Sanidad del campo€¦ · dfez y sers nzrl p hasfa de trcrnta t^ seis nú! hectáreas, antes ltenas...

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Sanidad del campo Historia de su creación. La Inspección de Sanidad del Campo, adscripta á la Di- rección general de Agricultura, es de recientisima creación, no contando todavía un año de existencia. Su historia, por lo tanto, es breve y clara. Primeramente, el Ministro llevó á los presupuestos que actualmente rigen, el crédito suficiente para instituir y orga- nizar este servicio, que en mayor ó menor escala y en ésta ó en otra forma tienen establecido otras naciones. En el Par1a- mento, tanto el Ministro como el Director general de Agri- cultura, expusieron el pensamiento y motivos de la creación de este organismo y dieron en el seno de las Comisiones de Presupuestos de ambas Cámaras, cuantas explicaciones se les pidieron ó consideraron necesarias al conocimiento del asun- to por los Sres. Diputados y Senadores. Aprobados que fue- ron los presupuestos, sin la más leve oposición al referido crédito, el Ministro de Fomento, previa aprobación del Con- sejo de Ministros, sometió á la sanción de S. M. e] Rey el Real decreto de 25 de Noviembre de 1910, por el cual se creó ]a Inspección de Sanidad del Campo. Convocados los con- cursos de personal y nombrado en su virtud el (nspector Jefe á fín del año anterior, se hicieron los nombramientos del per- sonal subalterno, comenzando á funcionar la Inspección cen- tral en 1.° de Enero del corriente año. 26

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Sanidad del campo

Historia de su creación.

La Inspección de Sanidad del Campo, adscripta á la Di-rección general de Agricultura, es de recientisima creación,no contando todavía un año de existencia.

Su historia, por lo tanto, es breve y clara.

Primeramente, el Ministro llevó á los presupuestos que

actualmente rigen, el crédito suficiente para instituir y orga-

nizar este servicio, que en mayor ó menor escala y en ésta ó

en otra forma tienen establecido otras naciones. En el Par1a-

mento, tanto el Ministro como el Director general de Agri-

cultura, expusieron el pensamiento y motivos de la creación

de este organismo y dieron en el seno de las Comisiones de

Presupuestos de ambas Cámaras, cuantas explicaciones se les

pidieron ó consideraron necesarias al conocimiento del asun-

to por los Sres. Diputados y Senadores. Aprobados que fue-

ron los presupuestos, sin la más leve oposición al referido

crédito, el Ministro de Fomento, previa aprobación del Con-

sejo de Ministros, sometió á la sanción de S. M. e] Rey el

Real decreto de 25 de Noviembre de 1910, por el cual se creó

]a Inspección de Sanidad del Campo. Convocados los con-

cursos de personal y nombrado en su virtud el (nspector Jefe

á fín del año anterior, se hicieron los nombramientos del per-

sonal subalterno, comenzando á funcionar la Inspección cen-

tral en 1.° de Enero del corriente año.26

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En 2 de Enero dcl rnisrno, reunióse el Tribunal que ha?^la

de juzgar el concurso para Inspectores regionales, y nombra

da una Ponencia técnica, compuesta por los tres Médicos que

eran Consejeros de Sanidad, entre ellos el Inspector Jefe

nombrado, se la hizo entrega de los 280 expedientes persona-

les de los aspírantes á dichas plazas.

La labor que tuvo que realizar la Ponencia, ayudada por

los auxiliares de la [nspección, fué verdaderamente ardua y

difícil, pues hubo que examinar y extractar, uno por uno, to-

dos aquellos expedientes, Ilevando como fruto y resumen de

su trabajo á una lista-estado, con numeroso encasillado com-

parativo, todas y cada una de las condiciones exigidas para el

concurso y aquellas otras alegadas como mérítos por los inte-

resados. No creyendo bastante esta minuciosa labor, en que

constaban aquilatadas las condícíones y méritos dc los concur-

santes, la Ponencia técnica realizó otra labor de minuciosa se-

leccíón de los 81 expedientes que resultaron mejores, adop-

tando para ello un procedírniento que, si no en absoluto, diera

las mayores seguridades y garantías para quc, automática-

mente y sin prejuicios de ninguna especie, resultaran ordena-

damente numerados los más aptos entre los 280 concursan-

tes. AI efecto, una vez hecho el estudio y lista-estado arriba

mencionado, de todos ios expedientes, y conocidas las diver-

sas condiciones alegadas y justificadas por los interesadus,

convinieron los tres ponentes técnicos en dar una valoración

numeral de puntos á cada una de las referidas condiciones.

©e esta manera quedaror^ valoradas de antemano con X

puntos las condicíones de doctor, licenciado, las de doctor á

licenciado en otras Facultades, los años de ejercicio profesio-

nal, las asistencias de epidemias, de cólera, tifoideas, palu-

disrno; las prácticas de Laboratorio, según fueran en el extran-

jero, Laboratorios del Estado, de Madrid, de provincias ó

particulares; los cargos por oposición, con las diferencias na-

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turales entre los que fueran Catedr^iticos, Médicos de Sanidad

miiitar, Armada, Hospitales, Baños, Hahilitados de baños,

Inspectores de Sanidad, Médicos de Beneficencia de Nladrid

ó provincias, tocólo<,i,os, forenses de Madrid; los car^os de

nombramiento, como los de Subdele^ado, forenses, etc.; los

méritos y premios de la carrera, en los grados y en el ejerci-

cio profesional; los títulos, honores y distinciones adyuiridas

por méritos ó trabajos científicos; las publicaciones. con las

diferencias entre las relatívas al concurso y las restantes, etc.

Una vez convenida esta valoración, la Ponencia no tuvo otra

cosa que hacer que anotar, teniendo ^ la vista e1 extracto de

cada expediente, todas las condiciones justificadas, adjudi-

carlas el número de puntos á ellas asigrrado y su^narlos. He

cha la operacián con los 280 expedientes, fácilmente se hizo

la ordenación de fos 81 prin^eros, qu^^ comenzaban por el nú-

mero 1 con J-í puntos, y terminaban con los quc alcanzaron 20,

todos los cuales se I{evaron ^í otra lista-estado, con la reseña

exacta de cada una de las condicior^es del interesado, y el ntí-

mero de puntos con yue había resultado por eílas; siendo de

advertir que, exceptuando dos ó tres de los primeros núme-

ros, coincidieron bastantes en las puntuaciones, razór^ por ía

cual no consideró conveniente la Ponencia dejar de incluir en

la propuesta á todos los que alcanzaron de 20 puntos en ade-

lante, excluyendo de ella á los demás que por no reunir ó no

justificar condiciones no llegaron á la puntuación referida.

Presentado el trabajo por la Ponencia al Tribunal de] con-

curso (que tuvo para él frases de elogio), lo aprobó éste por

unanimidad y lo rernitió al Ministro para la desi^nacirín^ defi-

nitiva. Hiciéronse por éste los nombramientos (de entre los

íncluídos en la propuesta) en 31 de Marzo de 1J11 (l), y con-

(1) Efecto de la crisis ministerial no se publicaron ni ctieron á co-nocer los nombramientos hasta fines dcl me^ de Abril.

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vocados al efecto para darles posesión de sus cargos, al ser

presentados para ello al Ministro por el Director general de

Agrícultura; e1 [nspector general presentó también á la apro-

bación superior la base de los trabajos de la lnspección, con

lo cual pudo ésta inmediatamente comenzar á funcionar, re-

cuperando así el tíempo empleado en la revisión de expedien-

tes, calificación y nombramiento del personal técnico.

Nombráronse iguaimente ios Ingenieros que, conforme alReal decreto de 25 de Noviembre de 1910, han de ser aseso-res y auxiliares de 1a lnspección general.

Nombrado ya todo el personal y tomado posesión de sus

destinos la mayor parte, comenzó á funcíonar de hecho la

Inspección de Sanidad del Campo, en la fecha de dicha toma

de posesión, ó sea en 15 de Mayo del corriente año de 19J1.

Razones ó fundamentos de la creación.

Tres factores príncípales-educación, seguridad y sa-

nidad-son ind'rspensables para que en el ambiente rurai se

desenvuelva y realice, en las debidas condicionés, la vída, ha-

ciéndose grata y apetecible la estancia en los campos.

Del primero, que se refíere príncipalmente á lo que deben

ser los cultivos, sus prácticas y conveniencia, segGn ios t*rre-

nos, y del segundo, que hace relación con la Guardería rurai,

no habría por qué ocuparse aquí, si no estuvieran también re-

(acionados, aunque desde otros aspectos, con la sanidad de

los campos y con la mísión inspectora del organismo que nos

ocupá, corno demostraremos más adelante.

EI saneamiento de ios campos es una necesidad evidencia-

da por un hecho muy saliente, que no solamente en España,

síno que también en las naciones que pasan por ser ]as más

adelantadas, se ha puesto de relieve, haciendo nacer con ver-

dadera urgencia aquella necesidad.

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Et hecho, bien elocuente por cierto, es el siguiente: Lns

cij'ras ^^e morbilydud y de mortczlit^Ud son i^aiales, á re^^es

nra^^ores, en los campos gue en Icts cierr^a^es populosas.

Prueba es esto de que aquellas cualidades sa{utíferas, tan

decantadas, de los campos, son ilusorias, porque en ellos ni

el suelo ni el subsuelo son sanos; el aire y el agua no son pu-

ros, ni los alimentos son siempre inofensivos, ni las viviendas

higiénicas.

Percatadas las naciones principales de Europa y América

del hecho que acabamos de ser^alar, apercibiéronse inmedia-

mente á la defensa de sus intereses y al saneamiento de sus

campos, cada una, como es natural, dentro de sus procedi-

mientos especiales de imponer ó practicar la sanidad; pero,

por regla general, disponiendo los servicios dentro de los Mi-

nisterios más afines, y entre ellos, príncipalmente, en el dc

Agricultura, con objeto de que á lá Comisión científica de Mé-

dicos se asociaran Ingenieros, Arquitectos y otros elementos

necesarios para las reformas de obras higiénicas que la socie-

dad mod^rna requiere.

Por lo que á España se refiere, con unas cuantas cifras,

aan cuando las estadísticas que hoy tenemos son deficientísi-

mas, podría evidenciarse el hecho señalado diciendo que hay

en la actualidad d^ sesenta á sete^lta mrl reumáticos que acu-

den aaualmente ^í nuestros Esta^lecimientos balnearios; que

el paludismo ocasiona más de ocho mil defunerones, dos-

cientos mil enf^rmos y más dc die.z y siete r,:rllones de días

de trczbajo perdidos ul año, y yuc la ficbrc tifoirL ^a, e^zdé-

r^^ica en casi toda Espcrña, produce trernfa v seis rnil ae-

^'^anciones, nzás c^e cuatrocienfos mil enf"ermos y nrás de

i^eintrcuatro millones de días de frrrbajo perc^idos al año.

Como hemos dicho, las estadísticas hasta ahora recogidas

respecto á la morbilidad principalmente, so:^ muy deficientes,

porque la Inspección de Sani^ad del Campo, en los cir.co me-

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ses que lleva funcionando, ha podido evidenciar muchísímo

mayor núrnero de casos de unas y otras enfermedades de las

arriha señaladas, como se verá en el Avance que sobre palu-

dismo acompaña á estas líneas, y como se va deduciendo del

estado de contaminación de la mayor parte de las aguas pota-

bles, cuyos análisis han podido reali7arse hasta ahora.

Claro está que este es un asunto de suma importancia

para la economía nacional, pues trae como consecuencia la

emigración, la despoblación de muchísimas regiones españo-

las, la depreciación del valor de la tierra y, por último y como

resumen, el empobrecimiento nacional.

Precisa, pues, un estudio completo del paludismo, que no

ha podido realiZarse hasta ahora de un modo eficiente y de-

finitivo, con objeto de conocer su extensíón, que es, cemo se

verá, muy grande, para Ilegar á delimitar y conocer las verd^-

deras regiones de la enfermedad, el n^ímero de focos palúdi-

cos existentes y las hectáreas de terreno (1) que están conver-

tidas en pantanos, lagunas, etc., con objeto de proponer las re-

formas convenientes, á cjemplo d^ lo que han hecho las demás

naciones, pues des^cando pa;^tanos, cuitivando 1os terrenos

de esta í ndole, no solamente se centuplicará el valor de dichos

ter.^enos, sino qu^ la población en donde estén enclavados se

hará cada ^^^z más densa y más próspera en su producción,

en sus intereses y en sus industrias.

Es necesario, después de la minuciosa investigación que

debe practicar la I;^spección, el que se realicen obras hidráu-

licas, desecación de aguas encharcadas, que se dicten nuevas

leyes de cultivo, abastecimiento y purificación de aguas pota-

bles, fomento de la píscicultura, repoblación forestal, etcé^

(1) En la visita girada por el Inspector ^eneral en Noviembre y Di-cíembre de I^JI l, ha tenidu ocasión de observar comarcas de dos mrl,

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tera, etc., que son los medios que las Comisiones científicas,

cornpuestas de ingenieros y Médicos, tienen hoy que estudiar

y proponer en cada caso particular.

