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11 Semántica dinámica y la Teoría de la Representación del Discurso Francisco Jos´ e Salguero Lamillar 11.1 Problemas de la interpretaci´on del discurso. ... 194 11.2 La Teor´ ıa de la Representaci´on del Discurso.... 197 11.2.1 Pronombres y t´ erminos no referenciales. La an´ afora. 199 11.2.2 Las Estructuras de Representaci´ on del Discurso (DRS).......................... 203 11.2.3 Relaciones entre DRSs. ............... 207 11.3 Bibliograf´ ıa ....................... 215 Francisco José Salguero Lamillar. 2001. “Semántica dinámica y la Teoría de la Representación del Discurso”. En Nepomuceno, Quesada & Salguero (eds.) 2001. Información: Tratamiento y Representación. Servicio de Publicaciones, Universidad de Sevilla. Capítulo 11: 193–215.

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Semántica dinámica y laTeoría de la Representación

del Discurso

Francisco Jose Salguero Lamillar

11.1 Problemas de la interpretacion del discurso. . . . 194

11.2 La Teorıa de la Representacion del Discurso. . . . 197

11.2.1 Pronombres y terminos no referenciales. La anafora. 199

11.2.2 Las Estructuras de Representacion del Discurso(DRS). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203

11.2.3 Relaciones entre DRSs. . . . . . . . . . . . . . . . 207

11.3 Bibliografıa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215

Francisco José Salguero Lamillar. 2001. “Semántica dinámica y la Teoría de la Representacióndel Discurso”. En Nepomuceno, Quesada & Salguero (eds.) 2001. Información: Tratamiento yRepresentación. Servicio de Publicaciones, Universidad de Sevilla. Capítulo 11: 193–215.

194 Semantica dinamica y DRT

En los últimos 15 años, las teorías sobre el significado del lenguaje naturalhan comenzado a dar gran importancia a la interpretación del discurso frente ala interpretación de las oraciones aisladas. Lo más característico de estas teo-rías es la importancia que se da a las proferencias lingüísticas analizadas en sucontexto y cómo éstas pueden afectar a la interpretación de otras proferencias.Para los lingüistas dedicados al análisis e interpretación del lenguaje siempreha estado claro que el significado de determinadas expresiones como los tér-minos deícticos depende del contexto no lingüístico de la interpretación y queincluso el significado de muchos otros términos y expresiones “referenciales”del lenguaje no puede considerarse, en todos los casos, independientementedel contexto lingüístico inmediato.

Las denominadas teorías dinámicas del significado buscan, desde una pers-pectiva general, establecer la relación entre la interpretación de las expresioneslingüísticas y el contexto en el que aparecen. Para poder hacer esto y enten-der los mecanismos generales de la dependencia contextual del significado, esimportante estudiar los aspectos que intervienen en la modificación contextualde la interpretación, de modo que se considere el flujo de información que vadesde el contexto a la evaluación semántica de una proferencia y viceversa. Esdecir, que hay que tener en cuenta en el análisis de las expresiones lingüísti-cas que un fragmento de discurso d puede afectar a la interpretación de todasaquellas oraciones que se evalúan en el entorno de d, cambiando el contextode otras partes del mismo discurso.

La motivación de esta clase de teorías es clara. El tipo de discurso conel que nos encontramos en la actividad lingüística cotidiana es un discursoestructurado en el que no se pueden interpretar determinadas oraciones aisla-damente, sino que es necesario tomar en consideración las relaciones que seestablecen entre éstas y el resto de las proferencias del discurso, relacionesque aportan cohesión estructural y coherencia interpretativa al mismo. La se-mántica basada en la teoría de modelos, como la semántica de Montague, noaporta una explicación de estas relaciones, por lo que la concepción referencialdel significado, que descansa en las condiciones de verdad de los enunciados,se muestra, de este modo, inadecuada para la interpretación de fragmentosrelevantes de discurso. Pues si el discurso se concibe meramente como unasecuencia de oraciones cuyas condiciones de verdad son establecidas por se-parado entonces es evidente que no podremos establecer semánticamente lasrelaciones que se dan entre las oraciones del discurso a pesar de que acorde-mos que éstas existen.

Uno de los fenómenos que más ha contribuido al cambio de perspectiva ensemántica es el de las anáforas pronominales. Tómese en consideración, porejemplo, la siguiente proferencia:

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(1) Un hombre pasea por el parque con una mujer. El masculla.Si le aplicamos un análisis basado en condiciones de verdad, asumimos que

la primera oración de (1) es verdadera si y sólo si hay un hombre y una mujerque pasean juntos por el parque y que la proferencia completa es verdaderasi y sólo si hay un hombre y una mujer que pasean juntos por el parque y elhombre masculla. Esto, que parece trivial, supone un problema para el análisissemántico de teoría de modelos, ya que en un análisis de este tipo deberíamospoder inferir las condiciones o las situaciones en las que hay un hombre quemasculla y que pasea por el parque con una mujer a partir de las condiciones osituaciones en las que hay un hombre que pasea por el parque con una mujer,sin más.

