Sergio Aguirre - Nace Una Novela

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Nace una novela Por Sergio Aguirre En las escuelas y en encuentros donde el público lector es mayoritariamente joven, la pregunta, la primera pregunta que me hacen es “cómo se me ocurrió”, a veces formulada como “en qué se inspiró para escribir”, tal o cual novela. Por alguna razón que desconozco, no sucede lo mismo cuando la audiencia es adulta. Rara vez me hacen esa pregunta. Me hace suponer que los adultos, por lo menos aquellos con los que he conversado sobre mis textos, la mayoría mediadores o colegas, intuyen o saben que la ocurrencia de una novela es un proceso y que tratar de resumirlo en una respuesta sería un cometido engorroso y que tal vez parte de la gracia es que permanezca oculto. Cuidado de lector, podría decirse: no vaya a ser que esa pequeña revelación, por baladí o aburrida o lo que fuere, venga a empañar una narración que hemos disfrutado. Sin embargo, a mí esa pregunta me gusta. Y eso es porque cuando estoy en un aula con lectores de alguna de mis novelas me imagino a mi mismo en el colegio con la posibilidad de preguntarle a un autor que he leído cómo se le ocurrió tal historia, o tal personaje. Me resulta la pregunta más natural. En mi época de adolescente, pienso ahora, le hubiera preguntado a Agatha Christie cómo tuvo la idea de juntar diez personas sin conexión entre sí en una isla de la que no pueden salir y que después de la cena de bienvenida escucharan una grabación donde se les acusa de crímenes antiguos para que, a lo largo de la novela, sean asesinados de la manera en que mueren los negritos de una canción de cuna conocida universalmente. Hoy mismo me muero de ganas de preguntarle a Thomas Harris, por ejemplo, cómo concibió a Hannibal Lecter, un psiquiatra con una cultura, una inteligencia y una sensibilidad inauditas, ¡que es un caníbal gourmet!. O el otro asesino serial de Süskind que fabrica un perfume con la esencia de sus víctimas, capaz de cautivar hasta la posesión a cualquier ser humano. Monstruos exquisitos. Y así tantas ideas maravillosas. Sí, me da curiosidad la génesis de una novela cuya alma, diría, reside en una idea, ya sea la cifra de un argumento o un personaje, algo susceptible de ser presentado en pocas líneas. No digo que las novelas deban concebirse como el desarrollo de una idea. Puede haber tantos modos de concebir una novela como novelas haya. Sólo señalo que son las novelas que más me interesan y que tal vez por eso, como narrador, mis géneros sean el fantástico y el policial de enigma, porque son géneros cuyo atractivo se aloja en una tesis básicamente

Transcript of Sergio Aguirre - Nace Una Novela

  • Nace una novela

    Por Sergio Aguirre

    En las escuelas y en encuentros donde el pblico lector es mayoritariamente

    joven, la pregunta, la primera pregunta que me hacen es cmo se me ocurri, a veces

    formulada como en qu se inspir para escribir, tal o cual novela. Por alguna razn

    que desconozco, no sucede lo mismo cuando la audiencia es adulta. Rara vez me hacen

    esa pregunta. Me hace suponer que los adultos, por lo menos aquellos con los que he

    conversado sobre mis textos, la mayora mediadores o colegas, intuyen o saben que la

    ocurrencia de una novela es un proceso y que tratar de resumirlo en una respuesta sera

    un cometido engorroso y que tal vez parte de la gracia es que permanezca oculto.

    Cuidado de lector, podra decirse: no vaya a ser que esa pequea revelacin, por balad

    o aburrida o lo que fuere, venga a empaar una narracin que hemos disfrutado.

