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SíGUEME www.parroquiagenoves.org Publicación semanal de la Parroquia Ntra. Sra. de los Dolores de Genovés Curso 2012-2013 Nº 178 Semana del 17 al 23 de junio DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO Lectura de la profecía de Zacarías 12, 10-11; 13,1 Mirarán al que atravesaron Salmo Responsorial 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9 R. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío. Lectura de san Pablo a los Gálatas 3, 26-29 Los que habéis sido bautizados os habéis revestido de Cristo Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 18-24 Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?» Ellos contestaron: Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.» Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro tomó la palabra y di- jo: «El Mesías de Dios.» El les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: «El Hijo del hombre tie- ne que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día. » Y, dirigiéndose a todos, dijo: «El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará.» Palabra del Señor Y VOSOTROS, ¿QUIÉN DECÍS QUE SOY YO? Lucas muestra a Jesús orando en momentos decisivos para la formación de su Iglesia: cuando se dis- pone a iniciar a sus discípulos en el camino de su seguimiento y les preguntó: ¿Quién dice la gente que soy yo?". Se trata de un simple sondeo de opinión, cuyo resultado no parece interesar demasiado al Maestro. La pregunta esencial, la que le preocupa seriamente, viene a continuación: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" Es la pregunta clave que emerge a lo largo de todo el evangelio, una pregunta decisiva para la historia de la Iglesia y de la humanidad. El silencio de los discípulos queda roto por la declaración de Pedro: “Tú eres el Mesías de Dios”. Aquí está la esencia: confesar con los labios y el corazón que Jesús es el Señor. En el año de la fe, ambas preguntas cobran una nueva actualidad: ¿qué puede significar para la gen- te de hoy la realidad de Jesucristo? Quizás alguien que les queda muy lejos, cuya doctrina pervive tan só- lo como un componente más de una civilización y de una cultura que se bate en retirada; una realidad del pa- sado, cuya influencia histórica se da por supuesto, pero que carece de significación en el presente. Hoy Jesús, vuelve a dirigirse a nosotros: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?". Solamente si se asu- me que la vida de Jesús es una vida dada por los demás, se ha descubierto el secreto de su venida. La pre- gunta de Jesús va dirigida a que reconozcamos en Él al Mesías traspasado, que derrama desde la cruz sobre nosotros su espíritu de gracia, que salva nuestra vida con su muerte y la llena de sentido con su resu- rrección. Pero no basta definir quién es Jesús. Es necesario aclarar las condiciones, es decir, a qué nos com- prometemos cuando decidimos seguirle. Lo que Jesús quiere de nosotros es que seamos de verdad lo que somos. En último término: "y vosotros, ¿quién decís que soy yo?, en referencia a nuestra identidad cristiana: ¿os habéis incorporado de veras a Cristo por el bautismo?, ¿os habéis revestido de Él?, ¿sois hijos de Dios por la fe?, habéis renunciado a toda forma de superioridad, porque os consideráis uno en Cristo Jesús? Se trata, en realidad, de ser discípulos de Cristo. Y el evangelio de hoy nos advierte: "el que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y se venga conmigo". El seguimiento de Jesús no se impone. Ni mucho menos es una decisión fácil. Es necesaria una opción primera, va- liente, lúcida, libre: “El que quiera...” A lo largo de ese camino, Jesús no se hace ilusiones de que va a ser acompañado de multitudes. Le basta “alguien” que quiera lo mismo que quiere Él, en consonancia con la vo- luntad del Padre. Seguir a Jesús no es optar por un sufrimiento sin sentido: es aceptar la vida como cumplimiento de una misión de servicio a los demás, con todo lo que ello conlleva de desprendi- miento personal. Hay quienes tratan de salvar su vida a toda costa y acaban perdiéndola. El seguidor de Cristo sabe que gana su vida sa- crificando su bienestar, su tiempo y su dinero por Él y por el evangelio. La adhesión a Cristo se mide por la aceptación por amor a Él del peso que representa la existencia cotidiana: preocupaciones, disgustos, incomprensiones, trabajo monótono, servicio habitual pres- tado a los demás. La cruz llevada con amor es la prueba determi- nante de que Dios puede fiarse de nosotros y hacernos discípu- los de su Hijo. La cruz es la señal… y de los hijos.

