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Equilibrio Económico, Año XI, Vol. 6 No. 2, pp. 129-160 Segundo Semestre de 2010
Distribución y disparidad salarial del sector privado por sexo en las áreas metropolitanas de Saltillo y Torreón, 1992-2002
David Castro Lugo*
Luis Gutiérrez Flores*
Resumen
El presente documento tiene como propósito hacer una revisión
sobre las características, evolución y distribución de las
remuneraciones de los trabajadores asalariados de las dos
principales áreas metropolitanas de Coahuila (Saltillo y Torreón),
diferenciando por género, con la finalidad identificar cómo
impactó este cambio de modelo en la disparidad salarial por
género y la distribución del ingreso durante el periodo 1992-2002;
para ello utilizamos los datos de la Encuesta Nacional de Empleo
Urbano (ENEU). Los resultados muestran mayor salario promedio
en Saltillo, diferencia salarial a favor de los hombres y variaciones
importantes durante el periodo analizado, aunque también
indican una tendencia hacia la reducción en la desigualdad en
ambas localidades, aunque con un menor nivel en Torreón.
Abstract
This document has the purpose of inquiring about the
characteristics and the evolution of workers’ remunerations and
income distribution in the two main metropolitan areas of
Coahuila (the cities of Saltillo and Torreon). Establishing
differences in terms of gender, we aim to identify how the change
in the economic model impacted on the wage disparity and income
distribution by gender for the 1992-2002 period. In order to
achieve the latter, data of the National Urban Employment Survey
(ENEU) is used. Results show higher average wage in Saltillo, a
wage gap in favor of males and important variations during the
analyzed period. A tendency towards a reduction in inequality in
both cities, with a lesser extent in Torreon is also found.
PALABRAS CLAVE: Brecha salarial, desigualdad, género, Saltillo, Torreón. CLASIFICACIÓN JEL: J16, J31, O15. Recibido: 22 de marzo 2010. Aceptado: 21 septiembre 2010
*Catedráticos-investigadores
de Centro de Investigaciones
Socio-Económicas de la
Universidad Autónomas de
Coahuila.
e-mail:
Distribución y disparidad salarial del sector privado
130
Introducción
Los cambios estructurales llevados a cabo en el país en las últimas décadas
se caracterizan por generar efectos diferenciados en las distintas regiones
del país y aun cuando en general se establece que dentro de la nueva
estrategia de desarrollo el norte, especialmente la noreste, resulta ser la
más beneficiada, seguramente el impacto es distinto por áreas
metropolitanas y al interior de éstas las oportunidades de desarrollo
pudieron ser agrupadas por nivel de escolaridad, grupos de edad ó género,
dado que la forma como cada área económica se inserta en la economía
internacional atendiendo a su disponibilidad de recursos (humanos y
capitales), condiciones geográficas, climáticas, etc. son distintas.
El presente documento tiene como propósito hacer una primera revisión
sobre las características, evolución y distribución de las remuneraciones de
los trabajadores asalariados de las dos principales áreas metropolitanas de
Coahuila (Saltillo y Torreón), diferenciando por sexo, con la finalidad
identificar cómo impactó este cambio de modelo en la disparidad salarial y
distribución del ingreso por sexo; para ello utilizaremos los datos de la
Encuesta Nacional de Empleo Urbano (ENEU) correspondiente al tercer
trimestre de cada año, durante el periodo 1992-20021.
Los principales resultados indican la presencia de mayor salario en Saltillo,
con una tendencia hacia la reducción en la desigualdad en ambas ciudades,
pero con niveles menores en Torreón, diferencia salarial a favor de los
hombres aunque éstas varían por ciudad y nivel de escolaridad y además que
estas diferencias se vieron alteradas por las impactos económicos de
mediados de los noventa.
1 Aun cuando es deseable que el análisis sea realizado para un periodo más reciente los cambios efectuados en la ENEU modificaron el marco muestral de la encuesta y la zona metropolitana de Torreón no mantiene representatividad poblacional, lo que condiciona la periodicidad del análisis.
Castro Lugo y Gutiérrez Flores 131
El resto del documento está estructurado por cuatro secciones, en la primera
se hace una revisión de estudios previos sobre desigualdad salarial, en la
segunda se explora el comportamiento de las remuneraciones salariales
promedio entre ciudades, género y niveles de escolaridad, la tercera
presenta la metodología y análisis de la distribución del ingreso por ciudad y
género, y se finaliza con las conclusiones.
I. Antecedentes
Las modificaciones en el modelo económico en México abren un espacio para
evaluar los efectos que esta estrategia puede ocasionar en los diferentes
sectores y agentes económicos.
Unos de los aspectos que ha captado mayormente la atención es el referente
a los efectos laborales y dentro de esté el relacionado con la distribución del
ingreso y la desigualdad salarial. Dicha atención no es casual, encuentra
plena justificación en las implicaciones desfavorables que sobre estos
aspectos puede tener esta nueva estrategia.
Al respecto los académicos han dedicado esfuerzos importantes al tema,
donde se incluyen más de 20 documentos, en los cuales se analiza el
comportamiento de la disparidad salarial y sus posibles fuentes durante las
dos últimas décadas.
En la realización de estos estudios se han utilizado diferentes fuentes de
información, entre las cuales se encuentra la Encuesta Nacional de Empleo
Urbano2 (ENEU) (Cragg y Epelbeum (1996), Meza (1999, 2001, 2005),
Hernández Laos (2000), López-Acevedo (2001), Feliciano (2001), Ghira y
Zepeda (2004), Castro (2005, 2007), Huesca (2005), y Morales y Castro
(2010)); la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de los Hogares (ENIGH)
(Lächer (1998), Bouillon (2000), Cortez (2001), Cortez (2005), y Airola y Juhn
2 Las Encuestas Nacional de Empleo (ENE) y la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) pueden considerarse como continuación de la ENEU.
