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Transiciones en el mercado de trabajo de las mujeres y hombres jóvenes en el Perú Rosa Ana Ferrer Guevara Programa de empleo juvenil Departamento de política de empleo Julio 2014 No. 18 Série de publicaciones

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Transiciones en el mercado de trabajo de las mujeres y hombres jóvenes en el Perú

Rosa Ana Ferrer Guevara

Programa de empleo juvenilDepartamento de política de empleo

Julio 2014

No. 18

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Série de publicaciones

Work4Youth Serie de publicaciones No

18

Transiciones en el mercado de trabajo de las mujeres y

hombres jóvenes en el Perú

Rosa Ana Ferrer Guevara

Oficina Internacional del Trabajo ● Ginebra

Julio 2014

Copyright © Organización Internacional del Trabajo 2014

Primera edición 2014

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Datos de catalogación en publicación de la OIT

Ferrer Guevara, Rosa Ana

nacional del

Trabajo. - Ginebra: OIT, 2014

(Work4Youth publication series ; No. 18, ISSN: 2309-6780 ; 2309-6799 (web pdf ))

International Labour Office

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Impreso por la Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra, Suiza

iii

Prólogo

La juventud es un momento crucial de la vida, en que los jóvenes empiezan a realizar sus

aspiraciones, asumen su independencia económica y hallan su lugar en la sociedad. La crisis

mundial del empleo ha agravado la vulnerabilidad de los jóvenes en términos de: i) mayor

desempleo; ii) empleos de menor calidad para los que encuentran trabajo; iii) mayores

desigualdades del mercado laboral entre los diferentes grupos de jóvenes; iv) transiciones de la

escuela al trabajo más extensas e inseguras, y v) ausencias del mercado de trabajo más

prolongadas.

En junio de 2012, la Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT decidió tomar

medidas urgentes para enfrentar la crisis sin precedentes del empleo juvenil a través de un

enfoque múltiple orientado al crecimiento pro–empleo y a la creación de trabajo decente. La

resolución de la OIT La crisis del empleo juvenil: un llamado a la acción contiene una serie de

conclusiones que constituyen un modelo para dar forma a las estrategias nacionales de empleo

juvenil1. En el texto se pide una mayor coherencia de las políticas y acciones a favor del

empleo juvenil en todo el sistema multilateral. En paralelo, el Secretario General de las

Naciones Unidas destacó a la juventud como uno de los cinco imperativos generacionales que

deben abordarse mediante la movilización de todos los recursos humanos, financieros y

políticos a disposición de la ONU). Como parte de esta agenda, la ONU elaboró un Plan de

Acción Sistemático para la Juventud, en que el empleo de los jóvenes es una de las principales

prioridades para fortalecer los programas dirigidos a este grupo etario en todo el sistema de las

Naciones Unidas.

La OIT apoya a los gobiernos y los interlocutores sociales en el diseño y la

implementación de las respuestas de políticas de empleo integradas. Como parte de esta tarea,

la OIT busca fortalecer la capacidad de las instituciones a nivel nacional y local para realizar

análisis basados en la evidencia, que alimenten el diálogo social y el proceso de formulación de

políticas. Para ayudar a los Estados Miembros en la construcción de una base de conocimientos

sobre el empleo juvenil, la OIT ha diseñado la “Encuesta sobre la transición de la escuela al

trabajo” (ETET). Este informe, que presenta los resultados de la investigación en el Perú, es

producto de una alianza entre la Fundación MasterCard y la OIT. El Proyecto “Work4Youth”

implica la colaboración con los socios estadísticos y responsables políticos de 28 países de

ingresos bajos y medios para llevar a cabo la ETET y ayudar a los gobiernos y los

interlocutores sociales en el uso de los datos para la elaboración y aplicación de políticas

eficaces.

No es un tiempo fácil ser una persona joven en el mercado laboral actual. La esperanza es

que con el liderazgo del sistema de las Naciones Unidas, el compromiso de los gobiernos, los

sindicatos y las organizaciones de empleadores y con la activa participación de donantes como

la Fundación MasterCard, la comunidad internacional pueda prestar una efectiva asistencia que

ayude a las mujeres y hombres jóvenes a tener un buen comienzo en el mundo del trabajo. Si

podemos hacer bien esta tarea, sus resultados incidirán positivamente en el éxito profesional y

personal de los jóvenes en todas las etapas futuras de la vida.

Azita Berar Awad

Directora

Departamento de Política de Empleo

Carmen Moreno

Directora

Oficina de la OIT para los Países Andinos

1 El texto completo de la resolución 2012, La crisis del empleo juvenil: un llamado a la acción, se

puede encontrar en el sitio web de la OIT (http://www.ilo.org/ilc/ILCSessions/101stSession/texts-

adopted/WCMS_187080/lang--es/index.htm).

v

Contenido

Página

Prólogo ....................................................................................................................................... iii

Contenido ........................................................................................................................................... v

Agradecimientos ................................................................................................................................ ix

1. Introducción y principales conclusiones .................................................................................. 1

1.1 Introducción ................................................................................................................... 1

1.2 Principales conclusiones ................................................................................................ 2

1.3 Organización del informe .............................................................................................. 6

2. Visión general del mercado laboral y metodología de la encuesta .......................................... 6

2.1 Contexto social y económico......................................................................................... 6

2.2 El mercado de trabajo en el Perú ................................................................................... 9

2.3 La juventud en la fuerza de trabajo ............................................................................... 15

2.4 Objetivos y metodología de la Encuesta sobre la transición de la escuela al trabajo .... 19

2.4.1 Objetivos ............................................................................................................. 19

2.4.2 Metodología ....................................................................................................... 20

3. Características de la juventud .................................................................................................. 21

3.1 Características individuales de la juventud ................................................................... 21

3.2 El logro educativo ......................................................................................................... 23

3.3 Condición de actividad de los jóvenes .......................................................................... 28

3.4 Aspiraciones y objetivos de vida ................................................................................... 31

3.5 Características de los jóvenes desempleados ................................................................ 32

3.6 Características de los jóvenes inactivos ........................................................................ 37

3.7 Características de los jóvenes ocupados ........................................................................ 39

3.7.1 Características generales de los jóvenes ocupados ............................................. 39

3.7.2 Sector económico de los jóvenes ocupados ........................................................ 40

3.7.3 Grupo ocupacional de los jóvenes ocupados....................................................... 41

3.7.4 Situación en el empleo ........................................................................................ 42

3.7.5 Trabajadores por cuenta propia ........................................................................... 43

3.7.6 Trabajadores asalariados en empresas................................................................. 45

3.7.7 Tamaño de empresa............................................................................................. 48

3.7.8 Horas de trabajo .................................................................................................. 49

3.7.9 Ingresos mensuales.............................................................................................. 50

3.7.10 Desajuste ocupacional ......................................................................................... 52

4. La transición y sus etapas ........................................................................................................ 53

4.1 Conceptos y definiciones utilizadas .............................................................................. 53

vi

4.2 Etapas de transición ....................................................................................................... 54

4.2.1 Los jóvenes que aún no habían iniciado la transición ......................................... 56

4.2.2 Los jóvenes en transición .................................................................................... 57

4.3 Características de una transición exitosa ....................................................................... 57

4.4 Duración de la transición ............................................................................................... 59

5. Marco de políticas pertinentes y recomendaciones de política ................................................ 60

5.1 Marco de políticas pertinentes en el Perú ...................................................................... 60

5.2 Recomendaciones de política ........................................................................................ 62

Bibliografía ........................................................................................................................................ 67

Anexo I. Definiciones de las estadísticas del mercado de trabajo ..................................................... 69

Anexo II. Diseño muestral de la Encuesta sobre la transición de la escuela al trabajo (ETET) en el

, 2012─13 ................................................................................................................... 71

Cuadros

2.1 América Latina (países seleccionados): PIB e inflación, 2002-2013 (Variación % anual

promedio) ................................................................................................................................. 7

2.2 Evolución de la incidencia de la pobreza total, según ámbitos geográficos, 2008-2013 (%

respecto del total de la población) ........................................................................................... 8

2.3 Estimaciones de población por grupos etarios quinquenales, 2012 ......................................... 9

2.4 Indicadores demográficos de la población urbana y rural, 2008-2015 (Distribución

porcentual) ............................................................................................................................... 10

2.5 Principales indicadores del mercado de trabajo, según sexo, 2008 - 2012 .............................. 11

2.6 Distribución de la PEA ocupada según sexo y nivel educativo, 2012 (%) .............................. 12

2.7 Distribución de la PEA ocupada según estructura de mercado, 2008-2012 (%) ..................... 13

2.8 Producto por trabajador e ingreso laboral mensual según sector económico .......................... 15

2.9 Población de 15 a 29 años de edad, por sexo, según área urbana y rural y región, 2011 ........ 16

2.10 Población de 15 a 29 años de edad, por nivel educativo, según sexo y grupo de edad, 2011 . 17

2.11 Población de 15 a 29 años de edad, por condición de estudio y/o trabajo, según sexo y

grupo etario, 2011 .................................................................................................................... 17

2.12 Población de 15 a 29 años de edad, por condición de actividad económica, según sexo y

grupo etario, 2011 .................................................................................................................... 18

2.13 Población económicamente activa de 15 a 29 años de edad, por condición de ocupación,

según sexo y grupo etario, 2011 .............................................................................................. 18

3.1 Población joven por grupo etario, sexo, estado civil, estudia actualmente, tamaño del hogar

y número de hermanos ............................................................................................................. 21

3.2 Jóvenes que se mudaron de la residencia original, según sexo................................................ 23

3.3 Condición económica del hogar de los jóvenes ...................................................................... 23

3.4 Jóvenes que abandonaron la escuela antes de terminar y razones para hacerlo ...................... 25

3.5 Jóvenes que no estudian actualmente, por nivel educativo y según condición económica del

hogar (%) ................................................................................................................................. 25

vii

3.6 Nivel educativo del padre, de la madre y los jóvenes .............................................................. 27

3.7 Nivel de educación de los jóvenes en comparación al nivel de educación de los padres ........ 27

3.8 Distribución de los padres y madres por grupo ocupacional (%) ............................................ 28

3.9 Jóvenes que no estudian ni trabajan (NINI) según sexo y condición ...................................... 31

3.10 Meta más importante en la vida según sexo y grupos de edad de los jóvenes......................... 32

3.11 Tasa de desempleo juvenil por tipo de definición, según sexo ................................................ 33

3.12 Jóvenes desempleados y ocupados por grupo de edad, sexo, estado civil, estudia

actualmente, tamaño promedio del hogar y número de hermanos .......................................... 34

3.13 Jóvenes desempleados según método utilizado para buscar trabajo ........................................ 36

3.14 Jóvenes desempleados según obstáculo para encontrar trabajo ............................................... 36

3.15 Jóvenes desempleados según lugar deseado de trabajo y razones por las que rechazaron una

oferta de trabajo ....................................................................................................................... 37

3.16 Jóvenes inactivos que estudian y no estudian actualmente por grupo etario, sexo y estado

civil .......................................................................................................................................... 38

3.17 Inactivos que no asisten actualmente a un centro educativo (y dejaron los estudios antes de

graduarse) por condición económica del hogar y según sexo .................................................. 39

3.18 Jóvenes ocupados por grupo de actividad económica, según sexo .......................................... 40

3.19 Distribución del empleo juvenil por sexo, según ocupaciones más frecuentes ....................... 42

3.20 Jóvenes ocupados según categoría ocupacional ...................................................................... 43

3.21 Jóvenes que trabajan por cuenta propia, razón por la que eligieron trabajar en forma

independiente en lugar de hacerlo para un empleador ............................................................. 45

3.22 Jóvenes asalariados por tipo de contrato, según sexo .............................................................. 45

3.23 Jóvenes asalariados con contrato o acuerdo actual por tiempo limitado y razones de la

duración, según sexo ................................................................................................................ 46

3.24 Tasa de satisfacción de las condiciones del contrato de los jóvenes asalariados por nivel

educativo y condición económica del hogar, según sexo ........................................................ 48

3.25 Jóvenes asalariados por beneficios y / o derechos reportados, según sexo (%)....................... 48

3.26 Jóvenes ocupados con sobreeducación o subeducación, según sexo ....................................... 53

4.1 Jóvenes por grupo etario y nivel educativo alcanzado, según etapa de transición .................. 56

4.2 Jóvenes por etapa de transición, según sexo, grupo etario y participación en la educación

(%) ........................................................................................................................................... 56

4.3 Jóvenes en transición por subcategorías (%) ........................................................................... 57

4.4 Jóvenes con transición completa por nivel educativo, según condición de estudios actual

(%) ........................................................................................................................................... 58

4.5 Jóvenes con transición completa por tiempo promedio de la transición, según sexo, grupo

etario y subcategorías (%) ....................................................................................................... 59

Gráficos

2.1 Población en edad de trabajar (PET) según ámbito geográfico, 2012 ..................................... 10

2.2 Distribución de la PEA ocupada por sector económico, 2008 y 2012 ..................................... 14

2.3 Población ocupada de 15 a 29 años de edad, por principal sector de actividad económica,

2011 ......................................................................................................................................... 19

viii

3.1 Jóvenes que estudian y no estudian actualmente por nivel educativo, según condición

económica del hogar ................................................................................................................ 24

3.2 Jóvenes por condición de actividad ......................................................................................... 29

3.3 Tasa de actividad de los jóvenes por sexo y nivel educativo ................................................... 30

3.4 Jóvenes por condición de actividad (Marco conceptual de la ETET) ..................................... 31

3.5 Tasas de desempleo juvenil según nivel educativo alcanzado por sexo .................................. 35

3.6 Distribución de los jóvenes según duración del desempleo..................................................... 35

3.7 Distribución de los jóvenes por grupo ocupacional, según sexo ............................................. 41

3.8 Jóvenes que trabajan por cuenta propia, según principal razón de ser independientes y

problemas que enfrentan .......................................................................................................... 44

3.9 Jóvenes asalariados según percepción de las condiciones del contrato ................................... 47

3.10 Distribución de los jóvenes ocupados, según tamaño de empresa ........................................... 49

3.11 Distribución de los jóvenes ocupados por número de horas trabajadas por semana, según

sexo .......................................................................................................................................... 49

3.12 Distribución de los jóvenes ocupados por categoría ocupacional, según número de horas

trabajadas por semana .............................................................................................................. 50

3.13 Ingreso mensual de los jóvenes ocupados por número de horas trabajadas, según sexo ......... 51

3.14 Ingreso promedio mensual de los jóvenes ocupados por nivel educativo, según sexo (en

nuevos soles) ............................................................................................................................ 52

4.1 Total de jóvenes por sexo, según etapa de transición .............................................................. 55

4.2 Jóvenes con transición completa por subcategorías, según sexo y grupo de edad .................. 58

Recuadro

1 Work4Youth, un proyecto de la OIT en colaboración con la Fundación MasterCard .................. 20

ix

Agradecimientos

La Encuesta sobre la Transición de la Escuela al Trabajo 2012 en el Perú fue

aplicada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) con el

financiamiento del proyecto “Work4Youth” de la OIT, en asociación con la Fundación

MasterCard. Alejandro Vílchez De los Ríos, Jefe del INEI y Aníbal Sánchez, Sub Jefe

del INEI, teniendo en cuenta la importancia de los resultados de la encuesta, accedieron

asumir la ejecución de esta, a pesar de que no era parte del programa regular de encuestas

estadísticas. En esta labor tuvieron la valiosa colaboración de otros funcionarios del INEI

como Gaspar Morán, Francisco Eduardo Díaz y Ross Mery Godoy.

La autora quiere agradecer a Sara Elder, Coordinadora del Equipo de la OIT

Work4Youth, por su significativa contribución al texto del informe. Asimismo, expresa

un agradecimiento especial a los miembros del equipo Work4Youth, Werner Gárate y

Yves Perardel, por su apoyo técnico y valiosos aportes durante todas las etapas de la

encuesta y la elaboración del informe, a Tatiana Velazco por sus importantes aportes al

análisis de los resultados y a Juan Chacaltana, Especialista de Empleo de la Oficina de la

OIT para los Países Andinos, por sus valiosos comentarios al borrador del informe.

Finalmente, la OIT desea reconocer el apoyo brindado por la Fundación MasterCard

que ha permitido llevar a cabo la investigación, en el ámbito de la asociación

Work4Youth.

1

1. Introducción y principales conclusiones

1.1 Introducción

Después de varios años de alto crecimiento económico en el Perú, los beneficios se

han reflejado en indicadores sociales como la reducción de la pobreza, además del

crecimiento de la clase media. A través del empleo se ha incrementado el ingreso de los

hogares; y mediante el aumento de los ingresos fiscales, se ha financiado un mayor gasto

social en apoyo a la población más vulnerable. Sin embargo, todavía existen grupos de

población, como la rural, que permanecen con índices de pobreza elevados y otros

problemas sociales que acompañan a la pobreza.

Las proyecciones actuales indican que esa fase de crecimiento económico está

transformándose en otra de menor expansión, más estable en el largo plazo, lo que también

afectará en el mercado laboral, el cual requerirá de ajustes que se reflejarán en las

oportunidades y las condiciones de empleo de los jóvenes. Este proceso ocurre en un

contexto en que el país atraviesa por un período del llamado “bono demográfico”, pero que

dentro de unas décadas, cuando la población en edad de trabajar (PET) crezca a un ritmo

más pausado y aumente la tasa de dependencia, será importante contar con una fuerza

laboral más productiva y que existan medidas adicionales de protección social para abordar

las demandas de una creciente población adulta mayor.

Actualmente, los jóvenes urbanos del Perú son afectados por un déficit de trabajo

decente, que se manifiesta en bajas remuneraciones, contratos de trabajo de corta duración,

alta rotación en los empleos, no formales e inestables, y sin acceso a la protección en salud

y previsión social. Por las características de altos índices de empleo informal en el Perú, los

jóvenes pueden carecer de alternativas en la economía formal para evolucionar hacia

trabajos en mejores condiciones, más estables, con horarios adecuados y que permitan

aumentar los promedios de escolaridad en algunos colectivos de jóvenes, en especial de

aquellos provenientes de familias pobres.

La deserción escolar de jóvenes provenientes de familias pobres, así como los bajos

retornos de la educación secundaria son factores que no incentivan la calificación y la

formación continua de este grupo etario. Los problemas que enfrenta el país en materia de

calidad de la educación, reflejados en las evaluaciones internacionales para medir el éxito

escolar, afectan las posibilidades de desarrollo productivo de los futuros jóvenes. La

educación, la formación y el aprendizaje permanente generan un círculo virtuoso que

promueve la empleabilidad, la productividad, el aumento de los ingresos y el desarrollo.

Sin embargo, se observan diversas fallas en el sistema educativo y el mercado de trabajo

que distorsionan el objetivo de hacer consistente la educación que alcanza un joven con la

ocupación que desempeña.

El ciclo de vida debe analizarse desde la perspectiva de lograr una trayectoria exitosa

hacia el trabajo decente. En condiciones ideales, la progresividad del desarrollo debería

conducir a una vida productiva aprovechada en su máxima capacidad. Sin embargo,

diversos riesgos, como por ejemplo, el abandono prematuro del sistema escolar o un

embarazo ocurrido durante la adolescencia, pueden implicar alteraciones ingentes en esa

trayectoria, con transiciones abruptas, etapas superpuestas y adopción precoz de roles

adultos. La juventud constituye justamente una etapa crítica del ciclo pues en esta se

manifiestan más los activos y los riesgos acumulados durante la vida, determinando la

posición social relativa de los individuos y sus posibilidades futuras (Jara y Sori, 2013).

Para mejorar las trayectorias hacia el trabajo decente se requiere incidir en las distintas

dimensiones del desarrollo de los jóvenes (educación, salud, empleo, social, cultural) con

el propósito de que puedan completar exitosamente sus ciclos escolares; para que no entren

2

temprano al mercado laboral; y para que quienes deban trabajar en las edades permitidas

por la ley, lo hagan bajo las condiciones de protección y seguridad a las que tienen derecho

(OIT, 2010).

El Estado tiene un marco de políticas e instituciones dirigido a mejorar las

condiciones laborales de los jóvenes, pero requiere de un trabajo más coordinado e

integrado, y en muchos casos, de mayor escala a fin de que los efectos de la inversión en

las intervenciones beneficien a un porcentaje mayor de la población joven.

Si bien en el Perú existen encuestas que recogen información periódicamente sobre el

mercado laboral, no se disponía de un instrumento que brindara información sobre el

proceso que atraviesan los jóvenes desde la escuela al mercado laboral, con un examen

exhaustivo de las diversas situaciones que enfrentan al integrarse a la vida laboral activa y

la situación de sus estudios. Por esta razón, es valiosa la información recogida a través de

la Encuesta sobre la Transición de la Escuela al Trabajo (ETET), una encuesta de hogares

dirigida a los jóvenes de 15 a 29 años, aplicada por el Instituto Nacional de Estadística e

Informática (INEI) en las áreas urbanas en 2012. La encuesta fue ejecutada con la

cooperación de la OIT, bajo la metodología recomendada por este organismo internacional.

Los indicadores generados a partir de la encuesta y analizados en este informe tienen

como objetivo presentar una visión mucho más detallada de los jóvenes en el mercado

laboral de lo que usualmente se puede obtener por medio de encuestas estándares,

incluyendo la encuesta de población activa. El desempleo juvenil es una de las principales

preocupaciones nacionales, pero también es fundamental considerar la calidad de los

empleos disponibles para la población joven. ¿Estos empleos proporcionan los salarios y la

seguridad necesarios para empoderar a los jóvenes a fin de avanzar hacia la autosuficiencia

en el trayecto a la edad adulta? El énfasis en la calidad del empleo en este informe debería

ayudar a responder esta pregunta. El informe también llama la atención sobre el camino y

la duración de la transición de los jóvenes de la escuela al trabajo y se extraen conclusiones

sobre las características o experiencias que garantizan una transición más suave.

1.2 Principales conclusiones

Un alto porcentaje de jóvenes urbanos tiene acceso a la educación, pero un grupo

importante de estos no culmina los estudios.

Los jóvenes urbanos2 que no cursan estudios y los abandonaron antes de graduarse,

señalaron que el principal motivo de su deserción del sistema educacional fue de índole

económica, así como que querían empezar a trabajar; seguida por razones personales como

el compromiso matrimonial y la falta de interés en continuar estudios.

Alrededor del 95 por ciento de los jóvenes acceden a los estudios secundarios y

superiores, pero este porcentaje se desagrega entre quienes culminaron los niveles

educativos, los que todavía siguen estudiando y aquellos que no finalizaron los estudios y

actualmente no estudian. Los jóvenes que terminaron la secundaria son el 21.6 por ciento,

quienes continúan estudiando el 44.7 por ciento y aquellos que no culminaron la

secundaria y en el presente no estudian, el 9.0 por ciento.

2 D , q “ ” g

“ ”.

3

Los jóvenes con estudios superiores completos son el 14.6 por ciento, quienes se

encuentran todavía estudiando el 27.5 por ciento y aquellos que no culminaron estos

estudios y no estudian, el 6.2 por ciento. El 12.8 por ciento de los jóvenes (894 mil) tiene

secundaria incompleta o menos y no prosigue sus estudios.

El 62.4 por ciento de los jóvenes estudiantes cursan el nivel superior, sobre todo

universitario; y el 36.7, el nivel secundario. De los jóvenes que no estudian, el 55.4 por

ciento llegó hasta la secundaria y el 37.7 por ciento, al nivel superior, fundamentalmente

no universitario.

Los jóvenes de familias más o menos pobres o pobres alcanzan menores niveles

educativos y tienen mayores probabilidades de no culminar los estudios que aquellos

que provienen de hogares con mejores condiciones económicas.

El porcentaje de jóvenes que no estudian es más alto en los hogares más o menos

pobres y pobres (67.2 por ciento), en contraste con el porcentaje que representan los

hogares muy estables y estables (48.8 por ciento). Los jóvenes provenientes de hogares

más o menos pobres y pobres que tienen educación secundaria incompleta y no estudian

son un 28.4 por ciento, mientras que en los hogares muy estables y estables llegan a un

13.8 por ciento. El porcentaje de jóvenes provenientes de hogares más o menos pobres y

pobres que tienen estudios superiores completos es de un 8.5 por ciento, en tanto este

indicador aumenta a un 34.4 por ciento en los hogares muy estables y estables.

Los jóvenes son más educados que sus padres, mientras que los padres son más

educados que las madres.

El nivel educativo de los padres ejerce una enorme influencia en los logros

educativos de sus hijos y en la probabilidad de que el hogar sea pobre o no. Los resultados

indican que los jóvenes son más educados que sus progenitores. Y, a su vez, los padres son

más educados que las madres, pues un 19.0 por ciento y un 12.9 por ciento han cursado la

educación superior, respectivamente.

De los jóvenes, el 54.0 por ciento estaba ocupado, el 39.6 por ciento en inactividad

y el 6.4 por ciento desocupado. Los hombres participan del mercado de trabajo con

mayor intensidad que las mujeres: sus tasas de actividad fueron, respectivamente, de un

67 por ciento y de un 54 por ciento.

La tasa de desempleo estándar fue del 10.6 por ciento y la tasa de desempleo

flexibilizada, el 18.8 por ciento.

La tasa de desempleo estándar es más alta en las mujeres (12.6 por ciento) que en los

hombres (9.0 por ciento). La tasa de desempleo flexibilizada fue de 18.8 por ciento; con

valores de 23.5 por ciento para las mujeres y 14.6 por ciento para los varones.

Si es muy extensa, la duración del período de búsqueda de empleo puede impactar

sobre la moral de los jóvenes y, además, perjudicar sus oportunidades futuras de insertarse

favorablemente en el mercado. La duración del desempleo es breve en el Perú. El 47.1 por

ciento de los jóvenes desempleados tenía menos de un mes en esa condición al momento

de la encuesta; el 31.1 por ciento de uno a seis meses, y el 20.6 por ciento más de un

semestre. Por sexo, se puede concluir que las mujeres experimentan, en promedio, una

mayor permanencia en el desempleo.

Más de 1 de cada 4 (26.2 por ciento) mujeres jóvenes urbanas en el Perú no

estudian ni trabajan (NINI).

El porcentaje de los NINI en los hombres jóvenes es bastante más bajo (9.4 por

ciento), con lo cual el total de NINI representa el 17,.9 por ciento de la población urbana

4

juvenil. Esto significa que más de 7 de cada 10 jóvenes que no estudian ni trabajan son

mujeres. La mayoría de los jóvenes NINI (hombres y mujeres) eran inactivos no

estudiantes más que desempleados no estudiantes. El 80.6 por ciento del total de NINI se

clasifican en esta categoría. La participación de los desempleados no estudiantes fue

inferior, un 19.4 por ciento, pero representó casi un tercio (30 por ciento) de los NINI

masculinos.

Uno de los principales obstáculos que experimentan los jóvenes para encontrar

empleo es su falta de experiencia y escasa calificación para los puestos ofertados en el

mercado.

En relación a las actividades realizadas por los desempleados para encontrar empleo,

destacan la inscripción en una oficina de empleo y la respuesta a avisos de empleo (31.3

por ciento); la presentación directa de solicitudes en empresas (26.6 por ciento) y la

consulta a amigos y familiares (12.7 por ciento). En cuanto a los principales obstáculos de

los jóvenes para encontrar empleo resaltan la falta de experiencia y la escasa calificación

para los puestos ofertados en el mercado; este resultado es consistente con los déficits

educativos señalados previamente.

Solo el 7.6 por ciento de los jóvenes desempleados declaró haber sido asesorado en la

búsqueda de empleo. Casi un tercio de los jóvenes desempleados que recibió propuestas de

trabajo, las rechazó porque las condiciones laborales ofrecidas no eran las adecuadas o

porque eran incompatibles con su desarrollo profesional.

