Schatz

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Guión cinematrográfico. Adaptación de la novela del mismo título.

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PANTALLA EN NEGRO (Sobreimpresionado en pantalla) Todos los hechos y lugares que aparecerán en esta película están basados en una historia real. Sólo los nombres de los protagonistas han sido cambiados para mantener su anonimato y su seguridad.

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TITULOS DE CREDITO SEC.1.- INT/NOCHE. ALMACEN DE BIENES CULTURALES. BERLIN (Sept.1944)

Aparecen progresivamente los títulos de crédito iniciales. Vemos un inmenso almacén repleto de todo tipo de obras de arte y objetos de valor. (Son objetos de valor incautados por los nazis a los judíos y a los países ocupados durante la Segunda Guerra Mundial. DOS OPERARIOS, vestidos con ropa de trabajo, introducen unos cuadros en embalajes de madera. Después, las suben a dos camiones aparcados en la entrada del almacén. DOS AGENTES de la GESTAPO observan a los DOS OPERARIOS atentamente. MARTIN BORMANN, secretario particular de Hitler, un hombre de unos cuarenta años, rubio, robusto, vestido con el uniforme negro de las SS, supervisa personalmente los trabajos. A su lado se encuentra ERICH TILLMANN, aproximadamente de la misma edad, castaño, vestido con el uniforme de coronel del ejército alemán. En sus manos tiene un cuaderno dónde va anotando las obras que los DOS OPERARIOS introducen en los camiones. MARTIN BORMANN observa, desconfiado, cada anotación que ERICH TILLMANN realiza. Claramente, vemos un cuadro del pintor Amedeo Modigliani (retrato de su mujer: Jeanne Hebuterne), cuando El OPERARIO#1 lo mete en uno de los embalajes. En ese instante, se ve el escudo nacionalsocialista incrustado en el embalaje de ese cuadro de Modigliani. Escribe con pintura negra, y valiéndose de un molde, un número en la caja: EL 325. Después lo lleva y lo introduce en el camión#1. ERICH TILLMANN cierra el cuaderno y mira a MARTIN BORMANN. ERICH TILLMANN: (en alemán)

Hemos terminado, Señor.

Los OPERARIOS cierran el portón del camión. Vemos como el cuadro queda dentro. BORMANN se dirige a ERICH TILLMANN en alemán.

BORMANN: (en alemán)

Acompáñeme a la oficina.

BORMANN y ERICH se encaminan hacia una escalera. BORMANN, al pasar delante de los DOS AGENTES de la GESTAPO, les hace una señal, con un leve giro de cabeza, señalando a los DOS OPERARIOS que ya han concluido su trabajo. Vemos como BORMANN y ERICH comienzan a subir la escalera metálica hacia unas oficinas dentro del mismo almacén. BORMANN mira con frialdad a ERICH y en éste se refleja tristeza, algo va a suceder en breves instantes. Silencio. FUNDIDO EN NEGRO Sobre el fundido oiremos dos disparos seguidos y después otros dos.

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SEC.2.- EXT/AMANECER(brumoso). PATIO DEL ALMACEN. BERLIN (Sept.1944) En el patio del almacén están aparcados los dos camiones. UN CONDUCTOR#1 Y EL AGENTE#1 de la GESTAPO esperan fumando un cigarrillo. En la fachada ondean banderas nacionalsocialistas. Un coche negro se encuentra estacionado en la puerta del almacén, en las puertas del vehículo se ve el escudo de la Cancillería del Reich. De pie, al lado de ese coche, esperando, está BORMANN. Entra en el patio del almacén un coche grande y para delante de BORMANN. Un CHOFER se apea y abre las puertas. ERICH baja acompañado de toda su familia: HELENA, su esposa, una mujer de treinta y tantos años, rubia y de belleza serena. HERMANN, el hijo mayor, de veintidós años; GISELA, la hija mayor, de unos diecisiete años, delgada, rubia y de ojos azules; y por último, VIKTOR, el pequeño, de unos once años, vestido con el uniforme de las Juventudes Hitlerianas. Nada más bajar, VIKTOR corre hacia BORMANN. Se para a un paso de él y le saluda levantando la mano. VIKTOR:

¡Heil Hitler!.

El CHOFER abre el maletero y comienza a sacar el equipaje. El resto de La FAMILIA se acerca a BORMANN. ERICH abraza a su hija GISELA; HELENA también lo hace y de sus ojos comienzan a caer lágrimas. El CHOFER deja dos maletas en el coche de la Cancillería. El matrimonio, ERICH y HELENA, se despiden de su pequeño VIKTOR; éste se muestra indiferente. BORMANN apremia para que terminen las despedidas. BORMANN: (en alemán)

Vamos, dense prisa, se hace tarde.

BORMANN se dirige a ERICH: BORMANN: (en alemán e irónicamente)

Coronel Tillmann, su hijo Viktor y su hija Gisela quedan en buenas manos, ambos serán buenos servidores a la causa nacionalsocialista y, por supuesto al Fürher. Ya sabe, la misión que se le ha encomendado es muy importante. Debe salir como está planificada... Su familia depende de usted...

ERICH se gira y le lanza una mirada de odio y venganza contenida. BORMANN se ha percibido de la odiosa mirada de Erich pero descarga su ira gritando a los conductores de los camiones. BORMANN: (en alemán y con voz de mando)

Deprisa, suban las maletas a los camiones, no podemos esperar más.

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Los CONDUCTORES se acercan, cogen las maletas y las cargan en la parte trasera del camión#1. Vemos, al abrir el portón del camión#1 para introducir las maletas, el embalaje marcado con el número 325, el que contiene el cuadro de Modigliani. El hijo mayor del Coronel ERICH TILLMANN, HERMANN, se despide de sus HERMANOS que se quedarán en Berlín bajo la custodia de BORMANN, GISELA Y VIKTOR. Después se encamina hacia el camión#2 acompañado por el AGENTE#1. ERICH y HELENA, caminan cansinamente hacia el otro camión, el camión#1. BORMANN coge de una manera muy sensual el brazo de la joven hija de Erich, GISELA. Ella le mira con un visible gesto de repugnancia e intenta soltarse. Los camiones arrancan. Primero sale el camión#2, dónde va el hijo mayor, HERMANN, en el asiento de delante acompañado del CONDUCTOR#1 y el AGENTE#1 de la GESTAPO. Pasa por delante del coche de Bormann. GISELA esboza una cariñosa sonrisa. HERMANN le dice adiós con la mano. Tras el camión#2, sale el camión#1. En su interior, el AGENTE#2, que es quien conduce, en el centro ERICH TILLMANN, y junto a la otra ventanilla, su esposa, HELENA. Pasan también por delante de BORMANN y sus dos hijos. HELENA se asoma por la ventanilla y cruza la mirada con su hija GISELA con lágrimas en sus ojos entre el humo del escape del camión. HELENA ve como sus dos HIJOS suben al coche de BORMANN. FIN TITULOS DE CREDITO FUNDIDO EN HUMO GRIS CLARO SEC.3.- INT/DIA. ESTUDIO. CASA DE ALEJANDRO FONSECA. MADRID. Vemos una nebulosa gris clara. Al alejarse se ve que es una radiografía que está siendo mirada por ALEJANDRO FONSECA, un hombre de unos cuarenta años, delgado y moreno. Sobre un caballete hay un cuadro bastante grande (Una mujer con una guitarra). Sobre una gran mesa podemos ver infinidad de libros de arte abiertos, folios escritos, radiografías de pinturas, una enorme lupa, un microscopio y una lámpara de infrarrojos con una enorme bombilla de color negro. Las paredes de la habitación están llenas de estanterías con libros y multitud de cuadros cuelgan de las paredes. A un lado hay otra mesa, más pequeña, con un ordenador personal. En ella trabaja, escribiendo, SARA, una mujer morena de unos treinta y tantos años. ALEJANDRO deja la radiografía y se acerca a SARA dictándole:

ALEJANDRO: ... con lo que queda demostrado que se trata de un lienzo reutilizado. En la parte posterior, cubierto por una capa de imprimación, se descubren indicios de la existencia de otra pintura. Las radiografías permiten observar trazos que podrían corresponder a un estilo cubista.

SARA: (entusiasta)

Pero... eso significa que la obra es anterior. Si el cuadro fue expuesto en París en 1915, entonces podría tratarse de una de las primeras pinturas cubistas. Un Picasso...

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ALEJANDRO da la vuelta al cuadro y coge un pedazo grande de algodón de la mesa. Comienza a empaparlo con el líquido de un pequeño frasco. Mira a SARA.

ALEJANDRO: (escéptico) ... o Gris, o Braque...o tal vez ninguno de ellos. Quién sabe, no nos precipitemos. Vamos a ver si las radiografías no mienten.

ALEJANDRO, delante del caballete, mira la capa de color blanco que cubre la parte posterior del lienzo. Comienza a frotar, delicadamente con el algodón. Vemos como la capa blanca desaparece y va dejando ver restos de otra obra. Se trata de un grupo de personas jugando a las cartas. El estilo es cubista. SARA se levanta y mira por encima del hombro de su marido. ALEJANDRO: (concentrado)

Sara, observa este detalle. Las cartas no están pintadas, son auténticas. Es un collage. No hay duda, es cubismo. Mira estos ojos saltones, me recuerdan los de Picasso.

SARA: (intrigada)

¿Qué quieres decir, que es un retrato suyo o que lo pintó él?

ALEJANDRO: (frotando)

No lo sé, sólo me lo recuerdan.

ALEJANDRO, entusiasmado, añade más líquido y frota con más energía. SARA le coge la mano.

SARA: No sigas, puedes dañar la pintura. Hay que hacerlo con más tranquilidad. Déjalo hasta que analicen los pigmentos y sepamos las distintas composiciones.

ALEJANDRO deja de frotar. Mira a SARA y deja el algodón y el frasco encima de la mesa grande.

ALEJANDRO: (resignado) Muy bien, veamos que pasa con esos pigmentos.

ALEJANDRO toma de la mesa una especie de jeringuilla y la introduce en una esquina del lienzo. Saca el instrumento y pone una diminuta porción de pintura en una pequeña cajita de cristal. ALEJANDRO mira su reloj. SARA se sienta delante del ordenador. ALEJANDRO, metiendo la cajita en su chaqueta.

ALEJANDRO: Todavía es temprano, me acercaré al laboratorio y les dejaré las muestras. Si me da tiempo me pasaré por las galerías. Me han mandado un par de invitaciones.

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SARA: (concentrada) No vuelvas muy tarde...

SEC.4.- INT/DIA. GALERIA DE ARTE. MADRID. Vemos como ALEJANDRO entra en la galería de arte. Se acerca a la mesa de la ENCARGADA y va a preguntar algo. Vemos como un HOMBRE#1, vestido con un impecable traje de chaqueta, se le acerca rápidamente.

HOMBRE#1: (muy comercial) Sr. Fonseca, es un placer volver a verle. Si puedo ayudarle en algo estoy a su entera disposición. ¿busca algo en concreto?

ALEJANDRO, indiferente, coge un catálogo de encima de la mesa cruzando una mirada cómplice con la ENCARGADA.

ALEJANDRO: (indiferente) No, muchas gracias. Sólo he venido a echar un vistazo.

ALEJANDRO abre el catálogo y se encamina hacia los cuadros expuestos.

HOMBRE#1: (muy comercial) Perfecto, espero que encuentre algo de su gusto.

ALEJANDRO le dirige una media sonrisa y comienza la visita. Pasa por delante de cuadros de todo tipo y de los estilos más dispares. ALEJANDRO los va cotejando con el catálogo, sin prestar demasiada atención a ninguno de ellos. ALEJANDRO comienza a ver los cuadros colgados en una segunda pared. Vemos claramente el Amedeo Modigliani de la SEC.1. ALEJANDRO lo mira, y sin más pasa de largo. Instantes después se detiene y vuelve hacia atrás. Se para delante del cuadro y lee el cartelito correspondiente. Vemos que lo define como: Autor desconocido. Al estilo de Modigliani. Precio: 80.000 Ptas. ALEJANDRO expresa un gesto de extrañeza. Se aleja del cuadro unos pasos hacia atrás y continúa observando. Con un gesto parece quitarse una idea de la cabeza. Sigue la visita y se acerca al próximo cuadro. Lo mira unos momentos. Duda y dirige su mirada de nuevo al Modigliani. SEC.5.- INT/NOCHE. ESTUDIO. CASA DE ALEJANDRO FONSECA. Vemos como ALEJANDRO entra en su estudio con el catálogo de la exposición en la mano. El cuadro a medio investigar está en el caballete. ALEJANDRO deja el catálogo encima de su mesa.

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ALEJANDRO se acerca a una de las librerías. Busca. Vemos como saca unos libros de arte. ALEJANDRO aparta papeles e instrumentos de su mesa. Se sienta y abre los libros de arte. Vemos distintas láminas de obras de Modigliani. ALEJANDRO mira en el catálogo la fotografía del cuadro y la compara con las láminas. Vemos como toma papel y lápiz y comienza a hacer anotaciones. SEC.6.- INT/DIA. COCINA. CASA DE ALEJANDRO FONSECA. SARA está en la cocina preparando el desayuno. ALEJANDRO lleva a la mesa un plato lleno de tostadas. En la mesa están sentados los tres hijos de Alejandro: La mayor, de unos ocho años, el mayor, de unos siete y la pequeña, de unos cuatro años. Desayunan. ALEJANDRO se pelea con la tostadora. ALEJANDRO:

Ayer estuve en una exposición y vi un cuadro dado por falso. Creo que voy a comprarlo.

SARA no le mira.

SARA: ¿Otro? Ya tenemos mucho trabajo, no vamos a dar a vasto.

Los HIJOS miran a uno y a otro alternativamente, como en un partido de tenis. ALEJANDRO se quema con la tostadora. Se chupa el dedo lastimado.

ALEJANDRO: Pero Sara, no puedo dejarlo pasar. Está tirado de precio y es una pieza interesante. Podría ser un Modigliani... ¿Qué podemos perder?

SARA pone una tortilla en un plato.

SARA: Dinero... ¿no te parece?

Los HIJOS comen y observan a sus padres. ALEJANDRO pone más tostadas en la mesa y guiña un ojo a sus hijos. Se sienta a la mesa.

ALEJANDRO: (en tono de súplica) Sara, si no lo compro desaparecerá y no lo volveré a ver, perderemos una ocasión única.

SARA, mientras lleva la tortilla a la mesa y se sienta.

SARA: ¿Y qué vas a hacer con el cuadro cubista detrás del Pere

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Creisant? ALEJANDRO unta de mantequilla una tostada. ALEJANDRO:

Nada, hasta que no tengamos el resultado de los análisis no se puede hacer más. Eso nos dejará tiempo libre...¿no crees?

SARA le mira mientras bebe un vaso de zumo. ALEJANDRO le mira fijamente y sonríe. SEC.7.- INT/DIA. SALA DE SUBASTAS. Vemos a ALEJANDRO sentado en una sala de subastas. La sala está llena de gente esperando que dé comienzo. Un FOTOGRAFO pasea por la sala fotografiando aquí y allá. Al lado de ALEJANDRO se sienta una SEÑORA MAYOR. Saca un abanico y comienza a abanicarse aparatosamente.

SEÑORA MAYOR: Hace un calor espantoso ¿no cree?

ALEJANDRO: (distraído) Sí señora, espantoso.

El SUBASTADOR sube al entarimado y se acerca a un atril. Da unos golpecitos en el micrófono. Se oyen los golpes a través de los altavoces.

SUBASTADOR: Buenos días señoras y señores. Perdón por el retraso, así que, sin más dilación, damos paso al lote número 1: Paisaje, de autor desconocido. Obra de la escuela inglesa del siglo XIX.

Un AYUDANTE#1 coloca el cuadro en un caballete en el centro del entarimado.

SUBASTADOR: El precio de salida es de 100.000 Ptas. 100.000 Ptas. ¿Alguien da más?...

El SUBASTADOR mira a ALEJANDRO. Este no hace ningún gesto. ALEJANDRO está nervioso. Mira la lista de la subasta buscando el número del lote del Modigliani.

SEÑORA MAYOR: Es un cuadro muy bonito ¿no le parece? Quedaría precioso en el salón mi casa.

ALEJANDRO mira a la SEÑORA MAYOR sin contestarle. La SEÑORA MAYOR levanta el abanico y lo sacude ostensiblemente.

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SUBASTADOR: La Señora del abanico. 105.000 Ptas. Gracias señora. 105.000 ¿alguien da más? 105.000.

ALEJANDRO se agita en su asiento. Se oye el sonido del mazo del SUBASTADOR. El tiempo pasa y se acerca el lote del Modigliani. La SEÑORA MAYOR continúa hablándole. Mientras ALEJANDRO ve como el BEDEL coge el Modigliani del fondo de la sala y se lo pasa a un AYUDANTE#2. Finalmente llega el lote deseado y ALEJANDRO se incorpora en su silla. El AYUDANTE#2 le da el cuadro al AYUDANTE#1, que lo deposita en el caballete del entarimado. ALEJANDRO siente los latidos de su corazón. Mira a uno y otro lado pensando que todo el mundo puede oírlos.

SUBASTADOR: Lote número siete. De autor desconocido, al estilo de Modigliani. El precio de salida es de 80.000 Ptas. 80.000 ¿Alguien da más?

La sala queda en silencio. Parece que nadie tiene interés por la obra. ALEJANDRO duda. El SUBASTADOR le mira esperando una respuesta. De improviso alguien da el precio. El SUBASTADOR mira a todas partes.

SUBASTADOR:

Cubiertas las 80.000 Ptas.

Las pujas se suceden frenéticamente. El SUBASTADOR mira y señala.

SUBASTADOR: 85, 90, 95, 100, 125, 150, 200, 250, 300.

Silencio.

SUBASTADOR: (esperando) 300.000 Ptas. ¿Alguien da más?

El SUBASTADOR mira levemente a su derecha, hacia ALEJANDRO. ALEJANDRO hace un sutil gesto con la cabeza.

SUBASTADOR: 350.000...

Silencio y murmullos en la sala. Una AZAFATA levanta la mano en la otra punta de la sala.

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SUBASTADOR: (mirando a su izquierda) 400.000 Ptas.

El SUBASTADOR, nervioso mira a ALEJANDRO, este no hace ningún gesto. El SUBASTADOR entiende que vuelve a pujar.

SUBASTADOR: (mirando a la derecha) 450.000 ¿Alguien da más? 450.

Aumentan los murmullos en la sala. La gente comienza a mirar, buscando a los pujadores.

SEÑORA MAYOR: (indignada) ¿Cómo pueden pujar tanto con lo feo que es ese cuadro?

ALEJANDRO se gira a su derecha y busca al otro pujador. Vemos, semiescondido detrás de una columna, a un HOMBRE CON SOMBRERO clásico, que hace un leve gesto a la AZAFATA.

SUBASTADOR: (nervioso) 500.000, Muchas...gracias. ¿500?

El SUBASTADOR lanza una mirada de extrañeza hacia ALEJANDRO. Este no responde.

SUBASTADOR: (preguntando) ¿550.000..?

ALEJANDRO se revuelve inquieto en la silla. La AZAFATA levanta de nuevo la mano

SUBASTADOR: 600.000, 600.000 Ptas. ¿Alguien da más de 600.000?

El murmullo es ya generalizado en la sala. Algunas personas se han levantado de sus asientos. El FOTOGRAFO se acerca a la parte de la sala donde se encuentra el HOMBRE CON SOMBRERO, y comienza a sacar fotografías.

SUBASTADOR: Silencio en la sala, por favor.

La gente mira hacia la zona donde está el HOMBRE DEL SOMBRERO. Este inclina el ala del sombrero sobre la cara y termina marchándose de la sala.

SUBASTADOR: Señoras y señores, por favor. 600.000 Ptas. ¿Alguien da más?

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ALEJANDRO mira al SUBASTADOR. SUBASTADOR:

650.000 Ptas. Gracias. ¿Alguien da más de 650.000?

Reina el silencio entre los asistentes. SUBASTADOR: (golpeando con el mazo).

650.000 a la una. ¿Alguien da más?...

Silencio. ... 650.000 a las dos... ¡650.000 a las tres! Adjudicado por 650.000 pesetas.

ALEJANDRO siente un inmenso alivio y suspira.

SEÑORA MAYOR: (escandalizada) ¡Qué barbaridad! ¡Qué mal gusto! ¿Quién se lo habrá quedado?

Se acerca el AYUDANTE#1 y le entrega a ALEJANDRO el papel de adjudicación. AZAFATA:

Sería tan amable de firmar, por favor.

ALEJANDRO:

Como no.

ALEJANDRO firma y le devuelve el papel a la AZAFATA. La SEÑORA MAYOR se queda mirando avergonzada y sonrojada. ALEJANDRO le mira y sonríe. SEC.8.- INT/TARDE. ESTUDIO. CASA DE ALEJANDRO. Vemos el cuadro de la Sec.3 (Mujer con guitarra) apoyado contra la pared. En el caballete se encuentra el Modigliani. ALEJANDRO, de espaldas a la puerta, está sentado frente al cuadro observándolo ensimismado. SARA entra en la habitación y se queda de pie detrás de ALEJANDRO mirando el cuadro. SARA se apoya en el hombro de su marido.

ALEJANDRO: Es una maravilla ¿verdad?

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SARA: Lo parece. ¿Qué tal te fue en la subasta?

ALEJANDRO: (mintiendo)

Bien... No hubo problemas... Cuando estaba allí, esperando que llegara el lote, sentía que tenía que llevármelo a casa.

SARA: (dudando) ¿Crees que sacaremos algo en limpio de todo esto?

ALEJANDRO: ¿Bromeas? Fíjate bien en él, no puede ser falso. He estado estudiando a Modigliani estos últimos días y cada vez estoy más convencido, mira...

ALEJANDRO se levanta y se acerca a la mesa grande de estudio. Coge un libro donde vemos una lámina grande en color de un cuadro del autor. ALEJANDRO de acerca al caballete.

ALEJANDRO: Ven, acércate. Fíjate bien en esto.

ALEJANDRO señala con la mano en el cuadro el trazo de la nariz y el cuello del retrato, mientras sujeta el libro con la otra mano. ALEJANDRO finge estar pintando.

ALEJANDRO: Observa el trazo de la nariz. Tienen el mismo ángulo, eso significa que ha sido la misma mano la que lo ha pintado. El cuello... exacto.

SARA se acerca progresivamente a su marido y al cuadro. Escucha atentamente lo que dice ALEJANDRO.

SARA: (interesada) Espera, espera. Vayamos por partes.

SARA se sienta en la mesa y enciende el ordenador. SARA mira a su marido.

SARA: Empecemos...

SEC.9.- EXT/MAÑANA. CASA DE ALEJANDRO. Vemos el jardín del chalet de Alejandro. Se abre la puerta principal y sale SARA vestida con pijama y zapatillas. Bosteza. Camina y se acerca a la cancela de la calle.

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Abre el buzón y saca el correo y el periódico. Se mete las cartas en el bolsillo lateral del pijama, abre el periódico y comienza a ojearlo mientras regresa a la casa. SEC.10.- INT/MAÑANA. HALL Y ESCALERAS. CASA DE ALEJANDRO. SARA entra en casa y cierra la puerta principal empujándola con la pierna. Sigue mirando el periódico. Comienza a subir las escaleras. Se para. Lee algo con mayor detenimiento. Cierra bruscamente el periódico por donde lo estaba leyendo y sube rápido las escaleras. SEC.11.- INT/MAÑANA. DORMITORIO. CASA DE ALEJANDRO. SARA entra precipitadamente en el dormitorio blandiendo el periódico. ALEJANDRO está terminando de atarse el nudo de la corbata frente a un espejo. SARA se planta delante de su marido y, mirándole fijamente le ofrece el periódico. SARA: (enfadada)

Lee.

ALEJANDRO, sorprendido, coge el periódico y comienza a leer. Según avanza la lectura comienza a caminar por la habitación mostrando cada vez más nerviosismo.

ALEJANDRO: (indignado) No lo puedo creer, ¿cómo han sido capaces?

SARA observa a su marido.

SARA: (enfadada) Yo tampoco lo puedo creer. ¡650.000 Ptas.!

ALEJANDRO no escucha a su mujer.

ALEJANDRO: (indignado) ¡Burdo plagio! ¡Cantidad desorbitada!

SARA continua mostrando su enfado.

SARA: ¿Cómo has podido gastar tanto dinero sin estar seguro que fuera auténtico?

ALEJANDRO sigue hablando sin escuchar a su esposa.

ALEJANDRO: (indignado) ¿Cómo pueden llamarse críticos? No saben lo que es arte ni

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tienen escrúpulos de ningún tipo. ¡ A la mierda todos estos sinvergüenzas !

ALEJANDRO tira el periódico encima de la cama y continua hablando sin darse cuenta del enfado de su mujer.

ALEJANDRO: (indignado) Verifican como de firma cuadros que saben que son falsos, eso sí... llevándose un buen pellizco ¿cómo no? ¿eso es arte? Hacen que con sus críticas se vendan cuadros a precios desorbitados cuando son un asco. ¿Eso es arte?. No, pero hay que beneficiar a los amigos que les da por dedicarse a "pintar"...

ALEJANDRO camina de un lado para otro ante la mirada de sorpresa de SARA.

ALEJANDRO: (indignado) ¡Burdo plagio...! Pero no tienen el valor de denunciar las obras falsas de Velázquez que se colgaron en la exposición del Prado, eso no, son de gente importante y se juegan la cabeza...

ALEJANDRO sale del dormitorio dejando a SARA sin poder abrir la boca; haciendo un gesto de incredulidad recoge el periódico de encima de la cama. ALEJANDRO se asoma a la puerta del dormitorio.

ALEJANDRO: (indignado) Les vamos a demostrar lo que pueden hacer con sus artículos. Todos sabrán que ese cuadro es un verdadero Modigliani.

SARA se deja caer en la cama, quedándose sentada. Suspira resignada. SEC.12/1.- INT/NOCHE. ESTUDIO. CASA DE ALEJANDRO. Vemos a ALEJANDRO, con aspecto desarreglado, sentado en una banqueta alta delante del Modigliani. A su lado hay otro caballete que sostiene una pizarra blanca donde ALEJANDRO hace dibujos que muestran la perspectiva del cuadro. A su lado, sobre la mesa, diversos libros y láminas. El suelo lleno de folios escritos. En la pizarra blanca veremos el siguiente dibujo: SEC.12/2.- INT/DIA. ESTUDIO. CASA DE ALEJANDRO. Vemos como la habitación se va llenando de reproducciones a tamaño natural del cuadro y de otros cuadros del autor. El material se va acumulando en la mesa grande de trabajo. ALEJANDRO y SARA comparan, con una transparencia, colocada encima del cuadro, las coincidencias en el ángulo de los trazos al pintar. Vemos, a través de las transparencias, como la nariz, el cuello y los hombros, coinciden en su estilo con de otros cuadros. Vemos como ALEJANDRO le hace ver a SARA, con gestos claros de las

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manos, estas coincidencias. SEC.12.3.- INT/DIA. LABORATORIO. ALEJANDRO y el EXPERTO#1 miran una radiografía colocada sobre una pantalla iluminada.

EXPERTO#1: (señalando) Observe. En esta radiografía que ha mandado el Museo del Louvre, puede ver que bajo la pintura existen trazos de lápiz con mina de plomo. ¿Ve el detalle del dibujo?

ALEJANDRO se acerca.

ALEJANDRO: Sí, claro.

El EXPERTO#1 coloca otra radiografía al lado de la primera.

EXPERTO#1: En esta radiografía de su cuadro se puede ver que se ha usado el mismo tipo de técnica.

El EXPERTO#1 quita la primera radiografía y coloca una tercera en su lugar.

EXPERTO#1: Mire aquí en cambio. Se trata de una copia de un Modigliani. A primera vista puede pasar por bueno, pero, si se da cuenta. No se ha utilizado en primer lugar el lápiz. Se ha conseguido superficialmente imitar su estilo, pero la radiografía demuestra la verdad.

SEC.12.4.- INT/NOCHE. ESTUDIO. CASA DE ALEJANDRO. ALEJANDRO está sentado en su mesa con un flexo encendido. Lee detenidamente una carta. Fumando. SARA le deja un café encima de la mesa. SARA, con otra taza en la mano, se sienta y le da un sorbo al suyo.

SARA: ¿Qué dice el informe del grafólogo?

ALEJANDRO da una calada al cigarrillo.

ALEJANDRO: Dice que no ha sido un trabajo fácil, que Modigliani es un autor muy versátil a la hora de firmar una obra. Existen varios tipos de firma considerados auténticos.

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SARA: Y eso, ¿qué quiere decir?

ALEJANDRO: Que no siempre usaba la misma firma.

SARA: Pero...

ALEJANDRO: (leyendo) Dice que, estudiando la firma con microscopio se ve, sin duda, por los desconchones de pintura que tiene la misma antigüedad que el cuadro, ya que el resto de la obra presenta el mismo deterioro. (Mirando a su mujer). Vamos, que no se ha firmado posteriormente. Y sigue diciendo que teniendo en cuenta las similitudes en el trazo de la "n" minúscula final y...bla, bla, bla...(bajando con la mirada por el informe mientras da otra calada). Dice: "El Perito llega a la conclusión de que, con un alto promedio de probabilidades, puede haber sido hecha por Modigliani, pues no hay señales de adulterio, de vacilación ni de falta de paralelismo con las firmas consideradas como auténticas".

ALEJANDRO mira a SARA.

ALEJANDRO: (satisfecho) Es suyo.

ALEJANDRO deja el informe sobre la mesa y se deja caer en la silla. Aspira profundamente una calada de su cigarrillo.

SARA:

¿Y la escritura que hay detrás del cuadro?

ALEJANDRO se incorpora, busca entre las hojas del informe. Lee.

ALEJANDRO: Dice... que lo escrito en la parte posterior tiene muchas similitudes con el tipo de letra de la firma. Muestra una naturalidad que hace pensar que son escritas por la misma mano.

ALEJANDRO hace un gesto de encogiendo los hombros.

ALEJANDRO: Pues sí, según dice aquí pudo escribirlo él, pero ¿qué significa? La persona retratada es su amante Jeanne Hebuterne, no Tatiana Raynaward. Las radiografías

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demuestran que en el lienzo se puso después ese nombre sobre el de Jeanne.

SARA: Quizá la dueña posterior del cuadro...

ALEJANDRO:

No lo sé, pueden ser mil cosas; no creo que podamos averiguarlo fácilmente..

SEC.12.5.- INT/DIA. LABORATORIO DEL MUSEO DEL PRADO. ALEJANDRO y un EXPERTO#2 se encuentran sentados delante de una serie de sofisticados aparatos. En la mesa del laboratorio podemos ver diversos monitores que muestran gráficos de barras. En el laboratorio diversas personas trabajan a su alrededor. ALEJANDRO escucha atentamente.

EXPERTO#2: ... es conocido que Modigliani usaba un número de colores muy limitado, unos cinco más o menos, diluidos con esencias según los casos. Si mira en este monitor verá el espectro de cada uno de los colores. Según los análisis, se puede afirmar que en su mayoría corresponden a los distintos pigmentos usados en aquellos años para la elaboración de los colores que estamos estudiando.

ALEJANDRO: Quiere decir que los distintos óleos corresponden, sin duda, a los utilizados por los pintores de la época.

EXPERTO#2:

No puedo darle una conclusión definitiva; mayoritariamente sí, lo que me llevaría a pensar que no podría ser una falsificación realizada muchos años después. Pero se detectan algunos pigmentos, o tal vez impurezas, como el dióxido de Titanio en el color blanco, que no debería aparecer en aquellos años. Para estar completamente seguros habría que realizar estudios más profundos.

ALEJANDRO muestra cara de preocupación. SEC.12.6.- INT/TARDE. ESTUDIO. CASA DE ALEJANDRO. ALEJANDRO está en su estudio delante del caballete, donde vemos el cuadro de Modigliani. ALEJANDRO tiene una hoja en una mano, la otra se la pasa por el cabello.

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ALEJANDRO: (incrédulo) ¡Dióxido de Titanio! No eres auténtico porque tienes Dióxido de Titanio en tus blancos...

ALEJANDRO camina por el estudio leyendo:

ALEJANDRO: (irónico) Estimado Sr. Fonseca. Teniendo en cuenta que la comercialización del color blanco, incluyendo en su composición el Dióxido de Titanio, no se lleva a cabo hasta 1920, tenemos el deber de informarle que es dudoso pueda aparecer tal pigmento en una obra fechada con anterioridad. Atentamente: Profesor Ross Merrill, jefe de Conservación de la National Gallery of Art de Washington.

ALEJANDRO arruga la carta y la tira al suelo, se queda mirando detenidamente el cuadro. Su mirada se desvía y observa el cuadro de la SEC.3 (mujer con guitarra) Ve a medio limpiar el collage cubista. Vemos como el rostro de ALEJANDRO se ilumina. Se precipita sobre un cajón de su mesa, lo abre y empieza a rebuscar entre los papeles, dejando caer sobre el suelo y la mesa los que no le interesan.

ALEJANDRO: ¿Dónde está ese maldito informe...?

Finalmente encuentra lo que busca. Lee la hoja de arriba a abajo con velocidad, gira el folio, lo repite hasta encontrar algo. Se detiene. Golpea las hojas con la mano.

ALEJANDRO: (eufórico) ¡Dióxido de Titanio! ¡Un cuadro cubista anterior a 1915 y tiene el jodido Dióxido de Titanio!

ALEJANDRO se queda mirando el cuadro. Vemos la firma de Modigliani. FUNDIDO SEC.13.- INT/DIA. SALA DE CONFERENCIAS. Vemos escrita la misma firma de Modigliani en un cartel que anuncia una conferencia, leemos: MODIGLIANI. CUATRO AÑOS DE INVESTIGACION. Conferenciante: Alejandro Fonseca. Detrás del cartel se puede ver una sala llena de gente escuchando una conferencia. ALEJANDRO se encuentra en un estrado. A su lado vemos pizarras llenas de dibujos y gráficos explicativos de todo tipo. Detrás de él una pantalla de proyección.

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Algunos FOTOGRAFOS sacan fotos de la conferencia. ALEJANDRO:

... aquello demostraba que ese pigmento aparecía en obras muy anteriores a su comercialización oficial. Eso nos hizo pensar que el argumento esgrimido por los expertos no era concluyente. Ya el científico Max Doerner afirma que el Dióxido de Titanio se da a conocer a principios del siglo XIX, incluso es utilizado por autores de la escuela impresionista. En 1870 se dice que puede usarse como pigmento en los colores. Lo que efectivamente ocurre en 1920 es que, tanto en Estados Unidos como en Noruega se comienza a utilizar en la fabricación industrial de las pinturas, pero ya muchos años antes los pintores lo usaban para crear, de una forma "casera", para entendernos, sus propios materiales. Análisis hechos sobre reconocidos cuadros de autor anteriores a 1920 han constatado la presencia del Dióxido de Titanio, lo que ha abierto un nuevo campo en la verificación de obras de arte. Salvado este gran escollo había caído la ultima duda de la autenticidad de una obra que la prensa había calificado como burdo plagio. (Pausa). ¿Alguna pregunta?

Un PERIODISTA#1 alza la mano y se levanta de su asiento.

ALEJANDRO: ¿Sí?

PERIODISTA#1: Después de leer su informe, hay una cuestión que no queda clara. ¿Cómo pudo llegar ese cuadro a ser subastado en una galería madrileña?

Entre la gente vemos a un JOVEN RUBIO que escucha atentamente y observa a los asistentes.

ALEJANDRO: Gracias. Esa ha sido una de las grandes dudas. No hay ninguna pista que pueda aclarar ese detalle. Las posibilidades son infinitas. ¿Qué puedo decirle? Lo importante es que se ha podido rescatar una obra maestra.

Vemos, escondido entre el público de la sala, al HOMBRE CON SOMBRERO, que escucha las palabras de ALEJANDRO. El público rompe a aplaudir. ALEJANDRO bajo del estrado y estrecha la mano de unas PERSONAS de las primeras filas. El JOVEN RUBIO se abre paso entre los asistentes que abandonan la sala e intenta acercarse a ALEJANDRO. Vemos como ALEJANDRO conversa con algunas personas. El JOVEN RUBIO se acerca a ALEJANDRO y le tiende la mano. ALEJANDRO le mira y se la estrecha.

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JOVEN RUBIO: (Con misterio)

Sr. Fonseca, quería preguntarle por qué no ha hecho usted referencia ninguna a lo que hay escrito detrás del cuadro.

Silencio.

ALEJANDRO: (sorprendido) ¿Y, cómo sabe usted que hay algo escrito?

JOVEN RUBIO: Quisiera hablar un momento con usted sobre la procedencia de su cuadro.

ALEJANDRO: (extrañado)

Sí...claro...dígame...

El JOVEN RUBIO ve, por encima del hombro de ALEJANDRO al HOMBRE DEL SOMBRERO, que, entre la gente, intenta mirar hacia ellos. Una MUJER#1 se acerca a ALEJANDRO y le ofrece el libro de la investigación.

MUJER#1: Sería tan amable de dedicarme el libro.

ALEJANDRO coge el libro. El JOVEN RUBIO desaparece bruscamente entre la gente.

ALEJANDRO: Cómo no señora.

Mientras firma el libro intenta ver dónde puede haber ido el JOVEN RUBIO. SEC.14.- INT/DIA. SALON. CASA DE ALEJANDRO. Vemos un teléfono. Oímos como suena. SARA coge el auricular.

SARA: Sí, diga.

SARA escucha unos instantes lo que le dicen.

SARA: Un momento, por favor.

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SARA cuelga el auricular y cruza el salón, entreabre la puerta del estudio.

SARA: Alex, al teléfono.

ALEJANDRO entra en el salón y descuelga el teléfono.

ALEJANDRO: Dígame.

JOVEN RUBIO: (voz en off) Sr. Fonseca. No sé si me recordará. Ayer tuve el gusto de conocerle en la conferencia que dio sobre Modigliani. Intenté conversar con usted sobre la procedencia de su cuadro...

ALEJANDRO: (intrigado) ¿Es usted el Joven Rubio que desapareció ayer como por arte de magia, no?

JOVEN RUBIO: (voz en off)

Discúlpeme, pero en ese momento no pude seguir hablando con usted. ¿Continua interesado en conocer el origen del Modigliani?

SARA mira intrigada a su esposo intentando entender la conversación.

ALEJANDRO: Por supuesto que sí, por favor, dígame.

JOVEN RUBIO: (voz en off) No, por teléfono, no. Deseo pedirle un favor que para usted resultará fácil a cambio de esa información.

ALEJANDRO se queda pensativo y cruza una mirada con su mujer.

ALEJANDRO: ¿Un favor?.

JOVEN RUBIO: (voz en off)

Usted sabe que datos le faltan en su investigación y solo yo se los puedo facilitar.

ALEJANDRO: (ansioso) ¿Dónde podemos vernos?

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JOVEN RUBIO: (voz en off)

En mi casa. Eso sí, le rogaría que no hablara de esto con nadie.

SARA ve como Alejandro toma notas en una hoja de papel y cuelga el teléfono.

SARA: Te ha visto preocupado. ¿Quién era?

ALEJANDRO: (pensativo) Era un Joven que me abordó ayer en la conferencia y me preguntó por qué no había dicho nada sobre lo que hay en la parte posterior del cuadro.

SARA: (sorprendida)

Pero si nadie más que nosotros lo sabe.

ALEJANDRO:

Esa es la cuestión. Este joven sabe lo que hay escrito o puede saberlo; puede saber qué significa.

SARA: (incrédula) Alex, a mí esto me huele mal, puede ser un aprovechado que intenta sacarte algo, dinero, yo que sé. ¿Por qué no va a tu despacho? ¿Por qué tienes que ir a su casa? Imagínate que el cuadro fue robado o que él era el dueño y te intenta meter en un lío, o Alex, algo peor, eres dueño de un cuadro que vale muchos millones.

ALEJANDRO:

Tampoco exageres, no creo que se trate de un secuestrador. Aquí tienes su dirección. Si va a intentar algo malo no creo que este sea el mejor sistema ¿no? Lo único que puede pasar es: nada o que averigüe algo interesante. Merece la pena arriesgarse. Además Sara, o investigamos o no investigamos, y esto entra en mi trabajo. ¿No?

SEC.15.- EXT/DIA. CALLE DEL BARRIO DE SALAMANCA. ALEJANDRO camina tranquilamente por la calle. Va mirando números. Se para delante de un edificio antiguo típico de esa zona. En la acera de enfrente vemos al HOMBRE DEL SOMBRERO apoyado en una cabina telefónica. ALEJANDRO entra en el portal del edificio.

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SEC.16.- INT/DIA. PORTAL Y ASCENSOR. ALEJANDRO entra en el portal. Todo está decorado en madera. Sube unas cortas escaleras que terminan en un viejo ascensor de madera con la puerta metálica. ALEJANDRO abre el ascensor y entra. Lee un cartel esmaltado que dice: Usar solamente para subir. ALEJANDRO, desconfiado, oprime el botón del tercer piso. El ascensor comienza a moverse a golpes al principio. Vemos la cara de inquietud de ALEJANDRO. El ascensor para bruscamente y ALEJANDRO suspira aliviado. Abre la puerta metálica y sale al rellano del tercero. Mira y ve la puerta que le interesa. Se acerca y toca el timbre. Oímos un sonido ronco, muy particular. A los pocos instantes se oye el chirrido metálico de la mirilla detrás de la puerta. Vemos como hay luz por el orificio de la mirilla. Se cierra la mirilla. Silencio. ALEJANDRO está inquieto. Se oye la voz de una mujer mayor con ligero acento alemán.