Distribución y disparidad salarial del sector privado
132
(2005)); los Censos Económicos (CE) (Feenstra y Hanson (1997) y Robertson
(2004)); la Encuesta Industrial Mensual (EIM) (Galbraith (2000)); la Encuesta
Nacional de Empleo, Salario, Tecnología y Capacitación (ENESTYC) (World
Bank (2000)); el Sistema de Cuentas Nacionales (SCN), (Esquivel y Rodríguez-
López (2003)); el Censo de Población (CP) (Hanson (2002)); y encuestas a
nivel de plantas manufactureras, (Hanson y Harrison (1995), Tan y Batra
(1995), Harrison y Hanson (1999), Cañonero y Werner (2002)3.
El periodo de análisis comprende desde los años sesenta hasta finales de
siglo aunque un número importante se ubica entre la segunda mitad de los
ochenta y primer lustro de los noventa. Con excepción del trabajo de Tan y
Batra (1995) el resto de los estudios emplea en su análisis al menos dos
momentos en el tiempo, lo que permite hacer una comparación temporal
sobre la evolución de la desigualdad salarial y las posibles causas.
La utilización de diferentes fuentes de información condiciona el tipo de
cobertura, el nivel de análisis y en cierta medida la metodología. La
variedad de información permite llevar a cabo estudios sobre desigualdad
salarial considerando distintas coberturas sectoriales, espaciales y
temporales, así como utilizar diversas técnicas, lo cual es ventaja dado que
admite contrastar los resultados obtenidos, considerando enfoques analíticos
alternativos.
En los estudios se utilizan distintas mediciones de desigualdad salarial, entre
las cueles podemos mencionar: la disparidad salarial relativa entre
trabajadores calificados y no calificados4, formales e informales, diferencia
relativas entre percentiles, ecuaciones de salario que intentan identificar las
variaciones en el rendimiento de los diferentes niveles educativos en el
3 Para mayor detalle sobre los estudios realizados véase Castro y Huesca (2007). 4 Esta se utiliza generalmente en los estudios que emplean información de encuestas a nivel de plantas manufactureras.
Castro Lugo y Gutiérrez Flores 133
tiempo, así como de otras variables5 e índices de desigualdad salarial
puntual como son Gini, Theil, y coeficientes de variación entre otros no
menos importantes que consideran el bienestar sobre la distribución
(Atkinson, 1997).
A partir de la revisión de estos documentos se puede establecer que a pesar
de utilizar diferentes fuentes de información, dimensión temporal, cobertura
de sectores económicos, metodologías y clasificaciones de mano de obra;
México, al igual que otros países en el ámbito internacional, presentó un
crecimiento en la disparidad salarial hasta mediados de los noventa,
conclusión que es compartida por todos los estudios realizados. De igual
forma, los estudios señalan como elemento característico de dicha
disparidad salarial el mayor rendimiento a la calificación; ya sea bajo el
criterio de nivel de escolaridad o de ocupación. Los resultados también
parecen mostrar que los efectos del rendimiento a la calificación afectaron a
todas las actividades, por lo que el factor sectorial no perece haber jugado
un papel importante en el comportamiento de la desigualdad, al menos
hasta la primera mitad de los noventa.
López-Acevedo (2001) encuentra que la distribución salarial empeoró hasta
1996 y a partir de esa fecha observa un comportamiento descendente. Por su
parte Meza (2005) encuentra el punto de inflexión en el año 1997. Esta
reducción o estancamiento de la desigualdad salarial a partir de la segunda
mitad de los noventa es corroborada en Galbraith y Garza (2000), Airola y
Juhn (2005), Esquivel y Rodríguez-López (2005) y Castro (2005), aun cuando
los 4 documentos utilizan diferentes fuentes de información y cobertura
sectorial.
Esto parece indicar que la reducción o estancamiento de la desigualdad
salarial a partir de la segunda mitad de los noventa no está asociada
5 Estos indicadores son utilizados básicamente cuando la información está disponible a nivel de trabajador individual.
Distribución y disparidad salarial del sector privado
134
únicamente a un sector en particular, como puede ser la manufactura
(Galbraith y Garza; y Esquivel y Rodríguez-López), ni a las áreas urbanas
como lo documenta Castro, sino parece ser un comportamiento general de
acuerdo a Airola y Juhn que considera en su estudio a los sectores urbano y
rurales.
Dentro de los factores que contribuyen a reducir la desigualdad salarial,
Airola y Juhn (2005) y Castro (2005) determinan que la contracción relativa
de los rendimientos a la educación superior fueron un elemento
determinante, pero también la reducción de las diferencias entre sectores.
A partir de lo expuesto, puede afirmarse que el incremento de la disparidad
salarial mostrado a partir de la segunda mitad de los ochenta y hasta
mediados de los noventa, así como su posterior reducción, tienen como
causante principal los cambios relativos en los retornos a la educación o
calificación laboral; sin embargo, se puede establecer que existe una
discusión no concluida sobre los factores que están detrás de tal
comportamiento y que en esta discusión poco se ha dicho sobre el
desempeño de la disparidad a nivel regional y en qué medida contribuye ésta
a explicar la desigualdad general.
Probablemente el relativo poco interés por analizar la disparidad salarial
desde la perspectiva regional se sustenta en los supuestos de equilibrio
regional dada la libre movilidad de factores como capital y trabajo; de tal
manera que cualquier desequilibrio entre regiones puede considerarse como
transitorio y no permanente.
