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2 SENSIBILIZACIÓN Y PREVENCIÓN EN VIOLENCIA DE GÉNERO

CCCooonnnttteeennniiidddooosss:::

1. INTRODUCCIÓN

2. ¿QUÉ FACTORES ESTÁN PROVOCANDO LA PERPETUACIÓN DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO? 2.1 LA ESCUELA 2.2 FANTASMAS MASCULINOS SOBRE LA MUJER 2.3 LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN 2.4 ¿QUÉ PIENSA LA SOCIEDAD SOBRE LA VIOLENCIA

DE GÉNERO?

3. HACER DE LOS DERECHOS UNA REALIDAD

4. PREVENCIÓN ¿PARA HOMBRES O PARA MUJERES? ¿A QU-ÍEN CONCIENCIAMOS?

5. CLAVES Y ESTRATEGIAS PARA LA PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO Y LA PROMOCIÓN DE LA IGUAL-DAD

6. ACTIVIDADES PREVENTIVAS EN VIOLENCIA DE GÉNERO

7. USO NO SEXISTA DEL LENGUAJE E IMÁGENES

8. BILBIOGRAFÍA

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INTRODUCCIÓN ¿Qué es sensibilizar y qué es prevenir?

Un desafío particularmente difícil consiste en la eliminación de las actitudes socioculturales discriminatorias y de las desigualdades económicas que re-fuerzan el lugar subordinado que ocupan las mujeres en la sociedad. La vio-lencia masculina contra la mujer es generada por las actitudes sociocultura-les y las culturas de violencia en todas las partes del mundo, y en especial por las normas relativas al control de la reproducción y de la sexualidad de la mujer. Además, la violencia contra la mujer se entrecruza con otros facto-res, como la raza y la clase, y con otras formas de violencia, en particular los conflictos étnicos.

Informe del Secretario General de Naciones Unidas, 2006.

Sensibilizar y prevenir son dos conceptos con significa-do propio, aunque a menudo se emplean de forma in-distinta.

► La sensibilización se encarga de que la pro-blemática de la violencia de género no perma-nezca oculta, que se conozca y entiendan sus causas, y que cada persona tome un papel activo de manera personal o colectiva en combatirla. Sensibilizar no se trata solo de informar (la infor-mación es imprescindible, pero no lo es todo).

La sensibilización busca que las personas tomen conciencia del problema, que éste sea patente al entendimiento para actuar sobre él. A través de la sensibilización se quiere informar adecuadamente a la sociedad de lo que ocurre y hacerla crítica con el problema.

► La prevención da un paso más que la sensibilización en los resultados que

pretende. Actúa sobre las causas y no sólo sobre los efectos. Prevenir quie-re decir: evitar que ocurra. En el camino hacia la prevención, la información

1.

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y la sensibilización son pasos imprescindibles, pero también insuficientes. En la prevención, la línea de actuación pasa necesariamente por la educa-ción y la formación. Se trata de educar para la adquisición de conocimien-tos, valores, actitudes y competencias que eviten la violencia futura.

Sensibilización

Prevención

Objetivo principal

Lograr la implicación de las personas en la lucha contra la violencia de género.

Lograr que en el futuro des-aparezca la violencia hacia las mujeres.

Estrategias metodológicas

Visualizar el fenómeno y ofrecer información para la toma de conciencia y actua-ción.

La forma de prevenir este tipo de violencia debe ser a me-diante la educación y la for-mación para la igualdad. Se debe promover el empode-ramiento de las mujeres y el fomento de un nuevo concep-to de masculinidad.

¿Desde dónde prioritaria-mente?

Medios de Comunicación. Administración Pública. ONG.

Comunidad Educativa. Administración Pública. Ámbitos no formales de edu-cación. ONG.

Resultados deseables

Conseguir cambios en las creencias, actitudes y con-ductas de la ciudadanía en la resolución de la problemática.

Que nadie tolere la violencia, nadie la ejerza y nadie la sufra.

Tipología

Publicaciones como guías, libros…. Publicidad social (cartelería, folletos, actos públicos, etc.) Celebración de jornadas y eventos.

Actuaciones a dos niveles: primaria y secundaria (que explicaremos más adelante).

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¿QUÉ FACTORES ESTÁN PROVOCANDO LA

PERPETUACIÓN DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO?

La distintas generaciones han ido interiorizando una serie de mitos relacionados con los roles o cualidades que cada persona debe tener según su pertenencia a un determinado sexo.

Sexo: responde a una realidad biológica de los seres humanos. Marca una serie de diferencias innatas entre mujeres y hombres. Género: es la construcción social, que diferencia y caracteriza a las personas por el papel que se le ha asignado según el sexo al que pertenecen. El género informa a la persona de lo que es obligatorio, lo prohibido y lo permitido según su sexo. Se trata de lo que entendemos en nuestra sociedad como masculinidad y feminidad. Nos sólo las generaciones mayores presentan actitudes y comportamientos sexis-tas. Un estudio sobre violencia de género en la adolescencia, realizado por la Uni-versidad Complutense de Madrid y promovido por lo que antes era el Ministerio de Igualdad0F

1, revela que un gran número de chicas, un 9,2% de las encuestadas, han sufrido maltrato alguna vez, junto a un 13,1% de los chicos que han maltratado alguna vez a su pareja o ex pareja. Este estudio revelaba que el comportamiento coercitivo, el control y los celos son los motivos más frecuentes de la violencia de género entre jóvenes. Ello hace cuestionarse la idoneidad de la educación que se les está transmitiendo a los jóvenes. Parece además que en los últimos años la educación se la hemos atribuido al sistema escolar, sin embargo la familia, y también los medios de co-municación juegan un papel determinante.

1 Denominado ahora Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

2.

2.1 La escuela 2.2 Fantasmas masculinos sobre la mujer 2.3 Los medios de comunicación 2.4 ¿Qué piensa la sociedad sobre la violencia de género?

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El único camino que encontramos para prevenir la violencia es a través de la edu-cación, y no se trata de un camino fácil.

Perez Grande (2007) afirma que la prevención educativa de la violencia de género requiere de una transformación social que, a su vez, demanda una transformación educativa a todos los niveles: familia, centros escolares y medios de información. Estos agentes, de alguna manera, siguen reprodu-ciendo un modelo de sociedad no igualitario, que dificulta que tenga lugar un cambio de actitudes.

Las administraciones educativas comienzan a preocuparse por esta situación, sur-giendo la idea de que debería incluirse, en los contenidos educativos, un “aprendi-zaje para la vida” o un “aprendizaje social”, que permita al alumnado desarrollar una actitud igualitaria, tolerante y pacífica en la sociedad en la que vive. A pesar de ello, la educación formal tiene aún un extenso camino que recorrer en transmi-sión de valores igualitarios, algo que sí lleva promoviéndose desde la educación no formal desde hace tiempo.

► Educación formal es aquella que tiene lugar en entornos organizados y es-tructurados (por. Ej., un centro educativo o formativo, o bien en el centro de trabajo) y que se designa explícitamente como formación (en cuanto a sus objetivos, su duración y los recursos empleados). La formación o aprendiza-je formal presupone intencionalidad por parte del que aprende. Por regla general, siempre da lugar a una acreditación y una certificación o titulación (CEDEFOP 2008, p.85).

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► Educación no formal es aquella que deriva de actividad planificadas pero no designadas explícitamente como programa de formación (en cuanto a objetivos didácticos, duración o soporte formativos). El aprendizaje no for-mal presupone intencionalidad por parte del que aprende (ibíd., p.134).

► Educación informal es el resultado de actividades cotidianas relacionadas

con el trabajo, la vida familiar o el ocio. No se halla organizado ni estructu-rado en cuanto a sus objetivos, duración o recursos formativos. Los apren-dizajes informales carecen, por regla general, de intencionalidad por parte del que aprende (ibíd., p. 93).

La educación no formal ha adoptado un papel clave en la construcción de una conciencia crítica en la sociedad. Se ha preocupado de orientar sus acciones hacia la prevención, empezando por detectar, reconocer e identificar y nombrar que existe violencia sexista.

“La violencia no es inherente a la naturaleza humana, sino que es aprendida y, por tanto, el sistema educativo debe plantearse la educación en valores, en general, y de los defectos en particular”

(Heredero, 2005).

No podemos obviar a la escuela como estructura fundamental asociada a la construcción de roles. La escuela, a lo largo de la historia, ha desem-peñado diversos papeles hacia la mujer. Durante el siglo XIX y parte del XX, las funciones de las mujeres se entendían limitadas a las de esposas y madres. La educación, por tanto, iba acorde con este rol. Aparecen enseñanzas diri-gidas a niñas con unos contenidos que se dis-tanciaban mucho de lo que podemos considerar enseñanzas intelectuales, y que iban encaminados a una educación moral y doméstica. Las maestras se caracterizaban además por una formación deficiente.