ANCIANA: ¿Qué desea?

ALEJANDRO:

Soy Alejandro Fonseca y he sido citado...

ANCIANA: Espere un momento que aviso a mi nieto.

A los pocos segundos se oye la voz del JOVEN RUBIO, mientras escuchamos el ruido de cerrojos metálicos al descorrerse.

JOVEN RUBIO: Disculpe Sr. Fonseca, mi abuela es muy desconfiada.

ALEJANDRO no puede disimular su cara de extrañeza frunciendo el ceño. El JOVEN RUBIO abre la puerta con la cadena. Mira,

JOVEN RUBIO: Buenas tardes...

Cierra la puerta y abre completamente sin dejar de hablar.

JOVEN RUBIO: Buenas tardes, pero pase, pase

ALEJANDRO puede verle con claridad, es un joven de unos veinticinco años, rubio, de cejas pobladas. Viste con un batín rojo sobre la ropa, con un escudo bordado en el pecho.

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SEC.17.- INT/DIA. CASA DE LOS TILLMANN. ALEJANDRO pasa dentro. Vemos un largo pasillo mal iluminado.

JOVEN RUBIO: Sabe, mi abuela se pasa la mayor parte del tiempo sola y a su edad, ya sabe ...

ALEJANDRO:

No se preocupe, no tiene importancia.

JOVEN RUBIO: Por favor, sígame al salón, allí podremos hablar cómodamente.

El JOVEN RUBIO camina por el pasillo, ALEJANDRO le sigue. El entarimado del pasillo cruje al pisarlo. ALEJANDRO mira hacia atrás y ve entrecerrarse una puerta. Se vislumbra que se trata de la ANCIANA. El JOVEN RUBIO y ALEJANDRO entran en el salón, mucho más iluminado. Se trata de una habitación grande, de techos altos. Unos grandes cuadros cuelgan de las paredes. A lo largo de la habitación hay varias vitrinas, una con recuerdos de la Segunda Guerra Mundial y las demás con reliquias arqueológicas. En las esquinas de la habitación pueden verse grandes ánforas sobre trípodes metálicos.

JOVEN RUBIO: Sr. Fonseca, mi nombre es Diego Tillmann, supongo que estará intrigado por todo esto. No se preocupe. Siéntese por favor.

DIEGO señala un sillón a ALEJANDRO. ALEJANDRO se sienta y Diego hace lo mismo en otro sillón cercano.

ALEJANDRO: La verdad es que no sé en qué puedo ayudarle.

DIEGO:

Pero, por favor, tutéeme... No, es muy simple. A cambio de mi información le pediré un sencillo favor.

DIEGO saca del bolsillo de su batín un paquete de tabaco rubio.

DIEGO: ¿Quiere un cigarrillo?

ALEJANDRO:

Sí, gracias, pero fumo negro.

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DIEGO: Perdone.

ALEJANDRO hace un gesto con la mano para quitarle importancia y saca su tabaco. ALEJANDRO enciende un cigarrillo.

ALEJANDRO: Vayamos al grano, ¿Qué es lo que quieres?

DIEGO: Tengo la necesidad de hacer efectivo un dinero en muy poco tiempo.

ALEJANDRO:

Y qué puedo hacer yo...

DIEGO:

Creo que para usted será sencillo buscar algún comprador para esos cuadros.

DIEGO señala unos cuadros a la espalda de ALEJANDRO. ALEJANDRO se gira y mira los cuadros.

DIEGO: Desearía que me dijera si los podríamos vender y por cuánto.

ALEJANDRO:

Bueno...

DIEGO:

Seré sincero con usted, no sé lo que puedan valer, pero necesitamos diez millones de pesetas. A cambio le facilitaré la documentación que está en mi poder referente a su cuadro.

ALEJANDRO: Corrígeme si me equivoco, lo que pretendes es que te consiga ese dinero y tú, a cambio, me darás la información. ¿no?

DIEGO:

Exacto.

ALEJANDRO:

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Y me podrías explicar cómo sé yo que estás diciendo la verdad y no estás intentando aprovecharte de la situación.

DIEGO aspira profundamente una calada de su cigarrillo.

DIEGO: (con aplomo) Tatiana Raynaward. ¿Le dice algo eso?

ALEJANDRO mira sorprendido a DIEGO.

DIEGO: (con aplomo) He leído lo que ha publicado y asistí, como sabe, a su conferencia y nunca ha comentado nada sobre la inscripción posterior del cuadro. ¿no es así?

ALEJANDRO: (sorprendido)

Es evidente que conoces el cuadro.

DIEGO: No es cuestión de conocerlo Sr. Fonseca, lo he tenido en mis manos durante toda mi vida.

ALEJANDRO: (sorprendido)

¿Cómo?

DIEGO:

¿Me ayudará? Es de suma importancia para nosotros.

ALEJANDRO: Veamos de cerca esos cuadros.

ALEJANDRO se levanta y se acerca a las obras. ALEJANDRO los observa detenidamente, mientras DIEGO espera impaciente.

ALEJANDRO: Son buenos cuadros de escuela, incluso éste...

ALEJANDRO señala el cuadro situado a su derecha.

... podría ser un Valdés Leal. (pausa)

Mirando a DIEGO. ... Creo que te apresuras demasiado, podrías sacar cuatro veces más de lo que pides por ellos. Si tienes un poco de paciencia yo...

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DIEGO le interrumpe.

DIEGO: (tajante) Me da igual si me dan diez millones por uno o por los tres, pero necesito el dinero.

ALEJANDRO: Allá tú, por ese precio no será difícil encontrar comprador. ¿Tienes fotografías de los cuadros?

DIEGO: Sí, tengo unas aquí guardadas.

DIEGO se acerca a un aparador y abre un cajón. Comienza a buscar entre un montón de fotos. ALEJANDRO se acerca a una mesa y apaga su cigarrillo en un cenicero. Sobre la mesa se ve una foto de familia en blanco y negro. En la foto vemos a los personajes de la Sec.2, el Coronel Erich Tillmann (vestido de uniforme), su esposa y sus tres hijos, todos alrededor de una mesa preparada para la celebración de un cumpleaños. Delante de ellos se puede ver una tarta. La voz de DIEGO le vuelve a la realidad.

DIEGO: Tome.

ALEJANDRO se vuelve y ve como DIEGO le ofrece unas fotos.

ALEJANDRO: ¿Para cuándo necesitarías el dinero?

DIEGO: Cuanto antes, no sabe lo que significa para nosotros ese dinero. Es la solución de un problema vital para mi familia.

ALEJANDRO:

Bueno, no quiero entrometerme en tu vida. Yo te hago el favor y tú me darás la información. ¿ Puedo hacer una llamada ?.

DIEGO: Sí, ¿cómo no?

DIEGO le muestra donde está el teléfono. ALEJANDRO saca su cartera y abre una pequeña agenda. Descuelga y marca. Mientras espera se fija en la vitrina llena de reliquias de la Segunda Guerra Mundial: Condecoraciones, una gorra gris de las Juventudes Hitlerianas, y sobre todo, una pistola con la esvástica grabada, en oro y plata, en su culata.

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ALEJANDRO: El Sr. Mallord, por favor (Pausa). Joseph, soy Alejandro, hola, bien, escucha. Recuerdas lo que me pediste, pues tengo dos obras que podrías colocar fácilmente. Pueden rondar los treinta millones, pero las venden por diez. Nos vemos mañana en mi despacho y te doy los detalles ¿O.K.? (pausa). No, no tienes que darme las gracias, hasta mañana.

ALEJANDRO cuelga el teléfono. Saca una tarjeta de visita de su cartera y se la da a DIEGO. ALEJANDRO:

Llámame mañana a mi despacho. En un par de días puede que tengas el dinero.

Vemos el cuadro de Valdés Leal. FUNDIDO SEC.18.- INT/DIA. OFICINA DE ALEJANDRO. Vemos el Valdés Leal apoyado contra la pared junto con otro cuadro (en apariencia de la escuela de Murillo). El despacho es una habitación grande, con las paredes de madera y con numerosos cuadros colgados. Dos MARCHANTES, vestidos con traje de chaqueta impecable. Uno rubio con aspecto extranjero y el otro moreno, con patillas y con aspecto de ser de raza gitana. Ambos observan los cuadros apoyados contra la pared. MALLORD, el intermediario, un hombre obeso, de piel sonrosada con pipa en la boca y aspecto anglosajón está sentado, esperando. ALEJANDRO, de pie, mira a través de los grandes ventanales del despacho. Oímos el ruido de una manifestación en la calle, sirenas, gritos contra ETA y la Democracia, y voces en apoyo a Franco. MALLORD:

¿Qué sucede ahí fuera?

ALEJANDRO: Lo de siempre, es 20 de Noviembre, el aniversario de la muerte del General Franco.

MALLORD: (irónico)

Buen día para cerrar un trato...

LOS MARCHANTES siguen mirando los cuadros en un lado del despacho.

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MARCHANTE MORENO: (en voz baja)

Mister, estos cuadros valen, por lo menos tres veces más de lo que piden, los venderemos fácilmente.

EL MARCHANTE RUBIO asiente con la cabeza. ALEJANDRO deja de mirar por la ventana.

ALEJANDRO: Bueno, se quedan las obras ¿no?

MALLORD: (sonriendo)

Por supuesto, diez millones más mi comisión.

El MARCHANTE RUBIO coloca un maletín encima de la mesa del despacho.

ALEJANDRO: Un momento, voy a llamar al propietario...

ALEJANDRO aprieta el botón del interfono. ... Ana, póngame con el Señor Tillmann.

ALEJANDRO pone la mano encima del maletín y se dirige a MALLORD.

ALEJANDRO: ¿Cuánto hay, lo has contado?

MALLORD:

Sí, claro. Diez millones y dos más de mi comisión.

ALEJANDRO abre el maletín y coge diez tacos de millón al azar dejando sólo dos dentro del maletín. Suena el interfono. ALEJANDRO oprime de nuevo el botón.

ALEJANDRO: Dime, Ana.

ANA: (voz en off)

El Sr. Tillmann no se encuentra en su casa, pero su abuela quiere hablar con usted.

ALEJANDRO:

Bien, pásamela.

ALEJANDRO se sienta en su sillón tras la mesa de despacho. Da la espalda a un gran ventanal y descuelga el teléfono. Gira el sillón dando la espalda a los

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MARCHANTES y a MALLORD, quedando de frente al gran ventanal.

ALEJANDRO: Sí, señora.

ALEJANDRO juega con las cortinillas y ve la manifestación. Manifestantes, algunos vestidos de paramilitares corren y apedrean a la policía. ALEJANDRO: (sorprendido y molesto)

Cómo, ¿que Diego se ha marchado a celebrar el aniversario con sus camaradas y no vendrá a mi despacho? (Pausa) Pero, señora, acabo de cerrar el trato y ya tengo el dinero. (Pausa) ¿ Que vaya yo a llevárselo ?. (Pausa) (resignado) Si usted me dice que me dará la misma información que su nieto me prometió, se lo llevaré esta misma tarde. De acuerdo.

ALEJANDRO cuelga el teléfono y vemos como mira tras la cortinilla a los manifestantes corriendo.

ALEJANDRO: (susurrando) Y seguro que está entre esos niñatos.

ALEJANDRO suspira y hace un gesto expresando el lío en el que se está metiendo. SEC.19.- INT/NOCHE. OFICINA DE ALEJANDRO. El despacho está oscuro, sólo está encendida la lámpara de mesa de ALEJANDRO. Él está sacando los fajos de dinero de un cajón y guardándolos en su maletín. Llaman a la puerta. ALEJANDRO cierra el maletín.

ALEJANDRO: Adelante.

Se abre la puerta y aparece su secretaria, ANA, en el umbral.

ANA: Buenas Noches, Sr. Fonseca, ¿me puedo marchar o me necesita?

ALEJANDRO:

No, nada más Ana, gracias, buenas noches.

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ANA cierra la puerta. ALEJANDRO abre el maletín y guarda los últimos fajos de dinero. Se queda mirando los billetes, pensativo. SEC.20.- EXT/NOCHE. CALLES DEL BARRIO DE SALAMANCA. ALEJANDRO va caminando por la calle, intranquilo. Aún se escuchan sirenas. Hay fuerte presencia policial y algunos manifestantes corren por las calles. ALEJANDRO mira a todas partes pensando que todos saben que está haciendo algo sospechoso. ALEJANDRO se detiene delante de un semáforo. Dos POLICIAS (#1 y #2) se detienen detrás de él. ALEJANDRO puede escuchar como susurran. En la acera de enfrente, aparcado cerca del portal del edificio de los Tillmann, hay un coche patrulla. El semáforo se pone verde para los peatones. ALEJANDRO comienza a andar muy lentamente intentando que los dos POLICIAS (#1 y #2) le adelanten. ALEJANDRO no se atreve a mirar hacia atrás. Vemos como ALEJANDRO, nervioso y sudando, aprieta el asa del maletín. Cuando ALEJANDRO cruza la calle y se dirige hacia el portal, otros dos POLICIAS (#3 y #4) salen del coche patrulla y caminan hacia ALEJANDRO. Los POLICIAS (#1 Y #2) siguen caminando tras él y los POLICIAS (#3 y #4) frente a él. ALEJANDRO se siente atrapado. Los dos POLICIAS (#3 y #4); llegan casi a la altura de ALEJANDRO.

POLICIA#3: Ya era hora, llegáis con veinte minutos de retraso.

ALEJANDRO no deja de caminar y escucha a su espalda.

POLICIA#1: Perdone mi Sargento, no sabe cómo esta esto. Ha habido problemas en Castellana y ...

ALEJANDRO suspira aliviado entrando en el portal. Se enjuga el sudor del rostro con la mano derecha. SEC.21.- INT/NOCHE. RELLANO. CASA DEL BARRIO DE SALAMANCA. Vemos la mano de ALEJANDRO tocando el timbre. Oímos el peculiar sonido. Casi sin pausa comenzamos a oír descorrer los cerrojos metálicos. La puerta se abre y vemos a una ANCIANA, de pelo blanco, intensos ojos azules y belleza serena. Está tensa. Habla con voz dulce pero apresurada y con ligero acento alemán.

ABUELA: Buenas Noches, hijo, soy Helena, la abuela de Diego. Gracias por venir, pasa, pasa.

ALEJANDRO: (ligeramente sorprendido) Muchas gracias.

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SEC.22.- INT/NOCHE. CASA DE LOS TILLMANN. ALEJANDRO entra en la casa y sigue en silencio a HELENA por el pasillo. El entarimado cruje a su paso. ALEJANDRO ve luz debajo de una puerta cerrada y una sombra que se mueve cortando la luz entre la puerta y el suelo. Al llegar al salón HELENA le pregunta:

HELENA: ¿Has traído el dinero?

ALEJANDRO: Aquí está, los diez millones acordados.

HELENA esboza una sonrisa de alivio. ALEJANDRO coloca el maletín encima de una mesa camilla y lo abre. HELENA saca una bolsa de plástico de un bolsillo del delantal y empieza a guardar los billetes en ella.

HELENA: (autoritaria) Le ruego que espere aquí un instante. Luego le contaré lo que desea saber sobre su cuadro.

ALEJANDRO: (intrigado)

¿Está Diego en casa?

HELENA: (tensa) No, y le pido que no me haga más preguntas.

ALEJANDRO ve como HELENA se aleja por el pasillo y entra en la habitación en la que había visto luz. ALEJANDRO escucha hablar en la habitación, pero no puede entender lo que dicen, hablan en alemán. Instantes después se apaga la luz y salen de la habitación. HELENA acompaña a un HOMBRE hasta la puerta principal. Abre la puerta. Con la tenue luz que viene del rellano, vemos como el HOMBRE lleva en una mano la bolsa de plástico, mientras con la otra se pone un sombrero clásico. Identificamos al HOMBRE DEL SOMBRERO en la penumbra, que hace una inclinación de cabeza y desaparece. HELENA cierra la puerta. ALEJANDRO se sienta en una silla de la mesa camilla y HELENA entra en el salón. Vemos como está sonriente y visiblemente aliviada.

HELENA: ¿Quieres tomar algo?

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ALEJANDRO: Después de un día como hoy no diría que no a una copa de coñac.

HELENA:

Cómo no.

HELENA se acerca a un mueble y saca una copa y una botella de coñac. ALEJANDRO observa a HELENA fijamente, no puede dejar de mirarla, entre extrañado y sorprendido. La mirada de HELENA tiene la fuerza de una joven en contraste con sus manos arrugadas que mueve constantemente. SEC.23.- EXT/NOCHE. CALLES DEL BARRIO DE SALAMANCA. Vemos a DIEGO entre los manifestantes, mirando fijamente el portal de su casa. Espera. El HOMBRE DEL SOMBRERO sale del portal del edificio. Desde el otro lado de la calle DIEGO, vestido con el uniforme de Falange como muchos otros manifestantes, le observa y comienza a seguirle. En las calles continúan las carreras y los gritos. El HOMBRE DEL SOMBRERO camina, a paso firme, por la acera y se mete por la primera bocacalle. DIEGO echa a correr. Al doblar la esquina ve como el HOMBRE DEL SOMBRERO entra en un gran Mercedes negro que le esperaba aparcado en doble fila. El coche arranca. DIEGO corre e intenta ver la matrícula. Hace un gesto de frustración al no conseguirlo.

DIEGO: (frustrado) M....ES...¡Mierda!

A DIEGO no le ha dado tiempo para quedarse con el número de la matrícula, solo la M de Madrid y las dos últimas letras ES. Se queda mirando como el coche desaparece. Vemos como, en el parabrisas posterior hay un muñeco figurando un perro dobermann con los colores de la bandera española en el collar. SEC.24.- INT/NOCHE. CASA DE LOS TILLMANN. ALEJANDRO agita delicadamente el coñac en su copa. HELENA está sentada delante de él con una taza de café entre sus arrugadas manos, como calentándose y mirándole fijamente con sus intensos ojos azules.

HELENA: ... Hijo, para que puedas entender la procedencia del cuadro; antes tengo que contarte muchas cosas. Ten paciencia y prepárate a escuchar una larga historia. Nunca antes he hablado de ello, pero nos has ayudado como prometiste y es justo que yo también cumpla mi parte.

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Se oye un gran estruendo en la calle y los gritos se escuchan más cerca. ALEJANDRO se incorpora y mira por la ventana.

HELENA: ¿Ocurre algo?

ALEJANDRO: Están locos, unos muchachos están quemando unas papeleras.

Oímos gritos en la calle de apoyo a Franco. Repiten una y otra vez su nombre. Vemos un montón de papeleras ardiendo en medio de la calle. Un grupo de jóvenes, brazo en alto, y mano extendida gritan delante del fuego.

MANIFESTANTES: ¡Franco! ¡Franco! ¡Franco!...

SEC.25.- EXT/NOCHE. ALEXANDER PLAZ. BERLIN (1938). (Imágenes de archivo). La imagen va perdiendo nitidez y se va transformando en una pira de libros ardiendo, en la Alexander Plaz de Berlín, rodeada de jóvenes nazis que también brazo en alto y mano extendida gritan. Los gritos de apoyo a Franco se funden progresivamente al igual que la imagen de fuego, transformándose en gritos de apoyo a Hitler.

MANIFESTANTES DE BERLIN: Heil Hitler! ¡Heil Hitler! ¡Heil Hitler!..

Helena, voz en off, nos cuenta el comienzo de su historia y a la vez se van viendo secuencias de los distintos momentos del relato. Vemos como los MANIFESTANTES DE BERLIN hacen pintadas contra los judíos en los portales de sus casas y establecimientos comerciales a la vez que los insultan y maltratan.

HELENA: (voz en off) Fue el principio de lo que más tarde ocurriría. Hitler enloquecido, no tuvo ningún respeto hacia todo tipo de cultura que no podía manipular ni entender. Lo peor se produjo al estallar el sentimiento racista esa noche de los Cristales Rotos. Sucedió tras un enérgico discurso antisemita que Hitler pronunció ese mismo día. Tropas de las SS y las SA detuvieron esa noche a más de 35.000 judíos, asesinaron a casi cien. Los comercios fueron destruidos, domicilios y sinagogas, arrasados, y miles tiendas, devastadas.

Hemos visto, mientras oíamos la voz en off de Helena, imágenes del discurso de Hitler, como los judíos eran expulsados de sus hogares y de las sinagogas por las SS, como fusilaban sin piedad alguna a jóvenes judíos, como tras ser violadas muchachas judías eran asesinadas, como jóvenes nazis rompían los cristales de los

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establecimientos judíos y hacían pintadas contra los mismos y, finalmente, como los judíos eran conducidos masivamente a los ghettos despojándolos de sus bienes más valiosos: joyas, enseres y obras de arte.

HELENA: (voz en off) Más tarde, tras estallar la guerra, los ejércitos alemanes avanzaban sin apenas oposición por Europa. Bélgica, Francia, Holanda, tras rápidas victorias, se convirtieron en territorios ocupados. Las obras de arte iban siendo incautadas y los soldados desnudaban las paredes de los museos y galerías de los países vencidos sin ningún respeto. Un sinfín de obras de los grandes maestros de todos los tiempos caían en manos alemanas.

Mientras oímos la voz en off de Helena, vemos unas imágenes reales de la ocupación alemana de distintos países (Francia, Dinamarca, Noruega, Polonia etc.). Por unas escaleras, de cualquier museo, se ha visto como soldados alemanes descuelgan cuadros y los introducen en camiones. SEC.26.- INT/DIA. CASA DE UNA FAMILIA JUDIA.

HELENA: (voz en off) Nada escapaba a su avaricia, ni las colecciones privadas, ni mucho menos, las propiedades de aquellos que sufrían más que nadie la opresión alemana: los judíos. Familias enteras eran expulsadas de sus casas y sus bienes confiscados. Muchas de aquellas personas estaban en posesión de obras de gran valor que les eran arrebatadas a la fuerza. Allí donde se les enviaba no les era necesario nada. Aquellas obras de arte jamás volverían a sus dueños. La mayoría de ellos morirían en los campos de exterminio.

Vemos SOLDADOS ALEMANES que entran, rompiendo la puerta, al interior de la casa de una familia judía. Entran y la familia, los ESPOSOS y sus tres HIJOS son arrinconados mientras se produce un violento saqueo, reuniendo joyas, enseres de plata y descolgando los cuadros. Al ir a descolgar un SOLDADO#1 un cuadro que había sobre la chimenea; UN RETRATO DE MUJER del pintor Manet, el CABEZA DE FAMILIA se abalanza sobre el SOLDADO#1 pidiéndole que ese retrato es el de su ESPOSA y le ruega que no se lo lleven. El SOLDADO#1 le golpea en la cabeza abriéndole una brecha. Vemos como los SOLDADOS introducen EL RETRATO DE MUJER en un camión junto con otros. Finalmente vemos a la misma familia judía entrando en fila en un campo de concentración. Identificamos al CABEZA DE FAMILIA con la brecha en la cabeza junto a su ESPOSA y sus HIJOS. SEC.27.- INT/DIA. CASA DE LOS TILLMANN. BERLIN. HELENA: (voz en off)

A pesar de todo, y aunque pueda resultar inverosímil, mi familia, al igual que muchas otras en Alemania, vivíamos felices una vida casi normal. Ajenos a todos aquellos acontecimientos bélicos y más aún de la masacre de los judíos. Vivíamos

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verdaderamente lejos de todo, en una burbuja creada por las grandilocuentes palabras del Führer, palabras llenas de esperanza de futuro para Alemania, y que nosotros creíamos ingenuamente. Pero un día de 1942, un día que, como todos, esperábamos la llegada de Erich, mi marido, sucedió algo que cambiaría por completo nuestras vidas, algo que rompió definitivamente aquella falsa burbuja.

Mientras escuchamos la voz en off de Helena, vemos la casa de los Tillmann en Berlín. HELENA una bella mujer de cuarenta años, está en la cocina preparando la comida. En el salón comedor, una habitación amplia y muy luminosa, donde podemos ver en un lado el piano, mientras se oye música clásica de una radio. GISELA, su hija, una bella joven de quince llevando los platos al comedor; se encontraba preparando la mesa para comer. Irradia felicidad y anda a pasos de bailarina. En una mesa de despacho en el salón se encuentra HERMANN, el hijo mayor, de diecinueve años que se encuentra dibujando un ánfora fenicia mientras consulta un libro de texto y, por último VIKTOR, el pequeño de la familia, de once años de edad. Viktor está jugando en el pasillo, entre la cocina y el comedor con soldaditos de plomo a las guerras; lleva un brazalete con la esvástica. Se oyen las llaves de la puerta de la casa. Entra en el recibidor. ERICH TILLMANN, de cuarenta y cinco años de edad, alto, de pelo castaño y ojos claros vestido de coronel del ejército alemán. Se quita la gorra y la deja en el perchero.

ERICH: (con aspecto cansado) ¿ Que pasa, nadie viene a recibirme ?.

Se respira un ambiente familiar muy feliz. Todos los miembros de la familia, al oír al padre, acuden a su encuentro. GISELA, al oírle, como un rayo va hacia él con los cubiertos en la mano para abrazarlo.

GISELA: ¡Hola papa! ¿Cómo te ha ido hoy ?

ERICH:

Ya os contaré. Hay novedades. Dame un beso princesa que es lo que más deseo.

El pequeño VIKTOR acude también al encuentro de ERICH. Después HELENA y finalmente, HERMANN deja de dibujar y se acerca a él.

VIKTOR: (brazo en alto. Saludo nazi) ¡A sus ordenes mi coronel!. ¡Heil Hitler!.

ERICH sonríe y lo abraza.

HELENA: Hola cariño. ¿que tal el día?

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ERICH Y HELENA se besan.

HERMANN: ¡Hola papá!

HERMANN besa a ERICH. HERMANN, GISELA, VIKTOR y HELENA permanecen junto a ERICH a la vez que éste se acerca a la mesa del comedor y se sienta. FUNDIDO SEC.28.- INT/DIA. COMEDOR. CASA DE LOS TILLMANN. BERLIN. Vemos a la familia TILLMANN sentada en la mesa comiendo. GISELA:

Bueno papá, nos vas a contar las novedades.

HELENA: (sorprendida) ¿ Es que hay novedades ?. Yo siempre soy la última en enterarme de todo en esta casa.

ERICH:

No te enfades mamá. He comentado al entrar que había novedades, pero no le dicho nada sobre mi nuevo destino.

HELENA: (preocupada)

¿ Tu nuevo destino ?. No se les habrá ocurrido mandarte al frente.

ERICH: (esbozando una irónica sonrisa) No. No me han destinado al frente, sino a otro lugar.

GISELA:

¿ Nos tendremos que ir de Berlín ?.

ERICH: (Haciéndose rogar. Muy irónico)

No. Tampoco es eso.

VIKTOR: (ilusionado) Que te han destinado a la Cancillería. Junto a nuestro Führer. ¡ Que alegría. Eso si que es suerte!.

ERICH: (irónico)

No por Dios. Junto a Hitler ya hay demasiados. Prefiero el

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frente, y que quede entre nosotros. (Comenta en voz baja).

Todos ríen menos el pequeño VIKTOR que da la sensación de no haberse enterado o no sentarle bien lo dicho por su padre.

HELENA: Ya está bien. No me tengas más en vilo. Voy a enfadarme.

ERICH:

Bueno, os lo contaré, porque de lo contrario no me dejaréis comer tranquilo. Resulta que he sido nombrado Jefe de un curioso y nuevo departamento: el de clasificación de bienes culturales. La idea de crear este departamento ha surgido del propio Fürher y ha sido el Secretario de la Cancillería, Martin Bormann, quien me ha nombrado. Esta misma mañana me ha llevado a unos almacenes donde dispondré de treinta operarios a mi cargo, todos civiles. Yo no sabía que existiera ese almacén a pesar de estar a dos manzanas de aquí. Pero... a partir de mañana comenzaré a trabajar allí.

HELENA: Y, ¿ qué vas a hacer allí?

ERICH:

Bueno, al principio tendré que supervisar a los operarios para que separen unos objetos de otros. Aquello son unas naves enormes donde hay gran cantidad de cosas muy valiosas: joyas, objetos de plata y oro y muchos cuadros, muchos. Mi trabajo consistirá en clasificarlos y ordenarlos para poder hacer un inventario de todo.

HERMANN:

Y cómo han llegado hasta esos almacenes.

ERICH: Supongo que serán objetos y obras de arte que se han incautado durante la guerra, aunque por la cantidad de candelabros de plata de siete brazos, creo que muchos de esos objetos son los incautados durante los últimos años a los judíos. Ahora quiero comer. ¿Puedo?.

HELENA:

Es buena noticia Erich, me habías preocupado. Ahora estarás más cerca y además es una misión sin ningún riesgo. Las cosas no andan bien en el frente.

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ERICH: Supongo que es una actividad de poco riesgo, aunque no debemos fiarnos demasiado, últimamente todo cargo tiene un precio y aún no estoy muy convencido de que éste no lo tenga.

SEC.29.- INT/DIA. ALMACEN DE BIENES CULTURALES. BERLÍN. Vemos una enorme nave repleta de objetos y obras de arte. Los operarios los mueven de un lado para otro. Un operario carga un cuadro, es EL RETRATO DE MUJER de la Secuencia 26, y lo pone en una pared junto a otros cuadros. Los candelabros y ese retrato nos evidencian la procedencia de los objetos y obras de arte. En un lateral del almacén y en alto vemos un despacho acristalado desde donde se divisa todo su interior; es el despacho de Erich Tillmann. ERICH se encuentra ordenando su mesa; es su primer día en ese lugar. Sobre su mesa coloca una foto familiar, al lado de una lámpara y una maquina de escribir. Erich mira el almacén desde la oficina. Su mirada queda fijamente clavada en un ciento de cuadros que van siendo colocados en un rincón del almacén; concretamente sobre la última que ha sido colocada: "Un sueño" del pintor Chagal donde se ve con claridad la imagen de un judío. SEC.30.- INT/DIA. ALMACEN DE BIENES CULTURALES. BERLIN. La jornada de trabajo ha finalizado, los OPERARIOS han cesado su labor y salen del almacén. Cuando el último de los OPERARIOS sale, ERICH apaga la luz de la oficina, baja las escaleras metálicas y recorre el pasillo central del almacén rodeado de cajas, cuadros y otros objetos de valor. Llega a la puerta y mira hacia atrás con la mano puesta en el interruptor general. Da un profundo suspiro y apaga la luz. SEC.31.- EXT/DIA. ALMACEN. BERLIN. Vemos a ERICH fuera cerrando el almacén. Al darse la vuelta observa a dos AGENTES DE LA GESTAPO (#1 y #2) que en la esquina están vestidos con gabardina negra y sombrero gris. Están fumando y parece que esperaban su salida por la forma en que le miran. ERICH les mira de reojo e intenta disimular que no les ha visto. Se guarda las llaves en el bolsillo de su gabardina y comienza a andar. Los dos AGENTES DE LA GESTAPO (#1 y #2) le siguen y caminan tras él. ERICH se para delante de un escaparate. Los dos AGENTES DE LA GESTAPO (#1 y #2) se paran también a unos veinte metros de distancia. No tiene duda, le siguen. SEC.32.- INT/DIA. CASA DE LOS TILLMANN. ERICH llega a su casa y sin decir nada se acerca y mira tras la ventana del comedor; los dos AGENTES (#1 y #2) están en la calle. Le vigilan. HELENA, que ha oído llegar a su marido, sale de la cocina y entra en el salón. Mira a ERICH. HELENA: (intrigada)

¿Pasa algo Erich?, te encuentro raro.

ERICH deja de mirar por la ventana.

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ERICH: (serio) No. No pasa nada. Tal vez sea por mi nuevo trabajo que, todavía no le he cogido el ritmo.

SEC.33.- EXT/DIA ALMACEN DE BIENES CULTURALES. BERLIN. Se repite la salida de ERICH del almacén y los dos AGENTES (#1 y #2) siguiéndole. SEC.34.- EXT/DIA ALMACEN DE BIENES CULTURALES. BERLIN. Otro día. Se repite la escena, pero al ir a cerrar la puerta del almacén ve a los dos AGENTES (#1 y #2) hablando con MARTIN BORMANN que al darse cuenta de la salida de ERICH se introduce en su coche oficial. Los dos AGENTES saludan a Bormann brazo en alto. ERICH camina hacia su casa. SEC.35.- CASA DE LOS TILLMANN . ERICH entra sin quitarse siquiera el abrigo y cuando HELENA, como de costumbre, va a darle la bienvenida, pasa de largo sin apenas darse cuenta de su presencia. HELENA (sorprendida)

¿ Qué demonios pasa ?. Erich llevas unos días muy raro. ¿ Me vas a decir lo que está pasando?.

ERICH: (preocupado) Mira Helena, esos dos hombres nos vigilan desde el primer día que estoy llevando el almacén, no te lo quise decir antes porque pensé que podía tratarse de una simple casualidad, pero hoy mis dudas se han despejado; les he visto hablar con Martin Bormann y, no tengo duda: son dos agentes de la GESTAPO. Ya te decía, Helena, que no te ofrecen un cargo tan cómodo, cuando en el frente mueren miles de soldados y la situación tan complicada, sin tener que dar algo a cambio. Creo que nuestra contribución a este encargo personal del Fürher, está clara: hemos perdido nuestra intimidad; y al fin y al cabo, lo más importante cariño, algo de lo que hasta ahora disfrutábamos: nuestra libertad. Lo del control del almacén, debe ser algo más importante de lo que pensamos en un principio. Pues no dejan de llegar nuevas y cada vez más importantes pinturas de grandes maestros como Renoir, Picasso, Modigliani, Goya y muchos más; hasta un cuadro de un pintor español llamado Zuloaga que Franco regaló a Hitler. Así que en el almacén están todos: lo incautado a los judíos, a las naciones ocupadas y hasta los regalos al Fürher.

Pausa. HELENA, mira muy preocupada a su marido. Por primera vez lo ve inquieto, preocupado, sin rumbo.

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ERICH: (pensativo) Creo que no deberíamos contar nada a los chicos hasta que no averigüe qué sentido puede tener todo esto. Cariño tal vez mi imaginación nos esté jugando una mala pasada. No nos preocupemos demasiado, todo saldrá bien. Ya lo verás.

ERICH se levanta pesadamente y vuelve a mirar por la ventana. Vemos a los dos AGENTES DE LA GESTAPO en una esquina de la calle. SEC.36.1.- EXT/DIA. ALEXANDER PLAZ. BERLIN. Vemos, desde la ventana del salón de la casa de los Tillmann, como los dos AGENTES esperan en la calle. ERICH, sale del portal de su casa. Camina hacia los AGENTES y al llegar al lado de ellos, los saluda de forma militar y acto seguido continua su marcha cruzando la plaza. Los AGENTES le siguen.

HELENA: (voz en off) Y así transcurrieron dos años. Nos acostumbramos a la presencia diaria de los AGENTES DE LA GESTAPO y a la vigilancia constante de la que éramos objeto.

SEC.36.2.- INT/DIA. MUSEO ARQUEOLÓGICO. BERLÍN. Vemos a HERMANN en una sala del museo limpiando un sarcófago egipcio ante la presencia de su profesor, el doctor ADOLF SCHULTEN, junto con otros COMPAÑEROS de la Universidad. El profesor SCHULTEN habla con HERMANN animadamente.

HELENA: (voz en off) Mi hijo Hermann ya estaba haciendo prácticas de arqueología en la Universidad. Toda su ilusión estaba puesta en sus estudios. El profesor Schulten animó a mi hijo con la idea de buscar en España los restos de la antigua capital de Tartessos, Tarsis, ya que él lo había intentado ya y no lo había conseguido. Hermann se había convertido en su mano derecha, su esperanza para lograrlo.

SEC.36.3.- INT/DIA. ESCUELA ALEMANA DE BALLET. BERLÍN. Vemos a GISELA, vestida de bailarina, dando clases de ballet a unas NIÑAS. Vemos como GISELA ha crecido, se ha desarrollado y es ya una bella mujer de diecisiete años.

HELENA: (voz en off) Gisela ya se había hecho una mujer. Había terminado sus estudios de ballet y por las tardes daba clases a niñas. Siempre le gustaba dar todo por los demás.

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SEC.36.4. EXT/DIA. PATIO DE LA CANCILLERÍA. BERLÍN. Vemos a un centenar de JOVENES uniformados, miembros de las Juventudes Hitlerianas, como ensayan un desfile. Vemos al pequeño VIKTOR entre ellos, sonriente y feliz.

HELENA: (voz en off) Y Viktor encontraba cada vez más su felicidad al lado de la persona que más admiraba: Hitler. Para él Hitler y el partido lo era todo.

SEC.37.- ALMACEN DE BIENES CULTURALES. BERLÍN Vemos a ERICH y BORMANN en el despacho del almacén.

HELENA: (voz en off) A partir del año 43, tras la caída de Roma, las visitas de Bormann a Erich se hicieron mucho más frecuentes, y su actitud hacia mi marido era muy extraña; ya que no sólo demostraba interés por lo que se desarrollaba en el almacén sino también por nuestra familia. Eso nos inquietaba a Erich y a mí.

Vemos a ERICH sentado en su mesa y a BORMANN paseando y mirando, desde la gran cristalera del despacho, como los OPERARIOS llevan cuadros de un lado para otro. BORMANN está dando la espalda a ERICH, mirando el almacén.

BORMANN: ... la verdad coronel Tillmann. He de decirle que en la Cancillería estamos muy satisfechos con el desarrollo de su trabajo en el almacén. No ha defraudado la confianza que pusimos en usted. Todo lo contrario. Pero de aquí en adelante tendrá que hacer algunas reestructuraciones.

ERICH: Muchas gracias Señor Bormann. ¿A qué reestructuraciones se refiere?.

BORMANN se da la vuelta y mira a Erich

BORMANN: Confío en usted y sé que no habrá ningún contratiempo. Ya he visto en la Cancillería a su hijo pequeño, Viktor. El Führer tiene mucho interés por los jóvenes y serán recibidos por él. Yo conseguiré que su hijo sea de los pocos que estrechen la mano del Fürher. Se sentirá orgulloso Coronel.

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ERICH: (sin mucho agrado) Será el día más feliz de su vida. Se lo aseguro.

BORMANN: También su hijo Hermann prospera. He hablado en varias ocasiones con el profesor Schulten, que me ha comunicado sus asombrosos avances arqueológicos. Incluso que domina bastante bien el idioma español. Creo que comenzará muy pronto alguna investigación "in situ".

ERICH:

También eso haría muy feliz a mi hijo.

BORMANN se da media vuelta y vuelve a mirar hacia el almacén dando la espalda a ERICH. BORMANN: (algo irónico)

Y no digamos nada de Gisela. Se ha hecho toda una mujer. La he visto dar clases a las niñas del partido. También he hablado con ella algún día que otro cuando salía del conservatorio y lo cierto es que con jovencitas así, el futuro de nuestra raza está asegurado.

ERICH se queda mirando la espalda de Bormann y en su mirada se refleja preocupación por sus palabras. Se queda pensativo. Esta vez no contesta nada.

BORMANN: Espero Coronel Tillmann que todo siga como hasta ahora. No me defraude y todos saldremos ganando.

BORMANN se gira y se marcha, sin decir más, del despacho. ERICH se queda sentado con un gesto de preocupación, mirando hacia la puerta del despacho. SEC.38.- INT/DIA. CASA DE LOS TILLMANN. BERLÍN. Vemos a ERICH, en batín, sentado en un sillón, fumando, pensativo, con la misma mirada de preocupación. HELENA, sentada a su lado, lee. HELENA, levanta la mirada del libro y observa a su marido.

HELENA: (voz en off) Erich cada día estaba más preocupado. No por lo mal que iba la guerra, eso le afectaba bastante poco, sino por el interés tan extraño y sospechoso que Bormann tenía por nuestra familia. Erich sabía que tras todo ello, Bormann estaba tramando algo.

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SEC.39.- INT/DIA. ALMACEN DE BIENES CULTURALES.BERLÍN. Vemos como en el almacén se realiza una actividad frenética. ERICH y BORMANN están en el despacho. ERICH mueve carpetas de un lado a otro dando la sensación de que se le amontona el trabajo. BORMANN lo observa.

HELENA: (voz en off) A partir de entonces las cosas en el frente iban cada vez peor. Y la actividad en el almacén se multiplicó. Daba la sensación de que todo acabaría y los objetos que había en el almacén tenían que estar clasificados antes de la derrota final. Erich no podía hacer en unos días lo que normalmente duraba unos meses, así que le pidió a Bormann que le enviara a alguien que le ayudase a supervisar el trabajo de los operarios mientras que él se ocupaba del archivo. Bormann, que tenía más prisa que nadie para que todo estuviera catalogado, accedió a la petición de mi marido.

Vemos como ERICH se acerca a BORMANN y le hace gestos claros referentes a la enorme cantidad de trabajo acumulado. ERICH señala sus anotaciones y hace ver a BORMANN distintas partes del almacén. BORMANN escucha atentamente y asiente con la cabeza repetidamente.

HELENA: (voz en off) Pocos días más tarde le fue enviado su nuevo ayudante: El conde Klaus Von Stauffenberg, antiguo amigo de Erich y excombatiente del norte de Africa, donde había perdido el ojo izquierdo, la mano derecha y dos dedos de la izquierda. Para Erich fue una gran alegría reencontrarse con su viejo amigo.

