Sentencia Ilegalidad e Ilicitud

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HIPOTECA, GARANTIA REAL, EJECUCION Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil. M. P. Edgardo Villamil Portilla. Sentencia del 2 de diciembre de 2009. Expediente 11001-31-03-009-2003-00596-01. Síntesis: El banco titular del crédito no ejerció la garantía específica que le brindaba el proceso ejecutivo hipotecario como el camino idóneo y tampoco acudió al proceso ejecutivo mixto, dejando atrapados los títulos ejecutivos dentro del trámite singular que inició frente a los deudores quirografarios. El banco prescindió del derecho real de garantía, e intentó vincular a la sociedad pero como deudor directo y no como otorgante de la garantía hipotecaria. Dadas las posibilidades que arroja el diseño legal de los procesos ejecutivos dentro de los cuales se ejercita la hipoteca, el acreedor no puede aspirar a obtener un título “nuevo” con todas sus características, para perseguir las obligaciones insolutas de los deudores, pues no hay motivo procesal para considerar que tiene vedado el cobro de su crédito ni tampoco puede eludirse por esta vía el paso del tiempo sobre las obligaciones civiles, situaciones que descartan la expedición de otro documento para ejecutar la hipoteca de manera separada, siendo que el acreedor está en posibilidad de gestionar, dentro del proceso ejecutivo singular que promovió, la efectividad del derecho real accesorio, pero con el compromiso de asumir los deterioros de los títulos, frente a quien está facultado para resistir las pretensiones. «(…) CONSIDERACIONES DE LA CORTE Basta con ver los planteamientos del recurrente para deducir el fracaso del cargo que se analiza, pues no se trata ahora de que el sentenciador haya irrumpido con un fallo absolutorio que desborda las pretensiones de la demanda o sus hechos, ni que tal cosa haya acontecido como resultado exclusivo de la invención del juzgador, sino que de modo expreso el ad quem se propuso extraer el que consideró genuino sentido del libelo inicial y no sólo halló en él las pretensiones, que precisamente la censura echa hoy de menos, sino que afrontó su resolución. Tiene decantado la Corte que, en línea de principio, las sentencias completamente absolutorias no son vulnerables a los ataques por inconsonancia, pues “como es fácil advertirlo, siempre que el sentenciador resuelva sobre la totalidad del litigio, no existe ninguna trasgresión al principio de la congruencia entre lo pedido y lo resuelto, como quiera que, en tal caso, se cumple a plenitud con la función jurisdiccional en ese proceso, sin que para ello tenga trascendencia si al decidir se acogen o se deniegan las pretensiones de la demanda, pues, en el evento de que el fallo sea adverso al actor, éste no resulta

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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

HIPOTECA, GARANTIA REAL, EJECUCIONCorte Suprema de Justicia. Sala de Casacin Civil. M. P. Edgardo Villamil Portilla. Sentencia del 2 de diciembre de 2009. Expediente 11001-31-03-009-2003-00596-01. Sntesis: El banco titular del crdito no ejerci la garanta especfica que le brindaba el proceso ejecutivo hipotecario como el camino idneo y tampoco acudi al proceso ejecutivo mixto, dejando atrapados los ttulos ejecutivos dentro del trmite singular que inici frente a los deudores quirografarios. El banco prescindi del derecho real de garanta, e intent vincular a la sociedad pero como deudor directo y no como otorgante de la garanta hipotecaria. Dadas las posibilidades que arroja el diseo legal de los procesos ejecutivos dentro de los cuales se ejercita la hipoteca, el acreedor no puede aspirar a obtener un ttulo nuevo con todas sus caractersticas, para perseguir las obligaciones insolutas de los deudores, pues no hay motivo procesal para considerar que tiene vedado el cobro de su crdito ni tampoco puede eludirse por esta va el paso del tiempo sobre las obligaciones civiles, situaciones que descartan la expedicin de otro documento para ejecutar la hipoteca de manera separada, siendo que el acreedor est en posibilidad de gestionar, dentro del proceso ejecutivo singular que promovi, la efectividad del derecho real accesorio, pero con el compromiso de asumir los deterioros de los ttulos, frente a quien est facultado para resistir las pretensiones.()CONSIDERACIONES DE LA CORTE

Basta con ver los planteamientos del recurrente para deducir el fracaso del cargo que se analiza, pues no se trata ahora de que el sentenciador haya irrumpido con un fallo absolutorio que desborda las pretensiones de la demanda o sus hechos, ni que tal cosa haya acontecido como resultado exclusivo de la invencin del juzgador, sino que de modo expreso el ad quem se propuso extraer el que consider genuino sentido del libelo inicial y no slo hall en l las pretensiones, que precisamente la censura echa hoy de menos, sino que afront su resolucin.

Tiene decantado la Corte que, en lnea de principio, las sentencias completamente absolutorias no son vulnerables a los ataques por inconsonancia, pues como es fcil advertirlo, siempre que el sentenciador resuelva sobre la totalidad del litigio, no existe ninguna trasgresin al principio de la congruencia entre lo pedido y lo resuelto, como quiera que, en tal caso, se cumple a plenitud con la funcin jurisdiccional en ese proceso, sin que para ello tenga trascendencia si al decidir se acogen o se deniegan las pretensiones de la demanda, pues, en el evento de que el fallo sea adverso al actor, ste no resulta incongruente, ya que distinto de no decidir un extremo de la litis es resolverlo en forma adversa al peticionario. En el primer caso el fallo sera incongruente y, en consecuencia, podra ser atacado en casacin con base en la causal segunda; en el otro no, puesto que el fallo adverso implica un pronunciamiento del sentenciador sobre la pretensin de la parte, que slo podra ser impugnado a travs de la causal primera si con l se viol directa o indirectamente la ley sustancial. De lo contrario se llegara a la conclusin de que el fallo slo sera congruente cuando fuera favorable a las pretensiones del demandante, lo que a todas luces es inaceptable (G.J. T. LII, Pg. 21 y CXXXVIII, Pgs. 396 y 397, G.J. t. CCXLIX, Pg. 748, doctrina reiterada en sentencias de casacin civil de 15 de marzo de 2004, Exp. No. 7132 y 19 de enero de 2005, Exp. No. 7854).

No obstante lo anterior, la jurisprudencia tambin ha resaltado que la sentencia absolutoria pueden ser incongruente frente a las pretensiones planteadas por el demandante, si el juzgador al considerar los hechos sustentantes de la pretensin, no hace cosa distinta a la de despreocuparse de la demanda para tomar nicamente en cuenta aquellos que, de acuerdo con su personal criterio, resultan dignos de ser valorados (G.J. t. CCXXV, Pg. 255, reiterada en sent. Cas. Civ. de 24 de octubre de 2006, Exp. No. 0005801), o, como tambin se ha expresado, con otras palabras, se trata de un yerro por invencin o imaginacin judicial, producto de la desatencin o prescindencia de los hechos de la demanda (Sent. Cas. Civ. de 27 de noviembre de 2000, Exp. No. 5529).

