Segundas Crónicas Para El Buey Apis

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1 SEGUNDAS CRÓNICAS PARA EL BUEY APIS “Para el III Premio de Poesía Joven Origami”

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SEGUNDAS CRÓNICAS PARA EL BUEY APIS

“Para el III Premio de Poesía Joven Origami”

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ESCENAS EN SYMPLOKÉ

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UNA PRESENTACIÓN

Lo juro, intento darle dignidad a todo esto

mantener la compostura, ser mundano

Pero algo en mí debe de estar pidiendo ayuda a gritos

Está bien, no tengo un duro, pero apenas bebo

Conservo incluso un cierto aspecto humano y aunque

solo he cotizado una semana y pico (y a mi edad)

tendría hasta un amigo o dos si me lo propusiera

No obstante el mundo quiere darme un apretón de manos

Evito encontronazos con la caridad

Me paran por la calle para hablar de Cristo

y no siempre hay tiempo de cambiar de acera

Me fríen a parábolas

Soy un escuchador modelo a plazos

pateando una ciudad como otra Abdera

A las 17h me disputo con Demócrito y Protágoras

y otros 2000 un puesto de comercial por comisión

Piden latín para vender aspiradoras

Hoy en un curro ya no dan ni latigazos

¿Suscito en serio tanta compasión?

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Entre atascos de dos horas la ciudad se desarrolla en calma

Yo llego a mi entrevista con retraso

Una chica pasea su Lulú de Pomerania

meneando un culo bien redondo y respingón

Bajo esa estupenda minifalda

¿habrá también un alma?

En todo caso estaría a un paso de la perfección.

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EL RECUERDO DEL PRIMER AMOR

Al final de la tarde el sol se enfrenta cara a cara

como en un duelo irregular

Golpeo el módem sobrecalentado junto al ordenador

y mastico un mejunje frío

que lleva en la nevera demasiados días

Escenas burguesas del XXI

Apartando con el tenedor la fina tela de moho

reflexiono sobre los estragos del tiempo

mientras se congela en la pantalla un primer plano

de un par de pelotas sonrosadas

Debería suicidarme

Debería estar cargándome a cualquiera

Debería disparar a los niños del patio desde la azotea

Pero como siempre no daría una

Ya lo comprobé en la feria con esos patitos de mierda

Cuando hace doce años tenía aspiraciones

y aún creía en el amor y las garantías del esfuerzo

Debería haberme atropellado uno de esos tráilers

estupendos y alocados que circulaban por la avenida

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frente al instituto

Pero te me adelantaste, Aurora, como en todo

Tendría que haberme lanzado a tu boca

aunque no fuera más que un bulto

vago y púrpura, algo patético, que ronroneaba

Tu cara desfigurada, bonita hacía un instante

No nos adaptamos a los cambios

Un balance brusco en la temperatura corporal

nos aniquila como a abejas

Tendría que haber sido yo quien volara hacia la carretera

Tendríamos que habernos empujado con más fuerza

Tal vez necesitábamos odiarnos más

Tal vez si te hubieras tirado a mi mejor amigo

Pero hasta en eso nos faltaba arrojo y puntería.

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LA CASA DURANTE LA CENA

con sus roles familiares repartidos

en los vacíos del hogar

Miro el pollo chamuscándose en el horno

oliendo bien

Me pregunto por su hábitat

Su orden moral trascendente

en un estado autóctono o salvaje

y me resulta inverosímil

Esos animales son inconcebibles

fuera de una fuente con patatas

Mientras masticamos, cosas importantes

suceden en el mundo (el equinoccio, Israel y Palestina...)

Los niños hablan otra vez del mariquita de la clase

escupiendo pequeños aerolitos contra la ensalada

¡Esos mierdecillas aún ignoran su condición existencial!

Con la grasa pringando sus barbillas...

Fantaseo con abandonarlos

Papá es un idiota, es cierto, pero también los pollos

son idiotas. Y Marte, y una catedral gótica

¿Acaso eso os convierte en mejores personas?

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Tras la pantomima familiar, ya en la cama

ella sigue ausente, en otra parte, tal vez en el mundo

donde yo espero vivir de nuevo un día

Del único ser que amo solo llega un ruido

de páginas girando cada seis minutos

Me vuelvo para mirarla. Enternecido saco fuerza

y tomo aire: −Aurora, un día...

pero la última luz del atardecer se me encasquilla

en los ojos

Adiós a la inspiración. Maldita sea

−...¡Un día internaré a esos cabroncetes!

No responde. Mejor así. Por hoy me basta

Lentamente, la noche nos engulle

como un animal fantástico.

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INVISIBLE YA PARA LAS ADOLESCENTES

mi existencia transcurre por caminos sedentarios

Un aditamento más del que prescindir, como antes

los juguetes, los abuelos o las discotecas

El año pasado fue el fin de los estudios

y el adiós al gregarismo social universitario

Ahora la vida me bendice con el déficit y el paro

e internet no sirve más que para ver películas guarras

Los amigos juegan en sus apartamentos

a emular patrones de familia atávicos

A medida que el tiempo libre y la pobreza aumentan

la actividad se concretiza en el ámbito doméstico

Nuestras vidas se hacen perezosas y simples

como la tecnología usuario para idiotas

No nos queda mucho tiempo

y las horas pasan demasiado lentas.