ERICH trabaja en los almacenes cuando se presenta su nuevo ayudante. El CONDE sonríe y ERICH no puede disimular su alegría al verle. Se abrazan y hablan animadamente. SEC.40.- INT/NOCHE. CASA DE LOS TILLMANN. BERLIN. La SRA. STAUFFENBERG y HELENA están sentadas en el salón charlando. ERICH y el CONDE están de pie cerca de la ventana. El CONDE tiene una copa en la mano izquierda. CONDE:

Supongo que te has dado cuenta de que nos vigilan constantemente.

Vemos a los AGENTES en la calle.

ERICH: Yo también me sorprendí al principio, pero con el tiempo he terminado por acostumbrarme.

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El CONDE hace un gesto que indica que no está muy convencido.

CONDE: No me gusta tener moscones de ese tipo a mí alrededor. La sensación de sentirme vigilado hace que me falte el aire.

ERICH:

A mí tampoco me gusta, la verdad, pero es nuestro trabajo. Además, con los tiempos que corren a todo hay que acostumbrase.

CONDE: (sentenciando) Lo malo es que ese el principal problema de nuestro país, nos hemos acostumbrado demasiado.

El CONDE da un trago a su copa y se incorpora a la charla con las mujeres. ERICH se queda pensativo y mira por la ventana. Vemos de nuevo a los AGENTES de guardia en la calle. SEC.41.- INT/DIA. ALMACEN DE BIENES CULTURALES. BERLIN. ERICH y el CONDE se encuentran en el almacén comprobando datos de las distintas cajas. Vemos como BORMANN les observa fijamente con desagrado.

HELENA: (voz en off) La amistad entre Erich y el Conde no era bien vista por Bormann, debía pensar que aquella intimidad entre ellos no era conveniente para el tipo de trabajo que se estaba haciendo.

SEC.42.- INT/DIA. DESPACHO DE ERICH. BERLIN. ERICH se acerca a la ventana de su despacho. Desde allí puede ver a BORMANN hablando con los AGENTES de la GESTAPO. BORMANN levanta la cabeza y mira a ERICH, que inmediatamente desvía la mirada. Vemos la cara de BORMANN que sigue mirando hacia arriba.

HELENA: (voz en off) ¿Quién sabe lo que pasaría por la cabeza de Bormann? Lo peor fue que su actitud hacia Erich se hizo más extraña si cabe, y entonces empezaron los problemas.

SEC.43.- INT/DIA. ALMACEN DE BIENES CULTURALES. BERLIN. ERICH y el CONDE se encuentran en el pasillo de los archivos comprobando unos listados de material.

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ERICH: ... Han separado ya el oro, la plata y la porcelana.

CONDE:

Sí, esta mañana se terminó con eso. Lo que no comprendo es como tenéis todos los cuadros juntos sin separarlos por época o estilo.

ERICH: En un principio lo intenté hacer de ese modo pero lo cierto es que mis conocimientos de arte son escasos y me perdía entre siglos, épocas y estilos.

CONDE:

Creo que te podré ayudar. He vivido siempre rodeado de obras de arte.

BORMANN se acerca por el pasillo y se dirige a ellos. Ha escuchado la última parte de la conversación. BORMANN:

Aquí nadie clasifica nada ni coloca nada sin una orden mía.

ERICH:

Tan sólo hacíamos un comentario señor Bormann. Nadie intentaba ordenar nada, sin su permiso, claro.

BORMANN: (visiblemente enojado) Como ya sabrá, se ha puesto en marcha el Plan Lebensborn para conservar el potencial genético de nuestra raza aria. Los dirigentes de las SS tendrán hijos con voluntarias puras por el bien del estado, pero se presenta un problema y creo que usted podría ayudar...

ERICH intenta decir algo pero BORMANN continua hablando.

... Hay que llevar un registro de los niños que vayan naciendo y desearía que fuese usted el responsable.

ERICH: Pero usted ya sabe que aquí en el almacén el trabajo nos desborda, es imposible abarcar más.

BORMANN se enfurece y su cara se transforma.

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BORMANN: (iracundo) La palabra imposible no existe cuando el bienestar del estado y de la raza aria está en juego. Incluso hay que olvidar valores personales. Su actitud no es la que esperaba coronel, debería avergonzarse de ello y pensar más en su país. ¿Qué sacrificio ha hecho usted por su patria?. No está en el frente y tiene usted un destino cómodo. Piense que podría hacer más, por ejemplo aportar a su hija Gisela como voluntaria para perpetuar nuestra raza superior.

El CONDE no dice ni una sola palabra, pero observa la situación. ERICH mira fijamente a BORMANN con una sensación de rabia e impotencia.

BORMANN: Piénselo.

BORMANN se da la vuelta y se aleja por el largo pasillo del archivo. Silencio. ERICH, lentamente, se lleva la mano a la cartuchera de su pistola (podemos ver que se trata de la misma que hemos visto en la Sec.17). El CONDE le sujeta la mano e impide que saque el arma.

CONDE: Esa no es la solución, Erich.

SEC.44.- INT/NOCHE. CASA DE LOS STAUFFENBERG. BERLIN. En un salón decorado lujosamente se celebra una reunión. Grupos de PERSONAS charlan animadamente. Los hombres de uniforme y las mujeres con vestidos de noche. ERICH, con una copa en la mano, pasea de un lado a otro de la habitación como una fiera enjaulada. El CONDE se acerca a él y, cogiéndolo del brazo le aparta del resto de los invitados. Salen a la terraza. CONDE:

Comprendo como te sientes Erich, pero ya sabes de lo que es capaz ese hijo de puta de Bormann.

ERICH tiene la mirada vacía.

CONDE: Erich, lo malo es que Bormann no es más que una pieza más del régimen de este podrido país. Nadie estará a salvo en Alemania mientras el gobierno de Hitler siga en el poder. El país se está destruyendo en manos de un loco, y la derrota en la guerra es sólo cuestión de tiempo. ¿Cuánto más vamos a seguir así?

ERICH mira sorprendido al CONDE sin saber qué decir.

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CONDE: No me mires así, no soy un traidor, soy un patriota que defiendo el bienestar de Alemania, y eso sólo puede lograrse si Hitler desaparece.

A ERICH se le cae la copa de entre las manos y se hace añicos contra el suelo de la terraza. El CONDE aparta a ERICH aún más de los ventanales del salón.

CONDE: No estoy loco, Erich. Muchos de los miembros del Estado Mayor son de la misma opinión y ya hay un plan en marcha para eliminar al Führer.

El CONDE coge a ERICH por el brazo.

CONDE: Necesitamos que nos ayudes, es fundamental para todos.

ERICH no puede creer lo que está escuchando.

ERICH: (tartamudeando) P... Pero... Klaus.

CONDE: ¿Es que prefieres ver a tus hijos a merced de psicópatas como Bormann? ¿Te vas a quedar quieto esperando sin hacer nada?. ¿O vas a dejar que tu hija se prostituya en esa demente sociedad Lebensborn?.

ERICH: (resignado) Nunca he disparado un solo tiro, ¿en qué puedo ser yo de utilidad?

CONDE:

No te pedimos que mates a nadie, sólo que permitas que el almacén se convierta en el centro de comunicaciones de la operación.

ERICH duda unos instantes.

ERICH: (sereno) De acuerdo, os ayudaré.

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CONDE: No, no lo hagas por nosotros, hazlo por ti mismo, por tu familia y por toda Alemania. (Pausa) Lo primero que debemos hacer es dejar de vernos con la excusa que quieras. A Bormann no le gusta nuestra amistad y debemos librarnos de su vigilancia.

Vemos como en la calle continua la vigilancia de los AGENTES de la GESTAPO, que miran hacia el balcón. SEC.45.- EXT/NOCHE. CALLE. Vemos como los AGENTES ven la terraza de la casa de los Stauffenberg. ERICH y el CONDE gesticulan visiblemente. ERICH, violentamente, abandona la terraza dejando en ella al CONDE. SEC.46.- INT/NOCHE. CASA DE LOS STAUFFENBERG.BERLIN. ERICH cierra de golpe el ventanal de la terraza. Todos le miran sorprendidos al oír el portazo. ERICH se acerca a HELENA y la coge del brazo.

ERICH: (ofendido) Vámonos de aquí.

HELENA, avergonzada, mira a un lado y otro, pero sigue a ERICH. HELENA y ERICH, después de recoger los abrigos abandonan la casa. SEC.47.- EXT/NOCHE. CALLE. BERLIN. ERICH Y HELENA salen del edificio y caminan por la calle. Los AGENTES se quedan mirando.

HELENA: Pero Erich, ¿qué ha pasado?.

FUNDIDO EN NEGRO SEC.48.- INT/DIA. ALMACEN DE BIENES CULTURALES. BERLIN. ERICH recibe una documentación que incluye carpetas de color rojo. ERICH cruza miradas con el CONDE. Vemos como unas manos dejan en los archivadores las carpetas de color rojo, que luego son recogidas por otras manos.

HELENA: (voz en off) Los mensajes cifrados de los distintos implicados en la Operación Walkiria, como se llamó el plan secreto para eliminar a Hitler, pasaban por los archivos del almacén. Se colocaban en sitios convenidos y eran recogidos para ser enviados a sus

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destinos en los distintos frentes. Todo el plan se desarrolló sin contratiempos hasta que llegó la fecha señalada para llevar a cabo el atentado.

SEC.49.- INT/DIA. DESPACHO DE ERICH. BERLIN. ERICH fuma nervioso en su despacho. La puerta del despacho se abre bruscamente y entra el CONDE pálido como un muerto.

CONDE: (alucinado) No puedo creerlo, yo mismo coloqué la bomba bajo la mesa a poco más de un metro de Hitler. ¿Cómo...?

El CONDE se pasa la mano por el rostro.

ERICH: (nervioso) ¿Qué es lo que vamos a hacer ahora

CONDE:

Deshazte de todas las carpetas que queden en los archivos. Sin eso es imposible que prueben nada contra ti.

ERICH: ¿Y tú?

CONDE:

Intentaré escapar como pueda. Me marché minutos antes de la explosión y no tardarán en atar cabos y buscarme.

ERICH y el CONDE cruzan las miradas. No hacen falta palabras para saber lo que va a ocurrir. ERICH tiende la mano al CONDE y este le abraza.

CONDE: (emocionado) Gracias Erich, has sido siempre un amigo. Suerte.

El CONDE mira un instante a ERICH y sale precipitadamente del despacho. ERICH continua fumando y se acerca a la ventana de su despacho. Ve como el CONDE cruza el almacén en dirección a la calle.

ERICH: (preocupado) ¿Qué será de nosotros...?

SEC.50.- EXT/DIA. BOSQUE DE BERLIN. Vemos de cerca la cara del CONDE. Rígida.

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VOZ: ¡ Fuego !

Después del sonido de disparos vemos como el CONDE cae muerto delante de un reducido pelotón de fusilamiento. SEC.51.- EXT/DIA. AFUERAS DE BERLIN. Vemos a la FAMILIA TILLMANN disfrutando de un día de campo. GISELA corre detrás de VIKTOR mientras HERMANN ayuda a HELENA a sacar la comida de la cesta. ERICH se muestra intranquilo. Mira hacia atrás y vemos un coche negro estacionado. En su interior están los AGENTES de la GESTAPO.

HELENA: (voz en off) Desde el atentado fallido contra el Führer la vigilancia a la que éramos sometidos se hizo mucho más estrecha. La ruptura de la amistad entre mi marido y el Conde, meses antes, y la falta de pruebas hacía imposible implicar a Erich en el atentado. Pero Bormann estaba seguro de que había participado y no dejaría de intentar demostrarlo.

SEC.52.- INT/DIA. DESPACHO DE BORMANN. CANCILLERIA. BERLIN. Vemos un mapa del Oeste de Europa donde se ve la situación bélica del momento.

HELENA. (voz en off) La caída de París en Agosto indicaba que la guerra estaba tocando a su fin y Erich recibió un comunicado urgente que le citaba a personarse de inmediato en el despacho de Bormann, en la Cancillería del Reich.

Vemos, a la derecha del mapa, la foto de Hitler, detrás de una mesa de despacho. Delante, sentado, se encuentra ERICH, esperando. BORMANN entra en el despacho y se dirige a su silla. ERICH se levanta.

BORMANN: (indiferente) ¡Heil Hitler!

ERICH:

¡Heil Hitler!

BORMANN se sienta en su silla con aires de superioridad dejando su gorra sobre la mesa. Hace un leve gesto invitando a ERICH a sentarse. ERICH se sienta. BORMANN, sin mirarle y en silencio, ojea unos papeles.

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BORMANN: Bien coronel Tillmann, de nuevo a sido usted elegido y esta vez para realizar una misión del más alto secreto. deberá escucharme con atención y no me interrumpa ni me hable hasta que yo se lo ordene.

ERICH mueve los dedos de las manos inquieto, mientras clava su mirada en la foto de Hitler que está detrás de Bormann. Mientras Bormann habla vemos la cara de ERICH.

BORMANN: (voz en off) Creo que ya le he dicho en alguna ocasión el interés que tengo, y además que he puesto, en su familia. Es muy variada y muy sobresaliente. Una familia feliz. Así que no he podido dejar a ninguno fuera de esta misión tan importante para el Tercer Reich. Todos y cada uno tendrán su papel.

La cara de ERICH refleja preocupación y se mueve con pausado nerviosismo sobre su silla.

BORMANN: (irónico) Empecemos por su hijo mayor, me gusta ser ordenado. Hermann es un alumno avanzado del profesor Schulten y ya le dije que le facilitaría mucho sus estudios realizar "in situ" alguna prospección, así que Hermann marchará a España. Le hará compañía.

ERICH abre los ojos como sorprendido.

ERICH: Pero yo también deberé ir a España.

De repente vemos a BORMANN ponerse, enérgicamente, de pie y pega un fuerte golpe a la mesa.

BORMANN: (gritando) Le he dicho que no pronuncie ni una palabra hasta que yo lo ordene. Le ruego que no vuelva a interrumpirme.

BORMANN se sienta. Vemos de nuevo la cara de ERICH, desencajada.

BORMANN: (pausadamente, voz en off) Tendrá que ir a España, por supuesto, y se trata de una misión tan delicada y secreta que ni siquiera el gobierno español está informado de ello. En primer lugar deberá usted preparar las obras de arte y objetos que en esta lista que le entrego están detallados.

Vemos a ERICH estirar el brazo y coger las hojas que le ofrece BORMANN.

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ERICH las ojea mientras escucha la voz de Bormann. Vemos una relación numerada de obras y objetos.

BORMANN: (voz en off) Deberá tenerlo todo dispuesto y bien embalado para partir a España la semana próxima. Dos camiones recogerán del almacén todo lo señalado en la lista. Y muy importante, coronel, nadie ese día en que se carguen los camiones, excepto usted y dos operarios que usted personalmente debe seleccionar para que carguen los camiones, sabrán lo que contienen los embalajes. Y....cuando todo esté dispuesto y los camiones cargados, esos dos operarios, que usted habrá elegido, serán ejecutados.

ERICH no puede disimular una expresión de espanto. El sudor comienza a aparecer en su frente. Sus ojos, llenos de odio miran fijamente a Bormann.

BORMANN: (con sádica satisfacción) Coronel, es tan importante que el único que puede supervisar, y supervisará, la carga de esos camiones seré yo. Es evidente que no pretendo serle simpático, ni tan siquiera me lo propongo, no tengo ese propósito; todo lo contrario. Usted, no es de mi agrado, ni lo ha sido nunca. Es usted débil. Siempre he sospechado que de una manera u otra participó usted en el atentado contra nuestro Führer, que estuvo usted implicado. Y si eso es así, usted se preguntará: porque le encargo una misión del más alto secreto si no goza de mi confianza. Es muy simple, ya que su familia es la clave de todo, estoy seguro que haría cualquier cosa por ella. Usted irá a España con los dos camiones repletos de obras de arte junto con su mujer y su hijo Hermann. Y, para asegurarme su "fidelidad" al Reich, tengo planes para sus otros dos hijos menores: Viktor, del que debería estar orgulloso, quedará bajo mi custodia, y con respecto a su "bella" hija Gisela, como ya se imaginará, me la llevaré personalmente a uno de mis establecimientos para la procreación de hombres puros, de hombres arios, a mi sociedad Lebensborn para que porte la semilla de la nueva Alemania.

ERICH parece que va a estallar de un momento a otro, los ojos se salen de sus órbitas; piensa que su pequeña no puede caer en manos de ese sádico. Sus manos se aferran con fuerza a los brazos del sillón. Vemos la cara, muy cerca, de BORMANN.

BORMANN: (Más sádico e irónico) Estará orgulloso de ser abuelo de hombres portadores de los valores de la supremacía de la raza aria. Pero no debe preocuparse por ella, no será un cualquiera, seré yo quién experimente con ella; el mismísimo secretario particular de Hitler. Para mí será un placer acariciar los senos de su hija, de poder dejar en su cuerpo un nuevo ser ario.

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ERICH se levanta de su silla como un rayo. Se va hacia Bormann y le agarra por la solapa levantándolo de su silla.

ERICH: (fuera de sí. Gritando) ¡Maldito hijo de puta!. Jamás permitiré que le pongas la mano encima a mi hija.

BORMANN, agarra con fuerza las manos de ERICH y acerca con fuerza su cara a la de él.

BORMANN: (pausadamente, con frialdad) De acuerdo, siéntese Coronel.

BORMANN suelta las manos de Erich y ambos se sientan. BORMANN abre un cajón de su mesa y saca un documento que le tira a la cara a Erich. BORMANN:

Ahí lo tiene, es la sentencia a muerte de usted y de todos y cada unos de los miembros de su familia. Como puede ver está firmado por Hitler. así que Coronel, usted decide. O se hacen las cosas como yo le propongo o asesina usted sólito a toda su familia. Piénselo bien.

ERICH lee la sentencia y queda derrumbado sobre su silla. Se levanta, deja la sentencia de muerte sobre la mesa de Bormann, y sale del despacho. SEC.53.- INT/DIA. CANCILLERÍA. Vemos a ERICH, cabizbajo y humillado recorrer los pasillos y escaleras de la Cancillería.

HELENA: (voz en off) Erich hubiera preferido ser fusilado antes de permitir dejar a sus hijos en manos de ese carnicero. No tuvo más remedio que aceptar las condiciones que le impusieron. Existía la posibilidad de que todo saliera bien, que terminase la guerra y a Bormann lo ejecutaran por sus crímenes de guerra y, nuestra familia se reuniera de nuevo.

SEC.54.- EXT/TARDE. ALEXANDER PLATZ. BERLIN. Vemos como ERICH cruza la plaza caminando cansinamente, con la cabeza baja, pensativo, con la gorra en la mano. Se acerca al portal de su casa. SEC.55.- INT/TARDE. CASA DE LOS TILLMANN. BERLIN. GISELA está viendo a su padre a través de las ventanas del salón. GISELA se gira con expresión alegre.

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GISELA: Ya viene Papá.

GISELA corre atravesando el salón hacia la puerta principal. Oímos las llaves, la puerta se abre y entra ERICH con expresión triste en la cara. GISELA se lanza en brazos de ERICH y le da dos besos.

GISELA. (cariñosa) ¡Hola papi!

ERICH le estrecha con fuerza entre sus brazos. Se separa de ella y le acaricia los cabellos rubios mientras la mira fijamente. GISELA le coge de la mano y tira de él hacia el salón.

GISELA: Ven.

En el salón está toda la FAMILIA reunida alrededor de la mesa del comedor. Encima de la mesa vemos una tarta de cumpleaños. HELENA, de pie, observa a ERICH con extrañeza. VIKTOR se levanta velozmente al ver a su padre y corre hacia él enseñándole una hoja de papel.

VIKTOR: (ilusionado) Papá, papá, el Führer va a recibirme, ¡a mí! Mira, mira....

ERICH se queda mirando a su hijo y le resbala una lágrima por la mejilla. VIKTOR se gira hacia HELENA.

VIKTOR: (ilusionado) Mira Mamá, papá se ha emocionado, está orgulloso de mí.

VIKTOR mira a ERICH.

VIKTOR: (ilusionado) ¿Verdad papá?

ERICH: Sí hijo, muy orgulloso.

HERMANN:

Yo también tengo noticias.

HELENA apoya sus manos en los hombros de HERMANN. ERICH se quita el abrigo mientras se acerca a la mesa. ERICH da el abrigo a VIKTOR que lo saca del salón.

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ERICH: (más sereno) Cuéntame

HERMANN: Voy a ser uno de los componentes de una nueva prospección que se va a hacer en el sur de España. Parece ser que el Profesor Shulten me recomendó personalmente. Tendré que preparar un montón de cosas porque salimos dentro de pocos días.

La cara de ERICH se ensombrece de nuevo. HELENA le mira con inquietud. ERICH da un golpecito en la mejilla de HERMANN.

ERICH: Es un magnífico regalo de cumpleaños Hermann.

HERMANN se levanta y coge una cámara con trípode apoyada en la mesa.

HERMANN: Bueno, basta de tonterías. Poneos todos en la mesa y vamos a sacar la foto.

HERMANN coloca la cámara y hace gestos a la FAMILIA.

HERMANN: A ver papá, tú al lado de mamá. Dejadme un sitio delante de la tarta ¿eh?

Todos se colocan. HERMANN oprime el botón del automático.

HERMANN: Venga, una sonrisa que esto está en marcha.

HERMANN corre y se coloca delante de la tarta. Vemos a la FAMILIA colocada y posando. Oímos el sonido de la cámara al dispararse. (la misma foto de la sec.17). La imagen se congela. SEC.56.- INT/DIA. DESPACHO DE ERICH. BERLIN. ERICH está sentado en su mesa. Termina de escribir una carta. Su expresión es sombría. Dobla la carta. ERICH se levanta y mira a través de su ventana a los OPERARIOS trabajando en los almacenes. BORMANN se encuentra en el almacén hablando con algunos OPERARIOS.

HELENA: (voz en off) Erich debía elegir a dos de sus operarios. Eran hombres que

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llevaban trabajando a sus órdenes casi tres años. Los conocía bien y no era capaz de tomar una decisión. No podía condenarlos a muerte por el capricho de un loco, aquello era más de lo que podía soportar.

BORMANN mira hacia arriba en el momento en que ERICH cierra las persianas del ventanal. ERICH se dirige a su mesa. Saca la pistola de la cartuchera, la coloca encima de la mesa y se sienta. Mira el ARMA ensimismado. SEC.57.- INT/DIA. ALMACEN DE BIENES CULTURALES. BERLIN. BORMANN ve como ERICH corre las persianas de la ventana. Se queda pensativo unos instantes y, decidido, se encamina a las escaleras metálicas que llevan al despacho. SEC.58.- INT/DIA. DESPACHO DE ERICH. BERLIN. ERICH tiene la pistola en sus manos, no deja de mirarla. Poco a poco apunta con ella a su cabeza. En la otra mano sujeta la nota. BORMANN irrumpe en el despacho. Mira a ERICH unos leves instantes.

BORMANN: (frío) ¡Hágalo! ¿A qué espera? ¡Dispare! Sea un cobarde. Si lo hace todo seguirá igual y su familia estará perdida. Venga, tenga valor ¡hágalo!

ERICH se queda inmóvil mirándole. BORMANN se acerca a él despacio. Cuando se encuentra muy próximo, con un movimiento rápido le arrebata el arma de la mano. BORMANN, inmediatamente, apunta a ERICH a la cabeza.

BORMANN: Si no tiene valor suficiente yo lo haré por usted. (Pausa). Cobarde. Déme esa nota.

BORMANN, sin dejar de apuntarle, lee la nota.

BORMANN: Muy bien, no es capaz ni siquiera de elegir a dos hombres, está bien, yo mismo lo haré.

ERICH es incapaz de mover un solo músculo. Tiene la mirada perdida. BORMANN le agarra por la casaca y le obliga a levantarse. Descorre las persianas y le hace mirar por la ventana. BORMANN señala con la pistola a dos trabajadores.

BORMANN: (tajante) Aquellos dos.

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ERICH: Pero.. uno de ellos está casado y tiene tres hijos pequeños.

BORMANN:

Haberlo pensado antes, la elección está hecha.

BORMANN suelta a ERICH de un empujón y le entrega el arma. Le mira a los ojos.

BORMANN: Espero coronel que no cometa más estupideces o le doy mi palabra de que se arrepentirá.

SEC.59.- INT/NOCHE. ALMACEN DE BIENES CULTURALES. BERLIN. Vemos como dos camiones (#1 y #2) están aparcados en la puerta del almacén. DOS OPERARIOS (#1 y #2) terminan de meter distintos cuadros en los embalajes. DOS AGENTES DE LA GESTAPO (#1 Y #2) observan el trabajo. BORMANN supervisa atentamente y con frialdad el proceso acompañado de un ERICH que no puede disimular su pesar mientras hace anotaciones en su cuaderno. Vemos fugazmente el cierre del embalaje del CUADRO DE MODIGLIANI (igual secuencia 1). Acto seguido se le pinta el NUMERO 325 (igual secuencia 1). LOS OPERARIOS lo introducen en el camión #1. Desde distinto punto de vista pero de la misma forma que en la SEC. 1, ERICH cierra el cuaderno.

ERICH: Hemos terminado, señor Bormann.

LOS OPERARIOS cierran el portón del camión #1. Vemos como ERICH acompaña a BORMANN a la oficina pasando por delante de los AGENTES DE LA GESTAPO. BORMANN les hace un gesto indicativo con la cabeza. FUNDIDO EN NEGRO. Sobre el fundido oímos dos disparos, después otros dos, los de gracia. SEC.60.- INT/DIA. DESPACHO DE ERICH. BERLÍN. ERICH se encuentra en su despacho escribiendo a máquina. Mira la lista de obras que le diera Bormann y termina de hacer una copia.

HELENA: (voz en off) A la mañana siguiente, Erich fue a su despacho para hacer la copia del listado de la carga, tal y como Bormann le había ordenado preparar.

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SEC. 61.- INT/DIA. ALMACEN DE BIENES CULTURALES. BERLIN. ERICH sale de su despacho. Cierra la puerta y comienza a bajar las escaleras que llevan al almacén. Los OPERARIOS están reunidos y le observan bajar en silencio y con las miradas llenas de preguntas y de odio. ERICH camina por el almacén, entre ellos, sin querer dirigirles la mirada. Los OPERARIOS van acercándose a él como cerrándole el paso. ERICH cruza el portón y sale al patio.

HELENA: (voz en off) Al salir de su despacho todos los operarios estaban reunidos. La noticia de la muerte de sus dos compañeros se había hecho publica y se justificaba diciendo que habían intentado robar en el almacén. Nadie había creído aquella historia, sabían que algo había ocurrido y culpaban con sus miradas a mi marido. Erich estaba tan hundido que no era capaz de mirarles a la cara.

SEC.62.- EXT/DIA. ALMACEN DE BIENES CULTURALES. BERLIN. ERICH sale al patio. Una JOVEN está en pie frente a una mancha de sangre en el suelo. Reza. La JOVEN tiene cogido de la mano a su HIJO pequeño, de unos tres años. Otros dos NIÑOS, de unos cinco y siete años están al lado de su madre. ERICH le mira y, bajando la cabeza intenta seguir su marcha. La JOVEN levanta su mirada y se interpone en su camino.

JOVEN: (llorando) ¿Por qué?

ERICH mira las lágrimas que recorren la cara de la JOVEN y no le contesta. Intenta seguir caminando cuando la JOVEN le escupe en la cara.

JOVEN: (con profundo odio) ¡Cerdo!

ERICH se queda mirando a la JOVEN con la mirada perdida. La JOVEN le mira fijamente con odio. ERICH se limpia la cara con la mano, aparta a la JOVEN y continua caminando. Vemos como de los ojos de ERICH cae una lágrima. SEC.63.- EXT/NOCHE. ALMACEN DE BIENES CULTURALES. BERLIN. Vemos, aparcado delante del portón cerrado del almacén, un gran coche negro con el escudo de la Cancillería en las portezuelas. A su lado, de pie, espera BORMANN. Los dos camiones (#1 y #2) están aparcados a un extremo del patio. Los dos AGENTES DE LA GESTAPO y el CONDUCTOR#1 charlan. Los faros de un coche alumbran la entrada del patio del almacén. Un coche grande se detiene cerca de BORMANN. Se apea un CHOFER que abre la puerta trasera.

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La FAMILIA TILLMANN al completo baja del coche, mientras el CHOFER abre el maletero y comienza a sacar el equipaje. La FAMILIA TILLMANN se acerca a BORMANN. ERICH va vestido de paisano. VIKTOR se acerca de una carrera a BORMANN, le saluda al estilo nazi. BORMANN le recibe con una fría sonrisa y una palmada en la cabeza.

BORMANN: (seco) ¿Está todo listo?

ERICH:

Sí.

El CHOFER deja las maletas al lado del grupo de personas. ERICH se acerca a GISELA y le abraza.

ERICH: Perdóname hija, ten fe, cuando todo esto termine volveremos a estar juntos, no te preocupes.

GISELA separa a su padre.

GISELA: No tengas cuidado, Papá, ya no soy una niña y sé lo que tengo que hacer.

GISELA coge su pequeña maleta. HELENA besa a su hija.

HELENA: (con lágrimas en los ojos) Cuídate hija, te escribiremos. Cuando la guerra termine volveremos.

GISELA: Claro Mamá, seguro.

HERMANN besa a su hermana. HERMANN:

Suerte.

GISELA le dedica una sonrisa. ERICH se agacha frente a su hijo Viktor. Le baja su gorra tapándole los ojos. Viktor, un poco molesto, la levanta. ERICH da dos besos a su hijo.

ERICH: Viktor, tienes que ser un hombre y cuidar de tu hermana. ¿Lo harás?

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VIKTOR:

Claro Papá.

VIKTOR saluda a su padre levantando el brazo al estilo nazi. ERICH cruza su mirada con HELENA. BORMANN, inquieto, interrumpe.

BORMANN: Es la hora de irse coronel, no se preocupe, sus hijos quedan en buenas manos.

BORMANN mira a HELENA.

BORMANN: (correcto) Les mantendré informados de su estado, señora, puede estar tranquila.

HELENA le responde esbozando una sonrisa. ERICH cruza su mirada con BORMANN, que se la mantiene fijamente. BORMANN aparta a ERICH de su familia, saca un sobre del bolsillo interior de su abrigo, y se lo da a ERICH.

BORMANN: Estas son las últimas órdenes de su misión, no hace falta que le diga que el contenido es esencial para el éxito de la operación. Y ya sabe qué está en juego, su familia.

ERICH toma el sobre y hace un gesto de asentimiento con la cabeza. BORMANN hace un gesto a los AGENTES y al CONDUCTOR#1. Estos se acercan y cogen las maletas. Cargan con ellas y se las llevan hacia los camiones. HELENA está abrazada a sus hijos. HERMANN, con su maleta se encamina hacia el camión#2, junto con el CONDUCTOR#1 y el AGENTE#1. ERICH y HELENA comienzan a subir al camión#1. El camión#2 arranca y maniobra para salir del patio. ERICH, mientras sube al camión#1, mira a sus hijos. GISELA Y VIKTOR están de pie junto a BORMANN. ERICH, resignado, sube al camión#1 y ayuda a subir a HELENA. El AGENTE#2 sube al camión#1 y arranca. Mientras el camión#1 pasa por delante del coche de Bormann, HELENA cruza su mirada por última vez con GISELA. (igual que en la SEC.2 pero desde otro ángulo). Vemos como la cara de GISELA se difumina entre el humo de los escapes de los camiones. FUNDIDO CON EL HUMO SEC.64.- INT/NOCHE. CASA DE LOS TILLMANN. MADRID. El humo del cigarrillo de ALEJANDRO llena la habitación. ALEJANDRO escucha atentamente, ensimismado. HELENA tiene lágrimas en los ojos.

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HELENA: (triste) Y de esa forma tan cruel tuvimos que abandonar a nuestros hijos menores en Berlín hace cuarenta años. Yo, ingenua, pensaba que no podían venir debido a la misión que se encomendaba a mi marido. No sabía la verdad, ese peso lo cargaba sólo Erich. (Pausa). Ahora, si me disculpas, ya es muy tarde y estoy terriblemente cansada. Mañana, si te parece, continuaremos con la historia.

ALEJANDRO se levanta de su silla impresionado.

ALEJANDRO: Por supuesto, no hay problema. Comprendo el sacrificio que debe suponer para usted recordar todo esto.

HELENA le hace un gesto con la cara y esboza una sonrisa que parece transformarla en una aparición. SEC.65.- EXT/NOCHE. CALLES DE MADRID. ALEJANDRO sale del edificio. Vemos en la acera de la calle los restos quemados de las papeleras. ALEJANDRO camina pausadamente por la calle y de su boca podemos ver salir el vaho de su respiración. En una pared, ALEJANDRO ve una pintada. Se para y se queda mirándola: Está escrito ¡Heil Hitler! y la esvástica nazi. ALEJANDRO camina de nuevo, pensativo hasta su coche. Saca las llaves, abre la puerta y entra. Mete las llaves en el contacto. Se queda con la mano puesta en la llave y su mirada fijamente puesta en el vacío.

ALEJANDRO: (susurrando) ¿Cómo demonios llegaría el cuadro a la galería?.

ALEJANDRO arranca el motor. FUNDIMOS EL RUIDO DEL MOTOR CON LA MAQUINA DE AFEITAR. SEC.66.- INT/DIA. CASA DE ALEJANDRO. ALEJANDRO está afeitándose en el cuarto de baño. La radio está encendida. Se oyen las noticias.

RADIO: ... en los disturbios registrados la pasada noche por grupos de ultraderecha resultaron heridos dos policías nacionales y una docena de manifestantes. Los manifestantes incendiaron varios coches y ocasionaron múltiples desperfectos al mobiliario urbano además de...

En ese momento SARA entreabre la puerta del cuarto de baño. La radio se escucha de fondo pero convirtiéndose en murmullo.

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SARA:

Alex, ¿vendrás a comer?.

ALEJANDRO:

No creo cariño, quiero aprovechar que la abuela de Diego me cuente que pasó con los dichosos cuadros que trajeron de Alemania.

SARA le abraza por detrás mientras ALEJANDRO continua afeitándose.

SARA: ¿Y de Diego sabes algo?

ALEJANDRO:. Espera un momento...

ALEJANDRO para la máquina de afeitar para oír nítidamente las noticias que da la radio.

RADIO: ... Y para el día de hoy, en el que se conmemora el aniversario del anterior jefe del estado, Francisco Franco, y tras la misa que se celebrará, como todos los años, en el Valle de los Caídos, se esperan nuevos incidentes....

ALEJANDRO: Casi seguro que ese Diego está metido en todos esos disturbios e irá al Valle de los Caídos.

ALEJANDRO conecta de nuevo la máquina de afeitar y la radio se vuelve murmullo. SARA le suelta.

SARA: Bueno Alex baja ya a desayunar. Se te enfriará el café y las tostadas como siempre.

SEC.67.- EXT/DIA. VALLE DE LOS CAIDOS Vemos, bajo la gran cruz del Valle de los Caídos, a una multitud de gente, uniformados, unos con la camisa azul de la Falange, otros de otras tendencias paramilitares y también antiguos veteranos con el uniforme del ejército y sus condecoraciones. Todos en una gran explanada dónde se celebra una misa, formados en grupos con sus correspondientes estandartes. Cuando, acabada la misa, cantan un himno falangista: el "Cara al sol". Vemos a DIEGO entre un grupo uniformado de falangista cantando el himno brazo en alto y mano extendida.

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Acto seguido los grupos rompen filas y entre agitación de banderas y brazos en alto los asistentes gritan vivas a España y a Franco. Vemos algunos JOVENES con brazalete con la esvástica. SEC.68.- EXT/DIA. APARCAMIENTO VALLE DE LOS CAÍDOS. La multitud se dispersa y regresa hacia los aparcamientos. DIEGO corre hacia allí y busca entre los coches el MERCEDES NEGRO del Hombre del sombrero. Mira en la parte trasera de los coches negros intentando ver el muñeco del dobermann con la banderita española pero no lo encuentra. DIEGO se encuentra en el aparcamiento con tres CAMARADAS vestidos igual que él. CAMARADA#1

¡Hombre Diego!, nos vamos a comer al pueblo, ¿Te vienes?

DIEGO echa un vistazo al aparcamiento antes de contestar. Ve que ya no queda casi nadie, tan sólo un par de coches. Resignado responde.

DIEGO: De acuerdo, venga, os sigo con la moto.

EL CAMARADA#1 hace un gesto a DIEGO con la cabeza para que le siga. SEC.69.- INT/DIA CASA DE LOS TILLMANN. MADRID. ALEJANDRO está en el salón de la casa. Observa detenidamente todas las reliquias del pasado de la familia Tillmann. Su mirada se detiene al ver el ARMA de Erich, con la esvástica grabada en plata y oro en su culata. Vemos como el rostro de ALEJANDRO refleja sentimiento al verla. Después, sigue mirando las distintas fotos antiguas de la familia y eso le produce en su gesto el recuerdo de la historia que Helena le ha contado. HELENA entra en el salón con una bandeja en la mano.

HELENA: Te he preparado algunas cosillas para no levantarme cuando te cuente el resto de la historia.

ALEJANDRO: Muchas gracias, no tenía que haberse molestado, aunque tengo que reconocer que estoy impaciente porque empiece a contarme el resto, ayer me dejó con la miel en los labios.

HELENA: No es ninguna molestia. Como decís los españoles: lo prometido es deuda. Así que pienso terminar de contártelo todo hoy mismo, hasta lo que no debiera contarte. Ya estoy muy vieja y si no se lo cuento a alguien como tú, un hombre bueno y honesto, posiblemente me llevaría a la tumba todo lo que sé y eso es injusto, ya que mi vida puede ser todavía útil; lo primero

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es que tal vez, si algún día sacas a la luz todo esto, los alemanes dejemos de ser, todos, los malos de la película y el mundo pueda saber que fuimos los alemanes también víctimas del fascismo. Y en segundo lugar, lo que tú persigues: que muchas obras de arte que hoy están perdidas, puedan recuperarse. Ojalá lo consigas.

ALEJANDRO, que había permanecido de pie escuchando las palabras de Helena, se sienta en su silla en la mesa camilla. HELENA, tras colocar la bandeja sobre la mesa camilla, se sienta frente ALEJANDRO y tapa sus piernas con los faldones de la mesa. ALEJANDRO se sirve una cerveza y HELENA una taza de café. ENCADENADO SEC.70.- EXT/DIA. RESTAURANTE EN EL ESCORIAL. Es una mañana fría y húmeda del mes de Noviembre. Vemos como los CAMARADAS de Diego bajan del coche. DIEGO llega con la moto y aparca junto a ellos. Los CAMARADAS caminan hacia el restaurante. DIEGO comienza a desabrocharse el cierre del casco. DIEGO mira y ve como sus CAMARADAS entran en el restaurante y a la vez que éstos entran, observa como para delante de la puerta un coche, se trata del MERCEDES NEGRO CON EL MUÑECO DE UN PERRO DOBERMANN CON LA BANDERITA ESPAÑOLA. DIEGO, sorprendido, se queda inmóvil sin sacarse el casco de su cabeza y aún sentado en la moto. Vemos, a través del visor del casco de Diego, y oyendo su respiración, cada vez más acelerada, como, del asiento del conductor del Mercedes sale el HOMBRE CON SOMBRERO. DIEGO lo reconoce. Se trata de un hombre de unos cincuenta y cinco años, curtido y enjuto. EL HOMBRE CON SOMBRERO se dispone a abrir la puerta trasera del coche. Seguimos viendo la escena a través del visor del casco de Diego. Vemos salir de la puerta trasera a un HOMBRE VESTIDO DE MILITAR con su pecho repleto de condecoraciones. Después a un ANCIANO ALTO vestido de paisano, con sombrero, bufanda y las solapas de su grueso abrigo levantadas; es imposible verle la cara a pesar de que DIEGO, tras el visor del casco empañado de vaho, fija su mirada en él. DIEGO está nervioso al ver al ANCIANO ALTO. EL HOMBRE CON SOMBRERO, ayuda a entrar al restaurante, cogiéndolo del brazo, al ANCIANO ALTO. Después EL HOMBRE CON SOMBRERO, regresa al coche y cuando se dispone a introducirse en él, EL CAMARADA#1 sale del restaurante y desde la puerta grita dirigiéndose a Diego.

CAMARADA#1: (gritando) ¡Diego! Venga ¿Vienes?.

EL HOMBRE DEL SOMBRERO, sujetando para abrir la puerta del conductor del coche, mira hacia Diego. DIEGO mira al HOMBRE DEL SOMBRERO. No se atreve a hablar. Mira al CAMARADA#1 le hace una señal con la mano.

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DIEGO: (con voz con eco por el casco) No me quedo. Tengo que irme a Madrid.

CAMARADA#1:

Bueno, nos veremos luego en Madrid, ¿vale?

DIEGO le hace una señal con su dedo pulgar hacia arriba indicándole que está de acuerdo. EL HOMBRE CON SOMBRERO que ha estado observando con la puerta del coche abierta, durante la conversación, entra en el coche al ver al motorista arrancar la moto y alejarse. Se mete en el coche y da marcha atrás para aparcar. Después baja del coche y se dirige al restaurante. DIEGO le observa desde una esquina y ve al HOMBRE CON SOMBRERO entrar en el restaurante. Se baja de la moto, se quita el casco y sin perder de vista la puerta del restaurante se sienta de lado sobre la moto aparcada en la esquina y saca una cajetilla de tabaco, saca uno y lo enciende. Parece que permanecerá inmóvil en ese lugar hasta que salgan de nuevo del restaurante el Hombre del Sombrero y sus dos acompañantes. ENCADENADO SEC.71.- INT/DIA. CASA DE LOS TILLMANN. MADRID. ALEJANDRO da un trago a su cerveza mirando atentamente a Helena.

