SANTURBÁN Y LA FRONTERA SOCIAL Ángela María Sampayo ...

1 La metamorfosis del Sr. Santurbán

SANTURBÁN Y LA FRONTERA SOCIAL

Ángela María Sampayo Montañez

Trabajo de grado para optar por el título de Comunicador Social

Campo profesional: Periodismo

Director: Mario Enrique Morales Rincón

Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Comunicación Social y Lenguaje

Comunicación Social

Bogotá

2013


FORMATO RESUMEN TRABAJO DE GRADO

Este formato tiene por objeto recoger la información pertinente sobre los Trabajos de

Grado que se presentan para sustentación, con el fin de contar con un material de

consulta para profesores y estudiantes. Es indispensable que el resumen contemple el

mayor número de datos posibles en forma clara y concisa.

Ficha técnica del trabajo

Autores

Ángela María Sampayo Montañez

Campo profesional:

Periodismo

Asesor del Trabajo

Mario Enrique Morales Rincón

Título del Trabajo de Grado:


Tema central:

Tratar la temática de la delimitación de línea de páramo en Santurbán (Santander), para

identificar cuáles son las causas de la crisis social que desata la falta de claridad en las

políticas estatales que regulan y controlan la actividad minera en este tipo de zona.


Subtemas afines:

Debates políticos que no resuelven las crisis sociales.

Fecha de presentación: Mes: Año: Páginas:

1. Reseña del Trabajo de Grado

1. 1. Objetivo o propósito central del trabajo:

Interpretar por medio de un Reportaje Interpretativo la problemática social que se desata

con la construcción de políticas ambientales y mineras para la explotación de minerales

metálicos en el caso del Páramo de Santurbán .

2. Contenido (Transcriba el título de cada uno de los capítulos del Trabajo)

INTRODUCCIÓN

DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA

METODOLOGÍA

DE LA MULA A LA LOCOMOTORA

REPORTAJE DE INTERPRETACIÓN O EXPLICACIÓN

REPORTAJE INTERPRETATIVO

CONCLUSIONES

ANEXOS

BIBLIOGRAFÍA


3. Autores principales

Los autores principales dentro de este trabajo de grado son las voces de expertos y

habitantes de la zona que hablaron sobre la problemática social en el Páramo de

Santurbán. Autoridades gubernamentales, ambientales, mineras y de diferentes

entidades como: Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Ministro de

Minas y Energía, Director de la Corporación Autónoma Regional para la

Defensa de la Meseta de Bucaramanga, la Agencia Nacional de Licencias

Ambientales, el Instituto Alexandre von Humbolt, entro muchos otros que hacen

parte de la contienda y que representan una parte del problema y la posible

solución. Además los testimonios y voces de los Alcaldes de los municipios de

Vetas y California, junto a la de personas de toda la Provincia de Soto Norte,

enriquecen el reportaje de interpretación.

4. Conceptos clave

Legislación minera en zona de páramo.

Crisis Social.

Desplazamiento estatal.

Pensamiento colectivo.

Debate político ambiental.

Deformidad en la estructura de los organismos de control del ambiente y la


minería.

Incertidumbre.

Oro y agua

5. Proceso metodológico.

Periodismo de Interpretación.

Entrevistas a autoridades políticas, mineras y ambientales

Entrevista a Alcaldes de los municipios de Soto Norte.

Entrevista a los habitantes del páramo.

Fotografía de campo.

Trabajo de campo, visitas a la zona.

6. Reseña del Trabajo

La presente tesis desarrolla la problemática que padece la población de la Provincia de

Soto en el departamento de Santander en torno a la minería aurífera en zona de páramo:

el Páramo de Santurbán. Este territorio donde está asentada la comunidad es de

importancia hídrica y ambiental para el país, lo que hace que cualquier actividad

económica o social que se realice deba ser estudia en detalle.

La comunidad cuenta con una historia ancestral de tradición minera, la cual en la

actualidad no posee un claro panorama de lo que podría pasar con la actividad o con las

personas que la ejercen. Las autoridades competentes se han dedicado a estudiar los

aspectos ambientales y económicos para dar respuesta a declaratorias y delimitaciones


que se necesitan para habilitar la actividad minera.

Sin embargo surge un problema mayor cuando la población afectada se siente excluida

en la toma de decisiones. El sentimiento colectivo ha llevado a manifestaciones en

contra de las autoridades y a un ambiente de incertidumbre que circunda, al no saber si

por ser zona de páramo tendrán que desalojar sus tierras, buscar nuevos oficios, o en el

peor de los casos engrosar las filas de desempleados y desplazados en el país.


“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los

alumnos en sus trabajos de grado, sólo velará porque no se publique nada

contrario al dogma y la moral católicos y porque el trabajo no contenga

ataques y polémicas puramente personales, antes bien, se vean en

ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia”.

Reglamento de la Pontificia Universidad Javeriana

Artículo 23. Resolución No. 13 de 1964.


Agradecimientos

Agradezco a Dios por permitirme una vez más cumplir metas y seguir soñando. Y por

darme la familia tan especial e incondicional que tengo, gracias a ellos y todas las

enseñanzas inculcadas puedo sentirme cada vez más llena con mi misión en el mundo.

Especialmente le agradezco a mi madre por creer más en mi que yo misma.

A mi padre por la fuerza en sus palabras y los dulces abrazos de aliento.

A mi pequeña hermana que me inspira a ser libre y buscar siempre lo que quiero.

A mi hermano mayor por trabajar conmigo y ser cómplices en el proceso.

Le agradezco profundamente a Mario Morales al aceptar ser mi asesor y vivir la odisea.

Gracias por la paciencia tan infinita que me tuvo y sus conocimientos siempre útiles

para mi reportaje.

Gracias a mi mejor amigo, Andrés Gutiérrez Jerez, por animarme y ser siempre la

compañía perfecta para las noches de trasnocho de esta tesis.

Finalmente, pero no por eso menos importante, les agradezco a todas las personas que

me ayudaron en el proceso. A Vetas y California por dejarme entrar en sus casas y

contar su historia.

Sin ustedes nada de esto sería posible. Siempre gracias.


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN………………………………………………11

DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA…………………………...16

Problema…………………………………………………..16

Objetivo……………………………………………………18

Objetivos específicos……………………………………….18

Hipótesis…………………………………………………….19

METODOLOGÍA………………………………………………...21

DE LA MULA A LA LOCOMOTORA…………………………24

La plata todavía no se ve…………………………………..32

El puente está quebrado con qué… ………………………32

REPORTAJE DE INTERPRETACIÓN O EXPLICACIÓN….34

REPORTAJE INTERPRETATIVO…………………………….44

Santurbán y la frontera social……………………………..44

CONCLUSIONES………………………………………………..78

ANEXOS…………………………………………………………..85

BIBLIOGRAFÍA………………………………………………...113


INTRODUCCIÓN

Cuando el hombre es desplazado de su territorio, cuando no tiene donde asentarse,

se puede decir que ese individuo pierde la capacidad de reconocerse. Bajo esta premisa

la situación del país en diferentes aspectos como el político, económico, y

especialmente de violencia han producido un desplazamiento forzado de poblaciones.

La cifra de 99.150 desplazados en el territorio nacional (Álvarez, 2013) podría aumentar

si el tratamiento a las crisis sociales no es pronta y efectiva.

La presente tesis desarrolla la problemática que padece la población de la

Provincia de Soto en el departamento de Santander en torno a la minería aurífera en

zona en el Páramo de Santurbán: crisis humanitaria, hídrica, ambiental, social, minera, y

política. El territorio donde está asentada la comunidad es de vital importancia hídrica y

ambiental para el país, lo que hace que cualquier actividad económica o social que se

desarrolle deba ser estudiada en detalle.

La comunidad cuenta con una historia de tradición minera, de la cual en la

actualidad no hay un claro panorama de lo que podría pasar con la actividad, ni de las

personas con las personas que la ejercen. Las autoridades competentes se han dedicado

a estudiar los aspectos ambientales y económicos para dar respuesta a declaratorias y

delimitaciones que se necesitan para habilitar la actividad minera.

Sin embargo, surge un problema mayor cuando la población afectada se siente

excluida en la toma de decisiones. El sentimiento colectivo ha llevado a manifestaciones

en contra de las autoridades y a un ambiente de incertidumbre que circunda, al no saber


si por ser zona de páramo tendrán que desalojar sus tierras, buscar nuevos oficios, o en

el peor de los casos, ser desempleados y desplazados en la larga lista del país.

Colombia tiene abundancia de recursos naturales, que debieran ser la base de su

estructura productiva y de su especialización para el comercio internacional. La

explotación de oro en esta región está considerada dentro de las mismas expectativas:

como una posibilidad de desarrollo para la población, que les garantice una economía

sostenible y se refleje en el progreso de todos. Pero esto no ha pasado hasta ahora.

La provincia de Soto, cuenta con un total de 1.175.627 habitantes, a los que el

Gobierno Nacional debe plantear una pronta solución a su situación. Las políticas de

desarrollo del país deben girar en torno a la gente, teniendo en cuenta todos los aspectos

posibles, pero centrados en el social.

Junto al aspecto social se encuentra el ambiental. Una zona de páramo significa

preservación y cuidado, por lo que una de las intenciones del Ministerio de Ambiente es

proteger en el mayor número de hectáreas el potencial ecológico de la provincia.

El dilema se desprende cuando no se halla un equilibrio entre esta preservación y

la posibilidad de desarrollo de una región. Tal motivo hace que estas comunidades

afectadas defiendan la zona de páramo, como lo han hecho por generaciones, pero que a

su vez exijan que a ellas también se les proteja y no se les atropelle con las políticas

actuales.


Este trabajo de grado, dada la situación, pretende divisar desde la perspectiva de

un producto periodístico los elementos que convergen en las tomas de decisiones, y

argumentar si el afán por el cuidado del ambiente puede llegar a permear la existencia

de una actividad ancestral en la región, que proporciona el sustento de miles de familias,

y parte de la inversión internacional.

El foco de estudio es la problemática social que se desata. Para la total

comprensión de lo que actualmente pasa es necesario que se establezcan las posiciones

de los diferentes actores mediante un trabajo que los reúna todos, pero que deje entender

cuáles son las causas y cuáles serían las posibles consecuencias de lo que se está

haciendo.

La actividad minera puede contribuir al desarrollo en un adecuado marco

institucional con reglas claras y estables y fortaleza del Estado, siempre y cuando se

tome en cuenta las necesidades de la gente para potencializar la actividad dentro de la

legalidad y justicia.

La contienda que se desarrolla con replicas en distintos departamentos como:

Antioquía, Chocó, y Córdoba se mantienen en sus estados originales, sin solución. La

minería que llama a generar bandos en contra y a favor de su actividad es por fin de

interés político, al igual que su impacto ambiental; pero pareciera que no con igual

importancia en el ámbito social.

Las confusas estrategias que utilizan las multinacionales para insertarse en el país,

en esta economía rudimentaria, que aún no define los elementos fundamentales de su


constitución como estado de derecho, están detenidas, y representan ese mismo estanco

en el desarrollo de la población de la provincia.

Por ahora la inclusión de la preservación del medio ambiente ha sido desvirtuada

con la institución de una minería ilegal. Pese a normas y estándares del siglo pasado, el

Código minero parece una caricatura que se sienta oronda a disfrutar del tormentoso

panorama, que no presenta control, que no cuenta con la credibilidad.

Este conflicto compromete poblaciones enteras, y diferentes actores que en contra

o favor de lo que sucede, procuran interesarse por sacar a flote su interés propio. La

disputa no puede permanecer estancada en los errores que se han estado cometiendo con

el tratamiento de los recursos no renovables y las permisividades mineras, y la gente

que de la minería y sus procesos descontrolados ha quedado afectada.

Por todo lo anterior la creación de un reportaje interpretativo que asuma las

posiciones de la contienda y que desarrolle la problemática para su comprensión es la

finalidad de este trabajo. De esta manera, las relaciones de las características y

elementos de esta clase de reportaje ayudarán a que el lector consolide un pensamiento

reflexivo sobre la crisis y entienda cómo la toma de esta clase de decisiones permea en

interés nacional.

El problema ha de tener alguna solución. Sus implicados tendrán que lograr un

consenso. La solución irá de la mano con la colaboración de las partes. Aquí no se

pretende dar esa anhelada respuesta, pero por lo menos permitirá que los recursos


periodísticos muestren la problemática social y ambiental que se desarrolla alrededor de

esas 150.000 hectáreas y que atañe a más de 46 millones de colombianos.

Para el desarrollo de este reportaje de interpretación fueron necesarias alrededor

de 400 horas de trabajo de campo, en las que se realizaron más de 30 entrevistas a

pobladores de la Provincia de Soto Norte. Igualmente se realizaron entrevistas a entes

de control nacional referentes en el tema minero y ambiental.

El recorrido de la zona de páramo en Santurbán permitió tomar fotos del paisaje y

de la gente en general. En los anexos se podrá encontrar toda clase de material

audiovisual que ayudo a la recolección de información, y creación de este reportaje.


DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA

Problema

El distrito minero de Vetas y California, ubicado en el departamento de Santander,

es una de las más de 100 zonas determinadas en el país para la explotación de

minerales. Este distrito junto al resto de la provincia de Soto en el departamento de

Santander sufre una crisis social en torno a políticas mineras y ambientales. Ya que en

la zona se ubica el páramo de Santurbán, un valioso ecosistema hídrico en el que yace

oro, la preocupación por su conservación y protección ha detenido las actividades

económicas relacionadas a la minería aurífera que por años se han desarrollado en la

región; y que dejan como resultado una problemática político-ambiental, con graves

repercusiones sociales.

Pese a que la minería de oro tal cual como se conoce tiene dañinos efectos sobre

ecosistemas de páramo como este; es necesaria la búsqueda de un equilibrio entre todos

los intereses. Se debe promulgar por la protección del ambiente, a la vez que el

desarrollo de la región y la inversión en el país crecen.

Los antecedentes de la minería en este caso, registran la presencia de más de

siete multinacionales en los últimos 20 años, las cuales con proyectos ambiciosos han

querido desarrollar una explotación del metal a cielo abierto. Tales proyectos son de

grave impacto ambiental y es gracias a ello que el Gobierno Nacional ha prestado

especial atención a la delimitación de estas zonas de páramo, a la vez que se trata de

hacer una normatividad para la actividad. Aunque con fallas como en la mayoría de los


procesos de este país, no se han incluido todos los aspectos, de los cuales el social sufre

consecuencias.

Aunque la legislación colombiana define a estas zonas como objeto de protección

especial en la parte declarativa de la Ley 99 de 19931, la idea de empleos para los

habitantes que se basan en la actividad minera, y un debate nacional sobre la

delimitación de la zona de páramo, luego de haber declarado el Parque Natural Regional

Santurbán, se plantea dentro de caldeado debate.

Como una inquietud periodística, surge el afán que pretende captar e interpretar la

problemática social que se desata. Si bien el concepto de proyectos mineros como el de

Angosturas, podrían enriquecer económicamente al país (sólo hablando en números),

deben desarrollarse con el menor impacto ambiental posible y teniendo en cuenta a las

comunidades que por generaciones han vivido de la actividad.

Los diferentes actores se encuentran apelando a motivaciones individuales; los

habitantes defienden su ascendencia minera en los distritos de Vetas y California,

dejándolos en una encrucijada entre apoyar los proyectos mineros o aferrarse a sus

tierras para que no sean desplazadas por la protección del páramo; los ambientalistas,

sindicatos, gremios y autoridades intentan que se aprueben proyectos de ley que

resguarden al páramo pero que tienen muchos vacíos en los estudios que definen el

caso; y los políticos se debaten entre ser el protector de los recursos naturales al tiempo

1 Dentro de la Ley 99 de 1993, en el Articulo 1, se encuentra el siguiente párrafo: “14. Las instituciones ambientales del Estado se estructurarán teniendo como base criterios de manejo integral del medio ambiente y su interrelación con los procesos de planificación económica, social y física.


que se detiene el desarrollo de una región, o ser el inconsciente y mezquino que

antepone la minería „sostenible‟ sobre un recurso no renovable como es el agua.

Entre de los numerosos actores que se ven retratados, los medios pretenden ser

imparciales al hacer público el debate. Algunos periodistas, que arraigados a sus ideas

en defensa del páramo y en cuanto al tema ambiental se trata, han participado de manera

activa, y han ayudado a convocar partidarios de la defensa del Páramo de Santurbán,

pese a que ese trabajo les haya costado amenazas y agresiones.

Pero al mismo tiempo la desinformación y el solo interés en la conservación de

páramo y el agua, han apartado el tema social que debe tener igual importancia.

Entonces, tras esbozar el problema, es importante que se interprete con este

producto periodístico lo que está pasando, y cómo se intenta evitar que la población,

que habita alrededor de la zona de páramo, quede sumergida en una mina sin salida a

sus problemas. Se procurará por que la iniciativa en torno al cuidado ambiental que

brota en Colombia tome fuerza, pero se equilibre con las condiciones de pobladores que

intentan conservar sus tierras y tener un sustento.

Objetivo

Interpretar con un Reportaje de Interpretación la problemática social que se

desata con de la construcción de políticas ambientales y mineras para la explotación de

minerales metálicos en el caso del Páramo de Santurbán.


Objetivos específicos

- Identificar posturas a través de la recolección de información y testimonios de

todas las partes involucradas: Los ambientalistas, los sindicatos, las autoridades, la

multinacional, los habitantes y medios de comunicación.

- Buscar el momento que detona la crisis social, y cómo se concibe a manera local

y nacional el problema, ayudando a definir imaginarios y ver una agenda nacional tras

el auge de los proyectos mineros en el país en zonas de páramo.

- Plantear las actuales y posibles consecuencias de la problemática en términos

sociales, políticos, y ambientales, al analizar las condiciones espacio temporales en las

que se enmarca el Páramo de Santurbán.

Hipótesis

La problemática que sufren los pobladores aledaños al Páramo de Santurbán,

por una minería tradicional y de hecho en Colombia sin una normatividad y legalidad

constituida, desestabiliza el cuerpo social. No hay claridad frente al futuro de esta

población. El reciente interés en la delimitación de la zona de páramo no responde a

las necesidades de la región y significa un débil planteamiento de las políticas de

desarrollo que se pretenden implementar en el resto del país.

En un principio por verse involucrada el agua se produjo un problema de interés

social. El riego de contaminación de este preciado líquido por la posible explotación de

oro generó una crisis que involucra a la industria minera y al país en general. De esta

manera una zona de páramo representa la cuna de producción de agua, por lo que la


protección de ésta, la legislación minera y ambiental, la situación social, y todas las

demás partes entran en conflicto de intereses.

El retrato de las acciones de los actores involucrados, y de las repercusiones que

tiene el hecho a nivel nacional, requieren importancia en la comunicación, ya que es

evidente la falta de información y conocimiento en materia ambiental y social que

circunda a la minería, partiendo desde la legislación misma hasta llegar a la educación

que se le imparte a los colombianos.

Cómo ha llegado a estas instancias el problema y qué consecuencias sociales tiene

la minería aurífera en Colombia abren el debate acerca de la protección ambiental; pero

se le da especial importancia a la actuación del Estado como propiciador de este tipo de

situaciones que no resuelven el contexto social.

No es aceptable el sacrificio de agua por la obtención de oro, pero tampoco es

aceptable que se sacrifiquen comunidades por no establecer lineamientos claros para la

subsistencia de la actividad minera a la par de la protección ambiental.

El reportaje de interpretación, como producto, hace uso de la interpretación que

permitirá la asimilación de los aspectos sociales en los que los colombianos tratan de

llegar a un punto de equilibrio, donde el Estado vele por la protección de la diversidad e

integridad del ambiente, conservando las áreas de especial importancia ecológico; al

tiempo que la planificación y buen aprovechamiento del manejo de los recursos es

congruente con las necesidades de la población.


METODOLOGÍA

El método que desarrolla este trabajo de producto periodístico es el del reportaje

de interpretación. La investigación respectiva del tema se debe hacer paralela al

entendimiento de todas las posiciones que se derivan de la crisis. En este particular

caso, el periodismo de interpretación es en esencia el parámetro que guía el tratamiento

de la información a lo largo del escrito.

Y utiliza las técnicas propias del género: investigación, comparación, explicación,

contrastación de fuentes, establece relaciones, y otras herramientas que permiten el

entendimiento del tema.

En la parte contextual del trabajo periodístico se hace un seguimiento cronológico

de la historia de la problemática minero ambiental para llegar a la actualidad. Es

fundamental delimitar que se tomará al actual periodo de Gobierno como marco en el

que estará comprendida la producción del reportaje de interpretación.

Para la investigación es fundamental la utilización de métodos empíricos, ya que

los posibles resultados serán de la misma índole. Con la observación, investigación,

documentación, material hemerográfico, y la entrevista, se hizo posible la recolección

de datos pertinentes.

Por otro lado la consulta a expertos hace parte de la metodología incorporada.

Distintos personajes dentro del área de páramo son claves para determinar las posturas


adoptadas en el contexto de la contienda; algunos son seducidos por el brillo del oro, y

otros pelean por el verdadero tesoro a conservar, el agua y su ecosistema.

El trabajo de campo en el Páramo de Santurbán como herramienta metodológica,

la absorción de todas las condiciones que convergen en el sitio permite una descripción

que guarda la mayor fidelidad posible; del mismo modo el contacto con los pobladores

no pretende mediar sus intervenciones sino plasmar el sentimiento colectivo en torno al

problema.

La forma utilizada es la del periodismo de interpretación. Éste facilita que toda

información que se recolecte o consiga, pueda digerirse y explicarse al lector de la

manera más sencilla pero completa.

Los pasos a seguir en la metodología propuesta empiezan con la elección del

problema. Si bien el problema social brota del riesgo a contaminar el agua, y la

conservación del Páramo de Santurbán, el cual representa el eje central. Es primordial

que el papel del Estado quede claro en todo el trabajo, ya que este es el que da las

garantías en los diferentes escenarios: ambiental, político, minero, y social.

El repaso de los estudios alrededor del tema y todo lo que se produce y reproduce

ha de ser considerado para cotejar posturas y la mayor información posible. De esta

manera se puede tener mayor certeza de que el trabajo metodológico producirá un

reportaje que represente lo que en realidad sucede y planteé lo que sucederá.


El desarrollo de la hipótesis debe reflejarse en la producción del reportaje. El

papel del Estado, que propicia la disputa entre la minería y el cuidado del ambiente,

tiene que proporcionar la solución. Este es el esqueleto de la narración, el hilo

conductor.

El reportaje depende de una buena recolección de datos. Por lo que es primordial

el contacto con el Páramo, la minería, y la sociedad. Con la interpretación de toda esa

información la descripción de cada aspecto estará enriquecida por una voz experta o

directa del lugar.

Toda esta información ha de arrojar resultados. Y al que se apunta a llegar es al de

una conciencia ciudadana mucho más reflexiva sobre lo que ha estado pasando en torno

a la minería aurífera en Colombia, y a cómo nuestras acciones son primordiales para

una solución pronta y duradera; que mezcle la defensa ambiental de los páramos y el

bienestar de la comunidad.


DE LA MULA A LA LOCOMOTORA

La minería en pequeña escala, tradicional y de hecho ha sido reconocida

internacionalmente como un tipo de producción que tiene profundas raíces históricas y

sociales, y que se ha asentado en la cultura y economía de América Latina (Defensoría

del pueblo, 2010).

Como se puede encontrar en la introducción del libro Minería de hecho en

Colombia, producción de la Defensoría del Pueblo,

―esta actividad económica es considerada como una forma de

erradicación de la pobreza de un gran número de personas en las zonas

rurales; los gobiernos que toman medidas para crear un entorno más

propicio para los mineros, aumentan también el acceso de la población

a una red de seguridad de los ingresos y generan capacidad para

liberarse de la pobreza en zonas con altos índices de necesidades

básicas insatisfechas‖.

La historia en torno a minería tiene varios puntos de partida. Varían según el

material de extracción y la región de la que se esté hablando. Para el departamento de

Santander (Colombia), en el que se ubica el páramo de Santurbán la actividad minera se

remonta a la época precolombina en la que se inició la actividad orfebre (Linares,

2013).

