Sentencia Contra La Salud
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Sentencia 62/2012-III
S E N T E N C I A
MÉXICO, DISTRITO FEDERAL, VEINTICUATRO DE SEPTIEMBRE DE
DOS MIL DOCE.
V I S T O S para dictar sentencia definitiva en los autos de la causa
penal 62/2012-III, instruida contra RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE como
responsable en la comisión del delito CONTRA LA SALUD, EN SU
MODALIDAD DE NARCOMENUDEO, HIPÓTESIS DE POSESIÓN DEL
ESTUPEFACIENTE CANNABIS SATIVA L., CONOCIDO COMO MARIHUANA,
CON FINES DE COMERCIALIZACIÓN –VENTA-, previsto y sancionado en los
artículos 476 y 479 de la Ley General de Salud, en términos del ordinal 13,
fracción II, del Código Penal Federal.
Encausado, quien actualmente se encuentra privado de su libertad
en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte de esta ciudad , y que el catorce
de julio de dos mil doce, en vía de declaración preparatoria indicó que su
nombre correcto es como se apuntó, no tener apodo, con un tatuaje en el
brazo izquierdo con la imagen de Quetzalcóatl; entender el castellano, no
pertenece a grupo étnico o indígena, originario y vecino de México, Distrito
Federal, con domicilio en calle Santa Cruz 363, edificio 2-B, departamento
101, colonia Los Olivos, delegación Tláhuac; de cincuenta y cuatro años de
edad, por haber nacido el veintiocho de abril de mil novecientos cincuenta
y ocho; hijo de Roberto Gómez Tagle del Valle (finado) y Elisa Lee Obregón
(vive); “divorciado”, con instrucción escolar de secundaria concluida, de
ocupación “plomero”, actividad por la que al momento de su detención
percibía aproximadamente mil pesos semanales; ser la tercera ocasión que
se encuentra a disposición de una autoridad judicial; sí fuma cigarro
comercial, ingiere bebidas embriagantes esporádicamente, ser adicto a la
marihuana desde hacía aproximadamente veinticinco años y no tener
enfermedad alguna (fojas 141 a 144).
R E S U L T A N D O:
PRIMERO. Mediante oficio 1393/2011, recibido a las trece horas del
catorce de julio de dos mil doce por el Secretario del Juzgado autorizado
para recibir promociones urgentes fuera de horario de labores, el Agente
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del Ministerio Público de la Federación adscrito al Segundo Turno en el
Centro de Operación Estratégica de la Subdelegación de Procedimientos
Penales de la Zona Oriente, dependiente de la Subprocuraduría de Control
Regional Procedimientos Penales y Amparo de la Delegación en el Distrito
Federal de la Procuraduría General de la República, consignó la
averiguación previa PGR/DDF/COE-IZTAPA/I/397/2012-07, en la que
ejerció acción penal contra RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE por su probable
responsabilidad penal en la comisión del delito indicado, solicitando
incoarle el proceso penal respectivo (foja 2).
SEGUNDO. En la misma fecha se radicó tal averiguación, a la que
correspondió el registro de causa penal 62/2012-III, lo que se hizo del
conocimiento de la superioridad, se dio la intervención que legalmente le
corresponde a la agente del Ministerio Público de la Federación y entre
otras cuestiones, se ordenó recibir su declaración preparatoria al
encausado de que se trata, a lo que se dio cumplimiento en la misma data
al tenor del acta que a efecto se elaboró (fojas 141 a 144); diligencia que se
realizó en términos de los artículos 153, 154 y 155 del Código Federal de
Procedimientos Penales, en la que estuvo asistido por la Defensora Pública
Federal y en presencia de la representación social de la Federación, ambas
de la adscripción; por lo cual, el diecisiete de julio de dos mil doce se
resolvió su situación jurídica, decretándose auto de formal prisión contra
RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, por su probable responsabilidad en la
comisión del delito CONTRA LA SALUD, EN SU MODALIDAD DE
NARCOMENUDEO, HIPÓTESIS DE POSESIÓN DEL ESTUPEFACIENTE
CANNABIS SATIVA L., CONOCIDO COMO MARIHUANA, CON FINES DE
COMERCIALIZACIÓN –VENTA-, previsto y sancionado en los artículos 476 y
479 de la Ley General de Salud, en términos del ordinal 13, fracción II, del
Código Penal Federal (fojas 147 a 166).
TERCERO. El proceso se tramitó por la vía sumaria y se señalaron las
diez horas del veinte de septiembre de dos mil doce para llevar a cabo la
audiencia de vista a que se refiere el artículo 307 del Código Federal de
Procedimientos Penales, diligencia en la que la agente del Ministerio
Público de la Federación, acusó en definitiva a RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE
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por su responsabilidad penal en la comisión del delito que a cada uno les
atribuyó; de igual forma, la Defensora Pública Federal formuló las propias a
favor de su representado, a las cuales se adhirió, por lo que el proceso
quedó en condiciones de dictar la sentencia definitiva que ahora se
pronuncia; y,
C O N S I D E R A N D O:
PRIMERO. Este Juzgado Federal es legalmente competente para
resolver en definitiva este asunto, ello de conformidad con lo dispuesto en
los artículos 104, fracción I, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, 4°, párrafo primero y 6° del Código Federal de
Procedimientos Penales; 48 y 50, fracción I, inciso a), de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de la Federación, a virtud de que el delito que se atribuye a
RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE está previsto en una ley federal como lo es la
Ley General de Salud; asimismo, también resulta competente en términos
de lo dispuesto en el artículo 474, fracción IV, inciso a), de la Ley General
de Salud, toda vez que el Ministerio Público de la Federación previno en el
conocimiento del presente asunto; de igual manera, con base en el
Acuerdo General 17/2012 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal,
relativo a la determinación del número y límites territoriales de los
circuitos en que se divide el territorio de la República Mexicana; y al
número, a la jurisdicción territorial y especialización por materia de los
Tribunales Colegiados y Unitarios de Circuito, y de los Juzgados de Distrito,
publicado el cuatro de septiembre de dos mil seis en el Diario Oficial de la
Federación.
Tiene aplicación a lo anterior, el criterio sustentado por el Pleno de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la página 859, Tomo
VI, Materia Penal, del Semanario Judicial de la Federación, Quinta Época,
cuyo epígrafe y texto son:
"TRIBUNALES FEDERALES, COMPETENCIA DE LOS. La competencia de los Tribunales Federales en materia penal, sólo se extiende a los casos que se susciten sobre cumplimiento y aplicación de leyes federales, el hecho de que un delito tome su origen en una acusación por un delito federal, no basta para que se surta la competencia de los tribunales de la federación sino que es preciso que, en el caso concreto, se trate de la aplicación de leyes federales."
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SEGUNDO. El primer párrafo del artículo 4 del Código Federal de
Procedimientos Penales, establece:
“Artículo 4. Los procedimientos de preinstrucción, instrucción y primera instancia, así como la segunda instancia ante el tribunal de apelación, constituyen el proceso penal federal, dentro del cual corresponde exclusivamente a los tribunales federales resolver si un hecho es o no delito federal, determinar la responsabilidad o irresponsabilidad penal de las personas acusadas ante ellos e imponer las penas y medidas de seguridad que procedan con arreglo a la ley.”
A su vez, el diverso 94 del mismo ordenamiento, establece:
“Artículo 94. Las resoluciones judiciales, son: las sentencias, si terminan la instancia resolviendo el asunto en lo principal, y autos, en cualquier otro caso.
Toda resolución deberá ser fundada y motivada, expresará la fecha en que se pronuncie y se redactará en forma clara, precisa y congruente con la promoción o actuación procesal que la origine.”
Por su parte, el numeral 95 del ordenamiento legal invocado en
líneas precedentes, aduce:
“Artículo 95. Las sentencias contendrán:I. El lugar en que se pronuncien;II. La designación del tribunal que las dicte;III. Los nombres y apellidos del acusado, su sobrenombre si lo tuviere,
el lugar de su nacimiento, nacionalidad, edad, estado civil, en su caso el grupo étnico indígena al que pertenece, idioma, residencia o domicilio, y ocupación, oficio o profesión.
IV. Un extracto breve de los hechos exclusivamente conducentes a los puntos resolutivos del auto o de la sentencia en su caso, evitando la reproducción innecesaria de constancias.
V. La condenación o absolución que proceda, y los demás puntos resolutivos correspondientes.”
En ese orden de ideas, al tratarse la presente resolución de una
sentencia definitiva, con fundamento en los numerales procesales
transcritos, se analizará si se encuentra acreditada en su integridad la
materialidad del delito de que se trata, así como la plena responsabilidad
penal del aquí acusado y en su caso, imponerle las penas que procedan con
arreglo a la ley.
Además, en atención a que la agente del Ministerio Público con base
en los mismos hechos que fueron materia de la litis en esta causa, formuló
conclusiones acusatorias contra RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, y toda vez
que tanto el acusado como su defensa estuvieron en oportunidad de
contestar esa acusación al tenor de lo argumentado en el desahogo de la
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audiencia de vista celebrada en términos del numeral 307 del Código
Federal de Procedimientos Penales, esta potestad para no violar los
derechos fundamentales de legalidad y seguridad jurídica del acusados,
dictará la sentencia correspondiente sin rebasar los límites de la pretensión
punitiva de la fiscalía federal.
En efecto, la agente del Ministerio Público de la Federación, en la
audiencia de vista, acusó al procesado de marras por el delito ya precisado;
ante lo cual, es pertinente decir que las conclusiones del Ministerio Público
son el acto procesal a través del cual dicho órgano técnico perfecciona su
ejercicio de acción penal, pues en ellas se fija en definitiva el tema y los
alcances de la sentencia, las cuales, de acuerdo a lo preceptuado en el
artículo 293 del Código Federal de Procedimientos Penales, deberán
contener, entre otros tópicos, los elementos constitutivos del delito,
debiendo entender por tal, la totalidad de los componentes de la figura
típicamente descrita en el Código Penal Federal y leyes especiales como
delito.
TERCERO. A efecto de determinar si en la especie se justifica el delito
por el que se acusó, así como la responsabilidad del acusado en su comisión,
por su importancia, destacan los siguientes medios de prueba:
1. Parte informativo y puesta a disposición de doce de julio de dos
mil doce, signado y ratificado por José Caviedes Pérez y Francisco Roberto
Velázquez Flores, Policías de Investigación del Distrito Federal, en el que
indicaron que en esa data, aproximadamente a las catorce horas con
treinta minutos, en el interior del Deportivo San Antonio, ubicado en calle
Lerdo de Tejada y Avenida de las Torres, Barrio San Antonio, delegación
Iztapalapa en esta ciudad, se percataron que una persona del sexo
masculino de edad avanzada le entregó a otro del mismo sexo un cigarro,
quien a su vez le entregó dinero; por lo anterior se aproximaron a éstos,
identificándose como policías de investigación, momento en el que tales
personas pretendieron huir corriendo, logrando dar alcance únicamente a
RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE , a quien al realizarle una revisión le fueron
encontrados en una bolsa de tela color verde tipo “cangurera”, una
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diversa de plástico con once envoltorios de papel color blanco tipo arroz en
forma de cigarrillo, los cuales contenían hierba verde seca, al parecer
marihuana; asimismo, le encontraron $468.50 (cuatrocientos sesenta y
ocho pesos 50/100 M.N.); por lo anterior, fue puesto a disposición de la
autoridad investigadora (fojas 7 y 8).
En la misma fecha, a las preguntas que les formuló la representación
social de la Federación, de idéntica manera respondieron que los hechos
acaecieron en la zona de frontón del deportivo y que el agente
investigador del Distrito Federal José Caviedes Pérez, fue quien aseguró a
RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, por lo que él mismo fue quien embaló el
narcótico y el numerario (fojas 17 a 24).
Elementos policiales, quienes el siete de agosto de dos mil doce, en
vías de ampliación de declaración, ante este órgano jurisdiccional
ratificaron tales manifestaciones, y José Caviedes Pérez, a las preguntas
que le formuló la representación social de la Federación adscrita,
respondió que el día de los hechos le informó al procesado RAFAEL GÓMEZ
TAGLE LEE el motivo por el que lo habían detenido, e incluso les adujo
que desde hace tiempo se dedica a “esa actividad”, ya que había estado
en el reclusorio por el mismo delito y tenía poco de haber salido; en tanto
que, con relación a las preguntas que le formuló la Defensora Pública
Federal, adujo que antes de detener al procesado de que se trata le iban a
practicar una revisión, sin embargo no fue necesario, ya que éste les
mostró sus pertenencias, entre las que se encontraban once cigarrillos o
envoltorios de hierba verde seca, al parecer marihuana, así como el
numerario que consistía en billetes y monedas; además, precisó que el
acusado se encontraba de pie y de frente al declarante al momento en que
sacó sus pertenencias, y que el objeto que le entregó el referido GÓMEZ
TAGLE LEE al sujeto que se dio a la fuga, que al parecer era un cigarrillo,
era de color blanco (fojas 429 a 430).
En tanto que, el agente captor Francisco Roberto Velázquez Flores,
a las preguntas que le formuló la agente del Ministerio Público de la
Federación adscrita, respondió que el día de los hechos le informó al
procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE que iba a ser presentado ante el
Ministerio Público de la Federación por la “venta de enervantes”; mientras
que, a las preguntas de la Defensora Pública Federal, contestó que se
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percató que el sujeto que se dio a la fuga entregó al procesado de marras
un billete azul, y que por ende era de veinte pesos, siendo que a su vez, el
objeto que este último entregó al primero, era un cigarrillo color blanco;
además, precisó que el procesado de que se trata y el sujeto que se dio a la
fuga se encontraban de frente al momento en que se llevó a cabo el
intercambio, pues cuando el encausado estaba caminando se le acercó un
joven que viajaba en bicicleta, conversaron y el procesado de que se
trata, de la cangurera que llevaba consigo sacó un cigarrillo, el cual
entregó al referido sujeto, quien a su vez entregó un billete de color azul,
aclarando el declarante que en ese momento, junto con su compañero, se
encontraban aproximadamente a cinco metros de distancia (foja 431).
2. Inspección de doce de julio de dos mil doce, en la que el agente
del Ministerio Público de la Federación, dio fe de haber tenido a la vista
una bolsa de tela color verde tipo “cangurera”, la cual contiene once
envoltorios de papel color blanco, conteniendo hierba verde y seca, al
parecer marihuana; así como, $468.50 (cuatrocientos sesenta y ocho
pesos 50/100 M.N.), distribuidos de la siguiente manera: cinco billetes de
$50.00 (cincuenta pesos 00/100 M.N.), seis billetes de $20.00 (veinte pesos
00/100 M.N), trece monedas de $5.00 (cinco pesos 00/100 M.N.), quince
monedas de $2.00 (dos pesos 00/100 M.N.), tres monedas de $1.00 (un
peso 00/100 M.N.), y una moneda de cincuenta centavos (50/100 M.N.)
(foja 32).
3. Dictamen en materia de química de doce de julio de dos mil
doce, emitido por los expertos Guadalupe Liliana Hernández Ortiz y Carlos
Pastrana Jiménez, adscritos al Departamento de Química Forense,
dependiente de la Dirección General de Coordinación de Servicios
Periciales de la Procuraduría General de la República, en el que
concluyeron que el vegetal verde y seco contenido en los once envoltorios
de papel blanco, corresponde a Cannabis Sativa L., comúnmente conocido
como Marihuana, considerado como estupefaciente por la Ley General
de Salud, con peso neto recibido de 8.6 (ocho punto seis) gramos (fojas
53 y 54).
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4. Dictamen médico de trece de julio de dos mil doce, elaborado por
la perito oficial Maritza G. Barrantes Beltrán, adscrita a la Departamento de
Medicina Forense, dependiente de la Dirección General de Coordinación
de Servicios Periciales de la Procuraduría General de la República, en el que
concluyó que RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, es farmacodependiente de la
Cannabis Sativa L., comúnmente conocido como Marihuana, y la cantidad
de 8.6 (ocho punto seis gramos) Sí excede para su consumo persona e
inmediato establecido en el artículo 479 de la Ley General de Salud (fojas
58 a 60).
5. Declaración ministerial del procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE
LEE, quien el trece de julio de dos mil doce, ante la representación social
de la Federación, asistido de Defensor Público Federal, luego de que se le
hicieron saber las imputaciones que gravitan en su contra, adujo que eran
falsos los hechos narrados en el parte informativo de los policías
aprehensores, y que los hechos sucedieron de la manera siguiente, que:
aproximadamente a las once horas con treinta minutos del doce de julio de
dos mil doce, circulaba a bordo de su bicicleta en las inmediaciones del
Deportivo San Antonio ubicado en el barrio del mismo nombre, en la
delegación Iztapalapa, llevando consigo en la mano izquierda unas pinzas y
dos desarmadores, siendo que momentáneamente se le emparejó un
vehículo oficial, del cual sus tripulantes se identificaron como policías y le
indicaron que detuviera su marcha, atendiendo tal orden; posteriormente,
los policías se le aproximaron y le indicaron: “que para qué eran los
desarmadores y las pinzas, que si era ratero o andaba robando”,
respondiéndoles que ninguna de las dos cosas, momento en que uno de
ellos le refirió al otro: “se me hace que éste el violador de niños que está
en el retrato hablado”, por lo cual el otro de los policías le refirió al
declarante que lo llevarían ante la denunciante para que lo reconociera,
respondiéndoles que estaban equivocados, indicándole que le iban a
realizar una revisión corporal, respondiéndoles que no era necesario y les
entregó aproximadamente $470.00 (cuatrocientos setenta pesos 00/100
M.N.), que llevaba consigo para completar la renta de la casa que habita,
pues momentos antes un amigo le había prestado $300.00 (trescientos
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00/100 M.N.), ya que venía del mercado en el que su amigo vende
vísceras; asimismo, les entregó once “cigarritos” que pretendía fumarse
entre una semana a quince días, los cuales acababa de elaborar con la
marihuana que había comprado el día anterior en el Barrio de Tepito;
indicándole uno de los policías que “su caso estaba bien para que le
devolvieran la patrulla que le habían quitado (sic)”, preguntándoles que a
qué se referían, contestándole uno de ellos que lo iban a presentar por
venta de droga, diciéndoles que eso era injusto, replicándole uno de ellos
que así eran las cosas y le dieron un “codazo” en la parte superior de la
“boca del estómago” (fojas 64 a 69).
Posteriormente, en vía de declaración preparatoria, ante este
Juzgado Federal asistido de la Defensora Pública Federal, ratificó tal
manifestación y adujo que la marihuana que llevaba consigo era para su
consumo personal, pues la consume desde hace veinticinco años, ya que
lo relaja y hace sentir bien, que el dinero se lo prestó su amigo “Raúl”,
quien tiene su negocio de vísceras en el mercado y el dinero lo quería para
completar su renta, que asciende a $650.00 (seiscientos cincuenta pesos
50/100 M.N.). En esa misma diligencia, a las preguntas que le formuló su
defensa, respondió que iba solo cuando viajaba en su bicicleta, que
consume de tres a cinco cigarrillo de marihuana al día y los que llevaba
consigo al momento en que fue detenido los quería para su consumo,
mismos que acababa de elaborar en el negocio de su compadre “Raúl”, y
desconoce la cantidad exacta permitida para la posesión de los
farmacodependientes o consumidores de marihuana, ya que no sabe de
leyes y únicamente es fumador (fojas 141 a 144).
Procesado, quien el siete de agosto de dos mil doce, al ampliar
declaración ante este Juzgado Federal, debidamente asistido por la
Defensora Pública Federal, ratificó tales manifestaciones y precisó que los
elementos policiales mienten, pues el día de los hechos eran “tres carros
de judiciales al momento de mi detención”, y adujó que cómo era posible
que el supuesto comprador se haya ido corriendo, pues el declarante iba
en una bicicleta y no la otra persona, además, de que su herramienta no
aparece (foja 432).
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6. Oficio DEJDH/SCI/17177/2012, del que se advierte que el
procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE registró dos ingresos a prisión, a
saber: 1) Juzgado Séptimo Penal del Distrito Federal, en la causa penal
139/89, por el delito de robo calificado; y, 2) Juzgado Quinto de Distrito
de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal, en la causa penal
151/06, por el delito de: “calificativas (sic)” (foja 180).
7. Ficha signalética relativa al procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE,
de la que se advierte que éste cuenta con tres ingresos a prisión: 1)
Juzgado Séptimo Penal del Distrito Federal, en la causa penal 139/1989,
por el delito de robo calificado; 2) Juzgado Noveno de Distrito de Procesos
Penales Federales en el Distrito Federal, en la causa penal 260/1989, por
un delito contra la salud; y, 3) Juzgado Quinto de Distrito de Procesos
Penales Federales en el Distrito Federal, en la causa penal 151/06, por un
delito contra la salud, en su modalidad de comercio, hipótesis de venta
(fojas 203 y 204).
8. Documental, consistente en diversas copias relativas a la causa
penal 151/2006, del índice del Juzgado Quinto de Distrito de Procesos
Penales Federales en el Distrito Federal, de las que se advierte que el
cuatro de septiembre de dos mil siete se dictó sentencia condenatoria
contra RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, por su responsabilidad penal en la
comisión del delito CONTRA LA SALUD, EN LA MODALIDAD DE
POSESIÓN CON FINES DE COMERCIO (HIPÓTESIS DE VENTA), DEL
ESTUPEFACIENTE DENOMINADO MARIHUANA, imponiéndosele entre
otra, la pena de trece años nueve meses de prisión; determinación que
fue modificada el veintidós de octubre de dos mil siete por el Sexto
Tribunal Unitario en Materia Penal del Primer Circuito, al resolver los
autos del toca 404/2007, para quedar en once años diez meses de
prisión; siendo que, el dieciséis de octubre de dos mil nueve, resultó
procedente y fundado el incidente no especificado de adecuación de la
pena intentado por el referido sentenciado, QUEDANDO LA REFERIDA
PENA DE PRISIÓN EN CINCO AÑOS, misma que declaró cumplida la
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autoridad ejecutora el ocho de noviembre de dos mil once (fojas 212 a
353).
9. Estudio criminológico practicado a RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE,
en el que se le determinó con adaptabilidad social baja, capacidad
criminal media, riesgo institucional y social relativo, pronóstico
extrainstitucional desfavorable (fojas 258 y 259).