No basta esto solo; es preciso que la Inspección tenga

también por objeto la educacrdn, respecto de las prácticas

profilácticas en cada caso ó región apropiada, para lo cual los

lnsnectores ya han comenzado á realizar esta clase de traba-

jo, dando conferencias públicas, que la Prensa de provincias y

la local han comentado muy favorablernente, respecto del pa-

ludismo y medios .que tiene la acción socíal de extinguirlos,

ayudando á 1a acción del Estado; del abastecimiento de aguas

potables y evitación de que éstas se contaminen por materias

impuras; del modo cómo los alimentos deben empíearse ó con-

servarse para que no se adulteren y dañen á la salud, etc., etc.

Y he aquí cómo aquel factor de la educación, de que ha-

blamos al principio de estas líneas, también tiene aplicación

á la Inspección de Sanidad del Campo.

Desgraciadamente, no podemos llegar, en lo que respecta

á la seguridad, al punto envidiable á que han licgado algunas

naciones, especialmente fnglaterra, donde además de existir

un tnspector sanitario en todas 1as poblaciones de 10.4C^ al-

mas, y otros en los distrito^ en que, siendo más pequeños,

pueden agruparse por regiones de dicho número de almas,

para que llegue la acción del organísmo sanitario, que en In-

glaterra es autónomo, hasta las más pequeñas aldeas.

Estos Inspectores ingleses no tienen sblo la misión de es-

tudiar y proponer las reformas de sanidad del campo, sino mu-

chos de ellos, especialmente los rurales (surveyors of'nuisan-

ces), la tienen, como sucede también en Alemania, de policía

sanitaria; es decir, que tienen la misión de conservar las obras

de saneamiento, mejorarlas é impedir, con severos castigos,

las infracciones contra estas obras de saneamiento.

Seguramente, si se realiza, como debe, la inspección de

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higiene y salubridad del campo, podrán inculcarse en la masa

social los principios m^ís elementales de defensa de la salud,

y eso mismo servirá de t'reno contra las prácticas hoy rutina-

rias que imposibilitan toda obra sanitaria y su conservación,

una vez realizada.

Lo que se hace en el Extranjero.

Como hemos dicho, ante el saliente hecho de que las ci-

fras de mortalidad y morbilidad eran tan grandes ó mayores

en las poblaciones rurales que en las grandes ciudades, las

naciones (E^tados Unidos, Aiemania, inglaterra, etc.) se apre-

suraron á estudiar las causas del hecho y á contrarrestar sus

efectos.

El hecho es natural; porque, desde hace unos cuantos años

las grandes poblaciones habíanse saneado tanto en la inspec-

ción de sus alimentos como en las de sus aguas, alcantarillas,

higienización de las urbes, etc., habiéndose conseguido dis-

minuir grandemente la morbilidad y la mortalidad; como esto

mismo, aunque debió también hacerse, no se ha hecho en el

campo, las cifras siguen siendo para éste las de antes, llegan-

do á la desproporción, que cada vez sería mayor si no se pu-

siera el remedio.Aun cuando en la mayoría de las naciones la dirección de

la Sanidad pública está encomendada al Ministerio del Inte-

rior, consideraron, indudablemente, que hay muchas cosas en

la Sanidad que no son de la competencia de los Médicos, sino

de los Ingeniero^ y de los Arquitectos, estableciéndose, más

ó menos explícitamente, en los diferentes Ministerios de Agri-

cultura de dichas naciones, servicios especiales dedicados á

esta clase de asuntos.

Hay naciones, como Inglaterra y los Estados Unidos, don-

de existen ya Ingenieros especialistas, y hasta una rama para

combatir la malaria (Enginery-Mosquito), y diversas Seccio-

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nes y Comisiones cienti'ficas rnixtas de Médicos, Biólogos, In-

genieros y Arquitectos, encargados de la sanidad ó del sa-

neamiento de todo lo que afecta á los campos.

En Bélgica, donde está establecida en el Ministerio de

Agricultura una Inspección general de Sanidad parecida á la

nuestra, tiene ésta á su cargo todo lo reiativo á higiene rural,

habiendo realizado (en lo cual ha tardado cuatro años) casi

un completo saneamiento de los terrenos palúdicos y de sus

aguas potables.

En Francia, el Ministerio de Agricultura también invírtíó

é invierte grandes sumas en esta clase de asuntas, habiendo

conseguido elevar en muchos millones de francos el precio de

los terrenos saneados que antes eran palúdicos é improduc-

vos, y, al mismo tiempo, consiguió que se centuplicara la po-

blación en dichas comarcas, con las consecuencias favorables

que.esto supone.

Para no anotar más que una cifra, bastará decir que sola-

mente para las investigaciones cientificas de las aguas pota-

bles tiene consignado el presupuesto francés una partida de

cien nril francos anuales, mayor cantidad, por lo tanto, que

la consignada en nuestro presupuesto para la totalidad de los

servicios de Sanidad del Campo.

En Italia, el Ministerio de Agricultura, con sus leyes sabre

ia malaria, las del cultivo del arroz y los reglamentos especia-

les de su aplicación, ha conseguido disminuir enormemente el

paludismo, que no hace muchos años ocasionaba un número

grandísimo de víctimas, y, al mismo tiernpo, ha saneado los

terrenos que antes eran inhabitables, con leyes cornplemen-

tarias del Ministerio de Hacienda sobre el suminístro, por el

Estado, de la quinina.

En Alemania, ya es sabido que la sanidad es un organis-

mo autónomo, en el cual se ejerce la policía con verdadero

rigor, consiguiendo haber desterrado aquellas cifras de mor-

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talidad y aquellas enfermedades endémicas y epidémicas que

son todavía la vergiienza nuestra y que ya no deben figurar

en ningún mapa sanitario de un país culto.

De [nglaterra no hablemos, pues ya hemos dicho más arri-

ba que tiene Inspectores de Policfa sanitaria en número bien

crecido y con atribuciones ejecutivas extraordinarias, y que

su acción sanitaria llega hasta las más pequeñas aldeas.

De lo que se ha hecho en Cuba y Filipinas, puede dar

idea el servir.io especial, establecido donde actualmente hay

agrupados más de trescientos sabios entre Biálo^os, Médi-

cos, Ingenieros, etc., que cuentan con varios edificios, biblio-

tecas con más de 24.(^0 volúmenes y 58G periódicos, habien-

do conseguido con las medidas de saneamiento realizadas,

que en meses desapareciesen casi el cólera, la fiebre amarilla,

la disentería y la viruela, que allí eran el azote de peninsula-

res é indí^enas.

En los Estados Unidos, la generalidad de los servicios sa-

nitarios se hallan encomendadas principalmente al National

Bureau of"f'ublic Nealth, sin perjuicio de la existencia efec-

tiva, en otros departamentos ministeriales, de centros técni-

cos de inspección é investigación sanitaria directamente rela-

cionados con la salud colectiva.

En ei Departamento de Agricultura, de ios Estados

Unidos, fxnciona con orden y perfección exquisita un servi-

cio de higiene y salubridad general, del que debemos tomar

buena nota, ya que no adoptar como modelo, pues no tene-

mos recursos para ello.

En el año 189^J, el Congreso de los Estados Unidos auto-

rizó por un bill al Secretario del Departamento de A^ricul-

fura para que veríficara Ia inspección sanitaria de drogas y

de alimentos, tanto de procedencia nacional como de impor-

tacíón extranjera; poniéndose, ai efecto, en conexión con la

Dirección de Aduanás. En los diferentes reports que anual-

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mente eleva el Secretario de .4^ric•ultura al Presidente de fa

República, se puede comprobar el inusitado desenvolvimiento

que los servícios sanitarios van adquiriendo en el Bureau

técnico del citado Departamento.

Actualmente, según el último Yearbook, el Bureau dc

Sanidad del Departament^ de agricnltura cuenta con nu-

merosos y lujosamente provistos Laboraforios de Bíolo-

gía, de Químiccr y de Entomolvgía, entre otros centros de

investigación, provistos todos ellos de experto personal, co-

rrespondiendo á la Sanidad de Agri^^ultura, entre otros mu-

chos trabajos, la investi^ución de las f'raudes en los ali-

mentos, medicamentos 2^ beh^ilas, el estudio especial de las

aguas y su purifrcación; el análisis de los productos de f'a-

bricación industrial de uso bromutol©gico; la investigación

de las ^ondiciones atmosféricas, de las enf'ermedades

transmisibles de los aninrales y sus vacunas, el estudio

químico y bacteriológico de los terrenos de cultivo, el es-

tradio fisio-patológico de las plantas nenenosas y de las

que pueden rrtilizarse para medicanterrtos, etc., etc.

En algunas ocasiones se t^an presentado en cl Congreso

americano proposiciones de ley para segregar del Deparla-

mento de ^l gricultura estos servicios sanitarios, para incor-

porarlos al Burectu of Prrblic Health, así como también los

correspondientes á la Sanidad pecuaria; pero la razón se ha

impuesto siempre, evitando con todo cuidado la ingerencia

política en esta clase de trabajos que tan directarnente afectan

á la salud de las colectividades. •

E^t resumen: que en Alemania, en Francia, en Bélgica, en

Italia, en Inglaterra y en los Estados Unidos, principalmente,

además de los numerosos trabajos de laboratorio, dependien-

tes de los Ministerios de Agricultura, vienen invirtiéndose

grandes surnas para la realización de obras de ingeniería en

los rios y en sus afluentes, para la depuración de las aguas

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destinadas al consumo del hombre y para me,jorar las condi-ciones de los terrenos reputadamente pantanosos.

Se impone, pues la necesidad, en nuestro país, de que, al

igual de aquéllos, el Gobierno dicte leyes en consecuencia

de los estudios que se realicen y sean necesarias para el sa-

neamiento de aguas de alirnentación y de los pantanos, rom-

piendo de una vez con la rutina de que, al usar las aguas de

captación y distribución, se prescinda en absoluto de la hi-

giene y se tenga en cuenta, en lo sucesivo, la pureza del

agua, porque de esta pureza depende el tributo que se ha de

pagar al cólera y á la fiebre tifoidea principalmente.

Legislacidn.

En 25 de Noviembre de 1910 (Gaceta del 26) se publicóel Real decreto creando la Inspección de Sanidad del Campo

en el Ministerio de Agricultura.

En 2G de Noviembre (Gaceta del 27) se publicaron las

Reales órdenes convocando á concurso para proveer los car-

gos de Inspector-f efe y de Inspectores regionales.

En 24 de Diciembre (Gaceta del 25) se amplió, de Realorden, el Tribunal para el concurso de Inspectores regionales.

En 27 de Diciembre (Gaceta del 28) se publicó el Realdecreto nombrando Inspector-jefe de Sanidad del Campo.

En 28 de Enero de 1911 (Gaceta del 30) se amplió el

l^lazo para que el Tribunal del concurso pudiera examinar

los expedientes.

En 18 de Febrero, el Tribunal del concurso elevó al se-

ñor Ministro la propuesta de Inspectores regionales.

En 31 de Marzo fueron nombrados por el Ministro de Fo-

mento los Inspectores regionales, y tomaron posesión del

l.° al 15 de Mayo, por ampliación también del plazo pose-

sorio.

En primeros de Mayo, al presentar al Ministro los Inspec-

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tores regionales, se le dió cuenta también de los cuestionaríos

que han de servir de base á los trabajos de Inspección.

En 3 de Julio (Gaceta del 5) se publicó una Real orden

dando á conocer todos los nombramientos del personal de la

Inspección.

En 14 de Julio (Gaceta del 17) s^ publicó la siguienteReal orden, que define y limita todos los servicios encomen-dados á la Inspección de Sanidad del Campo.

