Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile

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EL MAREMOTO DEL 22 DE MAYODE 1960

EN LAS COSTAS DE CHILE

Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile2ª Edición, 2000

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Fotografía de la portada:Destrozos ocasionados por el terremoto y maremoto de 1960,

en el sector de Corral Bajo (X región).

1ª Edición, 1961.2ª Edición, 2000.

Impreso y publicado por el Servicio Hidrográfico y Oceanográficode la Armada de Chile (SHOA).Errázuriz 254, Playa Ancha. Casilla 324, Valparaíso.Fono: 56–32–266666 — Fax: 56–32–266542.Correo electrónico: [email protected]: http://www.shoa.cl/

© 2000, SHOA.Es propiedad. Todos los derechos reservados.All rigths reserved.

Todo plano geográfico contenido en esta publicación es solo esquemático,no posee valor jurídico.

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Presentación

El 22 de mayo del año 2000 se cumplen cuarenta años del eventosísmico más grande jamás registrado instrumentalmente en el orbe.Con ocasión de este evento el entonces Departamento de Navega-ción e Hidrografía de la Armada, realizó un trabajo digno de encomio,al llevar a efecto la recolección de una serie de antecedentes quedejaron valiosos datos, que han permitido a los científicos tener elapoyo necesario para llevar adelante sus proyectos de investigaciónsobre el evento, y al lector —en general— formarse una idea de lamagnitud y de los daños causados por el sismo y maremoto queafectó principalmente a la zona comprendida entre Concepción y Puer-to Montt.

En la presente edición se ha agregado un apéndice, en el cualse analiza el terremoto del 22 de mayo de 1960 y que fuera prepara-do con el apoyo del Sr. Emilio Lorca Mella, geólogo del ServicioSismológico de la Universidad de Chile.

El Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA),consciente de que Chile es un país eminentemente marítimo y que eltema tsunami siempre debe estar presente en su población ribereña,se ha permitido imprimir una segunda edición de la publicación titula-da “El Maremoto del 22 de mayo de 1960 en las Costas de Chile”,en renovado formato, pero solo con correcciones menores en sucontenido, manteniendo con ello el espíritu que le plasmaron susautores.

Cabe hacer presente que este trabajo, traducido al inglés por elDr. Pierre Saint–Amand, fue publicado en un número especial delBulletin of the Seismological Society of America, Vol. 53, Nº 6, 1963.

Así también, con la reedición de esta publicación, la Armada deChile se permite rendir un homenaje a los más de 2.000 chilenosque perdieron la vida a causa del sismo y del maremoto, como tam-bién expresa su gratitud a todos aquellos compatriotas que en suoportunidad tuvieron la dura tarea de realizar la reconstrucción de lazona dañada o destruida; que constituye una de las regiones máshermosas del país.

Valparaíso, agosto de 2000.

RAFAEL MAC-KAY BÄCKLERCAPITÁN DE NAVÍO

DIRECTOR

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Inmediatamente después de ocurridos los sismos yel maremoto que azotaron el 22 de mayo de 1960 lazona Sur de Chile, produciendo cuantiosos dañosen 10 provincias del país, se pusieron en movi-miento partidas de científicos, principalmentegeólogos, para indagar en el sitio mismo, lascausas, los daños y las posibilidades de preveniro atenuar los efectos en futuros movimientossísmicos. Llegaron científicos e ingenieros desdeel extranjero: japoneses, mexicanos, nor-teamericanos, franceses y de otros paí-ses, que junto a los chilenos comenza-ron a estudiar la situación producida,siempre en la esperanza de encontrar al-gún medio que pueda predecir los terremo-tos y desarrollar técnicas capaces de preve-nir los grandes destrozos ocasionados por es-tos fenómenos.

La Armada puso en movimiento práctica-mente todos sus buques para socorrer a las po-blaciones afectadas y efectuar trabajos hidrográ-ficos que permitieran la navegabilidad de las aguasde la amplia zona afectada, y diera seguridad a lasnaves de guerra y mercantes que acudieran con ayuda. Principalmente se hicieron estos tra-bajos en desembocaduras de ríos, bahías y canales y todos aquellos puntos que podían habersufrido cambios por causa de los sismos.

Por su parte, el Departamento de Navegación e Hidrografía de la Armada, a través desu Sección Oceanografía, se puso en acción para recoger el máximo de informaciones posi-bles sobre el maremoto, acudiendo para ello a las autoridades marítimas de cada lugar. Enesa forma se logró reunir antecedentes que han permitido efectuar un estudio general delfenómeno.

En el trabajo que se presenta se ha omitido dar cifras de víctimas ocasionadas por elmaremoto, pues es imposible determinarlas y probablemente jamás se sepa con exactitudcuántas personas perdieron la vida.

Tampoco se han aventurado hipótesis sobre el o los lugares en que habrían estadoubicados los epicentros ya que no se poseían antecedentes suficientes para ello, como tam-poco se han formulado teorías sobre la formación de los maremotos.

Con el fin de mantener un determinado orden en la descripción del fenómeno se haescogido la situación geográfica de los lugares afectados haciéndolo de sur a norte, partiendodesde Aysén, el punto más austral que sintió sus efectos y del cual se obtuvo datos.

Prefacio(((((a la primera edición,1961a la primera edición,1961a la primera edición,1961a la primera edición,1961a la primera edición,1961)))))

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Punta Arenas y sus zonas adyacentes no fueron afectadas, lo que se aprecia de laobservación del mareograma correspondiente.

Todas las horas mencionadas en el presente trabajo corresponden a la Hora Oficial deChile +4, con excepción de aquellas en que esté expresamente indicado.

Nuestro mayor deseo habría sido poder presentar un trabajo más completo que el pre-sente, pero razones de fuerza mayor lo impidieron. En general los datos han sido recopiladospor personas que no han tenido formación científica, pero que hicieron todo lo que estaba desu parte para dar sus informaciones lo más completas posibles.

Se agradece sinceramente la colaboración prestada por las diferentes Autoridades Ma-rítimas, Capitanes y Pilotos de los buques mercantes, Jefes de Faros, observadores de lasEstaciones de Mareas y al Departamento de Aerofotogrametría de la Fuerza Aérea de Chile(FACH).

Asimismo, se agradece al Dr. Wolfgang Weischet, Director del Instituto de Geografía dela Universidad Austral de Chile, Valdivia, por los informes y fotografías que tuvo a bien propor-cionar, al Sr. Óscar Arriagada, reportero gráfico del diario «El Mercurio» de Valparaíso por lasfotografías de Corral y Valdivia, y al Sr. Luis Bernucci de Valdivia, quien facilitó las fotografíastomadas por él desde Niebla en el momento en que se producía el maremoto en la bahía deCorral.

GUILLERMO BARROS GONZÁLEZCapitán de Fragata

Director

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ÍndicePRESENTACIÓN.........................................................................................................................................................................................................

PREFACIO(a la primera edición, 1961)...................................................................................................................................................................

ÍNDICE................................................................................................................................................................................................................................

INTRODUCCIÓNDescripción general del maremoto del 22 de mayo de 1960 en las costas de Chile.........................

CAPÍTULO 1Descripción por puertos entre los de Aysén y Lota incluyendo las islas del archipiélago deJuan Fernández e isla de Pascua................................................................................................................................................................

CAPÍTULO 2Puertos desde Talcahuano al norte..........................................................................................................................................................

CAPÍTULO 3Comportamiento de algunos lagos..........................................................................................................................................................

CAPÍTULO 4Las anormalidades de la marea en Chiloé y Llanquihue en relación con el sismo del 22 demayo de 1960..............................................................................................................................................................................................................

BIBLIOGRAFÍA............................................................................................................................................................................................................

APÉNDICE(a la segunda edición, 2000)................................................................................................................................................................

MAREOGRAMAS

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A las 06.01 horas del 21 de mayo se pro-dujo un gran terremoto con epicentro en lazona de Concepción que causó grandes da-ños en las poblaciones de dicha zona. Comotodo terremoto que se produce cerca de lacosta puede dar origen a un maremoto, exis-tía la posibilidad de que en este caso se pro-dujera uno de estos fenómenos. Efectivamen-te, el mareógrafo de Valparaíso registró unapequeña alteración a contar desde las 09.00horas (Ver mareogramas incluidos al final dela publicación), consistente en ondas de 20a 30 centímetros de amplitud con períodode 20 a 25 minutos. Esta actividad anormalse mantuvo durante todo el día y parte de lanoche decreciendo en forma continua.

El Departamento de Navegación e Hidro-grafía en cumplimiento a sus obligacionescomo miembro del Sistema de Alarma deMaremotos del Pacífico, se puso en contac-to con la sede central de este sistema enHonolulú, manteniéndolo constantemente in-formado de estos hechos.

El Observatorio Magnético de Honolulú porsu parte también había registrado el terremo-to en sus propios sismógrafos y había comen-zado de inmediato las averiguaciones a aque-llas estaciones de mareas diseminadas a lolargo del Pacífico en que se suponía podíanregistrarse anormalidades. El estado de aler-ta comenzó en la Estación Central del Siste-ma de Alarma de Honolulú a las 06.54 horasy terminó a las 20.19 horas una vez que secomprobó que el terremoto de Concepción nohabía dado origen a un maremoto.

Durante todo el tiempo que duró el esta-do de aler ta se enviaron cables a diversospuntos del Pacífico desde la sede centralpreguntando por anormalidades.

Todos los mareógrafos de Chile —desdeValparaíso al Norte— registraron una peque-ña anormalidad, pero en general pasó total-mente desapercibida ya que no causó dañocomo tampoco afectó las faenas marítimas.Como precaución se mantuvo una vigilanciapermanente en el mareógrafo de Valparaísopara verificar cualquier anormalidad.

Aproximadamente a las 15.10 horas del22 de mayo se produjo un segundo terre-moto de grandes proporciones, con epicen-tro aparente en la provincia de Llanquihue,que causó gravísimos daños en las pro-vincias comprendidas entre Concepción yChiloé; siendo las ciudades más afecta-das las de Valdivia, Puer to Montt, Ancud,Castro y Corral. Este terremoto originó unmaremoto de tales proporciones que aso-ló todos los puer tos de esa zona produ-ciendo enormes daños. Las primeras in-formaciones fueron de Lebu y se referíana ondas de 3 a 4 metros de altura queestaban produciendo daños en ese puer-to. Poco después comenzaron a llegar no-ticias confusas por las dificultades de co-municaciones, que se referían a sucesi-vas ondas marinas que estaban ocasionan-do devastaciones en Ancud, bahía Mansa,Corral, Puerto Saavedra, etc.

A las 16.30 horas, recién conocidas lasprimeras informaciones, el Departamento deNavegación e Hidrografía envió un cable aHonolulú poniéndolo en antecedentes paraque de inmediato fuera puesto en alerta todoel Sistema. Poco tiempo después se envia-ron nuevos cables con datos más concre-tos. El mareógrafo de Valparaíso comenzó aregistrar la primera onda a la 16.13 horasal subir rápidamente el nivel del agua 74cms. en 16 minutos, volviendo a bajar en

IntroducciónDescripción General del Maremoto del 22 de mayo de 1960

en las Costas de Chile

El presente trabajo fue preparado por elSr. Hellmuth A. Sievers C. de la Sección Oceanografía del Departamento deNavegación e Hidrografía, actual Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la

Armada de Chile, como contribución al estudio del maremoto.

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forma rápida poco después para luego conti-nuar subiendo y bajando sucesivamentecomo se puede apreciar en los mareogramas.

Las alarmas de los sismógrafos sonaronpor su parte a las 15.38 horas en el Obser-vatorio Magnético de Honolulú. Cinco minu-tos antes de que llegara el cable desdeValparaíso, el Observatorio entregó el siguien-te boletín:

«Este es un boletín de alerta de maremo-to. Ha ocurrido un violento terremoto enChile, el tercero en esa área en las últimas36 horas. Es posible que se haya generadoun maremoto de proporciones. Aún no tene-mos datos, pero se esperan informacionesdesde Valparaíso y Balboa. Si se ha origina-do un maremoto, este deberá llegar alrede-dor de la medianoche de hoy (hora de Hawai)a la isla de Hawai, y 30 minutos después ala isla Oahu. Se dará una nueva informaciónapenas se disponga de mayores datos».

Más tarde se entregaron nuevos boleti-nes con las informaciones que se fueronrecibiendo desde Valparaíso y desde lasdiversas islas que estaban siendo afecta-das por el maremoto. El cuadro se fue com-pletando y a las 00.47 horas, prácticamen-te 9 horas después de producido el terre-moto, se radió el siguiente mensaje des-de Honolulú.

«Este es un boletín de alerta de maremo-to. Un violento terremoto en Chile ha dadoorigen a un maremoto que se desplaza entodas direcciones por el océano Pacífico. Seestima que la primera onda alcanzará la islaHawai a medianoche (Hora Hawai) y 30 mi-

nutos más tarde la isla Oahu. Sus efectosdestructivos durarán varias horas. La inten-sidad de la onda no puede ser predicha. Laparte sur de Hawai será la primera en serafectada y será la primera indicación deldaño que puede producirse en las otras is-las del grupo Hawai. Se han calculado lashoras de llegada a otras islas del Pacífico,basadas en los mejores datos disponibles,en todo caso ellas no son exactas: Tahiti02.30 horas; Christmas 04.00 horas; Samoa05.00 horas; Fiji y Cantón 06.00 horas;Johnston 07.00 horas y Midway 08.30 ho-ras».

El intercambio de comunicaciones se man-tuvo en forma permanente recibiéndose da-tos de la llegada del maremoto en la siguien-te forma:

03.30 horas: Se despacha cable de Tahiti avisan-do la llegada de la primera onda;

04.30 horas: Samoa informa de la primera onda;04.58 horas: Christmas informa llegada de la pri-

mera onda, etc.

Los mensajes llegaron uno tras otro in-formando de los avances del maremoto. Alas 06.54 horas llegó la primera onda alas islas de Hawai produciendo grandesdaños en Hilo, pero no por eso cesó laactividad en el Observatorio Magnético deHonolulú.

A las 12.11 horas del 23 de mayo termi-nó la alarma en las islas Hawai, pero lasondas del maremoto siguieron su viaje des-tructor hasta ser detenidas y luego refleja-das por las costas del Japón, Rusia, NuevaZelandia, Australia, etc.

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AYSÉN

Se podría pensar queAysén, su río, los puertoscercanos, Chacabuco, Aguirrey Melinka (Fig. 1) no deberíanhaber sufrido casi efectos del ma-remoto por encontrarse ubicadosen medio de canales. Sin embar-go, fueron tres las ondas que sesintieron en los diversos puntosmencionados.

La primera onda llegó a las17.10 horas a Melinka, prác-ticamente dos horas des-pués del sismo, donde produ-jo daños materiales al inundaralgunas casas, entre ellas la ofi-cina de la Alcaldía de Mar. No huboestimación de la altura alcanzada poresta primera onda.

A las 17.20 horas se experi-mentó los efectos de esta ondaen Puerto Aguirre, donde se es-tima alcanzó poco más de tresmetros de altura sobre el ni-vel del mar.

A las 17.30 horas llegó ala desembocadura del río Aysén(Fig. 2) donde, de acuerdo a la es-timación que se hizo, el agua subió 3 me-tros sobre el nivel medio. El cálculo se basóen que la onda llegó en momentos de bajamarea alcanzando a inundar las casas de laribera que normalmente quedan sobre el ni-vel de las pleas, aun de las más altas.