La congruencia del fallo impone pues al juzgador, la veda para sustentar su decisin en hechos distintos de los consignados por el actor en su demanda. Si el juez rebasa esta regla, o sea, si, prescindiendo del esquema factual trazado en el escrito incoativo del proceso, hace descansar su resolucin en una causa petendi, diferente, an a pretexto de ser sta la que aparece probada, incurre en incongruencia, la cual, como se sabe, constituye un vicio de actividad, pues aqul habr desatendido una de las pautas que la ley seala para el proferimiento de la sentencia (G.J. T. CCXXV, Pg. 246).

Sin embargo, es especialmente ntida la diferencia entre un fallo absolutorio incongruente y la acusacin por indebido entendimiento de la demanda, pues mientras el primer asunto atae al error de procedimiento atacable con apoyo en la causal segunda de casacin, el otro vendra de una equivocacin de juicio en el anlisis de la pieza procesal que abre la controversia, por lo tanto, ha decantado la Corte, que la causal segunda no es el camino adecuado para encauzar un reclamo de esta naturaleza, si es que la discrepancia se inscribe en el mbito de la interpretacin de la demanda y no es el caso aquel en que el juez sustituye radicalmente al demandante en la definicin de los contornos del litigio (Sent. Cas. Civ. de 16 de agosto de 2007, Exp. No. 717101).De otro lado, no puede acusarse la sentencia totalmente absolutoria de ser incongruente, cuando el juzgador, con apego a la causa petendi de la demanda, decide abiertamente que alguna circunstancia netamente jurdica impide el progreso de las pretensiones del demandante, pues en tal caso la pretermisin denunciada estructurara un error de juzgamiento, atacable en casacin con base en la causal primera, porque el segundo motivo de censura previsto en el artculo 368 del Cdigo de Procedimiento Civil, no autoriza, ni puede autorizar, para abordar el examen de las consideraciones que han servido al juzgador como motivos determinantes del fallo.. (G.J, T. XCVII, pg. 178) y por lo tanto es preciso descartarla cuando este ltimo resuelve, con acierto o equivocadamente, lo que ha sido objeto de un determinado pleito (Sent. Cas. Civ. de 12 de julio de 1995, Exp. No. 4439).

En el caso de ahora, el Tribunal desestim totalmente las pretensiones del Banco (), para lo cual identific cabalmente los reclamos elevados en la demanda, de las cuales dedujo, en compendio, que el propsito de la entidad estaba encaminado a obtener un ttulo ejecutivo que comprendiera las obligaciones cuyo cobro judicial se haba promovido sin fortuna contra () y ()., proceso que se adelant ante el Juzgado 31 Civil del Circuito de Bogot, despacho que no slo deneg la reforma de la demanda, sino que se abstuvo de autorizar el desglose de los pagars base del trmite compulsivo. Y si cualquier recriminacin estuviera pendiente de hacer al juzgador en la labor heurstica de la demanda, ella debera hacerse por la va de la causal primera de casacin, protesta que tampoco podra tener buen suceso, si es que el Tribunal nunca dijo que el libelo persegua la ampliacin o modificacin de la hipoteca o que este fuera un proceso de naturaleza personal; por el contrario, el juzgador sostuvo, en coincidencia con el recurrente, que las pretensiones tenan como propsito obtener un ttulo ejecutivo para hacer valer la hipoteca, luego ms que desencuentros, la coincidencia brota entre la sentencia recurrida y el censor, en punto de la actividad interpretativa que recay respecto de la demanda.

Ahora, tampoco puede sostenerse, como hace el censor, que el Tribunal distorsion la naturaleza de la accin ejercida, porque, como ya se vio, el juzgador, sin desconocer los verdaderos fines perseguidos por el demandante, expuso que los derechos del acreedor hipotecario no le permitan acudir al proceso ordinario en procura de un nuevo ttulo ejecutivo, en tanto esas facultades se limitaban al ejercicio del cobro judicial con garanta real, aspecto que dista de ser un yerro de procedimiento y, en todo caso, se engasta en el juicio que sirvi al ad quem para resolver el debate, situacin que deja ver a las claras, lo inadecuado del planteo del recurrente y la desventura del cargo. En suma, ningn desacople existe entre la sentencia recurrida y las pretensiones de la demanda o los hechos que le sirven de apoyatura; por el contrario, la decisin desestimatoria de aquellas se acompasa armoniosamente con el cuadro fctico vertido en el escrito inaugural del proceso y est cimentada en cavilaciones que ataen al plano in iudicando, de cuyo arreglo con el ordenamiento se ocupar la Corte, a propsito del estudio del siguiente cargo. En conclusin este cargo no prospera.

SEGUNDO CARGOEl recurrente acus al Tribunal por la violacin directa de los artculos 4, 29, 58, 228 y 229 de la Constitucin Poltica; 2361 del Cdigo Civil; 50, 396 y 488 del Cdigo de Procedimiento Civil, por falta de aplicacin; los artculos 51 y 83 del Cdigo de Procedimiento Civil, por aplicacin indebida; 665, 2453, 2454 del Cdigo Civil y 554 del Cdigo de Procedimiento Civil por interpretacin errnea. 1.En el primer segmento, el casacionista recrimin al juzgador por haber dejado de aplicar los artculos 4, 29, 58, 228 y 229 de la Constitucin Poltica, porque se vulner - segn dice - la primaca de la Carta, en especial, el artculo 29, en tanto las pretensiones fueron denegadas so pretexto de que la va para obtener una solucin favorable es el proceso ejecutivo hipotecario al cual el Banco () solo puede acceder obteniendo sentencia favorable a sus pretensiones en el proceso ordinario. El Tribunal, en la lectura que hace el censor, tambin quebrant el artculo 58 de la Constitucin, porque al negar xito a las pretensiones no garantiz el derecho real de hipoteca que el Banco Popular tiene sobre los inmuebles hipotecados, pues este derecho no puede hacerse efectivo, sin el ttulo ejecutivo que se pretende constituir con la sentencia que acceda a las pretensiones de la demanda (fl. 22 c. 4), credencial requerida ante la negativa del propio Estado a desglosar los ttulos para hacerlos valer en un proceso ejecutivo hipotecario contra la demandada, situacin que motiv al acreedor para acudir al procedimiento ordinario. Segn el censor, el artculo 228 de la Carta result vulnerado por no haber prevalecido el derecho sustancial, so pretexto de que el proceso ordinario no era apto para que se accediera a las pretensiones de la demanda, al igual que el artculo 229 ibdem, pues el acreedor hipotecario carece de mecanismos para acceder a la administracin de justicia, en tanto que la sentencia favorable en el proceso ordinario resulta indispensable para ejercer el derecho real a travs del proceso ejecutivo hipotecario. A los ojos del recurrente, hubo violacin del artculo 2361 del Cdigo Civil, en cuanto al desconocimiento de la naturaleza de la fianza, por haberse hecho una errada interpretacin del artculo 554 del Cdigo de Procedimiento Civil, que condujo al juzgador a afirmar que el fiador hipotecario es litisconsorte necesario de los deudores principales cuando por la naturaleza de la fianza entre fiador hipotecario y los fiados lo mximo que puede existir es un litisconsorte facultativo. El casacionista sostuvo que segn el artculo 50 del Cdigo de Procedimiento Civil, puede demandarse la accin personal contra el deudor principal y si por esta va no logra la satisfaccin de la obligacin, puede iniciar, en proceso separado, el cobro de la obligacin al fiador hipotecario ejerciendo la accin real.Finalmente denunci la falta de aplicacin de los artculos 396 y 488 del Cdigo de Procedimiento Civil, que disponen la posibilidad de acudir al proceso ordinario para ventilar las controversias que no tienen fijado trmite especial; agreg el casacionista, que lo que se busca con la sentencia condenatoria es que sta sirva de ttulo ejecutivo para poder iniciar el proceso ejecutivo hipotecario (fl 24 c.4). 2.En el segundo segmento de la acusacin, el recurrente denunci la aplicacin indebida de los artculos 51 y 83 del Cdigo de Procedimiento Civil, pues insisti en que no existe litisconsorcio necesario pasivo entre el deudor principal y el fiador hipotecario y el acreedor. Igualmente, el censor trascribi la Sentencia C-192 de 1996 de la Corte Constitucional, para afirmar que la decisin del Tribunal vulner el precedente establecido en dicha providencia que, segn dice, apoya el argumento trascrito.

