Segundas Crónicas Para El Buey Apis
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SEGUNDAS CRÓNICAS PARA EL BUEY APIS
“Para el III Premio de Poesía Joven Origami”
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ESCENAS EN SYMPLOKÉ
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UNA PRESENTACIÓN
Lo juro, intento darle dignidad a todo esto
mantener la compostura, ser mundano
Pero algo en mí debe de estar pidiendo ayuda a gritos
Está bien, no tengo un duro, pero apenas bebo
Conservo incluso un cierto aspecto humano y aunque
solo he cotizado una semana y pico (y a mi edad)
tendría hasta un amigo o dos si me lo propusiera
No obstante el mundo quiere darme un apretón de manos
Evito encontronazos con la caridad
Me paran por la calle para hablar de Cristo
y no siempre hay tiempo de cambiar de acera
Me fríen a parábolas
Soy un escuchador modelo a plazos
pateando una ciudad como otra Abdera
A las 17h me disputo con Demócrito y Protágoras
y otros 2000 un puesto de comercial por comisión
Piden latín para vender aspiradoras
Hoy en un curro ya no dan ni latigazos
¿Suscito en serio tanta compasión?
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Entre atascos de dos horas la ciudad se desarrolla en calma
Yo llego a mi entrevista con retraso
Una chica pasea su Lulú de Pomerania
meneando un culo bien redondo y respingón
Bajo esa estupenda minifalda
¿habrá también un alma?
En todo caso estaría a un paso de la perfección.
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EL RECUERDO DEL PRIMER AMOR
Al final de la tarde el sol se enfrenta cara a cara
como en un duelo irregular
Golpeo el módem sobrecalentado junto al ordenador
y mastico un mejunje frío
que lleva en la nevera demasiados días
Escenas burguesas del XXI
Apartando con el tenedor la fina tela de moho
reflexiono sobre los estragos del tiempo
mientras se congela en la pantalla un primer plano
de un par de pelotas sonrosadas
Debería suicidarme
Debería estar cargándome a cualquiera
Debería disparar a los niños del patio desde la azotea
Pero como siempre no daría una
Ya lo comprobé en la feria con esos patitos de mierda
Cuando hace doce años tenía aspiraciones
y aún creía en el amor y las garantías del esfuerzo
Debería haberme atropellado uno de esos tráilers
estupendos y alocados que circulaban por la avenida
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frente al instituto
Pero te me adelantaste, Aurora, como en todo
Tendría que haberme lanzado a tu boca
aunque no fuera más que un bulto
vago y púrpura, algo patético, que ronroneaba
Tu cara desfigurada, bonita hacía un instante
No nos adaptamos a los cambios
Un balance brusco en la temperatura corporal
nos aniquila como a abejas
Tendría que haber sido yo quien volara hacia la carretera
Tendríamos que habernos empujado con más fuerza
Tal vez necesitábamos odiarnos más
Tal vez si te hubieras tirado a mi mejor amigo
Pero hasta en eso nos faltaba arrojo y puntería.
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LA CASA DURANTE LA CENA
con sus roles familiares repartidos
en los vacíos del hogar
Miro el pollo chamuscándose en el horno
oliendo bien
Me pregunto por su hábitat
Su orden moral trascendente
en un estado autóctono o salvaje
y me resulta inverosímil
Esos animales son inconcebibles
fuera de una fuente con patatas
Mientras masticamos, cosas importantes
suceden en el mundo (el equinoccio, Israel y Palestina...)
Los niños hablan otra vez del mariquita de la clase
escupiendo pequeños aerolitos contra la ensalada
¡Esos mierdecillas aún ignoran su condición existencial!
Con la grasa pringando sus barbillas...
Fantaseo con abandonarlos
Papá es un idiota, es cierto, pero también los pollos
son idiotas. Y Marte, y una catedral gótica
¿Acaso eso os convierte en mejores personas?
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Tras la pantomima familiar, ya en la cama
ella sigue ausente, en otra parte, tal vez en el mundo
donde yo espero vivir de nuevo un día
Del único ser que amo solo llega un ruido
de páginas girando cada seis minutos
Me vuelvo para mirarla. Enternecido saco fuerza
y tomo aire: −Aurora, un día...
pero la última luz del atardecer se me encasquilla
en los ojos
Adiós a la inspiración. Maldita sea
−...¡Un día internaré a esos cabroncetes!
No responde. Mejor así. Por hoy me basta
Lentamente, la noche nos engulle
como un animal fantástico.
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INVISIBLE YA PARA LAS ADOLESCENTES
mi existencia transcurre por caminos sedentarios
Un aditamento más del que prescindir, como antes
los juguetes, los abuelos o las discotecas
El año pasado fue el fin de los estudios
y el adiós al gregarismo social universitario
Ahora la vida me bendice con el déficit y el paro
e internet no sirve más que para ver películas guarras
Los amigos juegan en sus apartamentos
a emular patrones de familia atávicos
A medida que el tiempo libre y la pobreza aumentan
la actividad se concretiza en el ámbito doméstico
Nuestras vidas se hacen perezosas y simples
como la tecnología usuario para idiotas
No nos queda mucho tiempo
y las horas pasan demasiado lentas.