2.1. LA ESCUELA

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Con la consolidación de los movimientos feministas, se produce un cambión de conciencia entre la población, que comienza a defender una educación para niñas y mujeres que las permita “ser cultas y libres”. Surge así, a partir de los años se-tenta, la educación de niñas y niños en escuelas mixtas, un modelo que se gene-ralizará en toda España. Ocurre, que la educación mixta no aparece unida a la igualdad entre mujeres y hombres, lo que lleva a plantearse que esta igualdad no debe reducirse a la igual-dad en el acceso a la educación o a la asistencia por parte de ambos sexos a los mismos centros. Hoy día nos encontramos aún anclados en este modelo, aunque se intenta dirigir a la escuela hacia un modelo coeducativo.

“La escuela coeducativa, parte del pensamiento de que niñas y niños deben ser tratados con igual atención y se les debe conceder el mismo protago-nismo, es decir, que los papeles tradicionalmente asignados a cada sexo tengan la misma importancia y sean transmitidos tanto a chicas como a chi-cos; además de incluir los valores necesarios a los dos sexos para que se-an capaces de decidir lo que quieren, con igualdad de oportunidades”.

En la actualidad, todavía no se ha logrado una igualdad en la educación escolar. Los avances son muchos si miramos años atrás, cuando no era extraño que re-chazaran a una niña por su sexo. Pero estas diferencias se siguen manteniendo hoy día, aunque de forma mucho más sutil. Así, se premia determinadas actitudes masculinas por encima de las femeninas, se invisibilidad a la mujer en el desem-peño de determinados puestos de trabajo, la presencia de figuras masculinas es ampliamente mayor a la de mujeres en los libros de textos, los colores empleados también dependen de si el contenido está pensado para niños o para niñas, etc. Se sigue educando a los/as jóvenes en relación a una sociedad sesgada y cons-truida desde el punto de vista masculino, olvidándonos de la otra mitad de la po-blación. Esto provoca que las chicas se adapten al modelo de pensar y actuar masculino y éste se siga manteniendo.

“Estamos formando una comunidad ligada a las relaciones de dominación, con áreas de socialización en las que el poder y el control social tienen un ámbito de ejercicio privilegiado

(Buxarrais Estrada, 2008)”.

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“Los centros educativos se insertan en una sociedad que prima valores co-mo la apariencia, el triunfo o la instrumentalización de las demás personas; olvidando que debemos apostar por relaciones sociales sanas donde sean importantes valores como la igualdad, la tolerancia y la convivencia

(Gairín Sallán, 2007)”.

Vivir en una sociedad con un pensamiento y formas de actuar regidos por una forma de pensar masculina, trae graves consecuencias. Una de ellas es la discriminación que sigue existiendo hacia el sexo femenino en la esfera laboral. Ello se ve muy bien en la elección que de la vida profesional hacen la mayoría de las mujeres, decantándose por profesiones dedicadas a la educación y al cuidado, con un prestigio social mucho menor que otras como las ingenierías, estudiadas en su mayoría por hombres. Por otro lado, diversos estudios revelan que la mujer sigue siendo discriminada en su espacio de trabajo. Al sexo femenino se le asignan categorías inferiores, dentro de la escala de autoridad, y un menor salario. Por otro lado, también se ve perjudi-cada al atribuírsele a ella una mayor carga familiar, que debe compaginar con su carrera profesional. Esta combinación de responsabilidades en la mujer ha llevado a que el hombre ocupe la mayoría de las posiciones de poder y toma de decisio-nes. De esta forma surge lo que se ha denominado “techo de cristal1F

2”, que hace a la mujer tener que elegir entre el cuidado y la responsabilidad laboral. Junto a esta realidad, nos encontramos con otra mucho más cruel, que nos de-muestra que la igualdad no es real ni efectiva, y que la mujer sigue siendo tratada de forma inferior en ámbitos como el de las relaciones afectivas entre pareja. Se trata de la violencia de género, que cada año sigue sumando casos. De hecho, que todavía sigan existiendo países en el mundo en los que a las mujeres se les 2 Techo de cristal. Hace referencia a la barrera invisible que encuentran las mujeres para el desarrollo de su carrera profesional y las causas provienen tanto de los prejuicios sobre la capacidad de las mujeres para des-empeñar puestos de responsabilidad como de las dificultades de conciliación de la vida laboral y familiar.

2.2. FANTASMAS MASCULINOS SOBRE LA MUJER

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niega el derecho a recursos financieros, empleo y educación, no hace más que aumentar el sentimiento de superioridad que muchos hombres creen tener. Además, éstas mujeres ya no quedan tan alejadas cómo podríamos pensar, las migraciones de éste último siglo ha hecho que España se convierta en un país multicultural, con personas de muy diversa nacionalidad, y con algunas situaciones realmente graves de vulneración de los derechos de la mujer.

El tratamiento que de la violencia de género se ha hecho en los medios de comunicación audio-visuales, depende en parte del género que se aborde. Vamos a hacer referencia al género informativo, que a dife-rencia de otros como puedan ser el del entreteni-miento, hacen halago de su seriedad, objetividad y rigurosidad de su información. La forma de abordar la violencia de género en los medios informativos ha cambia-do desde la década de los ochenta, siendo determinante el caso de Ana Orantes, en 1997.

“En diciembre de 1997, Ana Orantes fue quemada viva por su ex esposo tras haber relatado en la televisión andaluza los malos tratos sufridos duran-te el matrimonio. Dos notas resultaron llamativas: era la respuesta del mari-do despechado que no aceptaba la rebeldía de quien fuera su esposa; y habían compartido la misma casa tras la separación legal, aunque dividido el uso, de tal manera que el riesgo siempre estuvo presente para la mujer”.

(El País, 2007, Archivo). A partir de este suceso se hizo visible ante la sociedad una problemática que has-ta el momento no se había personificado ante las cámaras. Desde entonces, el tratamiento de la violencia de género ha sufrido cambios en enfoque, pero aún siguen quedando aspectos por mejorar, que requieren de un mayor esfuerzo de medios y profesionales.

2.3. LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

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Diversos autores han investigado acerca del tratamiento que la violencia de géne-ro recibe en los medios de comunicación, y estas son las conclusiones principales a las que llegaron: Aspectos positivos

► Existe un interés por hacer visible esta problemática, lo que ayuda a concienciar a la po-

blación y que la situación de las mujeres maltratadas no quede invisibilizada.

► Los profesionales tratan de forma responsable esta temática, aunque no así dentro del género del entretenimiento.

Aspectos negativos

► Existe la tendencia de culpar a la mujer de la problemática de la violencia de género y no

al agresor.

► Se hace especial énfasis en el recuento de los resultados mortales, y no tanto en la raíz profunda del problema.

► La mayoría de noticias solo se refiere a casos donde la mujer ha muerto, restando impor-tancia a las situaciones vividas por mujeres que han seguido vivas tras denunciar los hechos.

► Se observa una gran confusión a la hora de situar las cusas del problema y se mantienen interpretaciones equivocadas.

► La elevada cifra de noticias en las que se explica que los casos de malos tratos leves des-bordan los juzgados puede inducir a pensar que la mayoría de denuncias de malos tratos son por hechos insignificantes.

► Se respeta más la presunción de inocencia del hombre que de la mujer.

► Las mujeres maltratadas aparecen en imágenes en un número muy superior al de los agresores que son fotografiados.

► Se acude poco a las fuentes expertas sobre el tema y pocas veces se sitúa el problema de los malos tratos en el contexto general de discriminación y desigualdad de la mujer respec-to al hombre en todos los niveles en esta sociedad.

► En ocasiones, la noticia destaca el origen inmigrante de la víctima y su maltratador lo que tiene dos consecuencias: por un lado, reproduce la habitual pauta de criminalizar al colec-

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tivo inmigrante y, por otro, puede inducir a configurar una imagen de la violencia doméstica como limitada al contexto de la marginalidad social que no se corresponde con la compleja realidad.

