Sanidad, Enfermedad y Resurrección: milagros en el pentecostalismo

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XIIIº CONGRESO LATINOAMERICANO DE FOLKLORE DEL MERCOSUR y XVIIº JORNADAS NACIONALES DE FOLKLORE Sanidad, Enfermedad y Resurrección: milagros en el pentecostalismo Eje temático al que corresponde: Folklore y Movimientos Populares. Simposio: La Religiosidad popular y los Nuevos Movimientos Religiosos Realizado por: Elsa Viviana Barrón Introducción La participación de las personas en las iglesias neopentecostales ha ido en aumento. Sobre los motivos por los que aquellas inician su contacto con las iglesias, algunas explicaciones aseveran que la decisión de involucrarse en una congregación encuentra fundamento en reflexiones bíblico-teológicas que llevan a la persona a optar por la religión pentecostal. En este sentido, y de acuerdo con las observaciones realizadas en diferentes congregaciones y entrevistas a líderes de diversas iglesias, 1 es posible conocer que no todos los miembros de las iglesias tienen similares inquietudes teológicas al involucrarse. La ayuda económica y la protección frente a las necesidades; el espacio de los cultos para el encuentro con lo sagrado; la posibilidad de hacer frente a la soledad siendo parte de la “familia de la fe” son otras razones del acercamiento. La llegada de las personas responde a la búsqueda de alivio del malestar como concepto multidimensional, conjugando problemas emocionales, enfermedades y dolores físicos como maleficios espirituales. Los milagros de sanidades y resurrección de los muertos son el centro del análisis del presente trabajo. Para comprenderlos se presentan notas distintivas del movimiento pentecostal y de la UAD en la Argentina, y el lugar de los milagros desde sus orígenes, para avanzar hacia un análisis de la teología de la enfermedad, la sanidad y la resurrección. 1 Realizadas por la autora en la Ciudad de Mar del Plata en los Congresos Anuales de MACEA (la organización nacional de mujeres de la UAD) de setiembre de 2004, 2005 y 2006. 1

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Los milagros de sanidades y resurrección de los muertos son el centro del análisis del presente trabajo. Para comprenderlos se presentan notas distintivas del movimiento pentecostal y de la UAD en la Argentina, y el lugar de los milagros desde sus orígenes, para avanzar hacia un análisis de la teología de la enfermedad, la sanidad y la resurrección.

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XIII CONGRESO LATINOAMERICANO DE FOLKLORE DEL MERCOSUR y

XIII CONGRESO LATINOAMERICANO DE FOLKLORE DEL MERCOSUR y XVII JORNADAS NACIONALES DE FOLKLORE

Sanidad, Enfermedad y Resurreccin: milagros en el pentecostalismo

Eje temtico al que corresponde: Folklore y Movimientos Populares.Simposio: La Religiosidad popular y los Nuevos Movimientos Religiosos

Realizado por: Elsa Viviana Barrn

Introduccin

La participacin de las personas en las iglesias neopentecostales ha ido en aumento. Sobre los motivos por los que aquellas inician su contacto con las iglesias, algunas explicaciones aseveran que la decisin de involucrarse en una congregacin encuentra fundamento en reflexiones bblico-teolgicas que llevan a la persona a optar por la religin pentecostal. En este sentido, y de acuerdo con las observaciones realizadas en diferentes congregaciones y entrevistas a lderes de diversas iglesias, es posible conocer que no todos los miembros de las iglesias tienen similares inquietudes teolgicas al involucrarse.

La ayuda econmica y la proteccin frente a las necesidades; el espacio de los cultos para el encuentro con lo sagrado; la posibilidad de hacer frente a la soledad siendo parte de la familia de la fe son otras razones del acercamiento.

La llegada de las personas responde a la bsqueda de alivio del malestar como concepto multidimensional, conjugando problemas emocionales, enfermedades y dolores fsicos como maleficios espirituales.

Los milagros de sanidades y resurreccin de los muertos son el centro del anlisis del presente trabajo. Para comprenderlos se presentan notas distintivas del movimiento pentecostal y de la UAD en la Argentina, y el lugar de los milagros desde sus orgenes, para avanzar hacia un anlisis de la teologa de la enfermedad, la sanidad y la resurreccin.

I. El movimiento pentecostal y la Unin de Asambles de Dios (UAD) en Argentina

En el pentecostalismo, considerado como una rama del cristianismo, adquiere una importancia central el Espritu Santo.

