Seguir a Jesus Una Experiencia Fundante

15
Seguir a Jesús desde el cotidiano camino de Nazaret 1 SEGUIR A JESÚS UNA EXPERIENCIA FUNDANTE a) Un verbo que marca la identidad cristiana El origen de nuestra fe está intrinsecamente marcada por la experiencia que un grupo de hombres y mujeres del siglo I vivieron junto a Jesús de Nazaret y que les cambió la vida. Las enseñanzas de Jesús, y sobre todo su fama como sanador y exorcista, atrajeron a muchos, que se reunían con gusto en torno a él para escucharle y para pedir su ayuda. En este grupo más amplio e indeterminado, destacaban: los recaudadores de impuestos, los enfermos/as, los/as pecadores/as, los/as pobres... Todos aquellos/as que eran marginados por la sociedad, pero que eran los principales destinatarios de la propuesta del Reino 1 , que Jesús encarnaba. De entre la gente que escuchaba y aceptaba el mensaje de Jesús fue surgiendo un grupo de amigos o simpatizantes, que formaron un segundo círculo en torno a él. Entre ellos podríamos quizás contar a algunos fariseos como Zaqueo (Lc 19,1-10), miembros del Sanedrín como José de Arimatea (Mc 15,42-47), o la familia de Marta, María y Lázaro, que los acogía en Betania cuando iban a Jerusalén (Jn 12,1-8; Lc 10,39-42). Eran las familias en cuyas casas él y sus colaboradores/as más cercano/as 2 se alojaban. A estos amigos sedentarios de Jesús irían seguramente dirigidas muchas de las parábolas e instrucciones éticas recogidas en los evangelios en las que parece presuponerse que los destinatarios viven asentados en poblaciones, trabajan, se relacionan con sus vecinos y tienen que resolver el tipo de problemas prácticos que caracterizaba la existencia cotidiana de las familias campesinas de Galilea 3 . Todos los datos apuntan a que en la última etapa de su vida o casi inmediatamente después de su ejecución el movimiento de Jesús perdió el apoyo de la multitud campesina a quien había estado dirigido. Quedó entonces reducido al grupo de los que habían sido los colaboradores más íntimos de Jesús y a las familias que habían empezado a vivir de acuerdo con su mensaje. Estos dos grupos de personas fueron los que dieron continuidad al movimiento, y ello explica que la familia tuviera un lugar tan importante en los grupos cristianos surgidos después de la pascua. En los evangelios, ser discípulo consiste en “seguir a Jesús” (Mc 1,18), “ir detrás de él” (Mc 1,20) o “estar con él” (Mc 3,14). El discipulado fue un elemento central en el ministerio de Jesús. Su actuación, su forma de vida y sus enseñanzas tuvieron como primeros destinatarios al grupo de estos discípulos más cercanos, que observaban, aprendían, preguntaban... Los discípulos desempeñaron también un papel decisivo en la continuidad de su proyecto, pues fueron ellos quienes conservaron la tradición sobre Jesús y quienes difundieron su mensaje. 4 1 Para Jesús el Reino de Dios, era la irrupción gratuita de Dios en la historia como misericordia y perdón. 2 Los/as que lo seguían a todas partes 3 En el mundo helenístico-romano la casa y el conjunto de la sociedad, representada en la ciudad, no eran dos realidades contrapuestas y separadas. La casa era la célula básica de la ciudad, la cual no era sino el resultado de la unión de varias casas. Es, por tanto, perfectamente explicable que la estrategia de Jesús combinara la actuación en las plazas y lugares abiertos con una acción en las casas. El resultado de esta acción fue que algunas de ellas se incorporaron efectivamente a su movimiento brindando acogida y apoyo material al grupo de sus dirigentes. La existencia de una red de casas activamente incorporada al movimiento de Jesús, además de explicar la fuente de su economía, arroja también luz sobre el proceso de su transformación en una religión fundamentalmente doméstica después de la muerte de su líder. 4 J:D:G: DUNN, La llamada de Jesús al seguimiento, Sal Terrae, 1992

Transcript of Seguir a Jesus Una Experiencia Fundante

Page 1: Seguir a Jesus Una Experiencia Fundante

Seguir a Jesús desde el cotidiano camino de Nazaret

1

SEGUIR A JESÚS UNA EXPERIENCIA FUNDANTE a) Un verbo que marca la identidad cristiana El origen de nuestra fe está intrinsecamente marcada por la experiencia que un grupo de hombres y mujeres del siglo I vivieron junto a Jesús de Nazaret y que les cambió la vida. Las enseñanzas de Jesús, y sobre todo su fama como sanador y exorcista, atrajeron a muchos, que se reunían con gusto en torno a él para escucharle y para pedir su ayuda. En este grupo más amplio e indeterminado, destacaban: los recaudadores de impuestos, los enfermos/as, los/as pecadores/as, los/as pobres... Todos aquellos/as que eran marginados por la sociedad, pero que eran los principales destinatarios de la propuesta del Reino1, que Jesús encarnaba. De entre la gente que escuchaba y aceptaba el mensaje de Jesús fue surgiendo un grupo de amigos o simpatizantes, que formaron un segundo círculo en torno a él. Entre ellos podríamos quizás contar a algunos fariseos como Zaqueo (Lc 19,1-10), miembros del Sanedrín como José de Arimatea (Mc 15,42-47), o la familia de Marta, María y Lázaro, que los acogía en Betania cuando iban a Jerusalén (Jn 12,1-8; Lc 10,39-42). Eran las familias en cuyas casas él y sus colaboradores/as más cercano/as2 se alojaban. A estos amigos sedentarios de Jesús irían seguramente dirigidas muchas de las parábolas e instrucciones éticas recogidas en los evangelios en las que parece presuponerse que los destinatarios viven asentados en poblaciones, trabajan, se relacionan con sus vecinos y tienen que resolver el tipo de problemas prácticos que caracterizaba la existencia cotidiana de las familias campesinas de Galilea3. Todos los datos apuntan a que en la última etapa de su vida o casi inmediatamente después de su ejecución el movimiento de Jesús perdió el apoyo de la multitud campesina a quien había estado dirigido. Quedó entonces reducido al grupo de los que habían sido los colaboradores más íntimos de Jesús y a las familias que habían empezado a vivir de acuerdo con su mensaje. Estos dos grupos de personas fueron los que dieron continuidad al movimiento, y ello explica que la familia tuviera un lugar tan importante en los grupos cristianos surgidos después de la pascua. En los evangelios, ser discípulo consiste en “seguir a Jesús” (Mc 1,18), “ir detrás de él” (Mc 1,20) o “estar con él” (Mc 3,14). El discipulado fue un elemento central en el ministerio de Jesús. Su actuación, su forma de vida y sus enseñanzas tuvieron como primeros destinatarios al grupo de estos discípulos más cercanos, que observaban, aprendían, preguntaban... Los discípulos desempeñaron también un papel decisivo en la continuidad de su proyecto, pues fueron ellos quienes conservaron la tradición sobre Jesús y quienes difundieron su mensaje.4