Por otra parte, los factores institucionales puede considerarse comunes a
todas las regiones por lo cual no merece la pena observar las
particularidades regionales; así, el interés sobre la disparidad se ha centrado
fundamentalmente en factores como demanda, oferta y factores
Castro Lugo y Gutiérrez Flores 135
institucionales a nivel general sin plantearse si la apertura comercial, el
cambio técnico o los factores de la oferta e incluso el entorno institucional
afecta diferencialmente a las regiones o zonas metropolitanas de un país;
aún cuando el trabajo de The World Bank (2001) destaca la relevancia de
estos factores.
Trabajos como los de Topel (1994), Dos Reis y de Barros (1990) y Llorences,
et al (1995) muestran para varios países que el factor espacial es un
elemento relevante para comprender el comportamiento de la inequidad
salarial. Para el caso de México, Meza (2005), Ghiara y Zepeda (2004),
Cortez (2005), Castro (2007) y Morales y Castro (2010) incorporan elementos
regionales, donde los dos últimos sostienen que el descenso observado a
partir de la segunda mitad de los noventa, estuvo acompañado por una
menor desigualdad intra regional, pero también por un proceso de
polarización en la desigualdad salarial espacial, donde las diferencias entre
regiones aumentaron, resultado compartido por Hernández Laos (2000).
La exploración de los posibles factores asociados a este comportamiento
indica que la reorganización espacial de las actividades urbanas, junto a
diferentes niveles de productividad y remuneración a los factores,
terminaron impactando sobre el comportamiento de la desigualdad salarial
regional; así las diferencias entre la región fronteriza y la región sur
aumentaron.
Los estudios previos a la firma del Tratado de Libre Comercial de América
del Norte (TLCAN) destacaban que los estados fronterizos con Estados Unidos
serían los más beneficiados con este acuerdo comercial y los análisis
realizados posteriormente así lo demuestran, apreciándose los mayores
niveles de ingreso promedio de todo el país; sin embargo, es importante
reconocer la heterogeneidad de esta región y la necesidad de explorar con
mayor detenimiento al interior de la misma.
Distribución y disparidad salarial del sector privado
136
En la revisión sobre estudios previos para las ciudades Torreón y Saltillo, se
encontró que en general las referencias que se tienen sobre estos centros
urbanos están integrados a análisis de otras ciudades como en el caso de
Plascencia (2009), Islas-Camargo y Cortez (2005), Castro (2007), por
mencionar algunos, pero no analizan con mayor detenimiento lo que sucede
al interior de ellas y entre ellas en lo relativo a su distribución y desigualdad
salarial por género, aspecto que se discute en los próximas secciones.
II. Los salarios en las ciudades
Una primera inquietud a responder sería; ¿dónde son más altos los salarios,
en Saltillo o Torreón? cabe mencionar que con el objeto de hacer más
comparables los datos, se procedió a excluir del análisis a los trabajadores
del sector público, dado que en Saltillo hay una presencia relativa mayor de
este tipo de trabajadores que en Torreón y eso puede afectar los resultados;
asimismo el indicador de remuneraciones es el salario por hora, expresado
en pesos constantes de 2002.
La evolución del salario promedio se presenta en la figura 1, donde a partir
de la información que ahí se aporta, es posible identificar algunos aspectos
relevantes. En primer término, la ciudad de Saltillo presenta remuneraciones
promedio superiores a las observadas en Torreón, la cual es de
aproximadamente 7.0 por ciento; en segundo término se aprecia que durante
el periodo de referencia se presentaron variaciones importantes en las
remuneraciones promedio, marcada por una fuerte caída durante la crisis
que inicia en 1995 y una recuperación posterior que al final del periodo ha
permitido superar los niveles alcanzados antes de la contracción económica;
y finalmente es conveniente mencionar, aunque no se aprecia en la gráfica,
que el desempeño salarial de estas ciudades durante el periodo de
referencia es más favorable que el promedio observado en el resto de las
ciudades incluidas en la ENEU.
Castro Lugo y Gutiérrez Flores 137
FIGURA 1
Fuente: Elaboración propia a partir de ENEU.
Algunas de las posibles explicaciones de la existencia de mayores
remuneraciones promedio en Saltillo en relación a Torreón, puede estar
asociada a la presencia de distintas dotaciones de capital humano entre
ciudades, o diferente retribuciones a las capacidades, que en algunos casos
se vincula con una dispar estructura ocupacional por género. En relación a
esto información de la ENEU indica que durante todo el periodo de análisis la
participación femenina en La Laguna es más importante y además muestra
una tendencia creciente en los últimos años, no así para el caso de la
capital, figura 2, donde parece apreciarse una intercambio entre salario y
participación, dado que en la medida que la remuneración promedio se
recupera de la crisis de mediados de los noventa (figura 1), la participación
de la mujer en el mercado laboral declina. Este hecho, de confirmarse, sin
duda es relevante porque indicaría que la intervención de la mujer en el
mercado laboral de Saltillo juega un papel de estabilizador de ingresos anti-
Distribución y disparidad salarial del sector privado
138
crisis temporal y no como una presencia permanente que permita ampliar la
capacidad productiva y de la región, tanto en cantidad como en diversidad.
FIGURA 2
Fuente: Elaboración propia a partir de ENEU.
Una vez ubicadas las remuneraciones de los principales centros urbanos del
estado y su evolución cabe preguntarnos sobre la distribución de las
remuneraciones por género y su evolución, tal información se presenta en el
cuadro 1, del cual se puede destacar algunos elementos: a) en general las
mujeres reciben ingresos inferiores en relación a los hombres y considerando
un promedio simple para todos los años, la capital del estado tiene una
desventaja de 9.0 por ciento, mientras para la “Perla de la laguna” es mayor
al 20.0 por ciento, hecho que viene a aportar elementos que explican el
comportamiento observado en la grafica 2; b) los hombres y mujeres en
saltillo reciben ingreso promedio superiores a los de Torreón; lo cual puede
estas asociado a la existencia de diferente estructura económica entre una y
Castro Lugo y Gutiérrez Flores 139
otra zona metropolitana; c)La contracción económica de mediados de los
noventa impactó negativamente a las remuneraciones reales y este efecto
parece haber afectado relativamente más a las mujeres; d) la última
información disponible indica que los salarios reales se han recuperado,
especialmente para el caso de hombres; e) finalmente y como derivación del
punto anterior, las diferencias salariales por género aun cuando se han
reducido respecto a las observadas durante la crisis, mantienen niveles
superiores a los años previos.