―Los primeros vestigios de pobladores del territorio minero y agrícola

de la provincia de Soto, en Santander, son de etnias indígenas de los

suras y los laches, comunidades fronterizas emparentadas con los

chitareros y los guanes, quienes con el uso de piedras, madera, y una

planta popular conocida como ―chilco‖ extraían de la tierra los

metales preciosos utilizados en la fabricación de joyas. La abrumadora

riqueza de minerales, especialmente de oro, definió la predilección de

algunos de estos grupos por la minería; por ende, gran parte de la

materia prima que los muiscas utilizaron para su excelente arte orfebre

salió de esta zona, y llegó al altiplano cundiboyacense debido a las

relaciones de trueque‖ (Linares, 2013).


No es extraño que la leyenda del oro haya nacido por la riqueza que guardan las

tierras colombianas. Emblemáticamente, las más de 20 multinacionales que han pasado

por la región con intereses de explotación de oro, en los casi 500 años de conformación

que tiene la provincia; refleja como ellos creían en la leyenda del Dorado, el anhelo por

encontrar la ciudad de oro fue compartido por cuanto conquistador piso la región.

José Celestino Mutis, el ilustre botánico, vivió en California. La expedición

botánica que este hombre dirigía, no solo prestaba su interés a la diversidad de fauna y

flora que alberga el lugar, sino a las ansias de encontrar conatidades de oro gigantescas.

En 1551 y 1552 estos lugares (en general la provincia de Soto), de gran riqueza

hídrica al ser zonas de páramo, fueron campo de febril actividad, constituyendo la

explotación del oro la principal labor, hacia la cual se desplazó capital extranjero, e

intereses políticos de la Corona Española.

La minería fue desde entonces la columna vertebral de esa empresa comercial

que extranjeros alemanes, italianos, franceses, españoles y muchos otros desarrollaron

en tierras santandereanas. Desde la Colonia, en el Río de Oro, también en la región, se

arrastraban arenas auríferas de las que se explotó oro, al igual que en el actual distrito

minero de Vetas y California. Paralela a la explotación del metal precioso, se dieron

cultivos comerciales de caña de azúcar, trigo, papa, cebolla y tabaco, entre otros,

propios de las Provincias de Vélez, Girón y Pamplona y en los valles de los ríos

Magdalena, Zulia y Pamplona, convirtiéndose en productos insignia de producción para

la región (Linares, 2013).


Entonces, desde la época colonial la minería tradicional y de hecho en

Colombia, presente en el 44% de los municipios del país, y que representa el 30% del

total de las explotaciones mineras, ha trasmitido sus conocimientos a sus descendientes

y que han encontrado en esta actividad su única forma de subsistencia; en particular, en

zonas con poca presencia de la institucionalidad del Estado (Defensoría del Pueblo,

2010)

En la historia, el control del Estado sobre la industria fue precario a lo largo del

siglo XX por la falta de una presencia efectiva, permanente, y legítima de las

instituciones en todo el territorio nacional (Ministerio del Medio Ambiente, 2002).,

sumado a la precariedad de las autoridades de control y el decaimiento de la

participación de la minería en la economía nacional. Así se consolidó un sector

mayoritariamente informal y difícil de controlar (2002).

Desde 1974 se promulgó un completo marco normativo para la época, el Código

Nacional de los Recursos Naturales Renovables y de Protección del Medio Ambiente

(Hurtado, 2011), y sus decretos reglamentarios.

―Entre otros mecanismos, se crearon normas y estándares científicos

para la planeación y toma de decisiones, se promovieron

investigaciones científicas sobre la realidad biogeográfica del país y se

instauraron mecanismos de control del uso de los recursos como las

licencias y permisos ambientales‖ (p.36).

A partir de 1991 con la nueva Constitución se permitió la inversión privada en

todos los sectores de la economía. Este auge institucional ambiental se vería reforzado

por las tendencias y compromisos globales derivados de la Cumbre de Río en 1992.


En este sentido, la Convención Ramsar (2000), plantea que la perturbación de

los humedales debe cesar, que la diversidad de los que permanecen debe conservarse, y

cuando sea posible, se debe procurar rehabilitar o restaurar aquellos que presenten

condiciones aptas para este tipo de acciones.

Así mismo, la conservación de estos ecosistemas es prioritaria para cumplir con

los objetivos de protección contemplados en otros tratados internacionales de los cuales

Colombia es parte, como por ejemplo el Convenio sobre la Diversidad Biológica.

De un tiempo para acá la mecanización de esta actividad, su clandestinidad, el

escaso control de las autoridades, la situación de orden público y el uso desaforado de

insumos químicos como el cianuro y el mercurio (en el caso de la minería de oro) han

traído nefastas consecuencias para los ecosistemas, con agravio especial para los

recursos hídricos, que ha convertido a la minería de hecho en el problema más sensible

desde el punto de vista del impacto ambiental que tiene hoy en día el país (Ministerio de

Medio Ambiente, 2002).

―Los mayores efectos sobre los recursos hídricos se deben

principalmente a dos factores. De una parte y, en gran medida, las

explotaciones carboníferas del país se realizan en zonas de páramo que

inciden en las principales fuentes de abastecimiento de agua dulce y de

otro lado, la fiebre del oro en varias regiones conlleva la utilización de

toneladas de productos químicos que terminan en los ríos circunvecinos

y en las aguas freáticas, lo cual genera problemas de salubridad

pública irreversibles, con consecuencias a corto y largo plazo.

Se ha estimado que, actualmente, al menos 15.000 familias viven de la

minería de hecho o no legalizada en el país, distribuidas en unas 3.600

minas que no cuentan con un título debidamente registrado ante las

autoridades mineras. Sobre el particular, el Gobierno ha ofrecido en

los últimos quince años tres oportunidades de legalización de las

actividades mineras de hecho, que han resultado en un gran fracaso,

debido a las cuantiosas inversiones y las pocas unidades de explotación

minera legalizadas, ya que hasta el año 2007, de 3.631 solicitudes de


legalización, solo se perfeccionaron 23 contratos de concesión‖ (Dane,

2010).

Además de los fallidos programas estatales, los mineros tradicionales de hecho

han visto truncada su aspiración de legalizar sus actividades, debido a la difícil situación

de orden público en las zonas mineras, que incluso ha generado hasta al desplazamiento

forzado de los mineros locales, como los casos conocidos a nivel nacional del sur de

Bolívar y del departamento del Cauca.

Otro problema que se ha identificado es que en diferentes territorios de

comunidades étnicas (indígenas y afrocolombianas) del país, desde mediados de la

década de los ochenta hasta hoy, un grupo significativo de actores foráneos ha venido

en forma agresiva, de manera inconsulta y sin control de las autoridades competentes,

desarrollando actividades mineras de manera indiscriminada e irracional, lo cual ha

implicado que se altere y degrade masivamente gran parte de estos territorios, que

guardan una amplia biodiversidad (Defensoría, 2010). Además estas actividades han

generado una fuerte descomposición social: prostitución, alcoholismo, disputas, trabajo

infantil, desescolarización y otros graves problemas.

MINERÍA DE HECHO EN COLOMBIA 13 ―En los últimos años han venido aumentando los conflictos, por una parte,

entre las grandes industrias mineras que han logrado la adjudicación de

contratos de concesión en zonas en donde, desde vieja data, existe la minería de

hecho y por otra, los mineros tradicionales se sienten usurpados y despojados

de su único medio de subsistencia, a pesar de que en muchos casos habían

solicitado infructuosamente la legalización de sus actividades mucho antes de

que se perfeccionaran dichos contratos.

De otro lado, actualmente existe una abierta política de erradicación de la

minería ilegal por parte de las autoridades para cortar posibles fuentes de

financiación de organizaciones al margen de la ley que utilizan esta actividad

como medio de lucro, pero que, según las quejas de las comunidades, resulta

discriminatoria con los mineros tradicionales de hecho‖ (Defensoría del

Pueblo, 2010).

.


En junio de 2001 se aprobó la ley 685 cuyo objetivo es generar un marco

regulatorio para la competitividad del sector, atraer la inversión, estimular la

exploración y explotación minera y reducir la carga tributaria de las empresas. El

artículo 1º del Código califica como objetivo de interés público el fomento a “la

exploración técnica y la explotación de los recursos mineros de propiedad estatal y

privada” (Presidencia, 2010).

El Código Minero (CM) (Ministerio de Minas, 2010) establece que las

disposiciones legales y reglamentarias de orden ambiental son de aplicación general e

inmediata para todas las obras y labores mineras a las que les sean aplicables (Art. 196)

y reitera que antes de la iniciación y ejecución de obras y labores materiales de

explotación es necesario cumplir con los requisitos y condiciones de orden ambiental y

en las normas ambientales generales (Artículo 197).

―Entre ellos, la principal, contar con una licencia de la autoridad

ambiental. El Estado renunció a ser empresario minero y dejó el sector

al arbitrio de las leyes del mercado. Desde su expedición, el CM fue

controversial. Entre las principales críticas estaba el hecho de que

restringía las razones para negar una licencia ambiental. La medida

fue demanda por organizaciones ambientalistas alegando que

violaban los principios de desarrollo sostenible y el principio

constitucional de precaución. La Corte Constitucional les dio

parcialmente la razón en 2009 pero no todos los peros se pueden

atribuir al CM‖ (Código de Minas, citado en Hurtado, 2011).

La falta de control en la extracción minera se puede atribuir a la débil presencia

del Estado en el territorio, cuando no a la abierta disputa con grupos armados ilegales y

sectores del narcotráfico. “Muchos yacimientos mineros nunca han sido visitados por


las autoridades y en su operación se ignoran el código penal, el civil, las leyes laborales,

las ambientales y las mineras” (Ministerio de Medio Ambiente, 2010).

Con la percepción generalizada (nacional) de estar al borde del abismo por la

descomposición del país, en junio de 2002 fue elegido presidente Álvaro Uribe Vélez.

Uno de los objetivos específicos de su política era evitar los ataques a los intereses

mineros. La estrategia funcionó y se replicó. En 2004 las firmas mineras celebraban el

aumento de sus utilidades. La presencia y éxito de las empresas mineras eran

presentados como el resultado más palpable de los progresos del país en el primer

mandato de Uribe Vélez (Espectador, 2005).

Este proceso se replicó en Santander. Específicamente en “la Serranía de

Santurbán, una zona de 82.664 hectáreas entre los 2.800 y 4.290 metros sobre el nivel

del mar en los departamentos de Santander y Norte de Santander, donde se han

identificado 24 ecosistemas naturales, 57 lagunas, 253 especies de flora y 45 especies de

fauna” (Alcaldía Municipal de Vetas, 2005).

Pese a tener las características de un sistema de páramo, en 1995, Ingeominas

(2012) otorgó un título minero con extensión de 139 km² a Greystar Sources LTD,

compañía de capital canadiense que cotiza sus acciones en Toronto Stock Exchange y

en London Stock Exchange‟s Alternative Investment Market (Revista Greystar, 2003).

Cuando Greystar se estableció en la zona, en Santander operaban seis frentes de

la guerrilla y varios comandos paramilitares. En Vetas y California, los más de 500

mineros artesanales del distrito eran asediados por las Farc, el EPL y el ELN (Dinámica


de la confrontación armada en la confluencia entre los Santanderes y el sur del Cesar,

2006).

―La presencia estatal se reducía entonces a una estación de Policía que

resultó evacuada ante la imposibilidad de mantener seguros a los

agentes allí emplazados. Solo en la primera década del siglo XXI las

fuerzas militares tomaron el control de la región. La Operación Berlín

fue un dramático enfrentamiento entre noviembre de 2000 y enero de

2001 y en el que participaron 2.944 miembros la V Brigada del

Ejército, la Fuerza de Despliegue Rápido y seis helicópteros de la

Fuerza Aérea que sirvió para diezmar a los grupos armados ilegales‖

(Revista de Greystar, 2003).

El aumento de la presencia de soldados mejor pagados, entrenados y armados

redujo las extorsiones, los secuestros y los atentados. Desde entonces, el control de la

zona es casi que total por parte del Estado, pero que puede dejar de ser así si las

multinacionales no pueden explorar y explotar cerca del área de páramo a definirse.

Los estímulos que recibió el sector minero desde la expedición del CM y que

aumentaron con el paquete legislativo del primer gobierno de Uribe fueron el resultado

de la necesidad apremiante de atraer Inversión Extranjera Directa (IED) para sostener el

gasto.

Los procesos de exploración aurífera dependen de complicados y casi siempre

fallidos procesos intensivos en capital, maquinaría, tecnología y personal. Es una

inversión muy riesgosa (Defensoría del Pueblo, 2010).


La plata todavía no se ve

California es un municipio de 1700 habitantes con una economía dislocada. Pese

a estar a menos de 56 kilómetros de Bucaramanga, la carretera que las conecta no está

pavimentada. El municipio depende casi que en su totalidad de la industria minera. Así

era antes de la llegada de Greystar y así es hoy.

Toda la vida de este municipio gira alrededor de la actividad minera, desde

cuando fue fundado por un sacerdote en 1901. Todos los referentes del pueblo, el río

que lo circunda, la plaza donde hay una estatua en honor al trabajador minero, el

nombre de la Iglesia y del patrono y los nombres de las veredas son una alusión a la

industria extractiva. California es un pueblo pequeño, seguro y tranquilo donde los días

pasan apaciblemente.

El puente está quebrado, con qué…

Específicamente, en 2004 la historia de California se partió en dos. El aislado

pueblo de lo alto de la cordillera se volvió una especie de meca de la industria minera,

(El Espectador, 2012). Greystar comenzó a tener un papel preponderante en la vida del

municipio.

“La participación de los californianos disminuyó a medida que se requerían

conocimientos y habilidades más específicas, por lo que comenzaron a competir por

esos empleos con otros habitantes de la región y de fuera de ella, especialmente,

profesionales de Bucaramanga y Medellín” (Arias, 2013)


Hoy California no depende solamente de las actividades que desarrolle Greystar.

Hay otras empresas menores como Galway Resources, AUX, que realizan trabajos de

exploración, y están también las consultoras y contratistas especializadas de estas

compañías.

Hace más de cinco años la inversión de las mineras parecía ser suficiente para

mantener un buen nivel de vida. La tasa de desempleo era nula, pero ahora no hay qué

hacer con los más de mil que no saben qué pasará con ellos.

El Estado que abandonó esta región en 1999 volvió gracias a Greystar. Y ahora

no se sabe si se va a quedar después de la delimitación de páramo. Actualmente imperan

las políticas de desarrollo de Santos que se la juegan por el desarrollo del país a través

de cinco locomotoras, entre ellas la minera.

Solo a través del Gobierno y los mecanismos de control que trabajen en torno a

la sostenibilidad de la región y las políticas ambientales, se podrá pensar en un

resurgimiento de la región, en la que se incluya una minería mucho más consciente del

impacto ambiental.


REPORTAJE DE INTERPRETACIÓN O EXPLICACIÓN

La comprensión de la línea que rige el producto final de este trabajo de grado, es

posible mediante la explicación del concepto de reportaje interpretativo.

Para empezar un reportaje es un trabajo periodístico. Su uso generalmente está

relacionado con la descripción de un hecho, mediante una recolección de datos que

alimentan el espectro espacio-temporal en el que se desarrolla la noticia a contar.

La importancia de lo que se escribe o trata haya sentido en su narración, que al

ser novedosa y sugerente, posibilita añadir imágenes, sonidos, o videos. Con estos

elementos se llamará la atención pública; de cierta manera esta modalidad de

periodismo traspasa experiencias reales por medio de escritos contundentes y que

abarca todo los frentes.

El reportaje de interpretación o explicación incluye las observaciones personales

de quien lo escribe, sin necesidad de que esto signifique que manipula o dirige la

información. De esta manera no pierde el vínculo con los principales implicados, o los

antecedentes del hecho. La actualidad es una característica muy importante por la cual

esta clase de reportaje debe siempre identificarse; debe ser pertinente a las demandas

informativas del presente, y congruente con la realidad del país.

Aunque en la definición y construcción del concepto del reportaje se pueden

encontrar distintas formas de su creación, el periodístico es uno de los más usados y


conocidos. La explicación con mayor claridad y calidad la dan los recursos

periodísticos, las encuestas y las entrevistas son dos de los recursos más utilizados.

Como lo explica, Juan Jorge Faundes (2006), profesor y experto en periodismo

interpretativo:

―Pese a que el reportaje no se encuentra incluido en ninguno de los

géneros literarios existentes hasta el momento, cabe señalar que, el

escritor colombiano Gabriel García Márquez, sí considera que se trata

de un género literario, que podría ser vecino a la crónica. Un género

que hace uso de materiales propios del plano real para convertirse en

un texto de carácter literario‖.

En la academia hay muchos instructivos que aconsejan la línea y forma que

debería llevar un reportaje, en este caso la interpretación se puede contar como una más.

Una de las consideraciones para este tipo de reportaje es desarrollar los

escenarios de la temática, comprender cómo se relacionan y por qué esto debe ser de

interés. Para lograr esto es necesario tener una cantidad de información superior a la que

se pretende trasmitir, la intención de esto es que el periodista explique verdaderamente

lo que pasa al tener suficiente conocimiento de causa.

He allí la disciplina del periodista con la lectura y la investigación. Al tener más

información de la que está pensada contar, se abre la posibilidad de que las dudas que

surjan no tengan que ver por la falta de contexto si no por reflexiones inmersas en la

narración.

Puede servir para el desarrollo de las actividades que comprometen un buen

reportaje de interpretación, que se realice un esquema del tema a tratar, con todo y los


subtemas, a fin de que la información se brinde de forma clara y ordenada (Faundes,

2006).

Las herramientas, géneros periodísticos y formas de expresión, permiten que el

reportaje pueda tener un carácter multimedia. En la actualidad está característica es

valiosa de acuerdo a cómo las Tecnologías de la Información y Comunicación

interactúan y ayudan a enviar el mensaje con mayor rapidez y eficacia. Los medios

digitales son el gran ejemplo, que por las amplias posibilidades que ofrece, obliga de

manera indirecta a que a la hora de entregar la información se reinvente.

Ya vemos en los portales de periódicos nacionales e internacionales que no basta

con que haya un texto informativo e explicativo de lo que pasa, el usuario de estos

portales espera que esa información esté acompañada de fotos, videos, sonidos, u optará

por cambiar de dirección web y encontrar lo que exige.

Como podemos encontrar en el libro Periodismo Interpretativo: el reportaje, de

Julio del Rio Reynaga (1994), plantea “que para responder a las necesidades del lector

moderno, el reportero ya no puede improvisar su trabajo”. El reportero se encuentra con

que debe pensar, investigar y exponer los sucesos con precisión, y lógica. En otras

palabras, tiene urgencia de métodos y técnicas rigurosas para captar los hechos y

redactarlos.

El reportaje de interpretación del presente trabajo cuenta con una desventaja, la

perdida de pertinencia. El trascurrir del tiempo caduca la relevancia del producto. El

material que trabaja es susceptible de morir en un corto lapso si no se publica con cierta


oportunidad. Su valor está en relación directa con la celeridad con la que se informa a la

opinión pública. “Con tal perspectiva, el método y las técnicas de investigación del

reportero resultan todavía imperfectas” (Del Rio, 1994)

La fusión entre el periodismo de interpretación y la naturaleza del reportaje harán

un relato con mayores oportunidades de asimilación. Las características del producto

deben ser de carácter informativo, interactivo, documental, ágil, de multimedia, y

novedoso con el fin de describir el contexto global de la problemática.

El trabajo detrás de este producto maneja contenidos manifiestos de un texto,

contenidos latentes, y todo dato que pueda ser utilizado para inferir conclusiones de

manera vicaria respecto de fenómenos que guarden relación.

Hay que entender la diferencia que suponen el periodismo de interpretación y el

periodismo de investigación, para saber cómo se da el reportaje de interpretación que

tanto interesa en este trabajo de grado.

De acuerdo al Instituto Prensa y Sociedad (2013) el periodismo de interpretación

es “reconocido como una prestigiosa vertiente profesional y como una poderosa

herramienta de fiscalización a los gobiernos”.

Esa fiscalización a los gobiernos hace que el trabajo del periodista en esta

vertiente exija que los datos y las fuentes se manejen con especial cuidado, y que de

ninguna manera se manipule la información.


Por otro lado "el periodismo de investigación asume la parte más delicada y difícil

en esa misión de defensa de la transparencia democrática, al sacar a luz los casos, a

menudo ocultos e invisibles por su propia naturaleza", así lo explica el director del

diario ABC, Luis María Ansón (Klein, 2001).

De acuerdo a lo anterior, y tratando de que se entienda la diferencia, hay que

entender que el periodismo de interpretación o explicación, difiere del periodismo de

investigación por su característica intrínseca de explicación en la que se relacionan los

conceptos. Es como el periodismo de investigación solo debe remontarse a hechos

concretos, certeros y probables, sin dejar ningún supuesto.

Esa naturaleza propia de la que Klein habla no es otra que el gran valor que este

tipo de periodismo le aporta a la sociedad. Haciendo guardia de lo que sucede, el

periodismo de interpretación da más información de la que parece suficiente, asume el

acontecimiento como un hecho en constante desarrollo con infinidad de puntos de vista

por donde abordarlo, pero siempre con la intención de aportar más, de ir más allá.

La racionalidad y la reflexión de los públicos son propósitos a lograr con este tipo

de ejercicio. La sociedad está en su deber de mantenerse informada de lo que pasa en su

entorno, pero el periodismo tiene la obligación de llevar la información y las

herramientas para que la sociedad no esté sesgada por interés ajenos, sino que mediante

el ideal de la democracia desarrolle conceptos que ayuden al surgimiento de un país.

Para lograr que esto pueda llegar a ser, el periodista tiene que autoevaluar su

trabajo, mantener la producción intelectual, no debe conformarse con la mera


información que cualquiera que se pueda interesar llegue a obtener. Como periodista se

debe crear una base siempre sólida que respalde cada cosa que se exprese.

Según ese deber social del ejercicio, Eugene Roberts, el periodista

norteamericano, ex Editor Nacional de The New York Times, dice:

"La sociedad -especialmente nuestra sociedad democrática- empieza a fallar

cuando no es adecuadamente informada. ¿Informa a sus lectores un periódico que se

niega a hacer periodismo en profundidad, periodismo de investigación? La respuesta es,

enfáticamente, no. Sin el deseo de llevar a cabo periodismo de investigación, un

periódico falla a sus lectores. Les da cobertura incompleta" (Roberts, 1988, p. 12).

La responsabilidad que reposa sobre la labor de los periodistas no es meramente

informativa, siempre ha de ser de trascendencia. Una sociedad civilizada, evolucionada,

o con intenciones de serlo, se preocupa por exigir informaciones completas, que los

dejen con la tarea moral de reflexionar sobre lo que pasa, no simplemente saber qué

pasó.

La investigación es un eslabón más en la metodología de este trabajo de grado. El

tratamiento de la información periodística que se da a través de la interpretación hace

que el envío del mensaje, de toda clase de información tenga mayor efectividad.

Si el mensaje ha llegado de manera efectiva podemos decir que hemos informado

mejor. El cambiar de perspectiva es interpretar. Las causas y efectos de lo que acontece

no necesariamente deben ser detallados minuciosamente, pero si deben contar con la


información más que suficiente, para que las preguntas que surjan en el lector sean de

inferencia y trascendencia.

El sentido del texto va de la mano del panorama completo. No podemos esperar

que un lector se conforme con la explicación de una sola parte del tema y no seamos

culpables de que ese lector fundamente la corriente de información, creyendo que eso

que dedujo es una verdad completa, sin conocer los demás actores y temas

involucrados.

Como el efecto de una bola de nieve que crece conforme desciende, la mala

información cuenta con esa gran rapidez para esparcirse, para llegar a mentes de toda

clase. Teniendo en cuenta ese fenómeno tan propio de la información es que preocupa

de qué clase de información se está alimentando la sociedad.

La Pontificia Universidad Católica de Chile (2013) hace unas acotaciones muy al

caso de la interpretación en las facultades de comunicación de Latinoamérica. Para esta

universidad la marcada concepción de la división en el periodismo es: Periodismo

Informativo y Periodismo de Opinión.

La enseñanza de esta división, dice la Universidad, se nota en cada periódico

chileno.

―En teoría debe hacerse evidente que: la información aspira a ser

objetiva, organizada sobre el clásico modelo de la "pirámide

invertida", respondiendo las preguntas de qué, quién, cuándo, cómo,

dónde y por qué. La opinión, en cambio, es un juicio de valores, basado

también en hechos objetivos y una equilibrada ponderación de

antecedentes, pero donde cabe una clara orientación ideológica,

filosófica o política‖ (2013).