Diez minutos más tarde se sintieron losefectos de esta onda en Aysén, alcanzandoun sobrenivel de un metro.

El fenómeno se presentó con las caracte-rísticas de una rápida marea, produciéndo-se inundación sin rompientes.

Capítulo 1Descripción por Puertos entre los de Aysén y Lota,

incluyendo las islas del Archipiélago de Juan Fernández e isla de Pascua

La segunda onda llegó a Aysén a las 19.00horas, es decir, una hora veinte minutos mástarde. La altura de esta onda fue estimadaen 1,60 metros en la barra del río Aysén(desembocadura ) y en 0,80 metro en elpuerto.

La tercera onda que se hizo presente enAysén a las 23.00 horas, dos horas después,no fue observada en la barra por haber sidoevacuados todos los pobladores por el B/M«Sebastiana».

Fig. 1: Algunos puertos afectados porel maremoto en la zona de Aysén.

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Una mirada al plano (Fig. 1) permite apre-ciar los canales por donde tuvo que despla-zarse la onda y la gran cantidad de islas quefueron afectadas. No existen más datospues esa zona estaba prácticamentedeshabitada.

Entre Melinka y Puerto Aguirre, separa-dos entre sí por 77 millas en línea recta,se desplazó la onda a una velocidad aproxi-mada de 460 nudos. Desde luego este va-lor debe ser considerado con mucha re-serva, pues la hora en que la onda llegó acada uno de los puertos mencionados essolo aproximada. Pero en todo caso sudesplazamiento fue una velocidad consi-derable.

Entre Puerto Aguirre y la barra de la des-embocadura del río Aysén hay aproximada-mente 42 millas, distancia que también fuerecorrida en alrededor de 10 minutos, dan-do por lo tanto una velocidad media de 250nudos.

De la barra a puerto Aysén hay 7 millas,las que a su vez también fueron recorridasen aproximadamente 10 minutos lo que dauna velocidad de alrededor de 40 nudos. Laprofundidad media del río Aysén es de 6 me-

tros, pero en su barra esta profundidad eramucho menor, no sobrepasando los 3,5metros.

En el plano de la desembocadura del ríoAysén (Fig. 2) se ha achurado la zona quefue cubierta por el agua y se han indicadolos cambios sufridos por los bancos de are-na que en ella se encuentran. No se comple-tó el plano del río Aysén, pues la zona inun-dada a lo largo del río fue muy pequeña.

Sondajes efectuados sobre la barra delrío indican que la profundidad aumentó enmás o menos 0,50 metro y que la punta surdel banco de babor desapareció, aumentan-do en cambio el banco de estribor. Es pro-bable que lo sucedido con los bancos men-cionados se haya debido a una combinacióndel sismo y el maremoto. El primero puedehaber producido un asentamiento ocompactación de los sedimentos y el segun-do una remoción de los mismos barriendocon parte de ellos y trasladando el restohacia el sur.

De acuerdo a lo informado por la Autori-dad Marítima de Aysén, las riberas del ríono han sufrido cambio alguno con respectoa los niveles medios de las mareas.

Fig. 2: El achurado muestra las líneas depenetración de las olas del maremoto.(Sondas son anteriores al maremoto).

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Fig. 3: Carta SHOA 700, comprendiendo las zonas entre Maullín e isla Guafo.

ISLA GUAFO

La isla Guafo,situada a 20 millasal SSW de la isla deChiloé (Fig. 3), está formada porcerros cubiertos de bosques. Sucosta está formada prácticamen-te en todo su perímetro por barran-cos de 60 a 100 metros de altura.En la punta Weather (Fig. 4), a 146metros de altura se encuentra elfaro Guafo.

Aproximadamente 10 minutosdespués del terremoto, el per-sonal del faro pudo observar queel mar se retiraba lentamentehacia el W, hasta dejar al des-cubierto alrededor de 600 me-tros del fondo marino. Juntocon el retroceso se fue forman-do una gran ola, al W del faro,ola que avanzó de pronto so-bre la isla a gran velocidad.

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Esta primera ola fue seguida por otras tresde consideración antes de que comenzaraa declinar el fenómeno. Las olas alcanza-ron su mayor altura dentro de caleta Rica(Figs. 4 y 5) y su dirección fue de W a E.Después de chocar con la costa de la islafueron reflejadas hacia el NE.

Dos días después, el personal del faro fuea inspeccionar el barranco pudiendo cons-tatar que el agua había alcanzado hasta unaaltura de 10 metros.

Como consecuencia del sismo, la islaGuafo se levantó de 3 a 4 metros, lo que seha comprobado de diversas maneras: En pri-mer lugar, el antiguo desembarcadero, cons-tituido por una roca con su parte superiorplana, quedó inoperativo, pues junto conalcanzarse la mayor altura sobre el agua haquedado rodeada por rocas afloradas queantes no presentaban problemas por estarsumergidas.

Por otra parte, el islote Guafito (Fig. 5)quedó unido a la isla por una playa depiedrecillas de 40 metros de ancho que noalcanza a ser cubierta por las aguas ni aunen las altas mareas.

Fig. 5: Sector de caleta Ricaen la isla Guafo.

Fig. 4: Isla Guafo, las flechas negras indican ladirección seguida por las ondas del maremoto.

QUELLÓN

Las informaciones que se refieren a estepuerto situado en el extremo SE de la islaChiloé son muy escasas (Figs. 3 y 6).

Alrededor de cinco minutos después delterremoto se retiró el mar unos 50 metrospara comenzar a subir lentamente llegandoa su máximo 7 horas después. En ningúnmomento hubo oleaje y más parece que lasubida de las aguas obedeció a la marea,

Fig. 6: Detalle del puerto de Quellón,isla de Chiloé.

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que al maremoto. El agua inundó las casasde la avenida Costanera.

En una zona se salió el mar alrededor de22 metros siendo detenido por un barran-co, y en otra alcanzó a los 150 metros.

El efecto más notable es el que se pre-sentó con posterioridad al sismo, pues lasmareas alcanzan lugares a los cuales no ha-

bían llegado antes. Basado en eso y otrasobservaciones se calcula que esa parte dela isla experimentó un hundimiento de máso menos 2 metros.

Las fotografías 1 a la 6 permiten apreciarla altura alcanzada por las mareas los días4 y 5 de agosto de 1960, fecha en que secomenzaron a producir las más altas mareasdel año frente a las costas de Chile.

Foto 1: Vista parcial delmuelle de Quellón momen-

tos antes de la pleamar deldía 4 de agosto de 1960.

Foto 2: El mismo muellebajo el agua durante lapleamar del 4 de agosto de1960.

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Foto 3: Calle de Quellónfrente al mar antes de lapleamar del 5 de agosto de1960.

Foto 4: La misma calle dearriba, con la marea subien-do el 5 de agosto de 1960.La casa a medio desarmar

era el edificio de la Munici-palidad.

Foto 5: Casa de Quellón enla calle frente al mar. Lamarea subiendo el 5 deagosto de 1960.

Foto 6: La marea subiendoen la calle frente al mar en

Quellón (5 de agosto de1960). Aún no ha sido total-

mente cubierto el murocostanero.

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ACHAO

En Achao (Figs. 3 y 7) se comenzaron aproducir las primeras manifestaciones delmaremoto, cinco minutos después del te-rremoto. El agua estaba como en ebullicióny se formaron diversas corrientes que se des-plazaron en forma vertiginosa por los cana-les Dalcahue y Quinchao. Unos momentosdespués se vio como se formaba una ola,más o menos a una milla frente al puerto,la que se abalanzó hacia la costa. Poco des-pués siguieron dos olas más que se forma-ron aproximadamente en la misma parte.La que llegó con más fuerza a la costa fuela tercera, pero no produjo daños, pues enel momento del sismo la marea estaba prác-ticamente en bajamar. El agua de la terceraonda llegó hasta la línea de pleas ordina-rias (Fig. 7). Los habitantes de Achao apre-ciaron la altura de las olas en alrededor de2,50 metros.

En lo que no hubo acuerdo entre las per-sonas encuestadas en Achao, fue si el pri-mer efecto del maremoto fue una salida oun recogimiento del mar.

Al igual que en Quellón, en Achao hay se-guridad de que la isla Quinchao, donde está

ubicado el puerto, se hundió. No se ha esti-mado cuanto puede ser este hundimiento,pero las evidencias son claras.

Antes del sismo, el puerto desplayaba nor-malmente alrededor de 300 metros. Actual-mente, solo desplaya alrededor de 200metros.

Durante las mareas de sicigias se inundala parte ribereña del puerto, llegando el aguahasta la calle principal (Fig. 7), lo que nohabía sucedido antes. Este fenómeno haobligado a la evacuación de las casas cer-canas al mar.

LINAO

Las informaciones de este puerto (Fig. 3)son escasas. Alrededor de 10 minutos des-pués del terremoto se retiró el mar. Se for-maron tres olas cuyas alturas fueron apre-ciadas en 0,50 metro.

Con posterioridad al sismo, las mareasalcanzaron zonas a las cuales no llegabananteriormente, inundando el pueblo cada vezque se producen mareas de sicigias. Estose debe, al igual que en toda la zona sur, al

hundimiento experimenta-do por la tierra a raíz delos sismos.

Fig. 7: Efectos del maremotoen el puerto de Achao, isla deQuinchao.

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CALBUCO

Las informaciones obtenidas del puertoCalbuco (Figs. 3 y 8) indican que no se pro-dujo maremoto en esa zona.

Con posterioridad a los sismos se inun-dan zonas durante las altas mareas a lascuales no llegaba anteriormente el agua.

Otras consecuencias que se han notadoson hundimientos de 0,30 metro de secto-res de la playa del surgidero La Vega.

PUERTO MONTT

Informaciones obtenidas de Puerto Montt(Fig. 3) indican que en dicho puerto no seprodujo maremoto ni se han notado anor-malidades en las mareas.

Por medio de una nivelación efectuada porpersonal de la Armada en el barrio deAngelmó se comprobó que la tierra en eselugar sufrió un descenso de alrededor de 1metro.

Fig. 8: Puerto Calbuco, zona que no fue afectadapor el maremoto.

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ANCUD

De acuerdo a las informaciones del Ca-pitán de Puer to, en Ancud (Figs. 3 y 9) laprimera evidencia del maremoto fue un au-mento anormal del nivel del mar aproxi-madamente de 1 metro, 20 minutos des-pués del terremoto. Después de esta ele-vación del agua, el mar comenzó a reco-gerse, aumentando rápidamente la veloci-dad de su desplazamiento. Se presentócomo una corriente de gran intensidad enel golfo de Quetalmahue donde tomó unadirección de W a E, a la altura de su sali-da, para luego seguir la dirección de S a Nen que se retiraban las aguas de la bahíade Ancud.

El recogimiento fue enorme, quedandocompletamente descubier tos los fondosdentro del veril de cinco metros. Más afue-ra afloraron los bajos fondos. Incluso que-daron en seco lugares más profundos cer-canos a la costa, pero no se pudo apre-ciar cual era la profundidad en esos pun-tos.

La costa de la bahía fue azotada cincuen-ta minutos después del terremoto por unagran ola que se formó frente a ella en unlugar no bien precisado. La dirección de estaola fue apreciada de norte a sur. El aguaque se estaba retirando fue absorbida, dan-do lugar a la formación de una sola masade agua uniforme que semejaba una mura-lla. Se estimó que entre los faros PuntaCorona y Punta Ahui esta masa de agua te-nía una altura aproximada de 15 metros. Laobservación fue hecha por varias personas,entre ellas el patrón de una goleta, que ha-bía sido arrastrada durante el recogimientodel mar, quien en un momento determinadocomparó la altura de la masa de agua con ladel palo de su embarcación.

En su avance hacia el sur, la ola golpeó confuerza la costa noreste de la península Lacui.

Frente a punta Ahui se pudo apreciar quela altura de la ola comenzó a disminuir

siendo de aproximadamente 5 metros algolpear violentamente contra la costa delpuer to de Ancud. La acumulación violentade las aguas en el puer to hizo, al parecer,que estas se desplazaran, siguiendo lacurva oeste, este, sur, norte. La onda tam-bién penetró al estero Pudeto, pero conmenor intensidad, pues la isla Cochinosprotegió su entrada.

Posteriormente, en el lapso comprendidoentre esta onda de gran amplitud y las 17.00horas, alcanzaron la costa tres ondas más,pero de intensidad y fuerza mucho meno-res, las que se presentaron como salidasde mar por aumento anormal de las aguas.

En el plano (Fig. 9) se han marcado diver-sos puntos que fueron inundados y se hantrazado líneas de niveles máximos alcanza-dos por las aguas en diferentes sectores dela costa de la bahía de Ancud y del esteroPudeto.

En el sector de la ciudad, estos puntos es-tán marcados sobre las calles, lugares dondeel mar alcanzó su máxima penetración.

Las distancias máximas representadaspor los puntos (4) y (10) corresponden a unacalle con una altura de 1,50 metros sobreel nivel del muelle y a un sector que estábajo el nivel del mar, respectivamente. Laaltura del cabezo del muelle es actualmen-te de 4,70 metros sobre el nivel medio delmar.

En los espacios comprendidos entre lospuntos a que se ha hecho referencia, lasaguas llegaron a distancias menores debi-do al bloqueo de la edificación en sus par-tes bajas y al muro que formaron los cerroscortados a pique, ubicados a poca distan-cia de la orilla del mar (Foto 8).

En la costa sur de la bahía, el mar cubrióuna gran extensión, debido a la amplitud delas playas en ese sector, llegando el aguahasta el pie de los cerros que se levantanverticalmente.

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Fig. 9: Dirección de las ondas del maremotoen la bahía de Ancud y ubicación de los

puntos afectados por el fenómeno.

En las costas del golfo de Quetalmahue, tanto en su partenorte, sur y oeste, el agua subió sin fuerza más o menos 1,50metros.

En cuanto a la costa comprendida entre los faros Punta Co-rona y Punta Ahui como asimismo en la costa norte de la ciu-dad entre las puntas San Antonio y Colorada, el mar golpeó consuma violencia, pero por ser costa alta, las aguas solo inunda-ron sus playas y sectores bajos.

En el estero Pudeto, las aguas alcanzaron el sector marcadoen el plano (Fig. 9). Los puntos indicados corresponden a luga-res en que se comprobó fehacientemente que había llegado elagua. En el mismo río, el mar inundó una gran zona de la riberaeste, a la altura de la desembocadura, la que ha sido marcadacon flechas en el plano.

También las aguas cubrieron una gran extensión de la costanorte del sector Pudeto. La zona inundada no se puede preci-sar con exactitud por lo que no ha sido marcada en el plano. Elsector Pudeto y la desembocadura del estero recibieron losefectos del maremoto bastante atenuados, como ya se ha men-cionado, debido a la protección que le dio la isla Cochinos.

En la zona ubicada entre los puntos (5) y (10) del plano for-mado por terrenos bajos, incluso por terrenos bajo el nivel mediodel mar y por playas, existía un barrio llamado La Arena, com-puesto por numerosas casas de madera el que fue totalmentearrasado (Foto 7).

Por otra parte de una casa de madera situada aproximada-mente en el punto (4) a 25 metros de la orilla y a 1 metro sobreel nivel medio del mar no sufrió daños, pues fue protegida delembate de la ola por algunos pinos plantados en su frente.

Se ha podido constatar que las aguas de la bahía de Ancud yzonas circundantes están actualmente 1,20 metros aproxima-damente más altas; lo que es una clara evidencia del hundi-miento del terreno experimentado a raíz del sismo. Las obser-vaciones que han conducido a esta apreciación son las siguien-tes:

a) En pleamar, el agua abarca en la actualidad con mayor am-plitud las playas y sectores bajos de la costa que antes delsismo.