Esta inferencia va más allá de las leyes de la lógica y de las condiciones ve-ritativo funcionales de las oraciones involucradas. Por una parte, para estable-cer las condiciones de verdad de la oración él masculla necesitamos conocerla referencia del término anafórico él. En (1), el referente que denota el pro-nombre es el mismo que el denotado por la frase nominal un hombre, aunqueno sabemos de qué hombre se trata. Aún así, suponemos que ha de haber unascondiciones veritativo funcionales y una referencia para cada uno de los tér-minos de la proferencia que permita aplicar el principio de composicionalidada (1) para establecer su valor de verdad.

Por otro lado, si analizamos la oración él masculla independientemente delcontexto en el que aparece, sus condiciones de verdad no la relacionan de nin-gún modo con la frase nominal un hombre y mucho menos con un hombre quepasea por el parque con una mujer. Podría ocurrir que la anáfora pronominalestuviese relacionada con algún otro individuo del dominio; por ejemplo siconsideramos la siguiente proferencia:(2) Una mujer grita a su hijo pequeno. El masculla.

En este caso, la referencia del pronombre él no está asociada de ningúnmodo con la de un hombre que pasea por el parque con una mujer, sino conla de un niño al que grita su madre, por lo que parece poco acertado hablar delas condiciones de verdad de la oración él masculla como algo que se puedeañadir a las condiciones de verdad de un hombre pasea por el parque con unamujer para obtener las condiciones de verdad apropiadas para la proferencia(1) o la situación que ésta describe.

Las relaciones anafóricas que se dan en enunciados como (1) y (2) sólopueden ser explicitadas desde un punto de vista dinámico de la interpretaciónque va más allá del concepto de significado como condiciones de verdad. Lasoraciones que preceden a él masculla en (1) y (2) no sólo necesitan de las con-diciones o las situaciones en las que son verdaderas para ser interpretadas, sinoque es necesario explicar en qué sentido estas condiciones o estas situacionescambian el contexto de la interpretación de modo que la anáfora pronominalsubsiguiente se relacione referencialmente con un tipo de entidades (hombres

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que pasean por el parque junto a una mujer) o con otro (niños a los que gritansus madres). En cualquier caso, el resultado es una presuposición de la exis-tencia en el dominio del individuo o los individuos cuya referencia requiere laanáfora pronominal.

Estas consideraciones plantean algunas cuestiones al respecto. En primerlugar, se hace necesaria la definición estricta del concepto de contexto parapoder establecer un modelo semántico del mismo y de los cambios que afec-tan a la interpretación del discurso. En segundo lugar, la referencialidad deexpresiones como las anáforas pronominales o las frases nominales del tipoun hombre o su hijo da lugar a problemas, si se entiende ésta como algo fijo,ya que no sólo los términos anafóricos o los deícticos carecen de referenciafija, sino que también carecen de ella los indefinidos, que también podríanser considerados con todo rigor como expresiones anafóricas cuya referen-cia depende de elementos contextuales presentes en el discurso o, incluso, deelementos contextuales extralingüísticos.

Uno de los problemas más estudiado, relacionado con esta cuestión de lareferencia de los indefinidos, es el análisis semántico de las donkey sentencesde Geach (1962):(3) Si un granjero tiene un burro, lo maltrata.

Mientras que en (1) la frase nominal indefinida un hombre está relacionadacon una cuantificación existencial, en (3) al indefinido un granjero le corres-ponde una cuantificación universal. Es evidente que esta diferencia tiene quever con la interpretación de la oración completa y no de la frase nominal, encada caso, lo que queda patente si se modifica (1) del siguiente modo:(4) Si un hombre pasea por el parque con una mujer, el masculla.

En este caso, como en (3), la interpretación de la frase nominal indefinidase relaciona con una cuantificación universal y no con una cuantificación exis-tencial, por lo que en (1) interpretamos que hay un hombre que pasea por elparque con una mujer y que masculla, mientras que en (4) interpretamos quecualquier hombre que pasee por el parque con una mujer, mascullará. Estadiferencia en la interpretación de los indefinidos se conoce como su varia-bilidad cuantificacional y es la causa directa de que no podamos estableceruna relación referencial fija entre la frase nominal indefinida un hombre y laanáfora pronominal él en la oración él masculla. La variabilidad cuantifica-cional es una de las cuestiones que deben ser consideradas en la teoría de lainterpretación del discurso.

El fenómeno de las anáforas pronominales no es el único problema se-mántico que motiva el cambio de perspectiva hacia una teoría dinámica dela interpretación. Otros fenómenos, como el tratamiento de los enunciadosde creencia y la contribución de las modalidades discursivas al significadode fragmentos relevantes de discurso o las relaciones temporales que se esta-blecen en estos fragmentos entre sus oraciones, así como las presuposiciones

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y las inferencias que intervienen en su interpretación semántica, aconsejanel desarrollo de teorías semánticas dinámicas frente a la semántica veritativofuncional que se aplica al significado oracional.