Por otro lado, ceñidos a la definición que brinda la Real Academia de la Lengua

(2013), la palabra interpretar significa “explicar o declarar el sentido de algo, y

principalmente el de un texto”. Aquí surge una pregunta: ¿será que ese sentido que trata

de explicar la interpretación, no puede tomarse como manipulación, una intensión

ineludible que imprime el periodista en lo que produce?

En distintos textos provenientes de la educación periodística en Norte América se

entiende el periodismo de interpretación como la profundización del periodismo

habitual de diarios, sin mayores matices.

Parece que si estudiamos los antecedentes del periodismo no entenderíamos bien

el “género” del periodismo de interpretación. El sentido que toma la interpretación es de

épocas modernas, donde la tecnología juega como un arma de doble filo para el

periodismo. Las malas informaciones o buenas informaciones son absorbidas de muchas

maneras y formatos, por lo que prevalece el afán de dar mayor información y argumento

de lo que pasa, frente a la mera información que se enuncia por todos lados y que no se

digiere.

Un modelo muy conocido, y proveniente de Estados Unidos, es el del Time. Esta

fórmula entiende como interpretación: el organizar, explicar, y completar

discursivamente un hecho aislado, “situándolo en el marco de sus antecedentes,

contexto y derivaciones posibles, lo que no implica necesariamente un salto desde lo

descriptivo a lo interpretativo, desde los datos manifiestos a su sentido latente”

(Faundes, 2003).


Desde los años 60, al norte del continente americano, la confusión de lo que

pasaba en el país, el desconcierto del ámbito político, demandaba un esfuerzo mayor en

el tratamiento de la información. No bastaba para calmar a la población de la

consternación con que se escribiera únicamente, debía incorporarse un cambio acorde a

las circunstancias.

Luego surge un Nuevo Periodismo, que suponía de muchas interpretaciones.

Autores especialmente norteamericanos, como Alex Edelstein (citado por Santibañez,

1995), traían conceptos relacionados como la “redacción humanística”, que significaban

el añadido al ejercicio del periodismo.

Michael L. Jhonson en su libro “El nuevo Periodismo”, dice que “para tratar

plenamente el Nuevo Periodismo (…) conviene limitar la definición a ese periodismo en

revistas y libros que floreció en Estados Unidos a partir de la década de los 60, y que se

caracteriza por una investigación rigurosa de antecedentes, con énfasis en detalles

humanos y reveladores, a menudo olvidados en el periodismo, e hilvanados con un

estilo literario fluido, casi como de una novela” (citado por Santibañez, 1995).

―El Periodismo Interpretativo se sitúa, de alguna manera, en un punto

intermedio entre la opinión pura y la información aséptica y objetiva.

Esto permite dudar muchas veces de su objetividad y hace posible un

cierto contrabando ideológico, deliberado o no. Pero eso —hay que

subrayarlo— no es un problema del género en sí mismo, sino de quienes

lo han instrumentalizado o, simplemente, mal utilizado‖ (Pontificia

Universidad Católica de Chile, 2013).

“La interpretación periodística permite descifrar y comprender por medio del

lenguaje la realidad de las cosas que han sucedido en el mundo, y se completa con el


esfuerzo, también interpretativo, de hacerse cargo de la significación y alcance que los

hechos captados y escogidos para su difusión pueden tener” (Gomiz, 1997, p 36).

La actualidad colombiana con sus confituras políticas, sociales, ambientales, y de

toda índole merece un mayor esfuerzo por parte de los profesionales del periodismo. El

oficio del periodista consagrado con la verdad y la información, dirige sus esfuerzos a

que su trabajo no se pierda con el tiempo; este quiere que su interpretación sea digerida,

y converja con una sociedad con ganas de ser mejores ciudadanos a través del

conocimiento de lo que aqueja a los otros y de lo que podría afectarle particularmente.

Finalmente el esfuerzo por implementar esta metodología en el Reportaje

Interpretativo que representa la esencia de este trabajo de grado tratará de cubrir todas

las intenciones que se den en el contexto de la crisis social, al tiempo que se nota el

compromiso adquirido de investigación y la interpretación.


REPORTAJE INTERPRETATIVO

(El siguiente reportaje se puede encontrar en formato de libro al final del

documento)

Santurbán y la frontera social

El mundo está constituido en límites y fronteras. Hay divisiones y mapas que

ubican espacialmente continentes, países, ciudades, y toda clase de lugares. Hay otros

más complejos que establecen derechos y deberes que terminan en un punto para

alguien y en ese mismo empiezan para la otra persona. Hay clases de personas, y

actividades con distintos fines. Todo a nuestro alrededor se mueve dentro de esos

términos pero es la sociedad, las personas en ese preciso espacio, las que deciden si

estos existen o no.

La delimitación de la zona de páramo de Santurbán se ha convertido en la franja

imaginaria que divide a campesinos, ciudadanos y al Estado, dentro de la cual no se

reconoce dónde empieza la minería de oro, ni mucho menos hasta qué punto se respetan

los derechos de los pobladores de la zona. Este páramo es el protagonista de un debate

sin conclusión: la minería.

La minería de tradición y a gran escala que ha tomado lugar en el Páramo de

Santurbán compromete a la Provincia de Soto Norte, al norte de Santander. La falta de

un marco legal normativo consistente y claro para la actividad minera, la consolidación

del parque natural en parte del páramo, la retardada definición de la línea de paramera

por la insuficiencia en el estudio de organismos ambientales y de control, impiden que


esta actividad económica se desarrolle, y obliga a la población de la provincia a

rebelarse contra el Estado, para que garantice sus derechos.

La minería es conocida por su carácter destructivo, y desde épocas atrás hace

gala de su poderío en el territorio nacional. Esa fiebre de oro ha generado ganancias

multimillonarias, pero también ha creado otros costos. En algunos de esos lugares en los

que se estableció explotó consigo ecosistemas importantes, convertidos hoy en un hueco

más que interrumpe y destruye el ambiente.

En este momento la minería aurífera libra una batalla legal con las licencias

ambientales en la zona circundante al Parque Natural Regional Santurbán. Las

multinacionales están a la espera de la decisión que determina desde y hasta dónde

podrán abarcar sus proyectos mineros; mientras la comunidad busca una luz que los

guíe y no los abandone en ese sitio que empiezan a desconocer, que les ayude a saber si

podrán conservar sus tierras, sus empleos, y desarrollar la pequeña minería artesanal

con la que han sobrevivido históricamente.

Durante cuatro años el país ha escuchado sobre el páramo de Santurbán sin

cansancio. Al comienzo la heroica misión se concentró en proteger el páramo. En los

medios de comunicación se dio inicio al debate de lo que pasaba en esa geografía

cercana a Bucaramanga. Se defendía el ideal de agua pura, libre de mercurio o cianuro,

elementos propios de este tipo de minería.

Sin más a donde apuntar, esos medios parecían tener la primera y última palabra.

El retrato del horror que aparecía en las noticias era fragmentario y episódico,


únicamente centrado en la coyuntura sin nada de contexto. Un panorama desolador que

no daba respuesta a las inquietudes planteadas por los actores en discusión y cuya trama

no podía resolverse.

Actualmente, la delimitación del área comprendida como páramo, luego de la

declaratoria a inicios del 2013, del Parque Natural Regional Santurbán, es hoy el punto

de referencia concreto para lo que podría pasar a mediano y largo plazo con los otros 34

ecosistemas de páramo que existen en el país, pero también para lo que podría pasar con

el desarrollo sostenible en Colombia.

Recientemente se han llevado a cabo debates en las altas comisiones de la

Cámara de Representantes y del Senado, en los que ha quedado de manifiesto la

urgencia para resolver la crisis social, producto de la falta de previsión de los procesos

de control para los proyectos mineros y ambientales que involucran ésta y otras zonas

de páramo.

Audiencia Pública, del 9 de mayo de 2013, en la sala de la Comisión Quinta de la Cámara de Representantes, donde se dio lugar al debate en torno a la línea de páramo en Santurbán.

Foto: Tulio Sampayo.


La discusión de la delimitación de la línea de páramo está inmersa en un

panorama nada alentador. Los interrogantes a resolver tienen que ver con lo que pasará

a las multinacionales, los pequeños mineros, el ecosistema de páramo, y el desarrollo

económico del área.

A decir verdad, el caso de Santurbán hay que analizarlo teniendo en cuenta las

transformaciones que se manifiestan. Por un lado proporciona una fuente hídrica que

abastece, principalmente, a 20 municipios aledaños, y las dos capitales de los

Santanderes; y por otro lado representa una riqueza enterrada, el preciado oro que

vienen a explotar las multinacionales, y que descansa bajo un suelo donde un pueblo

llora por el desempleo y la incertidumbre.

Las multinacionales colonizadoras

Desde tiempos de la colonia, la provincia de Soto, que lleva su nombre en honor

al ilustre granadino Francisco de Soto, con los 15 municipios que la conforman, se ha

dedicado a la agricultura (café, algodón, cebolla larga, papa), artesanías y cuero, a parte

de la famosa extracción de oro del Distrito minero de Vetas y California.

Toma del parque central del municipio de Vetas, a las 6 de la mañana. Foto: Tulio Sampayo.


Mucho antes de que multinacionales de países como Estados Unidos, Brasil,

Canadá, entre otros, y mucho antes de que llegaran los españoles a la región, los indios

Chitareros, utilizando métodos rudimentarios excavaron sus tierras en la búsqueda del

anhelado metal. Gracias al auge del oro en esa época se les dio vida a la ciudad de

Pamplona, fundaron Real de Minas de la Muntuosa Baja, Muntuosa Alta y Vetas.

RECUADRO Este distrito minero, en Santurbán, está conformado por los municipios de Vetas y California, al oriente del departamento de Santander en límites con Norte de Santander. Tiene una extensión de 139 km² y una población estimada de 4.153, según el censo de 2007 distribuida en forma homogénea entre las cabeceras municipales y las zonas rurales. La geología de la zona está constituida básicamente por rocas ígneas del mesozoico jurásico, conformadas por grano dioritas, cuarzomonzonitas y cuarzomonzodioritas, que son las encajantes de los yacimientos auríferos. Hay en el distrito una zona de fallas geológicas: Suratá y Bucaramanga, con otras de menor importancia: Río Frío, Charta, Tona y Cicutilla. La minería del distrito ha jugado un papel importante en la economía de la región, máxime cuando fue justamente esta actividad la que llevó a la fundación de los citados municipios (Vetas y California). La extracción de oro data desde la Colonia y es la única zona de la cordillera oriental donde se explotan depósitos de oro filoniano. La producción de oro y plata se comercializa principalmente en Bucaramanga y se usa en su mayoría para la fabricación de joyas.


Para la época de la independencia de nuestra república, y con la aprobación de

Simón Bolívar, se le dio la bienvenida a:

- 1820: Colombian Mining Association, compañía inglesa.

- 1901: Francia Gold and Silver, compañía francesa.

- 1945: Anaconda Cooper, compañía brasilera.

En los años siguientes otras compañías, una nipona y coreana, junto a la

Compañía Colombiana de Uranio S. A., intentaron llevar a cabo explotaciones en la

zona.

Esta historia minera que data de mucho antes del siglo XVIII, se parte en dos

tras la llegada de una multinacional canadiense. En 1994, cuando llegó Greystar

Sources Ldta al municipio de California (Santander), todo cambió.

Favorecida con los cambios en la regulación introducidos por la Constitución del

1991, la Inversión Extranjera Directa tomó impulso y empezó la expansión de la

minería. Con altibajos en sus producciones y diferentes inversiones, la industria minera

contrarrestó la situación, y se dedicó, en mayor medida y a gran escala, a la explotación

de carbón en El Cerrejón (La Guajira) y de ferroníquel en Cerromatoso (Córdoba). El

resto de la actividad se desarrolló informalmente por colonos, indígenas y comunidades

afrodescendientes.

Más recientemente, en el Gobierno de Uribe (2002 - 2010), se iniciaron los

primeros debates y conflictos sobre los beneficios, costos, y riesgos de esta actividad


minera a gran escala en el país. La idea era mantenerlos bajo control; las inversiones de

esta industria posibilitaron la llegada y consolidación de presencia militar en diferentes

partes del país en la que la violencia estaba arraigada.

Para el actual período de gobierno, el Presidente Juan Manuel Santos, incorporó

en el país un Plan de Desarrollo que prometía el crecimiento económico y la

prosperidad del país con base en cinco locomotoras. La locomotora minera despertó de

nuevo el debate y aprovechando el momento, la ya dicha multinacional canadiense

presentó la solicitud de la licencia ambiental para el proyecto Angostura, en Santurbán.

Sería éste proyecto el detonante de la disputa que aún no se resuelve completamente.

El parque y los primeros pasos

Esa preocupación en torno a la conservación y protección del agua se calmó con

la mencionada creación del parque en Santurbán. Ahora el ambiente próspero que

pintaba como pilar minero es truncado por la falta de claridad en los términos

legislativos y ambientales para explotar minerales en la región.

La reunión de la Comisión Quinta de la Cámara de Representantes, el 8 de mayo

de 2013, convocó a todas las autoridades ambientales y mineras, autoridades de control,

a los alcaldes de los municipios de la provincia de Soto, y a representantes de las

comunidades afectadas, para debatir todos los aspectos que debe incluir la delimitación

de la línea de páramo, pero que sobretodo no podía ni puede desconocer la afectación

social para la efectiva consolidación de la protección del ecosistema, en congruencia

con el Plan de Desarrollo del actual gobierno.


La declaratoria de Parque, consistente en 11.700 hectáreas delimitadas, se hizo

para la protección del complejo lagunal, las hidrocuencas, la fauna, la flora, los bosques

andinos, y todos los ecosistemas que allí existen; al que se le suma un área de 600

hectáreas de Distrito de Manejo Integrado.

Laguna perteneciente al municipio de Vetas, en el complejo de páramo Santurbán; se observa

en primer plano un frailejón de aproximadamente 150 años. Foto: Tulio Sampayo

Este logro concretó el trabajo del Ministerio de Ambiente y Desarrollo

Sostenible, con base en los estudios técnicos ambientales de institutos adscritos al

mismo como: el Instituto de Recursos Biológicos Alexander von Humbolt, y la

Corporación Autónoma para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB), entre

otros.


Ese paso inicial, con miras a la protección de las áreas de páramo que se tiene

pensada en el resto del país, permitió un significativo avance que dio una tregua parcial

a las marchas, peticiones de la ciudadanía, y el mismo interés nacional por parar la

contaminación producida por esta minería. Pero desde su creación quedó pendiente la

línea de páramo que aclararía el panorama de incertidumbre que sufren tanto las grandes

empresas mineras como los pobladores de la zona que dependen de la minería y otras

producciones que se desarrollan alrededor del páramo, al no saber con claridad cuáles

son las reglas de juego.

El parque de Santurbán está ubicado al norte de Santander, en los límites

jurisdiccionales del departamento con Norte de Santander. Luego de tres horas y media

en vehículo desde la ciudad de Bucaramanga, más 40 minutos de caminata, se empieza

a divisar el verde frío del páramo. Al frente, un paisaje inundado de frailejones y

neblina, que cuando se despeja permite ver los espejos negros que aparentan ser las

lagunas y que más cerca dejan ver su interior, rodeados por los riscos de las montañas

rocosas que invitan a dirigir la mirada al cielo.

Sus 12.300 hectáreas que intervienen terrenos de California, Vetas, Suratá,

Matanza, y Tona, en lo que tiene que ver con el departamento de Santander, estuvieron

pensadas por defensores-ambientalistas del páramo como una nueva oportunidad para la

región, donde el ecoturismo ayudaría al desarrollo económico local. Estos no abogaban

por las industrias mineras, pero el Estado tenía pensado para ellas una legalidad con

consciencia ambiental.


Actualmente, y como se discutió en el Congreso, la población en general pudo

darse cuenta de que esa no era la verdad de lo que pasaría con la gente y mucho menos

con las empresas mineras que estaban allí, y cuya labor podía amenazar con la grave

destrucción del ecosistema y de la contaminación irremediable del agua.

En su momento los representantes a la Cámara expresaban que las condiciones

de la gente en la provincia de Soto Norte no eran para nada positivas. La crisis fruto de

esta situación se resume en que los habitantes de los distritos mineros de la zona no

saben qué va a pasar con sus empleos, con su sustento, con sus casas, con sus tierras.

Desconocimiento que comparten con las empresas mineras que influyen, y están

maniatadas pese a la legalidad de sus permisos y sus aprobaciones según la legislación y

normatividad de la minería y el ambiente.

La locomotora sin rieles

El Plan de Gobierno de Juan Manuel Santos le apostó desde su inicio a la

prosperidad, prosperidad con sostenibilidad. Declararon cinco pilares de desarrollo: en

primer lugar, Infraestructura; en segundo lugar, Vivienda; tercero, Mineria; cuarto,

Agropecuario; y el quinto, Tecnología, Información y Comunicación. Estas políticas de

desarrollo son las que marcan la prosperidad democrática. Pero por ahora y como se ha

dicho, en el caso de la „locomotora‟ minera no se tiene claro cómo se pretende su

desarrollo y sostenibilidad.

A juzgar por los debates, no se puede mirar de forma maniquea, tal y como se

pensaba antes de la declaratoria de parque. La idea de que la minería había que

desplazarla de los páramos era lógica, pero pretender que se desistiera de la minería no


tenía ningún fundamento, argumento que fue utilizado por varios de los representantes

en las audiencias públicas del Congreso.

Poblaciones como la de Vetas y California, son producto de una tradición. No se

puede creer ingenuamente que fue Greystar, la que empezó con el cuento de la minería

en la zona, o que solo ésta pretendió usar mercurio y cianuro en la extracción del

preciado metal. No se puede desconocer que esa gente ha vivido de la minería desde

tiempos inmemoriales, desde de la época precolombina que resguardaba la leyenda del

Dorado.

Vagón transportador de piedra, propiedad de la mina Reina de Oro en el corregimiento el

Volcán, Vetas. Esta mina es la más antigua del municipio. Foto: Tulio Sampayo.

Precisamente el parque responde a la necesidad de parar el riesgo de

contaminación del agua por utilización de sustancias perjudiciales para la existencia de

este tipo de ecosistemas; ya es grave permitir una minería a cielo abierto como la que se

pensaba hace 13 años para la zona. Pero no hay acciones concretas que ayuden a

resolver las penurias tras casi cinco meses desde su declaratoria.


Esta locomotora de Santos no parece tener cómo andar. Posiblemente este piloto

de delimitación de línea de páramo ayude a los procesos venideros, pero por el

momento es claro que ésta política no fue estudiada con detenimiento y no cuenta con el

presupuesto necesario para dar una solución certera a las poblaciones y la continuidad

de esta industria en esta parte de los Andes.

Durante el mes de diciembre de 2010, Greystar calculaba que iba a extraer del

área 16 toneladas anuales de oro. El ministro de Minas de turno, Carlos Rodado,

manifestó tras la aprobación del proyecto Angostura, que ese era “un buen yacimiento

de oro y plata”.

La inversión de la multinacional en el país que, según sus directivas,

representaba unos 900 mil millones de pesos para los departamentos de Santander y

Norte de Santander, era el as bajo la manga para que el país les concesionara su

explotación. Esa suma ostentosa de dinero era el 3,2% de regalías de la extracción de la

empresa canadiense.

Con aquella ambición se pensaba explotar esa fuente hídrica, forestal y de

biodiversidad que es Santurbán. La explotación iba a causar un daño irremediable al

ecosistema. La remoción de 1.075 millones de toneladas de roca, que necesitaría de

1.200 toneladas de cianuro y 7.000 toneladas de anfo por mes, junto con otras

sustancias, era sumamente peligrosa para la salud humana, y sobre todo para la

conservación de esta zona natural.


Ese crimen tenía vía libre. Desde el gobierno de Álvaro Uribe, se le había dado a

esa multinacional minera, la concesión minera número 3452 para explotar minerales

auroargentíferos, en el municipio de California (Santander) y Cucutilla (Norte de

Santander).

La explotación a cielo abierto no podía tener mejor escenario; según estudios de

la misma compañía, en la zona de Santurbán existen 8,9 millones de onzas de oro y

59,6 millones de onzas de plata, y un material adicional inferido de 903.000 onzas de

oro y 4,7 millones de plata. De acuerdo con estas dimensiones que definían los estudios

de la empresa entregados al Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial

(actualmente Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible), el páramo era una total

mina de oro.

Parecía que al Gobierno de turno no le importaba mucho qué podría suceder en

este páramo, y mucho menos, con las consecuencias ambientales tan graves que

representaba para esta porción del país.

Los guerreros mediáticos

De ese árbol se desprendieron muchas ramas y el problema tuvo cada vez más

presencia en los medios y en la agenda de gobierno. La preocupación se hizo notar

merced al trabajo periodístico y de cuanto ambientalista quería ayudar a conservar el

agua.

La gente en las poblaciones aledañas, conforme fue creciendo la información en

los medios, se llenó de motivos para alzar la voz e irse en contra de la minería a gran


escala, contra la minería a cielo abierto, y hasta con la minería de hecho, que arrastraba

consigo todo tipo de minero artesano de la región.

Para entonces la minería era el enemigo. Pero ese enemigo representado por las

grandes multinacionales, tenía ahora un par: el pequeño minero. Empezó entonces, la

arremetida contra aquellos pobladores de la zona de páramo que permitían que se

hiciera tal crimen en su tierra y que eran así mismo mineros. Cómo no hacerlo si

estaban abanderados por los medios.

Todo, hasta ese momento parecía un esfuerzo noble, de hombres conscientes con

el planeta. Era imposible pensar que se dejara dañar un área tan importante a costa del

oro. No podía ser verdad que la minería fuera tan importante para el desarrollo de un

país a costa de todo y de todos.

Estos guerreros “mediáticos” habían reclutado gente en las poblaciones y la idea

parcial de lo que pasaba se tomaba como verdad absoluta. De manera indiscriminada la

gente del páramo que bajaba a esas poblaciones era tratada a las patadas, echadas de los

taxis, e insultadas por la supuesta contaminación de la que eran autores.

Gracias a que a Greystar, actualmente Eco Oro Minerals Corpo, ese proyecto se

le desechó con la revocatoria del contrato minero que permitía la explotación a cielo

abierto por 20 años, y con la negativa de los pobladores que desaprobaron el proyecto e

hicieron que el Estado los voltease a mirar, hubo un replanteamiento de sus políticas

internas, sociales, y ambientales que permiten hoy que la minería pueda estudiarse al

nivel de la sostenibilidad y en equilibrio con el cuidado del ambiente; aunque esos

estudios por el momento cojeen y no sean los más completos para las necesidades.


La revancha de la Estrella gris

El cambio de esta afamada multinacional es del cielo a la tierra. Las políticas

replanteadas y sostenibles, junto a los proyectos con mayores estudios son la carta de

presentación de esta canadiense.

Que mejor manera para retratar la transformación de la compañía que citar al

Gerente General de Eco Oro Sucursal Colombia, Hernán E. Linares, que escribió un

artículo para la Revista de Santander, en su última edición:

―Eco Oro es una iniciativa empresarial promovida con capital

extranjero enmarcada en un modelo de gestión limpio, que pretende

hacer viable un proceso minero subterráneo o de socavón en el

Departamento de Santander, bajo los más estrictos parámetros

internacionales de sostenibilidad social y ambiental; las políticas

corporativas de la compañía se realizan procurando un concepto de

respeto y responsabilidad por la preservación y protección de los

recursos naturales, por la mitigación y la compensación del impacto

ambiental y por la protección de las fuentes hídricas, siempre velando

por el cuidado del medio ambiente, el desarrollo de las comunidades

cercanas y la salud de las personas‖.


Los legítimos mineros defensores del páramo

El discurso parece ensoñador. Pero esa labor de protección y de velar por los

recursos naturales no es idea de esta multinacional, ni de AUX Colombia Ltda, Anglo

Gold Ashanti, Leyhat, ó Galway.

Esa conservación del ecosistema la han realizado en su mayor parte los

pobladores de los municipios de la región. No hay que investigar mucho para saber que

si hoy en día existen esos ecosistemas pese a la historia minera de la misma zona es por

la labor de siglos atrás, y porque los que han vivido en el lugar se han tomado la

molestia de protegerlo. Afortunadamente la belleza y singularidad de este paisaje

andino despertaron en esos ancestros y generación tras generación el afán porque

perdurara en el tiempo.