Adems, expuso que el acreedor est legitimado para que a travs de un proceso ordinario, como el que nos ocupa, obtenga un ttulo ejecutivo para que junto con el ttulo hipotecario, son necesarios para adelantar el ejecutivo hipotecario (subraya la Sala), pues el aporte del ttulo ejecutivo se hizo imposible para el acreedor, ante la negativa tanto del desglose de los pagars firmados por los deudores principales, como de la expedicin de una primera copia de la sentencia con mrito ejecutivo suficiente.3.El recurrente recrimin la interpretacin del Tribunal acerca de los artculos 665, 2453 y 2454 del Cdigo Civil, en particular por entender que las acciones derivadas de la hipoteca slo pueden ser ejercidas a travs del proceso ejecutivo, si la ley en ninguna parte hace tal distincin, para restringir el ejercicio de las acciones reales de hipoteca al proceso ejecutivo, menos, cuando se hace necesario que el acreedor hipotecario promueva previamente el proceso ordinario, para obtener un ttulo que permita iniciar la accin ejecutiva sin que ello implique la modificacin o ampliacin del contrato de hipoteca. 4.El censor trascribi los artculos 2453 y 2454 del Cdigo Civil, normas a partir de las cuales sostuvo que el acreedor hipotecario puede demandar primero al deudor principal y si este no paga, proceder a hacer efectiva la fianza hipotecaria.

Finalmente, el recurrente reproch al Tribunal por haber hecho una interpretacin del artculo 554 del Cdigo de Procedimiento Civil, sin tener en cuenta la Sentencia C-192 de 1996 de la Corte Constitucional, y haber denegado las pretensiones de la demanda a travs de la figura del litisconsorcio, categora ajena por completo al proceso, a pesar de que en la sentencia se acepta que dicha garanta [hipotecaria] est vigente y la obligacin garantizada tambin (fl. 36 c.4). CONSIDERACIONES DE LA CORTE

1.El Banco () pretende una sentencia que reconozca la obligacin del demandado, con el propsito de perseguirlo como constituyente del gravamen hipotecario con que garantiz deuda ajena, cuyo cobro fue intentado a travs de un proceso ejecutivo singular, slo frente a los obligados respaldados. En esas circunstancias, se acusa al Tribunal por quebranto de las normas sustanciales, al negarse a proveer de otro ttulo al acreedor, a pesar de que se plantea que sin este documento los derechos del Banco () estaran en imposibilidad de ser satisfechos. La respuesta al planteamiento del cargo exige una mirada terica a la hipoteca y a los derechos del titular del gravamen, para luego aplicar esas directrices a los reparos formulados a la sentencia del juzgador censurado.

2.Como derecho real que es, la hipoteca concede al titular los atributos que ataen a los dems de su tipo, es decir, la persecucin y la preferencia, caracteres que han sido reconocidos por la Corte, con apoyo en los artculos 2452 y 2448 del Cdigo Civil, como la facultad del acreedor para embargar y hacer vender ese bien, al vencimiento del trmino, sea quien fuere el poseedor, para hacerse pagar con el precio, de preferencia a los otros acreedores (XLIV, Pg. 542). En otras palabras, la hipoteca permite al acreedor promover las acciones judiciales tendientes a la satisfaccin de las obligaciones garantizadas, con abstraccin de quin sea el dueo o poseedor actual del bien gravado y asistido aquel acreedor del derecho de preferencia respecto de los dems acreedores de menor derecho.

Adrede se trae el asunto de la extensin de los derechos del acreedor hipotecario, pues profusa ha sido la Sala en sostener, desde antao, que cuando coinciden el deudor de la obligacin y el propietario del bien hipotecado, dicho titular mantiene la posibilidad de ejercer el derecho personal o de crdito que conlleva el de perseguir la ejecucin de la obligacin sobre todos los bienes races o muebles del deudor, y el derecho real de hipoteca sobre el inmueble para que con el producido se le pague o hacrselo adjudicar en pago hasta concurrencia de su crdito, sea quien fuere el que posea la cosa hipotecada. () por el hecho de tener un derecho real de hipoteca, no deja de tener los derechos de acreedor comn y corriente, es claro que tiene dos acciones distintas: la accin personal y la accin real hipotecaria, que pueden ejercerse conjuntamente. Cuando se ejercita la accin personal, el demandado tiene que ser el deudor de la obligacin. Cuando se ejercita la accin real, el demandado tiene que ser el actual poseedor (Sent. Cas. Civ. 15 de diciembre de 1936, G.J. T. XLIV, Pg. 542).

Igualmente, la Corte sostuvo que cuando el deudor constituye hipoteca en respaldo del crdito, el acreedor tiene contra l dos acciones: la personal por el contrato principal, la real por el contrato de hipoteca. Enajenado el bien hipotecado, ste queda siempre bajo el imperio de una accin real; el acreedor conserva su accin personal contra el deudor, la real contra el inmueble hipotecado; pero es claro que la accin personal no puede recaer sobre el adquirente de la finca hipotecada, que la recibi con ese gravamen, porque l no est ligado con ninguna relacin personal con el acreedor (Sent. Cas. Civ. de 3 de septiembre de 1937, G.J. T. XLV, Pg. 489, reiterada en Sent. Cas. Civ. de 27 de febrero de 1968, G.J. T. CXXIV, pg. 32).

