SER UNO MISMO

Francisco de Sales

“El que no cree en sí mismo es un ateo”. (Vivekananda)

“La derrota personal más profunda que pueden sufrir los seres humanos está representada por la diferencia entre lo que uno es capaz de llegar a

ser y lo que uno es”. (Ashley Montagu)

El mejor servicio que puedo hacer al prójimo es ser yo mismo.

(Francisco de Sales)

El actor, cuando acaba la representación, se quita el personaje y es él mismo.

(Francisco de Sales)

“Uno no sólo es el centro de su propia individualidad, sino el Dios de su propia individualidad”.

(Antonio Blay)

“Ser Uno Mismo es aceptar el Niño Natural y desarrollarse acorde a nuestras posibilidades reales, habilidades y deseos”

(Anónimo)

Yo creo que nadie debe tomarse demasiado en serio a sí mismo. (Francisco de Sales)

“Si a veces dices sí para no desilusionar a la gente, eso no es amor: es

cobardía. Un gran ejercicio es saber decir no”. (Tony de Mello)

Cuando cierro los ojos es cuando realmente empieza YO. Cuando cierro los

ojos y siento, entonces soy yo. Yo no soy mi cuerpo, sino su habitante. (Francisco de Sales)

Pero… ¿tienes permiso para ser tu mismo?

(Francisco de Sales)

“Uno no siempre hace lo que quiere, pero tiene el derecho de no hacer lo que no quiere. Aquí lloramos todos, gritamos, berreamos, moqueamos, chillamos,

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maldecimos… Porque es mejor llorar que traicionar, porque es mejor llorar que traicionarse”. (Mario Benedetti)

Uno no debe conformarse con lo que es. Se puede llegar a ser Uno Mismo, y

es el mejor premio que se puede conseguir en la vida. (Francisco de Sales)

Nada aporta tanta autoestima y confianza como saberse y ser uno mismo.

(Francisco de Sales)

Aprende a distinguir la cara de la máscara. ¿Realmente crees que sabes quién eres?

(Francisco de Sales)

Personalmente, creo que nadie debe tomarse demasiado en serio (Francisco de Sales)

Uno, en sí mismo, ya ES, pero… ¿cómo saberlo?

(Francisco de Sales)

Cuanto más ejercitamos lo que somos, más se desarrolla. (Francisco de Sales)

Sentirnos víctimas de lo pasado y escudarnos en ello

es un error que no nos podemos permitir. (Francisco de Sales)

Es básico conocerse lo suficiente como para distinguir cuando uno ES y

cuándo ESTÁ SIENDO. Se ES, intrínsecamente, a todas horas, y se ESTÁ SIENDO en momentos puntuales. Uno, ES; el personaje, ESTÁ SIENDO.

(Francisco de Sales)

“El que cree ser algo ha perdido la ocasión de convertirse en algo”. (Felipe de Edimburgo)

“La mayor parte de los hombres prefieren parecer que ser”.

(Esquilo)

“Hay que perder la vergüenza a mostrarse tal como uno es”. (Juana Marín)

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“La forma más común de la desesperación consiste en no ser uno quien es.

Una forma aún más profunda es el intento de ser alguien diferente de quien se es”.

(Kierkegaard)

“Susya, el rabí jasídico, dijo poco antes de su muerte: “cuando llegue al Cielo, no me preguntarán por qué no fui Moisés. Me preguntarán,

en cambio, por qué no fui Susya. Me preguntarán por qué no fui lo que solamente yo podía ser.”

¿POR QUÉ NO ERES EL QUE SOLAMENTE TÚ PUEDES SER? (Anónimo)

“Uno ha de plantar su propio jardín y decorar su propia alma en lugar de

esperar a que alguien le traiga flores”. (José Luís Borges).

“Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te

encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas”.

(Neruda)

Esto es emocionante: jamás en la historia de la Humanidad ha habido nadie como tú, ni lo habrá. Nadie hizo ni hará lo que no hagas tú.

(Francisco de Sales)

“El viaje más largo es el que se hace hacia el interior de uno mismo”. (Dag Hammarskjöld)

“La persona más fácil de engañar es uno mismo.”