CUADRO 1
Salario promedio por hora, trabajadores del sector privado, 1992-2002 Pesos de 2002
Fuente: Elaboración propia a partir de ENEU.
El desempeño observado sobre la disparidad salarial por género, expresa el
comportamiento en general, sin embargo es pertinente explorar si este
mismo patrón se mantiene independientemente del nivel de escolaridad, así
como identificar la evolución de la brecha salarial entre mujeres con
diferente dotación de capital humano.
El impacto que el nuevo modelo económico puede tener en materia de
remuneraciones en las principales áreas urbanas del estado puede estar
condicionado por varios factores. En primer término por la forma como la
economía local se inserta en la dinámica internacional, la cual determinará
el tipo de mano de obra que se demanda (calificada o no calificada) y en
Saltillo TorreónAños Hombres Mujeres H/M Hombres Mujeres H/M1992 21.21 24.88 0.85 22.69 19.55 1.161993 22.41 22.03 1.02 24.58 21.0 1.171994 25.82 23.03 1.12 23.04 20.7 1.111995 20.94 18.89 1.11 19.59 16.92 1.161996 19.33 16.37 1.18 19.81 15.9 1.251997 19.55 18.2 1.07 23.45 17.91 1.311998 22.12 18.68 1.18 18.68 16.36 1.141999 21.84 19.01 1.15 20.78 16.51 1.262000 25.61 22.05 1.16 23.19 18.99 1.222001 26.04 23.2 1.12 24.35 20.05 1.212002 26.09 24.5 1.06 25.06 20.76 1.21
Distribución y disparidad salarial del sector privado
140
segundo lugar por la estructura económica de la zona, que aunada a los
elementos culturales definirán la participación y papel de los géneros en la
vida laboral.
El cuadro 2 presenta la evolución de las remuneraciones promedio por
género para los trabajadores con instrucción hasta primaria completa; en él
se puede apreciar que en general la disparidad salarial por género no
solamente persiste sino que la media simple para todos los años muestra que
son mayores a las diferencias existentes para todos asalariados6; sin
embargo, por ciudades tienen un comportamiento distinto, mientras Saltillo
presenta una tendencia convergente, en Torreón es hacia la divergencia,
alcanzando niveles superiores al 30.0 por ciento en el último año de
observación. Por otra parte, la crisis de mediados de los noventa parece
haber afectado de manera heterogénea en las áreas urbanas consideradas en
cuanto a género se refiere, pues mientras en la capital del estado las
mujeres resultaron más afectadas, misma que se refleja en un aumento de la
disparidad y en la mayor contracción durante la primera parte del periodo;
en la “Perla de la Laguna” los hombres fueron los que presentaron los
ajustes salariales más importantes.
El comportamiento anterior parece mostrar la existencia de un piso salarial,
y dado que las mujeres de Torreón se encontraban más próximas a éste, el
margen de reducción fue menor, lo que permitió que durante la crisis las
diferencias de remuneración por género disminuyeran. Sin embargo, durante
la recuperación éste es más lento para las trabajadoras, tal como se aprecia
en la tasa de crecimiento medio anual (TCMA) del segundo periodo; así las
mujeres de la zona urbana de la Laguna son las que presentan la menor
sensibilidad relativa a las variaciones del mercado laboral, por lo tanto la
6 Para Saltillo la desventaja salarial de las mujeres es en promedio de 17 por ciento mientras en Torreón de 25 por ciento.
Castro Lugo y Gutiérrez Flores 141
mejoría en las condiciones económicas sólo se reflejarán levemente en
mayores remuneraciones reales para este grupo de asalariados aun cuando
sean éstas las que se ubican en la parte inferior de la distribución.
En relación a la disparidad promedio para trabajadores del mismo sexo entre
áreas urbanas, se puede establecer que en los periodos de crisis las
diferencias salariales entre mujeres disminuyen, fundamentalmente porque
las remuneraciones de las trabajadores de Saltillo disminuyen, pero durante
la expansión las desigualdades se incrementan (columna 8). Por su parte, los
salarios relativos entre hombres mantienen mayor estabilidad a lo largo del
periodo, con una tendencia hacia la convergencia en los últimos años
(columna 7), lo que parece estar indicando, en el caso de las mujeres,
estructuras económicas más heterogéneas entre las zonas metropolitanas en
relación a los hombres.
CUADRO 2
Salario promedio por género, para trabajadores hasta primaria, 1992-2002.
Pesos de 2002.
TCMA: Tasa de crecimiento medio anual. Fuente: Elaboración propia a partir de ENEU.