    Sin embargo, a m esa pregunta me gusta. Y eso es porque cuando estoy en un

    aula con lectores de alguna de mis novelas me imagino a mi mismo en el colegio con la

    posibilidad de preguntarle a un autor que he ledo cmo se le ocurri tal historia, o tal

    personaje. Me resulta la pregunta ms natural. En mi poca de adolescente, pienso

    ahora, le hubiera preguntado a Agatha Christie cmo tuvo la idea de juntar diez

    personas sin conexin entre s en una isla de la que no pueden salir y que despus de la

    cena de bienvenida escucharan una grabacin donde se les acusa de crmenes antiguos

    para que, a lo largo de la novela, sean asesinados de la manera en que mueren los

    negritos de una cancin de cuna conocida universalmente. Hoy mismo me muero de

    ganas de preguntarle a Thomas Harris, por ejemplo, cmo concibi a Hannibal Lecter,

    un psiquiatra con una cultura, una inteligencia y una sensibilidad inauditas, que es un

    canbal gourmet!. O el otro asesino serial de Sskind que fabrica un perfume con la

    esencia de sus vctimas, capaz de cautivar hasta la posesin a cualquier ser humano.

    Monstruos exquisitos. Y as tantas ideas maravillosas. S, me da curiosidad la gnesis de

    una novela cuya alma, dira, reside en una idea, ya sea la cifra de un argumento o un

    personaje, algo susceptible de ser presentado en pocas lneas. No digo que las novelas

    deban concebirse como el desarrollo de una idea. Puede haber tantos modos de concebir

    una novela como novelas haya. Slo sealo que son las novelas que ms me interesan y

    que tal vez por eso, como narrador, mis gneros sean el fantstico y el policial de

    enigma, porque son gneros cuyo atractivo se aloja en una tesis bsicamente

  • inquietante, que debe ser de carcter extraordinario y que nos procure -en el caso del

    policial como condicin sine qua non- una sorpresa.

    Por eso esa pregunta me gusta, y porque me ha permitido recordar slo en

    parte, por supuesto- a partir de qu y cmo se construyeron los argumentos de las

    novelas que escrib, y que lo ms probable es que si nadie me lo hubiera preguntado lo

    terminara olvidando por completo.

    Cada idea, y me refiero a la primera idea, que tuve para una novela o para un

    cuento fue porque la buscaba. Nunca me sucedi, como a otros escritores, que el

    encuentro con algo, un rostro, una escena en la calle, una frase, etc., me provocara las

    ganas o la necesidad de generar una historia que la justifique. Eso que se suele llamar

    inspiracin no me sucede. Nada de la realidad, incluida cualquier experiencia ms o

    menos recordable de mi vida, me estimula en un sentido literario para una primera idea.

    Ni siquiera noticias de fenmenos extraos, que ocurren por aqu y por all, asesinatos

    sin resolver, desapariciones misteriosas, todas cosas afines a mi inters, logran

    interesarme para comenzar. Me dan, por supuesto, ganas de saber qu sucedi, o cul es

    la historia oculta detrs de esa noticia, pero no de inventarla. En verdad me gustara que

    me pase alguna vez, pero por el momento no ha sido as.

    Lo que yo llamo mi inspiracin tiene ms bien la forma de un estado

    subjetivo, un estado de bsqueda que se produce a nivel del pensamiento. Pienso en

    temas, palabras, trato de crear frases que me cuenten algo. Es catico y frustrante. Es

    uno de los peores momentos porque es el momento en que uno no tiene nada.

    Pero un da surge una oracin, un elemento mnimo pero que por alguna razn

    me gusta, me resulta prometedor.

    A partir de all algo se pone en funcionamiento (me veo tentado a decir que un

    mecanismo, pero me suena muy mecnico) y no concluye hasta que termine la

    novela.

    Una vez le que Cortzar deca que el no saba cmo iban a terminar sus cuentos.

    Que comenzaba a escribir e iba hacia donde el relato lo llevaba. La verdad es que no lo

    cre. Despus de leer sus cuentos, al menos los anteriores a Octaedro, me pareca

    imposible una afirmacin de ese tipo. En ese tiempo yo escriba mis primeros relatos y

    la experiencia era que si no saba hacia dnde iba no poda avanzar ni un prrafo. La

    concepcin del argumento de mi primera novela que ahora compartir con ustedes- me

    liber en parte de esa creencia.

  • La venganza de la vaca es la nica novela que me exigi -o pens que me

    exiga- resolver todo el argumento antes de escribirla. Tena un plazo para entregarla, y

    necesitaba saber exactamente hacia donde me diriga y cmo iba a continuar el prximo

    captulo, y el otro, hasta el final. Por eso tambin fue la nica en la que tom notas de

    todo lo que se me ocurra para el armado de esa historia (ideas, preguntas, soluciones

    provisorias), por lo que me resulta la ms fcil de reconstruir.