^Ilmo. Sr.: Para que con exacto y verdadero conocimien-

to, la Inspeccián de Sanidad del Campo adscrita á esa Direc-

ción de su digno carga, pueda proponer á este Ministerio las

obras, reformas y mejoras necesarias que eviten en lo suce-

sivo toda causa de insalubridad en nuestras comarcas rurales,

menester será que realice una previa y prolija información,

estudiando, rnvestigando y frscalizando los asuntos rela-

tivos al saneamiento de los terrenos, la depuración de las

aguas fluviales, la desecación de a^uas estancadas insa-

lubres y cuanto se refcera á la alimentación, agua de be-

bida, habitaeión, faenas a^ríeolas y demás elementos gue

integran el medio rural, mereciendo singular atención todo

lo que hace referencia á la profilaxis del paludismo y de-

más enfermedades infecciosas de los campos. No bastar^,

para Ilevar á cabo obra tan interesante como beneficiosa para

la salubridad de ]os campos, la labor asidua de los Inspectores

regionales, su ar^álisis é investigaciones y el concurso que le

han de prestar los Ingenieros y personal técnico de las regio-

nes agronómicas; á esta obra social de urgencía y necesidad

evidentes, en la cual han invertido importantes sumas y varios

años de labor otras naciones, habrán de concurrir con sus da-

tos é informes imprescindibles, sin perjuicio de las investiga-

ciones y comprobaciones personales de los Inspectores regio-

nales, los Ayuntamientos, Corporaciones y entidades intere-

sadas en el saneamiento de los campas, si han de tener efizaz

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y pronta efectividad las reformas y obras que su insalubridad

actual reclarr,an. _

^A estos fines, S. M. el Rey ((l. D. G.), se ha servido dis-

poner:

» 1.° Que se dicten por V. 1. las órdenes oportunas al ob-

jeto de que se publique en la Uaceta de Madrid y Bolefinca

Oficiales de las provincias, á continuación de la presente Real

orden, los adjuntos cuestionarios, ya remitidos por esa Direc-

ción generaí á los [nspectores regionales de Sanidad del Cam-

po, l^s cuales versan sobre los interesantes asuntos si-

guientes:

» Paludismo en general.

^Paludismo en las vías férreas.

%-Aguas potables y enfermedades que se originan por su

impureza y contaminación (cólera, fiebre tifoidea, etc.).

»Alimentación del obrero del carnpo y enfermedades que

se producen por alteraciones naturales y fraudulentas de ali-

mentos y bebidas.

»Ficbre de .^`.alta. -Anquílostomíasis, á los cuales segui-

rán en breve otros sobre faenas agrícolas, culturales y gana-

deras con sus efermedades profesionales y habitaciones obre-

ras del campo.

»2.° (^ue por [os Gobernadores civiles se dicten las dispo-

siciones convenientes para que las Corporaciones, Autorida-

des locales y entidades, interesadas en los aasuntos ^í que se

refieren los cuestionarios, asesorándose de sus Médicos y

personal técnico, remitan á los [nspectores regionales de Sa-

nidad del Campo, con la posible urgencia, los datos y porrne-

nores necesarios para su inforrnación.

»3.° (^ue igualmente adopten los expresados Gobernado-

res tas medidas oportunas para que las Autoridades locales

envien con toda urgencia, cuando los citados Inspectores re-

gionaies las pidan, las muestras de aguas potables ó de otras

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substancias que hayan éstos de analizar en los Laboratorios

de las Grar,jas-Escuelas pr^ícticas de Agricuftura; y

^4.° (,2ue al hacer el pedido de dichas muestras den á los

Alcaldes, los Inspectores regionales, las instrucciones preci-

sas y convenientes para su recogida, remisión y embalajes,

de conformidad con lo que al efecto disponen los artículos 9.^

y síguientcs del Real decreto de 25 dé Octubre de 1907, que

reorganizó los servicios de Agricultura de este Ministerio.

pDe Rea.l orden lo. digo á V. l. para su conocirniento y

efectos oportunos. Dios guarde á V. L muchos años. Madrid,

]4 de Julio dc 1^J11.- Gctsset.- -Sr. Director general de Agri-

cultura, Minas y Montesn (1).

Con fecha 28 de ,Julio (Guceta de.l 30) se publicó la si-

guiente Real orden del Ministerío de la Gobernación, suscrita

por el entonces Ministro interino y actual Presidente del Con-

sejo de Ministros, que confirma en todas sus partes la Real

orden del Ministerio de Pomento que se copia anteriormente:

^Conviene á los altos intereses de la salud públic.a que.

todos los organismos, entidades, Corporaciones, Autoridades

é individuos que tengan misión sanitaria que curnhlir, coope-

ren y coadyuven, auxiliándose y ayudándose mutuamente, á

la obra comŭn, facilitando, 1os unos á los otros, datos, infor-

mes, estadísticas y cuanto ŝ medios sean necesarios á la más

breve y práctica realización de medidas y prevenciones higié-

nicas que eviten ó remedien aquellas enfermedades endémicas

ó epidémicas que, merced á los progresos modernos de la

ciencia, pueden y deben evitarse.

^Conjuntamente con ]as disposiciones adoptadas reciente-

mente por este Ministerio y sus Inspecciones generales de

(1) No se insertan aquí los cuestionarios publicados en la Gaceta,porque rnás adelante se publican modelos, ya debidamente informadospor la Inspección, de cada uno de estos cuestionarios.

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- 4^r^ -Sanidad interior y exterior, el Ministerio de Fomento ha pu-

blicado una Real orden en la Gaceta del 17 del corriente, á

la cuai acompañan unos cuestionarios que la Dirección gene-

ral de Agricultura ha redactado, para que sean objeto de los

trabajos é investigaciones de la Inspección de Sanidad de1

Campo. Encaminada dicha Real orden y los citados cuestio-

narios al conocimiento exacto de las defieiencias hi^iénicas

de las comarcas rura]es, interesa por i$ual á todos el eficaz

y más breve cumplimiento de la referida disposición, á fin de

que, cuanto antes, puedan proponerse y ejecutarse obras y

reformas que eviten en lo futuro aqueUas deficiencias, que tie-

nen como consecuencia la actual insalubridad de los campos.

= Egtre los mencionados cuestionarios, el referente á

aguas potables tiene hoy una importancia considerable, por

ser éstas el principal vehiculo de difusión y propaganda epi-

démica del cólera, á cuya evitación tienden todas las disposi-

ciones recientemente adoptadas por este Ministerio.

^ Es, pues, de urgencia y de gran interés para la salubridad

pública que se informen y contesten prontamente y con ver-

dadera exactitud éste y 4os demás cuestionarios más ó menos

directamente relacionados con el asunto.

^ Con estos fines,

^S. M. el Rey (Q. D. G.) se ha servido disponer que se

adopten por V. S. las más oportunas y enérgicas disposicio-

nes, a! mejor y más exacto cumplimiento de la mencionada

Real orden del Mínisterio de Fomento, y para que las Auto-

ridades, Corporaciones, entidades interesadas, Inspectores

provinciales y municipales de Sanidad, Subdelegados y cuan-

tos tengan misión sanitaria ó técnica que cumplir, faciliten

datos, informes y cuantos medios sean necesarios á la Inspec-

ción de Sanidad del Campo para que pueda realizar la misión

que le está encomendada lo mejor y más prácticamente posi-

ble, en beneficio de la pública salubridad.

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^De Real orden lo digo á V. S. para su conocimiento y

demás efectos. Dios guarde á V. S. muchos años. Madrid,

28 de julio de 1911.-Canalejas.-Sres. Gobernadores civi-

les de todas las provincias. ^

En 29 de A^osto de 1911 se dictó una Reai orden de] Mi-

nistro, para que los Inspectores de Sanidad del Campo salie-

ran á realizar sus trabajos práctícos de inspección, y se dic-

taron órdenes del Director de Agrícultura, con la rnisma fe-

cha, para que estos trabajos de campo se efectuaran durante

treinta días, en el presente año, con arreglo á las instruccio-

nes redactadas por el Inspector general, con aprobación de1

citado Sr. Director.

Organización.

La or^anización de la lnspección central se está hacieri-

do por el sistema de fichas nortearnericanas, con el objeto

de que en todo momento y por cualquier funcionario, puedan

tenerse á la vista los datos d^e 1os diferentes asuntos (paludis-

mo, aguas potables, etc.), de todas y cada una de las entida-

des de población, pueblos y Ayuntamientos de toda España.

En unaprimera f^cha se tiene el índice de Ayuntamientos, á

cada uno de los cuales, por orden rigurosamente alfabético, se

{es ha dado un número, el cual corresponde á otras fichas ó

tarjetas, de rnayores dimensiones, donde se anotan, en extrac-

to, tados los particulares correspondientes á cada uno de los

diversos conceptos en que interviene la Inspección; el mismo

número se da al cuestionario informado correspondiente, con

el cual se archivan los rnapas, planos y demás informes rela-

tivos á la entidad de población, pueblo ó Ayuntarniento de que

se trata.

Los siguientes modelos de fichas y cuestionarios elegidos

al azar, darán, mejor que ninguna explicación, idea clara de

la organízación.

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- 418 -

Entid^d.

MONTEJO DE ARÉVALO

Ayunt^miento. , Número

MONTE,JO DE ARÉVALO

Dlatrtto.

SANTA MARÍA DE NIEVA

Prorincia. Regián.

5.001

SEC^OVIA ', CASTILLA LA VIEJA

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- 421 --

Entfdad.

TORAL DE LOS GUZMANES

Ayuntamlento. Númsro.

TORAL DE LOS GUZMANES 7.792

Dbtrito.

VALENCIA DE DON JUAN

Provincla. Regibn.

LEÓN LEONESA.

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DATOS ESTADISTICOS

de la alimentación del obrero en el campo.

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- -t57 --

Además de esta organización ínspectora, inforrnativa y bu-

rocrática, la Inspección general se ha provisto de estuches de

análisis químico y bacteriológico de las aguas, con el objeto

de que en todo momento, si por el Ministro ó el Director ge-

neral se le encomienda una inspección extraordinaria, pueda

realizarse ésta en las condiciones cientificas debidas, sin más

auxílios que los propios. Tiene igualmente el propósito, á me-

dida que los fondos ó el crédito lo consientan, de irse prove-

yendo del material indispensable de laboratorio, sin perjuicio

de utilizar como es debido, en dichos casos, de inspección ex-

traordinaria, los laboratorios de las Ciranjas regionales, el de

la Granja central ó el de las diversas instituciones dependien-

tes de la Dirección de Agricultura.

Los Ins,vectores regionales, además de fos trahajos de es-

tadística que supone el informe ^ie los cuestionarios, han rea-

lizado viajes, por su cuenta, durante los cuales han recogido

datos, han efectuado análisis de aguas potables y aun análi-

sis que se les han pedido por Corporaciones y por las mismas

CIranjas, de pozos ú otras aguas contaminadas y en algunos

puntos, donde lo han creído conveniente y necesario, han

dado diversas conferencias, ya referentes al paludismo, ya á

la contaminación de aguas potables y^i la profilaxis de estas

enfermedades ó de otros asuntos relativos á la inspección;

habiendo conseguido, en primer ténnino, congregar un públi-

co y una prensa local, que ha acogido con favorables comen-

tarios los consejos y observaciones hechos por dichos Inspec-

tores, y todavía más: en al^ranos puntos los Ayantamierttos,

por su euenta, han realizacto ó se proponen realizar las

reformas necesarias para cl saneamiento de pantanos y

para Za pzarificación de stas aguas potables }^ para enitar

la contaminación de las mismas.

Se les ha provisto á los Inspectores regionales de estu-ŭhes de análisis de viaje para los estadios de campo, lo mis-

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mo que los reseñados para la Inspección central; pero aun an-

tes de que estos estuches estuvieran en su poder, con los ele-

r}rentos de laboratorio de las Granjas agrlcolas, con los suyos

propios ó con los de otros laboratorios, de los que han reca-

bado el concurso, habian realizado bastantes estudios en la

[nspección.

Después de esto, el Ministro de Fomento, en 29 de Agos-

to, y el Director de Agricultura, con la misma fecha, dispusie-

ron que los ]nspectores regionales salieran á practicar traba-

jos de campo durante dos meses, en cuyo tiempo han podido

conseguir reunir los datos suficientes para un Arance del es-

tudio del paludismo en Esparia, lo mismo e] que se refiere á

los Ayuntamientos y poblaciones rurales, como al especial de

las estaciones y vías férreas.

A este efecto han remitído ya datos que hacen ascender á

más de 2.000 (ó sea la cuarta parte) los pueblos ó Ayunta-

mientos palúdícos de toda España y, á la vez, han enviado una

curva gráfíca, por provincias y partidos judiciales, en que á

simple vista, como se ve en los adjuntos modelos, se puede

apreciar si dicho partido judicial no es palúdico, es poco pa-

lúdico, es medianamente palúdico á es muy palúdico.

Para ello han remitido cerca de cien estados y otros tan-

tos pianos señalando las poblaciones ó estaciones férreas pa-

lúdicas, y rnás de cincuenta mapas de 1as diversas regiones y

provincias en que se hace ]a misma distinción, con cuyos ele-

mentos se ha formado en esta Inspección general, auxiliados

por los ingenieros adscritos á la misma, los dos planos de pa-

ludismo general y paludismo ferroviario, que no acompañan á

esta Memoria, aun cuando están hechos los originales, por falta

de tiempo para hacer las litografías ytiradas correspondientes.

í.;onforme á los datos que hasta la fecha obran en la Ins-

pección general, las estaciones palúdicas, por orden de Com-

pañías y líneas que éstas explotan, son las siguientes:

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-:159-

Estaciones de ferrocarril palúdicas.