El comportamiento de las remuneraciones salariales tanto relativas como
absolutas de los trabajadores con instrucción escolar hasta primaria
muestran dinámicas diferentes entre ciudades, donde las mujeres del área
Saltillo Torreón Saltillo/TorreónAños Hombres Mujeres H/M Hombres Mujeres H/M Hombres Mujeres1992 14.03 16.35 0.86 15.58 12.34 1.26 0.90 1.321993 15.45 15.31 1.01 15.38 13.12 1.17 1.00 1.171994 17.53 13.8 1.27 15.47 11.33 1.37 1.13 1.221995 14.47 10.69 1.35 12.22 9.76 1.25 1.18 1.101996 12.24 9.57 1.28 10.36 10.05 1.03 1.18 0.951997 11.8 9.55 1.24 12.25 9.51 1.29 0.96 1.001998 13.43 11.04 1.22 12.09 9.91 1.22 1.11 1.111999 14.43 11.66 1.24 13.15 10.59 1.24 1.10 1.102000 16.56 13.44 1.23 15.24 12.02 1.27 1.09 1.122001 17.63 15.6 1.13 16.43 12.72 1.29 1.07 1.232002 18.13 16.6 1.09 17.77 13.54 1.31 1.02 1.23
TCMA total 2.60 0.15 1.32 0.93TCMA 1992-1997 -3.40 -10.20 -4.70 -5.08TCMA 1997-2002 8.97 11.69 7.72 7.32
Distribución y disparidad salarial del sector privado
142
metropolitana de Torreón presentan desventajas importantes no solo en
relación a los hombre de esta misma zona sino frente a las mujeres de
Saltillo, pero cabe preguntarnos si este mismo patrón se presenta para el
caso de las mujeres con educación superior.
Antes de comentar sobre el desempeño de las remuneraciones salariales para
este grupo, es pertinente hacer referencia sobre su participación dentro de
total de asalariados. La revisión sobre la estructura educativa indica que
durante el periodo considerado la presencia de asalariados con educación
superior creció de manera importante en la ciudad de Saltillo, dado que en
1992 su representatividad era de 12.45 por ciento y para 2002 su
participación había aumentado más de 9.0 puntos porcentuales, por su parte
en Torreón este grupo contribuía con el 19.4 por ciento y aumentó 4.0
puntos porcentuales al final del periodo. Esto significa, en primer término
que Torreón, al inicio del periodo contaba con una mayor dotación de
trabajadores con educación superior y que no obstante el desempeño de
Saltillo durante el periodo, esta situación se mantiene; pero además,
seguramente lo más relevante, que la desventaja salarial promedio que tiene
Torreón no se explica por una menor presencia de trabajadores calificados.
¿En qué medida esta creciente participación de trabajadores calificados
puede incidir sobre el comportamiento de las remuneraciones?
El comportamiento de la retribución promedio de los asalariados con mayor
nivel de calificación se presenta en el cuadro 3, del cual se pueden extraer
algunos elementos relevantes.
a) Las remuneraciones promedio de este grupo de trabajadores tuvo una
pérdida durante el periodo analizado, esto afectó tanto a hombres
como mujeres en ambas ciudades.
Castro Lugo y Gutiérrez Flores 143
b) Los efectos adversos fueron mayores en mujeres, especialmente en
Saltillo.
c) Los ingresos son mayores en hombres y las diferencias son más elevadas
que en el caso de trabajadores con menor nivel de instrucción,
especialmente en Torreón, pero además parece no existir un tendencia
hacia la convergencia, sino más bien una cierta desigualdad
estabilizada próxima al 20.0 por ciento en Saltillo, no así en la capital
lagunera donde la magnitud es mayor, asociada con mayor volatilidad.
d) Aun cuando las retribuciones favorecen a la capital del estado en
relación a Torreón, estas diferencias son menores entre hombres tal y
como se observa en el caso de los asalariados con menor instrucción.
e) Al igual que en el caso de los trabajadores con educción hasta primara,
la crisis de mediados de los noventa impactó desfavorablemente sobre
las ingresos reales, pero a diferencia del grupo anterior donde en la
segunda mitad del periodo se presentó una recuperación de las
remuneraciones que permitieron compensar el deterioro anterior, en el
grupo de mayor instrucción hubo una leve restauración, insuficiente
para alcanzar los niveles previos, elemento que puede incidir sobre el
comportamiento de la distribución salarial de las áreas de estudio.
Distribución y disparidad salarial del sector privado
144
CUADRO 3
Salario promedio por género; trabajadores con educación superior, 1992-2002.
Pesos de 2002.
TCMA: Tasa de crecimiento medio anual. Fuente: Elaboración propia a partir de ENEU.
El desempeño relativo de los salarios promedio parece indicar que la
creciente oferta laboral de trabajadores calificados, experimentada durante
el periodo de estudio, asociado a una débil demanda de mano de obra
terminó presionando los salarios reales a la baja, mientras que en el caso de
los asalariados con menores niveles de instrucción la reducción relativa de su
participación en el mercado laboral favoreció la recuperación salarial, por lo
que las diferencias relativas entre los distintos niveles de ingreso
favorecieron a los trabajadores menos cualificados, tal y como se aprecia en
la figura 3.
Los resultados anteriores si bien aportan información relevante, se hacen
sobre la base de remuneraciones promedio, sin conocer el comportamiento
de la distribución total del ingreso, aspecto que se discute en el siguiente
apartado.
Saltillo Torreón Saltillo/TorreónAños Hombres Mujeres H/M Hombres Mujeres H/M Hombres Mujeres1992 48.50 53.22 0.91 44.76 40.25 1.11 1.08 1.321993 51.26 39.10 1.31 50.38 38.38 1.31 1.02 1.021994 53.58 45.16 1.19 47.23 40.22 1.17 1.13 1.121995 39.64 36.70 1.08 37.50 30.33 1.24 1.06 1.211996 39.81 32.42 1.23 41.87 29.21 1.43 0.95 1.111997 42.78 35.00 1.22 44.55 31.81 1.40 0.96 1.101998 49.25 35.57 1.38 34.96 28.75 1.22 1.41 1.241999 41.30 34.34 1.20 41.93 27.85 1.51 0.98 1.232000 47.93 37.02 1.29 41.99 31.18 1.35 1.14 1.192001 45.28 38.17 1.19 42.86 30.26 1.42 1.06 1.262002 46.83 39.37 1.19 41.35 32.4 1.28 1.13 1.22
TCMA total -0.35 -2.97 -0.79 -2.15TCMA 1992-1996 -4.82 -11.65 -1.65 -7.70TCMA 1996-2002 2.74 3.29 -0.21 1.74
Castro Lugo y Gutiérrez Flores 145
FIGURA 3
Fuente: Elaboración propia a partir de ENEU.