10. Telegrama TN20691161, del que es advierte que el procesado
RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE cuenta con un ingreso a prisión ante el
Juzgado Quinto de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito
Federal, en la causa penal 151/2006, por la comisión de un delito contra la
salud (fojas 360).
11. Documental, consistente en diversas copias relativas a la causa
penal 139/1989, del índice del Juzgado Séptimo Penal del Distrito Federal,
de las que se advierte que el siete de junio de mil novecientos noventa y
tres se dictó sentencia condenatoria contra RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE,
por su responsabilidad penal en la comisión del delito de ROBO
CALIFICADO, imponiéndosele entre otra, la pena de dos años un mes
quince días de prisión; determinación que, en cuanto a este tópico, fue
confirmada el diecinueve de octubre de mil novecientos noventa y tres
por la Décima Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito
Federal, al resolver los autos del toca penal 492/93; decretándose
prescrita la referida sanción corporal el ocho de marzo de dos mil uno,
ante la imposibilidad de dar cumplimiento a la orden de reaprehensión
que en su momento se libró en su contra (fojas 364 a 416).
12. Careos constitucionales de siete de agosto de dos mil doce,
celebrados entre el procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, con los
elementos policiales José Caviedes Pérez y Francisco Roberto Velázquez
Flores, de los que resultó, entre los dos primeros:
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“El procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE: Cuántas patrullas había
en al momento de mi detención; el elemento: No recuerdo; el procesado
RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE: Cómo iba yo, caminado o en mí bicicleta, ya
que tú me agarras a bordo de mi bicicleta con mí herramienta en la mano,
primero me acusas de robo, después de violador ya que tenías un retrato
hablado, y que me ibas a llevar con la persona que me reconociera;
después cuando saco mis pertenecías es que saco la droga, es que me
acusas de la venta; el elemento: Nada de eso es cierto, toda vez que tú
mismo muestras tus pertenencias y tú estabas vendiendo ahí, además me
dijiste que acababas de salir de un reclusorio; El procesado RAFAEL
GÓMEZ TAGLE LEE: Cuántas veces me habías agarrado; el elemento: Fue la
única vez; El procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE: Tú me habías agarrado
dos veces, una vez me encontraste droga y me extorsionaste, la otra vez no
me encontraste nada, y esta vez era la tercera ocasión que me habías
agarrado, como no tenía dinero para darte me acusas de la venta; el
elemento: Nada de esto es cierto, ni es la tercera, ni la cuarta, ni la quinta,
es la primera vez que te detengo; El procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE:
Hay cámaras y testigos en el deportivo; el elemento: Mucho menos se te
pidió ni se te exigió dinero como dices, ni se te acusó de violación, ni por ese
motivo te trasladamos al ministerio Publico de la Federación”.
En esa misma fecha, la defensa del procesado RAFAEL GÓMEZ
TAGLE LEE, interrogó al aludido agente captor, quien respondió que la
forma en que “el sujeto del sexo masculino se acercó al otro sujeto” para
entregar dinero a cambio, al parecer de un cigarrillo, fue caminando, pues
entre ambos se acercaron, se entregan algo y se retiraron, por lo que la
persona que huyó lo hizo corriendo.
En tanto que, del careo sostenido entre el procesado de marras, con
el elemento policial Francisco Roberto Velázquez Flores, se obtuvo:
“El procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE: Cuántas patrullas
estaban ese día de mi detención; el elemento: Nosotros estábamos pie
tierra, y se solicitó el apoyo para trasladar al detenido, llegando dos
unidades más; el procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE: En el momento de
mi detención estaba yo de pie o en bicicleta; el elemento: Tú estabas
caminando en el interior del deportivo; el procesado RAFAEL GÓMEZ
TAGLE LEE: Acuérdate que hay cámaras; el elemento: Por eso lo estoy
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afirmando; el procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE: Cuando ustedes me
detienen estaba yo en mi bicicleta con mi herramienta en la mano, primero
me acusan de robo, luego tú me hiciste el comentario que me parecía a un
retrato hablado de un violador, y que me iban a llevar con un persona para
que me reconociera, y después cuando me registran me encuentran con la
marihuana, y es cuando me acusan de venta; el elemento: Usted mismo
está aceptando que traía la marihuana; el procesado RAFAEL GÓMEZ
TAGLE LEE: Sí, lo acepto; el elemento: Y le recuerdo que usted se dedica a
la venta en el deportivo en las canchas de frontón y siempre está ahí,
además usted sabe que ese es un punto de venta de marihuana; el
procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE: Cuántas veces me has detenido; el
elemento: Es la primera vez que lo he detenido; el procesado RAFAEL
GÓMEZ TAGLE LEE: Antes ya me habías detenido, una vez me
extorsionaste, y la otra vez no me encontraron nada y me dejaron ir; el
elemento: Es la primera vez que te detengo y no te he extorsionado, ni te
he pedido dinero; el procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE: Hay cámaras y
yo venía en mi bicicleta; el elemento: Tú venías caminando; el procesado
RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE: Yo tengo factura de mi bicicleta. Sosteniéndose
cada uno en su dicho”.
Diligencia, en la cual la defensa del procesado RAFAEL GÓMEZ
TAGLE LEE, interrogó al aludido agente captor, quien respondió que el
sujeto que huyó en bicicleta lo hizo con dirección al oriente, hacia la calle
que da al mercado (fojas 432 y 433).
13. Careo procesal de siete de agosto de dos mil doce, celebrado
entre los elementos policiales José Caviedes Pérez y Francisco Roberto
Velázquez Flores, del que resultó:
“El elemento Francisco Roberto Velázquez Flores: Recuerda que la
persona que le compra el cigarrillo al hoy procesado venía una bicicleta; el
elemento José Caviedes Pérez: En el momento yo me percató de esa
persona de esa naturaleza, pero como había mucha gente, posiblemente
viste una bicicleta en el lugar, por esa causa se puede explicar que lo viste;
el elemento Francisco Roberto Velázquez Flores: Puedes tener razón y por
esa causa vi mal, sin embargo el hecho de la compraventa sí se dio;
13
corrigiendo que el comprador venía caminando, no omito señalar que el
lugar de los hechos es un paso transitado y concurrido que lleva de una
calle a la otra, atravesando casi por la mitad al deportivo San Lorenzo”
(fojas 433 y 434).
14. Documentales, consistente en cuatro cartas de “buena
conducta” expedidas por “Ramón Ordonez H. (sic)”, “María Reyes P.”,
María de la Luz Hernández y “Laura Barajas Z.”, a favor del procesado
RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, en las que refieren se trata de una persona
responsable, sin problemas con persona alguna, trabajadora, honrada,
honorable y cooperadora; así como, copia de la credencial expedida a su
favor por “PEOPLE PROJECT”, que lo acredita como plomero, con vigencia
dos mil once (fojas 468 a 472).
15. Oficio 5803, mediante el cual el Juzgado Noveno de Distrito de
Procesos Penales Federales en el Distrito Federal comunica que en los
autos de la causa penal 260/1989 de su índice, el veintinueve de octubre
de mil novecientos ochenta y nueve se dictó auto de formal prisión contra
RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, como probable responsable en la comisión del
delito contra la salud, en la modalidad de posesión del psicotrópico
denominado Rohypnol; determinación que fue revocada el veinte de
marzo de mil novecientos noventa por el Segundo Tribunal Unitario del
Primer Circuito en los autos del toca penal 571/89, emitiendo en su favor
auto de libertad por falta de elementos para procesar, con las reservas de
ley (foja 475).
CUARTO. ELEMENTOS DEL DELITO. De acuerdo con lo anterior es
menester verificar el primer supuesto, es decir, si en el caso concreto se
demostró la existencia de cada uno de los delitos materia de la
acusación, y ante la ausencia de una metodología legalmente establecida
para demostrar tal extremo, esta juzgadora emprenderá su estudio a
través de la comprobación de cada uno de los elementos configurativos de
los ilícitos materia de la acusación, para posteriormente verificar si se
14
Sentencia 62/2012-III
comprueba la tipicidad en la conducta que le atribuye y la antijuridicidad
de ésta.
Al efecto, es necesario transcribir las normas que lo tipifican:
“Artículo 476. Se impondrá de tres a seis años de prisión y de ochenta a trescientos días multa, al que posea algún narcótico de los señalados en la tabla, en cantidad inferior a la que resulte de multiplicar por mil las cantidades previstas en dicha tabla, sin la autorización correspondiente a que se refiere esta Ley, siempre y cuando esa posesión sea con la finalidad de comerciarlos o suministrarlos, aun gratuitamente.”
“Artículo 479. Para los efectos de este capítulo se entiende que el narcótico está destinado para su estricto e inmediato consumo personal, cuando la cantidad del mismo, en cualquiera de sus formas, derivados o preparaciones no exceda de las previstas en el listado siguiente:
Tabla de Orientación de Dosis Máximas de Consumo Personal e Inmediato
Narcótico Dosis máxima de consumo personal e inmediato
Opio 2 gr.
Diacetilmorfina o Heroína 50 mg.Cannabis Sativa, Indica o
Mariguana5 gr.
Cocaína 500 mg.
Lisergida (LSD) 0.015 mg.
MDA, Metilendioxianfetamina
Polvo, granulado o cristal
Tabletas o cápsulas
40 mg. Una unidad con peso no mayor a 200 mg.
MDMA, dl-34-metilendioxi-n-dimetilfeniletilamina
40 mg. Una unidad con peso no mayor a 200 mg.
Metanfetamina 40 mg.Una unidad con peso
no mayor a 200 mg”.
Del contenido de los preceptos transcritos, se desprende que los
elementos del delito CONTRA LA SALUD, EN SU MODALIDAD DE
NARCOMENUDEO, HIPÓTESIS DE POSESIÓN DEL ESTUPEFACIENTE
CANNABIS SATIVA L., CONOCIDO COMO MARIHUANA, CON FINES DE
COMERCIALIZACIÓN –VENTA-, que han de acreditarse, son:
a) La existencia de una sustancia considerada como narcótico por la
Ley General de Salud, en el caso, Cannabis Sativa L., conocida comúnmente
como Marihuana;
b) Que el sujeto activo la tenga dentro del radio de acción y
disponibilidad;
c) Que la posesión se realice en contravención a las disposiciones
penales y de salud vigente; y
15
d) Que la detentación se realice con la finalidad de comercializarla -
venta-.
Así el primer elemento del delito ha estudio, esto es, la existencia
del narcótico constituido en objeto material, se acredita con la inspección
de inspección de doce de julio de dos mil doce, en la que el agente del
Ministerio Público de la Federación, dio fe de haber tenido a la vista una
bolsa de tela color verde tipo “cangurera”, la cual contiene once
envoltorios de papel color blanco, conteniendo hierba verde y seca, al
parecer marihuana; así como, $468.50 (cuatrocientos sesenta y ocho
pesos 50/100 M.N.), distribuidos de la siguiente manera: cinco billetes de
$50.00 (cincuenta pesos 00/100 M.N.), seis billetes de $20.00 (veinte pesos
00/100 M.N), trece monedas de $5.00 (cinco pesos 00/100 M.N.), quince
monedas de $2.00 (dos pesos 00/100 M.N.), tres monedas de $1.00 (un
peso 00/100 M.N.), y una moneda de cincuenta centavos (50/100 M.N.).
Diligencia a la que se otorga pleno valor probatorio en términos del
artículo 284 del Código Federal de Procedimientos Penales, al haberse
practicado por Agente del Ministerio Público de la Federación, quien está
legalmente facultado para ello, en términos del artículo 21 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; pues se practicó
conforme a los diversos numerales 208 y 209 del propio ordenamiento
adjetivo, respecto del vegetal que debido a su materialidad puede ser
apreciado comúnmente a través del sentido de la vista; asimismo, fue
realizada dentro de las facultades otorgadas a funcionario dotado de fe
pública; por tanto, es tendente a acreditar el objeto material y que
constituye en este caso un elemento del delito, es por ello que la ley
otorga a la autoridad investigadora diversas facultades para demostrar los
delitos, dentro de tal potestad se halla la fe ministerial, la cual con base en
la descripción puede ser lo más convincente para satisfacer el
conocimiento y llegar a la certidumbre de la existencia del objeto que debe
apreciarse según los sentidos del actuante, la que puede recaer en
personas, cosas o lugares, y su práctica corresponde a los funcionarios del
Ministerio Público en las diligencias previas al ejercicio de la acción penal,
otorgando la ley adjetiva de la materia y fuero pleno valor probatorio a
dichos actos.
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Sentencia 62/2012-III
Acorde a lo expuesto, es aplicable la tesis de la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en la página 66, del
Tomo 163-168, Segunda Parte, del Semanario Judicial de la Federación,
Séptima Época, del tenor literal siguiente:
“MINISTERIO PÚBLICO, FACULTADES CONSTITUCIONALES DEL, EN LAS DILIGENCIAS DE AVERIGUACIÓN PREVIA. INSPECCIÓN OCULAR. No es atendible el argumento de un inculpado en el sentido de que la inspección ocular y fe ministerial practicadas por el Ministerio Público Federal, carecen de valor probatorio porque se originaron en el período de averiguación y no fueron confirmadas ni practicadas en el período de instrucción, Al respecto debe mencionarse que la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República, en su artículo 3o., fracción I, reglamenta las facultades que sobre el particular concede la Constitución al Ministerio Público Federal, para allegarse medios que acrediten la responsabilidad de los infractores. El valerse de medios para buscar es una facultad de origen y eminentemente privativa del Ministerio Público, porque de no ser así, se encontraría imposibilitado para acudir a los Tribunales a ejercer la acción penal; consecuentemente, a dicha institución le está permitido practicar toda clase de diligencias tendientes a acreditar el cuerpo del delito de un ilícito y la responsabilidad del acusado. Dentro de tal potestad se haya la prueba de inspección, la cual puede ser la más convincente para satisfacer el conocimiento para llegar a la certidumbre de la existencia del objeto o hecho que debe apreciarse, la que puede recaer en personas, cosas o lugares, y su práctica corresponde a los funcionarios del Ministerio Público en las diligencias previas al ejercicio de la acción penal, otorgando la Ley adjetiva pleno valor probatorio a dichos actos; por lo que no se requiere "que sea confirmada o practicada durante el período de instrucción”.
Con relación al vegetal, por su especie y naturaleza resulta
indefectible que normativamente está considerado como estupefaciente
por la Ley General de Salud; sobre todo, que en el caso no rebasa la
cantidad que resulta de multiplicar por mil la cantidad prevista en el
tercer renglón de la Tabla de Orientación de Dosis Máximas de Consumo
Personal e Inmediato prevista por el artículo 479 de esa ley.
Clasificación normativa que se acredita con el dictamen en materia
de química de doce de julio de dos mil doce, emitido por los expertos
Guadalupe Liliana Hernández Ortiz y Carlos Pastrana Jiménez, adscritos al
Departamento de Química Forense, dependiente de la Dirección General
de Coordinación de Servicios Periciales de la Procuraduría General de la
República, en el que concluyeron que el vegetal verde y seco contenido en
los once envoltorios de papel blanco, corresponde a Cannabis Sativa L.,
comúnmente conocido como Marihuana, considerado como
17
estupefaciente por la Ley General de Salud, con peso neto recibido de 8.6
(ocho punto seis) gramos.
Pericial con eficacia demostrativa, pues la información técnica y
quienes la emitieron, oficialmente cuentan con capacidad profesional en el
ejercicio de la misma, sin dato adverso u objeción que desvirtúe la
confiabilidad de lo dictaminado; por el contrario, se apoyó con la
investigación, operaciones y experimentos que sirvieron de fundamento
para su opinión, lo que se apega y satisface los requerimientos de carácter
formal dispuestos por los artículos 234 y 235 del Código Federal de
Procedimientos Penales.
De ahí, que originalmente se le asigne valor indiciario en términos
del artículo 285 del Código Federal de Procedimientos Penales, empero,
adminiculada con las demás pruebas del sumario, y dado que no fue
redargüido por ninguno otro de la misma naturaleza, ni objetado, adquiere
eficacia probatoria plena en términos de los diversos numerales 288 y 290
de ese ordenamiento adjetivo.
Al particular, es aplicable la jurisprudencia 256, de la Primera Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la página 188, del
Tomo II, relativo a la Materia Penal, del último Apéndice al Semanario
Judicial de la Federación, que dice:
“PERITOS. VALOR PROBATORIO DE SU DICTAMEN. Dentro del amplio arbitrio que la ley y la jurisprudencia reconocen a la autoridad judicial para justipreciar los dictámenes periciales, el juzgador puede negarles eficacia probatoria o concederles hasta el valor de prueba plena, eligiendo entre los emitidos en forma legal, o aceptando o desechando el único o los varios que se hubieran rendido, según la idoneidad jurídica que fundada y razonadamente determine respecto de unos y otros”.
Cabe precisar que de conformidad con el texto del artículo 476 de la
Ley General de Salud, se requiere que la cantidad detentada de tal
narcótico, con fines de comercio, en su hipótesis de venta, no rebase la
prevista para éste multiplicada por mil, a efecto de que puedan aplicarse
tales normas; es decir, debe ser inferior a 5,000 ( cinco mil) gramos ó 5.0
(cinco) kilos de marihuana, lo que en el caso acontece, pues por el tamaño
y confección de tal narcótico, de lo cual se dio fe ministerial, en su
conjunto, no rebasan tal parámetro.
18
Sentencia 62/2012-III
Por lo anterior, con el acervo probatorio valorado en el sentido y
alcance precisados, está plenamente demostrado el primer elemento del
delito ha estudio, esto es, la existencia del vegetal constituido en objeto
material del delito, que pericialmente se dictaminó, con el peso y
presentación precisados, corresponden al estupefaciente Cannabis Sativa
L, comúnmente conocido como marihuana, con peso neto recibido de 8.6
(ocho punto seis) gramos.
Ahora bien, la conducta típica del procesado de marras (RAFAEL
GÓMEZ TAGLE LEE) -segundo elemento del delito-, consiste en que el
estupefaciente indicado sea objeto de posesión, debiendo entender por
ésta, de acuerdo con el artículo 473, fracción VI, de la Ley General de
Salud, la tenencia material de narcóticos o cuando se tenga dentro del
radio de acción y disponibilidad de la persona; lo cual, se acredita con la
convergencia circunstancial e interrelacionada de las probanzas siguientes.
Principalmente con el parte informativo y puesta a disposición de
doce de julio de dos mil doce, signado y ratificado por José Caviedes Pérez
y Francisco Roberto Velázquez Flores, Policías de Investigación del Distrito
Federal, en el que indicaron que en esa data, aproximadamente a las
catorce horas con treinta minutos, en el interior del Deportivo San
Antonio, ubicado en calle Lerdo de Tejada y Avenida de las Torres, Barrio
San Antonio, delegación Iztapalapa en esta ciudad, se percataron que una
persona del sexo masculino de edad avanzada le entregó a otro del
mismo sexo un cigarro, quien a su vez le entregó dinero; por lo anterior se
aproximaron a éstos, identificándose como policías de investigación,
momento en el que tales personas pretendieron huir corriendo, logrando
dar alcance únicamente al sujeto activo, a quien al realizarle una revisión
le fueron encontrados en una bolsa de tela color verde tipo “cangurera”,
una diversa de plástico con once envoltorios de papel color blanco tipo
arroz en forma de cigarrillo, los cuales contenían hierba verde seca, al
parecer marihuana; asimismo, le encontraron $468.50 (cuatrocientos
sesenta y ocho pesos 50/100 M.N.); por lo anterior, fue puesto a
disposición de la autoridad investigadora.
En la misma fecha, a las preguntas que les formuló la representación
social de la Federación, de idéntica manera respondieron que los hechos
19
acaecieron en la zona de frontón del deportivo y que el agente
investigador del Distrito Federal José Caviedes Pérez, fue quien aseguró al
agente delictual, por lo que él mismo fue quien embaló el narcótico y el
numerario.
Elementos policiales, quienes el siete de agosto de dos mil doce, en
vías de ampliación de declaración, ante este órgano jurisdiccional
ratificaron tales manifestaciones, y José Caviedes Pérez, a las preguntas
que le formuló la representación social de la Federación adscrita,
respondió que el día de los hechos sí le informó al sujeto activo el motivo
por el que lo habían detenido, e incluso les adujo que desde hace tiempo
se dedica a “esa actividad”, ya que había estado en el reclusorio por el
mismo delito y tenía poco de haber salido; en tanto que, con relación a las
preguntas que le formuló la Defensora Pública Federal, adujo que antes de
detener al procesado de que se trata le iban a practicar una revisión, sin
embargo no fue necesario, ya que éste les mostró sus pertenencias, entre
las que se encontraban once cigarrillos o envoltorios de hierba verde
seca, al parecer marihuana, así como el numerario que consistía en
billetes y monedas; además, precisó que el acusado se encontraba de pie y
de frente al declarante al momento en que sacó sus pertenencias, y el
objeto que le entregó el agente delictual al sujeto que se dio a la fuga, al
parecer era un cigarrillo, era de color blanco.
En tanto que, el agente captor Francisco Roberto Velázquez Flores,
a las preguntas formuladas por la agente del Ministerio Público de la
Federación adscrita, respondió que el día de los hechos le informó al sujeto
activo que iba a ser presentado ante el Ministerio Público de la Federación
por la “venta de enervantes”; mientras que, a las preguntas de la
Defensora Pública Federal, contestó que se percató que el sujeto que se
dio a la fuga entregó al agente delictual un billete azul, y por ende era de
veinte pesos, a su vez, este último entregó al primero, un cigarrillo color
blanco; además, precisó que el encausado de que se trata y el sujeto que
se dio a la fuga se encontraban de frente, pues cuando el acusado estaba
caminando se le acercó un joven que viajaba en bicicleta, conversaron y
el primero, sacó de la cangurera que llevaba consigo, un cigarrillo, el cual
entregó al referido sujeto, quien a su vez entregó un billete de color azul,
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Sentencia 62/2012-III
aclarando el declarante que en ese momento, junto con su compañero, se
encontraban aproximadamente a cinco metros de distancia.