HELENA:

¿Dónde nos habíamos quedado ayer?

ALEJANDRO: Pues, se habían despedido de sus hijos y comenzaban el viaje con los camiones...

HELENA: (interrumpiendo)

¡Ah! sí, ya me acuerdo.

ALEJANDRO observa a HELENA con cierto asombro. HELENA tiene un aspecto entrañable. ALEJANDRO toma su jarra de cerveza mientras HELENA comienza a hablar.

HELENA: Puedes imaginarte el dolor que supuso dejar a nuestros hijos en Berlín, el viaje comenzó con tristeza, ni siquiera hablábamos.

Vemos la jarra de cerveza de ALEJANDRO, el cristal se difumina y vemos el cristal de la ventanilla del camión en el que viajan ERICH y HELENA.

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SEC.72.- INT/NOCHE. CAMION. ALEMANIA (1944). ERICH y HELENA están sentados en el camión en silencio. El AGENTE#1 canturrea mientras conduce. Vemos como delante circula el otro camión. ERICH da vueltas, entre las manos, al sobre que le dio Bormann. Lo abre y saca una hoja de papel. Comienza a leer.

BORMANN: (voz en off) OPERACION SCHATZ: ORDENES PARA EL CORONEL TILLMANN. Su misión, como ya sabe, consiste en llevar el cargamento hasta España, allí dispondrá de toda la ayuda necesaria. No deberá tomar ninguna decisión por su cuenta. Los agentes que le acompañan poseen la documentación necesaria para llegar hasta la frontera española. Una vez allí obedezca a las autoridades españolas. Ellos serán los encargados de conducirle hasta un lugar seguro. No hace falta que le diga que la discreción sobre el contenido de los camiones ha de ser absoluta. Una vez esté a salvo con el cargamento limítese a esperar nuevas órdenes. Sólo acatará aquellas que procedan de mi en persona. El encargado de transmitirle mis órdenes le entregara una nota en la que la palabra SCHATZ aparecerá en la segunda línea. Usted le preguntará quién le envía. La respuesta deberá ser HÖLLE (Infierno). De esa forma sabrá que la orden procede de mi. Espero que sepa comprender la vital importancia de observar las órdenes al pie de la letra, de lo contrario tenga por seguro que no volverá a ver a sus hijos con vida. Por último, haga desaparecer estas órdenes lo antes posible.

ERICH termina de leer. Mira a HELENA, que, triste, mira por la ventanilla. ERICH saca su mechero y prende la hoja de papel.

AGENTE#1: (enfadado) Pero ¿Qué hace, está usted loco?

ERICH espera a que el fuego consuma la mayor parte del papel, lo tira al suelo del camión y lo pisa.

HELENA: (sorprendida) ¿Erich?

ERICH se dirige al AGENTE#1 ERICH:

Calle y conduzca.

SEC.73.- MAPA EUROPEO. Vemos como una línea se mueve por el mapa mostrando la ruta del convoy.

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Sale de Berlín y avanza por Alemania hasta llegar a las líneas de combate en el frente occidental. Pasan por Bélgica al norte de Francia. Vemos como llegan a una ciudad. Podemos leer: Boulogne.

HELENA: (voz en off) Tomamos dirección al norte de Francia, pasando por Bélgica. Podíamos ver al avanzar como la resistencia de nuestras tropas era casi imposible.

SEC.74.- EXT/DIA. CAMINOS.(1944). Vemos, como en dirección contraria al convoy, multitud de soldados, heridos, camiones y carros de combate retroceden. En el horizonte vemos los estallidos de las bombas. Hacia allí se encamina el convoy. Los SOLDADOS ALEMANES miran perplejos los camiones dirigiéndose hacia la línea de combate y hacen gestos y gritan como avisando que se acercan a la zona de peligro.

HELENA: (voz en off) Conforme nos acercábamos al frente nos cruzábamos con más miseria. Veíamos los muertos y heridos en las márgenes de los caminos. No cabía duda de que la guerra estaba perdiéndose. Desde Berlín veíamos las cosas de otra manera. Allí estábamos aislados de la realidad. Llegamos a una zona donde era difícil continuar, podíamos ver las explosiones del combate a lo lejos, mientras los soldados nos hacían gestos para que no siguiéramos adelante. Tanto Erich, como yo y mi hijo, pasamos verdadero miedo ya que no sabíamos las medidas de seguridad que nos rodeaban. Más tarde pudimos entender algo, pero en ese momento pensamos que aquello era un verdadero suicidio, una muerte segura. Ya de noche y ante la imposibilidad de continuar, nos detuvimos a las afueras de Boulogne.

SEC.75.- EXT/NOCHE. BOULOGNE (1944). Los camiones llegan a la ciudad. Vemos como las calles están llenas de SOLDADOS ALEMANES y material bélico. Oímos los disparos de la artillería a lo lejos. Vemos como el AGENTE#1 conversa con un OFICIAL ALEMAN DE LAS SS de aspecto cansado. El AGENTE#1 hace gestos a los CONDUCTORES y los camiones paran delante de una casa de las afueras del pueblo. SEC.76.- INT/NOCHE. CASA DE BOULOGNE (1944). ERICH, HELENA y HERMANN entran en la casa. Vemos que se han dispuesto unos camastros. HERMANN se tira encima de uno de ellos rendido de cansancio. FUNDIDO EN NEGRO ERICH se despierta al ser agitado por el AGENTE#1.

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AGENTE#1: Rápido Coronel, despierte a su familia y baje cuanto antes.

ERICH: Pero...

AGENTE#1:

No haga preguntas y bajen. Coronel, ahora sus vidas dependen de nosotros. Limítese a obedecer. Considérese como un civil, su rango militar no le servirá de nada ni aquí ni a donde irá a parar.

SEC.77.- EXT/AMANECER. BOULOGNE (1944). ERICH sale de la casa y ve, sorprendido, como el AGENTE#1 habla con SOLDADOS CANADIENSES. No se escuchan disparos. Vemos como algunos SOLDADOS CANADIENSES apuntan sus armas hacia PRISIONEROS ALEMANES con los brazos en alto. Vemos como el AGENTE#1 entrega al SARGENTO CANADIENSE un extraño papel. El SARGENTO lo lee y hace una señal a un SOLDADO CANADIENSE#1 que lleva a la espalda una radio. HELENA sale por la puerta bostezando, se da cuenta de la situación y se agarra al brazo de su marido. ERICH le hace una señal de que no se mueva. El SARGENTO habla por la radio con el extraño papel en las manos. Hace gestos de asentimiento y sorpresa. Corta la comunicación y se acerca al AGENTE#1. Conversan unos instantes. El AGENTE#1 camina hacia ERICH.

AGENTE#1: (tajante) Coronel, recojan sus cosas y suban rápido a los camiones. Nos escoltarán hasta Abbeville.

ERICH, mira extrañado al AGENTE#1, pero tira de HELENA hacia el interior de la casa. SEC.78.- MAPA EUROPEO. Vemos como la línea se mueve una corta distancia hasta otro pueblo. Podemos leer: Abbeville. SEC.79.- EXT/DIA. ABBEVILLE (1944). Los camiones entran en el pueblo escoltados por vehículos canadienses. En el pueblo hay un gran despliegue militar aliado. Los SOLDADOS INGLESES miran con extrañeza y sorpresa los camiones. Los camiones paran delante de lo que parece una casa acondicionada como cuartel. El SARGENTO se apea de un jeep, el AGENTE#1 se apea del CAMION#2. Se encaminan a la entrada del cuartel. Hablan con el SARGENTO DE GUARDIA. Este

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entra en el cuartel.

HELENA: No entiendo nada Erich, ¿qué está pasando?

ERICH:

No lo sé, Helena, no lo sé. Deberíamos haber sido hechos prisioneros, y en vez de eso nos escoltan.

El AGENTE#2, interrumpiendo, habla con ERICH.

AGENTE#2: No se muevan de aquí.

EL SARGENTO DE GUARDIA sale del cuartel.

SARGENTO DE GUARDIA: Pueden pasar.

Vemos como el AGENTE#1 entra en el cuartel. SEC.80.- INT/DIA. CUARTEL. ABBEVILLE. (1944). El SARGENTO DE GUARDIA acompaña al AGENTE#1 hasta la puerta de un despacho improvisado. EL SARGENTO DE GUARDIA llama a la puerta.

VOZ: (autoritario) Adelante.

EL SARGENTO DE GUARDIA abre la puerta y se dirige al AGENTE#1.

SARGENTO DE GUARDIA: Pase.

SEC.81.- INT/DIA. DESPACHO DEL MARISCAL MONTGOMERY. ABBEVILLE. El AGENTE#1 entra en el despacho improvisado de campaña. En la habitación podemos ver al MARISCAL MONTGOMERY, de pie, detrás de una mesa.

AGENTE#1: ¿Mariscal Montgomery?.

MONTGOMERY: (seco y autoritario) Se han retrasado ustedes, les esperaba desde hace un par de días.

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¿Tiene la documentación?.

El AGENTE#1 saca de su abrigo un sobre lacrado y se lo entrega a MONTGOMERY. MONTGOMERY abre pausadamente el sobre y comienza a leer. Al terminar se acerca a la chimenea encendida de la habitación y arroja el documento al fuego.

MONTGOMERY: (seco y serio) Un momento.

MONTGOMERY se acerca a la puerta del despacho. Abre y llama:

MONTGOMERY: (con voz de mando) ¡Sargento!

SARGENTO DE GUARDIA: (con saludo militar)

¡A sus órdenes!

SEC.82.- EXT/DIA. ABBEVILLE. (1944) EL AGENTE #1 sale del cuartel y se acerca a los dos camiones.

AGENTE #1: Bajen todos.

ERICH, HELENA Y HERMANN bajan de los camiones. Vemos como SOLDADOS INGLESES suben a los camiones, arrancan y desaparecen detrás de la casa. Vemos como los AGENTES, EL CONDUCTOR#1 y los TILLMANN, acompañados por el SARGENTO DE GUARDIA entran en el interior del cuartel. SEC.83.- INT/DIA. HABITACIÓN DEL CUARTEL. Todos entran en una habitación donde hay dos bancos corridos y unas sillas. Se sientan y esperan. HERMANN comenta algo al oído de ERICH. ERICH se dirige al AGENTE #1.

ERICH: Podría preguntar dónde hay un servicio.

EL AGENTE #1 pregunta al SARGENTO DE GUARDIA, en inglés.

AGENTE #|: Podría conducir a los señores a un servicio, por favor.

El SARGENTO DE GUARDIA se dirige a ERICH y HERMANN.

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SARGENTO DE GUARDIA: (en inglés) Acompáñeme, por favor.

El SARGENTO DE GUARDIA, ERICH y HERMANN salen de la habitación. Les conduce por un estrecho pasillo. Al final de éste les señala una puerta. ERICH abre la puerta y se introducen en un pequeño aseo. SEC.84.- INT/DIA. CUARTO DE BAÑO. CUARTEL. Oímos, al terminar de hacer sus necesidades, el ruido de una cisterna. Después vemos como ERICH, al oír unos ruidos del exterior se queda mirando la ventana del baño. Se acerca a ella y la entreabre suavemente para ver que sucede. ERICH observa como los portones de los dos camiones están de par en par y como unos SOLDADOS INGLESES transportan la carga a otros dos camiones franceses. ERICH llama la atención de HERMANN. Ambos miran por la ventana.

HERMANN: No lo puedo creer, ¿qué demonios están haciendo?

ERICH: (perplejo)

No lo sé hijo, no lo sé.

ERICH extrañado cierra la ventana. SEC.85.- EXT/DIA. ABBEVILLE. (1944) Todo está dispuesto para continuar el viaje. Todos ocupan sus sitios en los nuevos camiones. SEC.86.- INT/DIA. DESPACHO DEL MARISCAL MONTGOMERY. En la habitación-despacho de Montgomery vemos a MONTGOMERY solo. De una caja fuerte saca un sobre lacrado. Se acerca a la puerta y llama al SARGENTO DE GUARDIA. MONTGOMERY:

¡Sargento!.

SARGENTO DE GUARDIA: (saludando

militarmente) ¡Sí, señor!

MONTGOMERY:

Entregue éste sobre al hombre que hizo entrar.

SARGENTO DE GUARDIA:

A sus órdenes señor.

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Vemos como desde la ventana del despacho de Montgomery, un primer piso, éste ve como el SARGENTO DE GUARDIA se acerca a la ventanilla de uno de los camiones y entrega al AGENTE #1 el sobre lacrado. Después de entregar el sobre EL SARGENTO saluda militarmente al AGENTE#1. Desde la visión de Montgomery en la ventana del primer piso, vemos como los camiones arrancan y se alejan del cuartel. SEC.87.- MAPA EUROPEO Vemos como la línea sale de Abbeville y recorre el mapa, atravesando Francia, hasta la frontera española en los Pirineos. El Valle de Arán.

HELENA: (voz en off) No era posible entender como habíamos podido atravesar las líneas aliadas. Miles de soldados estaban muriendo en ambos bandos y nosotros, sin problemas, recibíamos ayuda de los ingleses e incluso un salvoconducto nos permitía atravesar Francia, sin inconveniente alguno, hasta llegar a la frontera española. Pero si habíamos pasado miedo en Abbeville, peor fue al llegar a España.

SEC.88.- EXT/NOCHE. VALLE DE ARAN. (1944) Vemos los camiones avanzando en la oscuridad de noche con los faros encendidos, por un camino de montaña. Los camiones paran y hacen señales con los faros. Vemos, como desde la oscuridad, son respondidas por otras ráfagas de luz. Los camiones siguen avanzando. Vemos las luces de los faros de frente. Un SOLDADO ESPAÑOL #1 se interpone en el camino y hace señales con una linterna para parar los camiones. Los camiones paran. Varios SOLDADOS ESPAÑOLES salen del borde del camino y con sus fusiles apuntan en posición de disparo a los camiones.. UN CIVIL, vestido con abrigo y boina se acerca al camión #2 y habla con el AGENTE #1. Este le entrega el sobre lacrado que recibiera de Montgomery. EL CIVIL lo abre y lee alumbrado por la linterna del SOLDADO ESPAÑOL#1. Hace señales a los SOLDADOS ESPAÑOLES y éstos bajan sus fusiles dejando de apuntar. De entre los árboles aparecen dos camiones españoles y un coche. LOS SOLDADOS ESPAÑOLES, con visible prisa y nerviosismo, abren las puertas traseras de los camiones y comienzan a transportar los cuadros de los camiones franceses a los españoles. El proceso se hace rápidamente. LOS AGENTES y el CONDUCTOR#1 entran en el coche y se marchan. EL CIVIL acompaña a los TILLMANN hasta los dos camiones del ejército español y reemprenden la marcha.

HELENA: (voz en off) Allí, la oposición a Franco, los republicanos llamados Maquis, estaban agrupados en el Valle de Arán para intentar un invasión. Fue un mal momento. Cuando nos pararon los soldados españoles de nuevo nos sorprendió ver como el AGENTE#1 de la GESTAPO entregaba el salvoconducto que le había dado Montgomery al CIVIL que nos detuvo. Nada más

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leerlo, a la luz de la linterna que sujetaba un SOLDADO ESPAÑOL, aparecieron dos nuevos camiones del ejército español, los soldados dejaron de apuntarnos y se encargaron de transportar la mercancía. No podían disimular el pánico en esos momentos ante la proximidad de los guerrilleros maquis. si nos hubiesen descubierto todo hubiera terminado allí.

SEC.89.- MAPA EUROPEO. Vemos la línea avanzando desde el Valle de Arán, zigzaguea hasta llegar a Lérida. Continua hasta Zaragoza y de allí a las afueras de Madrid. HELENA: (voz en off)

Reanudamos la marcha con las luces apagadas. Subimos y bajamos las empinadas carreteras de los Pirineos hasta llegar a Lérida. Después, ya más tranquilos, pasamos Zaragoza, y de allí, sin parar, hasta Madrid. Después de toda la tensión y el miedo vividos los últimos días, tuvimos un respiro y una sorpresa, una increíble recepción a nuestra llegada a la capital.

SEC.90.- EXT/NOCHE. PALACETE EN LAS AFUERAS DE MADRID. ERICH, a través del parabrisas del camión, ve un palacete ampliamente iluminado. Los camiones paran delante de unas grandes escalinatas. Por las escalinatas bajan apresuradamente un hombre maduro, un poco calvo, vestido de gala, el MARQUES, y una mujer de mediana edad, obesa y vestida con un elegante traje de noche, la MARQUESA. Sonríen exageradamente. Un MAYORDOMO abre la puerta del camión y ofrece su mano a HELENA para ayudarle a bajar. HELENA mira sorprendida a ERICH, este le hace un gesto para que baje. ERICH y HELENA bajan del camión y se acercan a la escalinata. HERMANN se une a sus padres. El MARQUES, respetuoso, se acerca a dos pasos de ellos. Levanta su brazo derecho y, rígidamente, hace el saludo nazi y con marcado acento español..

MARQUES: ¡Heil Hitler!

La MARQUESA, sonriente y curiosa, les mira, mientras de forma tímida repite el saludo.

MARQUESA: ¡Heil Hitler!

ERICH está asombrado y no sabe cómo reaccionar. Cruza miradas de sorpresa con HELENA. Mira al MARQUES y, obligado, responde al saludo sin convicción.

ERICH: (poco convencido) ¡Heil Hitler!

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El MARQUES, como si hablando alto pudiera hacerse entender mejor, habla alto y despacio a ERICH.

MARQUES: (sonriente) ¡Bienvenidos a mi casa! Es un honor para nosotros tenerles aquí. Les hemos dispuesto unas habitaciones, pueden subir y asearse. Espero que luego bajen y nos honren con su presencia en la pequeña recepción que hemos organizado para ustedes.

ERICH mira al MARQUES sin salir de su asombro y sin lograr comprender nada de lo que está diciendo. Mira a HERMANN.

ERICH: (preguntando extrañado) ¿Qué está diciendo este hombre Hermann?

HERMANN hace una inclinación de cabeza al MARQUES y mira a ERICH.

HERMANN: Está diciendo que subamos a nuestras habitaciones y nos lavemos un poco, porque nos han preparado una fiesta de bienvenida.

El MARQUES y la MARQUESA no dejan de sonreír a los TILLMANN.

HELENA: (alucinada) ¿Una fiesta?

HERMANN se encoge de hombros.

HERMANN: Sí, según parece somos los invitados de honor, debían estar esperándonos porque dice que es un gran placer para ellos tenernos en su casa.

HELENA se mira el vestido sucio a causa del largo viaje.

HELENA: Pero Erich... cómo voy...

ERICH:

No lo pensemos más, todo esto no tiene ningún sentido, pero aprovechemos para descansar un poco. Al menos tendremos una comida decente y un techo. Hermann, dile a este caballero que estaremos encantados.

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HERMANN: Yo me conformaré con dormir en una cama...

SEC.91.- INT/NOCHE. GRAN COMEDOR. PALACETE DE MADRID. Los TILLMANN entran en el comedor. ERICH se ha puesto su uniforme de Coronel del ejército alemán, HELENA se ha cambiado de vestido. En el comedor vemos una enorme mesa preparada con todo lujo. La GENTE va elegantemente vestida. Los CRIADOS, vestidos con librea, atienden a los comensales. La GENTE, al verlos entrar, se levanta. El MARQUES se acerca a ellos y se dirige a HERMANN, señalándole sus lugares en la mesa. Los TILLMANN ocupan sus puestos en la mesa. Son el objeto de todas las miradas. Entre la GENTE hay altos mandos del ejército español, de uniforme y llenos de condecoraciones. El CIVIL que les acompañara desde el Valle de Arán se encuentra en la mesa vestido con un impecable uniforme de la Falange. Un OFICIAL español habla con ERICH, este se esfuerza por comprender algo. ERICH hace un gesto con la mano al OFICIAL para que espere y avisa a HERMANN para que le traduzca lo que le está comentando. Todos se vuelcan en atenciones hacia los TILLMANN, y HERMANN no da a vasto para traducir todas las conversaciones. A la derecha de HERMANN se encuentra el SR. GARCÍA BELLIDO, un arqueólogo español de mediana edad que no para de hablar con él. Erich no deja de escuchar sorprendido lo que le dicen.

HELENA: (voz en off) No podíamos creer lo que estábamos viendo. Después de todos los extraños sucesos que habíamos vivido desde nuestra salida de Berlín, aquello era impensable. Nos trataban como si fuéramos el Führer en persona, no salíamos de nuestro asombro. Evidentemente estaban esperando nuestra llegada, eso nos hizo pensar que la misión que llevábamos a cabo estaba planeada hasta límites que no podíamos imaginar. Entre los invitados había gente importante dentro del gobierno de Franco, oficiales de la División Azul que luchó en el frente ruso, altos mandos de la Falange, incluida la persona que pensábamos era nuestro acompañante en España. Pero nadie parecía saber cuál era el objeto de nuestra llegada a España. El principal tema de conversación era la arqueología. El Profesor García Bellido no paró de hablar con Hermann durante toda la cena, hablaban del tutor de mi hijo, el Profesor Shulten y de los trabajos que se iniciarían en Cádiz. Tanta amabilidad nos desbordaba, sobre todo a Erich.

SEC.92.- MAPA DE ESPAÑA. EL viaje continua, la línea parte de Madrid, pasando por Córdoba y Sevilla, llega a la provincia de Cádiz. Vemos como el mapa se agranda y gana en detalles. Vemos que la línea deja atrás Cádiz capital y se dirige a un pueblo llamado Barbate. En los alrededores del pueblo, la línea se para muy cerca de la costa. Vemos que no hay nada escrito en ese punto del mapa.

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SEC.93.- EXT/NOCHE. PUESTO DE CONTROL. CAMPAMENTO MILITAR. El convoy para repentinamente. Los FALANGISTAS ESPAÑOLES que forman la escolta bajan de los camiones y hablan con los SOLDADOS DEL CONTROL.

SOLDADO DEL CONTROL: Esperen un momento. Voy a dar parte al Coronel.

EL SOLDADO DEL CONTROL se mete en una garita. ERICH observa que no se ven luces de ningún tipo, parece como si se hubieran detenido en mitad de la nada. No se puede ver nada fuera del campo de luz de los faros de los camiones. De la oscuridad aparece el CORONEL, acompañado de dos SARGENTOS. Vemos como hablan con los FALANGISTAS ESPAÑOLES de la escolta. Los SARGENTOS se suben uno a cada camión. Arrancan. El CORONEL da una orden.

CORONEL: ¡Adelante!

Los camiones inician la marcha y dejan atrás el puesto de control. ERICH y HELENA ven, entre la oscuridad, como atraviesan lo que parece un campamento militar. Siguen avanzando hasta llegar cerca del mar. Oímos el romper de las olas y el sonido del viento, atenuado por el motor de los camiones. ERICH sólo puede ver, gracias a las luces del camión, como delante de ellos avanza el camión de Hermann. ERICH acaricia la mano de HELENA para tranquilizarle. SEC.94.- EXT/NOCHE. CHALET DE ATLANTERRA. CADIZ. El convoy sube una empinada cuesta y se detiene delante de un chalet. La casa está recién construida, se pueden ver abundantes materiales de obra todavía apilados en el exterior. El SARGENTO#2 hace gestos a ERICH y HELENA para que bajen. ERICH ve como su hijo baja del camión#1. ERICH ayuda a su mujer a bajar y después lo hace él. Los camiones son introducidos en el garaje del chalet. Los SARGENTOS salen del garaje, cierran el portón y lo aseguran con un inmenso candado. Los SARGENTOS se acercan a los TILLMANN.

SARGENTO#2: Acompáñenos.

HERMANN hace una señal con la mano a sus padres para que les siga. Los SARGENTOS suben al porche de la casa y abren la puerta principal. SEC.95.- INT/NOCHE. CHALET DE ATLANTERRA. El SARGENTO#1 enciende las luces de la casa.

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SARGENTO#2: ¡Buenas noches! Acomódense a su gusto. Mañana el Coronel vendrá a verles y contestará a sus preguntas.

HERMANN: Muchas gracias, ¡buenas noches!

Con un saludo militar los SARGENTOS se retiran y cierran la puerta. ERICH y HELENA miran la casa sin saber que decir. Se trata de un chalet completamente amueblado. Se ve que han pensado en todos los detalles. HERMANN comienza a inspeccionar la casa. Abre una puerta y ve que se trata de un dormitorio.

HERMANN: No sé vosotros, pero yo ya he tenido bastante por hoy, me voy a la cama, no puedo más. ¡Hasta mañana!

HELENA abraza a su marido. ERICH acaricia el pelo de su esposa.

ERICH: Será mejor que nosotros hagamos lo mismo. Mañana hablaré con ese Coronel y veremos las cosas de otra forma.

HELENA mira a su marido.

HELENA: ¿Cómo estarán nuestros hijos, Erich?

ERICH ensombrece un tanto su rostro pero lo disimula.

ERICH: No te preocupes Helena, seguro que estarán bien. No pienses en ello ahora. Vámonos a dormir. No sabemos lo que nos ocurrirá mañana.

FUNDIDO EN NEGRO SEC.96.- INT/DIA. DORMITORIO CHALET DE ATLANTERRA. HELENA abre la gran ventana del salón y un gran resplandor de luz inunda la habitación. HELENA no puede reprimir una expresión de asombro. HELENA: (sorprendida)

¡Erich, Erich, despierta, ven a ver esto!.

ERICH entra en el salón, desperezándose y se acerca a la ventana.

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ERICH se deslumbra con la luz del sol. Vemos, poco a poco, como frente a ellos, se descubre un maravilloso paisaje. La casa está situada sobre un monte, a los pies de éste se extiende una inmensa playa. Se puede ver el mar hasta que se pierde en el horizonte. El sonido de un motor les devuelve a la realidad. Vemos un JEEP del ejército aparcado en la entrada del jardín de la casa. El JEEP, después de poner el motor en marcha, se aleja, cuesta abajo, hacia el campamento militar. SEC.97.- INT/DIA. COCINA. CHALET ATLANTERRA. La familia TILLMANN está sentada en la mesa de la cocina. ERICH Y HELENA desayunan mientras HERMANN hace anotaciones en su diario.

HELENA: (voz en off) La brisa del mar y el olor a sal inundaba toda la casa. No esperábamos terminar en un lugar tan bello. La casa disponía de todas las comodidades posibles, incluso pude preparar el desayuno a la familia, pero a pesar de todo añorábamos a nuestros hijos. Hubiera deseado que estuvieran allí, y más, después de ver los horrores de la guerra que se acercaban a Berlín. No podíamos por menos que sentirnos unos privilegiados.

SEC.98.- EXT/DIA. CAMPAMENTO MILITAR. Vemos el jeep llegando al campamento. Para delante de una de las construcciones. Uno de los SOLDADOS baja del jeep y llama a una puerta. EL CORONEL abre la puerta. EL SOLDADO#2 le saluda militarmente y habla con él. EL CORONEL entra en la casa y sale inmediatamente colocándose la gorra. Ambos suben al jeep, que arranca y se aleja. SEC.99.- EXT/DIA. PORCHE CHALET ATLANTERRA. La familia TILLMANN está sentada en el porche de la casa, admirando el paisaje que les rodea. ERICH se quita el jersey.

ERICH: Ya nos podían haber avisado del calor que hace aquí.

HELENA:

¿Aquí? ¿Dónde es aquí? Porque esto parece el fin del mundo.

HERMANN: (erudito)

Mamá, acabas de definir este lugar como lo definieron los escritores clásicos Mela y Estrabón, basándose en Platón: los antiguos creían que más allá de las columnas de Hércules, lo que hoy conocemos como el estrecho de Gibraltar, se acababa el mundo. El Estrecho, con sus fuertes corrientes, era imposible

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de atravesar para todas las civilizaciones de aquella época, de Europa y Asia, para que me entiendas, el Mundo para ellos, unos mil doscientos años antes de Cristo, acababa allí, en el Estrecho de Gibraltar. Y fueron unas naves fenicias arrastradas por el fuerte viento de Levante, las que por casualidad, llegaron hasta aquí, una parte del Mundo totalmente desconocida: al Atlántico, y descubrieron no sólo estos paisajes sino todas las riquezas que guardaba una civilización, quizás la más antigua: la de Tartessos, cuyo rey, Argantonio, llegó a un acuerdo con el mismísimo rey Salomón.

ERICH: Muchas gracias hijo, pero nos puedes decir dónde estamos. Porque no creo que el tal Argantonio nos pueda explicar nada.

HERMANN sonríe.

HERMANN: Perdone papá. Podemos estar aproximadamente entre un pueblo, dónde los romanos aplicaban el arte de pesca llamada almadraba, Barbate, y Tarifa, o sea, en el extremo de Europa, casi en Africa. A más de tres mil kilómetros de casa.

HELENA:

Bien, ¿y qué vamos a hacer aquí?.

El ruido de un jeep interrumpe la conversación. Vemos como el jeep aparca justo en la puerta del chalet. El CORONEL baja del jeep y entra en la parcela.

ERICH: Me parece Helena, que nos van a responder a tu pregunta.

Vemos como El CORONEL se acerca a ellos y les saluda militarmente. ERICH le acerca una silla para que se siente y El CORONEL quitándose la gorra se sienta y comienza a conversar con los TILLMANN.

HELENA: (voz en off) El Coronel, en efecto, respondió a todas nuestras preguntas. Afortunadamente, se trataba de un excombatiente de los españoles que lucharon en el frente ruso junto a Hitler, la División Azul, y hablaba alemán bastante bien. Amablemente nos dio la bienvenida, nos preguntó si habíamos descansado y si todo estaba a nuestro gusto. Deseaba que nuestra estancia allí fuera lo más agradable posible. Pero no todo era un paraíso. Nos hizo ver que teníamos prohibido salir del recinto de la casa, no más de ochocientos metros cuadrados. Nos dijo que nuestra nueva documentación como residentes en España llegaría en breve desde Madrid. A Hermann le dio una buena noticia, sería trasladado a Cádiz para comenzar unos trabajos

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en el Museo Arqueológico, para Hermann representaba la ilusión de su vida. El Coronel, después, de sus amabilidades, nos recordó, antes de marcharse, la prohibición expresa que teníamos de salir de allí.

Vemos como EL CORONEL saluda de nuevo, despidiéndose y se marcha en el jeep.

ERICH: (apesadumbrado) Un paraíso, cierto, pero no deja de ser una cárcel..

SEC.100.- EXT/DIA. PORCHE. CHALET DE ATLANTERRA. Vemos a ERICH y a HELENA en el porche del chalet. ERICH está sentado en una butaca de mimbre, HELENA sale de la casa con unas bebidas en la mano.

HELENA: (voz en off) Poco tiempo después, Hermann comenzó sus trabajos en el Museo de Cádiz y nosotros nos quedamos solos en aquella casa. Las únicas visitas que teníamos eran las del Coronel del campo, que, regularmente, nos traía los periódicos españoles.

Vemos una casa en construcción enfrente de la de los Tillmann. Un grupo de ALBAÑILES canta flamenco mientras trabaja.

HELENA: (voz en off) Pero lo que en un principio era un lugar apartado y tranquilo, se convirtió, poco a poco, en un hervidero de actividad. Se inició la construcción de otras casas colindantes a la nuestra. Parecía que en poco tiempo tendríamos vecinos.

SEC.101.- INT/NOCHE. SALON. CHALET DE ATLANTERRA. Vemos a ERICH delante de una mesa. En la mesa hay desplegado un viejo mapa. ERICH mira un periódico español y señala movimientos de tropas en el mapa. La chimenea está encendida. HELENA: (voz en off)

El tiempo transcurría lentamente y nosotros buscábamos algo que hacer para mantener la mente ocupada. Erich usaba la información de la prensa para saber cuál era la situación en los frentes.

Vemos a HERMANN entrar en la casa. Se quita la chaqueta y enseña, con gestos de asombro, recortes de prensa extranjera a ERICH. ERICH se los arrebata de las manos y los lee con avidez. ERICH cae desolado sobre un sillón. ERICH se levanta decidido y desaparece camino del dormitorio. HERMANN se queda sorprendido. ERICH vuelve llevando en las manos su uniforme del ejercito y lo lanza a la chimenea observando como arde. HERMANN abraza a ERICH. ERICH se deshace del abrazo de su hijo y sale al jardín.

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HELENA: (voz en off)

Pero la verdad de lo que estaba sucediendo no pudimos saberla hasta que Hermann no recibió permiso para visitarnos. Traía consigo recortes de prensa extranjera. Gracias a ello supimos que la guerra tocaba irremisiblemente a su fin. Mussolini había muerto a manos de los mismos italianos, pero sobre todo descubrimos la mayor atrocidad que el régimen de Hitler había cometido: los campos de exterminio habían sido ocupados y hecho público el genocidio de los judíos. No podíamos creer aquello, era inimaginable. Sabíamos que existían campos de trabajo, pero no que eran usados para eliminar sistemáticamente a gente indefensa. Erich se sentía terriblemente avergonzado. No podía volver a llevar un uniforme que era símbolo de aquella carnicería.

SEC.102.- EXT/NOCHE. JARDIN. CHALET DE ATLANTERRA. Vemos como ERICH sale, furioso, de la casa y camina a paso firme por el jardín. Se para junto a la valla y se queda quieto mirando el infinito. HELENA sale de la casa y corre hacia ERICH. Llega a su lado.

HELENA; Erich, tú no sabías nada, cariño, no eres culpable.

ERICH:

Todos somos culpables Helena, todos hemos permitido que esto ocurriera. Preferimos cerrar los ojos para no ver la verdad. No tuvimos el valor de enfrentarnos a ella, ... no tuve el valor de hacerlo...

HELENA está llorando. ERICH le abraza con fuerza. Vemos la expresión triste de ERICH.

ERICH: ... no tuve valor...

SEC.103.- INT/DIA. CHALET DE ATLANTERRA. Vemos a la familia TILLMANN sentados en la cocina.

HERMANN: ... cada vez hay más trabajo en el Museo. Hay que terminar los preparativos para comenzar las prospecciones. No os podéis imaginar el revuelo que se está causando. No para de llegar gente, españoles, alemanes. Va a ser algo grande, os lo aseguro.

HELENA da una taza de café a su hijo. ERICH le escucha atentamente.

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HELENA: ¿Y cuando empieces el trabajo seguirás viniendo a vernos?

HERMANN:

No lo sé, supongo que habrá tanto que hacer que no podré venir tan a menudo.

ERICH:

¿Ha llegado hoy la prensa?

HELENA: Esta mañana temprano, ahora te la traigo.

HERMANN:

No, deja mamá, ya voy yo.

HERMANN sale de la cocina. HELENA está secando unos platos. ERICH:

No lo entiendo. Los rusos a las puertas de Berlín, los aliados cruzando el Rhin, y el gobierno sufragando unas excavaciones de esa envergadura en la otra punta de Europa. ¿Qué sentido tiene?

HELENA: (dudando) Que sé yo, será un compromiso con el gobierno español, o...

HERMANN:

Deberíais ver esto.

HERMANN da a ERICH el "Diario Informaciones" abierto.

HERMANN: Lee, debajo de la foto.

HELENA se acerca a ERICH secándose las manos.

HELENA: ¿Qué dice?

ERICH:

... dice que el Führer ha condecorado en la Cancillería a los

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miembros más destacados de las Juventudes Hitlerianas... algo sobre el valor y las firmes convicciones... Una mierda.

HERMANN: La foto, papá, fíjate en la foto.

HELENA: (alegre)

¡Viktor!

HELENA quita el periódico a ERICH y mira la foto más de cerca. Vemos la foto de Hitler condecorando y saludando a miembros de las Juventudes Hitlerianas.

HELENA: No me lo puedo creer, es Viktor. Habrá sido el momento más feliz de su vida, pobre hijo. Espero que esté a salvo...

ERICH: (hundido)

¿A salvo? Nadie está a salvo con Bormann, ni siquiera nosotros.

HELENA: (asustada)

¿Qué quieres decir Erich? ¿Qué peligro corre Viktor?

ERICH: (hundido)

Espero que ninguno mientras nosotros sigamos aquí encerrados con esos camiones en el garaje.

HERMANN:

Papá, habla claro ¿Por qué tiene que ocurrir nada? Está bajo la protección del gobierno, igual que Gisela.

ERICH: (hundido) Debería habéroslo dicho antes, lo sé, pero las cosas no han sido como creéis. No ha sido fácil. Esta misión, o lo que maldita sea no ha sido un premio a mi labor, a sido un castigo.

HELENA: (intrigada) Pero ¿qué estás diciendo Erich?

ERICH se levanta de la silla y mira por la ventana.

ERICH: Yo tomé parte en el atentado contra el Führer, Bormann sospechaba de mi pero no podía demostrar nada en mi contra,

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pero eso ya da igual, el caso es que os he arrastrado a todos conmigo.

HELENA se sienta en una silla confundida.

HERMANN: (enfadado) ¿Y eso que tiene que ver con mis hermanos?

ERICH se vuelve y mira a HERMANN.

ERICH: En realidad no lo sé, nunca he sabido los motivos de Bormann. El caso es que Gisela y Viktor son sus rehenes. Si no obedecemos todas sus órdenes ellos pagarán las consecuencias.

HELENA:

¿Qué?

HERMANN: (enfadado)

¿Cómo pudiste, papá, cómo pudiste dejar que eso sucediera?

ERICH: (desesperado) ¿Cómo pude permitirlo? ¿Crees que fue fácil para mí, que tuve alguna alternativa?. O los dejaba allí o todos íbamos a morir, tuve tu sentencia de muerte firmada por Hitler en mis manos, hijo. ¿Qué podía hacer? ¡Dios mío! ¿Qué podía hacer? dímelo. Mi único consuelo era pensar que cuando la guerra terminara estaríamos todos juntos de nuevo, todavía espero que eso sea así, no lo sé, no sé si hice bien o no, ¡Dios! Quise matarlo, morir yo mismo, nada hubiera servido, ese hijo de puta lo tenía todo pensado.

HELENA esconde su cara entre los brazos y comienza a llorar. ERICH:

No podía decir nada, no hubierais querido venir, las cosas se hubieran puesto mucho peor. ¿Podéis entenderme?

En la cocina reina el silencio. HERMANN se sienta también en una silla desolado.

HERMANN: Maldito sea...

ERICH:

La guerra está a punto de terminar, dentro de poco tendremos

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noticias de Bormann y sabremos a qué atenernos.

HERMANN: ¿Y hasta entonces? ¿Qué hacemos? ¿Esperar sin hacer nada?

ERICH:

No podemos hacer otra cosa.

HELENA se incorpora.

HELENA: Pero... ¿Por qué? ¿Qué le hemos hecho? ¿Qué le han hecho mis hijos?

ERICH se acerca a HELENA y le agarra por un hombro.

ERICH: Nada Helena, nada, somos simples herramientas en algo mucho más grande de lo que podemos pensar. Habéis tenido las pruebas necesarias ¿Cómo pudimos pasar las líneas aliadas con un salvoconducto de Montgomery? ¿Por qué tanto apoyo a unos vencidos? ¿Por qué tanto secreto? ¿No os dais cuenta?.

HERMANN:

Cuenta de qué.

ERICH camina de un lado a otro de la habitación. HELENA permanece callada en su silla.

ERICH: ¿Qué crees que hay dentro de los camiones?. Obras de arte, cuadros de un valor incalculable. He pasado años ordenando y clasificando miles de obras procedentes de toda Europa y aquí tenemos más de seiscientas. Los coleccionistas matarían por tener alguna de ellas. ¿Y por qué están aquí? No son para nosotros hijo, son para otros. Y no creo que sean para Bormann...

HERMANN: Te refieres a...

ERICH:

Estoy hablando del Führer en persona.

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HELENA: (interrumpiendo) ¿Y Gisela?.

HERMANN: ¿Qué quieres decir, mamá?.

HELENA:

¿Dónde está Gisela?. Realmente, ¿Qué hace en Berlín con Bormann?

HELENA y HERMANN miran fijamente a Erich, éste se siente acorralado. Duda y avergonzado y cabizbajo se hunde dejándose caer sobre la silla tapándose el rostro con las manos. Rompe en llanto amargo.

HERMANN: (amenazante) ¿Qué pasa papá? ¿Qué nos ocultas a mamá y a mí?.

HELENA:

¿Tan grave es que ni siquiera te has atrevido a contármelo a mí?. Dime, Erich, dímelo, por Dios, se trata de nuestra hija.

ERICH, con su rostro aún cubierto por sus manos.

ERICH: No puedo.

Silencio entre los gemidos de ERICH. HELENA y HERMANN permanecen callados y mirando fijamente a ERICH.

ERICH: (entre gemidos) Jamás me perdonaréis, ni yo mismo puedo hacerlo.

HELENA se levanta y agarra con dulzura la mano de ERICH y le mira suplicante.

HELENA: (suplicando) Cuéntamelo Erich. Siempre estaré a tu lado, si has tomado, en algún momento alguna decisión, yo también soy culpable.

ERICH: (hundido)

Bormann se ha quedado con Gisela para que participe, junto a otras mujeres, en esa sociedad que él creó llamada Lebensborn.

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HERMANN: (gritando fuera de sí) ¡Has permitido que mi hermana, tu hija, sea una puta más de las SS! Que uno tras otro se la tire para que engendre más nazis.