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ESTO DE SER ESCRITOR

Si hubiera elegido otro oficio

las lecturas de esos textos largos

y terribles a las que solo tú acudías

no habrían existido y como ellas

tal vez

cualquier tentativa de darte

un revolcón

O tal vez hoy seríamos felices

todavía juntos en un apartamento

que podría permitirme pagar.

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ELOGIO A ESE PEDAZO DE ABUELO

El abuelo se murió con el badajo en la mano

como quien cuelga de un barranco

asido a una rama seca

Lo encontró mi madre en el suelo

junto a la silla del ordenador

El protector de pantalla emitía destellos

de colores verde y fucsia

Afuera, las mastinas jugaban a perseguirse

El viejo yacía doblado y con los pantalones

por los tobillos, con una mano en el corazón

y la otra en la cuerda, ya floja,

de un trapecista espléndido

Me parece la pose más valiente

El escorzo del héroe anacrónico

Morirse dando pelea

Abuelo, te aferraste a la vida

hasta el último instante

Yo aplaudo tu garra y tus ganas

de combatir a la muerte

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con la espada que mejor blandiste

mientras vivías.

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SE DESPLIEGA ANTE NOSOTROS el centro comercial

con sus actantes como botes en un muelle

basculando entre la oferta y la demanda

Entramos en la promoción de primavera

Todos conocemos nuestros roles

Sobre las escaleras mecánicas

nos movemos cómodos, sin voluntad

cargados con bolsas y felices

de delegar responsabilidades

¿Tiempo para una reflexión socioeconómica?

La náusea llega de repente en los pasillos de la moda

Es duro soportar tanta belleza en movimiento

y la carne en esos modelitos se vuelve cruel

Abrumados por las aglomeraciones y los cuerpos

algunos fantaseamos distraídos

tratando de establecer dinámicas de competencia

mientras nuestras chicas se desnudan en los probadores

Desde el outlet asistimos, dóciles y sin posibilidades

a la fluctuación de los coños en el mercado global

Carecemos de otras ambiciones

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y husmeamos a través de las cortinas entreabiertas

Solo deseamos copular con ellas

Pero se empeñan en hacernos desgraciados.

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ME DESPIERTO AGOTADO aunque he dormido nueve

o diez horas pero he pasado la noche soñando

que me persiguen zombis y que sólo tengo un abre-

sobres con que rebanarles la garganta

Me levanto, animo a mi padre a que soporte

un día más y paseo solo hasta la plaza llena de pancartas

y de gente jaleando horrorizada, incomprensible, mientras

apartadas en los bancos ríen y se abrazan

un grupo de muchachas adolescentes, niñas de cintura

para arriba y pienso en sus cuerpos censurados

cuando deberían ser los únicos aptos

para el amor

Las miro y temo ser descubierto y lo sé, es ridículo

pero también inútil, pues ignoran a los que protestamos:

El mundo para ellas es perfecto así

Me alejo, busco en el concepto de catarsis algo que resulte

epifánico o al menos me devuelva el estado apático

de las cosas. Temporada de conciertos, por el patíbulo

desfila el cadáver de Rimski Korsakov hacia el auditorio

plagado de moscones aunque podrían simplemente

limitarse a interpretar su música. Escucho y

me escondo ahora de una voz demasiado próxima

y recuerdo de repente a esa vegetariana radical cuya única

virtud era rehusar las cenas en restaurantes caros. En su boca

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no entrará jamás, viva o muerta, carne alguna, así que

ni lo intento y finjo que contesto al móvil y huyo por las formas

del bestiario, entre los coches y las marchas fúnebres

Se trata de llegar a una encrucijada indiferente donde

no sea distinto volver a la cama que a la calle, al fin y al cabo

los monstruos no se cansan de correr

Parece increíble que todavía sigan habitando

esta ciudad de mierda.

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AUNQUE SON LARGOS LOS DÍAS en los que represento

mi papel de ciudadano modelo, dócil y en la ruina

por las noches planeo cuidadosamente mi fuga

Quiero huir de castellón, una ciudad llena

de imbéciles y criminales

Rodeándola, una cerca electrificada

y enorme llamada españa

me contiene y más allá, hay un páramo

Lo demás es un misterio, y mientras dure

esa promesa de una vida mejor

Mientras guarde algo de mi tendencia

al autoengaño

sin saber cuánto me juego

por tan poco o tanto o por lo mismo

Es la única manera de que exista, remotamente

la esperanza de ser libre.

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ARENGA EN LA CARNICERÍA DEL SÚPER

Pido un poco de justicia, señoras y señores

¿Qué ciudadano de derecho no lo haría?