Pero la comunidad del páramo no ha contado con la suerte que tuvo la

transformación de la multinacional. La sola idea de que los pequeños mineros

existieran, que se supiera que ellos explotaban oro allí mismo, causaba y sigue causando

repudio en las zonas metropolitanas. Y algunos medios de comunicación persisten en

hacer eco de ello.

Los campesinos todavía no saben qué hacer. En un principio, no entendían de

qué se les acusaba, y por lo pronto entrados en contexto no saben qué va a pasar con sus

tierras, ni con su páramo.

“Aquí nosotros el páramo lo hemos conservado, imagínese usted, mínimo por unos 400

años desde nuestros ancestros. Y ahí esta conservado el páramo. Y los ambientalistas


dicen que el páramo de lo importante que es no tiene precio. O sea de lo importante que

es no tiene precio, y no nos ofrecen un peso a nosotros.

Que se pongan en el cuero de nosotros. Es muy triste para nosotros, como campesinos

que somos y hemos conservado el páramo, que nos vayan a sacar así, a gorrasos. Porque

es que, nuestros hijos también se merecen un futuro.

Nosotros también, así como ellos están en las ciudades y tienen su futuro, nosotros

también nos lo merecemos. Y el futuro de nosotros son las fincas de los páramos”, dice

Elacio Esteban Villabona, Presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda La

Marcela, en Suratá. Su testimonio al igual que la mayoría de la región, lleva consigo el

sentimiento de fastidio e inconformidad propios de la injusticia.

Creyente de que el derecho de las cosas es quedarse donde están, la comunidad

de mineros y pequeños productores se arma de valor y alza la voz contra las autoridades

competentes para que sean escuchados. Es el turno de los campesinos. Para ellos no es

entendible que la actividad económica minera, y en algunos casos agropecuaria de sus

municipios, se vea truncada por la necesidad de conservar lo que se ha conservado.

Personalidades políticas tienen dentro de su discurso la inconformidad

manifestada. Como lo expresó el representante a la Cámara, Jairo Hinestroza

Sinestierra, y refiriéndose a la audiencia pública hecha en el distrito minero en

noviembre de 2012:

―Dejo claro. En el escenario de Vetas, cuando se adelantó la audiencia pública,

no hubo una intervención, ni una, a favor de la declaratoria de parque o de


páramo. Ni una. Y esa fue una audiencia pública donde todos los ciudadanos

pudieron participar, y no hubo una. Entendemos que ha habido manifestaciones

de cientos, de miles, de millares de ciudadanos en el departamento de Santander

defendiendo esa acción gubernamental; pero particularmente en esa audiencia

lo que escuchamos fue gente que sintió que el Estado los había vulnerado y les

había quitado la posibilidad de ganarse la vida dignamente‖.

Comitiva de pobladores de diferentes municipios de la provincia de Soto se reunió en la

Plaza de Bolivar de Bogotá, mientras la Comisión Quinta estaba en audiencia. Foto: Tulio Sampayo

La problemática de estas poblaciones concierne a la falta de claridad en los

elementos del crecimiento económico, a la falta de acciones para el incremento en la

calidad de vida que debería crear el Estado con sus planes de desarrollo, en armonía con

el cuidado del ambiente y con los ámbitos institucional, y social. Que generen una

adecuada toma de decisiones con base en criterios más técnicos como: mejor


cartografía, mejor tecnología, mejores elementos para decisiones acertadas, que no

beneficien sólo los intereses de algunos sino de la mayoría.

El oro es una entidad cultural en este contexto. Y como tal define a cada una y a

todas esas personas; es su identidad. Aquí el Gobierno debe dar soluciones a la crisis,

resolver los requerimientos de la población implicada y que se les garantice las

condiciones vitales de subsistencia para las personas de la provincia de Soto Norte.

Allí, como dice su alcalde, Diego Augusto González Jácome, el oro hace parte

de la cultura del vetano: “Vetas es un municipio con 2.583 habitantes del cual el 95% de

su población, directa o indirectamente se ve relacionado al trabajo de la minería. Ya sea

directamente el jefe de hogar que ejerce la minería o la madre cabeza de familia.

Estamos forjando nuevamente recuperar esa cultura y esa identidad y esa idiosincrasia

del vetano, el cual es el de sentirnos orgullosamente mineros. (…) Los vetanos, los

californianos nos caracterizamos porque lo único que sabemos hacer es minería”.

“Agua sí, oro no”

“Agua sí, oro no”, junto a “Abajo la locomotora de la minería” fue uno de los

coros que repitieron en la aglomeración que se movilizó por la defensa del agua y en

contra de la explotación minera el año pasado. La manifestación empezó pacífica. Los

carteles llenos de mensajes que reprobaban la minería y preferían el tesoro preciado que

significa el agua sobre el oro, fueron unánimes.

La creación del parque y con ella el cuidado del agua se garantizó, en parte,

gracias a distintas marchas y movilizaciones que se hicieron en las ciudades. Uno de los


ejemplos emblemáticos, fue la jornada del 16 de marzo de 2012, en la que 44 mil

santandereanos, reunidos por organizaciones ambientalistas, caminaron a lo largo de la

carrera 27 y luego la calle 36 de Bucaramanga, para llegar a la Plaza Cívica Luis Carlos

Galán; para comunicarle a todos los actores, y al país, que el agua vale más que el oro, y

que su nacedero, el Páramo de Santurbán, es mucho más valioso que todo el oro que de

ahí se pueda extraer.

Ayer me llegaron voces

de unos sabios frailejones,

el temor está sembrado

en todas las direcciones.

Así reza una de las canciones dedicadas a la problemática que encierra el

Páramo de Santurbán y que al igual que las marchas alentaron la creación del parque. Es

interpretada por Lucia y los 5coherentes, y escrita por Álvaro Serrano Calderón quien

interpreta el cajón peruano en la agrupación, junto a dos de sus amigos, Maxim Flórez y

Sergio Laguado.

Soy piedra solitaria, soy altura

soy verde avergonzado, casi nube;

soy risco vigilante de la entraña

que empapa al habitante enmudecido

Puede que no sea una canción famosa o que no suene a diario en la radio, como

sí lo hacen todas las noticias en los medios de lo que sucede y deja de suceder en el


páramo, pero es una canción que se piensa como proyecto educacional y de consciencia

ciudadana.

Con pleno conocimiento de lo que acontece en Santurbán, Olga Lucía Santos,

vocalista de la agrupación, le dijo El Espectador que han recurrido a „otros zaguanes‟ y

por eso se han presentado en escuelas y colegios de la provincia y del área

metropolitana. “Que se vaya colando por las ventanas, en un viaje creativo que

acompañe la buena voluntad y las campañas para defender el páramo”.

La gente ha sentido con todo este proceso de delimitación de línea de páramo

que se les ha vulnerado los derechos esenciales y quitado la posibilidad de desarrollarse

dignamente. Porque así como el pueblo no olvida el permiso que la CDMB otorgó a la

Greystar, la gente recuerda la orfandad que ha sufrido por muchos años por parte del

Estado.

“Ya hubo una declaratoria de parque, en la cual yo hice parte del consejo directivo y

voté, arriesgué mi municipio en el 60% para evitar la masacre que se piensa hacer con

esos términos de referencia que está haciendo el Ministerio” dice González Jácome,

alcalde de Vetas, y añade, “Quieren acabar el municipio. Un 95% del municipio queda

incluido. Y no es justo. No es justo, como lo dijo el representante Molina, de que el

Gobierno se pierda, o no haya institucionalidad”.

Comunidades de ayer tenían una herramienta adecuada legal para ganarse la

vida, y hoy no la tienen. ¿Cómo el mismo Gobierno garantiza que un sector del

territorio que se ha excluido para la protección, para resguardar una riqueza biodiversa


que tiene el país, que tiene la región; igualmente no se convierta en territorio para los

ilegales?

Los enemigos de Santurbán

La esperanza es que en el territorio no aparezcan focos de minería ilegal. Que no

se repita la historia de hace 15 años en la misma región, donde la guerrilla tenía a la

zona de páramo como un corredor estratégico para sus actividades ilícitas.

Según un documento sobre la dinámica de la confrontación armada en la

confluencia entre los Santanderes y el sur del Cesar (Observatorio de Derechos

Humanos de la Presidencia de la República) de agosto de 2006, cuando Greystar se

estableció en la zona, en Santander operaban seis frentes de la guerrilla y varios

comandos paramilitares. En Vetas y California, los más de 500 mineros artesanales del

distrito eran asediados por las Farc, el EPL y el ELN. Retenes en la vía, secuestros

masivos, hostigamientos y extorsiones eran pan de cada día en la región.

Esta clase de episodios siguieron pasando hasta el 2011 cuando la presencia

militar estatal se hizo efectiva en la zona. Se despejaron los corredores establecidos por

los grupos al margen de la ley.

Con esos antecedentes y con la posibilidad latente de que la ilegalidad arremeta

en la zona, le queda un reto importante a la fuerza pública, pero también al ministerio de

Minas y Energía, al ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y al ministerio de

Interior. Hay que ser ágiles porque puede resultar en que la solución termine más

costosa que la crisis.


Hay que tener claridad sobre la pertinencia de uno de los actores en esta crisis,

uno de los más importantes sin duda: el Ministerio de Ambiente y Desarrollo

Sostenible. Como lo promulgaba la Política Nacional para Humedales interiores de

Colombia, en el 2002, este ministerio fue pensado para elevar la calidad de vida de los

colombianos, mejor vivienda, mejor salud, mejor ambiente, mejores condiciones de

vida. Todo ello implica infraestructura.

Es claro que uno de los retos que surgen es elevar la calidad de este ministerio.

Si se quiere un crecimiento económico, hay que pensar en actividades económicas

productivas, en industria, ejercicio minero, ejercicio energético basado en combustibles

fósiles; pero sin agotar la base de recursos naturales en los cuales se sustenta el

desarrollo del crecimiento y garantizando que las generaciones del futuro puedan gozar

de un desarrollo igual o mejor. Si esto se lograr se podría vincular equilibradamente

explotación de recursos naturales y ambiente.

Es clave cuidar la relación de la minería y la región, como lo señala el Alcalde

de California, Víctor Armando Arias Celis, “Se forjan unas esperanzas alrededor de esa

industria, ya no existiendo en ese contexto general una pequeña minería, que muy

legalmente vendió los títulos” y enfatiza, “pero al día de hoy, con casi 900 empleos que

se pierden en la provincia -es muy difícil porque- tuvimos un cambio de pequeños

mineros a industria. Ha faltado un orden en la región de cierta manera, unas políticas

públicas (…). La gobernabilidad se ha perdido”.


Alcaldes como el de Vetas y California sienten cómo se les culpa de la suerte

con la que corren sus poblaciones, pero es muy difícil sacar a un pueblo adelante si el

gobierno nacional no da las garantías mínimas necesarias para impedir la crisis.

Y sobre el desarrollo sostenible

El Presidente Santos lo repite cada vez que puede cua ndo habla en sus

Acuerdos Para la Prosperidad, “hay que buscar el equilibrio entre lo ambiental y lo

minero”. Es decir que la decisión corresponde a quienes pueden hacer posible ese

equilibrio: a los ministerios, al Instituto Alexander von Humbolt, a la CDMB, a la

Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla), al Instituto de Hidrología,

Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), a la Agencia Nacional de Minas, a la

Procuraduría, a la Contraloría, y a todas las demás entidades e instituciones que deben

aportar a los estudios y soluciones del problema.

Pero eso, que por ahora son solo palabras, necesita que se cumpla con urgencia.

Que se aclare el futuro de la delimitación de páramo. Ya vemos que la demora en la

decisión ha dado lugar a que empresas mineras hayan despedido personal, precisamente

porque no se sabe qué va a pasar. Para el mes de mayo de 2013, la multinacional AUX

dejó cesantes a 249 trabajadores, efecto de la condición inestable al interior de la

misma.

En menos de un año se han producido mil despidos de personal que trabajaba

con la industria minera de la región, y aproximadamente 500 trabajadores desempleados

por medio de contratistas.


El asesor del despacho de la Gobernación de Santander, Edwin Gilberto

Ballesteros, está convencido de que el problema de desempleo genera ilegalidad. “Ya

hoy hay personas capturadas, de los mismos trabajadores de las empresas mineras,

gente de bien, que tenía un trabajo, haciendo actividades ilícitas por el tema de los

recursos, y todos sabemos que el recurso es el oro. Todo el mundo sabe dónde está el

oro”.

Pero a él, como a otros, no le cuadran las cuentas, “ellos presentan unas cifras

de más de 50 toneladas de oro durante el 2012 en Colombia. Y que al igual se registran

3.7 toneladas de Colombian Anglo Gold, y más de otra empresa; de lo que estamos

hablando es de 7 punto algo toneladas aproximadamente. ¿Y el resto quién lo extrae?”.

Actualmente está estancada la explotación formal, pero irónicamente no se

garantiza que la explotación ilegal no entre en la zona. Ese oro no se va a quedar ahí. Y

mucho menos ahora que ya está determinado con estudios aprobados, que se sabe en

qué sitio, y en qué cantidades se encuentra. Sin una determinación eficaz y oportuna de

la línea de páramo va a ser muy difícil que esta situación se pueda corregir.

La población no puede seguir marchando, es una población minoritaria, y no

puede seguir siendo enfrentada con el área metropolitana por un tema de agua y oro. Un

producto como el agua que es tan importante para la sobrevivencia del ser humano, y el

oro que tiene un valor agregado que todos han mencionado, no pueden ser las únicas

variables de la ecuación. Es necesario el equilibro, el tan llamado desarrollo sostenible,

pero sostenible para todos.


Tienen razón las autoridades municipales al estar preocupadas. La espera aunque

sea pequeña para resolver la problemática, tiene que ser completamente concreta. Y si

no se da, como lo dice el mismo Alcalde de California, Víctor Armando Arias Celis, si

no se da por cualquier motivo que se pueda presentar, se necesita regresar a la gente

afectada al estado natural como comunidad, donde se conserve la identidad cultural y

las raíces que no pueden perder.

La herencia de hace años debe permanecer, pero esta vez con la información y

conocimiento de causa para que las cosas se hagan bien, para que no se presenten

escenarios de incongruencia entre la teoría y la práctica.

Para evitar impactos de tipo social y económico, se debería considerar una línea

homogénea de parque y páramo. “No se ha tenido aceptación del parque, mucho menos

se puede tener aceptación de una zona de páramo que involucre más terreno del

municipio como lo que ya se ha cedido”, dice el Herry Delgado, personero de Suratá.

Las voces de la crisis

Testimonios como el de Fabio Díaz, son constantes cuando se habla con la gente

local, este concejal pertenece a la comunidad de agricultores, y es campesino cebollero

del corregimiento de Berlín, Tona. Sus palabras tienen una carga emocional que solo se

pueden entender cuando se le escucha hablar. “Hemos vivido los tiempos de la

violencia. Hemos vivido todo. Pero nunca nos habían hecho tanto daño con estas leyes

que nos quieren (sollozos), es un desplazamiento prácticamente ambiental que ustedes

nos… (se quiebra la voz)”, afligidamente contaba el campesino.


Compartiendo el mismo sentimiento, el miembro del Consejo Municipal de

Planeación de Vetas, Adonaí Guerrero, cree que “con las consecuencias en este

momento ya no halla uno qué hacer. Porque uno siente el dolor propio de mucha gente,

entonces uno no habla por uno solo, sino de cientos y cientos de familias, hombres,

mujeres, y niños que están pensando qué va a ser de este momento en adelante, cómo se

va a hacer la vida. Gente que tenía un sueldo, un trabajito, y de la noche a la mañana le

dicen que ya eso se acabó porque simplemente en esta parte de Colombia no se puede

trabajar”.

Minero de la Empresa Minera Reina de Oro. Foto: Tulio Sampayo.


El papel del ministro de ambiente

La polémica tiene tres escenarios. El primero, y ya hecho realidad, es el de

Parque Regional. El parque salió adelante con la ayuda del Ministerio de Ambiente, la

CDMB, la Gobernación de Santander, y una compilación de estudios por parte del

Instituto Humbolt.

Según el Ministro de Ambiente, Juan Gabriel Uribe, “en un principio la idea de

parque se había trabado de tal manera que el debate era un enredo, no se sabía a ciencia

cierta de cuantas hectáreas se iba a tratar el parque. Y se logró, con los estudios propios

del Von Humbolt trabajar el parque regional desde la Corporación Autónoma Regional,

con cada uno de los presentes, con los alcaldes, con las academias, con las ONG, y con

los propios estudios hechos por la corporación”.

Tres veces se planteó la delimitación del parque de manera diferente, como lo

resumió Pastor Virviescas, en la Revista de Santander del mes de marzo de 2013:

“Nadie se explicaba por qué la demora en la declaratoria del parque, hasta que el

Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt emitió su

concepto favorable en noviembre de 2012, recalcando que no entendían cómo la

Corporación Autónoma para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB) había

pasado de una propuesta de 12.267 hectáreas en octubre de 2010, a 11.089 hectáreas en

diciembre de 2010, luego 10.912 hectáreas en septiembre de 2012 y finalmente 10.890

hectáreas en octubre de 2012, en la que fue considerada por el director de la CDMB,


Lúdwing Arley Anaya, como la mejor conquista, según lo manifestó en el debate

realizado en la Asamblea de Santander”.

El segundo escenario, y en desarrollo, es el de delimitación del páramo, en

condiciones propias de lo que significa el páramo en su geología, en su clima, en su

geo-referencia, en sus diferentes aspectos de fauna y flora. Actualmente esta es la

ubicación del problema, aún no se delimita la línea divisoria, y las poblaciones de los

diferentes municipios son los gravemente afectados hasta el momento.

Y un tercero, que corresponde a la etapa de licenciamiento con respecto a la

zona delimitada, previo a la delimitación, y solo en el futuro se tendrá certeza de lo que

pasará. Evidentemente vendrá el licenciamiento propio de la zona. Pero no se puede

saber cuál será la posición de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales hasta que

no se pase de la fase de exploración a la fase de explotación, lo que presupone un

estudio particular de cada caso. “Muy por debajo del páramo hay varios títulos mineros

otorgados por la Agencia Nacional de Minería, y en un momento determinado tendrán

que pasar algunas de exploración a explotación. No solamente están las de las líneas de

paramo”, aclaró en el Congreso, el Ministro, Juan Gabriel Uribe.

De estos tres momentos, es importante tener en cuenta que el páramo es un ente

vivo con gente adentro. Su situación se debe analizar mediante estudios que involucren

los elementos económicos sociales y ambientales que nacen de la propia constitución.

Ya el Ministerio del Medio Ambiente se vio obligado a recurrir al Fondo de Adaptación

para conseguir 31 mil millones de pesos para costear todas las inversiones en estudios


que desde el ministerio se disponen; mil millones se destinaron para el Instituto

Alexander von Humbolt en el que se hizo el proceso de estudio científico del parque.

Un plan sin locomotora y organismos estatales sin presupuesto

El Plan de Desarrollo exige que los páramos en Colombia sean delimitados a

escala 1:25.000 y deben estar listos antes de 2014. Esta delimitación permite que se

tomen mejores decisiones, y que se ocupe de todos los frentes. Esta escala detallada

brinda la información y soporte para que otros expertos que utiliza el Ministerio de

Ambiente como referencia, ayuden a que se tomen decisiones que incluyan los intereses

de todos, no solo a aquellos que se les otorgue una licencia ambiental.

Uno de los motivos del retraso en la entrega de la delimitación oficial de línea de

páramo es la reciente creación del Ministerio de Ambiente. Al ser un ministerio que está

en reciente formación y consolidación, los recursos que ya fueron otorgados no son los

suficientes para esa meta de delimitación que se ha propuesto para el 2014.

La sostenibilidad de la que hace alarde en su nombre el Ministerio de Ambiente

y Desarrollo Sostenible, poco puede evidenciarse en hechos concretos. Sí, el parque es

un hecho, pero para ser sinceros es más un problema que una solución en este momento.

Un páramo que se quiera preservar, ya se ha expuesto repetidamente, es una

buena idea en términos ecosistémicos y ambientales. Pero ésta misma idea de

preservación sin comprender el renglón humano no sirve de nada. Los espacios cobran


sentido por las personas que los habitan. De acuerdo con eso, este páramo es lo que es

por la gente que vive allí.

El desarrollo de un país no puede resumirse en términos de la riqueza que deja

un mineral metálico tras litros de agua perdidos y contaminados, o por el contrario

resumirse en número de hectáreas protegidas; menos aún en términos de desplazamiento

estatal.

El panorama desde otro actor, el Instituto de Investigación de Recursos

Biológicos Alexander von Humbolt, es de una institución de cumple con la ley pero que

no está en completa capacidad para responder por los estudios tan detallados que se han

exigido durante el debate de línea de páramo. Dice su directora, Brigitte Luis Guillermo

Baptiste, que no tienen la capacidad de ir a cada una de las regiones a evaluar las

decenas de propuestas de áreas protegidas que se están creando en este momento.

“Realmente respetamos muchísimo el trabajo que hacen las corporaciones en la

producción de conocimiento y en la definición de las prioridades regionales de

conservación; en tanto esas propuestas sean coherentes y tengan la prueba suficiente de

que se está cumpliendo con el objetivo que tiene la autoridad ambiental de proteger la

biodiversidad”.

El aporte del instituto es partir de una visión nacional y con base en la

aproximación de escalas sucesivas pasar a niveles de mayor precisión, “que en cualquier

caso van a implicar incertidumbre, importante en la toma de decisión, y que abre el

espacio para ese proceso de concertación que se requiere”, concluye Baptiste.


Trabajo y agua para todos

Ya se tiene el área de parque. Ya se dio la última gran manifestación. Ya hay

desplazados y desempleados. Ya están detenidas las actividades mineras en el páramo.

Ya hay una escala 1:25.000 que permitirá una mejor delimitación de línea de páramo.

Ya se protege el agua de la minería, con controles y supervisiones de las Corporaciones

Regionales. Ya hay un abanico de herramientas, y sin embargo, no hay una clara

solución para los pobladores de la provincia de Soto.

Ellos piden trabajo y el resto del departamento pide agua limpia. Mientras, el

Gobierno hace uso de toda clase de mañas para evadir la respuesta a la problemática

social. El gobierno ya definió cual es el espíritu de la política ambiental, y debe haber

quedado claro hasta el momento que la actividad minera no puede sacrificar agua.

Por lo pronto habrá que esperar a que se desate el otro nudo de la delimitación

de páramo para saber la cota por la cual se podrá hacer minería, la misma altura que

resolverá la situación de los pobladores y su posibilidad de asegurar y trabajar sus

tierras.

En juego no solo está el agua sino la condición de vida de miles de familias. Y

hasta ahora solo se tienen derrotas en todos los bandos: la creación del parque derrotó

en parte a las empresas mineras, y al mismo tiempo dicha delimitación derrotó un poco

el ideal de los ambientalistas y defensores del agua.

Al igual que la locomotora del Presidente, todos estos actores continuarán con su

esfuerzo de defender su particular interés: el de los ambientalistas, los industriales, y


políticos. Pero con la cada vez más creciente problemática de los reales afectados: los

habitantes, sin otra opción, seguirán quejándose, hablándole al Gobierno con vías de

hecho, con cierres de vía, con la subversión del orden.

Ojalá que los nuevos escenarios permitan el espacio de la concertación y la

socialización de todas las partes. Que al igual que algunos medios y diferentes entes que

han querido retratar lo que verdaderamente pasa, la academia se una y proponga vías de

solución.

Los páramos son el 3% del área del país, y de acuerdo con estas dimensiones

aún queda mucha tierra para explotar; pero por si no ha quedado claro, hay que insistir

en que todo el problema no se resume en que, en este caso, sea una zona de páramo que

se pretende explotar, el problema radica en que las políticas ambientales y mineras,

junto al interés social, deben ser verdaderamente sostenibles. De esa manera se podrá

contar en algún momento con trabajo y agua para todos. Esperaremos a que la

metamorfosis termine para saber a qué nos enfrentaremos.


CONCLUSIONES

Tras culminar todo el trabajo de campo y el producto periodístico propio de esta

monografía, resultan numerosas conclusiones que clasificaré en: temáticas,

periodísticas, académicas, y personales. Estos planteamientos y puntos finales reflejan

mi compromiso con la problemática social que desata la delimitación de páramo en

Santurbán, en la que siempre propendí por entender a cabalidad lo que pasaba y armar

un concepto interpretativo de la investigación realizada.