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Foto 7: Vista aérea de la parte suroeste de la ciudad de Ancud. Par te superiorizquierda corresponde al lugar en que estaba ubicado el barrio La Arena. (Lafotografía abarca la zona entre el punto 6 y más al sur del punto 10 de la Fig. 9).

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Foto 8: Vista aérea de la par te noreste de la ciudad de Ancud. (La fotografíacorresponde a la zona comprendida entre los puntos 5 y la punta San Antonio;ver Fig. 9).

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Foto 9: Vista aérea del sector de Pudeto. (La fotografía co-rresponde al sector inmediatamante al este del punto 1 de laFig. 9.

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b) En la poza del sector del puerto, las em-barcaciones menores y aun goletas detonelaje grueso mayor de 25 toneladas,atracan al molo de defensa cuando laaltura de la marea lo permite lo que noera posible antes del sismo ni en mareade sicigias.

c) La marea de sicigias de los meses dejulio y agosto (las más altas del año1960) alcanzaron la parte baja de la ciu-dad, en especial en el sector del puerto.

Otras observaciones que cabe consignarson numerosos derrumbes pequeños en loscontornos de la bahía y los cambios experi-mentados en el estero Pudeto.

La barra del estero se ha hecho menospeligrosa, pues hay actualmente mayor pro-

fundidad sobre ella y el estero en generalse ha ensanchado. Los terrenos bajos desus orillas están actualmente cubier tos porel agua (Foto 9).

FARO PUNTA CORONA

El faro Punta Corona está situado en lacosta norte de la isla de Chiloé sobre uncerro de 66 metros de altura (Figs. 3 y 10).

Debido al terremoto se derrumbó la torredel faro y el jefe de dicho faro Sr. GabrielJiménez, junto con su familia y demás per-sonal, se vieron obligados a alejarse de lascercanías de las edificaciones para evitarmayores desgracias en el caso que se caye-ran las torres de la antena de la radio. Alalejarse de las edificaciones lo hicieron en

Fig. 10: Direc-ción de la olaque cruzó por elistmo deYuste.

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Lámina a: Esquema en el que se muestra el istmo de Yuste y laplaya Chaumán antes del maremoto.

dirección aproximada al oeste bajandoparte del cerro por lo que perdieron devista el golfo Coronados y la entrada alcanal Chacao, pero pudieron ver lo queocurrió frente a la playa Chaumán (Fig.10 y Lámina a).

Entre 8 a 10 minutos después delterremoto vieron que el mar comenzó aretirarse de la playa en forma lenta has-ta dejar al descubierto alrededor de 500metros de fondo marino. Este procesoduró alrededor de 10 minutos. Junto conretroceder se iba formando, aproxima-damente a 800 metros de la costa, unaenorme ola de 15 a 20 metros de altu-ra. Delante de esta ola se apreciabanolas más pequeñas muy similares alagua en ebullición (Lámina b). Forma-da la ola, esta daba la impresión deestar detenida lo que se debió segura-mente a que la ola seguía formándosesin que se pudiera apreciar desde tie-rra. De pronto, esta verdadera pared deagua, avanzó a gran velocidad y con granfuerza en dirección a la costa. Pasó porsobre el istmo Yuste, cruzó el esteroChaular, barriendo parte de la penínsu-la Punta Larga de Chaular que cerrabael estero por el sureste, penetró des-pués por el saco del puerto Inglés y si-guió por el golfo de Ancud hacia el sur.En su paso por sobre el istmo Yustearrasó con unas casas que allí había ycon todas las embarcaciones menoresque encontró a su paso (Lámina c).

El agua no se había retirado total-mente cuando se formó aproximada-mente en el mismo lugar de la primerauna segunda ola, pero de menor altu-ra, la que no alcanzó a cruzar por so-bre el istmo. El Sr. Jiménez no pudoapreciar si se formó una tercera ola,pero en todo caso pudo comprobar queel mar mantuvo sus condiciones anor-males durante varios días. Ademásaseguró que la amplitud actual de lamarea es mucho menor que antes delsismo.

Lámina b: Esquema de la formación de la ola frente a la playaChaumán.

Lámina c: Momento en que el istmo Yuste es arrasado por la oladel maremoto.

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Generalidades de la zona de Chiloé

De los sondajes y reconocimientoshidrográficos practicados por los buques de la Armadaen la zona de Chiloé, se puede adelantar que los fon-dos de todos los canales sufrieron alteraciones comoconsecuencia de los sismos, habiéndose apreciadoque en general aumentaron su profundidad debido alhundimiento general experimentado en la zona sur deChile.

Se constató también que las corrientes de ma-reas aumentaron sus intensidad especialmenteen el canal Chacao, paso Tautil y entradas a Quellón.

Una descripción más detallada de los cambios en elrégimen de las mareas de esta zona se encontrará en elCapítulo IV.

MAULLÍN

En Maullín (Figs. 11 y 12) se produjo el maremotomás o menos 20 minutos después del terremoto. Suprimera evidencia fue un recogimiento de las aguas,seguido por ocho ondas de proporciones, de las cua-les la segunda y la cuarta fueron las más altas, esti-mándose sus alturas en 14 metros. Las aguas pene-traron profundamente al interior y las ondas se propa-garon río arriba, con gran fuerza destruyendo todo loque encontraron a su paso. Hay evidencias de que latierra se hundió, ya que el lugar en el cual se asentaba lapoblación de Quenuir está actualmente cubierto por elmar, como asimismo la parte baja de Maullín (Foto 10).

En el plano (Fig. 12) no se pudo in-dicar en detalle la zona inundadapor carecer de mayores datos.

Fig. 11: Vista parcial de la costa deChile comprendida entre Talcahuano y

Maullín

Fig. 12: Vista de la bahía yrío Maullín.

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Foto 10: Vista aérea del sector de Maullín.

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CALETA MANSA

El maremoto comenzó en caletaMansa (Figs. 11 y 13) 15 minutosdespués del terremoto, en forma deuna ola con altura estimada en 8 me-tros seguida por dos olas más, con in-tervalos de 10 a 15 minutos y con al-turas progresivamente mayores. La se-gunda ola tuvo una altura de aproxi-madamente 10 metros y la tercerafue estimada en 12 metros.Después el fenómeno comen-zó a declinar manteniéndoseanormales las con-diciones del mar du-rante varios días.

Las olas tuvieron sumayor altura a la entradade la bahía y fueron descritascomo avalanchas de agua sin rom-pientes. La tercera ola sobrepasó una bo-dega cuyo punto más alto estaba 12,50 me-tros sobre el nivel de reducción de sondas(La amplitud de la marea en caleta Mansaes de 1,80 metros).

En general, la inundación experimentadafue escasa por ser alta la costa de la cale-ta. Los niveles alcanzados están indicadosen el plano (Fig. 13).

En el momento del terremoto se encon-traba iniciando la faena de carga la motona-ve «Isabella», la cual apenas comenzó a su-bir el agua debido a la primera ola, cortósus amarras y cadenas para salir del puer-to. A bordo quedaron los estibadores, mien-tras el resto del personal que se encontra-

ba en el muelle y en tierra ganó rápida-mente, junto a sus familiares, los luga-res altos; los que felizmente estaban cer-ca. Debido a la rapidez con que se actuóno hubo que lamentar pérdida de vidas.La motonave «Isabella» logró salir de lacaleta después de haber quedado vara-da por unos momentos debido al recogi-miento de las aguas, que siguió a la pri-mera onda.

Se pudo observar desde el cerro, al cualhabía subido la gente, como las olas pe-netraban dentro de la caleta y luego serecogían arrancando y arrastrando casas,árboles y 50 metros del muelle de acce-so (Foto 11).

Fig. 13: El esquema muestra las líneas de penetra-ción de las olas del maremoto en caleta Mansa.

Foto 11: Muelle de acceso parcialmente destruido en caletaMansa.

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En los momentos de retirada de las aguasquedaba gran parte de la bahía en seco. Elcabezo del muelle a la altura del cual hay 8metros de agua, referidos al nivel de reduc-ción de sondas, quedó tres veces en seco,apreciándose que en el momento de mayorrecogimiento del mar, que fue entre la se-gunda y la tercera onda, este aún se retiróunos 200 metros más afuera.

Al día siguiente caleta Mansa estaba lo su-ficientemente normal como para permitir la en-trada de la motonave «Isabella» la que desem-barcó a los estibadores que tenía a bordo.

Observaciones posteriores indican queel cabezo del muelle resistió per fectamen-te el embate de las olas y solo se destru-yeron 50 metros del muelle de acceso.

También se efectuaron sondajes para ve-rificar cambios, comprobándose que no seprodujeron variaciones en el fondo de estacaleta.

RÍO BUENO

De acuerdo a las observa-ciones efectuadas por el A.P.«Piloto Pardo» que procedió asondar la ensenada Dahui y labarra del río Bueno (Fig. 11) ygran parte de este último, se en-contró que la barra del río habíasufrido algunos cambios de con-sideración. Antes del maremo-to la profundidad referida al ni-vel de reducción de sondas erade 3 metros sobre la barra, laque aumentó a 5,75 metroscomo profundidad mínima des-pués del fenómeno. La barra

aunque disminuida, siempre presenta peli-gro, por lo cual su cruce podrá efectuarsesolo en determinadas circunstancias y conla ayuda de un práctico.

En cuanto al río mismo, este no sufrió va-riaciones ya que en general se encontró deacuerdo con las profundidades anteriormen-te medidas.

Con el aumento de profundidad sobre labarra existe la posibilidad que esta vía flu-vial pueda nuevamente ser utilizada por bu-ques de tamaño adecuado, hasta Trumao oincluso más arriba.

CORRAL Y RÍO VALDIVIA

De la bahía y puerto de Corral es dondese cuenta con mayor cantidad de informa-ciones, pues en el puerto se encontrabanfondeados tres buques de la Marina Mer-

Fig. 14: El esquema muestra las líneas de pene-tración de las olas del maremoto en la bahía y puertode Corral.

Posición aproximada hendidura

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cante: «Canelos», «Carlos Haverbeck» y «San-tiago»; los cuales sufrieron los terribles efec-tos del maremoto, perdiéndose totalmentelos dos primeros. Además se cuenta con in-formaciones de personas que observaron elfenómeno desde tierra y los informes de lasautoridades marítimas.

El maremoto se presentó sumamentecomplejo debido al río Valdivia que desem-boca en la bahía de Corral. Las informacio-nes reu-nidas coinciden en general y solohay algunas discrepancias en ciertos deta-lles. Con el objeto de que la descripción delo acontecido no sea muy confusa se consi-derará primeramente un relato general delfenómeno y después lo que sucedió y se vioen tierra para enseguida tratar en detalle loocurrido con cada uno de los buques y ana-lizar finalmente los cambios en la bahía.

El terremoto que fue apreciado con movi-miento del noroeste-sureste fue sentido abordo con gran violencia. Los buques se es-tremecían fuertemente y los palos y plumasse bamboleaban dando la impresión de queiban a quebrarse. En el «Canelos» se vinoabajo una ruma de sacos. El movimiento erasemejante a una violenta marcha atrás atoda fuerza.

En el puerto de Corral no se produjo casidestrucción por el terremoto. En la parte altahubo algunas grietas en la tierra que causa-ron más alarma que daños. En cambio al otrolado de la bahía, en Niebla (Fig. 14), hubo másdestrucción y se vio y oyó claramente comose produjo un gran derrumbe en las cercaníasdel faro Niebla. También se produjeron gran-des daños en el antiguo fuerte Niebla.

Mientras duraban los efectos del terre-moto llamó la atención lo que estaba su-cediendo en el mar, el que comenzó a bur-bujear igual que el agua al hervir. Luegolos buques comenzaron a bambolear, de-bido a movimientos horizontales no muylargos del agua. Se formaron pequeñasolas, verdaderos escarceos, que no alcan-zaban a reventar.

Alrededor de unos 10 minutos despuésde ocurrido el terremoto, el Piloto 2º del «Ca-nelos», Sr. Harold Weller —que se encontra-ba de guardia en el buque—, vio que el niveldel mar bajaba lentamente. Calcula que bajó1 metro o un poco más en unos 2 minutos.Este movimiento al parecer solo fue apre-ciado por dicho oficial, pues nadie más in-formó sobre él. El Piloto Sr. Weller aseguróque no se había engañado pues lo pudo apre-ciar claramente desde el lugar en que seencontraba. Poco rato después, alrededorde las 15.25 horas, comenzó a llenar lenta-mente formándose corrientes cada vez másrápidas en la bahía. Se apreciaba una co-rriente en el borde norte del banco Tres Her-manas que aumentaba su velocidad cons-tantemente. Alrededor de las boyas se for-maron barbas por la velocidad del agua. Loprimero que quedó sumergido fue el muellede una compañía conservera ubicada enpunta Laurel. Poco después el agua comen-zó a sobrepasar el muelle de pasajeros. Lasprimeras casas del camino entre Corral yAmargos fueron arrancadas de sus cimien-tos y tumbadas, lo mismo que las primerascasas del barrio conocido como Corral Bajo(Fig. 14). El agua siguió subiendo, inundán-dose los primeros pisos de las casas de lacalle 6 de Mayo, la principal del puerto, ubi-cada cerca de la costanera. Un grupo esco-lar situado en el comienzo del camino aAmargos quedó bajo agua hasta el nacimien-to del techo. En esta primera onda, el aguaalcanzó una altura que se ha estimado de 3a 5 metros sobre el nivel del mar en esemomento.

Aproximadamente a las 15.50 horas co-menzó a bajar el nivel de las aguas, primerolentamente y después con gran rapidez. Lavaciante arrastró muchas casas, como asi-mismo a los buques «Canelos» y «CarlosHaverbeck», mar afuera. Pronto comenzó aquedar en seco la playa de Corral. El aguase retiró alrededor de 30 metros en sentidohorizontal desde el relleno de dicho puerto.

A las 16.25 horas entró en la bahía unagran masa de agua, proveniente de una enor-

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me ola que se formó frente a la bahía quefue descrita como: «Un gran oleaje con fuer-za envolvente que destruyó todo lo que en-contró a su paso como: muelles, edificacio-nes de concreto y madera e instalacionesde armaduras de fierro, como la subestaciónde la Compañía de Electricidad y la Usinade los Altos Hornos».

La estimación más exacta de la altura al-canzada por el agua en esta segunda o terce-ra ola, otra de las grandes en Corral, fue de8,50 metros a pesar de haber informacionesque se produjeron daños en lugares ubicadoshasta 10 metros sobre el nivel medio del mar.Es muy difícil precisar si fue la segunda o latercera ola la más alta, siendo probable queambas hayan sido muy similares.

La inundación producida por la segundaola se mantuvo estacionaria durante algunosminutos para luego comenzar a vaciar pri-mero en forma lenta y después a gran velo-cidad, alcanzando 15 a 20 nudos. Este reco-gimiento del agua arrastró toda la poblaciónde Corral Bajo, parte de Corral Alto, pobla-ción La Aguada (parte baja), camino a Amar-gos, caleta Amargos, parte baja de Niebla yotras poblaciones que se encontraban cons-truidas en terreno de menos de 10 metrosde altura sobre el nivel medio del mar.