Comrr^a^t^ nFT_ NoxTF.-Líneas de Madrid á Nendaya

p Villalba á Medina por Se^ovía: Las Navas, Navalperal, ^

Adanero, Arévalo, Ataquines, Gomeznarro, Medina, Sanchi-

drián, Coca, Ahusín, Ontanares, Arrnuña, Velayos, Cabezón,

Corcos, Aguilarejo, Cubillos de Santa Marta, Viana, Dueñas,

Matapozuelos, Valdestillas, Fuente Olmedo, Olmedo, Pozal

de Gallinas, Pozáldez.

Línea cle Venta de Ba^1os á Santancler: Venta de Baños,

Cabañas, Mon-r.ón, Amusco, Es,^inosa, Ducñas, Palencia.

Línea de Galícia: Paredes, Villada, Veguellina, Palanqui-

nos, Villadar^gos, Brañuelas, San Clodio, Puebla de Brollón,

Monforte, Oural, Ponferrada, San Miguel de Dueñas.

Línea cle La Encina á Valencia: Fuente-Higuera, Mo-

gente, Vallada, Montesa, Alcudia, -Játiba, Manuel, Pueblalar-

ga, Carcagente, Alcira, Algemesí, Alginet, Benifalló, Silla,

Catarroja, Alfafar.

Línea de Valencía á Tarra^ona: Cabañal, Machistre, Al-

buixech, Puig, Puzol, Sagunto, Los Valles, Almenara, Chil-

ches, Nules, Oropesa, Torreblanca, Tortosa, Ampolla, Hos-

pitalet, Cambrils, Amposta, Surriana, Villarreal, Castellón,

Benicaim, Alcalá de Chisvert, Benicarló, Vinaroz.

Línea de Carca^ente á Denia: Molinell, Valdigna, Ta-

bernes, Jaraco, Jeresa, Gandía, Oliva, Vergel, Denia, La

Barraca, Carcagente.

Línea de fátiba á Alcoy: Játiba, Genovés, Beniganim,

Puebla de Rugat, Albaida, Onteniente, Montaverner, Agrés,

Cocentaina, Alcoy.

Línea de Valencia á Utiel: Aldaya, Cheste, Chiva, Bu-

ñol, Siete Aguas, Llano.

Línea de Alsasua ú Zaru^oza: Olite, Beire, Pitillas, Ca-

parroso, Marcilla, Villafranca, Milagra, Castejón, Tudela.

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Línea de Lérida á Tarragona: Tarragona.

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+Línea de Madrid á Alicante: Villaverde, Ciempozuelos, Se-

• seña, Aranjuez, Castillejo, Villasequílla, Huerta, El Casar,

Villacañas, (^uero, Záncara, Socuéllamos, La Gineta, El Vi-

llar, Bonete, Hígueruela, Alpera, San Vicente, Agost.

Línea de Madrid á Cartagena (desde Chinchilla): He-

Ilín, Agramón, Las Minas, Calasparra, Archena, Fortuna,

Lorqui, Alguazas, Murcia-Alquerías, Riquelme, Balsicas, Pa-

checo, La Palma, Los Molinos, Cartagena.

I_ínea de Cartagena á l_os Blancos.-Alumbres, La

Unión, Estrecho, Los Blancos.

Línea de Madrid k Ctaenca (desde AranjrrezJ: Tarancón,

Caracenilla, Huelves, Castillejo del Romeral, Cuevas de Ve-

lasco, Paredes, Villar del Saz.

Línea de Madrid á Zaragoza: Vallecas, Vicálvaro, San

Fernando, Torrejón de Ardoz, Alca(á de Henares, Guadala-

jara, Fontanar, Hurnanes, ,Jadraque, Baides, Alcuneza.

Línea de Zaragoza á Barcelona: Zaragoza, La Cartu-

ja, El Burgo, Fuentes de Ebro, Pina, C^uinto, Velilla de Ebro,

La Zaicja, Azaila, Puebia de Hijar, Chiprana, Mora la Nue-

va, San Vicente de Calders, Villanueva y Geltrú, Sitges, Cas-

teil de Fels, Gavá, Prat de Llobregat, Sans, paseo de Gracia,

Barcelona.

1 ínea de 1Yladrid á Sevilla (desde Alcázar de San

juan): Marañón, Argamasílla, Herrera, Manzanares, Aimura-

diel, Venta de Cárdenas, Santa Elena, Las Correderas, Ca-

lancha, Vadollano, Baeza, Jabalquinto, Menjíbar, Espeluy,

Bailén, Villanueva de la Reina, Arjonilla, Marmolejo, Villar

del Río, Pedro Abad, EI Carpio, Viilafranca de Córdoba,

Alcolea, Villarrubia, Posadas, Hornachuelos, Palma, Peña-

flor, Guadajoz, Tocina, Brenes, La Rinconada, Empalme.

Línea de Sevilla á Huelva: Aznalcázar, Huévar, Carrión,

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Escaŭena, Villalba del Alcor, La Palma, Villarrasa, Niebla,

Granera, San ^uan del Puerto.

Línea de Sevilla á Mérida: Sevilla, Empalme, La Rin-

conada, Brenes, Cantillana, Tocina, Villanueva y Alcolea,

Villanueva de las Minas, Arenillas, Ventas C^uemadas, Los

Labrados, Pedroso, Fábríca del Pedroso, Cazalla, Alanis,

Guadalcanal, Fuente del Arco, Casas y Reina, Llerena, Vi:-

llagarcía, Usagre y Bien^^enida, Matanegra, 2afra, Los San-

tos, Villafranca de los Barros, Almendralejo, Torremejía,

Calamonte, Mérida.

Línea de Cácerca á Mc^rida: Cáceres, Aldea del Cano,

Carmonita, Carrascalejo, Aljucén, Mérida.

Lí^aea dc Madrid á Badajoz (por Ciudad Real): Villa-

verde, Parla, Torrejón, Pantoja y Alameda, Villaseca y Mo-

cejón, Al,odor, Mora, Manzaneque, Yébenes, Urda, Empera-

dor, Malagón, Fernán Caballzro, Ciudad Real, Caracuel, Ar-

gamasilta, Puertollano, Veredas, Caracollera, Almadenejos,

Alamillo, Chillán, Pedroches, Belalcázar, Alrnorchón, Maga-

cela, Medellin, La China, Valdetorres, Don Alvaro, Mérida,

Garrovillas, Montijo, Talavera la Real, Badajoz.

Línca de Manzanares á C'iudad Real: Manzanares, Dai-

miel, Almagro, Miguelturra. °

Línea de Valladolid á Ariza: Laguna, Rebollo, Velarna-

zán, Almazán, Coscurita, Morón de Almazán, Tudela de

Duero, Barca, Matute, Roa de Duero, Castrillo de la Vega,

Berlanga de Duero.

Línea de Valladolid á Riose.co: La Mudarra.

Línea de Tarra^^ona á Barcelona: Prat de Llobregat,

Gavá, Castell de Fels, Sitjes, Tarragona.

F^xr.oc.^xizii.^.s Awv^^r_uc^s.-Sevilla á ferez p Cádíz:

Dos Hermanas, Utrera, Alcantarillas, Las Cabezas, Lebrija,

El Cuervo, _Jerez de la Frontera, Puerto de Santa María.

Línea de ,Jerez á Bonanza: Bonanza.

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^-- ^li'^ --

1 ínea de l,'trc^ra-Morón-Osuna: Morón, empalme de Mo-

rón, Arahal, Marchena, Los Ojuelos.

Líneu de Osuna á La Roda: Coronel, Aguadulce, Pedre-

ta, La Roda.

Línea de Marchena á Córdoba: Marchena, Fuentes, Lui-

siana, Ecija, Fuente Palmera, Guadalcázar, Valchillón, Cer-

cadilla, Córdoba.

Línea de Puente Genil á Linares: Puente Genil, Campo

Real, Zapateros, Alcaudete, Lucena, Cabra, Doña Mencía,

Luque, Baena, Villalgordo, Mengibar, Jaén, Fuente-Piedra,

Campanillas.

Línea de ^llicante á Murcia: Alicante, Elche, Crevillen-

te, Albatera, Callosa, Orihuela, Beniel, Zeneta.

Línea de Córdoba á Bélmez y Almorchón: Cercadilla,

Ovejo, Vacar, Alhondíguíila, Espiel, Villanueva del Rey,

Cabeza de Vaca, Bélmez, Peñarroya, La Granjuela, Zújar,

Almorchón.

FEhROC.11212ILEti DE MAllRID Á C^iCERE^ Y PORTUGAL Y

O^sTE tiI: E^I^:^^^^..-Línea de Madrid á Lisboa (por Valen-

cia de Alcántara): Villaverde, Montearagón, Rielves, Santa

Olalla, Carmena, Talavera, Navaimoral, Casatejada, La Baza-

gona, Malpartida, Plaséncia, Mirabel, Cañaveral, Río Tajo,

Carroviilas, Casar, Arroyo de Malpartida, Aliseda, Herrerue-

la, San Vicente, Las Minas, Cáceres.

Línea de Plaserrciu á Asior^•a: Valcavado, Pobladura, Bar-

cial del Barco, Benavente, Zamora, Perdigón, Alba de Tor-

mes, Siete Iglesias, Manganeses, Piedrahita, Corrales, Cubo,

La Maya, Guijuelo, Plasencia, La Isabela.

F^Kxoc^uKrL DrJ_ SUE` of; EsE^air^.-I,íneas de Baeza

á Moreda: Baeza; Guadix á Moreda y Guadix á Baza:

Jódar, Alamedilla, Fonelas, Benaláa de Guadix, Guadix.

Línea de Pedro Martínez á Lorca: estación de Manedi-

lla y Guadahortuna.

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Línea de Qrresada á Linares: estación de Baeza em-

palme.

Idei^r de Mvreda á CCrarrada: Bogarre, Iznalloz, Albolo-

te, Deifontes y Calicasas.

Línea de Bobadilla cf Granada: Rio Frio, Pinos-Puente,

Santa Fe, Granada.

F^1^RO: AI212IL DE Mr^DIV3 DF_l.. Ca1IP0 A 7:1\IO}2.^1 1'

Oar:rr^r^. :i Vrc:o. -Línea de Medina del Campo á Zamora:

Nava del Rey, Coreses, 7amora.

FerzKC^c^^xr:ii. Cr,:^^rrz.^L ur; Ax:^ccSV.-Línea de Valen-

cia á Sa^unto, Teruel y Calata^^ncl.• Sagunto, Gilet, Albalat,

Estivella, Algimia, Algar, Soneja, Segorbe, Navajas, Jérica.

F^ ŭ:rzoc^^r.xlt, u^. S aLa^i a^rc}^ ^i L_^ Fl.o!^1 u^^t Porrr-

Gcc.^.^.--Villavieja, Bogajo, Olmedo, Lumbrales, Hinojosa,

Fregeneda, Quejigal, Villar de los Alamos, Bóveda, Martín

del Río, E1 Collado, Fuentes de Oñoro.

FErzuoc^RxtL ^ oH Z^^rx^ ^i HrrFLV:^. - Huelva, Pegueri-

1{as, Gibraleón, El Cobujón, Los Miianos, Calañas, EI Cerro,

Valdelarnuza, Jabugo, Galaroza, La Nava, Cumbres Mayores,

Fregenal, Jarales, Bodonal, Valencia del Ventoso, Medina

de las Torres, Puebla de Sancho, óelmonte, Tamujoso.

FErzr.oct^rzxn. ^r_ B^s:^nILL ^ ^ ALCUCtr.^is.-Algecírás,

Los Barrios, San Roque, Alrnoraima, Castellar, Jimena, Bo-

badi(la, Campillos, Teba, Almargen, Arriate, Montejarque,

San Pablo.

Fr Ki^oc^.^l:rur. ut: Mr^utv,^ ^i S<^r.:^^rA^i^^:a,- Cantalapie-

dra, Carolina, Pedroso.

Fr?rzrzocAr:rar_ ur Ar.c:L:vT.Lr.>ir_r.a .v Loi:c:^.-Alcantarilla,

Libriila, Alhama de Murcia, Totana, La Hoya, Lorca.

F^tzuocarzrziL nr Loxc^ á B:^z:^.-Lumbreras, Almen-

dricos, Huércal-Overa, Fines-Olula, Purchena, Tíjola, Serón,

Hijate, Caniles, Baza

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- ^}li^ -

FEt2E2c:lc^ 1xxIL DE S:^L:1JE.^tic^a A PI^^:^xA^D.a. - Sala-

manca, Bábilafuente, Villar de Galinazo, Peñaranda.

, FI:xROC^r.xIL DE Pl'ERTO S:^`TA MaxíA ^, SAV^ÚCAR

DEB.aEZRt^^tr_D:^. -Trocadero.