Algo más de la mitad (54.0 por ciento) de la juventud urbana en el Perú está

trabajando. La estabilidad del empleo en los jóvenes trabajadores constituye una grave

preocupación.

Más de las dos terceras partes de los jóvenes que trabajan se dedican a un trabajo

remunerado (69.5 por ciento), pero otro 27.7 por ciento de los jóvenes lo hacen en las

categorías consideradas “vulnerables” debido a su precariedad, como trabajadores por

cuenta propia (17.4 por ciento) y trabajadores familiares auxiliares (no remunerados) (10.3

por ciento). Además, el 2.6 por ciento de los jóvenes son empleadores. Los trabajadores

independientes, sean trabajadores por cuenta propia o empleadores, enfrentan riesgos

económicos relativamente más altos, ya que su remuneración depende de la cantidad de

unidades vendidas o servicios prestados.

Sin embargo, incluso tener un trabajo remunerado no garantiza la seguridad del

empleo. De los jóvenes trabajadores asalariados, el 42.0 por ciento carece de un contrato

escrito y el 76.1 por ciento están empleados en un trabajo con una duración de contrato de

1 año o menos. Es tan preocupante que el 15.4 por ciento de los jóvenes ocupados de

ambos sexos trabajen más de 60 horas semanales, como que el 47.9 por ciento de jóvenes

reciba un ingreso menor a 700 nuevos soles (equivalente a US$ 250 con un cambio de 2.80

nuevos soles por dólar), pero el porcentaje de las mujeres en esta situación es superior

(57.2 por ciento).

La incapacidad para crear suficientes puestos de trabajo decentes puede tener efectos

perjudiciales duraderos en la juventud. Una precaria inserción laboral dificulta y posterga

la formación de hogares propios de los jóvenes, prologándose su dependencia.

Los jóvenes urbanos se ocupan principalmente como obreros, 22.3 por ciento, con

mayor presencia de hombres; el 24 por ciento es trabajador no calificado y la mayoría

de los jóvenes ocupados se desempeñan en actividades de servicios, 70.7 por ciento.

La principal ocupación de los jóvenes encuestados es como obreros (22.3 por ciento)

y el 24 por ciento son trabajadores no calificados. Asimismo, el 20.5 por ciento se

desempeña como trabajadores calificados en servicios, protección, seguridad y ventas, y el

5

10 por ciento son jefes o empleados de oficina. La participación de los jóvenes en el

mercado de trabajo como técnicos (13.9 por ciento) y profesionales (7.1 por ciento) es

menor.

El 70.7 por ciento de los jóvenes ocupados se desempeña en actividades vinculadas a

los servicios, sobre todo en el comercio y la reparación de vehículos (25.1 por ciento),

pero también destaca la inserción en la industria (22.9 por ciento); mientras que en las

actividades extractivas como la agricultura, ganadería, silvicultura y la explotación de

minas y canteras, su participación es muy inferior (6.4 por ciento). Los hombres tienen

mayor presencia en la construcción; y en el caso de las mujeres, en el comercio.

La educación y la capacitación son esenciales para que los jóvenes puedan

incorporarse exitosamente al mercado laboral porque incrementan su productividad y

empleabilidad potencial.

En el Perú, se registran diferencias remuneracionales de los jóvenes según su nivel

educacional y sexo. La brecha de género es clara, pues las mujeres que trabajan reciben

salarios más bajos que los hombres; las diferencias de remuneración son mayores entre

quienes solo han alcanzado algún grado de educación primaria y se reducen entre quienes

cuentan con educación superior.

La inserción laboral precaria, temprana o tardía, relacionada frecuentemente con altos

niveles de deserción o expulsión del sistema escolar, afecta en especial a los jóvenes de

hogares pobres, lo que contribuye a reforzar la transmisión intergeneracional de la

pobreza.

El desajuste de las competencias concita una seria preocupación, pues sugiere que

la demanda por mano de obra altamente calificada no sigue el ritmo de la oferta.

Los jóvenes sobreeducados representan el 30.3 por ciento de los jóvenes trabajadores

ocupados y los jóvenes subeducados, el 17.4 por ciento; el resto (52.3 por ciento) logra un

buen nivel de consistencia entre la formación recibida y la ocupación desempeñada. El

fenómeno de la sobreeducación suele ocurrir cuando hay un número insuficiente de puestos

de trabajo que coinciden con un determinado nivel de educación. El desequilibrio entre la

oferta y la demanda obliga a algunos graduados a aceptar un empleo disponible para el que

están sobrecalificados. La consecuencia es que los jóvenes sobreeducados probablemente

están ganando menos de lo que de otro modo podrían obtener y tampoco están entregando

su mayor potencial productivo. Los trabajadores subeducados pueden generar un grave

impacto en la productividad del trabajo y transformarse en un obstáculo importante para el

crecimiento económico, pero también puede afectar a los jóvenes trabajadores en términos

de su confianza en sí mismos.

Los jóvenes que no iniciaron su transición al empleo, un 23.1 por ciento de la

población juvenil, todavía estaban estudiando, principalmente en la educación superior;

y la mayoría, un 70 por ciento, tenía de 15 a 19 años.

Las principales características de este grupo son la concentración de jóvenes en el

segmento de 15 a 19 años (70.1 por ciento) y que casi todos los jóvenes de esta categoría

se encontraban estudiando (96.6 por ciento). Casi la mitad (49.9 por ciento) se estaba

formando a nivel técnico y profesional, pues estudiaba a nivel superior. El 48.7 por ciento

cursaba todavía la secundaria. Los jóvenes inactivos que no tienen intención de trabajar en

el futuro son más de 54 mil, un 3.4 por ciento del total de jóvenes que aún no inician la

transición.

6

La mitad (50.9 por ciento) de los jóvenes han completado su transición al mercado

laboral y el 25.4 por ciento permanecen en transición.

Gran parte de los jóvenes urbanos en el Perú (el mayor porcentaje en las etapas

definidas de transición) ha completado su transición al empleo satisfactorio por cuenta

propia o temporal (37.7 por ciento), mientras que el 25.4 por ciento permanecen en

transición, sin haber obtenido todavía un empleo estable y/o satisfactorio. Solo el 13.2 por

ciento de los jóvenes ha completado su transición a un empleo estable.

Las características que conducen a una transición más exitosa – lo que significa una

mayor probabilidad de alcanzar estabilidad en el empleo– son el sexo masculino, más

riqueza de los hogares y un mayor nivel educativo. Cuanto más alto sea el nivel educativo

de los jóvenes, es más probable que completen su transición al mercado laboral. Sobre tres

cuartas partes (77.3 por ciento) de los jóvenes que terminaron su formación universitaria

han completado su transición al mercado laboral, en comparación con el 48.5 por ciento de

aquellos jóvenes con educación primaria o menos.

Las transiciones en el mercado de trabajo en el Perú son tortuosas y extensas.

El tiempo más frecuente para que los jóvenes obtengan la transición completa al

empleo fue de 0 a 3 años (69.6 por ciento). Sin embargo, otros grupos de jóvenes señalaron

que llegar a encontrar un empleo con las características de la transición completa les

significó de 3 a 6 años (14.9 por ciento), de 6 a 10 años (9.0 por ciento), y un grupo más

reducido (2.8 por ciento), señaló que tardaron sobre 10 años.

1.3 Organización del informe

El informe se estructuró en 5 secciones. En la sección 1 se presentaron la introducción

y las principales conclusiones. En la sección 2 se aborda la transición de la escuela al

trabajo presentando inicialmente las condiciones socioeconómicas y laborales del Perú, el

contexto en que se efectúa el estudio; y después, los objetivos y la metodología de la

Encuesta sobre la transición de la escuela al trabajo (ETET) aplicada en el Perú en 2012,

con financiamiento de la OIT. A partir de la información de la ETET, en la sección 3 se

describen las características de la juventud, en especial aquellas que son relevantes para el

mercado laboral y también la situación de los jóvenes ocupados, desocupados e inactivos.

La sección 4 se inicia con la clasificación de las etapas de la transición al mercado laboral,

según recomienda la OIT, y prosigue examinando las características de los jóvenes según

la etapa en que se encuentran en este proceso. En la sección 5 se analiza el marco

institucional en materia de empleo juvenil y se plantean recomendaciones de política.

2. Visión general del mercado laboral y metodología de la encuesta

2.1 Contexto social y económico

El Perú es un país de renta media, que en los últimos años está atravesando por un

desempeño económico y social importante. El Producto Interno Bruto (PIB) de 2013

ascendió a US$ 207 mil millones, multiplicando por 2.6 las cifras de 2005 y por 3.9 las de

2000.

Su economía es una de las que tiene crecimiento más acelerado en el mundo. El Perú

ha logrado situarse entre los países de América Latina con mejor desempeño al crecer en el

7

período 2002-2013 a una tasa promedio anual del 6.1 por ciento y a la vez registra la menor

tasa de inflación promedio, un 2.8 por ciento (Cuadro 2.1).

Cuadro 2.1 América Latina (países seleccionados): PIB e inflación, 2002-2013 (Variación % anual promedio)

País PIB Inflación

Perú 6.1 2.8

Chile 4.4 3.2

México 2.3 4..3

Colombia 4.5 4.6

Brasil 3.4 6.4

Argentina 5.3 11.5

Fuente: OIT, con base en datos oficiales nacionales.

El éxito del Perú se basa en sus políticas económicas prudentes, el aumento sostenido

de la productividad, el crecimiento impulsado por la inversión privada y la apertura e

integración con el mundo (MEF, 2013a). El PIB per cápita (medido en dólares a paridad de

poder adquisitivo) pasó de US$ 5 mil en 2000 a US$ 11 mil en 2013, y se espera alcanzar

US$ 14 mil en 2016. El crecimiento económico ha permitido la reducción sostenida de la

pobreza y la expansión de la clase media, pero todavía el país está lejos de ser desarrollado.

En medio de un entorno internacional con un alto grado de incertidumbre y de

desaceleración de las economías emergentes más importantes, la economía peruana creció

5.8 por ciento en 2013, tasa inferior a la registrada en 2012 (6.0 por ciento). Este

crecimiento estuvo asociado al dinamismo de la demanda interna (7.0 por ciento),

impulsada por la expansión de los sectores construcción, servicios y comercio. Por el lado

del gasto, el crecimiento del PIB es atribuible a la expansión del consumo público (6.7 por

ciento), consumo privado (6.4 por ciento) y la inversión pública (12.5 por ciento), factores

que compensaron la desaceleración de las exportaciones. La inflación acumulada fue 2.9

por ciento y la deuda pública llegó a 19.8 por ciento del PIB, una de las más bajas de

América Latina. En el plano fiscal, los ingresos tributarios del gobierno central alcanzaron

el 16.5 por ciento del PIB, debido a la ampliación de la base tributaria y a una mayor

fiscalización.

A nivel nacional persistió la tendencia decreciente de la pobreza, a medida que el

empleo, los ingresos y el bienestar de los hogares fueron mejorando, al igual que la

posición del país en el Índice de Desarrollo Humano de América Latina (PNUD, 2013). El

crecimiento económico experimentado por el Perú en la última década ha contribuido a la

mitigación de la pobreza mediante dos vías: el aumento del empleo, que ha elevado el

ingreso de los hogares, y por los mayores ingresos fiscales, que han permitido financiar un

aumento del gasto social en apoyo a la población más vulnerable.

En el período 2008-2013 la pobreza total disminuyó en 13.4 puntos porcentuales

(pp.), del 37.3 por ciento al 23.9 por ciento; la pobreza extrema se redujo en 6.2 pp., de un

10.9 por ciento a un 4.7 por ciento. Sin embargo, la incidencia de la pobreza es

diferenciada por ámbito geográfico. La incidencia en el área rural en 2013 fue del 48 por

ciento en contraste con el 16.1 por ciento del área urbana, a pesar que la disminución de la

pobreza fue mayor (20.8 pp.) en el primer ámbito que en el segundo en el período 2008-

2013. Según región natural, la costa tiene menor porcentaje de población pobre (15.7 por

ciento), que la sierra (34.7 por ciento) y la selva (31.2 por ciento) (Cuadro 2.2).

8

Cuadro 2.2 Evolución de la incidencia de la pobreza total, según ámbitos geográficos, 2008-2013 (% respecto del total de la población)

Ámbitos geográficos 2008 2009 2010 2011 2012 2013

Variación (en puntos porcentuales)

2013/2012 2013/2008

Total 37.3 33.5 30.8 27.8 25.8 23.9 -1.9 -13.4

Área de residencia

Urbana 25.4 21.3 20.0 18.0 16.6 16.1 -0.5 -9.3

Rural 68.8 66.7 61.0 56.1 53.0 48.0 -5.0 -20.8

Región natural

Costa 25.3 20.7 19.8 17.8 16.5 15.7 -0.8 -9.6

Sierra 53.0 48.9 45.2 41.5 38.5 34.7 -3.8 -18.3

Selva 46.4 47.1 39.8 35.2 32.5 31.2 -1.3 -15.2

Dominios geográficos

Costa urbana 27.4 23.7 23.0 18.2 17.5 18.4 0.9 -9.0

Costa rural 46.6 46.5 38.3 37.1 31.6 29.0 -2.6 -17.6

Sierra urbana 26.7 23.2 21.0 18.7 17.0 16.2 -0.8 -10.5

Sierra rural 74.9 71.0 66.7 62.3 58.8 52.9 -5.9 -22.0

Selva urbana 32.7 32.7 27.2 26.0 22.4 22.9 0.5 -9.8

Selva rural 62.5 64.4 55.5 47.0 46.1 42.6 -3.5 -19.9

Lima Metropolitana 21.7 16.1 15.8 15.6 14.5 12.8 -1.7 -8.9

Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), 2008-2013.

Esta relativa inelasticidad de la respuesta de la pobreza al crecimiento económico y al

gasto social en la sierra y selva, según el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social

(MIDIS) es atribuible a dos factores (MIDIS, 2012). En primer lugar, en ciertos territorios

del país las poblaciones tienen dificultades para aprovechar el crecimiento económico, sea

porque no han desarrollado las habilidades y competencias para aprovecharlo o porque

persisten serias restricciones de disponibilidad de activos públicos (sistemas de

comunicación vial o virtual, electrificación). En segundo término, la provisión de servicios

básicos –educación, salud y nutrición– por parte del Estado no llega en igualdad de

condiciones y de calidad a todos los ciudadanos, probablemente porque no se adapta a su

realidad territorial y económica, o a su cultura.

En este contexto, el Gobierno aprobó la Estrategia Nacional de Desarrollo e Inclusión

Social “Incluir para Crecer”, una herramienta de gestión que busca ordenar y orientar las

intervenciones articuladas de los tres niveles gubernamentales en materia de desarrollo e

inclusión social hacia resultados prioritarios, reconociendo las competencias y procesos en

marcha (MEF, 2013b). El crecimiento con inclusión social implica utilizar los mayores

ingresos fiscales permanentes, producto del crecimiento económico sostenido, en una

expansión del gasto social en intervenciones costo-efectivas más articuladas y mejor

focalizadas, que permitan generar igualdad de oportunidades y mayores niveles de

bienestar a toda la población, en especial los más pobres. La mayor inclusión social y la

reducción de los conflictos sociales redundarán en un entorno más propicio para la

inversión y el crecimiento sostenido.

9

2.2 El mercado de trabajo en el Perú

La población del Perú era de 30.14 millones de personas en junio de 2012, de los que

el 49.9 por ciento eran mujeres y el 50.1 por ciento hombres (INEI, 2012). En el Cuadro

2.3 se presenta la distribución de la población por grupos etarios quinquenales,

observándose que el 29.1 por ciento se sitúa en el rango de 0 a 14 años, el 27.3 por ciento

son jóvenes de 15 a 29 años y el 43.6 por ciento de la población tiene 30 y más años de

edad.

Cuadro 2.3 Estimaciones de población por grupos etarios quinquenales, 2012

Grupos etarios quinquenales Absolutos Porcentajes

Total 30 135 875 100

0 - 4 2 923 685 9.7

5 - 9 2 935 092 9.7

10 -14 2 920 824 9.7

15 - 19 2 896 820 9.6

20 - 24 2780765 9.2

25 - 29 2 550 294 8.5

30 - 34 2 363 720 7.8

35 - 39 2 130 122 7.1

40 - 44 1 858 204 6.2

45 - 49 1 618 127 5.4

50 - 54 1 349 968 4.5

55 - 59 1 096 482 3.6

60 - 64 866 009 2.9

65 - 69 663 104 2.2

70 -74 504 827 1.7

75 - 79 359 863 1.2

80 y más 317 969 1.1

Fuente: INEI (2012). Estado de la población peruana 2012.

Se observa una tendencia al envejecimiento relativo de la población. Esto se refleja en

el aumento de la proporción de personas mayores, más rápido y sostenido que el registrado

en el conjunto de la población, debido al crecimiento de la esperanza de vida en todas las

edades.

La población se concentra en las zonas urbanas. En 2012, la población urbana

representó el 72.9 por ciento, es decir, 21.97 millones de personas (Cuadro 2.4). En el

período 2008-2015 se observa un crecimiento sostenido de la población urbana (1.9 por

ciento) mientras que la población rural disminuye (-1.3 por ciento). La población rural es

más joven que la urbana pues 35.9 por ciento y 27 por ciento, respectivamente, se sitúan en

el rango de 0 a 14 años; el índice de masculinidad3 es de 97.9 en el área urbana y 108.1 en

la rural. Por otro lado, el 57.1 por ciento de los habitantes del Perú se concentraron en 6

departamentos: Lima, (9.39 millones), Piura (1.79 millones), La Libertad (1.79 millones),

Cajamarca (1.51 millones), Puno (1.37 millones) y Junín (1.32 millones).

3 El índice de masculinidad se refiere al número de hombres por cada 100 mujeres.

10

Cuadro 2.4 Indicadores demográficos de la población urbana y rural, 2008-2015 (Distribución porcentual)

Variable / Indicador

2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015

Urbana 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

0 - 14 28.5 28.1 27.7 27.4 27.0 26.6 26.3 25.9

15 - 64 65.9 66.1 66.4 66.6 66.8 67.1 67.2 67.5

65 y más 5.6 5.8 5.9 6.0 6.2 6.3 6.5 6.6

Rural 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

0 - 14 36.8 36.5 36.2 35.9 35.6 35.3 34.9 34.6

15 - 64 57.5 57.8 58.0 58.2 58.4 58.6 58.9 59.1

65 y más 5.7 5.7 5.8 5.9 6.0 6.1 6.2 6.3

Índice de masculinidad

Total 100.6 100.6 100.6 100.6 100.6 100.6 100.6 100.6

Urbana 97.9 97.9 97.9 97.9 97.9 97.9 97.9 97.9

Rural 108.1 108.1 108.1 108.1 108.1 108.1 108.1 108.1

Crecimiento anual

Total - 324 979 329 920 335 761 338 181 339 269 339 031 337 468

Urbana - 402 523 407 615 413 364 416 541 418 652 419 675 419 585

Rural - -77 544 -77 695 -77 603 -78 360 -79 383 -80 644 -82 117

Tasa de crecimiento (por mil)

Total - 11.3 11.3 11.4 11.3 11.3 11.1 11.0

Urbana - 19.2 19.0 19.0 18.7 18.5 18.2 17.9

Rural - -9.9 -10.0 -10.1 -10.3 -10.6 -10.9 -11.2

Fuente: INEI (2009a). “Boletín Especial N° 19. Perú: Estimaciones y Proyecciones de Población Urbana y Rural por Sexo y Grupos Quinquenales de Edad, Según Departamentos, 2000-2015”.

En 2012 la población en edad de trabajar (PET) fue de 21.94 millones de personas en

el Perú; el 77 por ciento de estas residían en el ámbito urbano y el 23 por ciento en el rural.

Cabe resaltar la importancia de Lima Metropolitana que concentra casi un tercio de la PET

del país, 6.9 millones de personas (Gráfico 2.1).

Gráfico 2.1 Población en edad de trabajar (PET) según ámbito geográfico, 2012

Fuente: Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MINTRA), “Estadísticas de Empleo”, de datos en línea; http://www.trabajo.gob.pe/mostrarContenido.php?id=150&tip=548.

Lima Metropolitana

27.9%

Resto urbano 35.5%

Rural 36.5%

11

La PEA ocupada en 2012 fue de 15.5 millones. Un resultado notable del mercado

laboral peruano es que la ocupación ha aumentado continuamente en el período 2008-2012,

incluso en el contexto de las crisis financieras internacionales. Entre estos años se registró

un aumento de 1.08 millones de ocupados debido a la elevada y sostenida tasa de

crecimiento de la producción nacional, a pesar del escenario internacional desfavorable. La

expansión de la PEA ocupada ha sido básicamente en el área urbana (1.24 millones),

mientras que en el área rural disminuyó (158 mil).

En 2012, los desocupados sumaron 600 mil personas, de los que 567 mil residían en

el área urbana4. El número de desempleados experimentó una disminución sostenida,

pasando de 699 mil en 2008 a 600 mil en 2012. La tasa de actividad o participación fue de

un 73.6 por ciento, aunque el desempeño de este indicador fue diferenciado por sexo,

mayor en los hombres (82.4 por ciento) que en las mujeres (64.8 por ciento). Cabe señalar

que estos indicadores se han mantenido casi constantes en los últimos 5 años (Cuadro 2.5).

La tasa de ocupación mide el porcentaje de la (PET) que trabaja (70.8 por ciento),

mayor en los hombres (79.8 por ciento) que en las mujeres (61.9 por ciento). La tasa de

desempleo nacional fue de 3.7 por ciento, más alta en las mujeres (4.4 por ciento) que en

los hombres (3.2 por ciento). Según ámbito geográfico, este indicador fue de 4.7 por ciento

en el área urbana y de 0.8 por ciento en el área rural. Resalta la caída continua de la tasa de

desempleo desde 2008 hasta 2012, como consecuencia del mayor dinamismo de la

economía, lo que se tradujo en la reducción de 1 pp. en el total y para cada sexo.

Cuadro 2.5 Principales indicadores del mercado de trabajo, según sexo, 2008 - 2012

Indicadores 2008 2009 2010 2011 2012

Población (en absolutos)

Población en edad de trabajar (PET)1 20 533 160 20 875 037 21 223 493 21 579 449 21 939 862

Población económicamente activa (PEA) 15 158 242 15 448 241 15 735 716 15 949 090 16 142 123

PEA ocupada 14 459 187 14 757 684 15 089 871 15 307 326 15 541 484

PEA desocupada 699 054 690 558 645 845 641 764 600 639

Tasas (en %)

Tasa de actividad (PEA/PET) 73.8 74.0 74.1 73.9 73.6

Hombre 83.0 83.1 82.7 82.7 82.4

Mujer 64.7 65.0 65.7 65.2 64.8

Tasa de ocupación (PEA ocupada / PET) 70.4 70.7 71.1 70.9 70.8

Hombre 79.6 79.5 79.7 79.6 79.8

Mujer 61.3 61.9 62.6 62.4 61.9

Tasa de desempleo (PEA desocupada/ PEA)

4.6 4.5 4.1 4.0 3.7

Hombre 4.1 4.3 3.6 3.7 3.2

Mujer 5.3 4.7 4.7 4.4 4.4

Nota: Las bases de datos han sido actualizadas con proyección de la población sobre la base de los resultados del Censo de Población y Vivienda de 2007. La suma de las partes puede no coincidir con el total debido al redondeo de las cifras.

1 Se refiere a las personas de 14 y más años que por edad están aptas para el ejercicio de funciones productivas.

Fuente: MINTRA, datos en línea: http://www.trabajo.gob.pe/mostrarContenido.php?id=150&tip=548.

4 MINTRA, datos en línea: http://www.trabajo.gob.pe/mostrarContenido.php?id=150&tip=548.

12

La educación es un determinante fundamental del nivel de productividad de los

trabajadores. De acuerdo con su escolaridad, 7 de cada 10 ocupados terminaron la

educación secundaria, como máximo. Predomina el grupo que ha cursado la secundaria

(41.5 por ciento). En cuanto a la educación superior, el acceso ha sido en porcentajes

parecidos a la universitaria (16.5 por ciento), y a la no universitaria o técnica (15.2 por

ciento). Por sexo, destaca que el 6.7 por ciento de las mujeres no tiene educación. Las

mujeres con educación secundaria (36 por ciento), están 10 pp. por debajo del dato de los

hombres, mientras que son similares los porcentajes de acceso a la educación superior por

sexo.

Cuadro 2.6 Distribución de la PEA ocupada según sexo y nivel educativo, 2012 (%)

Sexo / Nivel educativo Hombre Mujer Total

Sin educación 1.6 6.7 3.8

Primaria 21.6 24.9 23.0

Secundaria 45.8 36.0 41.5

Superior no universitaria 14.5 16.1 15.2

Superior universitaria 16.6 16.3 16.5

Total relativo 100.0 100.0 100.0

PEA ocupada 8 719 590 6 821 894 15 541 484

Notas: Las bases de datos han sido actualizadas con proyección de la población sobre la base de los resultados del Censo de Población y Vivienda de 2007.

El nivel educativo considera la educación completa e incompleta.

La suma de las partes puede no coincidir con el total debido al redondeo de las cifras.

Fuente: MINTRA, datos en línea: http://www.trabajo.gob.pe/mostrarContenido.php?id=150&tip=548.

En 2012 la distribución del empleo según estructura de mercado5 muestra que los

ocupados se concentraron, principalmente, en empresas privadas (41.5 por ciento), en

especial, de menos de 10 trabajadores; siguen, en ese orden, los trabajadores

independientes (34.8 por ciento), en su mayoría no calificados; los trabajadores familiares

auxiliares6 (11.8 por ciento), y el empleo en el sector público (9 por ciento).

La mayoría de los ocupados se concentran en las categorías precarias, esto es, en

empresas de menor tamaño (hasta 10 trabajadores), trabajo independiente y trabajo familiar

auxiliar. Estas personas realizan trabajos de escasa productividad, perciben ingresos bajos,

carecen de acceso a seguro de salud y no hacen aportes previsionales7. Si bien este tipo de

empleo ha disminuido en 2.8 pp. en el período 2008-2012, de un 69.5 por ciento a un 66.7

por ciento, al mismo tiempo en términos absolutos se ha incrementado en 317 mil

ocupados.

5 Es decir, diferenciando el demandante de trabajo: sector público, sector privado, hogares y el

grupo de independientes que son demandantes y ofertantes de trabajo a la vez.

6 Los trabajadores familiares auxiliares (TFA) prestan sus servicios en una empresa o negocio, con

cuyo patrón o dueño tienen lazos de parentesco, sin percibir remuneración. Esta categoría es muy

importante en el área rural, por las actividades económicas que realiza la unidad familiar, y llega a

representar el 28 por ciento de la mano de obra.

7 Sólo el 26 por ciento contaba con seguro de salud y el 9 por ciento aportaba al sistema de

pensiones (MINTRA, 2010).

13

El empleo en empresas formales, de mayor tamaño, ha crecido de forma sostenida en

los últimos 5 años. En el período 2008-2012, en las empresas de 11 y más trabajadores este

tipo de empleo se incrementó en 2.8 pp., al pasar de 17 por ciento a 19.8 por ciento. Entre

los mismos años, el empleo público y el trabajo independiente calificado crecieron 0.6 pp.

y 0.3 pp., respectivamente. En cifras absolutas estas categorías crecieron en 832 mil

puestos de trabajo en dicho período.

Estos resultados son consistentes con los hallazgos de la OIT (2012b) que indican una

reducción del empleo informal, crecimiento del empleo registrado y una mejora de la

cobertura en salud, tanto en América Latina como en el caso del Perú.