En las campañas de sensibilización sobre malos tratos y la representación de la mujer maltratada no resulta adecuado, por tanto, representar la violencia de género a través de signos físicos de violencia o en situaciones violentas, pues dan una imagen de la mujer como objeto pasivo y justifican una única forma de ver a éste colectivo. Aun así, todavía encontramos muchas campañas publicitarias sobre malos tratos, en las que los emisores principales son instituciones públicas, que continúan usando la representación de la mujer maltratada con marcas en su cuerpo, mues-tras de que ha sufrido malos tratos y que la sitúan como una víctima pasiva. Este tipo de imágenes se pude entender por ser una forma de conseguir una rápida identificación del colectivo de mujeres maltratadas, no obstante, hay que cuestio-narse por qué siempre se repita el mismo tipo de presentación que “perpetúa la imagen de la mujer como sujeto carente de independencia y, a su vez, no hace más que reafirmar y apoyar las miles de imágenes que sobre la mujer reproducen los medios”. Hay que tener en cuenta que la perpetuación de este tipo de estereotipos en las campañas sobre violencia de género puede hacer que, aunque las mujeres en es-ta situación se identifiquen con el dolor, no vean que hay otras posibilidades y que ellas mismas pueden actuar para cambiar la situación en la que se encuentran. Es por esto, que una alternativa a esa representación de la mujer maltratada podría residir en incidir en el valor de sus decisiones individuales y no mostrarlas como personas dependientes. Además, en el resto de la población se crea la idea de que la violencia de género es algo claramente visible, tal y como están viendo en las imágenes, y no son capaces de identificar formas más sutiles de maltrato, que puedan estar sufriendo ellas mismas.

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La sociedad en la que vivimos ha naturalizado la violencia y sus expresiones. La saturación de infor-mación, de imágenes, de banalizaciones sobre las agresiones de cualquier tipo reduce la sensibiliza-ción ante el hecho violento y aumentan el grado de tolerancia. La violencia contra las mujeres, aunque en el discurso de la opinión pública nadie admite su justificación, en la práctica se mantiene como un modo de control de las mujeres. Algunas de las expresiones populares, las que pueden escucharse en lugares públicos, leerse en la prensa, en chats, etc., sobre la igualdad o la desigualdad o, incluso, la violencia, pueden ofrecernos una idea aproximada de la consideración social de esta problemática (Federación Española de Municipios y Provincias, 2007):

► “Es un tema personal, por eso no intervine”, es la opinión de una directi-va ante su no implicación sobre un caso de acoso sexual de una empleada.

► “Es una buena persona, no podemos entenderlo”, se escucha a un ve-

cino de un agresor detenido tras el asesinato de su mujer.

► “Es que se lo estaba buscando, con esa ropa no se puede venir a una oficina”. Es la reflexión de compañeros de trabajo de una mujer que había denunciado por acoso sexual a otro.

► “Esto es porque allí son más machistas”, comenta una mujer mientras

lee en la prensa que la víctima era latina.

► “Hay que ver, con lo buena que era él, ella le dejó y claro, se volvió lo-co”, reflexiona en voz alta una amiga de una pareja conocida en la que ella le ha denunciado.

2.4. ¿QUÉ PIENSA LA SOCIEDAD SOBRE LA VIOLENCIA DE GÉNERO?

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► “Lo hizo porque estaba muy agobiado cuidando a toda la familia”, es el comentario de unos vecinos tras el asesinato de una familia por parte del padre.

► “No es un hombre violento, es el alcohol lo que le hace a veces, perder

la cabeza”, se justificaba así en un grupo de amigos una agresión a una mujer por parte de su pareja.

► “No te quejes, te controla porque te quiere mucho”, le dice una joven a

otra porque ésta se siente incómoda con tantas llamadas y mensajes de móvil de su novio.

► “Es celoso porque te quiere”, le explica una amiga a otra que muestra su

impaciencia hacia su pareja.

► “De dónde vendría a esas horas”, comentan dos personas en la parada de un autobús ante la lectura de una violación de una joven.

► “Estaba sola a las cinco de la madrugada, ¡qué haría sola a esas horas!”, piensa en voz alta el amigo de la mujer que fue agredida en la ca-lle.

► “Es que cuando hay problemas económicos...se puede perder el con-

trol”. Referido a una agresión a una mujer.

► “Si me pasara a mí, ¡a buenas horas me iba a quedar con él!”, se escu-cha en la conversación que mantienen dos amigas de una mujer que cono-cen está siendo agredida por su pareja.

► “Va con el oficio”, destaca una persona ante la muerte de una prostituta.

► “Es que no era una mujer de su casa”, se justifica así en un grupo de

amigos una agresión a una mujer por parte de su pareja.

► “No digo que la mate, pero es que cuando te separas… te quitan todo”, le comenta un amigo a otro leyendo en la prensa la noticia del último asesi-nato de una mujer por su expareja.

► “Se lo estaba buscando…”, afirma una amiga a otra al enterarse de que

una joven ha sido violada en una discoteca.

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► “Es que ahora no aguantan nada”, refiriéndose a las mujeres.

► “Los niños necesitan a su padre”, con este argumento se mantienen mu-chas parejas donde se produce violencia contra la mujer.

► “Fíjate que suerte, como es una maltratada, le han dado una ayuda

económica”. La violencia de la mujeres está más que demostrada que no tiene que ver con el nivel económica, ni educativo, ni tampoco con la presencia de adicciones. Las mu-jeres maltratadas no son las responsables y a muchas, es precisamente el daño recibido lo que las dificulta tomar decisiones. Todas necesitan de su entorno y en la medida en que nada ni nadie justifique la violencia, ésta irá desaparecien-do. Es precisamente la desigualdad, la injustica y las falsas creencias, lo que permite que el aprendizaje de la violencia se produzca de generación en generación. Por ello resulta tan importante la sensibilización y prevención en ésta problemática. El Informe “Actitudes de la población ante la violencia de género en España”, destaca las siguientes conclusiones:

► Desconocimiento generalizado entre la sociedad del papel que realizan las Instituciones en la lucha contra la violencia de género.

► Predominio de imagen de ineficacia y estancamiento en esta lucha, por la transmisión de noticias que centran el foco de interés en los asesinatos y no en los progresos que se están logrando.

► Sentimiento de recelo por parte de un gran segmente de población, mayori-tariamente masculina, que se sitúa a la defensiva por considerar que las políticas existentes son demasiado polarizadas.

► Sentimiento de ineficacia por parte de un amplio sector de mujeres, acercar de las políticas de erradicación de la violencia de género que se vienen rea-lizando, pues se incide mucho más en la denuncia y en los sistemas de pro-tección que en el ámbito de prevención.

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HACER DE LOS DERECHOS UNA REALIDAD La sociedad en la que vivimos muestra su preocupación por la eliminación de todo tipo de actuaciones violentas hacia las mujeres, y así lo reflejan las normativas tanto a nivel internacional como estatal que abor-dan esta temática. Esta elaboración de nor-mativas supone un reflejo del cambio de pen-samiento, que cada vez más, considera la violencia de género como un problema de carácter social y no privado. Veamos, muy brevemente, como se desarro-lla la normativa relativa a la violencia de género. A nivel internacional la Carta de Santa Francisco que da origen a la Organización de las Naciones Unidas, en 1945, establece explícitamente en su artículo 1 que entre sus propósitos está “realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social y cultural o humanitario y en el desarrollo y estímulo de respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexos, idioma o religión”. Un año después se crea la Comisión de Derechos Humanos y la Subcomisión so-bre la situación de las mujeres y, unos meses más tarde, nace la Comisión sobre la situación jurídica y social de las mujeres. Así llegamos al año 1948 en el que se aprueba la Declaración Universal de Derechos Humanos, donde se establece la igualdad de derechos entre mujeres y hombres. Sin embargo, esta declaración asimilaba lo masculino como lo neutro universal, así todas aquellas violaciones de los Derechos Humanos de las que no son objeto los hombres, porque afectan de forma exclusiva a las mujeres (como el caso de la violencia de género), no queda-ban contempladas.

3.

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17 SENSIBILIZACIÓN Y PREVENCIÓN EN VIOLENCIA DE GÉNERO

En el año 1975 tiene lugar la I Conferencia Mundial sobre las mujeres, celebrada en México, que señala “el objetivo principal de la educación social será ense-ñar a respetar la integridad física de la mujer, declarándose que el cuerpo humano, sea de hombre o mujer, es inviolable”. En la segunda Conferencia, que tuvo lugar en Copenhague en 1980, se reconoce que “la violencia contra las mujeres es el crimen encubierto más frecuente del mundo”. En la III Conferencia mundial sobre las mujeres en 1985 y en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Derechos Humanos, en 1993, se da respuesta a la demandas de las mujeres: los derechos de las mujeres son considerados como Derechos Humanos y la lucha contra la discriminación de las mujeres será reconocida, formalmente, como una prioridad internacional. Este reconocimiento sin precedentes permite perseguir la violencia de género co-mo un crimen contra la humanidad. Además, contempla, no sólo las agresiones físicas, sino las piscologías y sexuales también, y además los actos de coacción y amenaza. La IV Conferencia Mundial, celebrada en 1995, elabora varios documentos orien-tados a eliminar los obstáculos a la participación de las mujeres en todas las esfe-ras de la vida pública y privada. A nivel europeo, cabe destacar el tratado de Ámsterdam, de 1999, que establece integrar en todas las políticas y acciones de la Unión y de los Estados miembros, la igualdad entre mujeres y hombres y la eliminación de las discriminaciones por razón de sexo. Otras normas que encontramos:

► Directiva 2002/73/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, relativa a la aplicación del principio de igualdad de trato entre hombres y mujeres en lo que se refiere al acceso al empleo, a la formación y a la promoción profe-sionales, y a las condiciones de trabajo. En ella se refiere al acoso sexual.

