EL SEGUIMIENTO DE JESÚS

• Jesús es el amado del Padre.

Seguramente que

Desde niño sintió

una presencia

especial del Padre y

seguridad de su vida

al sentirse amado

por Él.

Este amor del Padre es la fuerza de su vida.

Viviendo la vida

sencilla de Nazaret, en

sus juegos de infancia,

en su trabajo de

adolescencia, en su

observación de la vida

de su pueblo, Jesús era

conducido por el

Espíritu.

• A medida que iba

creciendo y

descubriendo el

sufrimiento de su

pueblo, sentía un

mayor amor

compasivo por él.

• Yavé, Dios, había

hecho una Alianza

con su pueblo: la

promesa de un Mesías,

un Salvador,

definitivo liberador

de Israel.

Y Jesús se

pregunta por su

futuro:

¿Qué quiere Abba,

papá, de mi?

Consciente del

corazón compasivo

de su Padre, estas

pudieron ser las

respuestas:

• Mi Padre quiere que en mi pueblo todos vivan como hermanos.

• Mi Padre quiere justicia y fraternidad.

• Mi Padre quiere hijos sanos y libres. Le duele la enfermedad, la depresión…

• Mi Padre quiere hacer de este mundo un Reino de hermanos.

• Y Habrá rezado muchas veces:

• Que venga a nosotros tu Reino.

• Por eso, al escuchar de Juan el bautizador: preparen el camino del Mesías, se hizo la pregunta:

• ¿Me estará pidiendo mi Padre eso a mí?

En el pueblecito de

Cafarnaún, paseando

por la orilla del lago,

Jesús se encontró a

Pedro y Andrés echando

sus redes para pescar.

Jesús les llamó les dijo:

Síganme.

Y dejando todo, le

siguieron.

• Igualmente, mientras

Santiago y Juan arreglaban

Sus redes, junto con su

padre, los llamó y dejando a

su Padre y su barca, lo

siguieron.

• Así de sencillo.

• Seguramente que ya habían

conocido a Jesús y habían

encontrado en él algo

maravilloso: un contagioso

amor por su Padre, Dios, un

proyecto de vida, un ideal de

cambiar el mundo, un amor

increíble a los pobres.

• Yo les haré pescadores de

hombres.

¿No es esta profesión más noble

que cualquier otra?

¿Es que no les da compasión ver

a sus hermanos enfermos,

explotados, abandonados,

excluidos de la sinagoga?

• Además, Jesús no

les impedía seguir

pescando. Podrían

seguir haciéndolo

para dar de comer al

hambriento.

• Y comienzan a recorrer

con Jesús los polvorientos

caminos de Galilea,

encontrándose con

todos los necesitados de su

pueblo.

• Jesús consuela, sana,

libera y da gloria a Dios

porque ha dado su Reino a

los pobres.

• Los discípulos rezan con

frecuencia: ¡Venga a

nosotros tu Reino!

• El camino de Jesús no es

fácil. Ha debido dejar su

familia. Eso mismo harán

sus discípulos si quieren

seguirle.

• Muchos no entienden su

decisión.

• Un día, los hermanos

de Jesús llegan con su

Madre a buscarlo para

devolverlo a Nazaret. Y le

dicen: Ahí están tu

Madre y tus hermanos

que te buscan.

• “Estos que me

escuchan son mi madre y

mis hermanos”.

• Todos los que buscan y eligen a Dios como Padre, son mis hermanos.

• El que pueda entender, que entienda.

• Jesús había pasado en

Nazaret toda la vida.

Allí había trabajado como

pequeño artesano y buscado

trabajo en ciudades

cercanas.

• Allí había aprendido a

orar junto con José y María.

• Allí había descubierto la

triste realidad de los

cesantes, de los explotados,

de los enfermos

abandonados de su familia.

• El Padre los amaba. ¿por qué este pueblo elegido los abandona?

• Mi Padre los ama preferencialmente, porque necesitan de su amor.

• El amor de Dios es universal, pero es más intenso en quienes no son amados.

• Jesús no es un iluso. No cree que él cambiará el mundo. Sólo sabe que su Padre le llama a comenzar el Reino.

• El Reino de Dios ya está entre ustedes, predicará.

• El Reino de Dios llega cuando sana a un enfermo y lo reintegra a su Pueblo.

• No creará un imperio. Sólo hará surgir un “pequeño rebaño” que se entregará para hacer la voluntad del Padre: Construir su Reino, sanando, consolando, liberando, amando.

• Sembrará una pequeña semilla. El Padre la hará germinar y crecer.

• En la predicación de

Juan, el bautizador,

descubre la señal de Dios:

Mi Padre ha elegido este

tiempo para hacer justicia

a los pobres.

• Es el momento de

cumplir las profecías

manifestadas en su

Alianza.

• ¿No sientes que Dios te llama a ser pescador de hombres sin abandonar tus proyectos personales?

• ¿No te conmueven el corazón, los pobres y enfermos de tu pueblo?

¿TÚ QUIERES SEGUIR A JESÚS?

• Para seguir a

Jesús, necesitas:

Sentir el amor

de Dios.

¿Qué experiencia del amor de Dios, tienes tú?

¿Cómo llegar a sentir que Dios te ama

¿Cómo conocer que Dios es compasivo?

• Muchos de nuestros hermanos no son felices y buscan serlo.

• Que tú puedes llevar la felicidad a muchos hermanos.

• Que así se construye el sueño de Dios, el Reino de Dios entre nosotros.

Tu sabes que:

• ¿Qué tengo que hacer para seguir a Jesús?

• ¿Me está llamando para hacer algo para los demás?

• ¿Qué dificultades tengo que superar para dar una respuesta generosa a Jesús?

Marianistas de Chile