FExxoc^Rxrt. DE L.L RoI3LA á VaL^tE^EnA.-Guarda,

Castrejón •

FE:EZxo'^:1xE2IL DE SILL.A :^ CULLFRA.-Sllla, Sollana,

Sueca, Cullera.

FExEZO.^:v.xlL Dl: V:^I.E^:^^ I:^ á LtxE,^. - Marchalenes, Be-

nimanet, Campamentv, Paterna, Pla, Eliana, Puebia, Bena-

^uacil 1." y 2.°, Liria.

Ltnea de Valencra á B^^tera: Burjasot, Gadelia, Ricafort,

Masarrochos, Moncada, Bétera.

Línea de Valencia á Rafelbuñol: Alboraya, Almacera,

Meliana, Foyos, Albalat, Museros, Masamagrell, Rafelbuñol.

FExl2ocaRxlL DE VaLE^rcla á ALHr_x1c^oE. -Cementerio,

Paiporta, Picaña, Torrente, Picasent, Alginet, Carlet, Beni-

modo, Alcudia, Alberiquc.

FERROUARRIL DE VALENC'IA Á LIRIA POR MANISES. -

Mislata, Cuart, Manises, Ribarroja, Villamarchante, El Mo-

lino, Benaguacil, Liria.

FEE2R0!'ARRIL DE ALCQ^ Á GAivDÍA Y PUERTO.-PUeCtO,

Gandía, Almoines, Beniarjot, Villalonga, Lorcha, Beniarres,

Muro, Cocentaina, Alcoy.

Línea de Villena á Yecla: Villena, Yecla, Ardal y ju-

milla.

Línea de Villena á Muro: Villena, Biar, Benejama, Ba-

ñeras, Bocairente, Agrés, Muro.

FEI2ROCARRIL DE MADI2ID Á VILLrl DEL PRADO Y ALiVIO-

xox.--Guadarrama, Alamfn.

Se^uramente han de estar expuestas á la endemia palúdi-

ca otras más estacionea de las reseñadas, porque están encla-

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- 4G5 -

vadas en términos municipales donde el paludismo es endé-

mico (1).Este trabajp de avance del paludismo, en cinco meses, su-

pone una labor considerable, aunque incompleta, no realizada

hasta ahora; pero la ]nspección tiene el propásito de que, en

todo el año próximo, esté terminado el estudio del paludismo

en España, detallando en él, principalmente, la extensián en

hectáreas parcial y total de los terrenos pantanosos, su vaiora-

ción actual, la que adquirirá cuando sean saneados y cultivados

convenientementa, la población actual de las comarcas palú-

dicas, la que podrán adquirir cuando se saneen los terrenos

pantanosos, las verdaderas cifras de morbilidad y mortalidad

de cada uno de eses puntos, etc., etc. Y al final de sus tra-

bajos tiene el propósito de elevar á la superioridad, con todos

los expresados datos, el plan completo de reformas de sanea-

miento, para que el Ministro, si merece su aprobación, lo so-

meta á las Cortes.

Respecto á las aguas potables, los Inspectores regionales

han enviado ,ya más de 400 cuestionarios, entre los cuales se

encuentran algunos acompañados de Memorias luminosas,

respecto á su contaminación, y, en particular, fi^uran entre

dichos trabaios los análisis efectuados en las aguascontamina-

das en Vendrell, Riera y otros puntos, como Villanueva, Ca-

lafet, La Bisbai, Albiñana, etc., dependientes del torrente To-

maví, cuyas aguas estaban contaminadas antes de penetrar en

la cañería de hierro asfaltado que las conducía á dicho punto.

En algunas regiones, como Canarias, se ha hecho el es-

(1) No se publica la relación nominal de !os pueblos en donde sepadece la endemia palúdiea, por su tnuchísima extensián, y, además,porque este importante trabajo queda perfectamente detallado en elmapa que, al efecto, está confeccionado por la Inspección general de5anidad del Campo y que por sus dimensionES, trabajo, tiempo y costede lito^rabado, etc., no puede acompañarse.

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- ^r^r -tudio y el análisis completo de casi todas !as aguas potables

de las islas, habiéndose enviado, por el Inspector regional,

una Memoria, que ha merecido ser publicada en el Boletín de

Agricultura de este Ministerio y juzgada en la prensa de

aquellas islas con favorables comentarios; dando, además,

como resu[tado, el que algunos Ayuntamientos, como el de

Orotava y otros, se hayan apresurado á efectuar las reformas

deducidas de las observaciones y análisis practicados por di-

cho Inspector.

En estas mismas islas se ha hecho, por la Inspección re-

gional, un estudio completo, acabado y científico de la ali-

mentacrón del ohrero del campo en las mismas, del que no

había datos ni elementos en archivos, ni en Corporaciones,

que puede decirse es verdaderamente el primero que se rea-

liza en su género; teniendo la satisfaccián de que podamos

decir hoy, rnerced á la inspección realizada, que el goŭro, ali-

mento principal del obrero del campo canario, es un alímento

completo y suficiente para sus necesidades orgánicas, pues-

to que contiene ios elementos azoados, hidratos de carbono,

etcétera, indispensables para la nutrición norma) del hombre

de campo, con las suficientes calorías para su equilibrio fisio-

lógico.

Los resultados hasta ahora obtenidos de la Inspeccián de

Sanidad dei Campo, puede decirse son altamente satisfacto-

rios, puesto que se han recogido datos y se han hecho análi-

sis y se ha llegado á determinar muchas causas locales de

endemias que hasta ahora no estaban bien aclaradas.

Es mucho, pues, lo realizado en cinco ó seis meses que

funcíona Ia lnspección; pero de lo obtenido cabe suponer,

confiadamente, que en el año próximo ha de poderse comple-

tar el estudio del paludismo, la mayor parte del de aguas po-

tables, el de la anquilostomiasis de los mineros, que se está

comenzando á realizar en la actualídad; ei de la fiebre de Mal-

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Región de Castilla la Nueva.

Muy palúdico. . . . . . . . . . . .

Medianamente palúdico. . .

Poco palúdico... . . . . . . . . .

Nada palúdico... . . . . . . . . .

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Región de Castilla -la Vieja.

Muy palúdico. . . . . . . . . . . .

Medianamente palúdico. . .

Poco palúdico... . . . . . . . . .

Nada palúdico.......... .

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Muy palúdico. . . . . . . . . . . .

Región de la Mancha.

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Poco palúdico... . . . . . . . . .

Nada palúdico.......... .

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Región de Extremadura.

Muy palúdico.. . .. . . . ....

Medianamente palúdicp. . .

Poco palúdico... . . . . . . . . .

Nada palúdico...........

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Región de Aragón y Rioja.

Muy palúdico. . . . . . . . . . . .

Medianamente palúdico...

Poco palúdico... . . . . . . . . .

Nada palúdico........... iiiiiiii,-. . .

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Región de Navarra y Vascongadas.

Muy palúdico.............

Medianamente palúdico. . .

Poco palúdico... . . . . .....

Sin paludismo (sólo algunos casos de importación).

Nada palúdico...........

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Muy paiúdico... . .. . . . ...

Medianamente palúdico. . .

Poco palúdico... . . . . . . . . .

Nada paÍúdico... . . . . . . . . .

Región Leonesa.

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Región de Galicia y Asturias.

Muy palúdíco. , . . , . . . . .

Medianamente palúdico...

Poco palúdico... . . . . . . . . .

Nada palúdico. . . . . . , . . . .

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Región de Cataluña.

Muy palúdico. . . . . . . . . . . .

Medíanamente palúdico.. .

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Región de Levante.

Muy palúdico. . . . . . . . . . . .

Medianamente palúdico. . .

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Muy palúdico. . . . . . . . . . . .

Medianamente palúdico. . .

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Región de Andalucía Occidental.

Muy palúdico. . . . . . . . . . . .

Medianamente palúdico . . .

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Región de Baleares.

Muy palúdico. . . . . . . . . . . .

Medianamente palúdico...

Poco palúdico...., ......

Nada palúdico...........

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ta Qque tampoco ha podido comenzar á realizarse hasta

ahora, ocupados con aquellas otras cuestiones de más impor-

tancia), el de la alimentación obrera, el de^las casas higiéni-

cas y el de las enfermedades profesionales agrícolas, con lo

cual tendrá materia bastante para poder presentar á la supe-

rioridad un plan completo de reformas sanitarias de las co-

marcas rurales, determinando en dicho plan cuáles deben ser

de la competencia del Estado, de la provincia, del Municipío

ó de los particulares, para que las Cortes y el Ciobierno, á su

vez, puedan obligar á que se ejecuten dichas reformas.

Propónese la lnspección, con el fin de que cada día sean

más prácticos aqucllos trabajos, procurar, hasta donde lo con-

sienta el modesto crédito de que dispone, el material especial

de laboratorio para los trabajos de campo y de gabinete que,

respecto de análisis yuímico y bacteriológico, tiene que rea-

lizar la Inspección.

Propónese, igualrnente, facilitar cuanto sea posible los

medios, á los Inspectores, para que en todo momento puedan

realizar inspecciones y viajes prácticos con e1 menor dispen-

dio posible, seguros de que, corno lo han realizado hasta ei

presente, lo harán en el porvenir, no solamente en las tempo-

radas dedicadas á esta clase de trabajos retribuidos, sino én

aquellas otras en que puedan y deban hacerse.

Propónese, asimismo la Inspección, el que su trabajo,

para que sea verdaderamente práctico y pueda examinarse

por toda clase de personas, doetas ó profanas á la cíencia,

ilustrarle con el mayor número de gráficos, mapas, planos y

demás elementos que se consideren necesarios al mejor es-

clarecimiento de los problemas sanitarios.

Como ampliación y complemento de cuanto queda expuesto

y con el fin de que se pueda formar un cabal concepto de la

misión y trabajos de la Inspección de Sanidad del Campo, se

inserta el siguiente: .

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Informeque el Inspector general de Sanidad del Campo eleva al Ilmo. SeRor

Director general de r•tgricultura, Minas y Montes, como resultado deta inspección que por sus órdenes ha practlcado, en ios meses de No-viembre y Diciembre del corriente aRo, en las regiones de Castilla la

Vieja, Leonesa, Galicla y Plsturlas, Extremadura, i9ndalucia Orienta!y Occldental y parte de fa de Levante.

1L^I0. ^K.:

Entendiendo lógicamente V. l. que el primero y rnás ele-

mental deóer de lqs Inspectores (el nombre obliga) es el de

inspeccionar los servicios que les están encomendados, orde-

nóme V. I. que, en cumpiimiento de la Rea] orden de 29 de

Julio ó Agosto último, y con el fin de completar la organiza-

ción comenzada en este nuevo ramo de 1a Dirección ^eneral

de Agrícultura, Minas y Montes, saliera á recorrer las dife-

rentes re^iones agrondmicas, inspeccionara los Laboratorios

de las Granjas-Escuelas prácticas de A^ricultura para cono-

cer sus necesidades en lo que afecten al nuevo servicío de íns-

pección de la sanidad del campo y observara, para estudiar y

proponer los remedios, las causas y motivos de la insalubri-

dad rural, que á la hora presente preocupa tanto á]a nuestra

como á las dernás naciones.

Poco, poquísimo tiempo es el de un mes para una investi-

gación tan minuciosa como fuera menester á fin de reco^+er

datos y pormenores necesarios al conocimiento de asunto tan

complejo como el de la inspección de la salubridad de los cam-

pos y de los con ella relacionados; pero bueno es comenza. ŭ

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alguna vez una labor que ha de ser, sin duda alguna, prove-

chosa para el bien público y aun para la riqueza nacional, si.

se ha de perseverar en el camino emprendido, haciendo cada

día más fáciles y frecuentes estas inspecciones prácticas que

han de dar por resultado el conocimiento total y exacto de la

extensión del mal, de sus causas y de sus remedios.

Por de pronto, de esta primera, aunque rapidísima inspec-

ción, reafizada con apremios detiempo que no consenttan des-

cender á detalles interesantísimos, he sacado dos grandes y

provechosas enseñanzas: desconsoladora la una, halagadora

la otra.

Es la primera la de que la extensión de nuestros males, de

nuestra miseria y pobreza actuales, debida á la insalubridad

de los campos y al abandono, por ignorancia acaso más que

por incuria, de toda noción y practicas higiénicas, es aun mu-

cho mayor de lo que los dátos y las cifras oficiales y particu-

lares nos revelan actualmente, según se demostrará más ade-

lante con otros datos y cifras que han de causar provechosa

sensacióa en los que tienen el deber de poner remedio inme-

diato á tan tristes cosas.