Los buques fueron arrastrados ygolpeados contra la costa y varadoscomo se describirá en detalle másadelante. Mientras se retiraba elagua, se formó una extraña hendidu-ra o abismo, más o menos entre elbanco Tres Hermanas y punta Piojo(Fig. 14). El fenómeno fue claramen-te apreciado desde el «Carlos Haver-beck» que a la sazón se encontrabavarado sobre el banco Tres Hermanasy desde los cerros de Corral. De acuer-do a la descripción de los testigos,daba la impresión de que el agua pro-veniente del interior de la bahía y delrío cayeran a una hendidura de unos6 a 8 metros de profundidad y de unos10 metros de ancho, emergiendo en

forma turbulenta al otro lado para continuarluego hacia afuera. Dos remolcadores quetrataban de escapar en dirección al río, fue-ron arrastrados hacia la hendidura. Uno deellos el «Pacífico», muy característico por sucolor blanco, cayó semi de popa y costado(Lámina d) dentro del abismo sufriendo unadoble vuelta de campana antes de desapa-recer. No se ha sabido nada más de eseremolcador ni se han encontrado restos deél. El patrón del «Pacífico» salvó milagrosa-mente sin que se pueda explicar cómo, yaque su último recuerdo antes de volver ensí, a 0,75 millas de distancia en una de lasplayas de la isla Mancera, es la caída en elabismo, mientras el remolcador se daba vuel-ta de campana. El otro remolcador llamado«Pudeto», también fue arrastrado en direc-ción al abismo, pero su patrón con más pre-sencia de ánimo y disponiendo tal vez demejores máquinas, logró hacer virar su bu-que y se lanzó a máxima velocidad en direc-ción, a la hendidura logrando cruzarla. Supaso sobre la hendidura fue casi simultá-neo con la doble vuelta de campana del «Pa-cífico». Poco después se produjo la terceraola la que lo arrastró nuevamente haciaadentro quedando frente a la isla Mancera.El patrón vio una posibilidad de salvación, yaprovechando las corrientes logró internar-se por el río Torna Galeones, llegando al díasiguiente a Valdivia.

Lámina d: Esquema en el que se muestra elmomento en que el remolcador «Pacífico»

es arrastrado a la hendidura.

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Los testigos calculan que la hendidurase mantuvo aproximadamente 15 minutosde los 20 minutos que duró la vaciante.

La baja del agua fue considerable, que-dando gran parte de la bahía prácticamen-te en seco. Debe considerarse que si elagua subió 8,50 metros debe haber teni-do una baja similar, lo que da una ampli-tud para la segunda y tercera onda de 17metros.

Mientras se mantenía la hendidura sepudo apreciar, desde tierra, como el aguaproveniente del interior de la bahía y del ríocaía formando una cascada de 3 a 4 me-

tros de altura, por el lado oeste del banco TresHermanas (Lámina e) y arrastraba consigo losmillones de metros cúbicos de arena y tierraque se habían acumulado a través del tiem-po. Los cambios producidos por esta comopor la tercera ola en la batimetría de la bahíade Corral pueden apreciarse en la compara-ción de los planos (Figs. 15 y 16).

La tercera onda al igual que las anterio-res comenzó a llenar lentamente para ir au-mentando su velocidad hasta unos 15 a 20nudos. La hora en que comenzó esta nuevaonda no fue registrada y su duración fue es-timada en 20 minutos.

Lámina e: Esquema mostrando al «Carlos Haverbeck»sobre el Banco Tres Hermanas, en el momento de lamáxima vaciante.

Los gráficos muestran los cambios en la batimetríaproducidos en el puerto de Corral por efecto delfenómeno.

Fig. 15

Fig. 16

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El agua inundó nuevamente grandes zo-nas y, principalmente en Corral Bajo, se apre-ció que penetraba más profundamente, loque seguramente se debió a que como yahabían sido arrasadas las casas ubicadasmás cerca del mar, el agua encontró menosresistencia en su avance. Algunas casas quehabían sido arrastradas hacia la bahía fue-ron devueltas y acumuladas grotescamentecontra los faldeos de los cerros, como pue-de apreciarse en la foto 16.

Esta llenante también dio vuelta de cam-pana al remolcador «Oriente» el que fue lan-zado sobre los altos Hornos de Corral don-de quedó de costado una vez que se norma-lizó la situación. Con excepción de uno delos tripulantes, los demás lograron escaparcon vida.

Esta fue la última ola grande. Siguieronmuchas otras durante varios días, pero to-das ellas fueron disminuyendo su amplitudpaulatinamente.

Al producirse la vaciante después de latercera ola, no se apreciaron nuevos fenó-menos en la bahía, como la hendidura de lavaciante anterior o la cascada en un costa-do del banco Tres Hermanas.

La destrucción tanto de Corral como enotros puntos de la bahía y del río hastamucho más arriba de Valdivia fue cuantio-sa. Las ondas remontaron y bajaron por elrío causando grandes estragos en las zo-nas bajas de Valdivia. No se dispone dedatos sobre la distancia desde la desem-bocadura en que se sintieron los efectosdel maremoto, pero ella debe haber sidoconsiderable (Fotos 10 a la 19).

Fotos 10 a la 13: Destrozos ocasionados por elmaremoto en el puerto Corral, arriba se ve la calle 6de Mayo, principal de este puerto. A continuaciónLos Altos Hornos y detalles de un edificio y de ungalpón que se aprecian en la foto 11.

Foto 10

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Los movimientos a que estuvieron suje-tos los buques que se encontraban fon-deados en la bahía de Corral en el mo-mento del maremoto como asimismo sustrágicos fines merecen ser descritos mi-nuciosamente, pues ello constituye una ex-periencia valiosa y permite arrojar algo másde luz sobre el fenómeno.

Considerando lo complejo de la si-tuación se ha estimado como lomejor la descripción detallada delo que aconteció a cada buqueen forma independiente de losdemás.

En el momento de producir-se el terremoto, los buques seencontraban en las siguientesposiciones:

— «Carlos Haverbeck» (Fig. 17). Fondeadoa la gira con dos anclas, estribor con 8paños de cadena y babor con 4 paños decadena, esperando marea para acode-rarse a la boya Nº 2, pues había recaladoal puerto a las 13.35 horas.

— «Canelos» (Fig. 20).Acoderado a la boya Nº 1 con tres alambresde 1” y una espía de 8” y fondeado con dosanclas, estribor con 7 paños de cadena ybabor con 5 paños de cadena.

— «Santiago» (Fig. 21). Atracado al muelleFrancés, fondeado con dos anclas y con dosespías pasadas a una boya a proa babor,dos espías a tierra por la popa babor y unaespía a una boya a popa estribor.

El primer buque que sufrió los efectos delmaremoto fue el «Carlos Haverbeck» (Fig.17). Al producirse la ola, se formó una fuer-te corriente que comenzó a arrastrar al bu-que en dirección a la isla Mancera. Como lacorriente de flujo era cada vez mayor, se arrióun paño y medio más de cadena de babor, ycon las máquinas, que estaban listas des-de el momento del terremoto, se dio todafuerza avante. Pero estas medidas no fue-

Fig. 17: Movimientos sufridos por el “CarlosHaverbeck” durante el maremoto.

ron suficientes, pues la fuerza de la corrien-te era muy grande y la compresa del cabres-tante del ancla de estribor aflojó, largándo-se el chicote y con ello el buque quedóaguantando por una sola ancla. El «CarlosHaverbeck» fue arrastrado hasta la posición3. Poco después el buque derivó hacia ba-bor, en dirección al vapor «Santiago» que es-taba amarrado al muelle Francés y que enese momento trataba de desabracar. A pe-sar de todos los esfuerzos para evitar la co-lisión, el «Carlos Haverbeck» rozó fuertemen-te de costado al «Santiago». Un falucho queestaba atracado a este último fue destroza-do totalmente, sirviendo como amortiguadorde la colisión. Como el «Carlos Haverbeck»

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Fotos 14 a la 17: Otros aspectos de los destrozos causadospor el maremoto en el puerto de Corral, en las tres primeras seaprecia el sector de Corral Bajo; en la foto 15, visto desde loscerros, se divisa al «Carlos Haverbeck» varado. La última ima-gen son los restos de la planta Ballenera ubicada en caletaSan Carlos.

Foto 14

Foto 15

Foto 16Foto 17

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aún tenía máquinas logró llegar con ayudade ellas hasta la posición 5. Se sucedieronmomentos de corrientes y calmas que no pu-dieron ser detallados, que hicieron derivar albuque dentro del puerto. En un momento el«Carlos Haverbeck» fue lanzado sobre la boyaNº 3 y a pesar que tenía paradas las máqui-nas se enredó la cadena de la boya en la héli-ce dejando al buque imposibilitado de moversus máquinas. Mientras el buque se mante-nía entre las posiciones 6 y 7 se vio como sedesmoronó el muelle Francés al cual estabaamarrado el «Santiago».

Aprovechando un momento de relativa cal-ma, el «Carlos Haverbeck» quiso pasar espíasa la proa del «Canelos» que en ese momentose mantenía firme en su posición. Para ellollamó al remolcador «Puma» que se encontra-ba en las cercanías, el cual acudió de inme-diato. En el momento en que se iba a comen-zar la maniobra se hizo notar con fuerza laprimera vaciante. El «Canelos», debido a la co-rriente, cortó los alambres y espías y salió auna velocidad estimada en 10 nudos haciafuera de la bahía arrastrando sus cadenas.Detrás de él salió el «Carlos Haverbeck» quienaún estaba aguantándose con la cadena debabor, por lo que fue revirado y quedó con laproa en dirección hacia los Altos Hornos. Searrió cuanta cadena se pudo, pero esta fueincapaz de soportar tanto esfuerzo, aflojándo-se la compresa y largándose la cadena com-pleta. A partir de ese momento el «CarlosHaverbeck» quedó completamente a mercedde las olas y de las corrientes. El buque siguiósu vertiginosa carrera hacia fuera, pasandomuy cerca de la costa. Junto a él fueron arras-tradas muchas casas, algunas de las cualesestaban entre el buque y la costa. Hubo unmomento en que el buque quedó detenido enpunta Laurel. No debe haber sido más de dosminutos, pero fue aprovechado por tal vez ocho

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estibadores que lograron ganar la costa sal-tando a las casas que habían entre el buquey tierra firme. No fue posible que lo hicieranmás, pues luego el buque fue sacado de esaposición y encallado de popa en punta Choro-camayo.

Las averías sufridas por el “CarlosHaverbeck” al encallar fueron considerables.Mientras duró la vaciante, el buque permane-ció varado en punta Chorocamayo. No sabien-do qué podía venir, comenzaron a tomar medi-das a bordo para tender andariveles a tierra,pero desafortunadamente no hubo tiempopara ello pues se comenzaron a sentir los efec-tos de la segunda ola, la que desencalló elbuque y lo arrastró semi hundido de popa hastael banco Tres Hermanas donde quedó varadoen la posición 12. En ese punto resistió lallenante la que fue descrita por el capitán del

buque «como una marea muy rápida sin rom-pientes que se internaba en la bahía». Alrede-dor del buque se formaron grandes remolinos.En esa posición se mantuvo alrededor de 20minutos (Fig. 17).

En un momento determinado en que seprodujo un poco de calma y estando el bu-que varado en este punto, una docena deestibadores, sin orden alguna, se largó enuno de los botes salvavidas que estaba sus-pendido de un solo pescante logrando lle-gar a tierra después de muchos esfuerzos.

También se hizo arriar el otro bote salva-vidas en el cual se embarcaron 22 perso-nas, pero luego de estar separados del bu-que comenzó a producirse la corriente devaciante con lo que el bote retornó a su cos-tado, regresando los tripulantes a bordo del«Carlos Haverbeck» con excepción de tres,el 3er. Piloto, un marinero y un lanchero. Losdos últimos desaparecieron y no se supomás de ellos.

El 3er. Piloto Sr. Eduardo Soto Ulloa, queestaba al mando de la embarcación se sal-vó milagrosamente. Lo que le sucedió lo re-lató el mismo a su colega, el 1er. Piloto Sr.Carlos Hartmann Orostegui. Su historia estan extraordinaria que se ha estimado inte-resante relatarla:

«Apenas cayó al agua, el bote fue totalmen-te despedazado por la fuerte corriente. El aguaya había bajado tanto alrededor del «CarlosHaverbeck» que pudo caminar por el fondo.Su esperanza era poder llegar hasta la hélicepara tomarse de ella y evitar ser arrastrado.No pudo lograr su propósito pues la corrienteera demasiado fuerte, pero vio como las as-pas de la hélice estaban dobladas y la cadenade la boya enredada en ella. La corriente devaciante lo arrastró mar afuera. Sus recuer-dos no son muy claros. Se golpeó muchasveces en diferentes partes del cuerpo. El sal-vavidas que llevaba puesto lo salvó de morirahogado. Una vez en medio de la bahía, vioun bote al cual se subió, pero al poco rato elbote se volcó y cayó nuevamente al agua.

Foto 18: Falucho que fue lanzado detrás de Los AltosHornos de Corral.

Foto 19: Avenida Arturo Prat cubierta por el agua del ríoValdivia, como consecuencia del hundimiento del terreno.

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Una fuerte corriente lo tiró adentro, lo que se-guramente correspondió a la tercera ola. Re-cuerda que logró tomarse de un madero per-diendo posteriormente el conocimiento. Vol-vió en sí en un lugar del río Valdivia llamadoCancahual, aproximadamente a 4 millas dela desembocadura donde fue recogido alrede-dor de las 20.00 horas por los habitantes dellugar. Tenía el cráneo fracturado y una o doscostillas quebradas. En Cancahual permane-ció desde el domingo hasta el viernes cuandofue llevado a Valdivia, recibiendo recién en-tonces la primera atención médica.»

Al producirse la vaciante después de lasegunda ola, el «Carlos Haverbeck» fue vira-do y arrastrado sobre el banco Tres herma-nas en dirección aproximada al norte que-dando varado en la posición 13 (Ver Fig. 17).Desde ese punto se pudo apreciar claramen-te la hendidura que se formó y como la ba-hía fue quedando prácticamente en seco.La corriente era muy rápida y por el costadoestribor se fue formando un acumulamientode arena el que contribuyó aún más a la yapronunciada escora del buque (Lámina f).

La tercera ola arrastró al buque, siempresobre el banco Tres hermanas, dejándolo va-rado en la posición 14. Mientras sucedía esto,se vio como simultáneamente por un lado dela bahía salía el vapor «Santiago» y por el otro,cerca de Niebla, entraba a gran velocidad yfuertemente escorado el vapor «Canelos» pa-sando por sobre rocas y el espigón que sehabía construido a la salida del río Valdivia.

Al producirse la nueva vaciante, el «Car-los Haverbeck» fue arrastrado nuevamentequedando varado definitivamente en la po-sición 15.

Para finalizar lo tocante al «CarlosHaverbeck» cabe consignar aquí el salvamen-to de sus tripulantes y oficiales. Si bien yano habían olas gigantescas, las condicionesde la bahía estaban lejos de normalizarse.Nuevas olas entraban a la bahía formándo-se fuertes corrientes que dificultaron enor-memente el desembarco. Como el buque yano contaba con botes salvavidas hubo queutilizar la embarcación de servicio, la cual almando del 1er. Piloto logró hacer cinco via-jes a tierra transportando cada vez entre 10a 12 tripulantes. La maniobra fue difícil, lar-ga y arriesgada (Fig. 18), pero se pudo des-embarcar a toda la tripulación. Cuando soloquedaban a bordo el capitán y siete oficia-les y el bote se aproximaba al buque se for-mó una fuerte correntada que destruyó albote contra el costado del «CarlosHaverbeck». El personal que estaba en elbote logró salvarse. Esto sucedió a las 22.42horas.