En (Kamp 1981) se propuso por vez primera una aproximación a la interpre-tación del discurso y de las anáforas pronominales que ponía de manifiesto lasdeficiencias del análisis montagoviano. La teoría de Hans Kamp se presenta así misma como una teoría semántica para un fragmento del lenguaje natural,en el mismo sentido en que fue concebido el proyecto gramatical de RichardMontague, por lo que intenta describir las relaciones que se dan entre la for-ma lingüística de un enunciado y su significado. Para ello, Kamp centra lainterpretación de las expresiones lingüísticas en el discurso, entendido comosecuencia coherente de oraciones, y no en las oraciones aisladas. De este modopretende que su teoría semántica sea una representación del flujo de informa-ción que se produce en el acto lingüístico, entendido como una descripciónparcial de la realidad: el discurso no aporta información sobre la verdad, sinoque describe una parte de la realidad, de forma que su representación funcionacomo una descripción parcial de cómo debería ser el mundo si las oracionesque lo constituyen fueran verdaderas (Kamp 1981:293). Esto supone un cam-bio de perspectiva con respecto a la semántica lógico-filosófica, que basa elsignificado de la oración en sus condiciones de verdad, haciendo que el signi-ficado de las expresiones lingüísticas que componen la oración dependa de sucontribución al significado de ésta. En la teoría de Kamp, en cambio, el signi-ficado de las oraciones que constituyen un discurso depende de la verdad deldiscurso, es decir: depende de un modelo de interpretación parcial que debepoder ser integrado (embedded) en un modelo total.

Las principales diferencias entre la Teoría de la Representación del Discur-so (DRT) de Hans Kamp y la Gramática de Montague (MG) pueden resumirseen los siguientes puntos:

• Mientras que MG apela a estructuras lineales intermedias entre la formalingüística de la oración y su interpretación (lo que Montague denominaLógica Intensional), DRT usa estructuras gráficas bidimensionales (Es-tructuras de Representación del Discurso). Esta diferencia afecta funda-mentalmente a la presentación de la forma lógica de los enunciados, porlo que no es relevante desde un punto de vista teórico, aunque sí lo es enla práctica al hacer más accesible para el lingüista las relaciones lógicasrelevantes en la interpretación de las oraciones.

• Mientras que MG establece modelos de interpretación de oraciones ais-

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ladas, DRT propone modelos de interpretación para fragmentos de dis-curso que pueden incluir varias oraciones.

• MG se basa en el principio fregeano de composicionalidad según el cualel significado de las expresiones más complejas es una función del signi-ficado de las expresiones más simples que la componen y de las reglas decombinación de éstas. La Lógica Intensional (IL) se basa en un lenguajede orden superior con λ–abstracción que permite dar una interpretaciónsemántica de cada una de las partes de la oración, de forma que la inter-pretación de las expresiones lingüísticas se realiza mediante una funciónque pone en relación las expresiones sintácticamente anotadas del len-guaje natural con expresiones de IL. DRT, en cambio, no otorga una in-terpretación a todas las partes de la oración (por ejemplo, determinantesy conectivas) y el significado de las expresiones complejas no se definecomo una función del significado de sus partes, sino que queda definidoen relación con el algoritmo de construcción de su representación for-mal. El significado de las oraciones, por ejemplo, se expresa mediantelas Estructuras de Representación del Discurso (DRS), menos expresivasque IL puesto que nos proveen de una interpretación de lógica de primerorden con cuantificación sobre variables individuales, exclusivamente.

• En MG la forma lógica de una oración expresada como una fórmula deun lenguaje de lógica de predicados de orden superior no es necesariapara su interpretación. El significado de las expresiones lingüísticas esun objeto de la teoría de modelos y la fórmula correspondiente sólo sirvepara facilitar el cálculo y la descripción de dicho significado. En el casode que dos fórmulas diferentes de IL fuesen satisfactibles en el mismomodelo, entonces ambas serían igualmente adecuadas para representarel significado de la correspondiente expresión lingüística. Sin embargo,en DRT es fundamental la DRS concreta, obtenida mediante el algorit-mo de construcción en cada caso, para la interpretación de la expresiónlingüística correspondiente. El modelo que satisface la DRS de una ex-presión lingüística no incluye toda la información sobre el significado dedicha expresión, sino que una parte de esa información va codificada enla propia representación gráfica de la DRS. Esto significa que dos ora-ciones diferentes, por ejemplo, pueden estar asociadas a diferentes DRSssatisfactibles en un mismo modelo, viniendo dada la diferencia entre am-bas estructuras por las interpretaciones posteriores relacionadas con losvínculos de las expresiones anafóricas que aparecen en el discurso y lasoraciones analizadas.

• En MG las frases nominales indefinidas se interpretan en relación conuna cuantificación existencial. En DRT las expresiones indefinidas no se

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relacionan con un determinado tipo de cuantificación, sino que se con-sidera que introducen una variable cuya fuerza cuantificacional dependedel contexto en el que aparecen estas expresiones. Así, por ejemplo, losindefinidos que aparecen en el antecedente de un enunciado condicionalson interpretados como cuantificaciones universales.

• Finalmente, es un lugar común decir que MG es una teoría semánticaestática en tanto que DRT es una teoría semántica dinámica. Esta distin-ción significa, al menos, dos cosas. En primer lugar, que mientras MGpostula relaciones fijas entre los árboles sintácticos (indicadores sintag-máticos) de las oraciones y sus significados, DRT construye en un pro-ceso dinámico el significado asociado con una determinada estructurasintáctica. En segundo lugar, que la teoría semántica formal sobre laque descansa MG es la semántica de la lógica clásica enriquecida conteoría de los tipos, mientras que DRT incorpora elementos dinámicos,como una concepción de la implicación diferente de la implicación ma-terial clásica, en la que pueden establecerse relaciones cambiantes entreel antecedente y el consecuente: el consecuente es evaluado en un con-texto específico establecido por el antecedente de entre un conjunto decontextos entrelazados que permiten interpretar la expresión lingüísti-ca completa. En este sentido, DRT se comporta de un modo similar alos modelos de interpretación de los lenguajes modales en semántica demundos posibles.