► Directiva del Consejo 2004/113/CE, por la que se aplica el principio de

igualdad de trato entre hombres y mujeres en el acceso a bienes y servicios y su suministro.

► Resolución del Parlamento Europeo, 26 de noviembre de 2009, sobre la eliminación de la violencia contra la mujer en la línea de las Naciones Uni-

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18 SENSIBILIZACIÓN Y PREVENCIÓN EN VIOLENCIA DE GÉNERO

das, que identificó la violencia de género como una violación de los Dere-chos Humanos cuyo origen es la desigualdad entre mujeres y hombres.

Del mismo modo, encontramos una serie de normativas a nivel estatal que se en-cargan de hacer efectivos los derechos de las mujeres. Así destacamos:

► Ley 27/2003, de 31 de julio, reguladora de la Orden de Protección de las víctimas de la Violencia Doméstica.

► Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Inte-gral contra la Violencia de Género.

► Real Decreto 1452/2005, de 2 de diciembre por el que se regula la ayuda económica establecida en el artículo 27 de la Ley orgánica 1/2004.

► Real decreto 1917/2008, de 21 de noviembre, por el que se aprueba el programa de inserción sociolaboral para mujeres víctimas de violencia de género.

A pesar de tener un marco legal establecido relativo a esta problemática, no resul-ta suficiente para conseguir su erradicación. Es por ello, que todas estas medi-das legales se deben completar con actuaciones de sensibilización y pre-vención, para lo que la educación desarrolla un papel central.

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19 SENSIBILIZACIÓN Y PREVENCIÓN EN VIOLENCIA DE GÉNERO

PREVENCIÓN ¿PARA HOMBRES O PARA MUJE-RES? ¿A QUÍEN CONCIENCIAMOS?

La histórica violencia de los hombres contra las mujeres ha sido consentida por toda la sociedad y por tanto, no es posible pensar en sensibilizar o trabajar la prevención con una sola parte de ella. Personas adolescentes, jóvenes, mayores, de cualquier condición social, econó-mica, cultural, de las ciudades o de las zonas rurales, personas nacionales o extranjeras, y de cualquier sexo, han de ser público objetivo de la prevención. El Instituto de la Mujer define el concepto de prevención como “el desarrollo de medidas preventivas para evitar que se desencadene una determinada situación”. Dentro del área de la prevención, podemos distinguir entre dos grandes niveles (siguiendo la clasificación de Hurrelmann, 1997): por un lado la Intervención pri-maria o preventiva propiamente dicha; por otro lado la Intervención secundaria o correctiva.

► Intervención primaria pretende eliminar la aparición de diferentes medidas desadaptativas interviniendo sobre las causas que las provocan. Considera interesante incidir sobre los recursos personales para capacitar ante una vi-da social; a la vez que actúa sobre el medio en el que se desarrolla la per-sona., mediante el análisis crítico de diferentes representaciones sociales.

► La intervención secundaria o correctiva trabaja con una población de ma-yor riesgo, intentando corregir los patrones de comportamiento, previniendo la repetición, el incremento o la consolidación. Es el caso del trabajo especí-fico con maltratadores o con víctimas.

4.

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20 SENSIBILIZACIÓN Y PREVENCIÓN EN VIOLENCIA DE GÉNERO

Visibilizar y desnaturalizar las violencias, es una responsabilidad de to-dos y todas. Nos interesa especialmente la intervención primaria, ya que el objetivo no es sólo intervenir en los casos en los que se ha detectado una situación de vio-lencia de género, sino que más bien, desde la prevención se persigue el objeti-vo de que esta violencia no aparezcan nunca en la vida de las personas.

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21 SENSIBILIZACIÓN Y PREVENCIÓN EN VIOLENCIA DE GÉNERO

CLAVES Y ESTRATEGIAS PARA LA PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO Y LA PROMO-CIÓN DE LA IGUALDAD

En el caso de la Prevención Primaria, la princi-pal estrategia es la educativa. La Prevención Primaria se dirige a grupos y co-lectivos, no se trata de una actuación individual. Se orienta fundamentalmente a las generaciones jóvenes. Niños y niñas son educados en Igualdad con la intención de que construyan unas pautas de comportamiento, creencias y actitudes que mejoraren su empoderamiento e independencia personal y las actuales relaciones entre mujeres y hombres y que, por tanto, eviten la violencia. Un criterio esencial para trabajar la prevención consiste en proporcionar informa-ción, ideas y propuestas para la actuación, incorporando valores que eviten la vio-lencia y descalifiquen aquellos que la propicien. VALORES QUE EVITARÍAN LA VIOLENCIA

VALORES QUE PROPICIAN SITUACIONES DE VIOLENCIA

Creer en los efectos positivos de la igualdad para toda la sociedad. La valoración de la persona sin considerar su sexo ni su imagen, ni su país de origen, ni si presenta o no discapacidad, ni su edad, etc. La diferencia y la diversidad como riqueza.

La necesidad de completarse con otra persona. El peso de las tradiciones, las religiones, las culturas…, que sitúan a las mujeres en papeles de subordinación. Las relaciones desigualitarias, no basadas en el respeto y la libertad, sino en el ejercicio de po-der.

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La interacción como riqueza desde la indivi-dualidad. El valor de la autonomía individual entendida como que cada persona es un ser completo. La solidaridad y la responsabilidad social. La equidad en el trato con el resto de los se-res humanos. La igualdad de oportunidades para todas las personas. El respeto mutuo y la libertad individual. La participación de todas las personas en la toma de decisiones. El valor de todos los trabajos por igual, tanto los productivos como los reproductivos. El valor de la no violencia en la gestión de los conflictos. El valor del amor en igualdad.

La desigualdad social y la discriminación de mujeres. La minusvaloración de todas aquellas personas que se salen del patrón mayoritario. La valoración de las personas en función de su imagen, de su edad, de su país de origen, etc. La banalización de las relaciones afectivas y sexuales. La comercialización de los modelos sexuales. La utilización del cuerpo de las mujeres. La normalización de la violencia como forma de resolución de conflictos. La educación que se da a las mujeres, sobre bases de indefensión y dependencia. La creencia de que las mujeres, por el hecho de serlo, pueden ser agredidas. El modelo tradicional de masculinidad y femini-dad.

Fuente: Federación Española de Municipios y Provincias, 2007.

Sabemos, que a pesar de haberse producido avances en materia de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en las últimas décadas, pervive un modelo social basado en la adjudicación de roles diferenciados en función del sexo que fomenta normas y valores que perpetúan la posición de inferioridad de las muje-res, que en última instancia se configuran como la razón última de la violencia de género. La violencia de género es descrita como la expresión más brutal de las desigualdades sociales. Por ello, la prevención en violencia de género debe incidir muy especialmente sobre estos factores, promoviendo una nueva forma de entender las relaciones entre hombres y mujeres.

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Las buenas prácticas en materia de prevención deben basarse, según las Nacio-nes Unidas, en los siguientes principios orientadores:

► Dar prioridad a la prevención de la violencia contra la mujer en todas las políticas y programas.

► Asignar en todos los sectores recursos específicos para las actividades de prevención.

► Buscar apoyo político para inversiones sostenidas a largo plazo en preven-ción.

► Elaborar estrategias de prevención que enfrenten las causas de la violencia contra la mujer, en particular la persistencia de los estereotipos de género.

► Determinar objetivos claros, en los que se definan qué es lo que se quiere cambiar mediante las estrategias de prevención y cómo, estableciendo un proceso de seguimiento y evaluación.

► Garantizar que las perspectivas y las voces de las mujeres, en particular órganos gubernamentales, organizaciones no gubernamentales, organiza-ciones de trabajadores y empresarios y líderes comunitarios locales, para elaborar estrategias inclusivas eficaces.

► Compromete proactivamente a los hombres y los niños en la elaboración y la aplicación de estrategias para la prevención de la violencia masculina contra la mujer.

► Hacer hincapié en que la violencia contra la mujer es inaceptable y su elimi-nación es una responsabilidad pública.

► Promover la seguridad de las mujeres, en caso necesario modificando los ambientes físicos.

► Garantizar que los esfuerzos de prevención sean holísticos.

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24 SENSIBILIZACIÓN Y PREVENCIÓN EN VIOLENCIA DE GÉNERO

Entre las estrategias sugeridas para la prevención de la violencia de género, se pueden incluir:

► Campañas y actividades de promoción, en especial campañas encami-nadas a transmitir el mensaje de que es inaceptable la violencia hacia la mujer.