Versión de carácter imputativo, respecto a la posesión de la
sustancia incautada al sujeto activo en la presentación referida, de la que
se dio fe y pericialmente se dictaminó su naturaleza; además, lo declarado
por los policías constituye prueba testimonial con valor probatorio
indiciario, en términos de los artículos 285, 289 y 290 del Código Federal
de Procedimientos Penales, precisamente porque en forma coincidente y
respectiva, esgrimieron diversas manifestaciones con clarificación de datos
que resultan acordes y congruentes al sentido de lo declarado, referente a
la posesión que el sujeto activo ejerció sobre el narcótico que le fue
incautado.
Su declaración es clara y precisa, sin dudas ni reticencias sobre la
sustancia del hecho que manifestaron y circunstancias esenciales, que en
ponderada interrelación con la diligencia en la que se dio fe del narcótico
que se aseguró al acusado, pone de manifiesto que su declaración versó en
relación a los hechos que conocieron por sí mismos.
No se advierte dato alguno para establecer que hayan sido obligados
por fuerza o miedo, impulsados por engaño, error o soborno a declarar
como lo hicieron; ni circunstancias que evidencien que la imputación la
realizan con el simple ánimo de perjudicar al acusado por razones de odio
o rencor; amén, que la detención y la apreciación de los hechos fue en
ejercicio de sus funciones como miembros de una corporación policíaca y
como testigos presenciales de los hechos.
En los aspectos precisados son aplicables las jurisprudencias 257 y
376, de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
consultables, la primera, en la página 188 y, la restante, en la 275, del
Tomo II, relativo a la Materia Penal, del último Apéndice al Semanario
Judicial de la Federación, que dicen:
“POLICÍAS APREHENSORES, VALOR PROBATORIO DE TESTIMONIOS DE. Por cuanto hace a las declaraciones de los agentes aprehensores del acusado de un delito, lejos de estimarse que carecen de independencia para atestiguar en un proceso penal, debe darse a sus declaraciones el valor probatorio que la ley les atribuye, como testigos de los hechos ilícitos que conocieron”; y,
21
“TESTIGOS. APRECIACIÓN DE SUS DECLARACIONES. Las declaraciones de quienes atestiguan en un proceso penal deben valorarse por la autoridad jurisdiccional teniendo en cuenta tanto los elementos de justipreciación concretamente especificados en las normas positivas de la legislación aplicable, como todas las demás circunstancias objetivas y subjetivas que, mediante un proceso lógico y un correcto raciocinio, conduzcan a determinar la mendacidad o veracidad del testimonio sub júdice”.
A lo anterior, se vincula la declaración ministerial del sujeto activo
(RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE), quien el trece de julio de dos mil doce, ante
la representación social de la Federación, adujo que aproximadamente a
las once horas con treinta minutos del doce de julio de dos mil doce,
circulaba a bordo de su bicicleta en las inmediaciones del Deportivo San
Antonio ubicado en el barrio del mismo nombre, en la delegación
Iztapalapa, llevando consigo en la mano izquierda unas pinzas y dos
desarmadores, siendo que momentáneamente se le emparejó un vehículo
oficial, del cual sus tripulantes se identificaron como policías y le indicaron
que detuviera su marcha, atendiendo tal orden; posteriormente, los
policías se le aproximaron y les indicaron que para qué eran los
desarmadores y las pinzas, que si era ratero o andaba robando,
respondiéndoles que ninguna de las dos cosas, momento en que uno de
ellos le refirió al otro: “se me hace que éste es el violador de niños que está
en el retrato hablado”, por lo cual el otro de los policías le refirió al
declarante que lo llevarían ante la denunciante para que lo reconociera,
respondiéndoles que estaban equivocados, indicándole que le iban a
realizar una revisión corporal, a lo que les dijo que no era necesario,
entregándoles aproximadamente $470.00 (cuatrocientos setenta pesos
00/100 M.N.), que llevaba consigo para completar la renta de la casa que
habita, pues momentos antes un amigo le había prestado $300.00
(trescientos 00/100 M.N.), pues venía del mercado en el que su amigo
vende vísceras; asimismo, les entregó once “cigarritos” que pretendía
fumarse entre una semana a quince días, los cuales acababa de elaborar
con la marihuana que había comprado el día anterior en el Barrio de
Tepito; indicándole uno de los policías que su caso estaba bien para que le
devolvieran la patrulla que le habían quitado, preguntándoles que a qué se
referían, contestándole uno de ellos que lo iban a presentar por venta de
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Sentencia 62/2012-III
droga, diciéndoles que eso era injusto, replicándole uno de ellos que así
eran las cosas y le dieron un “codazo” en la parte superior de la “boca del
estómago”.
Posteriormente, en vía de declaración preparatoria, ante este
Juzgado Federal ratificó tal manifestación y adujo que la marihuana que
llevaba consigo era para su consumo personal, pues la consume desde
hace veinticinco años, ya que lo relaja y hace sentir bien, que el dinero se
lo prestó su amigo “Raúl”, quien tiene su negocio de vísceras en el
mercado y el dinero lo quería para completar su renta, que asciende a
$650.00 (seiscientos cincuenta pesos 50/100 M.N.); diligencia, en la que a
las preguntas que le formuló su defensa, respondió que iba solo cuando
viajaba en su bicicleta, que consume de tres a cinco cigarrillo de
marihuana al día y los que llevaba consigo al momento en que fue
detenido los quería para su consumo, mismos que acababa de elaborar en
el negocio de su compadre “Raúl”, y desconoce la cantidad exacta
permitida para la posesión de los farmacodependientes o consumidores de
marihuana, ya que no sabe de leyes y únicamente es fumador.
Versión que adquiere el carácter de confesión calificada divisible,
misma que por cuestión de técnica jurídica y economía procesal será
materia de estudio al realizar el pronunciamiento relativo a la
responsabilidad penal.
Por tanto, se tiene que del análisis concatenado del dicho de los
agentes, con la declaración del propio sujeto activo y las probanzas que han
sido citadas en supralíneas, resultan unívocos y convergentes
indiciariamente en el núcleo de lo substancial de la acción delictiva que nos
ocupa, por lo que racionalmente se puede concluir que, apreciados de
manera conjunta conforme a las disposiciones adjetivas que rigen la
prueba circunstancial a que alude el artículo 286 del Código Federal de
Procedimientos Penales, adquieren el valor probatorio pleno y, así, la
prueba en mérito como unidad resulta apta y suficiente para tener por
acreditado el elemento del tipo en análisis.
Así, la valoración relacionada de los datos relativos a la existencia de
la droga y el testimonio preciso de los elementos aprehensores, así como
del propio agente delictual, permiten arribar al convencimiento que el
23
sujeto activo , el día y en el lugar señalados, tuvo en su poder, y por tanto,
bajo su dominio 8.6 (ocho punto seis) gramos de Cannabis Sativa L.,
comúnmente conocida como Marihuana.
Respecto al tercer elemento, consistente en que la conducta se
lleve a cabo en contravención de las disposiciones penales y de salud
vigente, se destaca que del cúmulo probatorio no hay prueba para
demostrar que el agente delictual contara con autorización sanitaria
expedida por la Secretaría de Salud, para poseer en las circunstancias
precisadas el estupefaciente que se le incautó; por tanto, dicho elemento
normativo se acredita de manera negativa, ante la inexistencia de
constancia que lleve a la conclusión contraria.
Lo anterior es así, pues en caso de que el sujeto activo contara con
permiso para detentar el narcótico afecto a la presente causa penal, así lo
hubiera acreditado o al menos, hecho referencia de ello, pues las máximas
de la lógica y experiencia permiten a esta potestad afirmar que quien
cuenta con permiso por parte de las autoridades para llevar a cabo
determinada conducta en sí misma delictual, ello al menos lo manifestará y
en su caso, posteriormente acreditará con la firme intención de evitar el
reproche que pueda fincársele y, consecuentemente, lograr hacer nula la
posibilidad de ser sancionado por la comisión de la conducta que le es
legalmente permitida.
En ese sentido, es manifiesto que con la conducta poseedora ilícita
desplegada por el sujeto activo, se transgredió el bien jurídico tutelado por
la norma, atinente a la salud pública.
Tiene aplicación a lo expuesto, la tesis V/2006, de la Primera Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la página seiscientos
veintiocho, del Tomo XXIII, de febrero de dos mil seis, del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, de la voz:
“ELEMENTOS NORMATIVOS DEL TIPO. EN SU PRECISIÓN EL JUEZ NO DEBE RECURRIR AL USO DE FACULTADES DISCRECIONALES, SINO APRECIARLOS CON UN CRITERIO OBJETIVO, DE ACUERDO CON LA NORMATIVA CORRESPONDIENTE. Los citados elementos fueron establecidos por el legislador para tipificar una determinada conducta, en la que se requiere no sólo describir la acción punible, sino también un juicio de valor por parte del Juez sobre ciertos hechos, cuya acreditación se reduce a constatar la adecuación entre la situación fáctica, que se invoca como la que satisface el requisito contenido en dichos elementos, y el marco jurídico específico correspondiente. En tal sentido, cada vez que el
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Sentencia 62/2012-III
tipo penal contenga una especial alusión a la antijuridicidad de la conducta descrita en él, implicará una específica referencia al mundo normativo, en el que se basa la juridicidad y antijuridicidad. En ese caso, la actividad del Juez no es, como en los elementos descriptivos u objetivos, meramente cognoscitiva, pues no se limita a establecer las pruebas del hecho que acrediten el mecanismo de subsunción en el tipo legal, sino que debe realizar una actividad valorativa a fin de comprobar la antijuridicidad de la conducta del sujeto activo del delito; sin embargo, esta actividad no debe realizarse desde el punto de vista subjetivo del Juez, sino con un criterio objetivo acorde con la normativa correspondiente y, por tanto, al hacer aquella valoración y apreciar los elementos normativos como presupuestos del injusto típico, el Juez no debe recurrir al uso de facultades discrecionales”.
Tocante al diverso elemento del delito, que atañe a la finalidad del
sujeto activo para realizar actos de comercio con el estupefaciente
incautado, específicamente, su venta; cabe destacar, que es de naturaleza
subjetiva, pues se vincula con el ámbito interno del activo y recae sobre la
intención volitiva perseguida por éste con el acto posesorio del narcótico.
Su comprobación resulta mediante inferencias derivadas de hechos
plenamente demostrados, conforme a las reglas de la prueba
circunstancial previstas por el artículo 286 del Código Federal de
Procedimientos Penales, en correlación con el diverso numeral 180, primer
párrafo, del propio ordenamiento.
Efectivamente, es menester engarzar la prueba circunstancial o
también llamada indiciaria prevista por el artículo 286 del Código Federal
de Procedimientos Penales, para acreditar el elemento subjetivo específico
referente a la finalidad del sujeto activo respecto al narcótico incautado.
Cuenta habida, que por su específica naturaleza, deriva la necesidad
de justipreciar el cuadro probatorio en su conjunto sistemático, empero,
apegado a las circunstancias específicas y objetivas que derivan del mismo
para sustraer, a virtud de un método lógico inferencial o inductivo, hechos,
referencias, circunstancias o datos ciertos y objetivos que conlleven en
sentido congruente a la certeza respecto de hechos, eventos y
circunstancias que propiamente constituye el tema de la indagación.
Lo que se justifica, al considerar que un indicio es un hecho
conocido, cierto y objetivo del cual se induce otro u otros hechos
desconocidos, merced a un método lógico, basado en normas generales de
la experiencia o en principios científicos o técnicos; de ahí que los indicios
25
derivan y se constituyen por hechos y circunstancias objetivas y conocidas
que se utilizan como la base del razonamiento lógico argumentativo del
juzgador para, en sentido racional y justificado, arribar a la certeza sobre
hechos diversos de los primeros, pero derivados de estos desde la óptica
causal y lógica.
En este contexto, si bien por sí mismo un indicio en forma
autónoma, singular y aislada pudiera no tener relevancia jurídica, en su
conjunto armónica y sistemáticamente valorados, pueden adquirir eficacia
probatoria plena por relacionarse y vincularse adecuada y lógicamente
entre sí para crear convicción acerca de un hecho jurídicamente
trascendente; empero, sin soslayo que la certeza objetiva y material del
dato o del indicio original, se constituye en requisito o presupuesto
esencial de la prueba circunstancial.
Acorde al tema en particular, son aplicables las jurisprudencias 275 y
276, de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
publicadas en las páginas 201 y 202, del Tomo II, relativo a la Materia
Penal, del último Apéndice al Semanario Judicial de la Federación, que
refieren:
"PRUEBA CIRCUNSTANCIAL, VALORACIÓN DE LA. La prueba circunstancial se basa en el valor incriminatorio de los indicios y tiene, como punto de partida, hechos y circunstancias que están probados y de los cuales se trata de desprender su relación con el hecho inquirido, esto es, ya un dato por completar, ya una incógnita por determinar, ya una hipótesis por verificar, lo mismo sobre la materialidad del delito que sobre la identificación del culpable, y acerca de las circunstancias del acto incriminatorio".
"PRUEBA INDICIARIA, CÓMO OPERA LA, EN MATERIA PENAL. En materia penal, el indicio atañe al mundo de lo fáctico, porque es un hecho acreditado que sirve de medio de prueba, ya no para probar, sino para presumir la existencia de otro hecho desconocido; es decir, existen sucesos que no se pueden demostrar de manera directa por conducto de los medios de prueba regulares como la confesión, testimonio o inspección, sino sólo a través del esfuerzo de razonar silogísticamente, que parte de datos aislados, que se enlazan entre sí, en la mente, para llegar a una conclusión".
La aludida prueba circunstancial se actualiza para acreditar la
apuntada finalidad comercial en la variante de venta del narcótico que
detentó el acusado en los términos precisados; al atender como datos
ciertos y objetivos, prima facie, la existencia material de los
26
Sentencia 62/2012-III
estupefacientes materia del delito, de los cuales se dio fe y pericialmente
se dictaminó su clasificación, gramaje y especie.
Para ello, es menester retomar como indicio preponderante el parte
informe de puesta a disposición de doce de julio de dos mil doce, suscrito
y ratificado por los elementos de la Policía de Investigación del Distrito
Federal, José Caviedes Pérez y Francisco Roberto Velázquez Flores, en el
que respecto a este punto, manifestaron haber observado el momento en
el que el sujeto activo entregó a diversa persona, quien logró huir, un
cigarrillo color blanco a cambio de sendo numerario; objeto el primero,
respecto del cual le fueron encontrados al agente delictual once más en
la cangurera que llevaba consigo, así como $ 468.50 (cuatrocientos
sesenta y ocho pesos 50/100 M.N.), cigarrillos y numerario respecto de los
cuales la autoridad ministerio realizó la inspección que consta en autos, y
con relación al primero, a través del dictamen químico respectivo, se tuvo
la certeza contenían Cannabis Sativa L, comúnmente conocida como
Marihuana, con peso neto recibido en su conjunto de 8.6 (ocho punto seis)
gramos.
Por lo anterior, lo cual, dadas las circunstancias apuntadas, resulta
indefectible que el sujeto activo pretendía comercializar el resto de los
cigarrillos que le fueron encontrados, mismos que contenían una
sustancia considerada como narcótico por la Ley General de Salud,
específicamente marihuana, con peso neto recibido de 8.6 (ocho punto
seis) gramos.
Sin que se soslaye la argucia formulada por el agente delictual, en el
sentido de que tales cigarrillos los quería para su consumo personal; tópico
del cual, como previamente se adujo, será materia de análisis en diverso
apartado.
En estas condiciones, destacan como indicios para integrar la
anunciada prueba circunstancial, en primer término y con carácter
relevante, la mecánica del hallazgo del narcótico y numerario afecto a la
presente causa penal; esto es, haber poseído en la vía pública el narcótico
y numerario afecto a la causa, específicamente en la cangurera que llevaba
consigo al momento en que se encontraba en la vía pública, esto es en el
Deportivo San Antonio, ubicado en calle Lerdo de Tejada y Avenida de las
27
Torres, Barrio San Antonio, delegación Iztapalapa en esta ciudad, máxime
que la detención acaeció con posterioridad que el sujeto activo fue visto
por los elementos policiales al momento en que entregó diverso cigarrillo
color blanco a un tercero, quien a su vez le entregó determinado
numerario.
Datos indiciarios y de carácter objetivo demostrados, que se
adminiculan con la existencia de los once envoltorios de papel color
blanco en forma de cigarro y los $468.50 (cuatrocientos sesenta y ocho
pesos 50/100 M.N.) que fueron asegurados; objetos los primeros, que es
evidente se encuentran dosificados en forma individual, listos para su
cómoda distribución al menudeo, lo cual constituye un indicio adicional
permite inferir que la droga asegurada tenía como destino su venta al
menudeo; entendida esa posesión, por disposición expresa del artículo
473, fracción VI, de la Ley General de Salud, como la tenencia material de
narcóticos o cuando éstos están dentro del radio de acción y
disponibilidad de la persona.
De ahí que es dable afirmar, el valor indiciario asignado a los medios
de prueba enunciados, conforme al artículo 285 del Código Federal de
Procedimientos Penales, enlazado a la luz del diverso 286 del propio
ordenamiento adjetivo, otorgan una serie de datos objetivos e indiciarios
que resultan aptos y suficientes para tener por demostrado el elemento
subjetivo específico del delito, que se identifica con la finalidad de
comercio, específicamente en su modalidad de venta respecto de los 8.6
(ocho punto seis) gramos de Cannabis Sativa L., comúnmente conocida
como marihuana, relacionados con la presente causa penal.
Entonces, la valoración inicialmente indiciaria de los medios de
prueba reseñados y posteriormente adminiculada y circunstancial de las
pruebas analizadas, al tenor de los lineamientos previstos por los artículos
del 284 al 286, y del 288 al 290 del Código Federal de Procedimientos
Penales, conllevan a establecer que éstas resultan aptos, idóneos y
bastantes para acreditar la materialidad de los hechos, en lo relativo a que,
aproximadamente a las catorce horas con treinta minutos del doce de
julio de dos mil doce, en el interior del Deportivo San Antonio, ubicado en
calle Lerdo de Tejada y Avenida de las Torres, Barrio San Antonio,
delegación Iztapalapa en esta ciudad, “alguien”, determinado sujeto
28
Sentencia 62/2012-III
activo del delito (RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE), por sí mismo, poseyó once
cigarrillos de papel color blanco, que contenían hierba verde y seca,
identificada pericialmente como Cannabis Sativa l., conocida
comúnmente como Marihuana, con peso neto de 8.6 (ocho punto seis)
gramos.
Narcótico incautado y que el acusado mantuvo dentro de su radio
de acción y ámbito disponibilidad inmediata; además, circunstancialmente
es dable establecer que dicho estupefaciente asegurado, estaba
destinado a su comercialización, específicamente a su venta, en los
términos antes puntualizados.
Por tanto, la conducta desplegada por el sujeto activo, respecto del
estupefaciente incautado (marihuana), en los términos precisados y sin la
autorización a que se refiere el Capítulo I, del Título Décimo Sexto, de la
Ley General de Salud, es inconcuso, transgredió el bien jurídico tutelado
por la norma, que en la especie lo constituye la salud pública.
Acorde al tema en particular, son aplicables las jurisprudencias 275 y
276, de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
publicadas en las páginas 201 y 202, del Tomo II, relativo a la Materia
Penal, del último Apéndice al Semanario Judicial de la Federación, que
refieren:
"PRUEBA CIRCUNSTANCIAL, VALORACIÓN DE LA. La prueba circunstancial se basa en el valor incriminatorio de los indicios y tiene, como punto de partida, hechos y circunstancias que están probados y de los cuales se trata de desprender su relación con el hecho inquirido, esto es, ya un dato por completar, ya una incógnita por determinar, ya una hipótesis por verificar, lo mismo sobre la materialidad del delito que sobre la identificación del culpable, y acerca de las circunstancias del acto incriminatorio".
"PRUEBA INDICIARIA, CÓMO OPERA LA, EN MATERIA PENAL. En materia penal, el indicio atañe al mundo de lo fáctico, porque es un hecho acreditado que sirve de medio de prueba, ya no para probar, sino para presumir la existencia de otro hecho desconocido; es decir, existen sucesos que no se pueden demostrar de manera directa por conducto de los medios de prueba regulares como la confesión, testimonio o inspección, sino sólo a través del esfuerzo de razonar silogísticamente, que parte de datos aislados, que se enlazan entre sí, en la mente, para llegar a una conclusión".
29
Consecuentemente, se reiteran acreditados los elementos del delito
CONTRA LA SALUD, EN SU MODALIDAD DE NARCOMENUDEO, HIPÓTESIS
DE POSESIÓN DEL ESTUPEFACIENTE CANNABIS SATIVA L., CONOCIDO
COMO MARIHUANA, CON FINES DE COMERCIALIZACIÓN –VENTA-,
previsto y sancionado en los artículos 476 y 479 de la Ley General de Salud.
QUINTO. RESPONSABILIDAD PENAL. Señalado lo anterior, debe
decirse que la plena responsabilidad penal de RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE
se encuentra acreditada con las pruebas que sirvieron de base para
comprobar sus elementos, las que se reseñaron y valoraron en el
considerando que antecede.
Al respecto, cabe precisar que una vez hecho el análisis de las
constancias que aparecen en autos, son idóneas también para establecer la
demostración del lugar, tiempo y circunstancias que subyacieron en la
ejecución del delito CONTRA LA SALUD, EN SU MODALIDAD DE
NARCOMENUDEO, HIPÓTESIS DE POSESIÓN DEL ESTUPEFACIENTE
CANNABIS SATIVA L., CONOCIDO COMO MARIHUANA, CON FINES DE
COMERCIALIZACIÓN –VENTA-, previsto y sancionado en los artículos 476 y
479 de la Ley General de Salud, que se atribuye a RAFAEL GÓMEZ TAGLE
LEE con el carácter de autor material, en términos del artículo 13, fracción
II, del Código Penal Federal.