Como ya hemos dicho, una de las motivaciones fundamentales para el desa-rrollo de DRT es la interpretación de las anáforas y los términos no referen-ciales que aparecen normalmente en las proferencias lingüísticas propias deldiscurso ordinario. Los términos no referenciales, por su propia naturaleza, nopueden tener una extensión fijada en un modelo semántico estático, por lo quesu interpretación depende en cada caso del contexto en el que aparecen.

En MG, las anáforas pronominales son interpretadas sistemáticamentecomo variables ligadas por un cuantificador existencial. Es el caso de ora-ciones como:(5) Marıa conoce a Delibes y (ella) lo admira.(6) Toda mujer ama a un hombre que la admira.

En el enunciado (5) el pronombre ella tiene el mismo referente que el nom-bre propio María y lo se refiere al escritor Miguel Delibes. En (6), la anáforapronominal tendrá la misma referencia que la cuantificación toda mujer. Lasformas lógicas correspondientes a cada enunciado en un lenguaje de lógica depredicados de primer orden son las siguientes:[5] conocer(maria, delibes) ∧ ∃x∃y(x = maria ∧ y = delibes ∧

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admirar(x, y))[6] ∀x(mujer(x) −→ ∃y(hombre(y) ∧ amar(x, y) ∧ admirar(y, x)))

Pero es claro que la referencia de un nombre propio no es del mismo ti-po que la de una cuantificación, por lo que el tratamiento semántico de lasanáforas pronominales en (5) y en (6) debe ser diferente. La referencia de losnombres propios está constituida por individuos del dominio, en tanto que lareferencia de los nombres comunes es un conjunto de individuos y la de lasexpresiones cuantificadas es un conjunto de conjuntos de individuos, como semuestra en las siguientes equivalencias:

||maria|| = Maria||hombre|| = ||λx[hombre(x)]||

||toda_mujer|| = ||λP [∀x(mujer(x) −→ P (x))]||

En términos categoriales montagovianos, el tipo de un nombre propio comoMaría es e, el de un nombre común como hombre es < e, t > y el de una frasenominal cuantificada como toda mujer es << e, t >, t >.

Volvamos al ejemplo de proferencia discursiva que vimos al comienzo:(1) Un hombre pasea por el parque con una mujer. El masculla.

El pronombre él está claramente ligado a la referencia del indefinido unhombre, por lo que puede reformularse (1) mediante la oración equivalente:(1’) Un hombre pasea por el parque con una mujer y el masculla.

La forma lógica correspondiente a ambas expresiones lingüísticas se obtie-ne aplicando los criterios anteriormente aludidos, pero prescindiendo en estecaso de aspectos no relevantes para la intepretación de (1) y (1’) como expre-siones equivalentes:[1] ∃xy(hombre(x) ∧ mujer(y) ∧ pasear_por_el_parque_con(x, y) ∧mascullar(x))

De esta forma, en MG una secuencia de oraciones como la que aparece en(1) se resuelve como una conjunción de oraciones, por lo que toda la secuenciaes interpretable en el mismo modelo. Pero (1) puede tener una continuaciónen el discurso, como por ejemplo la siguiente:(7) Un hombre pasea por el parque con una mujer. El masculla. Apa-rentemente, (él) está enfadado.

Parece poco intuitivo continuar con la interpretación de (7) a partir de lainterpretación de (1) como un paso más en el análisis semántico, mediante laconstrucción de una nueva conjunción de oraciones. La interpretación “natu-ral” del discurso sigue un proceso incremental, mientras que la interpretaciónpaso a paso propuesta en MG supone que se analiza un discurso ya acabado.En un acto lingüístico como (7), un emisor profiere un discurso D, compues-to por una secuencia de expresiones lingüísticas E1, E2, ...En, dirigidas a unreceptor. A medida que avanza el discurso, el receptor procesa la informaciónque le transmite el emisor mediante la “construcción” de una representación

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mental de la realidad que se va modificando con cada nueva expresión lingüís-tica. Esto supone que la interpretación de una proferencia como (7) por partedel receptor no es hecha de una sola vez mediante una única representacióno modelo, sino que el receptor va considerando representaciones del discur-so sucesivas R1, R2, ...Rn. Cada nueva representación Ri+1 es el resultadode la integración de la información más reciente aportada por el emisor en larepresentación anterior Ri, que integra a su vez la información aportada porlas expresiones E1, ...Ei. De esta manera, la aparición en el discurso D deuna expresión anafórica supone su interpretación en una representación quese integra en representaciones anteriores en las que hay términos referencialesya interpretados en relación con los cuales puede asignarse significado a laanáfora.

Al no ser incremental la interpretación de las proferencias lingüísticas enMG, la estructura lineal que se usa como modelo del significado de las suce-sivas expresiones lingüísticas que aparecen en el discurso no siempre es fiela la propia estructura del discurso representada mediante ella. Considérese lasiguiente variación sobre (1):(8) Solamente un hombre pasea por el parque. El silba.