(E. J. Lytton)

“Tú puedes ser lo que desees, solamente existe un obstáculo: tú mismo.” (Paracelso)

“No desees ser algo excepto lo que eres, y trata de ser eso perfectamente”.

(Anónimo)

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Cuando decides a partir de ahora quiero ser yo mismo, y dado que no sabes quién eres, y no tienes como referencia poder compararte con otro yo mismo, parece que no te queda más remedio que confrontarte con otras personas. Otras personas son otras personas. No son tú. Son ellas. Cuando te fijas en cómo son otros, es únicamente como referencia, porque no has de ser como ellos, sino tú mismo. En la religión cristiana se habla de un Juicio Final al final de los tiempos. Yo creo que deberías hacer juicios finales continuos, pero sin necesidad de jueces ni abogados, y analizar cada vez que haces una cosa importante, si la hiciste bien o mal, con qué intención la hiciste, y si te dejó satisfecho. En uno de esos Juicios Finales, deberías imaginar que ya han pasado muchos años de tu vida, prácticamente todos, y eres ya un viejecito sentado en un sillón que se pone a revisar lo que ha sido su vida. Van apareciendo casi todas las cosas que el recuerdo tiene almacenadas de todo lo que has vivido. Si se te mira a la cara, se verá cuáles recuerdos son agradables, porque una sonrisa los delatará, y cuáles fueron tristes o dramáticos, porque

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una mueca seria lo revelará. ¿Qué veríamos más?, ¿Sonrisas o seriedad? Hay momentos en tu vida que son dramáticos pero tú no tienes la culpa, como el fallecimiento de un ser querido, pero hay otros momentos en tu vida que son tristes porque tú no te has preocupado de hacerlos felices. Desde ese sillón, tras haber revisado tu vida, tarea que puedes adelantar y hacer ahora mismo, puedes hacerte una gran pregunta: ¿Quién he sido yo? Te sugiero que hagas este ejercicio antes de seguir adelante. Tic… tac… tic… tac… Quizás te cueste responder a la pregunta; quizás te dé por divagar y saltar de un asunto a otro, o cambies el quién he sido yo por el cómo he sido yo o cómo me he visto obligado a ser yo… la mente vuela de un asunto a otro. El fin de la pregunta no es otro que el de llevarte a la gran pregunta, una vez que has visto el descontrol que hay en tu interior, la falta de claridad en cuanto a quién y por qué, y la vida tan desorganizada o tan perdida que ha aparecido en el análisis. ¿Quién soy yo? Esta cuestión debiera llevarte a la visión de que eres tú mismo y nada ni nadie más. ¿Quién quiero ser yo?, entonces. Quiero ser yo mismo es una respuesta bastante adecuada. Ser Uno Mismo. Las mayúsculas las concede el hecho de que Ser Uno Mismo es un hecho grandioso.

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Lleva incluida la palabra Ser, y se refiere al Ser Interior. Lleva la palabra Uno y ese Uno es hermosísimo. Mismo se refiere a la mismidad, o sea, la identidad personal. (Más información en el capítulo ¿Quién soy yo vs quién estoy siendo?)

ATENCIÓN Ser uno mismo… Piensa primero que quizás no te gustes siendo tú mismo… ¿o sí?... ¿y si confundes lo que eres con lo que te gustaría ser?, ¿y si te has idealizado demasiado?, ¿y si no te gusta lo que descubres?, ¿se puede olvidar y negar lo que descubras una vez que ya lo has descubierto?, ¿de verdad que sin dejar de ser uno mismo se pueden hacer modificaciones?, ¿de verdad que todos somos buenos en el fondo?, ¿se habrá olvidado Dios de hacerme bueno? Demasiadas preguntas, y muchas más que se pueden hacer, pero la única forma de responderlas es averiguando quién eres en realidad. SER… ¿QUIÉN? Quien solamente tú puedes ser. No has de ser Krishnamurti, que ya lo es él, y si lo fueras, ya no serías tú, sino Krishnamurti. Ni has de ser Buda, ni Teresa de Calcuta, ni Claudia Schiffer, ni Bill Gates, que ya lo son ellos. Es el ego quien buscar ser alguien porque teme ser nadie. ¿Quién? un ser humano, uno más del montón; uno que ha venido a vivir su vida y trata de ser todo lo feliz que