Cuadro 2.7 Distribución de la PEA ocupada según estructura de mercado, 2008-2012 (%)

Estructura de mercado 2008 2009 2010 2011 2012

Perú total

Sector público 8.4 8.7 8.5 8.8 9.0

Sector privado1 38.9 39.3 40.1 40.0 41.5

De 2 a 10 trabajadores 22.0 21.7 22.4 21.7 21.8

De 11 a 100 trabajadores 9.2 9.4 9.4 9.3 9.8

De 101 a más trabajadores 7.7 8.1 8.1 8.7 9.7

No especificado2 0.1 0.1 0.2 0.3 0.3

Independiente 35.1 34.7 35.1 35.1 34.8

Profesional, técnico 1.4 1.7 1.7 1.4 1.7

No profesional, no técnico 33.7 33.1 33.5 33.7 33.1

Trabajador familiar auxiliar 13.8 13.7 12.9 13.0 11.8

Trabajador del hogar, practicante3 3.7 3.5 3.5 3.1 2.9

Total relativo 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

PEA ocupada 14 459 187 14 757 684 15 089 871 15 307 326 15 541 484

Notas: Las bases de datos han sido actualizadas con proyección de la población sobre la base de los resultados del Censo de Población y Vivienda de 2007.

La suma de las partes puede no coincidir con el total debido al redondeo de las cifras.

1 Se incluye a los empleadores.

2 Cifras referenciales para todos los años.

3 A partir de julio de 2004 se incorporó al cuestionario la pregunta sobre modalidad contractual, con la cual se identifica a los practicantes.

Fuente: MINTRA, datos en línea: http://www.trabajo.gob.pe/mostrarContenido.php?id=150&tip=548.

Durante el último lustro, la PEA ocupada ha mantenido prácticamente su distribución

por sector económico. El empleo sigue concentrado en el sector servicios (39.2 por ciento),

donde de cada 10 ocupados 7 se desempeñan en el subsector servicios no personales, 2 en

los servicios personales y 1 trabaja en los hogares8. La agricultura, ganadería, silvicultura y

8 Servicios no personales: electricidad, gas y agua; transporte, almacenamiento y comunicaciones;

establecimientos financieros, seguros, bienes inmuebles, servicios prestados a empresas; y servicios

comunitarios, sociales y recreativos. Servicios personales: restaurantes y hoteles; mantenimiento y

reparación de vehículos automotores; reparación de efectos personales y enseres domésticos;

actividades de fotografía; lavado y limpieza de prenda de vestir, peluquería y pompas fúnebres.

Hogares: abarca las actividades de hogares que emplean personal doméstico de todo tipo (incluye

conserjes, institutrices, secretarios, choferes, jardineros, entre otros).

14

pesca concentra el 24.7 por ciento de la ocupación; siguen el comercio (18 por ciento), la

industria (10.8 por ciento) y la construcción (5.9 por ciento) (Gráfico 2.2).

En el período 2008-2012 la agricultura y la industria disminuyeron su participación en

el empleo, 2.8 pp. y 0.6 pp., respectivamente. En cambio, ha crecido la participación del

empleo en los servicios (1.2 pp.) y la construcción (1.4 pp.) debido al auge inmobiliario en

el país9.

Gráfico 2.2 Distribución de la PEA ocupada por sector económico, 2008 y 2012

Fuente: MINTRA, datos en línea: http://www.trabajo.gob.pe/mostrarContenido.php?id=150&tip=548.

La productividad de la mano de obra es diferenciada según el sector económico de

que se trate. La minería es el que registra el mayor producto por trabajador, 4 veces

superior a la del más cercano, la industria, y 28 veces superior a la agricultura, ganadería y

silvicultura, que tiene el peor desempeño. La productividad de los trabajadores es uno de

los determinantes de los ingresos que perciben y su estrecha relación se puede observar en

el Cuadro 2.8.

La baja productividad laboral no permitiría a las empresas cubrir los costos laborales

no salariales e induciría al uso de contratos de trabajo informales, donde los asalariados

carecen de beneficios sociales y sufren una alta rotación laboral (BCRP, 2008). Existe una

relación inversa entre el tamaño de la empresa y la formalidad de la relación laboral. En el

Perú, el 91 por ciento de asalariados en empresas de 2 a 9 trabajadores carece de contrato y

en las empresas de 100 y más trabajadores están en esa situación el 10 por ciento de los

asalariados (Velazco, 2010).

9 De acuerdo a la Cámara Peruana de la Construcción (CAPECO), el aumento de la oferta de

vivienda en Lima Metropolitana ha crecido de un promedio de 9 mil unidades en el período 2002-

2008 a 13 mil en 2009. En 2012 se vendieron 21.9 mil viviendas nuevas. El precio de los

departamentos sigue al alza, y se sitúa en US$ 1.200 el metro cuadrado en promedio, debido a la

escasez de terrenos.

27.5

24.7

1.2 1.3

11.4 10.8

4.5 5.9

17.6 18.0

38.0 39.2

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

2008 2012

%

Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca Minería Industria Construcción Comercio Servicios

15

Cuadro 2.8 Producto por trabajador e ingreso laboral mensual según sector económico

Sector económico Producto por trabajador (S/.) Ingreso laboral mensual (S/.)

Minería 11 844 3 001

Industria 2 853 1 181

Construcción 2 625 1 401

Servicios 2 343 1 355

Pesca 1 953 Nd

Comercio 1 435 1 027

Agricultura, ganadería y silvicultura1 422 584

Total 1 636 1 155

1 El ingreso laboral mensual incluye también al sector pesca.

Fuentes: BCRP, 2008 [Producto por trabajador]; MINTRA, 2012 [Ingreso laboral mensual].

2.3 La juventud en la fuerza de trabajo

Como el Perú se encuentra en plena transición demográfica, la estructura etaria de su

población está experimentando una transformación profunda: la incidencia relativa del

grupo más joven (menores de 15 años) viene disminuyendo desde el período 1965-1970,

como consecuencia directa del descenso de la fecundidad. Correlativamente, y dado que la

población adulta mayor permanece en niveles bajos, el peso del grupo de personas en edad

de trabajar (15-59 años) empieza a aumentar notoriamente desde ese mismo período. El

período de máxima expansión de la población en edad de trabajar está en plena vigencia en

el Perú, y se extenderá al menos durante tres décadas y media más (UNFPA, 2012).

Esta es la etapa del llamado “bono demográfico”. En teoría, al descender la tasa de

dependencia, la carga de consumidores (niños y adultos mayores) que a su vez son

sostenidos por los productores potenciales (fuerza laboral), disminuye socialmente

liberando recursos que significan una oportunidad para el desarrollo del país. Esta debe ser

aprovechada para sentar las bases de un desarrollo sostenido que permita enfrentar las

consecuencias del proceso de envejecimiento de la población (INEI y UNFPA, 2009).

El escenario descrito favorece el incremento del ahorro y la inversión, en particular,

de la inversión en capital humano mediante la mejora de la calidad de la educación y,

finalmente, el desarrollo económico y la sustentabilidad (UNFPA, 2012). Lo anterior

sucederá siempre y cuando se den las condiciones y apliquen políticas públicas adecuadas,

que promuevan una mejoría del empleo e ingresos, sobre todo para los jóvenes que están

en edad de trabajar. El “bono demográfico” ocurre solo una vez en la historia de una

población y, por tanto, es irrepetible. ¿Es entonces el bono demográfico una oportunidad o

una amenaza? Depende. Si persisten las condiciones de empleo insuficiente y de mala

calidad que tiene actualmente el país, las oportunidades que supone este fenómeno

demográfico se perderán. Más aún, una juventud numerosa, educada y con altas

expectativas que no encuentra condiciones adecuadas de empleo puede transformarse un

factor de inestabilidad política y social (Aramburú, 2012).

En el Perú se define al empleo juvenil como aquel que corresponde a trabajadores

jóvenes en el rango etario de 15 a 29 años. Este segmento laboral suele presentar

características y dinámicas muy singulares. En primer lugar, tiene tasas de desempleo

superiores al total de la PEA, situación que se observa no solo en el país sino en el mundo.

En segundo término, las condiciones laborales de los jóvenes no suelen ser adecuadas, en

especial en materia de remuneraciones, horas trabajadas y beneficios sociales. Estos

componentes se refuerzan con el hecho que los jóvenes representan por lo general a un

16

segmento con baja calificación y experiencia, de modo que son vulnerables en cuanto a la

permanencia en el empleo. En tercer lugar, las tasas de participación de los jóvenes suelen

ser más bajas que aquellas de las personas mayores, es decir, estas difíciles condiciones

laborales hacen que muchos jóvenes se desalienten y decidan no buscar más un trabajo.

Esto afecta negativamente la situación familiar, en especial de las familias pobres que

deben soportar la carga de jóvenes que no están trabajando (MINTRA, 2010).

Los resultados de la situación de los jóvenes peruanos en el mercado de trabajo se

basan en el Informe de la Primera Encuesta Nacional de la Juventud Peruana (ENAJUV)

2011, efectuada por el INEI a petición del Ministerio de Educación10

.

En el Perú, los jóvenes de 15 a 29 años eran 8.17 millones en 2011, un 49.5 por

ciento hombres y un 50.5 por ciento mujeres. Según área de residencia, el 84.3 por ciento

residía en el área urbana y el 15.7 por ciento en el área rural. En relación a las regiones,

destaca la ubicación de los jóvenes en la sierra (31.1 por ciento) y en Lima Metropolitana

(31.3 por ciento), seguida por la costa (24.1 por ciento) y la selva (13.5 por ciento).

(Cuadro 2.9).

Cuadro 2.9 Población de 15 a 29 años de edad, por sexo, según área urbana y rural y región, 2011

Área urbana y rural y región Total Hombre Mujer

Absoluto % Absoluto % Absoluto %

Total 8 171 356 100.0 4 047 225 100.0 4 124 131 100.0

Área

Urbana 6 892 373 84.3 3 402 808 84.1 3 489 565 84.6

Rural 1 278 983 15.7 644 417 15.9 634 566 15.4

Región

Costa 1 970 516 24.1 980 778 24.2 989 738 24.0

Sierra 2 539 266 31.1 1 223 283 30.2 1 315 983 31.9

Selva 1 103 109 13.5 554 167 13.7 548 942 13.3

Lima Metropolitana1 2 558 465 31.3 1 288 997 31.8 1 269 468 30.8

1 Incluye Provincia Constitucional del Callao.

Fuente: INEI, Primera Encuesta Nacional de la Juventud (ENAJUV), 2011.

De acuerdo con la ENAJUV 2011, el 59.3 por ciento de los jóvenes de 15 a 29 años

logró aprobar al menos un año de la educación secundaria, el 30.2 por ciento pasó por lo

menos un año de educación superior y el 10.5 por ciento culminó, como máximo, algún

grado del nivel primario. Por sexo, se observa que los hombres son más educados que las

mujeres, al concentrarse, en términos relativos, en los niveles más altos de educación. Por

rangos etarios, los más jóvenes, de 15 a 19 años, que alcanzaron como máximo el nivel

secundario, representan el 88.3 por ciento de quienes están en ese rango de edad. En el

rango de 20 y más años, este mismo grupo llega el 57.3 por ciento y el 42.7 por ciento ha

cursado algún año de la educación superior (Cuadro 2.10).

10 El objetivo general de la encuesta fue conocer la realidad de la población joven de 15 a 29 años de

edad, sobre su situación sociodemográfica, educación, empleo, emprendimiento y participación

ciudadana. El tamaño de la muestra en el ámbito nacional fue de 6 900 viviendas particulares. Los

niveles de inferencia fueron: nacional, nacional urbano, nacional rural, costa, sierra, selva y Lima

Metropolitana.

17

Cuadro 2.10 Población de 15 a 29 años de edad, por nivel educativo, según sexo y grupo de edad, 2011

Sexo y grupo de edad

Total Sin nivel /

Educación inicial / Primaria

Secundaria completa / Secundaria incompleta

Superior no universitaria

completa / Superior no universitaria

incompleta

Superior universitaria

completa / Superior universitaria incompleta

Absoluto % Absoluto % Absoluto % Absoluto % Absoluto %

Total 8 171 356 100.0 861 999 10.5 4 845 517 59.3 1 190 959 14.6 1 272 881 15.6

Hombre 4 047 225 100.0 334 651 8.3 2 486 691 61.4 584 892 14.5 640 991 15.8

Mujer 4 124 131 100.0 527 348 12.8 2 358 826 57.2 606 066 14.7 631 890 15.3

15 - 19 3 310 939 100.0 247 167 7.5 2 675 445 80.8 162 342 4.9 225 985 6.8

20 - 24 2 658 273 100.0 281 538 10.6 1 218 940 45.9 523 143 19.7 634 653 23.9

25 - 29 2 202 145 100.0 333 295 15.1 951 132 43.2 505 474 23.0 412 243 18.7

Fuente: INEI, Primera Encuesta Nacional de la Juventud (ENAJUV), 2011.

Por otro lado, 4.9 millones de jóvenes no están matriculados o no asisten a un centro

de educación básica o superior. Las principales razones de esta situación son problemas

económicos (38 por ciento), por trabajo (21 por ciento), se dedica a los quehaceres del

hogar (7 por ciento), no le interesa el estudio (5.6 por ciento) y problemas familiares (5.3

por ciento). Las categorías quehaceres del hogar y problemas familiares fueron indicadas

mayormente por mujeres.

En relación a la condición de estudio o trabajo se ha encontrado que el 44.2 por ciento

de jóvenes solo trabajaba (no asistía a ningún centro educativo), el 22 por ciento solo

estudiaba y un 16.9 por ciento realizaba a la vez ambas actividades. Lo más preocupante ha

sido la existencia de un grupo importante de jóvenes que no trabajaba ni tampoco asistía a

un centro educativo (16.9 por ciento); son en especial mujeres (75 por ciento de este grupo)

(Cuadro 2.11). Visto así, el desempleo es un problema menor en relación a otros

(Chacaltana y Ruiz, 2012).

Cuadro 2.11 Población de 15 a 29 años de edad, por condición de estudio y/o trabajo, según sexo y grupo etario, 2011

Sexo y grupo etario

Total

Condición de estudio y/o trabajo

Solo estudia Solo trabaja Estudia y trabaja No estudia ni

trabaja

Absoluto % Absoluto % Absoluto % Absoluto % Absoluto %

Total 8 171 356 100.0 1 802 053 22.1 3 610 865 44.2 1 379 267 16.9 1 379 171 16.9

Hombre 4 047 225 100.0 878 248 21.7 2 051 943 50.7 773 020 19.1 344 014 8.5

Mujer 4 124 131 100.0 923 805 22.4 1 558 922 37.8 606 247 14.7 1 035 157 25.2

15 - 19 3 310 939 100.0 1 397 216 42.2 725 096 21.9 691 986 20.9 496 641 15.0

20 - 24 2 658 273 100.0 342 917 12.9 1 371 669 51.6 483 806 18.2 459 881 17.3

25 - 29 2 202 144 100.0 61 920 2.8 1 514 100 68.8 203 475 9.2 422 649 19.2

Fuente: INEI, Primera Encuesta Nacional de la Juventud (ENAJUV), 2011.

En cuanto a la participación en el mercado, el 66 por ciento de los jóvenes integraba

la población económicamente activa (PEA), como ocupados o desempleados, y el 34 por

ciento se encontraba fuera de esta, en calidad de inactivos. La tasa de actividad de los

hombres fue del 74.7 por ciento y de las mujeres, un 57.5 por ciento. Esto significa que 8

de cada 10 hombres, y 6 de cada 10 mujeres participaban en el mercado. Según rangos

etarios, la tasa de actividad de los jóvenes es creciente a medida que aumenta la edad. Los

18

de 15 a 19 años registran la menor tasa (47 por ciento), y los de más edad (25 a 29 años),

una tasa del 82.3 por ciento (Cuadro 2.12).

Cuadro 2.12 Población de 15 a 29 años de edad, por condición de actividad económica, según sexo y grupo etario, 2011

Sexo y grupo de edad Total PEA No PEA

Absoluto % Absoluto % Absoluto %

Total

8 171 356 100.0 5 396 903 66.0 2 774 454 34.0

Hombre

4 047 225 100.0 3 024 644 74.7 1 022 581 25.3

Mujer

4 124 131 100.0 2 372 258 57.5 1 751 873 42.5

15 - 19 3 310 939 100.0 1 556 872 47.0 1 754 067 53.0

20 - 24 2 658 273 100.0 2 016 535 75.9 641 738 24.1

25 - 29 2 202 144 100.0 1 823 495 82.8 378 649 17.2

Fuente: INEI, Primera Encuesta Nacional de la Juventud (ENAJUV), 2011.

En 2011, los jóvenes que formaban parte de la PEA sumaban 5.39 millones, de los

cuales 4.9 millones estaban ocupados. Los hombres representaron el 57 por ciento y las

mujeres el 43 por ciento. Por edad, se observa que los jóvenes ocupados se concentran en

el rango etario de 20 a 24 años (37 por ciento), seguido por el grupo de 25 a 29 años (35

por ciento) y el de menor edad, 15 a 19 años (28 por ciento).

La proporción de desempleados en la PEA fue de 7.5 por ciento, equivalente a 404

mil jóvenes, de los cuales el 49 por ciento eran hombres y el 51 por ciento mujeres. La

proporción de desempleados de las mujeres jóvenes fue mayor en 2.3 pp. respecto de la

proporción de los hombres jóvenes. Además, la proporción era decreciente a medida que

aumentaba la edad de los jóvenes: en el rango de 15 a 19 años la desocupación era del 9.2

por ciento, mientras que en los de 25 a 29 años era del 5.5 por ciento (Cuadro 2.13).

Cuadro 2.13 Población económicamente activa de 15 a 29 años de edad, por condición de ocupación, según sexo y grupo etario, 2011

Sexo y grupo etario Total Ocupada Desocupada

Absoluto % Absoluto % Absoluto %

TOTAL 5 396 903 100.0 4 992 082 92.5 404 820 7.5

Hombre 3 024 644 100.0 2 827 441 93.5 197 203 6.5

Mujer 2 372 258 100.0 2 164 641 91.2 207 617 8.8

15 - 19 1 556 872 100.0 1 413 874 90.8 142 998 9.2

20 - 24 2 016 535 100.0 1 855 889 92.0 160 647 8.0

25 - 29 1 823 495 100.0 1 722 319 94.5 101 176 5.5

Fuente: INEI, Primera Encuesta Nacional de la Juventud (ENAJUV), 2011.

Los jóvenes ocupados se insertan especialmente en las ramas de comercio, transporte,

comunicaciones y otros servicios, 62.3 por ciento; en la manufactura y construcción el 19

por ciento y en el sector extractivo, 18 por ciento (Gráfico 2.3). Esto significa que los

jóvenes se insertan masivamente en los sectores de más baja productividad, trabajando en

condiciones precarias y percibiendo salarios bajos.

19

Gráfico 2.3 Población ocupada de 15 a 29 años de edad, por principal sector de actividad económica, 2011

Fuente: INEI, Primera Encuesta Nacional de la Juventud (ENAJUV), 2011).

2.4 Objetivos y metodología de la Encuesta sobre la transición de la escuela al trabajo

2.4.1 Objetivos

El objetivo de la Encuesta sobre la transición a la escuela al trabajo (ETET) es reunir

información exhaustiva de la situación de los hombres y mujeres jóvenes en el mercado

laboral y cuantificar la relativa facilidad o dificultad con que ingresan a este cuando

terminan sus estudios. A través del análisis de los datos obtenidos se espera conocer los

puntos fuertes y débiles de los mercados del empleo juvenil, y responder a la pregunta de

por qué los jóvenes tienden a encontrar dificultades en esta transición. El análisis debería

centrarse en los problemas principales que deben abordar los responsables de formular

políticas, y traducirse en un marco de programas y políticas de empleo y desarrollo juvenil.

Más específicamente, la encuesta tiene como objetivos:

- Determinar los obstáculos que encuentran los jóvenes para conseguir un

empleo.

- Obtener información sobre la demanda de mano de obra juvenil. - Obtener información estadística que permita generar políticas de desarrollo para el

empleo juvenil. - Determinar el nivel educativo, según diferentes estratos

socioeconómicos.

- Determinar la tasa de desempleo y la calidad de los puestos de trabajo

de las empresas que podrían absorberlos. - Determinar las condiciones de la juventud referidas a su trabajo, salario,

ganancias y participación en la economía familiar. - Determinar el acceso a los créditos financieros y dificultades que experimentan

los jóvenes en la gestión de sus negocios.

Comercio, transporte,

comunicaciones y otros servicios

62%

Agricultura, pesca y minería

19%

Manufactura y construcción

19%

20

2.4.2 Metodología

La Encuesta sobre la transición a la escuela al trabajo fue aplicada por el Instituto

Nacional de Estadística e Informática (INEI) del Perú. La operación de levantamiento de la

información se efectuó durante 45 días, en diciembre de 2012 y enero de 2013. La

cobertura geográfica fue a nivel nacional, en el área urbana en los 24 departamentos y la

Provincia Constitucional del Callao. El cuestionario de la ETET fue diseñado por la OIT y

adaptado al contexto peruano por el INEI. Está dividido en las siguientes subsecciones: (a)

características de la vivienda y del hogar (13 preguntas); (b) características de los

miembros del hogar (13 preguntas); (c) características de la familia y el hogar (17

preguntas); (d) educación y formación, reseña histórica de actividades y aspiraciones (44

preguntas); (e) jóvenes ocupados (58 preguntas); (f) jóvenes desocupados (29 preguntas);

(g) jóvenes no incluidos en la fuerza laboral (3 preguntas).

El marco muestral utilizado para la encuesta se basó en el material cartográfico e

información estadística de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) 2011. En el área

urbana, la unidad primaria de muestreo (UPM) fue el conglomerado conformado por la

manzana o grupo de manzanas contiguas, que en promedio tienen 120 viviendas

particulares. La unidad secundaria de muestreo (USM) fue la vivienda particular con

población objetivo (jóvenes de 15 a 29 años). El tamaño global fue de 2.498 jóvenes,

distribuidos en 1.665 viviendas y 625 conglomerados. Más detalles sobre el diseño de la

muestra se pueden encontrar en el Anexo II.

El financiamiento de la encuesta provino de Work4Youth, una asociación entre el

Programa de Empleo Juvenil de la OIT y la Fundación MasterCard (véase Recuadro 1). La

asociación apoya la aplicación de las ETET en 28 países de destino y los datos de la

primera ronda estuvieron disponibles a lo largo de 2013. La segunda ronda de la ETET se

llevará a cabo en cada uno de los 28 países en 2014-2015, incluido el Perú.

Recuadro 1. Work4Youth, un proyecto de la OIT en colaboración con la Fundación MasterCard

El proyecto Work4Youth (W4Y) es una iniciativa fruto de la colaboración entre el Programa de Empleo Juvenil

de la OIT y la Fundación MasterCard. Cuenta con un presupuesto de US$ 14,6 millones y durará 5 años,

hasta mediados de 2016. Su objetivo es “promover oportunidades de trabajo decente para los hombres y

mujeres jóvenes a través del conocimiento y la acción”. El objetivo inmediato de esta alianza es generar más

y mejor información sobre el mercado de trabajo, especializada en los jóvenes de los países en desarrollo,

haciendo especial hincapié en las vías de transición en el mercado de trabajo. Los gobiernos y los actores

sociales de los 28 países objetivo del proyecto estarán mejor preparados para diseñar políticas y programas

eficaces si cuentan con información detallada sobre:

• lo que los jóvenes esperan de las vías de transición y de la calidad del trabajo; • lo que los empleadores esperan de los postulantes jóvenes a empleos;

• qué cuestiones impiden que ambas partes –oferta y demanda– coincidan, y • qué políticas y qué programas pueden tener efectos reales.

Países objetivo del proyecto Work4Youth:

Asia y el Pacífico: Bangladesh, Camboya, Nepal, Samoa y Viet Nam.

Europa del Este y Asia Central: Armenia, Federación de Rusia, Kirguistán, República de Moldava, ex

República Yugoslava de Macedonia y Ucrania.

América Latina y el Caribe: Brasil, Colombia, El Salvador, Jamaica y Perú. Medio Oriente y África del Norte: Egipto, Jordania, Territorios Palestinos Ocupados y Túnez África Subsahariana: Benin, Liberia, Madagascar, Malawi, República Unida de Tanzania, Togo, Uganda y Zambia.

21

3. Características de la juventud

3.1 Características individuales de la juventud

En el Perú urbano, los jóvenes sumaron 6.9 millones en 2012 y representaron el 23

por ciento de la población total del país. Los jóvenes se concentraron en el segmento de

menor edad dado que 7 de cada 10 de ellos tiene de 15 a 24 años. En este rango etario se

deben enfrentar cambios profundos y tomar decisiones personales trascendentes

relacionadas con la transición educativa, el ámbito laboral y la dimensión familiar.

Además, los jóvenes enfrentan un conjunto de riesgos que amenazan su capacidad de

acumular activos y desarrollar su capital humano (los de menor edad) y de debilitar su

capacidad productiva (los de mayor edad) (OIT, 2010). En consecuencia, se requieren

políticas públicas que prevengan o mitiguen los efectos de estos factores en la vida de los

jóvenes.

Los jóvenes urbanos se distribuyen por sexo en proporciones similares: el 49.4 por

ciento son hombres y el 50.6 por ciento, mujeres (Cuadro 3.1). La mayoría es soltero (76.1

por ciento), y el 21.2 por ciento se encuentra casado o es conviviente. El estado civil y la

carga familiar impactan en las posibilidades de estudiar o de insertarse favorablemente en

el mercado de trabajo. Según los resultados de la ETET, el 24.4 por ciento tiene hijos (15.9

por ciento de los hombres y 32.7 por ciento de las mujeres).

Cuadro 3.1 Población joven por grupo etario, sexo, estado civil, estudia actualmente, tamaño del hogar y número de hermanos

Variables de clasificación Absoluto %

Grupos etarios

Total 6 988 202 100.0

15 - 19 2 756 029 39.4

20 - 24 2 356 941 33.7

25 - 29 1 875 232 26.8

Sexo

Total 6 988 202 100.0

Hombre 3 451 188 49.4

Mujer 3 537 014 50.6

Estado civil

Total 6 988 201 100.0

Conviviente / Casado(a) 1 482 471 21.2

Soltero(a) 5 315 725 76.1

Otro 190 005 2.7

¿Estudia actualmente?1

Total 6 988 202 100.0

Sí estudia 3 126 551 44.7

No estudia 3 861 651 55.3

Tamaño del hogar y número de hermanos (promedios)

Tamaño del hogar 2.51

Número de hermanos 1.35

1 La variable ¿Estudia actualmente? tiene dos categorías. Estudia: jóvenes que actualmente asisten a un centro de estudios o programa de capacitación o que no asiste porque están de vacaciones, pero sí estudian o están aprendiendo como practicantes. No estudia: jóvenes que actualmente no asisten a un centro de estudios o programa de capacitación, porque completaron su educación o porque lo dejaron antes de graduarse o de completar su programa de capacitación.

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

22

La juventud peruana está enfrentando el inicio precoz de la vida sexual y una elevada

exposición a enfermedades sexualmente transmisibles, además de altos índices de

embarazo no planificado. En este contexto, el embarazo en el grupo de 15 a 19 años pasa a

tener enorme visibilidad. Varios estudios han demostrado que muchos adolescentes y

jóvenes experimentan su maternidad o paternidad en condiciones de fuerte inequidad

social, comprometiendo una parte importante de su calidad de vida y sus derechos (Jara y

Sori, 2013).

La migración interna en el Perú, según lugar de residencia en los últimos 5 años, tiene

un comportamiento decreciente en el período 2002-2007 (INEI, 2009b). Esta participación

cae significativamente al 5,8 por ciento de la población e incluso la migración decrece en

términos absolutos (-72 918) respecto del período 1988-1993, lo que significa que son

menos las personas que se trasladan dentro del territorio.