La exigen hoy hasta los inmigrantes

No pretendo daros charlas ni consejos

Apenas he robado, ni abusado de menores

todavía. Es cierto, tampoco soy tan viejo

pero si tengo que sobar, pregunto antes

En la vida, como en la carnicería

tan solo soy Alicia en busca de un conejo

Esta señora me ha pasado por delante

y excepto que seáis una superstar o un fugitivo

pedir turno en una cola es, y de lejos,

el momento más trascendental del día

Determinados por reglas infalibles

(I = ∫t1t2 Ldt)

tomamos posiciones relevantes

con respecto al resto de los seres vivos

Fuera de eso somos un trozo de carne

flotando en un puchero indigerible

Debe de haber algo más allá del hipotálamo

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que nos haga sentir libres

Algo parecido a un elixir

No obstante yo aún no lo he encontrado

Hay seres demasiado estúpidos para sufrir

que toman la batuta, ostentan cargos públicos

No lo hacen mal; aunque sin emoción ni táctica

apenas dejan cada año algún millón de muertos

A su lado algunos demasiado estúpidos

como para soportar su propio cuerpo

desarrollan capacidades de abstracción

contra la vida práctica. Aferrados

al pensamiento mágico, otros optan

por la castración o el aislamiento

El resto hacemos cola en el supermercado

Creemos en los mecanismos de control social

más represivos. La guerra, el cáncer, el patíbulo

la belleza, los uniformes de las azafatas

Hay errores enmendables, cualesquiera

A veces uno mete bien la pata

El mundo visto desde fuera

parece un pozo de mierda tan superficial

Y pese a todo seríamos capaces

de lo que fuera por permanecer dentro

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Así que vieja zorra, vuelve a tu lugar

¡o te juro que te rompo la cadera!

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LA VIEJA HISTORIA DE LA CAMPANA DE PAVLOV

Mi padre era un forofo de los manantiales

Durante los viajes en coche por los puertos de montaña

solíamos, sedientos, parar en cada fuente

y él hacía una pila con las palmas de las manos

para darme de beber

Recuerdo el olor a tabaco de sus manos

No había en todo el monte un olor mejor

Dicen que los detalles que perduran

en la memoria de la infancia

configuran el porvenir

Reflexiono sobre esto mientras aplasto la colilla

contra el poste metálico del buzón

frente al hospital donde mi padre se muere lentamente

sin fuerza para dar una cifra al espirómetro

Pensar que esta mañana dio conmigo su última calada

a escondidas de mi madre y de las enfermeras

El primer momento íntimo tras años de distancia

Esta noche nos hemos quedado a solas

como en los viejos tiempos

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Bueno, el viejo y yo no estamos ya

en el top10 precisamente

Sin embargo he pensado en la posibilidad

de montarlo en el coche y salir pitando de aquí

Las montañas no quedan tan lejos

Si te concentras puedes encontrar, proyectando

puntos de fuga en el horizonte a través de la ventana

un árbol levantado todavía

Pero es demasiado tarde

Cogiendo su mano hace un instante

he comprendido

que estoy a solas en la habitación

Enseguida, como instintivamente

he acercado su mano a mi cara

y aunque suene un poco cursi

su olor y el tacto frío me han devuelto

la sed de aquellos años tan felices.

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ME GUSTA LOLA, es cierto, no me es posible

negarlo. Qué me importa si su piel no es tan suave

como la de las demás, las anteriores, o no poder

llevarla al cine ─no lo haría─ o pasear por el Retiro

sin tener que eludir ciertas miradas agorafóbicas

Al salir de clase de informática o costura

ella le da su colofón a la didáctica y no hay rosas

que ofrecerle ni bombones, cigarrillos solamente o

un reservado junto a la ventana en los comedores

al mediodía. Lugar maldito

Para su cumpleaños le he traído uno de los tomos de

la literatura en el Polo Sur. Ayer vi que iba de mano

en mano, tal vez sin retorno, y qué más da

Están circulando poemas con mi nombre que ni yo

mismo escribiría aun borracho ni desesperado, y es que

alguien sigue confabulando a mis espaldas. No entienden

que ya me atraparon hace tiempo

Por eso me gusta Lola, quizás porque es lo

más parecido a una mujer, porque es valiente

No tuvo Villon más cojones que ella, ni Rimbaud

ni Kerouac ni Pasolini ni todos los sementales juntos

Lola, que no acepta aduladores, que no duerme ni lee

Con su boca triste de Pierrot, concibiendo a cada rato

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el absoluto como signo del azar más cotidiano. Solo

la libertad en estos casos es condicional

Pero hoy necesito salir de aquí, a quién voy a

engañar. No me importa si es con cargos

Sin remordimientos. Allá afuera las muchachas

son falsas todavía, encantadoras, recatadas

con perfumes caros y eso da un cierto respiro

a la conciencia. Aquí no me sirve ni me basta el dinero

Ni sé para qué pago todavía a mi abogado.