1 Para Jesús el Reino de Dios, era la irrupción gratuita de Dios en la historia como misericordia y perdón. 2 Los/as que lo seguían a todas partes 3 En el mundo helenístico-romano la casa y el conjunto de la sociedad, representada en la ciudad, no eran dos realidades contrapuestas y separadas. La casa era la célula básica de la ciudad, la cual no era sino el resultado de la unión de varias casas. Es, por tanto, perfectamente explicable que la estrategia de Jesús combinara la actuación en las plazas y lugares abiertos con una acción en las casas. El resultado de esta acción fue que algunas de ellas se incorporaron efectivamente a su movimiento brindando acogida y apoyo material al grupo de sus dirigentes. La existencia de una red de casas activamente incorporada al movimiento de Jesús, además de explicar la fuente de su economía, arroja también luz sobre el proceso de su transformación en una religión fundamentalmente doméstica después de la muerte de su líder. 4 J:D:G: DUNN, La llamada de Jesús al seguimiento, Sal Terrae, 1992

Page 2: Seguir a Jesus Una Experiencia Fundante

Seguir a Jesús desde el cotidiano camino de Nazaret

2

A partir de la pascua ya no se hacen distinciones entre los seguidores de Jesús. Seguir a Jesús ahora es la característica de todo creyente y el discipulado son sus señas de identidad. Las comunidades cristianas tal y como se reflejan en la cartas de Pablo nos presentan un ejemplo paradigmático de esta fusión entre seguimiento y discipulado. El principal aporte paulino nace de configurar el movimiento cristiano dentro de un marco cultural en el que no había nacido y con ello posibilitar su universalización. Este planteamiento no está exento de dificultades, desafíos y de cuestionamientos para la vida de Pablo y el futuro de sus comunidades. Pero, la estrategia evangelizadora de Pablo funcionó porque respondía a las necesidades sociales y se ajustó a las posibilidades históricas de su tiempo: Pablo introduce en la novedosa civilización urbana del siglo I un movimiento nacido en los ambientes campesinos de Galilea. ¿Cómo?5 Convirtiendo en sedentario un movimiento que había nacido itinerante, a través de la creación de comunidades autogestionadas, heterogéneas socialmente y mixtas culturalmente (Gál 3,28), tal y como eran las ciudades mediterráneas de su tiempo. Busca sobre todo que no sean comunidades cerradas, sino que se adapten a su entorno, pero con fuertes vínculos entre sus miembros. Para Pablo el mundo es lugar de presencia de Dios y además, sino sería difícil la acción misionera y no serían atractivas para la gente de afuera. La cuestión estaba en como ser cristiano en una sociedad pagana.

Proponiendo la casa6, como base de la constitución de la comunidad, una casa que estaba constituida por una familia extensa dirigida por el paterfamilias, a la que pertenecían mujer, hijos, esclavos y clientes7 y que era, inseparable de las propiedades El movimiento de Jesús había generado problemas serios en las casas y en la estructura familiar sin embargo Pablo opta por acomodarse a la casa. Esto tiene consecuencias sociológicas y teológicas serias. En el comienzo de su evangelización busca una casa desde donde irradiar el mensaje. Conocemos varias (Rm 16, 3-5; 1 Cor 16,19) Esto va a suponer una transformación desde dentro de esa estructura a la vez que será el vehículo de aceptación en el imperio del movimiento cristiano. Sus comunidades domesticas eran ámbitos en donde se comparte la fe, se ayudan entre si, se acoge y se es plataforma evangelizadora. Pablo entiende sus comunidades como plataformas sociales de transformación, fraternas, que derriban fronteras y se situaban desde abajo. No fue contra el poder, sino que buscó generar espacios alternativos, transformando desde las estructuras cotidianas la realidad.

Apostando por un estilo de vida que es a la vez testimonio y estrategia evangelizadora. Pablo vive de su trabajo porque no quiere ser gravoso a nadie, pero tampoco quiere estar condicionado por la dependencia económica, así puede proponer su mensaje desde la gratuidad y la libertad. Además, quiere demostrar con su estilo de vida a quien está predicando. El trabajo manual en el mundo griego estaba mal visto, era propio de esclavos. Por eso el hecho de presentarse como un curtidor de cuero le abre el camino de la debilidad. El esfuerzo diario, las horas en el taller le hacen tocar el sufrimiento y eso se convierte para él en demostración de la fuerza de la cruz de Jesús (1Cor 2, 1-5). Por otro lado le posibilita también, el encuentro con la gente y una plataforma evangelizadora. El mensaje de Jesús situó a estas primeras generaciones cristianas de forma diferente ante si mismos y antes los demás, ante Dios y ante la sociedad. Ellos y ellas no sólo

5 R. AGUIRRE, Ensayo sobre los orígenes del cristianismo. De la religión política de Jesús a la religión

doméstica de Pablo, Verbo Divino, 2001 6 La ciudad era una organización de casas

Page 3: Seguir a Jesus Una Experiencia Fundante

Seguir a Jesús desde el cotidiano camino de Nazaret

3

descubrieron en él la hondura de su humanidad, sino que percibieron en él la humanidad de Dios. Aquella afirmación del Génesis de que estábamos hechos a imagen y semejanza de Dios, se veía encarnada en aquel nazareno que les había cambiado la vida. Su genuina experiencia, su testimonio, su vida comunitaria se fue desplegando a lo largo de los siglos, a veces mejor y otras peor. Cada momento cultural fue destacando aspectos y ocultando otros, pero manteniendo siempre viva aquel testimonio inicial, nacido de la predicación del Reino, que se desplegaba en el actuar y vivir de Jesús. El testimonio de Pablo habla de una fidelidad creativa y no repetitiva, que hay que discernir las estructuras históricas y culturales que pueden ser aptas para encarnar la fe y asentar las comunidades, sin sacralizar el pasado. Y nos anima reformular con libertad lo recibido del pasado para que sea significativo para el presente y en el futuro, pero siempre con voluntad de comunión. b) El sustantivo de la discordia Estos orígenes no exentos de conflictos y dificultades se habían caracterizado por una actitud contracultural, un espacio de comunidad alternativa y de transformación social. Desde los comienzos se fue viendo que el seguimiento de Jesús comportaba diversos modos (carismas) que cada uno tenía que discernir, cuidar y sobre todo poner al servicio de la comunidad. A partir del siglo II el crecimiento cristiano y la necesidad de asentar estructuras organizativas, generó un progresivo distanciamiento. entre los que ejercían cargos de autoridad (ministros) y los que no (laicos). Con el tiempo esta separación dio paso a la configuración de dos espacios diferentes, sobre todo por influencia del Antiguo Testamento, los sacerdotes como hombres consagrados, ocupaban el espacio sagrado y los laicos, de rango secular, ocupaban el espacio profano. Esto favoreció la desigualdad. Y creo una separación que llega hasta hoy8 Cuando a partir del siglo IV el cristianismo se convirtió en religión del estado, la jerarquización se hizo más fuerte y se comenzaron a destacar los carismas de tipo institucional con más fuerza. La aparición del monacato como signo de radicalidad del seguimiento, fue progresivamente ocultando ,esa otra dimensión más cotidiana del seguimiento que era la más común, pero que iba considerándose por ello menos radical y más centrada en los afanes del mundo. Progresivamente se fueron creando dos tipos de seguimiento: uno que ocupaba el ámbito sagrado “se dedicaba a las cosas de Dios” y otro “dedicado a las cosas del mundo” La reforma protestante dio un impulso al laicado, con toda la teología nacida de la escuela paulina de la justificación por la fe pero a la vez fue generando un cristianismo demasiado intimista caritativo y burgués, que justificó un determinado estatus quo social y ayudo a crecer al capitalismo de los siglos XIX y XX e impidió, de alguna manera que el socialismo y el mundo obrero se acercasen al cristianismo. En el mundo católico la fuerza otorgada a las obras generó un cristianismo más cohesionado y combativo, con gran fuerza devocional, reforzando el ámbito de la misericordia a través del asociacionismo de diferente índole y fuertemente jerarquizado, pero también burgués. Será el concilio Vaticano II el que comience a recuperar la igualdad intrínseca de los creyentes, pero esta filosofía está asentada aun en una estructura dualista c) Un verbo y un sustantivo hermanados