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ESTO DE SER ESCRITOR
Si hubiera elegido otro oficio
las lecturas de esos textos largos
y terribles a las que solo tú acudías
no habrían existido y como ellas
tal vez
cualquier tentativa de darte
un revolcón
O tal vez hoy seríamos felices
todavía juntos en un apartamento
que podría permitirme pagar.
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ELOGIO A ESE PEDAZO DE ABUELO
El abuelo se murió con el badajo en la mano
como quien cuelga de un barranco
asido a una rama seca
Lo encontró mi madre en el suelo
junto a la silla del ordenador
El protector de pantalla emitía destellos
de colores verde y fucsia
Afuera, las mastinas jugaban a perseguirse
El viejo yacía doblado y con los pantalones
por los tobillos, con una mano en el corazón
y la otra en la cuerda, ya floja,
de un trapecista espléndido
Me parece la pose más valiente
El escorzo del héroe anacrónico
Morirse dando pelea
Abuelo, te aferraste a la vida
hasta el último instante
Yo aplaudo tu garra y tus ganas
de combatir a la muerte
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con la espada que mejor blandiste
mientras vivías.
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SE DESPLIEGA ANTE NOSOTROS el centro comercial
con sus actantes como botes en un muelle
basculando entre la oferta y la demanda
Entramos en la promoción de primavera
Todos conocemos nuestros roles
Sobre las escaleras mecánicas
nos movemos cómodos, sin voluntad
cargados con bolsas y felices
de delegar responsabilidades
¿Tiempo para una reflexión socioeconómica?
La náusea llega de repente en los pasillos de la moda
Es duro soportar tanta belleza en movimiento
y la carne en esos modelitos se vuelve cruel
Abrumados por las aglomeraciones y los cuerpos
algunos fantaseamos distraídos
tratando de establecer dinámicas de competencia
mientras nuestras chicas se desnudan en los probadores
Desde el outlet asistimos, dóciles y sin posibilidades
a la fluctuación de los coños en el mercado global
Carecemos de otras ambiciones
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y husmeamos a través de las cortinas entreabiertas
Solo deseamos copular con ellas
Pero se empeñan en hacernos desgraciados.
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ME DESPIERTO AGOTADO aunque he dormido nueve
o diez horas pero he pasado la noche soñando
que me persiguen zombis y que sólo tengo un abre-
sobres con que rebanarles la garganta
Me levanto, animo a mi padre a que soporte
un día más y paseo solo hasta la plaza llena de pancartas
y de gente jaleando horrorizada, incomprensible, mientras
apartadas en los bancos ríen y se abrazan
un grupo de muchachas adolescentes, niñas de cintura
para arriba y pienso en sus cuerpos censurados
cuando deberían ser los únicos aptos
para el amor
Las miro y temo ser descubierto y lo sé, es ridículo
pero también inútil, pues ignoran a los que protestamos:
El mundo para ellas es perfecto así
Me alejo, busco en el concepto de catarsis algo que resulte
epifánico o al menos me devuelva el estado apático
de las cosas. Temporada de conciertos, por el patíbulo
desfila el cadáver de Rimski Korsakov hacia el auditorio
plagado de moscones aunque podrían simplemente
limitarse a interpretar su música. Escucho y
me escondo ahora de una voz demasiado próxima
y recuerdo de repente a esa vegetariana radical cuya única
virtud era rehusar las cenas en restaurantes caros. En su boca
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no entrará jamás, viva o muerta, carne alguna, así que
ni lo intento y finjo que contesto al móvil y huyo por las formas
del bestiario, entre los coches y las marchas fúnebres
Se trata de llegar a una encrucijada indiferente donde
no sea distinto volver a la cama que a la calle, al fin y al cabo
los monstruos no se cansan de correr
Parece increíble que todavía sigan habitando
esta ciudad de mierda.
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AUNQUE SON LARGOS LOS DÍAS en los que represento
mi papel de ciudadano modelo, dócil y en la ruina
por las noches planeo cuidadosamente mi fuga
Quiero huir de castellón, una ciudad llena
de imbéciles y criminales
Rodeándola, una cerca electrificada
y enorme llamada españa
me contiene y más allá, hay un páramo
Lo demás es un misterio, y mientras dure
esa promesa de una vida mejor
Mientras guarde algo de mi tendencia
al autoengaño
sin saber cuánto me juego
por tan poco o tanto o por lo mismo
Es la única manera de que exista, remotamente
la esperanza de ser libre.
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ARENGA EN LA CARNICERÍA DEL SÚPER
Pido un poco de justicia, señoras y señores
¿Qué ciudadano de derecho no lo haría?