Es la segunda, la de que ha sido un acierto el de agregar

ó adscribir á las Granjas-Escuelas prácticas de Agricultura,

las Inspecciones regionales de Sanidad del Campo, porque las

mencionadas C^ranjas están dotadas de bien montados y pro-

yistos Laboratorios, á cuyo frente están estudiosos y compe-

tentes ingenieros, y á poco esfuerzo que haga el Estado, com-

pletando aquéllos en lo referente á la Sección bacteriológica,

necesaria é indispensable hoy para unos y otros servicios, po-

drá contar con un núrnero relativamente considerable de Labo-

ratorios, regularmente repartidos por toda España y suficien-

tes á las actuales necesidades, que nos pondrán en condiciones

de poder competir con el Extranjero en cuanto se refiere á ins-

pección, investigaciones y experimentaciones indispensables

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y precisas para seguir el camino de los progresos modernos

en Agricultura, Ingenieria, Sanidad, etc.

No considera el que subscribe, por dolorosa y tríste que

haya sido la impresión recibida al recorrer, durante horas y

horas, campos que antes fuero^i vida y prosperidad y hoy son,

por obra de su insalubridad, comarcas desoladas é improduc-

tivas, que sea ímposíble ní siquiera remoto el remedio pará

que vuelvan á ser fuentes de riqueza nacionai, de aumento de

su población y del vigor dé ia raza.

Tampoco cree probable que el Estado sea tacaño, regatean

do unas pesetas para una necesidad tan evidente como la de

completar unos Laboratorios que ya tiene creados tan acerta-

damente, puesto que con ello ha de potterse en condiciones de

que los servicios puedan prestarse en ias condiciones que se

requieren, si han de ser lo que deben y no meras ficciones sin

resultado práctico.

A fin de hacer más comprensibles estas afirmaciones y de-

tallar algo los resultados y observaciones obtenidos en esta

primera inspecçión, ni tan completa ni tan detenida como hu-

biera sido necesario, expondré á V. I, no por el orden del iti-

nerario recorrido, sino por el de las materias ó asuntos que

han sido objeto de la inspección, los datos que me han pare-

cido de mayor interés y que sean dignos de tener en cuenta

por esa Superioridad y por el Ministro de Fomento, para sus

ulteriorés resoluciones> en consecuencia con aquellos datos y

observaciones.

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Laboratorios de las Granjas.

Núcleo importante de Laborcttorios del Estado.-Muy comple-tos en cuanto ú los c^nalisís químicos.-Li^reras defrerertcrasfácilmente srrhsunables.-Funcronarzdo en plena actividad.-Concurso efrcaz y entusiasta de los /ngenieros.-Amplictciónde los I,ahoratorios, que serkn modelo á^ poca costa, crean-do la Sección bacterrohgica. -Necesidad de Peritos prepct-rctdores, Farmacérrtlcos, Químicos i^ Bacteriólo,gos.-Con uncentencrr de míles de pesetcrs, yrre producirían muchas másde ín^rresos al Estado, tendrícr éste ?0 Lcthnratorros modelos.

Hasta la fecha, en esta primera etapa de mi inspección he

visitado las Granjas-Escuelas establecidas en Valladolid, Pa-

lencia, Coruña, Badajoz, Ciudad Real, Jaén, Jerez de la Fron-

tera y Sevilla (Granja provincial).

No he de referirme aqui, pues no es esa mi misión-aun-

que sería para elogiarlos-á los servicios que he visto prestar

en las Granjas, habiéndome de reducir solamente á lo relati-

vo á sus Laboratorios, por lo que afectan al servicio de la [ns-

pección de Sanidad del Campo. Séame, no obstante, permitido

consignar aquí en justicia y por ser digno de nuestra gratitud,

que los Ingenieros y, claro está, que muy particularmente los

Directores de las Granjas, percatándose sin duda de que en

muchos aspectos son comunes á los suyos los servicios de

esta Inspección, no solamente han atendido las órdenes de la

Superioridad facilitando á los Inspectores regionales el cum-

plimiento de su misión, sino que han acogido con gran interés,

como cosa propia, el. nuevo servicio, deseando siempre encon-

trar ocasión en que auxiliar y asesorar al personal técnico

nombrado, para que sus trabajos tengan la autoridad y efica-

cia que han menester, si han de ser base de reformas útiles y

provechosas para el bien público en las cornarcas rurales.

Me han impresionado tan satisfactoriamente los Laborato-

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rios de IasGranjas-Escuelas prácticas de Agricultura visitados

en esta inspeción, que no vacilo en asegurar que con ellos tie-

ne elEstado una gran base, un importante núcleo de Estableci-

mientos de esta clase, esparcidos convenientemente por toda

España, que tal como hoy se encuentran y á poca costa po-

drán prestar grandes servicios y estarán en disposición de ser-

vir á todas las necesidades modernas de la Agricultura, de la

Ingeniería, de la Industria y de la San dad, sin tener que recu-

rrir á los grandes centros y particularmente á Madrid, para

ninguno de aquellos menesteres que con ellos se relaciona.

Actualmente, ei tngeniero, et Biólogo, el Médico y el Quí-

mico, encontrarán en estos Laboratorios, elementos modernos

bastantes para muchas de sus principales investigaciones. Yo

he de consignar, con satisfacción, que á todos ellos los en-

contré en ptena actividad, funcionando, no con labor ó de la

víspera, sino en trabajos que no consienten improvisaciones

ni preparaciones dei mamento.

Claro está que no todo es perfección ni deja de haber de-

ficiencias lamentables, que no pueden imputarse al personal,

sino á la escasez del presupuesto. Por esta causa, en algunos

no existen autoclavos, estufas de cultivo y otros aparatos, é

instrumental precisos para las actuales necesidades; pero, en

general, están dotados bastante bien en lo que respecta á la

parte quimica y, á excepción del de Valladolid, que sólo tiene

un Nachet anticuado é inservible para las observaciones bac-

teriológicas, todos los demás están provistos de microscopios

Zeiss, Laizt y otras marcas acreditadas y modernas, con obje-

tivos de inmersión apocromática y otros accesorios, hasta

para observaciones ultramicroscópicas, cámaras de proyec-

ciones, estufas de cultivo con termo-regulador automático, etc.

Deberán, pues, en primer término, subsanarse óstas defi-ciencias, que realmente pugnan con lo bien surtidos que estánen lo demás los Laboratorios.

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Pero, además de esto, es preciso, es indispensable, si el

Estado quiere, como debe, utilizar estos Laboratorios para to-

das las exigencias y necesidades modernas, crear en ellos la

Sección de bacteriologfa que les falta, dotándolos del mate-

rial y reactivos necesarios á rama tan importante y que tan

grandes servicios podrá prestar á las regiones en asuntos de

Agricultura, de [ngenieria y de Sanidad, cuyos principales pro-

blemas se resuelven hoy solamente desde el Laboratorio.

Esta necesidad, urgente é imperiosa en los momentos ac-

tuales más que en otra ocasión, puede satisfacerse, conforme

á los presupuestos que he hecho dirijan á V. S. los Jefes de

las Granjas, con poco más de un centenar de miles de pese-

tas, lo que es bien poco para servicios que, sobre ser tan in-

teresantes para el bien público, han de ser reproductivos, pues .

no hay que olvidar que en estos Laboratorios, además de los

análisis á que hoy se dedican y que se cobran á particulares,

habrán de practicarse también los de alimentos y bebidas,

compuestos ó preparados industriales, etc.

Por último, en estos Laboratorios, por la multiplicidad de

su labor y por razones que están al alcance de todo el que co-

nozca el buen funcionamiento de ellos, hacen falta Peritos pre-

paradores, cuyas plazas podrán ser desernpeñadas por Farma-

céuticos y Profesores en Ciencias físico-quír:^icas, prin ŭ ipal-

mente.

Con tales reformas, y con tan poco coste, que no exce-

derá mucho de un centener de miles de pesetas, podría tener

el Estado en plazo muy breve veinte ó más Laboratorios, es-

parcidos p^r todas las regiones de España, dotados suficien-

temente para subvenir á las necesidades y exigencias de los

progresos modernos'.

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Paludismo.

E.rtensirin eRnrme del paludismo en Españu.-600 estacionesferroviarias palúdicas.-2.000 At^untamientos palúdica.c. -^lás dcl.5 por 100 de ta 7rorlatidad total, muerea de patudis-mo en tcr provincia dc Cúceres.-No se adoptan precaucioneselementates antipulrídieas.-Comarecrs pulúdícas de 2.000hectárcas (C orca); de 16. D00 hectrtreas ( Vi!lamartín-Palen-cict); de ^/.ildmetros /;tiledina Jerez de lu Frontera y Espe-ra); de .36.000 hectúreas (I_ebrijcr-Sevitta ú Crídii).-El palu-dismo ori,^ina la miseriu, la emigracicín p lu muerte de losmorudores de tos campos, á!a vnz que hace improductir%os r^convicrtc e.n eriales los terrcnns, e.rtc^ndiéndose de dfa en díctsu crcción maléfioa.-Go que hoy vate (las 2.000 hectcíreas deLorca, por ejemplo) 100.000 pesetas, saneado cl terreno, val-drícr 7 ú 8 mitlones de pesctas i^ snstendría 1.000 habitan-tes. -- Urge udoptar disposiciones parct el sancamientn por elEstado ^^ oblir;ar á Municipios, particulares i^ Compañias deferrocarrites.

Contrista el ánimo del menos predispuesto á dejarse con-

mover por las desdichas de la Patria, el apreciar sobre el te-

rreno ]a enorme extensión que alcanza en España el paludis-

mo y el considerar en su verdadera magnitud las consecuen-

cias fatales que acarrea para la vida y la riqueza nacionales.

Solamente recorriendo, como yo lo he hecho en esta pri-

mera inspección, miles y miles de kil^metros, puede apreciar-

se, si no con el detenimiento que requiere, por lo menos de

visu la extensión del paludismo y concebír y comprender los

estragos que para la agricultura y para la salubridad de los

campos ocasiona esta endemia, que debíera estar ya extingui-

da, ó cuando menos, muy aminorada.

No se comprendería, á no ver el abandono total de toda

precaución y defensas antipalúdicas, que haya actualmente

más de seiscientas estaciones ferroviarias, que son una

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cuarta ó una quinta parte de la totalidad de las que existen en

España, donde se padece ó puede contraerse la enfermedad.

No se concibe, á no verlos, cómo 2.000 pueblos, que son la

cuarta ó quinta parte de los Ayuntamientos de España, estén

pagando mayor ó menor tributo á la malaria en pleno siglo ^a.

Únicamente atravesand^ aquellas extensas zonas de terrenos

baldíos, constantemente encharcados, improductivos para

toda labor agrícola, se ccncibe que haya provincias, como la

de Cáceres, que da anualmente un tributo á la muerte por

paludismo, del cinco por ciento de la mortalidad total. Es

preciso recorrer, durante horas y horas, largos trayectos de

ferrocarril, observando á los lados de las vías y estaciones,

charcas y lagunas, para comprender cómo hay líneas enteras,

las de Cáceres, de Badajoz, de Mérida á Sevilla, de Zafra á

Hueiva, etc., que están totalmente ó casi en totalidad inva-

didas por el paludismo; cómo hay estaciones, La Fregeneda

(frontera de Salamanca), La Bazagona (Cáceres), La Almo-

raima (Bobadilla á Algeciras) y otras muchas, donde no pue-

den los empleados permanecer más de ocho días, sin que

ellos ó sus familias sean casi siempre gravemente atacados

por la afección.

Y, salvo rarísimas excepciones, no se advierte en parte al-

guna la más elemental precaución antipalúdica: ni redes me-

tálicas en las estaciones, ni encauzamiento de las aguas, ni

terraplenamiento de las lagunas y de las zanjas de préstamo

ocasionadas por los desmontes, ni roturación y cultivo de lo^

canales ó charcas de los lados de las vías, ni precauciones en

los trenes de viajeros, que tienen su parada junto á las lagu-

nas próximas á las estaciones, pudiendo penetrar los mosqui-

tos y aun ser transportados en los vagones, puesto que en-

.cuentran aberturas para entrar en ellos por todas partes.

Pero donde llega al colmo el abandono y el ánimo se ape-

na al contemplar tanta desdicha, es al recorrer á pie ó en ca-

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- 47c -rruaje, durante horas y horas, esas extensas comarcas panta-

nosas, como la de la vega de Lorca, de más de 2.000 hectá-

reas; la de la laguna de Villamartín (Palencia), de 16.000 hec-

táreas; las de las lagunas de Medina (Jerez de la Frontera), de

4 kilómetros; la de Espera, de las mismas dimensiones; la de

las marismas de Lebrija (Sevilla á Cádiz), de 3G.000 hectá-

reas; los campos yermos de Albatera (Alicante á Murcia), etc.

En esos campos de desolación y de muerte, donde sin ha-

ber Ilovido en seis meses, se hunden los pies en terreno fan-

goso, donde efloresce el sulfato de sosa, que podría recogerse

á toneladas, dando el aspecto de nevada á la tierra, es donde

se comprenden los estragos del paludismo y nuestro empobre-

cimiento nacionai.

