Selecion de Poesías

7
1 SELECCIÓN DE POESÍAS DOÑA BLANCA Anónimo Doña Blanca está cubierta con pilares de oro y plata. Romperemos un pilar para ver a doña Blanca. ¿Quién es ese jicotillo que anda en pos de doña Blanca? Yo soy ese jicotillo que anda en pos de doña Blanca. DIME, PADRE COMÚN, PUES ERES JUSTO Bartolomé Leonardo de Argensola «Dime, Padre común, pues eres justo, ¿por qué ha de permitir tu providencia, que, arrastrando prisiones la inocencia, suba la fraude a tribunal augusto? »¿Quién da fuerzas al brazo, que robusto hace a tus leyes firme resistencia, y que el celo, que más la reverencia, gima a los pies del vencedor injusto? »Vemos que vibran victoriosas palmas manos inicuas, la virtud gimiendo del triunfo en el injusto regocijo.» Esto decía yo, cuando, riendo, celestial ninfa apareció, y me dijo: «¡Ciego!, ¿es la tierra el centro de las almas?»

description

poesias

Transcript of Selecion de Poesías

Page 1: Selecion de Poesías

1

SELECCIÓN DE POESÍAS

DOÑA BLANCA Anónimo

Doña Blanca está cubierta

con pilares de oro y plata.

Romperemos un pilar

para ver a doña Blanca.

¿Quién es ese jicotillo

que anda en pos de doña Blanca?

Yo soy ese jicotillo

que anda en pos de doña Blanca.

DIME, PADRE COMÚN, PUES ERES JUSTO Bartolomé Leonardo de Argensola

«Dime, Padre común, pues eres justo,

¿por qué ha de permitir tu providencia,

que, arrastrando prisiones la inocencia,

suba la fraude a tribunal augusto?

»¿Quién da fuerzas al brazo, que robusto

hace a tus leyes firme resistencia,

y que el celo, que más la reverencia,

gima a los pies del vencedor injusto?

»Vemos que vibran victoriosas palmas

manos inicuas, la virtud gimiendo

del triunfo en el injusto regocijo.»

Esto decía yo, cuando, riendo,

celestial ninfa apareció, y me dijo:

«¡Ciego!, ¿es la tierra el centro de las almas?»

Page 2: Selecion de Poesías

2

A UNA ROSA Sor Juana Inés de la Cruz

Rosa divina, que en gentil cultura

Eres con tu fragante sutileza

Magisterio purpúreo en la belleza,

Enseñanza nevada a la hermosura.

Amago de la humana arquitectura,

Ejemplo de la vana gentileza,

En cuyo ser unió naturaleza

La cuna alegre y triste sepultura.

¡Cuán altiva en tu pompa, presumida

soberbia, el riesgo de morir desdeñas,

y luego desmayada y encogida.

De tu caduco ser das mustias señas!

Con que con docta muerte y necia vida,

Viviendo engañas y muriendo enseñas.

EL BARZÓN

Esa tierras del rincón

las sembré con un buey pando,

se me reventó el barzón

y sigue la yunta andando.

Cuando llegué a media tierra

el arado iba enterrando,

se enterró hasta la telera,

el timón se deshojó,

el barzón se iba trozando,

el yugo se iba pandeando,

el sembrador me iba hablando;

yo le dije al sembrador,

no me hable cuando ande arando.

Se me reventó el barzón

y sigue la yunta andando.

Cuando acabé de pizcar,

vino el rico y lo partió,

todo mi maíz se llevó

ni pa’ comer me dejó,

me presenta aquí la cuenta:

Page 3: Selecion de Poesías

3

aquí debes veinte pesos

de la renta de unos bueyes,

cinco pesos de magueyes,

una anega, tres cuartillas de frijol

que te prestamos,

una anega, tres cuartillas

de maíz que te habilitamos,

cinco pesos de unas fundas

siete pesos de cigarros.

Seis pesos…no sé de qué

pero todo está en la cuenta!

a más de los veinte reales

que sacaste de la tienda,

con todo el maíz que te toca

no le pagas a la hacienda,

pero cuentas con mi tierra

pa’ seguirla sembrando.

Ora vete a trabajar

pa’ que sigas abonando.

Nomás me quedé pensando

sacudi endo mi cobija,

haciendo un cigarro de hoja.

Que patrón tan sinverguenza!

to’ mi maíz se llevó

para su maldita troje!

Se me reventó el barzón,

y sigue la yunta andando.

Cuando llegué a mi casita,

me decía mi prenda amada:

on’ta el maíz que te tocó?

le respondí yo muy triste:

el patrón se lo llevó

por lo que debía en la hacienda,

pero me dijo el patrón

que contara con la tienda.