Los saldos migratorios positivos, considerando los dos últimos censos, se observan en

9 departamentos fundamentalmente urbanos y costeños, donde destacan las actividades

terciarias con bajos y moderados niveles de pobreza. No obstante, Lima-Callao presenta el

mayor saldo migratorio positivo, que aumenta en el período intercensal. Madre de Dios es

otro departamento cuyo saldo migratorio crece al disminuir la emigración y aumentar la

inmigración. La atracción de este departamento tiene que ver en especial con la actividad

minera (aurífera). Los departamentos con saldos migratorios negativos son 15,

predominantemente rurales, agrarios y andinos, con altos niveles de pobreza.

Díaz y Rodríguez (2008) estudiaron para Lima Metropolitana y 25 ciudades

principales si existe una prima sobre los ingresos de los migrantes en el mercado de

destino. Encontraron que la condición de migrante solo influyó significativamente en los

ingresos de algunos segmentos de la distribución de trabajadores. Esta condición estaba

significativamente correlacionada con un castigo salarial (menores ingresos laborales) para

el decil más bajo de la distribución de ingresos, mientras que se asociaba con una prima

salarial (salarios más altos) en el caso del decil más alto de la distribución.

En el Cuadro 3.2 se puede observar información sobre la movilidad de los jóvenes

desde su lugar de origen. El 21.9 por ciento se desplazó desde su residencia original, en

proporciones parecidas para hombres (21.0 por ciento) y mujeres (22.8 por ciento). Los

principales desplazamientos migratorios de los jóvenes se dieron desde el gran área urbana

(capital de departamento), 33.2 por ciento; otro distrito (dentro de la capital de

departamento), 27.3 por ciento; ciudad pequeña, 20.6 por ciento, y desde ciudad

intermedia, 18.4 por ciento11

.

Las razones por las cuales se trasladaron los jóvenes desde su lugar de origen fueron,

en orden de importancia, motivos familiares, por trabajo y educación. Sin embargo, se

observan diferencias por sexo; en el caso de las mujeres primaron los motivos familiares,

seguidos por el trabajo y la educación, en los hombres, la educación, el trabajo y razones

familiares (Gráfico 3.2).

En relación a la posibilidad de mudarse hacia otro lugar por razones laborales, el 69.9

por ciento de los jóvenes desempleados sí considera hacerlo con el fin de encontrar trabajo.

Los lugares preferidos por los jóvenes son la capital, otra ciudad y en tercer lugar emigrar

al extranjero, un destino que señala una mayor proporción de hombres que mujeres.

11 La encuesta no permite identificar la procedencia del área rural.

23

Cuadro 3.2 Jóvenes que se mudaron de la residencia original, según sexo

Jóvenes que se mudaron de la residencia original

Hombre Mujer Total

Absoluto % Absoluto % Absoluto %

Total 3 451 188 100 3 537 014 100 6 988 202 100

Jóvenes que se mudaron de la residencia original 723 671 21.0 807 128 22.8 1 530 799 21.9

Lugar de procedencia:

Desde ciudad pequeña 102 759 14.2 212 189 26.3 314 948 20.6

Desde ciudad intermedia 138 707 19.2 143 236 17.7 281 943 18.4

De gran área urbana (capital de departamento) 278 209 38.4 230 512 28.6 508 721 33.2

De otro distrito (dentro de la capital de departamento)

197 270 27.3 221 191 27.4 418 461 27.3

De otro país 6 726 0.9 0 0.0 6 726 0.4

Razón por la que se mudó

Por trabajo 213 714 29.5 194 077 24.1 407 791 26.6

Por educación 217 328 30.0 166 927 20.7 384 255 25.1

Por salud 4 409 0.6 26 691 3.3 31 100 2.0

Motivos familiares 180 481 24.9 334 276 41.4 514 757 33.6

Adquirió casa propia 65 515 9.1 50 346 6.2 115 860 7.6

Otras razones 37 815 5.2 28 315 3.5 66 130 4.3

No especificado 4 409 0.6 6 496 0.8 10 905 0.7

Jóvenes desempleados 207 213

239 798

447 011

Jóvenes desempleados que han considerado mudarse por motivos laborales

156 170 75.4 156 476 65.3 312 646 69.9

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

También en la encuesta se consultó a los jóvenes sobre su percepción de la condición

económica de sus hogares; solo el 10.9 por ciento señaló que era “más o menos pobre /

pobre”, cifra que está en línea con la tasa de pobreza juvenil del INEI (Cuadro 3.3).

Cuadro 3.3 Condición económica del hogar de los jóvenes

Variables Hombre Mujer Total

Absoluto % Absoluto % Absoluto %

Total 3 451 188 100.0 3 537 014 100.0 6 988 202 100.0

Muy estable / estable 1 554 044 45.0 1 404 609 39.7 2 958 653 42.3

Más o menos estable 1 559 819 45.2 1 705 486 48.2 3 265 305 46.7

Más o menos pobre / pobre 334 386 9.7 426 919 12.1 761 305 10.9

No especificado 2 939 0.1 0 0.0 2 939 0.0

Nota: Las condiciones económicas de los hogares se basan en la autopercepción de los encuestados jóvenes.

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

3.2 El logro educativo

Las inversiones que promueven el desarrollo de capital humano deben comenzar a

edades muy tempranas y asegurar el éxito de las trayectorias educacionales, toda vez que

existe una alta correlación entre el fracaso escolar y la probabilidad de empeoramiento de

las condiciones laborales futuras. Al respecto, la OIT ha señalado que el itinerario laboral

no debería comenzar con un empleo o un trabajo sino con la educación, la formación o la

24

acumulación de experiencia laboral o empresarial, que son los primeros tramos de una

trayectoria de trabajo decente.

Un alto porcentaje de los jóvenes urbanos tiene acceso a la educación. La mayoría de

la juventud está cursando o ha llegado como nivel máximo de estudios a la educación

secundaria. Nueve de cada diez jóvenes han completado al menos la educación secundaria

de la escuela (el 55.4 por ciento terminó secundaria, el 25.3 por ciento superior no

universitaria y el 12.3 por ciento superior universitaria) (Gráfico 3.1). De quienes estudian,

el 62.3 por ciento cursa el nivel superior universitario (40.6 por ciento) y el 21.7 por ciento

el nivel superior no universitaria.

A pesar de que el progreso ha sido positivo en términos de logro educacional,

continúa siendo importante prestar atención a los jóvenes sin estudios o que solo cursaron

la educación primaria, alrededor de 265 mil, de los cuales dos terceras partes (64.3 por

ciento) son mujeres. Este grupo de jóvenes con escasa educación requerirá de programas

especiales para elevar sus competencias para el trabajo12

.

Gráfico 3.1 Jóvenes que estudian y no estudian actualmente por nivel educativo, según condición económica del hogar

Nota: Los niveles se refieren al nivel actual de quienes están actualmente estudiando y al nivel más alto alcanzado por los jóvenes con estudios terminados (educación completa e incompleta).

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

En total, el 18.1 por ciento de los jóvenes abandonó la educación antes de terminarla.

Desde el nivel secundario, la educación tiene un alto costo de oportunidad en los jóvenes

de hogares de bajos ingresos, que constituye un fuerte aliciente para el abandono del

sistema escolar y la inserción temprana en el mercado de trabajo. Más de la mitad de los

jóvenes que abandonaron la escuela antes de terminar lo hizo por razones económicas (37.2

por ciento) o para aceptar un trabajo (22.2 por ciento) (Cuadro 3.4). La proporción de

hombres jóvenes que abandonaron la educación para aceptar un trabajo es más alta que la

12 La subeducación y la escasez de competencias, como resultado de la tendencia de que los jóvenes

abandonen pronto sus estudios, coexiste con la sobreducación (OIT, 2013). Los jóvenes más

educados enfrentan el riesgo de desempeñarse en puestos de trabajo en los cuales subutilizan sus

calificaciones. El tema de la inadecuación de las cualificaciones se analiza con mayor detenimiento

más adelante en el informe.

0.9

36.6

21.7

40.6

0 .9

5.7

55.4

25.3

12.3

0

10

20

30

40

50

60

Nunca estudió Hasta primaria Secundaria Superior nouniversitaria

Superioruniversitaria

%

Estudiantes actuales Estudios terminados

25

de las mujeres jóvenes, aunque estas son mucho más propensas a abandonar la educación

con el fin de casarse y de formar una familia (el 20 por ciento de las mujeres en

comparación con el 2.3 por ciento de los hombres). Otro de los motivos para el abandono

escolar es la falta de interés en la educación (cerca de 1 de cada 10 abandonan la escuela

antes de tiempo).

Cuadro 3.4 Jóvenes que abandonaron la escuela antes de terminar y razones para hacerlo

Total Hombre Mujer

% jóvenes que abandonaron antes de finalizar los estudios 18.1 17.1 19.0

Razones (%)

No aprobó los exámenes 3.3 2.3 4.1

No le interesa la educación 9.2 10.1 8.4

Quería empezar a trabajar 22.2 32.8 12.9

Matrimonio 11.7 2.3 20.0

Sus padres no querían 2.8 3.2 2.4

Razones económicas 37.2 38.3 36.2

Otra 10.8 7.7 13.5

Por enfermedad 2.4 2.5 2.4

No especificado 0.6 0.9 0.2

Total 100.0 100.0 100.0

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

Cuadro 3.5 Jóvenes que no estudian actualmente, por nivel educativo y según condición económica del hogar (%)

Nivel de estudios más alto que aprobó Muy estable /

estable Más o menos

estable Más o menos pobre / pobre

Total

Nunca estudió 0.9 0.8 1.5 0.9

Hasta primaria 3.7 5.3 14.7 5.9

Sin nivel 0.4 0.1 0.3 0.2

Educación inicial 0.0 0.1 0.0 0.0

Primaria incompleta 0.9 1.7 8.1 2.3

Primaria completa 2.4 3.4 6.3 3.4

Secundaria 49.3 56.9 67.3 55.4

Secundaria incompleta 13.8 14.9 28.4 16.3

Secundaria completa 35.5 42.0 38.9 39.2

Superior no universitaria 29.0 27.3 7.8 25.3

Superior no universitaria incompleta 7.9 7.7 2.8 7.2

Superior no universitaria completa 21.1 19.5 5.0 18.2

Superior universitaria 17.1 9.7 8.7 12.3

Superior universitaria incompleta 3.6 4.1 5.2 4.0

Superior universitaria completa 13.3 5.7 3.5 8.2

Posgrado 0.2 0.0 0.0 0.1

Total 100.0 100.0 100.0 100.0

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

Los jóvenes que señalaron que su hogar tenía una condición económica más o menos

pobre y pobre alcanzan menores niveles educativos que los jóvenes provenientes de

hogares cuya economía es muy estable o estable (Cuadro 3.5). Los resultados de la

26

encuesta confirman que los jóvenes pobres se concentran en las categorías de menor

educación, destacando el hecho que de los jóvenes pobres, el 14.7 por ciento solo alcanzó

el nivel de primaria o menos y otro 28.4 por ciento la secundaria incompleta. Solo el 16.5

por ciento cuenta con educación superior (universitaria o superior no universitaria) en

comparación con el 46.1 por ciento de los jóvenes de hogares muy estables o estable.

La composición y el tamaño del hogar ejercen un impacto en la decisión individual de

participar o no en el mercado de trabajo, por lo que es necesario considerar las

características de la familia de los jóvenes. En el caso del Perú urbano se ha observado que

la oferta laboral de jóvenes y mujeres es la más sensible a cambios en la situación

socioeconómica del hogar: el joven tiende a abandonar sus estudios cuando la

desocupación familiar aumenta, para abordar el gasto familiar; la mujer tiende a dejar las

tareas del hogar, que incluyen el cuidado de los niños, para insertarse en el mercado laboral

y sostener a sus hijos: esto se refuerza al considerar madres sin cónyuge, sobre todo cuando

los hijos empiezan a crecer y ya no necesitan tanto cuidado como en los primeros años de

la infancia (MINTRA, 2000).

El Perú es un país de ingreso medio y en crecimiento, con una cobertura casi

universal de la educación primaria y una cobertura de la educación secundaria y terciaria

cercana o superior a la del promedio regional de América Latina y el Caribe. No obstante,

la calidad de la educación (medida por los resultados de aprendizaje) es bastante inferior a

la de otros países con niveles de ingresos comparables en la región y en el resto del

mundo13

. La calidad de los egresados y graduados de las instituciones de educación

secundaria y universitaria y de los centros de capacitación laboral es muy heterogénea.

Diversos estudios señalan que uno de los principales problemas y desafíos que el Perú

debe abordar es la baja calidad de la educación en general y de la educación técnica y

ocupacional en particular (IPEBA, 2011). La proliferación de instituciones, la dispersión de

la oferta, así como el crecimiento sin control de esta última, son identificados como

elementos situados en la base de la baja calidad de la oferta educativa, su falta de

articulación con las demandas de desarrollo y, por ende, la limitada inserción laboral y el

escaso rendimiento de los egresados. La educación superior enfrenta problemas parecidos

de calidad y pertinencia, observándose inadecuación ocupacional, al encontrar a personas

que no trabajan en aquello para lo que se han formado y bajos o negativos retornos de la

educación recibida, así como una oferta formativa que no responde a las necesidades del

sector productivo o la vocación productiva de la región (IPEBA, 2011).

Si bien se han precisado los desafíos del Estado y las entidades formativas para

calificar a los trabajadores, es fundamental destacar el papel que compete a los padres en la

educación de sus hijos. Se precisan padres con el nivel de estudios más alto posible y que

se involucren en la formación de sus hijos, pues la educación de los padres es esencial en el

logro escolar de los hijos. Esta influencia se detecta desde muy temprano, como lo señala

el estudio de la Fundació Caixa Catalunya (2009). Concretamente, la etapa de educación

infantil ya se reflejan tales tendencias. Así, aquellos padres con educación superior son 4.9

veces más proclives a escolarizar a sus hijos con 1 ó 2 años, lo que, de acuerdo con los

autores del estudio, “sitúa a los niños de entornos de bajo nivel educativo en situación de

desventaja al inicio de la escolarización obligatoria” (Fundació Caixa Catalunya, 2009).

13 En las pruebas PISA 2012, el Perú mejoró los puntajes obtenidos en 2009, pero se ubicó en el

último lugar en lectura, matemáticas y ciencias. En 2009, el Perú se ubicó entre los últimos de 65

países inscritos (30 de estos son miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo

Económicos, OCDE): quedó en el puesto 62 en lectura, 60 en matemática y 63 en ciencia.

27

La evolución continúa siendo divergente durante el ciclo vital en función del nivel de

estudios de los progenitores. En igualdad de condiciones, los estudiantes de 15 años con

madre universitaria logran 25 puntos más en las pruebas del Programa Internacional para la

Evaluación de Estudiantes (PISA) que aquellos cuya progenitora solo tiene estudios

primarios. El nivel de estudios de la madre es, destacan los autores del estudio, el factor

más influyente en el devenir educativo de los hijos (Fundació Caixa Catalunya, 2009).

En el Cuadro 3.6 se presenta la distribución de los padres y madres de los jóvenes

según su nivel educativo. Las conclusiones son las siguientes: los padres son más educados

que las madres (19.0 por ciento) y el 12.9 por ciento de estas cursaron la educación

superior; los jóvenes son más educados que su padre y, por consiguiente, que su madre,

como lo refleja que el 37.6 por ciento de ellos haya cursado la educación superior. La

transmisión intergeneracional de las expectativas educativas es también otro factor

importante que explica la relación entre la educación de los padres y el desempeño de los

estudiantes. De este modo, jóvenes cuyos padres tienen mayor escolaridad poseen

expectativas de estudios más altas, además de recibir un apoyo educativo más calificado de

sus progenitores.

Cuadro 3.6 Nivel educativo del padre, de la madre y los jóvenes

Nivel educativo Nivel educativo del padre Nivel educativo de la madre Nivel educativo de los jóvenes

Absoluto % Absoluto % Absoluto %

Total 3 861 650 100.0 3 861 650 100.0 3 861 650 100.0

Hasta primaria 1 013 320 26.2 1 535 478 39.8 265 197 6.9

Secundaria 1 743 323 45.1 1 616 433 41.9 2 141 064 55.4

Superior no universitaria 355 404 9.2 310 855 8.0 978 721 25.3

Superior universitaria y posgrado 377 679 9.8 189 740 4.9 476 669 12.3

No sabe 371 925 9.6 209 145 5.4 0 0.0

Nota: Incluye solo a los jóvenes que tienen estudios terminados.

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

La comparación del nivel educativo de los jóvenes respecto a cada uno de sus padres

se presenta en el Cuadro 3.7. El 80.4 por ciento de los jóvenes como mínimo tiene igual

nivel educativo que su padre (26.9 por ciento igual y 53.5 por ciento superior), en

comparación con el 88.2 por ciento de jóvenes que tiene como mínimo igual nivel

educativo que su madre (21.7 por ciento igual y 66.5 por ciento superior).

Cuadro 3.7 Nivel de educación de los jóvenes en comparación al nivel de educación de los padres

Comparación nivel de educación Absoluto %

En comparación con el padre Igual que el padre 937 127 26.9

Más alto que el padre 1 867 914 53.5

Más bajo que el padre 684 684 19.6

En comparación con la madre Igual que la madre 792 420 21.7

Más alto que la madre 2 427 504 66.5

Más bajo que la madre 432 581 11.8

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

Un estudio realizado por el INEI (2000) señala que el nivel educativo de los padres

determina la probabilidad de que sus hogares sean pobres o no. Se afirma que completar

los primeros 6 años de educación respecto a no tener educación alguna, reduce la

probabilidad de que el hogar sea pobre desde un 79.4 por ciento a un 58.4 por ciento. Sin

embargo, esta relación considera solo una parte de la realidad, puesto que existen otras

variables muy relevantes, como la inserción en el mercado de trabajo, la tasa de actividad

28

del hogar y el contexto regional. Asimismo, la investigación incluye aspectos de género, y

concluye que los condicionantes familiares tienen efectos más acentuados en las mujeres.

Los progenitores de los jóvenes se desempeñan, principalmente, en los grupos

ocupacionales medios y bajos de la pirámide ocupacional. Los padres se concentran en

ocupaciones de obreros y operarios en diversas industrias, 29.8 por ciento, trabajadores

calificados en los servicios y otros, 11.7 por ciento, trabajadores no calificados, 11.7 por

ciento, y profesionales, científicos e intelectuales, 9.8 por ciento. Las madres se

concentraron, principalmente, en el grupo, de obreros operarios en industrias de

construcción, confección, producción de papel, cartón, 41.5 por ciento; trabajadores

calificados en servicios, protección, seguridad, venta, comercialización, 21.3 por ciento;

trabajadores no calificados, 16.1 por ciento (Cuadro 3.8). La ubicación de las personas en

la estructura ocupacional condicionará la calidad de su empleo y el nivel de ingresos que

perciban.

Cuadro 3.8 Distribución de los padres y madres por grupo ocupacional (%)

Grupos ocupacionales Padre Madre

Profesionales, científicos e intelectuales 9.8 6.3

Técnicos de nivel medio y trabajadores asimilados 6.1 4.1

Jefes y empleados de oficina 2.6 3.4

Trabajadores calificados en servicios, protección, seguridad, venta y comercialización

11.7 21.3

Obreros y operarios en industrias de manufactura, minería y petróleo 10.2 3.0

Obreros y operarios en industrias de construcción, confección, producción de papel y cartón

19.6 41.5

Trabajadores no calificados 11.7 16.1

Otros 28.2 4.0

No especificado 0.1 0.2

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

3.3 Condición de actividad de los jóvenes

Las normas internacionales relativas a las estadísticas de empleo y desempleo se

basan en el marco conceptual de la fuerza de trabajo (véase el Anexo I para la definición de

los conceptos del mercado de trabajo). De acuerdo con este marco, la población en edad de

trabajar se divide en tres categorías (ocupados, desocupados y económicamente no activos)

en función de sus actividades en el mercado de trabajo durante un período de referencia

corto, ya sea un día o una semana. Las categorías se pueden observar en el Gráfico 3.2.

De la juventud urbana (6.9 millones), el 54 por ciento estaba ocupada, el 39.6 por

ciento en inactividad o fuera del mercado de trabajo y el 6.4 por ciento desocupada. La

condición de actividad es diferenciada según sexo. La mayoría de los hombres están

ocupados (el 61 por ciento en comparación con el 47.2 por ciento de las mujeres) y en

menor proporción que las mujeres están en la inactividad y desocupación. Dos grupos de

jóvenes se encuentran entre los inactivos: quienes asistían a un centro educativo y quienes

no estudiaban. Los inactivos incluyen a las personas que se encuentran estudiando, al

cuidado de la familia, jubilados o enfermos y/o discapacitados.

29

Gráfico 3.2 Jóvenes por condición de actividad

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

Los hombres participan con mayor intensidad del mercado, como indica su tasa de

actividad, que es 13 pp. superior a las de las mujeres (67 por ciento y 54 por ciento,

respectivamente). En el Perú se ha estudiado que las variables más significativas que

influyen en la decisión de las mujeres de participar en el mercado laboral son: la edad, los

años de escolaridad, el estado civil, el número de niños menores de 6 años de edad en el

hogar, la asistencia a algún centro de enseñanza y el lugar de residencia. En cuanto a los

efectos marginales se encontró que la edad y los años de escolaridad inciden positivamente

en la probabilidad de participación en el mercados, mientras que el resto de las variables

significativas la afectan de forma negativa (MINTRA, 2009).

También la tasa de actividad de los jóvenes se diferencia por nivel educativo;

destacando el hecho que los hombres tienen tasas más altas que las mujeres en todos los

niveles, salvo en el superior universitario.

En el caso de los hombres, el grupo con educación superior no universitaria registra la

tasa más alta de actividad (86.4 por ciento), y el grupo de educación superior universitaria

la menor tasa (59.8 por ciento). En el caso de las mujeres se observa también la más alta

tasa de actividad en quienes alcanzaron la educación superior no universitaria (68.3 por

ciento) y la menor tasa en el grupo de educación secundaria (42.9 por ciento) (Gráfico 3.3).

Es términos relativos es probable que los profesionales de educación superior no

universitaria o técnica, que cursan su carrera en tres años, hayan sido beneficiados por una

demanda más alta de las empresas en los años recientes de crecimiento económico del

Perú14

, lo que ha motivado su mayor inserción laboral.

14 Vé , , “E q á 500 é ñ ”, L . , 9

de mayo de 2013; http://www.larepublica.pe/09-05-2013/el-peru-requerira-500-mil-tecnicos-

capacitados-este-ano.

61.0

6.0

33.0

47.2

6.8

46.0

54.0

6.4

39.6

0

10

20

30

40

50

60

70

Ocupado Desocupado Inactivo

%

Hombre Mujer Total

30

Gráfico 3.3 Tasa de actividad de los jóvenes por sexo y nivel educativo

Nota: El nivel educativo es completo e incompleto.

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

En el informe de la OIT Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil, 2013. Una

generación en peligro (OIT, 2013) se argumenta que una desagregación más detallada de

los indicadores laborales disponibles a través de la ETET, comparados con los indicadores

tradicionales del mercado de trabajo, permiten una imagen más detallada de los retos que

enfrentan los jóvenes en las economías en desarrollo. El marco de la ETET propone una

distribución de la población joven en las siguientes cinco categorías: (a) empleo regular,

definido como los asalariados con contrato de duración superior a 12 meses, más los

jóvenes trabajadores por cuenta propia con asalariados (empleadores); (b) empleo

temporal, definido como los asalariados con contrato de duración limitada, es decir, de

menos de 12 meses de extensión, los jóvenes trabajadores por cuenta propia sin empleados

(trabajadores por cuenta propia) y los trabajadores familiares auxiliares; (c) desempleados

(definición flexible), que se definen como las personas actualmente sin trabajo y

disponibles para aceptar uno en la semana anterior al período de referencia; (d) los

inactivos no estudiantes, y (e) los estudiantes inactivos.

En el Gráfico 3.4 se pueden observar los componentes del mercado laboral por sexo;

se destacan tres tendencias importantes. En primer lugar, se registra una concentración de

trabajadores jóvenes con empleo temporal, cuyo porcentaje más que duplica el de los

jóvenes trabajadores con empleo regular (39.8 por ciento y 14.3 por ciento,

respectivamente). En segundo término, la brecha de género en materia de desempleo es

mayor cuando se mide según la definición flexible que con la definición estricta. La tercera

tendencia es que una parte significativa de las mujeres jóvenes inactivas no son estudiantes.

Si bien más mujeres inactivas son estudiantes que no estudiantes, el porcentaje de mujeres

inactivas no estudiantes es considerable (16.7 por ciento), tres veces mayor que el de la

población masculina (5.4 por ciento). El elevado porcentaje de mujeres jóvenes que no se

encuentran en la en fuerza laboral, ni en la educación o la formación tiene un impacto

sobre el potencial productivo del país.

67.0 71.2

62.0

86.4

59.8 54.0

49.0 42.9

68.3 61.3

0

20

40

60

80

100

Total Hasta primaria Secundaria Superior nouniversitaria

Superioruniversitaria y

Posgrado

%

Hombre Mujer

31

Gráfico 3.4 Jóvenes por condición de actividad (Marco conceptual de la ETET)

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

En el Cuadro 3.9 se brinda información acerca de los jóvenes encuestados que no

estaban estudiando ni trabajando (NINI). Más de 1 de cada 4 mujeres jóvenes urbanas en

el Perú se clasifican en la categoría de NINI (26.2 por ciento). El porcentaje de jóvenes

NINI hombres es bastante más bajo (9.4 por ciento), con lo que el total de NINI representa

el 17.9 por ciento de la población urbana juvenil. Esto significa que más de 7 de cada 10

jóvenes que no estudian ni trabajan son mujeres. La mayoría de los jóvenes NINI (hombres

y mujeres) eran inactivos no estudiantes más que que desempleados no estudiantes. El 80.6

por ciento de del total de NINI se clasifica en esta categoría. La participación de los

desempleados no estudiantes fue inferior en un 19.4 por ciento, pero repr esentó casi un

tercio (30 por ciento) de los NINI masculinos.

Cuadro 3.9 Jóvenes que no estudian ni trabajan (NINI) según sexo y condición

Sexo

NINI como %

de la

población

joven

Condición de los NINI

Total NINI

Desempleados no estudiantes

Inactivos no estudiantes

Absoluto % Absoluto %

Total 17.9 1 248 258 242 658 19.4 1 005 600 80.6

Hombre 9.4 322 750 96 881 30.0 225 869 70.0

Mujer 26.2 925 508 145 777 15.8 779 731 84.2

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

3.4 Aspiraciones y objetivos de vida

Es importante que los jóvenes cuenten con un proyecto de vida; lo que se persigue es

que el joven tenga una serie de metas sucesivas, que se van cumpliendo en la construcción

de su trayectoria laboral y con sentido de largo plazo; cada etapa de la vida tiene un

objetivo que cumplir. El proyecto de vida depende de dos aspectos que pueden beneficiar o

perjudicar el éxito del plan: el autoconocimiento, dado que el joven debe asegurarse de que

sus metas sean consistentes con lo que es él; necesita conocer sus oportunidades y

limitaciones; y el entorno, los amigos, los familiares, los compañeros, que se transforman

en referentes vitales para el cumplimiento de sus objetivos.

14.3 16.0 12.6

39.8 45.0

34.6

12.5 10.4

14.5

22.3 23.1

21.5

11.2 5.4

16.7

0.0

10.0

20.0

30.0

40.0

50.0

60.0

70.0

80.0

90.0

100.0

Total Hombre Mujer

%

Inactivo y no estudia

Inactivo estudiante

Desempleo (definición flexible)

En empleo temporal

En empleo regular

32

Los jóvenes y sus familias deben tener presente que la orientación vocacional y el

proyecto de vida son diferentes, pero en la construcción de un plan de vida personal es

fundamental potenciar el área vocacional, porque permite a los jóvenes pensar en qué

profesión u oficio se desempeñarán durante el resto de su vida.