III Funciones de Distribución del Ingreso por Género en Saltillo y
Torreón
III.1 Estimación Teórica de las Funciones de Distribución del Ingreso
Si suponemos que el “ingreso” agrega todas las características que se desean
conocer acerca de la situación económica de los individuos, entonces, la
distribución del ingreso puede ser representada como una lista de personas
con sus correspondientes ingresos. En el caso de n personas, si xi denota el
ingreso de la persona i = 1,...,n entonces la distribución está representada
simplemente como un vector de dimensión finita (Cowell, 1998):
),...,,( 21 nxxx=C
(1)
Alternativamente, se puede describir una distribución del ingreso utilizando
algún aspecto relacionado con el concepto estadístico de distribución de
Distribución y disparidad salarial del sector privado
146
probabilidad7. Esta aproximación sugiere que el bienestar de una sociedad
puede ser expresado en términos de un perfil de ingreso de los miembros de
la población (Cowell, 1998). Usualmente, se obtiene una descripción que es
susceptible de ser tratada desde el punto de vista estadístico y que permite
una interpretación simple y contundente.
Enseguida, es conveniente introducir la notación en forma abstracta para la
distribución que nos facilitará el desarrollo del enfoque estadístico que se le
dará al análisis de la distribución del ingreso (Cowell, 1998). Sea Á el
espacio de todas las distribuciones de probabilidad univariada con soporte
ÂÍÀ , donde  denota el conjunto de los números reales y À es un
intervalo. Podemos utilizar Á como la base para modelar la distribución del
ingreso: x ÀÍ es entonces un valor particular del ingreso, y F ÁÍ es
una distribución posible del ingreso entre la población. El conjunto À es
importante, ya que incluye el supuesto acerca de los posibles valores que x
puede tomar. Esto será determinado en la práctica por la definición precisa
que se tenga del “ingreso”. Además, se utiliza el concepto ( )mÁ para el
subconjunto de Á con una media dada m.
Al utilizar el concepto de una función F de distribución, se puede capturar
una amplia variedad de distribuciones teóricas y empíricas, incluyendo
algunos casos especiales. Dentro de éstos, destaca el que nos será de gran
utilidad en este estudio. Se trata de la función de densidad. Sí F ÁÎ es
absolutamente continua sobre un intervalo ÀÍÀ* podemos definir la
7 Una distribución de probabilidad indica en una lista, todos los resultados posibles de un experimento, junto con la probabilidad correspondiente de cada uno de ellos (Lind, et al., 2004; pp.192-193).
Castro Lugo y Gutiérrez Flores 147
función de densidad f: ¾®¾*À ; sí F es diferenciable sobre ÀÎÀ*
entonces f está dada por (Cowell, 1998, Jenkins y Van Kerm, 2004):
( )dx
xdfxf )(=
(2)
Gráficamente, tenemos que:
FIGURA 4
La Función de Densidad
Fuente: Elaboración propia
De la figura 4, podemos observar las siguientes características:
1) f(x) representa la acumulación en la distribución del ingreso,
justamente cuando el nivel de ingreso x va cambiando.
2) Es posible denotar los cambios en dicha distribución a lo largo del
tiempo.
3) Se pueden comparar distintas distribuciones del ingreso en términos de
sus correspondientes funciones de densidad.
4) Dados los movimientos en la distribución del ingreso, hay un claro
impacto visual que es susceptible de ser observado al utilizar la
estimación mediante la función de densidad.
Estos son los rasgos que de inicio, le otorgan a este tipo de procedimientos
una ventaja sobre las medidas convencionales: se puede observar un cambio
en la distribución del ingreso.
Distribución y disparidad salarial del sector privado
148
III.2 Estimación Empírica de las Funciones de Distribución.
Desde una perspectiva espacial, el procedimiento para la estimación de las
funciones de densidad y la observación de la desigualdad se hace de la
siguiente forma (Sala i Martin, 2002):
1) Se estima una función de densidad para cada región i en cada año t de
estudio, como una aproximación de la verdadera función de densidad
f(xit) a partir de las observaciones sobre xit.
2) Cada función de densidad tiene su correspondiente kernel, o núcleo,
que no es otra cosa más que el área que se encuentra por debajo de la
curva descrita por la función de densidad.
3) Una vez que se ha estimado la función de densidad, se normaliza para
que el área por debajo de ésta sea igual a uno y se multiplica por la
población Nit para obtener el número de personas asociadas con las
categorías de ingreso. Lo que se hace es una estimación de los ingresos
de los percentiles de población para cada región en cada año.
4) Se interpretan los movimientos de las funciones de densidad regional en
cada año como cambios en la estructura de la distribución del ingreso.
Un movimiento hacia la derecha de la función de densidad significa un
incremento en los ingresos de la población, y viceversa.
5) Utilizando los datos de ingreso reportados como el salario por hora de
las mujeres y los hombres en Saltillo y Torreón entre 1992 y 2002,
podemos estimar la distribución regional del ingreso mediante una
función de densidad (Silverman, 1986; Bulli, 2001) tipo Gauss-Kernel,
que viene expresada de la siguiente forma:
÷øö
çèæ-= 2
21exp
21 uKp
(3)
Donde:
K = función kernel
Castro Lugo y Gutiérrez Flores 149
u = argumento de la función Kernel (ecuación 2)
Enseguida, se muestran las funciones de distribución8 del ingreso en los años
seleccionados por género y localidad:
FIGURA 5
Logaritmo del Salario por Hora de las Mujeres en Saltillo, 1992-2002.