La Unin de Asambles de Dios describe as sus orgenes

El origen de nuestra organizacin data de los comienzos del movimiento pentecostal moderno, cuya aparicin no se debe a la obra de ningn hombre. El Avivamiento pentecostal irrumpe en la historia del Cristianismo moderno, como un gran movimiento de renovacin espiritual, atribuible nicamente al mismo Espritu de Dios. Esta afirmacin se comprueba por la forma de su aparicin simultnea y con las mismas caractersticas en distintos pases del mundo. Hacia fines del siglo pasado, Dios envi un gran avivamiento espiritual en varios continentes. Cristianos que deploraban la frialdad espiritual en sus iglesias y en sus propias vidas, empezaron a reunirse para orar y estudiar las Sagradas Escrituras. A principios del siglo XX Dios contest estas oraciones de una manera abundante y maravillosa. Los llen del Espritu Santo, tal como lo haba hecho en la Iglesia Primitiva, segn el registro sagrado en el libro de Los Hechos de los Apstoles. Experimentaron ellos tambin el mismo fenmeno sobrenatural que caracteriz la efusin del Espritu Santo en el da de Pentecosts, alabando a Dios en idiomas que nunca haban aprendido. (http://www.uad.org.ar/folders/informacion.html)

Existen diferentes relatos sobre los orgenes del pentecostalismo que describen experiencias espirituales extticas en distintos pases, los que fueron conformando el concepto de bautismo con el Espritu Santo. Una nocin distintiva del movimiento pentecostal.

En la Declaracin de Doctrinas de la UAD leemos: El bautismo en el Espritu Santo, acompaado de la evidencia inicial de hablar en una lengua no aprendida, es para todos los cristianos (Hechos 2:38-39. Reconocemos que tiene un alcance ilimitado, que va ms all de la comprensin humana, y permite que, adems de ser edificada la persona misma que lo practica, el Espritu Santo tiene oportunidad de interceder a favor de l; capacitarlo sobrenaturalmente en el uso de los dones, y otorgarle una autoridad espiritual (1 Corintios14.4; 12.7-11y Romanos.8.26,27).El pentecostalismo es de todas las expresiones del protestantismo latinoamericano, la que ms profundamente desarroll un modelo autctono. Ha sido considerado como un movimiento popular por diversos estudiosos entre los que se encuentra Emilio Willems (1994). Para este autor, el movimiento pentecostal es la iglesia de los desheredados, ya que es un movimiento popular integrado en su mayora por las clases pobres. En este sentido y conforme a este planteamiento, las pentecostales seran las iglesias de los pobres en contraposicin con la Iglesia Catlica, la iglesia de los ricos, y las protestantes tradicionales en tanto iglesias de la clase media.

En este proceso de expansin de las iglesias de los pobres han tenido un lugar central tanto el bautismo en el Espritu Santo evidenciado en la glosolalia, como las sanidades milagrosas.

En 1909 se inicia la UAD en Argentina, a partir de la accin de Alicia Wood, enviada como misionera por las Asambleas de Dios de los Estados Unidos. Ella funda la primera iglesia en la ciudad de Gualeguaych, Entre Ros.

A partir de este inicio, las Asambleas de Dios recibieron a distintos misioneros de Estados Unidos y Canad.

En 1947 el grupo de pastores argentinos que haban estado trabajando relacionados, constituyen una organizacin religiosa, con Personera Jurdica Nacional N 37.567 y bajo el nombre de Unin de las Asambleas de Dios, inscripta posteriormente como Entidad de Bien Pblico con el N 5392.

Esta organizacin cuenta con Iglesias, institutos bblicos, hogares de nios, centros de rehabilitacin de adictos y escuelas.

Para 1949 la Unin de las Asambleas de Dios estaba formada por veinte iglesias y el Instituto Bblico Ro de la Plata destinado a la preparacin de ministros, que comenz a funcionar en 1948 en el barrio de Colegiales de la Capital Federal. Actualmente dicho Instituto funciona en la localidad de Lomas de Zamora, Provincia de Bs. Aires y ya cuenta con alrededor de dos mil egresados. Hacia 1954 la Unin de las Asambleas de Dios estaba formada por treinta y dos iglesias y hoy en da son ms de mil.

En la Argentina la Unin de las Asambleas de Dios est afiliada a FACIERA (Federacin Alianza Cristiana de Iglesias Evanglicas de la Repblica Argentina) y a FECEP (Federacin Confraternidad Evanglica Pentecostal). Ambas participan con la FAIE (Federacin Argentina de Iglesias Evanglicas) en el CNCE (Concejo Nacional Cristiano Evanglico). En el orden internacional, la Unin de las Asambleas de Dios pertenece a la World Assemblies of God Fellowship y tambin a la Confraternidad Mundial Pentecostal. Las Asambleas de Dios de Per, Bolivia, Brasil, Paraguay, Uruguay, Chile y Argentina trabajan juntas como CADSA (Confraternidad de las Asambleas de Dios de Sud Amrica).