    La primera idea -que no llegaba a serlo- era tan simple y tan poco original que

    no lo poda creer: chicos que se juntan para contar historias de miedo. Una novela con

    muchas historias adentro. Hermoso, pens, y lo sigo pensando porque me encantan las

    historias adentro de otras. Tambin resolva mi temor a la novela -nunca haba escrito

    una- y ocuparla en gran parte con relatos, supuse, aligerara el tramado. Que buen

    truco, me dije. Hasta ah todo bien, pero algo tena que ocurrir en la novela. Qu? Un

    asesinato, me pareci lo ms natural, yo que quera escribir un policial. Comenzaba a

    parecerse a una idea: chicos que se juntan a contar cuentos de miedo y al final se

    comete un asesinato. Que todo se tratara de un asesinato. Pero por qu? A quin?

    Qu tena que ver con los relatos que contaban? Los asesinos o monstruos de los

    relatos se materializaban de alguna manera y cometan un asesinato en la realidad?

    Poda ser... pero eso la converta en una novela fantstica. Y por otra parte, qu le daba

    unidad a la novela si eran distintos relatos de miedo? Entonces pens que el monstruo o

    el asesino de los relatos tena que ser uno solo, todas las historias que los chicos

    narraran esa noche deban tratar sobre un solo monstruo/asesino que despus aparecera

    en la realidad para hacer, justamente, realidad esas pesadillas. se sera el personaje de

    la novela: el protagonista de los cuentos, el malvado. Recuerdo que en ese momento

    pens que poda tratarse de una mujer, una mujer rubia, no s por qu. E imagin una

    escena donde mientras se contaba una historia, en un momento uno de los chicos la ve

    cruzar por una ventana. Pero cmo sala de los relatos?, por qu? La haban invocado

    al contar sus crmenes? Una idea espantosa. Y quin era esa mujer, tan al estilo femme

    fatal del policial negro que me haba imaginado? Descart a la rubia. Adems se haba

    sumado otro problema: por qu todos contaban historias del mismo asesino/monstruo?

    Dos respuestas: era una especie de monstruo o criminal del pasado que haba habitado

    en ese lugar -por supuesto un lugar apartado donde nadie puede escapar y ocurren las

    historias de crmenes-, una leyenda local. Era plausible, pero la novela perda toda

    gracia. Quedaba algo as como el monstruo del lago Ness que al final se coma a los

    chicos de la cabaa, o por lo menos a uno. Solucin eliminada.

  • Entonces apareci la segunda, que estaba a la vista, como la carta robada de Poe:

    contaban historias del mismo monstruo porque previamente se haban puesto de

    acuerdo. Por consiguiente, si se haban puesto de acuerdo era con una intencin. Para

    engaar a alguien me pareci la mejor. Y si contaban historias de miedo era para hacerle

    sentir miedo a su vctima, hacerle creer, de esa forma en que creemos en las historias de

    miedo cuando somos chicos. Y nos vamos a dormir con la idea de que aquello que

    hemos escuchado existe y puede venir por nosotros.

    Y como corolario me ofreca en bandeja la idea de que el lector sea, junto con la

    vctima, engaado.

    La conspiracin, ausente en la idea original, de pronto se tornaba fundamental

    para la novela. Estaba feliz. Slo necesitaba un motivo. Que fue sencillo encontrar si

    uno repasa el limitado catlogo de motivos para cometer un crimen: venganza. La

    venganza era lo ms natural, y lo que ms posibilidades me daba para encontrar su

    justificacin.

    Sin embargo, algo no funcionaba. Para qu tomarse el trabajo de provocarle

    miedo a alguien con historias si despus se lo va a asesinar? No. El castigo tena que

    ser, si contaban cuentos de miedo, aterrorizar. Aterrorizar a alguien como venganza. De

    eso se tratara la novela, o sea, mutaba la idea original. Aterrorizar, no asesinar. Era

    mucho mejor, por varias razones:

    -La idea de que todos los chicos que participaban en esta conspiracin quisieran

    matar a un compaero de pronto me resultaba extrema, tena una escala dramtica que

    escapaba a la novela.