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puede, trata de hacer felices a los demás, y trata de sentirse a gusto consigo mismo, con las cosas que piensa y que siente, y con las cosas que hace. ¿Quién? yo mismo, el que soy o el que me ha tocado ser. El que me acompaña desde que nací, el que se manifiesta desde mi interior; un ser tranquilo, preferentemente feliz, que vive en paz consigo y con el mundo. ¿Quién? la materia y el espíritu. Siento, cada vez con una firmeza más indestructible, que soy divino, que soy mágico, que tengo un alma que es mi maestro y mi guía, que soy espíritu además de materia. Que busco a mi Dios y a mi manera. ¿Quién?... es importante saber, cada vez que me haga una pregunta desde qué nivel me la estoy haciendo, para contestar también desde el mismo nivel. Posiblemente una pregunta racional no entienda una respuesta de los sentimientos, y viceversa, como tampoco una pregunta en japonés entienda una respuesta en árabe. Si yo me pregunto, quién he de ser, desde lo más profundo de mi alma, no estoy esperando una respuesta que me hable de bienes materiales y ascensos en mi trabajo: espero una respuesta que le recuerde a mi ser profundo lo que es, aunque ahora no lo esté mostrando; espero una respuesta íntima, preferentemente sin palabras, de alma a alma, de corazón a corazón. Si la pregunta la hago desde el lado físico, (y debo recordar que no he de renunciar a que, ahora, soy también un cuerpo físico) la respuesta debe ser tangible,

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perfectamente comprensible, y será, sin duda, en función de algo físico o de los demás. Soy… (y aquí pongo mi nombre y apellidos para empezar a tener seguridad en el resto de respuestas), añado mi profesión u ocupación para tener aún más concreción, y mentalmente, o frente al espejo, veo mi cuerpo y me identifico más. He de ser… (aquí la respuesta tarda en producirse) lo primero que me sale no termina de satisfacerle a mi totalidad: si a lo material contenta, a lo espiritual deja indiferente o incluso desalienta. Se crea el eterno conflicto mente-sentimientos. Sigo profundizando porque si no está resuelto lo material, quizás la espiritualidad no encuentre la calma necesaria. Me recuerdo otra vez, lo necesito constantemente, que soy materia y soy espíritu: las dos cosas, no sólo la que más me apetece en un momento determinado, y que conseguir la convivencia en armonía de ambas partes me conducirá, como único camino, a la integridad. Lo íntegro es aquello a lo que no le falta ninguna de sus partes. La respuesta, por supuesto, es absolutamente personal, intransferible, irrepetible, y cada uno debe buscarla por sí y en sí, con un poco más de claridad si comprende lo anterior. Ahora veré posibles respuestas que no deben ser tomadas como modelos, sino como bases. Del libro cuentos Jasídicos, de Mario Satz: “Susya, el rabí jasídico, dijo poco antes de su muerte:”cuando llegue al Cielo, no me preguntaran porqué no fui Moisés. Me preguntaran porqué no fui Susya. Me preguntaran porqué no fui el que solamente yo podía ser.”

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¿Por qué no eres el que solamente tú puedes ser? MIS PENSAMIENTOS Ser, ¿Quién? Uno mismo. Lo que hoy puedo alcanzar, no otro distinto, porque ya no sería yo; sería una buena intención, una ilusión, el mejor de los deseos, pero no se debe ser quien no se es. No se puede buscar uno donde no está. Hay que tocar la realidad primero, saber las medidas y los limites, contar las fuerzas y las municiones. Después, sin arrebatos, todo consciencia, hay que ir dibujando un retrato de quién no se quiere ser. Y a partir de ahí el resto es, sencillamente… complicado. Búsquedas y finales que me llevan al principio. ¿O mejor digo a “los principios” que han de regir a quien quiero ser? Tendré preguntas de las cuales huyen las respuestas correctas. Y tendré dudas, muchas dudas. Pero si tengo por lo menos el proyecto, inacabado siempre, de lo que no quiero ser, por lógica, si estoy atento, seré lo demás. Ser, el que yo siento que tengo que ser. Tal vez un alma sensible, o unos ojos que ven todo con otros colores, o una esperanza, o una calma, o un humano en constante crecimiento… Ser la única forma de persona con la que me pueda sentir a gusto y en paz; ser la única forma de persona con la que me pueda sienta identificado, con quien no tenga que fingir, ni luchar, ni hacer un esfuerzo por agradar… ser el ser que llevo dentro, desarrollar mi interior, dar vida y crecimiento al proyecto que aún soy; convertirme en yo mismo; ser la individualidad que debo ser; ser el conjunto único de cualidades, virtudes, procesos y cosas que nadie más que yo podrá ser; ser, simplemente, ser. Ser humano.