Los milagros estuvieron presentes desde los inicios del movimiento pentecostal: La Iglesia recobr simultneamente la experiencia pentecostal en varios pases y se extendi rpidamente a otros. En Noruega, Suecia, Inglaterra, Alemania, India, Chile, Holanda, Los Estados Unidos de Norteamrica, Brasil y algunos pases ms, varios grupos de cristianos empezaron a experimentar el cumplimento de la profeca: Y en los postreros das, dice Dios, derramar de mi Espritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarn. Vuestros jvenes vern visiones, y vuestros ancianos soarn sueos, y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos das derramar de mi Espritu y profetizarn (Hechos 2:17,18; refirindose a Joel 2:28,29). Aquellos que recibieron la plenitud pentecostal descubrieron que el Espritu Santo haba transformado sus vidas. Un mayor amor a Dios y al prjimo les comunic el deseo ardiente de compartir el Evangelio con los que lo desconocan. Testificaron y predicaron bajo la uncin del Espritu Santo y los pecadores se convertan a Dios. Oraron por los enfermos y estos sanaron milagrosamente. Dios les mostr visiones, profetizaron y rebozaron de gozo. Participaron de una comunin ms ntima y profunda con Dios. Algunas Iglesias aceptaron gozosamente este avivamiento espiritual. (http://www.uadarg.com.ar)

II. Los milagros y la batalla entre el bien y el mal

Al analizar la teologa sobre la enfermedad y la sanidad se hace evidente la relacin entre la enfermedad y la muerte con el mal: el diablo, los demonios o espritus malignos y el pecado de los hombres por un lado y lo divino como sanidad por otro.

En la Declaracin de Doctrinas Fundamentales de la Unin de las Asambleas de Dios puede leerse (en cuanto a orar por los enfermos)

Creemos que Dios desea para sus hijos la salud fsica y espiritual. De esta manera, la iglesia obedece la instruccin bblica de orar por los enfermos para que sean sanados. Creemos que hoy como en los das de la Iglesia Primitiva, el Seor Jess contina confirmando Su Palabra con milagros de sanidad y liberacin sobrenatural del poder del pecado, de las maldiciones que afectan el alma y el cuerpo con enfermedades y del mismo Satans (Santiago 5:14-16; Marcos 16:17-20). Creemos tambin en la ayuda que puede proporcionar la ciencia mdica a las enfermedades que son orgnicas y producto de los trastornos en el mundo natural; agradecemos a Dios por ella y de ninguna manera el Evangelio se opone a uso y prctica de los medicamentos debidamente recetados y/o aprobados por el Ministerio de Salud Pblica. Pero sobre todo creemos que existe el poder sobrenatural de Dios que se manifiesta en aquellos que se acercan a El con fe y sinceramente. (http://www.uad.org.ar/folders/informacion.html)

Otra parte de las creencias de la UAD destaca el tema de la resurreccin de los muertos: Creemos en la Segunda Venida de Jesucristo y la Resurreccin de los muertos (Apocalipsis 19:7-9; 1 Tesalonicenses 4:16,17; Juan 14:3). Esta declaracin podra interpretarse como la resurreccin el da final, donde se espera el regreso de Jesucristo y en el momento en que el mundo termina y comienza una tierra nueva en la cual no estarn quienes no han aceptado a Jesucristo, dado que en diferentes grupos cristianos es aceptada esta idea de resurreccin de muertos. Sin embargo, al mirar esta declaracin en el contexto de las observaciones y entrevistas realizadas es posible encontrar que la creencia en la resurreccin de los muertos no se refiere solamente al da final sino al presente. Los pentecostales creen que hoy en da alguien que muere puede resucitar por un milagro.

La postura consensuada por las iglesias pentecostales que forman parte de la UAD, si bien acepta a la biomedicina como alternativa para la atencin de la enfermedad, coloca un nfasis en las maneras de alcanzar la sanidad divina a travs de lo milagroso. Como veremos a continuacin, esto ha conformado un rasgo central en la identidad del movimiento pentecostal en el contexto regional, con un llamamiento hacia el bautismo del Espritu Santo, la sanidad, el milagro de resurreccin, la liberacin espiritual, el perdn y la aceptacin.

No todas las confesiones cristianas aceptan el hecho de las sanidades divinas. Es por ello que desde los inicios del movimiento pentecostal la presencia de las sanidades fue controversial. Al respecto seala Deiros (1994: 57) que el enfoque pentecostal de la teologa era bsicamente evanglico y fundamentalista. No obstante, los fundamentalistas lo rechazaron. Ms tarde, durante el movimiento carismtico, llama la atencin que las iglesias ms crticas del concepto pentecostal de lenguas y dones, fueron las evanglicas conservadoras y fundamentalistas. La controversia fue casi como una especie de guerra civil. Otro factor fue que los grupos conservadores estaban ms preocupados por cuestiones de dogma, mientras que las grandes iglesias protestantes liberales que aceptaron el movimiento carismtico sin mayores problemas, eran ms libres y tolerantes. La conferencia de Fundamentalistas Americanos en Chicago en 1928, rechaz de plano al movimiento pentecostal y lo calific como un amenaza para la iglesia. Tanto la glosolalia como las sanidades fanticas, descriptas como sanidad general de la expiacin, fueron rechazadas.Analizando el trasfondo teolgico de esta controversia, podemos encontrar que muchas iglesias y teolgos cristianos, afirman que los dones espectaculares del Espritu Santo (glosolalia o don de lenguas, don de sanidad, don de milagros, don de profeca, etc.) cesaron con el fin de la era apostlica y la terminacin del canon de las Escrituras. Sostienen que as como no se espera la repeticin de los acontecimientos de la obra de Cristo (las que tienen carcter salvfico) tampoco se espera que haya una repeticin de los milagros y seales que los acompaaron.