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PERDEMOS TANTAS HORAS DE VIDA

intentando entender a Foucault

Aunque haya poco mejor que hacer

lo que queda no va a convertirnos

en mejores personas

Después nos evalúan según lo padecido

y el premio extraordinario de carrera

se lo lleva siempre un suicida potencial

¿Por qué las chicas se masturban menos?

¿Por qué no se aplican en las cárceles

los métodos de represión maternos

y siguen fabricándose futbolines de plástico?

Cada dos minutos un avión

sobrevuela la azotea de mi casa

Su ruido es consolador. Evita

oírse mucho rato a uno mismo

y a veces mi vecina invita

a demasiados hombres a la vez.

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CUERNOS

«Él no vale nada para mí» −Se justifica−

«menos que la mierda que cago»

Pero se ha acostado con él, estoy seguro

Serán sus ojos o su forma de arquear las piernas

al moverse

Mientras se aleja, tras despedirnos con un beso

pienso en la comparación entre su mierda y su ex

Vulgar, sin duda

Él es un tío guapo, atlético. Medirá 1,90

20cm según se dice

No tiene mucha pinta de boñiga

Quizá esa zorra se refiera

a que ambos han estado dentro

de su culo.

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ADIÓS AL ABUELO

El número del ventrílocuo en la funeraria

no consiguió animar a mi abuela

Una fan incondicional de Macario

y José Luis Moreno

Si ni eso ha funcionado

ya nada va a salvarla del declive.

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ESTÁBAMOS LOS TRES ANTE EL ALTAR: la voz del sacerdote

rebotaba contra el vientre de mi madre

“Dar a luz en una época oscura. El Señor...”

Di una patada, «parad», pero la música de Wagner

despertó a las multitudes y el desfile era de nuevo aterrador

El arroz sobre el pavimento como un torrente de granizo

Las campanas con su toque de queda estimulando

los esfínteres de las palomas en diáspora

Mi abuela que solloza en una mezcla de tedio y desolación

y yo, dando patadas, habría querido decir una vez más

«¡parad!»

Las impresiones telúricas de un nonato

Mucho después las mismas sensaciones se repiten

en forma de guerras y catástrofes

En realidad cuesta encontrarle el sentido a todo esto

Pero confesaré algo: algunas tardes, cuando nos tumbamos en la cama

uno junto al otro, su corazón diminuto y mi mano separados

por un guardián hermoso y un cristal, siento que él, con sus patadas

nos querrá decir también, «parad», aunque el amor

acaba siempre por joderlo todo.

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Y RECUERDO LAS VECES QUE ME INVITÓ A SU CASA

aún adolescente, aunque yo menos

y me hablaba de marxismo y que si la materia

artística debía ser espíritu

y yo la besaba. Y aceptaba la paradoja, en fin

mientras no fuera materia

de conversación

Y no sé, y me volvía loco su aire aburguesado

y ambos éramos sensibles y aún quedaba algo

de conciencia histórica reprimida

Y ella pensaba demasiado en mí

y en mi futuro sobre todo, y me imaginaba

en la calle, sin blanca ni ideales

y yo, para no romperle el corazón, la besaba

y revivíamos algo de la parusía

que quedaba entre los dos

Y eso era música, como un relato sin articular

o una embolia a mitad de un discurso

Y tócame, le decía, tú sabes lo que

a mí me gusta

Y ella se sentaba al piano y entonces

ni yo la veía alejarse ni sentía ya la rabia

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ni sabía que las tardes hacía mucho tiempo

que acababan y venían otras

cada vez menos feroces

Y recuerdo que el silencio se modulaba así

Ni más ni menos

Y ni fue nunca ése el tempo de Bach

y ni eso sonó jamás a Schubert pero qué cojones

yo la quería y ella no se iba a dar ni cuenta

durante unos cuantos años más y

ni siquiera.

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PAISAJES PARA UNA MIRADA OBLICUA

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Todo arte es completamente inútil

OSCAR WILDE

FUERZAN LA PUERTA mientras yo fuerzo las palabras

a que parezcan literatura o al menos

sean un modo de expoliación de la verdad

o golpe de gracia a las musas. Decepciona

esta idea sacra que tenemos de las cosas que pagamos

La propiedad privada, como el milagro, guarda

su qué de ostentación. El arte en cambio

es peor que un simulacro fabuloso, la moraleja

de tan gratuita, nada vale

Ignoro cuántos son, sus límites, si son peligrosos

o sólo ángeles extraviados. Por si acaso

nos separa una pared y en la recámara

un teléfono de tres cifras como balas de fogueo

(Pero nunca me han gustado mis vecinos)

Y mientras las joyas dejan su eco en el fondo

de un saco al otro lado, vuelve a mí el lenguaje

sin interrogarme, el verbo estéril hecho tinta

y unas manos que rebuscan por los muebles

y un jarrón o vaso en la distancia que se estrella

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esparciendo escandalosamente luces

que imagino diamantinas

Desde luego no son profesionales

pero quién lo es en su oficio accidental

Alguien blasfema en una lengua nigromántica

que no acabo de comprender

¿Debería hablar con la policía?