8 J.A.ESTRADA, La identidad de los laicos. Ensayo de eclesiología, 1990

Page 4: Seguir a Jesus Una Experiencia Fundante

Seguir a Jesús desde el cotidiano camino de Nazaret

4

El siglo XIX es hijo del proceso secularizador de la ilustración y en el van a fraguar diversos cambios en la relación de la Iglesia con el mundo. La fuerte separación entre clero y laicado se va rompiendo a través de la aparición de las Congregaciones religiosas, sobre todo femeninas, que van a romper el ámbito de la clausura por una opción por el compromiso social, creando un puente entre el espacio sagrado y el profano. Hombre y mujeres que sin pertenecer al estado clerical abren un espacio sagrado en el mundo y una respuesta a los desafíos sociales de su tiempo, favoreciendo y potenciando el asociacionismo laico que une misericordia y una fe fuertemente marcada por lo devocional. Toda esta novedad no nace sin fuertes tensiones con la jerarquía eclesiástica, que la favorece, pero a la vez intenta controlarla. En este contexto nace el proyecto que encarna Bonifacia Una experiencia laical y religiosa, que pone su huella en las manos del mundo trabajador y pobre. Una experiencia que se nutre del dinamismo total de la Iglesia. Una experiencia que encauza en un mismo sendero vida cotidiana y compromiso. Una experiencia que hermana oración y trabajo, desde una comunidad alternativa, la del reino, que reconfigura desde abajo todas las posibles felicidades. 2.- EL TALLER DE LA CALLE TRAVIESA (1865-1874) Nos situamos en el entorno del sexenio revolucionario. En estos momentos Bonifacia inicia un cambio de vida, se hace cargo de un taller como medio de vida y busca cauces para expresar su experiencia de fe. Por un lado da forma a la Asociación josefina y por otro orienta su futuro profesional en el taller con un deseo profundo en su corazón hacia la vida religiosa. a) La Historia Cuando en noviembre de 1865 se casa su hermana Agustina se quedan en la casa de la calle libreros Bonifacia y su madre. Curtida por la vida, pero dispuesta a salir adelante, instala su primer taller propio de cordonería, pasamanería y otras labores. En un espacio modesto, artesanal, comienza a hacer realidad en el día a día su experiencia de encuentro con Dios en el trabajo, al estilo de la casita de José en Nazaret. Avanza el siglo y se acercan nueves de revolución, los tiempos son inestables, hay deseos de cambio. Se busca un nuevo horizonte político y nuevas respuestas económicas y sociales. En medio de este ambiente, que culminará con la proclamación de la I República, llega en 1870 a Salamanca Francisco Butinyà, un jesuita nacido en una familia industrial catalana, hombre inquieto e intelectual, que estaba fraguando en su corazón y en sus escritos una respuesta al mundo del proletariado naciente, respuesta que sólo tímidamente se estaba atreviendo a buscar el catolicismo oficial. Bonifacia y su madre participaban con frecuencia en las actividades organizadas por los jesuitas, de la Clerecía. Al conocer a este hijo catalán de la Compañía de Jesús, que ejercía como profesor de teología en el seminario y pasaba largos ratos confesando y animando actividades en la iglesia, lo elige para que acompañase su proceso de fe. Y lo hace así porque más de una vez lo había escuchado decir que el trabajo no es un castigo, sino colaboración con Dios en la creación, una manera de hacer a las personas más libres e iguales, y que a través de él se puede ser testigos del Evangelio, comprometidas con la realidad y eso era lo que ella quería vivir, lo que intuía su corazón en las largas horas de aguja y dedal. Bonifacia iba creciendo como mujer creyente. En su proceso comienza a sentirse llamada a la vida religiosa y decide entrar en el convento de las Dueñas de Salamanca. Lo habla con Butinyà, su amigo y confidente, pero él, que había conectado desde lo

Page 5: Seguir a Jesus Una Experiencia Fundante

Seguir a Jesús desde el cotidiano camino de Nazaret

5

hondo con esta artesana sencilla y recta, que la había visto madurar y había contemplado su seguimiento de Jesús trabajador en Nazaret, y que estaba preocupado por hacer creíble a Dios en medio de la revolución industrial, le sugiere algo distinto: la fundación de un nuevo instituto de vida religiosa que diese respuesta a la situación de la mujer pobre que desde muy joven debía buscar empleo. Ella acoge con gusto la propuesta, pues conocía esa realidad, porque era la suya; sabía del trabajo agotador, de la explotación laboral a cambio de un sueldo mínimo y percibía lo que hay de riesgo, de abuso, de enfermedad o de posibilidad de prostitución en la vida de las muchachas humildes. Comienzan a hacer planes. Bonifacia se va a Ávila con las Adoratrices a perfeccionarse en labores. A la vuelta instala su taller en la calle traviesa y se va creando el grupo que entre los últimos meses de 1873 y principios de 1874 se arriesga a iniciar una experiencia comunitaria en casa de Bonifacia. La situación ambiental era conflictiva, se estaba derrumbando la I República. Los jesuitas acusados de opciones políticas contrarias al nuevo régimen, eran perseguidos. La fundación debía apresurarse, y el 7 de enero de 1874 el obispo firma el decreto de fundación de las Siervas de San José. Esta mujer sencilla y trabajadora había hecho de su taller un lugar de acogida y de encuentro, donde, con un grupo de amigas se reunía los días festivos. Allí charlan, tenían ratos de oración, compartían la vida. A estos encuentros invitan a Butinyà y le confían el deseo de hacer de estas reuniones algo estable. Y, bajo su asesoramiento constituyen la Asociación de la Inmaculada y san José. En la casa de Bonifacia ponen la sede. Era un grupo que buscaba respuestas a su realidad, que no se conformaban con los que les venía dado. Todas sabían que había mucha confusión en su entorno, que las ideologías, los planteamientos, iban y venían, que las soluciones a los problemas sociales y políticos se dilataban en medio de la confrontación. Ellas eran mujeres sencillas que no se dedicaban a debatirlas grandes cuestiones del momento, pero sí a construir pequeñas respuestas que mejorasen el mundo que tocaban.

b) El taller espacio de convocación El taller de Bonifacia en la calle Traviesa se convierte en el espacio de convocación para el proyecto en su doble dimensión laical y religiosa (ahí nace la Asociación Josefina y también las Siervas de San José). Para recontextualizarlo en el hoy y redescubrirlo como el ámbito de referencia simbólico común, necesitamos mirarlo desde un doble aspecto, uno el que se refiere al tiempo anterior a la fundación de la Congregación como espacio de la Asociación Josefina y otro el que da forma las constituciones de la Congregación de las Siervas de San José. Esta lectura nos va a ayudar a descubrir los diferentes componentes que posibilitaron las fuentes de inspiración del proyecto, que no sólo abarca la dimensión de vida religiosa, sino que desde sus orígenes está engendrado también como esfera de vivencia laical del carisma. Desde el comienzo, el taller se muestra como un espacio de construcción de la realidad y su transformación, desde un proceso que posibilite la maduración humana de los miembros, a la vez que la experiencia cristiana y tenga una proyección apostólica. Es relevante destacar el dato de cómo Butinyà plantea la necesidad de una formación profesional y de una formación espiritual de los miembros, primero de la Asociación y luego de la Congregación9.