Entonces, las sanidades y la resurreccin de muertos corresponden al tiempo del ministerio de Cristo relatados en el texto bblico en el cual hay evidencia de ellos. Lo que sostienen los pentecostales es la vigencia de estos dones en la actualidad y esta ha sido la ms profunda controversia con otros grupos cristianos.

La interpretacin del texto bblico que hacen los pentecostales destaca lo milagroso como parte integral del Evangelio: La sanidad ocupa un lugar central En el ministerio de Jess. Jess responde a los enviados de Juan el Bautista con la apelacin a su propia experiencia en cuanto a sanidades y milagros (Mateo 11.46; Lucas 7.22, 23). En casi todos los textos de los evangelios sinpticos donde se resume el ministerio de Jess, la sanidad figura como una de las actividades calificadoras. En Lucas 4.1721, Jess hizo suya esta promesa y as anunci que en su propia persona el Reino de Dios irrumpa. Con su dominio sobre las enfermedades y sobre los demonios, Jess inaugura el Reino de Dios y lo encarna (Mateo. 12.28; Lucas. 11.20). A travs de las sanidades, Jess evidenciaba el poder y la compasin de Dios para liberar a los hombres de toda clase de mal. El ministerio sanador de la Iglesia est fundamentado sobre la comisin apostlica dada a los discpulos durante la vida y ministerio de Jess. Es obvio, entonces, que las sanidades son parte integral de la evangelizacin. (Nelson, 2000: 1033)

La posibilidad que los creyentes hoy en da reciban o impartan sanidades, se fundamenta en la presencia del Espritu Santo. Los pentecostales sostienen que el bautismo del Espritu Santo es la puerta a una nueva vida en el espritu, caracterizada por la vigencia y el uso de los dones del Espritu. Es precisamente la doctrina de los dones del Espritu la que sostiene la perspectiva pentecostal sobre la sanidad, dones que son dados por el Espritu Santo a los creyentes.

El texto bblico se refiere a nueve Dones del Espritu Santo, de los cuales tres se relacionan directamente con la sanidad:Porque a ste es dada por el Espritu palabra de sabidura; a otro, palabra de ciencia segn el mismo Espritu; a otro, fe por el mismo Espritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profeca; a otro, discernimiento de espritus; a otro, diversos gneros de lenguas; y a otro, interpretacin de lenguas. (1 Corintios 12.8-10; Santa Biblia, 1995)

En particular resaltamos los siguientes:

1) Don de fe: este don es algo diferente de la fe salvadora. Se trata de la fe de la que hablara Jess cuando deca que era capaz de mover montaas (Mateo 17.20). Es la fe que cree que Dios puede obrar aquello que es imposible para los hombres. Este don de fe es el que habitualmente acompaa al de sanidades y de hacer milagros. (Deiros, 1994: 214). Aquellos que tienen el don de fe son quienes pueden orar a Dios por las sanidades y ver los milagros realizados. La fe es una oleada de confianza sobrenatural dada por el Espritu de Dios a una persona que enfrenta una situacin o necesidad especial, y recibe una certeza que supera la lgica y una total seguridad de que Dios va a actuar a travs de una palabra o una accin. Esta expresin milagrosa puede abarcar destruccin o creacin, bendicin o maldicin, eliminacin o alteracin (Pytches, 2004: 113)

2) Don de sanidad: los dones de milagros y sanidades se destacan por su poder simblico como evidencia la accin de Dios para liberar del mal y de los resultados del pecado en todos los niveles de la vida. Existe un don especfico que hace posible la sanidad dentro y fuera de la comunidad de fe, como testimonio al poder de la resurreccin, y que trata las consecuencias morales y fsicas del pecado individual, comunal y estructural (Nelson, 2000: 295)

3) Don de milagros: se consideran milagros a los cambios en las circunstancias provocados por la intervencin de Dios, respondiendo a la oracin. Hay sanidades plenamente atestiguadas en los archivos de mdicos y hospitales; de hecho, muchos doctores estn prontos a reconocer la realidad de la sanidad cristiana (Deiros, 1994: 217)

El ejercicio de estos dones se caracteriza por ciertos rasgos de mediacin entre Dios y quin recibe la sanidad o el milagro. Quien tiene estos dones ha recibido un poder que permite la accin divina de la sanidad en la persona enferma. Existen algunos rituales que se consideran necesarios para que el milagro ocurra: imponer las manos, dar rdenes de sanidad al rgano o parte del cuerpo que est enfermo, ungir con aceite. Este ltima aparece mencionada explcitamente en el texto bblico. En Santiago 5.1316, se describe una funcin establecida en la comunidad en la cual un enfermo llama a los ancianos para orar, ungindolo con aceite en el nombre del Seor. La oracin de fe salva/sana al enfermo, y el Seor lo levanta; y si hubiere cometido pecados, le son perdonados. En este pasaje no se habla explcitamente de un don de sanidad, sino de un poder sanador dentro de la comunidad de fe, expresado a travs de sus lderes (Nelson, 2000: 1034)

