Semana por la paz 2010

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Transcript of Semana por la paz 2010

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Secretariado Nacional de Pastoral SocialCáritas Colombiana

Monseñor Héctor Fabio Henao GaviriaDirector

Rosa Inés FlorianoCoordinadora Sección Vida, Justicia y Paz

Diseño y Edición Documento:Natalia Herrera [email protected]

Secretariado Nacional de Pastoral SocialCáritas Colombiana, Bogotá, D.C.Carrera 58 No. 80-87Teléfono: 437 71 50Fax: 437 71 71Página Web: www.pastoralsocialcolombia.orgE-Mail: [email protected]á, D.C., Agosto de 2010

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Presentación............................................................. 5Lunes 6: Verdad para las victimas ..................... 15Martes 7: Justicia para las victimas .................... 21Miércoles 8: El derecho de las victimasa la Reparación ...................................................... 31Jueves 9: Comunión con el dolor delas victimas ............................................................ 45Viernes 10: La reconciliación desdelas victimas ............................................................ 53

Contenido

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Semanapor la paz

2010S E P T I E M B R E

porque ninguna víctima me es ajena

REPARACIÓN INTEGRAL...

Presentación

La semana por la paz es un espacio que desde 1988 seviene abriendo paso en el país como un tiempo para lareflexión sobre los valores que requiere apropiar unasociedad en búsqueda permanente de la paz. Desdeentonces, y a lo largo de estos años, un grupo de orga-nizaciones hemos hecho parte de la convocatoria na-cional en la que se pretende abrir escenarios de paz enlos que las múltiples iniciativas de paz, protagonicendurante una semana lo que debería ser el devenir dia-rio en Colombia, donde todos y todas aporten a unacultura de paz.

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Desde el Secretariado Nacional de Pastoral Social/Ca-ritas Colombiana (SNPS/CC) ha existido el compromi-so de animar esta gran convocatoria nacional a travésde todas las Jurisdicciones Eclesiásticas, las cuales reali-zan diversas acciones con otros actores sociales de susregiones para promover y difundir las reflexiones quese plantean como contenidos temáticos para cada añoen la Semana por la Paz; reflexiones que pretenden tras-cender al compromiso colectivo en torno al tema pro-puesto en cada uno de los lemas, que a lo largo de estosaños han sido promovidos como ruta para la transfor-mación social de los variados conflictos que nuestra so-ciedad colombiana afronta. Algunos de estos son:

1995: “Defendamos la vida juntos”1996: “La Paz, don de Dios, derecho de todos, deber

de todos, tarea de todos”.1997: “Somos constructores de paz”.1998: “Vive los derechos humanos: para la paz tú

cuentas”1999: “Hagamos las paces”2000: “La paz está en proceso… ¡Sembremos hechos

de paz!”2001: “Vive Colombia”2002: “No hay paz sin justicia. No hay justicia sin per-

dón”2003: “La reconciliación, horizonte de la paz”2004: “Con justicia social, la paz es posible”2005: “Haz posible la paz, defiende la vida y su digni-

dad”

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2006: “Por la paz: justicia social y reconciliación”2007: “La verdad vence la impunidad. La verdad fuer-

za de la paz”2008: “Hacia la paz: vida digna, desarrollo y libertad”2009: “¡Vivo por la vida! ¿Y tú?”

Para este año 2010, a partir del reconocimiento de la deu-da que como Nación tenemos con las diversas víctimas,estamos proponiendo el lema: “REPARACIÓN INTE-GRAL… porque ninguna víctima me es ajena”, el cualbusca que cada colombiano sienta como propia, la reali-dad de las innumerables víctimas que la infamia de laguerra, el conflicto y la violencia nos ha dejado; recor-dándonos cómo a nombre del Estado, de la raza, de larevolución, de la pobreza, hasta de la paz y de otros pre-textos, hemos estado sumidos en dantescos baños de san-gre, en donde los principales sacrificados son, precisa-mente, los más débiles: la población civil, y de maneraespecial campesinos, grupos étnicos, mujeres y niños.

¿Qué llevó a las organizaciones convocantes

a decidirse por este tema para el presente año?

Diferentes fuentes de información estiman que los ho-micidios en los últimos 40 años sobrepasan el mediomillón de personas. Más de 50.000 personas desapare-cidas se han reportado desde 19701 de las cuáles, según

1. ASFADES. Página WEB de CODHES, Septiembre de 2.008.

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la Comisión de bús-queda de personasd e s a p a r e c i d a s ,12.318 son desapari-ciones forzadas y15.000 personas fue-ron reportadas comosecuestradas en losúltimos 20 años. Seconocen más de2.370 masacres y cer-ca de 4 millones decompatriotas que

fueron desplazados de sus sitios de residencia.

Hasta el 15 de agosto de 2.009 según Acción Social sehabían presentado 244.869 solicitudes de reparación delas cuales 171.873 fueron interpuestas por mujeres (75%)y 56.567 por hombres (25%). Las solicitudes hacen refe-rencia a 216.201 conductas delictivas dirigidas a hom-bres (88%) y a 28.668 dirigidas a víctimas mujeres (12%)2

y “en versiones libres se han declarado 25 mil homici-dios” y “con la información de las versiones de los pa-ramilitares se han podido identificar 530 personas des-aparecidas, en 1.200 fosas comunes”3.

2. El Tiempo- Martes 20 de Abril 2.010.3. Revista Semana, domingo14 de febrero de 2010.

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El 72% de las solicitudes, es decir 176.307 se derivan dehomicidios, 13% de las solicitudes son por desaparicionesforzadas, que equivale a 31.800 personas y en una simi-lar proporción se encuentran las lesiones, el secuestro,las torturas con un promedio de 3.4% del total de casos.Llama la atención que de las 31.800 solicitudes por des-apariciones, menos del 10% de ellas han sido mencio-nadas en las audiencias de versión libre y solamente cer-ca del 5% de ellas han sido confesadas.

De los 31.500 miembros de las AUC que se desmoviliza-ron hasta diciembre de 2.006, tan solo 3.711 fueron pos-tulados por el gobierno nacional a procesos de justicia ypaz. Menos de la mitad de ellos (1.759) iniciaron versio-nes libres y de estos, 1.200 no ratificaron su voluntad decontinuar con el proceso, de lo que se deduce que no to-das las víctimas de los paramilitares serán reparadas.

Diferentes estudios estiman en más de 50 billones depesos el costo de la inversión mínima para la repara-ción en condiciones de dignidad de las víctimas del con-flicto armado. El Estado Colombiano tan solo ha reco-nocido a la fecha un poco más de 500.000 millones depesos y en los próximos 10 años ha calculado que sola-mente se requerirán 7 billones de pesos. Más de la mi-tad de las personas en situación de desplazamiento for-zado viven con menos de 350.000 pesos mensuales,menos del 10% posee vivienda propia y el 90% vive encondiciones de pobreza. Pizarro afirma que “con la re-paración por vía administrativa (decreto 1290 de 2008)

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se han reparado cerca de 11 mil víctimas con 200 milmillones de pesos en efectivo”4.

Sea esta la oportunidad para que Colombia entera cla-me por la verdad, la justicia y la reparación integral delas víctimas, porque en el sufrimiento de cada una deellas, de una sola de ellas, es la dignidad humana la quese ha pisoteado y por tanto, somos todos y todas quie-nes hemos sido atropellados. Es por esto, que nos resul-ta un imperativo ético a los colombianos, movilizar to-dos nuestros esfuerzos posibles para la búsqueda demecanismos jurídicos, sociales, económicos, políticos,culturales para asegurar una reparación integral quegarantice la restauración de la dignidad más allá de lomeramente material, sino de toda la integridad de lapersona que ha sido violentada y de todas las personasa quienes les fue infringido el daño.

Esta semana, también pretende ser un espacio de re-flexión y búsqueda de luces de esperanza que nos enca-minen hacia la Reconciliación; no mal interpretado confrecuencia como sinónimo de perdón y olvido; sino unareconciliación que parta de aprender a escuchar a lasvíctimas, comulgar con su dolencia y permitirles que losaquen de sus existencias para siempre.

4. Eduardo Pizarro, declaración a la Revista Semana, domingo14 de fe-brero de 2010

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Si queremos queen Colombia hayapaz y reconcilia-ción debemos re-parar en forma in-tegral a las vícti-mas del conflictoarmado. Esta repa-ración debe digni-ficarlas, lograndosu inclusión social,económica y polí-tica, y debe digni-ficar a la sociedad en general, recuperando colectiva-mente el derecho a construir un futuro mejor.