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Aunque el término humano viene de la raíz “kumano” (el que es como Dios), me refiero al significado comúnmente aceptado: personas con debilidades y con fallos. Debo ser una persona que se muestra como es, con dudas, con días buenos y días malos. Debo ser una persona que se muestro como tal, sin cosas que ocultar, sin tabúes, sin complejos, sin falsas apariencias, mostrando mi actual realidad para que sea aceptada como es. Mostrar lo que soy y lo que tengo: inseguridades, alegrías, pesimismo, sueños, esperanzas, desconsuelo… Freud creía que la represión era una manera de mantener a raya lo que él denominó el “ello”, el receptáculo interior de lo que llamamos nuestras “necesidades inferiores”. Después se ha averiguado que no solo reprimimos los impulsos más “inferiores”, como la agresividad y la sexualidad, sino que también se aprende a contener parte de la energía y la curiosidad innatas. Todo ello para adaptarse a las condiciones del medio. Pero así como reprimimos nuestras posibilidades “inferiores”, también tenemos y reprimimos las más elevadas, y también de ellas nos defendemos: se produce el miedo a la propia grandeza y la huida de todo aquello que podríamos ser… ¿por qué tenemos nuestra propia grandeza?... ¿Por qué vamos por el mundo usando solamente una fracción de nuestras posibilidades?... Aquí surge, otra vez, la necesidad de autoconocimiento, la necesidad de conocer los motivos y las causas de nuestra vida. Porque así como en el ejemplo típico de la semilla del peral, que sabe que tiene que ser un peral y no otro árbol, y cuando se propicien las condiciones de tierra, humedad y temperatura será un peral, en las personas no suceden igual, porque no sabemos qué tenemos que ser, cuál es nuestro propósito en la vida, ni cuál es el sentido de nuestra existencia.

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SER… ¿POR QUÉ? Porque es uno de los motivos de la vida, quizás el único. Porque es la única opción de encontrar mi libertad. Porque si no estoy siendo el que quiero ser, estoy siendo el que no quiero ser. SER… ¿CÓMO? Como me dicte mi conciencia, de modo que me sienta yo mismo, y cuidando de que la armonía se instale a perpetuidad. Siendo yo mismo aunque eso no siempre me proporcione palmaditas en la espalda ni aplausos. Siendo, sin mostrarme distinto de quien soy, evitando los modelos para quedar bien, o siendo consciente en ese caso de que estoy actuando, no siendo. No exigiéndome lo que no soy y lo que no tengo, no comparándome con otros, no creando conflictos innecesarios en mi interior, no forzándome a ser de un modo distinto a como soy, no siendo voluble en función de mi estado de ánimo o de las circunstancias ajenas, no tratando ser el que los demás piensan que soy sino siendo natural. Cada quien decidirá cómo quiere ser, pero estas son unas buenas opciones. SER SENCILLO: Aunque me han inculcado lo contrario. La sociedad de consumo, y la educación que recojo de la calle o en mi propia familia, me insinúa que sencillo es