La exigen hoy hasta los inmigrantes
No pretendo daros charlas ni consejos
Apenas he robado, ni abusado de menores
todavía. Es cierto, tampoco soy tan viejo
pero si tengo que sobar, pregunto antes
En la vida, como en la carnicería
tan solo soy Alicia en busca de un conejo
Esta señora me ha pasado por delante
y excepto que seáis una superstar o un fugitivo
pedir turno en una cola es, y de lejos,
el momento más trascendental del día
Determinados por reglas infalibles
(I = ∫t1t2 Ldt)
tomamos posiciones relevantes
con respecto al resto de los seres vivos
Fuera de eso somos un trozo de carne
flotando en un puchero indigerible
Debe de haber algo más allá del hipotálamo
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que nos haga sentir libres
Algo parecido a un elixir
No obstante yo aún no lo he encontrado
Hay seres demasiado estúpidos para sufrir
que toman la batuta, ostentan cargos públicos
No lo hacen mal; aunque sin emoción ni táctica
apenas dejan cada año algún millón de muertos
A su lado algunos demasiado estúpidos
como para soportar su propio cuerpo
desarrollan capacidades de abstracción
contra la vida práctica. Aferrados
al pensamiento mágico, otros optan
por la castración o el aislamiento
El resto hacemos cola en el supermercado
Creemos en los mecanismos de control social
más represivos. La guerra, el cáncer, el patíbulo
la belleza, los uniformes de las azafatas
Hay errores enmendables, cualesquiera
A veces uno mete bien la pata
El mundo visto desde fuera
parece un pozo de mierda tan superficial
Y pese a todo seríamos capaces
de lo que fuera por permanecer dentro
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Así que vieja zorra, vuelve a tu lugar
¡o te juro que te rompo la cadera!
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LA VIEJA HISTORIA DE LA CAMPANA DE PAVLOV
Mi padre era un forofo de los manantiales
Durante los viajes en coche por los puertos de montaña
solíamos, sedientos, parar en cada fuente
y él hacía una pila con las palmas de las manos
para darme de beber
Recuerdo el olor a tabaco de sus manos
No había en todo el monte un olor mejor
Dicen que los detalles que perduran
en la memoria de la infancia
configuran el porvenir
Reflexiono sobre esto mientras aplasto la colilla
contra el poste metálico del buzón
frente al hospital donde mi padre se muere lentamente
sin fuerza para dar una cifra al espirómetro
Pensar que esta mañana dio conmigo su última calada
a escondidas de mi madre y de las enfermeras
El primer momento íntimo tras años de distancia
Esta noche nos hemos quedado a solas
como en los viejos tiempos
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Bueno, el viejo y yo no estamos ya
en el top10 precisamente
Sin embargo he pensado en la posibilidad
de montarlo en el coche y salir pitando de aquí
Las montañas no quedan tan lejos
Si te concentras puedes encontrar, proyectando
puntos de fuga en el horizonte a través de la ventana
un árbol levantado todavía
Pero es demasiado tarde
Cogiendo su mano hace un instante
he comprendido
que estoy a solas en la habitación
Enseguida, como instintivamente
he acercado su mano a mi cara
y aunque suene un poco cursi
su olor y el tacto frío me han devuelto
la sed de aquellos años tan felices.
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ME GUSTA LOLA, es cierto, no me es posible
negarlo. Qué me importa si su piel no es tan suave
como la de las demás, las anteriores, o no poder
llevarla al cine ─no lo haría─ o pasear por el Retiro
sin tener que eludir ciertas miradas agorafóbicas
Al salir de clase de informática o costura
ella le da su colofón a la didáctica y no hay rosas
que ofrecerle ni bombones, cigarrillos solamente o
un reservado junto a la ventana en los comedores
al mediodía. Lugar maldito
Para su cumpleaños le he traído uno de los tomos de
la literatura en el Polo Sur. Ayer vi que iba de mano
en mano, tal vez sin retorno, y qué más da
Están circulando poemas con mi nombre que ni yo
mismo escribiría aun borracho ni desesperado, y es que
alguien sigue confabulando a mis espaldas. No entienden
que ya me atraparon hace tiempo
Por eso me gusta Lola, quizás porque es lo
más parecido a una mujer, porque es valiente
No tuvo Villon más cojones que ella, ni Rimbaud
ni Kerouac ni Pasolini ni todos los sementales juntos
Lola, que no acepta aduladores, que no duerme ni lee
Con su boca triste de Pierrot, concibiendo a cada rato
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el absoluto como signo del azar más cotidiano. Solo
la libertad en estos casos es condicional
Pero hoy necesito salir de aquí, a quién voy a
engañar. No me importa si es con cargos
Sin remordimientos. Allá afuera las muchachas
son falsas todavía, encantadoras, recatadas
con perfumes caros y eso da un cierto respiro
a la conciencia. Aquí no me sirve ni me basta el dinero
Ni sé para qué pago todavía a mi abogado.