Si seguimos los criterios de derivación de la forma lógica de (8) aplicadosanteriormente, ésta es la siguiente:[8] ∃x(hombre(x) ∧ pasear_por_el_parque(x) ∧ silbar(x))

La forma lógica [8] indica que hay un individuo que es hombre, que paseapor el parque y que silba, pero no que haya sólo uno. No es suficiente declararla existencia para establecer el significado de (8), por lo que habrá que haceralgunas modificaciones:[8’] ∃x(hombre(x) ∧ pasear_por_el_parque(x) ∧ silbar(x) ∧∀y(hombre(y) ∧ pasear_por_el_parque(y) −→ x = y))

La fórmula [8’] descarta que haya otros individuos que sean hombres y quepaseen por el parque, por lo que recoge el significado de (8) y su sentido, peroa costa de hacer muy poco intuitiva la estructura discursiva de la proferenciaoriginal.

Otro de los problemas tradicionales de la interpretación del discurso enMG relacionado con las anáforas pronominales son las denominadas donkeysentences (Geach 1962). Las donkey sentences son oraciones condicionales enlas que la fuerza cuantificacional con respecto a la relación de las anáforas pre-sentes y las frases nominales asociadas y la propia interpretación material dela implicación quedan en suspenso. Considérense los siguientes enunciados:(9) Si Pedro tiene un burro, (el) lo maltrata.(10) Todos los granjeros que tienen un burro lo maltratan.

El problema que plantean estas oraciones para su representación lógica esestablecer el tipo de relación que existe entre la anáfora pronominal lo y elindefinido un burro. En ellas tenemos una variable anafórica lo que realiza

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la función de OD de maltratan. Su referencia depende de la frase nominal unburro, que en la interpretación más habitual de (9) y (10) será analizada comoun cuantificador universal, a pesar de tratarse de una frase nominal indefinida:[9] ∀x(burro(x) ∧ tener(pedro, x) −→ maltratar(pedro, x))[10] ∀xy((granjero(x) ∧ burro(y) ∧ tener(x, y)) −→ maltratar(x, y))

Ahora bien, en (10), a diferencia de (9), tenemos una subordinación de laexpresión tiene un burro, introducida por el relativo que. El cuantificador re-lacionado con el indefinido un burro ha de caer bajo el alcance del operadorcuantificacional relacionado con que, que depende a su vez de la cuantifica-ción todos los granjeros. En el análisis sintáctico de (10), la cláusula de rela-tivo que tienen un burro es tratada como un modificador de la frase nominaltodos los granjeros desde el momento en que va a ser interpretada como unacuantificación, lo que queda de manifiesto en [10].

El que la cláusula de relativo haya sido analizada como un cuantificadorgeneral y no como uno particular se debe a que su denotación depende de lafrase nominal a la que modifica, por lo que la expresión que tienen un burro hade ser analizada en los mismos términos. Lo interesante de esta generalizaciónes que se mantiene en otras versiones distintas de las donkey sentences a lasque intuitivamente parecería convenir una interpretación existencial:(11) Si un granjero tiene un burro, lo maltrata.

Sin embargo, la interpretación más directa de (11) es igualmente una inter-pretación general, por lo que su forma lógica será también [10]. De modo queen todos los casos, incluida la interpretación más natural de (9), el indefini-do un burro se interpreta mediante una cuantificación universal, por lo que lareferencia de la anáfora pronominal lo está relacionada con la referencia delcuantificador universal correspondiente. Pero esto no es lo que se esperaríaen MG, donde el significado de la frase nominal indefinida se relaciona con lainterpretación de la λ–abstracción:

||λP [∃x(burro(x) ∧ P (x))]||

Esta equivalencia semántica predice la siguiente forma lógica de (9):[9’] ∃x(burro(x) ∧ tener(pedro, x)) −→ maltratar(pedro, x)

Ahora bien, [9’] no recoge adecuadamente el significado de (9), entre otrasrazones porque la variable x en maltratar(pedro, x) queda libre, fuera delalcance del cuantificador existencial (lo que hace que [9] y [9’] no sean equi-valentes), y por tanto su interpretación no se relaciona necesariamente con ladel indefinido un burro.

Todo esto nos lleva a desechar la representación lógica en MG de ciertasexpresiones anafóricas como su interpretación más adecuada. Parece claro quelas anáforas pronominales, al igual que ocurre con los pronombres deícticoscon los que Kamp las relaciona (Kamp 1981:283), seleccionan sus referentesde ciertos conjuntos de entidades disponibles en los antecedentes del discurso

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o en la situación en la que éste se profiere. Las Estructuras de Representacióndel Discurso (DRS) se proponen, en este sentido, como una representaciónmás adecuada del significado de las anáforas.

La idea fundamental de DRT es que cuando se interpreta un discurso se cons-truye una representación mental que va completándose a medida que aquélavanza. Las Estructuras de Representación del Discurso (DRS) incluyen dostipos de información, necesarios ambos para su interpretación: la informaciónsobre el mundo que aporta el discurso y la información sobre la estructura delpropio discurso. A la hora de representar la estructura del discurso en DRT, seestablecen dos niveles bien diferenciados:

1. La construcción de la DRS asociada a un discurso D. Esto se hacemediante el uso de unas reglas de construcción que se aplican al análisis sin-táctico previo de las expresiones lingüísticas, oracionales o no, (E1, E2, ...En)que constituyen el discurso. La DRS se construye dinámicamente en etapassucesivas, a las que llamaremos representaciones del discurso (R1, R2, ...Rn),que pueden considerarse como representaciones del contenido proposicionalde las expresiones que constituyen el discurso D.