Sanidad divina que incluye las dimensiones de lo natural y lo sobrenatural y que va ms all de la misma sanidad. Los poseedores del don captan aquellos indicios que les guan para saber por quin orar, en qu momento hacerlo o por qu enfermedades orar. Las palabras de conocimiento, sabidura o fe devienen de un conocimiento sobrenatural de las enfermedades de otros, que pueden recibirse a travs de dolores en el cuerpo del que tiene el don de sanidad a travs de imgenes mentales. Quien tiene este conocimiento lo expone y las personas con esas enfermedades reciben oracin por sanidad.

III. La teologa de la enfermedad y la muerte

1. El origen de la enfermedad

La mayora de los pentecostales explican la enfermedad a partir de la accin de poderes demonacos.El gran mundo invisible de los espritus est dividido entre el bien y el mal. Dios y el diablo son monarcas por as decirlo, de sus respectivos reinos. Los querubines, serafines, arcngeles y ngeles obedecen a Dios. Los principados, potestades, gobernadores de las tinieblas de este mundo, malicias espirituales en los aires, malos espritus y demonios estn todos bajo la autoridad de Satans. Estos dos reinos luchan entre s, y la guerra de los siglos contina (Riggs, 1964: 141).

Desde esta lectura la enfermedad es siempre accin del diablo.

Una postura muy aceptada en el pentecostalismo sostiene que no hay un demonio especfico para cada enfermedad:ciertamente, la peor obra del diablo es el pecado y su grave consecuencia la muerte, particularmente la muerte del alma. Pero la enfermedad y el dolor tambin son obra suya, y aunque la mayora de las enfermedades no son causadas por un demonio especfico, no hay duda de que la enfermedad y el dolor son el resultado directo de la tentacin de Satans sobre Adn y Eva (Kinnaman, 1991: 143). Asimismo, desde otras corrientes teolgicas se vincula cada problema de salud con la accin de un espritu malo. Toda situacin negativa pasa a ser explicada por la accin de un demonio. No hay distincin entre pecado y demonio o entre enfermedad fsica y demonio, ni entre aspectos psicolgicos y demonios. Frente a una enfermedad se habla de un espritu de cncer, un espritu de depresin, un espritu de muerte, un espritu de esquizofrenia, etc. Los demonios actan como enviados del diablo para traer enfermedad. Esto es muy claro en ciertos escritos:en aquel mensaje, el evangelista nos demostr con claridad por la Palabra de Dios, que Satans fue el autor de las enfermedades, dolencias y aflicciones, y Dios fue el autor de la vida y la salud. Hasta aquel entonces, nunca haba odo decir yo que Satans fue la causa de mis enfermedades sino que siempre supona -de acuerdo con lo que me haban enseado- que Dios las haba puesto sobre m para algn propsito misterioso. Mas cuando o que las enfermedades provienen del diablo, inmediatamente me determin a resistir las enfermedades y dolencias como resistira al mismo diablo. Aborrec a Satans y su poder, y de seguro, no quera sufrir ms sus obras nefastas en mi cuerpo (Osborn, 2004: 119)

2. El Espritu de muerte

La explicacin de la muerte se vincula tambin con la operacin se aspectos espirituales. La muerte de una persona menor de setenta aos es entendida como la victoria de un espritu de muerte. Esta idea se basa en una porcin del texto bblico que dice:

Los das de nuestra edad son setenta aos; Y si en los ms robustos son ochenta aos, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan, y volamos. (Salmos 90:10)

En las entrevistas aparece claramente la accin del espritu de muerte y la idea de una batalla entre el bien y el mal:

Una mujer que estuvo entre la vida y la muerte cuenta la batalla que se libra en el mundo espiritual. Y lo importante que era cuando iban a orarla ella estaba inconsciente pero se daba cuenta lo que pasaba. No se si vea algo pero senta la lucha alrededor de ella porque el espritu de muerte es lo que hay que echar fuera. No estamos hablando que Dios en su soberana se lleva a la persona llena de das sino que son personas que no tienen que morir todava porque son jvenes.