Conclusiones temáticas

Inicialmente debo explicar que estas conclusiones son temáticas por la misma

razón de que la crisis toca muchos frentes. La investigación de las partes involucradas

desarrolla diferentes temas que no se pueden obviar en la finalización de un trabajo

periodístico.

La primera temática es la social. Ya que mi foco fue la problemática de las

poblaciones afectadas, debo decir que hay ciertos vacíos en la misma sociedad

colombiana que propician este tipo de contiendas.

Por ejemplo la población de la provincia de Soto no ha contado con una

educación que le inculque desde la cuna la conciencia ambiental, no ha tenido una

formación de calidad que les ayude a entender la contaminación y las consecuencias

irreversibles que trae la minería en un área de páramo, y que siempre se debe procurar

por general el menor impacto ambiental.


A pesar de esto la población tiene consciencia ambiental producto de la

identidad y cultura de la región. Las personas se preocupan por la tierra, ya que esta es

su sustento.

Esa es una virtud innata de la población que cuidó y preservó el ecosistema,

aunque haya algunos que piensen, por no haber subido a mirar el sitio, que las casas y

actividades económicas que se realizan tengan al borde de la destrucción al páramo.

Al igual que el primer grupo de gente, que no contó con la educación y

conocimiento necesarios sobre la actividad minera que se ha desarrollo durante años, la

gente de las ciudades no se ha preguntado si realmente la información que circulaba por

todos lados era la verdadera.

En resumen, el problema de educación en los municipios se refiere al desarrollo

de una minería sostenible y amigable con el ambiente. El problema de la educación en

las ciudades refleja que la gente aprendió, erróneamente, que lo que dicen los medios es

la verdad absoluta.

Otro tema se refiere a la ausencia del Estado en la zona. Es evidente que solo a

través de la presencia de multinacionales se logra la protección de la población.

Protección que se halla en la región por el cuidado de los intereses económicos que

representa la inversión de las multinacionales.

La presencia del Estado se da únicamente en los momentos en que la inversión

extranjera representa importantes ingresos para el país, y no antes. Esto permite ver que


el Gobierno y el Estado no privilegian los derechos fundamentales de las personas y sin

embargo pretende alcanzar la supuesta prosperidad para todos, mediante el desarrollo

de solo algunos.

En cuanto a las políticas que se han desarrollado en los últimos gobiernos

colombianos, estas han querido que la industria y la inversión se incrementen sin tener

en cuenta los efectos colaterales sobre las poblaciones de donde se extraen minerales.

Desde la alta Guajira, atravesando todo el territorio nacional, los proyectos de

extracción representan un ingreso significativo para el país. A pesar de eso no se ven, en

la misma medida, los beneficios en las condiciones de vida de los habitantes de dichas

regiones.

Desde otra mirada, el tema ambiental produce cierta desazón. Las marchas y

todos los procesos de manifestación que se presentaron en torno a la minería en

Santurbán, le dieron suma importancia al cuidado del agua, la cual a pesar de ser uno de

los aspectos más importantes de esta problemática, no es el único tema que hay que

atender. Se asumió que la región estaba repleta de villanos que arrojaban a chorro

abierto mercurio y cianuro en los nacederos y ríos.

Evidentemente la contaminación que significa el uso de este tipo de materiales,

es un aspecto de cuidado y mucha atención. Sin embargo, hay que conocer y entender

su correcto uso para sacarles el mayor provecho y lograr el menor impacto posible en el

ambiente.


Asumir por parte de las ciudades que esa contaminación era tan alarmante como

lo pintaban los medios, significaba una ignorancia atrevida, al no querer saber qué

pasaba en realidad.

Específicamente el proyecto de “Angostura” en California, iba a utilizar

cantidades, casi que inimaginables de mercurio, cianuro y otros elementos,

completamente contaminantes y perjudiciales para la salud. A buena hora se detuvo el

proyecto, pero la gente no se interesó en saber que la minería que utiliza estos

elementos había tenido presencia en la región mucho antes de las multinacionales que

ahora se conocen. Tampoco se sabía, y algunos aún no lo saben, que de este tipo de

zonas hay yacimientos de mercurio naturales, que terminan igual que el que se utiliza en

la minería, en el río.

El país no se puede concebir sin industria minera, no solamente la de oro y plata,

propia de Santurbán. El desarrollo que ésta significa no puede ser ignorado, pero para

que se pueda dar de manera correcta es necesario un estudio meticuloso de todos los

aspectos que podría comprometer dicha minería.

Si desde el Gobierno y la misma sociedad se tuviese mayor conocimiento de los

procesos preventivos en torno a la minería, y las formas alternas con bajos impactos

ambientales que se están desarrollando en el mundo, muy seguramente las marchas

defenderían el agua, pero al mismo tiempo le exigirían al Gobierno que mejore la

calidad de los procesos. Llanamente no es válido pensar en un desarrollo sin industria,

pero tampoco es posible pensar en un futuro sin sostenibilidad.


Conclusiones periodísticas

La parte periodística del reportaje me permitió entender por qué es importante

una investigación profunda de los hechos para poder establecer un concepto sobre la

cosa en su totalidad.

El tratamiento de la información, que es permitido desde el periodismo de

interpretación, brinda las herramientas para que un lector curioso comprenda lo que

sucede con el mayor detalle posible, pero invitando a la reflexión sobre las relaciones de

poder que se encierran en cada actividad diaria.

Fue de mi completo interés, saber que a través de la interpretación puedo ir más

allá del mero mensaje. Se puede transportar al lector al tiempo y espacio que se describe

pero que a la vez da la libertad de pensar abiertamente sobre cada aspecto que se

menciona. Es decir, el periodista utiliza todas las herramientas que el periodismo le

proporciona para que la sociedad fiscalice los procesos y no vea meramente lo que pasa.

A manera de conclusión periodística, es importante decir que a la hora de

investigar un problema tan denso como el de este páramo siempre va a haber un

embotellamiento de información. Por lo que es primordial que el periodista distinga

muy bien de qué está hablando y cómo los elementos que argumentarán su escrito son

los más pertinentes.

Sin duda el reportaje de investigación abre la posibilidad de nuevas maneras de

interpretación y maneras de expresión, en las que el aspecto multimedial son claves para


no caer en los mismos formatos cuadriculados que se presentan en la mayoría de los

medios, pero que no despiertan un ápice de interés en el lector o espectador.

Conclusiones académicas

En cuanto al aspecto académico hay una gran conclusión que es fácil de inferir

de lo que retrata el reportaje. La presencia de la academia para ayudar a entender los

procesos en los que se ha desarrollado económicamente el país durante años, es muy

vaga.

Aunque desde las universidades se estudien las repercusiones negativas de

elementos dañinos para el ambiente, ligados a la minería, no es suficiente con hacer un

cuadro de cifras comparativas por porcentajes globales de contaminación con respecto a

otros países, para decir que se está haciendo algo desde la academia.

La población en general no sabe muchos de los datos científicos y hechos

comprobados con estudios que han hecho expertos del tema. Sin embargo, estos no han

desarrollado propuestas visibles y de fácil digestión para la población, en las que al

tiempo que se enseña de las características de elementos y procesos, se esbozan

soluciones factibles y congruentes con el contexto nacional.

No se puede decir que la investigación no se está dando desde la academia. El

problema en realidad es que esa investigación y conocimiento se ha quedado en su

mayoría en sus lugares de origen, arrumados en bibliotecas, o mandados a publicaciones

internacionales que se interesan por el tema, pero que poco o nada representan una

solución para la problemática en torno a la contaminación por la minería.


Conclusiones personales

El aprendizaje personal que adquirí a través de todo el proceso de investigación

de mi producto, es inmenso. El contacto directo con las poblaciones afectadas, el

conocimiento de causa del estado del páramo y las minas que se encuentran en la zona,

me hizo mucho más sensible a los procesos sociales y económicos que se desarrollan en

el país.

El trabajo de campo me permitió repensar la responsabilidad tan importante que

carga el periodista con cada cosa que dice, escribe, o produce. De esta manera, al

recopilar información pertinente, se incrementaba la curiosidad de encontrar más

respuestas.

Hasta último momento tuve muy presente que el problema no era que se le

quitara una pata a la mesa sino que permaneciera el equilibrio. Me quedan dudas de

todo lo que investigué, pero a la vez siento que cumplí con lo que era requerido.

Este trabajo de la interpretación y la investigación, nunca termina. Cosa que me

motiva, ahora que mi trabajo de grado está terminado, a pensar en la continuación de lo

que pasará. Pensaré en crear un libro que compile todo lo que mi investigación y

reportaje arrojaron.


ANEXOS

CONSULTA A EXPERTOS

Los expertos consultados para este Reportaje de Interpretación son autoridades

gubernamentales y ambientales que fueron protagonistas en el debate. Dado a que la

extensión de los audios de estas entrevistas es larga, me limitaré a hacer un resumen de

lo que cada uno de ellos anotó. Para ampliación de estos registros se pueden revisar los

audios correspondintes.

Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible – Juan Gabriel Uribe

El Ministro habló sobre la importancia de su ministerio, y aclaró cuáles son las

acciones específicas que se están desarrollando para estas áreas de páramo.

“El ministerio es muy reciente. Artículo 202 del plan nacional de desarrollo.

Año y medio o dos años que tiene vigencia el plan nacional de desarrollo, y el

ministerio tiene alrededor de un año y medio con esta vigencia para lo cual desde el

ministerio fue donde se consiguieron los recursos de inversión para la delimitación de

los páramos”.

“Santurban es uno de los 34 complejos de páramo que hay en el país. El país

tiene más o menos unas 2 millones de hectáreas de páramos, es supremamente

importante para este gobierno por el tema del cambio climático.

Si Colombia es el país más biodiverso del mundo por kilometro cuadrado. Si

tiene recursos hídricos más importantes dentro del mundo, tiene esa variable negativa

hacia el futuro del cambio climático. Cambio climático que afecta particularmente el


recurso hídrico por su proceso de regulación. Buscar la regulación de los páramos por

v´sa de la protección de paramo y humedales y elementos RAMSAR para proteger

precisamente humedales, estrellas fluviales, y obviamente aquellos escenarios donde se

produce y se regula el recurso hídrico.

Paramos a su vez que producen a su vez el 68 o 70% del recurso del agua para el

consumo humano. Este país vive de lo que logra subsumir el paramo en agua lluvia y

transportarlo por aguas superficiales y por acuíferos evidentemente tener una gran

exposición de recurso hídrico en el país.

La importancia del paramo como elemento sustancial de reservorio del recurso

hídrico y los servicios hidrológicos y los servicios ecosistemas ecológicos

fundamentales para poder sustentar hacia el futuro, un país que es vulnerable al riego y

al cambio climático sustancialmente”.

“¿Por qué es importante Santurbán para nosotros? Porque se ha convertido en el

emblema y el símbolo como polo de desarrollo para poder ver cómo se van a producir

los siguientes paramos. Santurbán es muy importante para ir aproximando un ejercicio

que nos permita replicar en otros paramos, diciendo claramente que todos tienen

condiciones y características completamente diferentes. Pero vamos a hacerlo con

cuidado con detenimiento”.

Directora del Instituto Alexander von Humbolt – Brigitte Baptiste


La directora aclaró cuál es el papel del Instituto en este proceso de delimitación

de páramo, y cuáles son las condiciones bajo las cuales se realizan por parte de este

organismo.

“El papel que el instituto juega en este proceso es el de proveer el conocimiento

técnico y científico que se requiere para tomar la mejor decisión posible. Y las

decisiones no solo se toman con esto que siempre es incompleto, sino que se toman en

un proceso de concertación”.

“Nosotros no tenemos capacidad de ir a cada una de las regiones a evaluar las

decenas de propuestas de áreas protegidas que se están creando en este momento. Y

realmente respetamos muchísimo el trabajo que hacen las corporaciones en la

producción de conocimiento y en la definición de las prioridades regionales de

conservación. En tanto esas propuestas sean coherentes y tengan la prueba suficiente de

que se está cumpliendo con el objetivo que tiene la autoridad ambiental de proteger la

biodiversidad”.

“El proceso de delimitación de paramo que nos pide la ley es de escala nacional.

Eso es muy importante tenerlo en cuenta. Y el instituto debe proveer el conocimiento

para hacer que todos los páramos de todo el país, los 34 complejos de paramo puedan

ser delimitados a través del tiempo, a manera que se proteja su biodiversidad y su

funcionalidad ecológica”

“Para nosotros es imposible, desde el punto de vista científico, llegar a la

zonificación detallada, o al microzonificación a la que hacia referencia el representante


Alfredo Molina al principio de la sesión, porque el atraso que tiene Colombia en

sistemas de información y en manejo y procesamiento de información ambiental es

terrible”.

“En este momento el instituto está acompañando y trabajando con el ministerio

en la discusión de todos los resultados de la investigación que se ha hecho en todos los

frentes. El instituto ha hecho el acopio y la síntesis de todos los temas geológicos, de los

temas climáticos, de los temas de biodiversidad, y parcialmente de los temas sociales y

económicos, de acuerdo con los diagnósticos que están en los documentos de la

corporación, de la gobernación, en el plan de ordenamiento de la cuenca Suratá, en los

planes de desarrollo regionales, en fin; información que no estaríamos en capacidad de

buscar como fuente primaria. Y esos estudios están siendo cotejados en conjunto con

los estudios económicos que se están aportando de otras fuentes, y el trabajo que inicia

el ministerio con FEDESARROLLO, con FINDETER, para hacer una evaluación de los

escenarios económicos futuros ante el cambio climático, ante el cambio eventual de

actividades económicas en la zona, en fin, son temas que no son de directa colación del

instituto”.

Agencia Nacional de Licencias Ambientales (Anla) – Luz Elena Sarmiento

“ANLA no tienen ninguna injerencia en el proceso de delimitación. No tenemos

ningún proceso de licenciamiento en curso o en solicitud frente a la autoridad nacional

de licencias. Estamos esperando la delimitación, cuando esté completa nos afectara para

las decisiones”.

“En el momento en el que llegue algún proceso de licenciamiento lo que

nosotros proponemos es que se incluya el componente social dentro de la evaluación del


mismo. Dentro de paramo no existirá una actividad minera como tal y eso es lo que

deben hacer cumplir, cuando este delimitado”.

Ministro de Minas y Energía – Federico Rengifo

“Desde el ministerio de minas es claro que en las áreas donde haya páramo no

debe haber ninguna actividad económica. Pero requerimos la delimitación de este

páramo para poder actuar por debajo del mismo”.

“Este país tiene por delante una función enorme y es que su riqueza la pueda

explotar en beneficio de la gente. Respetando el ambiente, respetando a las

comunidades, respetando las minorías, haciendo que los estándares con las cuales se

haga se haga bien.Y por eso es que hemos hecho lo que hemos hecho en este Gobierno.

Por eso es que hemos hecho la institucionalidad que tenemos, por eso es que la

trasformamos. Por eso fue que nosotros congelamos 19.000 solicitudes de títulos, de los

cuales si no estoy mal –y ahora tendrá oportunidad la ANM- de los cuales se han

revisado más de 12.500 y más del 95% se han rechazado. Esa fue la herencia que

tuvimos”.

“Hemos estado mirando el tema de las legalizaciones. Por eso es que hemos

hecho todo el tema de la fiscalización de los que ya están vigentes. Y hoy, esta mañana,

la agencia nacional de minería mostrando por qué tras 9 mil y tanto títulos que están

vigentes, ya llevamos más de 2.800 revisados y el 30% tiene problemas de uno u otra

índole, pero son vigentes”


“Este es un caso donde la comunidad que tiene una tradición minera, que tiene

una tradición de más de 450 años como lo han dicho, quiere esa actividad, y quiere

mantenerse en esa actividad. Y quiere preservar al mismo tiempo, porque así lo han

dicho que lo han hecho en el pasado los páramos. Y no están en contradicción con las

empresas; están en contradicción con que no tengan ellos la posibilidad de tener trabajo,

licencias. Y eso me sorprende, porque ese es un rasgo de lo que vamos a tener que tener

en cuenta muy claramente en el impacto socio-económico”.

“Ya en el concepto previo no vinculante que el ministerio entrego en el 2010,

daba una descripción de las personas que estaban allí, y de las afectaciones que en unos

de los municipios es más del 90% de la gente dedicada a esa actividad. La capacidad

que tenían de tener minas artesanales, y como lo decía en algún momento el alcalde de

california, si eso lo deciden de otra manera, porque no tienen la capacidad de decidirlo

que nos digan entonces qué vamos a hacer. Ese rasgo es una de las condiciones

fundamentales para tener en cuenta en esta definición”.

Agencia Nacional Minera – María Constanza García

“En este proceso de fiscalización, se han adicionado 2% de los recursos de las

regalías para esta tarea de fiscalización, que consiste en hacer un control, un revisión

integral de todos y cada uno de los títulos mineros otorgados por las diferentes

autoridades a lo largo y ancho del país”.

“En cumplimiento de los temas ambientales, hemos encontrado que el 10%

tienen alguna falla, o no tienen licencias o efectivamente hay un incumplimiento.

Inmediatamente se ordena la suspensión de la actividad minera y a titulo seguido se le


comunica a la autoridad, dependiendo del tamaño: la corporación, la Anla. Para que se

tomen las acciones y muy posiblemente en lo que termina la sanción máxima, que es la

caducidad de los títulos”.

“Tener la licencia minera es solamente uno de los pasos para poder desarrollar la

actividad minera. Entonces en este caso, en el cambio de modalidad, necesitamos

indispensablemente contar con la delimitación de paramo a una escala diferente.

Entonces es así como en Santurbán y en todos los páramos, y en todas las áreas

protegidas del medio ambiente, la autoridad minera es acompañada de las otras

autoridades que tienen el resto de las competencias. El estado en pleno, en la tarea de

proteger, buscando y teniendo siempre en cuenta que la sostenibilidad es un triangulo”.

Asesor del Despacho del Gobernador de Santander – Edwin Gilberto

Ballesteros

“La preocupación de lo que es el problema lo tiene el gobierno departamental,

no tenemos competencias de delegación minera pero estamos en la problemática minera

de la región. Incertidumbre por parte de las empresas, de los despidos que llaman ahora

los arreglos voluntarios para despedir los empleados. Los 249 trabajadores de la

empresa AUX, de diferentes municipios de la provincia de soto norte, que durante el fin

de semana firmaron ese acuerdo de despido voluntario y durante los siguientes 15 días

o este mes no van a tener problemas para el sustento de sus familias pero resulta que dos

o tres meses después vamos a tener que afrontar los problemas.

Ya hoy hay personas capturadas, de los mismos trabajadores de las empresas

mineras, gente de bien, que tenía un trabajo, haciendo actividades ilícitas por el tema de


los recursos, y todos sabemos que el recurso es el oro. Todo el mundo sabe donde está

el oro.

CDMB – Arley Anaya

“Hemos sido objeto de muchas marchas, por ambientalistas o la minera. Hemos

sido la mala del paseo. La propuesta del parque era la mejor propuesta, y que reunía el

respeto a las actividades económicas de la región. Me identifique con la declaración que

hoy es un icono para la región”.

“Las corporaciones hoy en día nos estamos viendo hoy en día, prácticamente, al

cierre inmediato, como lo es el caso de Corporación Autónoma para la Defensa de

Bucaramanga. Cómo vamos a tener gobernabilidad señores representantes frente a un

área protegida si no contamos con los recursos necesarios para hacerlo”.

“Yo tengo que dejar evidencia que hoy la CDMB tiene una crisis financiera

donde la ley de áreas metropolitanas sucumba ese interés de protección que tienen las

corporaciones para girar los recursos de la sobre tasa ambiental hacia las áreas

metropolitanas quedando desprotegidas de cualquier acción, las CAR, y después en el

país va a pasar con todas las corporaciones autónomas regionales”.

Representantes a la Cámara

William García


Este representante se refirió a la experiencia vivida en la Audiencia Pública

realizada en el municipio de Vetas en noviembre de 2012, escenario propicio para la

exposición de las quejas de los habitantes de la región de la Provincia de Soto Norte.

Aparte como el siguiente, demuestran el interés de este representante en mostrar

cómo la demora en la delimitación de la zona de páramo complica el escenario social y

económico de la zona.

“Se tomaba como herramienta escuchar a los campesinos, pero lo que ellos

dijeron no se tuvo en cuenta. La audiencia que contó con la presencia del Gobernador

no fue tan significativa como ellos esperaban que fuera”

“Hay que tomar una decisión con base a estudios. Existe una incertidumbre por

la decisión, que le corresponde al Ministerio, en la línea de páramo, decisión que nos

tiene hoy preocupados”

“El balón está en el Ministerio de Ambiente, pero se debe hacer una decisión

concertada, sobre lo que piensa un población que hace más de 400 años viene

dependiendo de la minería”.

“Hoy las empresas mineras han estado despidiendo personal, a personas que

trabajaban, que laboraban con ellas, en sus actividades. Precisamente porque no se sabe

qué va a pasar. Con qué se nos puede venir la decisión; no permitiendo la explotación

formal pero a su vez permitiendo que se siga explotando de manera ilegal”.


Alfredo Molina Triana

Al igual que el anterior representante, Molina Triana, abogo por la gente de la

provincia, pero esta vez desde una perspectiva reflexiva sobre la política de desarrollo

del Presidente Juan Manuel Santos.

“Cuando iniciamos el plan de Gobierno del Presidente le apostamos a la

prosperidad, prosperidad con sostenibilidad, y se declararon cinco pilares:

Infraestructura, Vivienda, Minería, Agropecuaria, y el ejercicio de la Tecnología,

Información y Comunicación. Esos cinco pilares del desarrollo son los que marcan la

prosperidad democrática”

“La institucionalidad de Colombia estaba débil en materia de la acción operativa

que tiene la institucionalidad que hacer para poder responderle a un país.

Institucionalmente el Gobierno tiene que legitimarse a través de una acción operativa de

política pública, y de institución pública, respondiéndole a los colombianos en material

de lo que el país debata en ese momento”

“Elevar la calidad del Ministerio de Ambiente, quien debe velar por elevar la

calidad de vida de los colombianos, mejor vivienda, y eso implica infraestructura,”

“Sin agotar la base de recursos naturales en los cuales se sustenta el desarrollo

del crecimiento y se garantiza que las generaciones del futuro puedan gozar de un

desarrollo del futuro. Ahí se vincula recursos naturales y ambiente”.

Jairo Hinestroza Sinestierra


Para este representante la prosperidad y sostenibilidad que debe representar el

Gobierno solo puede darse si hay una completa participación de todas las partes.

“Los pobladores han pedido que la delimitación de páramo coincida con la

delimitación de área de parque”

“¿cuáles son las dependencias del Gobierno que deben responderles a estas

comunidades? Comunidades que ayer tenían una herramienta adecuada legal para

ganarse la vida y que hoy no la tienen. ¿Y cómo ese mismo Gobierno garantiza que a

esta región no llegue la ilegalidad?”

“¿Cuáles son los intereses de los congresistas para hablar de este tema? nos

mueve la obligación constitucional y legal de general las condiciones para que hasta el

último de los colombianos sea atendido en sus necesidades”

FUENTES DOCUMENTALES Y ORALES

Con respecto a las fuentes orales, el trabajo de campo en la región de la

Provincia de Soto, me permitió recolectar los testimonios de pobladores y alcaldes. Hay

existencia de videos y material de audio de la totalidad de los testimonios. Sin embargo,

solo se citaran unos pocos.

Silvia (Municipio de Berlín)

“Nos tienen que dar la información, nos tienen que decir. ¿Qué van a hacer con

nosotros? Con los hijos de nuestros hijos. Nosotros somos los dueños de la tierra.


Nosotros la hemos trabajado. De ahí hemos vivido; unas veces bien, otras veces mal.

Unos han hecho plata, otros sobrevivimos. Hemos sacado a nuestros hijos adelantes.

Hay hijos que están en la universidad. No somos tampoco unos brutos, tenemos hijos en

la universidad. Y si no nos dan una solución, no sé qué pasará con nosotros.

Pero no nos vamos a ir a engrosar los cordones de miseria de las ciudades. Si

nos sacan, nos sacan muertos, y nos llevan al cementerio. Pero nuestra tierra la vamos a

defender, así sea con la vida”.

Luis Alfredo Muñoz (Conalminercol)

“Varias federaciones, asociaciones, y empresas de todo el país, que tienen que

ver con el tema de la minería, de los distintos minerales: que va desde los materiales de

construcción, los minerales preciosos, carbón, varita, en fin. Todos los minerales que

hay en el subsuelo colombiano.