9 “El P. Butinyà les daba conferencias y en varias de ellas les decía: “Hhay muchos conventos de clausura ¿Cómo nos arreglaríamos para educar a las jóvenes?. A la M Margarita le dijo que estudiara para maestra; y más tarde les dijo que a la manera de las Hijas de María, hicieran una Asociación Josefina, porque el Padre tenía gran devoción a San José. Tenían que reunirse todos los domingos y algún día más, y lo

Page 6: Seguir a Jesus Una Experiencia Fundante

Seguir a Jesús desde el cotidiano camino de Nazaret

6

• La propuesta en el ámbito de la Asociación Josefina

La Asociación Josefina nace como la primera cristalización de un carisma que surge a partir del encuentro entre Bonifacia y Butinyà que hizo posible que confluyeran los dos elementos proféticos que posibilitarían su configuración en la historia: la intuición lucida de Francisco y la concreción existencial de Bonifacia. Los datos que poseemos del desarrollo de la asociación son poco, pero suficientemente elocuentes para posibilitarnos, al menos, un breve diseño que posibilite su recontextualización en el hoy:

⇒ La asociación nace como cauce para la expresión y vivencia de valores alternativos. En unos tiempos cargados de cambios sociales y políticos donde se buscaba la estabilidad y se intentaba huir de los excesos que todo cambio cultural provoca, son múltiples las propuestas que intentan asentar los procesos. La Asociación brota en este humus y oferta desde el marco socioreligioso de la época un horizonte de sentido y un espacio para le fe y el compromiso.

⇒ La asociación potencia la formación humano-cristiana de sus miembros, buscando una capacitación profesional, en un contexto en el que se está debatiendo el alcance y contenidos de la educación de las mujeres, hasta ahora tenida muy poco en cuenta. A la vez que se cuestiona la relación positiva entre trabajo y mujer.

⇒ La asociación gesta en su seno la propuesta del taller josefino, llevada acabo con la fundación de las Siervas de San José. La propuesta de la fundación tiene lugar en y desde la realidad de las mujeres que forman la asociación. Allí se reconfigura la vocación de Bonifacia, allí llegan los ecos de la realidad laboral de la clase trabajadora ( gran parte de sus miembros son trabajadoras artesanas), allí escuchan las inquietudes de Butinyà y profundizan su propuesta, configurando su espiritualidad desde el espacio de Nazaret y de aquellos modelos de hombres y mujeres creyentes que hicieron posible el seguimiento de Jesús en una vida cotidiana y sencilla. Allí descubren el taller de Bonifacia como paradigma de la experiencia. Toda la primera comunidad de Josefinas son miembros de la asociación.

⇒ La Asociación mantiene su autonomía después de la fundación de Congregación (Ésta sigue vigente hasta 1894) pero ambos grupos siguen vinculados (Con el traslado de la comunidad a la calle Placentinos en octubre 1874 se adecua un espacio para acoger las reuniones de la asociación, lo mismo que en la casa de Santa Teresa) y sigue teniendo los mismos objetivos iniciales de crecimiento personal, acompañamiento, espacio para el crecimiento en la fe y proyección apostólica.

• La propuesta en el ámbito de la Congregación La carta Magna de la Congregación son las constituciones de 1874. En ellas se

diseña el como y el desde donde se va a encauzar el proyecto y en ellas se confirma la reconfiguración del espacio profano y sagrado de una forma nueva y sobre todo una nueva forma de relaciones y participación en el proyecto.

⇒ La concepción de la idea fundacional de la congregación parte de un doble tipo de miembros: religiosas: Maestras industriales y ayudantas de maestra y laicas: Aprendices y acogidas.

⇒ El espacio común de vivienda y de trabajo ⇒ Una economía compartida ⇒ Unos mismos derechos y obligaciones ⇒ La vivencia de la Espiritualidad es la misma para todas, marcada por los

rezos regulares y las jaculatorias del taller.

hacían en la clerecía o en la casa de Bonifacia; El P. Butinyà hacía que unas fueran maestras y las otras aprendiesen un oficio”. Testimonio de Asunción de Cabo en el Proceso de Zamora 1954-1962

Page 7: Seguir a Jesus Una Experiencia Fundante

Seguir a Jesús desde el cotidiano camino de Nazaret

7

Superando las restricciones de género de la época que separan drásticamente los espacios femeninos de los masculinos y los elementos propios de la espiritualidad del momento podemos recontextualizar estos datos diciendo:

⇒ dentro de la acostumbrada separación entre el convento y la casa aquí se rediseña la dinámica conventual de las monjas para incluir a las laicas en el espacio del hogar y del seguimiento de Jesús.

⇒ Se genera un espacio de transformación social desde dentro de la estructura social, en los ámbitos del hogar y el trabajo.

⇒ Se diseñan relaciones de igualdad, fraternas y solidarias. ⇒ La proyección apostólica se inicia en el espacio de la vida diaria: en la

convivencia y en los espacios cotidianos de la vida. Así nos podemos encontrar con: 1.- Dos entidades de construcción carismática: la asociación y la Congregación 2.- Dos tipos de miembros en el espacio del taller: laic@s y religiosas 3.- Un mismo proyecto en el marco del taller, como espacio de construcción de identidades de relaciones y de trabajo y de una vivencia de la fe a la luz del carisma.

c) Elementos para la recontextualización actual del proyecto

• Seguimiento de Jesús como punto de partida.

Si el seguimiento de Jesús es el punto de arranque de toda experiencia cristiana, no lo puede ser menos para la experiencia josefina. Todos los miembros de la Familia josefina estamos vinculados de raíz por nuestra opción por el seguimiento de Jesús con la misma radicalidad y coherencia. Los distintas formas que asumimos refieren el modo existencial de vivirlo: Religiosas o Laic@s, pero siempre desde el mismo horizonte carismático. Todas y todos somos seguidores/as de Jesús empeñados/as en defender que otro mundo es posible, desde la genuina propuesta de Jesús que él definió en la proclamación del Reino de Dios y encarnó en su palabra y acción.

• El taller como ámbito de pertenencia

El espacio del taller se convierte en el modelo operativo de nuestra vivencia del carisma y de su proyección apostólica. Más allá del lugar histórico y real se convierte en punto de referencia a la hora de diseñar el cómo y el desde donde vivir el seguimiento de Jesús desde el carisma josefino. Desde los valores que emanan de él se definen las relaciones los ámbitos de convivencia, el tipo de organización, y el modo de compromiso. Es en definitiva el modo concreto que sustenta y define nuestro modo de vida cristiano y perfila nuestro sentido de pertenencia grupal.