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PERDEMOS TANTAS HORAS DE VIDA
intentando entender a Foucault
Aunque haya poco mejor que hacer
lo que queda no va a convertirnos
en mejores personas
Después nos evalúan según lo padecido
y el premio extraordinario de carrera
se lo lleva siempre un suicida potencial
¿Por qué las chicas se masturban menos?
¿Por qué no se aplican en las cárceles
los métodos de represión maternos
y siguen fabricándose futbolines de plástico?
Cada dos minutos un avión
sobrevuela la azotea de mi casa
Su ruido es consolador. Evita
oírse mucho rato a uno mismo
y a veces mi vecina invita
a demasiados hombres a la vez.
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CUERNOS
«Él no vale nada para mí» −Se justifica−
«menos que la mierda que cago»
Pero se ha acostado con él, estoy seguro
Serán sus ojos o su forma de arquear las piernas
al moverse
Mientras se aleja, tras despedirnos con un beso
pienso en la comparación entre su mierda y su ex
Vulgar, sin duda
Él es un tío guapo, atlético. Medirá 1,90
20cm según se dice
No tiene mucha pinta de boñiga
Quizá esa zorra se refiera
a que ambos han estado dentro
de su culo.
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ADIÓS AL ABUELO
El número del ventrílocuo en la funeraria
no consiguió animar a mi abuela
Una fan incondicional de Macario
y José Luis Moreno
Si ni eso ha funcionado
ya nada va a salvarla del declive.
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ESTÁBAMOS LOS TRES ANTE EL ALTAR: la voz del sacerdote
rebotaba contra el vientre de mi madre
“Dar a luz en una época oscura. El Señor...”
Di una patada, «parad», pero la música de Wagner
despertó a las multitudes y el desfile era de nuevo aterrador
El arroz sobre el pavimento como un torrente de granizo
Las campanas con su toque de queda estimulando
los esfínteres de las palomas en diáspora
Mi abuela que solloza en una mezcla de tedio y desolación
y yo, dando patadas, habría querido decir una vez más
«¡parad!»
Las impresiones telúricas de un nonato
Mucho después las mismas sensaciones se repiten
en forma de guerras y catástrofes
En realidad cuesta encontrarle el sentido a todo esto
Pero confesaré algo: algunas tardes, cuando nos tumbamos en la cama
uno junto al otro, su corazón diminuto y mi mano separados
por un guardián hermoso y un cristal, siento que él, con sus patadas
nos querrá decir también, «parad», aunque el amor
acaba siempre por joderlo todo.
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Y RECUERDO LAS VECES QUE ME INVITÓ A SU CASA
aún adolescente, aunque yo menos
y me hablaba de marxismo y que si la materia
artística debía ser espíritu
y yo la besaba. Y aceptaba la paradoja, en fin
mientras no fuera materia
de conversación
Y no sé, y me volvía loco su aire aburguesado
y ambos éramos sensibles y aún quedaba algo
de conciencia histórica reprimida
Y ella pensaba demasiado en mí
y en mi futuro sobre todo, y me imaginaba
en la calle, sin blanca ni ideales
y yo, para no romperle el corazón, la besaba
y revivíamos algo de la parusía
que quedaba entre los dos
Y eso era música, como un relato sin articular
o una embolia a mitad de un discurso
Y tócame, le decía, tú sabes lo que
a mí me gusta
Y ella se sentaba al piano y entonces
ni yo la veía alejarse ni sentía ya la rabia
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ni sabía que las tardes hacía mucho tiempo
que acababan y venían otras
cada vez menos feroces
Y recuerdo que el silencio se modulaba así
Ni más ni menos
Y ni fue nunca ése el tempo de Bach
y ni eso sonó jamás a Schubert pero qué cojones
yo la quería y ella no se iba a dar ni cuenta
durante unos cuantos años más y
ni siquiera.
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2
PAISAJES PARA UNA MIRADA OBLICUA
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Todo arte es completamente inútil
OSCAR WILDE
FUERZAN LA PUERTA mientras yo fuerzo las palabras
a que parezcan literatura o al menos
sean un modo de expoliación de la verdad
o golpe de gracia a las musas. Decepciona
esta idea sacra que tenemos de las cosas que pagamos
La propiedad privada, como el milagro, guarda
su qué de ostentación. El arte en cambio
es peor que un simulacro fabuloso, la moraleja
de tan gratuita, nada vale
Ignoro cuántos son, sus límites, si son peligrosos
o sólo ángeles extraviados. Por si acaso
nos separa una pared y en la recámara
un teléfono de tres cifras como balas de fogueo
(Pero nunca me han gustado mis vecinos)
Y mientras las joyas dejan su eco en el fondo
de un saco al otro lado, vuelve a mí el lenguaje
sin interrogarme, el verbo estéril hecho tinta
y unas manos que rebuscan por los muebles
y un jarrón o vaso en la distancia que se estrella
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esparciendo escandalosamente luces
que imagino diamantinas
Desde luego no son profesionales
pero quién lo es en su oficio accidental
Alguien blasfema en una lengua nigromántica
que no acabo de comprender
¿Debería hablar con la policía?