Nos ha tocado organizarnos en el caso de Santander, debido a que la política del

Gobierno, ha sido más bien una política en contra del interés nacional. Es decir, la

industria nacional minera no tiene apoyo de ninguna clase, por parte del estado

colombiano.

Y por el contrario, la actitud, y la política que viene practicando este Gobierno, y

el anterior particularmente, han sido de favorecer a las grandes multinacionales que se

están empoderando en el país.


Prueba de ellos es que ya tienen medio país concesionado a nombre de todas

estas multinacionales. Y realmente ya es muy poco lo que queda del subsuelo

colombiano para que lo puedan disfrutar las empresas nacionales, o empresas de

colombianos.

En el caso específico de Santander, muchos mineros pequeños, pequeños, como

de las arcillas, que son los que producen el ladrillo, la teja, la escoba, otros productos,

los materiales de construcción y las calizas; entonces estos son pequeñas empresas,

pequeños nichos familiares que han generado unas pequeñas empresas, otros son grupos

asociativos como en el caso de los explotadores de arenas.

Existen en Santander, en varios municipios, unas asociaciones, grupos

asociativos que son los que mediante esa forma organizativa hemos podido facilitar y

presionar ante el Gobierno la vinculación de algunos contratos de concesión.

En otros casos, se está pendiente de eso. Ha sido imposible, como el caso de

Charalá ha sido imposible que el Estado tenga alguna consideración con estos mineros

tradicionales, que existen allí, y que explotan por ejemplo arena y materiales de

construcción hace muchos años.

La verdad es que en torno a eso se presentaron algunas propuestas ante el

Ministerio de Minas y Energía, nunca fueron acogidas. Y por el contrario han venido

más bien, como en una actitud de persecución.


La persecución en Santander, ha ido desde el mismo desalojo por parte de la

fuerza pública, sin tener en cuenta que estas son familias enteras que su sustento

depende de este trabajo.

Hay zonas donde este tipo de familias, hace 15, 20, 30 años, ese es su trabajo,

pero que el Estado nunca hizo nada por legalizarlo. Entonces hoy, la política actual se

jacta de que el combate, y criminaliza, tal cual como lo estableció los últimos decretos,

expedidos por el actual Gobierno en diciembre, donde criminaliza la actividad minera

para los ilegales”.

Alba Rodríguez (Vetas)

“La historia empezó desde cuando empezaron a llegar las multinacionales, el

Gobierno nos vio, ya supo que existíamos aquí en Vetas, pero ya se formó una

persecución de todos los ambientalistas, que ya nosotros no podemos hacer nada. Qué la

minería, todo contamina. Qué se está regando cianuro. Qué se está regando mercurio,

cuando eso es mentira, porque ya el mercurio no se trabaja, no se trabaja el cianuro, y

no se está trabajando la mayoría de minas porque el medio ambiente no deja.

Nosotros tenemos una tierrita, que es allá por los lados de la laguna de Pajarito,

que no sabemos nosotros qué vamos a hacer nosotros con esas tierras. Supuestamente lo

declararon parque, pero esas tierras no sabemos nosotros si esas tierras nos las van a

pagar, no sabemos nada, nada ahorita.

Y el desempleo que se está incrementando ya mucho. Todos ya desempleados,

porque todas las multinacionales se fueron, la pequeña minería ya casi que se acabó,

porque desde el Gobierno nunca hubo apoyo, no hubo apoyo de nada.


Hay mucho desempleo. Ya estamos sufriendo las consecuencias de todo este

problema. El señor de la corporación viene y nos dice una cosa y a Bucaramanga va a

decir otra.

Nosotros ya estamos perdiendo hasta la identidad. Porque nosotros no podemos

decir que somos de Vetas porque de una vez dicen “¡Ah! Esos son los asesiones de

Vetas, esos son los que están contaminando el agua, esos son los que están haciendo

esto y aquello”.

Entonces nosotros ya no podemos decir “nosotros somos de Vetas”. O sea que

estamos perdiendo la identidad de nosotros. Porque no podemos negar nuestra tierra, no

podemos decir que somos de aquí de Vetas, de una vez nos ponen problemas.

Mi esposo trabaja en la minera, y trabajaba un hijo; pero ya el hijo se quedó sin

empleo ahorita. Y hay mucha incertidumbre de la gente, que ya no sabemos qué vamos

a hacer, qué van a hacer con nosotros. Porque nosotros, no es una o dos familias, somos

los dueños de los predios más o menos , por ahí unas: son 72 predios, y cada una tiene

varias familias.

Por lo menos el caso de nosotros somos tres familias, que viven del terreno que

nosotros tenemos allá. Supuestamente ya no nos dejan trabajar en la tierra, ya no nos

dejan hacer nada. Entones esa es toda la problemática de todos nosotros.


Ya nuestras tierras no valen nada. Si va a hacer uno un préstamo en un banco, ya

no nos lo dan, porque ya pertenece al páramo. Y yo no estoy de acuerdo. Estoy de

acuerdo todavía con la línea de parque, pero con la línea de páramo no, porque ahí si

nos acaban de perjudicar.

No nos dejan trabajar, no nos dejan hacer nada. Y uno que ha vivido toda la vida

de la minería, toda la vida ha vivido de eso, entonces uno no sabe hacer más nada que

minería.

A los ambientalistas, que realmente, ellos consideren que no van a desplazar una

familia, que van a desplazar es miles de familias. Allá en Bucaramanga nos llaman, que

las minorías, pero acá existimos, somos seres humanos, como cualquier ser humano.

O sea no tienen por qué discriminarnos, porque nosotros nacimos aquí en el

páramo, que hace 460 años está, o sea que nosotros nacimos primero aquí, hubo primero

asentamiento minero aquí en Vetas que en Bucaramanga. Porque es fundado primeo

Vetas y luego Bucaramanga.

Entonces, a nosotros nos tratan de intrusos, pero nosotros no somos intrusos.

Nosotros tenemos toda la vida aquí. Toda la vida ha sido historia desde aquí de Vetas.

Nuestros antepasados, desde los indígenas, han pertenecido a ser mineros, porque

somos mineros, porque esa es la realidad de las cosas. Ser mineros.


Y ahora es por eso que nos tildan de asesinos. Y vuelvo y repito, que nosotros no

podemos decir en Bucaramanga que nosotros somos vetanos porque todos dicen: “no,

ustedes son de Vetas. Son unos asesinos”.

Norte de Santander nos ha atacado mucho, el gobierno de Norte de Santander

nos ha atacado mucho, y ellos no se han dado cuenta. Vengan y conozcan, vean que la

realidad es otra.

Si puede vivir el medio ambiente, puede vivir la minería, sí. Que la controlen,

¿no? Pero que haya minería, que haya trabajo, que haya. Ellos no dicen que nos van a

sacar, ellos dicen que ahí vamos a seguir. Pero al no haber trabajo, al no dejarnos

cultivar la tierra, al no dejarnos trabajar, al no dejarnos hacer nada, ¿qué hacemos? ¿Qué

quiere decir eso? ¿Qué nos van a sacar? ¿Qué hay desplazamiento?

Y una incertidumbre que tiene uno, que no se sabe. Es como una guerra

psicológica. Porque todos los días uno pensando, ¿qué vamos a hacer? ¿nosotros qué

vamos a hacer? ¿pa‟ donde nos vamos a ir?”.

Víctor Julio Durán (Suratá)

“Los medios de comunicación debían haber estado haciendo parte en este

proceso, para que se hubiera llevado a cabo una socialización como debe ser. Porque el

proyecto de parque no fue socializado.

Cuando llegaron con el cuento de la declaración del parque natural regional

Santurbán, ya estaba todo montado y no socializaron. Con la comunidad no

socializaron.


No han tenido en cuenta qué van a hacer con una persona que sacan de aquí y se

va ir a otro lugar. Donde llega a Bucaramanga y no sabe sobrevivir.

O que los cambien de un clima de estos a un clima de Río Negro. Por ejemplo,

de que aquí logren que les compren las tierras y se vayan a comprar una finca a Río

Negro; ellos no tienen la experiencia, ni se van a aguantar por el clima, los cambios de

clima, para poder seguir sobreviviendo.

Entonces, yo pienso que el estado debe tomar medidas, y diría, adquirir los

terrenos, no como dicen que teniendo en cuenta el avalúo catastral porque eso no puede

ser. Tiene que hacerse es un avalúo comercial y tener en cuenta que hay que tener un

sobreprecio, que sería como un aporte a una inversión social, que haga el Estado a las

personas que resultaron afectadas con la creación del parque”.

EXPERIENCIAS SIMILARES

El trabajo periodístico de diferentes medios de los departamentos de Santander y

Norte de Santander, le ha dado continuidad al proceso referente a Santurbán. Un trabajo

que llamó mi atención y por el cual su director Pastor Virviescas es el ganador de un

Premio Simón Bolivar, corresponden a una posible experiencia similar a la producción

de este Reportaje de Investigación.

El seguimiento a la problemática hecho por el periódico 15, en Bucaramanga

será retratado con uno ejemplo de la clase de artículos publicados:


SANTURBÁN NO ESTÁ DESAMPARADO

Los 20.000 ciudadanos (“más de 3.000” según el periódico conservador El

Frente) que marcharon el pasado 16 de marzo por la defensa del agua y contra la

megaminería, le siguieron demostrando al Páramo de Santurbán que sí tiene quién se

preocupe por su futuro, que es el mismo de los habitantes del área metropolitana de

Bucaramanga.

Por Pastor Virviescas Gómez

Ese viernes en la tarde, comparsas de locomotoras mineras descarriladas,

macabros seres de escafandra y huesos corroídos por el cianuro y el mercurio,

papayeras, pancartas con consignas como “Salvemos el agua, salvemos la vida” o “¡El

agua y la vida no se negocian!”, ancianos, padres de familia, sindicalistas, diputados,

obreros, amas de casa, estudiantes, docentes, pequeños mineros de Vetas y California

venidos a menos, músicos, poetas, veedores y defensores de derechos humanos,

seguidos de cerca por decenas de policías con escudo, bolillo y gases, partieron de la

Puerta del Sol, tomaron la carrera 27 y por la calle 36 descendieron hasta la Plaza

Cívica „Luis Carlos Galán‟, lugar de concentración.

En la celebración de un aniversario de la „Revolución‟ –rebelión- de los

Comuneros (1781), también desfiló la bandera de Canadá con la calavera del pirata, las

dos tibias y la frase: “Venimos por el oro, ¡arrasando y engañando!”, y una pancarta

más con el lema: “La riqueza obtenida destruyendo nuestro suelo, es criminal”.

Alentados por consignas como “el agua vale más que el oro”, la jornada

transcurrió en orden salvo una „papa-bomba‟ arrojada frente a las instalaciones de Eco

http://www.15enlinea.com/medio-ambiente/385-santurban-no-esta-desamparado


Oro Minerals Corp (hasta el año pasado Greystar) y los disturbios registrados al caer la

tarde cuando en la Plaza Cívica un grupúsculo de muchachos increpó, insultó y lanzó

objetos contra los agentes, que de inmediato recibieron el apoyo de los acorazados del

Esmad, quienes con bombas lacrimógenas y macanas, y desplegando su fuerza bruta, se

trenzaron en una batalla campal, en la que no faltó la mujer de 60 años que sacó de su

mochila una botella con pólvora para tirarla y aumentar el caos que fue aprovechado por

unos cuantos saboteadores infiltrados.

Como en la marcha del 25 de febrero de 2011 -día en el que caminaron más de

40.000 personas-, en esta nueva ocasión los santandereanos atendieron el llamado de

organizaciones como movimiento cívico Conciencia Ciudadana, Sociedad

Santandereana de Ingenieros, Comité Pro-Santurbán, Sindicato del Acueducto y

Fundación Compromiso, a pesar de mensajes anónimos que pretendían causar confusión

diciendo que estarían presentes la ex senadora Piedad Córdoba y los congresistas Jorge

E. Robledo e Iván Cepeda, como si éstos fueran delincuentes o representaran una

amenaza.

En esta ocasión como en la anterior y en las otras jornadas, foros y audiencias de

los últimos tres años, la protesta estuvo dirigida a cuestionar la permisividad de las

autoridades ambientales y los organismos de control, así como los ambiciosos proyectos

no solo de la canadiense Eco Oro (Greystar), sino también de otras mineras como

Ventana Gold, Galway, Ashanti Gold, CVS y AUX, todas con intereses, títulos mineros

y miles de hectáreas ya compradas en el Páramo de Santurbán y su área de influencia.


La marcha estuvo precedida por pronunciamientos como el del alcalde Luis

Francisco Bohórquez, quien el 16 de marzo declaró que: “Desde España, como alcalde

de la ciudad, acompaño de corazón a los ciudadanos de Bucaramanga y del área

metropolitana, que hoy compartimos la agenda ambiental por la ciudad, y que hoy

estamos al lado de la defensa de la sostenibilidad ambiental de Bucaramanga”, y el ex

gobernador de Santander, Horacio Serpa Uribe, quien ese mismo día señaló que: “El

Páramo de Santurbán, su entorno, sus bienes y servicios ambientales, son un patrimonio

de Colombia por los cuales nos corresponde velar y responder a todas y todos los

santandereanos. Por eso es elogiable y altamente conveniente que la ciudadanía se

manifieste en favor de un propósito tan altruista y de amplios beneficios”.

También por pronunciamientos como el del gobernador Richard Alfonso

Aguilar Villa, quien el 6 de marzo, en la cuenta de twitter „Gob. De Santander‟,

escribió: “No me opongo ¡las marchas no traen por sí solas la solución! Invito a la gente

a que en vez de marchar hablemos y solucionemos” y el 16 de marzo en la cuenta

„Richard Aguilar V.‟, anunció: “Mi compromiso por hacer todas las gestiones

pertinentes para declarar reserva natural parque Santurbán. Si a la protección del

ecosistema”.

Expresiones seguidas por un editorial de El Frente, de propiedad del político

conservador Rafael Serrano Prada, que en 17 de marzo aseveró que los estudiantes de

colegios oficiales y privados “fueron obligados a marchar” y sostuvo que: “Durante más

de quinientos años de explotación de las minas de Vetas y California, -quizá desde los

tiempos de los pueblos indígenas- se han utilizado en la Cordillera (sic) de Santurbán

procedimientos rudimentarios para la extracción de los metales preciosos y nadie se ha


muerto por el consumo de cianuro y de otros elementos químicos utilizados en las

plantas de lixiviados, que funcionan con el agua que fluye de sus montañas. Solo que

ahora, que las compañías extranjeras realizaron grandes inversiones, para mejorar las

condiciones de vida de sus habitantes y trajeron la tecnología que les hace falta para

acelerar los procesos de la minería, han aparecido los profetas del desastre para

vaticinar el cataclismo que pude (sic) sobrevenir al funcionamiento autorizado de la alta

minería en la región”.

„Profetas del desastre‟, „vírgenes necias‟, defensores del medio ambiente o

ciudadanos como Erwing Rodríguez Salah, Jairo Puente Brugés, Florentino Rodríguez

Pinzón, Orlando Beltrán Quesada, Christiane Lelievre, Isabel Ortíz, Roberto

Schmalbach, Donaldo Ortíz Latorre, Gabriel Galán Sarmiento y Jaime Calderón

Herrera, quienes sostienen que no darán su brazo a torcer en la causa del agua y

Santurbán, y seguirán marchándole hasta que este páramo sea reconocido como parque

natural, libre de megaminería.

Los organizadores de la marcha destacaron la “excelente respuesta por parte de

la comunidad al llamado en defensa del agua y nuestros ecosistemas estratégicos”, pero

también denunciaron: “La actitud del gobierno departamental y nacional, los días

anteriores a la jornada del 16, encaminada a restarle importancia a la convocatoria y a

hacer señalamientos, -cuan más distantes de la realidad-, con el propósito de arrojar un

manto de duda sobre la legitimidad de la protesta ciudadana, que busca que el Estado y

las autoridades competentes cumplan con los principios constitucionales en la defensa

del agua, la biodiversidad y el territorio, sobre el enriquecimiento de unos pocos, delata

su posición en torno a este tema de vital importancia”.


Por último, el Comité para la Defensa del Agua y del Páramo de Santurbán

rechazó “la actitud de provocación de la fuerza pública y la manera violenta y arbitraria

en que procedió contra los manifestantes”.

Día Mundial del Agua

El pasado jueves 22 de marzo, los amigos de la naturaleza celebraron el Día

Mundial del Agua, una iniciativa de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que

este año giró en torno a la relación entre agua y seguridad alimentaria, dado que la falta

del líquido vital es una de las principales causas del hambre y la desnutrición.

A la advertencia de que “las alteraciones del ciclo hídrico producto del cambio

climático, provocan lluvias irregulares y mayores temporadas de sequía, lo que puede

acarrear escasez temporal de agua y de alimentos”, entidades como el Instituto

Alexander von Humboldt le han sumado cifras escalofriantes como que en el año 2025,

“1,8 millones de personas vivirán en países o regiones con escasez absoluta de agua”, y

plantea el reto: ¿Cómo garantizar alimentos y agua suficientes para cerca de 9.000

millones que se espera habiten el planeta en el 2050?

Aquí es donde los santandereanos deberían enterarse que Colombia posee el

49% de los páramos del planeta, con una superficie aproximada de 1‟932.987 hectáreas

en el 1,7% de su territorio continental. Además, “almacenan grandes cantidades de

agua, no solo en sus pantanos, turberas, lagos y lagunas, sino en sus suelos. Luego la

liberan casi por goteo hacia arroyos, ríos, quebradas y demás cuerpos de agua, que se

encuentran en las zonas de vertientes y valles más bajos. Como resultado, a los páramos


les debemos gran parte del agua utilizada en la producción agropecuaria e industrial,

además de la empleada para consumo humano, pues surten los acueductos municipales

y los de las grandes ciudades andinas de Colombia”, entre ellas Bucaramanga y su área

metropolitana así como Cúcuta.

Por esa razón es que el Instituto Alexander von Humboldt, dirigido por Brigitte

Baptiste, defensores del medio ambiente y ciudadanos conscientes del problema que les

va pierna arriba, insisten en que es indispensable promover acciones que conserven los

páramos del país -Santurbán no es la excepción-, principales reguladores y

dosificadores del agua para las comunidades que están por debajo de su ubicación.

COMPILADO FOTOGRÁFICO

Las múltiples visitas al páramo de Santurbán permitieron hacer un vasto registro

de las lagunas y complejos hídricos a los que visité, al igual que las personas y

municipios en general. El compilado aproximado es de unas 300 fotos. En este anexo se

muestran cinco fotografías, distintas a las que hay en el producto periodístico. En el cd

se podrán apreciar unas 50 fotografías.


Foto 1. Vista hacia las montañas desde la vía Vetas - California


Foto 2. Centro de Salud en el Municipio de Vetas, aproximadamente tomada

a las 8 de la noche.


Foto 3. Panorámica de la Audiencia Pública de la Comisión Quinta en la que se

debatió el tema de la línea de páramo que afecta a los pobladores de la provincia

de Soto, en Santander.

Foto 4. Tienda “El sol sale para todos”, en el municipio de Vetas.


Foto 5. Pórtico de una casa abandonada, en una de las veredas de Vetas.


BIBLIOGRAFÍA

Alcaldía Municipal de Vetas. (2005). Vetas sueño minero de oro. Bucaramanga.

Quebecor Word Bogotá.

Álvarez, V. (19 de mayo de 2013). 10.000 desplazados por las bandas en Medellín. El

Tiempo, p. 10.

Convención Ramsar. (2000). Regional strategy for the conservation and

sustainable use of high andean wetlands. Recuperado de:

http://www.ramsar.org/pdf/regional-

initiatives/Americas/HAW_Strategy_ingl%C3%A9s.pdf

Defensoría del pueblo. (2010). Minería de hecho en Colombia. Recuperado de:

http://www.defensoria.org.co/red/anexos/publicaciones/mineriaColombia.pdf

Del Río Reinaga, J. (1994). Periodismo interpretativo: el reportaje. Trillas. Universidad

de Texas.

Dinámica de la confrontación armada en la confluencia entre los Santanderes y el sur de

Córdoba. (2006). Presencia de los grupos armados irregulares. Recuperado de:

http://www.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/Publicaciones/documents/20

10/Estu_Regionales/confluencia.pdf


Faundes, J. (2006). ¿Cómo interpretar? (Capítulo 3). Manual periodismo interpretativo.

Recuperado de: http://manualper-interpretativo.blogspot.com/2006/09/cmo-

interpretar-captulo-3.html

García, H. (2013), La minería en el Mundo: Un negocio global. Recuperado de:

http://mba.americaeconomia.com/biblioteca/presentaciones/la-mineria-en-el-

mundo-un-negocio-global.

Gomis, Lorenzo (1997). Teoría del Periodismo. Cómo se forma el presente. Barcelona.

Paidós.

Hurtado Sabogal, R. (2011), La contienda política alrededor de la licencia ambiental

para el proyecto minero Angostura en el páramo de Santurbán [tesis de

maestría], Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana. Maestría en Ciencias

Políticas.

Klein. D. (noviembre, 2001). El papel del periodismo de investigación en la sociedad

democrática. Razón y Palabra. Recuperado de:

http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n22/22_dklein.html

La cueva del León - operación minera paleolítica. (enero, 2013). Ciencia y Tecnología.

Recuperado de: http://mundo.paralax.com.mx/ciencia-y-tecnologia-main/174-la-

cueva-del-leon-operaci%C3%B3n-minera-paleolitica.html


Ley 99 de 1993. (febrero, 2013). OAS. Recuperado de:

http://www.oas.org/dsd/EnvironmentLaw/Serviciosambientales/Colombia/Ley9

9de1993demedioambienteColombia.pdf

Linares, H. (marzo, 2013). La minería: actor histórico del crecimiento de Santander.

Revista de Santander, pp. 36-47.

Ministerio de Medio Ambiente. (2002). Plan nacional para humedales en Colombia.

Recuperado de:

http://www.minambiente.gov.co/documentos/normativa/ambiente/politica/polit_

nal_humedales_int_colombia.pdf

Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. (2007). Resultados y

experiencias exitosas de proyectos relacionados con el Manejo de Mercurio en

la Minería de Oro en Colombia con fines preventivos. Bogotá: s. e.

Ministerio de Medio Ambiente. (2010). Resolución número (1015). Recuperado de:

http://www.minambiente.gov.co/documentos/normativa/gaceta_ambiental/2011/

res_1015_310511.pdf

Monteagudo Montenegro, F. (2001), Evaluación de la contaminación por mercurio en

población de minero artesanales de oro de la comunidad de Santa Filomena –

Ayacucho – Perú durante el periodo agosto 2000 – septiembre 2001.

Recuperado de:


http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtualdata/tesis/salud/monteagudo_m_f/introduc

cion.pdf

Población. (marzo, 2013). El Banco Mundial. Recuperado de:

http://www.bancomundial.org/es/country/colombia

Pontificia Universidad Católica de Chile. (2013). La interpretación como clave

periodística. Recuperado de:

http://comunicaciones.uc.cl/prontus_fcom/site/artic/20041215/pags/2004121522

2907.html

Presidencia. (2010). Ley 685 de 2001 del Código de Minas. Recuperado de:

http://web.presidencia.gov.co/leyes/2010/febrero/ley138209022010.pdf

Rost, A. (2003). Periodismo de explicación. Patagonia Argentina. Recuperado de:

http://red-accion.uncoma.edu.ar/asignaturas/periodismoexplicacion.htm

Real Academia Española. (febrero, 2013). Significado de Interpretar. Recuperado de:

http://lema.rae.es/drae/?val=interpretar

Santibañez, A. (1995). Periodismo interpretativo. s. l.: Andrés Bello.

Valencia, M. (2012). ¿Por qué defender a la pequeña minería en Colombia?. Bogotá:

Conalminercol.


Virviescas, P. (6 de enero de 2012). „En Santurbán la historia se repite‟. El Espectador.

Recuperado de: http://www.elespectador.com/impreso/temadeldia/articulo-

319831-santurban-historia-se-repite

El recorrido visual con el que empieza este libro pretende sumergir al lector en la belleza paisajística del Páramo de Santurbán. Cada imagen conecta a su vez con la siguiente, y sin necesidad de palabras, es posible sentir las bajas temperaturas, distraerse con las texturas y olores, y hasta sentir que se ha estado ahí.