Mi poema arrugado contra el metal del cesto

deja un rumor como de ascua en el agua

Apago la luz y espero ser absorbido

por Satie y el infinito

No es sensato que lo que unos le quiten al mundo

otros quieran devolvérselo con palabras.

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UN PASEO POR EL BOSQUE

Allí descansa Sebastián, sobre la nieve

en medio de espléndidos abetos

Sebastián, un ave rara que no encaja en ningún gallinero

Único amigo que me queda

(En realidad va siendo hora de darle esquinazo)

¿Es posible estar solo?

Aunque pueda transcurrir un tiempo prudencial

siempre hay alguien dispuesto a reforzar los lazos afectivos

Tu madre, la casera, algún notario… No hay salida

Te reconocen por la calle, dudan si les ves

y acuden al encuentro. En todo caso aprietas a correr

Es terrible dar la mano

Decido aproximarme al fin a perturbar su siesta

Doy dos pasos, ¡Sebastián! Único amigo

Vaya lata

Pero Sebastián está violeta

Se las ha arreglado para escaquearse a tiempo

El sueño de vivir tranquilo, trabajar en cualquier cosa

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al menos para suscitar indiferencia, creciendo anónimo

entre competidores del libre mercado

agitadores del sistema y portavoces del pueblo

Es tan agradable el convencionalismo social

Nieva sobre nuestras huellas, que se esfuman lentamente

¿Qué hay que hacer en estos casos? ¿Enterrarlo?

Mientras medito, Sebastián se está volviendo

una especie de muñeco regordete al que le sentaría bien

una nariz de zanahoria

La nieve me ha leído el pensamiento.

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ROMANCE DEL PERRO ABANDONADO

Wolfie ha merendado un gatito y dos gallinas

Ya harto de rebuscar entre su propia caca

Un golpe de suerte, es lo que piensa

Ahora flota en el intersticio de dos parras

Le invade un sopor tan metafísico

El reposo del héroe tras semanas

de periplo entre camiones por las autopistas

Wolfie tiene buen olfato para la venganza

Lo suyo es sobrevivir, sin duda alguna

Y hoy es el día que esperaba

El ruido del motor se lo confirma

Pero Wolfie está tranquilo. Se levanta

Termina de lamerse las pelotas, ya no hay prisa

El coche llega y Wolfie se agazapa

Conoce el ralentí del Nissan

El dong metálico de la puerta automática

A lo lejos ve salir a Juan y a Elvira

Wolfie corre entonces. Se abalanza

Contra el cemento suena una llovizna

El grito se interrumpe en la garganta

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Elvira corre, se tropieza. Es presa fácil

Wolfie acierta con la dentellada

La tarde cae y Wolfie busca el fresco

sobre un charco de sangre coagulada

Dos ardillas juegan por los árboles

El declive del verano se adelanta

La piscina arrastra a los insectos

donde habitan, sin saber cómo, unas ranas

Wolfie dormirá por fin con la barriga llena

El reposo del héroe tras semanas

La noche es silenciosa y allá arriba

de nuevo está esa cosa circular y blanca.

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CANCIÓN INFANTIL PARA LAS NUEVAS GENERACIONES (IDEAL PARA

JUGAR A SALTAR LA CUERDA)

No nos interesa el sufrimiento ajeno

Las purgas de Stalin, el holocausto nazi…

parecen meras historiografías

Por qué iba a importarnos un tsunami arrasando

las costas del Índico, o los desastres nucleares

y sus estigmas

Qué hay más inocuo que un niño en sus últimas

un gato sobre un tejado en llamas

la extinción de especies, la deforestación, las sequías

El cáncer, el hambre, las epidemias, la tortura

Todas esas eutanasias lentas y anodinas

No nos conmueve el terremoto de Haití como una estampa

en los medios durante demasiados días

Pasamos del terrorismo de Estado, del asesinato

político, de las guerras santas y las guerrillas

El fanatismo ideológico nos trae sin cuidado

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y la carencia absoluta de ideología

Nos aburre la depravación sexual

la corrupción, las crisis financieras

La asepsia del perdedor, la maltratada o el suicida

El esclavo del trabajo, el solitario sin amigos

el asfixiado por el paro y la familia

Somos indiferentes al odio, al dolor, la compasión

A la comunión perfecta y pura

entre un cuerpo terminal y su agonía

Por nosotros el Cuerno de África puede irse al cuerno

Los indios, los especuladores, los mesías

Los ñus, las abejas obreras pueden irse al cuerno

la derecha y en especial las feministas

Dios, Alá, Osiris, Krisná, la escuela aristotélica

Al cuerno con cualquier forma de filosofía

Son solo datos redundantes, tan solo anécdotas

En el mejor de los casos, estadísticas

Por eso lo importante es acabar sin dejar rastro

Eludir responsabilidades

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Echarse pronto tierra encima

Y rezar porque erosione rápido

el grano de arena que hemos puesto

en esta tierra baldía

Y que la historia siga sin nosotros

sin más explicaciones, engrosando cada vez

con más afán sus filas

Caer como soldados por una patria inexistente

y desaparecer. Prescindir de epifanías

¿Hay acaso un destino más romántico?