2. Establecimiento de las condiciones de verdad de la DRS mediante laevaluación de las representaciones en un modelo.

Una DRS mantiene la información sobre los individuos de los que trata undiscurso D, representándolos mediante variables que llamaremos marcadoresde discurso. Estos marcadores de discurso se encuentran a medio camino en-tre los referentes de las expresiones de D y los objetos de teoría de modelosque sirven para representar dichos referentes. Ellos son los que permiten esta-blecer las relaciones anafóricas que se dan en D y resolver los problemas deinterpretación analizados anteriormente.

En este trabajo vamos a optar por la representación gráfica bidimensionalde las DRSs frente a su representación algebraica, menos intuitiva. La inter-pretación de una DRS de este tipo es fácil. Considérese la oración(12) Juan envıa un mensaje.

Su representación gráfica recuerda una caja en la que los marcadores dediscurso x e y se colocan en la parte superior y dentro de la caja aquellascondiciones que describen las propiedades que tienen y las relaciones que seestablecen entre ellos:

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(DRS12):

x,y

juan(x)

mensaje(y)

envía(x,y)

Una DRS como ésta puede considerarse como un modelo parcial sobre undominio x, y, en el que el predicado juan incluye a x, el predicado mensajeincluye a y y la relación envia relaciona x e y. Los modelos totales en losque la DRS es satisfecha serán todos aquellos en los que el modelo parcialrepresentado se pueda integrar. Por otra parte, en la DRS anterior la sucesiónde condiciones declarativas se comporta como una conjunción de las mismas.

Se puede ampliar la DRS mediante la inclusión de nuevos marcadores dediscurso y de nuevas condiciones. Dejando a un lado el tiempo, el aspec-to y las relaciones temporales, tratados en profundidad en (Kamp y Reyle1993:483ss.), podemos representar la estructura del siguiente fragmento dediscurso(13) Juan envio un mensaje. Este se perdio.mediante la correspondiente DRS:(DRS13):

x,y,z

juan(x)

mensaje(y)

envió(x,y)

y=z

se_perdió(z)

En la DRS anterior se han añadido un marcador de discurso z para re-presentar la anáfora éste y una condición que relaciona la referencia de los

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marcadores y y z. Se dice que esta condición resuelve el marcador z en elmarcador y. En realidad, la adición de este marcador y de la condición deresolución es superflua en relación con la estructura interna del discurso, quepodría haberse representado mediante la siguiente DRS, más simple:(DRS13’):

juan(x)

mensaje(y)

envió(x,y)

x,y

se_perdió(y)

Sin embargo (DRS13) tiene interés porque hace más explícito el procesode construcción en relación con la estructura sintáctica de (13) y con respectoa la interpretación de la anáfora pronominal.

El proceso básico de construcción de la DRS correspondiente a un enun-ciado comienza con la copia del árbol sintáctico de la oración dentro de unacaja. A partir de aquí se van analizando los distintos nodos del árbol uno auno, de forma que el árbol sintáctico va simplificándose a medida que la DRSse estructura. Sea por ejemplo la oración:(14) El pajarito se come una lombriz mientras brinca.

Esta oración es procesada mediante los siguientes pasos: (i) se coloca elanálisis sintáctico de (14) dentro de una caja DRS; (ii) se analiza la frase nomi-nal sujeto (FNS) del primer enunciado mediante la adición de un marcador dediscurso x y de la condición pajarito(x), reemplazándose el nodo FNS porla etiqueta x; (iii) la frase nominal una lombriz se trata de forma similar; (iv)se analiza el nodo correspondiente al núcleo de la frase verbal (FV) del primerenunciado y se sustituye por la condición adecuada; (v) se analiza el segun-do enunciado, prescindiendo de los aspectos temporales y procediendo a laresolución de la anáfora:

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x

pajarito(x)

[ x [ se come [ una lombriz]]]

(ii)

[ Pro [ brinca]]

x,y

pajarito(x)

lombriz(y)

[ Pro [ brinca]]

[ x [ se_come(y)]]

(iii)

(i)

O FV FN

O FV

O FV

O FV

O FNS FV FN Conj O’ FV[ [ El pajarito [ se come [ una lombriz] [ mientras [ Pro [ brinca]]]]]]

pajarito(x) pajarito(x)

lombriz(y)

(iv) (v)x,y

lombriz(y)

se_come(x,y)

[ Pro [ brinca]]O FV

x=z

brinca(z)

x,y,z

En principio, el proceso de resolución de la anáfora no está determinadocomo en MG, donde a un único análisis sintáctico le corresponde una únicainterpretación semántica. En la DRS final en la que el marcador z se ha re-suelto en el marcador x se ofrece una interpretación posible de (14), frente ala que se ofrecería de haberse resuelto z en el marcador y, también accesible,como veremos después.