HELENA mira a su marido incrédula, le suelta la mano y se vuelve a sentar con la mirada en el vacío, sonámbula.

HERMANN: (enojado) Maldito seas Papá, como has podido vender a tu propia hija para salvarte.

ERICH no es capaz de levantar la cabeza para responder a su hijo. HERMANN mira a sus padres durante un instante y ante el silencio de éstos se levanta y sale de la cocina. Se oye un portazo. Hermann se ha marchado. HELENA, apesadumbrada, se levanta y se dirige al salón. Desde la ventana, con lágrimas en los ojos, ve cómo HERMANN abre la puerta de la cancela de la parcela y se marcha cuesta abajo. Después de perder de vista a su hijo, su mirada va hacia la casa que están construyendo frente a la suya. Vemos a los ALBAÑILES colocando ladrillos. Vemos a HELENA de espaldas, frente a la venta y a los ALBAÑILES trabajando.

HELENA: (voz en off) Pensé que había perdido al único hijo que me quedaba, pero Hermann nunca fue rencoroso. Creo que pensó que su padre jamás hubiese tomado la decisión de dejar a Viktor y Gisela en Berlín sino era porque de esa manera al menos se conservaba la vida de todos y la esperanza de poder reencontrarnos de nuevo.

SEC.104.- EXT/DIA. CHALET ATLANTERRA. Vemos la casa que estaba en construcción materialmente acabada. Ha transcurrido un mes y unos PINTORES pintan la fachada. Vemos a HERMANN abrir la verja de la casa.

HELENA: (voz en off) Hermann recapacitó y creo que comprendió la difícil posición en la que Erich se encontró para tomar aquella decisión; mantenernos vivos a todos a toda costa. Hermann volvió pasado un mes y nos traía una noticia, noticia que nosotros conocíamos ya ese mismo día por la prensa española: Hitler había muerto.

HELENA, al ver a Hermann, se retira de la ventana y baja las escaleras de la casa. Abre la puerta y le recibe con un fuerte beso en medio del jardín. Ambos se abrazan.

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HERMANN: ¿Cómo está papá?.

HELENA:

Mal hijo, desde que te marchaste no levanta cabeza, está triste y casi no habla. No se perdona la decisión que tomó. Hermann, se cariñoso con él, lo necesita.

HERMANN:

¿Dónde está?

HELENA: Está en la parte de atrás de la casa. Ultimamente le ha dado por arreglar las flores del jardín. El jardín se ha convertido en su refugio y mientras cuida las plantas no habla ni piensa. Anda, ve a verle, se alegrará mucho al verte.

HELENA da un empujón cariñoso a HERMANN. SEC.105.- EXT/DIA. PARTE TRASERA. CHALET ATLANTERRA. Vemos a ERICH de rodillas removiendo la tierra plantando unos esquejes. HERMANN aparece por detrás de ERICH y se queda mirándolo con dulzura.

HERMANN: Papá. ¿Me perdonas?

ERICH gira su cabeza sorprendido y se queda mirando a HERMANN. ERICH: (con mirada ilusionada)

¡Hijo!

ERICH se levanta y se funden, padre e hijo, en un fuerte y emocionado abrazo.

HERMANN: (desenfadadamente) Papá, te he traído la prensa francesa. He pensado que te gustaría leerla y no he resistido la tentación de traértela.

ERICH pone la mano por encima del hombro de HERMANN y HERMANN hace lo mismo con su padre y ambos se encaminan amigablemente hacia la casa.

ERICH: Vamos dentro hijo, enséñame que dice la prensa fuera de España, porque aquí se dice que el Fürher murió como un héroe defendiendo la Cancillería.

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HERMANN: Te sorprenderá saber que nada de eso es cierto. Cuando entraron los rusos sólo encontraron a Voss y Linge, los demás se habían suicidado, incluso Hitler y Eva Braun aunque los cadáveres de éstos no los han encontrado todavía. Stalin los busca, por lo visto no estará tranquilo hasta que no encuentre sus cadáveres calcinados.

SEC.106.- INT/DIA. SALÓN CHALET ATLANTERRA. Vemos a ERICH y HERMANN entrar en el salón, se dirigen a la mesa y HERMANN abre los periódicos. Comienzan a comentar las informaciones. HELENA: (voz en off)

No hicieron falta palabras, padre e hijo se perdonaron y pasaron toda la tarde haciendo suposiciones sobre cuál habría sido la muerte de Hitler y sus colaboradores. Si Hitler había muerto en realidad y todos sus colaboradores también, incluido el que más nos importaba a nosotros, Martin Bormann. ¿ Qué sería de nosotros prisioneros en un campo militar español y con una fortuna en obras de arte guardada dentro de unos camiones en el sótano de la casa?. ¿Cuál sería nuestro destino y el de nuestros hijos a partir de ese momento?. Todo echaba por tierra nuestras sospechas. Todo era una incógnita.

SEC.107.- INT/ANOCHECER. CHALET DE ATLANTERRA.

HELENA: (voz en off) Un mes después, la construcción de casas a nuestro alrededor terminó y, poco a poco, empezaron a llegar nuevos vecinos con los que no se nos permitía tratar. Pero un anochecer lluvioso ocurrió algo extraño. El ruido de unos coches nos hizo asomarnos a la ventana.

Vemos como ERICH y HELENA, desde su ventana, ven unos cuantos coches oficiales, con fuerte escolta, llegando a la casa nueva de enfrente. Un grupo de SOLDADOS bajan de un camión y montan guardia alrededor de los coches. El mismo CORONEL del campo se acerca a uno de los coches con un paraguas abierto en las manos. Abre la puerta trasera. Del vehículo sale un HOMBRE BAJO, vestido con un abrigo largo. El CORONEL se pone firme y le da el saludo fascista mientras le protege de la lluvia con el paraguas. El HOMBRE BAJO le responde levantando la mano derecha de forma indolente. Todos entran en la casa de enfrente. Vemos luz en las ventanas. SEC.108.- INT/DIA. CHALET DE ATLANTERRA. ERICH está tranquilo, arrodillado podando unos rosales en el jardín, muy

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próximo a la cancela de la calle. Vemos como un SOLDADO ESPAÑOL #2 se para delante de la cancela del jardín. Lleva un paquete bajo el brazo.

SOLDADO ESPAÑOL #2: (con marcado acento andaluz)

¡Bueno día! ¿Zeño Eri Tilman?

ERICH, sorprendido, se levanta quitándose los guantes y dejando en el suelo las tijeras de podar. Se acerca a la cancela.

ERICH: (hablando español con marcado acento alemán)

Sí, soy yo. ¿Qué desea?

El SOLDADO ESPAÑOL #2 le saluda militarmente y le entrega, a través de los barrotes de la verja, el paquete que llevaba bajo el brazo y un sobre. ERICH coge ambas cosas y, dándole vueltas, ve que no llevan remite. Se pone el paquete bajo el brazo. Vemos a HELENA mirando a través de la ventana del salón a Erich y al soldado.

ERICH: (con acento alemán) Pero, perdone soldado, esto no lleva remite. ¿Quién lo envía?.

El SOLDADO ESPAÑOL #2 hace un gesto que da entender que algo se le estaba olvidando y comienza a buscar, nervioso, entre los bolsillos de su guerrera.

SOLDADO ESPAÑOL #2: (con acento andaluz) Zí zeñó, me han dicho que le diga algo, que le diga. Esperece un momentito po favó.

EL SOLDADO ESPAÑOL #2 continua buscando algo entre sus bolsillos, ahora entre los de su pantalón y, finalmente, encuentra en uno de los bolsillos un trozo de papel arrugado. Lo mira detenidamente.

SOLDADO ESPAÑOL #2:

Zí zeñó, me dicen que le diga: Joye, y na má.

ERICH: (extrañado) Perdón, soldado, no entiendo lo que me quiere decir, me deja ver lo que tiene escrito ahí.

El SOLDADO ESPAÑOL #2 le mira desconfiado y extiende su brazo entre los barrotes de la cancela mostrándole el papel. Vemos cómo en la nota está escrita la palabra: Hölle.

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ERICH: (aterrorizado) ¡Hölle!

Un escalofrío recorre el cuerpo de ERICH que mira fijamente la nota. No puede creerse lo que pone y agarra fuertemente la muñeca del SOLDADO ESPAÑOL #2 y tira hacia él para poder leerla mejor. No suelta el brazo y durante unos instantes mira la nota con los ojos fuera de sí, fijos. Vemos como a ERICH se le cae el paquete al suelo. ERICH: (con miedo)

No puede ser. Bormann.

Vemos a HELENA como se da cuenta, desde la ventana, que a ERICH le está sucediendo algo. ERICH permanece inmóvil, sin soltar el brazo del SOLDADO ESPAÑOL #2. Está paralizado, como hipnotizado.

SOLDADO ESPAÑOL #2: (asustado) ¿Cómo dice?

ERICH levanta lentamente la mirada del papel y con ojos vidriosos, como sonámbulo, mira al SOLDADO ESPAÑOL #2.

ERICH: (con voz apagada) ¡Schatz!

EL SOLDADO ESPAÑOL #2, perplejo, se suelta de la mano de ERICH de un tirón y se aleja de la cancela creyendo que trata con un loco. EL SOLDADO ESPAÑOL #2 desaparece y ERICH permanece un instante frente a la cancela sin moverse. Vemos a HELENA abriendo la puerta de la casa, instante en el que ERICH se da media vuelta, recoge el paquete del suelo y comienza a caminar lentamente hacia la casa con el paquete bajo el brazo y la carta en la mano contraria. ERICH, sin darse cuenta, pisa sus propios parterres, los que momentos antes cuidaba. HELENA, preocupada camina hacia ERICH.

HELENA: (preocupada) ¿Qué sucede Erich? ¿Qué quería ese soldado?.

ERICH: (hundido) Bormann.

HELENA: (sorprendida)

¿Cómo dices...? ¡No puede ser!.

ERICH: (con voz apagada)

Está vivo Helena, está vivo. Nos ha enviado este paquete y

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ésta carta. El soldado me dio la contraseña: Hölle.

HELENA: Pero..., cómo puede ser, las noticias decían que había muerto al intentar huir de la Cancillería.

ERICH se gira y mira la casa de enfrente. ERICH, ya más tranquilo, coge del brazo a HELENA. ERICH deja el paquete sobre una pequeña mesa del porche de la casa. Los dos se sientan en unas sillas de mimbre. ERICH abre el sobre mientras HELENA le mira atentamente. ERICH lee.

ERICH: (leyendo) " Coronel Tillmann, a pesar de todo, la guerra no ha terminado y el nacional-socialismo está más vivo que nunca. El tesoro de Gisela se encuentra bien, y espero que usted desee que continúe así, pues guardo a su hija a buen recaudo, por supuesto a expensas de su buen proceder. Prepare las obras que en lista aparte le envío y téngalas separadas del resto, en pocos días alguien irá a por ellas. Firmado: M.B. P.D. En el paquete adjunto le envío la condecoración que el Führer concedió a su hijo Viktor y su gorra. Viktor perdió la vida como un valiente defendiendo la Cancillería. Estamos orgullosos, fue un héroe."

ERICH deja caer el brazo con la hoja de papel en su mano. La expresión de su cara es desoladora.

ERICH: (desolado) Pobre hijo mío.

HELENA coge la carta de la mano de ERICH y mira fijamente, con lágrimas en los ojos, el papel. ERICH se deja caer pesadamente hacia atrás en la butaca de mimbre tapándose la cara con sus manos en un gesto de desesperación. HELENA, mecánicamente, rasga el papel que envuelve el paquete y saca primero la condecoración, después la gorra de su hijo.

HELENA: (llorando) ¿Orgullosos...?. No era más que un niño.

HELENA coge la gorra de Viktor y la abraza contra su pecho y comienza a balancearse como si meciera a una criatura.

HELENA: Erich, no era más que un niño... ¿Cuando terminará todo esto?

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ERICH: Helena, no terminará. Esto acaba de comenzar. Ahora lo comprendo. Nuestra misión en España, los cuadros. Están planeando algo, por eso dice que la guerra no ha terminado y que el nacional-socialismo está vivo.

SEC.109.- INT/NOCHE. CHALET DE ATLANTERRA. Vemos a ERICH, envuelto en una nube de humo, sentado delante de una mesa del salón. Fuma mientras estudia un montón de periódicos españoles y extranjeros. A la luz de un flexo lee, con gran interés y, cada cierto tiempo, hace anotaciones en una hoja de papel. A su lado podemos ver también el viejo mapa en el que ha ido señalando la evolución de la guerra desde su llegada a Cádiz.

HELENA: (voz en off) El saber que Bormann estaba vivo impresionó a Erich. Todas sus sospechas sobre el motivo de la misión que nos había sido impuesta renacieron. Nuestra esperanza de que todo había terminado desapareció, pero Erich no se resignaba a ser un simple instrumento de Bormann, algo extraño estaba sucediendo, había muchas cosas que no podían explicarse, no encajaban. Erich comenzó a leer y releer la prensa española y extranjera de todos aquellos meses para intentar encontrar los puntos negros que buscaba.

Alternamos las imágenes de archivo sobre el Mariscal Montgomery con imágenes de ERICH trabajando en la mesa del salón.

HELENA: (voz en off) ¿Cómo pudimos cruzar las líneas inglesas con un salvoconducto del mismo Montgomery? Esa era una de las preguntas que recorría la cabeza de Erich. No era lógico, realmente era antinatural. Erich buscó entre la prensa todo lo referente al Mariscal y encontró ciertas noticias que hacían ver que el comportamiento del famoso militar británico había sido confuso en repetidas ocasiones: Condecorado en la Primera Guerra Mundial, era un hombre pequeño, con poco aspecto marcial, pero de carácter muy enérgico, lo que le capacitaba para el mando. Fue el encargado del desembarco británico en Normandía y era considerado un héroe desde su actuación en Africa e Italia, pero, curiosamente había cometido un error militar muy favorable para nuestra misión. Entre el 19 y 22 de septiembre del 44 recibimos su salvoconducto en Abbeville. En esos mismos días su avance se había detenido sin un motivo claro, lo que supuso la pérdida de miles de hombres y la crítica del alto mando aliado a su pasividad. Nosotros, según el Agente de la GESTAPO que nos acompañaba, habíamos llegado tarde ¿Es que quizá estaban esperándonos?

Alternamos imágenes de archivo de Berlín en llamas rodeado por los ejércitos ruso y aliado, con la recreada del avión de Hanna Reitsch aterrizando en la ciudad, con imágenes de ERICH haciendo anotaciones en el mapa de Alemania, alrededor de

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Berlín.

HELENA: (voz en off) Erich continuó investigando los sucesos que le parecían extraños. Cuál no sería su sorpresa cuando el nombre del Mariscal inglés aparecía de nuevo. En los últimos días antes de la caída de la Cancillería del Reich, el 26 de abril, un avión logró aterrizar en la ciudad, sus ocupantes eran el General Von Greim y la fanática seguidora de Hitler, Hanna Reitsch. Montgomery había cometido su segundo error. Berlín estaba, según la prensa, cercado desde el 24 de abril. Por un lado los rusos, por otro los americanos y, por último, por otra parte, por los ingleses.

Vemos como ERICH dibuja líneas alrededor de Berlín en el mapa. Dibuja un gran circulo alrededor de la ciudad dividida en sectores, como porciones de una tarta.

HELENA: (voz en off) ¿Cómo pudo aquel avión romper el cerco de la ciudad y aterrizar sano y salvo cuatro días antes del suicidio del Führer?. Según la prensa este extraño viaje sólo era para presentar un último saludo a Hitler y para despachar ciertos asuntos militares. Ambas cosas le parecían muy confusas a Erich. Lo curioso era la trayectoria que ese avión había tomado para romper el cerco de la ciudad. Los ingleses se retrasan de nuevo y no llegan a ocupar sus posiciones, paralizados desde nueve días antes, entonces el avión entra en la ciudad. El 28 de abril, casualmente el único día de tregua de todo el asedio, cuatro personas sin identificar abandonan Berlín por el mismo sistema, cruzando de nuevo la porción aérea al cuidado de los ingleses, extrañamente hacia donde no queda ninguna bolsa de resistencia alemana. Poco después la porción se cierra y Berlín queda cercado definitivamente. ¿Por qué se permite ese aterrizaje? ¿Por qué nadie sabe quién viaja de vuelta en ese avión? ¿Por qué sobrevuela siempre la porción a cargo de Montgomery y no otra? Todas esas preguntas no tienen respuesta. Erich sólo pudo encontrar en los periódicos las nuevas críticas aliadas ante la pasividad y lentitud de Montgomery en su avance.

Vemos imágenes reproducidas de Himmler entregándose a las fuerzas inglesas.

HELENA: (voz en off) Rebuscando entre los recortes de prensa todo lo referente a Montgomery, Erich encuentra otro dato extraño. Veintitrés días después de la caída de Berlín, el mismo Himmler, jefe de la GESTAPO y las SS, el más importante criminal de la guerra y aquel que conocía todas las misiones secretas planificadas por Hitler, pasa disfrazado del Berlín ocupado por los rusos y se entrega a las tropas inglesas. Según la prensa pide entrevistarse con el Mariscal Montgomery. Se le registra

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minuciosamente y se le retiene a la espera del Mariscal. Poco después Himmler aparece muerto. Se ha suicidado con una cápsula de cianuro. ¿Por qué se suicida después de arriesgar la vida cruzando las líneas rusas y habiendo pedido explícitamente una entrevista con Montgomery? No es lógico, pero es otra pregunta sin respuesta.

Vemos como ERICH, recoge un poco la mesa, se levanta, con un cigarrillo en la mano, se acerca a la ventana del salón, está amaneciendo. ERICH se queda con la mirada fija en la recién ocupada casa de enfrente. Vemos la casa de enfrente.

HELENA: (voz en off) Era curioso como la brillante y perfecta carrera militar de Montgomery sólo tenía dos fallos, curiosamente todos beneficiosos para alguien, pero para quién, ¿Por qué se nos dio aquel salvoconducto? ¿Quiénes viajaban en aquel avión cuando despegó de Berlín? ¿Cómo había escapado Bormann del bunker de la cancillería?. Erich estaba convencido que la misión que habíamos comenzado hacía un año era una pieza clave de una complicadísima red. Una trama que su fin primordial era el exilio del propio Hitler a cambio de que la guerra terminase de una vez. En ella estarían implicados alemanes y aliados. Ese final estaba pactado de antemano y a Hitler se le dio una salida. La prueba de todo ello es que desde el primer día de la ocupación de la Cancillería se buscó el cadáver de Hitler. Stalin fue el que más empeño puso en encontrarlo, pero jamás se encontraron sus restos, ni los de Eva Braun y, por supuesto los de Martin Bormann.

SEC.110.- INT/DIA. GARAJE. CHALET DE ATLANTERRA. Vemos a ERICH bajando embalajes de cuadros de los camiones. Tiene la lista de los cuadros que Bormann le ha enviado. Los va separando y cargando en uno de los dos camiones.

HELENA: (voz en off) Mientras tanto, no nos quedaba otro remedio que obedecer tajantemente las órdenes de Bormann. Tenía en su poder a nuestra hija como rehén y sin desearlo nos veíamos obligados a colaborar con ese extraño montaje que Bormann, los aliados, y el misterioso vecino de enfrente, habían planeado minuciosamente.

SEC.111.- INT/DÍA. LABORATORIO. MUSEO DE CADIZ. Vemos a HERMANN, vestido con una bata blanca, restaurando delicadamente un ánfora antigua.

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HELENA: (voz en off) Tan sólo Hermann permanecía al margen de lo que nos estaba sucediendo. Hasta que un día, cuando estaba trabajando en el laboratorio del museo, restaurando un ánfora de un conocido aristócrata gaditano, el Conde Luna, éste apareció por el laboratorio.

Se oyen golpes llamando a la puerta del laboratorio del museo. HERMANN, sin levantar la cabeza, mientras restaura el ánfora.

HERMANN: Adelante.

La puerta se abre y entra un hombre de mediana edad, impecablemente vestido, que se quita el sombrero. HERMANN levanta su cabeza y se dirige al CONDE LUNA..

HERMANN: Conde Luna, ¡buenos días!. Precisamente estaba terminando de restaurar su ánfora. Todos los trozos han encajado perfectamente. Creo que casi no se notará la restauración cuando la limpie.

El CONDE LUNA se acerca y mira detenidamente el ánfora.

CONDE LUNA: (con admiración) Magnífico trabajo señor Tillmann. Claro que a partir de ahora le encargaré al director que sea usted quién restaure todas las piezas de mi colección. Ya me advirtió el director que es usted un fuera de serie. Me comentó la labor de investigación que ha comenzado para el museo.

HERMANN:

Muchas gracias señor Conde, pero realmente disfruto haciendo mi trabajo y no me supone ningún esfuerzo. Estaría encantado de conocer el resto de su colección, puede aportarme nuevos datos para la investigación que llevo sobre la zona de Cádiz.

CONDE LUNA:

¡Hombre!, pues mañana mismo puede tener la oportunidad de conocerla. Además usted es alemán y creo que nadie pondrá ningún reparo.

HERMANN: Perdone, señor Conde, pero no le entiendo. ¿Qué tiene que ver mi condición de alemán con conocer su colección?.

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CONDE LUNA: No hijo, no me malinterpretes, no tiene nada que ver. Me he explicado mal. Resulta que mañana por la noche doy una fiesta en mi cortijo. A ella asistirán muchas autoridades políticas y militares y creo que un arqueólogo puede hacerlo todo más ameno. ¿Qué le parece.

HERMANN: (extrañado y sorprendido)

Bien... estaré encantado de asistir a su fiesta y poder ver su colección.

CONDE LUNA:

Perfecto entonces, le espero mañana sobre las nueve de la noche en mi cortijo.

El CONDE LUNA, saca del bolsillo de su chaqueta una tarjeta de visita y anota algo en ella, la firma y se la entrega a HERMANN.

CONDE LUNA: Tenga señor Tillmann, aquí tiene la dirección del cortijo y le he puesto una nota para que mi capataz le deje entrar, no obstante le dejaré dicho que irá usted. Jacinto, mi capataz, es un poco burro y es capaz de no dejar entrar al mismísimo alcalde si antes no se lo he dicho yo, además no estará él solo en la puerta, habrá más de un soldado vigilando la entrada. La fiesta es muy importante. Bueno ahora me tengo que marchar. Debo organizar algunas cosillas aún. Le repito la enhorabuena por su trabajo. ¡Hasta mañana entonces!

HERMANN: Gracias señor Conde. ¡Hasta mañana!

EL CONDE LUNA se pone el sombrero y sale del laboratorio. Vemos a HERMANN continuando con la restauración del ánfora, levanta su cabeza pensativo. HERMANN baja su cabeza y continua la restauración. Instantes después mira su reloj. Se ha hecho tarde e inmediatamente se levanta. Se quita la bata y la cuelga en un perchero. Abre una taquilla. Coge su chaqueta y sale del laboratorio. SEC.112.- EXT/DIA. CALLES Y PUERTO DE CÁDIZ. Vemos a HERMANN salir del museo. Comienza a caminar por la calle. Al cruzar una calle HERMANN ve pasar, reconociéndolo, uno de los camiones con los que él y sus padres llegaron a Cádiz. HERMANN, extrañado, mira el camión. Lo sigue con su mirada. HERMANN acelera su paso para seguirle. Ve como el camión dobla una esquina y lo pierde de vista. HERMANN echa a correr hasta la esquina y ve al camión meterse en las

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instalaciones del puerto. HERMANN, andando a buen ritmo pero sin correr, entra en el puerto. HERMANN ve, en uno de los muelles, el camión detenido junto a un gran barco. HERMANN se detiene a unos cuarenta metros del camión y lo observa con disimulo. unos SOLDADOS ESPAÑOLES abren el portón trasero del camión. Comienzan a descargar los embalajes. HERMANN reconoce los embalajes marcados con unos números y la esvástica. UNOS CARGADORES DEL PUERTO los van colocando en una grúa del muelle y ésta los va depositando en el barco. Otros SOLDADOS ESPAÑOLES armados vigilan alrededor del camión. HERMANN avanza unos pasos hasta que ve, sorprendido, que ocultos por el camión, se encuentran dos OFICIALES DEL EJERCITO ALEMAN uniformados charlando con EL CORONEL del campo militar de Atlanterra, el mismo que les recibió la noche en la que llegaron. HERMANN retrocede unos pasos para no ser visto y para disimular su presencia se acerca a un grupo de DESCARGADORES del puerto que sentados en la sobra de un edificio descansan sobre unas cajas de madera. HERMANN se acerca al grupo de DESCARGADORES. Saca de su chaqueta una cajetilla de cigarros, saca un cigarro y se lo pone en la boca.

HERMANN: ¿Me podrían dar fuego?

Uno de LOS DESCARGADORES saca de su bolsillo un encendedor de mecha, le da a la chispa y sopla la mecha. Una vez prendida alarga su brazo, sin levantarse, hacia la boca de HERMANN. HERMANN le coge la mano y prende el cigarro. Desenfadadamente se sienta junto a ellos a la sombra y les ofrece tabaco.

HERMANN: Aquí si que se está bien. Una buena sombra. ¿Quieren un cigarro?

Uno de los DESCARGADORES coge la cajetilla de tabaco que HERMANN les ha ofrecido. Mientras tanto HERMANN no deja de mirar como descargan los embalajes del camión. El DESCARGADOR#1 mira la marca de la cajetilla. DESCARGADOR #1:

Hombre, buen tabaco. De eztos no ze ven por aquí.

El DESCARGADOR #1 sonríe pícaramente mirando a sus compañeros.

DESCARGADOR #1: (pícaramente) ¿Me deja usté que coja otro pa despué?

Vemos a HERMANN sentado junto a los DESCARGADORES. Al fondo se ve como la grúa sube los embalajes al barco.

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HERMANN: (amigablemente) Muchos militares hay hoy por el puerto.

DESCARGADOR #1:

¡Puf!. Hazi llevamo má de una zemana, hay trabajo pa repartí. Ezte e er quinto camión que ze degcarga hoy. Ha nozotro no ha tocao lo do primero y con ezo tenemo baztante pa comé hoy, tampoco hay que matarze a trabajá.

DESCARGADOR #2: Zí Manue, pero ezto ze noz acaba ya. Ezte barco ez el último y ze va pa Argentina pasao mañana.

HERMANN: (indagando) Y los demás barcos también iban para Argentina.

DESCARGADOR #2: (pícaramente)

Zí zeñó, to van pa yá. Hombre me podía da uste también un zigarrillo a mí.

HERMANN saca la cajetilla y le ofrece el cigarro al DESCARGADOR #2.

DESCARGADOR #2: Mucha grazia zeñó.

HERMANN: Y siempre cargan tantas cajas alemanas.

DESCARGADOR #1: ¿Caja zolo?. Y un montón de alemanes tras ellas. Unas horas ante de zarpa el barco se pone ezto de paizanos zuyo que pareze una feria, tos pa la Argentina. ¿Uzte también ze va?. Por que uzte es alemán también, zi no me equivoco.

HERMANN se incorpora.

HERMANN: No, no se equivoca. Yo también soy alemán.

HERMANN echa un último vistazo a la carga del barco y ve cómo el CORONEL del campo de Atlanterra muestra un documento a los OFICIALES ALEMANES. Uno de ellos firma el documento. EL CORONEL les saluda militarmente y se acerca al camión, ya descargado. UN SOLDADO ESPAÑOL#3 cierra el portón trasero y después ocupa el asiento del conductor y EL CORONEL ocupa el asiento del acompañante. El camión arranca y el CORONEL vuelve a saludar desde el camión en movimiento a los OFICIALES ALEMANES.

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El camión va pasar junto a Hermann y EL CORONEL ocupa el lado más próximo al pasar junto a HERMANN y los DESCARGADORES del puerto que están junto a él. HERMANN, rápidamente, para no ser reconocido por el CORONEL, se da media vuelta y sacando la cajetilla de tabaco ofrece cigarros a los DESCARGADORES. Los DESCARGADORES, aprovechan que HERMANN está mirando fijamente y de reojo al camión que en ese momento sale del puerto, y cogen casi todos los cigarros de la cajetilla ansiosamente. FUNDIDO EN NEGRO SEC.113.- EXT/ANOCHECER. PORCHE. CHALET DE ATLANTERRA. HELENA está en el porche recogiendo y ordenando un poco. Por delante de la casa pasa un gran coche negro con escolta militar motorizada. HELENA se queda mirando como el coche para delante de la casa de enfrente. HELENA:

Erich, corre, sal a ver esto.

ERICH se asoma a la puerta principal. Ambos se quedan mirando como del coche oficial desciende el mismo GENERAL FRANCO, y se encamina a la entrada de la casa.

ERICH: ¿Te das cuenta Helena? No hay duda. Tiene que estar en esa casa, Franco no vendría a ver a cualquiera.

HELENA mira a ERICH.

ERICH: Todo está relacionado, esta mañana se llevan los cuadros, ahora esto...

ERICH se ríe irónicamente.

ERICH: (irónico) La vida está llena de ironías... quién me iba a decir que después de haber ayudado a planear su muerte, iba a ser yo mismo quien le ayudara a escapar. ¡Ja!

Vemos como se encienden las luces de la casa de enfrente. FUNDIDO CON LAS LUCES SEC.114.- EXT/NOCHE. CORTIJO DEL CONDE LUNA. El cortijo se encuentra iluminado. HERMANN llega a la entrada principal de la finca.

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Hay una gran animación. Se escucha a lo lejos música flamenca. La casa está llena de grandes coches aparcados por todas partes. Un SOLDADO ESPAÑOL#4 pide a HERMANN su invitación. HERMANN rebusca en los bolsillos de su chaqueta y le entrega la tarjeta de visita del Conde Luna. El SOLDADO ESPAÑOL#4 coge la tarjeta, la observa unos instantes, duda, se acerca al CAPATAZ, y hablan. EL CAPATAZ hace un gesto afirmativo al ver la tarjeta de visita del Conde Luna. EL SOLDADO ESPAÑOL #4 regresa.

SOLDADO ESPAÑOL#4:(saludando militarmente) Todo está en orden, puede usted pasar.

HERMANN cruza la puerta principal y se acerca al cortijo. SEC.115.- INT/NOCHE. CORTIJO DEL CONDE LUNA. HERMANN entra en el cortijo. La casa está llena de invitados elegantemente vestidos para la ocasión, mujeres en traje de noche, hombres de esmoquin, militares españoles uniformados, con condecoraciones, y lo más sorprendente: gran número de oficiales alemanes, del ejército y de las SS. El CONDE LUNA, vestido con esmoquin, se acerca a HERMANN. Le da la mano.

CONDE LUNA: Sr. Tillmann, me alegro que haya podido venir.

HERMANN: Muchas gracias a usted por invitarme Sr. Conde.

CONDE LUNA:

Como ve la fiesta es muy animada, hay muchas personas interesadas en conocerle.

HERMANN no sale de su asombro y no deja de mirar a un lado y a otro. Mientras habla con el CONDE LUNA.

HELENA: (voz en off) Hermann estaba asombrado del gran número de oficiales y personalidades alemanas que asistían a aquella fiesta. Lo que Hermann no sabía es que el Conde Luna había organizado una gran fiesta de despedida. Se trataba, tal y como habían dicho los descargadores del puerto, del último barco cargado con tesoros y militares alemanes, que partía hacia Argentina. Los más importantes cargos alemanes refugiados en España partirían en aquel barco. Muchos de ellos, habían cambiado sus nombres en España para llegar a Argentina bajo una nueva identidad. Hermann pudo reconocer a más de uno.

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El CONDE LUNA agarra por el brazo a HERMANN y le hace adentrarse en la fiesta.

CONDE LUNA: Los trabajos que van a iniciar han creado una gran expectación.

HERMANN asiente con la cabeza sin dejar de mirar a los lados. Sobre un improvisado escenario, un CUADRO FLAMENCO toca, canta y baila. El CONDE LUNA acerca a HERMANN a un grupo de INVITADOS. HERMANN coge una copa de la bandeja que un CRIADO le ofrece. EL CONDE LUNA le presenta a HERMANN algunas personas.

CONDE LUNA: Le presento al Sr. León Degrelle, un amante del arte y la arqueología.

DEGRELLE, un hombre de unos cuarenta años, de pelo castaño, vestido con un esmoquin blanco.

DEGRELLE: (sonriendo) Encantado.

Vemos a HERMANN hablando con DEGRELLE.

HELENA: (voz en off) León Degrelle, General de las SS, hijo predilecto de Hitler, no se marchó a Argentina, ni ocultó su nombre hasta 1954, cuando los cazanazis comenzaron su búsqueda en España. A partir de entonces, bajo la identidad de José de Ramírez Reina y protegido por el régimen de Franco, pudo vivir tranquilo en una casa residencial en Marbella, rodeado de lujo, obras de arte y, por supuesto, arqueología.

HERMANN gira la cabeza observando la fiesta mientras el CONDE LUNA habla con DEGRELLE. HERMANN reconoce a un OFICIAL DE LA SS, vestido con uniforme negro que conversa con un MILITAR ESPAÑOL. Vemos al OFICIAL DE LA SS reír con el MILITAR ESPAÑOL Y la cara de sorpresa de HERMANN al reconocerlo.

HELENA: (voz en off) Aquel hombre de la SS, era el máximo responsable de la llamada "Solución Final", el exterminio de gitanos y judíos: Adolf Eichmann. Eichmann escapó de Berlín a través del Vaticano que le facilitó un salvoconducto de la Cruz Roja. De España se marchó en ese barco a la Argentina bajo la identidad de Ricardo Climent. Pero en 1960 los comandos del Mosad israelí le encontraron y lo secuestraron. Después lo

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trasladaron a Israel y lo juzgaron. Fue condenado a muerte y ahorcado en 1962.

HERMANN está ensimismado mirando a ADOLF EICHMANN, el CONDE LUNA llama su atención.

CONDE LUNA: Hermann, que le parece si aprovechamos un momento y le enseño algunas de las piezas de mi colección.

HERMANN: Cómo no, encantado.

EL CONDE LUNA acompaña a HERMANN hasta una vitrina a un extremo del mismo salón. EL CONDE LUNA abre la vitrina. En el interior de la vitrina podemos ver piezas arqueológicas de cerámica, bronces, piezas de oro y una colección de sortijas metidas en una caja cuidadosamente colocadas. EL CONDE LUNA coge la caja de sortijas. HERMANN deja la copa en una mesa y coge una de las sortijas contemplándola detenidamente.

HERMANN: Es una sortija muy interesante, con chatón decorado giratorio. Demuestra el interés de los Tartessos por las joyas y los objetos de adorno. Por cierto, tiene unas interesantes incrustaciones...

HERMANN coloca la sortija delicadamente en su sitio.

HERMANN: Es una extraordinaria colección. (pausa)

HERMANN se queda mirando algunas piezas de la vitrina.

HERMANN: (curioso) ¿Puede enseñarme ese amuleto con cabeza de serpiente?

EL CONDE LUNA lo coge.

CONDE LUNA: (orgulloso) Claro, es una de mis piezas favoritas.

EL CONDE LUNA, con el amuleto en su mano abierta, lo enseña.

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CONDE LUNA: Representa una divinidad, pero no sé cuál es.

HERMANN lo coge y mira detenidamente.

HERMANN: (erudito) Sí, es una divinidad hacthórida, con la diosa de la fecundidad. Fue uno de los cultos más arraigados de esta zona unos mil años antes de Cristo. Una verdadera joya digna de saber cómo ha llegado a sus manos, señor Conde.

CONDE LUNA:

No lo recuerdo muy bien, pero creo que, como casi todas han aparecido por la zona de Chiclana y Sanctipetry. Según me dice un anticuario al que le compro casi todo, la mayor parte de las piezas aparecen enganchadas entre las redes de los pescadores. ¿No es allí donde piensa usted hacer las prospecciones en busca de un Templo sumergido?

HERMANN:

Efectivamente, aunque todavía queda mucho por hacer antes de poder iniciar los trabajos. (pausa) Lo curioso es que en muchas de sus piezas se ven incrustaciones que demuestran nuestras teorías, demuestran las relaciones tan estrechas que debieron existir entre el rey Salomón y el rey de Tartessos, Argantonio.

CONDE LUNA: Desde luego es usted extraordinario, conoce más sobre esta zona y su historia que los españoles mismos. Muchos desconocemos que pueda haber un Templo bajo nuestras aguas.

HERMANN:

Lo hay, se lo aseguro.

De repente oímos un fuerte murmullo en el salón seguido de unos aplausos. EL CONDE LUNA, HERMANN y DEGRELLE, se giran para ver la causa de esa expectación. Vemos una atractiva mujer rubia, vestida con un escotado traje de noche, que ha entrado en la fiesta. Los INVITADOS ALEMANES, principalmente los altos cargos militares, se acercan a ella, le saludan brazo en alto, estrechan su mano con admiración y le felicitan efusivamente. ELLA corresponde a los saludos de los que se le acercan y saluda brazo en alto a aquellos que la saludan a distancia.

CONDE LUNA: Por fin ha llegado.

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EL CONDE LUNA se dirige a HERMANN.

CONDE LUNA: ¿La conoce?. Es un honor tenerla entre nosotros y, usted como alemán, más aún.

HERMANN: (indiferente) Sí, es Hanna Reitsch. La que según dicen aterrizó en la Cancillería para ver al Fürher y salió de allí el día antes de morir Hitler.

EL CONDE LUNA deja la compañía de HERMANN y se acerca a HANNA REITSCH para darle la bienvenida. DEGRELLE, EICHMANN Y EL CONDE LUNA rodean y hablan con HANNA REITSCH mientras HERMANN los observa. HERMANN, con el amuleto de la divinidad tartéssica en la mano y la vitrina abierta de par en par, sonríe e introduce en la vitrina el amuleto. después cierra la vitrina. EL CONDE LUNA hace gestos a HANNA REISTCH señalando a HERMANN, le quiere llevar hasta él para presentárselo. EL CONDE LUNA, junto a HANNA REISTCH, llegan junto a HERMANN. HERMANN sonríe al CONDE LUNA a la vez que mira la vitrina. EL CONDE LUNA, se da cuenta que le había dejado a HERMANN el amuleto y la vitrina abierta. EL CONDE LUNA mira la vitrina y observa el amuleto dentro de ella. Mira a HERMANN CONDE LUNA:

Gracias... Señor Tillmann, le presento a la señorita Reitsch.

HERMANN inclina su cabeza y, caballerosamente, hace el gesto de besarle la mano sin llegar a hacerlo.

HANNA: (seductora) Ya me han comentado, señor Tillmann lo obsesionado que está usted con la búsqueda de ese templo que guarda sus tesoros bajo el mar ¿cómo se llama?

HERMANN: Melkart, templo de Melkart o templo de Hércules, si lo prefiere.

HANNA: (intrigante)

¿Es cierto lo que se dice sobre ese templo?

HERMANN: ¿A qué se refiere?

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HANNA: A qué si realmente fue mandado construir por el Rey Salomón y que dentro de él puede haber aún cantidades enormes de oro y plata.

HERMANN:

Así es, el templo de Melkart fue el más importante santuario de occidente, y si estamos en lo cierto esconde grandes tesoros, más de los que podemos imaginar.

CONDE LUNA: Perdone mi ignorancia Sr. Tillmann, pero ¿espera encontrarlo intacto después de tanto tiempo?.

HERMANN:

El paso del tiempo no ha podido causar mucho daño. Se encuentra bajo el agua, efectivamente, pero está cubierto de arena por todas partes y eso es lo que le ha permitido conservarse durante todo ese tiempo. La arena lo ha protegido. Además, se trata de un templo que Salomón mandó a construir casi a imagen y semejanza del de Jerusalén. Imagínese un edificio de tres plantas, con cincuenta y dos cámaras, que rodean en cada una de ellas a los dos inmensos recintos de culto y que cada cámara es tan sólo de un par de metros con unos muros de más de un metro de grosor. Eso no puede desaparecer de la noche a la mañana.

HANNA: ¿Y ya sabe dónde esta?.

HERMANN: No se lo podría decir con seguridad hasta que no comencemos el trabajo, pero todo nos hace pensar que se encuentra a muy pocos metros de profundidad y no muy lejos de la isla de Sanctipetry. En unas actas del Cabildo de Cádiz de 1731, se dice que en 1704 se habían visto columnas en la zona, y que en 1730 en una gran bajamar quedó al descubierto. Pero la prueba más evidente se registró tras el terremoto de Lisboa de 1755. Este seísmo originó un gran maremoto que hizo que, en bajamar y durante tres días, quedase al descubierto gran parte del templo. Los soldados que estaban en el castillo militar de Sanctipetry extrajeron una colosal estatua de bronce que después, por desgracia, fundieron para hacer cañones pero, se salvó el pie de la estatua, medía metro y medio de largo. Fue rescatado por el almirante Guillermo Terry. Su familia aún lo conserva.

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HANNA: Aunque lo mío es la aviación, escuchándole no me importaría sumergirme con usted para poder ver ese templo y esos tesoros que guarda.

HERMANN: (irónico)

Si no es usted supersticiosa podría entrar ya que existe un maleficio y los únicos que podían entrar en el templo eran los varones. Los sacerdotes tenían prohibida la entrada a las mujeres y a los cerdos. No olvide que ese templo se regía por la religión semita.

HANNA: ¿Por judíos?.

HERMANN:

Sí, por judíos.