Mi poema arrugado contra el metal del cesto
deja un rumor como de ascua en el agua
Apago la luz y espero ser absorbido
por Satie y el infinito
No es sensato que lo que unos le quiten al mundo
otros quieran devolvérselo con palabras.
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UN PASEO POR EL BOSQUE
Allí descansa Sebastián, sobre la nieve
en medio de espléndidos abetos
Sebastián, un ave rara que no encaja en ningún gallinero
Único amigo que me queda
(En realidad va siendo hora de darle esquinazo)
¿Es posible estar solo?
Aunque pueda transcurrir un tiempo prudencial
siempre hay alguien dispuesto a reforzar los lazos afectivos
Tu madre, la casera, algún notario… No hay salida
Te reconocen por la calle, dudan si les ves
y acuden al encuentro. En todo caso aprietas a correr
Es terrible dar la mano
Decido aproximarme al fin a perturbar su siesta
Doy dos pasos, ¡Sebastián! Único amigo
Vaya lata
Pero Sebastián está violeta
Se las ha arreglado para escaquearse a tiempo
El sueño de vivir tranquilo, trabajar en cualquier cosa
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al menos para suscitar indiferencia, creciendo anónimo
entre competidores del libre mercado
agitadores del sistema y portavoces del pueblo
Es tan agradable el convencionalismo social
Nieva sobre nuestras huellas, que se esfuman lentamente
¿Qué hay que hacer en estos casos? ¿Enterrarlo?
Mientras medito, Sebastián se está volviendo
una especie de muñeco regordete al que le sentaría bien
una nariz de zanahoria
La nieve me ha leído el pensamiento.
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ROMANCE DEL PERRO ABANDONADO
Wolfie ha merendado un gatito y dos gallinas
Ya harto de rebuscar entre su propia caca
Un golpe de suerte, es lo que piensa
Ahora flota en el intersticio de dos parras
Le invade un sopor tan metafísico
El reposo del héroe tras semanas
de periplo entre camiones por las autopistas
Wolfie tiene buen olfato para la venganza
Lo suyo es sobrevivir, sin duda alguna
Y hoy es el día que esperaba
El ruido del motor se lo confirma
Pero Wolfie está tranquilo. Se levanta
Termina de lamerse las pelotas, ya no hay prisa
El coche llega y Wolfie se agazapa
Conoce el ralentí del Nissan
El dong metálico de la puerta automática
A lo lejos ve salir a Juan y a Elvira
Wolfie corre entonces. Se abalanza
Contra el cemento suena una llovizna
El grito se interrumpe en la garganta
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Elvira corre, se tropieza. Es presa fácil
Wolfie acierta con la dentellada
La tarde cae y Wolfie busca el fresco
sobre un charco de sangre coagulada
Dos ardillas juegan por los árboles
El declive del verano se adelanta
La piscina arrastra a los insectos
donde habitan, sin saber cómo, unas ranas
Wolfie dormirá por fin con la barriga llena
El reposo del héroe tras semanas
La noche es silenciosa y allá arriba
de nuevo está esa cosa circular y blanca.
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CANCIÓN INFANTIL PARA LAS NUEVAS GENERACIONES (IDEAL PARA
JUGAR A SALTAR LA CUERDA)
No nos interesa el sufrimiento ajeno
Las purgas de Stalin, el holocausto nazi…
parecen meras historiografías
Por qué iba a importarnos un tsunami arrasando
las costas del Índico, o los desastres nucleares
y sus estigmas
Qué hay más inocuo que un niño en sus últimas
un gato sobre un tejado en llamas
la extinción de especies, la deforestación, las sequías
El cáncer, el hambre, las epidemias, la tortura
Todas esas eutanasias lentas y anodinas
No nos conmueve el terremoto de Haití como una estampa
en los medios durante demasiados días
Pasamos del terrorismo de Estado, del asesinato
político, de las guerras santas y las guerrillas
El fanatismo ideológico nos trae sin cuidado
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y la carencia absoluta de ideología
Nos aburre la depravación sexual
la corrupción, las crisis financieras
La asepsia del perdedor, la maltratada o el suicida
El esclavo del trabajo, el solitario sin amigos
el asfixiado por el paro y la familia
Somos indiferentes al odio, al dolor, la compasión
A la comunión perfecta y pura
entre un cuerpo terminal y su agonía
Por nosotros el Cuerno de África puede irse al cuerno
Los indios, los especuladores, los mesías
Los ñus, las abejas obreras pueden irse al cuerno
la derecha y en especial las feministas
Dios, Alá, Osiris, Krisná, la escuela aristotélica
Al cuerno con cualquier forma de filosofía
Son solo datos redundantes, tan solo anécdotas
En el mejor de los casos, estadísticas
Por eso lo importante es acabar sin dejar rastro
Eludir responsabilidades
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Echarse pronto tierra encima
Y rezar porque erosione rápido
el grano de arena que hemos puesto
en esta tierra baldía
Y que la historia siga sin nosotros
sin más explicaciones, engrosando cada vez
con más afán sus filas
Caer como soldados por una patria inexistente
y desaparecer. Prescindir de epifanías
¿Hay acaso un destino más romántico?