La interpretación semántica de estas DRSs se realiza en términos de teoríade modelos clásica. Ya ha quedado dicho que una DRS puede entendersecomo una descripción parcial de un modelo de la realidad. A partir de laDRS correspondiente a (12) podemos construir un modelo sobre un dominio

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de dos elementos cuyas propiedades quedan explícitas en las condiciones de(DRS12). En este sentido se dice que una DRS es verdadera con respecto a unmodelo M si el modelo que hace verdaderas las condiciones de la DRS puedeintegrarse en M , sin que éste se vuelva inconsistente. En M se especificanun dominio D y una función F de valoración de las variables individuales yde los predicados. Esta función F se representará normalmente mediante lainclusión del elemento evaluado entre barras, de modo que si α es una variableindividual o predicativa cualquiera entonces:

F (α) = ||α||

La integración (embedding) de una DRS en un modelo M es una funciónf que asigna elementos de D a los marcadores referenciales de la DRS de talforma que todas las condiciones de la DRS sean verdaderas. En este caso sedice que la integración verifica la DRS con respecto al modelo M (Kamp yReyle 1993:112).

Por ejemplo, sea el dominio D = {a, b, c, ...}. Decimos que (DRS12) esverdadera en M si existe una función f en M tal que f(x) = a, f(y) = b y

i) a = ||Juan||ii) b ∈ ||mensaje||

iii) < a, b >∈ ||envia||Lo mismo podemos decir para (DRS13), con la salvedad de que en este

caso tenemos que aplicar la función f a tres marcadores de discurso, de loscuales uno es una anáfora pronominal. La condición que relaciona en (DRS13)la interpretación de la anáfora pronominal con la frase nominal indefinida unmensaje tiene los mismos efectos que la cuantificación existencial en lógicade predicados, por lo que la anáfora pronominal es tratada como si fuera unavariable ligada existencialmente.

La forma en que DRT codifica las predicaciones y las relaciones contenidas enel discurso mediante listas de condiciones incluidas en una DRS puede versecomplicada cuando en el propio discurso estas predicaciones o relaciones sonmás complejas, de hecho. Es el caso de las oraciones condicionales, de las al-ternativas, de las cuantificaciones universales e, incluso, de la negación. Estosupone la construcción de estructuras relacionadas mediante operadores lógi-cos o sobre las que se aplica el operador de negación. Las relaciones lógicasentre DRSs, así como la negación de una DRS, se representan mediante lossímbolos lógicos habituales:

208 Semantica dinamica y DRT

⇒¬ v

Estas relaciones entre DRSs permiten recoger el significado de fragmentosde discurso como el siguiente:(15) Cuando Juan envıa un mensaje, este se pierde. El no es feliz.

La DRS correspondiente, prescindiendo, de momento, de los aspectos tem-porales involucrados en la proferencia, como en otras ocasiones, y de los mar-cadores de discurso para los pronombres y su resolución, pero manteniendosu estructura condicional, es la siguiente:(DRS15)

x

juan(x)

¬

y

mensaje(y)

envía(x,y)

se_pierde(y)

feliz(x)

Las diferentes ocurrencias de marcadores de discurso que se dan en unaDRS sólo compartirán su interpretación si se satisfacen ciertos requerimientos“sintácticos”. En lógica de predicados y en la lógica intensional de MG estosrequerimientos están relacionados con el alcance de los cuantificadores sobrelas variables que denotan individuos. En DRT no hay operadores cuantifica-cionales, pero sí podemos hablar de la fuerza cuantificacional de una repre-sentación DRS, siendo sustituido el concepto de alcance cuantificacional porel de accesibilidad: Dada una DRS en la que hay una caja A, los marcadoresde discurso accesibles desde A son:

Francisco Jose Salguero Lamillar 209

1. aquellos que aparecen en la misma A,2. aquellos que aparecen en la caja que contiene a A,3. aquellos que aparecen en una caja a la izquierda de A, relacionada con

ésta mediante el operador =⇒,4. aquellos que son accesibles desde la caja que contiene a A.La analogía entre la accesibilidad en DRT y el alcance cuantificacional en

lógica de predicados es grande. Supóngase la siguiente fórmula:∃x(φ ∧ ¬(y −→ Px))

La variable x en la fórmula Px queda ligada por el cuantificador existencialde la misma manera en que el marcador x es accesible desde la caja en la queaparece la condición Px en la siguiente DRS:

x

φ

ψ Px⇒¬

Sin embargo, esta analogía no es completa, lo que puede verse en el casode la fórmula:

∃xφ −→ Px

en la que la variable x en la fórmula Px está libre, siendo su DRS asociada lasiguiente:

x

φ Px⇒

210 Semantica dinamica y DRT

En la DRS anterior, el marcador de discurso x de la caja de la izquierda esaccesible desde la caja de la derecha, por lo que interpretamos que la variablex en Px está ligada.

El concepto de accesibilidad interpreta un papel importante en DRT. Nose trata de un concepto secundario, sino que se encuentra en el centro mismodel algoritmo de construcción de las DRSs. Esta importancia se plasma en lasiguiente regla relativa a las anáforas pronominales y a su representación en laDRS: los marcadores de discurso asociados a un pronombre deben resolversesiempre mediante un antecedente accesible. Esta regla es la que permite laresolución de los marcadores z y w en la DRS de:(16) Si Juan envıa un mensaje, se pierde y el se enfada

Y la misma regla explica la extrañeza de la interpretación que relacionala referencia del pronombre él con la del indefinido un mensaje, ya que elmarcador w no puede resolverse en el marcador y *(DRS16).(DRS16)

x

juan(x)

y

mensaje(y)

envía(x,y)

z

z=y

se_pierde(z)

w

se_enfada(w)w=x

Francisco Jose Salguero Lamillar 211

*(DRS16)

x

juan(x)

y

mensaje(y)

envía(x,y)

z

z=y

se_pierde(z)

w

se_enfada(w)w=y?