HANNA: Creo, entonces, que bajará usted solo. No querría quedar sepultada dentro de ese templo, aunque esperamos que saque usted todos los tesoros que hay dentro. El profesor Schulten me habló de usted y tiene grandes esperanzas.

HERMANN: (irónico) Gracias. Intentaré no defraudarle, sería un gran descubrimiento para la humanidad.

HANNA:

¿Para la humanidad?. Querrá decir para el nacional-socialismo.

EL CONDE LUNA, que permanece atento a la conversación, mira hacia la parte superior del salón. Vemos, tras una columna de las que rodea la parte alta del salón a MARTIN BORMANN, vestido de paisano y con bigote. MARTIN BORMANN hace señas al CONDE LUNA para que llame la atención de HANNA REITSCH. EL CONDE LUNA llama la atención de HANNA REITSCH con su mirada señalándole la parte superior del salón. HANNA REITSCH se da cuenta y mira hacia la planta superior. HERMANN está de espaldas al lugar donde se encuentra BORMANN pero advierte algo extraño en el comportamiento del CONDE y de HANNA. BORMANN hace una señal con su mano a Hanna contundente y autoritaria para que suba inmediatamente HERMANN, extrañado, se gira y mira hacia arriba. HERMANN se queda con su mirada clavada en BORMANN, lo ha reconocido y su rostro palidece. BORMANN se ha dado cuenta que HERMANN le ha mirado y reconocido y desaparece rápidamente tras la columna. HANNA, violenta, alarga su mano para despedirse de HERMANN.

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HANNA: (violenta y con prisa)

Lo siento, me hubiera encantado continuar la conversación Erich, pero debo marcharme.

HERMANN, cogiéndole la mano.

HERMANN: (sarcástico) Hermann, Erich es mi padre, no yo.

HANNA se sonroja ante su error y suelta la mano de HERMANN, y más violenta se aleja precipitadamente. EL CONDE LUNA se queda mirando a HERMANN sin llegar a entender lo que ha sucedido entre HERMANN y HANNA. SEC.116.- INT/AMANECER. CHALET DE ATLANTERRA. ERICH y HELENA están durmiendo. Oímos un gran alboroto. Ruido de motores y griterío de personas. ERICH se despierta sobresaltado y se levanta, agita a su mujer y le hace una señal de que le siga. ERICH y HELENA entran en el salón y se acercan a la ventana. Pueden ver que el ruido procede de la casa de enfrente. SEC.117.- EXT/AMANECER. CHALET DE ATLANTERRA. Vemos un gran número de SOLDADOS corriendo de un lado para otro. Un camión militar tiene el motor en marcha. Un gran coche oficial también. Todos montan guardia alrededor de la casa. Un OFICIAL se da cuenta de la presencia de los TILLMANN en la ventana. Con un gesto les señala. Vemos como ERICH aparta a HELENA de la ventana. El OFICIAL da unas órdenes. OFICIAL:

Me cago en la leche. Vosotros, me quiten esa gente de la ventana, ¡Joder!

TRES SOLDADOS corren hacia la casa, cruzan el jardín e irrumpen violentamente en el interior. SEC.118.- INT/AMANECER. CHALET DE ATLANTERRA. Los TRES SOLDADOS irrumpen violentamente y obligan a los TILLMANN a retirarse de las ventanas y a sentarse.

SOLDADO#3: Rápido, fuera de la ventana. ¡Obedezcan!

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ERICH: Pero... ¿Qué pasa?

Uno de los SOLDADOS le empuja con fuerza y lo sienta en un sillón del salón. Los SOLDADOS les hacen gestos para que se estén quietos. Se oye como los vehículos aceleran y se marchan de la casa de enfrente. HELENA mira asustada a ERICH y a los TRES SOLDADOS. El OFICIAL entra en la casa y saluda militarmente. Hace un gesto con la cabeza a los TRES SOLDADOS para que se marchen. Los TRES SOLDADOS se retiran.

OFICIAL: Perdonen las molestias. ¡Buenos días!

El OFICIAL se marcha cerrando la puerta que ya no encaja. ERICH se levanta lentamente y se acerca a la ventana. Vemos como el OFICIAL sube al camión lleno de SOLDADOS y se marcha. Vemos como unos SOLDADOS cierran la casa de enfrente con cadenas y candados. SEC.119.- INT/DIA. SALA. MUSEO DE CADIZ. Vemos a HERMANN trabajando en una de las salas de museo clasificando piezas arqueológicas. Un HOMBRE#2, vestido de calle, se acerca a él.

HOMBRE #2: ¿Es usted Hermann Tillmann?

HERMANN da un brinco asustado. No le ha visto venir.

HERMANN: Vaya susto me ha dado, sí soy yo, ¿Qué desea?

HOMBRE #2

Traigo este sobre para usted.

HERMANN recoge el sobre y percibe que el sobre no lleva remite.

HERMANN: ¿Quién lo envía?

HOMBRE #2: (seco) Hölle.

HERMANN, intrigado, mira fijamente al HOMBRE#1.

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HOMBRE #2: Lea la carta, he de llevarme una respuesta.

HERMANN asiente con la cabeza, abre el sobre y comienza a leer. Su rostro es de preocupación, pero según lee su cara es de sorpresa y agitación. HERMANN:

Dígale que sí, que estaré preparado esta misma tarde.

SEC.120.- EXT/TARDE. MUSEO DE CADIZ. HERMANN espera de pie, inquieto, delante de la entrada principal del museo. Un coche se para delante. Un HOMBRE#1 desciende del vehículo y abre la puerta trasera.

HOMBRE#2: Suba, rápido.

HERMANN obedece y entra en la parte posterior del coche. Vemos como el HOMBRE#2 cierra la portezuela y sube delante, al lado del CONDUCTOR#2. SEC.121.- INT/TARDE. COCHE. El coche arranca. Vemos como dentro del coche un HOMBRE#3, sentado detrás, le coloca una capucha a HERMANN. Mientras le coloca la capucha la chaqueta del HOMBRE#3 se descoloca dejando ver una pistola.

HERMANN: Pero...

HOMBRE#3:

Tranquilo y no haga preguntas.

Vemos las manos de HERMANN moviéndose nerviosamente. SEC.122.- EXT/TARDE. CARRETERAS. Vemos el coche circulando por carreteras y caminos comarcales de Cádiz. El coche pasa cerca de una pequeña granja. Vemos las gallinas apartándose al paso del vehículo. Oímos el ruido de las gallinas mezclado con el ruido del motor del vehículo. Vemos como HERMANN gira su cabeza encapuchada intentando identificar los sonidos. SEC.123.- EXT/ATARDECER. CAMPO DE OLIVOS. El coche se detiene. El HOMBRE#2 y el HOMBRE#3 ayudan a HERMANN a bajar del coche y le

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retiran la capucha de la cabeza. HERMANN parpadea intentando acostumbrar sus ojos a la luz. Frente a HERMANN aparece un campo de olivos simétricamente plantados. Un paisaje indeterminado de los miles existentes en cualquier lugar de Andalucía. El HOMBRE#2 señala un coche negro, a unos cincuenta metros, entre unos olivos. HOMBRE#2:

Camine hacia allí, le están esperando.

HERMANN mira al HOMBRE#2, duda.

HOMBRE#2: (tajante) Camine.

HERMANN comienza a andar alejándose del coche. Mira hacia atrás. El HOMBRE#2 y el HOMBRE#3 están apoyados en el coche. HERMANN continua acercándose al otro vehículo. Vemos como la puerta trasera del coche negro se abre. HERMANN se detiene. Vemos unas piernas de mujer saliendo. Una MUJER vestida con un vaporoso vestido blanco comienza a andar hacia HERMANN. Vemos el rostro de HERMANN, sorprendido, emocionado.

HERMANN: (emocionado). ¡¡Gisela!!

HERMANN echa a correr hacia ella. Se funden en un fortísimo abrazo. Vemos como las lágrimas caen por las mejillas de HERMANN.

HERMANN: (emocionado). ¡Dios mío, Gisela...! ¿Cómo... estás? Estábamos tan preocupados, yo no sabía... pero

GISELA: (tranquila) Espera Hermann, no tenemos mucho tiempo y tengo que decirte muchas cosas. Ven.

GISELA coge a HERMANN por el brazo y camina con él entre los olivos.

GISELA: Escúchame Hermann, Bormann quería que me vieras para que Papá y Mamá sepan que estoy bien. Si saben que estoy viva no podrán desobedecerle...

HERMANN: Pero y tú...

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GISELA: (firme) ¡Escúchame Hermann! Eso no tiene importancia. Bormann te vio en la fiesta de ayer...

HERMANN: (despectivo)

Lo sé, yo también le vi.

GISELA:

Sí, se dio cuenta, pero tú no tenías que haber estado en aquella fiesta, fue un error y viste gente que no debías haber visto. Nadie debe saber que están en España. Ahora eres un peligro para él.

HERMANN: Pero yo, según Papá, vine aquí por orden suya...las prospecciones...

GISELA:

Hay cosas mucho más importantes Hermann, no puede permitir que nadie sepa lo que está ocurriendo.

HERMANN:

¿Pero qué está ocurriendo? El puerto está lleno de alemanes y no paran de cargar cosas en un barco, incluso algunos cuadros de los que trajimos.

GISELA: Ya sabes demasiado Hermann, no puedo contarte más, es demasiado importante. Vete, desaparece de Cádiz antes de que Bormann decida que no le eres útil, aquí corres peligro.

HERMANN:

¿Papá, Mamá? No puedo dejarles solos aquí.

GISELA:

Ellos no corren peligro mientras obedezcan las órdenes de Bormann. Pero no debes ir a verles, simplemente vete.

HERMANN: Pero no puedo desaparecer sin más, les rompería el corazón, soy lo único que les queda.

GISELA:

Quedándote no les ayudas en nada, es tu vida Hermann, no la

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arriesgues con Bormann.

HERMANN se queda callado, desolado. Aprieta el brazo de GISELA mientras siguen caminando.

HERMANN: ¿Y tú? ¿Cómo estás?

GISELA: (triste) Me cuidan bien, no me falta de nada.

HERMANN mira los ojos de GISELA. Vemos que tienen una expresión de profunda tristeza. HERMANN abraza de nuevo a GISELA.

HERMANN: Gisela, mi hermanita...

HERMANN se separa de GISELA y siguen caminando.

HERMANN: ¿Sabes que Viktor...?

GISELA: Sí, fue completamente feliz, era lo que deseaba hacer, estaba convencido hasta el final.

HERMANN: (con odio) Le mataré, te juro Gisela que algún día le mataré con mis propias manos por lo que nos ha hecho.

GISELA mira a HERMANN intensamente sin decir nada. Vemos como HERMANN y GISELA caminan entre los olivos mientras el sol se va poniendo en el horizonte. El HOMBRE#2 se acerca a HERMANN y GISELA.

HOMBRE#2: Señorita, debe marcharse ya.

GISELA abraza a HERMANN y le da un beso en la mejilla.

GISELA: No te preocupes por mi, estaré bien, pero, por favor, recuerda lo que te he dicho.

HERMANN estrecha a GISELA entre sus brazos. GISELA se aleja caminando hacia el coche negro, que pone el motor en marcha.

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HOMBRE#2: Debemos irnos.

FUNDIDO EN NEGRO SEC.124.- INT/DIA. CHALET DE ATLANTERRA. Vemos como el CORONEL habla con ERICH y HELENA. HELENA está sentada con la cara tapada con las manos. ERICH de pie, escucha al CORONEL mientras aprieta sus manos en los hombros de HELENA. Tiene la mirada perdida y no reacciona.

HELENA: (voz en off) El Coronel de campo nos dio la noticia de forma oficial. Hermann había muerto mientras buceaba en busca de piezas arqueológicas. Ni siquiera habían podido encontrar el cuerpo a causa de las fuertes corrientes de aquella zona. Aquella noticia fue demasiado para nosotros, después de todo lo que habíamos pasado estábamos solos, habíamos perdido a nuestros tres hijos por culpa de aquella odiosa misión que nunca habíamos deseado hacer.

SEC.125.- EXT/DIA. PORCHE. CHALET DE ATLANTERRA. Vemos a ERICH sentado en su butaca de mimbre con una manta tapándole las piernas. La mirada perdida en el horizonte. Se le puede ver prematuramente envejecido.

HELENA: (voz en off) A partir de entonces la soledad fue nuestra única compañera. Lo peor fue que Erich se convirtió en un hombre silencioso y triste, se culpaba de todo lo que había sucedido sin que él hubiera hecho nada por evitarlo. Todos aquellos sucesos minaron su resistencia, física y moral, no tenía valor para enfrentarse con la realidad.

Vemos como HELENA sale al porche, remete la manta por los lados de la butaca y hace una caricia a ERICH. ERICH mira a HELENA, pero vuelve a perder su mirada en el infinito. HELENA entra en la casa. ERICH saca del bolsillo de su chaqueta de lana una foto. ERICH mira la foto, luego mira de nuevo el horizonte. Vemos como la mirada de ERICH es de inmensa fatiga. Vemos como el brazo derecho de ERICH se relaja y cae a un lado de la butaca, de su mano cae la foto al suelo. Vemos que se trata de la foto del cumpleaños de Hermann, donde podemos ver a toda la familia unida.

HELENA: (voz en off) Erich se fue encerrando cada vez más en sí mismo. No podía vivir bajo el peso de su conciencia y se fue apagando hasta

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que un día su corazón no pudo más y las fuerzas le abandonaron.

SEC.126/1.- EXT/DIA. JARDIN CHALET DE ATLANTERRA (1945-1947) Vemos a HELENA cuidando los parterres que había plantado ERICH.

HELENA: (voz en off) Después de la muerte de mi marido me quedé completamente sola. Lo había perdido todo. La vida se convirtió en una total monotonía, un dejar pasar los días. Tan sólo me quedaba mi hija Gisela, sabía que en manos de Bormann, pero al menos estaba viva y la idea de volverla a ver algún día era lo que mantenía mi esperanza.

SEC.126/2.- EXT/DIA. CHALET DE ATLANTERRA. Vemos a Helena junto a la cancela de la entrada al jardín de la casa recibiendo una carta de un SOLDADO#4. HELENA abre la carta y lee. SEC.126/3.- INT/DIA. GARAJE. CHALET DE ATLANTERRA. Vemos a HELENA sacando del camión unos embalajes. SEC.126/4.-, EXT/DIA. CHALET DE ATLANTERRA. Vemos a HELENA entregando junto a la puerta de entrada al jardín del chalet dos embalajes a un HOMBRE #4.

HELENA: (voz en off) Lo único que cambió fue mi relación con Bormann y la misión que se nos encargó. Los comunicados de Bormann llegaban muy de vez en cuando, pero en ellos, además de ordenarme la entrega de unos cuadros en concreto, se me informaba del buen estado de Gisela.

SEC.126/5.- EXT/DIA. PORCHE. CHALET DE ATLANTERRA. (1947) Vemos a HELENA sentada en una de las butacas de mimbre leyendo. Vemos UN SACERDOTE, vestido con sotana y sombrero de cura, acercándose a la cancela de entrada del jardín. Lleva un libro y unos rollos de papel en las manos.

HELENA: (voz en off) Dos años más tarde, en 1947, la zona de Atlanterra dejó de ser tan restringida y la zona del monte donde estaban los chalets dejaron de ser zona militar, pero para salir de allí había que hacerlo por zona militarizada y el único camino pasaba por atravesar el campamento militar y, por supuesto, el control. De cualquier forma Bormann me tenía prohibido salir de allí por lo que yo continuaba presa en aquella cárcel en la que para mi se había convertido aquel maravilloso chalet con vistas al mar.

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A pesar de todo, la soledad se vio interrumpida por la extraña visita de un sacerdote. Fue la primera visita que tuve en dos años.

SACERDOTE: (en voz alta)

¡Buenos días señora!. Podría decirme si Erich Tillmann vive aquí.

HELENA levanta la cabeza, deja el libro sobre la mesa y se levanta acercándose al SACERDOTE que se encuentra tras la cancela de entrada al jardín.

HELENA: Sí Padre, Erich Tillmann era mi marido, falleció hace ya dos años. Yo soy Helena Tillmann. ¿Qué desea?.

SACERDOTE: Querría hablar un momento con usted. ¿Me permite pasar?.

HELENA: Perdóneme Padre, por supuesto que sí.

HELENA abre la cancela y le invita a pasar. Al atravesar el umbral Helena inclina su cabeza y cogiendo la mano del SACERDOTE le besa la mano. Vemos a HELENA y al SACERDOTE atravesar el jardín hasta llegar al porche. HELENA hace un gesto al SACERDOTE invitándole a sentarse. El SACERDOTE se quita el sombrero y lo deja sobre la mesa a la vez que se sienta en unos de los sillones de mimbre.

HELENA: ¿Desea tomar algo Padre?.

SACERDOTE: Le agradecería un vasito de agua. Subir esta cuestecilla hasta aquí tiene lo suyo y el sol está apretando bien hoy.

HELENA entra en el interior de la casa. Mientras, el SACERDOTE, al dejar el libro y los rollos que traía, sobre la mesa, coge el libro que estaba leyendo Helena, mira el título:"Gramática Castellana", lo abre y lo hojea. Helena aparece con un vaso de agua, se sienta y mira cómo el SACERDOTE se bebe el vaso de agua de un solo trago y lo deja sobre la mesa.

SACERDOTE: (suspirando) Que buena está... Bien hija se preguntará a que he venido y de qué le quiero hablar ¿verdad?.

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HELENA: (aturdida) Lo cierto es que es la primera visita que tengo desde hace dos años y ni escucho ni hablo con nadie, excepto con mis plantas y los pájaros. Así que, como comprenderá, estaré encantada de escucharle. Usted dirá Padre.

SACERDOTE: Bien, no quiero angustiarla más. Venía a hablarle de su hijo Hermann.

HELENA: (sorprendida) ¿De mi hijo Hermann?. Mi hijo murió también. ¿Qué me puede usted contar de él?.

SACERDOTE:

Tengo que comunicarle que su hijo no está muerto.

La cara de HELENA se transforma y queda perpleja.

HELENA: (perpleja) ¿Cómo dice Padre?

SACERDOTE: Lo que le he dicho. Su hijo no murió. Tuvo que simular su muerte antes de marcharse de España para que no le persiguiesen. Acudió a mi parroquia y me contó todo lo que le había sucedido a él, también a ustedes desde que salieron de Berlín con esa misión que les encargaron y lo de su hija Gisela. El mismo día que se disponía a marcharse a Marruecos me lo contó todo, me entregó éste diario y éstos rollos de mapas. Cuando pudiera se lo debía entregar a usted. No quería que nadie pudiera sacar provecho de ellos.

Vemos a HELENA y al SACERDOTE sentados en el porche. La noticia de que Hermann esta con vida causa una emoción incontenida en HELENA que se refleja en el brillo de sus ojos.

HELENA: (voz en off) Hermann había simulado su muerte para evitar las represalias de Bormann. El saber que estaba vivo y la compañía de su diario me ayudaron a sobrevivir durante los años siguientes.

Vemos a Helena sentada en el porche de la casa leyendo el diario de su hijo. FUNDIDO EN NEGRO

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SEC.126/6.- EXT/DIA. PORCHE. CHALET DE ATLANTERRA. (1964). Vemos a HELENA más envejecida, con unos sesenta años, con el diario de Hermann entre las manos. HELENA mira la calle. vemos actividad en las casas cercanas. Las cancelas están abiertas, los árboles han crecido. Todo ha cambiado. GENTE (vestida de los años sesenta) pasea por la calle tranquilamente, mientras cruzan algunos coches. En la casa de enfrente algunos NIÑOS juegan en el jardín mientras el PADRE corta el césped. HELENA se levanta lentamente, como hipnotizada, y, poco a poco, avanza hacia la cancela de la calle. Cuando está junto a la cancela mira a través de los barrotes la casa de enfrente y ve a los NIÑOS jugando, gritan y ríen. A su memoria le viene la imagen de sus hijos jugando en el jardín de su casa en Berlín. FUNDIDO SEC.126/7.- JARDÍN DE LA CASA DE LOS TILLMANN EN BERLIN. Vemos imágenes de HERMANN, GISELA Y VIKTOR cuando eran niños jugando al pañuelo en los jardines de su casa en Berlín. FUNDIDO SEC.126/8.- JARDÍN. CHALET DE ATLANTERRA. (1964) Vemos como la mano de HELENA abre lentamente el cerrojo de la cancela que da a la calle y la abre. HELENA se encuentra frente a la puerta abierta inmóvil. Su mirada está fija en la calle. Vemos como HELENA titubeante, muy lentamente, avanza su pie derecho cruzando el umbral de la puerta. Su cuerpo está entre la calle y la casa. HELENA mira a izquierda y derecha de la calle. Por primera vez en dieciséis años parece que pisará la calle. HELENA, emocionada, ve su pie pisando la calle y camina unos pocos pasos calle arriba, da media vuelta y recorre el corto camino de vuelta. Vemos la cara de incredulidad de HELENA. Un MATRIMONIO, que en ese momento pasea por la calle de una edad similar a la de HELENA cruza por delante de HELENA y se queda mirándoles pasmada.

MATRIMONIO: ¡Buenos días!

HELENA: (conmovida y tímida) ¡Buenos días!

El MATRIMONIO pasa de largo y HELENA se queda inmóvil. Un silencio y la satisfacción se refleja en su rostro. De repente oímos un claxon de un coche. Fuerte y muy próximo a HELENA que le asusta y conmueve. HELENA se sobresalta y gira su cabeza viendo un coche negro aparcado justo delante de la cancela de la casa. A tan sólo un par de metros de HELENA. EL HOMBRE DEL SOMBRERO, más joven, baja del coche.

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HOMBRE DEL SOMBRERO: (autoritario)

¡Helena Tillmann!

HELENA retrocede y entra apresuradamente en el jardín de la casa desde donde contesta asustada al HOMBRE DEL SOMBRERO.

HELENA: (nerviosa y asustada) Sí... soy yo. ¿Que quiere?

EL HOMBRE DEL SOMBRERO, sin cruzar el umbral de la puerta alarga un sobre a HELENA. HOMBRE DEL SOMBRERO:

Tenga, esto es para usted.

HELENA coge tímidamente el sobre y mira desconfiada al HOMBRE DEL SOMBRERO.

HELENA: (espectante) ¿Quién lo envía?

HOMBRE DEL SOMBRERO:

Hölle, le ruego que lo lea.

HELENA abre el sobre y lee.

BORMANN: (voz en off) Señora Tillmann, le voy a encargar una nueva misión, cuidar del más precioso tesoro de su hija, mi hijo Diego, su nieto. En breve recibirá nuevas órdenes. Ahora dejo a su nieto bajo su custodia.

HELENA tras leer la carta levanta su mirada y mira incrédula al HOMBRE DEL SOMBRERO.

HELENA: ¿Dónde está?

EL HOMBRE DEL SOMBRERO hace una indicación con la mano hacia el coche. Una MUJER#2 con aspecto de matrona sale del coche con un NIÑO RUBIO de unos tres años en brazos. Se acerca a HELENA y se lo entrega. HELENA, sorprendida, abraza a DIEGO. SEC.127/1.- INT/DIA. CHALET DE ATLANTERRA. Vemos a HELENA cuidando de DIEGO. Le está dando de comer. Le limpia la cara con mucha delicadeza.

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HELENA: (voz en off)

La llegada de Diego a aquella casa me dio un motivo para seguir viviendo. Tenía alguien a quien cuidar. Diego era lo único que me quedaba, lo único que me recordaba a la familia que había ido perdiendo a lo largo de aquellos años, que me recordaba que debía seguir luchando.

SEC.127/2.- EXT/DIA. PORCHE. CHALET DE ATLANTERRA.(1966). Vemos a DIEGO, ya un niño de unos cinco o seis años, jugando en la calle con otros NIÑOS del vecindario. HELENA lo observa sentada en el porche.

HELENA: (voz en off) Viendo crecer a Diego el tiempo pasaba sin que me diera cuenta de ello. Mi vida se reducía a cuidar de él, incluso llegué a olvidar el motivo por el que estábamos recluidos en aquella casa. Pero nada era tan sencillo, y el tiempo se encargó de devolverme a la realidad.

SEC.127/3.- INT/DIA. CHALET DE ATLANTERRA. Vemos como el HOMBRE DEL SOMBRERO entrega una nota a HELENA. HELENA lee la hoja de papel y conversa unos instantes con el HOMBRE DEL SOMBRERO.

HELENA: (voz en off) A mediados de los años sesenta el régimen de Franco no era tan protector con los refugiados nazis como antes. Eso dio lugar a que los llamados "cazanazis" comenzaran a actuar en España. Muchos alemanes de los que habían decidido quedarse huyeron a Sudamérica, pero Bormann decidió trasladarse a Madrid, y también decidió nuestro traslado.

SEC.127/4.- INT/DIA. CHALET DE ATLANTERRA. Vemos como varios HOMBRES embalan las cosas del chalet. El HOMBRE DEL SOMBRERO supervisa el trabajo. HELENA, abrazando por detrás a DIEGO, mira inmóvil lo que ocurre a su alrededor. DIEGO observa curioso el ir y venir de los HOMBRES. HELENA: (voz en off)

Bormann se encargo del traslado de todas nuestras cosas, incluidos, por supuesto, todos los cuadros que todavía estaban en nuestro poder. En Madrid, una ciudad grande, estaríamos más seguros, no llamaríamos la atención y pasaríamos desapercibidos a los ojos de posibles "curiosos".

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SEC.128.- INT/DIA. CASA DEL BARRIO DE SALAMANCA. Vemos como HELENA entra en la casa del barrio de Salamanca. Lleva a DIEGO cogido de la mano. La casa está llena de cajas y embalajes. Vemos como HELENA y DIEGO entran en el salón de la casa, la luz entra por los ventanales a medio abrir. La imagen se desdibuja y vemos el salón en la actualidad. FUNDIDO SEC.129.-INT/ATARDECER. SALON. CASA DEL BARRIO DE SALAMANCA. Vemos a HELENA y ALEJANDRO sentados alrededor de la mesa camilla. ALEJANDRO está fumando y el humo envuelve la habitación. El cenicero está lleno de colillas. HELENA juega con la taza que tiene entre sus manos. HELENA:

A pesar del traslado mi vida no cambió mucho. Diego y yo vivíamos solos y las únicas visitas eran las de los hombres de Bormann ordenándome que les diera tal o cual cuadro. Después, cuando empecé a notar los años Diego, que ya era un hombre, comenzó a hacerse cargo de las entregas. Diego no sabía nada y tuve que explicárselo todo, fue un duro golpe para él. Saber que Martin Bormann, un sádico criminal, era su padre. Demasiado joven para llevar esa carga, pero no había más remedio.

ALEJANDRO asiente comprensivamente con la cabeza.

HELENA: Fue a partir de entonces cuando Diego empezó a frecuentar ambientes de ultraderecha. Tenía la idea de poder acercarse a Bormann.

ALEJANDRO: Pero Helena, lo que no entiendo es por qué recurrieron a mi para conseguir esos diez millones. ¿Para qué necesitaban el dinero?.

HELENA:

Verás, llevábamos muchos meses sin saber nada de Bormann, ni siquiera nos llegaba el dinero habitual que nos enviaba, así que pensamos que podía haber muerto. Para poder subsistir, Diego y yo decidimos vender unos cuadros. Las ganancias no fueron muchas porque no podíamos venderlos como auténticos. Eso hubiese llamado mucho la atención y nos hubiese obligado a delatar la procedencia de las obras. El caso es que tú compraste uno de esos cuadros en una subasta y se armó un gran escándalo cuando demostraste que era un Modigliani auténtico. Para nuestra desgracia, Bormann lo sabía

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todo y nos amenazó con matar a Gisela si no le entregábamos diez millones. Fue su represalia.

ALEJANDRO muestra su culpabilidad.

ALEJANDRO: (sintiéndose culpable) Yo... Helena, no sabía...

HELENA: Alejandro, no hace falta que te disculpes, tú no podías saber nada. Además, ya has hecho bastante por nosotros. Olvídalo.

HELENA se levanta y se dirige a un pequeño armario. Lo abre y saca un libro marrón y un rollo de papeles.

HELENA: Aunque ya sabes toda la historia de mi familia, todavía te quedan muchas más cosas por averiguar.

HELENA entrega a ALEJANDRO el libro marrón y el rollo de papeles.

HELENA: Este es el Diario de mi hijo Hermann. Aquí describe todas sus experiencias desde que salimos de Alemania. Si tienes interés en saber en qué consistían los planes alemanes en el sur de España y sus proyectos y conocimientos sobre ese templo sumergido, léelo y ojea estos mapas, no te decepcionará.

ALEJANDRO coge el Diario como si fuera a rompérsele entre las manos.

ALEJANDRO: No sé qué decir... no merezco... Mañana se lo devolveré sin falta.

HELENA:

Está bien, no te preocupes, léelo todo con detenimiento y ya me lo devolverás, de todas formas tú podrás sacarle mucho más partido.

ALEJANDRO se queda mirando fijamente el Diario.

ALEJANDRO: Bien, de todas formas mañana mismo cuando venga se lo devolveré. Ahora le dejo descansar tranquila.

Alejandro mira su reloj.

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ALEJANDRO: (bromeando) Además, mi mujer me va a matar. Espero que esté dormida, sino al menos el diario de su hijo me servirá de prueba de dónde he estado.

SEC.130.- EXT/ATARDECER. RESTAURANTE. EL ESCORIAL. Vemos un montón de colillas en el suelo. Ha atardecido. DIEGO tira un cigarrillo al suelo y se pone el casco. Vemos salir del restaurante al HOMBRE DEL SOMBRERO hablando animadamente con los otros dos HOMBRES. El HOMBRE DEL SOMBRERO abre las puertas del coche y todos entran en el vehículo. El Mercedes negro arranca y sale del aparcamiento. Vemos como DIEGO les ve pasar, arranca su moto y les sigue a una distancia prudencial. SEC.131.- EXT/ATARDECER. CARRETERAS DE LA SIERRA. Vemos como DIEGO sigue con su moto al Mercedes negro por las carreteras de la sierra. El Mercedes negro gira de improviso sin señalizar y se mete por un camino lateral de tierra. DIEGO frena y espera unos instantes. Acelera y se mete por el mismo camino. Vemos que el camino pasa delante de una típica casa serrana, toda de piedra con el tejado de pizarra negra. SEC.132.- EXT/ANOCHECIENDO. CASA DE BORMANN. DIEGO detiene la moto entre unos arbustos desde donde puede observar la casa. Vemos como el Mercedes negro está aparcado frente a la entrada de la casa. El HOMBRE DEL SOMBRERO, el MILITAR y el ANCIANO entran en la casa. DIEGO se quita el casco, lo deja sobre la moto, y se acerca al muro de piedra que rodea la parcela. Vemos que la parte alta del muro está protegida por una espiral de alambre de espinos. DIEGO se aproxima al portón de entrada asegurándose de no ser visto. Mira el interior de la parcela. Reina el silencio. No se ve a nadie. DIEGO acerca su rostro al portón intentando ver algo más. Su mirada, a través de una de las fisuras del portón, recorre el silencioso interior de la finca y la casa. De improviso la cabeza de un PERRO DOBERMANN ladrando furiosamente y soltando babas por la boca aparece frente a sus ojos. DIEGO retrocede asustando cayendo de espaldas al suelo. DIEGO se levanta rápidamente y echa a correr hacia su moto. Mira hacia la casa para saber si los ladridos han llamado la atención. Espera unos instantes, se pone el casco, arranca y se aleja de allí. SEC.133.- INT/TARDE. RELLANO. CASA DEL BARRIO DE SALAMANCA. Vemos a ALEJANDRO tocando el timbre de la puerta del piso de los Tillmann. Lleva un rollo de papeles bajo el brazo. ALEJANDRO espera pero nadie responde. ALEJANDRO toca de nuevo y espera otra vez. No hay respuesta. Preocupado

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aporrea la puerta con la mano. Mira su reloj, son las cinco y media de la tarde. Golpea de nuevo la puerta con los nudillos. Vemos como se abre la puerta de un piso del mismo rellano. Un HOMBRE MAYOR se asoma al umbral. HOMBRE MAYOR:

No insista, la señora que vive allí no está. Se marchó por la mañana. Unas mudanzas se llevaron todos los muebles.

ALEJANDRO:

¿Sabe si han dejado algún recado o una dirección?

HOMBRE MAYOR: A mi no, desde luego, en todo caso pregunte usted a la portera.

ALEJANDRO:

Muchas gracias.

El HOMBRE MAYOR no responde y cierra la puerta. ALEJANDRO echa un vistazo a la puerta de los Tillmann y comienza a bajar las escaleras. SEC.134.- INT/TARDE. PORTERIA. ALEJANDRO llama al timbre de la portería. Una señora obesa, LA PORTERA, abre la puerta y le mira de arriba a abajo.

PORTERA: (sin mucha educación) ¿Qué quiere?

ALEJANDRO: Buenas tardes, disculpe, pero no sabrá si la Sra. Tillmann ha dejado alguna dirección o algún recado para mi, me llamo Alejandro Fonseca.

PORTERA: No señor, se marcharon esta mañana con bastante prisa. No han dejado nada, ni una dirección para mandarles el correo.

ALEJANDRO: Bueno, pues gracias y disculpe.

La PORTERA, mientras cierra la puerta.

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PORTERA: Nada.

ALEJANDRO, con cara de preocupación, sale del portal. SEC.135.- INT/DIA. DESPACHO DE ALEJANDRO. Vemos a ALEJANDRO sentado en su mesa trabajando. Lee unos documentos. Llaman a la puerta.

ALEJANDRO: Adelante.

ANA: Alejandro, ha llegado un mensajero con un paquete para ti, pero dice que tiene que entregártelo en mano.

ANA hace un gesto encogiendo los hombros.

ANA: ¿Qué le digo?

ALEJANDRO: (extrañado) Dile que espere un momento, ahora voy para allá.

La SECRETARIA cierra la puerta. ALEJANDRO deja los documentos sobre la mesa y se levanta. SEC.136.- INT/DIA. RECEPCION. DESPACHO DE ALEJANDRO. Vemos como la puerta del despacho está abierta. De pie, con el casco en una mano y un paquete en la otra está el MENSAJERO, un chico joven de unos veintitantos años. No lleva ningún distintivo de empresas de mensajería. ANA está a su lado. ALEJANDRO se acerca a la puerta.

MENSAJERO: ¿Es usted Alejandro Fonseca?

ALEJANDRO: (extrañado)

Sí, soy yo...

MENSAJERO: Esto es para usted.

El MENSAJERO le alarga el paquete. ALEJANDRO lo coge mientras el MENSAJERO se marcha.

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ANA se queda mirando a ALEJANDRO sorprendida.

ANA: Esto no es normal... sin firmar un albarán... ¿Quieres que llame a la policía?

ALEJANDRO mira el paquete.

ALEJANDRO: (con humor) No mujer, no será necesario, no creo que nadie me vaya a enviar una bomba. Pero bueno, si quieres abrirlo tú.

ANA: (bromeando) Si me subes el sueldo lo abro.

ALEJANDRO: (bromeando)

Ahí lo tienes. Es todo tuyo.

ALEJANDRO acerca el paquete a la mesa de ANA. ANA, muy decidida, se dispone a abrirlo. ALEJANDRO no aparta su mirada del paquete. Vemos las manos de ANA intentando, lentamente y en silencio, desanudar el embalaje. Oímos un leve ruido de las cuerdas y los ojos de ANA fijos. ANA duda y lo suelta.

ANA: No, mejor ábrelo tú. Las bombas las dirigen a los jefes y siempre les estallan a los empleados.

ALEJANDRO: (bromeando)

Muy bien, ya no te subo el sueldo.

ANA sonríe. ALEJANDRO recoge el paquete y se dirige a su despacho.

ALEJANDRO: Por cierto, no me pases llamadas, que nadie me moleste.

ALEJANDRO cierra la puerta de su despacho. SEC.137.- INT/DIA. DESPACHO DE ALEJANDRO. ALEJANDRO se sienta de nuevo en su mesa y coloca el paquete delante de él. Comienza a abrirlo. Dentro hay otro paquete más pequeño y una carta. ALEJANDRO abre la carta y saca una hoja de papel, desdobla el folio y lee.

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DIEGO: (voz en off). “Querido Alejandro: He sabido por mi abuela que estás al corriente de todo. Supongo que comprenderás mi situación. Te agradezco de todo corazón la ayuda que nos has prestado. Te incluyo en esta carta nuestra nueva dirección, te ruego que vengas a vernos y mi abuela te explicará todo. Por favor, es vital que nadie más conozca el contenido de la carta y más aún la nueva dirección. Te pido que por favor la hagas desaparecer. Dentro del paquete te envío una muestra de nuestro infinito agradecimiento..."

ALEJANDRO deja de lado la carta y abre el paquete. Rompe el papel de envolver y saca un pequeño cuadro enmarcado. Lo mira detenidamente. Coge la carta y sigue leyendo.

DIEGO: (voz en off) "Como creo reconocerás al verlo, se trata de un Oskar Kokoschka, un expresionista alemán declarado como artista degenerado por el régimen nazi. Es una pieza pequeña pero estoy seguro que tú sabrás valorarla. Sinceramente: Diego".

ALEJANDRO mira de nuevo el cuadro detenidamente sin poder reprimir un gesto de admiración e incredulidad. ALEJANDRO aparta el cuadro dejándolo a un lado de su mesa. Mira detenidamente la carta, pensativo. Lee la dirección una y otra vez hasta memorizarla. ALEJANDRO coge un encendedor y prende fuego al papel. Lo mueve con la mano para que prenda la llama y lo deja caer en el cenicero de su mesa. Vemos como ALEJANDRO observa como la llama consume el papel. Detrás del cenicero podemos ver el Oskar Kokoschka. SEC.138.- EXT/TARDE. BARRIO PERIFERICO DE MADRID. Vemos a ALEJANDRO delante de un inmenso edificio de pisos típico de las ciudades dormitorio del extrarradio de la capital. ALEJANDRO se acerca a un enorme portero automático lleno de números y letras de infinitos pisos. Busca columna por columna hasta encontrar el número que busca. Presiona el botón y espera. Suena una voz desconocida de mujer.

VOZ DESCONOCIDA: Sí, ¿Quién es?

ALEJANDRO: Buenas tardes, soy Alejandro Fonseca, quisiera ver a la Sra. Tillmann.

Silencio.

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VOZ DESCONOCIDA: Pase.

Suena el zumbido que abre la puerta del portal ALEJANDRO empuja la puerta y abre. SEC.139.-INT/TARDE.RELLANO.NUEVA CASA DE LOS TILLMANN.MOSTOLES. Vemos a HELENA esperando en la puerta del nuevo piso. Sonríe. ALEJANDRO se acerca a HELENA.

HELENA: (locuaz) ¡Hola Alejandro! Una sorpresa ¿verdad?

ALEJANDRO mira curioso a su alrededor.

ALEJANDRO: Pues sí, cierto ¿Cómo estás?

HELENA: Bien hijo pasa, no te quedes ahí.

HELENA deja pasar a ALEJANDRO y ambos entran en el nuevo piso. SEC.140.- INT/TARDE. NUEVA CASA DE LOS TILLMANN. MOSTOLES. ALEJANDRO se da cuenta al pasar al interior de la casa que los muebles son los mismos, incluso las vitrinas llenas de recuerdos arqueológicos y de la Segunda Guerra Mundial. Todo está apretado, el entorno es mucho más humilde. Un piso bajo de un barrio de extrarradio con rejas en sus ventanas.

HELENA: Pasa, pasa. Esta casa no es tan grande, pero es cómoda, siéntate por favor.

ALEJANDRO observa como una CHICA JOVEN cierra la puerta de la casa.

HELENA: ¿Quieres tomar algo, un café, no sé...?

ALEJANDRO:

Te lo agradezco, pero si tienes que hacerlo no.

HELENA:

No te preocupes, está en un momento. (A la Chica Joven). Pepa, por favor, antes de marcharte podrías preparar café y

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nos lo traes a la salita.

PEPA: Sí señora, en seguida.

PEPA se retira a la cocina.

HELENA: Es una chica del barrio que Diego ha contratado para que me eche una mano con la casa, para mi es una ayuda.

ALEJANDRO: Sí claro. Pero, Helena, la verdad es que estaba intrigado y preocupado. Aún no comprendo porque desaparecieron de la noche a la mañana sin avisarme. Me podía haber llamado por teléfono. Pero, en fin, me estoy acostumbrando a sus misterios, lo verdaderamente importante es que está bien y le veo más relajada.

HELENA:

Alejandro, déjate de cumplidos y siéntate por favor, supongo que tendrás muchas preguntas que hacerme y yo tengo cosas que decirte.

ALEJANDRO se sienta en la misma mesa camilla de siempre. HELENA cierra la puerta de la salita y se sienta delante de él. Vemos como desde la mesa camilla ALEJANDRO mira a su alrededor. Ve una ventana enrejada que da a un patio interior de vecinos. PEPA aparece con los cafés en una bandeja y la deja sobre la mesita.

PEPA: Señora, si no me necesita ¿me puedo marchar?.

HELENA: Sí Pepa, te puedes marchar ya. Muchas gracias.

Vemos a PEPA coger su abrigo, ponérselo y salir por la puerta.

ALEJANDRO: Bueno, le veo muy alegre, cuénteme que pasa para que esté tan contenta.

HELENA: Primero tengo que pedirte disculpas. Después de tu última visita me llamó Diego y me dijo que a primera hora de la mañana llegarían unos camiones para hacer la mudanza, no me dio demasiadas explicaciones. No sabía que pasaba,

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incluso llegué a asustarme.