Razonamiento que guarda sustento jurídico con el criterio
orientador emitido por el entonces Segundo Tribunal Colegiado del Sexto
Circuito, en la Jurisprudencia VI.2o. J/93, visible en la página 341, tomo VI,
Segunda parte-11, Julio a Diciembre de 1990, del Semanario Judicial de la
Federación, Octava Época, que señala:
“CUERPO DEL DELITO Y PRESUNTA RESPONSABILIDAD. PRUEBA POR LOS MISMOS ELEMENTOS. Si bien es cierto que el cuerpo del delito y la presunta responsabilidad resultan ser conceptos diferentes, en virtud de que el primero se refiere a cuestiones impersonales relativas a la verificación de un hecho tipificado por la ley como delito, independientemente de la autoría de la conducta, y la segunda radica en la atribución de la causación del resultado a una persona; también lo es que, puede suceder que un medio de convicción sirva para acreditar ambos extremos, ya que en ese caso, por un lado puede revelar la existencia de un hecho determinado como delito y por el otro atribuir la comisión del suceso a un sujeto específico; por tanto, tener por justificadas ambas premisas con los mismos datos probatorios no trae como consecuencia una violación de garantías”.
30
Sentencia 62/2012-III
En efecto, con relación a la intervención delictual del acusado en la
comisión del delito atribuido, se actualiza la hipótesis prevista en el artículo
13, fracción II, del Código Penal Federal; estos es, a título de autor
material, ya que del valorado cuadro probatorio, se patentiza, que fue la
persona que por sí, poseyó el narcótico Cannabis Sativa L., comúnmente
conocida como Marihuana, con el fin de comercializarlo, en modalidad de
venta.
En sentido incriminatorio, destacan el parte informativo y puesta a
disposición y ampliación de declaración de los elementos aprehensores
José Caviedes Pérez y Francisco Roberto Velázquez Flores, pues de estos
se obtiene en que el Deportivo San Antonio, ubicado en calle Lerdo de
Tejada y Avenida de las Torres, Barrio San Antonio, delegación Iztapalapa
en esta ciudad, al acusado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, al menos el doce
de julio de dos mil doce, quería comercializar la droga que le fue
asegurada, esto, al venderla a terceras personas, por ende mantuvo bajo
su dominio y radio de disponibilidad inmediato, el estupefaciente
determinado como Cannabis Sativa L., con la finalidad de comercializarlo.
Lo anterior es así, pues según lo refieren tales elementos policiales,
fue asegurado una vez que se le observó entregando un envoltorio de
papel color blanco en forma de cigarrillo a otra persona, quien logró
escapar, a cambio de sendo numerario, encontrándole al agente del delito
en la cangurera que llevaba consigo, once cigarrillos más y $468.50
(cuatrocientos sesenta y ocho pesos 50/100 M.N.); objetos de los cuales
se dio fe ministerial, según consta en el acta que al efecto se elaboró el
doce de julio de dos mil dos, precisando que éstos contenían Cannabis
Sativa L., comúnmente conocida como marihuana, con peso neto de 8.6
(ocho punto seis) gramos, según se dictaminó en la data aludida.
Probanzas las anteriores a las que se reitera el valor demostrativo
conferido en el punto considerativo que antecede, en términos de los
artículos 206, 208, 220, 240, 269 y 284 a 286, todos del Código Federal de
Procedimientos Penales; al que se alude como si a la letra aquí constara, en
obvio de repeticiones innecesarias.
31
Por lo anterior, se advierte que el procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE
LEE es quien en el interior del Deportivo San Antonio , ubicado en calle
Lerdo de Tejada y Avenida de las Torres , Barrio San Antonio , delegación
Iztapalapa , detentó el narcótico afecto a la presente causa penal con la
finalidad de comercializarlo, lo cual se obtiene de la formulación del
proceso lógico jurídico formulado con antelación.
Sin que obste a lo anterior la declaración ministerial del acusado
RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, quien el trece de julio de dos mil doce, ante la
representación social de la Federación, adujo que aproximadamente a las
once horas con treinta minutos del doce de julio de dos mil doce circulaba
a bordo de su bicicleta en las inmediaciones del Deportivo San Antonio
ubicado en el barrio del mismo nombre, en la delegación Iztapalapa,
llevando consigo en la mano izquierda unas pinzas y dos desarmadores,
siendo que momentáneamente se le emparejó un vehículo oficial, del cual
sus tripulantes se identificaron como policías y le indicaron que detuviera
su marcha, atendiendo tal orden; posteriormente, los policías se le
aproximaron y le indicaron: “que para qué eran los desarmadores y las
pinzas, que si era ratero o andaba robando”, respondiéndoles que ninguna
de las dos cosas, momento en que uno de ellos le refirió al otro: “se me
hace que éste el violador de niños que está en el retrato hablado”, por lo
cual el otro de los policías le refirió al declarante que lo llevarían ante la
denunciante para que lo reconociera, respondiéndoles que estaban
equivocados, indicándole que le iban a realizar una revisión corporal,
respondiéndoles que no era necesario y les entregó aproximadamente
$470.00 (cuatrocientos setenta pesos 00/100 M.N.), que llevaba consigo
para completar la renta de la casa que habita, pues momentos antes un
amigo le había prestado $300.00 (trescientos 00/100 M.N.), ya que venía
del mercado en el que su amigo vende vísceras; asimismo, les entregó
once “cigarritos” que pretendía fumarse entre una semana a quince días,
los cuales acababa de elaborar con la marihuana que había comprado el
día anterior en el Barrio de Tepito; indicándole uno de los policías que su
caso estaba bien para que “le devolvieran la patrulla que le habían quitado
(sic)”, preguntándoles que a qué se referían, contestándole uno de ellos
que lo iban a presentar por venta de droga, diciéndoles que eso era
32
Sentencia 62/2012-III
injusto, replicándole uno de ellos que así eran las cosas y le dieron un
“codazo” en la parte superior de la “boca del estómago”.
Posteriormente, en vía de declaración preparatoria, ante este
Juzgado Federal asistido de la Defensora Pública Federal, ratificó tal
manifestación y adujo que la marihuana que llevaba consigo era para su
consumo personal, pues la consume desde hace veinticinco años, ya que
lo relaja y hace sentir bien, que el dinero se lo prestó su amigo “Raúl”,
quien tiene su negocio de vísceras en el mercado y el dinero lo quería para
completar su renta, que asciende a $650.00 (seiscientos cincuenta pesos
50/100 M.N.). En esa misma diligencia, a las preguntas que le formuló su
defensa, respondió que iba solo cuando viajaba en su bicicleta, que
consume de tres a cinco cigarrillo de marihuana al día y los que llevaba
consigo al momento en que fue detenido los quería para su consumo,
mismos que acababa de elaborar en el negocio de su compadre “Raúl”, y
desconoce la cantidad exacta permitida para la posesión de los
farmacodependientes o consumidores de marihuana, ya que no sabe de
leyes y únicamente es fumador (sic).
Procesado, quien el siete de agosto de dos mil doce, al ampliar
declaración ante este Juzgado Federal, debidamente asistido por la
Defensora Pública Federal, ratificó tales manifestaciones y precisó que los
elementos policiales mienten, pues el día de los hechos eran “tres carros
de judiciales al momento de mi detención”, y adujó que cómo era posible
que el supuesto comprador se haya ido corriendo, pues el declarante iba
en una bicicleta y no la otra persona, además, de que su herramienta no
aparece.
Versión que adquiere el carácter de confesión calificada divisible,
pues pese a admitir la posesión de los once cigarrillos que ahora se saben
contenían Cannabis Sativa L., comúnmente conocida como Marihuana,
refiere los llevaba consigo para su consumo personal no así, para su venta;
es decir, pretende justificar su ilícito actuar aduciendo que la finalidad con
la que los detentaba eran para consumirlos, no así para comerciarlos.
Lo anterior es así, pues reconoce la posesión del narcótico pero no
la finalidad de comercializarlo; en ese sentido, es evidente que a través de
su declaración no niega la comisión de delito alguno, pues eventualmente
33
podría actualizarse una detentación precaria, empero, con la finalidad de
prevalecerse de su calidad de adicto a dicho narcótico a efecto de salir
avante en este proceso penal y no ser sancionado por el ilícito que le
atribuido por la representación social de la Federación.
Además, aduce que al momento de su detención viajaba solo a
bordo de su bicicleta y que los agentes captores lo detuvieron porque
llevaba en su mano izquierda unas pinzas y dos desarmadores, pues
creyeron que estaba robando, y que incluso, pretendieron relacionarlo con
sendos ilícitos; sin embargo, como voluntariamente les entregó el
narcótico que llevaba consigo, le dijeron que lo “iban a poner venta de
drogas”, a efecto de que a uno de “los captores le devolverían su patrulla”;
además, adujo que parte del dinero que llevaba consigo se lo prestó su
amigo “Raúl”, para pagar su renta, siendo que en local de este último, el
cual se encuentra en el mercado, acababa de elaborar los cigarrillos que le
fueron encontrados.
Manifestación ésta, que por lo que hace a su forma y motivo de
detención, reviste el carácter de defensista y por ende carente de
cualquier valor probatorio que pretenda atribuírsele; esto es así, a virtud
que no se tiene la certeza de la existencia de la bicicleta en que
supuestamente viajaba, ni de las pinzas y dos desarmadores que aduce
llevaba consigo, además, no se cuenta con dato alguno que apoye su
versión, en el sentido de que su detención se debió a una apreciación de
los elementos policiales y que éstos hayan aprovechado en su beneficio el
hecho que el acusado les entregó voluntariamente el narcótico que llevaba
consigo, a efecto de obtener “la devolución de su patrulla”, ni qué parte
del numerario que le fue asegurado, le haya sido proporcionado por su
amigo “Raúl”, pues tampoco se constató la existencia de éste.
En ese sentido, es necesario precisar que al no haberse demostrado
la existencia de la persona a quien el encausado identifica como su
compadre “Raúl”, esta potestad se encuentra impedida para considerar de
otra manera que no sea como defensista la declaración del acusado, pues
para ello contaba con diversos medios de prueba que en su caso pudo
aportar a efecto de demostrar su versión sobre tales sucesos, entre los
que se encuentra el testimonio de “Raúl”, lo cual no hizo.
34
Sentencia 62/2012-III
De igual manera, el acusado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE aduce que
un elemento policial le propinó un “codazo” en la parte superior de la
“boca del estómago”, aseveración con la cual pretende evidenciar el
actuar doloso de los agentes aprehensores; sin embargo, posterior a su
primigenia declaración, en autos consta el dictamen de integridad física de
catorce de julio de dos mil doce elaborado por la perito Maritza G.
Barrantes Beltrán, adscrita al Departamento de Medicina Forense de la
Dirección General de Coordinación de Servicios Periciales de la
Procuraduría General de la República, en el que concluyó que el acusado
RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, no presenta lesiones externas de origen
traumático.
Pericial con eficacia demostrativa, en tanto se trata de información
técnica y quien la emitió, oficialmente cuenta con capacidad profesional en
el ejercicio de la misma, sin dato adverso u objeción que desvirtúe la
confiabilidad de lo dictaminado; por el contrario, se apoyó con la
investigación, operaciones y experimentos que sirvieron de fundamento
para su opinión, lo que se apega y satisface los requerimientos de carácter
formal dispuestos en los artículos 234 y 235 del Código Federal de
Procedimientos Penales.
De ahí, que originalmente se le asigne valor indiciario, empero,
adminiculado con las demás pruebas del sumario adquiere eficacia
probatoria plena, en términos de los diversos numerales 288 y 290 de ese
ordenamiento adjetivo; al particular, es aplicable la jurisprudencia 256, de
la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la
página 188, del Tomo II, relativo a la Materia Penal, del último Apéndice al
Semanario Judicial de la Federación, cuyo rubro es “PERITOS. VALOR
PROBATORIO DE SU DICTAMEN” (ya transcrita).
Además, tampoco se soslaya que el que encausado aduce que
fueron tres “patrullas de judiciales” las que se encontraban presentes al
momento de su detención, que no es posible que la “otra persona” haya
escapado corriendo, si quien viajaba en bicicleta era el encausado, y que
su herramienta no aparece; aspectos que evidentemente el procesado
RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE introduce como cuestiones novedosas al juicio,
pues es en su ampliación de declaración rendida ante este Juzgado Federal
35
el siete de agosto de dos mil doce, el único momento en que hace relación
de ello y no existe diverso indicio que permita sustentar tales
manifestaciones, mismas que aun cuando resultaren ciertas en nada le
beneficiaría a efecto de desvirtuar su participación en el delito que se ha
demostrado plenamente en esta resolución.
Por tanto, se itera, la versión del acusado RAFAEL GÓMEZ TAGLE
LEE resulta simplemente defensita; lo anterior es así, pues considerar que
sus manifestaciones, sin mayor medio de prueba alguno que las sustente,
tiene la fuerza idónea y necesaria para desvirtuar las probanzas que
constan en autos en su contra, implicaría destruir todo el sistema
probatorio que rige en nuestro régimen punitivo, en el cual, la prueba por
excelencia es la denominada circunstancial, que como ya se indicó, se
constituye a través de una relación lógica de hechos conocidos, misma que
se vería superada por una manifestación no corroborada de los hechos.
Sustenta lo anterior, la Jurisprudencia 1a./J. 31/2010, relativo a la
Novena Época de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
tomo XXXII, julio de 2010, visible a fojas 34, cuyo rubro y contenido son del
tenor literal siguiente:
“CONFESIÓN. TIENE ESE CARÁCTER LA DECLARACIÓN DEL INCULPADO, EN EL CASO DEL DELITO CONTRA LA SALUD PREVISTO EN EL ARTÍCULO 195, PRIMER PÁRRAFO, DEL CÓDIGO PENAL FEDERAL, CUANDO NO RECONOCE EL ELEMENTO SUBJETIVO ESPECÍFICO REQUERIDO POR LA LEY Y ADUCE QUE LA POSESIÓN DEL NARCÓTICO ES PARA SU CONSUMO PERSONAL (LEGISLACIÓN VIGENTE HASTA EL VEINTE DE AGOSTO DE DOS MIL NUEVE). La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sostenido que la confesión, llamada impropiamente como calificada, es aquella en la que el acusado confiesa el hecho ilícito, pero introduce a su favor una causa excluyente o modificativa de responsabilidad. Dicha confesión, en principio, es indivisible y, por ende, debe admitirse en su integridad, pero si no es verosímil o se encuentra contradicha por otros elementos de prueba, entonces podrá dividirse, para tomar en cuenta sólo lo que perjudica al inculpado y no lo que le beneficia. Atento a lo anterior, se concluye que la declaración del inculpado, en el caso del delito contra la salud en su modalidad de posesión de narcóticos referida en el artículo 195, primer párrafo, del Código Penal Federal, adquiere el carácter de confesión calificada, cuando reconoce la posesión del narcótico pero no la finalidad de realizar alguna de las conductas establecidas en el diverso numeral 194 del citado ordenamiento y, en cambio, aduce que el narcótico está destinado para su consumo personal. Ello es así porque tal declaración no entraña la negativa de delito alguno, en virtud de que puede actualizarse la posesión simple a la que alude el
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Sentencia 62/2012-III
artículo 195 bis del Código Penal Federal, y además se prevale de una auténtica excluyente de responsabilidad, en términos del artículo 195, segundo párrafo, de dicho Código y 525 del Código Federal de Procedimientos Penales. En este caso, pueden presentarse cualquiera de dos hipótesis, a saber: i) que sea creíble y verosímil el que la posesión del narcótico sea por una sola vez y en cantidad tal que pueda presumirse que está destinada a su consumo personal, en términos del artículo 195, segundo párrafo, del Código Penal Federal, en cuyo caso la confesión no podrá dividirse y beneficiará en su integridad al procesado; o bien, ii) que la confesión al respecto no sea creíble ni verosímil y se encuentre contradicha, en cuyo caso constituirá una confesión calificada divisible, de la que sólo se podrá tener por cierto lo que le perjudica al inculpado y no lo que le beneficia”.
En ese orden de ideas, al tratarse de una confesión calificada
divisible, sólo se tiene por cierto la parte en que lo perjudica, por ser la
que se encuentra robustecida con diversos medios de prueba; es decir, en
la que admite haber estado en el lugar y momento de los hechos, e incluso
haber poseído los once cigarrillos de papel color blanco que contenían
Cannabis Sativa L., comúnmente conocida como Marihuana; y,
consecuentemente debe desestimarse la parte restante, en la que indica
que era para su consumo personal y que su detención acaeció en la forma
y por las circunstancias que refirió.
Es decir, no se demostró, siquiera de manera indiciaria, que haya
sido detenido al momento en que viajaba a bordo de su bicicleta y que los
agentes captores hayan pretendido privilegiarse de la entrega voluntaria
que realizó del narcótico afecto a la presente causa penal, sin que sea
suficiente que éste así lo haya manifestado, ya que como se indicó, tal
versión es insuficiente y no se encuentra sustentada por diverso
testimonio o probanzas, más que la propia declaración rendida por el
procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE ante la autoridad ministerial y que
ante este Juzgado Federal se limitó a ratificar.
En ese orden de ideas, como se indicó, a tal versión se le otorga
valor indiciario únicamente en lo que le perjudica en términos de los
artículos 285 del Código Federal de Procedimientos Penales Federales,
pues se trata de manifestación realizada por persona no menor de
dieciocho años, formulada respecto de actos que conoció por sí mismo,
pues participó en el hecho delictivo con pleno dominio funcional de éste;
además, se realizó sin coacción ni violencia física moral, pues no se
37
advierte que cuestión contraria en autos, además la formuló y ratificó
asistido de los Defensores Públicos Federales adscritos a la agencia
investigadora y este Juzgado Federal, respectivamente, por lo que conocía
su alcance y en lo que le perjudica, no existe dato alguno que lo torne
inverosímil en cuanto al aspecto posesorio, y en contra, sí se robustece de
sendas probanzas ya valoradas.
En ese sentido, no pasa inadvertido el careo constitucional
celebrado el siete de agosto de dos mil doce entre el procesado RAFAEL
GÓMEZ TAGLE LEE con el elemento policial José Caviedes Pérez, del que
resultó: “el procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE: Cuántas patrullas había
al momento de mi detención; el elemento: No recuerdo; el procesado
RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE: Cómo iba yo, caminado o en mí bicicleta, ya
que tú me agarras a bordo de mi bicicleta con mí herramienta en la mano,
primero me acusas de robo, después de violador ya que tenías un retrato
hablado, y que me ibas a llevar con la persona que me reconociera;
después cuando saco mis pertenecías es que saco la droga, es que me
acusas de la venta; el elemento: Nada de eso es cierto, toda vez que tú
mismo muestras tus pertenencias y tú estabas vendiendo ahí, además me
dijiste que acababas de salir de un reclusorio; el procesado RAFAEL GÓMEZ
TAGLE LEE: Cuántas veces me habías agarrado; el elemento: Fue la única
vez; el procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE: Tú me habías agarrado dos
veces, una vez me encontraste droga y me extorsionaste, la otra vez no me
encontraste nada, y esta vez era la tercera ocasión que me habías
agarrado, como no tenía dinero para darte me acusas de la venta; el
elemento: Nada de esto es cierto, ni es la tercera, ni la cuarta, ni la quinta,
es la primera vez que te detengo; el procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE:
Hay cámaras y testigos en el deportivo; el elemento: Mucho menos se te
pidió ni se te exigió dinero como dices, ni se te acusó de violación, ni por ese
motivo te trasladamos al ministerio Publico de la Federación”; en esa
misma fecha, la defensa del procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE,
interrogó al aludido agente captor, quien respondió que la forma en que
“el sujeto del sexo masculino se acercó al otro sujeto” para entregar dinero
a cambio, al parecer de un cigarrillo, fue caminando, pues entre ambos se
acercaron, se entregan algo y se retiraron, por lo que la persona que huyó
lo hizo corriendo.
38
Sentencia 62/2012-III
En tanto que, del careo sustentado entre el procesado de marras,
con el elemento policial Francisco Roberto Velázquez Flores, se obtuvo:
“el procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE: Cuántas patrullas estaban ese
día de mi detención; el elemento: Nosotros estábamos pie tierra, y se
solicitó el apoyo para trasladar al detenido, llegando dos unidades más; el
procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE: En el momento de mi detención
estaba yo de pie o en bicicleta; el elemento: Tú estabas caminando en el
interior del deportivo; el procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE: Acuérdate
que hay cámaras; el elemento: Por eso lo estoy afirmando; el procesado
RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE: Cuando ustedes me detienen estaba yo en mi
bicicleta con mi herramienta en la mano, primero me acusan de robo, luego
tú me hiciste el comentario que me parecía a un retrato hablado de un
violador, y que me iban a llevar con un persona para que me reconociera, y
después cuando me registran me encuentran con la marihuana, y es
cuando me acusan de venta; el elemento: Usted mismo está aceptando
que traía la marihuana; el procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE : Sí, lo
acepto; el elemento: Y le recuerdo que usted se dedica a la venta en el
deportivo en las canchas de frontón y siempre está ahí, además usted
sabe que ese es un punto de venta de marihuana; el procesado RAFAEL
GÓMEZ TAGLE LEE: Cuántas veces me has detenido; el elemento: Es la
primera vez que lo he detenido; el procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE:
Antes ya me habías detenido, una vez me extorsionaste, y la otra vez no me
encontraron nada y me dejaron ir; el elemento: Es la primera vez que te
detengo y no te he extorsionado, ni te he pedido dinero; el procesado
RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE: Hay cámaras y yo venía en mi bicicleta; el
elemento: Tú venías caminando; el procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE:
Yo tengo factura de mi bicicleta. Sosteniéndose cada uno en su dicho”;
diligencia, en la cual la defensa del procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE
interrogó al aludido agente captor, quien respondió que el sujeto que huyó
en bicicleta lo hizo con dirección al oriente, hacia la calle que da al
mercado.
Diligencias las anteriores, en las que el encausado RAFAEL GÓMEZ
TAGLE LEE nuevamente acepta llevar consigo la droga afecta a la
presente causa penal, e insiste en la existencia de diversas patrullas,
39
cámaras y testigos, aspecto el primero que se esclarece durante el
desarrollo de la misma, pues el propio agente captor Francisco Roberto
Velázquez Flores, acepta que solicitaron el apoyo de dos unidades más
para trasladar al acusado, no así que hayan estado presente al momento
en que acaeció la detención, como en su momento pretendió hacerlo
parecer el acusado; con relación a la existencia de las cámaras y testigos,
resulta irrelevante realizar pronunciamiento alguno, pues aunque el
referido elemento policial acepta la existencia de las primeras, éstas y los
supuestos testigos no fueron proporcionados como prueba en este
proceso penal, de ahí que ello resulta intrascendente para emitir el fallo en
este asunto, pues no su simple alusión no demuestran nada.