• El trabajo como lugar teológico

El trabajo se constituye en la Asociación josefina como un aspecto fundamental en la vida de sus miembros como medio para la propia promoción y a la vez como un espacio para la espiritualidad y la evangelización. No podía ser menos, teniendo en cuenta que quien da forma a la asociación y la acompaña es Butinyà, un hombre muy preocupado por la promoción de los trabajadores y por posibilitar espacios de encuentro con Dios en le trabajo. En los orígenes de la congregación está muy claro como toda la experiencia se define dentro del ámbito del trabajo y la referencia espiritual es la familia artesana de Nazaret. El trabajo es por tanto un lugar de encuentro con Dios y un espacio profético de anuncio de la Buena Noticia y de denuncia de lo que destruye al ser humano. 2.- LOS RASGOS CARISMÁTICOS: UNA MIRADA QUE NOS DEFINE

a) Un espacio para la identidad

Page 8: Seguir a Jesus Una Experiencia Fundante

Seguir a Jesús desde el cotidiano camino de Nazaret

8

• Hermanar oración y trabajo

Esta expresión es el eje transversal del carisma josefino y refleja el dinamismo que unifica en el ser humano lo profundo con lo concreto, el esfuerzo con la esperanza. En los orígenes del proyecto josefino la propuesta de hermanar oración y trabajo nace en el contexto de la progresiva distancia que la revolución industrial había generado entre trabajo y realización humana. La progresiva confrontación entre trabajo y capital, la emergencia de una nueva identidad obrera y la aparición de la máquina como un elemento distorsionador de las relaciones y de las condiciones laborales van a crear una gran fractura entre la vivencia del trabajo y el proyecto humano. En este contexto Butinyà, preocupado por dar una respuesta desde la fe a este desafío, encuentra en el espacio donde confluyen oración y trabajo, el ámbito desde donde construir una experiencia en la que Dios sostenga desde dentro de la historia al ser humano, impulsándolo a la plena humanización de su vida, no desde los medios,sino desde el ser que lo define como persona que es. Desde ahí, desde la hondura del encuentro con la trascendencia, que nos proyecta mas allá de toda posible mirada plana de la realidad, es posible construir sentido y caminos de lucha para lograr que el trabajo sea un ámbito de transformación social posibilitando cauces de dignificación y realización personal. El verbo hermanar tienen un doble significado en este contexto. Por un lado, está en mismo campo semántico de hermano/a y por tanto hacer referencia a un tipo peculiar de relaciones, las que se entablan desde la igualdad (fraternal y sororal) generadas en el ámbito del parentesco, de la cercanía y el cariño. Por otro, de la misma manera que dos ciudades se hermanan porque han descubierto lo que tienen en común, este verbo proyecta una clave de compromiso mutuo, de presencia compartida, de caminos conjuntos. Si en la propuesta josefina, lo que se hermana es la oración y el trabajo tenemos que pensar que no puede ser una acción individual, que yo conmigo mismo/a santifique mi trabajo uniéndolo con la oración, sino que el hecho de que lo que se propone sea hermanar, colorea de una manera peculiar la relación entre oración y trabajo: La experiencia personal de Dios, mi oración, se convierte así, en una realidad comunitaria cuando se hermana con el trabajo y mi trabajo, mis tareas, mi realización personal se transforman en un camino de construcción de fraternidad y sororidad que redefine mis horizontes y mis opciones10 Hermanar oración y trabajo se convierte así, en la savia que alimenta la construcción del taller. No es un mero propósito espiritual, para hacer presente a Dios en el trabajo, es algo mucho mas radical, es vivir la experiencia honda de que Dios sostienen la vida y la recrea junto a nosotros/as en cada instante, que acompaña nuestra libertad y nos está haciendo ser lo que somos. Es descubrir que esa oferta de salvación (nuestra felicidad) que pone en nuestras manos, sólo puede ser vivida con otros/as, pues nos ha creado para la alteridad (Génesis) y nos ha hecho hijos/as en el hijo, es decir, miembros de la nueva familia del reino, que sólo es posible entre hermanos/o, desde relaciones de igualdad, con compromisos mutuos y un proyecto común. Por eso nuestro trabajo solo será nuestro cuando genere redes de fraternidad y sororidad, cuando mejore la realidad en la que vivo, cuando no sólo me dignifique a mi sino a los/as que están a mi lado, e incluso más lejos en nuestro hoy globalizado. Hermanar oración y trabajo, es en el carisma josefino una seña de identidad comunitaria, con vocación de propuesta alternativa, que nace de nuestra opción creyente y se proyecta en la vida cotidiana como elemento dinamizador de nuestra lucha por transformar las estructuras injustas e ir creando pequeños espacios de construcción de un mundo más justo, fraterno/sororal y solidario.

10 Ese es el sentido de las jaculatorias en el primer taller josefino: Trabajo y oración una experiencia de fraternidad y sororidad

Page 9: Seguir a Jesus Una Experiencia Fundante

Seguir a Jesús desde el cotidiano camino de Nazaret

9

Hermanar oración y trabajo es dejarse interpelar por la vida y dejarse acompañar por Dios, encontrase con él en ese espacio tan humano como es el trabajo y no dejar que se convierta en una carga, ni en una mercancía y menos en un ámbito de opresión, sino en un lugar donde subvertir los valores y generar comunidad. Hermanar oración y trabajo es dejarse interpelar por el Dios abbá de Jesús, haciéndonos sus seguidores/as en la vida, evitando que la oración se convierta en un mero ejercicio ascético o devocional, sino en un espacio provocador e interpelador personal y comunitariamente. Bonifacia sintetizó en su vida la experiencia de Dios y la experiencia de la vida. No dejemos escapar su testimonio a la hora de hacer relato subversivo para nuestro tiempo la experiencia de hermanar oración y trabajo.

• Nazaret

El humus donde se asienta la espiritualidad (estilo de vida y de fe) josefina, es en los años vividos sin protagonismo por Jesús en Nazaret, de los cuales, se ha dicho y escrito mucho con afán de justificarlos. Pero, sin pretender anular la importancia del esfuerzo interpretativo de esas páginas evangélicas, una sola cosa me parece fundamental: Nazaret remite a la simple historia humana. Alí es donde Jesús aprendió a ser hombre y, no en abstracto, sino a ser él mismo. Los datos que nos han llegado de ese largo período de su vida son pocos y a menudo vagos y profundamente teologizados. En gran medida ha sido así no porque fuesen intrascendentes, sino porque son cotidianos. Lo que allí ocurrió fue tan normal, tan cercano, tan familiar que no era necesario hablar de ello porque lo llevamos con nosotros, es lo que vivimos cada día. Por otro lado, la profunda teologización de las raíces humanas de Jesús no sólo pretendió justificar la diferencia del Mesías, sino enraizar en la historia la salvación de Dios. Un elemento profundamente anclado en la teología de Israel que entendió desde sus comienzos que Dios no se revela al margen del acontecer histórico, sino precisamente en ese mismo acontecer, y de ello abunda en ejemplos el A.T. Desde esta perspectiva, el acercamiento que solemos sintetizar en la palabra Nazaret no es significativo porque resplandezca sino porque ese es el lugar teológico de la encarnación. La grandeza de Jesús no está preferentemente en lo milagroso de su vida sino en la densidad de su humanidad y )dónde radica esa humanidad? En su concreción histórica, o sea, en su pueblo y )dónde se aquilata la Historia? En lo cotidiano. Lo heroico es de un instante, lo cotidiano es la permanencia con sus pequeños gestos y sabemos también que las grandes respuestas se fraguan en los pasos ordinario de la vida. Dios no vino a revelarse en el hombre en general sino en este hombre nacido y criado en Nazaret al que nosotros llamamos Cristo. El himno de filipenses pone su fuerza en el anonadamiento, pero esto no significa negación sino apertura para asumir la cotidiana utopía de ser hombre. Dios en Jesús no se disfraza de persona, sino que se desnuda y se hace criatura anclada en la historicidad para no ser distinto a nosotros, quiso ser uno de tantos. No quiso mantenerse divino pero esa humildad no es humillación sino cercanía, roce, relación y esa es la honda significación de la salvación , de la Buena Noticia de Jesús, un tú a tú de Dios con los hombres para abrirles la vida al futuro, a la plenitud. Así ya tiene sentido ser persona, merece la pena el esfuerzo del crecimiento, de la esperanza, de la fe y la utopía y eso lo hizo Jesús como encarnación de Dios y eso se manifiesta sobre todo en Nazaret. Jesús toda su vida fue Ael Nazareno@ (Mt 2,19-23) y eso marcó su vida y así cuando él volvió a Nazaret fue confrontado por su pueblo: )no es éste el hijo del carpintero? (Mt 13,53-58) y fue cuestionado desde su cotidianidad y eso es lo que a veces nos asusta, el