HELENA sonríe.

ALEJANDRO: No me tenga así, ¿qué pasa?

HELENA: ¿No te lo imaginas?

ALEJANDRO: Helena por favor...

HELENA:

Está bien... Diego cree haber localizado a Bormann.

ALEJANDRO: (sorprendido)

Eso es una gran noticia, pero ¿cómo lo ha conseguido? ¿Y Bormann?

HELENA: Diego lo vio en El Escorial, tras los actos en el Valle de los Caídos, pudo seguirle sin que se dieran cuenta hasta una finca en la sierra.

ALEJANDRO:

Y ahora qué piensan hacer.

HELENA:

Diego va a intentar que Bormann libere a Gisela, por eso nos hemos trasladado aquí, para que no pueda localizarnos.

ALEJANDRO escucha atentamente.

ALEJANDRO: Hombre, yo no entiendo bien, pero creo que puede ser muy arriesgado ¿no le parece?

HELENA: (seria)

Después de haber vivido tantos años dominada por ese criminal, si no nos arriesgamos ahora estoy segura que no volveré a ver a mi hija. A mis años no tendré otra oportunidad.

ALEJANDRO mira fijamente a HELENA.

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ALEJANDRO: (convencido) Helena, si yo puedo hacer algo por vosotros contad conmigo.

HELENA: No Alejandro, tú ya has hecho bastante, como tú dices esto puede resultar peligroso y no tienes por qué arriesgarte.

Pausa.

ALEJANDRO: Te he traído el Diario de Hermann.

HELENA: No, quédatelo, quédate con todos los documentos, lo único que puedes hacer es seguir investigando para que algún día todo esto salga a la luz. Además, tengo una cosa para ti. Mira, una fotocopia de la lista que hizo Erich de los cuadros que trajimos desde Berlín. (Esperanzada). Alejandro, si todo saliera bien, sería la mujer más feliz del mundo teniendo a Gisela a mi lado, pero, sé que tendríamos que permanecer escondidos hasta que realmente Bormann desapareciera.

ALEJANDRO coge a HELENA de la mano y aprieta con fuerza. Vemos la cara de HELENA reflejando esperanza y preocupación.

ALEJANDRO: Y Diego ¿dónde está?.

HELENA:

Se marchó esta mañana a ese lugar dónde cree que está Bormann. Antes de dar un paso en falso quería estar seguro de que allí vivía Bormann y que estaba también Gisela.

ALEJANDRO: Pero, ¿ha ido él solo?

HELENA:

Me dijo que no me preocupara, que tan solo iría a ver y que volvería enseguida.

SEC.141.- EXT/NOCHE. CASA DE BORMANN. DIEGO apaga el motor de su moto y pone el caballete. Pausadamente se acerca al muro que rodea la finca sin quitarse los guantes. Con cuidado se encarama en lo alto del muro.

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Saca una herramienta del bolsillo y comienza a cortar el alambre de espino. Después de cada corte para y escucha. Silencio. DIEGO termina de cortar una sección del alambre y lo arroja a la calle. Salta al interior de la finca. Cae al suelo y permanece quieto unos instantes. Nada ocurre. Se pone de pie y camina despacio, atravesando el jardín, hacia la casa. DIEGO se acerca a una de las ventanas. Se oye el ladrido de un perro. DIEGO duda. Uno de los DOBERMANN aparece doblando una esquina de la casa.

DIEGO: (entre dientes) ¡Mierda!

DIEGO corre todo lo rápido que puede hacia el muro. El DOBERMANN le sigue de cerca. Otros tres DOBERMANN aparecen detrás del primero. DIEGO salta y se agarra a la parte alta del muro. Vemos como en la casa se encienden las luces y se escuchan algunas voces de alarma. Uno de los DOBERMANN salta y muerde a DIEGO por una pernera del pantalón. DIEGO agita la pierna intentando liberarse mientras intenta subirse al muro. Vemos como sale de la casa una FIGURA que lleva una linterna encendida en una mano y una escopeta en la otra. DIEGO es enfocado por el haz de luz de la linterna.

VOZ MASCULINA: (tajante) ¡Diego, no seas estúpido, no te muevas!

Vemos la cara iluminada de DIEGO expresando frustración. FUNDIDO SEC.142.- INT/NOCHE. COBERTIZO. CASA DE BORMANN. Vemos como DIEGO es lanzado con fuerza dentro de un cobertizo situado en el exterior del chalet con un pequeño ventanuco con rejas. DIEGO es tirado por el HOMBRE DEL SOMBRERO sobre un colchón sucio y harapiento con las manos esposadas a la espalda. EL HOMBRE DEL SOMBRERO sale del cobertizo. Hace un ademán llamando a uno de los dobermann y ata a éste con una cadena junto a la puerta del cobertizo. SEC.143.- INT/TARDE. CASA DE ALEJANDRO. Vemos la fotocopia de la lista de cuadros de Erich. Vemos a ALEJANDRO sentado en su mesa de estudio. Delante de él LA LISTA DE ERICH y a su derecha e izquierda montones de libros de pintura y catálogos de subastas. ALEJANDRO está estudiando la lista y consultando libros, toma notas pacientemente. SARA entra en el estudio.

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SARA: (regañando cariñosamente) Alejandro, llevas ahí sentado trabajando sin parar desde ayer, no crees que deberías tomarte un descanso y atender un poco a tu familia. ¿Tan importante es esa lista?.

ALEJANDRO:

Mira, no te enfades y acércate.

SARA se acerca y por encima del hombro de ALEJANDRO escucha sus razonamientos y mira lo que señala.

ALEJANDRO: Mira la LISTA DE ERICH, en ella se detallan, uno a uno, los 624 cuadros que trajeron los Tillmann desde Alemania en 1944 en esa misión secreta que les fue encargada. Fíjate, aquí a la izquierda el número de orden, después el nombre del pintor, le sigue el tamaño de la obra, el titulo ó el tema y, si la obra es sobre lienzo, madera, cartón o papel. Después a mano han sido tachadas con una línea las que han sido entregadas. A la izquierda y también a mano, Erich, Helena y Diego pone la palabra entregada en alemán por Erich y Helena y, la E, de entregada en español, por Diego. Y en el margen derecho, cada uno con su letra, pone la fecha en la que fueron entregadas a Bormann.

SARA: (de abogado del diablo)

Y para eso llevas todo un día aquí metido. Descansa un poco y ya seguirás después.

ALEJANDRO:

No Sara, no. No es tan simple. Estoy mirando las obras que han sido entregadas a Bormann desde 1946 y resulta sorprendente darse cuenta que algunas de ellas salieron a la venta sin mencionar su procedencia, tan sólo su aparición y eso resulta muy sospechoso. Por ejemplo fíjate en ésta obra de Zurbarán, un San Fernando, óleo sobre lienzo de 127 x 102 centímetros que aparece en la lista como entregada a Bormann en mayo de 1946, ahora fíjate en éste catálogo de Zurbarán y lee.

SARA: (leyendo del libro) "Zurbarán, óleo sobre lienzo de 127 por 102 centímetros titulado "San Fernando". Apareció en la subasta de Sotheby del 3 de Julio de 1946 en Londres.

ALEJANDRO:

Te das cuenta, se trata de la misma obra. Ahora mira éste en la lista: una "Santa Faz" también de Zurbarán de 101 x 78

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centímetros entregada por Erich el 11 de Noviembre de 1947; ahora se encuentra según éste tomo de Zurbarán en una colección particular en Buenos Aíres.

SARA: (sorprendida)

¡Es cierto!. Todo coincide.

SARA, entusiasmada, comienza a interesarse por la investigación que Alejandro lleva a cabo y cogiendo una silla, se sienta junto a él ensimismada.

ALEJANDRO: (entusiasmado) Ahora, cariño, fíjate en esta obra de la lista, una "Virgen con niño" entregada por Helena a Bormann en 1979 y subastada en Christie´s meses más tarde y, lo mismo pasa con éste Velázquez y éste Degás y éste Matisse. Incluso aparece con el número 246 el pequeño Kokoschka que Diego me envió a mi despacho. No te parece importante Sara. No crees que para mis investigaciones esta lista es lo más importante que ha caído jamás en mis manos. ¿Sabes lo que puede significar tenerla en mi poder?

SARA:

Por supuesto que sí, pero eso no significa que no descanses.

ALEJANDRO:

No puedo descansar, podremos sacar a la luz parte del mercado negro que se ha estado llevando a cabo con obras de arte...

Suena el teléfono. SARA se levanta y lo coge. ALEJANDRO ensimismado continua contrastando la lista.

SARA: (al teléfono) Sí. Dígame. Ahora se pone. Alejandro, es Helena y parece preocupada.

ALEJANDRO se levanta rápidamente y coge el teléfono.

ALEJANDRO: Si Helena dime. (pausa). Ahora mismo voy a verte.

SARA mira a ALEJANDRO desconcertada.

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SARA: ¿Qué pasa?

ALEJANDRO hace un gesto con la mano para que espere.

ALEJANDRO: Tranquilízate Helena, ahora mismo salgo para allá.

ALEJANDRO cuelga el teléfono y se encamina hacia la puerta principal.

SARA: ¿Me vas a decir lo que está pasando?

SEC.144.- INT/TARDE. SALON. CASA DE ALEJANDRO. Vemos a los TRES HIJOS sentados viendo la televisión. ALEJANDRO coge su abrigo del perchero.

ALEJANDRO: (serio) Está preocupada por Diego. No ha vuelto desde ayer que se fue a averiguar si Bormann vivía en esa finca de la sierra.

SARA: (preocupada) Por favor Alex, ten cuidado, esos cuadros no merecen que te arriesgues.

ALEJANDRO:

No son los cuadros Sara, ya es algo más.

SARA: (agresiva)

¡Maldita sea! Alejandro, no puedes ir por la vida jugando a ser un héroe, piensa en los demás ¿Y tus hijos?.

ALEJANDRO mira a sus hijos que siguen viendo la televisión.

ALEJANDRO: No puedo dejarles en la estacada, no tienen a nadie más que les ayude.

SARA:

Pero Alejandro...

ALEJANDRO: (decidido)

No Sara, no puedo traicionar su confianza.

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ALEJANDRO besa a SARA y abre la puerta de la casa. Vemos la cara de profunda preocupación de SARA. SEC.145.- INT/TARDE. NUEVA CASA DE LOS TILLMANN. MOSTOLES. HELENA está sentada en la salita de la casa. Mueve la manos nerviosamente.

HELENA: (nerviosa) No es normal que no haya vuelto. Me prometió que volvería enseguida, que tan sólo iría para averiguar si Bormann estaba allí y su madre y, que después planearía la manera de rescatar a Gisela.

ALEJANDRO está de pie y se mueve de un lado para otro con visibles gestos de preocupación y pensando algo.

ALEJANDRO: ¿Cómo pudo pensar que sería tan fácil?

HELENA:

No lo sé Alejandro, no lo sé. ¿Qué puedo hacer? Diego es lo único que me queda, no puedo pensar que algo malo le haya ocurrido.

ALEJANDRO se quita el abrigo y lo deja sobre un sofá.

ALEJANDRO: Tranquila, cuéntame exactamente todo lo que sepas. Desde el principio. Tengo que averiguar dónde está esa casa.

ALEJANDRO se sienta en la mesa camilla frente a HELENA.

HELENA: (suspirando) Está bien. Ya sabes que Diego logró seguir a Bormann hasta una finca en la sierra. Según me contó Diego está en un camino de tierra que hay entre Villanueva de del Pardillo a Villanueva de la Cañada, creo, un camino con árboles y donde hay varios chalets a derecha e izquierda. El chalet en el que cree Diego que se esconde Bormann tiene una valla muy alta con alambres de espino...

La voz de HELENA va disminuyendo. FUNDIDO EN NEGRO SEC.146.- INT/DIA. COBERTIZO. CASA DE BORMANN. Vemos como Diego cae hacia atrás al recibir un fuerte bofetón del HOMBRE DEL SOMBRERO. Las manos de DIEGO se encuentran esposadas a su espalda. DIEGO comienza a sangrar por la nariz.

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El HOMBRE DEL SOMBRERO coge a DIEGO por los pelos, lo levanta y acerca a su cara mirándole fijamente.

HOMBRE DEL SOMBRERO: (enérgico y violento) ¡Niñato hijo puta, me vas a decir dónde habéis escondido los cuadros! Eso te lo puedo garantizar. ¡Suéltalo! ¡Dímelo!.

DIEGO: (ensangrentado) ¡No!. Hasta que dejéis libre a mi madre.

HOMBRE DEL SOMBRERO:

¿Dejar libre a tu madre?

El HOMBRE DEL SOMBRERO, con su rodilla golpea con fuerza los genitales de DIEGO. DIEGO cae desplomado al suelo, y el HOMBRE DEL SOMBRERO le da una patada en los riñones.

HOMBRE DEL SOMBRERO: Ya me dirás dónde está escondida tu abuela y los cuadros. Ya me lo dirás, imbécil.

EL HOMBRE DEL SOMBRERO abre la puerta dispuesto a marcharse mirando con odio a DIEGO. Vemos a DIEGO, esposado, intentando incorporarse para mirar a través del ventanuco. No logra incorporarse y cae sobre el colchón cabeza abajo. SEC.147.- EXT/DIA. CARRETERAS DE LA SIERRA. ALEJANDRO conduce su coche por las carreteras de la sierra. Vemos como ALEJANDRO pasa de largo varias veces sin percibir el camino de tierra donde se encuentra el chalet. Conduce a poca velocidad mirando a un lado y a otro. Busca. ALEJANDRO detiene su coche. Vemos a la derecha del coche una desviación con el camino de tierra. ALEJANDRO acelera y se mete por ese camino de tierra. Para delante de un muro de piedra coronado por un grueso alambre de espino. ALEJANDRO detiene el coche. Sale y se acerca al muro. ALEJANDRO se acerca al portón de entrada y logra ver la casa. Vemos la misma casa de piedra con tejado de pizarra negra. A lo lejos logra ver unos PERROS DOBERMANN tumbados en las escaleras que llevan a la puerta principal. ALEJANDRO observa durante unos instantes y regresa al coche. Arranca y se aleja. Según va a salir a la carretera principal asfaltada se fija en una casa colindante a la de Bormann. Vemos un cartel que anuncia su venta: SE VENDE TLF: 555 76 55

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ALEJANDRO se queda pensativo unos momentos. Busca en la guantera y saca un papel y un bolígrafo. Anota el teléfono. SEC.148.- INT/DIA. CASA DE ALEJANDRO. Vemos a ALEJANDRO con el teléfono en la mano. Marca el número que anotó en el coche.

ALEJANDRO: Buenos días, llamaba por el chalet que ponen a la venta. (pausa) Sí, estaría interesado en comprar. (pausa) Claro, lo que pasa es que me gustaría saber los datos de inscripción del Registro de la Propiedad, ya sabe, para saber si está libre de cargas... (pausa) Sí, espero. (pausa) Sí, sigo aquí, dígame...

ALEJANDRO toma nota de los datos.

... Muchas gracias, estaremos en contacto.

ALEJANDRO cuelga. SARA:

¿Qué haces?

ALEJANDRO:

Es una idea que se me ocurrió hoy cuando fui a ver esa finca donde puede estar escondido Bormann. La casa colindante está a la venta y si averiguo sus datos registrales podré averiguar a nombre de quién está la que nos interesa.

SEC.149/1.- INT/DIA. REGISTRO DE LA PROPIEDAD. Vemos a ALEJANDRO ojeando unos viejos tomos del registro. Con gesto de satisfacción anota algo en un pequeño bloc. SEC.149/2.- INT/DIA. PASILLO. REGISTRO DE LA PROPIEDAD. Vemos a ALEJANDRO mirando la guía telefónica y marcando varios nombres. ALEJANDRO marca un número y conversa un rato. Cuelga. Repite la operación. Cuelga. Repite. Vemos satisfacción en el rostro de ALEJANDRO, sonríe y anota algo más en su bloc. SEC.150.- INT/DIA. HACIENDA. Vemos como un FUNCIONARIO deposita un montón de documentos en una mesa delante de ALEJANDRO.

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Durante mucho tiempo ALEJANDRO estudia detenidamente los documentos. ALEJANDRO se levanta y habla un instante con el FUNCIONARIO. El FUNCIONARIO hace un gesto afirmativo y le señala un teléfono. Vemos como ALEJANDRO marca un número. Habla mientras asiente con la cabeza. Cuelga y regresa a la mesa llena de documentos. Sigue trabajando. SEC.151.- INT/NOCHE. NUEVA CASA DE LOS TILLMANN. MOSTOLES. ALEJANDRO: (satisfecho).

... la casa está a nombre de un conocido militar que luchó en Rusia con la División Azul. La compra se hizo en 1961, poco antes que dejaran Cádiz. He llamado a todas las personas con el mismo apellido y localicé a los herederos, el militar falleció hace veintiún años. Me parecía extraño, que después de tanto tiempo, la casa continuara a su nombre, entonces me fui a Hacienda y vi que la casa no figuraba entre los bienes declarados por el militar en su herencia. Llamé de nuevo a la familia haciéndome pasar por agente tributario y me sorprendió que ni siquiera conocieran la existencia de la finca. Estaba en un callejón sin salida hasta que se ocurrió averiguar quién se hacía cargo de los recibos de la contribución: Es un tal Luis Sousa Ramiro, nacido en Cáceres el 17 de noviembre de 1900. ¡Qué curioso! el mismo año que Bormann.

HELENA: ¡Increíble!

ALEJANDRO: Pues no termina ahí la cosa. He llamado a un amigo en Cáceres y por el nombre de Luis Sousa Ramiro no aparece nadie en el registro civil, es evidente que se trata de una identidad falsa, igual que toda la documentación de la finca. En su día el gobierno le facilitó todo lo necesario.

HELENA:

Pero cómo nadie ha averiguado esto antes.

ALEJANDRO: Hace años porque hubiera sido imposible, ahora porque nadie ha tenido el interés de hacerlo.

HELENA:

De todas formas, aunque sepamos todo esto, ¿qué vamos a hacer?

ALEJANDRO:

Lo más directo, escribiré una carta al tal Luis Sousa diciéndole que sé toda la verdad, que este país ha cambiado y que seguro que la prensa recibiría gustosa una exclusiva sobre Martin

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Bormann.

HELENA: ¿Cómo sabremos la respuesta de Bormann sin que averigüe dónde estamos?

ALEJANDRO se queda callado unos instantes. Pensativo.

ALEJANDRO: Lo haremos a su manera, seguro que le gustará. Añadiré en la carta que responda en la sección de venta de inmuebles de un periódico según la clave de Schatz. Si la respuesta lleva la palabra tesoro en la segunda línea, no tendremos dudas.

SEC.152.- EXT/DIA. CASA DE BORMANN. Vemos como ALEJANDRO coloca unos paños negros colgados de la rama de un árbol frente a la finca de Bormann. Mira un instante la casa y se acerca al portón. Introduce un sobre en el buzón.

ALEJANDRO: (voz en off) ... y para que sepa que hablo en serio podrá ver unos paños negros si mira por la ventana. Sepa que está vigilado en todo momento. Tiene tres días para dar una respuesta.

SEC.153.- EXT/DIA CALLES. QUIOSCO DE PRENSA. Vemos como ALEJANDRO se acerca a un quiosco. Coge un periódico y paga al QUIOSQUERO. Lo coloca bajo el brazo y se sienta en un banco cercano. Comienza a ojear el periódico. No encuentra nada ALEJANDRO, con evidente frustración, se levanta; se aleja calle arriba. Vemos como ALEJANDRO arroja con fuerza el periódico a una papelera. FUNDIDO SEC.154.- EXT/DIA. CASA DE BORMANN. Vemos desde una de las ventanas de la casa como el HOMBRE DEL SOMBRERO cruza el jardín hacia el cobertizo con unas llaves en la mano. Delante de la puerta del cobertizo, tumbado en el suelo hay un DOBERMANN. El HOMBRE DEL SOMBRERO mete la llave en la cerradura de la puerta del cobertizo y abre. Entra. SEC.155.- INT/DIA. COBERTIZO CASA DE BORMANN. DIEGO está sentado apoyado contra una pared. Mira al HOMBRE DEL SOMBRERO con indiferencia cuando le ve entrar en el cobertizo.

HOMBRE DEL SOMBRERO: ¡Levántate!

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Diego le observa receloso. EL HOMBRE DEL SOMBRERO se acerca a DIEGO le agarra por la solapa y le levanta, le gira bruscamente y abre las esposas. HOMBRE DEL SOMBRERO:

Estás libre niñato.

DIEGO le mira, extrañado, sin entender bien sus palabras EL HOMBRE DEL SOMBRERO agarra a DIEGO enérgicamente por el cuello.

HOMBRE DEL SOMBRERO: Quiero que entiendas bien una cosa. Tu madre está en nuestro poder y si no entregáis los cuadros dala por muerta. Ni llegarás jamás a conocerla en tu jodía vida. Te enteras.

DIEGO mira al HOMBRE DEL SOMBRERO con ira.

HOMBRE DEL SOMBRERO: (tajante) ¿Lo has entendido?.

DIEGO: (forzado)

..Sí...

HOMBRE DEL SOMBRERO: Mañana a las diez de la mañana nos veremos en la venta del Palomo, en el Pardo. Tú ya sabes donde está. Allí te pondré las condiciones para liberar a tu madre. No intentes hacer nada extraño. Sabes lo que te juegas. Ahora lárgate de aquí.

EL HOMBRE DEL SOMBRERO sale del cobertizo. DIEGO recoge su cazadora del suelo y se queda mirando el ventanuco del cobertizo. Se acerca y mira a través de él las ventanas del chalet de Bormann. En ese momento su mirada se queda fija en unas de las ventanas del primer piso donde detrás de los cristales puede ver a una MUJER RUBIA DE MEDIANA EDAD que a su vez le está mirando a él. SEC.156.- EXT/DIA. CASA DE BORMANN. EL HOMBRE DEL SOMBRERO está en la puerta del cobertizo sujetando al DOBERMANN esperando la salida de DIEGO. EL DOBERMANN se queda fijamente mirando a la ventana del chalet de Bormann dónde se encuentra la MUJER RUBIA DE MEDIANA EDAD y comienza a gruñir y enseñar sus fauces amenazantemente. EL HOMBRE DEL SOMBRERO mira al DOBERMANN y se da cuenta que el animal mira hacia la ventana donde está la mujer y que ésta mira hacia el cobertizo. LA MUJER RUBIA percibe que el HOMBRE DEL SOMBRERO se ha dado cuenta de su presencia en la ventana y se retira inmediatamente. El HOMBRE DEL SOMBRERO ve a DIEGO que está mirando por el ventanuco del cobertizo y con la cadena que amarraba al perro golpea los barrotes.

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HOMBRE DEL SOMBRERO: (amenazante) ¡Vamos gilipollas!. ¿Qué estás mirando?. ¡Sal de una vez si no quieres que te eche al perro!

DIEGO sale del cobertizo y cruza el jardín hasta el portón de la calle. Vemos al HOMBRE DEL SOMBRERO empujar a DIEGO hacia la calle y cerrar el portón de entrada a la finca. SEC.157.- EXT/DIA. CASA DE ALEJANDRO. DANI, el hijo mayor de ALEJANDRO está poniendo la mesa mientras SARA prepara unas tostadas en la cocina. ALEJANDRO entra en la cocina terminándose de colocar el nudo de la corbata. ALEJANDRO se sienta para desayunar y hojea el periódico buscando precipitadamente la página de anuncios por palabras. ALEJANDRO busca columna por columna ayudándose con el dedo.

ALEJANDRO: (en voz alta) ¡Aquí está!

SARA y el HIJO MAYOR le miran sobresaltados.

DANI: Ya está mamá, le ha tocado la primitiva.

ALEJANDRO: Déjate de bromas Dani, esto va en serio. Mira Sara, Bormann ha respondido. Aquí está su anuncio, con la palabra "tesoro" en la segunda línea. Mira.

ALEJANDRO mira a SARA mientras señala un anuncio del periódico. Vemos el anuncio y a la vez oímos la voz de SARA leyéndolo.

SARA: (leyendo) PEÑASCALES, Urbanización San Diego. Un tesoro de chalet único libre de cargas. Con parcela ar- bolada de 900 metros y piscina. Facilidades de pago. 350 metros construidos y seis dormitorios. Acuerdo en el resto del precio. 12.000.000 pesetas de entrada. Y abstenerse intermediarios. Verlo en la misma finca.Tel.6656500

SEC.158.- INT/TARDE. NUEVA CASA DE LOS TILLMANN. MOSTOLES. Vemos a DIEGO, con aspecto demacrado, sentado delante de un taza de café

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caliente. Tiene algunas contusiones en la cara. ALEJANDRO está sentado frente a él. HELENA está de pie junto a ellos.

DIEGO: ...Sé que soy un imbécil, pero estaba desesperado, hubiera hecho cualquier cosa con tal de liberar a mi madre. Tenía que saber si ella realmente estaba en esa casa. me pescaron como a un tonto, esos malditos perros están por todas partes, no pude hacer nada y acabé esposado en un cobertizo que hay en el jardín.

ALEJANDRO:

¿Pero lograste ver a tu madre?.

DIEGO: No lo sé Alejandro, ya se lo he dicho a mi abuela, la conozco en fotografía y cuando ella tenía diecisiete años. Sí, vi a una mujer de unos sesenta años, podía ser ella. Además cuando la vi tras los cristales, se ocultó. Eso es muy significativo.

HELENA: (inquieta)

¿Cómo era?.

DIEGO: Ya te lo he dicho abuela, la vi un instante nada más y detrás de una ventana. La imagen no era muy clara; sólo pude apreciar que era rubia, que me miraba y que era mayor, nada más.

HELENA coge, emocionada, la mano de Diego y la aprieta sobre su vientre.

ALEJANDRO: ¿Qué te han hecho Diego?.

DIEGO:

Pretendían saber dónde estaban los cuadros. No solté prenda y me golpearon. No sé que hubiera pasado si no se te llega a ocurrir lo de la carta. Hubiesen perdido la paciencia y posiblemente hubiese terminado siendo postre de esos perros.

ALEJANDRO:

¿Y Bormann? ¿Lograste verle?

DIEGO:

No.

Alejandro coloca el periódico con el anuncio en la mesa.

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ALEJANDRO:

De cualquier forma la carta ha funcionado. Ahora habrá que ver las condiciones que Bormann pone para liberar a tu madre.

DIEGO: Eso lo sabré mañana por la mañana. He quedado con ese individuo a las diez en un restaurante del Pardo. Debo ir yo solo. Mejor así. Es preferible que a ti, Alejandro, no te conozcan. Si te parece, después me reuniré contigo en tu despacho. ¿De acuerdo?.

ALEJANDRO:

De acuerdo DIEGO, me parece bien.

FUNDIDO SEC.159.- EXT/DIA. RESTAURANTE DEL PARDO. Vemos a DIEGO llegando al restaurante en moto. Aparca y baja. DIEGO entra en el restaurante con el casco en la mano. SEC.160.- INT/DIA. RESTAURANTE DEL PARDO. DIEGO entra y mira a derecha e izquierda. El restaurante conserva en sus paredes recuerdos de Franco y símbolos falangistas. Vemos al HOMBRE DEL SOMBRERO sentado en la barra con una copa de anís en su mano. DIEGO y el HOMBRE DEL SOMBRERO cruzan las miradas. El HOMBRE DEL SOMBRERO coge su copa y se la bebe de un trago. Se levanta y haciendo una señal a DIEGO con la mirada se dirige a una mesa apartada en un rincón del restaurante. DIEGO entiende la señal y se dirige a la mesa dónde el HOMBRE DEL SOMBRERO ya está sentado. DIEGO se sienta frente al HOMBRE DEL SOMBRERO. FUNDIDO SEC.161.- INT/TARDE. OFICINA DE ALEJANDRO. Vemos a DIEGO sentado frente a la mesa de despacho de ALEJANDRO. Alejandro le está escuchando.

DIEGO: ...a Bormann parece ser que lo único que le importa son los cuadros. Sabe uno por uno los cuadros que nos quedan. Ese hombre no me dejó decirle la cantidad de ellos que tenemos, se adelantó y me dijo que debíamos llevarle los 107 cuadros. Tan sólo se equivocó en uno y no me puso muy buena cara cuando le dije que había vendido también el 246. Ya sabes el

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pequeño Kokoschka que te envié.

ALEJANDRO: Diego, eso no es problema. Te lo devuelvo.

DIEGO: No. No es necesario. Lo asimiló muy bien. Sin problemas. Si llego a saberlo le hubiese dicho que había vendido siete u ocho más. Bien a lo que vamos. Pretende que le lleve los 106 cuadros mañana a las nueve de la mañana a ese restaurante del Pardo y una vez que haya comprobado que están todas las obras, desde allí mismo podré llamar por teléfono a mi madre y comprobar que está en la casa. Debemos dejar un tiempo para que ellos; me refiero a él y a Bormann, puedan escapar y a las doce mi madre sería liberada saliendo del chalet.

ALEJANDRO:

He comprobado el teléfono de la finca, toma, asegúrate que marca el mismo número.

DIEGO:

Descuida.

ALEJANDRO: Por cierto, ¿cómo has pensado llevar los cuadros? Al menos necesitarás una furgoneta.

DIEGO:

Ya lo he previsto. Un amigo mío, el mismo que hizo de mensajero para traerte el cuadro a la oficina, tiene una furgoneta. Estoy seguro que me ayudará en todo. Lo que sí te querría pedir es un último favor Alejandro.

ALEJANDRO: Dime.

DIEGO: Este hombre pretende que le lleve los cuadros y que desde allí, dos horas antes de liberar a mi madre, la llame a ese chalet. Puede ser una trampa y llevársela durante ese intervalo de tiempo. Así que necesito a alguien que esté vigilando frente al chalet para asegurar que nadie sale de allí, desde la llamada hasta que sea liberada a las doce. He pensado que seas tú. No puedo obligarte a que te arriesgues más, si no quieres hacerlo lo entenderé.

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ALEJANDRO: No hay problema Diego. Me parece muy buena idea, cuenta conmigo pero, ¿has pensado cómo asegurarte que la persona con la que hables por teléfono sea realmente tu madre?

DIEGO: (aturdido)

¡Joder, Alejandro!, tengo tantas cosas en la cabeza que no he pensado en ese detalle. ¿Que se te ocurre a ti?

ALEJANDRO:

No lo sé, (pausa) podrías preguntarle algo íntimo, algo que tenga que contestar con rapidez, sin dudar, y que sólo lo sepáis vosotros. Algo de vuestro pasado familiar, por ejemplo.

DIEGO:

A mi no se me ocurre nada. Pero quizá preguntándole dónde vivía en Berlín: la calle y el piso, estoy seguro que lo recordará y creo que Bormann no lo sabía. De todas formas se lo preguntaré a mi abuela, ella seguro que tiene alguna idea.

ALEJANDRO: Me parece bien, pero fíjate que la respuesta sea rápida y sin dudar. No le des tiempo para que pueda preguntar.

DIEGO: ¿Entonces mañana a las diez estarás frente a ese chalet?

ALEJANDRO:

No te preocupes Diego, estaré antes, además, mira, anota mi teléfono del coche por si acaso sucediera algún imprevisto: es el 908 44 53..

Vemos a DIEGO coger un bolígrafo de la mesa de Alejandro y anotar el número de teléfono. SEC.162.- INT/NOCHE. SOTANO. CASA DE BORMANN. Vemos al HOMBRE DEL SOMBRERO manipulando de espaldas y agachado. Le vemos como está preparando una bomba con unos cartuchos de dinamita junto a dos grandes bombonas de gas butano. Vemos al HOMBRE DEL SOMBRERO poner en hora, junto a las bombonas y los cartuchos de dinamita, un temporizador para provocar la explosión. A la doce horas. Vemos salir al HOMBRE DEL SOMBRERO del sótano. SEC.163.- EXT/NOCHE. CASA DE BORMANN. Vemos al HOMBRE DEL SOMBRERO salir por la puerta del chalet de

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Bormann. Vemos al HOMBRE DEL SOMBRERO como desencadena a los cuatro perros DOBERMANN y se dirige al portón de salida del chalet y lo abre. Después se dirige al coche aparcado frente a la casa y ocupa el asiento del conductor. Del asiento trasero le hablan.

VOZ: (voz en off) ¿Has preparado todo?

HOMBRE DEL SOMBRERO:

Sí, señor. Todo está dispuesto cómo usted me lo había ordenado.

VOZ:

Bien, vámonos.

EL HOMBRE DEL SOMBRERO arranca el coche. Sale de la finca. Detiene el coche y cierra el portón del chalet. FUNDIDO SEC.164.-EXT/DIA. CASA DE BORMANN. Vemos el portón del chalet de Bormann. Todo está tranquilo. SEC.165.- INT/DIA. COCHE DE ALEJANDRO. Vemos un reloj de un coche que marca las 9´30 horas. Vemos a ALEJANDRO en el interior del coche mirando el portón del chalet de Bormann. El coche está aparcado frente a la casa. ALEJANDRO vigila el chalet. SEC.166.- INT/DIA. RESTAURANTE DEL PARDO. Vemos a DIEGO de pie, junto a la barra tomando un café. Mira a través de la puerta y la ventana. Espera. Desde el interior vemos la moto de DIEGO aparcada junto a la puerta del restaurante. Vemos como una furgoneta se aproxima al restaurante y se detiene delante de la entrada. Baja el HOMBRE DEL SOMBRERO del asiento al lado del conductor. El CONDUCTOR #3 permanece sentado dentro de la furgoneta. El HOMBRE DEL SOMBRERO entra en el restaurante y se acerca a la barra donde le espera DIEGO. HOMBRE DEL SOMBRERO:

¿Todo listo?

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DIEGO: Sí.

HOMBRE DEL SOMBRERO:

¿Dónde están los cuadros?

DIEGO: Antes quiero hablar con mi madre.

El HOMBRE DEL SOMBRERO queda callado unos instantes y le hace una señal al CAMARERO.

CAMARERO: ¿Qué desea?

El HOMBRE DEL SOMBRERO señala el teléfono. HOMBRE DEL SOMBRERO:

Me da línea.

CAMARERO:

Cómo no.

El CAMARERO conecta el contador y pone el teléfono sobre la barra. El HOMBRE DEL SOMBRERO mira fijamente a DIEGO y comienza a marcar. Vemos como marca un número. DIEGO observa fijamente la acción.

HOMBRE DEL SOMBRERO: Soy yo, todo bien, pásamela.

El HOMBRE DEL SOMBRERO escucha y alarga el teléfono a DIEGO. Oímos la voz de GISELA. GISELA:

¿Diego?

DIEGO: (nervioso).

¿Mamá?

El HOMBRE DEL SOMBRERO arrebata el auricular a DIEGO.

HOMBRE DEL SOMBRERO: ¿Qué quieres decirle?

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DIEGO: Quiero que me diga en qué calle vivían en Berlín.

HOMBRE DEL SOMBRERO:

¿En qué calle vivían en Berlín?

El HOMBRE DEL SOMBRERO escucha la respuesta.

HOMBRE DEL SOMBRERO: En la Alexander Plaz.

DIEGO:

¿En qué piso?

HOMBRE DEL SOMBRERO:

¿En qué piso? (pausa) En el segundo.

DIEGO hace un gesto de asentimiento. El HOMBRE DEL SOMBRERO cuelga sin más el teléfono.

HOMBRE DEL SOMBRERO: ¿Dónde están los cuadros?

DIEGO:

Ahí fuera, un poco más adelante verá una furgoneta roja, allí están los cuadros.

El HOMBRE DEL SOMBRERO mira de arriba a abajo a DIEGO.

DIEGO: ¿Y mi madre?

HOMBRE DEL SOMBRERO:

Sí todo está en orden podrás recogerla en la finca a las doce en punto, ni un minuto antes.

DIEGO:

Todo está allí.

HOMBRE DEL SOMBRERO: (amenazante) Eso espero.

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El HOMBRE DEL SOMBRERO sale de la venta y se mete en la furgoneta. La furgoneta arranca y avanza. SEC.167.- EXT/DIA. RESTAURANTE DEL PARDO. Es una mañana fría y nublada. Vemos como la furgoneta del HOMBRE DEL SOMBRERO aparca muy cerca de la furgoneta roja. El MENSAJERO amigo de DIEGO está apoyado en un costado, vemos como el vaho sale de su boca. El CONDUCTOR#3 y el HOMBRE DEL SOMBRERO bajan de la furgoneta. El CONDUCTOR abre el portón trasero. El MENSAJERO abre la parte trasera de la furgoneta roja. Vemos que el interior está repleto de embalajes envueltos en papel de estraza. El HOMBRE DEL SOMBRERO se acerca a la furgoneta roja y rasga uno de los papeles. Vemos el embalaje original de madera con el escudo nazi, el lacre de seguridad intacto que asegura que el embalaje no ha sido abierto y el número 255 pintado sobre la madera. El HOMBRE DEL SOMBRERO le hace un gesto al CONDUCTOR#3. Sin mediar palabra el CONDUCTOR#3 comienza a cargar los embalajes de una furgoneta a la otra. El MENSAJERO empieza a ayudarle mientras el HOMBRE DEL SOMBRERO observa sin perderse detalle. Vemos como el HOMBRE DEL SOMBRERO rasga los papeles de cada uno de los embalajes según son descargados, y se asegura de que ninguno de ellos ha sido violado. Tacha de su lista el número de embalaje antes de que el CONDUCTOR#3 los cargue en la furgoneta. FUNDIDO El CONDUCTOR#3 cierra el portón trasero de la furgoneta y se mete dentro. El HOMBRE DEL SOMBRERO abre la portezuela de su lado. El CONDUCTOR#3 arranca la furgoneta.

HOMBRE DEL SOMBRERO: (saliendo vaho de su boca)

Dile a tu amigo que no lo olvide, a las doce en punto estará todo listo.

El HOMBRE DEL SOMBRERO se sienta en la furgoneta y cierra la portezuela. La furgoneta acelera y se marcha. El MENSAJERO mira hacia el restaurante. Vemos a DIEGO en el umbral. El MENSAJERO le hace una señal a DIEGO con el pulgar de la mano derecha hacia arriba. SEC.168.- INT/DIA. RESTAURANTE DEL PARDO. DIEGO se acerca a la barra.

DIEGO: Disculpe, podría usar el teléfono.

El CAMARERO coloca de nuevo el teléfono sobre la barra y conecta el

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contador.

CAMARERO: Aquí lo tiene.

DIEGO:

Gracias.

DIEGO marca un número.

DIEGO: ¿Alejandro?... Todo ha ido bien. Ya se ha marchado, yo salgo para allá ahora mismo. ¿Ha ocurrido algo?... Perfecto, ahora nos vemos.

DIEGO cuelga.

DIEGO: Perdone, ¿cuánto le debo?

SEC.169.- INT/DIA. COCHE. CALLE. CASA DE BORMANN. Oímos la música de la radio del coche. ALEJANDRO, ensimismado, observa la casa de Bormann. ALEJANDRO se sobresalta al oír unos golpes en el cristal de su ventanilla. ALEJANDRO mira asustado a su izquierda. Vemos la cara de DIEGO. ALEJANDRO, suspirando y recostándose en el asiento.

ALEJANDRO: (a sí mismo) ¡Hijo de su madre!. Que susto me ha dado.

ALEJANDRO apaga la radio, se estira y abre el pestillo de la puerta del acompañante. DIEGO entra en el coche tiritando y haciendo gestos que dejan patente el frío que padece.

DIEGO: ¿Has visto algún movimiento?.

ALEJANDRO: Nada, ni los árboles se mueven. ¿Y tú? Hablaste con tu madre.

DIEGO:

Sí, todo fue bien.

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ALEJANDRO: Te aseguraste que el teléfono que marcaba era el de aquí.

DIEGO:

Sí, me aseguré. ¿Qué hora tienes?

ALEJANDRO mira el reloj del coche. ALEJANDRO:

Aquí la tienes. Quedan 35 minutos, son las 11:25, no te impacientes, anda, fúmate un cigarrillo.

Vemos a DIEGO y ALEJANDRO fumando en el coche. Esperan. Vemos el reloj del coche que marca las 11:35. DIEGO y ALEJANDRO miran fijamente hacia la casa de Bormann. Después se cruzan las miradas entre ellos repentinamente. DIEGO se mueve inquieto en su asiento y mira a ALEJANDRO. DIEGO abre la puerta del coche. DIEGO: (impaciente)

No lo resisto. Por lo menos voy a ver si algo se mueve ahí dentro .

DIEGO sale del coche y cruza los brazos sobre su cuerpo para evitar el frío. Se acerca al portón de la casa. Vemos los PERROS dormitando a los pies de la escalera de la puerta principal. DIEGO regresa al coche.

DIEGO: Nada, sólo veo a esos puñeteros perros y este frío de muerte, lo tengo ya en los huesos... Esto me está oliendo mal, ¿por qué demonios tenemos que esperar hasta las doce en punto, no tiene ningún sentido.

ALEJANDRO:

Debe haber algún motivo pero yo tampoco llego a entenderlo. Pero si nos precipitamos podemos echarlo todo a perder.

DIEGO:

¿Echar a perder qué?. Si mi madre está dentro y ellos saben que todo está terminado ¿por qué no la sueltan ya y hay que esperar a las doce en punto?.

ALEJANDRO: Ten paciencia Diego.

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DIEGO: Al menos déjame comprobar si mi madre está ahí dentro.