En general, existen entonces dos situaciones claramente diferenciadas de las cuales se desprenden consecuencias jurdicas dismiles, vale decir, que el deudor respalde una obligacin suya con un bien propio y que se mantiene como dueo el da que la obligacin es cobrada judicialmente, caso en el cual el acreedor puede alternativa o conjuntamente perseguir el bien hipotecado o este y los dems bienes del deudor. Tambin puede suceder que el deudor originario constituya la garanta hipotecaria sobre un bien suyo, pero trasfiera su derecho de propiedad antes de la ejecucin del gravamen, evento en el cual el accipiens puede dirigir su accin personal contra el deudor con prescindencia de la hipoteca, ejercer exclusivamente la garanta real contra el propietario actual del bien gravado (inc. 3 del art. 554 del C.P.C.), o involucrar al dueo de la prenda y al deudor que no son el mismo, en un proceso ejecutivo mixto, juntando en beneficio del acreedor la prenda general del deudor y la prenda especfica que vive en el gravamen hipotecario, todo con los lmites que ms adelante se indicarn.

3.La sistematizacin de las acciones a disposicin del acreedor presenta la siguiente situacin: tal como est organizada la accin ejecutiva en el ordenamiento procesal no es posible, de modo general, acumular las acciones hipotecarias y las comunes. No est dems sealar que el Cdigo de Procedimiento Civil no regula de manera aislada, autnoma y cerrada cada una de las vas para perseguir tanto las garantas genricas, como las especficas, es decir, el proceso ejecutivo llamado singular y el proceso ejecutivo con ttulo hipotecario son trmites que tienen mltiples puntos de contacto e interrelacin normativa.

3.1. As, el numeral 9 del artculo 555 del Cdigo de Procedimiento Civil prev una regla de integracin de conformidad con la cual, los posibles vacos normativos del proceso ejecutivo hipotecario se llenan con las reglas del trmite ejecutivo singular, al decir la norma que en todo lo no regulado en el presente Captulo, se aplicarn las normas de los Captulos I a IV de este Ttulo; mecanismo general que se ratifica, si se tiene en cuenta adems, que el numeral 3 del propio artculo 555 ibdem, dispone que respecto de la regulacin de perjuicios, cumplimiento de la obligacin y condena en costas, beneficio de exclusin y eficacia de la sentencia, se aplicarn los artculos 506, inciso primero del 507, 511, y 512, respectivamente, disposicin que acude como vaso comunicante para dejar ver aspectos regulativos que reflejan ms semejanzas que diferencias entre el proceso ejecutivo singular y el hipotecario, en especial, porque el objetivo en uno y otro es idntico, el cobro de las obligaciones, tan solo se apartan en punto de la garanta, general en un caso y especfica en otro. 3.2. Igualmente, en la accin ejecutiva, hay cierto margen de adaptabilidad y flexibilidad. As, son varias las normas que dan muestra de la labilidad de la dicha accin, tanta, que un proceso de cobro promovido bajo la modalidad hipotecaria, puede migrar hacia el proceso ejecutivo singular.

En efecto, por va de ejemplo, ello se presenta cuando es insuficiente el producto de la prenda especfica, una vez realizada y aplicada al pago. Este caso se encuentra previsto en el numeral 7 del artculo 557 del Cdigo de Procedimiento Civil, que prev la mutacin del proceso ejecutivo hipotecario en un proceso comn, en el que por supuesto pueden ser perseguidos otros bienes del deudor para pagar el dficit de la deuda que no pudo enjugarse con la venta de la prenda; por lo tanto, es posible en ese proceso convertido, la concurrencia de otros acreedores mediante los mecanismos de acumulacin de demandas o de procesos, y eventualmente una ejecucin concursal de tono universal. En la hiptesis recin expuesta, una vez se ha producido esta especie de metamorfosis del proceso, es dable perseguir no slo otros bienes, sino los que se lleguen a desembargar en otras ejecuciones y an proceder a la acumulacin de aquel proceso que por agotamiento de la prenda ha devenido en ejecutivo comn.

Entonces, el acreedor hipotecario cuya prenda ha resultado insuficiente, puede seguir denunciando otros bienes hasta la satisfaccin total de la deuda. El numeral 7 del artculo 557 del Cdigo de Procedimiento Civil slo realiza la primaca sustancial de los derechos del acreedor y autoriza a este para que contine con la labor de cobro judicial del crdito, con los dems bienes del patrimonio del deudor, pues ntese que el remate de bienes no pone fin al proceso ejecutivo hipotecario; por el contrario, la insolvencia parcial del deudor faculta al acreedor para buscar por la va de la prenda general, la satisfaccin del derecho personal reclamado. Situacin semejante se presenta cuando la prenda es amenazada, como ocurre en el caso previsto en el numeral 8 del artculo 555 del Cdigo de Procedimiento Civil, en concordancia con el pargrafo 3 del artculo 686 ibdem, es decir, cuando se levanta el embargo como consecuencia de la prosperidad de la oposicin al secuestro; entonces, si se trata de proceso ejecutivo con garanta real, el ejecutante podr perseguir bienes distintos de los gravados con hipoteca o prenda. A partir de este momento sern admisibles terceras de acreedores sin garanta real y se aplicar el artculo 540 ibdem. Con lo cual resulta evidente que el proceso hipotecario demuda en otro singular, inclusive con la participacin abierta de todo tipo de acreedores en concurso para perseguir la prenda general de garanta del ejecutado.

Acontece lo propio en la denominada accin mixta, mediante la cual el acreedor, en desarrollo del artculo 2449 del Cdigo Civil y el numeral 5 del artculo 554 de Cdigo de Procedimiento Civil, puede perseguir, adems del bien hipotecado, otros bienes distintos del deudor, caso en el que se seguir exclusivamente el procedimiento sealado en los anteriores captulos de este ttulo, disposicin que reconoce la posibilidad de que el acreedor hipotecario emprenda, simultneamente, tanto la accin derivada del derecho real accesorio de hipoteca, como la persecucin de la garanta general que corresponde a cualquier otro acreedor, de acuerdo con el trmite ejecutivo singular.

