliar, bilirrubina que se libera a la sangre y después se libera del organismo mediante
secreción hepática a la bilis.
La coagulación de la sangre es la última defensa contra la hemorragia, pero la más
efectiva. Cuando se rompe un vaso es importante que la sangre tenga la capacidad de
coagularse con rapidez, pero tiene la misma importancia que no se coagule en ausencia
de daño vascular, es uno de los procesos corporales más complejos que requiere
muchas reacciones químicas. Su objetivo consiste en convertir la proteína plasmática
fibrinógeno en fibrina, una proteína pegajosa que se adhiere a las paredes de un vaso,
a medida que llegan las células sanguíneas y los trombocitos, se pegan como insectos
en una telaraña. La masa resultante de fibrina, células y trombocitos sella la rotura del
vaso sanguíneo.
Existen las rutas para la coagulación, el mecanismo extrínseco donde las sustancias
químicas liberadas por tejidos lesionados extrínsecos a la sangre desencadenan la
cascada de acontecimientos que determinan en ultimo termino la producción de
tromboplastina, el daño tisular determina la liberación de una mezcla de lipoproteunas
y fosfolípidos conocida como factor tisular (factor III) y en presencia de iones calcio,
factor V y factor VII forma complejos que activa el factor X y produce activación de
protrombina.
La via intrínseca implica una serie de reacciones que empiezan con factores presentes
en condiciones normales en la sangre, la lesión del revestimiento endotelial del vaso
permire que se expongan las fibras de colágeno, con lo que se activan una serie de
factores de coagulación presentes en el plasma.
El complejo mecanismo de la
coagulación se divide en 3
pasos:
1. Liberacion de
factores plaquetarios a partir
tanto de las células tisulares
lesionadas como de las
plaquetas adhesivas en el
punto de la lesión.
2. Una serie de
reacciones químicas que
culminan con la formación de
trombina.
3. Formación de fibrina
y atrapamiento de los
glóbulos rojos en la fibrina
para formar un coagulo.
El mecanismo por ambas vías
se da a un mismo objetivo, el
detener la hemorragia, se da
en 3 fases en donde se llevan
a cabo todas las reacciones
químicas involucradas para la
formación del coagulo que
detendrá la perdida de
sangre.
El termino tipo de sangre se
refiere al tipo de antígenos
(aglutinógenos) presentes
en la membrana celular de
los hematíes. Los antígenos
(A, B y Rh) son
fundamentales en la sangre
en lo referente a
transfusiones y a la
supervivencia de los recién
nacidos.
Se utiliza el término aglutininas para describir los anticuerpos disueltos en el plasma
que reaccionan con antígenos de los grupos sanguíneos específicos o aglutinógenos.
Los aglutinógenos o antígenos específicos sobre la membrana de los hematíes
caracterizan los distintos tipos de grupos sanguíneas ABO. Cuando se hace una
transfusión se debe tener cuidado y evitar la mezcla de aglutinógenos, ya que es
potencialmente mortal, se le conoce como reacción transfusional. Pruebas de
laboratorio como tipaje sanguíneo y pruebas cruzadas garantizan una correcta
identificación de los antígenos y anticuerpos de los grupos sanguíneos tanto en el
donante como en el receptor y no se producirá una reacción de aglutinación cuando
se mezclen.
La sangre de todo humano corresponde a uno de los 4 grupos sanguíneos ABO, se
denominan de acuerdo con los antígenos presentes en la membrana de los hematíes:
1. Tipo A: Antígeno A en los hematíes
2. Tipo B: antígeno B en los hematíes
3. Tipo AB: ambos antígenos, A y B, en los hematíes
4. Tipo O: no hay antígeno A ni B en los hematíes.
El plasma sanguíneo puede o tener anticuerpos que reaccionen con los antígenos
A o B de los hematíes. Un importante principio sobre esta cuestión es que, por
razones evidentes, el plasma nunca contiene anticuerpos frente a los antígenos
presentes en sus propios hematíes, de ser así, habría reacción antígeno-anticuerpo
que destruiría a los hematíes. No obstante, el plasma contiene anticuerpos frente al
antígeno A o B si estos no están presentes en sus hematíes, es decir, en la sangre
del tipo A, estará presente el antígeno A en los hematíes, pero no habrá anticuerpos
anti-A, pero si anti-B y viceversa.
La sangre de tipo A
donada a un receptor
del grupo A no
provoca reacciones de
aglutinación porque
los anticuerpos del
tipo B no se combinan
con los antígenos del
grupo A, sin embargo
la sangre de tipo A
donada a un receptor
del grupo B provoca
una reacción de
aglutinación por una reacción anticuerpo A del receptor con antígeno tipo A del
hematíe. La sangre tipo O se denomina donante universal y puede ser donado a
cualquier receptor porque no tiene antígeno A y B, Pero no es del todo correcto ya
que el receptor puede tener aglutininas distintas de los anticuerpos anti-A o anti-B,
deben hacerse pruebas cruzadas para descartar esto. Existe el término sangre Rh
positivo que significa que existe el antígeno Rh en los hematíes, si es Rh negativa,
se carece de este antígeno en los hematíes. Ninguna clase de sangre contiene
anticuerpos Rh aunque en personas Rh negativas pueden estar presentes si en
alguna ocasión ingreso algún hematíe con antígenos Rh en el torrente circulatorio
o por el embarazo.