Reparar es obtener respuestas frente al paradero de losfamiliares desaparecidos, asesinados, torturados o des-plazados, además de conocer las razones por las cualesterminaron de esa manera. Reparar no es olvidar. Re-parar es reconstruir y recuperar los sueños individua-les y colectivos y garantizar que dichos sueños se ha-gan realidad o por lo menos, se puedan expresar. Repa-rar es tener derecho a elaborar el duelo, dar dignasepultura, poder visitar sus tumbas y rendir homenajea quienes fueron sacrificados. Reparar es poder volvera la tierra, a la vereda, al pueblo, si así se quiere. Repa-rar es garantizar la protección y seguridad de las vícti-mas. Reparar es crear las condiciones para que esta lar-ga historia de horror y muerte termine y no se vuelvan

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a repetir hechos luctuosos. Reparar es fortalecer el teji-do social, la democracia local y la participación de lasvíctimas en las decisiones que los afecta. En definitiva,es gozar plenamente de los derechos humanos y podervivir en paz.

La reparación debe posibilitar un futuro cierto, recons-truir las familias y los lazos de amistad, romper con elmiedo, vencer el olvido, recuperar la memoria, las tie-rras y la esperanza. Remediar el daño causado al máxi-mo posible.

Por todo esto, en conjunto con las organizaciones miem-bros de esta gran convocatoria, nos hemos propuestolos siguientes objetivos para la Semana por la Paz 2010:

Objetivo general

Avanzar en un proceso solidario nacional de exigenciay construcción de la reparación integral a las víctimasdel conflicto armado, que potencie la recuperación dela dignidad en el marco de la verdad, la justicia y lasgarantías de no repetición, para hacer realidad la re-conciliación y la paz.

Objetivos específicos

• Promover la solidaridad nacional con las víctimasde la violencia como acto nacional de expresión ciu-dadana no violenta durante la Semana por la Paz.

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• Realizar en la mayoría del territorio nacional, espa-cios de reflexión, actos y acciones por la paz, la con-vivencia y la reparación integral a todas las vícti-mas del conflicto armado.

• Lograr la sensibilización y movilización de miles deciudadanos alrededor de la necesidad de construiruna política pública de reparación integral a las víc-timas que logre su dignificación e inclusión social,económica, cultural y política.

Para animar esta reflexión a través de las JurisdiccionesEclesiásticas del país, el SNPS/CC ha construido estematerial de apoyo que propone la siguiente ruta temá-tica:

Tema 1: Verdad para las víctimasTema 2: Justicia para las víctimasTema 3: Reparación para las víctimasTema 4: Comunión con las víctimasTema 5: Reconciliación desde las víctimas

Para recorrerla, sugerimos como estrategia pedagógi-ca el partir desde las historias de vida reales de vícti-mas colombianas que han sido acompañadas por laIglesia; las cuales nos generen preguntas orientadoresque permitan abordar un desarrollo conceptual en tor-no al tema planteado, que posteriormente será anali-zado a la luz de principios del Magisterio de la Iglesiay que culmina con un acto celebrativo que evoca la

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realización de compromisos verdaderos, individualesy colectivos a favor de las víctimas.

Animamos entonces, a todas y todos los colombianos ahacer de esta, una Semana por la Paz especial y de enor-me aporte a la Reconciliación del país.

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para las víctimasVERDAD

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Historia de Vida

“La emisora Sonorama Estéreo, del municipio dePuerto Barranco era un sólido espacio de comuni-cación de la comunidad de ese lugar y de otroscercanos, que recibían y se beneficiaban de su se-ñal. Por medio de él, los habitantes de las veredasvecinas a los cascos urbanos conocían de las jorna-das de salud y de los procesos locales en los cualespodían participar.

Este medio de comunicación, años antes, era el sue-ño inalcanzable de don Evaristo, un operador deradio, que con sus ahorros de toda la vida logró darle

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vida a esta emisora. Conocedor de los problemas regio-nales, don Evaristo dedicó uno de los espacios de su pe-queña emisora para la emisión de un noticiero. Este dabainformes de lo que sucedía en su municipio y región.

No obstante, esto no fue del mayor agrado para losgamonales locales, que relacionados con algunos políti-cos y mafiosos, cegaron la vida de don Evaristo. Laemisora sin director y sin espacio de información, que-dó a la deriva y los oyentes de toda esa región, sin laoportunidad de saber lo que sucedía.

Mientras tanto, la esposa y los hijos de don Evaristo,queriendo continuar con su legado, se aferraron a laesperanza de que los autores del asesinato de su esposoy padre confesaran, con el fin de aceptar el desafío demantenerse al aire, aun conociendo el riesgo de corrercon la misma suerte que don Evaristo o sacrificar eseespacio de información.

Luego de arduas investigaciones, las autoridades die-ron captura a quienes asesinaron a don Evaristo. Quie-nes cometieron el hecho confesaron que su muerte sedebía a las constantes denuncias que él hacía en su noti-ciero sobre corrupción en la administración local. Díasdespués, los autores intelectuales fueron capturados yhoy pagan en prisión por su asesinato.

Pese a la pérdida de don Evaristo, los hijos, la esposay los trabajadores de la emisora continuaron con sus

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labores, confiados en su legado y en la función socialque el medio cumplía. Ahora es su esposa, quien con-tinúa con el informativo, lo hace con la misma ente-reza que lo caracterizaba, pues comprende que porcumplir con denunciar y anunciar como profeta fueasesinado, pero también lo hace aferrada a la certezade que por esa misma verdad vendrá la libertad”.

Desarrollo Conceptual

Concepto de Verdad

No sólo en los procesos de justicia transicional la ver-dad se constituye como un elemento fundamental parasu ejecución. En el camino de la reconciliación hacia laconstrucción de la paz, la verdad se establece como unade las materias primas para la consolidación de ese pro-ceso, junto con la justicia, la reparación y la garantía deno repetición.

En ese sentido, la verdad debe concebirse desde las pers-pectivas del derecho y del deber; desde el derecho a laverdad, el derecho de las víctimas y el deber de recor-dar. Esto nos obliga a pensar en la subjetividad y la ob-jetividad del concepto como tal, en tanto son las vícti-mas quienes son los titulares del derecho y la sociedaden su contexto. Lu

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Tres principios de la verdad:

1. Derecho de las víctimas a saber: conocer las circuns-tancias en que se cometieron hechos, violaciones y/o delitos y, en caso de fallecimiento o desaparición,

acerca de la suerteque corrió la vícti-ma.2. Derecho inaliena-ble a la verdad: co-nocer sobre losacontecimientos,circunstancias ymotivos, por loscuales se generaronalgunos hechos. Ha-blamos entonces dela reconstrucción dela verdad.3. Deber de recor-

dar: Recordar es importante para las víctimas y parael país; no olvidar lo ocurrido en Colombia, este re-cuerdo debe trascender a la historia “reflejar la ver-dad de las víctimas” como ejercicio reflexivo ysanador y es el Estado que debe propiciarlo.

El atributo principal de la verdad como derecho, se en-cuentra en la idea de reparación implícita, más no total,para las víctimas o sus familiares. Es decir, la verdadrepresenta el primer paso para la reparación integral.

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Iluminación Bíblico-Doctrinal

LA VERDAD LIBERA (Jn 8, 31 - 34)

En el capítulo 8 del evangelio de Juan, Jesús invita a losjudíos que lo seguían a mantenerse firmes en su segui-miento y en la Palabra para alcanzar la libertad.

Jesús les dice: “conoceréis la verdad y la verdad os harálibres”. Este texto nos revela el poder salvífico de la ver-dad, y cómo solamente conociéndola, alcanzaremos laverdadera libertad. Esa que a los judíos libraba de lastradiciones vacías y esclavizantes, pero también, esaverdad que nos libera de los vacíos que dejan las muer-tes inconclusas y de las ausencias de razones sobre he-chos en medio de nuestros diarios conflictos.

Jesús también concebía esa verdad como el espacio decompromiso por la construcción de la paz, pues libresde incertidumbre y de rencores, podremos encaminar-nos por la reconciliación a la paz, la cual es construidasobre la roca firme de la verdad y que nos impulsa aemprender acciones que construyen paz.

Como en el caso de la familia de don Evaristo, quienescontinuaron pese a la pérdida y el dolor, pero con la

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seguridad de que laverdad les daría elsoporte para seguircumpliendo el com-promiso social que laemisora le prestaba ala comunidad.

Celebración y compromisos

Conforme grupos de cinco personas. En cada grupo,compartan una experiencia de reparación desde la ver-dad y contesten las siguientes preguntas:

1. ¿Cuántos elementos fundamentales de reparaciónlogra identificar en el testimonio comentado?