Fuente: Elaboración propia a partir de ENEU
De la figura 5 observamos que hay un cambio en la distribución del ingreso
salarial de las mujeres en Saltillo entre los años indicados. Inicialmente, la
distribución se ha movido a la derecha sobre el eje de las abscisas denotando
un incremento en el ingreso. La moda de la distribución se ubicó en $16.4 en
1992 y en $18.1 en 2002. Por su parte, la forma de la distribución nos indica
una mayor concentración del ingreso salarial en el año 2002.
8 Un elemento importante de las funciones de densidad es el parámetro h, que representa el ancho de banda de la distribución. A su vez, el ancho de banda es el parámetro de suavizamiento que determina el ancho de los baches representados mediante el estimador kernel. Véase a Silverman (1986:15-17) para una explicación más detallada.
0.0
0.2
0.4
0.6
0.8
1.0
1 2 3 4 5 6
LNSALXH ORA
K ern el Density (N orm al, h = 0 .1516)
0.0
0.2
0.4
0.6
0.8
1.0
1 2 3 4 5 6
LNSALXHO RA
K ernel Density (N orm al, h = 0 .1 257)
Distribución y disparidad salarial del sector privado
150
FIGURA 6
Logaritmo del Salario por Hora de los Hombres en Saltillo, 1992-2002.
Fuente: Elaboración propia a partir de ENEU
En el caso de los hombres en Saltillo, en 1992 la moda distribucional era de
$19.1 y en 2002 de $20.1 denotando así un leve incremento en el ingreso por
hora de trabajo. También se muestra una tendencia hacia el incremento en
la concentración del ingreso.
Lo anterior nos confirma el resultado de que en promedio, las percepciones
salariales de los hombres son mayores que las de las mujeres en el caso de
Saltillo.
0 .0
0 .2
0 .4
0 .6
0 .8
1 .0
1 2 3 4 5 6
LNS AL XHORA
Kern el Density (Norm al, h = 0.14 01)
0 .0
0 .2
0 .4
0 .6
0 .8
1 .0
1 .2
1 2 3 4 5
LNS ALXHORA
Kernel Den sity (Norm al, h = 0.08 14)
Castro Lugo y Gutiérrez Flores 151
FIGURA 7
Logaritmo del Salario por Hora de las Mujeres en Torreón, 1992-2002.
Fuente: Elaboración propia a partir de ENEU
Por su parte, en Torreón tenemos que la moda distribucional en 1992 era de
$11.02 y en 2002 era $16.4, hubo un incremento en el ingreso representado
por el movimiento de la función de densidad hacia la derecha. Como en los
anteriores casos, la forma de la función denota una mayor concentración del
ingreso.
Los hombres en Torreón presentaron una moda distribucional de $12.2 en
1992 y de $20.08 en 2002. Hubo sin duda un incremento en el ingreso laboral
entre los años indicados.
Al igual que en el caso de Saltillo, los hombres en Torreón perciben un
monto mayor de salario que las mujeres.
0.0
0.2
0.4
0.6
0.8
1.0
0 1 2 3 4 5
LNSAL XHORA
Kernel Density (Norm al, h = 0 .1390)
0 .0
0 .2
0 .4
0 .6
0 .8
1 .0
0 1 2 3 4 5
LNSAL XHORA
Kernel Density (Norm al, h = 0 .1059)
Distribución y disparidad salarial del sector privado
152
FIGURA 8
Logaritmo del Salario por Hora de los Hombres en Torreón, 1992-2002.
Fuente: Elaboración propia a partir de ENEU
III.3 Magnitud de la desigualdad en el ingreso
En este apartado se presentan las estimaciones de la desigualdad en el
ingreso correspondientes a las funciones de distribución planteadas
anteriormente. Para ello, utilizamos un indicador de desigualdad muy
conocido en la literatura sobre el tema, que tiene propiedades importantes y
que permite una comparación inter-temporal: se trata del coeficiente de
Gini. La desigualdad en términos de su dispersión es uno de los aspectos más
importantes a analizar de la distribución del ingreso. La razón por la cual la
dispersión del ingreso se ha convertido en el centro de atención de muchos
investigadores es que refleja la desigualdad entre los ingresos individuales.
La gran cantidad de literatura empírica y teórica ha producido un número
0.0
0.2
0.4
0.6
0.8
1.0
1 2 3 4 5
L NSALXH ORA
Kernel Den sity (Norm al, h = 0.11 81)
0 .0
0 .2
0 .4
0 .6
0 .8
1 .0
1 2 3 4 5 6
L NSALXHORA
Kern el Density (Norm al, h = 0 .096 8)
Castro Lugo y Gutiérrez Flores 153
sustancial de medidas9. El índice de Gini parte de la base de una distribución
dada del ingreso, y de ahí poder conocer las proporciones del mismo que
obtienen los diferentes estratos poblacionales. Se calcula a partir de la
Curva de Lorenz que representa una distribución teórica cuando el ingreso se
asigna de forma equitativa entre los miembros de la población. En la medida
en que la distribución real se aleja de la distribución teórica el valor del
índice de Gini se aproxima a 1(máxima desigualdad) y cuando éste toma un
valor cercano a 0 (máxima igualdad) entonces la distribución real se
aproxima a la distribución teórica. La fórmula utilizada en nuestro caso es la
siguiente (Cortés y Ruvalcaba, 1984):
å
å-
=
-
=
-= 1
1
1
1
)(
n
ii
n
iii
P
QPG
(4)
Donde:
G = Índice de Gini
Pi = porcentaje acumulado de la población
Qi = porcentaje acumulado de ingreso
El índice de Gini puede también expresarse en porcentaje cuando se
multiplica por cien. Este indicador cumple con la condición de Pigou-
Dalton10.