El «Carlos Haverbeck» había continuadoescorándose cada vez más subiendo el aguahasta la cubierta de botes. Con gran esfuer-zo lograron echar una balsa al agua, aban-donando definitivamente el buque a las23.00 horas cuando tenía 60 grados de es-cora (Fotos 20 y 21).

La balsa fue arrastrada primero a isla Man-cera (Fig. 19), pero no pudieron ganar la costade la isla ni la de Corral. Después la balsa fuearrastrada ora hacia el interior ora mar afue-ra, hasta que una corriente más fuerte losarrastró hacia el norte. Pasaron a 200 metrosdel «Santiago», que se encontraba a salvo yfondeado, haciéndole señales luminosas ygritando, pero dicho buque no pudo prestar-les ayuda. La corriente los continuó arras-trando hacia afuera, hasta frente al morroGonzalo donde cambió su dirección. Final-mente quedaron varados en una playa al surLámina f: Acumulación de sedimento a un costado

del «Carlos Haverbeck» mientras se encontrabavarado en el banco Tres Hermanas.

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de la caleta San Carlos. Una vez desembar-cados, alrededor del 01.30 horas del 23de mayo, escalaron un risco hasta llegar auna casa donde pasaron el resto de la no-che. Cerca de dicha casa, en una planiciea más o menos 25 metros sobre el niveldel mar encontraron restos de casas y otrosobjetos que deben haber sido lanzados porlas olas del maremoto hasta esa altura.

A su regreso por tierra a Corral pa-saron cerca de caleta Amargos, yvieron en una quebrada, ubicadadetrás de un bosque de eucalip-tos, la lancha amarradora delpuer to de Corral y el segundopiso del hotel que existía en Amar-gos.

El otro buque que se perdió por el ma-remoto fue como ya se ha dicho, el «Cane-los» también de propiedad de la firmaHaverbeck y Skalweit. El «Canelos» sopor-tó bien la llenante de la prime-ra onda pero al producirse lavaciante se cortaron las es-pías con que estaba amarra-do a la boya y el buque fue arras-trado hacia afuera pasando muy cerca de lacosta; con sus anclas garreando (Fig. 20).Como inmediatamente de producido el te-

Fig. 18: Salvataje en bote del personal del«Carlos Haverbeck».

Foto 20: Vapor «CarlosHaverbeck» varado frente al

puerto de Corral.

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rremoto se había ordenado alistar lasmáquinas, el buque pudo ayudar-se con ellas en esta primerafase. Otra precaución que sehabía tomado, fue desembarcar a todos losestibadores después de producido el terre-moto. Estando en la posición 2 pudo, conayuda de sus máquinas y las anclas,resistir en bastante buenascondiciones la segunda olaaunque quedó atravesado alsentido de avance del agua y se escorópeligrosamente.

Al producirse la fuerte vaciante, el buquefue arrastrado a la posición 4. En recorrerla distancia de 1,5 millas se calcula que de-moró diez minutos. En ese punto había mu-chas corrientes y oleajes encontrados, losque lo arrastraron ora más al norte ora másal sur. Como aún el buque tenía máquinas,sus tripulantes esperaban poder salir dela bahía por lo que comenzaron a virarlas cadenas. Mientras se encontrabanen la maniobra se produjo en esa zonaun fuerte aumento de la corriente va-ciante la que dejó al buque totalmente enseco. La recogida fue tan rápida que no al-canzaron a parar el cabrestante y las má-quinas antes de quedar en seco, por lo quela hélice comenzó a levantar fango y arenadel fondo. También, se les tapó la aspira-ción del condensador quedando momentá-neamente sin máquinas. Desde el «Cane-los» se veían las cadenas de las anclas ten-didas sobre el fondo y la bahía de Corral

Fig. 19: Salvataje en balsa de los Oficiales del«Carlos Haverbeck».

Foto 21: Vista aérea delvapor «Carlos Haverbeck».

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Fig. 20: Movimientos sufridospor el «Canelos» durante el ma-remoto.

casi en seco. Solo al centro se apreciabacomo un río, cuya agua corría a gran veloci-dad hacia afuera.

El Piloto Sr. Weller dice que cuando se en-contraban en esa situación miró hacia el ho-rizonte y vio como venía reventando y avan-zando a gran velocidad una ola a la cual leestimó una altura de 8 a 9 metros. De pron-

to esta ola, la tercera, llegó al buque, lolevantó y escoró en más de 45º. Partede la ola rompió sobre la cubierta de-jándola llena de arena, piedrecillas y pe-ces pequeños.

La ola arrastró al «Canelos» a una ve-locidad de 15 a 20 nudos hacia el inte-rior de la bahía y muy cerca de la costade Niebla, con la proa hacia el sur. Mien-tras el «Canelos» entraba por el lado deNiebla, salía por el lado de Corral el «San-tiago». El «Canelos» pasó fuertementeescorado más o menos a 150 metrosdel faro Niebla por sobre unas rocas que

le destrozaron el casco. La tripulación viocomo el buque perdía petróleo. Poco antesde llegar a la altura de los espigones de Nie-bla, que ya habían sufrido grandes destro-zos por las dos primeras olas, el buque viró,tal vez por quedar firme por unos instantesel ancla que aún le quedaba, y los pasó decostado, quedando varado por diez minutosen el banco Simón Rey (posición 5). Llamó

la atención a los tripulantes del «Ca-nelos» las corrientes que reco-rrían el río Valdivia. Mientras porla ribera de Niebla el agua baja-ba a gran velocidad, otra fuerte

corriente lo remontaba por laribera opuesta. Fueesta corriente la quenuevamente desvaróal «Canelos» y lo arras-

tró 1,5 milla río arribahasta dejarlo definitiva-mente varado a la altu-ra de la baliza número22 (posición 6, Foto 22).

La tripulación abandonóentonces al «Canelos», pues te-

mía que el buque se volcara, yaque su escora aumentaba cons-

tantemente por la acumulación de se-dimentos por una de sus bandas y elsocavamiento del lecho del río por elotro, que se acentuaba cada vez quese producía corriente vaciante. De acuer-do con los datos proporcionados, el bu-que fue abandonado a las 18.00 horas.

Foto 22: Vapor «Canelos» varado en el río Valdivia.

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Por su parte y como ya se ha menciona-do, el vapor «Santiago» se encontraba atra-cado al muelle Francés en el momento delterremoto (Fig. 21). Poco después que el«Carlos Haverbeck» lo chocó, se desmoronóel muelle al cual estaba atracado y se corta-ron las espías. El «Santiago» borneó, pasan-do sobre el derrumbado muelle hasta la posi-ción 2, donde aguantó bien la primera va-ciante con ayuda de sus anclas y máquinas.Al producirse la segunda ola fue posiblemantenerlo dentro del puertoaunque borneó de la posición2 a la 3, quedando muy cercade un estanque construido so-bre unas rocas, ubicado frente a lacalle 6 de Mayo. Desde el buque sepudo apreciar como la gigantesca olainundaba el puerto de Corral y producíala enorme destrucción de él. El «Santia-go» se encontró de pronto rodeado delas casas de Corral, que eran arras-tradas hacia el mar abierto. Así pa-saron muy cerca del buque la casade la Capitanía de Puerto y el Cuar-tel de Bomberos entre otras. Enesta última iba el cuartelero to-cando la campana a arrebato.Este hombre, cuando se diocuenta que se iba a producirun maremoto subió a la torredel Cuartel y pensando que eramás conveniente y más efectivo llamarla atención de la gente con la campana, sepuso a tocarla con fuerza. En eso estaba cuan-do el Cuartel fue arrastrado por las aguas yde acuerdo a los testigos continuó tocandocuando ya iba en medio de la bahía. Posterior-mente, el valiente cuartelero logró llegar a tie-rra, salvando así su vida.

Todavía alcanzó a soportar el «Santiago» latercera ola, pero al producirse la vaciante elbuque fue arrastrado con gran velocidad ha-cia afuera, con su proa hacia el sur. El «San-tiago» salió por una especie de canalizo quese había formado entre la costa y el bancoTres Hermanas en el mismo momento que el«Canelos», por el lado opuesto de la bahía,era arrastrado río arriba. Corrientes que se

habían formado en la bahía lo arrastraronde la posición 5 a la 6 para luego hacerlo endirección a la ensenada San Juan. Al produ-cirse la vaciante el buque fue nuevamentearrastrado mar afuera, quedando fondeadocon sus anclas, que no se habían cortado apesar de estar filadas, frente a ensenadaMolino (posición 9). Desde el buque se viocomo pasaron todavía algunas casas, y mástarde la balsa con los oficiales del «CarlosHaverbeck», pero debido a las corrientes yoleajes no pudo prestar ayuda. En esa posi-

Fig. 21: Movimientos sufridos por el «Santiago» du-rante el maremoto.

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Fig. 22: El achurado muestra laslíneas de penetración de las olas delmaremoto en la caleta Maiquillahue

o Mehuín.

ción pasó la noche, zarpando al día siguientepara recorrer la zona frente a la bahía por sipodía rescatar a alguien, hasta que recibió ins-trucciones de la Dirección del Litoral de regre-sar a Valparaíso. Si bien el «Santiago» logrósalvarse del maremoto en Corral no llegó aValparaíso, pues encalló en una punta de laisla Mocha, debido a las corrientes anorma-les que se formaron por el maremoto, que hi-cieron equivocar la estima. El radar del buqueestaba descompuesto y no había podido serreparado antes del maremoto. El «Santiago»se perdió totalmente.

Los cambios experimentados en la bahíade Corral y río Valdivia como consecuencia delterremoto son extraordinarios. Basta compa-rar los planos de las Figs. 15 y 16 que corres-ponden a la parte del puerto de Corral paraapreciar la variación sufrida en las profundida-des. En el resto de la bahía los cambios sonsimilares. Frente a la bahía, es decir en suparte exterior, el fenómeno es inverso, pueshay zonas en que la profundidad ha disminui-do hasta en 6 metros (Donde se sondabanpor ejemplo 32 metros hay ahora 26 metros).Esto se debe a que las olas del maremotobarrieron el interior de la bahía y depositaronlos sedimentos en su exterior. Una vez que sehaya efectuado un nuevo levantamiento com-pleto de la bahía podrá calcularse el total dematerial transportado.

El banco Tres Hermanas ya no existe, so-bre sus restos se sondan actualmente 5 omás metros de agua. En otros lugares dondehabían de 2 a 3 metros antes del maremotohay hoy 7 a 9 metros y así sucesivamente.

También el río Valdi-via ha visto aumenta-das sus profundida-des y ha quedadonuevamente navega-ble para buques de re-gular tonelaje.

Además del aumento de las profundidadespor el maremoto debe considerarse que ellastambién aumentaron debido al hundimientodel terreno que fue de aproximadamente 1,50metro, tanto en Corral como en Valdivia. Estoha traído también como consecuencia que elrío Valdivia haya aumentado su anchura, enlas zonas en que sus riberas son bajas.

MEHUÍN

La primera evidencia del maremoto enMehuín (Figs. 11 y 22) fue un rápido aumentode la vaciante del agua del río Mehuín o Lingue.Quince a veinte minutos después del terremo-to, comenzó una rápida y gran crecida del río,seguida de inmediato por una enorme masade agua que se precipitaba, arrastrando lascasas que había en la desembocadura del río,y comenzaba a arrasar las primeras de la ca-leta. La formación de las olas, tres grandesen total, fue apreciada más o menos a tresmil metros de la costa. La ola más alta fue latercera, la que de acuerdo a las informacio-nes recogidas habría tenido 8,50 metros dealtura.

El Alcalde de Mar de Mehuín dice en unosde los párrafos de su informe: «Los que está-bamos en la ribera sur del río Lingue trepa-

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Foto 23: Vista aérea de la caleta Maiquillahue o Mehuín, lafotografía corresponde a la zona achurada del extremo supe-rior de la Fig. 22.

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Foto 25: La misma bahía de la fotografía anterior después delhundimiento de la costa. La plataforma de abrasión quedapermanentemente bajo el agua.

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Foto 24: Bahía rocosa en la puntilla norte de laplaya Chica de Mehuín antes del hundimiento delterreno (diciembre de 1959).

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mos a los cerros, de donde presenciamosla tragedia de los pescadores que huían porlos matorrales con sus mujeres y niños, ca-yéndose y levantándose. Algunos fueron al-canzados por las olas. Los que se salvaronse refugiaron en un montículo de arena dis-tante más o menos un kilómetro de la cale-ta, otros en un morro a orillas del río, queposteriormente quedó aislado».

El edificio de la estación de biología mari-na dependiente de la Universidad Austral deValdivia fue levantado por la primera ola yarrastrado mar adentro, destrozándose enlos acantilados cercanos a la costa.

Como consecuencia del sismo y maremo-to hubo notable variación en el río. Este pre-sentaba una barra que dificultaba el paso aembarcaciones menores limitándolas a unmáximo de 6 toneladas.

En la actualidad puede ser remontado porembarcaciones más grandes, pues la pro-fundidad sobre la barra ha aumentado. Ade-más se produjo un ensanchamiento en elrío y algunos cambios en su curso.

También como en toda la zona afectada,se produjo un hundimiento del terreno queha sido calculado en 1,50 metro.

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QUEULE

Un poco más al norte de Mehuín está situa-da la caleta Queule (Figs. 11 y 23). No se hanpodido obtener datos del maremoto en Queule,pues el Alcalde de Mar de dicha localidad fa-lleció por causa del fenómeno. Las transfor-maciones sufridas por el río se obtuvieron porgentileza del Alcalde de Mar de Mehuín y ladescripción de las consecuencias del terremo-to y maremoto se han obtenido del trabajo deWeischet que en la página 19 dice: «Ningunacasa quedó intacta y los escombros se en-cuentran a 2 kilómetros hacia el interior, juntocon los restos de botes pesqueros y árbolesdesarraigados, diseminados dentro de un bos-que fangoso o sobre una vega al pie de lacordillera de la costa. La altura de la rompien-te que pasó sobre el pueblo alcanzó los 4metros a su llegada a las primeras casas; tes-tigos del hecho son los pedazos de maderasflotantes que han quedado enredadas en ungrupo de árboles mirtáceos. Estos árboles,apoyándose unos contra otros, no alcanzarona ser doblados por las olas. Es preciso consi-derar que la ola grande ya había sobrepasadoel cordón litoral y recorrido, antes de llegar alas primeras casas, una distancia de 1,5 kiló-metro hacia el interior (Fotos 26 y 27).

El río ha aumentado su anchura; la zonaintercotidal alcanzó hasta la orilla occiden-tal de la antigua población y el trabajo delas mareas ha convertido el estero, otro-ra un meandro en un pequeño estuario».

En cuanto a la caleta, esta tambiénsufrió algunos cambios que fuerondescritos en la siguiente forma: «Labarra de la caleta se abrió en un canalizobordeando la costa con profundidades de5 metros, desapareciendo además el ban-co anterior de la boca del río Queule». Tam-bién aquí el terreno se hundió aproximada-mente en 1,50 metro.

Foto 26: Población de Queule antes de la catástrofe(diciembre de 1959).

Foto 27: El mismo sector de la fotografía anterior des-pués de la catástrofe; el pueblo fue arrasado completa-mente, el hundimiento del continente ocasionó una trans-gresión del mar hasta la parte occidental del antiguopueblo.

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Fig. 23: El achurado muestra la zona que fuecubierta por las aguas durante el maremoto.