2. ¿Cómo desde este testimonio, la verdad tuvo comofruto la libertad?

3. ¿Qué hechos posteriores se generaron luego de ini-ciado el proceso?

Nota: Sea creativo, no limite los testimonios a un con-texto de violencia, utilice experiencias e historias en losespacios en los que cotidianamente usted se encuentra(vereda, municipio, grupo parroquial, trabajo).

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77MartesSEPTIEMBRE

por las víctimasJUSTICIA

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“La paz no es auténtica si no es fruto de la justicia:justicia entre las partes sociales, justicia entre los

pueblos. Una sociedad no es justa si no respetalos derechos fundamentales de la persona humana”

(Juan Pablo II).

Historia de Vida

“Soy mamá de dos hijos, Daniel y Alberto, ellos na-cieron uno 14 meses después del otro, pero cuandofueron creciendo parecían gemelos; mi esposo se fuede la casa cuando eran pequeños y no supimos másde él, pero eso no importó porque he sido guapapara salirle al trabajo y sacar la vida adelante, mis

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muchachos se fueron a trabajar en unas fincas, primeroAlberto y luego Daniel, porque acá no había nada quehacer. Eso fue en abril de 2001. Ellos llamaban los finesde semana, y me mandaban para el mercado, como ve,ya soy vieja y paso muy enferma. Mis hijitos… desde ju-nio no supe más de ellos… (llora), lo que pude averiguarfue que Alberto se quedó en la finca donde llegaron losparamilitares y los masacraron a él y otros muchachos yque está enterrado en una fosa común en algún lugar dela finca, yo voy a ir a buscarlo, no sé cuándo pero voy air. Y mi Danielito, con él si fue más duro no saber nada…,ni vivo ni muerto. Ahora con la ley de justicia y paz, es-tuve en una audiencia con esos señores… (guarda silen-cio) estábamos varias mamás, y él dijo que si conocía ami Daniel (yo llevé una foto) y ese señor dijo: que a él lohabían matado y quemado en los hornos… pobre mimuchacho. Pero ya sé que paso con los dos. Ahora estoyesperando que el gobierno me reconozca algún dineropor lo que le hicieron a mis hijos…, mis hijos no tienenprecio, con plata no los voy a revivir, pero la pobreza ymi salud está muy maltrecha ya no logro trabajar”.Relato Víctima

Desarrollo Conceptual

Porque no se pueden concebir la paz ni la seguridad ciu-dadana, el progreso del pueblo, su bienestar y su inclu-sión en un mundo globalizado, sino mediante una justi-cia sólida, autónoma e independiente, plural, solidaria,

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organizada, moderna, cum-plida, sintonizada con las ne-cesidades de los justiciablesy con las exigencias del tráfi-co contemporáneo.

De allí que es indispensableseñalar la necesidad de quela política de justicia, ademásde oportuna y eficaz, sea unaprioridad para el Estado,pues con ella se contribuyeno sólo a la unidad nacional,sino a la pacificación que tan-to necesitamos (Apartes deldiscurso de instalación delXIX Simposio de Jueces y Fiscales emitido por el Dr. Jai-me Alberto Arrubla Pauscar, Presidente encargado dela Corte Suprema de Justicia, Cartagena, Agosto 2010).

La justicia ha sido la gran sacrificada en los procesoscon las víctimas en Colombia, por ello hacemos hoy lareflexión profunda sobre el sentido de la misma paralas víctimas de la violencia en el país. La paz que todosy todas anhelamos debe tener claro los pilares sobre losque debe sustentarse, partiendo del conocimiento de laverdad de lo que ha sucedido, con el reconocimientode la barbarie por parte de los victimarios. La verdades una necesidad de todas las víctimas y es fuertementereclamada por estar íntimamente ligada a la justicia.

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Qué ocurrió, cómo ocurrieron los hechos, qué los moti-vó y quiénes son los verdaderos responsables, son al-gunos de los interrogantes que requieren de respuestasclaras y concretas. Las formas de perpetración de losdelitos buscan destruir las relaciones sociales existentesy la coerción social se ve desgastada a través de amena-zas, masacres, asesinatos y desplazamientos gota a gotay masivos, sometiendo a las víctimas a un desconoci-miento de su historia, de su realidad, a permanecer enel anonimato.

Por ello, es necesario un estatuto para las víctimas queposibilite el análisis de la normatividad existente, comoson: la Ley 975 de 2005 de Justicia y Paz, las sentenciasde la Corte Constitucional5, los decretos reglamentariosde la Ley de Justicia y paz entre los cuales se encuen-tran: el decreto 4760 de 20056, el decreto 2898 de 20067,el decreto 3391 de 20068, el decreto 4417 de 20079, el de-creto 315 de 200710, y el decreto 423 de 200711, así como

5. Las sentencias más relevantes proferidas por la Corte Constitucionalrelacionadas con el proceso de Justicia y Paz, son las siguientes: a) Senten-cia C-370 de 18 de Mayo de 2006, en la que analiza la constitucionalidaddel articulado de la Ley de Justicia y Paz b) Sentencia C-531 de 12 de Juliode 2006 en la que analiza la constitucionalidad del articulado de la Ley deJusticia y Paz c) Sentencia C-127 de 22 de Febrero de 2006, en la que ana-liza la constitucionalidad de los Artículos 3, 29, 31 y 61 de la Ley de Justi-cia y Paz d) Sentencia C-228 de 3 de Abril de 2002, en la que analiza laconstitucionalidad del Articulo 37 de la Ley 600 de 2000, relativo a losderechos de las víctimas. e) Sentencia C-695 de 28 de Agosto de 2002, en laque analiza el Articulo 13 de la Ley 733 de 2002, sobre amnistías e indul-tos. f) Sentencia C-209 de 21 de Marzo de 2007, en la que estudia los dere-chos de las víctimas en el marco del nuevo código de procedimiento pe-

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las resoluciones o acuerdos expedidos por las diferen-tes entidades estatales comprometidas con la aplicaciónde la Ley de Justicia y Paz.

En Colombia la justicia implicaría determinar quién es-tuvo involucrado desde: personas, instituciones, orga-nizaciones y así posibilitar la sanción debida. Las vícti-mas deben tener una participación real en todo el pro-ceso legal, acceder a la verdad, reparación y restauración

nal. g) Sentencia T-355 de 10 de Mayo de 2007 en la que estudia el deberde reparar para acceder a la rebaja de pena establecida en la Ley 975 de2005.

6. El Decreto 4760 de 2005 expedido por el Ministerio del Interior y deJusticia, por medio del cual se reglamenta el procedimiento de Justicia yPaz, y la reparación de las víctimas dentro del mismo.

7. El Decreto 2898 de 2006, prevé el requisito de ratificación escrita deacogimiento a la Ley 975 de 2005, previa a la recepción de la audiencia deversión libre.

8. El Decreto 3391 de 2006, establece la reglamentación del procedimientode Justicia y Paz y de la obligación de reparación de las víctimas, de con-formidad con la sentencia C-370 de 2006 de la Corte Constitucional.

9. El Decreto 4417 de 2006, por medio del cual se reglamenta la ratifica-ción verbal de acogimiento a la Ley 975 de 2005 al inicio de la versiónlibre.

10. El Decreto 315 de 2007, por medio del cual se reguló el derecho deintervención de las víctimas en la etapa de investigación al interior delprocedimiento de Justicia y Paz.

11. El Decreto 423 de 2007, por medio del cual se reglamentan los requisi-tos de elegibilidad de la Ley de Justicia y Paz.

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de sus derechos, para las victimas es necesario el arre-pentimiento de sus victimarios y la manifestación delmismo. Para ellas, llegar a la reconciliación y la paz esposible si la sociedad colombiana acompaña la recons-trucción de la memoria histórica, valida su verdad ydesde esta construye JUSTICIA, con la reparación.

Iluminación Bíblico-Doctrinal

LAS BIENAVENTURANZAS(Mt. 4, 25 - 5,12a)

Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó,y sus discípulos se le acercaron.Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo:“Bienaventurados los pobres de espíritu,porque de ellos es el Reino de los Cielos.Bienaventurados los mansos,porque ellos poseerán en herencia la tierra.Bienaventurados los que lloran,porque ellos serán consolados.Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia,porque ellos serán saciados.Bienaventurados los misericordiosos,porque ellos alcanzarán misericordia.Bienaventurados los limpios de corazón,porque ellos verán a Dios.Bienaventurados los que trabajan por la paz,porque ellos serán llamados hijos de Dios.