► Movilización comunitaria. Estas estrategias pueden contribuir a la preven-ción de la violencia de género, a través de la consecución del compromiso de todos los niveles de la sociedad, entre ellos, representantes de los go-biernos locales, líderes de la comunidad, organizaciones no gubernamenta-les y grupos de mujeres.

► Trabajo con los hombres. La lucha por transformar las relaciones de

género y eliminar la violencia contra la mujer no puede tener éxito sin la par-ticipación de los hombres. Comprometer a los hombres en la aceptación y respaldo de los nuevos roles a desempeñar por las mujeres resultan claves para poner fin a la tolerancia social ante la violencia ejercida contra las mu-jeres.

► La capacitación y la sensibilización de los periodistas y otros profe-

sionales de la comunicación que informan sobre la violencia contra la mu-jer, lo que va a contribuir a mejorar la calidad de la información y a elevar el nivel de conciencia y comprensión de las causas y consecuencias de la vio-lencia contra la mujer por parte del público en general.

► Educación y fortalecimiento de capacidades en el sistema escolar. El

sistema de educación formal puede ser clave como lugar para elevar el ni-vel de conciencia acerca de la violencia de género y a atacar y erradicar los estereotipos de género presentes en la sociedad.

La violencia no es violencia cuando llega a casos de agresiones físicas graves; la violencia de género es pensar que un chico que liga mucho es un machote una chica una guarra; es violencia de género pensar que un hombre solo sea un solte-ro de oro y una mujer sola una “lesbiana” o “solterona”; es violencia de género que los chicos y los hombres continúen teniendo ciertos privilegios que la sociedad no cuestiona; es violencia de género que la mayoría de chicas y mujeres hayan de conciliar la vida laboral con toda la carga y responsabilidad de la esfera privada; es violencia de género que a los chicos no se les permita ser débiles, tiernos, no ser

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los mejores, no ser el número 1, no ser exitosos en la vida, no ser duros y fuertes y no resolver los conflictos a través de la violencia; es violencia de género que las chicas crean todavía en el príncipe azul y todos los mitos del amor romántico; es violencia de género educar a las chicas en la sumisión y en la modestia mal en-tendida; es violencia de género que se utilicen los celos como mecanismo de con-trol de la pareja y en cambio no se apuesto por las relaciones de confianza; es vio-lencia de género pensar que las drogas, el alcohol, ciertas vestimentas y actitudes de las chicas sean atenuantes de la violencia de género; es violencia de género no deja vivir la sexualidad como un placer y con libertad y responsabilidad de cada persona; es violencia de género castrar a los chicos emocionalmente y castrar a las chicas sexualmente; es violencia de género pensar que el amor lo puede todo y que el amor nos hacer sufrir; es violencia de género pensar que precisamente la violencia de género sea un asunto privado entre al agresor y la víctima”

Gaírin Sallán, J. (2007). “Aproximación a la temática de género”

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PRINCIPIOS DE LA PREVENCIÓN EN VIOLENCIA DE GÉNERO

Principios: son aquellas ideas que guiarán el trabajo independientemente de las circunstancias en las que se desarrolle. Nos aportan claridad ante diversas inter-pretaciones o situaciones que pueden surgir de forma imprevista en las activida-des de prevención.

Es importante tener en cuenta que las personas actúan, hablan y piensan de de-terminada forma, debido a la información que la sociedad les proporciona y a las experiencias que viven en su día a día. Las ideas son transmitidas desde que nacemos a través de diversas instituciones como la familia, la escuela o el Estado. Estas ideas llevan implícitas mensajes so-bre lo que una persona debe pensar y sentir en referencia a determinados temas. Sin embargo, no es un efecto lineal, no es que las instituciones les digan como pensar y así actúen, ya que las personas reflexionan y generan sus propias ideas, así como sus decisiones. Del mismo modo, sus pensamientos van construyendo la sociedad, por lo que finalmente, podemos decir, que lo que se produce es una re-troalimentación entre instituciones y personas. Es importante que las personas facilitadoras de grupos partan de esta idea, en el sentido de que la realidad siempre se está construyendo.

Partiendo de las ideas humanistas se reconoce que la persona siempre desea me-jorar. La persona mejora cuando encuentra información significativa que la orienta y le permite decidir una nueva forma de actuar. Desde esta perspectiva, debemos partir de la idea de que toda persona desea mejorar si tiene la información y las condiciones para hacerlo, y esa mejorar es un proceso de cambio persona que cada uno realiza de acuerdo a sus circunstancias y posibilidades; esto es, nadie

Principio de mejora continua

Principio humanista y educativo

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cambia a nadie, pero podemos facilitar los procesos de cambio de la persona a través de la información y la formación. Por ello es tan importante ofrecer un espacio de reflexión sobre las relaciones de género a hombres y mujeres.

Es muy importante, cuando trabajamos en la prevención de una problemática tan grave, que la persona facilitadora nunca justifique un acto de violencia ni en las dinámicas de trabajo, ni en las relaciones de las personas que asisten a los gru-pos. No olvidemos que quién ejerce una agresión tiene una situación emocional debilitada, y además suele encontrase socialmente aislado/a. La no violencia im-plica que las personas reconozcan sus sentimientos de malestar en el momento del conflicto, y que decidan llorar, salirse de la situación, expresar su dolor, y que así pueda encontrar soluciones sin agredir ni violentar a nadie.

Va seguida del principio de no violencia e implica una actitud de auto-observación donde el facilitador/a se asegure de no usar su poder, de forma negativa, frente al grupo cuando realice actividades. Hacer uso del poder es positivo cuando la intención es la de facilitar el empodera-miento de las mujeres, y propiciar un análisis crítico del abuso de poder en el caso de los hombres.

El trabajo en la comunidad implica llevar las actividades relacionadas con la temá-tica de género a espacios relativamente abiertos. Para su correcta aceptación, es adecuado desarrollar un diagnóstico comunitario a través de cuestionarios o entre-vistas con las personas de la misma comunidad o mediante la acción participativa. La idea de realizar dicho diagnóstico es la de disponer de una información de base sobre la comunidad con la que se van a realizar las actividades de prevención, y de esta forma adaptar las dinámicas para que su impacto pueda ser mayor.

Principio comunitario

Principio de uso responsable del poder

Principio de la no violencia

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Otro aspecto a considerar, es que la persona facilitadora de las actividades vaya acompañada de una persona con autoridad ante el público con el que se va iniciar el trabajo. Las actividades preventivas en violencia de género son un tema muy sensible para la población, y hay que saber abordarlas con delicadeza.

El principio comunitario reconoce que hay que tener además capacidad de adap-tabilidad. Los espacios no siempre van a ser los más idóneos (podemos encon-trarnos realizando las actividades en campo abierto, en canchas de fútbol; en sa-lones de clase con mínimas condiciones, etc.). También puede ocurrir que haya participantes que falten, o lleguen cuando la actividad lleva unas horas en funcio-namiento; que las personas lleguen cansadas de trabajar o de estudiar; que tenga que salir antes porque los hijos ese día salgan más temprano de la escuela, etc. Los motivos que obligan a cambiar una agenda pueden ser múltiples, y es impor-tante tener flexibilidad sin perder de vista los objetivos. Es importante que la persona facilitadora de las actividades transmita la idea al grupo de participantes de que siempre es importante revisar más sobre los temas que se dan, esto es, que vivan que el proceso de aprendizaje es constante y que pueden continuar desde la lectura personal, pasando por la organización de nue-vas charlas o talleres, hasta la asistencias, si exista la posibilidad, por las Institu-ciones de donde es el personal que la brinda.

Principio de adaptabilidad

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ACTIVIDADES PREVENTIVAS EN VIOLENCIA DE GÉNERO

Trabajar el tema de la violencia de género, aun cuando se trata de actividades preventivas, es muy delicado. Aquí sugerimos algunas dinámicas de actividades que podemos llevar a la práctica, siempre adaptadas al público que sea nuestro objeto de intervención, pues naturalmente, dependerá en gran medida de si traba-jamos con menores, con personas adultas, sólo con mujeres o con hombres, etc. Consejos para facilitadores y facilitadoras: Las dinámicas que se presentan pueden resultar de gran utilidad a la hora de im-plementar un taller. Sin embargo, se recomienda seguir los consejos que a conti-nuación se muestran:

► Los talleres deberán simplificarse o adaptarse cuando sea preciso en base al contexto sociocultural de los participantes sin que por ello sea preciso cambiar los objetivos de las sesiones programadas.

► Las personas facilitadoras deberán preparar los talleres con antelación para

poder de esta forma familiarizarse con todas las sesiones y actividades, y poder informar al grupo de participantes de una forma clara. La persona fa-cilitadora podrá, además, contar con la ayuda de colaboradores especialista externos en algunas de las principales cuestiones planteadas.