    - Si se trata de provocar miedo el relato fantstico es ms eficaz que el policial.

    Cuando los chicos se juntan a contar relatos de miedo cuentan historias fantsticas, no

    de crmenes ni asesinos. Se trata del miedo a lo sobrenatural. Y si se cuentan en el

    campo, mejor. Se precipit una decisin: el lugar apartado tena que ser una zona rural,

    escenario privilegiado para ese tipo de historias. Retomaba algo que haba descartado:

    la leyenda local. Por lo menos una de las historias que se relatan esa noche -porque iba

    a ocurrir de noche- haba sucedido all mismo.

    - Si los relatos eran fantsticos, facilitaban aun ms su confeccin: porque el

    fantstico da mucha ms libertad que un relato policial, y aun ms si cada cuento se

    trataba de una variacin sobre el mismo, ahora, fenmeno/espritu/monstruo.

    Despus pens: una de las razones para contar cuentos de terror, o la gran razn,

    es divertirse. El que cuenta se divierte con el miedo del otro. Eso puso sobre la mesa

  • algo nuevo, la nocin de broma. Divertirse aterrorizando al otro. Eran psicpatas? No,

    eran adolescentes. Slo los adolescentes pueden hacer ciertas cosas, y estos tenan que

    tener una buena razn para hacer lo que hicieron.

    Cul? Todava no lo saba.

    Me daba vueltas la idea de la broma. En una de esas vueltas se me vino a la

    cabeza la ms elemental: aparecrsele de repente a alguien con un disfraz. Un disfraz...

    qu grosero. Pero no me pareca grosera una mise-en-scne. Una gran puesta como

    momento culminante de la novela. La pesadilla hecha realidad! Un final alucinatorio!

    Segn consta en el cuaderno de notas, estaba encantado con esa idea.

    Quedaban dos grandes asuntos sin responder:

    - De qu se estaban vengando? Qu haba hecho ese personaje y cmo poda

    yo contarlo sin que el lector sospechase que aquello poda tratarse de una venganza?

    - Qu tipo de monstruo, de espritu o de fenmeno era el protagonista de los

    cuentos?

    Con respecto a la primera anot:

    - La vctima no sabe que los ofendi, o no hubiera ido.

    - Qu puede haber hecho sin saberlo?

    La idea de crimen estaba cada vez ms lejana de la novela, y esa limitacin me

    ayud a encontrar la respuesta a la pregunta: ese personaje haba provocado, sin saberlo,

    una desgracia, una muerte. Cmo? De quin? No poda ser de ningn compaero,

    pens en ese momento, (ahora me pregunto por qu no). Tena que ser de alguien

    prximo, alguien querido por todos o especialmente por uno. Alguien importante. La

    madre de uno de ellos? No me convenca... aunque despus us esa idea para el

    comienzo de la novela como excusa para presentar a los personajes. La muerte de un

    profesor! Un profesor querido por todos. Un profesor, cuando es querido, es muy

    querido. Eso me gust, aunque cmo no mencionar esa muerte durante el encuentro?

    Segua teniendo una relacin muy directa con todos los personajes... Y si se trataba del

    hijo de un profesor? S. O peor: el hijo de una profesora. Un nio. Me pareci que la

    muerte de un nio poda ser un motivo para planear una venganza de ese tipo.

    Bien, pero cmo este personaje provoc la muerte del nio? Quera hacerlo?

    Por supuesto que no, pero tampoco su acto tena que ser inocente. Cmo? Por algo

    dicho, pens. El personaje dice algo, con mala intencin, y eso deriva en la muerte del

    hijo de la profesora. Raro, pero posible.

  • Por otra parte, me daba cuenta de que esto era ms que un dato de la historia, era

    una segunda historia. O mejor dicho, una primera. La pre-historia de la novela. Sin

    embargo no poda contarla antes, y tampoco despus. Tena que ser narrada

    paralelamente a ese encuentro en el campo donde tendran lugar los hechos. Y desde

    all, en la intercalacin, colaborar en la intriga acerca de lo que sucede en la novela.