ALEJANDRO:

¿Cómo?.

DIEGO: Llamaré por el telefonillo

ALEJANDRO:

¿Tú crees?

DIEGO:

No tengo nada que perder.

Vemos como DIEGO se acerca de nuevo al portón. Llama al telefonillo. Mira la casa unos instantes. Vuelve a llamar. No se oye nada. DIEGO toca de nuevo. Se gira hacia el coche y se encoge de hombros. Vemos salir el vaho de su boca. Regresa hacia el coche.

DIEGO: O no hay nadie o ese telefonillo no funciona.

ALEJANDRO y DIEGO cruzan de nuevo las miradas. ALEJANDRO mira de nuevo el reloj del coche. Vemos el reloj del coche. Marca las 11:40.

ALEJANDRO: Estás seguro que el teléfono con el hablaste era el de aquí.

DIEGO: Seguro. No tengo ni una duda. Me lo sé de memoria y vi cómo lo marcaba.

ALEJANDRO:

Vamos a comprobarlo.

ALEJANDRO descuelga el teléfono del coche y se lo alarga a DIEGO.

ALEJANDRO: Marca.

Diego mira a ALEJANDRO dudando y finalmente marca el número. Se oyen los tonos de llamada del teléfono. Nadie contesta. DIEGO esta visiblemente nervioso y preocupado.

156

ALEJANDRO mira a DIEGO.

ALEJANDRO: ¿Qué pasa?.

DIEGO: (nervioso)

No lo cogen. Nos han engañado como a unos idiotas.

ALEJANDRO:

Asegúrate. Cuelga y vuelve a marcar.

DIEGO: (nervioso)

¿Cómo coño se cuelga esto?.

ALEJANDRO: Déjalo aquí.

ALEJANDRO manipula el teléfono, lo pone fijo en el coche y conecta el "sin manos".

ALEJANDRO: Marca ahora.

Vemos a DIEGO marcar de nuevo. Por el altavoz del "sin manos" oímos reiteradamente el tono de llamada. DIEGO y ALEJANDRO escuchan atentamente.

GISELA: (voz en off, nerviosa y marcado acento alemán)

Sí..dígame.

ALEJANDRO y DIEGO se miran sorprendidos. Dudan quién de los dos contesta. ALEJANDRO toca la mano de DIEGO invitándolo a contestar. No lo hace.

ALEJANDRO: ¿Gisela?.

GISELA: (voz en off, muy nerviosa)

Sí. ¿Quién eres?.

DIEGO: (emocionado)

¡Mamá!.

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GISELA: (voz en off, muy nerviosa) ¿Eres tú Diego?.

DIEGO: (alterado)

Sí, mamá, soy yo. Estamos aquí, frente a la casa esperando a que salgas.

GISELA: (voz en off, aterrorizada)

¡¡No!!. No puedo salir. Los perros me devorarían si piso el jardín. Todo ha sido una trampa, aléjate de aquí por Dios.

DIEGO: (alterado) ¿Cómo dices?. ¿Una trampa?. No te entiendo.

GISELA: (voz en off)

¡¡Una bomba!!. A las doce estallará. ¡Márchate!.

DIEGO: (sobresaltado)

¿Qué haces ahí?. Sal rápido.

GISELA: (voz en off, con angustia)

Hijo. No puedo. Los perros están entrenados para atacarme si salgo de la casa.

DIEGO:

Pero...¿Cómo?. ¿Estás sola?.

GISELA: (voz en off, más calmada) Sí Diego estoy sola. Pero da igual. Te quiero. Aléjate de aquí, por favor, y dile a la abuela que la quiero mucho.

DIEGO: (decidido)

Prepárate para salir mamá. Entraré a por ti.

ALEJANDRO, inmediatamente, mira el reloj. Vemos el reloj, marca las 11:45.

DIEGO: !Déjame el volante!

DIEGO hace el ademán de salir del coche para ocupar el asiento del conductor ocupado por ALEJANDRO. ALEJANDRO le sujeta el brazo.

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GISELA: (voz en off. Por el altavoz del "sin manos")

¡No!. ¡No, Diego, no!.

ALEJANDRO:

¿Estás loco?. Pretendes que me quede aquí cruzado de brazos. Además, si alguien tiene que destrozar mi coche lo haré yo.

ALEJANDRO arranca el motor del coche y lo sitúa frente a la puerta de la casa de Bormann para arremeter contra ella.

ALEJANDRO: Esperemos que la dichosa bomba no esté colocada en ese portón. Allá vamos.

GISELA: (voz en off, a través del altavoz del "sin manos". Voz apagada)

Diego.

ALEJANDRO pisa a fondo el acelerador y el coche golpea con velocidad el portón de la finca arrancándolo de cuajo. SEC.170.- JARDÍN. CASA DE BORMANN. ALEJANDRO conduce el coche dentro de la finca. Los PERROS se lanzan sobre los costados del vehículo arañándolo mientras siguen ladrando. Las ventanillas se manchan con las babas de los PERROS. ALEJANDRO, frena inconscientemente, se aleja de las ventanillas cerradas, asustado. Se oye colgar el teléfono. ALEJANDRO da a un botón del "sin manos" y desconecta el teléfono. DIEGO: (decidido)

Sigue, sigue, no pares.

ALEJANDRO detiene el coche al lado de las escaleras que conducen al porche y a la entrada de la casa, frenando bruscamente.. Los PERROS rodean el coche saltando ferozmente contra él. El ruido de los ladridos de los PERROS es sobrecogedor

ALEJANDRO: (gritando) Ahora ¿Cómo pretendes que salgamos ahí fuera?

DIEGO: (gritando)

Sólo son unos escalones hasta llegar a la puerta...

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ALEJANDRO: (gritando) ¡¿Sólo!? Estás loco, si sales hay fuera te destrozarán esas fieras.

DIEGO: (gritando)

No he llegado hasta aquí para volverme atrás por esas bestias.

ALEJANDRO hace sonar el claxon del coche. GISELA aparece en el umbral de la puerta, aterrorizada. En ese instante DIEGO la mira fijamente. Dejamos de oír cualquier sonido. De repente oímos de nuevo los ruidos, cuando los PERROS ven a GISELA y salen de estampida hacia ella. Los PERROS llegan hasta el umbral de la casa y a tan sólo un paso de GISELA le ladran enseñándole las fauces ferozmente.

DIEGO: (gritando) Alejandro, rápido, dame tu chaquetón.

ALEJANDRO se quita el chaquetón con dificultad y se lo entrega a DIEGO. DIEGO comienza a envolverse el brazo derecho con él.

DIEGO: Voy a salir.

ALEJANDRO piensa un instante. Vemos a DIEGO abrir la puerta del coche. Sale por el lado contrario a la casa. Los PERROS se dan cuenta y, enfurecidos, corren hacia él. Uno de los DOBERMANN llega a saltar por encima del capó del coche para lanzarse sobre DIEGO. DIEGO, aterrorizado, se introduce en el coche dando un portazo. El DOBERMANN casi llega a atraparlo.

DIEGO: (gritando)

¡¡Joder!!

ALEJANDRO Y DIEGO miran el reloj del coche. Vemos el reloj que marca las 11:50. DIEGO vuelve a mirar a GISELA que continúa en el umbral de la puerta con las manos en la cara horrorizada.

ALEJANDRO: (gritando) ¡Espera!. Tengo una idea para librarnos de algún perro. Si abrimos un poco más las ventanillas, los perros intentarán saltar dentro y podremos cazarlos si las subimos con fuerza.

ALEJANDRO y DIEGO se miran.

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DIEGO: Adelante, no hay tiempo.

ALEJANDRO y DIEGO abren las ventanillas. Los PERROS se abalanzan con furia intentando entrar. Un PERRO mete la cabeza y una pata por el lado de ALEJANDRO, este cierra la ventanilla con todas sus fuerzas mientras el PERRO aúlla de dolor. DIEGO hace lo mismo, se aparta para no ser mordido. El PERRO mete toda la cabeza con las fauces abiertas. DIEGO cierra con fuerza aprisionando la garganta del PERRO, que lucha pataleando para liberarse mientras se asfixia. DIEGO salta al asiento de atrás. ALEJANDRO le imita. Los otros DOS PERROS saltan alrededor del coche mientras los otros aúllan de dolor y agonía.

DIEGO: (gritando) Entretén a los perros como puedas.

ALEJANDRO asiente. DIEGO salta del coche y comienza a subir las escaleras. ALEJANDRO abre la portezuela trasera llamando la atención de los PERROS. El TERCER DOBERMANN muerde el brazo derecho protegido de DIEGO, este arrastra el PERRO por las escaleras hacia el porche.

GISELA: (gritando horrorizada) ¡Corre!. ¡Corre!. Ven aquí. Si pasas a la casa te soltará.

DIEGO arrastra al PERRO hasta la puerta de la casa y, haciendo un gran esfuerzo, logra atravesar el umbral de la puerta. El PERRO le suelta automáticamente aunque continua ladrándoles ferozmente a tan sólo un paso de DIEGO Y GISELA. DIEGO ha caído al suelo al soltarlo el PERRO. SEC.171.- INT/DIA. CASA DE BORMANN. GISELA mira a DIEGO que está caído en el suelo. GISELA y DIEGO se miran a los ojos emocionados. GISELA se agacha y abraza emocionadamente a DIEGO. DIEGO se levanta.

DIEGO: Vamos mamá, te sacaré de aquí.

GISELA: (aterrorizada)

No podré salir. Los perros me matarán.

DIEGO:

Tenemos que hacerlo, sino moriremos aquí dentro.

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SEC.172.- EXT/DIA. CASA DE BORMANN. Los PERROS se ceban con ALEJANDRO que llama su atención desde la parte trasera del coche. GISELA aparece en el umbral de la puerta vistiendo el chaquetón de ALEJANDRO. ALEJANDRO mira el reloj del coche. Vemos el reloj del coche. Marca las 11:55 aproximadamente. DIEGO tira unas prendas de mujer por una ventana. Las arroja lo más lejos que puede en el jardín. Los PERROS se quedan parados un instante. Echan a correr y comienzan a morder furiosamente las prendas. DIEGO, con un atizador en la mano, ayuda a bajar las escaleras a GISELA hacia el coche. Uno de los dos PERROS se gira y se lanza sobre GISELA antes de que pueda alcanzar el vehículo. DIEGO intenta protegerla golpeando al PERRO con el atizador. Empuja a GISELA hacia el coche. GISELA intenta subir al coche alejándose de los PERROS atrapados en las ventanillas delanteras. El último PERRO olvida las prendas y se lanza enloquecido a por ella. ALEJANDRO ve a DIEGO luchando con el TERCER DOBERMANN, sale rápido del coche y se interpone entre GISELA y el CUARTO DOBERMANN. ALEJANDRO empuja a GISELA dentro del coche y cierra la portezuela de una patada. El CUARTO DOBERMANN se abalanza sobre ALEJANDRO. ALEJANDRO retrocede ante la fuerza del animal, que le clava los colmillos en el brazo derecho. ALEJANDRO grita de dolor. ALEJANDRO cae al suelo sin poder librarse del PERRO. Intenta protegerse la cara y el cuello. Se oye un aullido de dolor. Vemos al TERCER DOBERMANN tendido en las escaleras. DIEGO se acerca a ALEJANDRO empuñando el atizador. Vemos a GISELA, histérica, en el interior del coche viendo como el CUARTO DOBERMANN ataca a ALEJANDRO. El reloj del coche está a punto de marcar las 12:00. DIEGO golpea al CUARTO DOBERMANN una y otra vez hasta que suelta a ALEJANDRO y se queda inmóvil en el suelo. DIEGO ayuda a ALEJANDRO a levantarse.

DIEGO: Vámonos de aquí... de prisa.

ALEJANDRO y DIEGO entran en el coche corriendo. ALEJANDRO, con el brazo sangrando, arranca el coche y se aleja velozmente de la casa. Vemos que el reloj marca las 12:00. Cuando el coche cruza el portón de la entrada se produce una tremenda explosión. Vemos la finca envuelta en llamas.

162

SEC.173.- INT/DIA. COCHE DE ALEJANDRO. GISELA, que está sentada en el asiento de atrás del coche, se gira y mira hacia atrás. Vemos en su rostro una expresión de confusión, de pena o nostalgia. Vemos como, por un instante, ALEJANDRO ha percibido ese gesto, a través del espejo retrovisor. ALEJANDRO, se queda pensativo y continua conduciendo callado. FUNDIDO EN NEGRO SEC.174.- INT/DIA. SALÓN NUEVA CASA DE LOS TILLMANN. MOSTOLES. HELENA y GISELA se funden en un intenso y emocionado abrazo. HELENA llora con sentimiento. Vemos el rostro de GISELA, en el abrazo, con la mirada perdida y vacía. Fría. DIEGO observa emocionado. ALEJANDRO, con el brazo derecho en cabestrillo es testigo de lo que ocurre. Tras el abrazo entre HELENA y GISELA, la mirada de GISELA se queda fija en una foto, la foto familiar que se hicieron, todos juntos, el día del cumpleaños de Hermann. GISELA suelta a HELENA y se acerca hasta la fotografía, la coge y se queda mirándola con lágrimas en sus ojos.. Vemos de cerca la fotografía.

GISELA: (susurrando) Papá...Viktor, Hermann...

HELENA se acerca a GISELA y la coge de la mano con una sonrisa entre lágrimas y la lleva hasta la mesa camilla de siempre. Se sientan y las vemos conversar. DIEGO mira a ALEJANDRO emocionado.

DIEGO: No sabrás nunca lo que has hecho por nosotros.

ALEJANDRO:

Yo...

DIEGO:

No digas nada, no es necesario.

DIEGO ofrece su mano a ALEJANDRO. ALEJANDRO intenta darle la mano herida pero, dándose cuenta, le estrecha fuertemente la mano con la izquierda. DIEGO y ALEJANDRO sonríen mientras miran a madre e hija, HELENA Y GISELA, conversan.

HELENA.. (confundida) ...¿Cómo puedes decir eso hija?.

163

GISELA tiene una expresión embobada, psíquicamente empobrecida. GISELA: (cándida)

Sí mamá, no ha sido malo. Bormann es más bueno de lo que la gente piensa. Todo lo hace por el bien de la humanidad y nuestra raza.

HELENA no puede creer lo que está escuchando.

HELENA: (aturdida) Pero...hija, te das cuenta de lo que estás diciendo. Lo que ha supuesto para nosotros tantos años de...

Vemos a HELENA confundida hablando con GISELA. Su rostro nos revela que no puede creer lo que escucha de GISELA. HELENA se levanta de la mesa camilla como buscando una excusa para dejar de escuchar a GISELA.

HELENA: (violentada) Perdona Gisela pero debo atender a Alejandro. Gracias a él hemos conseguido todo.

HELENA se dirige a DIEGO y ALEJANDRO que conversan.

HELENA:

Os apetece algo caliente. Alejandro, ¿me ayudas?

HELENA, con su mirada hacia ALEJANDRO, le advierte que algo extraño sucede. ALEJANDRO: (extrañado)

Sí, cómo no Helena. Hoy es un día muy especial.

HELENA:

Pues acompáñame a la cocina. Dejemos a Diego que disfrute un momento de su madre.

GISELA gira su cabeza y mira a DIEGO con una leve sonrisa en sus labios. GISELA mira después a ALEJANDRO perdiendo la sonrisa y mirándole con frialdad, como con recelo. DIEGO se acerca a GISELA y pone su mano sobre su hombro. Acto seguido se sienta junto a ella. SEC.175.- INT/DIA. COCINA. CASA DE LOS TILLMANN. MOSTOLES. Vemos como al entrar en la cocina HELENA se apoya con tristeza en el hombro de ALEJANDRO. Rompe a llorar.

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ALEJANDRO: Pero, ¿ Qué pasa Helena ?

HELENA: (triste y resignada) No ha servido de nada, todos estos años no han servido de nada...

ALEJANDRO:

Helena...

HELENA: (hundida)

Sí, Alejandro, ha cambiado, lo veo en sus ojos, es la sombra de Bormann, tanto tiempo al lado de ese hombre le han hecho otra persona, era lógico ¿qué podía esperar?. De rehén ha pasado a ser su amante y ya no distingue entre el bien o el mal. La pobre va a sufrir mucho.

ALEJANDRO: Pero es libre, por fin es libre, lo has conseguido, vuelve a estar a tu lado, con su hijo.

HELENA:

Sí, pero a qué precio Alejandro. Diego no debe saber nada, ahora es feliz y tiene que seguir así. Finalmente Bormann ha vencido, ha conseguido arrebatarme a toda mi familia.

ALEJANDRO mira fijamente a HELENA y le da un fuerte abrazo. SEC.176.- EXT/DIA. NUEVA CASA DE LOS TILLMANN. MOSTOLES. Vemos como ALEJANDRO y DIEGO están en la calle frente al portal. DIEGO:

¿Cómo puedo decirte lo agradecido que estoy Alejandro?

ALEJANDRO:

Como tú dices no hace falta decir nada Diego, lo hemos conseguido y es bastante.

DIEGO: Me queda algo por darte. Ya lo conoces.

DIEGO saca del bolsillo interior de su chaqueta unas hojas dobladas de color amarillento.

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DIEGO: Es la lista de Erich. Toma, es tuya.

ALEJANDRO coge la lista como si fuese a desaparecer entre sus dedos.

ALEJANDRO: (con sentimiento). Gracias.

ALEJANDRO y DIEGO cruzan sus miradas. ALEJANDRO levanta su mano izquierda, con la lista en la mano, en señal de despedida. DIEGO ve como empieza a alejarse. ALEJANDRO se gira.

ALEJANDRO: Diego, por cierto, ¿Por qué está escrito Tatiana Raynaward detrás del cuadro?

DIEGO:

En realidad no lo he sabido nunca, fue una excusa para acercarme a ti... eso tendrás que averiguarlo tú.

ALEJANDRO guarda la lista en un bolsillo. Se acomoda el abrigo con la mano izquierda. Vemos como ALEJANDRO camina, pausadamente, calle abajo. FUNDIDO EN NEGRO Esta película está dedicada a la memoria de "Helena Tillmann", que falleció dos años más tarde, el 24 de febrero de 1993. TITULOS DE CREDITO FINALES �

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Adolf Hitler, político y dictador alemán de origen austriaco Nació el 20 de abril de 1889 en Braunau am Inn (Austria). Hijo de Alois Hitler, un funcionario de aduanas aficionado al alcohol y de la campesina Klara Hitler, por quién su hijo sintió toda su vida una gran devoción. Fue un estudiante mediocre que no llegó a finalizar la enseñanza secundaria. Solicitó el ingreso en la Academia de Bellas Artes de Viena, pero no fue admitido por carecer de talento. Permaneció en esa ciudad hasta 1913, donde vivió gracias a una pensión de orfandad, y más tarde comenzó a obtener algunos ingresos de los cuadros que pintaba. En la I Guerra Mundial se alistó como voluntario en el Ejército bávaro. Demostró ser un soldado entregado y valiente, aunque la más alta graduación que consiguió fue la de cabo, debido a que sus superiores consideraban que carecía de dotes de mando. Tras la derrota de Alemania en 1918, regresó a Munich y permaneció en el Ejército hasta 1920. Fue nombrado oficial de instrucción y se le asignó la tarea de inmunizar a los soldados a su cargo contra las ideas pacifistas y democráticas. Se unió al Partido Obrero Alemán, de signo nacionalista, en septiembre de 1919, y en abril de 1920 le dedicaba ya todo su tiempo. En esa época, había sido rebautizado como Partido Nacionalsocialista Alemán del Trabajo (conocido abreviadamente como partido nazi) y Hitler fue elegido en 1921 su presidente (Führer) con poderes dictatoriales. Difundió su doctrina de odio racial y desprecio por la democracia en los numerosos mítines que organizó y, mientras tanto, las organizaciones paramilitares del partido aterrorizaban a sus enemigos políticos. No tardó en convertirse en una figura clave de la política de Baviera gracias a la colaboración de oficiales de alta graduación y empresarios adinerados. En noviembre de 1923, en un momento de caos político y económico, encabezó una rebelión (putsch) en Munich contra la República de Weimar, en la cual se auto proclamó canciller de un nuevo régimen autoritario. No obstante, el conocido como putsch de Munich fracasó por falta de apoyo militar. Fue sentenciado a cinco años de prisión como líder del intento de golpe de Estado, y dedicó los ocho meses de condena que cumplió a redactar su autobiografía: Mein Kampf (Mi lucha). Fue liberado como consecuencia de una amnistía general en diciembre de 1924. Durante la crisis económica de 1929, muchos alemanes aceptaron su teoría que la explicaba como una conspiración de judíos y comunistas. Consiguió atraer el voto de millones de ciudadanos prometiendo reconstruir una Alemania fuerte, crear más puestos de trabajo y devolver la gloria nacional. La representación del partido nazi en el Reichstag pasó de 12 diputados en 1928 a 107 en 1930. El partido continuó creciendo durante los dos años siguientes aprovechando la situación creada por el aumento del desempleo, el temor al comunismo y la falta de decisión de sus rivales políticos. Cuando Hitler fue nombrado canciller en enero de 1933, los grandes empresarios esperaban poder controlarle con facilidad. Pese a lo previsto por el poder económico, una vez que accedió a la jefatura del gobierno, no tardó en autoproclamarse dictador

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de la nación, acumulando la presidencia del Reich y de la cancillería con el título de Reichsführer. Miles de ciudadanos contrarios al partido nazi fueron enviados a campos de concentración y se eliminó cualquier asomo de oposición. Su mayoría parlamentaria le permitió aprobar una ley que transfería al partido nazi el control de la burocracia y del sistema judicial, reemplazaba los sindicatos por un Frente del Trabajo alemán dirigido también por los nazis y prohibía todos los partidos políticos excepto el Nacionalsocialista. Las autoridades nazis tomaron el control de la economía, los medios de comunicación y todas las actividades culturales, haciendo depender los puestos de trabajo de la lealtad a su ideología. Contaba con su policía secreta, la Gestapo, y con las cárceles y campos de concentración para intimidar a sus oponentes, aunque la mayoría de los alemanes le apoyaban con entusiasmo. El avance de la industria armamentística acabó con el desempleo, los trabajadores se vieron atraídos por un ambicioso programa de ocio y los éxitos alcanzados en política exterior impresionaron a la nación. De este modo, consiguió moldear al pueblo alemán hasta convertirle en la herramienta flexible que necesitaba para establecer el dominio de Alemania sobre Europa y otras partes del mundo. Ridiculizó el concepto de igualdad entre los seres humanos y reivindicó la superioridad racial de los alemanes. Puesto que se consideraban miembros de una raza superior, creían tener derecho a dominar a todas las naciones a las que habían sometido. Inició el rearme de Alemania en 1935 (en contra de lo acordado en el Tratado de Versalles que había puesto fin a la I Guerra Mundial en lo referente a la derrotada Alemania), envió tropas a la región desmilitarizada de Renania en 1936, y anexionó Austria y los Sudetes (Sudeten); de Checoslovaquia en 1938. El resto del territorio checoslovaco quedó bajo control alemán en marzo de 1939. También acudió en ayuda de las tropas rebeldes de la Guerra Civil española (1936-1939), encabezadas por Francisco Franco. Ninguno de los líderes de otros países se opusieron a estas acciones, desconcertados ante el temor de que se produjera una nueva guerra. Firmó el pacto de neutralidad Germano-soviético con la promesa de que cedería a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) una parte del territorio de Polonia cuando esta nación fuera derrotada, para lo cual la atacó en septiembre de 1939. Los polacos fueron sometidos con rapidez y sus aliados, los británicos y los franceses, que habían declarado la guerra a Alemania, no pudieron hacer nada para ayudarles. Las fuerzas de Hitler invadieron Dinamarca y Noruega en la primavera de 1940 y, pocas semanas después, vencieron a las tropas de los Países Bajos, Bélgica y Francia. La derrota de Gran Bretaña pudo evitarse gracias a la intervención de las Fuerzas Aéreas Reales (RAF), que rechazaron a la Luftwaffe (fuerzas aéreas alemanas). Volvió su atención hacia la Unión Soviética. Su primer paso fue conquistar la península Balcánica para proteger este flanco. La invasión de la URSS, que comenzó en junio de 1941, no tardó en llevar a los ejércitos alemanes a las puertas de Moscú pero los rusos les obligaron a retroceder en diciembre, precisamente cuando Estados Unidos decidió intervenir en el conflicto. A medida que transcurría el tiempo, la derrota se hacía más inevitable, pero continuaba negándose a capitular ante la creencia de que Alemania no merecía sobrevivir por no haber conseguido cumplir su misión. Por otro lado, el plan destinado a exterminar a los judíos seguía su marcha durante todo este periodo, y los innumerables trenes que transportaban a los millones de prisioneros a los campos de concentración representaban una lacra para el esfuerzo económico de la guerra. En julio de 1944, un grupo de oficiales organizó una conspiración para asesinarlo y poner fin a la contienda, pero el plan fracasó. Finalmente, dejando tras de sí una Alemania invadida y derrotada, Hitler se suicidó en su búnker de Berlín el 30 de abril de 1945, junto con la que había sido durante largo tiempo su compañera, Eva Braun, con la que había contraído matrimonio el día anterior.

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Francisco Franco Bahamonde, militar y político español, dictador y jefe del estado español (1936-1975) Nació el 4 de diciembre de 1892 en la calle María de El Ferrol (La Coruña). Segundo hijo de una familia de marinos. Pasó una infancia poco feliz. El padre abandona el hogar y es su madre quien se encarga de su educación. Fue un niño de aspecto meticuloso, obstinado, astuto y prudente. En el año 1907 ingresó en la Academia Militar de Toledo donde recibió el grado de segundo teniente de Infantería tres años después. Se inició su carrera militar en el Ejército de África, donde cosechó méritos y ascensos por acciones de guerra. En 1923 se casó con Carmen Polo, perteneciente a la alta sociedad asturiana y regresó a África para mandar la primera bandera del Tercio Extranjero. Ascendió a general de brigada en 1926, convirtiéndose en el general más joven de Europa. Director desde 1928 de la Academia General Militar de Zaragoza, hasta que en 1931 Manuel Azaña, ministro de la Guerra en el gobierno provisional republicano, decretó el cierre de dicha institución castrense. Intervino en la represión de la insurrección revolucionaria en Asturias (octubre de 1934). En 1935 asumió la jefatura del Estado Mayor. En 1936 fue destinado a la comandancia general de Canarias. Desde este puesto intervino en el levantamiento militar contra el gobierno republicano, iniciado el 17 de julio en Marruecos, llegó a Tetuán el 19 de julio y tomó el mando del Ejército de África. El 20 de julio moría en accidente de aviación el general José Sanjurjo, quien debía dirigir el pronunciamiento militar. La Junta de Defensa Nacional constituida el 24 de julio en Burgos por los militares sublevados distribuyó el mando del Ejército rebelde del Norte y del Sur entre los generales Emilio Mola y Francisco Franco. El 29 de septiembre de 1936 fue nombrado generalísimo de las fuerzas militares sublevadas y, el 1 de octubre, jefe del Estado. El fallecimiento en accidente de aviación del general Mola (junio 1937) le liberó de un posible competidor. Otro tanto sucedió al ser asesinado en la cárcel de Alicante (noviembre 1936) el fundador de Falange Española, José Antonio Primo de Rivera en noviembre de 1936. En efecto, el 19 de abril de 1937 era promulgado el Decreto de Unificación que unía a Falange con los tradicionalistas y ponía bajo la jefatura del caudillo, título preferido por el general, a la Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (FET y de las JONS). El 30 de enero de 1938, presidió el primer gobierno de su larga dictadura. Desde que terminó la guerra el 1 de abril de 1939 y hasta su muerte (20 de noviembre de 1975), monopolizó un régimen que se confunde con su titular: el franquismo. Hasta junio de 1973, cuando por primera vez cedió la jefatura del gobierno a su 'mano derecha', el almirante Luis Carrero Blanco, Franco fue al mismo tiempo jefe del Estado, del Gobierno y del Ejército.

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Martín Bormann, líder del partido nazi alemán. Presidente de la Cancillería del Reich (1941-1945) Nació el 17 de junio de 1900 en Halberstadt. En 1925 entró a formar parte del movimiento nazi y tres años después era ascendido al mando superior del Sturmabteilung (SA) y en 1933 se convirtió en jefe del Estado Mayor con Rudolf Hess. En 1941 Hess viajó a Escocia, tras lo que Bormann asumió la presidencia de la Cancillería y la dirección de la administración del partido. Junto con Goebbels, fue testigo de la boda de Hitler. Desapareció tras la caída de Berlín y fue condenado a muerte in absentia por el Tribunal Militar de Nuremberg en 1946. Las afirmaciones realizadas durante la década de 1960 de que Bormann vivía en Sudamérica fueron parcialmente acalladas cuando se descubrió un esqueleto en Berlín Occidental en 1972 que se identificó como el suyo. En 1973 fue declarado oficialmente fallecido por las autoridades alemanas occidentales.

Adolf Eichmann, oficial nazi Nació el 19 de marzo de 1906 en Solingen. Se trasladó junto a su familia a Linz (Austria). Cursó estudios de ingeniería pero no terminó. Trabajó como vendedor y representante para una empresa petrolera. En 1932 se afilió a la NSDAP austriaca y en 1934 fue trasladado a Berlín, año en el que entra en la Gestapo y tras el anexionamiento de Austria en 1938, se le encargó la deportación de los judíos del

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país. Durante la II Guerra Mundial se encargó de 'la solución final del problema judío', en el curso de la cual los judíos de toda Europa ocupada por Alemania fueron enviados a campos de concentración para su total exterminio. Tras la guerra fue internado y logró escaparse de un campo americano y huyó a Argentina, pero en 1960 agentes israelíes le localizaron, le secuestraron y le llevaron a Israel. Enjuiciado en Jerusalén, en diciembre de 1961 fue condenado a muerte y ejecutado en junio de 1962.

Bernard Montgomery, militar británico Nació el 17 de noviembre de 1887 en Londres. Cursó estudios en la Real Academia Militar de Sandhurst. Alistado en el Ejército británico en 1908, fue capitán durante la I Guerra Mundial. Comandante del VIII Ejército británico en Egipto en 1942, ya iniciada la II Guerra Mundial. Dos meses más tarde comenzó la ofensiva de El Alamein (al-Alamayn, Egipto), en la que los aliados expulsaron de Egipto, Cirenaica y Tripolitania (Libia) a las fuerzas alemanas e italianas dirigidas por el general Erwin Rommel. En el año 1943 venció de nuevo a Rommel en la batalla de la Línea Mareth, en el sur de Túnez. Nombrado comandante en jefe de las tropas británicas del frente occidental, estuvo a las órdenes del comandante supremo de las fuerzas aliadas, el general Dwight D. Eisenhower, desde diciembre de 1943 hasta agosto de 1944, fecha en la que fue ascendido a mariscal de campo y se le asignó el mando de las tropas británicas y canadienses. Se le concedió el título de vizconde y fue jefe del Estado Mayor imperial británico en 1946. Ocupó el cargo de comandante adjunto de las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) desde 1951 hasta 1958. Falleció el 25 de marzo de 1976 en Alton (Hampshire).

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Hanna Reitsch, piloto y deportista alemana Nació en Hirschberg, Silesia, Alemania, el 29 Marzo de 1912, hija de un oftalmólogo, director de un centro de salud de los ojos en esa ciudad. Cuando niña solía visitar la clínica con su hermano Kurt alentando a los pacientes, en especial los niños y eso despertó su interés por la profesión. Hanna era rubia, menuda y llena de vigor y llegaría a ser un símbolo de la valentía y el coraje en Alemania.

Cuando creció, sus aspiraciones fueron convertirse en doctora misionera, volando su propio avión, pero primero, debía cumplir una promesa hecha a su padre de estudiar para doctora. Al finalizar sus estudios, ya el Tratado de Versalles le había cortado las alas a Alemania, por tanto, Hanna sólo pudo tomar clases de planeadores en Grunau, convirtiéndose en una excelente aviadora de planeadores.

En 1931 era estudiante de medicina y estableció una marca de duración de vuelo sin motor, con 5h30m -que se convirtió luego en 11h30m, en el año 1933. Un año después, en 1934, estableció el record de altura para una mujer, 2800 metros. En 1936 obtuvo otro record, esta vez de distancia para planeadores, con nada menos que 305 kms, marca que volvió a batir en 1939. También en 1936, se adjudicó el record de altura para mujeres con 2800 metros. En 1937 cruzó los Alpes en un planeador, toda una hazaña, considerando que el primer aviador que cruzó los Alpes, fue el peruano Jorge Chavez, pero lo hizo en un avión Bleriot a motor, el 23 de setiembre de 1910. Hanna en toda su carrera, estableció más de 40 marcas mundiales de altura y velocidad, tanto con planeadores como con aviones a motor de explosión, Jet y cohete, hecho que no ha sido igualado por otra mujer en el mundo.

Siempre estuvo presente implantando marcas y su fama se extendió, siendo solicitada para actuar en películas y también para formar parte de una expedición, que estudió el clima en Sudamérica. Hitler la hizo Capitán de Aviación Honoraria, la primera mujer en recibir tal honor.

En 1937 era una ferviente partidaria del Nacionalsocialismo y con la reinstitución de la Fuerza Aérea Alemana (Luftwaffe) fue solicitada como piloto de pruebas, cargo que aceptó más que encantada, por ser llamada para servir a su país. Ella llamaba a los aviones "Guardianes de las Puertas de la Paz."

En esos años, en que se forjó la nueva Luftwaffe, Hanna estuvo en primera fila participando en los desarrollos tecnológicos que hicieron de la aviación alemana, la

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fuerza más poderosa del mundo. En 1941 Hitler le otorgó la Cruz de Hierro de Segunda Clase, por el trabajo que realizó con el objeto de encontrar un método para cortar los cables y derribar los globos de barrera antiaérea británicos.

Hanna probó todos los aviones que produjo la Luftwaffe, desde los planeadores de transporte de tropas y los primeros helicópteros alemanes (Focke-Achgelis), el diminuto misil cohete Henschel Hs 293, hasta el primer avión cohete del mundo, el Me 163. En su primer vuelo con ese avión, Hanna despegó y en minuto y medio lo elevó a una velocidad de 804 km/h, con un ángulo de 65º, hasta los 9.150 metros de altura. Un record de velocidad y altura, no solo para Hanna sino para el ser humano. En uno de los vuelos de prueba del Me 163, Hanna resultó herida tras un aterrizaje forzoso y el avión quedó semidestruido. Por supuesto que Hanna no podía estar ausente en las primeras pruebas de la bomba voladora V-1 que utilizaba un motor cohete, e iba equipada con una cabina durante esas primeras pruebas.

Hanna Reitsch fue una nacionalsocialista convencida y sincera. Desde que conoció a Hitler quedo impresionada por la personalidad del Führer, en quien confió hasta el último momento. Fue sin duda alguna, una mujer de cualidades muy especiales, con dotes fuera de lo común en su condición de mujer y también en lo que respecta a la aviación. Dio muestras de gran valor durante toda su vida y en especial en 1945, cuando Alemania se encontraba agonizando. Hitler llamó a Berlín al General von Greim, quien en esos momentos tenía una relación amorosa con Hanna. Ambos salieron de Munich el 26 de abril de 1945, en un caza FW 190 escoltados por otros 15 aviones con la intención de abordar un helicóptero con el que cruzarían, primero las líneas americanas y luego las rusas, que ya rodeaban la capital germana. Hanna hizo el vuelo parada en la parte posterior del asiento del piloto, medio inclinada hacia adelante. Volaron a través de las líneas americanas, sorteando los antiaéreos y los cazas P-40. Pero, encontraron al helicóptero destrozado y abordaron un Fieseler 156, para completar el viaje. Con el frágil avión, Greim y Hanna en el asiento trasero, cruzaron el cielo berlinés en medio del fuego de la artillería soviética. Greim fue herido y Hanna piloteó el avión por encima del cuerpo del general, logrando hacerlo aterrizar casi en la puerta de la Cancillería. Dos días después, luego que Greim fue condecorado y nombrado Comandante General de la Luftwaffe, en reemplazo de Göring, regresaron a Munich en el mismo avión, para reunirse con el Almirante Dönitz, nombrado sucesor de Hitler.

Al terminar la guerra, Hanna fue hecha prisionera, retenida durante 15 meses, sometida a intensos interrogatorios y finalmente liberada en 1946.

En 1951 escribió su autobiografía titulada ‘Mein Leben’, renombrada en las traducciones de 1954, como ‘The Sky is my Kingdom.’. Un año después, fue la única mujer que compitió en el Campeonato Internacional de Planeadores de Madrid, donde se adjudicó la Medalla de Bronce. En 1955 ganó el Campeonato de Planeadores de Alemania, también como la única competidora de sexo femenino. En 1957 en esa misma competencia, ganó otra Medalla de Bronce y estableció dos marcas de altura, para mujeres.

En 1959, estuvo varios meses en la India, haciéndose amiga de Indira Gandhi y el entonces Primer Ministro Nehru a quien llevó a pasear en planeador, sobre Nueva Delhi. En 1962, Hanna Reitsch dirigió la Escuela Nacional de Planeadores de Ghana, donde fue confidente del Presidente Kwame Nkrumah.

Hanna Reitsch falleció en Frankfurt am Main el 24 de agosto de 1979.

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Klaus Graf Schenk von Stauffenberg, militar alemán

Nació en 1907 el menor de tres hermanos de una familia de nobles de ancestros muy antiguos. Se crió en un castillo renacentista que fue la cuna de condes y duques. Desde muy niño fue educado en los principios de la responsabilidad y la obligación.

Cuando joven, Klaus demostró habilidades artísticas, escribió poesía, fue miembro del Grupo Stephan George y tocó el violoncelo. Desarrolló una pasión por los caballos lo que le permitió adquirir habilidades ecuestres que le dieron un lugar en el equipo olímpico alemán. Adquirió conocimientos en lenguas y habló griego y latín.

Cuando niño se pensó que sería músico, pero luego mostró inclinaciones por la arquitectura y pensó que esa podía ser su carrera, pero atendiendo a la tradición familiar decidió seguir la carrera de las armas a los 19 años. Como cadete, el futuro se le presentaba prometedor pues mostró gran habilidad en los estudios castrenses.

En 1930 conoció a Nina von Lerchenfeld de 17 años descendiente de la nobleza bávara. Se casaron en 1933. Al año siguiente nació su primer hijo.

En 1936 ingresó a la Academia de Guerra de Berlín y dio muestras de tener cualidades para ser un brillante oficial. Como muchos militares de carrera, se mostró entusiasmado cuando Hitler tomó el poder ansiando que terminara la caótica situación planteada por la República de Weimar. Sin embargo se manifestó políticamente como monárquico, pero según él no por la monarquía en sí, sino por tener una mejor constitución que la de Weimar.

Durante la campaña de Polonia y Francia mostró habilidades en el 6ta División Panzer. En Junio de 1940 fue transferido al Alto Mando del Ejército. Durante la Operación Barbarossa pasó la mayor parte del tiempo en las estepas rusas.

Se mostró contrariado cuando se enteró de algunas acciones perpetradas por las SS en la URSS. El desastre de Stalingrado fue crucial para Stauffenberg, quien consideró que fue un sacrificio innecesario. Cuando cayo Stalingrado, pidió su traslado, pero a su vez comenzó a manifestarle a sus superiores que hicieran algo al respecto. Obviamente sus amigos oficiales superiores no pensaban que era una buen idea, pero la semilla estaba sembrada. La decisión de sus superiores fue trasladarlo a África asignándolo a la 10 División Panzer en Túnez, justo para participar en la batalla del Paso de Kasserine.

En 1943 resultó gravemente herido por una mina, perdió el ojo izquierdo, le amputaron la mano derecha y parte del brazo, dos dedos de la mano izquierda, tuvo lesiones en el oído izquierdo y la rodilla. Al salir del hospital, fue a su casa para recuperarse.

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Antes, mientras estuvo en el hospital en Munich, logró acercarse a grupos disidentes que formaban la Resistencia. En vez de retirarse, pidió permanecer en el servicio. En el verano de 1943, decidió tomar la responsabilidad para salvar a Alemania, tenía para entonces el rango de teniente Coronel y pertenecía al Estado Mayor del Ejército.

Tomó el control de los conspiradores. Forjaron varios atentados contra Hitler, pero todos fracasaron por diversas causas. El más inconcebible fue el atentado del avión donde colocaron una bomba en una caja de champagne, pero la bomba no explotó.

Hizo muchos planes para asesinar a Hitler con la ayuda de oficiales inferiores, generalmente en servicio en el Frente del este. Su plan era eliminar al Führer y tomar el poder, inmovilizando a las SS, abriendo los campos de prisioneros políticos y buscando la paz con los aliados. Hubo varios oficiales superiores involucrados en el atentado, incluyendo a von Manstein y Rommel.

En Julio fue ascendido a Coronel y recibió el cargo de Jefe de Estado Mayor del Comandante en Jefe del Ejército. En tal posición estaba en contacto directo con el Führer. El 20 de Julio de 1944, puso la bomba bajo la mesa donde se realizaba una reunión de Estado Mayor en la Guarida del Lobo, con la presencia de los máximos jefes. Enseguida salió del local y se dirigió a Bendlerstrasse para esperar la consumación del golpe de estado.

Hitler sobrevivió y el golpe fue desbaratado. Capturado después de un intento a resistirse, fue encarcelado, se le hizo un juicio sumario y fue ejecutado esa misma noche del 20 de Julio de 1944 a la edad de 36 años.