Se ha verificado que el acceso a información y orientación sobre opciones

vocacionales y alternativas para la construcción del proyecto de vida es una de las

condiciones que favorecen una trayectoria de desarrollo positiva para los jóvenes (Jara y

Sori, 2013).

A los jóvenes urbanos se les preguntó sobre la meta más importante de sus vidas. El

44 por ciento señaló tener éxito en el trabajo, el 31.7 por ciento tener una buena vida

familiar y el 10.3 por ciento culminar una carrera. Por sexo, se observa similar orden de

importancia de las metas, aunque con énfasis de los hombres en el éxito laboral y de las

mujeres en la vida familiar. En los grupos de 15 a 19 años y de 20 a 24 años se mantiene el

orden de importancia de las metas del total; en tanto que el grupo de mayor edad considera

como primera meta la vida familiar y en segundo lugar, muy cerca, el éxito laboral.

En relación a las respuestas por condición de actividad (con los métodos estándar y

flexible para el desempleo e inactivos) se observa que la situación de los jóvenes no parece

afectar sus expectativas y metas futuras. Tanto los ocupados, desocupados e inactivos

mantienen como primer objetivo de sus vidas el éxito laboral, seguido de la vida familiar y

en último lugar, culminar una carrera; sin embargo, destaca el mayor interés relativo de los

jóvenes desocupados por “tener éxito en el trabajo” (Cuadro 3.10).

Cuadro 3.10 Meta más importante en la vida según sexo y grupos de edad de los jóvenes

Sexo, grupos de edad y condición de actividad

Tener éxito en el trabajo

Tener una buena vida

familiar

Culminar una carrera

Otra meta Total

Sexo

Total (% filas) 44.0 31.7 10.3 14.0 100.0

Hombre 48.6 28.6 7.9 14.9 100.0

Mujer 39.6 34.7 12.6 13.2 100.0

Grupos etarios

15 - 19 47.4 26.6 14.0 12.0 100.0

20 - 24 44.6 29.7 9.3 16.4 100.0

25 - 29 38.4 41.6 6.0 14.0 100.0

Condición de actividad

Ocupados 44.7 31.8 9.3 14.2 100.0

Desocupados 49.0 35.5 8.4 7.2 100.0

Inactivos 42.4 30.9 11.9 14.8 100.0

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

3.5 Características de los jóvenes desempleados

Es posible ampliar la definición estándar de desempleo si los medios convencionales

para buscar trabajo no son del todo pertinentes, si el mercado laboral está desorganizado en

gran medida, si la absorción de la fuerza de trabajo es insuficiente, o si hay una proporción

significativa de trabajo por cuenta propia (OIT, 2013). Todas estas características están

presentes en el mercado de trabajo peruano.

Quienes están a favor de relajar los criterios de búsqueda activa para producir una

“tasa de desempleo no normalizada” o “flexibilizada” podrían hacerlo reintroduciendo a

33

los jóvenes que están “sin trabajo” y “disponibles para trabajar” pero no “buscando trabajo

activamente” en la categoría de desempleo flexibilizado.

En el Cuadro 3.11 se presenta la estimación de la tasa de desempleo estándar, que

alcanza al 10.6 por ciento y es superior para las mujeres (12.6 por ciento) que los hombres

(9.0 por ciento). La tasa de desempleo flexibilizada fue del 18.8 por ciento, y también fue

más alta entre las mujeres (23.5 por ciento) que los hombres. En el caso de las mujeres

jóvenes, la tasa de desempleo flexibilizada duplica a la tasa estándar, una señal de que

muchas más de las primeras que de los segundos no buscan activamente trabajo aunque

tienen disponibilidad.

Cuadro 3.11 Tasa de desempleo juvenil por tipo de definición, según sexo

Desempleo Hombre Mujer Total

Absoluto % Absoluto % Absoluto %

Desempleo estándar 207 213 9.0 239 798 12.6 447 011 10.6

Desempleo flexible 358 922 14.6 513 489 23.5 872 411 18.8

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

El desempleo juvenil es resultado de incongruencias entre la oferta y la demanda

laboral y / o la brecha entre las competencias laborales y las requeridas por el mercado, lo

que puede redundar en problemas como el trabajo informal, de subsistencia, y una

progresiva pérdida de la capacidad de generación de ingresos. Otro factor al que algunos

atribuyen incidencia en este fenómeno es el salario mínimo, porque los jóvenes, como no

son tan productivos para ganarlo, quedan excluidos del mercado laboral por la tendencia de

los empresarios a contratar trabajadores de más edad, o a destinar sus inversiones a

instalaciones y equipos.

Naturalmente, el desempleo juvenil está estrechamente relacionado con la dinámica

de la actividad económica, dado que un crecimiento económico insuficiente eleva los

niveles de desempleo general, en especial de los jóvenes. Desde esta perspectiva, en

períodos de recesión económica los hogares tienden a aumentar su oferta laboral, mediante

la participación de los miembros más jóvenes en el mercado de trabajo, y las empresas a

prescindir de mano de obra, en especial joven. En la medida que el ingreso de los hogares

al que pertenecen los jóvenes sea bajo, serán propensos a experimentar restricciones al

momento de acceder al mercado laboral (De la Hoz, Quejada y Yánez, 2012).

En el área urbana los jóvenes desempleados son en su mayoría mujeres; se concentran

en el rango de menor edad y 8 de cada 10 tienen de 15 a 24 años, probablemente debido a

su menor calificación y experiencia laboral (Cuadro 3.12)15

. Además, el 75.5 por ciento de

los jóvenes desempleados son solteros. En promedio, los jóvenes desempleados están en

hogares de 6 personas, y tienen un promedio de 1 hermano.

Otro hallazgo interesante es que algo más de la mitad de los jóvenes desempleados

está buscando trabajo mientras todavía estudian (54.3 por ciento). Si se considerara en el

cálculo de la tasa de desempleo solo a quienes buscan empleo y no son estudiantes a

tiempo completo, a nivel juvenil este indicador en el Perú sería significativamente inferior

al 10.6 por ciento estimado.

15 En lo que sigue de este documento se utilizará la definición de desempleo estándar, a menos que

se indique lo contrario.

34

Cuadro 3.12 Jóvenes desempleados y ocupados por grupo de edad, sexo, estado civil, estudia actualmente, tamaño promedio del hogar y número de hermanos

Variables de clasificación

Ocupados Desocupados Total (PEA)

Absoluto % Absoluto % Absoluto %

Total 3 777 013 100.0 447 010 100.0 4 224 023 100.0

Grupo etario

15 - 19 928 132 24.6 139 211 31.1 1 067 343 25.3

20 - 24 1 430 981 37.9 219 453 49.1 1 650 434 39.1

25 - 29 1 417 900 37.5 88 346 19.8 1 506 246 35.7

Sexo

Hombre 2 106 622 55.8 207 213 46.4 2 313 835 54.8

Mujer 1 670 391 44.2 239 798 53.6 1 910 189 45.2

Estado civil o conyugal

Conviviente / Casado(a) 852 536 22.6 81 624 18.3 934 160 22.1

Soltero(a) 2 787 087 73.8 337 684 75.5 3 124 771 74.0

Otro 137 390 3.6 27 702 6.2 165 092 3.9

¿Estudia actualmente?

Sí asiste 1 163 621 30.8 204 352 45.7 1 367 973 32.4

No asiste 2 613 393 69.2 242 658 54.3 2 856 051 67.6

Tamaño del hogar y número de hermanos (promedios)

Tamaño del hogar 5.8

5.9

5.8

Número de hermanos 1.3

1.4

1.3

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

Las tasas de desempleo juvenil según nivel educativo alcanzado se presentan en el

Gráfico 3.5. Las mujeres jóvenes que solo cuentan con graduación secundaria tienen

mayores dificultades para encontrar trabajo. La tasa de desempleo juvenil femenina de las

graduadas secundarias más que duplica la de aquellas que tienen título universitario (18.2

por ciento y 8.7 por ciento, respectivamente). En el caso de los hombres jóvenes, sin

embargo, las tasas de desempleo más altas se concentran más en los extremos del sistema

educacional, en la calificación más baja (primaria o menos) y en la más alta (universitarios

o de posgrado). La tasa de desempleo del 0 por ciento de las mujeres jóvenes con

educación primaria o menos probablemente está relacionada con el hecho de que las

mujeres menos calificadas tienden a permanecer fuera del mercado laboral.

La duración del período de búsqueda de empleo puede tener efectos sobre la moral de

los jóvenes si es muy prolongada, y, además, afectar sus oportunidades futuras de

insertarse favorablemente en el mercado. La duración del desempleo es breve en el Perú. El

47.1 por ciento de los jóvenes desempleados tenía menos de 1 mes en ese estado al

momento de la encuesta; el 31.1 por ciento de 1 a 6 meses, y el 21.8 por ciento más de 6

meses (Gráfico 3.6). Sin embargo, el desempleo de largo plazo –con una duración superior

a 1 año– abarcó al 12.7 por ciento de los jóvenes que buscaban trabajo. Por sexo, se puede

concluir que las mujeres experimentan, en promedio, una mayor permanencia en el

desempleo.

35

Gráfico 3.5 Tasas de desempleo juvenil según nivel educativo alcanzado por sexo

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

Gráfico 3.6 Distribución de los jóvenes según duración del desempleo

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

El 90 por ciento de los desempleados realizó alguna actividad para encontrar empleo.

Destaca que el 31.3 por ciento de los que buscaron se inscribieron en una oficina de

empleo y respondieron a avisos de empleo; el 26.6 por ciento presentó solicitudes en

empresas, directamente; el 12.7 por ciento consultó a amigos y familiares (Cuadro 3.13).

Las redes sociales y recomendaciones de terceros son consideradas un medio de

información para la contratación. Esta práctica implica una dinámica de exclusión de

aquellos jóvenes sin acceso a las redes sociales o de contactos que brinden la oportunidad

de acceder a empleos productivos en empresas formales. Quienes consiguen su inserción

laboral de esta forma refuerzan aún más su capital social en detrimento de aquellos que

carecen de esos contactos iniciales (Jara y Sori, 2013). Los mercados de trabajo que

funcionan basándose en este tipo de lazos personales usualmente generan y reproducen

mecanismos de exclusión por grupo, educación, género, raza e incluso apariencia

(Chacaltana, 2006).

4.2

11.1

5.1

8.3

9.9

6.2 5.1

7.8

0.0

18.2

5.1

8.7

0

2

4

6

8

10

12

14

16

18

20

Hasta primaria Secundaria Superior nouniversitaria

Superioruniversitaria y

postgrado

%

Total

Hombre

Mujer

47.1

48.9

45.5

31.1

34.2

28.5

8.0

4.0

11.4

12.7

10.5

14.6

0% 20% 40% 60% 80% 100%

Total

Hombre

Mujer

Menos de 1 mes

De 1 mes a menos de 6 meses

De 6 meses a menos de 1 año

Más de 1 año

36

Cuadro 3.13 Jóvenes desempleados según método utilizado para buscar trabajo

Hombre Mujer Total

Absoluto % Absoluto % Absoluto %

Total de respuestas 182 625

219 602

402 227

Se inscribió en una oficina de empleos / publicó y respondió avisos de empleo

70 201 38.4 55 713 25.4 125 914 31.3

Presentó solicitudes en forma directa a fábricas 44 766 24.5 62 209 28.3 106 975 26.6

Consultó con amigos, familiares, conocidos 21 648 11.9 29 480 13.4 51 128 12.7

Otros 77 947 42.7 94 020 42.8 171 967 42.8

Nota: Se permitieron respuestas múltiples.

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

Por otro lado, solo el 7.6 por ciento de los jóvenes desempleados declaró haber

recibido asesoría en la búsqueda de empleo. Esto sugiere la conveniencia de ampliar los

servicios de empleo, públicos y privados, que brindan asesoría en la búsqueda adecuada de

empleo, potenciando las capacidades de los jóvenes para una autónoma y efectiva

búsqueda. Además, se requiere de orientación y facilidades para la gestión de los

documentos solicitados por las empresas como, por ejemplo, el certificado de antecedentes

policiales o el certificado de salud, cuando corresponda.

Entre los principales obstáculos de los jóvenes para encontrar empleo destacan la falta

de experiencia y la poca calificación de los puestos ofertados en el mercado; esto es

concordante con los déficits educativos señalados previamente (Cuadro 3.14).

Cuadro 3.14 Jóvenes desempleados según obstáculo para encontrar trabajo

Variables asociados a la búsqueda de empleo Hombre Mujer Total

Absoluto % Absoluto % Absoluto %

Total 207 213 100.0 239 796 100.0 447 009 100.0

Los requisitos del trabajo eran mayores que la educación / formación recibida

46 236 22.3 47 592 19.8 93 828 21.0

No tengo suficiente experiencia de trabajo 43 919 21.2 69 411 28.9 113 330 25.4

No hay suficientes puestos de trabajo disponibles 32 161 15.5 36 683 15.3 68 844 15.4

Me consideran demasiado joven 26 904 13.0 6 496 2.7 33 400 7.5

Prejuicios discriminatorios (por ejemplo, discapacidad, religión, raza, apariencia, situación familiar, etc.)

2,939 1.4 0 0.0 2 939 0.7

Remuneración baja en los puestos disponibles 1 470 0.7 22 984 9.6 24 454 5.5

Malas condiciones de trabajo en los puestos disponibles

6 726 3.2 1 624 0.7 8 350 1.9

No sabía cómo o dónde buscar trabajo 13 452 6.5 4 872 2.0 18 324 4.1

Otro 9 666 4.7 25 526 10.6 35 192 7.9

No encontré ningún obstáculo 23 740 11.5 24 608 10.3 48 348 10.8

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

En relación a los planes de trabajo futuro, a la mayoría de los jóvenes desempleados

les gustaría trabajar en el sector privado (45.2 por ciento). A 1 de cada 5 le gustaría trabajar

por cuenta propia (autoempleo) y al 29.1 por ciento, hacerlo en el sector público (Cuadro

3.15). No es realista pensar que el sector público tendrá el suficiente número de plazas para

absorber la cantidad de jóvenes que buscan trabajo. Aún así, el sector público continúa

siendo el preferido por muchos jóvenes debido a tres factores: el estatus, la seguridad y las

prestaciones.

37

Los jóvenes desempleados que fueron entrevistados señalaron que en los últimos 12

meses, en promedio, postularon a dos puestos de trabajo y se presentaron a una entrevista.

También plantearon que a pesar de haber recibido propuestas de trabajo, casi un tercio de

los jóvenes desempleados las rechazó porque las condiciones laborales ofrecidas no eran

las adecuadas o eran incompatibles con su desarrollo profesional. Es de esperarse que los

jóvenes pobres se vean compelidos a aceptar las ofertas laborales aunque estas no sean las

más convenientes para ellos (Cuadro 3.15).

Cuadro 3.15 Jóvenes desempleados según lugar deseado de trabajo y razones por las que rechazaron una oferta de trabajo

Variables asociadas a la búsqueda de empleo Hombre Mujer Total

Absoluto

% Absolut

o %

Absoluto

%

¿Dónde le gustaria trabajar?

Total 207 213 100.0 239 797 100.0 447 010 100.0

¿Solo (negocio propio / productor agropecuario)? 46 236 22.3 43 179 18.0 89 415 20.0

¿Trabajar para el gobierno / sector público? 55 279 26.7 74 990 31.3 130 269 29.1

¿Trabajar para una empresa privada? 97 503 47.1 104 682 43.7 202 185 45.2

¿Trabajar para una organización internacional o no lucrativa (ONG)?

2 939 1.4 7 661 3.2 10 600 2.4

¿Trabajar para un negocio familiar / productor agropecuario?

5 256 2.5 3 248 1.4 8 504 1.9

No especificado 0 0.0 6 037 2.5 6 037 1.4

¿Alguna vez rechazó un trabajo?

Total 207 213 100.0 239 797 100.0 447 010 100.0

Sí 66 189 31.9 71 494 29.8 137 683 30.8

No 141 024 68.1 168 303 70.2 309 327 69.2

¿Por qué lo rechazó?

Total 66 189 100.0 71 493 100.0 137 682 100.0

La remuneración ofrecida era demasiado baja 12 605 19.0 22 984 32.1 35 589 25.8

El trabajo no era interesante 13 452 20.3 1 624 2.3 15 076 10.9

El lugar no era conveniente 9 666 14.6 4 872 6.8 14 538 10.6

El trabajo no hubiera sido compatible con mi nivel de calificación

1 470 2.2 7 661 10.7 9 131 6.6

El trabajo demandaba muy pocas horas 1 470 2.2 0 0.0 1 470 1.1

El trabajo demandaba demasiadas horas 13 452 20.3 10 910 15.3 24 362 17.7

Mi familia no aprobó la oferta de trabajo 2 939 4.4 7 661 10.7 10 600 7.7

Estaba esperando una oferta de trabajo mejor 0 0.0 6 037 8.4 6 037 4.4

No se ofrecía un contrato con duración definida o la duración del contrato era demasiado breve

5 256 7.9 0 0.0 5 256 3.8

No veía posibilidades de progresar 0 0.0 1 624 2.3 1 624 1.2

Otro 5 879 8.9 8 120 11.4 13 999 10.2

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

3.6 Características de los jóvenes inactivos

El 39.6 por ciento de los jóvenes están inactivos (el 33 por ciento de los hombres y el

46 por ciento de las mujeres), esto es, 2.7 millones de personas, según la medición

estándar. Sin embargo, esta categoría contiene dos grupos muy diferentes entre sí: los que

están fuera de los centros educativos (36.4 por ciento), y los que aún asisten (63.6 por

ciento).

38

Los inactivos que no estudian son relativamente mayores que el grupo que asiste a la

escuela, concentrado en el rango de 15 a 19 años (Cuadro 3.16). Asimismo, 3 de cada 4

jóvenes que no estudian son mujeres y el 48.9 por ciento son convivientes o casados.

El grupo de los jóvenes que no estudian ni trabajan constituye una realidad social

preocupante, entre otras razones, porque están en la etapa de la vida en que deberían estar

formándose y generando sus capacidades productivas; esta condición podría comprometer

sus oportunidades en la etapa adulta y el país desperdiciar uno de los activos más valiosos

con que cuenta, sus jóvenes.

La deficiencia en la acumulación de capital humano y el tiempo de exposición a

riesgos ocasiona que aquellos que no estudian, no trabajan ni buscan empleo sean quienes

tienen mayor probabilidad de perpetuar o empeorar sus actuales condiciones de vida. Sin

embargo, así como son diversos los factores que influyen en el tipo de inclusión social que

se logre en la etapa productiva de la vida, también son distintas las causas de la inactividad

juvenil. De hecho, una proporción muy considerable de quienes no estudian y no trabajan

(2 de cada 3) son mujeres a cargo de tareas del hogar. Debe considerarse el subsidio que las

mujeres hacen al sistema productivo, al trabajar de forma no remunerada en el hogar y

asumir integralmente el cuidado de los dependientes (Jara y Sori, 2013), lo que limita sus

posibilidades de optar por otras trayectorias sociales y productivas. El tercio restante

corresponde a los jóvenes sin interés ni motivación para buscar empleo, sea porque creen

que son muy jóvenes para trabajar, por razones de enfermedad o no desean trabajar.

Cuadro 3.16 Jóvenes inactivos que estudian y no estudian actualmente por grupo etario, sexo y estado civil

Variables de clasificación No estudia actualmente Estudia actualmente Total

Absoluto % Absoluto % Absoluto %

Total 1 005 600 100.0 1 758 578 100.0 2 764 178 100.0

Grupos de edad

15 -19 435 379 43.3 1 253 307 71.3 1 688 686 61.1

20 - 24 271 394 27.0 435 113 24.7 706 507 25.6

25 - 29 298 827 29.7 70 159 4.0 368 986 13.3

Sexo

Hombre 225 869 22.5 911 483 51.8 1 137 353 41.2

Mujer 779 731 77.5 847 095 48.2 1 626 825 58.8

Estado civil o conyugal

Conviviente / Casado(a) 491 446 48.9 56 865 3.2 548 312 19.8

Soltero(a) 490 865 48.8 1 700 089 96.8 2 190 954 79.3

Otro 23 289 2.3 1 624 0.1 24 913 0.9

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

Los jóvenes que no estudian y desertaron del sistema educacional antes de graduarse,

señalaron que la principal razón para hacerlo fue de índole económica, así como porque

querían empezar a trabajar; seguida por razones personales como el compromiso

matrimonial y la falta de interés en proseguir estudios. La apreciación de los jóvenes

inactivos sobre la condición económica de su hogar es más pesimista que el total de

jóvenes, pues el 20.4 por ciento afirma encontrarse “más o menos pobre / pobre” (Cuadro

3.17).

39

Cuadro 3.17 Inactivos que no asisten actualmente a un centro educativo (y dejaron los estudios antes de graduarse) por condición económica del hogar y según sexo

Condición económica del hogar Hombre Mujer Total

Absoluto % Absoluto % Absoluto %

Total 38 040 100.0 210 317 100.0 248 357 100.0

Muy estable / estable 21 026 55.3 82 651 39.3 103 677 41.7

Más o menos estable 11 135 29.3 82 863 39.4 93 998 37.8

Más o menos pobre / pobre 5 879 15.5 44 803 21.3 50 682 20.4

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

3.7 Características de los jóvenes ocupados

Los jóvenes representan la promesa de un cambio positivo en las sociedades y,

respecto a las generaciones previas, cuentan con niveles más altos de educación formal,

manejan mejor las nuevas tecnologías de la información y de las comunicaciones, y tienen

mayor disposición a adaptarse al cambio y más esperanza de vida (Weller, 2006). Esta

generación nació entre las décadas de 1980 y 1990, período en que el país sufrió una crisis

social y económica; crecieron en medio de numerosas y enormes transformaciones del

mundo de la producción y el trabajo: globalización de los mercados, migración masiva,

mayor requerimiento y uso de tecnologías de información e idiomas y –en algunos países–

reformas laborales significativas, entre otras (OIT, 2007). No obstante, su ingreso al

mercado laboral fue en la primera década de este siglo, en que el Perú creció en promedio a

un ritmo de 6 por ciento anual, una tasa mayor que la del aumento poblacional, con un

horizonte optimista sobre su futuro y la posición del país en América Latina y el mundo

desarrollado (Chacaltana y Ruiz, 2012).

El escenario económico está marcado por la globalización e integración de los

mercados así como el mayor uso de las tecnologías de información y del conocimiento.

Brinda una oportunidad a los jóvenes y, al mismo tiempo, abre un reto porque podría

ampliar las brechas que separan al Perú del resto del mundo. Por estas razones, la inversión

en la juventud es crucial, dado que es la generación más preparada para los cambios

tecnológicos que caracterizan al mundo productivo contemporáneo (OIT, 2007).

La expansión del PIB ha permitido mejorar la tasa de ocupación de los jóvenes en el

Perú; han accedido al mercado de trabajo aquellos con las calificaciones y competencias

que demandan los sectores económicos en crecimiento. Sin embargo, no se han generado

oportunidades de empleo para algunos colectivos de jóvenes, y todavía miles de ellos no

encuentran vías hacia el trabajo decente y corren el riesgo de exclusión social, porque no

hay suficiente trabajo (OIT, 2012a). Además, los jóvenes se enfrentan a un rápido

crecimiento de la oferta laboral, debido tanto a la transición demográfica como por la

mayor incorporación de la mujer al mercado laboral (Aramburú, 2006).

3.7.1 Características generales de los jóvenes ocupados

El 54 por ciento del total de jóvenes en el Perú urbano están ocupados. La

participación de los hombres en la población ocupada juvenil es más alta que la de las

mujeres (55.8 y 44.2 por ciento, respectivamente) (Cuadro 3.12), y la tasa de empleo

masculina es bastante mayor que la tasa femenina (61.0 por ciento y 47.2 por ciento,

respectivamente) (Gráfico 3.2). De ellos, 7 de cada 10 declaran ser solteros; la familia

promedio de los jóvenes ocupados está integrada por 6 miembros y el número de hermanos

que tiene es 1.

40

Además, el 30.8 por ciento de los jóvenes ocupados estudia, mientras que el 69.2 por

ciento no lo hace (Cuadro 3.12). En el caso de los ocupados que no estudian, el 33.1 por

ciento cuenta con estudios superiores completos y el 12.4 por ciento incompletos, en tanto

el 33.9 por ciento tiene secundaria completa, en contraste con el 20.3 por ciento que

alcanza educación secundaria incompleta o menos.

3.7.2 Sector económico de los jóvenes ocupados

El empleo no se reduce a los ingresos y beneficios que proporciona. Incluye también

los productos que, en parte, genera y determina lo que son las personas y la forma como se

relacionan con otros miembros de la sociedad (Banco Mundial, 2012). El comercio y los

servicios absorben en mayor medida al grupo de jóvenes ocupados, y por eso, los

productos que se derivan del empleo en esos sectores son un desafío para el desarrollo del

colectivo juvenil.

El 71 por ciento de los jóvenes ocupados trabaja en actividades vinculadas a los

servicios, en especial el comercio y la reparación de vehículos (25.1 por ciento), seguido

por la industria (22.9 por ciento). Destaca la participación de los hombres en la

construcción; y en el caso de las mujeres, su presencia en el comercio es mayor que la de

los hombres (Cuadro 3.18).

Cuadro 3.18 Jóvenes ocupados por grupo de actividad económica, según sexo

Código de actividad

Hombre Mujer Total

Absoluto

% Absolut

o %

Absoluto

%

Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca 106 598 5.1 92 184 5.5 198 782 5.3

Explotación de minas y canteras 29 221 1.4 13 699 0.8 42 920 1.1

Industria manufacturera 311 787 14.8 236 055 14.1 547 842 14.5 Suministro de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado 5 879 0.3 0 0.0 5 879 0.2 Suministro de agua; evacuación de aguas residuales, gestión de desechos y descontaminación 5 879 0.3 0 0.0 5 879 0.2

Construcción 296 295 14.1 10 910 0.7 307 204 8.1 Comercio al por mayor y al por menor; reparación de vehículos automotores y motocicletas 430 990 20.5 517 196 31.0 948 186 25.1

Transporte y almacenamiento 251 979 12.0 26 691 1.6 278 670 7.4

Actividades de alojamiento y de servicio de comidas 136 165 6.5 157 605 9.4 293 770 7.8

Información y comunicaciones 75 855 3.6 48 510 2.9 124 365 3.3

Actividades financieras y de seguros 40 979 2.0 39 931 2.4 80 910 2.1

Actividades inmobiliarias 2 939 0.1 3 248 0.2 6 188 0.2

Actividades profesionales, científicas y técnicas 81 733 3.9 52 217 3.1 133 951 3.6

Actividades de servicios administrativos y de apoyo 46 011 2.2 55 006 3.3 101 017 2.7 Administración pública y defensa; planes de seguridad social de afiliación obligatoria 88 062 4.2 73 366 4.4 161 428 4.3

Enseñanza 46 011 2.2 94 479 5.7 140 489 3.7 Actividades de atención de la salud humana y de asistencia social 4 409 0.2 67 081 4.0 71 490 1.9 Actividades artísticas, de entretenimiento y recreativas 84 275 4.0 52 923 3.2 137 199 3.6

Otras actividades de servicios 52 737 2.5 33 187 2.0 85 924 2.3

Actividades de los hogares como empleadores 8 818 0.4 96 103 5.8 104 921 2.8

Total 2 106 622 100.0

1 670 391 100.0

3 777 013 100.0

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

41

3.7.3 Grupo ocupacional de los jóvenes ocupados

Respecto al tipo de ocupación de los jóvenes, se puede observar que el 22.3 por ciento

se desempeña como obreros, siendo más alta la presencia de hombres, y el 24 por ciento

son trabajadores no calificados. De cada 5 jóvenes 1 es trabajador calificado en empleos en

sectores como los servicios, la protección, la seguridad y las ventas (20.5 por ciento), y 1

de cada 10 son jefes o empleados de oficina (10 por ciento); en estos últimos dos casos es

mayor la participación de las mujeres. En cambio, es menor la participación de los jóvenes

en el mercado de trabajo como técnicos (13.9 por ciento) y profesionales (7.1 por ciento).