Sin embargo, no se soslaya que el elemento policial José Caviedes
Pérez, al responder a las preguntas que le formuló la defensa del
justiciable RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, respondió que la persona que huyó
lo hizo corriendo, en tanto que el policía Francisco Roberto Velázquez
Flores, refirió que lo hizo en bicicleta; cuestión ésta, que fue dilucidada el
mismo siete de agosto de dos mil doce al celebrarse el careo procesal
respectivo, del que se obtuvo: “el elemento Francisco Roberto Velázquez
Flores: Recuerda que la persona que le compra el cigarrillo al hoy
procesado venía en bicicleta; el elemento José Caviedes Pérez: En el
momento yo me percató de esa persona de esa naturaleza, pero como
había mucha gente, posiblemente viste una bicicleta en el lugar, por esa
causa se puede explicar que lo viste; el elemento Francisco Roberto
Velázquez Flores: Puedes tener razón y por esa causa vi mal, sin embargo
el hecho de la compraventa sí se dio; corrigiendo que el comprador venía
caminando, no omito señalar que el lugar de los hechos es un paso
transitado y concurrido que lleva de una calle a la otra, atravesando casi
por la mitad al deportivo San Lorenzo”.
Careo el cual, los participantes en esencia estuvieron de acuerdo en
que el comprador, que fue la persona que escapó, se encontraba
caminando y no en bicicleta; aseveración que mantiene congruencia el
resto de las probanzas que consta en autos; por lo anterior, a los referidos
careos, tanto procesales como constitucionales, se les otorga valor
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Sentencia 62/2012-III
probatorio indiciario en términos de los artículos 285 del Código Federal de
Procedimientos Penales.
Orienta lo anterior, la Tesis Aislada emitida por la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la página 70, tomo LXXX,
Materia Penal, del Semanario Judicial de la Federación, Quinta Época, la
cual es del tenor siguiente:
“CAREOS EN EL PROCESO, VALOR PROBATORIO DE LOS. Las diligencias de careos tienen por fin esencial establecer la verdad de cómo ocurrieron los hechos, relatados diferente o contrariamente, por dos personas, y si se trata de procesados, el valor probatorio de lo manifestado en el careo, es el mismo que puede atribuirse a la confesión de los hechos sin que pueda hablarse de preferencia en el valor probatorio de la confesión sobre el resultado del careo o viceversa, ya que en el fondo se trata de una misma y única prueba, o sea, la de confesión producida en vista del debate que se lleve a cabo durante la diligencia de careos; por tanto, si en ésta el quejoso convino con su contrincante, en que aquél tuvo el carácter de agresor, al reconocerlo así la autoridad responsable, no viola en perjuicio del repetido quejoso garantía individual alguna”.
Por lo expuesto, se insiste, el acusado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE es
la persona quien aproximadamente a las catorce horas con treinta
minutos del doce de julio de dos mil doce, en el interior del Deportivo San
Antonio, ubicado en calle Lerdo de Tejada y Avenida de las Torres, Barrio
San Antonio, delegación Iztapalapa en esta ciudad, por sí mismo, poseyó
once cigarrillos de papel color blanco, que contenían hierba verde y seca,
identificada pericialmente como Cannabis Sativa l., conocida
comúnmente como Marihuana, con peso neto de 8.6 (ocho punto seis)
gramos, con fines de comercialización en su hipótesis de venta, de
acuerdo a la mecánica de los hechos que informan la causa.
Así, la forma de realización del ilícito fue de manera dolosa, pues a
pesar de que el activo sabía que poseer el narcótico multicitado con la
finalidad de comercializarlo, es considerado como delito, quiso el resultado
descrito por la ley, en términos de los artículos 8º y 9º, párrafo primero,
del Código Penal Federal; además, está plenamente demostrado que
realizó la conducta por sí mismo, en términos del numeral 13, fracción II,
del mismo cuerpo normativo.
En ese sentido, es pertinente precisar que no se advierte la
existencia de alguna causa de licitud que exima de responsabilidad al
activo en términos del artículo 15, fracción II, del Código Penal Federal,
41
dado que no existe en autos, alguna causa de justificación que excusara su
conducta, pues no se advierte que haya actuado en ausencia de su
voluntad, o bien, que existiera atipicidad de su conducta; tampoco se
acreditó que el encausado contara con permiso alguno para realizar tal
actividad y mucho menos que desplegara su conducta en cumplimiento de
un deber o de un derecho; o que durante el suceso estuviera mermado de
sus facultades mentales o físicas, pues no existe indicio de que haya
padecido trastorno mental o desarrollo intelectual retardado, por el
contrario, era sabedor de la conducta que estaba adoptando, con plenitud
de autodeterminación.
Con lo anterior, válidamente se puede indicar que al momento de
los hechos, el acusado contó con la capacidad psíquica de conducirse de
acuerdo a la norma; además, tuvo conocimiento de la antijuridicidad del
ilícito, porque sabía de la prohibición del hecho típico realizado; situación
que se traduce en una actitud negativa frente al derecho y por ello
merecedora de desaprobación.
Tampoco, quedó comprobado en el cuerpo de la presente
resolución, que actuara bajo un error invencible, como lo establece el
artículo 15, fracción VIII, del Código Penal Federal; además las constancias
permiten establecer que a RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, le era exigible una
conducta distinta a la que desplegó, pues no hubo causa alguna que le
impidiera actuar bajo el imperio de la ley, respetando las normas que
regulan la convivencia social, además de que no era posible demostrar que
el resultado se producía por un caso fortuito, dada la naturaleza del ilícito
que se estudia, en el que la voluntad del agente es determinante para su
configuración.
En las relatadas condiciones, se concluye acreditada la plena
responsabilidad de RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, en la comisión del delito
CONTRA LA SALUD, EN SU MODALIDAD DE NARCOMENUDEO, HIPÓTESIS
DE POSESIÓN DEL ESTUPEFACIENTE CANNABIS SATIVA L., CONOCIDO
COMO MARIHUANA, CON FINES DE COMERCIALIZACIÓN –VENTA-,
previsto y sancionado en los artículos 476 y 479 de la Ley General de Salud,
en términos del ordinal 13, fracción II, del Código Penal Federal, pues al
haber demostrado en su persona los elementos que contienen la
culpabilidad, resulta fundado en derecho y en las constancias procesales el
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Sentencia 62/2012-III
reproche jurídico que solicita el Ministerio Público se haga en su contra
como penalmente responsable en la comisión del aludido ilícito; ya que fue
quien, teniendo pleno dominio del hecho, aproximadamente a las catorce
horas con treinta minutos del doce de julio de dos mil doce, en el interior
del Deportivo San Antonio, ubicado en calle Lerdo de Tejada y Avenida de
las Torres, Barrio San Antonio, delegación Iztapalapa en esta ciudad, por
sí mismo, poseyó once cigarrillos de papel color blanco, que contenían
hierba verde y seca, identificada pericialmente como Cannabis Sativa l.,
conocida comúnmente como Marihuana, con peso neto de 8.6 (ocho
punto seis) gramos, narcótico que mantuvo dentro de su radio de acción y
ámbito de disponibilidad inmediata, el cual, circunstancialmente se
estableció estaba destinado para su comercialización, específicamente
para su venta; conducta, que al haberse realizado sin la autorización a que
se refiere el Capítulo I, del Título Décimo Sexto, de la Ley General de Salud,
transgredió el bien jurídico tutelado por la norma, que en la especie lo
constituye la salud pública; por ende, procede dictar en su contra
SENTENCIA CONDENATORIA.
Es aplicable la tesis emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, visible en el Semanario Judicial de la Federación
Segunda Parte, XVII, Sexta Época, página 278, que dice:
“SENTENCIA Y AUTO DE FORMAL PRISIÓN. PRUEBA DE LA RESPONSABILIDAD. Si bien es cierto que para decretar la formal prisión es bastante que, comprobado el cuerpo del delito, se estime probable la responsabilidad del acusado, y que toda sentencia condenatoria exige, en cambio, la demostración plena de esa responsabilidad, no por ello cabe afirmar que para condenar al procesado sean siempre indispensables mayores elementos que los que determinaron el auto de formal prisión. Puede suceder, en efecto, que las pruebas en que se funde dicho auto no solo hagan probable, requisito mínimo, la responsabilidad del acusado, sino que la justifiquen plenamente, y en tal supuesto, de no desvirtuarse posteriormente tales pruebas, serán bastantes para que se dicte una sentencia de condena.”
SEXTO. PUNICIÓN. Es preciso establecer que el delito materia de la
acusación, se encuentra sancionado en el primer párrafo del artículo 475
de la Ley General de Salud, que a la letra señala:
“Artículo 476. Se impondrá de tres a seis años de prisión y de ochenta a trescientos días multa, al que posea algún narcótico de los señalados en la tabla, en cantidad inferior a la que resulte de multiplicar
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por mil las cantidades previstas en dicha tabla, sin la autorización correspondiente a que se refiere esta Ley, siempre y cuando esa posesión sea con la finalidad de comerciarlos o suministrarlos, aun gratuitamente.”
Sin embargo, a efecto de establecer la punibilidad debe considerarse
el contenido de los artículo 51, 52 y 193 del mismo ordenamiento penal
sustantivo, los primeros, por contener las reglas generales para ello, y el
último, a virtud que en éste se prevén condiciones especiales de
punibilidad, es decir, factores previstos por los legisladores ad hoc para
sancionar determinados tipos penales; numerales, los cuales son del tenor
literal siguiente:
“Artículo 51. Dentro de los límites fijados por la ley, los jueces y tribunales aplicarán las sanciones establecidas para cada delito, teniendo en cuenta las circunstancias exteriores de ejecución y las peculiares del delincuente; particularmente cuando se trate de indígenas se considerarán los usos y costumbres de los pueblos y comunidades a los que pertenezcan.
En los casos de los artículos 60, fracción VI, 61, 63, 64, 64 bis y 65 y en cualesquiera otros en que este Código disponga penas en proporción a las previstas para el delito intencional consumado, la punibilidad aplicable es, para todos los efectos legales, la que resulte de la elevación o disminución, según corresponda, de los términos mínimo y máximo de la pena prevista para aquél. Cuando se trate de prisión, la pena mínima nunca será menor de tres días.
Artículo 52. El juez fijará las penas y medidas de seguridad que estime justas y procedentes dentro de los límites señalados para cada delito, con base en la gravedad del ilícito, la calidad y condición específica de la víctima u ofendido y el grado de culpabilidad del agente, teniendo en cuenta:
I.- La magnitud del daño causado al bien jurídico o del peligro a que hubiere sido expuesto;
II.- La naturaleza de la acción u omisión y de los medios empleados para ejecutarla;
III.- Las circunstancias de tiempo, lugar, modo u ocasión del hecho realizado;
IV.- La forma y grado de intervención del agente en la comisión del delito;
V. La edad, la educación, la ilustración, las costumbres, las condiciones sociales y económicas del sujeto, así como los motivos que lo impulsaron o determinaron a delinquir. Cuando el procesado perteneciere a algún pueblo o comunidad indígena, se tomarán en cuenta, además, sus usos y costumbres;
VI.- El comportamiento posterior del acusado con relación al delito cometido; y
VII.- Las demás condiciones especiales y personales en que se encontraba el agente en el momento de la comisión del delito, siempre y cuando sean relevantes para determinar la posibilidad de haber ajustado su conducta a las exigencias de la norma”.
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“Artículo 193. ……
El juzgador, al individualizar la pena o la medida de seguridad a imponer por la comisión de algún delito previsto en este capítulo, tomará en cuenta, además de lo establecido en los artículos 51 y 52, la cantidad y la especie de narcótico de que se trate, así como la menor o mayor lesión o puesta en peligro de la salud pública y las condiciones personales del autor o partícipe del hecho o la reincidencia en su caso.
…”.
En ese sentido, debe destacarse que el margen indicado es en el
cual deberá ubicarse la punición que se haga a RAFAEL GÓMEZ TAGLE
LEE; así pues, para precisar el grado de culpabilidad del acusado e
imponerle las penas adecuadas, con base en la deuda que por su proceder
contrajo con la sociedad, se acatarán las disposiciones que establecen los
artículos 51, 52 y 193, del Código Penal Federal; esto es, las circunstancias
exteriores de ejecución del delito, analizadas en los apartados que
anteceden, la cantidad y especie del narcótico, así como la reincidencia.
Resulta aplicable al caso, la Jurisprudencia 1239, consultable en la
página 178, Tomo II, Materia Penal, del Apéndice al Semanario Judicial de
la Federación 1917-2000, bajo el rubro y texto:
"PENA, INDIVIDUALIZACIÓN DE LA. ARBITRIO JUDICIAL. La cuantificación de la pena corresponde exclusivamente al juzgador, quien goza de plena autonomía para fijar el monto que su amplio arbitrio estime justo dentro de los máximos y mínimos señalados en la ley y sin más limitación que la observancia de las reglas normativas de la individualización de la pena.”
Así como la tesis VI.1o.P.151 P, de la Novena Época inherente a los
Tribunales Colegiados de Circuito, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, tomo XIV, diciembre de dos mil uno, página 1811,
cuyo rubro y contenido son del tenor siguientes:
“SALUD, DELITOS CONTRA LA. EN CUALESQUIERA DE LAS MODALIDADES EN MATERIA DE NARCÓTICOS, PARA LA INDIVIDUALIZACIÓN DE LA PENA, TAMBIÉN SE DEBERÁ TOMAR EN CUENTA EL ARTÍCULO 193 DEL CÓDIGO PENAL FEDERAL. Para la individualización de la sanción de los delitos contra la salud, en cualesquiera de las modalidades en materia de narcóticos, el Juez o tribunal deberá tomar en cuenta, además de lo establecido en los artículos 51 y 52 del Código Penal Federal, la cantidad y la especie de narcótico de que se trate, así como la menor o mayor lesión o puesta en peligro de la salud pública, y las condiciones personales del autor o partícipe del hecho, tal como se dispone en el párrafo tercero del diverso artículo 193 del mismo ordenamiento legal, lo que servirá para determinar la gravedad del hecho
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y, por tanto, influir en la individualización de las penas o medidas de seguridad, según sea el caso”.
Por cuanto hace a las circunstancias de ejecución, se debe destacar
que RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE es autor material del delito que se le
imputa, por lo que directamente le es imputable, como ya se vio al
analizar el grado de intervención, pues directamente podía detener o
dejar de avanzar su curso, no obstante optó por lo último, sin que se
requiera calidad específica en el acusado para consumar la conducta que
se le atribuye.
Respecto a las circunstancias en que fue detenido el acusado, debe
decirse que no concurrió alguna que evidencia la puesta en peligro de los
agentes captores o de diversos integrantes de la sociedad, aun cuando
acaeció en la vía pública a las catorce horas con treinta minutos, pues
incluso, el propio acusado, sin necesidad de ser revisado, entregó los once
cigarrillos contenedores de Cannabis Sativa L., comúnmente conocida
Marihuana, a los elementos policiales.
Referente a la naturaleza de la acción y los medios empleados para
ejecutarla, el delito en estudio en orden a la conducta desplegada por el
sujeto activo, es de acción, además de ser eminentemente dolosa, pues la
acción la realizó de manera consciente y voluntaria; respecto al delito de
que se trata es permanente, donde su consumación se agota durante todo
el tiempo que el agente detentó el narcótico que pretendió comerciar y
mantuvo con tal finalidad, es decir, mientras se actualizaron todos los
elementos constitutivos del ilícito, esto, en términos del artículo 7, fracción
II, del Código Penal Federal; igualmente, el delito es de peligro y doloso, ya
que su comisión ataca la salud pública, que constituye el bien jurídico
tutelado, pues con la conducta realizada por el acusado, se puso en peligro
ésta; conducta que efectuó de manera deliberada, en contravención de las
disposiciones penales y de salud vigente; por cuanto hace a la naturaleza
de los medios empleados para ejecutar la acción, por la clase de delito y las
circunstancias de los hechos, se deduce que el sujeto activo cometió por sí
mismo la conducta ilícita, en las circunstancias de tiempo, lugar, modo y
ejecución señaladas.
En cuanto a las características peculiares del acusado RAFAEL
GÓMEZ TAGLE LEE, se debe tomar en cuenta que al declarar en vía de
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preparatoria, el catorce de julio de dos mil doce, indicó que su nombre
correcto es como se apuntó, no tener apodo, con un tatuaje en el brazo
izquierdo con la imagen de Quetzalcóatl; entender el castellano, no
pertenece a grupo étnico o indígena, originario y vecino de México, Distrito
Federal, con domicilio en calle Santa Cruz 363, edificio 2-B, departamento
101, colonia Los Olivos, delegación Tláhuac; de cincuenta y cuatro años de
edad, por haber nacido el veintiocho de abril de mil novecientos cincuenta
y ocho; hijo de Roberto Gómez Tagle del Valle (finado) y Elisa Lee Obregón
(vive); “divorciado”, con instrucción escolar de secundaria concluida, de
ocupación “plomero”, actividad por la que al momento de su detención
percibía aproximadamente mil pesos semanales ; ser la tercera ocasión
que se encuentra a disposición de una autoridad judicial; sí fuma cigarro
comercial, ingiere bebidas embriagantes esporádicamente, ser adicto a la
marihuana desde hacía aproximadamente veinticinco años y no tener
enfermedad alguna.
Por ende, se advierte que el acusado, tiene edad suficiente para
responder por sus actos, amén de que cuenta con capacidad de decisión y
raciocinio; por tanto, debe asumir sus consecuencias, pues al sentenciado
no le era desconocido que transgredía una norma y que ponía en peligro el
valor protegido por ésta, ya que aun cuando aduce desconocer la cantidad
exacta permitida para la posesión del narcótico que le fue encontrado, no
se inadvierte que, en su caso, tal cuestión resulta relevante para la
detentación precaria de ciertos narcóticos, no así, respecto de la finalidad
con la que lo detentaba, pues como ha quedado señalado, realizó actos
con la finalidad de comerciar el narcótico afecto, en los términos y
condiciones que han quedado precisados con antelación.
La condición social y económica en que vivía antes de cometer el
delito, no es tal que justifique el actuar desplegado por el sentenciado y no
se prueba un motivo expreso que lo haya determinado a delinquir.
En ese orden de ideas, atendiendo al contenido del artículo 193 del
Código Penal Federal, debe indicarse que la cantidad y especie del
narcótico asegurado a RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, lo constituye 8.6 (ocho
punto seis) gramos de Cannabis Sativa L. comúnmente conocido como
Marihuana, cantidad que no es tal que permita evidenciar que se puso en
47
grave peligro el bien jurídico tutelado por la norma, que en el caso lo
constituye la salud pública, ya que en caso de haberse comercializado, es
evidente que con tal dosis de ninguna manera se hubiere perjudicado a un
gran número de integrantes de la sociedad; aspecto que le resulta
favorable. Con relación a su especie, debe decirse que no se trata de un
vegetal que puede encontrarse en la naturaleza, el cual, causa un daño
importante a la salud de quien lo consume.
Por lo anterior, es factible determinar que la magnitud del daño
causado al bien jurídico por RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE es MÍNIMO, ya que
la cantidad que tenía destinada para comercializar, apenas supera la que
como dosis máxima de consumo personal e inmediato es tolerado e
nuestra legislación penal, específicamente en la tabla del artículo 479 de la
Ley General de Salud; esto es así, pues no pasa inadvertido que la dosis
que prevé tal tabla para la Cannabis Sativa L., es de cinco gramos.
Orienta a lo anterior la tesis 2862, de la Séptima Época de la Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en el Apéndice
2000, tomo II, Penal, P.R. SCJN, consultable a fojas 1331, cuyo texto y
contenido son del tenor literal siguiente:
“SALUD, DELITO CONTRA LA. INDIVIDUALIZACIÓN DE LA PENA. ARBITRIO JUDICIAL. Tratándose de la individualización de la pena en el delito contra la salud, es un error negar importancia a la cantidad y a la calidad de la droga. Debe hacerse notar que el delito contra la salud es un delito de peligro, por virtud de que quien posee la droga, puede transmitirla a otras personas y, obviamente, mientras mayor sea la cantidad y mejor sea la calidad de ésta, mayor será también el peligro que corre la sociedad. Además, de acuerdo con el artículo 51 del Código Penal Federal, el juzgador debe mover su arbitrio dentro de los límites fijados por la ley, tomando en cuenta no sólo las circunstancias personales del delincuente, sino también las exteriores de ejecución del delito; por ello es que podrá decirse que se limita, que se restringe o que se regula el arbitrio, pero no que se proscriba”.
En cuanto a la conducta posterior del justiciable, debe decirse que
no se cuenta con dato alguno permita valorar tal circunstancia, pues tal
cuestión guarda relación directa con el delito cometido, esto es, a la
conducta del agente posterior al hecho ilícito, verbigracia, si trató o no de
reparar el daño o la disminución de la lesión al bien jurídico tutelado por la
norma o el auxiliar a la víctima, inmediatamente después de cometido el
ilícito, circunstancias que podrían influir en la disminución del grado de
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Sentencia 62/2012-III
culpabilidad o, por el contrario, el de agravarla; cuestión ésta, que en el
caso no resulta inaplicable, pues como se indicó, el delito materia del
presente fallo es de peligro y no de daño.
Al caso, en lo conducente resulta aplicable la Jurisprudencia I.10o.P.