Hasta que todo acabe, trabajar, vivir, joder

hacer un par de hijos y buscarse

una afición mezquina

Como vulgares asesinos en serie

dejar apenas un balance. Como máximo

una cifra.

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LUCIAN FREUD

Es vergonzoso lo que dicen las esquelas

sobre tu parentesco con Sigmund

como si no bastara todo lo demás

Ahora que estás muerto puedo escribirte

yo también, sin reparos

porque nadie observa y a nadie importan

tus estúpidos admiradores

porque hoy -¡al fin!- sólo vales tú

Enorme hombre amarillo

Ni las palabras que no te dijeron

y se apretujarán en miles

de periódicos y en el aire condensado

por el foco de las cámaras

Ni las ganas de invitarte a los Quiz Shows

valdrán una mierda

No hacía falta que te murieras

para decirte algo, es cierto

pero ahora que te devoran los gusanos

creo que no te importará

perdonarnos a todos.

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ERBARME DICH

Les ponía a Bach, después

de romperles el culo

las tumbaba de un modo

más tierno en la cama y les decía

ahora cierra los ojos si quieres

pero cállate, eso es todo

y dejaba el volumen tenue

como la luz, apenas un efluvio

y sus corazones, aún salvajes

eran dos metrónomos

enloquecidos

Les enseñaba los pasajes más

secretos, todavía vírgenes

y seleccionaba cuidadosamente

como un cirujano o un teólogo

los episodios excelsos de la Pasión

Luego las traicionaba

con otras, más o menos bellas

pero qué importa. A fin de cuentas

no podrán decir que no les dio

lo mejor que tenía.

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AMBAS ERAN PLÁSTICAS BELLEZAS, líneas

de contraste, con esa piel absorta misteriosamente

en la luz súcuba del bar, luz que parece devorarlas

desde no se sabe dónde, aun en los atardeceres

chorros de luz muy blanca ardiendo por las formas

anulares, muslos trémulos, carreras por los pechos

sin estrías

Una, la más joven, sostenía la mirada como si fuera

algo delicado que hubiera de preservar

La otra, la mayor, inteligente, ambiciosa, descarada

culta incluso, conocía nuestros límites y en qué momento

de la noche cohabitábamos su carne sin permiso

ni presencia y era su sonrisa cáustica un espectro a espaldas

de los hombres que esperaban la oportunidad

La pequeña era sumisa, dócil, clandestina

en aquel antro y la mayor

podía hechizar durante horas. Una no soltaba palabra y otra

en cambio no soltaba la palabra. Tardes suspendidas

en las que su lengua hipnótica ha bailado

en una boca donde algunos, con el esqueleto

de ceniza subrayando el filtro del cigarro hubiéramos

vendido el alma por eyacular eternamente

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Quedaba entre las dos un abismo inexorable de

experiencia, el monstruo de la tentación repitiéndose

en su mordisco doble

Pero elegí mal, y como sucede en estos casos

sin perspectiva ni esperanza hoy me doy cuenta

de que habría sido más hermoso quebrantar

un silencio inmaculado con su cuerpo y mis caricias

(o algo más) que ahora desear que esta maldita

de aquí al lado se muera o se calle para siempre.

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QUINCE AÑOS

Hay sólo dos países: el de los sanos y el de los enfermos

Por un tiempo se puede gozar de doble nacionalidad

pero a la larga eso no tiene sentido

ENRIQUE LIHN

Había olvidado que las bibliotecas cobran

su razón de ser en la adolescencia, y al parecer

y coincidiendo con la vida ascética por imposición

se degradan en la madurez hacia la vulgar lectura, esa

liturgia del anacoreta pasivo o compasivo que contempla

desde el sueño u otra raza o planeta que el placer a cierta edad

está hecho de distancias excesivas

Ella aparenta timidez o al menos quiere imponerle

algunas reglas, muy sutiles, al juego. Él, por contra

es lo que cabe esperar a su edad: un chaval de quince años

Agendas dedicadas y anodinas, palabras en vibrato y unos

bolis de colores fingen por los dos la norma

No saben lo que hacen, nos creemos, y eso les convierte

en criaturas maravillosas que se abrazan y se meten mano

por debajo de la mesa

Olvidan que también nosotros, aunque con menos

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derechos, somos algo más que bustos de cuerpo