El paludismo, que ocasionó la miseria, la anemia, la emi-

gración y ia muerte de tos moradores de aqueilos campos, an-

tes fértiles, productivos, repletos de vida animal y vegetal, en-

fermó también los terrenos, y en ellos secáronse los árboles,

y no germinaron las plantas de cultivo, sustituyéndose por

junqueras y salados, muy apropiados para favorecer los yaci-

mientos de larvas de mosquitos vectores de los gérmenes pa-

lúdicos; y abandonados los cortijos y caseríos que poblaban

aquellos lugares, é improductivas sus tierras, fueron desapa-

reciendo las viviendas, quedando algunas ruinas para recor-

dar que allí hubo vida, prosperidad y riqueza donde hoy la de-

solación y]a muerte no sólo reinan en la comarca, sino que

van lenta, pero seguramente, extendiendo su acción maléfica,

agrandando la extensión de sus dominios.

Por si no bastara la pintura de semejante cuadro, ahí van

cifras que con su seca elocuencia harán comprender los estra-

gos del mal.

Por darle algún valor, pues hoy solamente le tienen nomi-.nal, pongamos que la fanega de tierra de tales zonas vale á 25pesetas. Supongamos ahora que se efectúan drenajes y se sa-

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nea el terreno; entonces valdrá la fanega de mil á mil quinien-

tas pesetas, y si la extensión es, por ejemplo, la señalada para

la vega de Lorca, tendremos, que lo que hoy vale nominal-

mente ciert mil peseta, valdrá, saneado convenientemente, de

siete á ocho millones de pesetas. Hágase la misma operación

aritmética con los miles de fanegas improductivas por el palu-

dismo para la riqueza nacíonal, y serán centenares los millo-

nes de pesetas perdidos.

Pero hay más: en este terreno (el de Lorca), vivían y pue-

den sostenerse rnil haGitantcs, que har rnuerto, hanse invali-

dado ó han emigrado, acaso enfermos.

i Calcúlense cuántos habitantes se arrancarían á la emigra-

ción, á la enferrnedad y á la muerte, saneadas que fueran esas

zonas extensas del territorio nacional donde anida y se extien-

de el paludismo,despoblando y empobreciendo nuestra patria!

No es irre^nediable, una vez conocido el mal; es preciso,

es indispensable que los Ingenieros propongan las reformas

necesarias; que el Estado acometa las obras de canalización

y drenaje de los terrenos encharcados y pantanosos; que se

obligue á los Municipios y á los particulares á sanear los fo-

cos, que, por incuria ó abandono, son cada día mayores y en

más número; es imprescindible que las Compañias de ferro-

carril rellenen las zanjas de préstamo, desagiien las la ŭunasinmediatas á las estaciones, den para el cultivo las zonas en-

charcadas que corren á lo largo y á los lados de las vías, ó se

canalice y dé corriente y desagiie que impida el estancamiento

permanente de las aguas, y que se adopten en estaciones y

trenes las más elementales precauciones, protegiendo las aber-

turas, para impedir la entrada y el transporte de los mosquitos

vectores de los gérrnenes del paludismo mientras éste no se

extinga.

Urge poner el remedio para aminorar los efectos de una

endemia que ocasiona bastantes millares de víctimas al año,

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y deberán dictarse para ello atgunas de las disposiciones enun-

ciadas, entretanto que se completan los trabajos parciales

que de cada Ayuntamiento y de cada estación ferroviaria es-

tán practicando los Inspeetores regionales, para entonces so-

meter un completo plan de reformas de saneamiento á la apro-

bación de la Superioridad.

Aguas potables.

Espuña indefensct contru la propctgacídn del cólera, tifoídect éínfecciones híclricas.-Cuatracientos mil enf"ermos anualesde tifoldea.-Trelnta p seis mil defunciones.- [^eíntícuatromlllnnes de día.c de trcrbcrjo perdídos por la enfc^rmedad. -Defensu de la eontumínací6n dc lcrs a,^uas potables. -Pro-teceiórz de manctntiales y eañerías.-Agucts de ríos y pozos. -Pozos de las cstaciones ferroviaricts.-Ueficiencías elementctles, por ígnoruncía, más que por íncurict.-En España hcri^muchas i^ buenas aguas patables.-Análísis, trabcrjos ^^ couf'c-rencias de los /nspectores. -Un buen AJcctlde.--Otros, á suejcmplo, se disponcn á Ilevctr aguas i^ sunear srrs pueblos.-Lct epídemicz de Gijón, prevísta en los análísis del lnspectorregional.-GráJtcos ^^^ mapas de las aguus t^ terrenos queatraviesan en Galícia y Asturias.-Necesidcrd de rcformcts enlos Lctboratorins para continuar y completar el Mctpa de lasaguas pofables de España:

Triste es la confesión, pero en honor á la verdad, hay que

confesar que estamos á la hora presente en una absoluta

indefensión contra la posible propagacíón del cólera y de

todas las infecciones tifoideas é hidricas que, por lo rnismo

son endémicas en nuestro país, produciendo anualmente más

de 3G.000 defunciones, más de 400.000 invasiones y más de

24 millones de días de trabajo perdidos por la enfermedad.

Por nuestra desgracia, en casi ningún punto de España se

ha adoptado aún la defensa contra la contatn^nación de las

aguas potables por las materias fecales-gue son las pnr-

tadoras de los gérmenes del cólera y de la t^foidea--y por

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otras substancias animales y vegetales en descomposición,

que alterando la calidad de las aguas, provocan los trastornos

dígestivos que predisponen á todas aquellas infecciones hídri-

cas, epidémicas ó endémicas, según los casos, grado de in-

tensidad, número de habitantes sobre que actúen, etc.

Salvo raras, contadas excepcíones, allí donde no tienen

necesidad de hacer uso de fas aguas de los ríos, en que la

defensa es más díficíl, en casi todas partes, ó los manantia-

les no están protegidos, ó las conducciones parecen hechas

á propósito para estas contaminaciones con 1as ietrinas y ai-

cantarillas (si las hay), á cuyo lado suelen correr- en íntima

comunicación no pócas veces, ó se conducen al descubierto,

para que chicos y grandes, personas y anirnales, puedan la-

var ropas y arrojar en ias aguas bebidas, basura é inmundi-

cias de todo género, por si ya no fueran bastantes las subs-

tancias en putrefacción que, por permeabi}idad de 1os terrenos

y condiciones detestables de las cañerías, penetran por infil-

tración en las aguas potables.

Y esto ocurre en aldeas, villas y ciudades, según he teni-

do ocasión de comprobar en esta prirnera inspección y según

más detalladamente están demostrándolo los trabajos que,

acerca del asunto vienen practicando los Inspectores regióna-

les en todos y cada uno de los pueblos de España.

Y si esto ocurre tratándose de aguas de manantial, condu-

cidas por cañerías, calcúlese lo que ocurrirá cuando las aguas

proceden de los ríos ó de pozos excavados en terrenos per-

meables, construídos y mantenidos, generalmente, sin ningún

género de precauciones contra las contamipaciones.

Como ejemplo de esto, citaré uno bien saliente, fácilmente

comprobable por toda el que viaje un poco en ferrocarril. En

muchas estaciones, ya para usos domésticos, ya para bebida,

existen al lado de ellas pozos que, por rara casualidad, están

cubiertos; colgado de la garrucha que pende sobre el bro-

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cal, hay un caldero, más ó menos limpio, si no es que cada

cual de los que se sirven del pozo hacen uso de una vasija dis-

tinta, con que empleados y viajeros sacan el agua, beben, se

lavan las manos y tiran el agua sobrante, unas veces fuera,

otras al mismo pozo, que en tales condiciones expuesto está,

naturalmente, á que se infeccione y á que cada cual, y espe-

cialmente los niños, por irreflexión, arrojen en él objetos y

substancias que pueden alterar las aguas, si á ellas no llegan,

por permeabilidad del terreno y por su vecindad, los produc-

tos de los retretes y pozos negros de las estaciones. Tal es-

tado de cosas exige (y seguramente las Compañías se apre-

surarán á hacerlo) que, por lo menos, se coloque en cada pozo

una bomba aspirante ó impelente que, á la vez que cubra la

abertura del brocal del pozo (que suponernos construído con-

tra toda contaminácíón, porque en otro caso deberán cerrar-

se), impida que por la forma en que hoy se saca y utiliza el

agua, pueda contaminarse.

Solamente con advertir estas y aquellas elementales y ge-

nera(es deficiencias, queda demostrada la absoluta indefensión

en que se encuentra España para que el cólera se propague

con intensidad, si, por desgracia, como es posible, fuera inva-

dida de tan temible mal. Así solamente se comprenden las en-

demias tifoideas en muchas poblaciones-que serían, natural-

mente, por la misma razón, las que pagarían mayor tributo al

cólera, como ya lo pagaron en 1885-y aquellas enormes ci-

fras de morbilidad y mortalidad arriba reseñadas.

En Granada, donde las aguas potables se mezclan con los

darros (así Ilarnan. allí á los productos de las letrinas, cuyas

conducciones van unidas á las de aquéllas); en Badajoz, don-

de las aguas se conducen al descubierto; en Jaén, cuyas aguas,

mal conducidas, ya son por sf poco potables, al contrario de

las de La Carolina, en la misma provincia, que tienen 3° hi-

drotimétricos (casi agua destilada), y en muchos pueblos, al-

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deas y ciudades de Levante, de Andalucía, de Extremadura,

de ambas Castillas y de Galicia y Asturias, serán permanen-

tes las infecciones hídricas p segura la intensa propaga-

ción del cólera, s^ invade nuestro terriforio, mientras no se

ponga remedio inmediato y enérgico, defendiendo las aguas

pofables de su contaminación por materias feeales y subs-

tancias en putrefaeclón, ya procedan del suelo (infiltracio-

nes), ya del exterior (manantiales y conducciones al descu-

bierto). .

Todo lo demás será salír del paso y del aprieto del mo-

mento; pero no evitarlo para siempre y en lo futuro, que es

lo principal y lo verdaderamente i+l^portante.

Claro está que, por desgracia, hay pocas poblaciones,

como Jerez de la Frontera, por ^jemplo, cuyo enorme caudal

de aguas potables, sus admirables depósi#os y sus ex ŭelentes

conducciones, la pueden hacer reirse del cólera y de las infec-

ciones hídricas en general; pero así y todo, no deja de haber

en nuestro país, como las de La Carolina, ya citada, otras mu-

chas aguas potables de condiciones excelentes, que, bien pro-

tegidas, encauzadas y conducídas, pmducirían resultados ad-

mirables para el bien público y hasta para la AgXicultura y el

aumento de la población, como recientemente lo ha demostra-

do un Alcalde de un pueblecito del distrito de Huéscar (Ca-

niles-Granada}, llevando aguas abundantes, que han saneado

y aumentado el vecindario, estimulando á hacer lo propio ^

los Ayuntamientos de los pueblos comarcanos.

En demostración de que en muchas partes hay a$uas po-

tables, abundantes, excelentes, pero que no están protegidas

ni poco ni mucho contra las infecciones hídricas, están los tra-

bajos, practicados ya, por los Inspectores regionales en las di-

ferentes provincias. Como muestra de ellos (ya que di á V. I.

cuenta oportuna y anticipada, en previsión de la reciente epi-

demia de Gijón), daré aquí los adjuntos gráficos y planos, que

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- a^s2 --resumen algunos de los análisís de aguas y terrenos de que

proceden y que atraviesan éstag en ]as provincias de Galicia

y Asturias, practicados por el Inspector regional de Coruña,

, D. Tornás Gil de San Lorenzo, en los meses de Agosto y Sep-

tiembre últimos, durante los trabajos de carnpo, ordenados por

esa Direccidn ^eneral.

En dichos trabajos y gráficos se explica clara y terminan-

temente la endernia y loŭcaracteres epidémicos que ha alcan-

zado recientemente la fiebre tifoidea en Gijón. Merced al co-

nocimiento de estos trabajos, á mi paso, en 23 y 24 de No-

viembre últimos, por Asturias (Oviedo, Avilés, Gijón y otros

puntos), pude, antes que por ia Prensa se hablara de ella, co-

municar á V. I. la existencia de mencionada epidemia en Gi-

jón, su extensión, sus causas y sus remedios, para evitarla en

lo sucesivo.

Como puede apreciarse en el adjunto gráfico y de los es-

tudios y análisis practicados hasta ahora en 32 aguas potables

de diferentes poblaciones de Asturias por el Inspector regio-

nal, D. Tomás Gil, resulta:

1.° Que en Ciijón hay un agua de excelentes condiciones

de potabilidad y pureza-4° hidrotimétricos-, procedente de

una fuente denominada de La Peñita, que, ó por su escaso

rendímiento ó por otras causas, se utiliza poco por los habi-

tantes de la población.