J/12 sustentada por los Tribunales Colegiados de Circuito, publicada en la
página 967, tomo XXV, Junio de 2007, materia Penal, del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, cuyo rubro y
contenido son del tenor siguiente:
“INDIVIDUALIZACIÓN DE LA PENA. COMPORTAMIENTO POSTERIOR DEL ACUSADO, NO LO CONSTITUYE EL SENTIDO EN QUE HAYA VERTIDO SUS DECLARACIONES. Al hacer uso de la potestad judicial para individualizar las penas y medidas de seguridad y determinar el grado de culpabilidad, el juzgador debe analizar los diversos requerimientos que señalan los artículos 70 y 72 del Código Penal para el Distrito Federal, sobre las circunstancias exteriores de ejecución del delito y las peculiares del delincuente, entre las que destaca la señalada en la última parte de la fracción VII, del mencionado precepto 72, relativa al: "comportamiento posterior del acusado en relación al delito cometido". Esta circunstancia, que atañe a la conducta del activo posterior al hecho ilícito, naturalmente no puede referirse a las declaraciones vertidas por el acusado en la indagatoria e instrucción, pues éste tiene el derecho constitucional de declarar en el sentido que estime adecuado e incluso de abstenerse de hacerlo, en atención al principio de no autoincriminación contenido en el artículo 20 apartado "A" fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En ese orden, si la Sala responsable, al pronunciarse sobre el comentado comportamiento posterior, alude a la negativa que vertió el enjuiciado sobre la comisión del injusto; sin duda viola las garantías individuales de éste, dado que deponer en uno u otro sentido o abstenerse de ello, es un derecho fundamental, de manera que como "comportamiento posterior del acusado en relación al delito cometido", debe entenderse la conducta que asumió después de la perpetración del delito, como por ejemplo, si trató o no de reparar el daño, si auxilió a la víctima después de la comisión del delito, o si trató o no de disminuir la lesión al bien jurídico tutelado por la norma, circunstancias que acaso podrían influir en el arbitrio judicial para precisar el índice de culpabilidad que revela el acusado”.
Aunado a lo anterior, en autos no consta dato alguno de que el
justiciable haya evidenciado mala conducta después de haber realizado los
hechos que aquí se le imputan, ni que haya comprometido su actuar con
otras conductas de orden criminal o social y no existen otras condiciones
especiales o personales que destacar en cuanto a las que podían asistirles
al momento de realizar el delito, que sean relevantes para determinar la
posibilidad de haber ajustado su conducta a las exigencias de la norma;
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contrario a lo anterior, en autos constan cuatro cartas de “buena
conducta” expedidas por “Ramón Ordonez H. (sic)”, “María Reyes P.”,
María de la Luz Hernández y “Laura Barajas Z.”, a favor del procesado
RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, en las que refieren se trata de una persona
responsable, sin problemas con persona alguna, trabajadora, honrada,
honorable y cooperadora; así como, copia de la credencial expedida a su
favor por “PEOPLE PROJECT”, que lo acredita como plomero, con vigencia
dos mil once.
Documentos que al no haber sido objetados por las partes,
adquieren valor probatorio indiciario en términos del artículo 285 del
Código Federal de Procedimientos Penales.
Asimismo, en autos consta el oficio DEJDH/SCI/17177/2012,
telegrama TN20691161 y la ficha signalética relativa al procesado RAFAEL
GÓMEZ TAGLE LEE, documentos de los que se advierte que éste registró
tres ingresos a prisión, a saber: 1) Juzgado Séptimo Penal del Distrito
Federal, en la causa penal 139/1989, por el delito de robo calificado; 2)
Juzgado Noveno de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito
Federal, en la causa penal 260/1989, por un delito contra la salud; y, 3)
Juzgado Quinto de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito
Federal, en la causa penal 151/06, por un delito contra la salud, en su
modalidad de comercio, hipótesis de venta.
Sin embargo, tales datos no pueden ser considerados para fijar la
culpabilidad, ya que de ninguna manera constituyen circunstancias
exteriores de ejecución y menos aún, peculiares del justiciable en
términos de los artículos 51 y 52 del Código Penal Federal.
Orienta a lo anterior la Jurisprudencia 1a./J. 110/2011 (9a.),
sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, visible a foja 643, Tomo 1, Libro V, Febrero de 2012, del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, cuyo rubro y
contenido son del tenor literal siguientes:
“CULPABILIDAD. PARA DETERMINAR SU GRADO NO DEBEN TOMARSE EN CUENTA LOS ANTECEDENTES PENALES DEL PROCESADO. A través de la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 10 de enero de 1994, al artículo 52 del entonces Código Penal para el Distrito Federal en Materia de Fuero Común y para toda la República en Materia de Fuero Federal, para efectos de la individualización de la pena, se abandonó el criterio de peligrosidad adoptándose el de determinación del
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grado de culpabilidad, acorde con el cual la pena debe imponerse por lo que el delincuente ha hecho y no por lo que es o por lo que se crea que va a hacer, pues se trata de un derecho penal de hecho y no de autor. Por otra parte, el artículo 51 del Código Penal Federal (vigente) establece la regla general para la aplicación de sanciones, al prever que los juzgadores deben tener en cuenta las circunstancias exteriores de ejecución y las peculiares del procesado; en tanto que el numeral 52 del mismo ordenamiento prevé la regla específica para la individualización de sanciones, señalando los elementos que los juzgadores deben considerar para realizarla, esto es, la gravedad del ilícito y el grado de culpabilidad, así como los factores que deben tener en cuenta a fin de individualizar las penas y medidas de seguridad con base en dichos elementos. Ahora bien, las circunstancias exteriores de ejecución, referidas en la regla general de aplicación de sanciones corresponde, en la regla específica de individualización de penas y medidas de seguridad, a los factores por los que se precisa la gravedad del ilícito, los cuales se contienen en las fracciones I a IV de dicho artículo 52, y las circunstancias peculiares del delincuente, también señaladas en la mencionada regla general, en la individualización de penas y medidas de seguridad, se observan al verificarse los factores contenidos en sus fracciones V a VII, y así fijar el grado de culpabilidad del agente. Así, son circunstancias peculiares del procesado, su edad, educación, ilustración, costumbres, condiciones sociales y económicas (fracción V); y si bien es cierto que los motivos que lo impulsaron a delinquir (fracción V), su comportamiento posterior al hecho ilícito (fracción VI) y las demás condiciones en que se encontraba en el momento de cometer el delito (fracción VII), pueden ser circunstancias peculiares reveladoras de su personalidad –que pudieran conducir a establecer que la individualización de las penas y medidas de seguridad atiende a un derecho penal de autor–, también lo es que tal revelación de la personalidad únicamente puede considerarse en relación con el hecho cometido, ya que la individualización de las penas y medidas de seguridad, con base en el grado de culpabilidad, implica la relación del autor del hecho ilícito con éste, lo cual conduce a establecer dicho grado de culpabilidad con base en aspectos objetivos que concurrieron al hecho delictuoso, sin que deban considerarse circunstancias ajenas a ello. Por tanto, los antecedentes penales no pueden incluirse entre los factores que los juzgadores deben atender para determinar el grado de culpabilidad, pues no tienen la naturaleza de circunstancias peculiares del delincuente, ya que no corresponden a una característica propia de él, además de que entre esos factores no se hace alusión a conductas anteriores al hecho delictivo”.
De igual manera, consta en autos el estudio criminológico de éste, a
quien se le determinó con adaptabilidad social baja, capacidad criminal
media, riesgo institucional y social relativo, pronóstico extrainstitucional
desfavorable; aspectos que, cabe aclarar, solamente son orientadores
para esta resolutora en cuanto a la revelación de la personalidad del
encausado, únicamente con relación al hecho cometido, con base en el
“derecho penal de hecho u acto” y no de “autor”; sin que dicho contenido,
51
sea legalmente determinante para establecer el grado de culpabilidad del
acusado.
En esa tesitura, atendiendo a la gravedad del ilícito, obtenida del
análisis de la magnitud del daño causado al bien jurídico; de la naturaleza
de las acciones u omisiones y los medios empleados para ejecutarlas, la
cantidad de narcótico que detentó; así como de las circunstancias de
tiempo, lugar, modo u ocasión de los hechos realizados; de la forma y
grado de intervención del agente en la comisión del delito; de su calidad,
edad, educación, ilustración, costumbres, condiciones sociales y
económicas; de los motivos que lo impulsaron a delinquir y sus demás
condiciones personales al momento de su comisión, lleva a esta juzgadora
a estimar que el ahora acusado revela un grado de culpabilidad MÍNIMO.
Por lo analizado, en uso del arbitrio que otorgan a la suscrita
juzgadora los artículos 51, 52 y 193 del Código Penal Federal, considerando
que el delito CONTRA LA SALUD, EN SU MODALIDAD DE
NARCOMENUDEO, HIPÓTESIS DE POSESIÓN DEL ESTUPEFACIENTE
CANNABIS SATIVA L., CONOCIDO COMO MARIHUANA, CON FINES DE
COMERCIALIZACIÓN –VENTA-, previsto y sancionado en los artículos 476 y
479 de la Ley General de Salud, se sanciona con prisión de tres a seis años
y de ochenta a trescientos días multa, y que se determinó al acusado
RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE con GRADO DE CULPABILIDAD MÍNIMO, se
considera justo y equitativo imponerle las penas de TRES AÑOS DE
PRISIÓN y OCHENTA DÍAS MULTA, equivalente esta última a $4,986.40
(CUATRO MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y SEIS PESOS 40/100 M. N.); multa
que se calculó en los términos que con posterioridad se exponen.
Respecto a la sanción privativa de libertad impuesta al sentenciado,
con fundamento en el artículo 20, Apartado “A”, fracción X, párrafo
tercero, de la Constitución General de la República; 25 del Código Penal
Federal; 30 bis, fracción XXIII, de la Ley Orgánica de la Administración
Pública Federal; y 15, fracción III, del Reglamento del Órgano
Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social, será el
Director General de Ejecución de Sanciones del Órgano Administrativo
Desconcentrado Prevención y Readaptación Social de la Secretaría de
Seguridad Pública Federal, dependiente del Poder Ejecutivo Federal,
quien indique el sitio concreto para tal efecto.
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Sentencia 62/2012-III
Es aplicable la Tesis de Jurisprudencia I.2o.P. J/26, sustentada por el
Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, visible en
la página 2262, Tomo XXII, correspondiente a octubre de 2005, del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, cuyo
epígrafe y texto dicen:
“PRISIÓN, PENA DE. DELITOS DEL ORDEN FEDERAL. CORRESPONDE AL DIRECTOR GENERAL DE EJECUCIÓN DE SANCIONES DEL ÓRGANO ADMINISTRATIVO DESCONCENTRADO PREVENCIÓN Y READAPTACIÓN SOCIAL DE LA SECRETARÍA DE SEGURIDAD PÚBLICA FEDERAL DESIGNAR EL LUGAR DONDE SE HABRÁ DE COMPURGAR LA. A la Secretaría de Seguridad Pública Federal, compete entre otras cosas, ejecutar las penas impuestas por delitos del fuero federal y administrar el sistema penitenciario en ese ámbito, sin embargo, es el director general de Ejecución de Sanciones del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social dependiente de dicha secretaría de Estado, a quien compete señalar, previa valoración técnica jurídica de los sentenciados del citado fuero, la institución en que éstos compurgarán la privativa de libertad impuesta, atento a lo dispuesto por el numeral 15, fracción III, del Reglamento del Órgano Administrativo Desconcentrado en cuestión, por lo que, si la autoridad judicial, al emitir la resolución correspondiente, indica que el sentenciado la compurgará en el lugar que para tal efecto determine "el Ejecutivo Federal", tal decisión es incorrecta porque existe disposición expresa respecto de la autoridad competente para ese fin.”
Sanción corporal que podrá coexistir de manera simultánea con
otras de igual naturaleza que pudieran imponerse en otras causas, aunque
hubiesen tenido por objeto hechos anteriores al ingreso a prisión; pena de
prisión, cuyo cómputo queda a cargo de aquella última autoridad del
Ejecutivo Federal; y en la que debe atenderse al criterio sustentado por el
Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, en la
tesis 95P, visible en la página 1506, Tomo XXI, Segunda Parte, Sección
Primera, correspondiente al mes de mayo de 2005, del Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Novena Época, cuyo rubro y contenido dicen:
“PRISIÓN, CUMPLIMIENTO SIMULTÁNEO DE ESA PENA.- De una correcta interpretación gramatical, lógica y sistemática de la reforma al segundo párrafo del artículo 25 del Código Penal Federal, publicada en el Diario Oficial de la Federación de veintiséis de mayo de dos mil cuatro que preceptúa: ‘La privación de libertad preventiva se computará para el cumplimiento de la pena impuesta así como de las que pudieran imponerse en otras causas, aunque hayan tenido por objeto hechos anteriores al ingreso a prisión. En este caso, las penas se compurgarán en forma simultánea’; se obtiene, que la expresión ‘En este caso, las penas se compurgarán en forma simultánea’ no se refiere al cumplimiento
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simultáneo de la totalidad de las sanciones de prisión impuestas en diversos juicios, sino únicamente, el tiempo de privación de la libertad preventiva, es decir, la parte correspondiente de la pena impuesta relativa al quantum de la prisión preventiva, la que debe darse por compurgada de manera simultánea en todas las causas, aunque hayan tenido por objeto hechos anteriores al ingreso a prisión.”.
De tal manera, que en términos del artículo 529, primer párrafo, del
Código Federal de Procedimientos Penales, corresponderá a la autoridad
penitenciaria ejecutora de sanciones realizar los cómputos
correspondientes.
Sanción corporal en cuya compurgación deberá abonarse el tiempo
que el acusado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE ha estado en prisión
preventiva, esto es, desde el doce de julio de dos mil doce, fecha en que
fue detenido por los elementos policiales y puesto a disposición de la
autoridad ministerial, hasta que cause ejecutoria la resolución definitiva
de esta causa; lo anterior, en términos de los artículos 25, segundo
párrafo, y 77 del Código Penal Federal.
Apoya lo anterior la tesis aislada sustentada por el Segundo Tribunal
Colegiado del Sexto Circuito, visible en la página 266, Tomo IX, Materia
Penal, correspondiente a Febrero de 1992, del Semanario Judicial de la
Federación, Octava Época, del rubro y contenido siguientes:
“SENTENCIA CONDENATORIA, DEBE COMPUTARSE EL TIEMPO DE LA DETENCIÓN EN LA.- De lo dispuesto por el último párrafo del artículo 20 de la Constitución General de la República, se desprende que en toda pena de prisión que imponga una sentencia, se computará el tiempo de detención; de lo que se sigue, que es obligación del juzgador computar en toda pena de prisión que imponga el tiempo durante el cual el acusado estuvo detenido y ello debe hacerlo precisamente en la sentencia respectiva y no dejarlo para la ejecución de ésta, máxime que el cumplimiento de una garantía constitucional no puede postergarse; además, la detención a que alude esa disposición debe entenderse que comprende tanto aquella que sufrió el reo a disposición de la autoridad administrativa como aquella que transcurrió cuando el indiciado se encontró a disposición de la autoridad judicial, pues al respecto, la referida disposición fundamental no distingue la naturaleza de la detención.”
Por lo que hace a la sanción pecuniaria, ésta fue calculada con base
en el salario diario mínimo vigente en la fecha y lugar de perpetración del
ilícito (doce de julio de dos mil doce, Ciudad de México), a razón de $62.33
(sesenta y dos pesos 33/100 moneda nacional), atento a lo dispuesto en el
artículo 29, párrafo tercero, del Código Penal Federal, que establece que el
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Sentencia 62/2012-III
límite inferior del día multa será el equivalente al salario mínimo vigente
en el lugar y época de consumación del delito; pena pecuniaria que
asciende a OCHENTA DÍAS MULTA, equivalente a la cantidad de$4,986.40
(CUATRO MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y SEIS PESOS 40/100 M. N.), la
cual deberá enterar ante cualquier oficina de Administración Local de
Recaudación de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
correspondiente al domicilio que señaló ante este Juzgado de Distrito para
oír y recibir notificaciones o bien, en aquélla en que pueda cobrársele, lo
que en su caso deberán acreditar ante este Juzgado Federal.
Multa que en caso de impago injustificado, el cobro se hará efectivo
por conducto de la oficina fiscal correspondiente a través del
procedimiento económico coactivo, en términos del artículo 29, párrafo
sexto, del Código Penal Federal.
Tiene aplicación la Tesis de Jurisprudencia 2a./J. 49/2003, emitida
por la Segunda Sala de la H. Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible
en la página 226, Tomo XVII, correspondiente a Junio de 2003, del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, que es del
título y contenido siguientes:
“MULTAS IMPUESTAS POR EL PODER JUDICIAL FEDERAL, COMPETE HACERLAS EFECTIVAS A LA ADMINISTRACIÓN LOCAL DE RECAUDACIÓN TRIBUTARIA CORRESPONDIENTE.- Del examen sistemático de lo dispuesto en los artículos 1o., 2o., 3o., 6o., 7o., fracciones I, IV y XIII, y tercero transitorio de la Ley del Servicio de Administración Tributaria, publicada en el Diario Oficial de la Federación el quince de diciembre de mil novecientos noventa y cinco, en vigor a partir del primero de julio de mil novecientos noventa y siete, se advierte que con el establecimiento del Servicio de Administración Tributaria se creó un órgano desconcentrado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público con el carácter de autoridad fiscal, encargado de manera especial y exclusiva, entre otras funciones, de las concernientes a la determinación, liquidación y recaudación de las contribuciones, aprovechamientos federales y sus accesorios, y se reservó a la Tesorería de la Federación el carácter de asesor y auxiliar gratuito del mencionado órgano. Por otro lado, conforme a lo establecido en los artículos 2o., 20, fracciones XVI, XVII, XXIII, LII, párrafos tercero y penúltimo, y 22 del Reglamento Interior del Servicio de Administración Tributaria en vigor, la Administración General de Recaudación es la unidad administrativa encargada de recaudar directamente o a través de sus oficinas autorizadas, las contribuciones, los aprovechamientos, las cuotas compensatorias, así como los productos federales, y de concentrarlos en la unidad administrativa competente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que es la Tesorería de la Federación, de acuerdo con los artículos 11, fracción V, del Reglamento Interior de la Secretaría de Hacienda y
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Crédito Público y 30 de la Ley del Servicio de Tesorería de la Federación; dicha Administración cuenta con facultades para llevar a cabo el procedimiento administrativo de ejecución que respecto del cobro de créditos fiscales derivados de aprovechamientos federales establece el artículo 145 del Código Fiscal de la Federación, al igual que cuenta con los servicios de las Administraciones Locales de Recaudación que ejercen esas facultades dentro de una circunscripción determinada territorialmente. Atento lo anterior, corresponde a la Administración Local de Recaudación del Servicio de Administración Tributaria, que tenga competencia territorial en el domicilio del infractor o en aquel en el que pueden cobrársele, hacer efectivas las multas impuestas por el Poder Judicial de la Federación .”
En la inteligencia de que la cuantificación de la multa impuesta al
encausado, se hizo partiendo de la premisa de que el encausado RAFAEL
GÓMEZ TAGLE LEE, ante este Juzgado de Distrito, adujo que se
desempeñaba como plomero, actividad por la que percibía
aproximadamente mil pesos semanales, lo cual evidencia su imprecisión.
Es aplicable al caso, el criterio sustentado por el Segundo Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito, en la Tesis de
Jurisprudencia 598, visible a foja 483, Tomo II, Materia Penal, del Apéndice
al Semanario Judicial de la Federación de 1917-2000, cuyo rubro y
contenido dicen:
“MULTA. ANTE LA IMPRECISIÓN DE LOS INGRESOS PERCIBIDOS POR EL ACUSADO, EL SALARIO MÍNIMO SERÁ EL PARÁMETRO PARA ESTABLECER LA CONDENA AL PAGO DE LA.- Si de autos se desprende que no se acreditó de manera fehaciente el monto a que ascendían los ingresos del acusado, el Juez de la causa, al momento de determinar la condena en días multa, deberá tomar como base el salario mínimo general vigente en la época de la comisión de los hechos delictuosos, conforme lo establece el artículo 29, párrafo tercero, del Código Penal Federal”.
La multa impuesta podrá ser sustituida al sentenciado RAFAEL
GÓMEZ TAGLE LEE por OCHENTA JORNADAS DE TRABAJO NO
REMUNERADAS A FAVOR DE LA COMUNIDAD, para el caso de que se
acredite de manera fehaciente e indubitable que es insolvente, o bien, que
por alguna causa no puedan efectuar el pago total, o en el caso de impago
parcial de la multa, por el número de jornadas insolutas que resulten, a
razón de un día de jornada por un día multa; determinación a la que se
arriba en términos del artículo 27 del Código Penal Federal, que dispone:
“El trabajo a favor de la comunidad puede ser pena autónoma o sustitutivo de la prisión o de la multa”
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Sentencia 62/2012-III
Por su parte, en los párrafos cuarto y quinto del diverso numeral 29
del código en cita, se señala:
“Cuando se acredite que el sentenciado no puede pagar la multa o solamente puede cubrir parte de ella, la autoridad judicial podrá sustituirla, total o parcialmente, por prestación de trabajo a favor de la comunidad.
Cada jornada de trabajo saldará un día multa”
Preceptos de los que se desprende la facultad del órgano
jurisdiccional para sustituir (total o parcialmente), la multa por trabajo a
favor de la comunidad, con el número de jornadas respectivas, a razón de
una por día multa, cuando el sentenciado no pueda pagarla, es decir, sea
insolvente o solamente pueda cubrir parte de ella; lo anterior sin que
exceda de tres días a la semana ni tres horas diarias, conforme a lo que
dispone el artículo 66 de la Ley Federal del Trabajo, consistente en la
prestación de servicios no remunerados, en instituciones públicas o de
asistencia social o instituciones privadas asistenciales, las que se llevarán a
cabo en jornadas dentro de períodos distintos al horario de las labores que
representen la principal fuente de ingreso para la subsistencia del
sentenciado y de su familia, sin que pueda exceder de la jornada
extraordinaria que determine la ley laboral en cita, bajo orientación y
vigilancia de la autoridad ejecutora.