Page 10: Seguir a Jesus Una Experiencia Fundante

Seguir a Jesús desde el cotidiano camino de Nazaret

10

ser familiares y por ello vulnerables y él lo fue. Nunca dejó de ser el nazareno, aunque no fuera profeta en su tierra, y ése es el gran reto: ser profeta humano, en lo humano y

desde lo humano y ése es también el gran desafío de Dios: estar en la raíz de nuestra

humanidad, no en la nube de su cielo. Y todo única y exclusivamente por amor. Y nosotros, como los paisanos de Jesús, le seguimos pidiendo milagros y él siempre nos vuelve a remitir a Nazaret, a lo cotidiano, nuestro humus, que nos va haciendo crecer como personas en nuestra grandeza y pequeñez; de tal manera que podemos decir que Nazaret expresa todo un estilo de vida, pues lo que cuestiona en Jesús no es su humildad, manifestada en los años oscuros de Nazaret, o el aparecer como hijo de un pueblo insignificante (Jn 1,45-46) sino cómo vivió cada uno de esos momentos de su vida, cómo experimentó la existencia, cómo miró el mundo y cómo se relacionó con los demás. Y eso lo aprendió en aquel humilde hogar de artesanos. Bonifacia se hizo eco de ese recuerdo y lo vivió. Así de sencillo. Sin más pretensiones. Nunca se afanó en otra cosa que en llenar la vida de calidad en medio de un trabajo responsable y unas relaciones con los demás tremendamente humanas. Hoy ser memoria de Nazaret supone salir al encuentro de la gente, dejarse interpelar, querer y dejarse querer, asumir el esfuerzo de cada día y, desde ahí, ser testig@s de un Dios que se hace horizonte de felicidad. Nazaret o lo es todo o no es nada, pues tras esta palabra se encierra toda una forma de entender la vida, de comprender al ser humano, de descubrir a Dios. Los valores que emanan de Nazaret quedan fosilizados si no se viven desde una pasión existencial por el ser humano, si no son expresión de haber tocado fondo en nuestra experiencia de ser hombres y mujeres de carne y hueso. Sólo así podrá ser escuchado nuestro relato en medio de la historia dinámica y cambiante que nos toca vivir. Bonifacia es un relato subversivo que pone en evidencia lo que es genuinamente humano en una sociedad que frecuentemente quiere olvidar su realidad de creatura, sublime pero finita.

• Mundo trabajador y pobre

Si hermanar oración y trabajo era el eje transversal del carisma y Nazaret el humus donde se enraíza, el mundo trabajador pobre es la realidad hacia donde orientar nuestro compromiso. ¿Por qué? Pues, porque él mismo es la pregunta que hizo nacer la respuesta del proyecto josefino. La gran inquietud de Butinyà es la promoción y dignificación del mundo trabajador y pobre y la apuesta encarnada en la vida y obra de Bonifacia es la que nace de la opción enraizada desde y para el mundo trabajador y pobre. Comprometerse y optar por el mundo trabajador y pobre supone hoy para nosotr@s como familia josefina:

⇒ Convertir el dinamismo espiritual que emana de hermanar oración y trabajo en una opción radical por los/as que no tienen trabajo, por los/as que lo viven en condiciones injustas, luchando contra los abusos laborales, por las discriminaciones raza, género o cultura porque el rostro de Dios que emana de nuestra oración tiene manos y mirada trabajadora y pobre.

⇒ Entender el seguimiento de Jesús, como un estar con él donde el estuvo, es decir, en las fronteras sociales, sanado, acompañando y transgrediendo todo aquello que impide la felicidad de los seres humanos. Y desde el carisma brota una frontera preferencial, la que genera el mundo laboral y de mercado, sostenido por unas estructuras económicas injustas, marcadas por sistemas sociales patriarcales y la prepotencia cultural del norte sobre el sur.

Page 11: Seguir a Jesus Una Experiencia Fundante

Seguir a Jesús desde el cotidiano camino de Nazaret

11

⇒ Generar plataformas alternativas desde la dinámica del taller, que potencie la inclusividad, la solidaridad y la promoción desde y con el mundo trabajador y pobre11

⇒ Vivir un estilo de vida que testimonie esta opción preferencial y discierna a partir de ella.

⇒ Descubrir que Dios se encarna para nosotro@s en el mundo trabajador y pobre Y ello nos desafía a escuchar la palabra de Dios a la luz del dolor, de la esperanza, de los sueños de este mundo nos dará audacia y creatividad para encarnar el compromiso. Bonifacia es memoria viva de mujer trabajadora y pobre, capaz de hacer experiencia de Dios en su misma realidad social, asumiendo los desafíos de su época y los riesgos que conllevó la audacia de su misión.

b) Referentes éticos para una comunidad alternativa Aquí intento presentar los hilos con que se teje el tapiz del estilo josefino. Son pequeñas teselas de un gran mosaico, que hay que entender unas engarzadas en otras, porque unas iluminan y confirman a las otras.

• Familia: el icono del Reino (Mc 10, 29-31)

El anuncio del Reino vino marcado para Jesús con la propuesta audaz de una comunidad alternativa. Todo el proceso de discipulado que el inició se basó en la invitación de crear una nueva familia (Mc 3, 31-35). Cuando proclama que su familia es quien cumple la voluntad del Padre, no está rechazando a su familia biológica, sino que está denunciando los valores en los que estaba asentada la realidad familiar en su tiempo. La voluntad del Padre para Jesús era el Reino y cumplir su voluntad era posibilitar una nueva comunidad donde fuese posible. La Familia en el siglo I estaba sostenida por relaciones desiguales, donde el padre ejercía la autoridad y del que dependían todos los miembros de la casa. Nadie podía vivir al margen de la estructura familiar, porque de ella dependía su identidad y su subsistencia. Jesús va a proponer una nueva familia (comunidad del reino) que va a trastocar lo establecido. Existe un único Padre para tod@s, un padre que él llama Abbá y que tiene entrañas maternas (Parábola del hijo prodigo), que perdona siempre y sólo desde él se puede construir la casa. Y una nueva identidad la de hijo/a y unas nuevas relaciones la de herman@s (todos somos iguales) y madres (cuidado y acompañamiento), desde una sola actitud la del servicio. Y esto Jesús no lo descubrió de casualidad sino que lo fue viviendo y construyendo en Nazaret junto a María y José José: el hombre que hizo lo que no se esperaba de él: el evangelio de la infancia de Mateo tienen como protagonista a José y lo describe como un hombre justo, es decir, fiel a la voluntad de Dios, pero si leemos despacio las narraciones descubrimos que su fidelidad lo lleva a transgredir lo que se esperaba de un buen judío. José vive la incertidumbre entre los principios heredados y lo nuevo que surge ante él. Como varón se le pide que defienda el honor familiar repudiando a María, sin embargo él con temor y temblor, opta por construir una nueva familia, desde el respeto a la dignidad de María, construyendo juntos un hogar para Jesús. Como cabeza de familia debe dar estabilidad , honor y futuro a su familia, pero el opta por la inestabilidad y la novedad: se deja guiar, discierne y renuncia al honor comenzando su camino familiar desde los últimos, en las afueras de Belén. Y eso será lo que Jesús propone después a sus discípulos y discípulas.