Hasta que todo acabe, trabajar, vivir, joder
hacer un par de hijos y buscarse
una afición mezquina
Como vulgares asesinos en serie
dejar apenas un balance. Como máximo
una cifra.
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LUCIAN FREUD
Es vergonzoso lo que dicen las esquelas
sobre tu parentesco con Sigmund
como si no bastara todo lo demás
Ahora que estás muerto puedo escribirte
yo también, sin reparos
porque nadie observa y a nadie importan
tus estúpidos admiradores
porque hoy -¡al fin!- sólo vales tú
Enorme hombre amarillo
Ni las palabras que no te dijeron
y se apretujarán en miles
de periódicos y en el aire condensado
por el foco de las cámaras
Ni las ganas de invitarte a los Quiz Shows
valdrán una mierda
No hacía falta que te murieras
para decirte algo, es cierto
pero ahora que te devoran los gusanos
creo que no te importará
perdonarnos a todos.
42
ERBARME DICH
Les ponía a Bach, después
de romperles el culo
las tumbaba de un modo
más tierno en la cama y les decía
ahora cierra los ojos si quieres
pero cállate, eso es todo
y dejaba el volumen tenue
como la luz, apenas un efluvio
y sus corazones, aún salvajes
eran dos metrónomos
enloquecidos
Les enseñaba los pasajes más
secretos, todavía vírgenes
y seleccionaba cuidadosamente
como un cirujano o un teólogo
los episodios excelsos de la Pasión
Luego las traicionaba
con otras, más o menos bellas
pero qué importa. A fin de cuentas
no podrán decir que no les dio
lo mejor que tenía.
43
AMBAS ERAN PLÁSTICAS BELLEZAS, líneas
de contraste, con esa piel absorta misteriosamente
en la luz súcuba del bar, luz que parece devorarlas
desde no se sabe dónde, aun en los atardeceres
chorros de luz muy blanca ardiendo por las formas
anulares, muslos trémulos, carreras por los pechos
sin estrías
Una, la más joven, sostenía la mirada como si fuera
algo delicado que hubiera de preservar
La otra, la mayor, inteligente, ambiciosa, descarada
culta incluso, conocía nuestros límites y en qué momento
de la noche cohabitábamos su carne sin permiso
ni presencia y era su sonrisa cáustica un espectro a espaldas
de los hombres que esperaban la oportunidad
La pequeña era sumisa, dócil, clandestina
en aquel antro y la mayor
podía hechizar durante horas. Una no soltaba palabra y otra
en cambio no soltaba la palabra. Tardes suspendidas
en las que su lengua hipnótica ha bailado
en una boca donde algunos, con el esqueleto
de ceniza subrayando el filtro del cigarro hubiéramos
vendido el alma por eyacular eternamente
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Quedaba entre las dos un abismo inexorable de
experiencia, el monstruo de la tentación repitiéndose
en su mordisco doble
Pero elegí mal, y como sucede en estos casos
sin perspectiva ni esperanza hoy me doy cuenta
de que habría sido más hermoso quebrantar
un silencio inmaculado con su cuerpo y mis caricias
(o algo más) que ahora desear que esta maldita
de aquí al lado se muera o se calle para siempre.
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QUINCE AÑOS
Hay sólo dos países: el de los sanos y el de los enfermos
Por un tiempo se puede gozar de doble nacionalidad
pero a la larga eso no tiene sentido
ENRIQUE LIHN
Había olvidado que las bibliotecas cobran
su razón de ser en la adolescencia, y al parecer
y coincidiendo con la vida ascética por imposición
se degradan en la madurez hacia la vulgar lectura, esa
liturgia del anacoreta pasivo o compasivo que contempla
desde el sueño u otra raza o planeta que el placer a cierta edad
está hecho de distancias excesivas
Ella aparenta timidez o al menos quiere imponerle
algunas reglas, muy sutiles, al juego. Él, por contra
es lo que cabe esperar a su edad: un chaval de quince años
Agendas dedicadas y anodinas, palabras en vibrato y unos
bolis de colores fingen por los dos la norma
No saben lo que hacen, nos creemos, y eso les convierte
en criaturas maravillosas que se abrazan y se meten mano
por debajo de la mesa
Olvidan que también nosotros, aunque con menos
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derechos, somos algo más que bustos de cuerpo
fragmentado, mármoles sin ojos con libros abiertos
por una mitad eterna. Ignoran además que la envidia
crea monstruos o cosas peores. Sin embargo solo es lícito
exigir silencio cuando el goce es inversamente
proporcional a la medida del deseo. Por eso nos callamos
Con quince años yo me conformaba con no estar muerto
o enterrado vivo, después de todo era una conjetura
y no una admonición como es ahora. Tenía pocos ídolos
que hoy día me repugnan. Me reía de Galdós, de Alberti
o de Picasso, les dibujaba bigotes. Cuadernos horteras
que decorábamos con grandes falos socavando
las orejas de los héroes y coloquios delirantes
encerrados en nubes-bocadillo. Pienso mientras rememoro
lo aburrido que me he vuelto
Por expresarlo de algún modo, con quince años no interesa
nada que no sea un par de trenzas transmutadas en destellos
lácteos por los pechos, roces interpretados apenas bajo
la bragueta y un temblor a kilómetros del centro
de temeridad. Y palabras fuertes, dolorosas como jamás serán
por nuevas, recién desvirgadas: «fóllame», «te quiero», «te he puesto
los cuernos»
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No es interesante un libro, ni lo será nunca
y eso uno lo empieza a comprender más tarde
Un orgasmo irreprimible pone nuestros ojos
en sus cuerpos, ahora sonrojados. Se levantan entre risas
y pellizcos y se marchan, lo sabemos, a otro paraíso, uno de tantos
infinitos donde perpetuarse.