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Publicación semanal de la Parroquia Ntra. Sra. de los Dolores de Genovés

Curso 2012-2013 Nº 178

Semana del 17 al 23 de junio

DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO Lectura de la profecía de Zacarías 12, 10-11; 13,1 Mirarán al que atravesaron

Salmo Responsorial 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9 R. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

Lectura de san Pablo a los Gálatas 3, 26-29 Los que habéis sido bautizados os habéis revestido de Cristo

Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 18-24 Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: «¿Quién dice la gente que

soy yo?» Ellos contestaron: Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno

de los antiguos profetas.» Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro tomó la palabra y di-

jo: «El Mesías de Dios.» El les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: «El Hijo del hombre tie-

ne que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al

tercer día. » Y, dirigiéndose a todos, dijo: «El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su

cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por

mi causa la salvará.» Palabra del Señor

Y VOSOTROS, ¿QUIÉN DECÍS QUE SOY YO? Lucas muestra a Jesús orando en momentos decisivos para la formación de su Iglesia: cuando se dis-

pone a iniciar a sus discípulos en el camino de su seguimiento y les preguntó: ¿Quién dice la gente que soy yo?". Se trata de un simple sondeo de opinión, cuyo resultado no parece interesar demasiado al Maestro. La pregunta esencial, la que le preocupa seriamente, viene a continuación: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" Es la pregunta clave que emerge a lo largo de todo el evangelio, una pregunta decisiva para la historia de la Iglesia y de la humanidad. El silencio de los discípulos queda roto por la declaración de Pedro: “Tú eres el Mesías de Dios”. Aquí está la esencia: confesar con los labios y el corazón que Jesús es el Señor.

En el año de la fe, ambas preguntas cobran una nueva actualidad: ¿qué puede significar para la gen-te de hoy la realidad de Jesucristo? Quizás alguien que les queda muy lejos, cuya doctrina pervive tan só-lo como un componente más de una civilización y de una cultura que se bate en retirada; una realidad del pa-sado, cuya influencia histórica se da por supuesto, pero que carece de significación en el presente.

Hoy Jesús, vuelve a dirigirse a nosotros: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?". Solamente si se asu-me que la vida de Jesús es una vida dada por los demás, se ha descubierto el secreto de su venida. La pre-gunta de Jesús va dirigida a que reconozcamos en Él al Mesías traspasado, que derrama desde la cruz sobre nosotros su espíritu de gracia, que salva nuestra vida con su muerte y la llena de sentido con su resu-rrección. Pero no basta definir quién es Jesús. Es necesario aclarar las condiciones, es decir, a qué nos com-prometemos cuando decidimos seguirle. Lo que Jesús quiere de nosotros es que seamos de verdad lo que somos. En último término: "y vosotros, ¿quién decís que soy yo?, en referencia a nuestra identidad cristiana: ¿os habéis incorporado de veras a Cristo por el bautismo?, ¿os habéis revestido de Él?, ¿sois hijos de Dios por la fe?, habéis renunciado a toda forma de superioridad, porque os consideráis uno en Cristo Jesús?

Se trata, en realidad, de ser discípulos de Cristo. Y el evangelio de hoy nos advierte: "el que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y se venga conmigo". El seguimiento de Jesús no se impone. Ni mucho menos es una decisión fácil. Es necesaria una opción primera, va-liente, lúcida, libre: “El que quiera...” A lo largo de ese camino, Jesús no se hace ilusiones de que va a ser acompañado de multitudes. Le basta “alguien” que quiera lo mismo que quiere Él, en consonancia con la vo-luntad del Padre. Seguir a Jesús no es optar por un sufrimiento sin sentido: es aceptar la vida como cumplimiento de una misión de servicio a los demás, con todo lo que ello conlleva de desprendi-miento personal. Hay quienes tratan de salvar su vida a toda costa y acaban perdiéndola. El seguidor de Cristo sabe que gana su vida sa-crificando su bienestar, su tiempo y su dinero por Él y por el evangelio.