► Las personas facilitadoras del grupo deben preparar sus propias actividades de estimulación (actividades cortas que se intercalan en el taller en distintos momentos para mantener la actividad y la atención de los y las participan-tes) y también deben plantearse la utilización de técnicas distintas para di-vidir a los y las participantes en grupos.

► Al inicio de cada sesión, la persona facilitadora debe comprobar que dispo-ne de todos los materiales necesarios para su realización.

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30 SENSIBILIZACIÓN Y PREVENCIÓN EN VIOLENCIA DE GÉNERO

► Se recomienda a las personas facilitadoras que presenten una delicada atención a la naturaleza de los temas que sean debatidos.

► Se recomienda que para cada una de las sesiones, la persona facilitadora de la dinámica:

• Plantee la importancia del respeto durante cada sesión. • Tenga clara su función de facilitadora mientras dirija los talleres. • Informe a los y las participantes de los contenidos que se exami-

narán y les explica claramente cuáles son los objetivos que se van a seguir.

Ilustración: Forges

Nunca forzar a nadie a que se comporte de una forma inapropiada, y por supuesto respetar las diferentes ideologías que nos podamos encontrar. El conjunto de dinámicas, debe perseguir los siguientes objetivos en relación a la prevención de la violencia de género:

► Vivenciar el camino de la igualdad entre géneros.

► Fomentar la construcción de una identidad individual, no sexista y no violen-ta.

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► Favorecer la adquisición de habilidades para enfrentar las situaciones de maltrato.

► Potenciar relaciones igualitarias y la solidaridad con las víctimas de la vio-lencia de género.

Duración de la actividad: 60 minutos. Objetivo: establecer reglas de trabajo dentro del grupo en relación a la perspecti-va de género. Es una actividad muy recomendable para usar en una primera se-sión de trabajo preventivo. Procedimiento:

► La persona facilitadora expondrá la importancia de que en todo grupo exis-tan una serie de reglas y acuerdos claros que hagan posible un ambiente de trabajo seguro y respetuoso para todos/as.

► El grupo se dividirá en dos grupos. Es preferible distinguir ente mujeres y hombres ya que facilitará analizar las diferentes concepciones que cada co-lectivo tiene acerca de las relaciones de género. A continuación se le solici-tará a cada grupo que ponga por escrito una serie de normas acerca de lo que es válido y no dentro del grupo, en definitiva, de qué actitudes se van a permitir y cuáles serán sancionadas.

► Posteriormente, cada grupo expondrá sus conclusiones. En conjunto se re-flexionará acerca de qué decisiones son las más adecuadas para todo el conjunto, y se establecerá una sola hoja de normas.

Notas: Generalmente al realizar esta dinámica se encontrarán aspectos comunes. Ambos hablarán de comunicación, de respeto, de escucha, etc. Es probable que perciba-mos que las mujeres hablan más de temas relacionados con los sentimientos. La dinámica quedará completa si añadimos breves reflexiones acerca de las diferen-

Posible Actividad 1: “Establezcamos nuestras propias reglas con perspectiva de género”

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cias y coincidencias encontradas, pero sin que pueda tener lugar un confronta-miento, sino más bien, acercarnos a una visión más práctica sobre lo que es útil y lo que no lo es para el trabajo grupal. Por último, añadir que a la dinámica se le podrán dar distintos toques de seriedad según la edad de los participantes, de modo que si nos dirigimos a un grupo de menores podemos enfocarlo más como un juego.

Duración de la actividad: 90 minutos. Objetivo: reflexionar acerca de cómo las relaciones de poder de la sociedad y las formas de castigo repercuten sobre la persona. Procedimiento:

► La persona facilitador pedirá que se conformen dos grupos voluntarios: uno de 6 personas y mixto, y otro de 5 personas también mixto. Se le solicitará al primer grupo que salga de la sala y se acordará con ellos la realización de una actividad (un juego, una representación de teatro, un baile, etc.)

► La persona facilitadora volverá a por el otro grupo de 5 personas, que tam-

bién sacará de la sala, a un espacio diferente del primer grupo. Le indicará que debe interrumpir la actividad del primer grupo, a la pregunta de ¿cómo? Se les dirá que lo hagan como quieran, el único requisito es que esperen a recibir su señal para interrumpir.

► Finalmente, al resto del grupo que quedo en la sala se le pide que “obser-ven y hagan lo que tengan que hacer”. Se le pide al primer grupo que entre e inicie su actividad.

► Una vez que el primer grupo se encuentra haciendo su actividad se le per-mitirá entrar al segundo grupo. Se observará entonces una situación de ca-os, ya que se producirá el bloqueo de las actividades, a veces incluso de forma violenta.

► Lo habitual será encontrar que el público mire a la persona facilitadora es-perando que intervenga. Se dejará que suba el nivel de conflicto y de resis-

Posible Actividad 2: “Relaciones de poder: el papel del conocimiento”

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tencia. Una vez que ha subido mucho el nivel de conflicto se detienen todo y se invita a plenaria.

► En plenaria se le pregunta al primer grupo como se sintió y que expresen cuál fue su mandato. Uno por uno se le va peguntado a las personas del primer grupo. Se hace énfasis en lo que hizo, si ejerció o no violencia, si se resistió y cómo, y si alcanzó su objetivo que era realizar una actividad ante un público. Lo mismo se hace con el segundo y el tercer (público) grupo. Se abre el debate, y no se da ninguna respuesta del facilitador.

► El debate va a girar en torno a que cada uno cumplía su mandato. Final-mente se les preguntará que quién dio la orden con lo que señalaran a la persona facilitadora. Ésta preguntará ¿por qué puedo dar órdenes? A lo que el grupo señalará su formación y estatus superior. Se pretende llegar a la conclusión de que “el conocimiento otorga poder”.

Notas: La reflexión girará en torno al conocimiento y el saber, cómo éste otorga poder de decisión y de actuación a la persona.

Duración de la actividad: 30 minutos. Objetivo: reflexionar acerca de los diferentes roles que se le atribuyen a las per-sonas en función del género. Procedimiento:

► La persona facilitadora esparcirá hojas de periódico de forma aleatoria por el suelo de la habitación.

► Se explicará al grupo de participantes que a la voz de “Andar” deben cami-

nar por la habitación lo más rápidamente posible sin chocar con nadie. Cuando se diga “Persona a persona”, deberán colocarse encima de una hoja de periódico. Sólo pueden colocarse dos personas en una hoja de pe-riódico cada vez.

Posible Actividad 3: “Paseo de género”

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34 SENSIBILIZACIÓN Y PREVENCIÓN EN VIOLENCIA DE GÉNERO

► Una de las personas de la pareja dirá una de las frases que a continuación

se señalan, y la otra tendrá un máximo de dos minutos para comentar. Transcurrido los dos minutos se volverá a dar la voz de “Andar”, y así suce-sivamente. Frases utilizadas:

1. Algo característico de mi género que me gusta hacer.

2. Algo característico de mi género que no me gusta hacer.

3. Algo no característico de mi género que me gusta hacer.

4. Algo no característico de mi género que me gustaría hacer sin que

me censurara.

► Una vez enunciadas y comentadas las frases, la persona facilitadora indi-

cará que se reúnan en grupo de cinco. Irá entregando a cada grupo una hoja de papel, para que escriban sus conclusiones.

► Posteriormente se hará una exposición por grupos, que la persona facilita-

dora podrá completar con sus propias aportaciones.

Duración de la actividad: 30 minutos. Objetivo: tomar conciencia acerca del problema de la invisibilización de la violen-cia de género, de la creencia que es una minoría quien la sufre. Procedimiento:

► La persona facilitadora pedirá al grupo que se siente formando un círculo e invitará a una persona a ponerse de pie en el centro. (Podrán sentarse di-rectamente en el suelo o en sillas).

Posible Actividad 4: “El sol alumbra”

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35 SENSIBILIZACIÓN Y PREVENCIÓN EN VIOLENCIA DE GÉNERO

► Se le pedirá a quién esté en el centro que piense sobre una peculiaridad

suya. Al principio, deberán ser características sencillas, tales como el color de los ojos, el color de alguna prenda que lleven, etc.

► La persona que está en el centro debe pronunciar una frase cómo ésta: “el sol alumbra a la persona que…”, y la termina a su elección: “a la persona que lleve gafas”.

► Cuando se completa la frase, las personas sentadas que han sido descritas en la frase se levantarán y se sentarán en otra silla. La persona que está de pie tratará de ocupar una silla en este momento, y así pasará al centro la persona que quede en pie.

► A medida que avanza el juego, la persona facilitadora debe estimular a que el grupo pase de construir frases simples relacionadas con características físicas a introducir rasgos más variados (como la etnia, la edad, la educa-ción, el idioma, la clase social, la orientación sexual, la zona geográfica).