    Hacer que el lector se pregunte: Por qu me cuentan esto? Qu relacin tiene esta

    historia de la profesora y su hijo -de corte realista- con lo que est ocurriendo en esta

    casa apartada y con los relatos fantsticos que se narran esa noche? Y esto determin la

    estructura de la novela, que quedaba con tres planos: lo que ocurre en ese encuentro, lo

    que ocurri haca un ao y los relatos sobrenaturales. Me entusiasmaba, porque as la

    novela tomaba la forma de un rompecabezas donde recin al final, con la ltima pieza,

    mostrara su verdadero rostro.

    Con respecto a la segunda, el tipo de monstruo personaje de los cuentos, hallar

    esa respuesta fue lo ms difcil. Estaba perdido. Todo me resultaba ridculo, o...

    desubicado en torno a la historia. Hasta que tuvo lugar un encuentro inesperado.

    Como dije antes, no tena mucho tiempo para entregar el manuscrito ya que la

    fecha tope del concurso donde la present -Norma Fundalectura- era en abril, y tom la

    decisin de participar en diciembre, cosa que hoy me parecera un desatino.

    Para evitar toda distraccin decid mudarme al campo por esos meses. Disponer

    de todo el da y la tranquilidad para dedicarme a escribir. Y la verdad es que funcion.

    Una actividad regular que tena, para pensar, era caminar. Realizaba caminatas por los

    alrededores, una, dos, tres veces al da, iba al almacn, que est bastante alejado de la

    casa, pensando en la novela. Y as.

    Haba pasado mil veces por un camino solitario, detrs del monte que bordeaba

    la casa, que cruzaba una zona de pastoreo de vacas. En uno de esos paseos vi, a la vera

    del camino, tres vacas. A la distancia, observ que las tres estaban paradas, una al lado

    de la otra, con la cabeza vuelta en direccin hacia donde yo vena. Me llam la atencin

    la postura de las vacas, esa regularidad, y el hecho de que parecan estar mirndome.

    Digo parecan porque nunca haba visto una vaca mirar a una persona. Las vacas eran,

    para m, el tipo de animales incapaces de fijar una mirada, una mirada que denote

    curiosidad o intencin, como la mirada de los perros, los gatos, las serpientes.

    Y lo ms extrao de todo era que a medida que me acercaba, las tres giraban sus

    cabezas lentamente siguindome con su... mirada?

  • Al llegar a donde estaban, por supuesto, me detuve. Las vacas seguan

    mirndome ahora a menos de cuatros metros. Vaya uno a saber qu les llam la

    atencin, pero me miraban a m, y en ese momento sent una especie de inquietud, algo

    parecido al miedo. Nada sobrenatural: el miedo de que de pronto quisieran atacarme o

    algo parecido, no s por qu. O lo supe despus, cuando record una escena que haba

    presenciado de nio.

    A riesgo de extenderme demasiado, tengo que contarla. Cuando era chico un

    verano fui de vacaciones a la casa de mi abuelo, en el interior, con mis padres y mi

    perro Colita, un perro que ya tena sus aos, aunque por raza era bastante menudo.

    Todas las maanas bamos a lo que se llamaba la casa vieja, un campo pequeo en el

    que estaba la casa, un molino, un tanque australiano, una represa y algunas vacas, que

    no llegaban a diez. Colita, un perro absolutamente citadino, no haba visto una vaca en

    su vida. Y apenas baj del auto comenz a ladrar desesperado a esas bestias

    desconocidas. Nuestra sorpresa fue que las vacas se lanzaron a la carrera espantadas por

    los ladridos de mi mascota. Colita las persegua hasta que las vacas, finalmente, se

    internaban en el monte y all terminaba la persecucin. Todos los das suceda lo

    mismo: Colita bajaba del auto y comenzaba a correr a las vacas que otra vez huan hacia

    el monte, y desde all el perro regresaba, contento supongo, despus de su prueba de

    fuerza o de territorialidad o no s de qu. Era un poco ridculo ver semejantes animales

    huyendo de esa pequea criatura. La escena se repiti por tres o cuatro das. Pero antes

    de la semana sucedi algo que nunca imaginamos, ni siquiera mi padre, que haba

    crecido en el campo. Ese da el perro baj del auto y, como ya era costumbre, empez a