11 Una experiencia desde aquí la tenemos en Taller de Solidaridad

Page 12: Seguir a Jesus Una Experiencia Fundante

Seguir a Jesús desde el cotidiano camino de Nazaret

12

María la mujer que proclamó lo que no se esperaba de Dios: Ella es la protagonista en el evangelio de Lucas y ahí descubrimos como cuando ella asume la sorprendente manera que Dios tiene de encarnarse y la opción decidida que hace por una mujer sencilla como ella, su respuesta es el Magnificat, que no es mas que el canto a la sorprendente manera de actuar de Dios: que opta por los sencillos/as (Mt 11, 25-30), que su honor es la misericordia y por eso trastoca el orden establecido. Ese nuevo orden que María proclama en el Magnificat, es el que Jesús propone cuando proclama el Reino y cuando instruye a sus discípulos/as. El nuevo rostro de Dios que Jesús anuncia y que lo lleva a ser blasfemo en una cruz, y el estilo de vida que propone a sus seguidores/as y que lo sitúa como trasgresor del orden establecido, se había fraguado junto a José y María en Nazaret. Tener como modelo de convivencia a la familia de Nazaret es altamente subversivo y contra cultural. Tener un estilo familiar como el de los habitantes del taller de Nazaret es construir un modelo nuevo de familia y de comunidad, desde la justicia de José y el magnificat de María en la perspectiva del Reino.

• Sencillez: una propuesta de felicidad (Mt 5, 3-11)

Sencillez nos suena a menudo a descomplicación, a falta de conflicto, a cotidiano y eso es verdad, pero a veces nos olvidamos de la carga de profundidad que esa palabra tiene. La sencillez es una actitud ante la vida que define el tipo de relaciones que queremos entablar y que nos obliga a bajar de los pedestales a los que nos subimos y a diferenciar entre autoridad y poder. Es decidirse a ver la realidad desde la altura de los pequeños y no pretender abarcarlo todo estirándose como un gigante. Es saber recibirlo todo como don. Es no asumir la violencia como respuesta ni el poder como estrategia. La proclamación de las bienaventuranzas, es una explicitación de esta actitud. Solo el que se configura humanamente desde la sencillez, puede sentir a Dios trasformando su vida. Porque sólo así es posible actuar construyendo paz aunque se esté perseguido/a. Porque es la única manera de arriesgarse a vivir vulnerable y necesitado/a y así ser capaz de ternura. Porque sólo así la tristeza, el mal, la injusticia no se adueñaran de nuestro corazón. Siendo sencillos/ nos sentiremos consolados/as, heredaremos el futuro, nos acogeremos en las buenas manos de Dios y lo descubriremos en la vida, y viviremos el aquí y ahora del Reino. Sin embargo, en un mundo prepotente y violento como el nuestro, que estratifica las relaciones desde el poder, que ignora lo débil y enaltece a los satisfechos, ser sencill@ es una provocación, que mina desde abajo las razones de los/as poderosos/as, que molesta y que a menudo se intenta utilizar y abusar de la bondad que atesora. Militar en la sencillez, es renunciar a los privilegios, enfrentar sin armas a los/as poderosos/as y defender la bondad del corazón sin que el odio y la venganza nos la robe (Mt 11,29). Todo ello supone lealtad y compromiso, supone fe y esperanza, supone ser incomprendido/a e incluso ser perseguido/a (Mt 5,11), pero esa es la ética del Reino y esa es también la ética del taller josefino y su desafío. La manera de situarse Bonifacia ante la vida y las personas nos hablan de esta manera de estar en el mundo.

• Humildad: la debilidad de Dios (1 Cor 1,17-2,5)

Cuando nos sabemos poseedores de la verdad o de la razón, tenemos la tentación de mirar por encima del hombro, poniendo en evidencia a quien está equivocado/a. Cuando dominamos un campo del saber o de la experiencia tendemos casi sin querer a avasallar con nuestra sabiduría aunque no pretendamos imponernos y es ahí donde la humildad actúa de correctivo de esos puestos de primera fila que a veces pretendemos otorgarnos.

Page 13: Seguir a Jesus Una Experiencia Fundante

Seguir a Jesús desde el cotidiano camino de Nazaret

13

Algo así les pasaba a la comunidad de Corinto cuando Pablo les propone el discurso de la cruz. La máxima debilidad de la cruz se presenta como la máxima fortaleza de Dios. La locura de un Dios que se revela en la cruz se convierte en una sabiduría nueva. Ese es el mensaje y ese es el lugar de la humildad, que ahora se propone como actitud para construir la comunidad (1 Cor 1, 26-30) y como estrategia para evangelizar (1 Cor 2,1-5) Asumir la humildad como medio de afrontar el conflicto convierte el silencio en resistencia y la bondad en don. Narrar los caminos de humildad que brotan en nuestra vida supone anunciar al Dios débil que se encarnó en Nazaret y permanecer afincados/as en la esperanza y la confianza. Así vivió Bonifacia el conflicto, así entendió su silencio, ahí sostuvo su permanencia y su esperanza. Esa es la sabiduría y ese es el marco de la propuesta.

• Cotiniadeidad: Encarnar la utopía (Jr 32)

Cada vez que se ojea el periódico parece más lejana la posibilidad de un mundo feliz y la esperanza queda limitada a construir pequeños oasis afectivos donde el placer inmediato y las metas al alcance de la mano se convierten en normas de conducta y de supervivencia. La espera de un cielo nuevo y una tierra nueva donde habite la justicia es hoy más que nunca un desafío para l@s creyentes, que no estamos vacunad@s contra la tentación de convertir realismo en desesperanza. Es urgente, pues, recuperar la fe en el futuro, sin sentimentalismos, ni ingenuidad, sino con creatividad, confianza y audacia, trasformando en recuerdo subversivo la experiencia pascual. Vivir esta tensión desde la vida cotidiana, es el gran desafío del carisma josefino. A menudo parece que sólo se cambian las cosas desde los lugares de influencia o con poder, así nos ha enseñado la historia cuando nos la cuentan desde los vencedores y desde sus lideres, sin embargo debajo hay otra historia, la de la gente de a pie, que va como las aguas subterráneas socavando a su manera lo que impide la vida y un futuro mejor y muchas veces lo que hacen los pretendido/as protagonistas de la historia no es más que aprovechar el momento en que se reblandece la tierra por efecto de las aguas. El profeta Jeremías en uno de sus peores momentos (estaba preso) es invitado por un pariente a comprar un campo en su pueblo natal. Una acción aparentemente profana se convierte en una acción simbólica que anuncia la posibilidad de un futuro diferente. Un momento de impotencia y desastre como el que vive es transformado en oportunidad para apostar y proclamar la esperanza. Este es el enfoque, convertir los pequeños gestos en utopía, sostener la esperanza en los pequeños gestos diarios. Vivir encarnado la utopía sin pretender pasar a los libros de historia, ni saltar a la fama. Seguir creyendo en ella aunque pretendan arrancarnosla. Desde esta perspectiva el camino recorrido por Bonifacia en el taller de Zamora se convierte en lugar teológico a la hora de buscar marcos de referencia que animen a dar sentido a las pequeñas realizaciones que, si bien en su inmediatez son insignificantes, pueden ser recuerdo de esperanza., pues si es verdad que tras la experiencia de Zamora el mundo no alcanzó la utopía, quedó dicho que es posible empeñar la vida en pequeños sueños que sean luz hasta donde alcancen, y se conviertan en recuerdos subversivos de que nada se pierde ni es inútil cuando se ha puesto en ello toda la vida. Zamora es la profecía externa que anuncia que la utopía no está en el futuro incierto, sino que se