3.3. Tambin hay ejemplos de esa coexistencia procesal entre el ejercicio de una accin personal con otra de carcter hipotecaria; as, los incisos 1 y 2 del artculo 539 del Cdigo de Procedimiento Civil, prevn que si dentro de un proceso ejecutivo singular se embarga un inmueble gravado con hipoteca, se citar a los acreedores hipotecarios, para que hagan valer sus derechos, bien sea en proceso ejecutivo con garanta real o en el que se les cita en ejercicio de la accin mixta, que se convierte en imperativo, pues si vencido el trmino a que se refiere el inciso anterior a que se refiere [30 das siguientes a la notificacin], el acreedor notificado personalmente no hubiere instaurado alguna de las demandas ejecutivas, slo podr hacer valer sus derechos en el proceso [ejecutivo] donde se le hizo la notificacin, dentro del plazo sealado en el artculo 540, situaciones en que el acreedor con accin real deber concurrir con otros que tienen obligaciones sin tal respaldo, e inclusive promovidas contra otros sujetos que estn comprometidos slo quirografariamente. De igual manera, el numeral 4 del artculo 157 del Cdigo de Procedimiento Civil establece que si varios acreedores hipotecarios lo acuerdan, pueden acumular el ejercicio de su derecho a un ejecutivo quirografario que contra el mismo deudor se adelante por otros acreedores, de manera que as se estructura otro ejemplo en que el proceso ejecutivo da abrigo al ejercicio de acciones hipotecarias.

Viene de lo dicho, que existen distintos escenarios en que la ejecucin con garanta real puede migrar hacia la singular; tampoco hay obstculo para que una vez iniciado el proceso ejecutivo se involucre un cobro con respaldo hipotecario, casos en los cuales el trmite debe reajustarse de acuerdo con las reglas del proceso ejecutivo mixto, todo para procurar la satisfaccin expedita de los crditos quirografarios (garanta general), ora la obtencin del pago de las obligaciones con la prenda especfica (garanta hipotecaria), episodios todos que son una clara muestra de la adaptabilidad de las formas procesales para ajustarse a las necesidades sustanciales y a los privilegios del acreedor.

4.Ahora, importa esclarecer en ese contexto, los lmites de la responsabilidad de los deudores, en especial, cuando quien contrajo la obligacin es persona diferente a quien aparece como propietario del bien, evento en el cual a cada categora de ejecutado corresponde un compromiso tambin diverso.

As, la jurisprudencia ha reconocido que tal situacin se presenta cuando el constituyente del gravamen hipotecario pierde por cualquier causa la titularidad en el dominio del inmueble, o porque con este se haya garantizado obligacin ajena en los trminos del artculo del artculo 2439 del Cdigo Civil, situaciones en las cuales las dos garantas de que arriba se habl presentan matices diversos, como que, evidentemente, contra el deudor no tendr el acreedor ms que una accin personal, atendiendo precisamente la naturaleza del derecho de crdito que le pertenece; por lo mismo, el patrimonio del deudor, in integrum y hasta el importe de la deuda, constituye en tal caso su garanta personal. Y a la par con ella, est favorecido tambin con la garanta real de hipoteca, en el evento en que el deudor no cumpla la obligacin, que se traduce, quepa repetirlo, en la facultad de perseguir exclusivamente el bien hipotecado, a fin de obtener la venta del mismo y garantizar su acreencia con el producido, lo cual podr ejercer mediante accin que dirija contra el dueo de la cosa, sea el que fuere, haya o no constituido el gravamen, exceptuado el caso, claro est, de que haya adquirido en pblica subasta en las condiciones previstas en el articulo 2452 del Cdigo Civil. Ntese que la razn para resultar demandado el tercero poseedor estriba no en que est personalmente obligado a la deuda, sino slo por encontrarse en poder del inmueble hipotecado.

En la hiptesis comentada, es claro, pues, que contra el deudor no podr ejercerse la accin real; a su turno, contra el dueo de la cosa se carece de accin personal, como sea que el que garantiz deuda ajena se haya obligado a ello expresamente (parte final del artculo 2439 ya citado) (Sent. Rev. de 14 de marzo de 1990, G.J. T. CC, pg. 117)

Este anlisis sobre los lmites de las diferentes acciones derivadas de la hipoteca constituye, en lo pertinente, la reiteracin de otro pronunciamiento realizado por la Corte, en cuyo estudio se dej planteado que el acreedor hipotecario, cuando la obligacin se hace exigible, tiene distintas acciones para hacerla judicialmente efectiva: una de carcter personal, derivada del derecho de crdito, contra el deudor de la obligacin, y otra real, proveniente de la hipoteca, contra el dueo del bien hipotecado (C. de P. C., artculo 554, inciso 3). ()

En este ltimo caso [cuando el deudor y el dueo de la cosa hipotecada sean sujetos distintos], pues, esa relacin jurdica es plurilateral; son tres las personas que intervienen en ella, el deudor, el acreedor, y el dueo de la cosa hipotecada, sea que ste haya constituido el gravamen para respaldar deuda ajena, ya que habiendo gravado el bien para garantizar su propia obligacin, haya enajenado la cosa estando la deuda aun pendiente de pago (Sent. Cas. Civ. de 17 de junio de 1975, G.J. T. CLI, Pg. 140).

A pesar de que el caso no era semejante al de ahora, la Corte sostuvo recientemente que la accin real inherente a la hipoteca se dirige contra el propietario poseedor actual del bien, quien no siendo deudor de la obligacin principal, sea porque adquiri la cosa con posterioridad, ora porque ampar una deuda ajena, contrae frente al acreedor una responsabilidad sin dbito propio limitada a la cosa gravada, el valor del crdito y sus accesorios, pudiendo abandonrsela, y mientras no se haya consumado la adjudicacin, de recobrarla, pagando el monto de la obligacin y los gastos que este abandono hubiere causado, pues no se entender obligado personalmente si no se hubiere estipulado y no habr accin personal contra l si no se ha sometido expresamente a ella (art. 2454 C.C.); siendo deudor, el acreedor puede ejercer en su contra, ya la accin personal como quirografario con posibilidad de perseguir todo el patrimonio debitoris, ya la accin real como preferencial, bien accin mixta conjuntamente (arts. 28, Ley 95 de 1890 subrogatorio del art. 2449 y 1583 [1], 2418, 2452 Cdigo Civil y 554 [3] C. de P.C.; Cas. Civ..15 diciembre de 1936, XLIV, 541 y 542; 19 de mayo de 1937, XLV, 118 y 13 de agosto de 1946, LXII, 59; 27 febrero de 1968, CXXIV, 32) (Sent. Cas. Civ. de 1 de julio de 2008, Exp. No. 2001-00803-01) (subraya la Corte).En suma, el acreedor puede demandar a la par al propietario del bien que garantiz una deuda ajena con un bien o lo compr estando vigente un gravamen; de un lado, la hipoteca frente al propietario del inmueble gravado, y de otro, la obligacin respaldada, contra el deudor respectivo. Ntese que ningn reparo podra formularse contra la citada posibilidad, si es que la simple disparidad entre los sujetos pasivos de cada relacin jurdica es insuficiente para restringir el ejercicio de los derechos derivados de la hipoteca, cuando quiera que el titular de esta decida promover conjuntamente las facultades inherentes a la garanta, sin prescindir de la persecucin personal contra el deudor original.