fragmentado, mármoles sin ojos con libros abiertos

por una mitad eterna. Ignoran además que la envidia

crea monstruos o cosas peores. Sin embargo solo es lícito

exigir silencio cuando el goce es inversamente

proporcional a la medida del deseo. Por eso nos callamos

Con quince años yo me conformaba con no estar muerto

o enterrado vivo, después de todo era una conjetura

y no una admonición como es ahora. Tenía pocos ídolos

que hoy día me repugnan. Me reía de Galdós, de Alberti

o de Picasso, les dibujaba bigotes. Cuadernos horteras

que decorábamos con grandes falos socavando

las orejas de los héroes y coloquios delirantes

encerrados en nubes-bocadillo. Pienso mientras rememoro

lo aburrido que me he vuelto

Por expresarlo de algún modo, con quince años no interesa

nada que no sea un par de trenzas transmutadas en destellos

lácteos por los pechos, roces interpretados apenas bajo

la bragueta y un temblor a kilómetros del centro

de temeridad. Y palabras fuertes, dolorosas como jamás serán

por nuevas, recién desvirgadas: «fóllame», «te quiero», «te he puesto

los cuernos»

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No es interesante un libro, ni lo será nunca

y eso uno lo empieza a comprender más tarde

Un orgasmo irreprimible pone nuestros ojos

en sus cuerpos, ahora sonrojados. Se levantan entre risas

y pellizcos y se marchan, lo sabemos, a otro paraíso, uno de tantos

infinitos donde perpetuarse.

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3

RETRATOS EN EPOKHE BASTANTE AFECTADOS

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OFICIOS EVENTUALES

El alma, qué gran pedo polifónico.

MARCELO AGUAFUERTE

Por aquel entonces yo podía haber sido un gran

pianista. Era capaz de interpretar las 32 sonatas

de Beethoven de memoria o todo el clave temperado

sin descanso o arreglar al puro Liszt para dos solas

voces la séptima de Shostakóvich, desgarbándome

sobre la silla diminuta de Glenn Gould si hacía falta o con

los ojos de Richter fijos a dos palmos de mis manos

Nada me imponía menos que un reto banal contra cien

virtuosos chinos, mil Argerich o una firma millonaria

con la Grammophon. En mis dedos los estudios de Ligeti eran

incluso delicados y hasta los más atonales serialistas habrían

puesto a bailar a la guardia del Buckingham o a un autobús entero

de turistas jubilados. Era imparable ante un Steinway. A veces

disparaba los frenos de aquel trasto y obligaba a los percusionistas

(¡holgazanes!) a llevarme en giros y cabriolas por la sala durante

dos horas de espectáculo, con la cola del piano abarrotada

de mujeres que vibraban y acababan vomitando en el

prestissimo. Luego les hacía a todas el amor, con el único

sabor amargo de un veneno casi etílico que suavizábamos

mezclando las salivas y algo más. Era imparable

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Pero toda gloria nos reserva un waterloo que avisa

que no siempre el noble oficio es apto para un ser sensible

como yo. Hoy la trata de blancas mantiene contentos

a mis acreedores y he cambiado las cuartas tritono por

sabinas vírgenes de contrabando. Mis trajes siguen siendo tan

lujosos como antes pero ahora los traseros de las chicas rugen

sobre 600 purasangres ebrios, y aunque se diría que he vendido

el alma al diablo en realidad es el diablo mismo quien

acaba prefiriendo su pedazo de pastel de carne a esa

flatulencia orquestada y cavernosa a la que llaman espíritu.

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PACIENCIA en Arnstadt, en Mühlhausen, en Weimar

Incluso en Köthen. Paciencia en Leipzig, paciencia

en casa, con la iglesia, con el ayuntamiento que me tacha

de vago e incorregible y me desprecia, con el coro

y los alumnos. Paciencia con los contratiempos

con las autoridades y los superiores, seguros de sí mismos

ampulosos y banales como una mierda bañada en oro

Expulsado de la corte, ignorado por la universidad

y el gremio, sin medios, sin descanso, sin una

palabra de aliento, sin un clavo en el bolsillo

Con el perro roncando a mi lado como único amigo

Y los trazos conduciéndome al abismo

Señales rápidas e ininteligibles pero tan reales

que se vuelve irremediable seguirlas

Peleado con los poetas y los académicos

Con la Pasión bajo el brazo dando tumbos

como un vendedor de aspiradoras

puerta por puerta, soportando la indiferencia

y los rechazos, las envidias, las persecuciones

Y en medio de este infierno me aferro a ti, mi pequeña

Anna, y te pregunto por qué no escapamos de esta

ciudad absurda, pero no más absurda, me dices y es

verdad, que el resto de las cosas de la tierra.

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BEETHOVEN FRENTE AL PC

He compuesto una gran obra en re mayor

con unos sampleados impecables

La he subido a Facebook y a Youtube

Pero la petarda gangosa de Shakira

y un idiota con el pelo a casco

centuplican mis visitas

Está bien, yo estoy bastante sordo

pero ignoro con qué tercer oído

es posible apreciar eso

Hendrix sabía tocar, al menos

Quería haber escrito un himno a la alegría

Una apología al amor y todas esas cosas

Menos mal que a última hora lo mandé al carajo

No tiene sentido persistir en el error

Luego me preguntan

por qué desprecio al ser humano.