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Bienaventurados los perseguidos porcausa de la justicia,porque de ellos es el Reino de los Cielos.Bienaventurados seréiscuando os injurien,y os persigan y digancon mentira toda clase de malcontra vosotros por mi causa.Alegraos y regocijaos,porque vuestra recompensaserá grande en los cielos;pues de la misma manerapersiguieron a los profetasanteriores a vosotros.

Reflexión:

Las bienaventuranzas nos acercan al sentido de la vidade Jesús y sus enseñanzas, con ello nos increpa frente alos valores que tiene la sociedad humana actual que des-de el egoísmo sólo piensa en su propio bienestar. Estasse refieren a lo que guarda íntimamente el corazón delser humano y cómo se relaciona con sus semejantes.

Nos invita a vivir actitudes humanas fundamentalespara construir el reino de Dios, el camino de la nuevahumanidad. De los seguidores que quieren ser testigosde Jesús en la situación actual del país, quien para cons-truir su reino, actúa en los pobres y limpios de corazón,

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en los hambrientos de justicia, en los perseguidos porser solidarios con el pueblo.

Siguiendo el texto de las bienaventuranzas, qué nos diceJesús en estas dos frases:

¿Tener hambre y sed de la Justicia? ¿Serán saciados?

Celebración y compromisos

Invite a los participantes a reunirse en grupos y comen-tar frente a la historia de vida compartida:

1. ¿Qué consideran necesario para que esta víctima seacerque a la justicia?

2. ¿Cómo acompañar desde el ejercicio pastoral a víc-timas de la violencia en sus jurisdicciones eclesiásti-cas?

3. ¿Qué implicación tiene el lema “porque ningunavíctima me es ajena”?

4. ¿A qué me comprometo frente a la consecución dela justicia de las víctimas?A las 7:30 p.m. enciendan una vela en sus casas, lu-gares de trabajo o espacios comunitarios por todaslas víctimas de la violencia y su situación, como sig-no de solidaridad y esperanza en sus vidas.

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ANEXO

La ley 975 de 2005 oLey de Justicia y Paz,se origina en un proce-so de negociación en-tre el gobierno y losgrupos paramilitares,en la que se establecíauna única pena de en-tre cinco y ochos años para los paramilitares que hubie-ran cometido delitos de lesa humanidad. Además de lafalta de proporcionalidad entre los delitos cometidos yla pena a imponer, inicialmente este ofrecimiento de re-bajas a cambio de la desmovilización, no estableció san-ciones efectivas en el caso que los paramilitares no con-fesaran o no devolvieran los bienes, dificultad que laCorte limitó.

Sin embargo, con la ley reformada otros graves incon-venientes se han presentado como el incumplimientode cese de actividades por los grupos paramilitares apartir de diciembre de 2002, presentándose una seriede violaciones como ejecuciones extrajudiciales, desapa-riciones forzadas y masacres, que indican la imposibili-dad del desmantelamiento de sus estructuras delictivasy financieras.

Es así como estas violaciones cometidas no constituyenotro tipo de violencia, ya que como lo indica la Comisión

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Colombiana de Juristas en el2º. informe de balance sobrela aplicación de la ley 975 de2005, estas estructuras arma-das siguen victimizando alos mismos sectores pobla-cionales, atentando en mu-chos casos de forma selecti-va, como por ejemplo, con-tra líderes y lideresas en

razón a su rol social y comunitario de defensa de losderechos, intimidando y menoscabando la capacidadorganizativa de las víctimas. También se puede decirque no se trata de otra forma de violencia al evidenciarque siguieron cometiendo graves violaciones bajo losmismos patrones fácticos.

Lo anterior demuestra las fallas en el proceso de nego-ciación con los paramilitares, ante lo cual el gobiernoha intentado negar la existencia de estos grupos llegan-do a denominar como “bandas criminales emergentes”a grupos como las Águilas Negras, Los Rastrojos, LosPaisas, Nueva Generación, Ejército Revolucionario Po-pular Anticomunista de Colombia, Oficina de Enviga-do, Autodefensas Gaitanistas de Colombia, entre otros,que no son diferentes a los paramilitares que iniciaronel proceso bajo la ley 975.

Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Nº 217,Corporación Viva la Ciudadanía. www.vivalaciudadania.org

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Miércoles 7S E P T I E M B R E

El derecho de las víctimas

a la REPARACIÓN

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es 8Historia de Vida

“Mi nombre es Nery, tengo 28 años, el 25 de oc-tubre de 2004 enviudé cuando mataron a José miesposo, a él le gustaba organizar partidos en lavereda, ir a otras a jugar campeonatos, nosotroséramos afiliados a la Junta de Acción Comunal ysiempre se hablaba de las cosas que se deben arre-glar, el camino o los problemas cuando no hayprofesor. A mí no me gustaba que José hablaraen las asambleas de la Junta, pero toda la gente loquería, y él era muy ingenioso, ese día en la no-che estábamos durmiendo… bueno, la niña y yo,

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porque yo estaba en embarazo, tenía 6 meses de esta(señalando una niña a su lado), cuando llegaron pre-guntando por mi esposo en la puerta, todo estaba os-curo y yo le dije que no saliera, pero me dijo que yavenía, que iba a ver que querían los señores, sé queeran varios porque se oían voces, yo no miré.

José se fue y como a la media noche oí unos disparos yclaro pensé lo peor, pero no salí por miedo y mi niñaestaba dormida, luego llegó mi mamá con un hermanoy me contaron todo.

De ahí salí de la vereda y del departamento, me fui conmi panza y mi niña se la dejé a mamá, fui a la Defensoríadel Pueblo y a oficinas de Acción Social por las ayudas,yo no llevaba nada de papeles, ni plata, duré casi un añoconsiguiendo la carta de desplazada, algunos dicen quefui de buenas eso por la barriga, igual no me daban tra-bajo, fui a ver si podía entrar en la ley que repara a lasvíctimas pero me dijeron que no, porque yo tenía queprobar que a José lo mataron los paramilitares y yo cómopuedo hacer eso. Acá no hay ley ni nada. Trabajo enunas casas por días y en mi finca tenía mis cosas y anima-les. Sigo esperando que alguien me diga cómo hacer”.

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Desarrollo Conceptual

EL DERECHO A LA REPARACIÓNEl derecho a la reparación, reconocido en el marco nor-mativo tanto internacional12 como nacional13, se rela-ciona con “el conjunto de medidas orientadas a restituirlos derechos y a mejorar la situación de las víctimas, así comoa promover reformas políticas y cambios culturales que im-pidan la repetición de la violencia” (Beristain, 2010: 35).

La reparación debe ser entendida bajo una mirada inte-gral de la víctima, de su realización como ser humano yla restauración de su dignidad. En estos términos, sehan reconocido como dimensiones para una reparaciónintegral las siguientes: la restitución, la indemnización,la rehabilitación, las medidas de satisfacción, las garan-tías de no repetición14.

12. ONU, E/CN.4/RES/2005/8113. Ley 975 de 2005 y decreto 1290 de 2008.14. Restitución: busca restablecer la situación previa de la víctima: el resta-blecimiento de los derechos, el retorno a su lugar de residencia, devoluciónde bienes y empleo; indemnización: compensación monetaria por daños yperjuicios, tanto daño económico, como moral (miedo, humillación, estrés,problemas mentales, reputación); rehabilitación: atención médica y psicoló-gica, servicios legales y sociales; medidas de satisfacción: verificación dehechos y conocimiento público de la verdad, restauración de los derechos yactos de desagravio, sanciones contra perpetradores, conmemoración y tri-buto a las víctimas; garantía de no repetición: cese de violaciones, reformasinstitucionales y legales que promuevan cambios en servicios de seguridad,promoción de derechos (Beristain, 2005: 45).

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La Corte Interamericanaha señalado al respectoque “la reparación es el tér-mino genérico que compren-de diferentes formas como unestado puede hacer frente a laresponsabilidad internacionalen que ha incurrido. Los mo-dos específicos de reparar va-rían según la lesión produci-da: podrá consistir en larestitutio in integrum de losderechos afectados, en un tra-

tamiento médico para recuperar la salud física de la personalesionada, en la obligación del Estado de anular ciertas medi-das administrativas, en la devolución de la honra o la digni-dad que fueron ilegítimamente quitadas, en el pago de unaindemnización, etc. (…)La reparación puede tener medidastendientes a evitar la repetición de los hechos lesivos”15.

El carácter integral de la reparación contribuye no sóloa la dignificación de la víctima, sino que conlleva unsentido de prevención (Beristain, 2010: 35), en la medi-da en que la transformación de las condiciones estruc-turales que provocaron las violaciones, está condicio-nada en gran medida, por la manera en la que se ade-lante el proceso de reparación en una sociedad.

15. Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Garrido y Baigorriacontra Argentina. Sentencia de 27 de Agosto de 1998, párr. 41.

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Así, resulta pertinente preguntarse por el cómo se re-para, con el fin avanzar en el debate y trascender la no-ción de la reparación asociada a la garantía de un dere-cho en casos aislados, y darle un sentido trasformadorbajo el cual sea entendida como una herramienta defundamental importancia no sólo en la resolución delconflicto, sino para la transformación de las relacionesque permitieron la producción y la continuación delmismo y, por esa vía, para la prevención de los conflic-tos similares en el futuro (Díaz, Sánchez y Uprimny,2009, 2009: 36).

Al respecto, para el caso colombiano el SecretariadoNacional de Pastoral Social (Martínez y Piedrahíta, 2010:82) ha identificado como barreras para la garantía delderecho de reparación en el marco de las acciones judi-ciales y administrativas adelantadas por el Estado endesarrollo de la Ley 975 de 2005 las siguientes: 1) la mí-nima entrega de bienes por parte de los paramilitares,lo cual es determinante para efectos de reparar econó-micamente a las víctimas, 2) la ausencia de una confe-sión plena de los delitos cometidos por los paramilita-res, 3) el limitado alcance del Programa de Reparaciónpor Vía Administrativa16, debido a que no avala la par-ticipación adecuada de las víctimas y la sociedad conrelación a su contenido; no satisfizo adecuadamente elcomponente indemnizatorio del derecho a la reparación

16. Decreto 1290 de 2008.

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integral; consagra tarifas reducidas de indemnizacióneconómica; se excluye a las víctimas de crímenes deagentes del Estado; considera los subsidios de viviendacomo mecanismos de reparación; los montos otorga-dos para la atención se reducen de los montos de in-demnización; la institución creada para implementar eldecreto no garantiza adecuadamente la representaciónde las víctimas17.

Estas barreras evidencian, cómo un proceso de repara-ción desarticulado en el cual no existe una inclusión efec-tiva de las víctimas como sujetos con voz y carente deuna visión estructural que apunte a la identificación delos patrones de exclusión social, económica y políticaque subyacen a las violaciones de derechos humanos,pueden contribuir a la revictimización de las personas,a reproducir la impunidad y afianzar las tradicionesautoritarias que posibilitan la existencia del conflictoarmado en el país.

En esta medida, es necesario que tanto el Estado en cum-plimiento de su deber, garantía de los derechos a laVerdad, Justicia y Reparación, como el esfuerzo de lasorganizaciones de la sociedad civil, dirijan al impulsode medidas que apunten a concebir las reparaciones nosimplemente como un mecanismo jurídico, sino como

17. Observaciones elaboradas en el VI Informe de la Comisión de Segui-miento, incorporado por la Corte Constitucional en el auto 008 de 2009.

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“parte de un pro-yecto político, quetransforme las con-diciones de exclu-sión y las relacionesde subordinaciónexistentes en el ori-gen del conflicto,las reparacionesaportarían a la ga-rantía de no repeti-ción y también a latransformación po-lítica y económicadel orden social, con miras a hacerlo más incluyente,justo y democrático” (Díaz, Sánchez y Uprimny, 2009,2009: 37).

Entre los aspectos que contribuirían a garantizar quelas medidas de reparación respondan bajo un criteriointegral a la superación del conflicto armado y a ladignificación de las víctimas se encuentran: la inclusiónde las víctimas en la elaboración de las políticas de re-paración en los niveles locales, regionales y el nacional,el fortalecimiento de las instituciones del Estado, pro-piciar medidas de reparación que contribuyan a resta-blecer el tejido social, así como a la identificación y su-peración de tradiciones autoritarias en pro de la garan-tía de condiciones dignas e incluyentes para losciudadanos.

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Iluminación Bíblico-Doctrinal

Propuestas pastorales para la reparación (tomado deldocumento Retos para la Nación - Comisión Episcopalde Pastoral Social 2009):

1. Vivir momentos de sanación con las víctimas desdela promoción de experiencias reconciliadoras sobrela base de la reparación; toda falta cometida contra lajusticia y la verdad entraña el deber de reparación aunquesu autor haya sido perdonado… Este deber de reparaciónconcierne también a las faltas cometidas contra la reputa-ción del prójimo. Esta reparación, moral y a veces mate-rial, debe apreciarse según la medida del daño causado.Obliga en conciencia18.

2. Aportar a la reconstrucción de la memoria histórica,promoviendo y conociendo la verdad, nos llevaautomáticamente a la sanación de la víctima resta-bleciendo su dignidad. El sufrimiento, sobre todo delos inocentes, no puede ser relegado al olvido de manerairresponsable, si no queremos que el mundo se acostum-bre a la injusticia, a la crueldad y al cinismo, y a que ter-minemos convirtiéndonos cada día más en sociedades per-versas19.

18. Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica. No 248719. Testigos de Esperanza. Julio de 2005. No 226

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3. Motivar y trabajar por la reparación de las víctimas,también significa ser constructores de paz en mediode la guerra, pues permite ir creando momentos deperdón. Así, ante situaciones de violencia, el perdón nohace concesiones, ni genera impunidad. Es posible com-prender que no es simplemente por medio del castigo delos culpables como se puede reconstruir una sociedad, so-bre todo si no se mira al castigo como una mediación pe-dagógica. En este caso, el castigo no tiene otra significa-ción que la venganza. La justicia vindicativa20, necesariaen una sociedad para asegurar una convivencia civilistamínima, pero solo tiene sentido, desde un punto de vistamás profundo, en cuanto ella es capaz de lograr la repara-ción debida de las víctimas y la redención de los culpables,su recuperación humana y social21.

4. Nuestra acción Pastoral desde la intervenciónpsicosocial implica el aportar en la reparación des-de la sanación: cicatrizar las heridas, la superacióndel miedo y el terror sufrido por la víctima y el res-tablecimiento de la dignidad afectada por las hu-millaciones y maltratos. Orientar a las víctimas enel reconocimiento de sus derechos, pues no se tratasólo que las personas directamente responsables delos crímenes, reconozcan públicamente los hechos

20. “La que está ordenada a restablecer la justicia violada, mediante unapena proporcionada al delito, no por venganza sino para conservar el biencomún". La Paz Fruto de la justicia. Humberto Jiménez Gómez”21. Ibíd. Julio de 2005. No 227

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y acepten su culpa, tienen una obligación jurídica yun deber moral de reparar el daño causado. Puesmuchos pecados causan daño al prójimo. Es preciso ha-cer lo posible para repararlo (por ejemplo, restituir lascosas robadas, restablecer la reputación del que ha sidocalumniado, compensar las heridas)22. Restituir los bie-nes, como prescribe el séptimo mandamiento, el res-peto a los bienes ajenos mediante la práctica de la justi-cia y de la caridad, la reparación de la injusticia cometi-da y la restitución del bien robado23.

5. Sanar encomendados en la fuerza de la oración y conayuda espiritual, es contribuir a la reparación sim-bólica y medidas de satisfacción; son acciones de gra-cias o reconciliación, días de remembranza, y deacuerdo con las creencias de las víctimas, honras fú-nebres en sitios de entierro, actos y rituales religio-sos para vivir el duelo y acciones de bendición y san-tificación en campos de fosas comunes. Un procesode reparación no ocurre a través de la entrega de unobjeto (indemnización, un bien o monumento), re-presenta un proceso de sanación que tiene lugar al-rededor de dicho objeto en relación con la víctima ysu sed espiritual.

6. La escucha, la acogida y el acompañamiento, van dela mano con la visibilización de las víctimas, para

22. CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. No 145923. Ibíd. No 2450-2451

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que tengamos la oportunidad de seguir caminandojuntos como hijos de Dios y una sociedad unida, ha-cia la búsqueda de la verdad, entendida como unprimer principio que nos brindará las bases para se-guir hacia el sendero de la justicia y la reparación, laverdad de las fosas comunes y de los desaparecidos,de los asesinatos selectivos y las masacres, de lasmujeres violadas y torturadas, la verdad sobre losbienes arrebatados, la verdad histórica, social y pú-blica; Dios es la verdad que nos iluminará para se-guir desentrañando nuestra realidad y seguir haciala construcción de una nación donde lo común seala solidaridad, el amor al prójimo, el valor de lo hu-mano y su dignidad.

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7. Nuestro acompañamiento genera un contacto conlas víctimas que nos toca y nos hace conscientes desu realidad, eso crea en nosotros la responsabilidadde visibilizar su rostro humano, sus necesidades ysufrimiento, para movilizar la respuesta institucionalde manera solidaria y acorde a la dignidad de la víc-tima.