Por supuesto que la realizacin mancomunada de las acciones derivadas de la hipoteca debe llevarse a cabo dentro de los lmites que ha sealado la jurisprudencia en aplicacin de las normas sustanciales, vale decir, el compromiso del propietario del bien se restringe al valor de este, pues responde con la cosa y slo con ella (G.J. CXXIV, 32), mientras que el deudor original responde por la obligacin con la totalidad de sus bienes embargables, en desarrollo de la prenda general de garanta de los acreedores.

Adems, el propio artculo 2449 del Cdigo Civil reconoce que el ejercicio de la accin hipotecaria deja inclume la accin personal para hacerse pagar sobre bienes del deudor que no le han sido hipotecados, y puede ejercitarlas ambas conjuntamente, sin excluir que pueda desarrollarse a travs del mismo proceso, se reitera, por la va del denominado proceso mixto, apropiado para cuando la calidad de deudor y propietario de la cosa hipotecada, est disociada en personas diferentes.

5.Ahora, si el acreedor hipotecario puede perseguir desde el primer momento, tanto el bien que soporta el gravamen, como otros bienes del demandado, a travs del proceso ejecutivo mixto, nada obsta para que el trmite que comenz como singular, persiguiendo la prenda general, se convierta en mixto mediante reforma, acumulacin de la demanda, o denuncia del bien hipotecado, en este ltimo caso, siempre que haya identidad entre el deudor y el obligado hipotecario.Es que ninguna norma sustancial o procesal dispone la prdida o extincin de la hipoteca simplemente porque el acreedor persiga, en un primer momento, la prenda general de garanta de los deudores, pues la sistematizacin de las opciones de cobro con que cuenta el dicho acreedor admiten, sucesivamente, el ejercicio de la accin ejecutiva singular, para luego modificar el objeto de persecucin general a otro especfico, sin que puedan oponerse talanqueras procesales de ninguna naturaleza, pues la estructura y filosofa de los trmites tienen como norte servir de cauce para garantizar la satisfaccin de los derechos subjetivos reconocidos por el ordenamiento jurdico; por lo tanto, los procesos deben flexibilizarse para lograr el cumplimiento de ese importante fin, permitiendo la armona entre los intereses de los demandantes, con el respeto al debido proceso de los demandados. Adems, las reglas procesales ya indicadas (incisos 1 y 2 del artculo 539; inciso 5 del artculo 554; numerales 5 y 8 del artculo 555; numeral 7 del artculo 557; pargrafo 3 del artculo 686; normas del Cdigo de Procedimiento Civil), admiten que haya mixtura en la ejecucin sin que se afecte la fuerza sustancial del gravamen, ni los privilegios derivados de este. A la postre, si el proceso ejecutivo singular y el mixto se desarrollan por un mismo procedimiento, nada impide que el primero pase a adelantarse por el trmite del segundo, si es que se acumula una demanda mediante la cual se persigue la garanta real.De otro lado, si bien es inadmisible sostener que hay en algn momento fracaso total de la persecucin contra los deudores quirografarios, en tanto el activo futuro deja abierta la expectativa de satisfaccin, el acreedor hipotecario puede utilizar el proceso ejecutivo, en la modalidad mixta, para perseguir las prerrogativas derivadas de la hipoteca, con indiferencia de quin sea el propietario del bien, acudiendo a la va de la reforma de la demanda, o a la acumulacin de demandas. En suma, ningn obstculo legal existe para que el trmite cambie de ejecutivo hipotecario a singular, como tampoco puede haberlo para que este ltimo se convierta en mixto con el fin de enarbolar la hipoteca, todo para permitir el ejercicio adecuado de los derechos del acreedor con garanta real, desde luego, permitiendo la defensa del propietario de la cosa gravada, o de quien haya respaldado deuda ajena con un bien propio, para que, a pesar de la conversin del procedimiento, se garantice el debido proceso a las personas llamadas a resistir las ejecuciones. Dicho elpticamente, el proceso puede variarse durante el decurso segn las necesidades que se presenten, pero nunca podr prohijarse que la garanta real pueda realizarse a espaldas del dueo que est facultado para replicar a los reclamos del acreedor.6.A partir de esa aproximacin terica al contrato de hipoteca, los derechos del acreedor hipotecario y las vas procesales para ejercerlos, estima necesario la Sala describir cronolgicamente las incidencias de la relacin crediticia debatida en el proceso, en especial, el intento de cobro judicial, para procurar luego una respuesta al problema que se plante ab initio. 6.1. El 20 de noviembre de 1991, la sociedad () constituy hipoteca en primer grado a favor del Banco ()., lo que hizo mediante la escritura pblica No. 2815, otorgada ante la Notara nica de Facatativa, sobre dos inmuebles ubicados en el municipio de Mosquera - Departamento de Cundinamarca -, con folios de matrcula inmobiliaria nmeros 0500139867 y 050-1109057; tal garanta tuvo por objeto respaldar, segn se dijo en el instrumento citado, el pago de cualquier obligacin que la sociedad () y/o la sociedad () conjunta o separadamente tenga o llegue a tener a favor del Banco () hasta por la suma de treinta y cinco millones noventa mil pesos ($35.090.000), de los cuales le corresponde veinte millones doscientos cuarenta mil pesos ($20.240.000) para el predio de la calle 3 No. 1-20E y $14.850.000 para el predio de la carrera 1 No. 3-42, por capital, suma que ser incrementada por el valor de los intereses, gastos y costas (fl. 22 vto.). Dicha garanta fue extendida hasta una cuanta indeterminada a travs de la escritura pblica No. 295 de 16 de febrero de 1994, otorgada en la misma oficina notarial. El 8 de julio de 1996, el Banco () promovi proceso ejecutivo singular de mayor cuanta en contra de () y la () (antes ) (fls. 63 a 71 c. 1), trmite del que conoci el Juzgado 31 Civil del Circuito de Bogot, al cual se aportaron los pagars Nos. 350-01-06454-8, 350-01-06441-5, 350-01-06447-2, 350-01-06460-5, 350-01-06464-7, 350-01-06476-1, 350-01-06481-1, 350-01-06490-2, 350-01-06499-3 (fls. 16 a 26 c. 1). En la dicha demanda se mencion tanto la constitucin de la hipoteca como su ampliacin (fls. 66 y 67 c.1), sin que se vinculara a la firma () como propietaria de los bienes que soportan la garanta real, es decir, el acreedor eligi la persecucin de la prenda general de los acreedores, con desdn de la prenda especfica, pues aunque se aludi en el libelo ejecutivo que haba un gravamen, no se pidi la realizacin de la hipoteca.El juzgado que conoci el proceso ejecutivo inadmiti la demanda para que, entre otras, se aclarara el factor de competencia y la clase de proceso que se desea seguir (fl. 76 c. 1). En esas condiciones, el Banco () subsan el libelo, con la explicacin de que el proceso a seguir era el contemplado en la Seccin Segunda, Ttulo XXVII, artculos 488 y siguientes del Libro 3 del Cdigo de Procedimiento Civil (fl. 77 c.1), es decir, que la actuacin se cea por las reglas que corresponden al proceso ejecutivo singular. El 31 de julio de 1996, el Juzgado Treinta y Uno Civil del Circuito de Bogot libr mandamiento de pago contra () y la (), por las sumas de $10.250.000; $31.250.000; $21.000.000; $11.156250; $6.675.000; $39.000.000; $58.200.000; $15.000.000; $7.400.000, contenidas en los nueve pagars allegados como ttulo ejecutivo. Notificados los demandados mediante curador ad litem (fl. 99 c.1), el demandante present reforma de la demanda con el propsito de incluir como ejecutada