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equivalente a fracasado. Expresan que hay que ser el mejor, cueste lo que cueste porque el mundo no es de los mediocres ni de los pusilánimes. En este mundo predomina la competitividad, hay que ser más apto que los demás, hay que destacar, aunque sea llamando la atención con la actitud o con la forma de vestir, y hay que machacar a quien sea si es necesario para conseguirlo. Los héroes y los triunfadores son lo que destacan: quiero ser uno de ellos. Hay que ser aparente: tendré el mejor coche, la mejor marca de ropa, incluso por encima de lo que me permiten mis posibilidades. Quien es sencillo no encaja en la sociedad actual. Se clasifica como un hippie caducado, una persona sin carácter ni personalidad, un pánfilo, o un esotérico lunático iluminado que está la mayor parte del tiempo en las nubes; en resumen, alguien no muy bien aceptado. Ser sencillo, en cambio, es ser verdadero, espontáneo, obrar con llaneza, no tener doblez ni engaño, no tener artificio y decir lo que se piensa. O sea, un Ser natural que se muestra en su forma natural. Rara avis. Ser sencillo permite la tranquilidad de no ir cargado del oropel y la pompa que requieren algunos de los personajes que interpretamos. Ser sencillo es Ser Uno Mismo sin preocuparse, sin intentar engañar, sin aparentar lo que no es, aceptar las cosas de la vida, y estar en ella sin hacer mucho ruido. Es estar relajado ante las cosas que van sucediendo en la vida, y aceptarlas como parte de la tarea de vivir. Es ser natural, accesible,

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humano. Es saber que casi todo es superfluo. Es comprender que no necesito “ser algo”, sino simplemente “ser”. Para ello es necesario Descubrirse, poner en su orden exacto la propia escala de valores, y, si es necesario, trazar una nueva en la que se incluya lo que realmente apetezca, aquello que realmente se valore, lo que es importante para uno, y hacer un pacto de autorizarse a ser sencillo. Reconocer que casi todo es sobrante, que las cosas sólo valen lo que uno esté dispuesto a hacer por ellas, que se puede vivir sin ostentaciones y sin hacer ruido, que la naturalidad no requiere ningún esfuerzo y la sencillez es uno de los mejores ingredientes de la naturaleza humana. Si eres capaz de entender la delicia que es “ser nadie” tendrás más fácil alcanzar y disfrutar la sencillez. SER AUTÉNTICO O sea, el legítimo, el verdadero. Espontáneo y natural. Puro. No el que los demás quieren que seas. No una mala imitación, ni una réplica, ni el cincuenta por ciento de lo que puedes llegar a ser, sino el que realmente eres. Si sólo estás siendo una parte de quien realmente eres, aún no eres el auténtico. Para ello, si es necesario, romperás con lo acostumbrado, romperás la idea errónea de ti. Y romperás, sin que tú lo decidas, con algunos compañeros de tu entorno, a los que quizás llamaste antes amigos, porque se darán cuenta de cuán lejos de ellos te encuentras, y no les interesas

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siendo auténtico. Y he escrito interesas muy conscientemente, porque sus intereses era lo único que te unía a ellos. Romperás también, esta vez por decisión propia, con todo lo ilusorio, lo provisional, lo falso, los oropeles, lo que carece de base, lo que se regía exclusivamente por intereses o apariencias. Para ser auténtico tienes que romper con algunas ataduras que parecían lindos lazos, y con la idea que tenías de ti y de muchas cosas; adquirirás la responsabilidad de tu propia vida de un modo absoluto, te dejarás de lloriqueos y quejas infantiles, y buscarás con ahínco lo natural y profundo que hay en ti. Ya ves que todo son ventajas… por eso decimos de alguien que es auténtico cuando es honrado, y fiel a sus orígenes y convicciones. Cuando podemos decir que es él mismo. Ser auténtico es poder disfrutar de casi todos los mejores adjetivos de los que disponemos: legítimo, verdadero, puro, espontáneo, natural, legítimo, fidedigno, creíble, innegable, indudable, verídico, cierto, genuino, propio, franco, sincero, leal… Sin duda, poder ostentar estas cualidades es un argumento más que suficiente para empezar a ser auténtico. Porque, además, es Ser Uno Mismo, permitirme ser como realmente soy, y no el que los demás quieren que sea. No una mala imitación, no una copia, ni el cincuenta por ciento de lo que se es. Ser Uno Mismo. Es lo máximo.

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SER LIBRE

“Si en los primeros años de mi carrera espiritual me hubiesen preguntado qué quería yo que la gente dijera en alabanza mía, yo hubiera contestado: que digan que soy un santo. Algunos años más tarde habría contestado:

que digan que soy un hombre de gran corazón. Y ahora lo que quiero que digan de mí es… que soy un hombre libre”.