Celebración y compromisos

¿Quién cuando niño no rompió un jarrón de flores en lacasa por jugar con una pelota o por correr por los pasi-llos de la casa sin precaución? y ¿quién no hizo lo posi-ble por reparar ese mismo jarrón con muchos materia-les para que su dueño no sintiera su pérdida?

En la actividad del día de hoy regresaremos al pasado yrecordaremos cómo cuando éramos niños hacíamos loposible por reparar ese jarrón, ya sea para evitar un re-gaño o para evitar sentirnos culpables por el daño cau-sado. Para eso, será necesario reunirse en grupos de cin-co personas y compartir con su grupo las siguientes ac-tividades:

1. En una cartelera dividida en dos, identifique al ladoizquierdo las herramientas que usted utilizaría parareparar uno de esos jarrones de flores rotos en la ni-ñez. Ejemplo: pegante, todos los pedazos, etc.

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2. Luego identifique al lado derecho las herramientasque se necesitan para reparar a las víctimas. Por ejem-plo: la verdad, la buena voluntad de las partes. etc.

3. Relacione el listado de las herramientas que utiliza-ría para reparar los jarrones con las de reparar a lasvíctimas. Por ejemplo: el pegamento puede estar re-lacionado con la buena voluntad de las partes.

4. Finalmente pongan en común los resultados de sugrupo y en la plenaria, identifiquen las herramien-tas en común.

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99JuevesSEPTIEMBRE

con el dolor de las víctimas:porque esta tragedia nos concierne a todos

COMUNIÓN

Para que pueda ser,he de ser otro,

salir de mí,buscarme entre los otros,

los otros que no sonsi yo no existo,

los otros que me danplena existencia,

no soy, no hay yo,siempre somos nosotros.

Octavio Paz(Fragmento del poema Piedra del Sol)

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Hecho de vida

Juan, un campesino que vive en una región olvidadadel occidente de Colombia, lleva más de cinco años bus-cando a su hijo Marcos, pues, un día cualquiera, él des-apareció sin dejar rastro. Según se rumora en la región,su hijo fue víctima de una de las masacres realizadaspor los grupos armados que tienen presencia en su pue-blo y que desde hace más de diez años, en un intentodesmedido por vencer a los otros grupos e imponer suley en la región, vienen atentando contra la vida dequienes viven allí.

Juan, ya en su juventud, había experimentado la muer-te de su padre, y había sorteado con serenidad y conesperanza esta y otras tantas pérdidas que, como amuchas personas, les ha tocado vivir; pero a diferenciade las anteriores, la pérdida de su hijo, fracturó su his-toria en dos. La desaparición y muerte de Marcos lo hadejado estancado en un pasado que insiste como me-moria mortificante, su presente está lleno de voces, deimágenes y de recuerdos imborrables por aquellos he-chos por los que nunca hubiera querido pasar. La pér-dida inesperada de su hijo le ha dejado sin la posibili-dad de asumir la muerte con tranquilidad.

Lo paradójico es que él, al igual que muchos de sus veci-nos y amigos, nunca pensó que algún día la atrocidad dela violencia tocaría a la puerta de su casa para llevarse a

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uno de sus hijos. Hoy, algunos de sus ami-gos, se han solidarizado con el dolor de Juan,y en la medida de sus posibilidades, lo hanescuchado y acompañado; pero a pesar delrespaldo que le han manifestado, y de suactitud compasiva, no saben qué hacer, nosaben qué decirle, no saben cómo ayudar-lo, seguramente porque, en el fondo, siem-pre han creído que esta desgracia no los hatocado a ellos, temen que la violencia y laimpune muerte algún día toque sus fami-lias, pero por ahora se sienten externos aldolor de Juan, haciendo difícil encontrar unaforma de acogerlo.

Tal vez lo que los habitantes de este pue-blo no logran comprender es, que con ladesaparición y muerte de Marcos no sólose atentó contra la vida de un miembro de la comuni-dad, sino que se atentó contra cada uno de ellos y con-tra su comunidad. ¿Acaso con el asesinato de Marcos,la muerte no ha entrado en el pueblo para esparcirsecomo una peste que siembra el terror y el miedo en cadauno de sus habitantes?, ¿acaso el asesinato de Marcos –por oponerse a las órdenes de los grupos armados– noes también el asesinato de todos y cada uno de los queen algún momento quisieran pensar diferente?

Con esta tragedia, no muere simplemente un habitantedel pueblo, muere la comunidad entera, porque en el

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fondo, asesinan la posibilidad que tenían sus habitan-tes de respetar la vida, la dignidad humana y vivir enpaz. Con la imposibilidad de enterrar a Marcos y ren-dirle los ritos fúnebres para despedirlo de esta vida, nose irrespeta simplemente su memoria, en esencia se aten-ta contra los valores más sagrados que poseen todos losseres humanos, porque cuando los muertos no descan-san en paz, los vivos tampoco pueden continuar con latranquilidad que anhelan.

Es por esto que en el pueblo de Juan, aunque muchosde sus habitantes creen que aun no han sido afectadosdirectamente por la violencia, su vida ya no es igual, eldía a día se vive en medio de la desconfianza que se hagenerado entre unos y otros; pero sobre todo, la vidade sus habitantes está marcada por la angustia y la cul-pa generalizada que ha surgido en cada uno de los quetodavía no logran reconocer que el dolor y la tragediade Juan no le pertenece sólo a él, porque la derrota queestá viviendo Juan es la misma derrota de un puebloque no ha logrado acoger la desdicha de sus habitantes.

Desarrollo conceptual

La Iglesia, en esta semana, llama a todos y cada uno delos colombianos a tomar conciencia sobre los dramáti-cos efectos que está dejando la violencia en las familias,pueblos y comunidades de nuestro país; especialmen-te, hoy en el 4º. día de la semana por la paz, nos invita a

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reconocer que esta tra-gedia nos concierne atodos, y que sólo en lamedida en que acoja-mos y reparemos el do-lor de quienes han te-nido que vivir las pér-didas más dramáticas,lograremos avanzarsignificativamente ha-cia la reconciliación.

Como seres humanosestamos llamados a realizarnos en comunión con los de-más. Nuestros anhelos y sueños adquieren sentido enel encuentro con los anhelos y sueños de quienes estánjunto a nosotros, permitiendo que el proyecto de vidade cada uno posea una estrecha relación con el proyec-to de vida colectivo de quienes caminan juntos; y estonos hace corresponsables de la vida de nuestro próji-mo, evitando así darle la espalda al dolor de millonesde personas en nuestro país a quienes esta guerra les hadejado pérdidas irreparables.

Cuando excluimos o silenciamos al diferente no esta-mos apartando a un sujeto, nos estamos excluyendonosotros mismos de la posibilidad de enriquecer ytransformar nuestra vida al encontrarnos con la expe-riencia de vida de aquellos que son distintos a noso-tros; cuando aceptamos que se asesine a alguien, no

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estamos aceptando el asesinato de un individuo de laraza humana, estamos matando a la humanidad ente-ra que habita en esta persona como promesa y comooportunidad; cuando somos indiferentes ante la trage-dia o el dolor de nuestros semejantes, no sólo descono-cemos la realidad de una persona extraña a nosotros,sino que desconocemos la semejanza misma como víapara la humanización en el encuentro con el otro, cuan-do ignoramos el dolor de las personas que han sido víc-timas de la violencia en nuestras regiones, estamos le-gitimando un sociedad injusta y excluyente que es ca-paz de atropellar la vida y la dignidad humana.

En este sentido, la reparación de las víctimas es un asun-to que le compete a todo el pueblo Colombiano, porquesólo en la medida en que se haga justicia y se repareintegralmente el daño infringido a las víctimas, podre-mos progresar como sociedad hacia la construcción dela paz.

Iluminación Bíblico-doctrinal:

El reino de Dios se construye en comunión

Desde el inicio, Jesús compartió su vida con sus discí-pulos y propuso una comunión íntima entre Él y losque le siguen: “Permaneced en Mí, como yo en vosotros...Yo soy la vid y vosotros los sarmientos” (Jn 15, 4-5). Estacomunión se hace aún más intensa con su muerte yresurrección a través del misterio de la Iglesia como

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Cuerpo de Cristo y del misteriode la Eucaristía: “Quien come micarne y bebe mi sangre permaneceen Mí y Yo en él” (Jn 6, 56).