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PUERTO SAAVEDRA

El rasgo fisiográfico más característicode la zona de Puerto Saavedra (Figs. 11 y24) lo constituye el cordón litoral que en-causa por largo trecho el río Imperial y losepara del mar junto a la línea decosta.

El terremoto prácticamente no produjodaños en la población, pero el maremotola devastó casi completamente.

La primera evidencia del maremoto fueun gran recogimiento de las aguas quedio origen a un aumento de la corrientedel río, veinticinco a treinta minutos des-pués del terremoto. Poco des-pués alcanzó la costa la prime-ra de una serie de ondas detres a cuatro metros de alturaque arrasó parte del cordón litoral. Latercera onda fue la más grande detodas. Se le ha calculado una al-tura de siete a ocho metros y fuela que destruyó totalmente el pue-blo. Esta tercera onda penetró hacia elinterior tanto por la desembocadura delrío Imperial como por una nuevaboca abier ta en el cordón litoral.

De acuerdo a las informaciones reci-bidas se presentaron otras ondas altas du-rante la noche.

Uno de los habitantes de Puerto Saavedra,cuya casa había quedado atascada en unaarboleda de pino, pasó la noche sobre eltecho mientras la zona a su alrededor erainundada repetidas veces. Restos de lascasas fueron encontradas a dos y tres kiló-metros de distancia de la costa.

Un periodista describió lo que vio en Puer-to Saavedra en la siguiente forma:

«Ahora indican su extinguida existenciaunos cuantos techos a ras del suelo y cien-tos de tablas que servían de paredes a lasfrágiles viviendas de los pobladores. Solo

resistieron en pie las agrietadas paredes deuna iglesia y los edificios principales que lacircundaban, entre ellos el grupo escolar.

Nehuenté, un pequeño caserío situado alotro lado del río Imperial, desapareció porcompleto; no quedando una sola tabla paraindicar su existencia.

Trovolhué, a más o menos cuarenta kiló-metros de distancia, estuvo sumergido enel agua del río, pero al retirarse estas, sushabitantes retornaron a las viviendas.

Fig. 24: El achurado indica los terrenos inundadospor el maremoto en Puerto Saavedra.

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Entre Trovolhué y Puerto Saavedra variópor completo el paisaje, pues el río cambióde lecho llevándose por delante una granporción de playa y terreno firme».

Además de las casas en pie mencionadaspor el periodista debe destacarse otra casade Puerto Saavedra que no fue destruida. Ellapertenece al Sr. Pablo Lüer y estaba construi-da al norte del pueblo cerca de la orilla del ríoImperial. El informe de Watanabe y Karzulovic(en su pág. 49) dice al respecto: «Esta estáen un terreno más alto que el resto del puebloy muestra una corrida de árboles antepuestaa la ribera del río; es evidente que esta corri-da de árboles, la cual es de pequeña magni-tud, disminuyó en forma efectiva y notable lafuerza del tsunami (maremoto), protegiendola casa de una destrucción cierta. En esta mis-ma casa, el mar alcanzó una altura del ordende 60 centímetros sobre los fundamentos,mientras en las casas restantes el mar alcan-zó un sobrenivel de varios metros» (Fotos 28,29 y 30).

De acuerdo a Weischet, el río Imperial des-emboca actualmente por la boca abierta en elcordón litoral, boca cuyo ancho fue apreciadoen mil metros. «El resto del cordón litoral sepresenta como una isla que en su extremonorte dobla contra la ribera sur del río Impe-rial. Por lo tanto, Puerto Saavedra se encuen-tra separado del río y su ubicación actual es aorilla de una albúfera que tiene una salida bienangosta y de poca profundidad. Si subsisteesta situación, la entrada a la bahía será re-llenada por las sedimentaciones de playa yseparado el antiguo puerto del mar».

La nueva boca del río Imperial fue recono-cida por la corbeta «Casma» de la Armadaefectuándose la siguiente descripción:

«Se procedió a reconocer la costa frenteal río Imperial, desde el morro Cautén hastael sur de la desembocadura antigua desdeuna distancia de una milla de la costa, pu-diéndose apreciar que es inabordable entoda su extensión con fuertes rompientesque impiden la aproximación de cualquierembarcación menor. Se observó grandesdesprendimientos de tierra en los cerrosdesde Cautén al sur con desmoronamientosque prácticamente cercenaron los cerros porla mitad, a la vez que inmensas grietas orien-tadas de norte a sur.

Se pudo comprobar que como consecuen-cia de los terremotos y maremotos, la barrade arena existente desde la conjunción delos ríos Macul e Imperial hacia el sur, seabrió en mil metros.

La referida barra (o cordón litoral) es unalengua de tierra y arena de duna de unosquinientos metros de ancho y una altura dediez a quince metros. Antes de los sismos,en el sitio en que se rompió la barra, el ríoImperial desbordaba en invierno un peque-ño riachuelo hasta el mar.

La boca presenta cantos acantilados dearena y tierra de diez metros de alto y rom-pientes con olas que revientan de tres a cin-co metros de altura, que cubren totalmentela entrada.

Las condiciones que pudieron observar-se en la boca nueva eran totalmente ad-versas para el empleo de una embarca-ción menor».

Al igual que toda la zona afectada, PuertoSaavedra sufrió un hundimiento apreciadoen 1,20 metro.

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Foto 28: Vista aérea del sector sur de Puerto Saavedra. En el extre-mo inferior izquierdo de la fotografía se aprecia parte del cordónlitoral. La zona de agua corresponde al río Imperial.

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Foto 29: Vista aérea del sector central de Puerto Saavedra.Nótese la enorme devastación producida por el maremoto.

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Foto 30: Vista aérea del sector norte de Puerto Saavedra.

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ISLA MOCHA

La isla Mocha (Figs. 11 y25) sufrió grandes derrumbesen los cerros y algunos des-plazamientos de tierra quearrasaron con cuanto encontra-ron a su paso como árboles,animales, etc., al producirse elterremoto que fue sentido congran intensidad en la isla.

En algunos puntos de la islase produjeron grietas en el te-rreno.

El maremoto comenzó aproxi-madamente diez minutos des-pués del terremoto, siendo su pri-mera evidencia un recogimiento delas aguas en 100 a 200 metros.Luego siguieron tres ondas que sedesplazaron hacia la isla desde el su-roeste, afectando por lo tanto con ma-yor intensidad la costa sur y oeste.

La primera onda fue la más alta al-canzando una altura estimada en 15metros.

Las casas de los pobladores, como asi-mismo las dependencias del faro, muelle,etc., ubicadas en caleta La Hacienda fueronarrasadas totalmente.

La isla y sus zonas adyacentes sufrieronun levantamiento que ha sido estimado en1,70 metro. Esto se ha comprobado por ro-cas que han aflorado, como asimismo porsondajes efectuados dentro del nivel de los10 metros en que se comprobó que las son-das son menores en 2 metros.

LEBU

En el puerto de Lebu (Figs. 11 y 26), elfenómeno se presentó con característicastotalmente diversas a las zonas de más alsur; en este puerto, el movimiento sísmico

Fig. 25: El achurado indica el alcance de las olas quepenetraron la isla Mocha durante el maremoto.

más importante fue el del 21 de mayo a las06.05 horas. A raíz de este sismo, la tierrasufrió un levantamiento que fue apreciadoen más o menos un metro. De acuerdo alas informaciones del Capitán de Puerto exis-ten las siguientes evidencias:

1.- Se observa un levantamiento del terrenoen el cauce del río y riberas adyacentes, que-dando el río por estas circunstancias concaudal solo en la parte central, mientras lasriberas y muelles quedan en seco en las ba-jas mareas y con una profundidad de 1 me-

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tro más o menos en las al-tas mareas, lo que imposi-bilita la navegación de re-molcadores y faluchosde carga en el ríoLebu.

2.- En la desembocadu-ra del río, la barra su-frió un desplaza-miento por el le-vantamiento delterreno, formandonuevos embanca-mientos de arena ysedimentos loque dificultan aúnmás la navega-ción de remolca-dores con caladode 1 metro omás en las ba-jas mareas.

3.- La carga decarbón en el mue-lle Errázuriz de pro-piedad de la CompañíaCarbonífera Victoria, se puede efectuar soloen alta marea.

4.- En el puerto mismo quedan al descubier-to los roqueríos que circundan los bajos fon-dos de la costa.

5.- El Guape, islote de piedra que sirve derompeolas a las marejadas, que por lo ge-neral desaparecía durante la marea alta, seve en la actualidad como un peñasco que lamarea alta solo alcanza a cubrir hasta sumitad.

El maremoto del día 22 de mayo afectó alpuerto de Lebu, pero el lapso comprendidoentre el terremoto y el fenómeno marítimono fue registrado. Llegaron tres olas a lacosta cuyas alturas máximas fueron apre-ciadas de 3 a 4 metros. Estas olas remon-taron el río y fueron sentidas hasta 5 kiló-metros de su desembocadura.

LOTA

El Capitán de Puerto, en compañía delpráctico de Lota, observó desde el muellefiscal el fenómeno que afectó al puerto (Figs.11 y 27).

En primer lugar se formaron fuer tesescarceos frente a punta Escoria. A las 16.00horas se recogió el mar más o menos 50metros medidos en sentido horizontal. Pocodespués llegó la primera ola, la que inundómás o menos hasta 20 metros más arribadel límite de las pleamares de sicigias. Estefenómeno se repitió cinco veces siendo laúltima salida a las 02.00 horas del 23 demayo. La anormalidad se mantuvo hasta el27 de mayo, pero decreciendo.

Fig. 26: El achurado señala la penetración de lasolas del maremoto.

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La altura vertical medida de lasondas fue de 1,50 metro sobre elnivel medio del mar.

ARCHIPIÉLAGO DE JUANFERNÁNDEZ

A las 16.15 horas, momento enque comenzó la primera alteración enbahía Cumberland (Fig. 28; isla Más a Tierradel archipiélago de Juan Fernández) se en-contraba la mayoría de sus habitantes en elmuelle o en sus cercanías observando la re-calada de la goleta «Robinson Crusoe» quevenía desde Valparaíso.

El mar se recogió en forma lenta, aproxi-madamente 30 metros, medidos en sentido

horizontal, produciendo gran desconciertoentre los presentes. Inmediatamente se to-maron precauciones para poner a salvo lasembarcaciones menores que se encontra-ban en los varaderos. Siguieron despuésseis a ocho ondas, cuya altura no fue apre-ciada pero que no causaron daños, con laexcepción de arrastrar algunas embarca-ciones que después fueron recuperadas.

De lo sucedido al otro lado de la islano hay antecedentes, pues su costa estotalmente deshabitada y de muy difícilacceso, pero seguramente esa costa fueafectada pues ella daba frente a la direc-ción de la cual provenían las ondas delmaremoto.

Fig. 27: El achurado simple (IIII) indica la zona descu-bierta por el retroceso de las aguas. El achurado do-ble (II II II) indica la zona cubierta por la penetración delas aguas.

Fig. 28: Bahía Cumberland, en la isla Más aTierra del archipiélago de Juan Fernández.

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ISLA DE PASCUA

En isla de Pas-cua (Fig. 29) la po-blación está con-centrada en HangaRoa, ubicada al lado oes-te de la isla, por lo queno hubo testigos delmaremoto, el cualsolo afectó la costa queestá frente al continen-te sudamericano. ElJefe Militar de laisla estimó la al-tura de las on-das en aproxi-madamente6 metros.Hay eviden-cias de que elmar penetró 500 metros en las zonas bajasde la isla, ayudado probablemente por unfuerte viento sur que reinaba ese día. Ade-más de destruir algunos molinos de vientocon los que se saca agua para los animalesy alguna pircas, destruyó el Ahu de Tongariki.Ahu se denomina a las plataformas de pie-dras sobre las cuales los isleños erigieronen el pasado estatuas de piedras, que pos-teriormente fueron derribadas, quedandotendidas en sus cercanías.

El Reverendo Padre Sebastián Engler t,quien hizo una visita al lugar, describe loque vio en la siguiente forma: «Vi conasombro que se había cumplido al pie dela letra la gráfica expresión de «no quedarpiedra sobre piedra». Una enorme avalan-cha de agua, subiendo probablemente aunos 6 metros sobre el nivel normal delmar, invadió la costa de Hotuiti hasta unos500 metros de distancia y barrió con Ahu,estatuas, sombreros, cercos y bloques depiedra, con tal fuerza que solamente unapersona que haya conocido bien el Ahu an-

tes de su desaparición puede fijar el lugarde su ubicación.

Las olas del mar parecen haber jugadocon las pesadas estatuas como pelotas.Todas yacen ahora desparramadas de 50 a150 metros del lugar del antiguo Ahu. Mefijé especialmente en una de ellas y quedéadmirado de su belleza. Aunque, algunosaños atrás me tocó hacer el inventario detodas las estatuas de la isla y ponerles nú-meros no había podido apreciar el grado desu per fección escultural porque estaba conla cabeza y parte del pecho semi enterrado.Ahora ha quedado tendida boca arriba entrepiedras y escombros a unos 100 metros dedistancia de su anterior ubicación. Comomide 6 metros de largo y 3 en la parte másancha del tronco, de un brazo a otro, se pue-de calcular que pesa a los menos unas 20toneladas métricas. El oleaje del mar latransportó con irresistible, pero a la vez tansuave fuerza, que no se deterioró ni sufrióquebrantadura, y causa admiración la formatan perfecta de su cara y pecho.»

Fig. 29: En Isla de Pascua se formaron olas de hasta6 metros las que penetraron unos 500 metros en laszonas bajas de la isla.

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Capítulo 2Desde Talcahuano al norte se cuenta con los registros de los

mareógrafos de los cuales no solo se pueden obtener la hora exac-ta en que comenzó a registrarse el fenómeno y la amplitud de lasondas, sino que además se tiene la forma de las ondas, la duraciónde cada una y el tiempo total en que el mar se mantuvo en condicio-nes anormales. A los mareogramas obtenidos se les sacó copia,las que han sido incluidas al final de esta publicación.

Lo más notable que se desprende de estos mareogramas es quedesde Valparaíso al norte no fue el 22 de mayo la fecha en que seregistraron las ondas de mayor amplitud como era de suponer, sinoque ellas se presentaron el 24 de mayo. Una explicación podría serla influencia de nuevos terremotos que se produjeron en la mismazona o poco más al sur. Otra explicación posible es que las mayoresampliaciones pueden haber sido originadas por la superación delas ondas del maremoto reflejadas por la costa asiática.

Las ondas tuvieron distintas amplitudes en los diversos puertoslo que acusa claramente la influencia topográfica submarina.

En Talcahuano, las ondas alcanzaron la mayor altura, 3 metrossobre el nivel medio mar. Las aguas no produjeron destrucción sinosolamente inundación. Llama la atención, que contrariamente a lasobservaciones efectuadas más al sur, la primera evidencia en to-dos los puertos fue una elevación de las aguas.

A continuación se reproduce una tabla con los datos de cadapuerto en el momento en que comenzaron a sentirse los efectosdel maremoto. Las posiciones de cada uno de los puertos ha sidoindicada en la Fig. 30.

Puertos de Talcahuano al Norte

Hora comienzo del maremoto

Diferencia de horaentre el terremoto (15:10 hrs.)

y la 1ª onda

Altura de la onda

Tiempo en alcanzarsu máxima altura la 1ª onda

Baja del aguadespués de la 1ª cresta

Altura de la 2ª onda

Período entre la1ª y 2ª cresta

Talcahuano

16 h. 09 m.