La intención es conectarse con el ecosistema. Saber de ante mano que Santurbán es un territorio único, en el que las líneas se pierden de vista con el paso de la niebla llevada por el viento, y que al igual que la crisis detrás de este santuario no deja ver dónde empieza la frontera social.


El mundo está constituido en límites y fronteras. Hay di-visiones y mapas que ubican espacialmente continentes, países, ciudades, y toda clase de lugares. Hay otros más complejos que establecen derechos y deberes que termi-nan en un punto para alguien y en ese mismo empiezan para la otra persona. Hay clases de personas, y actividades con distintos fines. Todo a nuestro alrededor se mueve den-tro de esos términos pero es la sociedad, las personas en ese preciso espacio, las que deciden si estos existen o no.

La delimitación de la zona de páramo de Santurbán se ha convertido en la franja imaginaria que divide a campesi-nos, ciudadanos y al Estado, dentro de la cual no se reco-noce donde empieza la minería de oro, ni mucho menos hasta que punto se respetan los derechos de los pobladores de la zona. Este páramo es el protagonista de un debate sin conclusión: la minería.

La minería de tradición y a gran escala que ha tomado lugar en el Páramo de Santurbán compromete a la Pro-vincia de Soto Norte, al norte de Santander. La falta de un marco legal normativo consistente y claro para la actividad minera, la consolidación del parque natural en parte del páramo, la retardada definición de la línea paramera por la insuficiencia en el estudio de organismos ambientales y de control, impiden que esta actividad económica se de-sarrolle, y obliga a la población de la provincia a rebelarse contra el Estado, para que garantice sus derechos.

Esta actividad es conocida por su carácter destructivo, y desde épocas atrás hace gala de su poderío en el territorio

nacional. Esa fiebre de oro ha generado ganancias multi-millonarias, pero también ha creado otros costos. En al-gunos de esos lugares en los que se estableció, explotó consigo ecosistemas importantes, convertidos hoy en un hueco más que interrumpe y destruye el ambiente.

En este momento la minería aurífera libra una batalla le-gal con las licencias ambientales en la zona circundante al Parque Natural Regional Santurbán. Las multinaciona-les están a la espera de la decisión que determine des-de y hasta dónde podrán abarcar sus proyectos mineros; mientras la comunidad busca una luz que los guíe y no los abandone en ese sitio que empiezan a desconocer, que les ayude a saber si podrán conservar sus tierras, sus empleos, y desarrollar la pequeña minería artesanal con la que han sobrevivido históricamente.

Durante cuatro años el país ha escuchado sobre el pára-mo de Santurbán sin cansancio. Al comienzo la heroica misión se concentró en proteger el páramo. En los medios de comunicación se dio inicio al debate de lo que pasaba en esa geografía cercana a Bucaramanga. Se defendía el ideal de agua pura, libre de mercurio o cianuro, elementos propios de este tipo de minería.

Sin más a donde apuntar, esos medios parecían tener la primera y última palabra. El retrato del horror que aparecía en las noticias era fragmentario y episódico, únicamente centrado en la coyuntura sin nada de contexto. Un pano-rama desolador que no daba respuesta a las inquietudes planteadas por los actores en discusión y cuya trama no podía resolverse.

Actualmente, la delimitación del área comprendida como páramo, luego de la declaratoria a inicios del 2013, del Parque Natural Regional Santurbán, es el punto de referen-cia concreto para lo que podría pasar a mediano y largo plazo con los otros 34 ecosistemas de páramo que existen

en el país, pero también para lo que podría pasar con el desarrollo sostenible en Colombia.

Recientemente se han llevado a cabo debates en las altas comisiones de la Cámara de Representantes y del Sena-do, en los que ha quedado de manifiesto la urgencia para resolver la crisis social, producto de la falta de previsión de los procesos de control para los proyectos mineros y ambientales que involucran ésta y otras zonas de páramo.

La discusión de la delimitación de la línea de páramo está inmersa en un panorama nada alentador. Los interrogantes a resolver tienen que ver con lo que pasará a las multina-cionales, los pequeños mineros, el ecosistema de páramo, y el desarrollo económico del área.

A decir verdad, el caso de Santurbán hay que analizarlo te-niendo en cuenta las transformaciones que se manifiestan. Por un lado proporciona una fuente hídrica que abastece, principalmente, a 20 municipios aledaños, y las dos ca-pitales de los Santanderes; y por otro lado representa una riqueza enterrada, el preciado oro que vienen a explotar las multinacionales, y que descansa bajo un suelo donde un pueblo llora por el desempleo y la incertidumbre.

Colombia es el lugar del mundo con mayor

contaminación de mercurio en el aire y en el agua, teniendo en cuenta que

cada año se eliminan al ambiente, en promedio,

entre 50 y 100 toneladas anuales de mercurio

durante el proceso de extracción del oro, por lo cual el país ocupa el

deshonroso lugar del mayor contaminador con mercurio

per cápita del mundo.

Audiencia Pública, del 9 de mayo de 2013, en la sala de la Comisión Quinta de la Cámara de Representantes, donde se dio lugar al debate en torno a la línea de páramo en Santurbán. Foto: Tulio Sampayo.

LAS MULTINACIONALES COLONIZADORAS

Desde tiempos de la colonia, la provincia de Soto, que lleva su nombre en honor al ilustre granadino Francisco de Soto, con los 15 municipios que la conforman, se ha dedi-cado a la agricultura (café, algodón, cebolla larga, papa), artesanías y cuero, a parte de la famosa extracción de oro del Distrito minero de Vetas y California.

Mucho antes de que multinacionales de países como Es-tados Unidos, Brasil, Canadá, entre otros, y mucho antes de que llegaran los españoles a la región, los indios Chi-tareros, utilizando métodos rudimentarios excavaron sus tierras en la búsqueda del anhelado metal. Gracias al auge del oro en esa época se les dio vida a la ciudad de Pamplo-na, fundaron Real de Minas de la Muntuosa Baja, Muntuo-sa Alta y Vetas.

Para la época de la independencia de nuestra república, y con la aprobación de Simón Bolívar, se le dio la bienveni-da a:

- 1820: Colombian Mining Association, compañía inglesa.- 1901: Francia Gold and Silver, compañía francesa.- 1945: Anaconda Cooper, compañía brasilera.

En los años siguientes otras compañías, una nipona y co-reana, junto a la Compañía Colombiana de Uranio S.A., intentaron llevar a cabo explotaciones en la zona.

Esta historia minera que data de mucho antes del siglo XVIII, se parte en dos tras la llegada de una multinacional canadiense. En 1994, cuando llegó Greystar Sources Ldta al municipio de California (Santander), todo cambió.

Favorecida con los cambios en la regulación introducidos

Colombia es un país inexplorado, solo se conoce el 52 % del subsuelo en geología básica, el 30 % en geoquímica y tan solo el cinco por ciento de geofísica.

Este distrito minero, en Santurbán, está conformado por los mu-nicipios de Vetas y California, al oriente del departamento de Santander en límites con Norte de Santander. Tiene una exten-sión de 139 km² y una población estimada de 4.153, según el censo de 2007 distribuida en forma homogénea entre las cabeceras municipales y las zonas rurales.

La geología de la zona está constituida básicamente por rocas ígneas del mesozoico jurásico, conformadas por grano diori-tas, cuarzomonzonitas y cuarzomonzodioritas, que son las en-cajantes de los yacimientos auríferos.

Hay en el distrito una zona de fallas geológicas: Suratá y Bu-caramanga, con otras de menor importancia: Río Frío, Charta, Tona y Cicutilla.

La minería del distrito ha jugado un papel importante en la economía de la región, máxime cuando fue justamente esta actividad la que llevó a la fundación de los citados municipios (Vetas y California). La extracción de oro data desde la Colo-nia y es la única zona de la cordillera oriental donde se explo-tan depósitos de oro filoniano. La producción de oro y plata se comercializa principalmente en Bucaramanga y se usa en su mayoría para la fabricación de joyas.

Más recientemente, en el Gobierno de Uribe (2002 - 2010), se iniciaron los primeros debates y conflictos sobre los be-neficios, costos, y riesgos de esta actividad minera a gran escala en el país. La idea era mantenerlos bajo control; las inversiones de esta industria posibilitaron la llegada y consolidación de presencia militar en diferentes partes del país en la que la violencia estaba arraigada.

Para el actual período de gobierno, el Presidente Juan Ma-nuel Santos, incorporó en el país un Plan de Desarrollo que prometía el crecimiento económico y la prosperidad del país con base en cinco locomotoras. La locomotora minera despertó de nuevo el debate y aprovechando el momento, la ya dicha multinacional canadiense presentó la solicitud de la licencia ambiental para el proyecto An-gostura, en Santurbán. Sería éste proyecto el detonante de la disputa que aún no se resuelve completamente.

por la Constitución del 1991, la Inversión Extranjera Di-recta tomó impulso y empezó la expansión de la minería. Con altibajos en sus producciones y diferentes inversio-nes, la industria minera contrarrestó la situación, y se de-dicó, en mayor medida y a gran escala, a la explotación de carbón en El Cerrejón (La Guajira) y de ferroníquel en Cerromatoso (Córdoba). El resto de la actividad se desarro-lló informalmente por colonos, indígenas y comunidades afrodescendientes.

Colombia dispone de una variada oferta de productos mineros, entre los que se incluyen carbón, oro, platino, níquel, esmeraldas y caliza. Igualmente se producen en menor escala: sal, roca fos-

fórica, arcillas, arenas silíceas, minerales de cobre y manganeso, magnesita, barita, yeso y varios tipos de rocas ornamentales.

El proyecto ‘Angostura’ pretendía explotar 1.075.400.000 toneladas de material de las cuales 744.800.000 toneladas eran estéril y 330.600.000 toneladas útiles; explotación que requería utilizar 1200 toneladas de cianuro al mes, 7000 toneladas de ANFO y 4680 tonela-das de emulsión. Además la concesión podía afectar el 12.1% del caudal de la cuenca del río Vetas y el 2.5 % del caudal del río Suratá, principales fuentes de abastecimiento del ac-ueducto metropolitano de Bucaramanga que podían verse afectados, además, por vertimien-tos industriales como cianuro, combustibles y lodos, entre otros.

EL PARQUE Y LOS PRIMEROS PASOS

Esa preocupación en torno a la conservación y protección del agua se calmó con la mencionada creación del parque en Santurbán. Sin embargo, el ambiente próspero que pin-taba como pilar minero es truncado por la falta de claridad en los términos legislativos y ambientales para explotar mi-nerales en la región.

La reunión de la Comisión Quinta de la Cámara de Repre-sentantes, el 8 de mayo de 2013, convocó a todas las au-toridades ambientales y mineras, autoridades de control, a los alcaldes de los municipios de la provincia de Soto, y a representantes de las comunidades afectadas, para debatir todos los aspectos que debe incluir la delimitación de la línea de páramo, pero que sobretodo no podía ni puede desconocer la afectación social para la efectiva consolida-ción de la protección del ecosistema, en congruencia con el Plan de Desarrollo del actual gobierno.

La declaratoria de Parque, comprende 11.700 hectáreas delimitadas, y se hizo para la protección del complejo lagunal, las hidrocuencas, la fauna, la flora, los bosques andinos, y todos los ecosistemas que allí existen; al que se le suma un área de 600 hectáreas de Distrito de Manejo Integrado.

Este logro concretó el trabajo del Ministerio de Ambiente

Una de las curiosidades de los frailejones que se encuentran a lo largo y ancho del páramo, es que crecen un centimetro por día. Es fácil encontrar especímenes de mas de 150 años.

y Desarrollo Sostenible, con base en los estudios técnicos ambientales de institutos adscritos al mismo como: el Ins-tituto de Recursos Biológicos Alexander von Humbolt, y la Corporación Autónoma para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB), entre otros.

Ese paso inicial, con miras a la protección de las áreas de páramo que se tiene pensada en el resto del país, permitió un significativo avance que dio una tregua parcial a las marchas, peticiones de la ciudadanía, y el mismo interés nacional por parar la contaminación producida por esta minería. Pero desde su creación quedó pendiente la línea de páramo que aclararía el panorama de incertidumbre que sufren tanto las grandes empresas mineras como los pobladores de la zona que dependen de la minería y otras producciones que se desarrollan alrededor del páramo, al no saber con claridad cuáles son las reglas de juego.

El parque de Santurbán está ubicado al norte de Santander, en los límites jurisdiccionales del departamento con Norte de Santander. Luego de tres horas y media en vehículo des-de la ciudad de Bucaramanga, más 40 minutos de camina-ta, se empieza a divisar el verde frío del páramo. Al frente, un paisaje inundado de frailejones y neblina, que cuando se despeja permite ver los espejos negros que aparentan ser las lagunas y que más cerca dejan ver su interior, ro-deados por los riscos de las montañas rocosas que invitan a dirigir la mirada al cielo.

Sus 12.300 hectáreas que intervienen terrenos de Califor-nia, Vetas, Suratá, Matanza, y Tona, en lo que tiene que ver con el departamento de Santander, estuvieron pensadas por defensores-ambientalistas del páramo como una nueva oportunidad para la región, donde el ecoturismo ayudaría al desarrollo económico local. Estos no abogaban por las industrias mineras, pero el Estado tenía pensado para ellas una legalidad con consciencia ambiental.

Actualmente, y como se discutió en el Congreso, la pobla-ción en general pudo darse cuenta de que esa no era la verdad de lo que pasaría con la gente y mucho menos con las empresas mineras que estaban allí, y cuya labor podía amenazar con la grave destrucción del ecosistema y de la contaminación irremediable del agua.

En su momento los representantes a la Cámara expresa-ban que las condiciones de la gente en la provincia de Soto Norte no eran para nada positivas. La crisis fruto de esta situación se resume en que los habitantes de los dis-tritos mineros de la zona no saben qué va a pasar con sus empleos, con su sustento, con sus casas, con sus tierras. Desconocimiento que comparten con las empresas mine-ras que influyen, y están maniatadas pese a la legalidad de sus permisos y sus aprobaciones según la legislación y normatividad de la minería y el ambiente.

LA LOCOMOTORA SIN RIELES

El Plan de Gobierno de Juan Manuel Santos le apostó des-de su inicio a la prosperidad, prosperidad con sostenibi-lidad. Declararon cinco pilares de desarrollo: en primer lugar, Infraestructura; en segundo lugar, Vivienda; tercero, Mineria; cuarto, Agropecuario; y el quinto, Tecnología, In-formación y Comunicación. Estas políticas de desarrollo son las que marcan la prosperidad democrática. Pero por ahora y como se ha dicho, en el caso de la ‘locomotora’ minera no se tiene claro cómo se pretende su desarrollo y sostenibilidad.

A juzgar por los debates, no se puede mirar de forma ma-niquea, tal y como se pensaba antes de la declaratoria de parque. La idea de que la minería había que desplazarla de los páramos era lógica, pero pretender que se desistie-ra de la minería no tenía ningún fundamento, argumento que fue utilizado por varios de los representantes en las

La Ley 99 de 1993, en el aspecto específico de los páramos, consagró que los páramos, subpáramos, nacimientos de agua y zonas de recarga de acuífe-ros deben ser objeto de protección especial y que la biodiversidad debe ser protegida prioritariamente y aprovechada en forma sostenible.

El área total de paramos en Colombia es de 108.972 hectáreas, que para el 2009 se encontraban con-cesionadas en un total de 391 títulos mineros para 2009; títulos de los cuales 44 pertenecían a las Juris-dicciones de Santurbán (Norte de Santander y San-tander), con un área total de 23.380 hectáreas.

Esta locomotora de Santos no parece tener cómo andar. Posiblemente este piloto de delimitación de línea de pára-mo ayude a los procesos venideros, pero por el momento es claro que ésta política no fue estudiada con detenimien-to y no cuenta con el presupuesto necesario para dar una solución certera a las poblaciones y la continuidad de esta industria en esta parte de los Andes.

Durante el mes de diciembre de 2010, Greystar calculaba que iba a extraer del área 16 toneladas anuales de oro. El ministro de Minas de turno, Carlos Rodado, manifestó tras la aprobación del proyecto Angostura, que ese era “un buen yacimiento de oro y plata”.

La inversión de la multinacional en el país que, según sus directivas, representaba unos 900 mil millones de pesos para los departamentos de Santander y Norte de Santander, era el as bajo la manga para que el país les concesionara

audiencias públicas del Congreso.

Poblaciones como la de Vetas y California, son producto de una tradición. No se puede creer ingenuamente que fue Greystar, la que empezó con el cuento de la minería en la zona, o que solo ésta pretendió usar mercurio y cianuro en la extracción del preciado metal. No se puede desconocer que esa gente ha vivido de la minería desde tiempos inme-moriales, desde de la época precolombina que resguarda-ba la leyenda del Dorado.

Precisamente el parque responde a la necesidad de parar el riesgo de contaminación del agua por utilización de sus-tancias perjudiciales para la existencia de este tipo de eco-sistemas; ya es grave permitir una minería a cielo abierto como la que se pensaba hace 13 años para la zona. Pero no hay acciones concretas que ayuden a resolver las penu-rias tras casi cinco meses desde su declaratoria.

su explotación. Esa suma ostentosa de dinero era el 3,2% de regalías de la extracción de la empresa canadiense. Con aquella ambición se pensaba explotar esa fuente hí-drica, forestal y de biodiversidad que es Santurbán. La ex-plotación iba a causar un daño irremediable al ecosistema. La remoción de 1.075 millones de toneladas de roca, que necesitaría de 1.200 toneladas de cianuro y 7.000 tonela-das de anfo por mes, junto con otras sustancias, era suma-mente peligrosa para la salud humana, y sobre todo para la conservación de esta zona natural.

Ese crimen tenía vía libre. Desde el gobierno de Álvaro Uribe, se le había dado a esa multinacional minera, la concesión minera número 3452 para explotar minerales auroargentíferos, en el municipio de California (Santander) y Cucutilla (Norte de Santander).

La explotación a cielo abierto no podía tener mejor esce-nario; según estudios de la misma compañía, en la zona de Santurbán existen 8,9 millones de onzas de oro y 59,6 millones de onzas de plata, y un material adicional infe-rido de 903.000 onzas de oro y 4,7 millones de plata. De acuerdo con estas dimensiones que definían los estudios de la empresa entregados al Ministerio de Ambiente, Vi-vienda y Desarrollo Territorial (actualmente Ministerio de

Hay dos modalidades de extracción de oro: la primera formal y de gran escala; la segunda a escalas menores, tradicional y artesanal, con una reconocida carencia de tecnología ade-cuada y definida, en muchos casos, informal y de subsistencia, lo que la hace insegura, poco rentable, no competitiva y ambientalmente no sostenible.

El precio del oro que en marzo de 2001 era de 260 dólares la onza pasó a valer más de 1.600 dólares la

onza en marzo de 2012.

Ambiente y Desarrollo Sostenible), el páramo era una total mina de oro.

Parecía que al Gobierno de turno no le importaba mucho qué podría suceder en este páramo, y mucho menos, con las consecuencias ambientales tan graves que representa-ba para esta porción del país.

LOS GUERREROS MEDIÁTICOS

De ese árbol se desprendieron muchas ramas y el proble-ma tuvo cada vez más presencia en los medios y en la agenda de gobierno. La preocupación se hizo notar mer-ced al trabajo periodístico y de cuanto ambientalista que-ría ayudar a conservar el agua.

La gente en las poblaciones aledañas, conforme fue cre-ciendo la información en los medios, se llenó de motivos para alzar la voz e irse en contra de la minería a gran esca-la, contra la minería a cielo abierto, y hasta con la minería de hecho, que arrastraba consigo todo tipo de minero ar-tesano de la región.

Para entonces la minería era el enemigo. Pero ese enemigo representado por las grandes multinacionales, tenía ahora un par: el pequeño minero. Empezó entonces, la arremeti-da contra aquellos pobladores de la zona de páramo que permitían que se hiciera tal crimen en su tierra y que eran así mismo mineros. Cómo no hacerlo si estaban abandera-dos por los medios.

ALBA RODRÍGUEZ “Ya nuestras tierras no valen nada. Si va a hacer uno un prés-tamo en un banco, ya no nos lo dan, porque ya pertenece al pá-ramo. Y yo no estoy de acuerdo. Estoy de acuerdo todavía con la línea de parque, pero con la lí-nea de páramo no, porque ahí si nos acaban de perjudicar.

Ellos no dicen que nos van a sa-car, ellos dicen que ahí vamos a seguir. Pero al no haber trabajo, al no dejarnos cultivar la tierra, al no dejarnos trabajar, al no dejar-nos hacer nada, ¿qué hacemos? ¿Qué quiere decir eso? ¿Qué nos van a sacar? ¿Qué hay desplaza-miento?

Y una incertidumbre que tiene uno, que no se sabe. Es como una guerra psicológica. Porque todos los días uno pensando, ¿qué va-mos a hacer? ¿nosotros qué va-mos a hacer? ¿pa’ donde nos va-mos a ir? “.

Todo, hasta ese momento parecía un esfuerzo noble, de hombres conscientes con el planeta. Era imposible pensar que se dejara dañar un área tan importante a costa del oro. No podía ser verdad que la minería fuera tan importante para el desarrollo de un país a costa de todo y de todos.

Estos guerreros “mediáticos” habían reclutado gente en las poblaciones y la idea parcial de lo que pasaba se tomaba como verdad absoluta. De manera indiscriminada la gente del páramo que bajaba a esas poblaciones era tratada a las patadas, echadas de los taxis, e insultadas por la supuesta contaminación de la que eran autores.

Gracias a que a Greystar, actualmente Eco Oro Minerals Corpo, ese proyecto se le desechó con la revocatoria del contrato minero que permitía la explotación a cielo abierto por 20 años, y con la negativa de los pobladores que desa-probaron el proyecto e hicieron que el Estado los voltease a mirar, hubo un replanteamiento de sus políticas internas, sociales, y ambientales que permiten hoy que la minería pueda estudiarse al nivel de la sostenibilidad y en equi-librio con el cuidado del ambiente; aunque esos estudios por el momento cojeen y no sean los más completos para las necesidades.

El país cuenta con un área explotada del 4,73% (5,44 millones de hectáreas) de todo el territorio

nacional adjudicada en 9.600 títulos.

LA REVANCHA DE LA ESTRELLA GRIS

El cambio de esta afamada multinacional es del cielo a la tierra. Las políticas replanteadas y sostenibles, junto a los proyectos con mayores estudios son la carta de presenta-ción de esta canadiense.

Que mejor manera para retratar la transformación de la compañía que citar al Gerente General de Eco Oro Sucur-sal Colombia, Hernán E. Linares, que escribió un artículo para la Revista de Santander, en su última edición:

“Eco Oro es una iniciativa empresarial promovida con ca-pital extranjero enmarcada en un modelo de gestión lim-pio, que pretende hacer viable un proceso minero subte-rráneo o de socavón en el Departamento de Santander, bajo los más estrictos parámetros internacionales de soste-nibilidad social y ambiental; las políticas corporativas de la compañía se realizan procurando un concepto de respeto y responsabilidad por la preservación y protección de los recursos naturales, por la mitigación y la compensación del impacto ambiental y por la protección de las fuentes hídricas, siempre velando por el cuidado del medio am-biente, el desarrollo de las comunidades cercanas y la sa-lud de las personas”.

LOS LEGÍTIMOS MINEROS DEFENSORES DEL PÁRAMO

El discurso parece ensoñador. Pero esa labor de protección y de velar por los recursos naturales no es idea de esta mul-tinacional, ni de AUX Colombia Ltda, Anglo Gold Ashanti, Leyhat, ó Galway.

Esa conservación del ecosistema la han realizado en su mayor parte los pobladores de los municipios de la región. No hay que investigar mucho para saber que si hoy en día existen esos ecosistemas pese a la historia minera de la misma zona es por la labor de siglos atrás, y porque los que han vivido en el lugar se han tomado la molestia de protegerlo. Afortunadamente la belleza y singularidad de este paisaje andino despertaron en esos ancestros y ge-neración tras generación el afán porque perdurara en el tiempo.

Pero la comunidad del páramo no ha contado con la suer-te que tuvo la transformación de la multinacional. La sola idea de que los pequeños mineros existieran, que se su-piera que ellos explotaban oro allí mismo, causaba y sigue causando repudio en las zonas metropolitanas. Y algunos medios de comunicación persisten en hacer eco de ello.

Los campesinos todavía no saben qué hacer. En un prin-cipio, no entendían de qué se les acusaba, y por lo pronto entrados en contexto no saben qué va a pasar con sus tie-rras, ni con su páramo.