► El juego se finalizará cuando la persona facilitadora considere que se han citado suficientes identidades.

► Una vez concluido el juego, el grupo volverá a tomar asiento, y se generará un debate en torno a la siguientes cuestiones:

• ¿Cuáles fueron los grupos más grandes? • ¿Cuáles fueron los grupos más pequeños? • ¿Qué se siente al saberse minoría? • ¿Qué se siente al saberse mayoría?

Duración de la actividad: 20 minutos. Objetivo: realizar un análisis reflexivo hacer de las relaciones que construyen en-tre género.

Posible Actividad 5: “Reflexión grupal”

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Procedimiento:

► La persona facilitadora formará varios grupos, de 3 o 5 personas, a los que entregará la siguiente ficha, sobre la que habrán de reflexionar.

Para reflexionar en los equipos. Podemos pensar en el acceso de las mujeres a puestos jerárquicos en

distintos espacios laborales, y preguntarnos: ¿Hay la misma cantidad de mujeres que de varones? ¿acceden de la misma manera? Por igual tarea ¿ganan igual salario?

¿Es posible detectar situaciones de desigualdad de oportunidades para

varones y mujeres en el acceso a puestos de liderazgo y/o a instancias de participar en toma de decisiones importantes en el espacio donde desarrollamos nuestra tarea?

¿Cómo se reparten las tareas cotidianas en los equipos entre varones y

mujeres? ¿Participan por igual de la toma de decisiones? ¿Hablan por igual en las reuniones de trabajo?

Se le pedirá a un miembro de cada equipo que comente las conclusio-nes a las que han llegado. Posteriormente se abrirá un espacio de de-bate conjunto, en el que la persona facilitadora podrá intervenir.

Un aspecto esencial es que el propio material empleado para las dinámicas esté libre de sesgos de género, o puedan dar lugar a interpretaciones inade-cuadas a la violencia de género. Por ello, todo el material empleado debe ser cuidadosamente analizado, pues de otro modo, nuestras acciones estarán perdiendo eficacia. Presentamos una serie de criterios a valorar:

► El marco desde donde se plantea la actuación es el de que la violencia contra las mujeres supone una violación de los derechos humanos.

► El marco desde donde se plantea la actuación es el de que la violencia contra las mujeres es el resultado de una sociedad desigual y discrimi-

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37 SENSIBILIZACIÓN Y PREVENCIÓN EN VIOLENCIA DE GÉNERO

natoria hacia las mujeres.

► El marco desde donde se plantea la actuación recoge que los malos tra-tos, las agresiones sexuales y el acoso sexual son un delito.

► El marco desde donde se plantea la actuación recoge que la violencia

contra las mujeres no es un problema individual y privado, sino social.

► El material, en su texto y sus imágenes, no contiene mensajes sensa-cionalistas.

► El material, en su texto y sus imágenes recoge la diversidad de mujeres

y de hombres.

► El material, en su texto y sus imágenes, no especula y da información veraz y contrastada.

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38 SENSIBILIZACIÓN Y PREVENCIÓN EN VIOLENCIA DE GÉNERO

USO NO SEXISTA DEL LENGUAJE E IMÁGENES No podíamos cerrar el tema sin hacer mención explícita al lenguaje e imágenes que debemos usar. Ya hemos resaltado en varias ocasiones la enorme importan-cia que tienen, y es que, nosotros/as como persona facilitadora de las actividades de prevención, desempeñamos un papel crucial en la transmisión de valores y en la construcción de relaciones igualitarias, sustentadas sobre los principios de la no discriminación y la no violencia. La implantación de una lenguaje no sexista en el ámbito administrativo y su fomen-to en la totalidad de las relaciones sociales, culturales y artísticas (art. 14.12 de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres).

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39 SENSIBILIZACIÓN Y PREVENCIÓN EN VIOLENCIA DE GÉNERO

Desde diversas instituciones, tanto públicas como privadas, se han publicado gu-ías sobre el uso no sexista del vocabulario y de imágenes. A pesar de ello, el len-guaje y las imágenes empleadas siguen caracterizándose por fuertes connotacio-nes sexistas, y es que, cambiar nuestra forma de hablar y de escribir sigue supo-niendo un esfuerzo, ya que tendemos a reproducir los patrones de género en los que hemos sido educados. Por ello ofrecemos una serie de pautas generales que todas las personas debe-mos tener en cuenta, y muy especialmente si trabajamos en materias de violencia de género. Recordemos además, que pensamiento y lenguaje se desarrollan en continua in-fluencia. A la misma vez que el pensamiento utiliza el lenguaje como su forma de creación y expresión, el lenguaje ayuda a reforzar pensamientos y a perpetuarlos. Si los mensajes que estamos percibiendo vienen impregnados de discriminación sexista es fácil intuir que estos nos afectarán a nivel cognitivo, contribuyendo a generar una forma de pensar. Las imágenes vienen a reforzar mensajes y las per-sonas tendemos a normalizar aquello en lo que hemos sido educados a ver, por lo que es muy probable que situaciones de discriminación sexista, como asignar en el material escolar, las imágenes de responsabilidad a figuras masculinas, nos pa-sen desapercibidas, y en nuestra futura vida laboral esta situación sea asimilada y la normalicemos. Los cambios que se vienen sucediendo por el reconocimiento de la igualdad de oportunidades en mujeres y hombres y la eliminación de las distintas formas de violencia por razón de género, requieren que se lleve a cabo una revisión del len-guaje y las imágenes empleadas, lanzando mensajes acordes a los nuevos cam-bios, que ayuden en la construcción de una sociedad no discriminatoria.

Analizando la lengua española, nos encontramos que en sí misma no es sexista, sin embargo si lo es el uso que de ella se hace. El sistema lin-güístico ofrece las suficientes posibilidades para evitar, sin agredir las normas gramatica-les, cualquier discriminación por razón de género.

Uso de un lenguaje no sexista

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40 SENSIBILIZACIÓN Y PREVENCIÓN EN VIOLENCIA DE GÉNERO

Existe una forma muy simple de detectar el sexismo lingüístico, visual y social que podemos aplicar sobre cualquier texto, imagen o situación, es lo que se conoce como la regla de la inversión. Consiste en invertir todas las referencias sexua-das, es decir, si hay un término en masculino, cambiarlo a su correspondiente fe-menino y viceversa: si aparece la imagen de una mujer en un reclamo publicitario, imaginar el mismo reclamo protagonizado por un hombre, y viceversa. Si el resul-tado de la inversión no parece extraño es porque estamos ante algún tipo de sexismo. Del mismo modo, las duales gramáticas, es decir, palabras cuyo significado cambia dependiendo del sexo, son otro reflejo sexista de la sociedad. Es lo que sucede con zorro/zorra u otras palabras quizás no tan conocidas como asisten-te/asistenta:

Asistente (RAE): Persona titulada, cuya profesión es allanar o prevenir difi-cultades de orden social o personal en casos particulares o a grupos de in-dividuos, por medio de consejo, gestiones, informes, ayuda financiera, sani-taria, moral, etc. Asistenta (RAE): mujer que sirve como criada en una casa sin residir en ella y que cobra generalmente por horas; criada seglar que sirve en convento de religiosas de las órdenes militares; en algunas órdenes religiosas de muje-res, monja que asiste, ayuda y suple a la superiora; mujer del antiguo asis-tente; criada que servía en el palacio real a damas, señoras de honor y ca-maristas que habitaban en él.

Muchos de estos usos discriminatorios han desaparecido (ya casi nadie relaciona-do alcaldesa con “mujer del alcalde” o mujer pública con “prostituta”), pero otros aún persisten, detectándose cierta carga despreciativa como reflejo de la cultura. Centrándonos en el lenguaje, en el uso del género gramatical, encontramos que en la lengua española el masculino no solo se emplea para referirse a individuos de sexo masculino, sino también para designar la clase, es decir, a todos los indi-viduos de la especie. Vemos dos ejemplos: El gato es un buen animal de compañ-ía; El hombre es el único animal racional. Por otro lado, cuando se emplea el mas-culino plural se incluye en su designación a seres de uno y otro sexo: En mi barrio hay muchos gatos; Los hombres prehistóricos se vestían con pieles de animales.

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41 SENSIBILIZACIÓN Y PREVENCIÓN EN VIOLENCIA DE GÉNERO

Usamos el masculino como valor genérico en buena medida por una cuestión de economía del lenguaje. El problema aparece cuando se genera ambigüedad, se crea discriminación o se oculta a la mujer. Resulta que tenemos una lengua que es lo suficientemente rica como para no in-currir en malentendidos e imprecisiones. Veamos algunas de las alternativas al uso del masculino genérico, su aplicación y uso va a depender de cada contexto, ya que no todas las opciones funcionan en todas las situaciones de uso:

1. Sustantivos abstractos Sirven para denominar cualidades, sentimientos, emociones, instituciones (rectoría, presidencia, alcaldía, inspección, autoría, adolescencia). Resultan muy útil cuando desconoces el sexo de la persona a la que nos referimos o la institución a la que representa (gerencia, redacción, secretaría…).