00 h. 59 m.

1,90 mt.

27 m.

2,42 mt.

0,62 mt.

39 m.

Valparaíso

16 h. 16 m.

01 h. 06 m.

0,65 mt.

13 m.

0,78 mt.

0,58 mt.

44 m.

Coquimbo

16 h. 39 m.

01 h. 29 m.

0,83 mt.

18 m.

1,19 mt.

1,00 mt.

38 m.

Caldera

17 h. 12 m.

02 h. 02 m.

0,50 mt.

21 m.

0,52 mt.

0,32 mt.

32 m.

Antofagasta

17 h. 45 m.

02 h. 35 m.

0,38 mt.

21 m.

0,66 mt.

0,79 mt.

46 m.

Arica

18 h. 36 m.

03 h. 26 m.

0,80 mt.

18 m.

1,56 mt.

1,60 mt.

54 m.

Fig. 30: Distribución de algunos puertos chilenos.

h= hora; m= minutos; mt= metro(s)

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Capítulo 3Comportamiento de Algunos Lagos

La descripción que sigue comprende soloaquellos lagos de los que se pudo obtenerinformaciones, y va de sur a norte.

LAGO GENERAL CARRERA

Las informaciones con las que se cuentacorresponden a la parte del lago situada aloeste del meridiano 72º 15', las que en ge-neral coinciden en afirmar que en esa partese produjo una subida del agua del ordende los 60 centímetros precedida por un re-cogimiento que dejó horizontalmente 50 me-tros de ribera, repitiéndose dicho fenómenopor tres veces, antes de volver el lago a sunivel normal.

En la localidad de puerto Murta se hun-dió aproximadamente en 10 centímetros unafaja de tierra perpendicular a la dirección dela costa, apareciendo sobre ella multitud deporos rodeados por formaciones de arena,que los hacían comparables a pequeñosvolcanes.

En la desembocadura del río Baker queune al lago Bertrand con el General Carrera,el nivel de aguas subió dos metros. El datodel lago es de 2,30 metros. El lago recupe-ró su normalidad solo 4 horas después delos sismos.

En la parte oriental del lago (Chile Chico yPuerto Ibáñez) no se registraron cambios denivel. Los sismos fueron de poca intensi-dad sintiéndose uno a las 15.15 horas y unsegundo a las 18.10 horas.

LAGO NAHUEL HUAPI (República Argentina)

Terminado el fuerte temblor del 22 de mayo,se observó que la tranquila superficie del lagoera alterada por la formación de una onda queavanzaba desde el noroeste. Se estimó entre2 a 2,5 metros la altura de dicha onda. Luegode golpear la ribera se recogió originándosenuevas ondas algo menores, que se fueronrepitiendo durante algún tiempo antes quequedara restablecido el equilibrio.

Fig. 31: Gráfico del lago GeneralCarrera, en la XI región.72º 15’

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Fig. 32: Gráfico del lago Nahuel Huapien la

Los mayores daños seprodujeron en el puertoSan Carlos de Bariloche,en donde quedó total-mente destruido, desapa-reciendo bajo las aguas, unsólido muelle de hormigónarmado cuya construccióndataba de 1936. Además seprodujo el hundimiento de doslanchas de transporte de pa-sajeros y de varias em-barcaciones menores.

En este puerto parecehaberse producido un hun-dimiento o un desplaza-miento de los sedimentosdel fondo junto con los res-tos del muelle antes mencio-nados y demás elementos des-truidos, lo que ha hecho variar notablemen-te la profundidad.

En puerto Llao Llao, la onda sacó a tierraunas 10 embarcaciones de diversos tama-ños y destruyó totalmente un muelle demadera de 30 metros de longitud.

LAGO PIREHUEICO

De este lago solo se tiene conocimientoque el agua subió más o menos 4 metrossobre su nivel corriente, produciéndose de-rrumbes y acumulaciones de troncos y ma-deras que impidieron por un tiempo la nave-gación (Ver Fig. 33).

LAGO RIÑIHUE

Como consecuencia inmediata del terre-moto las aguas del lago no presentaron nin-guna alteración especial. El aumento poste-rior del nivel de las aguas se debió a losderrumbes o corridas de cerros que obstru-yeron el desagüe del lago, es decir, el ríoSan Pedro.

(Para mayores detalles véase los traba-jos de Weischet, Watanabe y Karsulovic, quese citan en la bibliografía).

Se produjeron tres obstrucciones o tacosconstituidos por greda, troncos, piedras ytierra con extensiones de 200, 800 y 1.500metros respectivamente, y que ocuparontodo el ancho del río. El tercer taco tuvo unaaltura de 80 metros. A consecuencia de estoel lago subió en nivel diariamente entre 50 y60 centímetros, llegando a 26,85 metrossobre el nivel que tenía antes del sismo cu-briendo por lo tanto todas las casas, bode-gas y muelles que se encontraban en susorillas.

Debido a esta subida extraordinaria se pro-dujo la unión de los lagos Riñihue yPanguipulli a través del río Enco que los co-munica, el cual perdió su corriente habitualpermitiendo así temporalmente la navegaciónentre ambos lagos (Ver Fig. 33).

Fig. 32: Gráfico del lago Nahuel Huapi(República Argentina).

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LAGO PANGUIPULLI

Casi simultáneamente con el terremotose produjo un aumento de nivel del lago enmás o menos 6 metros el que dio origen auna salida de las aguas de 100 metros. Elfenómeno se presentó en forma de una ondaque arrastró los lanchones del puerto dePanguipulli dejando varado, al recogerse pos-teriormente un lanchón de gran tamaño aunos 50 metros de la ribera. La duracióndel fenómeno fue estimada en 8 minutos.

Exceptuando los muelles de Panguipulli yde puerto Puñire todos los demás fuerondestruidos por la subida de las aguas y deloleaje (Ver Fig. 33).

LAGO PELLAIFA

En este lago los derrumbes de los cerros,cubrieron de troncos y ramajes su superficiecomo también el cauce del río Llancahue quelo desagüa al lago Calafquén, resultando untaco que provocó un aumento de 15 metrosen el nivel del río inundándose los camposadyacentes, lo que en suma produjo un au-mento de la hoya hidrográfica del lago. Lasaguas finalmente se escurrieron en formalenta desde estos campos al cauce del río amás o menos 3 kilómetros de su nacimientooriginal.

LAGO CALAFQUÉN

No se notó más alteración que los derrum-bes de cerros que llenaron de escombrossu superficie (Ver Fig. 33).

LAGO PELLINQUE

Fue uno de los pocos que acusó total nor-malidad.

Fig. 33: Gráfico de ubicación de algunos lagos delsur de Chile.

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LAGO VILLARRICA

El fenómeno se manifestó tres minutos des-pués del movimiento sísmico por una subidade las aguas, calculada en 30 centímetros enla ribera norte del lago (cerca de Pucón) y porun recogimiento simultáneo de las mismas enla ribera sur. Las aguas recobraron su norma-lidad después de 15 minutos. En las proximi-dades de Pucón las aguas parecían hervir y ellago desbordó cerca del camino de acceso aesa ciudad arrastrando una casa, pero sin oca-sionar desgracias personales.

En el sector norte se presentaron hundi-mientos de la playa en una extensión esti-mada en 600 metros. Hubo además aumen-to en las profundidades notándose cortes apique de hasta 20 metros.

En la ribera sur (camino a Pucón) en ellugar denominado «Los Piscos» se hundie-ron aproximadamente 400 m2 de la orilla,zona que fue ocupada por las aguas del lagoalterando su perímetro original. La profundi-dad en esa parte se estima hasta en 20metros.

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Capítulo 4Las Anormalidades de la Marea de Chiloé y Llanquihue

en relación con el Sismo del 22 de Mayo de 1960

La zona marítima interior entre Chiloé yLlanquihue bañada por los golfos de Ancud,Corcovado y el seno Reloncaví se caracteri-za entre otras cosas por las grandes ma-reas que registran sus puertos cuyas ampli-tudes fluctúan entre los 5 y 7,40 metros.Estos valores máximos, comparados con losde nuestros puertos bañados directamentepor el océano Pacífico que fluctúan entre1,60 y 2,00 metros, muestran la gran dife-rencia de este importante factor oceanográ-fico en ambas zonas.

Las grandes amplitudes de mareas lehan dado a los puer tos del interior deLlanquihue y Chiloé una característica espe-cial, la que no ha sido aprovechada econó-mica, industrial y artísticamente por los ha-bitantes de esa zona.

Antes de los sismos las mareas se pro-ducían sin anormalidades y las altas mareasde sicigias, o sea las que se registran losdías de luna llena o nueva, no extrañabanmayormente a la población costera.

En Quellón, por ejemplo (Figs. 3 y 6), puer-to situado al sur de la isla Grande de Chiloé,las más altas mareas del año, que ocurrenen la doble coincidencia de una sicigia conla luna en perigeo, en otras palabras, en losdías de luna llena o nueva y la luna máscerca de la tierra, las mareas subían en elmuro costero de defensa del puerto, frac-ción de metros sobre las altas mareas men-suales, pasando este fenómeno desaperci-bido por la población debido a que nuncalas aguas sobrepasaron el muro costero. Elmuelle situado al oeste de la bahía, cuyaplataforma está casi al ras del muro, en

estas mareas grandes cuya coincidencia desicigia y perigeo ocurre una a dos veces alaño, el agua subía uno o dos peldaños másen la escala de acceso a la plataforma sinllamar, por este hecho, la atención de susocupantes, de manera que las más altasmareas nunca habían ocasionado problemasa la población.

Se produce el sismo de mayo y el panora-ma cambia, las mareas de la primera sema-na de julio cubren totalmente el muro de de-fensa e inundan la avenida. Este fenómenose repite con las mismas consecuencias enQueilén, Chonchi, Castro, etc. (Fig. 3). Con-sultando la tabla de mareas para el día 8 dejulio, se indica la coincidencia de la luna ensicigias y el perigeo. Luego es lo más nor-mal que en estos días se registren las másaltas mareas del año. Sin embargo, la pleamáxima debía producirse en el mes de agos-to ya que la acción de la luna se ejercía bajodos de sus fuerzas principales de atracción,con cier to intervalo, que ejercida en conjun-to durante más tiempo, deberá elevar lasaguas a una mayor altura, es decir, que laluna en perigeo el día 5 de agosto empeza-ba a ejercer en forma intensiva su fuerza deatracción y después de transcurrido un día,o sea, el 6 de agosto se sumaba la atrac-ción por luna llena (sicigias), con lo cual sesumaban ambas fuerzas durante un mayortiempo, que debía lógicamente traducirse enuna mayor altura de la marea.

Esto mismo explica porqué la marea dejulio debía ser relativamente un poco me-nor, pues ambas fuerzas se empezaban aproducir en un mismo día (perigeo y luna lle-na el 8 de julio), ejerciendo en tanto su atrac-

Este capítulo fue preparado por elSr. Guillermo Villegas C. de la Sección Mareas del Departamento de Nave-gación e Hidrografía, el cual participó durante tres meses en la Comisión

del B. A. «Piloto Pardo» a la zona devastada por el maremoto.

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ción combinada en menos tiempo y produ-ciéndose en consecuencia una menor ele-vación de las aguas.

Fluye la pregunta: ¿qué ha pasado enChiloé?; la única respuesta es que la plata-forma insular se ha hundido, en otras pala-bras, la isla ha sufrido un asentamiento cau-sado por el violento sismo de mayo. La can-tidad que ha descendido la plataforma insu-lar puede darse con cierta aproximación enQuellón, tomando como base que la luz delmuelle es 1,50 metro y sobre el muelle elagua subió 0,71 metro, se deduce que elhundimiento del fondo en Quellón es alre-dedor de 2,21 metros.

Esta alteración del fondo del mar que fueun desastre para la población, ha venido abeneficiar la batimetría de los puertos, yaque al aumentar la profundidad, los buquesadquieren una mayor área maniobrable.

El hundimiento de la plataforma insulares un hecho consumado en la Zona de Chiloéy el descenso es variable, en cambio en laspuer tas del continente como Chaitén,Ayacara, etc., este fenómeno no causó alar-ma y el hundimiento fue menor.

Para orientar a la opinión pública, se dioa conocer con fecha 26 de julio de 1960, dossemanas antes de las grandes mareas, unartículo en el Diario «El Llanquihue» de Puer-to Montt, dando a conocer las verdaderascausas de este fenómeno que dentro delrégimen de mareas es un hecho absolutamen-te normal.

En el citado ar tículo se llegaba a las si-guientes conclusiones:

1.- La más alta marea ocurriría a las 12 ya las 14 horas del domingo 7 de agos-to.

2.- La mayor altura con respecto a las al-tas mareas de julio fluctuarían entre 10y 15 centímetros.

3.- Con buen tiempo la marea no ocasio-nará daños materiales.

Llegada la fecha crítica, las mareas seprodujeron con resultado muy semejanteal pronosticado y para tener una idea ob-jetiva, a continuación se ha confecciona-do una tabla con las observaciones hechasen ambos meses con mareógrafo por tátil.

ESTACIÓN DE MAREAS: PUERTO MONTT AÑO 1960

Mes Día Hora mareógrafo Altura Mes Día Hora mareógrafo AlturaJulio Agosto

8 12 h. 55 m. 6,10 mt. 6 12 h. 55 m. 5,88 mt.V 19 h. 30 m. 0,27 mt. S 19 h. 00 m. 0,61 mt.

9 01 h. 30 m. 5,49 mt. 7 01 h. 25 m. 5,52 mt.S 07 h. 30 m. 0,00 mt. D 07 h. 40 m. –0,21 mt.

13 h. 45 m. 6,25 mt. 14 h. 00 m. 6,07 mt.20 h. 29 m. – 0,49 mt. 20 h. 10 m. –0,30 mt.

10 02 h. 30 m. 5,58 mt. 8 02 h. 25 m. 5,97 mt.D 08 h. 30 m. 0,00 mt. L 08 h. 29 m. 0,09 mt.

14 h. 36 m. 6,40 mt. 14 h. 30 m. 6,46 mt.21 h. 00 m. – 0,24 mt. 20 h. 50 m. –0,46 mt.

11 03 h. 16 m. 5,58 mt. 9 02 h. 54 m. 5,82 mt.L 09 h. 30 m. 0,06 mt. M 09 h. 10 m. 0,06 mt.

15 h. 30 m. 6,19 mt. 15 h. 10 m. 6,22 mt.

22 h. 05 m. – 0,21 mt. 21 h. 35 m. 0,12 mt.

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De estas observaciones se deduce queen el mes de julio el nivel más alto alcanza-do por la marea en Puerto Montt fue de 6,40metros el día 10, a las 14 horas 36 minu-tos. Las aguas llegaron al ras de la superfi-cie del nuevo molo que resistió el sismo ydonde fue instalado el nuevo mareógrafo.

En agosto, el mes crítico, la más altamarea se registró el día 8, a las 14 horas30 minutos con una altura de 6,46 metros.Comparando estos valores máximos, la ma-yor altura tan temida, fue solamente de 6centímetros.

En la última semana de julio zarpó el A.P.«Piloto Pardo» en una comisión en la que seaprovechó efectuar observaciones de ma-reas en varios puertos del interior de Chiloé.Se visitaron 33 localidades, empezando porTenaún hasta Melinka por el sur, para ense-guida regresar por los puertos del continen-te e islas adyacentes. Esta comisión duróaproximadamente 18 días.