La presencia de espritus demonacos que afecten tanto a quienes no son creyentes como a quienes son es explicada as en un clsico libro sobre el tema:

Los espritus demonacos pueden invadir y habitar los cuerpos de los hombres. Es su objetivo hacerlo as. Al habitar una persona obtienen una ventaja mayor para controlarla que cuando trabajan desde el exterior. Cuando los demonios habitan a una persona se dice que tiene espritus malignos o que est con espritus del mal o que est poseda por demonios. (Marcos 9:17; Lucas 4:33; Marcos 1:23; 5:2 y Mateo 4:24)

La palabra que se tradujo como posedo es el trmino griego daimonizomai. Muchas autoridades en el idioma griego dicen que no es una traduccin precisa y que se debera haber traducido endemoniado o tener demonios. Tambin muchos equvocos resultan del uso de la palabra posedo pues este trmino sugiere una posesin total. En este sentido un cristiano nunca podra ser posedo por demonios y no podra ser posedo por demonios porque su dueo es Cristo El cristiano debe considerar siempre a los demonios como invasores innecesarios e indeseables. (Hammonds:1992 ,15)

La particularidad del Espritu de muerte est dada por su funcin. Puede empujar a la persona a suicidarse, provocar accidentes o enfermedades que terminen con la vida de la persona. Tambin se evidencia este espritu en los abortos espontneos. Comprendida la muerte dentro de este contexto de lucha entre el bien y el mal, los milagros de resurreccin de muertos adquieren la misma identidad que los otros milagros de sanidad, que evitan la muerte de las personas.

3. La resurreccin de los muertos

En los relatos de los entrevistados se encuentran algunos datos interesantes sobre el fenmeno de la resurreccin. Por un lado quienes resucitan cuentan que han visto cosas del mundo espiritual o sea todo lo que nosotros oramos ellos lo ven, por ejemplo los ngeles en el tiempo que transcurre entre su muerte y su resurreccin.

A veces la resurreccin es una nueva oportunidad:

En un caso particular Dios le dijo que tenia que perdonar, y vio que Dios lo libro del infierno. Fue hace poco. El que resucit es el pap de conocidos de la iglesia. Termino murindose, pero primero tuvo la oportunidad de pedirle perdn a cada uno de su familia inclusive con la iglesia estaba mal y perdon pblicamente.

Para el milagro de resurreccin no es necesario tener dones de sanidad. Estos dones se relacionan con los milagros que evitan la muerte pero no con la vuelta a la vida de alguien que ya muri:

En los casos que conozco el milagro pasa porque alguien or, impuso sus manos con fe. No necesariamente tiene don de sanidad. A mi me ha impactado que gente aparentemente comn ha orado y sucedi el milagro.

En las enseanzas sobre cmo orar para que se produzca el milagro de resurreccin, la base de la enseanza radica en que al morir una persona, su espritu humano se separa de su cuerpo. Entonces quin ora debe ordenar al espritu de la persona que est todava cerca del cuerpo que vuelva al cuerpo: hay que darle la orden a que viva.

Este tipo de oraciones se orienta hacia quienes ya son cristianos:

Pero en el caso de una persona con su espritu no regenerado se complica porque hay que darle la orden a un espritu no regenerado, que es el espritu de la persona que todava no acepto a Cristo.

Tambin se ora contra el espritu de muerte en el caso de bebs que estn en gestacin, para evitar los abortos espontneos:

Yo tengo testimonios de orar por bebes en la panza sin probabilidades de vida y que despus sean embarazos buenos. Y lo mas importante es que nacen sanos. Yo oro mucho sobre el vientre. Es como que tengo mas fe para eso que para orar por un cncer. De todos modos el milagro lo hace Dios. Yo ya or por ms de 10.

Se identifica al milagro con una experiencia que cambia la vida de quienes la viven:

Yo creo que se da la resurreccin porque hay un plan de Dios detrs de la vida de la persona que resucita y de la que ora por el milagro. Esas personas nunca mas son las mismas. Eso te lo aseguro.El milagro de resurreccin se vincula con un sentido divino, trascendente para aquel que resucita y para quien ora por el milagro. La pregunta que se hacen quienes conocen de estos milagros es recurrente: qu propsito tendr Dios con todo esto?IV. Cuando triunfa el mal

Si bien para algunos escritores y pastores las personas enfermas siempre deberan ser sanadas, es comn que aun cuando se ore por el enfermo o por el muerto no se produzca el milagro esperado.

Esto es explicado por varias razones. Una de ellas es la soberana de Dios. Por alguna razn que las personas no comprenden Dios decide no hacer el milagro.

Otra explicacin es que la persona tiene algn problema que inhibe la accin sanadora. En algunos casos se hace depender la sanidad de la fe de la persona enferma. Si la persona no tiene la fe suficiente no podr recibir la sanidad que espera. No se trata de la fe de quien tiene el don de sanidad sino del mismo enfermo. Refiere Kinnaman (1991:152) ...tal vez la respuesta ms comn a esta pregunta por qu todava sigo enfermo?, es la incredulidad o dicho de otro modo, la falta de fe.

En algunos casos se espera que la persona muestre su fe proclamando la sanidad y renunciando al tratamiento mdico. Kinnaman (1991: 153) lo describe as:aqu nos encontramos cara a cara con una crisis de lgica teolgica que ha trado muchos traumas espirituales y emocionales a un sinfn de creyentes. Esta problemtica les ha llevado a poner en tela de juicio su propia fe y aun el carcter de Dios. Otras personas han rechazado el tratamiento mdico para ellos y sus familiares. Todos hemos odo terribles historias de nios que han muerto porque sus padres, actuando en la fe, les han negado las medicinas o la atencin mdica.Por estas razones no hay un requisito fuerte de dejar los tratamientos mdicos, aunque para algunas personas eso es un requisito para recibir el milagro porque da cuenta de una fe mayor.