Gráfico 3.7 Distribución de los jóvenes por grupo ocupacional, según sexo

Nota: Otros comprende a miembros de los poderes Ejecutivo y Legislativo, trabajadores calificados, agricultores, agropecuarios, pesqueros, miembros de las Fuerzas Armadas y Policiales.

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

Si se observa la ocupación con un nivel de tres dígitos, más detallado, se puede

apreciar que los jóvenes ocupados están situados con mayor frecuencia como comerciantes

y vendedores (14.2 por ciento), conductores de vehículos (5.9 por ciento) y personal de

servicios (4.2 por ciento). No obstante, existen ciertas diferencias por sexo: el 20 por ciento

del total de mujeres se desempeña como comerciantes y/o vendedoras, más del doble que

el porcentaje de los hombres (9.5 por ciento del total). Lo contrario ocurre con los hombres

ocupados como conductores de vehículos (10.4 por ciento), albañiles o ayudantes de

albañiles (9.9 por ciento) y mecánicos de vehículos (3.5 por ciento), ocupaciones que no se

reportan como frecuentes en el caso de las mujeres (Cuadro 3.19).

Otras ocupaciones frecuentes en las que trabajan las mujeres son: auxiliares de

administración, contabilidad, derecho y otros (4.6 por ciento), secretarias u operadoras de

máquinas de oficina (3.7 por ciento) y empleadas de hogar (5.7 por ciento), todos empleos

infrecuentes en los hombres.

7.1

13.9

10.0

20.5

10.8

11.5

24.0

2.3

5.5

13.2

8.5

14.4

13.7

19.9

21.8

3.1

9.2

14.7

11.8

28.1

7.3

0.9

26.7

1.4

0 10 20 30

Profesionales, científicos e intelectuales

Técnicos de nivel medio y trabajadores asimilados

Jefes y empleados de oficina

Trabajadores calificados, en servicios, protección,seguridad venta, comercialización

Obreros operarios en industrias de manufactura,minería, petróleo

Obreros operarios en industrias de construcción,confección, producción de papel, cartón

Trabajadores no calificados

Otros

%

Mujer

Hombre

Total

42

Cuadro 3.19 Distribución del empleo juvenil por sexo, según ocupaciones más frecuentes

Hombre Mujer Total

Ocupaciones % Ocupaciones % Ocupaciones %

Conductores de vehículos de motor

10.4 Comerciantes vendedores al por menor

15.5 Comerciantes vendedores al por menor

10.6

Comerciantes vendedores al por menor

6.7 Empleado del hogar 5.7 Conductores de vehículos de motor

5.9

Ayudante de albañil 5.3 Personal de servicios 4.7 Personal de servicios 4.2

Albañiles 4.6 Auxiliares en administración, contabilidad, derecho y otros

4.6 Comerciantes vendedores al por mayor

3.6

Personal de servicios 3.8 Comerciantes vendedores al por mayor

4.5 Azafata, barman, mozo 3.0

Mecánicos de vehículos de motor

3.5 Limpiadores de oficinas, hoteles y otros establecimientos

4.0 Ayudante de albañil 3.0

Comerciantes vendedores al por mayor

2.8 Secretarias y operadoras de máquinas de oficina

3.7 Peón agrícola, agricultores 2.8

Peón agrícola, agricultores

2.7 Azafata, barman, mozo 3.5 Empleado del hogar 2.7

Azafata, barman, mozo 2.6 Maestro de enseñanza primaria

2.9 Auxiliares en administración, contabilidad, derecho y otros

2.7

Supervisor, inspector de obras y control de calidad

1.7 Peón agrícola, agricultores 2.9 Limpiadores de oficinas, hoteles y otros establecimientos

2.6

Total ocupada (absoluto)

2 106 622 Total ocupada (absoluto) 1 670 381 Total ocupada (absoluto) 3 777 003

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

3.7.4 Situación en el empleo

En el Perú urbano, los jóvenes ocupados se insertan básicamente como asalariados,

67.1 por ciento (empleados y obreros en empresas), y en calidad de empleador y/o patrono,

2.6 por ciento16

. Las categorías más precarias concentran el 30.1 por ciento de la mano de

obra juvenil, como trabajadores independientes (17.4 por ciento), trabajadores familiares

no remunerados (10.3 por ciento) y trabajadores del hogar (2.4 por ciento)17

(Cuadro 3.20).

Las diversas formas de entrada de los jóvenes al mercado de trabajo tienen efectos en

su empleabilidad y en las posibilidades futuras de lograr un trabajo decente porque, o se

desempeñan en ocupaciones tan precarias como trabajador no remunerado, o realizan

actividades que conllevan mayores riesgos, como un trabajo por cuenta propia, a diferencia

de otros con experiencias laborales de trabajo asalariado diversas, que están en empresas de

tamaños variados, según el número de trabajadores. También sucede que la iniciativa

empresarial que emprendieron algunos jóvenes puede ser un camino hacia el trabajo

decente y hacia la empresa sostenible (OIT, 2012a). En este caso, es necesario observar a

los jóvenes por cuenta propia.

16 El limitado número de casos recogido en la encuesta no permite analizar esta categoría

ocupacional con mayor nivel de desagregación.

17 Ibídem.

43

Cuadro 3.20 Jóvenes ocupados según categoría ocupacional

Categoría de ocupación Hombre Mujer Total

Total 2 106 622 1 670 390 3 777 012

(%) 100.0 100.0 100.0

Empleador o patrono 3.0 2.0 2.6

Trabajador independiente 20.0 14.1 17.4

Asalariados 68.6 70.6 69.5

Empleados y obreros 68.3 65.5 67.1

Empleado 33.8 52.0 41.8

Obrero 34.5 13.5 25.2

Trabajador del hogar (0.3) 5.0 2.4

Trabajador familiar no remunerado 8.2 13.1 10.3

Otro (0.2) (0.2) (0.2)

Nota: ( ) Distribuciones de escasa confiabiliada (n<30 casos).

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

Para lograr un trabajo decente, los jóvenes deben articular sus objetivos a corto,

mediano y largo plazo, considerando el ciclo de vida y la trayectoria personal (OIT, 2007).

Conviene que este itinerario se inicie con espacios para la formación que combinen con la

acumulación gradual de experiencia laboral y/o la iniciativa empresarial.

Es importante destacar que el 44.7 por ciento de los jóvenes ocupados señala que sus

metas personales se asocian a tener éxito en el trabajo y el 31.8 por ciento a lograr una

buena vida familiar (Cuadro 3.10). Tales metas se confrontan con la realidad laboral que

experimentan. También existen diferencias de género muy marcadas: la población

masculina tiene mayor participación como obrero, y es más alta la participación femenina

como empleada, trabajadora no remunerada y trabajadora del hogar. Las diferencias son

menores en la categoría de trabajador independiente (Cuadro 3.20).

3.7.5 Trabajadores por cuenta propia

Este grupo está conformado por trabajadores independientes (17.4 por ciento) y

empleadores (2.6 por ciento). Un porcentaje mayor de trabajadores hombres jóvenes que de

trabajadoras mujeres jóvenes se encuentran en estas dos subcategorías de autoempleo.

(Cuadro 3.20).

Son diversas las razones que motivan a un joven elegir trabajar de forma

independiente en lugar de hacerlo para un empleador (Gráfico 3.8), siendo las principales:

tener más independencia (42.3 por ciento) y un horario de trabajo más flexible (23.1 por

ciento); sin embargo, los principales problemas que enfrentan para que su emprendimiento

prospere son la competencia en el mercado (45 por ciento) y la insuficiencia de recursos

financieros (20.4 por ciento).

44

Grafico 3.8 Jóvenes que trabajan por cuenta propia, según principal razón de ser independientes y problemas que enfrentan

Nota: Otras razones incluye: Solicitado por la familia y mayor nivel de ingreso. Otros problemas incluye: Calidad insuficiente del personal, experiencia insuficiente (personal) en la actividad, disposiciones jurídicas, escasez de materia prima, escasez de mano de obra, incertidumbre política, acceso a la tecnología, desarrollo de productos.

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

Los datos de la Encuesta Nacional de la Juventud (ENAJUV) 2011 reflejan que la

mitad de los jóvenes considera que una característica de la juventud es ser emprendedora.

Sin embargo, es preciso resaltar que existe un “túnel de emprendimiento”18

que se

estrecharía rápidamente para los jóvenes, precisando que pocos podrán mostrar su

verdadero potencial emprendedor (Tueros, 2007). En el Perú urbano, 2 de cada 10 jóvenes

ocupados se declara empleador.

Diversos estudios en países específicos indican que a menudo los negocios que

inician son una respuesta defensiva a la falta de oportunidades laborales y, en

consecuencia, muchos de quienes inician negocios lo hacen por necesidad de ingresos y no

por haber detectado una oportunidad empresarial (OIT, 2007). Los resultados de la ETET

muestran resultados contradictorios. La mayoría de los jóvenes trabajadores por cuenta

propia eligió trabajar en forma independiente por razones “positivas”, por ejemplo, para

ganar más independencia (42.4 por ciento), tener un horario de trabajo más flexible (23.1

por ciento) o un mayor nivel de ingreso (4.1 por ciento), antes que por razones que

impliquen una preferencia por el trabajo remunerado (Cuadro 3.21). Solo un 16.7 por

ciento de los jóvenes trabajadores por cuenta propia indicó que no podía encontrar un

trabajo remunerado.

18 Del total de jóvenes ocupados, un porcentaje se declara emprendedor; pero no siempre los que

tienen vocación de emprendedor piensan iniciar un negocio. Al cabo, un número reducido de ellos

inician realmente un negocio.

16.7%

42.3%

23.1%

12.2%

5.7%

0% 20% 40% 60%

Se inscribió en una oficinade empleo/publicó

respondió avisos de…

Más independencia

Horario de trabajo másflexible

Mayor nivel de ingreso

Otras razones

Razones

20.4%

45.0%

7.0%

27.6%

0% 20% 40% 60%

Recursos financierosinsuficientes

Competencia en elmercadeo

Ninguno

Otro

Problemas

45

Cuadro 3.21 Jóvenes que trabajan por cuenta propia, razón por la que eligieron trabajar en forma independiente en lugar de hacerlo para un empleador

Razón Total Hombre Mujer

Absoluto % Absoluto % Absoluto %

No encontró trabajo por una remuneración 125 755 16.7 78 621 16.2 47 134 17.5

Más independencia 319 477 42.4 219 420 45.3 100 057 37.1

Horario de trabajo más flexible 174 253 23.1 102 759 21.2 71 494 26.5

Mayor nivel de ingreso 92 174 12.2 68 731 14.2 23 443 8.7

Solicitado por la familia 30 641 4.1 4 409 0.9 26 232 9.7

Otra razón 12 137 1.6 10 513 2.2 1 624 0.6

Total 754 438 100.0 484 453 100.0 269 984 100.0

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

3.7.6 Trabajadores asalariados en empresas

Las empresas son la fuente más importante de trabajo para los jóvenes. Mientras en el

núcleo de la fuerza laboral del sector formal continúa siendo preponderante el contrato de

plazo indeterminado, las nuevas contrataciones se caracterizan con mayor frecuencia por

ser más inestables y tener condiciones laborales deterioradas. De persistir estas tendencias,

con el transcurso del tiempo podría ocurrir una transformación profunda de las relaciones

laborales (Weller, 2006). Este comportamiento se observa tanto en los adultos como en los

jóvenes. El empleo temporal o flexible crece debido a la aparición e impulso de nuevas

modalidades de formación y contratación flexible que se promovieron en el país en la

década de los noventa.

Los jóvenes asalariados que tienen un contrato escrito son 16 pp. menos que aquellos

con solo un acuerdo verbal (42 por ciento y 58 por ciento, respectivamente), lo que revela

la fragilidad de la situación laboral juvenil (Cuadro 3.22).

Cuadro 3.22 Jóvenes asalariados por tipo de contrato, según sexo

Hombre Mujer Total

Total (absoluto) 1 446 045 1 178 474 2 624 519

Total (%) 100.0 100.0 100.0

Contrato escrito 41.0 43.4 42.0

Acuerdo verbal 59.0 56.6 58.0

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

Al examinar el tiempo de duración del contrato o acuerdo verbal resalta que 2.2

millones de jóvenes asalariados (84.5 por ciento de estos) se encuentra en un empleo por

tiempo determinado o limitado y sólo el 15.4 declara tener un contrato de duración

ilimitada (plazo indefinido). Las modalidades de contratación a plazo determinado que

señala la norma vigente son utilizadas por los empleadores para contar con trabajadores

jóvenes en períodos cortos, ajustados a las necesidades de sus operaciones productivas, sea

formalmente a través de contratos escritos o de manera verbal, sin registro alguno.

Un aspecto relevante en el empleo asalariado es su duración. El contrato o acuerdo de

duración limitada más frecuente entre los jóvenes asalariados es el menor de 12 meses (77

por ciento) y para el 6.8 por ciento es con una duración mayor de 36 meses (Cuadro 3.23).

46

Cuadro 3.23 Jóvenes asalariados con contrato o acuerdo actual por tiempo limitado y razones de la duración, según sexo

Duración de contrato Hombre Mujer Total

Total (absoluto) 1 220 123 999 720 2 219 843

Total (%) 100.0 100.0 100.0

Menos de 12 meses 77.5 76.5 77.0

De 12 meses a menos de 36 meses 13.9 17.6 15.6

36 meses o más 7.7 5.7 6.8

No especificado 0.9 0.2 0.5

Motivos del contrato limitado en el tiempo

Formación en el lugar de trabajo, prácticas 4.0 6.8 5.2

Período de prueba 4.4 4.0 4.2

Trabajo estacional 70.7 70.9 70.8

Ocasional trabajo por días 13.1 8.1 10.9

Servicio o tarea específica 5.1 4.7 4.9

Otro1 2.6 5.5 3.9

1 Incluye trabajo por reemplazo, programa de trabajo, otra razón y no especificado.

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

Según los jóvenes asalariados con contrato o acuerdo a plazo determinado o limitado,

el motivo más frecuente de esta duración es la estacionalidad del empleo (70.8 por ciento)

o temporalidad (ocasional) (10.9 por ciento) (Cuadro 3.23). Otras razones incluyen el

período de formación en el lugar de trabajo (5.2 por ciento), de prestación de servicio

específico (4.9 por ciento) y el período de prueba (4.2 por ciento). Si la formación en el

lugar de trabajo se vincula a las Modalidades Formativas Laborales, la suscripción de los

convenios se rige por la normativa propia y no genera vínculo laboral; algo similar ocurre

con los contratos de aprendizaje.

Por definición, los jóvenes empiezan a menudo con condiciones de trabajo precarias,

probablemente debido a menores expectativas, formación y experiencia; y recién cuando se

hacen menos sustituibles para las empresas empiezan a adquirir mayores o mejores niveles

de protección. Esta situación es aprovechada por las empresas porque se adecúan mejor a

sus necesidades (Chacaltana, 2006). Los jóvenes no necesariamente aspiran al mejor

empleo al inicio de su vida laboral, y asumen sus primeros pasos en el mercado de trabajo

como parte de un proceso formativo y de adaptación, donde acumulan activos que pueden

servirles para su vida laboral futura (OIT, 2007). Sin embargo, la primera inserción es

clave para el futuro pues influye en la forma como los jóvenes construyen sus expectativas,

aspiraciones y trayectorias.

A pesar de la corta duración de sus contratos, los jóvenes trabajadores que expresan

satisfacción con su situación contractual (77.5 por ciento) más que triplican a los

insatisfechos (22.5 por ciento). El 25.5 por ciento de los jóvenes trabajadores asalariados19

están satisfechos con la forma de contratación, pues perciben que las condiciones de su

contrato les dan una oportunidad de desarrollo personal; el 23.3 por ciento considera que

les brinda la seguridad laboral que requiere; y el 22.8 por ciento señala que les proporciona

la flexibilidad necesaria (Gráfico 3.9). Además, el 5.8 por ciento de jóvenes asalariados

considera que la remuneración que percibe es suficientemente alta para no preocuparse de

los términos del contrato.

19 Asalariados comprende a empleados, obreros y trabajadores del hogar.

47

Un segmento juvenil de los trabajadores asalariados afirma que las condiciones del

contrato no les brindan seguridad laboral (9.1 por ciento), o no reciben los mismos

beneficios que otros trabajadores (5.5 por ciento), o no los conduce al desarrollo personal

(5.9 por ciento). Debe considerarse que el ingreso al mundo laboral en un empleo precario

puede comprometer una trayectoria futura de trabajo decente, por lo que se espera que a

medida que se incrementan la educación y la experiencia laboral, pueda mejorar la calidad

de los empleos conseguidos (Chacaltana y Ruiz, 2012).

Gráfico 3.9 Jóvenes asalariados según percepción de las condiciones del contrato

Nota: Asalariados comprende a empleados, obreros y trabajadores del hogar.

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

Los niveles de satisfacción también varían según nivel educativo. Existe alta

satisfacción en el caso de los trabajadores asalariados de menor nivel educativo (primaria)

y los de mayor nivel educativo (educación superior universitaria y posgrado, completo e

incompleto) (Cuadro 3.24). Asimismo, la percepción de las condiciones del contrato varía

según la condición económica del hogar, siendo mayor la satisfacción en los hogares con

una situación económica estable y menor en aquellos más pobres. La interpretación de este

hecho podría ser que los trabajadores jóvenes de los hogares de ingresos más estables

tienen menos presión en relación con la seguridad del contrato, puesto que sus salarios son

menos esenciales para la supervivencia de la familia.

Solo un segmento de los jóvenes asalariados con contrato accede a alguno de los

beneficios que señala la legislación laboral vigente o de concesiones adicionales por parte

de los empleadores (Cuadro 3.25). La relación contractual laboral convierte a los jóvenes

en sujetos de derecho; sin embargo, únicamente el 32 por ciento del total de jóvenes

asalariados con contrato está asegurado en salud (Seguro Social de Salud, ESSALUD),

otros son licencia por enfermedad (26.7 por ciento), maternidad y/o paternidad (18.2 por

ciento), derecho a vacaciones (27.6 por ciento), jubilación (18.3 por ciento); pago de horas

extras (32 por ciento) e indemnización por despido (17.5 por ciento), seguridad en el

trabajo y/o vestimenta de protección (26.9 por ciento). Los beneficios adicionales

reportados solo por un segmento de los jóvenes asalariados con contrato o acuerdo verbal

son: alimentación (32.3 por ciento), transporte (21.0 por ciento), bonificación por buen

23.3

22.8

5.8

25.5

0.3

9.1

1.1

5.5

5.9

0.9

0 10 20 30

Le da la seguridad laboral que necesita

Le da la flexibilidad que necesita

La remuneración es lo bastante alta como para que nose preocupe por los términos del contrato

Le da una oportunidad de desarrollo personal/laboral

Otra razón (satisfecho)

No le da la seguridad laboral que necesita

No le da la flexibilidad que necesita

No recibe los mismos beneficios que otros empleados

No le conduce a un desarrollo personal / laboral

Otra razón (no satisfecho)

%

48

desempeño (21.1 por ciento), cursos de capacitación (19.7 por ciento) y seguro médico

(10.9 por ciento), entre otros.

Cuadro 3.24 Tasa de satisfacción de las condiciones del contrato de los jóvenes asalariados por nivel educativo y condición económica del hogar, según sexo

Nivel educativo Hombre Mujer Total

Primaria y menos1 92.3 69.6 78.8

Secundaria 74.1 69.4 72.3

Superior no universitaria 80.4 72.7 76.7

Superior universitaria y posgrado 85.2 87.2 86.2

Condición económica del hogar

Muy estable / estable 87.8 84.1 86.2

Más o menos estable 73.6 72.1 73.0

Más o menos pobre / pobre 68.9 58.6 63.5

Notas: Asalariados comprende a empleados, obreros y trabajadores del hogar. Nivel educativo se refiere a nivel educativo completo e incompleto. 1 El valor es solo referencial en el caso de las mujeres por el limitado número de casos.

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

Cuadro 3.25 Jóvenes asalariados por beneficios y / o derechos reportados, según sexo (%)

Hombre Mujer Total

Transporte 22.2 19.4 21.0

Comida 31.7 33.0 32.3

Vacaciones 27.5 27.7 27.6

Licencia por enfermedad 27.6 25.6 26.7

Jubilación 19.8 16.6 18.3

Indemnización por despido 19.0 15.6 17.5

Horas extras 34.7 28.8 32.0

Seguro médico privado 14.3 6.8 10.9

Bonificación por buen desempeño 21.3 20.8 21.1

Contribución al Seguro Social de Salud (ESSALUD) 32.2 31.7 32.0

Cursos educativos o de formación 20.4 18.8 19.7

Seguridad en el trabajo o vestimenta de protección 32.5 20.0 26.9

Licencia por maternidad / paternidad 14.8 22.5 18.2

Otros 6.0 4.0 5.1

Total 100 100 100

Nota: Otros incluye guardería infantil y otros derechos.

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

3.7.7 Tamaño de empresa

La estructura productiva y ciertas características de la institucionalidad laboral limitan

las posibilidades de una inserción ascendente en el mercado de trabajo (Weller, 2006). En

los países latinoamericanos, las empresas de menor tamaño se caracterizan por su baja

productividad, escaso nivel tecnológico e informalidad, que redunda en incumplimiento de

regulaciones, como las laborales; es también el caso del Perú (Gráfico 3.10). El empleo

juvenil no solo se traduce en condiciones laborales precarias, sino que además la

acumulación de experiencia laboral no es reconocida; es una de las dificultades que tienen

los jóvenes para conseguir un empleo.

49

El 58.9 por ciento por ciento de los jóvenes ocupados trabaja en empresas de menor

tamaño (menos de 10 personas) y un 24.7 por ciento en empresas de más de 50 trabajadores.

Gráfico 3.10 Distribución de los jóvenes ocupados, según tamaño de empresa

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

3.7.8 Horas de trabajo

Según la legislación laboral peruana, los trabajadores pueden trabajar 8 horas diarias o

48 semanales, y además realizar horas extras sujetas a pago adicional. En el Perú urbano,

en promedio, el número de horas efectivas de trabajo semanal en la actividad principal de

un joven es de 41 horas, con diferencias entre hombres (42 horas) y mujeres (39 horas). El

23.7 por ciento trabaja menos de 24 horas a la semana, y el 34.7 por ciento más de 48 horas

(Gráfico 3.11). Es preocupante que el 15.4 por ciento de los jóvenes ocupados de ambos

sexos trabaje más de 60 horas a la semana.

Gráfico 3.11 Distribución de los jóvenes ocupados por número de horas trabajadas por semana, según sexo

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

Hasta 5 personas,

46.1%

Entre 5 y 9 personas,

12.8%

Entre 10 y 19 personas, 8.7%

De 20 a 49 personas, 7.5%

De 50 a 499 personas,

12.3%

Más de 500 personas,

12.4%

20.9

41.6

20.9

16.6

27.2

41.5

17.4

14.0

23.7

41.5

19.3

15.4

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

Menos de 24 24 a 48 49 a 60 Más de 60

% Hombre

Mujer

Total

50

El 57 por ciento de jóvenes trabajadores familiares auxiliares (no remunerados)

trabaja menos de 24 horas, seguido por los trabajadores independientes (37 por ciento) y el

promedio de horas efectivas que trabajan es de 23 y 36, respetivamente. Los asalariados

trabajan en promedio 45 horas efectivas, sin embargo, también el 24 por ciento de ellos

trabaja más de 48 y menos de 60 horas; y el 21 por ciento de independientes y el 15 por

ciento de los asalariados trabaja más de 60 horas a la semana (Gráfico 3.12) lo que

significa menor tiempo disponible para efectuar otras actividades de desarrollo personal y

social.

Gráfico 3.12 Distribución de los jóvenes ocupados por categoría ocupacional, según número de horas trabajadas por semana

Nota: En la categoría de Trabajador familiar auxiliar, el valor es solo referencial para aquellos que trabajan 49 horas y más por el limitado número de casos.

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

3.7.9 Ingresos mensuales

La remuneración mínima establecida en el Perú es de 750 nuevos soles que equivale

aproximadamente a US$ 27420

. El promedio de ingreso mensual de los jóvenes asciende a

S/. 841 nuevos soles (equivalente a US$ 307), siendo más alto el ingreso promedio de los

hombres (S/.954, US$ 348) que el de las mujeres (S/. 693.4, US$ 253), por debajo de la

remuneración mínima21

. Resalta que el 47.9 por ciento de los jóvenes tiene un ingreso

menor a S/. 700 (US$ 255), mientras que en el caso de las mujeres el porcentaje es superior

(57.2 por ciento) (Gráfico 3.13). Asimismo, el 26.6 por ciento de los jóvenes gana más de 1

000 nuevos soles (US$ 365).

20 Salvo una indicación en contrario, se utiliza un tipo de cambio de 2.74 nuevos soles (S/.) por 1

dólar (US$).

21 La mediana de los ingresos de los jóvenes es menor (S/. 774, equivalente a US$ 282), y

diferenciada entre varones (S/.700, US$ 255) y mujeres (S/.600, US$ 219).

15 16

37

57

47 44

30 29 24 23

13

5

13 18

21

9

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

Empleado Obrero Trabajadorindependiente

Trabajador familiarauxiliar

Menos de 24 horas De 24 a 48 horas De 49 a 60 horas Más de 60 horas

51

Gráfico 3.13 Ingreso mensual de los jóvenes ocupados por número de horas trabajadas, según sexo

(1) Comprende pago en especie, no sabe / rechazo y no especifica.

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

El promedio de ingreso mensual de los jóvenes asalariados (S/. 869.1, equivalente a

US$ 317) es superior al que tienen los jóvenes trabajadores independientes (S/. 716.6, US$

262).

La educación y la capacitación son esenciales para que los jóvenes puedan

incorporarse al mercado laboral con éxito dado que incrementan su productividad y

empleabilidad potencial. En la encuesta se confirman las diferencias remuneracionales de

los jóvenes según nivel educativo en el Perú urbano (Gráfico 3.14). Además, las

diferencias por sexo son notorias, las mujeres que trabajan sufren discriminación y reciben

salarios más bajos que los hombres; las diferencias de remuneración son mayores entre

quienes solo han alcanzado algún grado de educación primaria; es probable que la fuerza

física que se requiere de los peones, mayoritariamente provista por hombres con baja

calificación, torne más notoria la diferencia; la brecha se reduce en quienes cursan o han

cursado la educación superior. Un aspecto singular es que las diferencias de la

remuneración mensual total promedio según niveles educativos22

son poco significativas.

22 El sistema educativo y de capacitación no preparan adecuadamente a los jóvenes para el mundo

laboral. Como principales demandantes de mano de obra, las empresas enfrentan acelerados

cambios económicos y tecnológicos. Para abordarlos deben ajustar su forma de producir, por lo que

aumentan y varían sus requisitos en relación con las calificaciones de su fuerza laboral, tanto

respecto de las habilidades y conocimientos técnicos y profesionales (hard skills), llamadas

“ ”, g ,

capacidades de comunicación, de trabajo en equipo y solución de problemas (soft skills), llamadas

“ ”.

40.8

12.1 12.6

19.0 14.9

0.6

57.2

17.3

9.3 9.9 5.7

0.7

47.9

14.3 11.2

15.1 10.9

0.6 0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

Menos de 700soles

Entre 700 y 800soles

Más de 800 a1.000 soles

Más de 1.000 a1.500 soles

Más de 1.500soles

Otros (1)

Hombre Mujer Total

52

Gráfico 3.14 Ingreso promedio mensual de los jóvenes ocupados por nivel educativo, según sexo (en nuevos soles)

Nota: Se refiere a nivel educativo completo e incompleto.

