Segunda Edición, 2017Primera Edición 2000Editorial Universidad Don Bosco

Portada: Gabriela María Rosales CastellanosDiseño: Mariana Eugenia Rivas

Imagen de portada:Stephen Grant, Postales salvadoreñas del ayer 1900-1950. Primer timbre postal de El Salvador, Presidencia de Francisco Dueñas.

© Santiago Miralles© Editorial Universidad Don Bosco Apartado Postal 1874, San Salvador, El Salvador Tel:(503) 2251-8200 Ext. 1713/1708 editorial@udb.edu.sv - www.udb.edu.sv/editorial/

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863.4

M671L Miralles, Santiago 1962- La Tierra Ligera / Santiago Miralles. --1ª ed.-- San Salvador,sv El Salv. : Editorial Universidad Don Bosco, 2017. 180 p. ; 15 cm.

ISBN 978 - 99923 - 50 - 88 -1

1. Novela histórica-Sio XIX--El Salvador. 2. Literatura salvadoreña. 3. Literatura española. I. Título.

BINA / jmh

Índice

Prólogo 7

Tierra Ligera 91. Al calor del progreso 112. Una tertulia histórica 233. El estuche mágico 364. Bodas de Agua 525. Mimi y los cataclismos 616. El poder de la voluntad 717. El olor de las rosas 828. El collar de la paloma 969. La luz de la tragedia 11310. Príncipe y hombre 12911. Señales del imperio 14212. El templo de la sabiduría 15813. Más tiempo que vida 170

Agradecimientos 175

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Santiago Miralles, diplomático español y hombre de letras, dueño de palabra culta y académica, novelista galardonado, es merecedor de permanente presencia para quienes le hemos conocido y apreciado. El escritor Miralles vivió varios años en San Salvador como alto funcionario de carrera de la Embajada de España, y entre sus varios destinos, y ya recientemente como Embajador, fue El Salvador un país que marcó especial y particular impronta en su espíritu acucioso y creativo, además de haberlo comprendido a través del conocimiento de su pasado y de sus circunstancias históricas.

El Salvador no es un país fácil para el visitante extranjero; detrás de un marco de exuberante naturaleza y de gente de sonrisa amable, está la realidad de las contradicciones heredadas y un difícil presente. Santiago Miralles entendió el mensaje salvadoreño, lo situó en certera ficción en un año significativo, 1917, año de terremoto y erupción volcánica, y desarrolló su novela en un San Salvador con la prestancia provinciana de esos tiempos de trópico vulnerable. Un iluso San Salvador con pretensiones de haber llegado a ser tímido pariente lejano de las urbes europeas, a las cuales “quería” haberles prestado un poco de distinción con un soplo de enjundia citadina, mientras se lo permitiera la fragilidad telúrica de su suelo.

En este San Salvador se desarrolla “La Tierra ligera”, con sus árboles frutales, sus palmeras y cocoteros, sus dramas y conflictos, con un desfile de personajes de todo tipo, entre criollos de vieja cepa y extranjeros recién llegados que buscan enraizar su espíritu en el pequeño universo humano de la ciudad y en la tierra calurosa. Entre ellos un enigmático hombre que se impone con su porte aristocrático y que encierra un misterio con solamente pronunciar su nombre, Justo Armas, definitivamente un personaje no ficticio, pero incorporado en el mundo de creativa imaginación de la novela; un mortal que calló sus fueros internos, rodeado de curiosidades domésticas y de sus efluvios europeos de casa bien montada. Justo Armas era ya entonces un naciente mito urbano.

“La Tierra ligera” cautivó desde su aparición en el año 2000 y su presentación en San Salvador, en enero de 2001, en el Centro Cultural de España. Ahora, en una coedición de la Academia Salvadoreña de la Historia con la Universidad Don Bosco, la novela vuelve en una nueva publicación y sigue en su empeño de rendir el mayor reconocimiento al arquitecto Rolando Déneke, quien fue el investigador salvadoreño decisivo en los misterios de Justo Armas de la historia reciente, pues él dio a conocer las aristas de la leyenda del hombre a quien se le ha otorgado un alto origen y el mejor discurso genealógico. Déneke lo persiguió con la acuciosidad del historiador y llevó la investigación a los mejores resultados con indicios que brotaron en su marcha

Prólogo

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hacia la identificación del personaje enigmático. “La Tierra ligera”, con la prosa cuidada y expresiva de Santiago Miralles, y los datos aportados por Rolando Déneke, sitúan a Justo Armas en un entorno ficticio, en un cromático mundillo urbano de intrigas y pasiones, en un San Salvador pequeño y estrecho, rústica miniatura de la ilusión de gran ciudad, lleno de habladurías, donde los decires van y vienen, junto con las noticias de barrio y cabildo y las ínfulas sociales que brotan de la engañosa y sórdida fachada de ancestral señorío que ofrecen los cafetales.

Santiago Miralles, escritor madrileño (1962), inició su destacada carrera de escritor y novelista con “La Tierra ligera”, en Ediciones La Discreta, que le valió ser finalista en el Premio Tigre Juan a las mejores novelas publicadas en ese año en España. Luego continuó con una destacada y premiada producción novelística: a) “La fuente de Orfeo”, ganó el mismo año el Premio Río Manzanares (Editorial Algaida); b) la “ONG” apareció en 2003 (Ediciones Martínez Roca); c) otra vez obtuvo el Premio Río Manzanares en 2004, con “Dos mil, Madrid cincuenta y cuatro” (Editorial Calambur); d) “La lengua de Dios. Los grandes escritores del Siglo de Oro y sus luchas de poder.” Salió de prensas en 2005 (Ediciones Martínez Roca); e) “El Círculo Leibniz”, lo fue en 2006 (Ediciones La Discreta); f) en 2010 publicó “Las letras de bronce” (Editorial El Páramo), ganadora del Premio de Novela Corta de la Diputación de Córdoba; g) “Velázquez y Rubens, conversación en El Escorial” fue un destacado aporte de novela histórica en 2010 (Turner Publicaciones); h) “Preludios, una historia de la música en 24 diálogos” apareció en 2010 (Turner Publicaciones). En el año 2013, en el Teatro Español, en Madrid, presentó como coautor la obra de teatro “Entre Marta y Lope”. Toda esta distinguida producción se ha alternado con artículos, reseñas, prólogos y reiterada participación en antologías de cuentos.

El Embajador Santiago Miralles es actualmente Director de la Casa de América, en Madrid. Mejor distinción –por ahora– no puede haber para continuar con ese espíritu americanista que siempre le ha animado. En El Salvador le agradecemos habernos colocado en sitio destacado en su propia producción literaria, y el haber sido su primer éxito como novelista le pone algo muy especial en el conjunto de sus obras. Tengo la honra de contarme entre sus amigos, y con la confianza de la amistad le agradezco haberme permitido escribir estas líneas para “La Tierra ligera”, en su segunda y salvadoreña edición.

Pedro Antonio Escalante Arce Universidad Don BoscoAcademia Salvadoreña de la Historia, 2017