Esto es distinto en el caso de la resurreccin porque all es requerida la fe de quin ora por el milagro. Uno de los requisitos que se identifican para la resurreccin es la fe de quien ora y pide por la resurreccin: Es como que la fe que se necesita es la del que ora porque el otro esta muerto.

Una de las entrevistadas explica su postura: Yo oro por todo no dejo que mi falta de fe limite el milagro si es un caso que para mi mente es imposible. El pastor es un hombre de mucha fe y eso transfiere... La fe me sostiene a full. He crecido en fe porque yo soy muy racional: dos ms dos son cuatro, y con los milagros de Dios no es as. Dos ms dos puede ser cero o diez mil.Un pastor en Argentina que tiene un reconocido ministerio de sanidad, explicaba el tema de la siguiente forma:tenemos dos cultos de milagros y vemos un montn del poder de Dios. Cuando ests orando por las personas, hay tres cosas que, si estn presentes, normalmente van a evitar la sanidad. Entonces si oras por una persona y no es sanada tienes que mirar si una de esas tres cosas est presente y tratar con eso. Generalmente, cualquiera de esas tres cosas va a prohibir la sanidad cuando oras. Dios es tan asombroso y tan divino y tan Dios que el puede atravesar y cortar cualquier cosa, an estas tres cosas.

Dios puede simplemente atravesar eso y hacer lo que l quiere solo porque resulta ser que es Dios. Sin embargo, muchas veces esas tres cosas inhiben el flujo del poder de Dios e inhiben la gracia de Dios. Cuando ests orando por alguien para que sea sanado y no es sanado tienes que volver atrs y preguntarte: Qu est sucediendo aqu? Ese es el momento cuando es una buena idea mirar si una de esas tres cosas est presente, porque esas son las razones principales por las que la sanidad no ocurre en la vida de una persona. Esas tres cosas son: las maldiciones, los pactos con el diablo y el juicio de Dios sobre una persona. Estas tres cosas vinculan directamente la enfermedad con el pecado. Las maldiciones provienen de pecados de los antepasados, los pactos con el diablo practicados en algn culto ocultista, son pecados de la persona o de sus padres. El juicio de Dios refiere al castigo por pecados presentes o pasados de los que la persona no se ha arrepentido. La doctrina del arrepentimiento es central para comprender esta cuestin. La Declaracin de Doctrinas de la UAD lo explica as:

El arrepentimiento es obra de la Gracia de Dios que permite al hombre reconocer su pecado. No es otra cosa que el Espritu Santo convenciendo de pecado, justicia y juicio (Jn.16.8-11). Este cambio de manera de pensar, sentir y actuar es la expresin del nuevo nacimiento. El hombre salvo experimenta el rechazo al pecado como reaccin propia de su nueva naturaleza en Cristo y por la fe vive conforme a la Justicia de Dios revelada: como est escrito: Mas el justo por la fe vivir (Ro.1.17).

El hombre ya no ve a Dios como lejano y ajeno a su vida, sino como El Salvador y dueo de su ser. Jesucristo ha pasado a ser Su Seor. Le pesa haberle ofendido y por haber sido reconciliado por la sangre de Cristo, es su deseo agradarle y mantener firme su profesin de fe a travs de una vida rendida a l, con una vida santa y una conducta de acuerdo a su nueva naturaleza.

Por ser justo, habiendo experimentado el haber sido justificado, siendo esta una obra completa y perfecta, realizada una vez y para siempre en Cristo muriendo en la Cruz del Calvario, ahora vive en el poder de Su resurreccin, una nueva vida y entra a vivir el proceso de santificacin. En este proceso aprende a vivir segn lo que ahora es. Como nueva creacin, segn el hombre interior (Ef.16) es fortalecido con poder por el Espritu Santo; sin embargo, hay momentos donde es contristado cuando comete algn pecado como expresin del viejo hombre (Ef.4.22), y al confesarlo a Dios, recibe el perdn sin haber dejado de ser salvo (1 Jn.1.9). (http://uad.org.ar)

La enfermedad puede ser el resultado del pecado personal pero el mismo pecado puede tener otras consecuencias y puede resultar en la enfermedad de otros, siempre que no medie el arrepentimiento de la persona pecadora. En este sentido tambin se asigna una gran responsabilidad a quien no recibe el milagro por pecar pero tambin por no haberse arrepentido genuinamente. La enfermedad es un signo visible del estado de pecado en el cual el hombre se encuentra.

En estos planteos teolgicos se vincula estrechamente a la sanidad con el perdn de pecados que es consecuencia del arrepentimiento. Se considera que a veces la persona recibe la sanidad dado el perdn, mientras que en otras ocasiones a partir que la persona recibe una sanidad milagrosa decide arrepentirse entonces de sus pecados.