1 Tiene únicamente valor referencial por presentar pocos casos.

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

3.7.10 Desajuste ocupacional

La formación y el aprendizaje permanente generan un círculo virtuoso que promueve

la empleabilidad, la productividad, el aumento de los ingresos y el desarrollo (OIT, 2012a).

Sin embargo, existen diversas fallas en el sistema educacional y en el mercado de trabajo

que son factores de distorsión para lograr una adecuación entre la educación que alcanza un

joven y la ocupación que desempeña. Un desfase entre las características de la educación y

de la demanda laboral tiende a cerrar el canal de la movilidad social, con lo que se agravan

los problemas estructurales de la mala distribución del ingreso.

La subeducación se entiende como aquella situación en que las personas que poseen

cierto nivel de escolaridad o calificación se desempeñan en ocupaciones que requieren un

nivel mayor de calificación que el alcanzado en su educación. La sobreeducación es lo

contrario, cuando una persona está en un trabajo utilizando niveles de competencias por

debajo de las que obtuvo con su grado de educación. Por ejemplo, un graduado

universitario que trabaja como vendedor (ocupación no manual de baja calificación) está

sobreeducado, mientras un graduado de la escuela secundaria que trabaja como ingeniero

(ocupación no manual de alta calificación) está subeducado.

En el mercado de trabajo juvenil nacional urbano, los jóvenes sobreeducados

representan el 30.3 por ciento de los jóvenes trabajadores ocupados y los jóvenes

subeducados son el 17.4 por ciento del citado total; el resto (52.3 por ciento) tiene un buen

nivel de ajuste entre la formación recibida y la ocupación desempeñada (Cuadro 3.26). El

fenómeno de la sobreeducación suele ocurrir cuando hay un número insuficiente de puestos

de trabajo que coinciden con un determinado nivel de educación. El desequilibrio entre la

oferta y la demanda obliga a algunos graduados a aceptar un empleo disponible para el que

están sobrecalificados. La consecuencia es que la juventud sobreeducada probablemente

gana menos de lo que él o ella podrían obtener y tampoco están entregando su mayor

potencial productivo. Los trabajadores subeducados pueden tener un grave impacto en la

productividad del trabajo y transformarse un obstáculo importante para el crecimiento

707.77

739.47

911.41

942.48

1 115.91

814.65

1 080.61

1 050.10

414.66

601.02

730.51

823.07

- 500.00 1,000.00 1,500.00

Primaria y menos (1)

Secundaria

Superior no universitaria

Superior universitaria yPostgrado

Nuevos soles

Mujer

Hombre

Total

53

económico, aunque también pueden afectar al joven trabajador en términos de su

autoconfianza.

En los casos de desajuste, se requeriría prestar atención especial a las competencias de

los jóvenes para mejorar su empleabilidad y revisar las políticas educativas y de formación

profesional con el fin de mejorar la calidad y pertinencia de la oferta educativa de nivel

básico y superior.

Cuadro 3.26 Jóvenes ocupados con sobreeducación o subeducación, según sexo

Sexo Sobreeducados Subeducados Ajuste Total

Total 783 707 448 498 1 351 632 2 583 837

(% filas) 30.3 17.4 52.3 100.0

Hombre 392 553 283 690 765 272 1 441 515

(% filas) 27.2 19.7 53.1 100.0

Mujer 391 154 164 808 586 360 1 142 322

(% filas) 34.2 14.4 51.3 100.0

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

4. La transición y sus etapas

4.1 Conceptos y definiciones utilizadas23

El paso de las personas desde la escuela al mercado laboral constituye un proceso que

puede ser fácil para unos, mientras que para otros puede significa enfrentar mayores retos y

en algunos casos incluso llegar a erigirse en trabas complejas de superar, tal como se ha

descrito en los capítulos anteriores, referidos a las oportunidades y condiciones de empleo

de los jóvenes. Un aspecto clave para estudiar la transición es determinar en qué momento

se considera que esta culminó. La literatura sobre el tema considera simplemente el primer

empleo que tuvo el joven o el primer empleo acompañado de ciertas características.

En este documento se adopta la definición utilizada por la OIT, según la que se

considera la transición de la escuela al trabajo como el paso que da una persona joven (15 a

29 años) desde la finalización de su escolaridad –sea que haya culminado o no la educación

básica– hasta que obtiene un empleo estable o satisfactorio.

El empleo estable es definido por los términos del contrato de trabajo (que puede ser

escrito o verbal) y su duración (que debe ser de más de 12 meses), que ofrece al trabajador

una sensación de seguridad o estabilidad. Dado que la estabilidad es una característica

escasa en el empleo juvenil de las economías de países en desarrollo, la variable

“satisfacción” se incluyó al definir transición. Dicha variable es subjetiva y como tal puede

variar de un joven a otro, según como cada uno valore el ajuste de su situación en el

empleo actual con las cualificaciones, experiencia laboral y potencial que considere poseer.

Así, la transición al empleo se considerará completa cuando el joven encuentre el primer

empleo estable y/o sienta que este le brinda satisfacción personal; en cambio, la transición

no habrá culminado si no se cumplen esas condiciones.

23 Esta sección es adaptada de OIT (2013), capítulo 5.

54

A partir de esa definición, la OIT plantea que hay tres etapas en el proceso de

transición:

1. Transición completa – Una persona joven que ha completado la transición es la que

actualmente tiene:

a. un empleo estable, satisfactorio o no satisfactorio, o

b. un empleo satisfactorio pero temporal, o

c. un empleo por cuenta propia satisfactorio.

2. En transición – Una persona joven continúa en transición si se encuentra en una de las

siguientes situaciones:

a. actualmente desempleada (definición amplia), o

b. actualmente empleada en un empleo temporal y no satisfactorio, o

c. actualmente trabaja por cuenta propia y no esta satisfecha, o

d. actualmente esta inactiva y no asiste a la escuela ni recibe formación, aunque

tiene intención de buscar trabajo más adelante.

3. Transición no iniciada – Una persona joven cuya tranansición aún no se ha iniciado es

la que encuentra en una de las siguientes situaciones:

a. Sigue en la escuela y está inactiva (estudiantes inactivos), o

b. Actualmente inactiva y no asisite a la escuela ni recibe formación (no estucuiantes

inactivos), y no tiene intención de buscar trabajo.

De acuerdo con estos parámetros, la transición completa comprende a jóvenes

ocupados cuyo rasgo característico es que tienen una estabilidad superior a 12 meses en el

trabajo, o se sienten satisfechos con el empleo, pudiendo este ser autoempleo o temporal.

Tales características en el mercado laboral peruano no significan necesariamente que las

condiciones laborales sean adecuadas. La legislación laboral es flexible y permite la

contratación de trabajadores asalariados por períodos de tiempo definido, que pueden ser

muy breves (estacionales, incremento de demanda ocasional, atender pedidos especiales u

otras modalidades), lo que ha contribuido a la tendencia de decrecimiento de los contratos

de trabajo indefinidos y un aumento de los contratos a plazo fijo, de un año o menos. En

cuanto a los trabajadores por cuenta propia, son en su mayoría no calificados y se

caracterizan por tener ingresos promedio bajos y no contar con acceso a la protección

social, por lo que incluso si los jóvenes se sienten satisfechos, estos aspectos relativizan la

idoneidad de este tipo de empleos.

Los jóvenes en transición son el grupo más heterogéneo, pues lo integran

desempleados, ocupados no estables en situación insatisfactoria, o inactivos que no

estudian pero que tienen intención de insertarse en el mercado de trabajo más adelante.

En cambio, el grupo de los jóvenes que no inician la transición está compuesto

enteramente por inactivos, que pueden estar estudiando o que no lo hacen y sin intenciones

de insertarse en el mercado de trabajo. Estas características identifican a uno de los grupos

poblacionales cuya situación significa un reto para las políticas públicas.

4.2 Etapas de transición

En el Perú, de un total de más de 6.9 millones de jóvenes urbanos, algo más de la

mitad (50.9 por ciento) habían culminado su transición al empleo estable o satisfactorio,

pudiendo ser este último por cuenta propia o temporal; los jóvenes que estaban en

transición superaban la cuarta parte (25.4 por ciento), y quienes aún no iniciaban la

transición al empleo integraban el grupo más reducido (23.7 por ciento) (Gráfico 4.1).

55

Gráfico 4.1 Total de jóvenes por sexo, según etapa de transición

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

El estado de la transición es diferente si se observa de forma separada a jóvenes de

ambos sexos. Resalta que es mayor el porcentaje de hombres que concluyeron la transición

en comparación con las mujeres. Dichos resultados se encuentran asociados a las

diferencias que tienen las tasas de actividad y de desempleo de hombres y mujeres

(respectivamente, de 13.0 pp. a favor de los primeros, y de 3.6 pp. en contra de las

segundas). Esto sería atribuible a que las mujeres inactivas y desempleadas presionan el

grupo de aquellas todavía en transición.

Al diferenciar a los jóvenes según grupos etarios, es nítido que aquellos de 25 a 29

años tienen más probabilidades de haber realizado la transición completa que los de otros

grupos etarios. Destaca que de los más jóvenes (15 a 19 años), el 32.5 por ciento tenga

características que los clasifiquen en la transición completa, y que el 24.1 por ciento estén

en transición (Cuadro 4.1). Estos jóvenes se encuentran en edad escolar o de continuar su

formación y habrían optado por la actividad laboral o tendrían intención de iniciarla24

, lo

que disminuiría sus posibilidades de desarrollar las habilidades cognitivas necesarias para

integrarse más competitivamente al mercado laboral. Cifras anteriormente señaladas

destacan que los jóvenes pobres son quienes se concentran en las categorías de menor

escolaridad.

Los jóvenes con educación superior –universitaria y no universitaria– tienen mayores

probabilidades de culminar la transición, en comparación con los de otros niveles

educativos; asimismo, en este grupo se registra la menor proporción de jóvenes que aún no

iniciaron la transición. Estas cifras reflejarían una clara intención de los jóvenes que cursan

estudios superiores de trabajar o buscar trabajo; por otro lado, en el mercado laboral hay

demanda de recursos humanos con conocimientos y habilidades mayores a las adquiridas

en la educación básica25

.

24 Recuérdese que el 37.2 por ciento del total de jóvenes señaló no haber finalizado su educación

(básica escolar) o formación debido a motivos económicos, porcentaje que es un 27.7 por ciento en

los de 15 a 19 años.

25 El número de casos de jóvenes con educación primaria o menos es muy reducido y se toma solo a

título referencial.

57.7

44.2 50.9

18.0 32.6

25.4

24.3 23.2 23.7

0

20

40

60

80

100

Hombre Mujer Total

% Transición no iniciada

En transición

Transición completa

56

Considerando el conjunto de esta información, se puede afirmar que en el Perú

urbano, los jóvenes hombres de 25 a 29 años con educación superior no universitaria son

quienes tienen mayores probabilidades de culminar su transición al empleo.

Cuadro 4.1 Jóvenes por grupo etario y nivel educativo alcanzado, según etapa de transición

Etapa de transición (en %) Total

Variables Culminó la transición

En transición No empezó la

transición

Relativos Absolutos

Grupo etario

15 - 19 32.5 24.1 43.4 100.0 2 604 033

20 - 24 56.3 27.1 16.6 100.0 2 340 929

25 - 29 70.0 24.9 5.1 100.0 1 859 375

Nivel educativo completo

Primaria y menos 48.5 45.2 6.3 100.0 265 197

Secundaria 58.9 39.4 1.7 100.0 1 980 718

Superior no universitaria 77.3 22.4 0.3 100.0 971 059

Superior universitaria y posgrado

77.3 22.8 0 100.0 460 811

No especificado 48.5 45.2 6.3 100.0 265 197

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

4.2.1 Los jóvenes que aún no habían iniciado la transición

Los jóvenes que no habían iniciado su transición al empleo en 2012 eran más de 1.6

millones, con un leve predominio de hombres (50.7 por ciento); la mayoría era del grupo

etario de 15 a 19 años (70.1 por ciento) y casi todos estudiaban (96.6 por ciento) (Cuadro

4.2).

Cuadro 4.2 Jóvenes por etapa de transición, según sexo, grupo etario y participación en la educación (%)

Han terminado su transición

En transición Aún no han empezado

su transición

Sexo Hombre 56.2 35.2 50.7

Mujer 43.8 64.8 49.3

Grupo etario 15 - 19 24.4 36.4 70.1

20 - 24 38.0 36.8 24.1

25 - 29 37.6 26.8 5.9

Estudia actualmente Sí estudia 30.7 29.2 96.6

No estudia 69.3 70.8 3.4

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

La mitad de estos jóvenes estudiaba una carrera (universitaria o no universitaria) y el

48.7 por ciento cursaba el nivel secundario, lo que debe ser uno de los principales motivos

de la condición de inactividad en que están. El 3.4 por ciento de los jóvenes no estudiaba, y

de estos, el 95.4 por ciento tenía estudios secundarios o menos.

57

Los resultados se relacionan con el mayor acceso a la educación en el área urbana. Sin

embargo, los jóvenes que aún no terminan la educación secundaria y no estudian ni tienen

intenciones de trabajar conforman el grupo que constituye un problema social, pues se

encuentran en la etapa de la vida que deberían estar formándose y desarrollando sus

capacidades productivas para contar con habilidades cognitivas demandadas por el

mercado.

4.2.2 Los jóvenes en transición

El grupo de los jóvenes en transición se caracteriza por tener una alta presencia de

mujeres (64.8 por ciento) y relativamente la misma proporción de jóvenes de 15 a 19 años

(36.4 por ciento) y de 20 a 24 años (36.8 por ciento). La menor proporción de jóvenes de

25 a 29 años indicaría que, según aumenta la edad, los jóvenes consiguen un empleo

estable o satisfactorio aunque sea temporal o por cuenta propia y van trasladándose hacia

otras categorías de transición al empleo (Cuadro 4.2).

Un 29.2 por ciento de los jóvenes en transición estaba estudiando; de ellos, el 69.2 por

ciento cursa estudios de nivel técnico o superior universitario. El grupo mayor es el de los

jóvenes en transición que no estudian, con un 70.8 por ciento del total; el 73.6 por ciento ha

cursado el nivel secundario o menos, con las consecuencias que tiene sobre su potencial

productivo.

Destaca que la mitad de los jóvenes en transición estaba desempleado (definición

ampliada), 50.5 por ciento; los inactivos eran cerca de la tercera parte de los jóvenes (31.4

por ciento); y una minoría estaba ocupado (18.1 por ciento) (Cuadro 4.3).

La mitad de los jóvenes en transición enfrentan el desempleo (flexible) y alrededor de

la tercera parte, la inactividad unida al deseo de trabajar en el futuro. Ambas situaciones

explican el 81.9 por ciento de los jóvenes en transición. Una proporción menor se

encuentra trabajando en empleos temporales e insatisfactorios, incluido el trabajo por

cuenta propia. Los hombres y mujeres jóvenes en transición presentan diferencias

sustanciales, importantes de considerar en toda propuesta de políticas públicas. En los

hombres, el desempleo tiene gran peso, siendo menor la incidencia de la inactividad;

mientras que, entre las mujeres, ambos elementos son relevantes, aunque existe un mayor

número de estas en el desempleo.

Cuadro 4.3 Jóvenes en transición por subcategorías (%)

Subcategorías de transición Hombre Mujer Total

Total (absoluto) 607 512 1 118 878 1 726 390

En puesto de trabajo temporal e insatisfactorio 15.3 10.0 11.9

Trabajador por cuenta propia insatisfecho 11.1 3.6 6.2

Desocupado 59.1 45.9 50.5

Jóvenes no incluidos en la fuerza laboral que quieren trabajar en el futuro

14.5 40.5 31.4

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

4.3 Características de una transición exitosa

Los jóvenes que habían culminado la transición al empleo eran cerca de 3.5 millones,

la mayoría hombres (56.2 por ciento), aunque con una presencia importante de mujeres.

Debido a su composición etaria, los mayores de 20 años tenían mayores probabilidades de

culminar la transición (Cuadro 4.2).

58

Un comportamiento habitual de los jóvenes ocupados es que una minoría sigue

estudiando, situación que se repite en los jóvenes que culminaron la transición (30.7 por

ciento). Estos jóvenes generalmente siguen estudios superiores (77.3 por ciento); en tanto

que cerca de la mitad (46.6 por ciento) de los jóvenes que no estudiaban han cursado este

mismo nivel de estudios (Cuadro 4.4). Lo anterior significaría que estos jóvenes cuentan

con habilidades cognitivas y algún tipo de especialización, desarrolladas formalmente, lo

que les brindaría mayores probabilidades de conseguir un empleo.

Cuadro 4.4 Jóvenes con transición completa por nivel educativo, según condición de estudios actual (%)

Nivel educativo Estudia actualmente Nivel aprobado por los

que ya no asisten Total

Primaria y menos 0.5 4.5 3.2

Secundaria 21.9 49.0 40.6

Superior no universitaria 29.0 31.6 30.8

Superior universitaria y posgrado 48.3 15.0 25.3

No especificado 0.3

0.1

Total 1 065 180 2 379 083 3 444 263

100.0 100.0 100.0

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

Alrededor de 1 de cada 4 jóvenes que completaron su transición logró un empleo

estable, pudiendo ser este satisfactorio o insatisfactorio (26.0 por ciento). No obstante, la

mayoría de los jóvenes son considerados en esta etapa de la transición porque se

encuentran en un empleo temporal satisfactorio (43.8 por ciento). Las diferencias de género

no son relevantes en esta subcategoría, pero sí la edad.

Los jóvenes de 25 a 29 años registran la menor proporción de empleo temporal

satisfactorio (37.0 por ciento) y mayor porcentaje de empleo estable (32.9 por ciento);

mientras ocurre lo contrario en el caso de quienes tienen de 15 a 19 años. La formación y la

experiencia laboral acumulados, que son las diferencias entre estos jóvenes, brindan

mayores ventajas en el mercado laboral.

Gráfico 4.2 Jóvenes con transición completa por subcategorías, según sexo y grupo de edad

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

15.8

25.9

32.9

25.2

27.1

26.0

48.5

47.4

37.0

44.3

43.1

43.8

35.7

26.7

30.1

30.5

29.8

30.2

0% 20% 40% 60% 80% 100%

15 a 19

20 a 24

25 a 29

Hombre

Mujer

Total

En empleo regularsatisfactorio/ insatisfactorio

En empleo temporal perosatisfactorio

Trabajador por cuenta propiasatisfecho

59

El trabajo por cuenta propia satisfactorio permite que el 30.2 por ciento de los jóvenes

sean considerados en la categoría “transitados” (Gráfico 4.2). Los hombres más que las

mujeres se ubican en esta subcategoría; además, conforme aumentan en edad, parte de los

jóvenes provenientes de otras categorías como el empleo temporal satisfactorio optarán por

el trabajo por cuenta propia en el que están satisfechos.

4.4 Duración de la transición

El tránsito completo desde la escuela hacia el empleo demanda el uso de un período

de tiempo que puede ser extenso o breve, según los casos, que responde a diferentes

variables de oferta y demanda, como por ejemplo la información disponible en el mercado

laboral. Además, el tránsito puede ser directo o tener previamente una experiencia de

empleo temporal no satisfactorio o desempleo.

El tiempo más frecuente para que los jóvenes obtengan la transición completa al

empleo fue de 0 a 3 años (69.6 por ciento). Sin embargo, otros grupos de jóvenes señalaron

que llegar a encontrar un empleo con las características de la transición completa les tomó

de 3 a 6 años (14.9 por ciento), de 6 a 10 años (9.0 por ciento) y un grupo más reducido

(2.8 por ciento), señaló que pasaron sobre 10 años (Cuadro 4.5).

En los jóvenes de 15 a 19 años el tiempo más frecuente para culminar la transición

fue de 1 a 3 años, y después, menos de un año; asimismo, se observa que conforme se

incrementa el grupo etario de los jóvenes, aumenta el período de tiempo requerido para

culminar la transición. Al respecto, es posible que los jóvenes durante su trayectoria laboral

consideren en más de una ocasión que se encuentran en alguna de las categorías que los

clasifican como transición completa. Los jóvenes de 15 a 19 años analizarán un menor

número de experiencias laborales en un período más breve, mientras que los de 25 a 29

años posiblemente tienen un abanico mayor de experiencias, que acrecienta el período

requerido.

En tanto, el 46.2 por ciento de los trabajadores por cuenta propia satisfechos alcanzó

este estatus en un período de menos de un año; pero existe otro grupo importante, 24.2 por

ciento, al que le tomó de 1 a 3 años.

Cuadro 4.5 Jóvenes con transición completa por tiempo promedio de la transición, según sexo, grupo etario y subcategorías (%)

Menos de un año

De 1 a 3 años

De 3 a 6 años

De 6 a 10 años

Más de 10 años

Sexo Hombre 47.4 24.1 13.1 9.5 2.1

Mujer 41.7 25.3 17.3 8.3 3.7

Grupo etarios 15 - 19 71.4 22.7 4.3 0.4 0.0

20 - 24 48.6 23.9 17.0 4.9 1.6

25 - 29 32.0 26.0 16.9 15.7 4.9

Subcategoría En empleo regular satisfactorio / insatisfactorio 44.3 30.0 14.1 8.0 1.2

En empleo temporal pero satisfactorio 44.6 20.8 15.7 9.0 3.8

Trabajador por cuenta propia satisfecho 46.2 24.3 14.8 9.8 3.1

Total 44.9 24.7 14.9 9.0 2.8

Fuente: INEI: ETET-Perú (áreas urbanas), 2012-13.

60

5. Marco de políticas pertinentes y recomendaciones de política

5.1 Marco de políticas pertinentes en el Perú

Cumpliendo los compromisos asumidos en la Cumbre del Milenio de las Naciones

Unidas en el año 2000, el Perú incorporó en su agenda de políticas de Estado y de

Gobierno materias relacionadas a los Objetivos del Milenio (ODM), entre estos, el empleo

juvenil. El primer ODM, “Erradicar la pobreza extrema y el hambre”, establece el

cumplimiento de tres metas, y la meta 2 –“Alcanzar el empleo pleno y productivo y el

trabajo decente para todos, incluidas las mujeres y los jóvenes”– incluye el tema del

empleo juvenil. El seguimiento de esta meta permite señalar que el Perú registra avances

en cuanto a la tasa de ocupación de los jóvenes, pero en las características del empleo

persisten desafíos, en especial en el área rural. De las políticas que enmarcan las iniciativas

e intervenciones del Estado, se puede considerar el Acuerdo Nacional26

(AN), foro de

diálogo y concertación institucionalizado que emana políticas de Estado elaboradas y

aprobadas mediante el diálogo y el consenso de las fuerzas políticas representadas en el

Congreso de la República y otras organizaciones de la sociedad civil. El AN no tiene

carácter vinculante, sin embargo, es un referente para el marco de políticas sectoriales pues

vincula el corto, mediano y largo plazo de las políticas de Estado.

En cada uno de los cuatro objetivos del AN hay políticas de Estado. El objetivo II,

Equidad y Justicia Social, contiene la política de Estado 14, Acceso al empleo pleno, digno

y productivo. A través de esta se espera que el Estado, entre otros aspectos, garantice el

acceso a información sobre el mercado laboral para orientar la oferta educativa, y fomente

la inclusión de programas de empleo de jóvenes en los planes de desarrollo.

Las políticas nacionales, de obligatorio cumplimiento para las instituciones del

Gobierno Nacional27

, son el marco de la política pública de juventud. Destaca la política Nº

3, encargada al Ministerio de Educación, en particular, la política 3.3, que busca promover

planes, programas y proyectos de capacitación para el trabajo, liderazgo, actitudes

solidarias y emprendedoras que contribuyan a la empleabilidad de los jóvenes. En la

actualidad, la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) y el Centro Nacional de

Planeamiento Estratégico (CEPLAN) están definiendo políticas nacionales de carácter

multisectorial que reemplazarán a las políticas nacionales de obligatorio cumplimiento, hoy

vigentes. Se cuenta con una propuesta de largo plazo, hacia el año 2021.

Además, formalmente se cuenta con una política nacional de empleo juvenil, que está

incluida en las políticas nacionales de empleo (PNE); sin embargo, todavía no es efectiva

porque las PNE necesitan de un plan de aplicación, que está pendiente.

Las PNE establecen directrices de la acción estatal en materia de empleo, para

promover la creación de empleo decente. Tienen 6 ejes: entorno, empleo, empleabilidad,

emprendimiento, equidad y espacio. En el segundo eje, empleo, la política específica 2.3 se

refiere al empleo juvenil y busca promover el empleo para los jóvenes, a fin de construir trayectorias de empleo decente

28. Las estrategias incluidas se refieren a la promoción de

incentivos a las empresas de sectores intensivos en mano de obra, la contratación de

26 La suscripción del Acuerdo Nacional fue el 22 de julio de 2002.

27 Aprobadas mediante el Decreto Supremo N° 027-2007-PCM.

28 El subrayado es nuestro.

61

jóvenes; el fortalecimiento del servicio de orientación vocacional e información

ocupacional; la promoción del retorno de jóvenes talentos; la participación de gobiernos

regionales y locales en el fomento del empleo juvenil; la promoción de empleo de jóvenes

rurales vinculándolos a cadenas productivas; un marco normativo de promoción del

empleo juvenil; y la incorporación del empleo juvenil en agendas de espacios de diálogo

social.

El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MINTRA) ejecutó el Plan

Sectorial de Acción para la Promoción del Empleo Juvenil (PSAPEJ) de febrero de 2009 a

enero de 201229

, con el fin de impulsar y poner en vigor estrategias que permitan a los

jóvenes construir trayectorias de trabajo digno y productivo. El Plan contaba con 4 ejes de

intervención: empleo, empleabilidad, emprendimiento y equidad.

Este plan benefició a 391 543 jóvenes y de sus logros resaltan los siguientes:

la puesta en marcha del certificado único laboral, dirigido a los jóvenes, que

reduce el costo de postulación a un empleo al contener en un solo documento toda

la información solicitada por los empleadores;

el fortalecimiento del programa Jóvenes a la Obra, que brinda servicios gratuitos

de capacitación, genera oportunidades para que los jóvenes puedan trabajar,

destacando la creación del servicio de capacitación a jóvenes emprendedores. Este

programa, en el caso de los jóvenes que buscan ser asalariados, se orienta a la

demanda y ofrece entrenamiento e intermediación laboral para jóvenes en

situación de desempleo y provenientes de familias de escasos recursos

económicos. Este tipo de intervenciones desde las políticas públicas se iniciaron

en 1996. Su cobertura ha ido creciendo a lo largo de los años y actualmente se

desarrolla a través del programa Jóvenes a la Obra. Evaluaciones realizadas a este

programa a inicios de los años dos mil señalan impactos positivos. La experiencia

de este tipo de política ha sido replicada en menor escala por organizaciones no

gubernamentales con fondos de la cooperación técnica internacional;

el fortalecimiento del Servicio de Orientación Vocacional e Información

Ocupacional (SOVIO);

la creación del Servicio de Información y Orientación para Jóvenes Migrantes

(INFOMIGRA), o que tienen intención de trabajar en el extranjero, y

la puesta en marcha de una plataforma de información e intermediación laboral

integrada a la Ventanilla Única de Promoción del Empleo30

.

El Ministerio del Trabajo y Promoción del Empleo (MINTRA) tiene una propuesta de

Plan Sectorial de Empleo Juvenil (PSEJ) que se encuentra en revisión.. Esta propuesta

incluye el fortalecimiento de la promoción de empleo juvenil con protección social, la

mejora de la empleabilidad de los jóvenes trabajadores y de las capacidades emprendedoras

y empresariales juveniles, así como la inclusión social de aquellos grupos de jóvenes que

se encuentran en situación de pobreza y exclusión social.