(Tony de Mello)

Sólo sabiendo lo que me ata podré liberarme. (Francisco de Sales)

A veces, siento la libertad, pero no puedo expresarla,

porque es un sentimiento. (Francisco de Sales)

Uno se cree libre hasta que se da cuenta de sus ataduras. Algunas de las mejores cualidades del ser humano son: no tener apegos que condicionen, ni sentimientos de culpa que impidan volar libremente, ni ataduras que anclen, ni temores que no permitan sentir. La libertad te da la opción de inventar, crear, ser distinto, ser nuevo... (aunque ahí comienza el miedo a lo desconocido) Pero antes de alcanzarla tendrás que vivir una larga lucha interna en la que serás fiscal y defensor, juez y parte. Ser libre te hace responsable. Ya no vale repetir lo que te han enseñado y ordenado. Si te equivocas, ahora debes aceptar que te has equivocado. Ahora tienes que inventar, crear, ser distinto, ser nuevo… vas a vivir el riesgo de decidir y equivocarte, y tienes que asumirlo.

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Ahora no vale, cuando te equivocas, culpabilizar a quienes te maleducaron, a quienes te dijeron lo que tenías que hacer. ¿Y cómo es el modo de ser libre? Mostrándote tal como lo indique tu conciencia. Pero… ser libre… quiere decir que… que puedes hacer lo que crees que tienes que hacer, lo que te apetece hacer, ser como quieres ser… es una maravilla… ten en cuenta que es un reto y que tienes que asumir responsabilidades pero también vas a disfrutar lo que te va a ofrecer esa libertad… es una bendición: disfrútala! ¿Cómo ser libre? Siendo sencillo de una forma sencilla, siendo auténtico de forma auténtica, y siendo libre en absoluta libertad. SER LIBRE Ser libre es asumir el riesgo de equivocarse y acep tar con humildad el error. Ser libre es, superar la moda, los tabúes, los prej uicios y animarse a vencer sus condicionamientos. Ser libre es conocerse a uno mismo, tomar concienci a de lo que puede dar y luchar por hacerlo realidad. Ser libre es aceptarse como uno es teniendo la vale ntía de cambiar aquello que se puede mejorar. Ser libre es asumir la responsabilidad de los propi os pensamientos, palabras y actos. Ser libre es ser auténtico, coherente, fiel a lo qu e cada uno debe ser.

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Ser libre es romper con el egoísmo que nos atrapa y nos impide lanzarnos de lleno a los demás. Ser libre es mirar a todos con ojos de hermanos sintiéndonos iguales, fraternos, unidos. Ser libre es saber decir "no" cuando es fácil decir "sí", decir "sí" cuando todo impulsa a decir "no". Ser libre es ser fuerte cuando todos son débiles, e s gritar en voz alta cuando los demás callan. Ser libre es tener ideales magníficos, soñar con me tas altas; es animarse a cambiar y dar la vida en el ca mbio. Ser libre es reconocer en mi existencia la huella imborrable de alguien que me trasciende del cual vengo y al cual voy. Ser libre no es fácil pero es hermoso y para ello f uimos creados. ¡Para vivir la plenitud de la libertad, que es el a mor¡ (Anónimo)

SER… ¿CUÁNDO? Siempre. En todos los instantes de todos los momentos. No hay unos momentos en los que sí tienes que ser y otros en los que no. Todos los segundos te pertenecen, todos te van construyendo, todos quedarían vacíos sin ti. En el proceso de vivir no hay vacaciones. Puede haber momentos más relajados, de aparente desatención, pero hay que seguir alerta, con la atención afinada, en la aparentemente tensión serena de la leona a punto de saltar sobre su presa, teniendo la intuición muy pendiente de que la vida es la suma de todos los instantes y de todos los momentos, y todos y cada uno de