    ladrarlas y a correrlas hacia el monte. Pero ese da las vacas no hicieron ms de cien

    metros cuando de pronto se detuvieron, todas al mismo tiempo, dieron la vuelta y

    comenzaron a perseguir al perro! La escena se haba invertido, slo que ahora haba un

    peligro real. La persecucin fue ms larga y Colita se vio obligado a seguir corriendo

    por ese camino que llevaba a la represa. Y mi padre y yo detrs gritndoles a las vacas,

    tratando de espantarlas porque si lo alcanzaban lo iban a reventar! El perro no tuvo ms

    remedio que meterse en la represa, una laguna de no ms de sesenta metros de dimetro,

    y nadar hasta el centro de ese pequeo lago. Qu hicieron las vacas? Rodearon la

    represa en su totalidad, distribuyndose uniformemente para que el perro no pudiese

    escapar! Ver para creer.

    Regres de esa caminata con la cabeza hirviendo. La mirada de las vacas y el

    recuerdo de aquellas otras tomando represalias contra el perro me haban cautivado. La

  • idea de que las vacas, detrs de su mansedumbre, pudieran ser criaturas peligrosas y

    vengativas, daba en el blanco de la leyenda local que estaba buscando y, aunque yo no

    creo mucho en la originalidad, me pareca, a todas luces, algo original para una novela

    de misterio.

    A su vez me llev a pensar, no en ese momento sino bastante despus, que

    cuando uno escribe una novela sucede un fenmeno que trasciende el hecho de escribir

    y es la idea ya comn de que cuando uno busca una cosa el universo parece conspirar

    para que se la encuentre. No ha dejado de sucederme desde entonces aunque nunca de la

    manera tan elocuente con que la experiment esa tarde. No se trata de nada mgico, por

    supuesto. Uno tiene la novela en la cabeza, y el deseo es el que verdaderamente hace el

    trabajo de encontrar. Aprend a confiar en eso.

    Muy bien, pero volviendo a mis problemas: cmo meta la vaca en los relatos?

    Las apacibles vacas se transformaban en seres monstruosos que atacaban a la gente?

    No. Personas se convertan en vacas. La metamorfosis era la solucin. Todos los

    relatos tenan que narrar casos de metamorfosis. (All est Metamorfosis escrita con

    maysculas en el cuaderno. Y tambin de nuevo mi escena querida de la ventana: ahora,

    mientras se cuenta un relato de metamorfosis se ve pasar una vaca por la ventana.

    Ser una persona?)

    Por qu la metamorfosis? Era una raza? Una maldicin? Un hechizo? Todo

    me serva, porque eran varios cuentos y la diversidad me salvaba del riesgo de que, con

    el mismo tema, todos se trataran de lo mismo.

    Otro problema: Por qu los chicos haban elegido el tema de la vaca para su

    venganza? Porque podran haber sido vampiros, o perros asesinos o alguien muerto que

    vivi en esa casa, pero no: eran vacas.

    Porque era la leyenda local, claro. Pero me resultaba insuficiente. Sera mucho

    mejor si el castigo tuviera alguna relacin entre la frase dicha por el personaje (causante

    de la muerte del nio) y las vacas. Qu poda haber dicho?

    Vaca!

    Decirle vaca a alguien es un insulto. Algo que se hace con mala intencin. Y es

    simple, no requiere demasiada trama que lo justifique, menos si est dirigido a una

    profesora. La historia tomaba forma: una profesora muy querida (ya vera por qu) haca

    repetir de ao o algo grave a un alumno (que no nos debe gustar) y ste la insulta, le

    dice vaca. La profesora tena que ser gorda o gordita, con dificultades con ese tema, y

    claro, verse afectada por el insulto.

  • En este momento estuve a punto de cambiar la muerte del nio por la de la

    profesora misma. Haciendo que ella decidiera hacerse una intervencin y muriese en el

    quirfano. Pero desist porque una operacin supone cierta reflexin y responsabilidad

    del que se somete. Y ese personaje no poda ser tan inmaduro como para operarse por

    un insulto. Algo as aligeraba de culpa al agresor, y debilitaba todo. Y eso sin hablar de

    la posibilidad de mala praxis. No, psima idea.