Es aplicable a lo anterior el criterio sustentado por la Primera Sala de
la H. Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de
tesis 86/2006, del título y contenido siguientes:
“SUSTITUCIÓN DE LA PENA PECUNIARIA POR JORNADAS DE TRABAJO A FAVOR DE LA COMUNIDAD. EN CASO DE INSOLVENCIA DEL SENTENCIADO, LA AUTORIDAD JUDICIAL PUEDE DECRETARLA PARCIAL O TOTALMENTE, CON INDEPENDENCIA DE QUE EL MINISTERIO PÚBLICO LA SOLICITE O NO EN SU PLIEGO DE CONCLUSIONES.- Del análisis armónico de los artículos 30, 36, 39 y 85 del Nuevo Código Penal para el Distrito Federal, tenemos que la pena consistente en el trabajo en beneficio de la víctima o en favor de la comunidad, tiene un doble aspecto, pues por un lado está considerada como pena autónoma y por el otro, puede imponerse como una pena sustituta de la pena de prisión o de multa. Así, cuando el trabajo en beneficio de la víctima del delito o en favor de la comunidad se impone como pena autónoma, ésta deberá ser solicitada por el Ministerio Público al ejercitar la acción penal correspondiente. En el caso de que se imponga como pena sustitutiva en lugar de la multa, por acreditarse la insolvencia del sentenciado que haga imposible el pago de la multa o bien sólo se logre cubrir parte de la misma, el artículo 39 de la codificación penal en estudio faculta expresamente al juzgador a resolver respecto de la
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sustitución, lo que de manera alguna implica que el órgano acusador deba solicitar dicha sustitución en su pliego de conclusiones, pues se reitera que la citada pena no se está imponiendo como pena autónoma sino sustitutiva de la multa. Por lo tanto, es válido afirmar que se encontrará apegada a derecho, la sentencia en la que el juzgador de la causa sustituya parcial o totalmente la multa al sentenciado, a cambio de trabajo en beneficio de la víctima o trabajo a favor de la comunidad, cuando se acredite que aquél no puede pagar la multa o solamente puede cubrir parte de ella, con independencia de que el Ministerio Público haya solicitado o no en su pliego de conclusiones la citada sustitución de la pena.”
Criterio que resulta aplicable, pues en el mismo se hace una
interpretación de diversas normas del Código Penal para el Distrito
Federal, entre ellas el artículo 39, cuyo contenido es similar al 29, tercer
párrafo, del Código Penal Federal.
Así como el criterio sustentado por el Décimo Tribunal Colegiado en
Materia Penal del Primer Circuito, en la Tesis de Jurisprudencia I.10o.P.
J/11, que es de observancia obligatoria en términos del artículo 193 de la
Ley de Amparo, visible en la página 1793, Tomo XXV, correspondiente a
Mayo de dos mil siete, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, cuyo epígrafe y contenido dicen:
“JORNADAS DE TRABAJO NO REMUNERADAS A FAVOR DE LA COMUNIDAD. LA SUSTITUCIÓN DE LA MULTA POR ÉSTAS, NO CONSTITUYE UN BENEFICIO SINO OBLIGACIÓN SUBSIDIARIA EN CASO DE INSOLVENCIA TOTAL O PARCIAL DEL SENTENCIADO.- Las jornadas de trabajo no remuneradas a favor de la comunidad, además de tener el carácter de pena, también pueden ser un sustitutivo de la multa de conformidad con el párrafo tercero del artículo 36 del Código Penal para el Distrito Federal, cuya aplicación es potestad del Juez de la causa al individualizar la pena y sin que para ello se requiera de la solicitud del Ministerio Público en su pliego acusatorio. No obstante, la denegación de ese sustitutivo no lesiona los intereses del quejoso, puesto que acorde con el artículo 39 de la referida codificación sustantiva, únicamente opera cuando se acredite que el sentenciado no puede pagar la multa o sólo puede cubrir parte de ella, lo que significa que no constituye una opción para éste, de tal manera que indefectiblemente se encuentra obligado a pagarla salvo el caso en que se acredite su insolvencia total o parcial, supuesto en el cual, en sustitución de la multa que no pudo pagar, se le obliga a prestar jornadas de trabajo a favor de la comunidad sin remuneración; de consiguiente, tal sustitutivo penal no alcanza el rango de beneficio porque no se resuelve en una alternativa favorable para el sentenciado sino en una obligación subsidiaria que de manera alguna podría beneficiarle, dado que de actualizarse la hipótesis, ello impediría la extinción de la multa por prescripción y, en tal orden, es inaceptable conceder el amparo para dar vida jurídica a dicho sustitutivo penal a todas luces en perjuicio del sentenciado.”
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Sentencia 62/2012-III
En su oportunidad, en su caso, dese cumplimiento a lo ordenado
en los Acuerdos Generales 1/2012 y 2/2012 del Pleno del Consejo de la
Judicatura Federal, publicados en el Diario Oficial de la Federación el
veintidós de febrero de dos mil doce, que modificaron los diversos
22/2011 y 23/20011, publicados en el Diario Oficial de la Federación el
diecisiete de junio de dos mil once.
Debiéndose tomar en consideración lo que se prevé en el artículo 14
del Acuerdo General 22/2011 del Pleno del Consejo de la Judicatura
Federal, en el sentido de que mientras se emiten las leyes secundarias que
reglamenten la reforma al sistema de justicia penal, orientadas a lograr la
integralidad del sistema procesal penal acusatorio, para la tramitación y
resolución de los procedimientos e incidencias relativas a esta materia se
observarán, en lo conducente, las normas vigentes.
SÉPTIMO. SUSTITUTIVOS Y/O BENEFICIOS.
Enseguida, se analiza si en la especie se surten los requisitos para
conceder al sentenciado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, los beneficios de
sustitución de la pena de prisión, previstos en el artículo 70, en sus
fracciones I, II y III, del Código Penal Federal, y el de condena condicional, a
que se refiere el artículo 90 del citado código.
En ese sentido en el artículo 70 del Código Penal Federal, se dispone:
“Artículo 70. La prisión podrá ser sustituida, a juicio del juzgador, apreciando lo dispuesto en los artículos 51 y 52 en los términos siguientes:
I. Por trabajo a favor de la comunidad o semilibertad, cuando la pena impuesta no exceda de cuatro años;
II. Por tratamiento en libertad, si la prisión no excede de tres años o,III. Por multa, si la prisión no excede de dos años.La sustitución no podrá aplicarse a quien anteriormente hubiere
sido condenado en sentencia ejecutoriada por delito doloso que se persiga de oficio. Tampoco se aplicará a quien sea condenado por algún delito de los señalados en la fracción I del artículo 85 de este Código”.
En ese sentido, debe indicarse que del oficio
DEJDH/SCI/17177/2012, telegrama TN20691161 y la ficha signalética
relativa al procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, se advierte que éste
registró tres ingresos a prisión, a saber:
1) Juzgado Séptimo Penal del Distrito Federal, en la causa penal
139/1989, por el delito de robo calificado;
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2) Juzgado Noveno de Distrito de Procesos Penales Federales en el
Distrito Federal, en la causa penal 260/1989, por un delito contra la salud;
y,
3) Juzgado Quinto de Distrito de Procesos Penales Federales en el
Distrito Federal, en la causa penal 151/06, por un delito contra la salud, en
su modalidad de comercio, hipótesis de venta.
Por lo anterior, durante la tramitación de este proceso penal se
solicitó a cada una de las referidas autoridades remitieran a este Juzgado
Federal, respectivamente, las constancias que de cada una existen en su
Juzgado, obteniéndose que en la causa penal 151/2006, del índice del
Juzgado Quinto de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito
Federal, el cuatro de septiembre de dos mil siete se dictó sentencia
condenatoria contra RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, por su responsabilidad
penal en la comisión del delito CONTRA LA SALUD, EN LA MODALIDAD
DE POSESIÓN CON FINES DE COMERCIO (HIPÓTESIS DE VENTA), DEL
ESTUPEFACIENTE DENOMINADO MARIHUANA, imponiéndosele entre
otra, la pena de trece años nueve meses de prisión; determinación que
fue modificada el veintidós de octubre de dos mil siete por el Sexto
Tribunal Unitario en Materia Penal del Primer Circuito, al resolver los
autos del toca 404/2007, para quedar en once años diez meses de
prisión; siendo que, el dieciséis de octubre de dos mil nueve, resultó
procedente y fundado el incidente no especificado de adecuación de la
pena intentado por el referido sentenciado, QUEDANDO LA REFERIDA
PENA DE PRISIÓN EN CINCO AÑOS, misma que declaró cumplida la
autoridad ejecutora el ocho de noviembre de dos mil once.
Mientras que en la causa penal 139/1989, del índice del Juzgado
Séptimo Penal del Distrito Federal, el siete de junio de mil novecientos
noventa y tres se dictó sentencia condenatoria contra RAFAEL GÓMEZ
TAGLE LEE, por su responsabilidad penal en la comisión del delito de ROBO
CALIFICADO, imponiéndosele entre otra, la pena de dos años un mes
quince días de prisión; determinación que, en cuanto a este tópico, fue
confirmada el diecinueve de octubre de mil novecientos noventa y tres
por la Décima Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito
Federal, al resolver los autos del toca penal 492/93; decretándose
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Sentencia 62/2012-III
prescrita la referida sanción corporal el ocho de marzo de dos mil uno,
ante la imposibilidad de dar cumplimiento a la orden de reaprehensión
que en su momento se libró en su contra.
En tanto que, en la causa penal 260/1989 del orden del Juzgado
Noveno de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito
Federales, el veintinueve de octubre de mil novecientos ochenta y nueve
se dictó auto de formal prisión en su contra como probable responsable
en la comisión del delito contra la salud, en la modalidad de posesión del
psicotrópico denominado Rohypnol; determinación que fue revocada el
veinte de marzo de mil novecientos noventa por el Segundo Tribunal
Unitario del Primer Circuito en los autos del toca penal 571/89, emitiendo
en su favor auto de libertad por falta de elementos para procesar, con las
reservas de ley.
En ese orden, toda vez que en la causa penal 260/1989 del Juzgado
Noveno de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito Federales
no se emitió sentencia definitiva en la que se impusiera pena alguna a
RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, tal registro no puede ser considerado para el
estudio que nos ocupa, pues no se trata de sentencia condenatoria
ejecutoriada; sin embargo, en la identificada como 151/2006, del índice
del Juzgado Quinto de Distrito de Procesos Penales Federales en el
Distrito Federal, y en la diversa 139/1989, del índice del Juzgado Séptimo
Penal del Distrito Federal, es evidente que éste ya fue condenado con
anterioridad a los hechos que nos ocupan por diversos ilícitos que sí son
perseguibles de oficio, determinaciones que incluso causaron ejecutoria.
Por lo anterior, al encontrarse demostrado documentadamente que
el justiciable RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, ya fue sancionado con antelación
a los hechos que nos atañen por sentencia ejecutoriada, por delito doloso
que se persigue de oficio, se NIEGAN a éste los sustitutivos a que se
refiere el artículo 70 del Código Penal Federal.
En ese se sentido, cabe precisar que para su concesión no basta
únicamente que se satisfaga el requisito de temporalidad a que se alude en
las tres fracciones del referido numeral, sino que además, también deben
concurrir las condiciones que se precisan en su último párrafo, de ahí, que
se itera la aludida determinación.
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En apoyo de lo anterior, para la concesión de estos beneficios, tiene
aplicación el criterio sustentado en la Jurisprudencia 1ª./J.21/2003,
emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
formada con motivo de la Contradicción de Tesis 101/2002-PS, entre las
sustentadas por el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer
Circuito y el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer
Circuito, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Tomo XVII, Novena Época, junio de 2003, página 136, con el rubro y texto:
“SUSTITUCIÓN DE LA PENA DE PRISIÓN. LOS BENEFICIOS ESTABLECIDOS EN EL ARTÍCULO 70 DEL CÓDIGO PENAL FEDERAL PUEDEN APLICARSE INDISTINTAMENTE POR EL JUZGADOR, SIEMPRE Y CUANDO LA PENA NO EXCEDA DE LA PREVISTA EN LOS SUPUESTOS CONTENIDOS EN ESE PRECEPTO Y SE SATISFAGAN LOS REQUISITOS QUE ESTABLECEN LAS DEMÁS PREVENCIONES ESPECIALES. De lo previsto en el mencionado precepto, en el sentido de que la prisión podrá ser sustituida, a juicio del juzgador, apreciando lo dispuesto en los artículos 51 y 52 del propio Código Penal Federal, por trabajo a favor de la comunidad o semilibertad, cuando la pena impuesta no exceda de cuatro años; por tratamiento en libertad, si la prisión no excede de tres años; o por multa, si la prisión no excede de dos años, se advierte que en dicho artículo se refleja la premisa esencial del sistema penal mexicano, consagrada en el artículo 18 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, consistente en lograr una verdadera readaptación social del delincuente, sobre la base del trabajo, la capacidad y la educación, al establecer la figura de la sustitución de la pena privativa de libertad, por trabajo en favor de la comunidad o semilibertad, por tratamiento en libertad, o bien, por multa. En consecuencia, los beneficios sustitutivos de la pena de prisión pueden aplicarse en forma indistinta, por el juzgador, siempre y cuando la pena privativa de la libertad no exceda de la prevista en los supuestos que establezca el propio artículo 70, armónicamente interpretado con las demás prevenciones especiales relativas a la institución de que se trata, lo que significa que la sustitución no podrá aplicarse a quien anteriormente hubiere sido condenado en sentencia ejecutoriada por delito doloso que se persiga de oficio, ni a quien sea condenado por algún delito de los señalados en la fracción I del artículo 85 del citado código.”
Asimismo, por identidad sustancial resulta orientadora la Tesis
Asilada en materia Penal sustentada por los Tribunales Colegiado de
Circuito, publicada en la página 401, del Tomo X, de octubre de mil
novecientos noventa y dos, del Semanario Judicial de la Federación,
Octava Época, que es del tenor siguiente:
“PRISIÓN, ASPECTOS NORMATIVOS Y POTESTATIVOS DE LA CONCESIÓN DE LOS BENEFICIOS DE LA SUSTITUCION DE LA PENA DE. EN REFERENCIA AL ARTÍCULO 70 DEL CÓDIGO PENAL PARA EL DISTRITO FEDERAL EN MATERIA DEL FUERO COMÚN Y PARA TODA LA REPÚBLICA
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Sentencia 62/2012-III
EN MATERIA FEDERAL. En lo que atañe a los beneficios diversos ( multa, trabajo en favor de la comunidad, semilibertad y tratamiento en libertad), como sustitutivos de la principal pena de prisión impuesta, a que se refiere el artículo 70, fracciones I y II, del Código Penal para el Distrito Federal en materia del Fuero Común y para toda la República en materia Federal; evidentemente que para su concesión se previenen tanto aspectos normativos como potestativos en el actuar de la resolutora autoridad jurisdiccional de instancia, donde, por lo que hace a los primeros, debe atenderse al quantum de la privativa de libertad impuesta (uno o tres años según el caso), así como al cumplimiento de las exigencias del numeral 90, fracción I, incisos b) y c) del ordenamiento sustantivo preinvocado, en tanto que, el aspecto facultativo evoca al denominado arbitrio judicial, donde sin injerencia de las partes, se otorgan o no los beneficios en comento, sustentándose esa decisión en la facultad, en amplio sentido, que se determina en el "podrá" a "juicio del juzgador" que previene la ley, y sin más exigencia que el estudio razonado de las circunstancias previstas en los numerales 51 y 52 del citado ordenamiento punitivo”.
Ahora bien, una vez señalado lo anterior, se analizará la procedencia
o no, del beneficio de la CONDENA CONDICIONAL que prevé el numeral 90
del Código Penal Federal, que en lo conducente, señala:
“Artículo 90. El otorgamiento y disfrute de los beneficios de la condena condicional, se sujetarán a las siguientes normas:
I. El juez o tribunal, en su caso, al dictar sentencia de condena o en la hipótesis que establece la fracción X de este artículo, suspenderán motivadamente la ejecución de las penas, a petición de parte o de oficio, si concurren estas condiciones:
a) Que la condena se refiera a pena de prisión que no exceda de cuatro años;
b) Que el sentenciado no sea reincidente por delito doloso, haya evidenciado buena conducta antes y después del hecho punible y que la condena no se refiera a alguno de los delitos señalados en la fracción I del artículo 85 de este Código; y,
c) Que por sus antecedentes personales o modo honesto de vivir, así como por la naturaleza, modalidades y móviles del delito, se presuma que el sentenciado no volverá a delinquir…”
En primer término es importante señalar, que la pena impuesta al
procesado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE no excede de cuatro años, ya que se
le condenó a TRES AÑOS DE PRISIÓN; sin embargo, debe considerársele
como reincidente.
Al caso, conviene precisar que si bien la representación social de la
Federación no incluyó tal petición en los puntos petitorios de su pliego de
conclusiones, no menos lo es que sí lo hizo en su apartado que identificó
como: “CONSECUENCIA JURÍDICA DEL DELITO”, pues refirió: “…con
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fundamento en el artículo 20 y 65 del Código Penal Federal, solicito se le
niegue al acusado los beneficios, debido a que es reincidente en delitos
dolosos tal y como se acredita con la documental que obra en la causa…”;
por ello, al resultar las conclusiones del ministerio público un conjunto de
razonamiento a través de los cuales formula acusación contra determinada
persona, éstas deben interpretarse en conjunto y no de manera aislada.
En ese sentido, según se indicó, en lo que resulta relevante para
este estudio, de las constancias enviadas por el Juzgado Quinto de Distrito
de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal, se advierte que a
RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE se le instruyó la causa penal 151/2006 de su
índice, lo cual se afirma a virtud de que adjuntó la ficha signalética
respectiva, misma que sin ser perito en la materia se advierte corresponde
al aquí procesado, además de los datos personales que ahí aparecen, como
el nombre de sus padres, corresponde con los proporcionados en el
presente asunto; proceso penal en el que mediante sentencia condenatoria
de cuatro de septiembre de dos mil siete se le impuso, entre otra, la pena
de trece años nueve meses de prisión por su responsabilidad penal en la
comisión del delito CONTRA LA SALUD, EN LA MODALIDAD DE POSESIÓN
CON FINES DE COMERCIO (HIPÓTESIS DE VENTA), DEL ESTUPEFACIENTE
DENOMINADO MARIHUANA; determinación que fue modificada el
veintidós de octubre de dos mil siete por el Sexto Tribunal Unitario en
Materia Penal del Primer Circuito, al resolver los autos del toca
404/2007, para quedar en once años diez meses de prisión; siendo que,
el dieciséis de octubre de dos mil nueve, resultó procedente y fundado
el incidente no especificado de adecuación de la pena intentado por el
referido sentenciado, QUEDANDO LA REFERIDA PENA DE PRISIÓN EN
CINCO AÑOS, misma que declaró compurgada la autoridad ejecutora el
ocho de noviembre de dos mil once (fojas 212 a 353); motivo por el cual,
sí es posible considerar apta tal información para establecer la
reincidencia, ello, en términos del artículo 20 del Código Penal Federal, el
cual es del tenor literal siguiente:
“Artículo 20. Hay reincidencia: siempre que el condenado por sentencia ejecutoria dictada por cualquier tribunal de la República o del extranjero, cometa un nuevo delito, si no ha transcurrido, desde el
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Sentencia 62/2012-III
cumplimiento de la condena o desde el indulto de la misma, un término igual al de la prescripción de la pena, salvo las excepciones fijadas en la ley.
La condena sufrida en el extranjero se tendrá en cuenta si proviniere de un delito que tenga este carácter en este Código o leyes especiales.
En ese orden de ideas, se colige que para estar en posibilidad de
realizar el estudio inherente a la ficción jurídica de la reincidencia,
necesariamente se debe contar con la referencia de la data en que el
sentenciado dio cumplimiento a la pena impuesta con antelación (cinco
años), tal como en el caso acontece, pues se sabe que el ocho de
noviembre de dos mil once se declaró EXTINGUIDA LA PENA PRIVATIVA
DE LIBERTAD que le fue impuesta, ya que fue la temporalidad en la que la
autoridad ejecutora así lo determinó, por ello, es dable sostener que en la
referida data comenzó a transcurrir el plazo de SEIS AÑOS TRES MESES
necesario para la aplicación de la reincidencia, pues en términos del
artículo 113 del Código Penal Federal, la pena privativa de libertad
prescribe en un tiempo igual al fijado en la condena y una cuarta parte
más, (sin que pueda ser inferior a tres años), esto es, a los aludidos cinco
años debe incrementarse un año tres meses más, que corresponde a la
cuarta parte de esa temporalidad.
Por lo anterior, si del ocho de noviembre de dos mil doce, al doce de
julio de dos mil doce, fecha en que acaecieron los hechos génesis de la
presente causa penal, aún no había transcurrido un plazo igual al de la
prescripción de la pena, que corresponde a SEIS AÑOS TRES MESES ; es
innegable que el justiciable de marras SÍ ES REINCIDENTE, ficción jurídica
que acaeció respecto de delito doloso, tal como ya se estableció en el
cuerpo de la presente resolución, lo cual impide a esta potestad otorgar
el beneficio relativo a la condena condicional.
En ese orden de ideas, al no encontrarse satisfechos la totalidad de
los requisitos que se requieren para otorgar el benefició a que se contrae
el artículo 90 del Código Penal Federal, lo procedente NEGAR EL CITADO
BENEFICIÓ A LA SENTENCIADO RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE .
Orienta a lo anterior el criterio sustentado en la Tesis Aislada en
materia Penal de los Tribunales Colegiados de Circuito, visible en la página
247, tomo X, Septiembre de mil novecientos noventa y do, del Semanario
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Judicial de la Federación, Octava Época, cuyo rubro y contenido son del
tenor literal siguientes:
“CONDENA CONDICIONAL. DEBEN SATISFACERSE LOS REQUISITOS SEÑALADOS POR EL ARTÍCULO 90 DEL CÓDIGO PENAL FEDERAL PARA PODER CONCEDERSE LA. Si los quejosos (acusados) no acreditaron los requisitos señalados en el artículo 90 del Código Penal Federal, es correcta la negativa de la autoridad responsable de conceder a los quejosos el beneficio de la condena condicional; sin que tal circunstancia, sea óbice para que lo soliciten en la vía incidental a que se refiere la fracción X del citado precepto y satisfagan los requisitos omitidos”.
