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SEMINARIO DE ALABANZA Y ADORACION

“MI ALMA GLORIFICA AL SEÑOR”

RENOVACIÓN CARISMÁTICA CATÓLICA DEL PERÚ

ESCUELA NACIONAL DE ALABANZA SEMINARIO DE ALABANZA Y ADORACIÓN: “MI ALMA GLORIFICA AL SEÑOR”

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Querido (a) Hermano (a):

Te presentamos el Seminario de Alabanza y Adoración: “Mi Alma glorifica al Señor” que es una de

las respuestas al llamado que nuestro Señor ha hecho a la Renovación Carismática del Perú de

convertirse en un pueblo de Alabanza y Adoración.

Con la fe puesta en el Señor para que Él haga de ti una expresión viva de alabanza y adoración te

damos a conocer los objetivos de esta obra:

1. Dar a conocer los orígenes de la alabanza y la adoración

2. Descubrir el significado de la alabanza y los motivos por los que alabamos

3. Experimentar la alabanza y adoración como forma de vida en el espíritu dando a conocer

las actitudes que las favorecen y aquellas que las dificultan

4. Profundizar la experiencia de adoración de manera personal y comunitaria

5. Descubrir el camino para convertirnos en adoradores en espíritu y verdad

Duración de cada sesión: aproximadamente 02 horas

LINEAMIENTOS PARA EL DESARROLLO DEL SEMINARIO DE ALABANZA Y

ADORACIÓN:

El coordinador diocesano deberá asegurarse que el contenido de este Seminario de

Alabanza y Adoración llegue a cada uno de los responsables de los grupos de oración

Se sugiere convocar un equipo de servidores que serán los responsables de la organización

del Seminario de Alabanza y Adoración. En este equipo deberán participar los ministerios

o equipos de música en caso de que los hubiere.

El Seminario podrá organizarse a nivel grupal, zonal o diocesano de acuerdo a la realidad

de cada diócesis y al discernimiento del coordinador diocesano.

Es muy importante que en el equipo de servicio se comparta y profundice los temas antes

de ser trasmitidos a la asamblea.

Se recomienda pedir el apoyo de un equipo de intercesión de la zona o de la Diócesis

quienes intercederán por cada una de las reuniones del Seminario.

Es importante que la ambientación y los cantos a utilizar en la reunión estén relacionados

con el tema que corresponde desarrollar.

No olvidar entregar a cada uno de los hermanos participantes del Seminario una copia del

tema desarrollado.

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Introducción:

¿Cuando nació la alabanza?

Cuando escuchamos la palabra Alabanza rápidamente nuestra mente y nuestro corazón se remite a

las Palabras: ¡Gloria a ti! ¡Exaltado seas! ¡Alabado seas!, pero la alabanza es más que estas

palabras, es más que levantar las manos, es más que cantar fuerte; la alabanza es un estilo de vida,

un estilo de vida a la manera de Dios. La alabanza es vivir en santidad.

La alabanza es la vida misma que le entregamos a Dios, nosotros somos una alabanza para Dios,

porque de la creación somos lo más amado por el Señor, por eso nos creó a su imagen y semejanza.

¿Pero cuándo nació la alabanza? Sabemos que desde la eternidad los ángeles alababan a Dios por lo

tanto está claro que la alabanza más que un esfuerzo humano es un don espiritual.

Un don que nos fue regalado el mismo día que Dios nos creó: “Y Él sopló hálito de vida” (otros

textos definen “influyó vida”), por eso el salmista nos lo hace recordar “Todo lo que respire alabe

a Dios”. Y San Pablo nos exhorta: “Entreguen su cuerpo como un culto agradable a Dios”.

La alabanza es importante en el caminar en el espíritu, nos abre puertas como les sucedió a Pedro y

a Silas, derrumba murallas, como en Jericó, nos da discernimiento (Sal 89,16) y nos da la fuerza y

valentía para hacer lo que Dios nos pide (He 4,23-31).

El Nuevo Catecismo nos enseña que la alabanza es “darle gloria no por lo que hace, sino por lo

que Él es. Participa en la bienaventuranza de los corazones puros que le aman en la fe antes de

verle en la gloria” (NCIC 2639).

Hermanos renovados, al concluir el XXIV ECCLA el año pasado, la Coordinación Nacional de la

RCC del Perú ha discernido que Dios Padre está reclamando su alabanza fuertemente para bendecir

abundantemente a su Iglesia, por eso nos ha enviado la presencia del Espíritu Santo y nos ha dejado

a su sierva María como modelo de alabanza para que juntos nos ayuden a recuperar el título de SER

SU PUEBLO DE ALABANZA: “El pueblo que yo me formé, para que proclamara mi alabanza”

(Isaías 43,21).

Por lo tanto este Seminario de Alabanza y Adoración pretende ser un canal de bendición para

nuestras vidas y la de nuestras familias; te animamos a dejarte moldear por la Palabra de Dios como

el vaso en las manos del alfarero.

Recurrimos a la poderosa intercesión de María, esposa del Espíritu Santo, para que ella abogue por

nosotros ante Jesús por un Nuevo Pentecostés que renueve nuestros corazones y así, renovados en el

Espíritu, Dios Padre nos use para renovar nuestra sociedad.

Eduardo Ocampo Ludeña

Carol Azabache Rodríguez

Eddy Pérez Sifuentes

Coordinación Nacional de la RCC Perú: Escuela Nacional de Alabanza