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LECTURA EN UNA COMISARÍA

Anoche conocí a un poeta, alguien normal, pensé

prejubilado, un poco bajo, con guantes color malva

como el genio homosexual de San Petersburgo

Un tipo elegante, refinado no, más bien convencional

aunque resulta que esa vez acababa de recibir

una paliza que le había abierto del revés la boca

y cerrado un ojo, tres pelados que le vieron cara de

marxista pero él no es de esos que van jodiendo a las

mujeres, una broma algo pasada que no supieron

encajar del todo, y eso le daba un aire distinguido

Su nombre era Marcelo Aguafuerte y empezaba

a creer que la modernidad es sólo una patraña nacida

de la idea de obsolescencia. Sin voluntad de poder

estaba convencido de que la Revolución crea cambios

estéticos, no políticos, y en absoluto humanos

y rechazaba la poesía posterior a Marcial, lo que implica

rechazarse a sí mismo, aunque yo no era quién para decírselo

y además estaba empezando a caerle bien

Luego me quiso leer sus epigramas, para los que había

esbozado un sistema de ordenación que él llamaba

sentimental donde el odio corría por las hojas

como una presa detonada que busca surcos en la tierra

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Su último poema era un alegato al cataclismo

de los géneros, todo ello contra una sola mujer

a la que por cierto amaba. Mientras tanto al otro

lado de la calle comenzaba una pelea

Y así pasamos la última parte de la noche. Sigiloso

contra mi hombro leía lento, entre el pensar y el decir

escupiendo a cada rato, gruñendo en voz muy baja

para no suscitar tal vez conjuras, algo vano pese a todo

pues fue precisamente que llegasteis atraídos

sin duda por la musicalidad excepcional del verso

Sé que confiscasteis una piedra de costo del tamaño

de un pulgar, una navaja mariposa con resortes

y enrollado bajo papel de cocina un trozo de falange

ensangrentada o algo igual de repugnante «los restos de

un bocata de chorizo» os dijo él, y no podía ser de otra forma

«¡la tumba de la bomba en el verso, ahí no hay perro

que se meta!» me gritó sacudiendo los papeles mientras

os lo llevabais. Aquí tenéis, una falta leve

por conspiración o conducta sospechosa, más bien por

si acaso. Y así acabó todo, fijaos que no os miento

Al despertar he buscado sin cábala ni presunción

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la multa en el bolsillo de la gabardina y hela aquí

demostrativa, inculpadora

Todos los indicios me llevan a pensar por tanto

que nada ha sido un sueño y que ciertamente detuvisteis

al poeta más subversivo de esta ciudad sin ley

─Sin ley, perdonad, hasta anoche─ así que enhorabuena.

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ENTROPÍA O LOS SUBURBIOS DE GAMLA STAN

Cuando el Dr. Sjöstrand me dijo que llamaba

de Estocolmo pensé por un momento en la posibilidad

del Nobel, pero había tristemente otras hipótesis

más injustas aunque también menos poéticas

«Señor Aguafuerte, se trata de su madre» Y un extraño

deje vulgarizaba los hechos, ya ordinarios de por sí

Colgué enseguida. El balbuceo al otro lado

no acabó jamás de articularse, y es que algo se pudría

en Suecia imaginando tontamente un hospital y allí entre

máquinas perpetuavidas enchufada como un pulgón

ese referente vago de protomujer que era

mi madre y que imitaba a lo Deleuze una profunda

mutación de los sistemas donde yo, en mi condición

de hijo, era un parásito más del proceso eterno

de producción-reproducción cainita

Cogí el primer avión con rumbo a Skavsta por 200

a 5 bajo cero. Más tarde arreglaría el alquiler y aunque

el viaje era una especie de ritual de huída

o vuelta a los orígenes cabía ante todo

descubrir quién era en realidad esa mujer a la que

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por fin en nuestra nueva relación de vivo y muerta

creí poder mirar ya cara a cara

Cuando el Dr. Sjöstrand me dijo sin embargo que alguien

me esperaba no pensé en el Nobel. Ni siquiera supe

adónde conducían las intrigas. Crucé guiado por su tos

de sibila hacia el otro lado de la puerta y allí

como planetas lácteos el regazo eterno y sus palabras

últimas y comedidas «¿eres tú? no sabía cómo hacerte venir»

Llegué justo en el tiempo en que su corazón

y mi cara habían dejado casi de sonarle

Ahora que he perdido el piso y el trabajo y los amigos

han quedado recluidos en burdeles monógamos

unifamiliares sopeso la tragedia de mi madre y su resolución

me aterroriza

«Tómate las cosas con calma. La inteligencia es sobre todo

el fin, el último grado del afecto» me había dicho

en alguna ocasión, pero sé también gracias a ella

que la lejía «mamá la lejía hay que llevarla al estómago

de golpe y sin pensar ni despedirse. Un homicidio

tímido según Pavese, entre nosotros

Dios mío, sin tantas sentimentalidades» fueron

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mis últimas palabras.