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ellos pueden aportarte la calma, la delicia, los sueños o el éxito que has de darte. Cada momento es el momento óptimo de Ser Uno Mismo. Aún cuando no haya público para observarlo. Este Ser Uno Mismo no es un espectáculo que se monta para asombrar a los demás, sino que es el hecho de vivir consecuentemente con los principios básicos que vienen implícitos en cada uno, genéticamente o por la Gracia Divina. Ser, en la ducha, en la conversación más banal, en el mercado, cuando soy amante y cuando soy amado, en todos los segundos que vivo, porque todos me van haciendo, y porque todos quedarán huérfanos si yo no estoy en ellos. Sólo uno puede Ser Uno Mismo. Nadie más. No hay suplente. Sólo la integridad absoluta siempre concede ese título honorable y honorífico. Y no hay momento menos importante que otro. Puedes y debes conseguir que en los momentos que aparentemente no pasa nada, sean momentos de un contacto aún más directo contigo mismo, y que sean momentos de una tensión apaciguada que está atenta a no dejar de Ser Uno Mismo, y tienes que seguir siéndolo en los momentos de calma, en los de estruendo y en los de desatención. Ser, disfrutando cuando usas las máscaras, pero siendo consciente de que sólo son máscaras. Ser siempre, porque sólo los muertos no pueden ser. SER… ¿PARA QUÉ?

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Para cumplir el compromiso adquirido cuando decidiste vivir. No creo que estar en esta vida sea pura casualidad, ni que sea irrelevante. Para tu vida, es primordial vivir, y tu responsabilidad como gobernante es realizarte plenamente, acumular el máximo de momentos de felicidad, sentirte a gusto y en paz, tener un concepto justo y equitativo de ti mismo, despertarte sin miedos y acostarte con la conciencia satisfecha. Todo esto sólo se consigue desde la integridad total, para eso hay que Ser Uno Mismo, para no ser un usurpador, un parásito, un golpista, un derrocador del maravilloso acto de vivir desde la mejor opción de Ser Uno Mismo y disfrutarlo. ¿QUÉ ES SER UNO MISMO? Es el proceso de desarrollo y actualización de lo que se es por sí mismo, en esencia. Sacarlo a la luz en su plenitud, y no sólo pequeños retazos. Este trabajo se realiza desde adentro hacia afuera. Se hace en el interior y se manifiesta en el exterior, teniendo clara la premisa de que cuanto más ejercitamos lo que somos más se desarrolla. El sistema de vida actual no favorece el desarrollo personal, y sólo promueve un desarrollo económico y social. Tener, por encima de ser. Ser el que conviene, por encima de ser el que se es. El sacrificio personal, y la renuncia parecen más importantes que la integridad.

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Ser Uno Mismo es abandonar la inercia que nos mantiene en un modo inadecuado de mostrarnos y actuar para pasar a ser y manifestarnos de un modo natural que defienda nuestra honestidad y moralidad personal. La forma de averiguarlo es preguntándose a menudo. ¿Estoy siendo yo mismo habitualmente? ¿Expreso mi integridad en la que se aúnan el hecho de habitar en este mundo con el de no renunciar a mí ni a mi espiritualidad? ¿Dedico tiempo a Descubrirme para saber quién soy? ¿Soy yo mismo aún en presencia de otras personas, aunque no sea lo que se espera de mí? No hay que olvidar que vivimos en un mundo de prohibiciones, expresas o sutiles, y que socialmente casi está prohibido Ser Uno Mismo, y se acepta mejor ser lo que se espera de ti, o ser lo que es más conveniente que seas. ATENCIÓN Quizás se te ocurra preguntar: ¿cómo o cuándo se sabe que uno ya Es Uno Mismo? No te preocupes. Tranquilo. Cuando lo seas, los demás te lo harán saber, incluso en alguna ocasión con cierto disgusto por su parte, pero, sobre todo, el más fiable eres tú, que cuando ya lo seas te darás cuenta de un modo irrefutable. REFLEXIONES PETULANTES Ser uno mismo… Piensa primero que quizás no te gustes siendo tú mismo… ¿o sí?... ¿y si confundes lo que eres con lo que te gustaría ser? ¿Y si te has idealizado demasiado?