Asimismo, la Tesis Aislada en Materia Penal de los Tribunales
Colegiados de Circuito, publicada en la página 53, apéndice 193-198 Sexta
Parte, del Semanario Judicial de la Federación, Sexta Época, cuyo título y
contenido son los siguientes:
“CONDENA CONDICIONAL, REQUISITOS QUE DEBEN SATISFACERSE PARA GOZAR DE LA. Para establecer la procedencia del beneficio de la condena condicional previsto por el artículo 90 del Código Penal Federal, debe analizarse si se satisfacen los requisitos que dicho precepto señala en su fracción I, y en caso de darse éstos así debe indicarse y otorgarse, en tanto que para el disfrute de dicho beneficio es necesario que se cumpla con los requisitos precisados en la fracción II de la propia disposición legal, entre los cuales se encuentra el relativo al pago de la reparación del daño o, en su caso, la fijación de la garantía correspondiente, por lo que aun cuando en la sentencia de primer grado no se diga nada al respecto y únicamente se haya expresado que la pena privativa de libertad impuesta se suspenderá si el acusado se acoge al beneficio concedido y otorga la fianza fijada, esto no implica que para gozar del repetido beneficio baste que el sentenciado exhiba esa fianza, sino que también deberá cumplir con las demás exigencias relativas, entre ellas la indicada”.
Finalmente, también resulta orientador el criterio plasmado en la
Tesis Aislada en Materia Penal por la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, consultable a foja 53, del Apéndice 103-108 Segunda
Parte, del Semanario Judicial de la Federación, Séptima Época, que es del
tenor siguiente:
“CONDENA CONDICIONAL, REQUISITOS PARA LA. OPORTUNIDAD PROCESAL PARA PROBARLOS Y SURTIRLOS. Es técnica y jurídicamente correcta la negativa de la condena condicional, cuando no se surtieron la totalidad de los requisitos exigidos por el artículo 90 del Código Penal Federal; sin embargo, si el reo está en la situación a que se refiere la fracción X del propio precepto, podrá promover esa concesión aun después de dictada sentencia definitiva, siempre y cuando cumpla con los requisitos omitidos”.
OCTAVO. AMONESTACIÓN. Con fundamento en los artículos 42 del
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Sentencia 62/2012-III
Código Penal Federal y 528 del Código Federal de Procedimientos Penales,
amonéstese al sentenciado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, para prevenir su
reincidencia, una vez que cause ejecutoria esta sentencia, lo que habrá de
hacerse en diligencia formal, ante este Juzgado de Distrito.
Tiene aplicación el criterio sustentado por la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis visible en la página 17,
volumen VIII, segunda parte, del Semanario Judicial de la Federación, sexta
época, del rubro y texto siguientes:
“AMONESTACIÓN. El artículo 42 del Código Penal Federal impone al Juez la obligación de amonestar al acusado para que no reincida, lo cual se hará en público o en privado, según parezca prudente a aquél, sin que dicho precepto legal distinga entre delitos intencionales o de imprudencia”.
NOVENO. DECOMISO. Con apoyo en lo dispuesto por el artículo 193,
párrafo cuarto, en relación con los numerales 24, inciso 8 y 40 del Código
Penal Federal; en concordancia con el diverso 181 del Código Federal de
Procedimientos Penales y la Circular 9/93 del Tribunal en Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, se levanta el aseguramiento de 8.4
(ocho punto cuatro) gramos de Cannabis Sativa L., comúnmente conocida
como Marihuana, peso que corresponde al que fue puesto a disposición
de este Juzgado Federal y de $468.50 (cuatrocientos sesenta y ocho pesos
50/100 M.N.).
En se sentido, se decreta únicamente el decomiso de 8.4 (ocho
punto cuatro) gramos de Cannabis Sativa L., comúnmente conocida como
Marihuana por constituir objeto del delito, el cual se encuentra en la
Bodega de Objetos del Delito de la Procuraduría General de la República,
en el Distrito Federal; en consecuencia, una vez que cause ejecutoria el
presente fallo, en términos de los artículos 193, párrafo cuarto, del Código
Penal Federal; y 535 del Código Federal de Procedimientos Penales, el
narcótico indicado se deja a disposición de la Comisión de Autorización
Sanitaria, para que a través de su titular o del Director Ejecutivo de
Regulación de Estupefacientes, Psicotrópicos y Sustancias Químicas, ambos
dependientes de esa Comisión, informe si procede a su aprovechamiento
lícito o destrucción; ello, de conformidad con los artículos 17, fracción II y
VII y 17 bis de la Ley General de Salud, y 3, del Reglamento de esa
Comisión.
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Hecho lo anterior y, en caso de la segunda opción, hágase del
conocimiento de la Agente del Ministerio Público de la Federación Titular
de la Mesa VII y Especial, para la Coordinación, Recepción y Destrucción de
Narcóticos y Objetos y Material Apócrifo de la Delegación en el Distrito
Federal, de la Procuraduría General de la República, que el narcótico de
referencia, se encuentra en la bodega de objetos del delito de dicha
institución, lo anterior, para que proceda a la destrucción del mismo y, en
su oportunidad, remita el acta respectiva.
Lo anterior hágase del conocimiento de la referida autoridad
sanitaria para los efectos procedentes, así como del Encargado de la
Bodega de Objetos del Delito de la Procuraduría General de la República.
Asimismo, considerando que los $468.50 (cuatrocientos sesenta y
ocho pesos 50/100 M.N.) que le fueron asegurados al sentenciado RAFAEL
GÓMEZ TAGLE LEE no constituyen objeto, instrumento o producto del
delito, pues es evidente que no se relacionan con prueba alguna de que los
haya obtenido por los delitos aquí sancionados, una vez que cause
ejecutoria el presente fallo, deberán devolverse al sentenciado en
términos del artículo 24 de la Ley Federal para la Administración y
Enajenación de Bienes del Sector Público.
DÉCIMO. DERECHOS POLÍTICOS Y CIVILES.
Con fundamento en el artículo 38, fracción III, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, 45, fracción I y 46 del Código
Penal Federal, en relación con el precepto 198, punto 3, del Código Federal
de Instituciones y Procedimientos Electorales, se suspende en sus
DERECHOS POLÍTICOS a RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, durante el tiempo
efectivo que dure la pena privativa de libertad; lo anterior, deberá
informarse a la Dirección Ejecutiva del Registro Federal de Electores, a
efecto de que tome las medidas adecuadas para cumplir con este mandato
judicial, una vez que la sentencia quede firme.
Apoya a lo anterior la Jurisprudencia I.3o.P. J/16, del Tercer Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, consultable en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XXII, Novena Época,
septiembre de 2005, Página 1282, de rubro:
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Sentencia 62/2012-III
“DERECHOS POLÍTICOS. EL JUEZ NATURAL DEBE DECRETAR EXPRESAMENTE SU SUSPENSIÓN AL PRONUNCIAR SENTENCIA CONDENATORIA Y NO SÓLO ORDENAR EL ENVÍO DEL OFICIO RESPECTIVO A LA AUTORIDAD ELECTORAL "PARA LOS EFECTOS DE SU COMPETENCIA", PUES ESA OMISIÓN, VIOLA EN PERJUICIO DEL GOBERNADO LA GARANTÍA DE EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY PENAL. La interpretación sistemática de los artículos 38, fracción III y 21 de la Constitución Federal; 30, fracción VII y 57, fracción I, del Nuevo Código Penal para el Distrito Federal, y 162, numeral 3, del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, lleva a sostener el criterio de que la suspensión de derechos políticos de los gobernados, como consecuencia directa y necesaria de la pena de prisión impuesta al pronunciar sentencia condenatoria, debe decretarse únicamente por la autoridad judicial, aun cuando no exista pedimento del órgano acusador en su pliego de conclusiones. Sin embargo, si en la sentencia de primera instancia el juzgador sólo ordenó girar el oficio respectivo al vocal del Registro Federal de Electores en el Distrito Federal "para los efectos de su competencia", invocando como fundamento el citado artículo 38 constitucional, y tal proceder es confirmado por el tribunal de alzada, sin existir impugnación por parte del Ministerio Público sobre el particular, se viola en perjuicio del sentenciado la garantía de exacta aplicación de la ley penal, prevista en el párrafo tercero del artículo 14 de la Carta Magna, porque la autoridad electoral, en una interpretación inadecuada de ese comunicado, podría suspender los derechos políticos del sentenciado sin estar autorizada legalmente para ello, pues no debe perderse de vista que la intención del legislador fue, precisamente, señalar cuál autoridad judicial local o federal está facultada para decretar la suspensión de los derechos políticos de los gobernados, y a cuál corresponde sólo ejecutar la orden.”
Asimismo, es acorde con el criterio anterior, la Jurisprudencia
1ª./J.67/2005, instancia Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
XXII, Novena Época, julio de 2005, Página 128, de rubro:
“DERECHOS POLÍTICOS. PARA QUE SE SUSPENDAN CON MOTIVO DEL DICTADO DE UNA SENTENCIA QUE IMPONGA UNA SANCIÓN O LA PENA DE PRISIÓN, NO ES NECESARIO QUE ASÍ LO HAYA SOLICITADO EL MINISTERIO PÚBLICO. Los derechos políticos del ciudadano señalados en el artículo 35 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, encuentran su limitación en las hipótesis suspensivas contempladas en las fracciones II, III y VI del artículo 38 constitucional, de manera que cuando se suspenden los derechos políticos durante la extinción de una pena privativa de libertad en términos de la citada fracción III, se está en presencia de una pena regulada en los artículos 24, inciso 12, 45, fracción I y 46 del Código Penal Federal, así como en los diversos 30, 56, 57, fracción I y 58 del Nuevo Código Penal para el Distrito Federal, al prever, como una de las clases de suspensión de derechos, la que se establece por ministerio de ley como consecuencia necesaria de la imposición de una sanción o de la pena de prisión. Ahora bien, la circunstancia de que la suspensión de derechos políticos, se imponga por ministerio de ley como consecuencia necesaria de
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la citada imposición, implica que una vez que el gobernado se ubica en la hipótesis constitucional -como cuando se extingue una pena privativa de libertad-, no se requiere un acto voluntario diverso para que se produzcan sus consecuencias, sino que operan de manera inmediata. De esta forma, la suspensión de derechos por ministerio de ley, es la que de manera intrínseca se produce como consecuencia necesaria de la imposición de una sanción o de la pena de prisión, que el Juez debe tomar en cuenta ineludiblemente al dictar sentencia; por lo que es innecesario que en estos casos el Ministerio Público (del fuero común o del fuero federal) solicite la indicada suspensión en la etapa procedimental en la que formula sus conclusiones acusatorias. En consecuencia, si el órgano jurisdiccional, al momento de dictar la sentencia respectiva y en ejercicio de sus facultades, suspende los derechos políticos del sentenciado, no rebasa la acusación, ya que dicha suspensión no está supeditada a la solicitud del Ministerio Público, sino a lo dispuesto por una norma constitucional, la cual se desarrolla por otra de carácter secundario en los términos apuntados”.
De igual modo, al no tratarse de una sanción autónoma o
independiente, sino una consecuencia necesaria de la pena de prisión, con
fundamento en los artículos 45, fracción I, y 46, del Código Penal Federal,
se ordena la suspensión de los DERECHOS CIVILES del sentenciado de que
se trata.
A lo anterior es aplicable la Tesis de Jurisprudencia 39/2009,
sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, visible en la página 267, tomo XXIX, correspondiente al mes de
junio de dos mil nueve, Novena Época, Materia Penal, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, de rubro y texto
siguientes:
“SUSPENSIÓN DE LOS DERECHOS CIVILES DEL SENTENCIADO. SU IMPOSICIÓN NO REQUIERE LA PETICIÓN EXPRESA DEL MINISTERIO PÚBLICO.- La suspensión de los derechos civiles del sentenciado a que se refieren los artículos 45, fracción I, y 46 del Código Penal Federal, durante la extinción de una sanción privativa de la libertad, no requiere la petición expresa del Ministerio Público porque su imposición se surte por ministerio de ley, en tanto que no se trata de una sanción autónoma o independiente, sino de una consecuencia necesaria de la pena de prisión. En efecto, con la imposición de la pena privativa de la libertad, por así disponerlo la ley, se suspenden los derechos civiles del sentenciado, y en virtud de la naturaleza accesoria de esta sanción, su duración dependerá de la pena principal; de ahí que el juzgador puede declarar en la sentencia la suspensión aludida sin que medie petición expresa del representante social. Además, ello es así, habida cuenta que la pena de prisión constituye un obstáculo material -más que jurídico- para ejercer los derechos civiles previstos en el indicado artículo 46 -tutela, curatela, ser apoderado, defensor, albacea, perito, depositario o interventor judicial, síndico o interventor en quiebras, árbitro, arbitrador o representante de ausentes-, los cuales requieren la presencia
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Sentencia 62/2012-III
física y libertad de acción frente a los sujetos que se encuentran en el otro extremo de la relación civil, lo que no puede ocurrir mientras se esté privado de la libertad, pues aunque no se impusiera la suspensión mencionada subsistiría la imposibilidad material para ejercer tales derechos.”
En la inteligencia de que la suspensión de ambos derechos, será a
partir de que cause ejecutoria la presente determinación, la cual surtirá
efectos durante la sanción de la pena privativa de libertad impuesta.
DÉCIMO PRIMERO. TOXICOMANÍA. Al declarar ministerialmente, el
acusado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, afirmó ser adicto al consumo de la
Marihuana, lo cual se corroboró con el dictamen en toxicomanía que
consta en autos; ante este panorama, en términos del artículo 481 de la
Ley General de Salud, se le deja a disposición de la Secretaría Técnica del
Consejo Nacional Contra las Adicciones de la Secretaría de Salud, para que
continúe con el tratamiento de la toxicomanía que padece.
Lo anterior, al atender que por disposición expresa de esa norma,
cuando la autoridad judicial identifique que una persona relacionada con el
procedimiento es farmacodependiente, deberá informar de inmediato a las
autoridades sanitarias competentes para implementar el tratamiento
correspondiente, al vincularse estrictamente con la garantía a la salud a
que se refiere el artículo 4° de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos.
A lo expuesto, es aplicable la Jurisprudencia consultable con el
número 337, de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, publicada en la página 186, del Tomo II, del Apéndice Semanario
Judicial de la Federación que es del tenor literal siguiente:
“SALUD, DELITO CONTRA LA. TOXICÓMANOS. TRATAMIENTO MÉDICO. La pena que deba imponerse por delito contra la salud es siempre sin perjuicio de que al inculpado toxicómano se le someta al tratamiento médico que ordena expresamente la ley procesal de la materia”.
DÉCIMO SEGUNDO. REPARACIÓN DEL DAÑO. No ha lugar a
condenar al sentenciado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, al pago de la
reparación del daño, ello en razón de que en términos del artículo 30 del
Código Penal Federal, el efecto de dicha pena es la restitución de la cosa
obtenida por el acusado con motivo del ilícito por el que resultó
71
responsable, empero, en el caso, no se advierte que con la conducta
desplegada haya causado perjuicio a un tercero, para que éste, en su caso,
obtenga alguna indemnización; máxime que el delito que se reprocha es
de resultado formal y no material; por tanto, NO SE CONDENA AL
SENTENCIADO AL PAGO DE LA REPARACIÓN DEL DAÑO.
DÉCIMO TERCERO. DEPURACIÓN. En virtud de que el duplicado de
la presente causa penal es susceptible de desincorporación y destrucción,
amén de que no consta agregado algún documento original, con apoyo en
lo previsto en el punto vigésimo, fracción II, del Acuerdo General Conjunto
1/2009, de veintiocho de septiembre de dos mil nueve, de los Plenos de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura
Federal, relativo a la transferencia, digitalización, depuración y destrucción
de los expedientes generados en los Juzgados de Distrito, una vez que
transcurra el plazo de seis meses, contados a partir de esta fecha,
procédase a la destrucción del duplicado de la presente causa.
DÉCIMO CUARTO. TRANSPARENCIA. Toda vez que el artículo 8 de la
Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, establece la obligación de los órganos jurisdiccionales del
Poder Judicial de la Federación, de hacer públicas las sentencias que
causen estado o ejecutoria; con apoyo en el precitado artículo así como en
el numeral 18, fracción II, de la referida Ley Federal, en correlación con los
ordinales 1, 3, 5, 6 y 8 del Reglamento de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación y del Consejo de la Judicatura Federal para la Aplicación de la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, y del Acuerdo General 84/2008, del Pleno del Consejo de
la Judicatura Federal, con el fin de respetar el derecho a la intimidad de las
partes, en el presente fallo deberá omitirse la publicación de los datos
personales del sentenciado de marras, pues éste no otorgó su
consentimiento para ello al notificarse de la resolución de plazo
constitucional respectiva.
DÉCIMO QUINTO. COPIAS. Como lo solicitó la agente del Ministerio
Público de la Federación adscrita, en su pliego de conclusiones acusatorias,
72
Sentencia 62/2012-III
con fundamento en los artículos 17 y 25 del Código Federal de
Procedimientos Penales, expídasele copia certificada de la presente
sentencia; asimismo, infórmese lo anterior al Director del Reclusorio
Preventivo Varonil Norte de esta ciudad; de igual manera, una vez que
quede firme esta resolución, envíense sendas copias a las autoridades
indicadas en los artículos 165 y 531, de la ley procesal federal indicada, así
como al Juzgado Quinto de Distrito de Procesos Penales Federales en el
Distrito Federal, respecto de su causa penal 151/2006, para su
conocimiento y efectos legales procedentes.
Por lo expuesto, fundado y con apoyo además en los artículos 94,
95, 97, 98, y 101 del Código Federal de Procedimientos Penales, se
R E S U E L V E
PRIMERO. RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, de generales conocidos, ES
PENALMENTE RESPONSABLE de la comisión del delito CONTRA LA SALUD,
EN SU MODALIDAD DE NARCOMENUDEO, HIPÓTESIS DE POSESIÓN DEL
ESTUPEFACIENTE CANNABIS SATIVA L., CONOCIDO COMO MARIHUANA,
CON FINES DE COMERCIALIZACIÓN –VENTA-, previsto y sancionado en los
artículos 476 y 479 de la Ley General de Salud, en términos del ordinal 13,
fracción II, del Código Penal Federal, según se demostró en el
considerando cuarto y quinto del presente fallo.
SEGUNDO. Por la comisión de ese delito, sus circunstancias
exteriores de ejecución y las particulares del enjuiciado, se impone a
RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE la pena de TRES AÑOS DE PRISIÓN y OCHENTA
DÍAS MULTA, equivalente esta última a $4,986.40 (CUATRO MIL
NOVECIENTOS OCHENTA Y SEIS PESOS 40/100 M. N.); sanción privativa
de libertad que deberá cumplirse en los términos y condiciones
especificadas en el considerando sexto de esta sentencia.
TERCERO. Por los motivos expuestos en el considerando séptimo, se
NIEGAN a RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, los sustitutivos de la pena de
prisión, contemplados en el artículo 70 del Código Penal Federal, así como
el beneficio de condena condicional, previsto en el artículo 90 del mismo
ordenamiento.
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CUARTO. Amonéstese públicamente al sentenciado RAFAEL
GÓMEZ TAGLE LEE, para prevenir su reincidencia, en cumplimiento al
considerando octavo de esta determinación.
QUINTO. Se decretar el decomiso del narcótico afecto a la presente
causa penal, en términos del considerando noveno de la presente
resolución; asimismo, se ordena la devolución del numerario relacionado
con el presente asunto al sentenciado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE.
SEXTO. En términos del considerando décimo de esta sentencia, se
suspende en sus derechos políticos y civiles a RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE,
por el tiempo que dure la condena impuesta.
SÉPTIMO. En términos del considerando décimo primero, se deja al
sentenciado RAFAEL GÓMEZ TAGLE LEE, a disposición de la Secretaría
Técnica del Consejo Nacional Contra las Adicciones de la Secretaría de
Salud, para que continué con el tratamiento de la toxicomanía que
padece; a cuyo efecto, la Dirección General de Ejecución de Sanciones del
Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social
de la Secretaría de Seguridad Pública Federal, deberá vigilar el tratamiento
respectivo, en términos del artículo 15, fracción III, inciso a) del
Reglamento de dicho Órgano Administrativo.
OCTAVO. Se absuelve al sentenciado del pago de la reparación del
daño en términos del considerando décimo segundo.
NOVENO. En virtud de que el duplicado de la presente causa penal
es susceptible de desincorporación y destrucción, amén de que no consta
agregado algún documento original, con apoyo en lo previsto en el punto
vigésimo, fracción II, del Acuerdo General Conjunto 1/2009, de veintiocho
de septiembre de dos mil nueve, de los Plenos de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal, relativo a la
transferencia, digitalización, depuración y destrucción de los expedientes
generados en los Juzgados de Distrito, una vez que transcurra el plazo de
seis meses, contados a partir de esta fecha, procédase a la destrucción
del duplicado de la presente causa; en términos del considerando décimo
tercero.
DÉCIMO. Como está ordenado en el considerando décimo cuarto,
omítase la publicación de los datos personales del sentenciado RAFAEL
GÓMEZ TAGLE LEE.
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Sentencia 62/2012-III
DÉCIMO PRIMERO. Cúmplase con lo ordenado en el considerando
décimo quinto de esta resolución.
NOTIFÍQUESE PERSONALMENTE A LAS PARTES LA PRESENTE
RESOLUCIÓN Y HÁGASE SABER AL SENTENCIADO RAFAEL GÓMEZ TAGLE
LEE, EL DERECHO Y TÉRMINO DE CINCO DÍAS QUE LA LEY LE CONCEDE
PARA INCONFORMARSE, ELLO, EN ATENCIÓN AL CONTENIDO DEL
ARTÍCULO 369 DEL CÓDIGO FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES, Y 25,
PUNTO 1, RELATIVO A LA PROTECCIÓN JUDICIAL, DE LA CONVENCIÓN
AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS, DENOMINADA “PACTO SAN
JOSÉ DE COSTA RICA” Y, EN SU CASO, REQUIÉRASELE PARA QUE DESIGNE
DEFENSOR QUE LO PATROCINE EN SEGUNDA INSTANCIA Y SEÑALE
DOMICILIO PARA OÍR NOTIFICACIONES.
Así lo sentenció y firma, la Licenciada Graciela Malja Aguirre, Jueza
Segundo de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal,
asistida del Licenciado Alejandro Xiuhel López Juárez, Secretario de
Juzgado, quien autoriza y da fe.
L’axlJ
El veinticuatro de septiembre de dos mil doce, el Secretario de Juzgado hace constar que la presente foja corresponde a la última foja de la sentencia emitida en la propia fecha en la causa penal 62/2012-III. Conste.
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