ConclusionesLa teologa sobre la enfermedad supone que el hombre est determinado principalmente por fuerzas externas, es decir, por poderes y principados. Si stas son negativas, entonces la influencia es de Satans y sus demonios. Si por el contrario, son de carcter positivo, entonces se hablar del Espritu Santo que permite tener y usar los dones de los que hablramos anteriormente.

La sanidad es finalmente la victoria del bien sobre el mal. Pero no todas las personas a las que se les ora por sanidad son sanadas, y hay diferentes posturas teolgicas que buscan explicar porqu algunos no reciben el milagro de sanidad.

Siempre es necesaria la intervencin de otros para recibir el milagro: alguien con el don de sanidades o alguien con la fe suficiente para que el milagro ocurra. Esto ubica el rol de las iglesias como mediadoras para la posibilidad de ser beneficiario de un milagro.

Distintas investigaciones plantean que la sanidad y los milagros son las caractersticas ms distintivas del pentecostalismo popular en Amrica Latina, incluso ms que el don de lenguas. As Pytches (2004: 126) sostiene que es necesario comprender el papel que desempea la oracin por los enfermos para poder descubrir la dinmica del pentecostalismo en Amrica Latina. En el pentecostalismo, la sanidad cumple una clara funcin de atraccin de la gente. En una entrevista realizada a un pastor argentino, este expres que si no hay milagros la iglesia no crece. Si quers pasar la barrera de los trescientos miembros tiene que haber milagros, sanidades. Eso atrae a la gente a mirar el poder de Cristo, que tambin puede salvar. Asimismo, la teologa que explica que cualquier creyente puede recibir el bautismo del Espritu y los dones del Espritu Santo representa una horizontalidad que es en s misma sugestiva: Los pentecostales han desarrollado un muy efectivo sistema de comunicacin; en lugar del lenguaje tcnico-teolgico de la Iglesia Catlica que slo el clero entiende, tienen un sistema de comunicacin altamente significativo. Todos pueden recibir el don de lenguas, que es una experiencia ms exttica que recitar las frases abstractas del lenguaje especializado. Buena parte de la danza litrgica pentecostal y de la participacin del grupo en oracin es una forma de drama folklrico. Los pentecostales pueden no tener la hostia milagrosa para ofrecer al pueblo, pero s pueden ofrecerle la promesa de sanidad milagrosa, no slo como un don de Dios sino como prueba de una medida de fe y del hecho de que Dios ha respondido al intento del pueblo de comunicarse con l. Hay un nfasis en la participacin del grupo en oracin, con abundantes oportunidades para que hombres y mujeres respondan no slo verbalmente sino tambin con seales de la presencia del Espritu (Deiros, 1994: 77).

Las personas resultan atradas ante la posibilidad de recibir sanidad milagrosa de sus enfermedades y hasta el alivio de la misma muerte. A la vez tienen la promesa de experimentar aspectos de lo sobrenatural sin necesidad de mediacin de las autoridades eclesisticas. En ciertos sentidos el acceso a lo sagrado es directo con la nica condicin de la fe.

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Elsa Viviana Barrn, Becaria doctoral CONICET en el CAEA (Centro Argentino de Etnologa Americana) Maestranda en Investigacin en Ciencias Sociales (FSOC, UBA), Licenciada en Trabajo Social (UNLaM). Correo electrnico [email protected] Realizadas por la autora en la Ciudad de Mar del Plata en los Congresos Anuales de MACEA (la organizacin nacional de mujeres de la UAD) de setiembre de 2004, 2005 y 2006.

La glosolalia es una forma de vocalizacin que muestra varios rasgos distintivos. En primer lugar, no es estrictamente una lengua. Quien posee el don de lenguas no entiende lo que dice. Lo que l o ella emiten no son palabras con un significado especfico. Para el sujeto estos sonidos parecen una lengua extraa, ya que carecen de significado; pero, el hecho de que el emisor no comprenda lo que dice no significa que los oyentes no lo entiendan. Existe una diferencia entre quienes vocalizan lo que ellos consideran el lenguaje de la gente ordinaria y aquellos que vocalizan en lengua celestial. Para entender las lenguas celestiales la persona tiene que estar imbuida del don divino de la interpretacin. Quienes hablan en lenguas son distinguidos con la habilidad de hablar tanto celestial como humanamente. Cfr. C. Garma Navarro (2000) La socializacin del don de lenguas y la sanacin en el pentecostalismo mexicano, en Alteridades. Mxico: UNAM; p. 86

Aproximadamente un tercio de las sanidades que se registran en los Evangelios involucran exorcismo; los otros dos tercios son sanidades de enfermedades consideradas naturales.

Entrevistas realizadas por la autora del presente trabajo en la ciudad de Mar del Plata en febrero de 2007 a pastores y lderes de la UAD.

Entrevista realizada en Buenos Aires en el mes de Febrero de 2006.

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