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¿y no te gusta lo que descubres? ¿se puede olvidar y negar lo que descubras?, ¿de verdad que sin dejar de ser uno mismo se pueden hacer modificaciones? ¿de verdad todos somos buenos en el fondo? ¿se habrá olvidado Dios de hacerme bueno? Demasiadas preguntas, pero la única forma de responderlas es averiguando quién eres en realidad. DESDE UN PUNTO DE VISTA MÁS ESPIRITUAL Ser Uno Mismo es una propuesta. Ser nadie, es otra. Quizás el mejor servicio que se puede hacer al mundo sea que desaparezca el “yo”. Entonces podrías quedar convertido en vehículo de lo divino. Si te pones al servicio de Él, te llevará por donde debas ir. Una propuesta interesante pero desconcertante… CUENTECITO Según una antigua leyenda sufí, Nasrudín y un amigo se hallaban una tarde tomando té y hablando sobre sus vidas y amores, cuando el amigo preguntó:

- ¿Y por qué nunca te casaste?

- Te diré la verdad –respondió Nasrudín-. Pasé la mayor parte de mi juventud buscando la mujer de mi vida. Una vez me encontré en El Cairo con una chica hermosa, con ojos como aceitunas negras, pero era bastante antipática. Otra vez, en Bagdag, encontré una mujer inteligente y muy afectuosa, pero no era guapa. Siempre aparecía una mujer que era o muy vieja o demasiado joven o que le faltaba algo. Pero un día… la encontré. Era hermosa, inteligente, generosa, en todo perfecta.

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- ¿Entonces? ¿Por qué no te casaste?

- Tuve mala suerte. Ella también estaba buscando al hombre perfecto.”

NO SER Frente a la propuesta absolutamente lógica y razonable de “ser”, está la opuesta de Lao Tse que en el Tao plantea “no ser”. “No ser alguien”. Su invitación es a ser sencillo, ser simple, ser natural. Dice que es relativamente fácil, o muy posible, ser una persona brillante, extraordinaria, o importante: sólo se necesita esfuerzo, dedicación, deseo… es el ego quien trata de ser alguien en particular porque tiene mucho miedo a no-ser, y trata de llenar eso que considera un vacío con cualquier cosa, como por ejemplo, la ambición. Dice Lao Tse que lo realmente maravilloso es ser ordinario, simple, sencillo… Para ser extraordinario se requiere esfuerzo, para ser ordinario se requiere no-esfuerzo. Estamos acostumbrados a hacer esfuerzos para conseguir las cosas que la sociedad nos impone que tenemos que conseguir, y todo, incluida la espiritualidad, incluida la iluminación, pensamos que se ha de lograr con esfuerzo, con sacrificio, con la meta obsesiva de tener, de conseguir, de ser algo. Lao Tse dice que para ser ordinario no se necesita más que comprensión. No es necesario ningún esfuerzo, ninguna condición, ningún método. Sólo comprender la vida como es, y vivirla con coraje. No escapar de ella, no

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ocultarse, no negarla: enfrentarla con ganas, y tanto si es buena o divina, o todo lo contrario. Es necesario llegar a la comprensión mediante la experiencia. En este caso de nada sirve la teoría. La experiencia no puede ser comunicada. La utilidad de la experiencia es para quien la vive, y sólo se consigue mediante su realización. La teoría, elucubra; la experiencia, aporta y consolida. Se puede hablar acerca de la experiencia, pero eso no es la experiencia. Se puede captar la palabra, pero no el significado. Sólo se comprende lo que es no-ser cuando se deja de perseguir con ambición el hecho de ser algo o alguien especial, y uno se permite el descanso en la absurda carrera para pararse a comprender que en lo ordinario, en lo simple, está la auténtica naturaleza. El ser complicados, el ser ambiciosos, son cosas que nos ha inculcado la sociedad en la que estamos viviendo. No busques ser perfecto; busca ser ordinario, sencillo, consciente, y total. PREGUNTAS

¿Cuándo se da cuenta uno de que es un actor?

R.- Cuando te das cuenta de que tú no te manifiestas

libremente, y no te expresas como quisieras, sino que estás

siendo como los demás te han dicho que tienes que ser. Cuando

estás siendo el personaje en vez de la persona.

¿Cómo se da cuenta uno de que es un actor?

R.- Del modo más sencillo y elemental: observar, observar,

observar.

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RESUMIENDO A esto has venido al mundo: a Ser Uno Mismo. Es tu tarea cósmica o tu reto espiritual, o lo más humano y crudo que te puedas imaginar: has venido a ser el que nadie más puede ser, el que has sido destinado a ser. Búscate en tu esencia, y no te prives de mostrar al mundo a ese ser maravilloso.