Ahora pueden analizarse oraciones condicionales del tipo de las donkeysentences y establecer las relaciones que se dan en ellas entre los indefini-dos y las anáforas pronominales, así como la fuerza cuantificacional ejercidasobre los marcadores de discurso. Algunas oraciones de este tipo ya fueronanalizadas en relación con su forma lógica y el alcance de los cuantificadoresinvolucrados:(9) Si Pedro tiene un burro, lo maltrata.(10) Todos los granjeros que tienen un burro lo maltratan(11) Si un granjero tiene un burro, lo maltrata

Las construcciones condicionales del tipo Si A entonces B son verdaderasen lógica clásica de proposiciones sólo si bien el antecedente A es falso, bienel consecuenteB es verdadero. En DRT, en cambio, se hace una interpretaciónun tanto diferente de la implicación contenida en una oración condicional,entendiéndose que las construcciones del tipo mencionado son verdaderas sóloen el caso de que cada una de las formas para verificar A suponga una formade verificar B en un modelo M . Pero en DRT, dados un modelo M y unaDRS para un antecedente A, existen varios ajustes posibles en M , es decir:varias formas de integrar la DRS en M . Esto significa que las estructurascondicionales se verifican de varias maneras diferentes, pero cada verificacióndel antecedente A debe suponer una verificación del consecuente B.

La representación de B no puede estar contenida en la representación de A,aunque ambas deben estar relacionadas. Esta relación se establece mediante

212 Semantica dinamica y DRT

el operador =⇒ y para su verificación se necesita extender la integración enM de la DRS de A para obtener la integración en M de la DRS de B. Laextensión de una integración es otra integración que asume todos los valoresde la función f asignados a los marcadores de discurso, pero que puede asignarotros valores tomados del dominio D a otros marcadores de discurso. Esto es:

Una integración f verifica una condición A −→ B en relación conun modelo M si y sólo si para cualquier extensión f ′ de f que in-cluya los valores asignados a todos los marcadores de discurso delantecedente A en el dominio D, si la integración f ′ verifica todaslas condiciones de A entonces debe haber una extensión de f ′ queincluya los valores asignados a todos los marcadores de discursodel consecuente B tal que también verifique las condiciones de B.

La anterior definición del concepto de extensión de una integración, funda-mental para la evaluación en DRT de las proferencias condicionales, suponeque sobre los marcadores de discurso que aparecen en la DRS del antecedentede una condición se ejerce una fuerza cuantificacional universal. Esto expli-caría, por ejemplo, la equivalencia en la interpretación de (10) y (11) o lainterpretación universal del indefinido un burro en (9). Veamos las represen-taciones correspondientes a estas oraciones:(DRS9)

x

y

pedro(x)

tiene(x,y)

burro(y)x=z

z,w

y=w

maltrata(z,w)

Los marcadores de discurso x e y, pertenecientes a la DRS principal y a laDRS antecedente, son accesibles para la DRS consecuente, por lo que sus mar-cadores de discurso, correspondientes a sendas anáforas pronominales, pueden

Francisco Jose Salguero Lamillar 213

resolverse otorgándoles la misma referencia que a los anteriores. Además, lainterpretación de la DRS antecedente supone la asignación de una evaluaciónuniversal al marcador y.

La estructura condicional de (DRS10) viene impuesta por la necesidad ex-plícita de interpretar universalmente la referencia asociada al marcador de dis-curso x. Esto supone la interpretación universal del marcador y, que apareceen la misma caja, así como del marcador u, introducido por la anáfora asocia-da al relativo que, y de los marcadores z y w, que se resuelven en relación conlos anteriores.

(DRS10)

x,y,u z,w

granjero(x)

burro(y)

tiene(u,y)

x=u

x=z

y=w

maltrata(z,w)

Compárese con la siguiente DRS:

214 Semantica dinamica y DRT

x,y,z

granjero(x)

burro(y)

tiene(x,y)

y=z

maltrata(x,z)

Ésta representa la oraciónHay un granjero que tiene un burro y lo maltrata,en la que la fuerza cuantificacional ejercida sobre los marcadores de discursoes existencial. Compárese ahora con la DRS del enunciado (11):(DRS11)

z,w

x=z

y=w

maltrata(z,w)

x,y

granjero(x)

tiene(x,y)

burro(y)

Como era predecible, (DRS10) y (DRS11) son idénticas, excepto por loque se refiere a la representación de la cláusula de relativo, ya que la interpre-tación de (10) y (11) coincide en la mayoría de los contextos.

Francisco Jose Salguero Lamillar 215

[1] Geach, P. T. (1962). Reference and Generality. Cornell University Press,Ithaca, NY.

[2] Kamp, H. (1981). “A theory of truth and discourse representation”, enGroenendijk, J., Jansen, T. y Stockhof, M. (eds.) (1981), Formal methods inthe study of language. Mathematical Centre tracts 135, Amsterdam. [Repro-ducido en Groenendijk, J., Jansen, T. y Stockhof, M. (eds.) (1984), Truth,interpretation and information. Foris, Dordrecht].

[3] Kamp, H. y Reyle, U. (1993). From Discourse to Logic, Kluwer, Dordre-cht.

[4] Montague, R. (1974). Formal philosophy. Selected papers of RichardMontague. Yale U. P. New Haven/Londres.