9 Véase Cortés y Ruvalcaba (1984) y Cowell (1998) para una lista medidas de desigualdad y sus potenciales desventajas. 10 Esta condición establece que un buen índice que captura la medición de la desigualdad debe incrementarse en respuesta a una transferencia de una persona pobre a una persona rica, aún y cuando el ingreso promedio de toda la población se mantenga en el mismo nivel. En otras palabras, el índice debe incrementarse cuando la desigualdad se aumenta, y viceversa. Véase Cowell (1998).
Distribución y disparidad salarial del sector privado
154
CUADRO 4
Niveles de Desigualdad por Género en Saltillo, 1992-2002. Índice de Gini.
AÑO 1992 2002
Mujeres 0.4582 0.3840
Hombres 0.4515 0.3751
Fuente: Cálculos propios con datos de la ENEU
Del cuadro 4 observamos que en general, hay una tendencia hacia la
diminución de la desigualdad en ambos géneros. El índice de Gini se redujo
entre 1992 y 2002. Lo anterior implica que la dispersión de las percepciones
salariales ha disminuido, invitando con esto a pensar en que tanto en el caso
de los hombres como en el de las mujeres, hay una tendencia hacia la
homologación de los ingresos laborales.
Sin embargo, la dispersión de los ingresos es mayor para las mujeres que
para los hombres, y esto se manifiesta en una mayor brecha de desigualdad
para el año 2002. Es decir, no solamente las mujeres tienden a percibir un
salario menor que los hombres en promedio, sino que además resulta con
que la distribución de los salarios es más inequitativa. Quizá esto signifique
que por necesidad además de los cambios demográficos en la composición de
la oferta de mano de obra no sólo en la localidad sino en el país, ha orillado
a las mujeres a aceptar la obtención de salarios muy bajos para estar en
posibilidades de participar del mercado de trabajo.
CUADRO 5
Niveles de Desigualdad por Género en Torreón, 1992-2002. Índice de Gini.
AÑO 1992 2002
Mujeres 0.4449 0.3615
Hombres 0.4681 0.3899
Fuente: Cálculos propios con datos de la ENEU
Castro Lugo y Gutiérrez Flores 155
En Torreón, observamos el caso contrario, los niveles de desigualdad en la
distribución del ingreso laboral son mayores en el caso de los hombres que
en el caso de las mujeres. Más aún, la brecha de desigualdad se ensancha
para el último año de observación. Quizá esto nos indica que la mano de
obra femenina en Torreón está más homogeneizada y se dedica en promedio
a actividades de tipo más relacionado, que tienden a pagar salarios
similares. En el caso de los hombres, quizá el rango de las actividades
laborales sea más elevado, dando pie a una mayor dispersión en el salario
percibido.
IV Conclusiones
La exploración general sobre las principales características de la distribución
y disparidad salarial por género en Saltillo y Torreón, han permitido
identificar algunos elementos valiosos para el conocimiento de la dinámica
laboral en las principales ciudades de Coahuila, entre los más relevantes
podemos destacar los siguientes: A partir de la revisión de las
remuneraciones promedio para las dos principales áreas urbanas del Estado
de Coahuila es posible establecer que:
a) Las retribuciones en Saltillo son mayores a las de Torreón, esto se
cumple en general, por género y niveles educativos, lo cual no perece
estar asociado con mayores dotaciones de capital humano sino con
mayores remuneraciones a las mismas en Saltillo, posiblemente
explicada por distintas estructuras económicas en una y otra ciudad.
b) Las remuneraciones por género indican una permanente diferencia en
favor de los hombres, en las dos ciudades y niveles de instrucción,
aunque la magnitud y tendencia difiere entre ciudades, siendo mayor
en Torreón. Lo anterior puede estar indicando la presencia de
discriminación salarial por género, aunque es necesario mayor análisis
para valorar esta hipótesis.
c) Los impactos económicos de mediados de los noventa incidieron de
manera desigual por género, ciudades y niveles de escolaridad,
Distribución y disparidad salarial del sector privado
156
afectando principalmente a las mujeres y en Saltillo, aunque la
reactivación permitió una recuperación para inicios de siglo.
d) Los factores relacionados con la oferta y demanda de mano de obra
parecen incidir sobre el comportamiento de los salarios por nivel de
instrucción y su desempeño relativo, generando una mejoría relativa
para los trabajadores de menor nivel de instrucción.
El análisis de la distribución salarial permite establecer que en todos los
casos, hay un leve incremento en el ingreso laboral, representado por un
desplazamiento de la función de distribución hacia la derecha, posiblemente
explicado por la existencia de una mayor dotación de capital humano a lo
largo del periodo; no obstante, esto no ha conducido a que las diferencias en
las percepciones se eliminen.
Sin embargo, también en el caso de ambas ciudades, hay una marcada
tendencia hacia la reducción de la desigualdad salarial por cada género. La
inequidad en el ingreso salarial femenina es mayor en Saltillo que en
Torreón. Por el contrario, la desigualdad del ingreso salarial masculino, es
mayor en Torreón que en Saltillo. Las diferencias en el grado de
participación laboral, así como la composición del mercado de trabajo nos
ayudan a entender el porqué de tales diferencias.
Si bien los resultados anteriores, como ya se comento, aportan elementos
que nos permiten disponer de mayor conocimiento sobre el comportamiento
del mercado laboral de estas ciudades, también surgen nuevas interrogantes
que requieren respuestas para lo cual es necesario continuar profundizando
en esta temática.
Castro Lugo y Gutiérrez Flores 157
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