2.° Que las demás fuentes dan un resultado de 19° hidro-

timétricos-la menos potable, precisamente, de las hasta aho-

ra anaiizadas en Asturias (1). Ya por esta causa predispone

su uso á los trastornos di^^estivos.

3.° Que, cqmo se demuestra en el mapa adjunto, las aguas

de Gijón, como las de Avilés y Oviedo, proceden y atraviesan

por terreno triásico, que ya se sabe cuán apropiado es para

(1 j Véattse los gr^ficos y mapas corre^pondientes

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ceder substancias rninerales que den mala calidad á las aguas

y que es terreno tarnbién muy á propósit^ para las posibles

filtraciones de otras substancias animales ó vegetales en des-

composición, que alteren la pureza de las aguas.

4.° De los estudios y trabajos realizados por el menciona-

do Inspector, resulta: que las conducciones de aguas potables

de Gijón ó van al descubierto ó pueden fácilmente dejarse

contaminar por las materias fecales de unos 1.800 pozos ne-

gros que existen en la población; y

5.° Que en algunas de las aguas de Gijón, anatizadas bac-

teriológicarnente (Yon posterioridad á los análisis químícos,

como es natural), se ha dernostrado la presencia del bacilo

de Eberth.

He aquf un resumen de éstos análisis:

Las siernbras de las aguas en medios de cultivos ordina-

rios, caldo, gelatina, agar, en tubos y en placas, sólo demos-

traron e] desarrollo de bacteri.^s de índole saprofitica, y en al-

gunos, pocos, la exístencia del bacillus coli communis. Este

último germen no se aglutinaba ni se bacterializaba al ponerlo

^ en contacto con soluciones al 1 por 1.000 de suero antitífico;

en cambio, no se presentaba en los medios de cultivo, donde

se añadían soluciones de cafeína. •

En vista del éxito poco satisfactorio en las primeras ínves-

tigaciones bacteriológicas, se especializaron los métodos de

cultivo, empleando principalmente la técnica de Endo y Dri-

galski-Conradi, y se realizaron nuevas siembras de las aguas

de Gijón en placas Petri y en tubos. Los resultados obtenidos

han sido mucho más satisfactorios, y pasadas veintícuatro ó

cuarenta y ocho lioras de hallarse las siembras en la estufa, á

una temperatura constar+te de J(^i", las colonías se han puc^sto

de manifiesto, virando, poco á poco, el color violeta en rojo,

especializándose las del bacilo Eberth de las del coli, por la

condición espe ŭífica de acidificación del medio, que ticne este

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úl#imo microorganismo. Se realizó luego la purífícación de los

cultivos del bacilo tifieo, trasladándolo de las colonias violá-

ceas á tubos de caldo, de gelosa y por nuevas siembras en pa-

tatas, obteniéndose aglutinaciones en gota pendiente y bacte-

riolísís in vitro con sueros diluídos at 1 por 2.000.

Por falta de medios no se ha podido completar el diagnós-

tico del baciio haliado en las aguas, reaiizando el fenómeno

de Pffeifer, fijc^ción de conrplemento, y teñido de flageles;

datos indispensables para una absoluta é indiscutible compro-

bación científica.

Seguimos también el método de Hoffrnann y Fiker, aña-

diendo una solución de nutrosa á^0 centímetros cúbicos del

agua sospechosa; después otra solución de cafeína reciente-

mente preparada, y, por último, otra solución de cristal-viole-

ta; ]]e^^ando la preparación, asf terminada, á la estufa durante

veinticuatro horas á ia temperatura de 37°. Las siernbras rea-

lizadas con gotas de este liquido en placas de gelo-lactosa-tor-

nasol, nos han producido colonias características de1 bacillus

tífrco, impidiendo casi por completo la formación de colonias

del coli communis.

De lo expuesto se deduce clara y termínantemente que en

tanto no se varíen en Cijón, como en otras muchas partes, ]as

conducciones de las aguas potabies, mientras no se protejan

manantiales, depósitos y cañerías contra toda contaminación

exterior ó de los terrenos colindantes, seguiremos en una

absoluta^indefensión contra el cólera, la fiebre tifoidea y toda

clase de infecciones hídricas.

No es irrealizable el problema, que si está sin resolver, se

debe más, afortunadamente, á la ignorancia que á la incuria y

que á la falta de recursos con que acometer las obras de

saneamiento. Demostrado está esto con el hecho ya logrado,

en corta escala, es verdad, porque también los trabajos de la

inspección hasta ahora han sido escasos, por falta de tiempo

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y de matecia{ de laboratorio. La propaganda reafizada por

los Inspectores regiones, en forma de conferencias, la presen-

tación en algunos puntos de los análisis efectuados, dernos-

trando la impureza y contaminación de las aguas potables,

han hecho que algunos Ayuntamientos ejecuten y proyecten

ejecutar las obras necesarias al efiecto para remediar el mal.

Con ser rnucho esto, no es bastante: es preciso y urgente

continuar realízando y completar los anGílisis de todas las

aguas potables de España, para poder presentar á la Superio-

ridad, con los mapas y gráficos correspondientes, el proyecto

de reformas que haya de someter á las Cortes para que se

ejecuten por el Estado aquellas que le competan y se obligue

á Municipios, Compañías y particulares á que efectúen las

obras yue al efecto deban verificar para prevenirse contra

toda invasíón colérica y para desterrar todas :as infecciones

hídrí^as que actualmente diezman nuestras poblaciones ruca-

les y muchas ciudades.

Por ello es precisa y urgente la reforma de los Laborato-

rios de las Granjas, creando en ellos la Sección de Bacterio-

logia en la forrna propuesta más atrás.

Igualmente es necesario que se facilíten los viajes (sin

dietas) á los Inspectores para la recogida de muestras, análisisin situ, puesto que con treinta días al año no se acabaríanunca esta labor tan importante.

Anquilostomiasis.

Treintu i^ dos mrnas infeetactus en Línares.-Probuble iirfec-eión rie lct zanu ménc:rcr de Alrnería i^ otras. -No hai^ nin^^^rnermedide^ de precaución. - Necesictad de dretcrr drsposic%onesparcr sanear los pozos v^;ateríczs i° ei^itcrr el contagio.

Este es un asunto nuevo y muy interesante, sobre el que

creo un deber llamar la atención de V. I. y de1 Excelentísimo

señor Ministro de Fomento.

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Aurryue ya hace rnuchos arios que en mis enfermerías del

Hospital de la Princesa, vengo tratando enfermos de anyuilos-

tomiasis, procedentes de algunas comarcas mineras, á mi paso

por las provincias de ^aén y Almería, durante esta inspección,

he podido convencerme más de la existencia de la enferme-

dad y de que gran número de minas en estas regiones están in-

fectadas, sin que se haya por nadie adoptado las más elemen-

tales precauciones, ni para sanearlas ni para evitar el contagio.

Por no hacer más extenso este trabajo, he de referime al

que sobre la materia ha escrito, con gran copia cíe datos rela-

tivos á^2 minas de Linares, el Inspector re^ional de Andalu-

cía Occidental, D. Sonifacío de la Cuadra, y que mereció el

honor de ser publicado en el Boletírz de A^ricultura de este

Ministerio en Noviembre último.

En este trabajo, así como en el Cuestionario que acerca

dei asunto tuve el honor de presentar á la aprobacicín de la

Superioridad y que se publicó por Real orden de este Minis-

terio en 17 de Julio últim^, consignadas están las medidas

que deben, con urgencia, adoptarse para evitar esa enferme-

dad, á la manera que lo han hecho otros paises.

Durante mi inspección, he encar'gadó á los Inspectores

regionales estudien y determinen, en sus regiones, qué minas

hay infectadas, estudiando entonces, si lo estuvieran; el asun-

to conforme á lo establecido en el Cuestionario referido.

Pero entretanto se hace un completo y total estudio del

asunto, es conveniente dictar alguna disposicíón que obiígue

á las Eml?resas y Compañías mineras á adoptar las disposi-

ciones convenientes para sanear los pozos y galerías y evitar

el contagio de los mineros.

Alimentación obrera, etc.

(^cupados (os Inspectores regionales y el yue suscribe,

en esta primera inspección, en ei estudio de aquellos intere-

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santes asuntos que se relacionan con los Laboratorios de las

Granjas, el paludismo y las aguas potables principalmente,

nada he de decir respecto de la alirrrentación del obrero del

campo, sino referirme á los trabajos parciales, aunque es-

casos, ya efectuados por los Inspectores, citando aquí el bri-

llante estudio realizado por el de Canarias, D. José Selma,

que mereció el honor de ser publicado por el f3oleíín de

Agricrzliura de este Ministerio, en el mes de Octubre último.

Asunto es éste muy interesante y que también está rela-

cíonado con la ampliación propuesta de los Laboratorios, en

las cuales han de depurarse las alteraciones, fraudes y sofis-

ticaciones de alirnentos y bebidas, así como los análisis bac-

teriológicos y yuímicos á q:ae dan lugar las enfermedades alí-

menticias del obrero rural.

He terminado, Ilmo. Sr., el relato de lo por mí observado

y de las deducciones que me ha sugerido esta primera ins-

pección comenzada, pero no concluída, pues aun me falta que

recorrer regiones tan interesantes como las de Valencia, Ca-

taluña, Aragón y Rioja, Navarra y provincias vascongadas,

Baleares y Canarias.

Por razones que conoce V. 1., he dejado la inspec ŭ ión de

las cuatro regiones primeramente citadas, para hacerla con el

detenimiento que requieren, visitando algunas zonas de Le-

vante que mayor ínterés ofrecen hoy por muchos conceptos.

No considero necesario terminar esta Memoria en forma

de conclusiones, pues á la cabeza de cada asunto va un re-

sumen de indicaciones suficientemente explícito. Adernás, con

este trabajo, someto á su aprobación unas r_uantas minutas de

las disposiciones legislativas que pueden dictarse por el mo-

mento, para, si las considera V. l. oportunas, que pueda pre-

sentarlas á la aprobación y firma del Excmo. Sr. Ministro.

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Y en lo que respecta á las reformas en los t_aboratarias de

las Granjas-Escuefas de Agricuftura, ya V. 1. habrá recihido

los correspondientes presupuestos, que, por sus órdenes y

con mis indicaciones, han formulado los Ingenieros Jefes de

tos mencionados Establecimientos.

Entiendo que con esta inspección, ordenada por V. l., se

ha realizado una obra útil y provechosa para el porvenir, es-

timulando los estudios y trabajos interesantes que está efec-

tuando el Cuerpo de [nspectores regionales, canvenientemen-

te asesorados y auxiliados par los Ingenieros.

Considero necesario que se repitan periódicameute estas

inspecciones, aun cuando en vez de ser generales, deben ser

ya parciales: I.°, para descender en ellas á detalles y reconoci-

mientos precisos que ahora no han podida realizarse por fal-

ta de tiempo, y 2.°, sobre todo, porque el prrmero y principal

deber del Inspector (el nombre lo manda) es el de inspec-

cionar.

Si he cumplido ó no, como con buena voluntad lo hice,

mí mísión, V. l. con su aprobacíón lo decidirá.

Dios guarde á V. [. muchos años. Madrid, á 30 de Diciem-bre de 19I l.--E1 Inspector general, A. Mrrñoz.

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Page 130: Sanidad del campo€¦ · dfez y sers nzrl p hasfa de trcrnta t^ seis nú! hectáreas, antes ltenas de Vida y de ríqueza, yue son hoy campos de desolación y de rnnerte.-- 4(Y7'

Diploma de honor

Ya en prensa esta parte de la Memoria, tiene conocimien-

to esta Dirección general que, por espontánea iniciativa de los

Comisario regio y Delegado del Ciobierno español en la Ex-

posición Internacional de Higiene de Dresde (Alemanía), Doc-

tores Sres. Pulido y Chicote, fueron expuestos en dicho cer-

tamen, en el pabellón de España, y sin tener conocimiento de

ello este Centro directivo, los Cuestionaríos que sirvieron de

base á los trabajos y servicios de la [nspección de Sanidad del

Campo, queanteriormente van publicados, y es de notoria jus-

ticia y honra á los que lo han realizado en el corto plazo que

lleva funcionando, el que se haya concedido 17iploma de ho-

nor, por el Comité [nternacional de Higiene de Dresde, con-

forme consta en el documento que á continuación copiamos,

traducido literalmente del alemán:

Page 131: Sanidad del campo€¦ · dfez y sers nzrl p hasfa de trcrnta t^ seis nú! hectáreas, antes ltenas de Vida y de ríqueza, yue son hoy campos de desolación y de rnnerte.-- 4(Y7'

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Inspeccián General de Sanidad de los Campos

Cf^d26 -1('Ca-Yl-f1CL%?2GP^?1^^' r{^P fa/ T^^I,EZ/LC2d fGiCY^/LLlf.ryfz.1

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L,a remesa de la recompensa artística se harcí rcna vez yue estéterminada. ^