Hay cinco tipos de glóbulos blancos o leucocitos, clasificados según la presencia o
ausencia de gránulos y las características tintoriales de su citoplasma. Los Granulocitos
son los tres GB que tienen grandes gránulos en el citoplasma, se denominan de acuerdo
con las características de tinción del citoplasma.
Los basófilos son el tipo menos común de los
granulocitos, un tipo de glóbulo blanco o leucocito. Son
los principales responsables de la respuesta alérgica y
antígena liberando una sustancia llamada histamina.
En individuos sanos, representan alrededor del 0,01% al
0,3% de número total de glóbulos blancos de la sangre. El
recuento de basófilos normal es por lo general entre 40 y
200/μL para un adulto y entre 0 y 640/μL para un recién
nacido.
Los recuentos de basófilos pueden variar, dependiendo del paciente y la situación. En
una persona sana, el recuento es normalmente muy bajo.
Basófilos altos. Una serie de condiciones diferentes puede aumentar la cantidad de
basófilos, incluyendo enfermedades respiratorias, infecciones y trastornos de la sangre.
Esta condición se conoce como basofilia.
Basófilos bajos. El bajo recuento de basófilos se produce cuando se encuentran a
menos de 20 células por litro de sangre humana. Puede ser vista en asociación con
urticaria autoinmune (una condición picazón crónica) y en algunas formas de leucemia
o linfoma. Esta condición se conoce como basopenia.
Al igual que los eosinófilos, los basófilos juegan un papel en ambas infecciones
parasitarias y alergias 1
Los basófilos aparecen en muchos tipos específicos de reacciones inflamatorias, en
particular las que causan síntomas de alergia. Los basófilos contienen el anticoagulante
heparina, la cual impide que la sangre se coagule demasiado rápido.
La función primaria de un basófilos es liberar un producto químico conocido como
histamina en respuesta a una infección. La histamina es un vasodilatador que promueve
el flujo sanguíneo a los tejidos
Estas células son parte de una familia de leucocitos conocidos como granulocitos,
llamados así por los gránulos distintivos de material dentro de sus membranas
celulares. Estos gránulos contienen piezas de información de interés para el sistema
inmune, y compuestos que el sistema inmune utiliza cuando responde a una infección
o inflamación. La liberación de los gránulos se conoce como la desgranulación.
Los basófilos surgen y maduran en la médula ósea. Cuando se activa, los basófilos
desgranulan para liberar histamina, proteoglicanos (por ejemplo, heparina y
condroitina), y enzimas proteolíticas (por ejemplo, la elastasa y lisofosfolipasa). También
secretan lípidos mediadores como leucotrienos (LTD-4), y varias citoquinas.
Además de ayudar en el sitio de una infección, estas células también ayudan al cuerpo
a desarrollar inmunidad mediante el almacenamiento de la información que puede ser
utilizada por las células T.
Los granulocitos segmentados basófilos son células redondeadas cuyo tamaño oscila
entre 10 y 13 μm. El núcleo, de cromatina densa, posee generalmente dos o tres lóbulos
unidos por puentes cromatínicos, en ocasiones difíciles de visualizar dada la presencia
de las numerosas granulaciones basófilas propias de esta célula. Los gránulos basófilos
se disponen encima del núcleo. La granulación basófila, de tamaño entre 0.2 y 1 um,
adquiere una coloración rojo-violácea oscura con las tinciones panópticas y tiene una
forma poligonal. En ocasiones, los gránulos basófilos se disponen en el interior de
vacuolas citoplasmáticas, imagen óptica que traduce la disolución parcial de estos
gránulos tras las maniobras de fijación.
La característica principal de los gránulos basófilos es su metacromasia con los
colorantes azules (azul de metileno, azul de toluidina), con los que adquiere una tonalidad
rojiza, mientras que el resto de las estructuras celulares se tiñen en de color azul. La
metacromasia se debe a la riqueza de estos gránulos en mucopolisacáridos ácidos
sulfatados. Los gránulos basófilos también son ricos en histamina, heparina, glucógeno
y determinados enzimas (peroxidasa). Otro enzima a destacar es la omega exonucleasa,
localizada en la zona intercelular del basófilo y mastocito y que es de gran utilidad para
la identificación de basófilos degranulados presentes en ciertas hemopatías. A diferencia
de los mastocitos, no contienen cloroacetatoesterasa; tampoco tienen fosfatasa alcalina.
Otra característica diferencial entre los gránulos basófilos y los del mastocito es la
hidrosolubilidad de los primeros, por lo que el citoplasma del basófilo aparece, a veces,
con numerosas vacuolas que no son más que gránulos parcialmente extraídos.
Punteado basófilo (precipitación patológica de los ribosomas): éste término se refiere a
la presencia en los eritrocitos de unas inclusiones en forma de puntos basófilos gruesos
o finos, que varían en su forma, tamaño y distribución. Este punteado basófilo difuso se
puede visualizar en una gran variedad de anemias. El punteado basófilo grueso aparece
en los grados extremos de intoxicación por plomo con afectación del 1 al 2% de las
células. Una forma especial de punteado basófilo sucede en condiciones en que hay
gránulos de hierro en los eritrocitos. Estos gránulos se tiñen de azul de Prusia. Los
gránulos de hierro se denominan corpúsculos de Pappenheimer cuando se aprecian en
las preparaciones teñidas por el Wright.
Bibliografía:
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Williams W J. Hematología. Tomo 1. Salvat Editores S.A: España; 1979: 16-17