48
3
RETRATOS EN EPOKHE BASTANTE AFECTADOS
49
OFICIOS EVENTUALES
El alma, qué gran pedo polifónico.
MARCELO AGUAFUERTE
Por aquel entonces yo podía haber sido un gran
pianista. Era capaz de interpretar las 32 sonatas
de Beethoven de memoria o todo el clave temperado
sin descanso o arreglar al puro Liszt para dos solas
voces la séptima de Shostakóvich, desgarbándome
sobre la silla diminuta de Glenn Gould si hacía falta o con
los ojos de Richter fijos a dos palmos de mis manos
Nada me imponía menos que un reto banal contra cien
virtuosos chinos, mil Argerich o una firma millonaria
con la Grammophon. En mis dedos los estudios de Ligeti eran
incluso delicados y hasta los más atonales serialistas habrían
puesto a bailar a la guardia del Buckingham o a un autobús entero
de turistas jubilados. Era imparable ante un Steinway. A veces
disparaba los frenos de aquel trasto y obligaba a los percusionistas
(¡holgazanes!) a llevarme en giros y cabriolas por la sala durante
dos horas de espectáculo, con la cola del piano abarrotada
de mujeres que vibraban y acababan vomitando en el
prestissimo. Luego les hacía a todas el amor, con el único
sabor amargo de un veneno casi etílico que suavizábamos
mezclando las salivas y algo más. Era imparable
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Pero toda gloria nos reserva un waterloo que avisa
que no siempre el noble oficio es apto para un ser sensible
como yo. Hoy la trata de blancas mantiene contentos
a mis acreedores y he cambiado las cuartas tritono por
sabinas vírgenes de contrabando. Mis trajes siguen siendo tan
lujosos como antes pero ahora los traseros de las chicas rugen
sobre 600 purasangres ebrios, y aunque se diría que he vendido
el alma al diablo en realidad es el diablo mismo quien
acaba prefiriendo su pedazo de pastel de carne a esa
flatulencia orquestada y cavernosa a la que llaman espíritu.
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PACIENCIA en Arnstadt, en Mühlhausen, en Weimar
Incluso en Köthen. Paciencia en Leipzig, paciencia
en casa, con la iglesia, con el ayuntamiento que me tacha
de vago e incorregible y me desprecia, con el coro
y los alumnos. Paciencia con los contratiempos
con las autoridades y los superiores, seguros de sí mismos
ampulosos y banales como una mierda bañada en oro
Expulsado de la corte, ignorado por la universidad
y el gremio, sin medios, sin descanso, sin una
palabra de aliento, sin un clavo en el bolsillo
Con el perro roncando a mi lado como único amigo
Y los trazos conduciéndome al abismo
Señales rápidas e ininteligibles pero tan reales
que se vuelve irremediable seguirlas
Peleado con los poetas y los académicos
Con la Pasión bajo el brazo dando tumbos
como un vendedor de aspiradoras
puerta por puerta, soportando la indiferencia
y los rechazos, las envidias, las persecuciones
Y en medio de este infierno me aferro a ti, mi pequeña
Anna, y te pregunto por qué no escapamos de esta
ciudad absurda, pero no más absurda, me dices y es
verdad, que el resto de las cosas de la tierra.
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BEETHOVEN FRENTE AL PC
He compuesto una gran obra en re mayor
con unos sampleados impecables
La he subido a Facebook y a Youtube
Pero la petarda gangosa de Shakira
y un idiota con el pelo a casco
centuplican mis visitas
Está bien, yo estoy bastante sordo
pero ignoro con qué tercer oído
es posible apreciar eso
Hendrix sabía tocar, al menos
Quería haber escrito un himno a la alegría
Una apología al amor y todas esas cosas
Menos mal que a última hora lo mandé al carajo
No tiene sentido persistir en el error
Luego me preguntan
por qué desprecio al ser humano.