    El insulto tena que generar una circunstancia fatdica, algo que escapase al

    control de la profesora. Cul? Una circunstancia... algo que ver con nios... buscar

    nios a la salida del colegio? Llegar tarde para buscar un nio en la escuela. Un clsico

    para presagiar tragedias. Me gustaba.

    Y el final? Qu pasaba al final? Cmo era esa puesta en escena que armaban

    los personajes? No poda ser nada acartonado, ni nada que implicara tecnologa. Cuanto

    ms natural mejor. Meter una vaca en la habitacin de la vctima? Imposible. Un

    cadver de vaca? Menos.

    Pero s una cabeza.

    Una cabeza de vaca asusta. Pero ms asusta tocarla sin saber qu es.

    Y qu ms? Bien, tena lo que quera: el personaje se aterroriza. Y qu pasa?

    Se encienden las luces y todos dicen Todo fue una broma? Tanta cosa para llegar a

    esa tontera?

    Entonces se me ocurri. Y creo que el final cay por su propio peso. Me haba

    quedado sin el asesinato de la idea original, pero en su lugar iba a suceder algo peor,

    algo mucho ms trgico y ms tremendo.

    La venganza de la vaca fue la nica novela en la que hice un armado del

    argumento antes de escribirla, como ya dije, y anot todas las ideas y las preguntas que

    se me ocurrieron. No sucedi eso cuando abord Los vecinos mueren en las novelas.

    Las circunstancias eran diferentes, no tena plazo de entrega, y el cuaderno de notas me

    pareci una tarea innecesaria. Las ideas que consideraba buenas y las preguntas

    importantes no se me olvidaran (de hecho no me las podra sacar de la cabeza).

    Tampoco necesitaba todo el argumento para comenzar.

    En ese momento tena ganas de escribir un policial ingls, situado en Inglaterra,

    con personajes y elementos prototpicos del gnero. Sacarme el gusto escribiendo algo

    bien Agatha Christie. Pero todo lo que me imaginaba era muy Agatha Christie. No tena

    sentido. Y una noche se me ocurri, por oposicin, la primera idea para los vecinos. Si

  • Agatha Christie presentaba de cinco a ms sospechosos, en mi novela habra slo dos, y

    uno de ellos sera la vctima. Todo se desarrollara en un cuarto, como en el teatro, en la

    sala de una casa inglesa en la campia. Y qued as: Dos personas que no se conocen en

    un cuarto. Charlan amablemente, pero uno de ellos va a matar al otro. No sabemos

    quin a quin, por qu, ni cmo, pero eso va a ocurrir.

    Ac la idea central me llevaba en primer lugar a pensar en los personajes,

    preocupacin que en La venganza... me resultaba totalmente secundaria. Tampoco saba

    cmo iba a terminar hasta muy avanzada la novela, lo que me llev a modificar

    captulos ya escritos. Que no fue el caso de El misterio de Crantock ni de El

    hormiguero, ambos originalmente cuentos, donde ya tena el argumento, los personajes

    y el final. El trabajo era darles el espacio que, a mi parecer, esas historias necesitaban.

    En la primera, que haba sido un cuento con exceso de personajes y de trama, me

    gustaba la idea de desarrollar cada uno de los extraos episodios que narraba el cuento y

    con ellos, uno por captulo, invitar al lector a entrever una hiptesis de la naturaleza del

    misterio que habitaba ese pueblo. Para que en el prximo captulo, con el nuevo

    episodio, esa hiptesis quedara desmentida, y as generar una intriga in crescendo hasta

    el final de la novela.

    Con El hormiguero la necesidad era desarrollar los personajes, ta y sobrino, y el

    conflicto del hroe, Omar, fundamental para que el final alcanzara la intensidad que

    imagin originalmente y que el cuento no haba conseguido.

    As, cada novela naci de una manera diferente y me plante un recorrido y una

    experiencia distintas. Y mis intereses, mis ganas, mis gustos, tambin fueron cambiando

    de novela en novela.

    Me pregunto, releyendo este recordatorio de cmo fueron las cosas con La

    venganza de la vaca, si hoy tomara las mismas decisiones que hace doce aos y,

    naturalmente, no puedo ms que dudarlo. Entonces me digo: Menos mal que la

    escrib.