Ora voy a trabajar

para seguirle abonando,

veinte pesos, diez centavos

son los que salgo restando.

Me decía mi prenda amada:

ya no trabajes con ese hombre,

nomás nos está robando

Page 4: Selecion de Poesías

4

anda al salón de sesiones

que te lleve mi compadre,

ya no le hagas caso al padre,

el y sus excomuniones!

Qué no ves a tu familia

que ya no tiene calzones?

Ni yo tengo ya faldillas

ni tú tienes pantalones.

Nomás me quedé pensando,

me decía mi prenda amada:

que vaya el patrón al cuerno!

cómo tuviéramos de hambre

si te has seguido creyendo

de lo que te decía el cura,

de las penas del infierno.

Viva la revolución!

Muera el supremo gobierno!

Se me reventó el barzón

y siempre seguí sembrando!

VIDA RETIRADA Fray Luis de León

(fragmento) ¡Qué descansada vida

la del que huye del mundanal ruïdo,

y sigue la escondida

senda, por donde han ido

los pocos sabios que en el mundo han sido;

Que no le enturbia el pecho

de los soberbios grandes el estado,

ni del dorado techo

se admira, fabricado

del sabio Moro, en jaspe sustentado!

No cura si la fama

canta con voz su nombre pregonera,

ni cura si encarama

la lengua lisonjera

lo que condena la verdad sincera.

¿Qué presta a mi contento

si soy del vano dedo señalado;

Page 5: Selecion de Poesías

5

si, en busca deste viento,

ando desalentado

con ansias vivas, con mortal cuidado?

¡Oh monte, oh fuente, oh río,!

¡Oh secreto seguro, deleitoso!

Roto casi el navío,

a vuestro almo reposo

huyo de aqueste mar tempestuoso.

LETRILLA SATÍRICA Francisco de Quevedo

Pues amarga la verdad,

quiero echarla de la boca;

y si al alma su hiel toca,

esconderla es necedad.

Sépase, pues libertad

ha engendrado en mí pereza

la pobreza.

¿Quién hace al ciego galán

y prudente al sin consejo?

¿Quién al avariento viejo

le sirve de río Jordán?

¿Quién hace de piedras pan,

sin ser el Dios verdadero?

El dinero.

¿Quién con su fiereza espanta,

el cetro y corona al rey?

¿Quién careciendo de ley

merece nombre de santa?

¿ Quién con la humildad levanta

a los cielos la cabeza?

La pobreza.

¿Quién los jueces con pasión,

sin ser ungüento, hace humanos,

pues untándolos las manos

los ablanda el corazón?

¿Quién gasta su opilación

con oro, y no con acero.

El dinero.

Page 6: Selecion de Poesías

6

¿Quién procura que se aleje

del suelo la gloria vana?

¿Quién siendo tan cristiana,

tiene la cara de hereje?

¿Quién hace que al hombre aqueje

el desprecio y la tristeza?

La pobreza.

¿Quién la montaña derriba

al valle, la hermosa al feo?

¿Quién podrá cuanto el deseo,

aunque imposible, conciba?

¿Y quién lo de abajo arriba

vuelve en el mundo ligero?

El dinero.

RIMA LXXVII Gustavo Adolfo Bécquer

Dices que tienes corazón, y sólo

lo dices porque sientes sus latidos.

Eso no es corazón...; es una máquina,

que, al compás que se mueve, hace ruido.

CALAVERAS LITERARIAS

A LA TORTILLERA

Comenzaremos, señores,

con Juana la tortillera

que vende buenas tortillas

pero están tan amarillas

que dicen que es calavera.

AL BARBERO DEL BARRIO

Muchos prodigios hiciste

con el pelo y con la barba

por eso no se te escarba

la losa en que sucumbiste.

Page 7: Selecion de Poesías

7

Algunas cortadas diste

a la gente pasajera.

Mas ahora por tu tontera

yaces dentro de una mortaja,

con tijeras y navaja

para tuzar calaveras.

LA ESPIGA Rubén Darío

Mira el signo sutil que los dedos del viento

hacen al agitar el tallo que se inclina

y se alza en una rítmica virtud de movimiento.

Con el áureo pincel de la flor de la harina

trazan sobre la tela azul del firmamento

el misterio inmortal de la tierra divina

y el alma de las cosas que da su sacramento

en una interminable frescura matutina.

Pues en la paz del campo la faz de Dios asoma.

De las floridas urnas místico incienso aroma

el vasto altar en donde triunfa la azul sonrisa;

aún verde está y cubierto de flores el madero,

bajo sus ramas llenas de amor pace el cordero

y en la espiga de oro y luz duerme la misa.