Los efectos producidos por las altas ma-reas eran muy notorios. Había poblacionescosteras inundadas y desaparecimiento desendas y caminos naturales a la orilla de laplaya, los cuales antes del sismo, aun conaltas mareas eran transitables. En la mitad

del patio de la Escuela de Ahoni, por ejem-plo, se veía la nueva línea de la pleamardelineada claramente por algas, residuos yvirutas como si hubiera sido trazada con lien-za. El avance al interior de la línea de la pleaen todas las localidades de la isla fluctuabanentre los 10 y 15 metros.

En Quellón, puerto más afectado por lasaltas mareas, se observó del 4 al 7 de agos-to con una escala de mareas ubicada en elmuelle que estaba en reparaciones. La lec-tura de la escala de mareas que coincidíacon la plataforma del muelle fue 6,00 me-tros. Se inició la observación a las 10 horas00 minutos con una altura de 6,02 metros,quedando cubierto totalmente el muelle porlas aguas. Conversando con el funcionariode Obras Portuarias a cargo de la repara-ción, manifestó que todo el muelle se cons-truía de manera que en las altas mareasquede una luz de 1,50 metro aproximada-mente. En otras palabras, que la distanciaentre el nivel de las altas mareas y la plata-forma del muelle, sea aproximadamente1,50 metro. Vemos que aún faltaban tresdías para registrar la más alta marea y ya elmuelle se ha inundado por la marea. Lasobservaciones día a día registraban un au-mento en la lectura de la escala de mareascomo se indica a continuación en la tabla:

PUERTO QUELLÓN: AGOSTO DE 1960

Día Hora Altura de la plea en la escala

4 10h. 25m. 6,02 mts. (al ras del muelle)

5 11 18 6,366 13 03 6,527 13 03 6,71

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En el puerto de Queilén (Fig. 3, Fotos31, 32 y 33) sucedió el mismo fenóme-no que en Quellón, librándose de la inun-dación por la buena ocurrencia de unvecino que construyó un segundo murode defensa más alto y a poca distanciade las soleras de las casas.

Las fotografías dan varios aspectosdel puerto de Queilén el día 7 de agostode 1960, la mayor marea del año.

RÉGIMEN DE HORAS DE LAS MAREASDE CHILOÉ

Consultando los datos de mareas enla publicación Tablas de Marea 1960,vemos que Puerto Montt es el puertopatrón de la zona de Chiloé. En la tablaII los puertos secundarios Quellón yQueilén, figuran con una diferencia dehora positiva con respecto a Puer toMontt, es decir que la hora de la plea-mar y bajamar en Quellón y Queilén seproducía 15 y 30 minutos respectiva-mente después que en Puerto Montt.Para el día 7 de agosto de 1960 lashoras de la pleamar en Quellón yQueilén, según las tablas de marea se-rían las siguientes:

Las observaciones hechas despuésdel sismo alteraron esta secuencia, com-probándose al comparar simultáneamen-te las horas de la pleamar del puertopatrón y de los puer tos Quellón yQueilén.

Foto 31: El destruido muelle de Queilén y el molo de defensaantes de la pleamar del 7 de agosto de 1960.

Foto 32: La misma zona anterior, tomada en la plea del 7 deagosto de 1960.

Foto 33: Casa de Queilén a la cual se le ha desarmado elprimer piso por inundarse cada vez que sube la marea.

Día Hora plea Dif. hora Hora plea Puerto Patrón Quellón Quellón

7 Agosto 13h. 51m. 00h. 15m. 14h. 06m.

Dif. hora Hora plea Queilén Queilén

7 Agosto 13h. 51m. 00h. 30m. 14h. 21m.

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Después del sismo, la hora de la plea enQueilén se produce 30 minutos antes queen Puerto Montt.

En estos cálculos, las horas de la plea delpuerto patrón se han obtenido directamentedel mareógrafo portátil ubicado provisional-mente en Angelmó (Puerto Montt) y las ho-ras de los puertos secundarios han sido to-madas de las observaciones hechas conescala de mareas en ambos puertos. Aun-que el período es relativamente corto, seaprecia que el régimen de horas de la mareaen esta zona ha sido afectado por el sismo.

Una explicación probable de este cam-bio de horas, la tenemos al examinar lacarta de Chiloé. Con el descenso de la pla-taforma insular o marítima ha aumentadola masa de agua en la zona de Corral aGuafo. La velocidad de la onda de mareavaría en función de la profundidad de acuer-do con la fórmula:

donde «p» es la profundidad y «g» la acele-ración de gravedad; luego la velocidad esmayor en aguas más profundas y al reco-rrer el litoral oeste de la isla Grande deChiloé, es per fectamente factible suponerque la velocidad de traslación de onda demarea ha tenido un aumento, recorriendoesta zona sin que se le oponga ningúnobstáculo geológico para llegar a la Bocadel Guafo; en cambio la rama de la ondaque se bifurca de la altura del canalChacao empleará más tiempo en llegar aPuerto Montt por cuanto tiene que atrave-sar bajos fondos y sor tear todos los acci-dentes topográficos del seno Reloncaví.

Para comprobar esta alteración de horas,podemos recurrir a la comparación de losintervalos mareo-lunar antes y después delsismo en Quellón.

COMPARACIÓN DE OBSERVACIONESSIMULTÁNEAS PARA QUELLÓN

A.- Puerto Secundario: Quellón.B.- Puerto Patrón: Puerto Montt, agosto de

1960.

Antes del sismo, la hora de la plea seproducía en Quellón, 15 minutos despuésque en Puerto Montt.

Después del sismo, la hora de la plea enQuellón se produce 50 minutos antes queen Puerto Montt.

COMPARACIÓN DE OBSERVACIONES SIMULTÁNEAS PARA QUEILÉN

A.- Puerto Secundario: Queilén.B.- Puerto Patrón: Puerto Montt Agosto de

1960.

Antes del sismo, la hora de la plea enQueilén se producía 30 minutos después queen Puerto Montt.

V = p x g

Hora de Pleamar

Día A B A–B

5 11h. 18m. 12h. 00m. —00h. 42.m6 12h. 03m. 12h. 55m. —00h. 52 m.7 13h. 03m. 14h. 00m. —00h 57m.

Suma —02h. 31 m.Media —00h. 50,3 m.

Hora de Pleamar

Día A B A–B

7 13h. 30m. 14h. 00m. —00h. 30 m.

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En el litoral de Chiloé el Establecimientodel Puerto va creciendo de norte a sur y estaes la causa por la cual afirmamos que laonda de marea tiene esta dirección:

Arica...................... 08 horas 32 minutos

Antofagasta............ 08 46

Valparaíso.............. 09 45

Talcahuano ............ 10 05

Ancud.................... 11 40

Puerto Montt.......... 00 31

Vemos que este valor va creciendo y lohará hasta 12 horas 25 minutos, desde aquívuelve a cero, debido a que la Luna, astroal cual está referido el intervalo mareo-lu-nar, en este lapso ha pasado del meridianosuperior al meridiano inferior. Este lapso seconoce con el nombre de período lunar semi-diurno.

Para obtener un valor fidedigno del in-tervalo mareo-lunar recurrimos al ArchivoHidrográfico y encontramos unas observa-ciones de mareas de tres días consecuti-vos, el 18, 19 y 20 de noviembre de 1938,hechas por el escampavía «Yelcho».

Observaciones de Mareas en Quellón an-tes del sismo en noviembre de 1938:

Intervalo mareo-lunar durante 3 días deobservación = 01h. 04,2m.

Observaciones de Mareas en Quellón des-pués del sismo de mayo de 1960:

Intervalo mareo-lunar durante 4 días deobservación = 12h. 07,7m.

De la comparación de los intervalos ma-reo-lunar se obtiene la diferencia de horaentre el puerto patrón y el puerto secunda-rio. Este valor es el que figura en la parte IIde las Tablas de Marea.

Ejemplo:

I.M.L. Puerto Montt............................ 00h. 31m.

Período lunar semi-diurno................... +12h. 25m.

Suma................... 12h. 56m.

I.M.L. de Quellón (actual).................... – 12h. 07,7m.

Dif. De hora con el Puerto Patrón........ 00h. 48,3 m

De acuerdo con estas comparaciones, pri-mero se produce la pleamar en Quellón, y 48,3minutos más tarde en Puerto Montt. Compa-rando anteriormente las horas de las pleasen ambos puertos, se obtuvo un resultado de50,3 minutos, como puede apreciarse ambosvalores son sensiblemente similares.

CONCLUSIONES

• Alteración del régimen de horas de la marea en los puertos de Chiloé interior.

• Descenso de la plataforma insular en la costa interior de la isla de Chiloé.

• Aumento de la profundidad en estos puertos.

• Los pronósticos de las Tablas de Marea de Puerto Montt no han sufrido variaciones.

De estas conclusiones se desprende que en el futuro, los trabajos hidrográficos que seejecuten en Castro, Quellón, Queilén, etc. acusarán variaciones con los existentes anterior-mente tanto en la batimetría como en los datos de mareas y detalle de la línea de la costa.

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• DEPARTAMENTO DE NAVEGACIÓN E HIDROGRAFÍA DE LA ARMA-DA (1960). El Maremoto del 22 de Mayo de 1960. Boletín Infor-mativo Nº 56, Año XVI.

• WATANABE, TAKEO Y KARZULOVIC, JUAN (1960). Los movimien-tos Sísmicos del mes de Mayo de 1960 en Chile. Universidadde Chile. Instituto de Geología, Publicación Nº 14.

• WEISCHET, WOLFGANG (1960). Contribuciones al Estudio delas Transformaciones Geográficas en la parte Septentrional delSur de Chile por efecto del sismo del 22 de Mayo de 1960.Universidad de Chile. Instituto de Geología, Publicación Nº 15.

• SIEVERS C., HELLMUTH A. (1960). El maremoto del 22 de Mayode 1960. Revista de Marina Nº 5, vol 76, Septiembre-Octubrede 1960.

• ENGLERT, Rvdo. Padre SEBASTIÁN. (1961). Novedades Arqueo-lógicas de la Isla de Pascua. Revista de Marina Nº 1, Vol. 77,Enero-Febrero de 1961.

• VILLEGAS, GUILLERMO (1961). Las anormalidades de las ma-reas de Chiloé y Llanquihue en relación con el sismo del 22 deMayo de 1960. Boletín Informativo Nº 57, Año XVII del Departa-mento de Navegación e Hidrografía de la Armada de Chile.

Bibliografía

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INTRODUCCIÓN

El gran terremoto chileno del 22 de mayo de 1960, fue el even-to sísmico más grande jamás registrado instrumentalmente. El sis-mo y el subsecuente tsunami producido afectaron una región habita-da por 2,5 millones de personas, causando más de 2 mil víctimasfatales y daños a la propiedad estimadas entre 500 y 700 millonesde dólares americanos. Casi todas las ciudades importantes delcentro-sur de Chile, desde Concepción a Puerto Montt, sufrieron se-veros daños provocados por el sismo con intensidades superiores aVIII de la Escala Mercalli Modificada. En muchos lugares se produjolicuefacción de suelos y agrietamientos superficiales. En un lugar,un gran derrumbe bloqueó la salida natural del lago Riñihue, elevan-do su nivel en 26,5 metros, poniendo en peligro a la ciudad de Valdi-via ubicada a 65 kilómetros hacia el weste. El volcán Puyehue entróen erupción dos días después del terremoto principal y fue aumen-tando su violencia hasta culminar una semana después.

HISTORIA DE LA SECUENCIA SÍSMICA DE 1960

El sismo principal de 1960 de magnitud de momento Mw = 9,5fue una ruptura complicada que duró varios minutos. El evento fueel tercero de una secuencia de grandes sismos en un período de 33horas. La secuencia se inició con un sismo de magnitud Ms = 7,5 alas 10:02 GMT del 21 de mayo, seguido el 22 de mayo por otro demagnitud Ms = 7,8 a las 18:55 GMT. El sismo principal ocurrió 15minutos más tarde y consistió en gran parte de dos subeventos demagnitud Ms = 8,3 a las 19:10 y 19:11 GMT. Como consecuenciade lo anterior, la ruptura generada entre la Placa de Nazca y la PlacaSudamericana fue de dimensiones nunca antes observada en fenó-menos de subducción. Diferentes autores han propuesto largos dela zona de ruptura variables entre 800 y 1.000 kilómetros y anchosdesde 120 a 200 kilómetros. El deslizamiento promedio entre am-bas placas ha sido calculado en 20 metros, con máximos de alrede-dor de 40 metros en algunas partes del área de dislocación. Estadinámica fue la causa de las enormes deformaciones de la cortezageneradas en toda el área del terremoto, lo que en general provocóalzamientos hacia el lado oceánico de 5,7 metros como en islaGuamblín y hundimientos en el lado continental de hasta 2,7 metroscomo en la ciudad de Valdivia, dando lugar a una topografía total-mente diferente de toda la zona afectada. Por otra parte, el repenti-no alzamiento del piso oceánico fue la causa de la generación deltsunami que afectó a toda la cuenca del océano Pacífico, causandocientos de víctimas en lugares tan alejados como Japón y Oceanía.

ApéndiceEl Terremoto y Tsunami de 1960

(a la 2ª edición, 2000)

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HISTORIA SÍSMICA DEL ÁREA

Los documentos históricos disponibles muestran que la partecentro-sur de nuestro país recibe el impacto de un terremoto aproxi-madamente cada siglo. Por ejemplo, cerca de Concepción, en elextremo norte de la ruptura del terremoto de 1960, ocurrieron terre-motos en 1570, 1657, 1751 y 1835. Cerca de Valdivia-Chiloé, en elsegmento central de la ruptura de 1960, eventos sísmicos de mag-nitud superior a 8 ocurrieron en 1575, 1737 y 1837. Algunos auto-res han calculado largos de ruptura entre 700 y 1.000 kilómetrospara estos eventos y un intervalo de recurrencia de 128±31 años.Sin embargo, se ha determinado que un evento como el de 1960 noes típico dentro de esta secuencia, dado el alto valor de desliza-miento determinado entre ambas placas tectónicas (20 metros), loque no es compatible con el deslizamiento teórico acumulado, deacuerdo a la velocidad de convergencia entre las placas tectónicasde Nazca y Sudamericana de 8,7 cm/año, que generaría 11 metrosde deslizamiento acumulado en 128 años. Por esta razón se postu-la que el evento de 1960 se volvería a repetir solo después de ocu-rridos 4 ó 5 eventos de menor magnitud, es decir, con intervalos de~500 años.

EFECTOS DEL TSUNAMI DE 1960

Los desastrosos efectos causados por el tsunami en Chile, sepresentaron con mayor violencia desde Talcahuano por el norte has-ta Puerto Aguirre (Aysén) por el sur e Isla de Pascua por el oeste.Los lugares más afectados fueron Isla Guafo, Maullín, Caleta Man-sa, Corral, Mehuin, Puerto Saavedra e Isla Mocha, donde las alturasalcanzadas por las ondas del tsunami superaron los 8 metros porsobre el nivel del mar en el momento de ocurrido el tsunami. Pobla-ciones que no sufrieron gran impacto por el terremoto, como es elcaso de Puerto Saavedra, se vieron casi totalmente arrasadas porel tsunami posterior.

En el extranjero se observaron alturas de inundación importan-tes en la costa norte de Tahiti (3-4 metros); en Pago-Pago, Samoa (5metros); en las bahías de Fagaloa y Apia, Samoa (5 metros); enHilo, Hawai (7 metros); en Tohoku y Hokkaido, Japón (9 metros); enCrescent City, California (3,5 metros) y en Nueva Zelandia (2 me-tros).

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