La adhesión a Cristo se mide por la aceptación por amor a Él del peso que representa la existencia cotidiana: preocupaciones, disgustos, incomprensiones, trabajo monótono, servicio habitual pres-tado a los demás. La cruz llevada con amor es la prueba determi-nante de que Dios puede fiarse de nosotros y hacernos discípu-los de su Hijo. La cruz es la señal… y de los hijos.

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Avisos Lunes, 18 h. IDR Fina (T. 10)

Jueves, 19 h. Oración

Jueves, 21:30 h. IDR Consue (T.10)

Viernes, 22 h. Coord. Matrimonios

Oración y Cena Fin de Curso Viernes 28 de junio

21:30 h. Oración especial fin de curso cantada por los jóvenes de la parroquia.

22:30 h. Cena en el Centro. 3 €. Trae tu bocadillo.

180 € por persona si resides en Genovés,

o tus padres son de aquí. 200 € si resides fuera.

Descuento de diez euros por cada uno para hermanos.

Cáritas parroquial colabora con el Campamento: (Se deberá adjuntar el certificado oficial del Servef y DNI)

Ayuda de veinte euros si el padre o la madre están en paro.

Ayuda de treinta euros si el padre y la madre están en paro.

Ayuda de cincuenta euros si los dos están en paro y no reciben ningu-

na prestación.

Estas ayudas son gracias a donativos personales. ¡Gracias! Cáritas Parroquial o la Parroquia no reciben ayuda de

instituciones públicas para la realización del campamento.

INSCRIPCIONES: Hasta el día 30 de Junio. Al inscribirse hay que pagar el campamento. Horario de

inscripción: todos los días después de Misa. Es conveniente inscribirse pronto para poder realizar to-

dos los cálculos precisos. Se admitirán niños por orden de inscripción y según las plazas de autobús.

La hoja de inscripción la encontrarás en la Iglesia o en www.parroquiagenoves.org

Fiesta de San Juan de Alboi Domingo 23 de junio

20:30 horas: misa y procesión

Pagado con un vaso de leche... Un joven que pagaba sus estudios trabajando de vendedor ambulante, sentía hambre pero no

tenía dinero para almorzar. Decidió vencer la vergüenza que le daba mendigar y pedir algo de comer en la próxima puerta que tocase. No obstante, perdió su nervio cuando una hermosa joven le abrió la puerta. En lugar de pedir comida pidió solo un vaso de agua. Ella, sin embargo, se apiadó de el y le trajo un vaso de leche. El se lo tomó tímidamente y preguntó, "¿Cuanto le debo?". "No me debe na-da," respondió ella. "Mi madre nos enseñó a nunca aceptar pago por hacer un favor." "Entonces le agradezco de corazón.", respondió el joven. Aquel joven llamado Howard Kelly se fue de aquella ca-sa, no solo sintiéndose fortalecido en su cuerpo sino también en su fe en Dios y en la humani-dad. Antes del incidente estaba pensando en rendirse y renunciar. Muchos años mas tarde aquella joven, ya mayor, se enfermo gravemente. Los doctores locales estaban muy preocupados. Finalmen-te la enviaron al hospital de una gran ciudad donde practicaba un famoso especialista en aquella enfermedad. Cuando el médico se dio cuenta del nombre de su nueva paciente y del pueblo de procedencia, inmediatamente se levantó y fue a verla. La reconoció inmediatamente. Volvió a su oficina resuelto a hacer todo lo posible para salvar su vida. La lucha fue larga pero la señora se salvó. Por su parte la señora andaba muy preocupada sabiendo que el precio de su estancia en el hospital sería astronómico. Sin que ella supiese, el doctor envió órdenes que le pasaran a el la cuenta final. Después de examinarla escribió un mensaje al pie de la cuenta antes de que fuese enviada a la señora. Ella abrió aquella cuenta con gran temor, pensando que pasaría el resto de sus días pagándola. Finalmente miró y cual fue su asombró cuando leyó al pie de la lista de enormes cifras: Todo Pagado por completo con un vaso de leche. Firmado: Dr. Howard Kelly.

«Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo mío, os aseguro que no perderá su recompensa.» (Mateo 10, 42)