► Uso erróneo: Los adolescentes pasan por una etapa de desarrollo per-

sonal complicada.

► Uso correcto: La adolescencia es una etapa de desarrollo personal complicada.

2. Sustantivos colectivos

En su forma plural aluden a un grupo de personas con independencia de su sexo (alumnado, profesorado, personal, juventud, voluntariado, equi-po, funcionariado).

► Uso erróneo: Los alumnos verán reducidas sus horas de clase. ► Uso correcto: El alumnado verá reducidas sus horas de clase.

3. Sustantivos epicenos

Señalan a seres de uno u otro sexo, independientemente de que su género gramatical sea masculino o femenino (persona, víctima, persona-je).

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42 SENSIBILIZACIÓN Y PREVENCIÓN EN VIOLENCIA DE GÉNERO

► Uso erróneo: Bienvenidos a todos a esta nueva edición de cursos. ► Uso correcto: Bienvenidas todas las personas a esta nueva edición de

cursos.

4. Perífrasis

Las vamos a emplear cuando no dispongamos de una palabra que de-signe globalmente a hombres y mujeres. Consiste en construcciones pe-rifrásticas como “comunidad universitaria” “comunidad escolar” “equipo docente” “público lector”.

► Uso erróneo: Publicación de nuevas ayudas para la inserción laboral de

los discapacitados. ► Uso correcto: Publicación de nuevas ayudas para la inserción laboral

de personas discapacitadas.

5. Aposiciones

Se trata de aclaraciones, para hacer visible a la mujer en la forma de es-critura.

► Uso erróneo: El objetivo es promocionar a todos los deportistas ► Uso correcto: El objetivo es promocionar a todos los deportistas, tanto

mujeres como hombres.

6. Desdoblamientos

Consiste en escribir “niños y niñas” “maestros y maestras”, aunque pue-de resultar muy repetitivo, por ello no se recomienza abusar de esta al-ternativa. Su empleo más aconsejado es como señal de cortesía (seño-ras y señores, amigas y amigos) y cuando se trate de cargos profesiona-les tradicionalmente ocupados por hombres o por mujeres, ya que su uso ayuda a romper con la asociación estereotipada al sexo.

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7. Palabras no marcadas

Son aquellas que no tiene género (cónyuge, logopeda, periodista, estu-diante). Su uso es muy práctico.

8. Estructura con “se”

Ayuda a evitar las construcciones en masculino genérico (se solicitará, se recurrirá, se abonará)

► Uso erróneo: El usuario abonará las tasas antes de que finalice el mes.

► Uso correcto: Se abonarán las tasas antes de que finalice el mes.

9. Expresiones sinonímicas

Nos permiten decir lo mismo sin utilizar el masculino genérico.

► Uso erróneo: Hay que respetar los derechos de los demás. ► Uso correcto: Hay que respetar los derechos ajenos.

10. Omisión de masculinos innecesarios

Si revisamos nuestros escritos encontramos palabras que hacen alusión a lo masculino y que resultan innecesarias para transmitir nuestro men-saje, por lo que debemos omitirlas.

► Uso erróneo: La instituciones quiere dirigirse a todos los miembros de

la comunidad. ► Uso correcto: La institución quiere dirigirse a toda la comunidad.

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11. Barras

Se recomiendan usar en impresos y textos esquemáticos, encabeza-mientos de cartas y correos electrónicos (amigos/as, empresario/a), aunque ante todo es preferible optar por soluciones sin variación de género (amistades, personas emprendedoras).

12. Arroba

En los últimos años se ha generalizado el uso de @ para reemplazar la terminación de género (alumn@, discapacitad@). Dado que no es un signo lingüístico, no debe ser empleado en textos de lectura ni en espa-cios formales.

Las imágenes que percibimos tan solo nos muestran un fragmento o una selección de la realidad. Cuando imagen y texto coinciden es fácil interpretar la información, sin embargo, cuando texto e imagen no se corresponden hay que hacer un gran esfuerzo para no malinter-pretar la información. Si, por ejemplo, en una oferta de trabajo pone se necesita personal de limpieza, pero en la imagen solo aparecen limpiadoras, es fácil que malinterprete-mos que se trata de un reclamo de trabajo solo para mujeres.

1. Tipos de imágenes

Los estudios realizados sobre género muestran que existe una tendencia a utilizar imágenes de varones fundamentalmente para las funciones de ex-plicar, verificar y redundar, atendiendo al estereotipo de que los varones re-presentan la autoridad. Por otro lado, se suele recurrir más a personajes femeninos cuando se trata de las funciones sugestiva, estética y lúdica. Pa-ra que se dé un tratamiento igualitario de la imagen debemos utilizar de forma indistinta personas de uno u otro sexo, independientemente de la función que persiga para evitar reforzar estereotipos.

Uso de imágenes no sexistas

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2. Tipos de planos

Tenemos distintos tipos de planos en una imagen: los planos lejanos tiene un valor descriptivo pues se trata de describir a personajes o el entorno; los planos intermedios poseen un valor narrativo, se trata de mostrar la acción de los personajes, y los planos cercanos poseen un valor expresivo, se trata de expresar emociones. Las imágenes publicitarias utilizan los planos cer-canos para mostrar personajes femeninos con muchísimas más frecuencia que masculinos, debido a la presentación del cuerpo de la mujer embelleci-do y erotizado.

3. Utilización de estereotipos

Se tiene a utilizar en las mujeres imágenes con un ángulo picado (el encua-dramiento se realiza de arriba hacia abajo), que las disminuye, mientas que los varones son tomados en planos contrapicados (el encuadre se realiza de abajo arriba), concediéndoles más importancia.

4. Códigos lumínicos y cromáticos

La luz juega un papel muy importante a la hora de transmitir emociones. Por ejemplo, una iluminación suave proporciona una apariencia agradable a los personajes, mientras que una iluminación fuerte, que destaca los contornos mediante contraste, puede provocar una apariencia amenazadora. Además de la luz, también los diferentes colores que empleemos pueden conducir-nos a sesgos sexistas, si asignamos, por ejemplo, los colores cálidos y ale-gres con las imágenes femeninas (con una iluminación suave) y los colores oscuros a los hombres, dando sensación de seriedad.

5. Códigos escenográficos y gestuales

En general, existe la tendencia a mostrar a las mujeres en entornos más familiares e informales que los hombres. Mientras los varones presentan con más frecuencia gestos de satisfacción, actitud seria y seguridad en sí mismos, las mujeres se muestran más cercanas, más infantiles, haciendo mohines…

Los hombres suele ocupar una posición más central (proporcionando activi-dad), mientras que las mujeres suelen aparecer más pasivas (brazos cru-zados, miradas bajas, sentadas, en segundo plano…).

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La publicidad es un buen ejemplo al que recurrir para mostrar la imagen actual de la mujer. Es quizás el espacio donde se muestra en mayor medida subordinada al hombre, sin que el público (nadie de nosotros) quede es-candalizado por ello. Continuamente estamos recibiendo mensajes publici-tarios, que van calando en nuestro subconsciente, interiorizando mensajes que si fueran analizados de forma racional muchos de nosotros rechazar-íamos.

Una provocativa azafata con una cortísima minifalda utilizada como reclamo de una compañía aérea; un vientre con una flecha tatuada señalando el camino hacia el sexo para anunciar una marca de whisky…

La publicidad se mueve en el campo de las sensaciones, las emociones y los sentimientos, y como vemos, no dudan en mostrar una imagen de la mujer en ciertas ocasiones denigrante. La creación publicitaria estructura sus mensajes a partir de estereotipos que existen en la sociedad, pero a la misma vez, con sus campañas, consiguen que estos estereotipos se inten-sifiquen, se trata de un proceso de retroalimentación continuo. Si bien es cierto, que existen empresas publicitarias que incorporan la perspectiva de género en la elaboración de sus campañas publicitarias para transformar los roles de género tradicionales, pero desafortunadamente son las menos.

A pesar de que la utilización de imágenes publicitarias que vayan en contra de la dignidad de la mujer está penada por ley, las denuncias presentadas cada año por asociaciones de mujeres y sindicatos, y los informes publica-dos por el Instituto Nacional de la Mujer, muestran que no se la toman muy enserio.

Hagamos un uso responsable del lenguaje e imágenes de los que hacemos uso en nuestra actividad profesional, pero también en nuestro día a día.

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