Entender la Iglesia con la imagendel cuerpo, señala la importan-cia de la comunión de vida entretodos los seres humanos por suunión con Cristo: “Si un miem-bro sufre, todos los miembros su-fren con él; si un miembro eshonrado, todos los miembros sealegran con él” (LG 7). En estesentido, la construcción del rei-no de Dios implica el encuentrode todos los hombres y mujeresde la tierra en Cristo, porque nonos salvamos en el aislamiento yel individualismo, sino en la co-munión de vida, en la solidaridad de los que existen yde ahí que no sea posible ser indiferentes ante el dolordel semejante.

Nadie salva a nadie, nadie se salva solo, los seres hu-manos nos salvamos en comunión. Si esto es así: ¿pue-de tener algo mayor importancia para la Iglesia que tra-bajar por los oprimidos del mundo?, ¿puede tener algomayor importancia que velar por el respeto de la digni-dad de toda persona humana?

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Celebración y compromisosUna luz por los que se fueron…

una luz por los que se quedan

El fuego y la luz han estado presentes desde el naci-miento mismo de la humanidad, pues fue en torno alfuego y a la luz que se reunieron los primeros grupos

humanos. Para los cristianos la luzsiempre ha sido símbolo de latransformación de la vida y de lasalvación, hasta el punto que Jesúsmismo se reconoce como la luz delmundo (Jn 8, 12; 9,5), como una luzque guía a los hombres en su ca-mino (Sal 119, 105) y que, al mis-mo tiempo, nos invita a seguir suejemplo para que también nosotrosseamos luz para los demás.

Por esta razón, proponemos encen-der una vela hoy a las 7:30 p.m.Una luz que va dirigida a todos loscolombianos que han perdido unfamiliar, un vecino, algún ser que-rido a causa de la violencia que sevive en el país. Una luz de espe-

ranza que nos invita a acoger el dolor de nuestros her-manos, una luz en memoria de los que se han ido y unaluz de esperanza para quienes nos quedamos.

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1010ViernesSEPTIEMBRE

desde las víctimasLa RECONCILIACIÓN

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10Historia de Vida

“Margarita es una mujer del sur del país, ella eramaestra de una vereda en la que sus alumnos vi-vían a menudo el acoso de un actor armado querondaba la escuela con el propósito de adoctri-narlos y en algunos casos, amenazarlos con re-clutar a los menores para sus cuadrillas. Marga-rita no comparte este método de guerra y en dosocasiones salió en defensa de sus alumnos enfren-tándose a voces con el hombre que siempre an-daba armado hasta los dientes. Ella cuenta que elvalor para enfrentar a una persona tan armada,

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lo sacó de pensar que esos chicos podrían ser sus hijosy que por tanto, estaría dispuesta a lo que fuera paraevitarlo.

En la comunidad le advierten varias veces a Margaritaque es mejor que no les lleve la contraria porque eso lepuede resultar caro; ella por el contrario, se siente in-dignada de pensar que la comunidad no reacciona anteesta amenaza. Un día, en una reunión con los padres defamilia para la entrega de notas de sus alumnos, llegauna cuadrilla de unos 30 hombres armados y le infor-man que se la llevan para practicarle un juicio por me-terles cuentos a los alumnos y a los padres en contra desu causa y que por no colaborar, tendría que asumir lasconsecuencias… el grupo de participantes de la reuniónse queda en un profundo silencio… interrumpido lue-go de unos minutos por la voz de un hombre: ‘no se lalleven por favor, yo les prometo que no volverá a suce-der’, ese era Antonio, su hermano y el presidente de laJunta de Acción Comunal.

Ante la súplica de Antonio, la única reacción de los hom-bres armados fue ordenarle que él también los acompa-ñara y ante el silencio de todo el grupo de padres defamilia, salieron con Margarita y Antonio. Una vez to-maron distancia, las mujeres del grupo lloraban e im-ploraban que hicieran algo, a lo que algunos respondie-ron que ellos mismos se habían metido en problemas,que ahora no había nada qué hacer, otros simplementesalieron rumbo a sus casas y se dispersaron.

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A no más de 600 metros del lugar, se escucharon dosdisparos… las personas que aún quedaban en el aulatratando de entender lo que pasaba, decidieron salir allugar y encontraron el cuerpo ya sin vida de Antonio…a Margarita se la llevaron para hacerle el juicio. Se pre-guntaban una y otra vez, ¿qué les pudo haber hecho odicho Antonio para que lo asesinaran? ¿Se habría resis-tido a seguir caminando con ellos? Finalmente llegarona una conclusión: tal vez sería una forma de hacerle dañoa Margarita, metiéndose con su familia.

A Margarita la llevaron a un cambuche donde teníanotras personas que ella no conocía… le hicieron juicio yfinalmente determinaron que la mantendrían retenidahasta tanto la investigaran a ver si su actitud de pocacolaboración era porque tenía compromisos con el otrobando.

Dicha retención se prolongó por tres meses y ella nosabía por qué la mantenían así tanto tiempo, se pregun-taba si era por castigo o porque iban a asesinarla, pasa-ban tantas cosas por su mente y mientras transcurríanlos días, tuvo que presenciar torturas y asesinatos, enrealidad, ella misma se sentía torturada por todo el ho-rror que le proporcionaba todo aquello que vivió e in-cluso, alcanzó a pensar que lo mejor sería morir para noseguir soportando tanto dolor y muerte.

Cuenta Margarita en su relato, que un día llegó alcambuche una mujer que dijo llamarse Gloria y que su

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presencia le generó un sentimiento de desconfianza queno era usual en ella. Al día siguiente de su llegada, cuan-do Margarita entró al cambuche después del tiempopara su aseo personal, vio que Gloria había tomado sucobija, tal vez porque tenía frío y eso le generó tantarabia que no resistió las ganas de ir a arrebatársela yque el impulso con que lo hizo fue tan fuerte que la hizorodar por entre el cambuche unos metros de donde es-taba inicialmente. ‘Mientras Gloria rodaba por el suelo,dice Margarita, yo le gritaba cualquier cantidad de in-sultos de los mismos que había recibido durante todoese tiempo en ese lugar. Afortunadamente, en ese mis-mo momento en que la agredí, me di cuenta, tomé con-ciencia de lo que me estaba pasando. Quise hacerle dañoa otra persona, estaba volviéndome el animal en el queestaba programado que me convirtiera, un animal deesos que andaban en esos lugares de muerte. En ese ins-tante, quedé como convulsionada y ahí mismo decidíno dejar de ser humana’. Es que aunque una tenga uncarácter pacífico, en el ambiente de violencia puedevolverse violenta“.

Actividad para el grupo:

Profundicen en la expresión de Margarita en elcambuche de la muerte: “Decidí no dejar de ser huma-na” y compartan lo que este relato les genera.

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Desarrollo ConceptualLa reconciliación desde las victimas24

¡Deja de correr!. Miles de víctimas hoy en nuestro paíssiguen corriendo, tratando de escapar de una situaciónque las persigue ya sea desde fuera, desde dentro o enambas formas.

Son las víctimas de la violencia, de la persecución, deldesarraigo, de la limpieza étnica, del secuestro, del des-plazamiento y tantas otras formas de eliminación deaquel que se considera el adversario.

El panorama del sufrimiento en el mundo es dramáticoy aterrador. Pero no es cualquier sufrimiento, es el delos inocentes, de las víctimas. Un sufrimiento que mu-chas veces se acentúa cuando los muertos se dan porbien muertos, y los que sufren inocentemente y estánvivos, las víctimas de hoy, son dejadas de lado comodato de la historia, sin percibir para nada que su mira-da sigue desafiando no solo la historia sino la política,la cultura, la ética y la religión. La democracia ponemucho cuidado a los verdugos, pero pasa desapercibi-do el sufrimiento de las víctimas. Su interés es castigar

24. Tomado y adaptado del texto introductorio del libro: ¡Deja de correr! LaReconciliación desde las víctimas de Monseñor Luis Augusto Castro Quiroga- Abril de 2005.

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al culpable (sies que hay eseinterés) másque hacer justi-cia a la víctimainocente. “Lavíctima es unarealidad nuevaque no estabaen el diseño ori-ginal de la de-mocracia”25. Lavíctima inter-pela a la demo-cracia, la cual

encuentra dificultad para escucharla. “Estamos dema-siado acostumbrados a traducir justicia por castigo alculpable, olvidando que anterior a toda consideracióndel culpable, están las preguntas de las víctimas“26. Pre-guntas que ellas hacen desde su sufrimiento injusto yasimétrico, porque no había medida entre el poder delvictimario y la fragilidad y sufrimiento de la víctima.