a la persona jurdica denominada () para que previos los trmites del proceso ejecutivo singular de mayor cuanta se libre mandamiento de pago (resaltado original), por las mismas sumas reclamadas en la primera demanda. La dicha reforma fue inicialmente inadmitida mediante auto de 10 de marzo de 1998 (fl. 121 c. 1), el juzgado volvi sobre sus pasos para rechazar finalmente aquel escrito en provedo de 14 de mayo de 1998, porque la sociedad denominada () no se oblig como deudora dentro de los pagars que se presentan como base de la accin (fl. 123 c.1).El acreedor interpuso el recurso de reposicin y subsidiariamente el de apelacin contra la anterior providencia, tras aceptar que si bien la entidad (). no suscribi los pagars base de la presente accin, ella s es deudora por haber constituido el gravamen hipotecario que respalda las obligaciones de la firma (), de donde el entonces recurrente dedujo la posibilidad de librar mandamiento de pago en contra de ().Mediante el auto de 27 de julio de 1998, el juzgado mantuvo la decisin de rechazar la reforma de la demanda, luego de admitir que si bien hubo hipoteca, la sociedad () no se oblig de ninguna forma frente a los documentos que sirven de base de la accin, esto es, que no existe ttulo con fuerza ejecutiva capaz de producir efecto para librarse una orden de pago en su contra, atenindonos a la literalidad y autonoma de los mismos, por tanto, los ttulos ejecutivos base del recaudo no renen las exigencias del art. 488 del C.P.C (fls. 126 y 127 c.).El 10 de septiembre de 1998, el juzgado concedi el recurso de apelacin interpuesto por el demandante, pero hubo de declarar desierta la impugnacin, porque no se cancelaron (sic) dentro del trmino sealado el valor de las piezas procesales para que se surtiera el recurso (fl. 130 c.1). El 6 de noviembre de 1998 (fl. 131 c.1), se dict sentencia que orden seguir adelante la ejecucin dentro del proceso ejecutivo singular promovido por el Banco () contra () y (). El 5 de septiembre de 2001, el Banco () solicit al Juzgado 31 Civil del Circuito de Bogot, expedir copia de las sentencias de primera y segunda instancia del proceso ejecutivo, de la liquidacin del crdito, los autos aprobatorios de estas, con constancia de ejecutoria, as como la anotacin de que se trata de la primera copia con mrito ejecutivo y que hasta la fecha los demandados no le han cancelado (sic) al Banco () suma alguna por concepto de las obligaciones que en ellas constan, las cuales se encuentran vigentes y que se expiden para iniciar el proceso ejecutivo hipotecario contra la sociedad (), a fin de hacer efectiva la fianza hipotecaria otorgada a favor del Banco () por las obligaciones de () antes () (fl. 135 c.1). All mismo, el demandante pidi el desglose de la primera copia de las escrituras pblicas Nos. 2815 y 295 de 20 de noviembre de 1991 y 16 de febrero de 1994, con la constancia que continan vigentes en todas sus partes, peticin que se extendi a los nueve pagars que se aportaron con la demanda, con la anotacin de que obraron en el proceso de la referencia sin haber sido tachados ni rearguidos de falsos y que sirvieron de ttulo ejecutivo para dictar las sentencias proferidas en el proceso de la referencia y que se desglosan para iniciar el proceso ejecutivo hipotecario contra la sociedad (), a fin de hacer efectiva la fianza hipotecaria otorgada a favor del Banco () por la obligaciones de (), antes () (fl. 136 c.1). El 28 de septiembre de 2001, el juzgado deneg la solicitud de desglose (fl. 137 c.1), pues estim que no se presentaban los supuestos previstos en el literal c. del artculo 115 - debi decir 117 - del Cdigo de Procedimiento Civil, norma que establece la posibilidad de obtener el desglose de los documentos presentados una vez terminado el proceso, caso en el cual se har constar en cada documento si la obligacin se ha extinguido en todo o en parte.El 4 de junio de 2003, el Banco () insisti en la solicitud de desglose de las primeras copias de las escrituras 2815 y 295, en que consta la hipoteca y la ampliacin de esta garanta. El acreedor argument que la peticin era procedente, en la medida en que las mencionadas escrituras no sirvieron de ttulo ejecutivo contra los demandados en el proceso (fls. 133 y 134 c.1). El juzgado, sin mayores explicaciones, accedi al desglose previa la revisin del expediente. 6.2.Como puede apreciarse en el anterior recuento, desde el principio del proceso aludido, el demandante dirigi la demanda contra () y (), por la va del proceso ejecutivo singular, situacin que ratific a instancias del juzgado, que pidi aclaracin sobre el tipo de procedimiento que intentaba el Banco (); en respuesta y sin ambages, el demandante aludi a las normas que gobiernan ese trmite, con lo cual descart el ejercicio de la accin hipotecaria y si bien mencion en la demanda inicial la existencia del gravamen, no persigui la garanta especfica (fls. 66 y 67 c. 1). Hasta aqu la conclusin seala que la actividad de cobro del acreedor hipotecario se restringi a reclamar el monto del crdito a los aceptantes de los pagars, a pesar de que la obligacin de uno de ellos, (), estaba respaldada con la hipoteca constituida por () sobre dos de sus bienes, es decir, el ejecutante insisti en la va ejecutiva singular para el cobro de sus obligaciones; primero, a () y (), para luego tratar de involucrar en ese trmite al propietario del bien hipotecado, pero sin perseguir la prenda sino entendiendo equivocadamente que la sociedad () era un deudor quirografario, o como si este hubiera respaldado personalmente los ttulos en que se bas el dicho proceso ejecutivo singular primeramente intentado. De otro lado, el Banco demandante pretendi con el proceso ordinario, segn el propio casacionista, obtener un ttulo ejecutivo necesario para iniciar el proceso ejecutivo hipotecario, con lo cual se advierte que el acreedor busca afanosamente escapar a la situacin que cre con su propia actividad. En efecto, el titular del crdito no ejerci la garanta especfica que le brindaba el proceso ejecutivo hipotecario como el camino idneo para tal fin, y tampoco acudi al proceso conocido como ejecutivo mixto, dejando atrapados los ttulos ejecutivos dentro del trmite singular que inici frente a los deudores quirografarios. Ahora, el demandante poda desde un comienzo prescindir del ejercicio de la garanta hipotecaria y buscar que los obligados cubrieran el crdito con sus bienes. Y an despus de saber que las medidas cautelares fracasaron, como se deduce de las respuestas del Registrador de Instrumentos Pblicos de Bogot (fls. 160 y 166 c. 1), el acreedor poda incluir al propietario de los inmuebles gravados para lograr la satisfaccin de su crdito, en ejercicio del gravamen. No obstante, nada de eso ocurri, el Banco () tambin en esa oportunidad prescindi del derecho real de garanta, e intent vincular a () pero esta vez como deudor directo y no como otorgante de la garanta hipotecaria. Entonces, nada obstaba para que el acreedor hipotecario vinculara al propietario del inmueble y persiguiera la garanta dentro del proceso singular promovido inicialmente, trmite que cambiara al procedimiento mixto; en esas circunstancias, carecera de objeto una pretensin ordinaria para dotar al acreedor de un nuevo ttulo, cuando hasta el momento ni siquiera ha perseguido la hipoteca y mantiene las posibilidades de incluirla al debate que plante por la va ejecutiva singular, pues el gravamen sigue vigente, en tanto la situacin expuesta no es motivo de decaimiento de la misma.