encarna en el amor de una vida que llega al final sin perder la confianza y la bondad.

• Fe: Arriesgarse a confiar (Mc 5,25-34)

Para la Biblia la fe no es asumir dogmas y verdades, o profesar una religión, para la Biblia la fe es confianza y su contrario es el miedo. A veces hemos puesto la fe en cumplir preceptos o mandamientos y nos dejábamos guiar por lo que venía de afuera y no la vivíamos como una opción personal que marcaba a fuego nuestra existencia y que

Page 14: Seguir a Jesus Una Experiencia Fundante

Seguir a Jesús desde el cotidiano camino de Nazaret

14

nos exigía un diálogo continuo con Dios y una permanente actitud de confrontación con la realidad. Eso ha achicado nuestra conciencia creyente, pues si bien el cumplimiento aportaba una cierta tranquilidad, nos inhibía a menudo de toda responsabilidad personal en el anuncio de nuestra fe y en su maduración. La fe vivida de esa manera adormece y se quiebra en los momentos de dificultad o sin sentido. Sin embargo al fe que reclama Jesús en sus seguidores/as es la que nace de la tradición bíblica, la que nos empuja a confiar como lo hizo la hemorroisa (Mc 5,25-34), que trasgrediendo las normas establecidas tocó el manto de Jesús y le arrancó la curación y él confirmándola le dijo: Hija, tu fe te ha salvado. Esa es la fe auténtica, la que asume el riesgo, la que confía, la que da un paso al frente, la que espera contra toda esperanza, Vivir así la fe nos sitúa de forma diferente ante la vida y ante Dios. Ya no hay evidencia sino certezas que nos sostienen en el camino y nos hacen audaces y comprometid@s. No esperaremos de Dios milagros, ni nos escandalizaremos de su presunto silencio, en los momentos difíciles. Pero si, buscaremos compartirla con otros/as, celebrarla en comunidad, porque hemos descubierto también en nuestra vida la Buena Noticia y eso nos ha cambiado la vida y nos ha hecho protagonistas audaces del hoy de la historia. El taller josefino necesita hombres y mujeres con este tipo de fe desde la que enraizar los valores alternativos que el taller anuncia y arriesgarse a vivirlos. Bonifacia, una vez más nos precede y nos muestra como vivir sin tirar la toalla, sin dejarse herir, asentados/as en una experiencia de fe que impulsa más allá de lo predecible y sostiene más acá de lo esperado. Ella nos recuerda aquellas palabras de Isaías al rey Ajaz: Si no os arriesgáis no experimentaréis que sois sostenid@s.

• Amor: Criterio de actuación (Rm 12, 9-21)

Con todo lo que llevamos dicho, sólo se puede esperar como última opción, el amor. Así lo piensa también Pablo cuando escribe a los romanos. Después de un arduo discurso teológico sobre la salvación que ha dado más de un quebradero de cabeza a los estudiosos, el apóstol plantea como se vive y se trasmite esa salvación y lo resume en una sola frase: que vuestro amor no sea una farsa, es decir, tomaos en serio el amor. Y a continuación va a explicar donde y como se verifica que se ha tomado en serio el amor:

⇒ En los procesos de discernimiento de la vida (12,9) ⇒ En la gratuidad (2,10) ⇒ En el servicio (12,11) ⇒ En la alegría, esperanza y fe (12,12) ⇒ En la hospitalidad (12,13) ⇒ En ser bendición para el otr@ (12,14) ⇒ En hacer nuestra la experiencia del otr@ (12,15) ⇒ En la sencillez (12,16) ⇒ En el perdón (12,17) ⇒ En la paz (12,18) ⇒ En la no venganza (12,19)

Y al final resume: “No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal a fuerza de bien” esto es amar y esto lo dice en singular para que se viva como actitud personal que se traduce en las anteriores respuestas comunitarias. Esta es la clave que hace posible y da sentido a todo lo anterior. No es un amor general, es un amor concreto y eficaz. Es lo que hace posible la ética del taller y lo convierte en propuesta alternativa, no por su eficacia, sino por el espacio de bendición que genera a partir de unos valores que brotan desde abajo y se encarnan en una respuesta cotidiana pero audaz. Una respuesta nazarena que sueña con cambiar la realidad desde el trabajo

Page 15: Seguir a Jesus Una Experiencia Fundante

Seguir a Jesús desde el cotidiano camino de Nazaret

15

hermanado con la oración y convertirse en promesa y bendición para el mundo trabajador y pobre, especialmente para la mujer.

Carmen Soto

LOS PORTADORES DE SUEÑOS12

12 Gioconda Belli, El ojo de la Mujer, 2001, 215-18

Sólo el amor resistirá Mientras caen como torres dinamitadas Los días, los meses, los años. Sólo el amor resistirá Alimentando silencioso la lámpara encendida, El canto anudado en la garganta, La poesía en la caricia del cuerpo abandonado. Algún día, Cualquier día, Doblará otra vez el recodo del camino, Lo veré alto y distante, Acercándose, Oiré su voz llamándome Y sabré que el amor ha resistido Mientras todo se derrumbaba. G. Belli

En todas las profecías

Está escrita la destrucción del mundo.

Todas las profecías cuentan que el

hombre creará su propia destrucción.

Pero los siglos y la vida que siempre se

renueva

Engendraron también una generación

de amadores y soñadores;

Hombres y mujeres que no soñaron con

la destrucción del mundo, sino con la

construcción del mundo de las

mariposas y los ruiseñores. (...)

Así fue como proliferaron en el mundo

los portadores de sueños,

Atacados ferozmente por los

portadores de profecías habladoras de

catástrofes.

Los llamaron ilusos, románticos,

pensadores de utopías,

Dijeron que sus palabras eran viejas

-y en efecto, lo eran porque la memoria del

paraíso es antigua en el corazón del

hombre-

Los acumuladores de riquezas le temían

Y lanzaban sus ejecitos contra ellos,

Pero los portadores de sueños todas las

noches hacían el amor

Y seguían brotando su semilla del vientre

de ellas

Que no sólo portaban sueños sino que los

multiplicaban

Y los hacían correr y hablar.

De esta forma el mundo engendró de nuevo

su vida como también había engendrado a

los que inventaron la manera de apagar el

sol. (...)