De esta calidad e intensidad del sufrimiento, son testi-gos las víctimas de tantos tiempos y lugares. Muchas

25. Reyes Mate, Por los campos del exterminio, Ed. Anthropos, Barcelona,2003, p. 99.26. Reyes Mate, o.c.p.118.

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de ellas triunfaron sobrela violencia sufrida, perootras aún siguen corrien-do, con sus rostros de an-gustia, de desconfianza,de cansancio y de escep-ticismo.

Son rostros muy variados:rostros de víctimas indi-viduales y comunidadesenteras o víctimas colec-tivas, rostros de víctimasdirectas e indirectas, rostros de víctimas de primera ysegunda generación, rostros de víctimas mujeres y devíctimas hombres, rostros de niños como víctimas. Lavíctima, con cualquiera de esos rostros, será el centrode esta reflexión. No se trata de hacer elogio de ellas, nimucho menos de su situación. Las víctimas están lla-madas a dejar de serlo, porque, simplemente, no exis-ten víctimas felices.

Por este motivo, la otra realidad de fondo que intenta-mos enfrentar en este tema, es la reconciliación.

Son numerosas las descripciones que se hacen de la re-conciliación. Como el desgastado cuento de los ciegos yel elefante, cada uno ve la reconciliación desde un ángu-lo muy especial y sólo desde ese. Hemos buscado vivir laexperiencia de la reconciliación en el sentido literal de

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esta palabra. Ex - peri - entia: Ex: salir de sí; peri: miraralrededor; entia: de toda una realidad. En este caso, larealidad que queremos ver en todo su perímetro es lareconciliación.

Pero, como es necesario ubicarse en algún punto de vis-ta para percibir a partir del mismo, tal como el temaestá sugerido, vamos a hacerlo desde la perspectiva delas víctimas como opción preferencial.

¿Qué es Reconciliación?

Tratar de imaginar lo que es la Reconciliación, es partede la dificultad de trabajar con el tema. A menudo nosquedamos atrapados en momentos aislados o separa-dos del proceso y perdemos visión de la totalidad.

Para Charles Villavicencio, la reconciliación es el sen-tarse de los enemigos bajo el mismo árbol; para MiroslavVolf es un abrazo entre los adversarios y por tanto, unabrirse mutuamente espacios con sabor a fraternidad;para Robert Schreiter es una experiencia fundamental-mente espiritual que tiene su fuente en Dios y se distin-gue muy bien de otras formas de solución de proble-mas y de procesos puramente administrativos.

En cambio, para David Bloomfield, la reconciliación seacerca más a cuanto rechaza Schreiter: no es una reali-dad religiosa, ni un abrazo, ni un sentarse como amigosdebajo del mismo árbol. Sencillamente, es una forma

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de existencia con-tigua de quienesson enemigos,que no implica nique se amen, nique se perdonen,sino que se cola-boren para vivirjuntos en unamisma sociedad.Se trata de mo-verse de un pasa-do de división aun futuro com-partido sin la vio-lencia del pasado.

Y podríamos seguir añadiendo tantas otras definicio-nes como las que recoge Carlos Martin Berinstain:• Reconciliación como construcción de la comunidad• Reconciliación como construcción de una ideología

no racista, incluyente• Reconciliación como un nuevo consenso social de

respeto a los derechos humanos• Reconciliación como promoción de entendimiento

inter-cultural• Reconciliación como conversión moral• Reconciliación como restitución de la integridad de

las víctimas

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• Reconciliación como hacer cuentas con el pasado porparte de los victimarios

• Reconciliación como restablecimiento de la relaciónvíctima - victimario

Todas las visiones de la reconciliación tienen aspectospositivos y ninguna debería descartarse. Lo único quese puede decir, es que son visiones parciales elaboradasdesde la situación exigida en cada momento.

¿Qué es la Reconciliación desde las víctimas?

Es ante todo un espacio, donde la víctima recupera suhumanidad, su dignidad y, consciente de ella, deja deser víctima y puede resignificar su historia, su dolor yasí, lograr retomar un proyecto de vida que la realicey le permita, incluso, luchar por otras víctimas que aúnsiguen en lo que en algún otro momento fuera su con-dición.

Es un espacio donde se requiere la confluencia de valo-res como la verdad, la misericordia, la justicia y la liber-tad. Es en este, donde la víctima siente que puede dejarde correr. Una reconciliación así entendida, parte deaprender a escuchar a las víctimas, hacer propio su do-lor y permitirle expresarlo y no solo su dolor físico, sinoaquel dolor espiritual que los persigue, incluso por ge-neraciones sucesivas.

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En absoluto, podemos pensar que la Reconciliaciónpuede empezar desde lo que otros hablan por las vícti-mas, sin permitirles que sean ellas las que se expresen.Y peor aún, cuando en la labor por las víctimas se mez-clan intereses utilitaristas. Son realmente ellas, las queestán llamadas a determinar cuánto perdón puedenconceder y cuánta justicia reclamar. A nosotros, nos in-cumbe, acompañarlas, abrir espacios seguros para queellas puedan tomar decisiones y expresarse con absolu-ta libertad.

La reconciliación desde las víctimas nos reclama reco-nocer que ellas no siempre están buscando venganza yreclamando cuantiosas reparaciones económicas. Antetodo, están buscando la verdad sobre lo que pasó consus seres queridos. También reconocer a sus victimarios

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y ante todo, que el sacrificio personal y familiar al quehan sido sometidos no sea estéril y que sirva de voz dealarma que impida la reincidencia de la violencia.

A menudo se observa a los autovoceros de las víctimas,realizar esfuerzos por encontrar la fórmula sobre la can-tidad de verdad, de justicia y reparación que deben darquienes han ofendido a la humanidad. Y todo esto, sinescuchar a las víctimas. Por eso, la Iglesia entiende quela reconciliación en un recorrido que pueden hacer lasvíctimas, pero que les exige a ellas y a todos nosotros,brindar las condiciones para que lo puedan hacer, ¡De-jar de correr y hablar!; porque lo más grave que nospuede pasar es que sentemos como bases para la recon-ciliación en nuestro país, el simple castigo a culpables yse nos quede enredada la justicia a la víctima.

Acaso, ¿es posible, para los espectadores del dolor, de-terminar si las víctimas quieren delación o confesión; silas víctimas quieren la cárcel para los victimarios o pe-nas alternativas y si es así cuánta; si las víctimas preten-den indemnizaciones pecuniarias o si por el contrario,su reparación es más espiritual que material?

En Colombia este debate ha sido aplazado por muchosaños porque nos hemos ausentado a menudo del objeti-vo de la Reconciliación. La reconciliación no puede ver-se reducida a una negociación. Tampoco se trata, de dia-logar por dialogar, sino de construir puentes a fin de lle-gar a la Verdad, Justicia, Reparación y Conversión para

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que no vuelva a ocurrir, los cuales convergen en la re-conciliación final, esa que se considera el puerto de todoel proceso liberador y humanizador.

La reconciliación desde las víctimas nos reclama unajusticia restaurativa, en contraste con la justicia mera-mente punitiva cuya única finalidad es el castigo de losvictimarios, pero que olvida a las víctimas y a la comu-nidad que deben ser reparados para lograr solucionesduraderas con perdón, arrepentimiento y restableci-miento del tejido social.

Acudiendo a la autoridad de Jim Consedine señala lascinco ventajas que ofrece la justicia restaurativa así: 1.Es una justicia indígena que libera de la justicia colo-nial. 2. Coloca a las víctimas en el centro de la ecuación.3. Ofrece la posibilidad de curación a todos los involu-crados. 4. Coloca la responsabilidad del crimen en lasmanos de quienes la cometieron. 5. Los resultados, don-de ha sido aplicada han sido mejores para todos.

Celebración y compromisos

1. Identifiquemos actitudes que a menudo asumimoscon respecto a las víctimas en nuestra comunidadque no les ayudan a salir de su condición (dejar decorrer) y por el contrario las sumergen en ella.

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2. ¿Hemos lle-gado a caer en lomismo que algu-nas de las perso-nas de la comuni-dad de Margarita,que prefieren jus-tificar que poralgo pasó lo quepasó?

3. ¿Cuál debeser entonces,nuestro papel enla tarea de la re-

conciliación, teniendo en cuenta a las víctimas comoel centro de esta?

4. Hacer una lluvia de ideas y colocar en hojas, pala-bras que representen acciones concretas o compro-misos que como grupo o comunidad podemos asu-mir de cara a la Reconciliación desde las víctimas.

5. Celebrar un momento de oración por las víctimasde Colombia en la que, a manera de ritual, pidamosperdón de manera simbólica por nuestra actitud in-diferente a su realidad, a su dolor, a sus necesidadesy esperanzas.