En efecto, la entidad financiera obr dentro de las posibilidades para que su crdito fuera satisfecho, para ello eligi a los deudores quirografarios y est haciendo uso en tal proceso de la prenda general de garanta concebida en el artculo 2488 del Cdigo Civil. Sin embargo, nada descarta la persecucin sucesiva de la prenda especfica, a partir de vincular como demandado al propietario de los bienes gravados, por supuesto con el imperativo de conservar el debido proceso y el derecho de defensa, pilares fundamentales de la eficacia de las relaciones procesales que debe garantizarse a todos los intervinientes en los trmites judiciales.

6.3. A todas estas, el demandante pretendi en el proceso ordinario que se declarara a () como obligada a pagarle al Banco (), las obligaciones que este cobra ejecutivamente en el proceso ejecutivo de Banco () contra () y (), antes (), que cursa en el Juzgado Treinta y Uno Civil del Circuito de Bogot D.C., expediente No. 11001 31 03 031 1996 10625 01, y las cuales no se ha logrado recaudar en dicho proceso y estn actualmente pendientes de pago (fls. 237 y 238 c.1), reclamos cuyo propsito fue, en palabras del casacionista, obtener un ttulo ejecutivo necesario para iniciar el proceso ejecutivo hipotecario, de donde fuerza concluir que el demandante no quera una sentencia que diera rdenes al Juzgado que conoci del proceso ejecutivo singular, sino el reconocimiento de la relacin crediticia entre el Banco () y el demandado ().

7.En suma, no puede ser acogido el ruego para que se provea al acreedor demandante de otro ttulo, en sustitucin de unos ttulos valores que estn atados a una ejecucin singular de la que no pudieron se retirados, por lo tanto, no hubo quebranto de las normas sustanciales denunciadas, ni es posible acceder a la reedicin de un ttulo ejecutivo ya existente y que est siendo cobrado en una ejecucin singular, mxime si se tiene en cuenta que a travs de la sentencia de un proceso ordinario no se pueden reestablecer las condiciones de aquel ttulo, cual si fuera una relacin jurdica inmune al paso del tiempo o que mediante este camino pudiera escaparse a los efectos que causara una eventual prescripcin de las obligaciones que all se cobran.Dicho de otra forma, dadas las posibilidades que arroja el diseo legal de los procesos ejecutivos dentro de los cuales se ejercita la hipoteca, el acreedor no puede aspirar a obtener un ttulo nuevo con todas sus caractersticas, para perseguir las obligaciones insolutas de los deudores, pues no hay motivo procesal para considerar que tiene vedado el cobro de su crdito ni tampoco puede eludirse por esta va el paso del tiempo sobre las obligaciones civiles, situaciones que descartan la expedicin de otro documento para ejecutar la hipoteca de manera separada, siendo que el acreedor est en posibilidad de gestionar, dentro del proceso ejecutivo singular que promovi, la efectividad del derecho real accesorio, en los trminos ya explicados, pero con el compromiso de asumir los deterioros de los ttulos, frente a quien est facultado para resistir las pretensiones.8.De otro lado, el censor argumenta que el Tribunal exigi la integracin de un litisconsorcio necesario entre los obligados y el propietario del inmueble hipotecado, cuando en realidad el juzgador jams sostuvo que fuera indispensable la convocatoria del acreedor hipotecario conjuntamente con los responsables de la obligacin, en verdad slo repar en que el dueo de la cosa hipotecada resultara doblemente vinculado con el acreedor, en calidad de propietario, dijo, y adems como obligado personal, duplicidad que descart con apoyo en la escritura pblica de hipoteca y su ampliacin, documento del cual el Tribunal dedujo que (), nunca comprometi su responsabilidad personal, con lo que desestim las pretensiones de la demanda, de conformidad con lo previsto en el artculo 2439 del Cdigo Civil.

Entonces, resulta innecesario involucrar un anlisis sobre la aplicabilidad de la sentencia de inconstitucionalidad citada en el cargo - C-192/96 -, pues ella presuntamente apoyara el argumento del censor sobre la integracin del litisconsorcio, que como se vio es ajeno a los fundamentos del fallo denunciado. Baste con decir que dicha jurisprudencia carece de pertinencia en el caso de ahora, no solo por lo expuesto, sino porque en ella la Corte Constitucional apenas se limit a declarar la exequibilidad del inciso tercero del artculo 554 del Cdigo de Procedimiento Civil, sin hacer condicionamiento de ninguna especie, por donde puede verse que ningn reproche puede realizarse al Tribunal tampoco en este aspecto.

9.Todo lo anterior seala la ausencia de fundamento en el cargo elevado contra la sentencia recurrida, pues no hubo el quebranto directo de las disposiciones legales invocadas en la censura.

Entonces, el cargo no prospera.

DECISIN

En armona con lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, en Sala de Casacin Civil, administrando justicia en nombre de la Repblica y por autoridad de la ley, no casa la sentencia de 28 de mayo de 2008, dictada por la Sala Civil del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogot, como eplogo del proceso ordinario promovido por el Banco () frente a la sociedad ().

Costas del recurso de casacin a cargo del recurrente.

El proceso vuelva al despacho de origen.

(). Cuyo texto fue modificado por el artculo 28 de la Ley 95 de 1890.

Sent. Cas. Civ. de 1 de septiembre de 1995, Exp. 4219.