29 Resolución Ministerial Nº 271-2009-TR.

30 A través de la Ventanilla Única de Promoción del Empleo el gobierno brinda un conjunto de

servicios vinculados a la capacitación laboral, capacitación para el emprendimiento, intermediación

laboral, provisión de información del mercado de trabajo, entre otros, con el propósito de generar

empleo dependiente e independiente para poblaciones vulnerables del país.

62

También existe la Mesa de Diálogo Social Juvenil para el Trabajo Decente, situada en

el Consejo Nacional de Trabajo y Promoción del Empleo (CNTPE). Es una instancia de

diálogo social tripartito en que participan representantes de los jóvenes, trabajadores y

empleadores, así como del MINTRA y de la Secretaría Nacional de la Juventud, donde se

analiza el problema del empleo juvenil y desarrollan iniciativas a favor de este.

Otra medida de corte normativo, que incentiva la contratación de jóvenes por parte de

las empresas privadas es la Ley de Modalidades Formativas Laborales31

, que promueve la

formación y capacitación laboral relacionada a los procesos productivos, que espera

coadyuvar a una adecuada correspondencia de la oferta formativa y la demanda del

mercado de trabajo. Sin embargo, se sabe que hay prácticas no deseadas (aunque no han

sido cuantificadas), que no benefician a los jóvenes. Por ejemplo la extensión de los

períodos de los convenios hasta el máximo posible, siendo innecesario puesto que las

tareas de los jóvenes son de baja calificación.

Las modalidades formativas laborales son convenios especiales que relacionan el

aprendizaje teórico y práctico mediante el desempeño de tareas programadas de

capacitación y formación profesional. Para los jóvenes existen los siguientes tipos de

modalidades formativas laborales: aprendizaje, prácticas profesionales, capacitación

laboral juvenil y pasantía en la empresa.

5.2 Recomendaciones de política

La evolución de los principales indicadores del mundo del trabajo durante 2012 y en

la primera mitad de 2013 indica que la región de América Latina y el Caribe se encuentra,

en general, en un buen momento (OIT, 2012b). En el Perú se observa una tendencia

similar. La mejoría en la tasa de ocupación, el aumento sostenido de los salarios y el

avance del empleo cubierto por sistemas de seguridad social son señales positivas. Esta

progresión ocurrió en un contexto regional de crecimiento económico y, en promedio, baja

inflación, con reducción de la pobreza y mejorías en los indicadores de desigualdad, a

pesar de una situación internacional inestable32

. No obstante, el subempleo persistente en el

Perú conlleva un elevado costo socioeconómico y representa una amenaza para el tejido

social. La incapacidad de creación de suficientes puestos de trabajo decentes puede tener

efectos perjudiciales duraderos para el colectivo juvenil (OIT, 2012a). Asimismo, una

precaria inserción laboral dificulta y posterga la formación de hogares propios de los

jóvenes, prologándose su dependencia respecto de los padres y la carga financiera que esto

implica.

En esta sección se busca tomar en cuenta los principales problemas que enfrentan los

jóvenes urbanos en su trayectoria laboral, que fueron presentados en la sección 3 de este documento, y a partir de estos, plantear recomendaciones de política que no

necesariamente son independientes, puesto que algunas pueden verse reforzadas con la

aplicación de otras.

31 Ley Nº 28518, publicada el 24 de mayo de 2005.

32 Véanse CEPAL (2012) y Lustig, López Calva y Ortiz Juárez (2013). En este último se concluye

que la significativa reducción en la desigualdad de ingresos en la región durante la primera década

del siglo XXI se debe a la mejor distribución de las transferencias (en el marco de programas de

transferencias condicionadas de efectivo) y, sobre todo, al aumento de los ingresos provenientes del

trabajo (crecimiento salarial, en especial de los trabajadores situados en la parte baja de la

distribución). Este último factor explica casi la mitad del descenso de la desigualdad total en la

región.

63

Los jóvenes son un grupo poblacional que tiene dificultades para acceder a las

oportunidades de empleo; incluso durante períodos de crecimiento económico sus tasas de

desempleo son más altas que las del promedio. Sin embargo, como se ha examinado en

este estudio, después de colocarse, las condiciones en que desarrollan su empleo son el

mayor problema, resaltando el limitado acceso a oportunidades en la economía formal. Por

esta razón, el impulso a las políticas de promoción, inclusión, protección social,

fortalecimiento de competencias para el empleo y de mejora del capital humano de la

fuerza laboral juvenil, y también de la niñez –dado que hay aspectos del desarrollo humano

que se forman en esa etapa y repercuten en el joven que inicia su vida laboral– tiene que

ser priorizado en la agenda del sector.

Paralelamente, el período de “bono demográfico” puede ser aprovechado para

enfrentar los problemas del mercado laboral peruano, aplicando políticas que modifiquen

las condiciones de contratación de trabajadores, en particular la característica informal del

empleo juvenil. Cuando la PET crezca a un ritmo menor y aumente la tasa de dependencia,

será importante contar con una fuerza laboral más productiva, además de otras medidas de

protección social que permitan enfrentar las demandas de la creciente población adulta

mayor.

Debido a lo anterior, con la concurrencia de varios sectores es necesario fortalecer las

intervenciones de política dirigidas a la formación del capital humano, siendo la juventud

la etapa de la vida de las personas en que esta se termina de formar. La productividad tiene

alta correlación con la educación, y en tal sentido, el país necesita más trabajadores

capacitados y mejor formados. Los jóvenes llegan al mercado laboral con un activo de

conocimientos y habilidades socioemocionales que han sido desarrollados en el hogar y en

la escuela, y continúan desarrollándose en el trabajo. Dependiendo de las aspiraciones y del

proyecto de vida, será necesario facilitar orientación, información y acceso a la

capacitación para el trabajo y la formación técnica o superior, en especial de aquellos que

provienen de hogares pobres. Esto implica que se debe enfrentar uno de los principales

problemas del país, la baja calidad de la educación en todos los niveles de estudios.

A pesar que el tema no ha sido abordado en este texto, es importante señalar que las

inversiones para la promoción del desarrollo de capital humano deben comenzar a edades

muy tempranas, incluso con el cuidado de la madre durante la gestación hasta los dos años

de edad. Las políticas de salud y de desarrollo social que se encargan de tales aspectos del

desarrollo humano requieren ser reforzados y deben continuar para garantizar la salud y

nutrición adecuada de los niños durante este período, a fin de mantener sus posibilidades

de desarrollo educativo y de lograr mejores resultados en el mercado laboral.

Con la premisa de que la juventud es la etapa privilegiada para orientar la trayectoria

laboral de una persona, se proponen a continuación algunas recomendaciones de política

para su discusión:

Fomentar iniciativas de empleo por cuenta propia con calificación intermedia o

profesional y el desarrollo empresarial, incluyendo mecanismos de acceso al crédito.

Un porcentaje significativo de jóvenes que logra transitar de la escuela al trabajo lo

hace a través del trabajo por cuenta propia. Asimismo, 1 de cada 5 desempleados señala

que espera contar con un negocio propio en el futuro. En este sentido, son fundamentales

las políticas de apoyo al desarrollo autónomo calificado y por ende, las medidas de

promoción de las competencias laborales son inherentes a esta propuesta.

Sería importante contar con un abanico de medidas de apoyo para que los empresarios

jóvenes transiten desde la economía informal hacia la formal. El tratamiento diferenciado

tiene que evaluar los beneficios que trae la formalidad a la economía, incluido el hecho que

el empleo generado en estas empresas será en términos más adecuados.

64

Si bien no se cuenta con cifras, la iniciativa empresarial es una materia que las

escuelas han estado abordando en el Perú. Sería recomendable que este práctica sea más

extendida y dado que existe un alto porcentaje de jóvenes que solo llega a la escuela

secundaria, esta se convierta en un espacio susceptible de ser aprovechado para formar

actitudes y capacidades empresariales.

Mejora de las competencias laborales de los jóvenes ocupados mediante estrategias

de desarrollo de competencias laborales que refuercen las políticas sectoriales.

La promoción de la formación continua –dada su importancia para la productividad–

debería cobrar un nuevo impulso desde las políticas públicas intersectoriales, pues es

necesario prever y cubrir las necesidades del sector productivo, de manera que la población

activa sea más empleable, entre estos, los jóvenes.

Esta propuesta tiene mayor relevancia considerando tanto que la mayoría de los

jóvenes que logran emplearse en el mercado, lo hacen principalmente como trabajadores

asalariados, como su alta participación en el empleo informal. Al respecto, la formación

sería una forma de reducir su participación en el sector informal e incrementarla en el

sector formal.

El objetivo en el corto plazo sería propiciar la capacitación de jóvenes ocupados en

las tareas asociadas a la ocupación que desempeñan en su centro de trabajo, o en las

brechas de conocimiento que puedan presentar, para mejorar su empleabilidad. Así, se

podrían ampliar los períodos de contratación, lograr ascensos en la propia empresa, o en su

defecto, las nuevas competencias podrían facilitar la inserción en otro empleo en

condiciones de contratación más favorables.

Una medida de esta índole beneficiaría a todos los jóvenes ocupados en general,

porque en promedio tienen desventajas en el mercado laboral; sin embargo, debiera

construirse paquetes de servicios y prestarlos según las necesidades de los diferentes

grupos de jóvenes. Algunos requerirán solo de orientación e información dado que tienen

alternativas para financiar su formación; en cambio, otros necesitarán del acceso a

servicios educativos de capacitación o formación para el trabajo financiados por el Estado.

Sin embargo, la propuesta apunta a los jóvenes que han alcanzado solo educación

secundaria o menos. Los jóvenes que no estudian ni culminaron la secundaria son cerca de

627 mil; otro grupo en desventaja es el conformado por los jóvenes que solo tienen

educación primaria, alrededor de 300 mil, en su mayoría provenientes de hogares pobres.

Definitivamente, por sus características, estos grupos requerirán de programas especiales

que eleven sus competencias para el trabajo.

Reforzar la capacitación para el trabajo y la acumulación de la experiencia laboral en

condiciones más adecuadas durante los primeros años de ingreso al mercado, es

fundamental para encaminarse hacia el trabajo decente, según la OIT.

Hacia el mediano y largo plazo se requiere de un sistema que lidere el desarrollo de

las competencias en el país. Este se engarza con las políticas de desarrollo económico y

social. Los sectores que se benefician de los avances de la tecnología y tienen un alto

crecimiento requieren de recursos humanos calificados en el uso de dicha tecnología o con

capacidades para aprenderlo.

Esta propuesta podría ser desarrollada y aplicada por el MINTRA, que tiene

experiencia en programas de capacitación laboral. Se requerirá de un diseño de

intervención que permita identificar y convocar a jóvenes con estas características para

relacionarlos con los servicios de capacitación de este ministerio.

65

Certificación de ocupaciones dirigida a la población joven de escasos recursos.

Otra política que se orienta en similar dirección, complementaria de la anterior, sería

la certificación de jóvenes en ocupaciones específicas. Actualmente, el MINTRA tiene la

Dirección General de Capacitación y Formación Laboral que se encarga de normar las

competencias que deben lograr los trabajadores para desempeñar una ocupación

determinada, con base en la calidad que exige el mercado a fin de promover la certificación

de competencias. Además, el Programa Vamos Perú, también de este ministerio, brinda los

servicios de capacitación laboral, a través de instituciones de capacitación del sector

público y privado, para mejorar las competencias laborales y aumentar los niveles de

empleabilidad de los trabajadores. Sin embargo, esta experiencia debería difundirse más en

la población joven activa de escasos recursos, incorporarse variantes que permitan a los

jóvenes demandar este tipo de capacitación, y que las empresas encuentren incentivos

reales para contratar personal con este tipo de certificación.

En el país aún no se ha desarrollado un mercado para la certificación, pero existen

necesidades que se deberían cubrir, como por ejemplo la de los jóvenes que pasan

directamente de la escuela a un empleo sin recibir formación previa.

El 29.8 por ciento de los jóvenes pobres urbanos que no culminó el nivel secundario y

no estudia sería la población usuaria de este servicio. Esta propuesta reviste importancia,

pues la forma más frecuente de inserción de los jóvenes en el mercado es mediante el

empleo asalariado. Según la ETET, en 2012, el 67.1 por ciento del total de jóvenes

ocupados eran asalariados.

Promover la culminación de la educación secundaria, en especial de los jóvenes en

situación de pobreza.

Cuando un joven está trabajando, disminuyen las probabilidades de que estudie. El

69.3 por ciento del total de jóvenes con transición completa no estudia. En consecuencia,

las políticas públicas debieran buscar mecanismos para retener a los jóvenes en la escuela

como económicamente inactivos hasta que, al menos, culminen el nivel secundario.

La intervención requeriría abarcar la situación que enfrentan los jóvenes en situación

de pobreza y pobreza extrema, pues son quienes tienen más probabilidad de no finalizar la

secundaria, porque su costo de oportunidad es mayor. Reciben presiones intensas para

iniciar su participación activa y cubrir las carencias de bienes y servicios del hogar en el

corto plazo.

Mejorar la calidad de la oferta educativa.

El desarrollo laboral de las personas puede ser impulsado desde la formación

temprana. La escuela cobra aquí relevancia para la formación de las habilidades cognitivas

y socioemocionales requeridas por los empleadores y que elevan la empleabilidad de una

persona (Jaramillo y Silva-Jáuregui, 2011). En consecuencia, es fundamental que el país

cuente con un sistema educativo que realmente desarrolle esas habilidades.

El nivel educativo del 47 por ciento de los jóvenes del Perú urbano es la secundaria,

completa o incompleta; sin embargo, los resultados obtenidos en las evaluaciones

internacionales PISA en 2012 (lectura, matemática y ciencia) ubican al sistema educativo

peruano en el último puesto entre los 65 países que participan en esta prueba, a pesar que

los puntajes obtenidos superaron a los de 2009. Destaca que hubo una leve mejoría

respecto a los resultados obtenidos en 2000, pero todavía es insuficiente

La educación en general, pero la secundaria en particular, requiere de la atención de

quien hacen y ejecutan políticas. Es necesario que un mayor porcentaje de jóvenes

66

culminen este nivel educativo para permitir la continuidad de la formación, y también que

la escuela mejore sustantivamente en aquellos aspectos que inciden en el logro educativo.

Si se considera que el 30 por ciento de los jóvenes ocupados estaban sobreeducados

en 2012 y los jóvenes subeducados eran el 17 por ciento, es notoria la necesidad de revisar

las políticas educacionales y de formación profesional para mejorar la calidad educativa del

nivel básico y la formación en relación a lo que demanda el sector productivo.

Cabe destacar que una encuesta realizada en 2010, sobre habilidades laborales, los

jóvenes que siguieron estudios de nivel técnico o universitario y superior señalaron que

eligieron la carrera y la institución donde estudiarán principalmente por vocación. Sin

embargo, es escaso el grupo que adopta este tipo de decisión efectuando un análisis del

mercado laboral para la carrera elegida (Jaramillo y Silva-Jáuregui, 2011).

Para disminuir los indicadores de desajuste entre la educación y el mundo del trabajo

que se han descrito, es necesario brindar orientación e información a los jóvenes que están

por culminar el nivel de enseñanza secundaria sobre los requerimientos y la evolución de la

demanda ocupacional en el mercado laboral. Es claro que el desfase entre las

características de la educación y de la demanda laboral tiende a cerrar los canales de la

movilidad social, agravando los problemas estructurales de la inequitativa distribución del

ingreso. Para lograr que los jóvenes logren trayectorias laborales ascendentes, se necesita

además, la actualización y cambio permanente en las destrezas para el trabajo, lo que

obliga a pensar en contenidos curriculares abiertos, en educación a lo largo de toda la vida

y en la formación en destrezas de gestión y organización.

67

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69

Anexo I. Definiciones de las estadísticas del mercado de trabajo

1. Las siguientes unidades son definidas de acuerdo con las normas de las Conferencias

Internacionales de Estadísticos del Trabajo:

a. Ocupados incluye a todas las personas de 15 o más años de edad que durante la

semana de referencia:

Trabajaban a cambio de una remuneración o beneficio (en efectivo o en especie)

durante al menos una hora;

estaban temporalmente ausentes del trabajo (por causa de enfermedad, licencia,

estudios, una quiebra de la actividad de la empresa, por ejemplo), pero mantenían

un vinculo formal con el puesto de trabajo;

realizaban algún trabajo sin pago para el beneficio familiar.

b. Desempleados incluye todas las personas de 15 o más años de edad que durante la

semana de referencia satisfacen las tres condiciones siguientes:

no trabajaban (de acuerdo con la definición arriba mencionada);

estaban buscando activamente un empleo o tomaron medidas concretas para iniciar

su propio negocio;

estaban disponibles para empezar a trabajar en las dos semanas siguientes a la

semana de referencia.

c. Personas no incluidas en la categorías de ocupados ni desempleados son clasificadas

como no pertenecientes a la fuerza de trabajo (también conocidas como inactivas):

2. La Clasificación Internacional de la Situación en el Empleo (CISE) clasifica a la población

ocupada a partir de su contrato explícito o implícito de trabajo, como sigue:

a. Asalariados son todos aquellos trabajadores que poseen tipos de empleo definidos

como “empleos de trabajo remunerado”, en que los titulares tienen contratos de trabajo

implícitos o explícitos (orales o escritos), por los que reciben una remuneración básica

que no depende directamente de los ingresos de la unidad para la que trabajan.

b. Empleadores son aquellos trabajadores que, trabajando por cuenta propia o con uno o

más socios, tienen el tipo de empleo definido como “empleo independiente” (por

ejemplo, empleos en los que la remuneración depende directamente de los beneficios

derivados de los bienes o servicios producidos) y que, en virtud de su condición de

tales, han contratado, en forma continua, a una o a varias personas para que trabajen

para ellos en su empresa como asalariados.

c. Trabajadores por cuenta propia son aquellos que, trabajando por su cuenta o con

uno o más socios, tienen el tipo de empleo definido como “empleo independiente” y no

han contratado a ningún empleado de manera continua para que trabaje para ellos.

d. Trabajadores familiares auxiliares (no remunerados) son aquellos trabajadores que

tienen un “empleo independiente” como trabajadores por cuenta propia en un

establecimiento con orientación de mercado, dirigido por una persona de su familia que

vive en el mismo hogar.

3. Los ocupados también son clasificados por su ocupación principal, de acuerdo con la

Clasificación Internacional Uniforme de Ocupaciones (CIUO-08).

70

4. Hogar es toda familia u otra comunidad de personas que viven juntas y conjuntamente

gastan sus ingresos para satisfacer las necesidades básicas de la vida. El concepto de hogar

incluye miembros presentes en el lugar en el que reside el hogar, así como los individuos

que están temporalmente ausentes y que viven en otros lugares, incluso en el extranjero,

por negocios, educación u otras razones, siempre y cuando su residencia en el país

extranjero no exceda de 1 año. Una persona que vive sola puede calificar como un hogar

(“hogar unipersonal”) si él o ella ya no pertenece a otra unidad. El hogar unipersonal puede

residir en un apartamento separado o compartido, considerado como una unidad

independiente, siempre y cuando los ingresos de la unidad familiar no se compartan con los

demás residentes. Los hogares colectivos, tales como las cárceles e instituciones y sus

miembros, no son considerados en una encuesta de población activa tradicional.

5. El período de referencia relacionado con las preguntas de la actividad económica, es la

semana anterior a la semana de la entrevista (52 semanas de referencia a lo largo del año).

6. Las siguientes unidades también son definidas en el análisis de la ETET, pero están fuera

del alcance definido en el ámbito internacional de las estadísticas del mercado de trabajo

mencionados en el ítem 1 anterior:

a. Desempleo flexible - persona sin trabajo y disponible para trabajar (flexibilizando los

criterios de búsqueda de trabajo del ítem 1 anterior).

b. Tasa de subutilización laboral – la suma de las participaciones de los jóvenes con

empleo irregular, desempleados (definición flexible) y los jóvenes que no forman parte

de la fuerza laboral ni están en la educación / formación (no estudiantes inactivos),

como porcentajes de la población joven.

c. Empleo regular - la suma de los asalariados con un contrato (oral o escrito) de 12

meses o más de duración y empleadores; los indicadores son, por tanto, una

combinación de la información sobre la situación en el empleo y situaciones de

contrato.

d. Empleo satisfactorio – con base en la autoevaluación del titular del puesto, implica un

trabajo que los encuestados consideran se “ajusta” a la trayectoria de empleo que

desean para sí en ese momento en el tiempo.

e. Empleo estable – asalariados con un contrato (oral o escrito) de 12 meses y más de

duración.

f. Empleo temporal – asalariados con un contrato (oral o escrito) de menos de 12 meses

de duración.

71

Anexo II. Diseño muestral de la Encuesta sobre la transición de la escuela al trabajo (ETET) en el Perú, 2012─1333

1. Población en estudio

La población está definida como el conjunto de personas de 15 a 29 años de edad

residentes de viviendas particulares del área urbana del país.

2. Marco muestral

El marco muestral utilizado para esta encuesta estará conformado por el material

cartográfico e información estadística de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) de

2011. El marco muestral de la ENAHO se basa en el Censo de Población y Vivienda de

2007 (CPV 2007).

Dominios de estudio Población total

(CPV 2007)

Población 15 a 29 años

(CPV 2007)

Total país 27 412 157 7 554 204

Área urbana 19 818 990 5 461 690

Lima Metropolitana y Callao 8 552 593 2 356 912

Resto urbano 11 266 397 3 104 778

3. Unidades de muestreo

• U M (U M)

Es el conglomerado ENAHO el cual está conformado por una o varias manzanas contiguas

que en conjunto tienen 140 viviendas particulares en promedio.

• U S e Muestreo (USM)

Es la vivienda particular (entrevistada en la ENAHO) con población objetivo (jóvenes de

15 a 29 años).

4. Niveles de inferencia

Según los objetivos de la encuesta, la muestra está diseñada para dar resultados confiables

estadísticamente para los niveles siguientes:

• nacional urbana

• L M C

33 Informe presentado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

72

5. Definición de la muestra

La muestra a seleccionar en la encuesta se basa en los resultados de la Encuesta Nacional

de Hogares de 2011, que proporciona un conjunto de conglomerados urbanos donde

existen viviendas con población joven (de 15 a 29 años de edad).

Dominios de estudio ENAHO 2011

Conglomerados Viviendas Jóvenes (15 a 29 años)

Total 2 622 7 598 11 828

Lima Metropolitana y Callao 512 1 432 2 260

Resto urbano 2 110 6 166 9 568

La muestra en la primera etapa es una submuestra de los conglomerados seleccionados en

la ENAHO de 2011, y en su segunda etapa una submuestra de las viviendas seleccionadas

de dichos conglomerados.

En la primera etapa (selección conglomerados) se utilizará la selección sistemática.

Previamente a la selección, las unidades primarias de muestreo son ordenadas según

criterio geográfico.

En la segunda etapa (selección de viviendas), la selección es sistemática simple con

arranque aleatorio con una tasa de muestreo fija o única.

6. Determinación del tamaño de la muestra

Para poder facilitar estimaciones con un determinado grado de fiabilidad a nivel nacional y

por dominio de estudio, se tienen en cuenta los resultados obtenidos en la Encuesta

Nacional de Hogares (ENAHO) de 2011.

Para el cálculo de los tamaños de muestra en cada departamento se utilizó la expresión

siguiente:

Donde:

: tamaño de muestra de jóvenes en el dominio h.

: Total de jóvenes en el dominio h.

: tasa de desempleo juvenil (ENAHO 2011).

d: margen de error en la estimación de p.

: Nivel de confianza al 95% ( =1.96).

TNR: Tasa de No Respuesta Esperada.

73

Teniendo en consideración costos y requerimientos de estimaciones a nivel dominio de

estudio, un margen de error entre 3% y 4% en la estimación de P (tasa de desempleo

juvenil), una tasa de no respuesta del 5%, un efecto de diseño de 1.1 y un nivel de

confianza del 95%, se determinaron los tamaños de muestra.

El tamaño global de la muestra es de 2,545 jóvenes, distribuidos en 1,638 viviendas y

579 conglomerados:

Dominios

Muestra Encuesta de Transición

Coeficientes de variación (%) Jóvenes Viviendas Conglomerados

Nacional urbano 2 545 1 638 579 7.8

Resto urbano 907 588 201 13.0

Lima Metropolitana y Callao 1 638 1 050 378 8.9

Con los tamaños de muestra propuestos para los dominios de interés se espera lograr una

buena precisión estadística en las estimaciones dado que los coeficientes de variación

(CV) esperados son menores al 10 por ciento.

7. Metodología de ponderación

Para que las estimaciones derivadas de la encuesta sean representativas de la población,

es necesario multiplicar los datos de cada hogar muestral contenido en los archivos por el

peso o factor de expansión calculado según el diseño muestral.

El factor de expansión es calculado como el inverso de la probabilidad final de selección

(phi), el cual puede ser simplificado de la siguiente forma:

Whi = 1 / phi

Whi: factor de expansión de la j-vivienda en el i-conglomerado del h-dominio.

phi= probabilidad de seleccionar la j-vivienda en el i-conglomerado del h-dominio.

phi= phi(ENAHO) x phi (submuestra)

8. Precisión de los resultados: errores de muestreo

En la encuesta se calcularán los errores de muestreo de las estimaciones de las

principales variables investigadas. Para cada parámetro especificado y dominio de

estimación se produce un cuadro de salida con los indicadores siguientes:

• E á ( ).

• E á .

• E ror muestral o desviación relativa muestral (coeficiente de variación: CV).

• E 95 z .

• E ñ (DE ).

• E que se basa la estimación.

74

La precisión de una estimación se mide a través del error muestral o desviación

relativa muestral (CV), que mide la confiabilidad de una estimación muestral (de un

promedio, total, tasa o proporción) respecto a la que podría obtenerse si se eligieran

todos los elementos de la población. Es decir, el error muestral puede atribuirse al hecho

que no se eligió a la totalidad de la población (universo).

El error muestral se calcula estadísticamente a partir de los datos de la muestra y se

determina por el error estándar, que es igual a la raíz cuadrada de la varianza del

estimador:

Las estimaciones que se obtienen a partir de una muestra pueden tener la confiabilidad

siguiente:

CV calculado Precisión obtenida

Hasta 5% Muy buena

5% a 10% Buena

10% a 15% Aceptable

Más de 15% No confiable (referencial)

Este informe destaca los principales aspectos de la Encuesta Sobre la Transición de la Escuela al Trabajo (ETET) efectuada en 2012 junto con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el marco del Proyecto Work4Youth de la OIT. Este proyecto es una colaboración de cinco años entre la OIT y la Fundación MasterCard que tiene como objetivo promover oportunidades de trabajo decente para las mujeres y hombres jóvenes a través del conocimiento y la acción. La Serie de Publicaciones W4Y está diseñada para difundir los datos y análisis de las ETET administradas por la OIT en 28 países que cubren las cinco regiones del mundo. La ETET es un instrumento de encuesta única que genera información relevante sobre el mercado laboral de los jóvenes de 15 a 29 años. La encuesta recoge informaciones longitudinales sobre las transiciones en el mercado laboral, las cuales muestran que hoy en día los jóvenes, mujeres y hombres, deben enfrentar caminos de transición cada vez más provisorios e indirectos a fin de encontrar un trabajo decente y un empleo productivo.

La Serie de Publicaciones W4Y cubre informes nacionales, los cuales incluyen los principales hallazgos y detalles de las encuestas de intervenciones de política en el área de empleo juvenil a nivel nacional, así como los informes de síntesis regionales, los cuales destacan las tendencias de la región en la transición de los jóvenes en el mercado laboral y las diferencias en los marcos políticos nacionales.

Para más información, visite nuestra página web: www.ilo.org/w4yPrograma de Empleo Juvenil4 route des MorillonsCH-1211 Ginebra 22Suiza [email protected] ISSN 2309-6780

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