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LECTURA EN UNA COMISARÍA
Anoche conocí a un poeta, alguien normal, pensé
prejubilado, un poco bajo, con guantes color malva
como el genio homosexual de San Petersburgo
Un tipo elegante, refinado no, más bien convencional
aunque resulta que esa vez acababa de recibir
una paliza que le había abierto del revés la boca
y cerrado un ojo, tres pelados que le vieron cara de
marxista pero él no es de esos que van jodiendo a las
mujeres, una broma algo pasada que no supieron
encajar del todo, y eso le daba un aire distinguido
Su nombre era Marcelo Aguafuerte y empezaba
a creer que la modernidad es sólo una patraña nacida
de la idea de obsolescencia. Sin voluntad de poder
estaba convencido de que la Revolución crea cambios
estéticos, no políticos, y en absoluto humanos
y rechazaba la poesía posterior a Marcial, lo que implica
rechazarse a sí mismo, aunque yo no era quién para decírselo
y además estaba empezando a caerle bien
Luego me quiso leer sus epigramas, para los que había
esbozado un sistema de ordenación que él llamaba
sentimental donde el odio corría por las hojas
como una presa detonada que busca surcos en la tierra
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Su último poema era un alegato al cataclismo
de los géneros, todo ello contra una sola mujer
a la que por cierto amaba. Mientras tanto al otro
lado de la calle comenzaba una pelea
Y así pasamos la última parte de la noche. Sigiloso
contra mi hombro leía lento, entre el pensar y el decir
escupiendo a cada rato, gruñendo en voz muy baja
para no suscitar tal vez conjuras, algo vano pese a todo
pues fue precisamente que llegasteis atraídos
sin duda por la musicalidad excepcional del verso
Sé que confiscasteis una piedra de costo del tamaño
de un pulgar, una navaja mariposa con resortes
y enrollado bajo papel de cocina un trozo de falange
ensangrentada o algo igual de repugnante «los restos de
un bocata de chorizo» os dijo él, y no podía ser de otra forma
«¡la tumba de la bomba en el verso, ahí no hay perro
que se meta!» me gritó sacudiendo los papeles mientras
os lo llevabais. Aquí tenéis, una falta leve
por conspiración o conducta sospechosa, más bien por
si acaso. Y así acabó todo, fijaos que no os miento
Al despertar he buscado sin cábala ni presunción
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la multa en el bolsillo de la gabardina y hela aquí
demostrativa, inculpadora
Todos los indicios me llevan a pensar por tanto
que nada ha sido un sueño y que ciertamente detuvisteis
al poeta más subversivo de esta ciudad sin ley
─Sin ley, perdonad, hasta anoche─ así que enhorabuena.
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ENTROPÍA O LOS SUBURBIOS DE GAMLA STAN
Cuando el Dr. Sjöstrand me dijo que llamaba
de Estocolmo pensé por un momento en la posibilidad
del Nobel, pero había tristemente otras hipótesis
más injustas aunque también menos poéticas
«Señor Aguafuerte, se trata de su madre» Y un extraño
deje vulgarizaba los hechos, ya ordinarios de por sí
Colgué enseguida. El balbuceo al otro lado
no acabó jamás de articularse, y es que algo se pudría
en Suecia imaginando tontamente un hospital y allí entre
máquinas perpetuavidas enchufada como un pulgón
ese referente vago de protomujer que era
mi madre y que imitaba a lo Deleuze una profunda
mutación de los sistemas donde yo, en mi condición
de hijo, era un parásito más del proceso eterno
de producción-reproducción cainita
Cogí el primer avión con rumbo a Skavsta por 200
a 5 bajo cero. Más tarde arreglaría el alquiler y aunque
el viaje era una especie de ritual de huída
o vuelta a los orígenes cabía ante todo
descubrir quién era en realidad esa mujer a la que
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por fin en nuestra nueva relación de vivo y muerta
creí poder mirar ya cara a cara
Cuando el Dr. Sjöstrand me dijo sin embargo que alguien
me esperaba no pensé en el Nobel. Ni siquiera supe
adónde conducían las intrigas. Crucé guiado por su tos
de sibila hacia el otro lado de la puerta y allí
como planetas lácteos el regazo eterno y sus palabras
últimas y comedidas «¿eres tú? no sabía cómo hacerte venir»
Llegué justo en el tiempo en que su corazón
y mi cara habían dejado casi de sonarle
Ahora que he perdido el piso y el trabajo y los amigos
han quedado recluidos en burdeles monógamos
unifamiliares sopeso la tragedia de mi madre y su resolución
me aterroriza
«Tómate las cosas con calma. La inteligencia es sobre todo
el fin, el último grado del afecto» me había dicho
en alguna ocasión, pero sé también gracias a ella
que la lejía «mamá la lejía hay que llevarla al estómago
de golpe y sin pensar ni despedirse. Un homicidio
tímido según Pavese, entre nosotros
Dios mío, sin tantas sentimentalidades» fueron
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mis últimas palabras.