“Aquí nosotros el páramo lo hemos conservado, imagínese usted, mínimo por unos 400 años desde nuestros ances-tros. Y ahí esta conservado el páramo. Y los ambientalistas dicen que el páramo de lo importante que es no tiene pre-cio. O sea de lo importante que es no tiene precio, y no nos ofrecen un peso a nosotros.

Que se pongan en el cuero de nosotros. Es muy triste para nosotros, como campesinos que somos y hemos conserva-do el páramo, que nos vayan a sacar así, a gorrasos. Por-que es que, nuestros hijos también se merecen un futuro.

Nosotros también, así como ellos están en las ciudades y tienen su futuro, nosotros también nos lo merecemos. Y el futuro de nosotros son las fincas de los páramos”, dice Elacio Esteban Villabona, Presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda La Marcela, en Suratá. Su testimonio al igual que la mayoría de la región, lleva consigo el senti-miento de fastidio e inconformidad propios de la injusticia.

Creyente de que el derecho de las cosas es quedarse don-de están, la comunidad de mineros y pequeños producto-res se arma de valor y alza la voz contra las autoridades competentes para que sean escuchados. Es el turno de los campesinos. Para ellos no es entendible que la actividad económica minera, y en algunos casos agropecuaria de sus municipios, se vea truncada por la necesidad de con-servar lo que se ha conservado.

Personalidades políticas tienen dentro de su discurso la inconformidad manifestada. Como lo expresó el represen-tante a la Cámara, Jairo Hinestroza Sinestierra, y refirién-dose a la audiencia pública hecha en el distrito minero en noviembre de 2012:

“Dejo claro. En el escenario de Vetas, cuando se adelantó la audiencia pública, no hubo una intervención, ni una, a favor de la declaratoria de parque o de páramo. Ni una. Y esa fue una audiencia pública donde todos los ciudadanos pudieron participar, y no hubo una. Entendemos que ha habido manifestaciones de cientos, de miles, de millares de ciudadanos en el departamento de Santander defendien-do esa acción gubernamental; pero particularmente en esa audiencia lo que escuchamos fue gente que sintió que el

Estado los había vulnerado y les había quitado la posibili-dad de ganarse la vida dignamente”.

La problemática de estas poblaciones concierne a la falta de claridad en los elementos del crecimiento económico, a la falta de acciones para el incremento en la calidad de vida que debería crear el Estado con sus planes de desa-rrollo, en armonía con el cuidado del ambiente y con los ámbitos institucional, y social. Que generen una adecua-da toma de decisiones con base en criterios más técnicos como: mejor cartografía, mejor tecnología, mejores ele-mentos para decisiones acertadas, que no beneficien sólo los intereses de algunos sino de la mayoría.

El oro es una entidad cultural en este contexto. Y como tal define a cada una y a todas esas personas; es su identidad. Aquí el Gobierno debe dar soluciones a la crisis, resolver los requerimientos de la población implicada y que se les garantice las condiciones vitales de subsistencia para las personas de la provincia de Soto Norte.

Allí, como dice su alcalde, Diego Augusto González Jáco-me, el oro hace parte de la cultura del vetano: “Vetas es un municipio con 2.583 habitantes del cual el 95% de su po-blación, directa o indirectamente se ve relacionado al tra-bajo de la minería. Ya sea directamente el jefe de hogar que ejerce la minería o la madre cabeza de familia. Estamos forjando nuevamente recuperar esa cultura y esa identidad y esa idiosincrasia del vetano, el cual es el de sentirnos orgullosamente mineros. (…) Los vetanos, los californianos nos caracterizamos porque lo único que sabemos hacer es minería”.

“AGUA SÍ, ORO NO”

“Agua sí, oro no”, junto a “Abajo la locomotora de la mi-nería” fue uno de los coros que repitieron en la aglomera-ción que se movilizó por la defensa del agua y en contra de la explotación minera el año pasado. La manifestación empezó pacífica. Los carteles llenos de mensajes que re-probaban la minería y preferían el tesoro preciado que sig-nifica el agua sobre el oro, fueron unánimes.

La creación del parque y con ella el cuidado del agua se garantizó, en parte, gracias a distintas marchas y mo-vilizaciones que se hicieron en las ciudades. Uno de los ejemplos emblemáticos, fue la jornada del 16 de marzo de 2012, en la que 44 mil santandereanos, reunidos por organizaciones ambientalistas, caminaron a lo largo de la carrera 27 y luego la calle 36 de Bucaramanga, para llegar a la Plaza Cívica Luis Carlos Galán; para comunicarle a to-dos los actores, y al país, que el agua vale más que el oro, y que su nacedero, el Páramo de Santurbán, es mucho más valioso que todo el oro que de ahí se pueda extraer.

Ayer me llegaron vocesde unos sabios frailejones,el temor está sembradoen todas las direcciones.

Así reza una de las canciones dedicadas a la problemática que encierra el Páramo de Santurbán y que al igual que las marchas alentaron la creación del parque. Es interpretada por Lucia y los 5coherentes, y escrita por Álvaro Serrano Calderón quien interpreta el cajón peruano en la agrupa-ción, junto a dos de sus amigos, Maxim Flórez y Sergio Laguado.

Soy piedra solitaria, soy alturasoy verde avergonzado, casi nube;

soy risco vigilante de la entrañaque empapa al habitante enmudecido

Puede que no sea una canción famosa o que no suene a diario en la radio, como sí lo hacen todas las noticias en los medios de lo que sucede y deja de suceder en el pá-ramo, pero es una canción que se piensa como proyecto educacional y de consciencia ciudadana.

Con pleno conocimiento de lo que acontece en Santurbán, Olga Lucía Santos, vocalista de la agrupación, le dijo El Es-pectador que han recurrido a ‘otros zaguanes’ y por eso se han presentado en escuelas y colegios de la provincia y del área metropolitana. “Que se vaya colando por las venta-nas, en un viaje creativo que acompañe la buena voluntad y las campañas para defender el páramo”.

La gente ha sentido con todo este proceso de delimitación de línea de páramo que se les ha vulnerado los derechos esenciales y quitado la posibilidad de desarrollarse digna-mente. Porque así como el pueblo no olvida el permiso que la CDMB otorgó a la Greystar, la gente recuerda la orfandad que ha sufrido por muchos años por parte del Estado.

“Ya hubo una declaratoria de parque, en la cual yo hice parte del consejo directivo y voté, arriesgué mi municipio en el 60% para evitar la masacre que se piensa hacer con esos términos de referencia que está haciendo el Minis-terio” dice González Jácome, alcalde de Vetas, y añade, “Quieren acabar el municipio. Un 95% del municipio que-da incluido. Y no es justo. No es justo, como lo dijo el representante Molina, de que el Gobierno se pierda, o no haya institucionalidad”.

Comunidades de ayer tenían una herramienta adecuada legal para ganarse la vida, y hoy no la tienen. ¿Cómo el

mismo Gobierno garantiza que un sector del territorio que se ha excluido para la protección, para resguardar una riqueza biodiversa que tiene el país, que tiene la región; igualmente no se convierta en territorio para los ilegales?

LOS ENEMIGOS DE SANTURBÁN

La esperanza es que en el territorio no aparezcan focos de minería ilegal. Que no se repita la historia de hace 15 años en la misma región, donde la guerrilla tenía a la zona de páramo como un corredor estratégico para sus actividades ilícitas.

Según un documento sobre la dinámica de la confronta-ción armada en la confluencia entre los Santanderes y el sur del Cesar (Observatorio de Derechos Humanos de la Presidencia de la República) de agosto de 2006, cuando

La minería ilegal e informal, según Naciones Unidas produce el 35 por ciento de las emis-iones de mercurio en el mundo. Por cuenta de este fenómeno Colombia es el país con mayor contaminación por mercurio en América, según la organización Mercury Watch. Se estima que el país emite 180 toneladas anualmente, una cifra bastante alta, pues es el doble de la de Perú (70), el triple que la de Ecuador (50) y cuatro veces mayor a la de Brasil (45), que es ocho veces más extenso en territorio. Hoy está prohibido que se vierta a los ecosistemas, pero ese es un tema muy difícil de controlar frente a las 9.000 explotaciones mineras ilegales que registra el país y ante las legales que todavía la utilizan.

Greystar se estableció en la zona, en Santander operaban seis frentes de la guerrilla y varios comandos paramilitares. En Vetas y California, los más de 500 mineros artesanales del distrito eran asediados por las Farc, el EPL y el ELN. Retenes en la vía, secuestros masivos, hostigamientos y ex-torsiones eran pan de cada día en la región.

Esta clase de episodios siguieron pasando hasta el 2011 cuando la presencia militar estatal se hizo efectiva en la zona. Se despejaron los corredores establecidos por los grupos al margen de la ley.

Con esos antecedentes y con la posibilidad latente de que la ilegalidad arremeta en la zona, le queda un reto impor-tante a la fuerza pública, pero también al ministerio de Minas y Energía, al ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y al ministerio de Interior. Hay que ser ágiles porque puede resultar en que la solución termine más cos-tosa que la crisis.

Hay que tener claridad sobre la pertinencia de uno de los actores en esta crisis, uno de los más importantes sin duda: el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Como lo promulgaba la Política Nacional para Humedales inte-riores de Colombia, en el 2002, este ministerio fue pensado para elevar la calidad de vida de los colombianos, mejor vivienda, mejor salud, mejor ambiente, mejores condicio-nes de vida. Todo ello implica infraestructura.

Es claro que uno de los retos que surgen es elevar la cali-dad de este ministerio. Si se quiere un crecimiento econó-mico, hay que pensar en actividades económicas produc-tivas, en industria, ejercicio minero, ejercicio energético basado en combustibles fósiles; pero sin agotar la base de recursos naturales en los cuales se sustenta el desarrollo del crecimiento y garantizando que las generaciones del futuro puedan gozar de un desarrollo igual o mejor. Si esto

Y SOBRE EL DESARROLLO SOSTENIBLE…

El Presidente Santos lo repite cada vez que puede cuan-do habla en sus Acuerdos Para la Prosperidad, “hay que buscar el equilibrio entre lo ambiental y lo minero”. Es decir que la decisión corresponde a quienes pueden hacer posible ese equilibrio: a los ministerios, al Instituto Alexan-der von Humbolt, a la CDMB, a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla), al Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), a la Agencia Nacional de Minas, a la Procuraduría, a la Contraloría, y a todas las demás entidades e instituciones que deben apor-tar a los estudios y soluciones del problema.

Pero eso, que por ahora son solo palabras, necesita que se cumpla con urgencia. Que se aclare el futuro de la delimi-tación de páramo. Ya vemos que la demora en la decisión

ha dado lugar a que empresas mineras hayan despedido personal, precisamente porque no se sabe qué va a pasar. Para el mes de mayo de 2013, la multinacional AUX dejó cesantes a 249 trabajadores, efecto de la condición inesta-ble al interior de la misma.

En menos de un año se han producido mil despidos de per-sonal que trabajaba con la industria minera de la región, y aproximadamente 500 trabajadores desempleados por medio de contratistas.

El asesor del despacho de la Gobernación de Santander, Edwin Gilberto Ballesteros, está convencido de que el pro-blema de desempleo genera ilegalidad. “Ya hoy hay perso-nas capturadas, de los mismos trabajadores de las empre-sas mineras, gente de bien, que tenía un trabajo, haciendo actividades ilícitas por el tema de los recursos, y todos sa-bemos que el recurso es el oro. Todo el mundo sabe dónde está el oro”.

Pero a él, como a otros, no le cuadran las cuentas, “ellos presentan unas cifras de más de 50 toneladas de oro du-rante el 2012 en Colombia. Y que al igual se registran 3.7 toneladas de Colombian Anglo Gold, y más de otra empre-sa; de lo que estamos hablando es de 7 punto algo tonela-das aproximadamente. ¿Y el resto quién lo extrae?”.

Actualmente está estancada la explotación formal, pero irónicamente no se garantiza que la explotación ilegal no entre en la zona. Ese oro no se va a quedar ahí. Y mucho menos ahora que ya está determinado con estudios apro-bados, que se sabe en qué sitio, y en qué cantidades se encuentra. Sin una determinación eficaz y oportuna de la línea de páramo va a ser muy difícil que esta situación se pueda corregir.

La población no puede seguir marchando, es una pobla-

se lograr se podría vincular equilibradamente explotación de recursos naturales y ambiente.

Es clave cuidar la relación de la minería y la región, como lo señala el Alcalde de California, Víctor Armando Arias Celis, “Se forjan unas esperanzas alrededor de esa indus-tria, ya no existiendo en ese contexto general una pequeña minería, que muy legalmente vendió los títulos” y enfatiza, “pero al día de hoy, con casi 900 empleos que se pierden en la provincia -es muy difícil porque- tuvimos un cambio de pequeños mineros a industria. Ha faltado un orden en la región de cierta manera, unas políticas públicas (…). La gobernabilidad se ha perdido”.

Alcaldes como el de Vetas y California sienten cómo se les culpa de la suerte con la que corren sus poblaciones, pero es muy difícil sacar a un pueblo adelante si el gobierno na-cional no da las garantías mínimas necesarias para impedir la crisis.

ción minoritaria, y no puede seguir siendo enfrentada con el área metropolitana por un tema de agua y oro. Un pro-ducto como el agua que es tan importante para la sobrevi-vencia del ser humano, y el oro que tiene un valor agrega-do que todos han mencionado, no pueden ser las únicas variables de la ecuación. Es necesario el equilibro, el tan llamado desarrollo sostenible, pero sostenible para todos.

Tienen razón las autoridades municipales al estar preocu-padas. La espera aunque sea pequeña para resolver la pro-blemática, tiene que ser completamente concreta. Y si no se da, como lo dice el mismo Alcalde de California, Víctor Armando Arias Celis, si no se da por cualquier motivo que se pueda presentar, se necesita regresar a la gente afectada al estado natural como comunidad, donde se conserve la identidad cultural y las raíces que no pueden perder.

La herencia de hace años debe permanecer, pero esta vez con la información y conocimiento de causa para que las cosas se hagan bien, para que no se presenten escenarios de incongruencia entre la teoría y la práctica.

Para evitar impactos de tipo social y económico, se debe-ría considerar una línea homogénea de parque y páramo. “No se ha tenido aceptación del parque, mucho menos se puede tener aceptación de una zona de páramo que involucre más terreno del municipio como lo que ya se ha cedido”, dice el Herry Delgado, personero de Suratá.

LAS VOCES DE LA CRISIS

Testimonios como el de Fabio Díaz, son constantes cuan-do se habla con la gente local, este concejal pertenece a la comunidad de agricultores, y es campesino cebollero del corregimiento de Berlín, Tona. Sus palabras tienen una carga emocional que solo se pueden entender cuando se le escucha hablar. “Hemos vivido los tiempos de la vio-lencia. Hemos vivido todo. Pero nunca nos habían hecho

de Santander del mes de marzo de 2013: “Nadie se expli-caba por qué la demora en la declaratoria del parque, has-ta que el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt emitió su concepto favorable en noviembre de 2012, recalcando que no entendían cómo la Corporación Autónoma para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB) había pasado de una propuesta de 12.267 hectáreas en octubre de 2010, a 11.089 hec-táreas en diciembre de 2010, luego 10.912 hectáreas en septiembre de 2012 y finalmente 10.890 hectáreas en oc-tubre de 2012, en la que fue considerada por el director de la CDMB, Lúdwing Arley Anaya, como la mejor conquista, según lo manifestó en el debate realizado en la Asamblea de Santander”.

El segundo escenario, y en desarrollo, es el de delimitación del páramo, en condiciones propias de lo que significa el páramo en su geología, en su clima, en su geo-referencia, en sus diferentes aspectos de fauna y flora. Actualmente esta es la ubicación del problema, aún no se delimita la línea divisoria, y las poblaciones de los diferentes munici-pios son los gravemente afectados hasta el momento.

Y un tercero, que corresponde a la etapa de licenciamien-to con respecto a la zona delimitada, previo a la delimita-ción, y solo en el futuro se tendrá certeza de lo que pasa-rá. Evidentemente vendrá el licenciamiento propio de la zona. Pero no se puede saber cuál será la posición de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales hasta que no se pase de la fase de exploración a la fase de explota-ción, lo que presupone un estudio particular de cada caso. “Muy por debajo del páramo hay varios títulos mineros otorgados por la Agencia Nacional de Minería, y en un momento determinado tendrán que pasar algunas de ex-ploración a explotación. No solamente están las de las lí-neas de paramo”, aclaró en el Congreso, el Ministro, Juan Gabriel Uribe.

tanto daño con estas leyes que nos quieren (sollozos), es un desplazamiento prácticamente ambiental que ustedes nos… (se quiebra la voz)”, afligidamente contaba el cam-pesino.

Compartiendo el mismo sentimiento, el miembro del Consejo Municipal de Planeación de Vetas, Adonaí Guerrero, cree que “con las consecuencias en este mo-mento ya no halla uno qué hacer. Porque uno siente el dolor propio de mucha gente, entonces uno no habla por uno solo, sino de cientos y cientos de familias, hombres, mujeres, y niños que están pensando qué va a ser de este momento en adelante, cómo se va a hacer la vida. Gente que tenía un sueldo, un trabajito, y de la noche a la maña-na le dicen que ya eso se acabo porque simplemente en esta parte de Colombia no se puede trabajar”.

EL PAPEL DEL MINISTRO DE AMBIENTE

La polémica tiene tres escenarios. El primero, y ya hecho realidad, es el de Parque Regional. El parque salió adelan-te con la ayuda del Ministerio de Ambiente, la CDMB, la Gobernación de Santander, y una compilación de estudios por parte del Instituto Humbolt.

Según el Ministro de Ambiente, Juan Gabriel Uribe, “en un principio la idea de parque se había trabado de tal manera que el debate era un enredo, no se sabía a ciencia cierta de cuantas hectáreas se iba a tratar el parque. Y se logró, con los estudios propios del Von Humbolt trabajar el parque re-gional desde la Corporación Autónoma Regional, con cada uno de los presentes, con los alcaldes, con las academias, con las ONG, y con los propios estudios hechos por la corporación”.

Tres veces se planteó la delimitación del parque de manera diferente, como lo resumió Pastor Virviescas, en la Revista

solución en este momento.

Un páramo que se quiera preservar, ya se ha expuesto re-petidamente, es una buena idea en términos ecosistémi-cos y ambientales. Pero ésta misma idea de preservación sin comprender el renglón humano no sirve de nada. Los espacios cobran sentido por las personas que los habitan. De acuerdo con eso, este páramo es lo que es por la gente que vive allí.

El desarrollo de un país no puede resumirse en términos de la riqueza que deja un mineral metálico tras litros de agua perdidos y contaminados, o por el contrario resu-mirse en número de hectáreas protegidas; menos aún en términos de desplazamiento estatal.

El panorama desde otro actor, el Instituto de Investiga-ción de Recursos Biológicos Alexander von Humbolt, es de una institución de cumple con la ley pero que no está en completa capacidad para responder por los estudios tan detallados que se han exigido durante el debate de línea de páramo. Dice su directora, Brigitte Luis Guillermo Baptiste, que no tienen la capacidad de ir a cada una de las regiones a evaluar las decenas de propuestas de áreas protegidas que se están creando en este momento. “Real-mente respetamos muchísimo el trabajo que hacen las cor-poraciones en la producción de conocimiento y en la de-finición de las prioridades regionales de conservación; en tanto esas propuestas sean coherentes y tengan la prueba suficiente de que se está cumpliendo con el objetivo que tiene la autoridad ambiental de proteger la biodiversidad”.

El aporte del instituto es partir de una visión nacional y con base en la aproximación de escalas sucesivas pasar a niveles de mayor precisión, “que en cualquier caso van a implicar incertidumbre, importante en la toma de deci-sión, y que abre el espacio para ese proceso de concerta-

De estos tres momentos, es importante tener en cuenta que el páramo es un ente vivo con gente adentro. Su situación se debe analizar mediante estudios que involucren los ele-mentos económicos sociales y ambientales que nacen de la propia constitución. Ya el Ministerio del Medio Ambien-te se vio obligado a recurrir al Fondo de Adaptación para conseguir 31 mil millones de pesos para costear todas las inversiones en estudios que desde el ministerio se dispo-nen; mil millones se destinaron para el Instituto Alexander von Humbolt en el que se hizo el proceso de estudio cien-tífico del parque.

UN PLAN SIN LOCOMOTORA Y ORGANISMOS ESTA-TALES SIN PRESUPUESTO

El Plan de Desarrollo exige que los páramos en Colombia sean delimitados a escala 1:25.000 y deben estar listos an-tes de 2014. Esta delimitación permite que se tomen me-jores decisiones, y que se ocupe de todos los frentes. Esta escala detallada brinda la información y soporte para que otros expertos que utiliza el Ministerio de Ambiente como referencia, ayuden a que se tomen decisiones que inclu-yan los intereses de todos, no solo a aquellos que se les otorgue una licencia ambiental.

Uno de los motivos del retraso en la entrega de la delimi-tación oficial de línea de páramo es la reciente creación del Ministerio de Ambiente. Al ser un ministerio que está en reciente formación y consolidación, los recursos que ya fueron otorgados no son los suficientes para esa meta de delimitación que se ha propuesto para el 2014.

La sostenibilidad de la que hace alarde en su nombre el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, poco pue-de evidenciarse en hechos concretos. Sí, el parque es un hecho, pero para ser sinceros es más un problema que una

ción que se requiere”, concluye Baptiste.

TRABAJO Y AGUA PARA TODOS

Ya se tiene el área de parque. Ya se dio la última gran ma-nifestación. Ya hay desplazados y desempleados. Ya están detenidas las actividades mineras en el páramo. Ya hay una escala 1:25.000 que permitirá una mejor delimitación de línea de páramo. Ya se protege el agua de la minería, con controles y supervisiones de las Corporaciones Regionales. Ya hay un abanico de herramientas, y sin embargo, no hay una clara solución para los pobladores de la provincia de Soto.

Ellos piden trabajo y el resto del departamento pide agua limpia. Mientras, el Gobierno hace uso de toda clase de mañas para evadir la respuesta a la problemática social. El gobierno ya definió cual es el espíritu de la política am-biental, y debe haber quedado claro hasta el momento que la actividad minera no puede sacrificar agua.

Por lo pronto habrá que esperar a que se desate el otro nudo de la delimitación de páramo para saber la cota por la cual se podrá hacer minería, la misma altura que re-solverá la situación de los pobladores y su posibilidad de asegurar y trabajar sus tierras.

En juego no solo está el agua sino la condición de vida de miles de familias. Y hasta ahora solo se tienen derrotas en todos los bandos: la creación del parque derrotó en parte a las empresas mineras, y al mismo tiempo dicha delimi-tación derrotó un poco el ideal de los ambientalistas y de-fensores del agua.

Al igual que la locomotora del Presidente, todos estos ac-tores continuarán con su esfuerzo de defender su parti-cular interés: el de los ambientalistas, los industriales, y

políticos. Pero con la cada vez más creciente problemáti-ca de los reales afectados: los habitantes, sin otra opción, seguirán quejándose, hablándole al Gobierno con vías de hecho, con cierres de vía, con el subvertimiento del orden.

Ojalá que los nuevos escenarios permitan el espacio de la concertación y la socialización de todas las partes. Que al igual que algunos medios y diferentes entes que han que-rido retratar lo que verdaderamente pasa, la academia se una y proponga vías de solución.

Los páramos son el 3% del área del país, y de acuerdo con estas dimensiones aún queda mucha tierra para explotar; pero por si no ha quedado claro, hay que insistir en que todo el problema no se resume en que, en este caso, sea una zona de páramo que se pretende explotar, el problema radica en que las políticas ambientales y mineras, junto al interés social, deben ser verdaderamente sostenibles. De esa manera se podrá contar en algún momento con trabajo y agua para todos. Esperaremos a que la metamorfosis ter-mine para saber a qué nos enfrentaremos.

Cuando el hombre es desplazado de su territo-rio, cuando no tiene donde asentarse, se puede decir que ese individuo pierde la capacidad de reconocerse.

El lugar en el que habita es lugar por su presen-cia en él. Las personas se asientan, construyen una vida, y delimitan su futuro.

SANTURBÁN Y LA FRONTERA SOCIAL Ángela María Sampayo ...

Documents

Transcript of SANTURBÁN Y LA FRONTERA SOCIAL Ángela María Sampayo ...