Shakespeare, Biografia Del Genio - Publicaciones Cruz O. S. A

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BIOGRAFIA OEL GEniO

@ 1980 Osear René Cruz O.

O. R. ® 1980 sobre la presente edición para

PUBLICACIONES CRUZ O. S. A.Patriotismo 875, México 19, D. F.

Mixcoac. Tel.: 563·75-44

Primera edición

Reservados todos los derechos.Este libro no puede ser reproducido, en todo o

en parte, en forma alguna, sin permiso.

ISBN: 968-20-0064- 5

Este libro se terminó de imprimir el día 30de Mayo de 1980 en los talleres de LitoEdiciones Olimpia, S. A. Sevilla 109, y seencuadernó en Encuadernación Progreso,S. A. Municipio Libre 188, México 13, D. F.

Se tiraron 2,000 ejemplares.

William Shakespeare, ha sido de los grandes hombresde letras cuya obra ha capturado el corazón y la mente de la hu­manidad de todos los tiempos. De la misma manera en que elApóstol San Pablo fué el más internacional de todos los discí­pulos de Jesucristo, el actor, poeta, dramaturgo y escritor Wi­lIiam Shakespeare, a pesar de haber sido un inglés provincianode la pequeña burguesía, sobresale entre los gigantes literarios,porque seguramente ha acometido en su obra ese deber poéticodel cual hablaba William Wordsworth: "alcanzar y capturar pormedio de la pasión y del conocimiento al vasto imperio de lasociedad y de la historia humanas, tal y como han sido disemina­das a lo ancho de toda la tierra y a lo largo de todo el tiempo"

Shakespeare nació en la pequeña villa de Stratford­On-Avon en el condado de Warwickshire en Inglaterra. La fecha desu nacimiento es un asunto todavía polemizado, solamentepodernos tomar la fecha de su bautismo como un indicador falibley apenas aproximado; el 26 de abril de 1564. Sin embargo,muchos grandes biógrafos y peritos shakesperianos, indican otrafecha probable, tomando en cuenta que la generalidad de casos enlos cuales un vástago nacido en aquellos tiempos y lugares erabautizado una vez nacido, acunado y alimentado previamente.Esta fecha es por supuesto anterior: día 23 de Abril de 1564. Perode igual manera esta es la sugerencia de un indicio no una con-

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firmación plena de registro. No existe documento alguno quepueda atestiguar con toda certidumbre el momento exacto delnacimiento de William Shakespeare. Si ello proviniera de unhombre común y corriente no tendría mayor sentido ni trascen­dencia discutirlo. Pero proviniendo de Shakespeare, esta discusiónya da de entrada a su vida el aura de misterio y de cierto encu­brimiento secreto acerca del instante en el cual vió por primera vezla luz solar. Siendo él precisamente un gran hombre solar, undevelador y revelador de enigmas y de encubrimientos, el literatomás profundamente desmistificador del alma humana, no deja deser curioso que él mismo esté cubierto de una densa capa dediscusión sobre la primera consideración en la identidad de unindividuo: su nacimiento. Y siendo por otra parte Shakespeare unautor destinado (y condenado) a la inmortalidad, no deja de serasimismo paradójico que su vida no tenga un punto de partidafijado con exactitud.

El padre de William Shakespeare fué John Shakes­peare, un ciudadano altamente respetado en el condado de War­wickshire, ya que además de ser un pequeño burgés florecientey próspero, era sumamente útil y solicitado para varios oficiosy cargos provinciales y locales. John Shakespeare de hecho fuéun hombre de posiblemente grandes dotes sobresalientes entresus compañeros locales de Stratford-On-Avon, ya que ellos hi­cieron de él primeramente su representante burgués local, mástarde. un miembro vitalicio del burgo provincial, y finalmentealcalde de la propia villa de Stratford-On-Avon. Además de susfunciones públicas, John Shakespeare era un hombre de peque­ñas empresas florecientes; aunque algunos biógrafos han señala­do que en diversas ocasiones conoció altibajos sorpresivos en susempresas y negocios. Su esposa, fué la madre de William, se lla­maba Mary Arden y procedía no del burgo local, sino de la peque­ña villa cercana de Willcomte en el mismo condado. Del matri­monio Shakespeare nacieron ocho vástagos, siendo William el ter­cero y el primogénto varón.

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Puede parecer impertinente y un tanto locuaz inten­tar definir a la causa de su grandeza. Pero no es demasiado audazel decir que quizás ella estribe en la tremenda variedad de donesque hicieron de él un consagrado visionario del pathos y del ethoshumanos: del corazón, mente y conducta de todo ser humano. Lacomprobación de ello está precisamente en la participación delespectador al acudir á una representación bien' ejecutada de susobras, o en la sutil complicidad de que hablaba el poeta francésRimbaud, al leer una de sus grandes producciones magistrales,tanto en poesía como en teatro. Indudablemente William Sha­kespeare es un gran autor debido tal vez a su increíble agilidadintelectual, su aguda sensibilidad y capacidad de percepción dela psique del ser humano, además de un tremendo poder poéti­co y de una pujante y singularmente maravillosa fuerza discrip­tiva y narrativa. Indudablemente también otros escritores han te­nido estos dones. Pero en ninguno de ellos como en Shakespearetales dones llegan tan agudamente a penetrar la capacidad recep­tiva del auditorio y de la historia. En la obra de Shakespearese encuentra la notificación más valiosa e invaluable de todo elrepertorio de pasiones y caracteres humanos. Shakespeare a tra­ves del poder de la palabra y la fuerza de la imagen poética hacapturado y evidenciado al ser humano en toda su posible gran­deza y en toda su posible miseria. Siendo notablemente inteli­gente y ágil, Shakespeare dedicó su energía mental a reproducirpara la inmortalidad todos los recursos y reductos del alma huma­na, y en todos sus personajes y situaciones posibles, se encuen­tra esa impronta, esa huella de expresión, persuasión y estimu­lación imaginativa. Shakespeare obliga a sus representados avivir sus personajes y situaciones, obligando por tanto al lectory al espectador a identificarse y participar. Y como si no fuerasuficiente con ello, el arte de William Shakespeare es tan poderosoque en él todo el contenido humano encuentra una forma perfec­ta, sin distinciones, roces, conflictos o contradicciones entre am­bos grandes elementos. Es por esto tal vez que el arte y la obrade William Shakespeare han resistido a tantas y tantas recrea­ciones y traducciones llegando a todos los puntos del planeta.

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El contexto histórico de la Inglaterra de Shakes­peare es sumamente singnificativo, puesto que no solamentedetermina a su existencia personal y a su circunstancia íntima,sino que en mucho diviene en el hálito y significado más profundode su obra. la Inglaterra en la cual vive Shakespeare es una Ingla­terra que después de tremendas conmociones dinásticas, encuen­tra en la fusión de anglos, sajones y normados, la suficiente conso­lidación para dar paso de una casa real (la de los Plantagenet) aotra (la de los Tudor) , con lo cual el genial maestro de la litera­tura dramática y poética, encuentra después de una era completade sucesivos desastres, el aparente apaciguamiento que trae consigoel reinado de Isabel I de Inglaterra.

la época de Isabel 1. Regina, la llamada "era isabeli­na" es una de las más brillantes de toda la historia de Inglaterra.Durante su reinado, se conocen y florecen además de las obrasde William Shakespeare, de Christopher Marlowe, de BenajaminJonson. Es cuando Francis Bacon revoluciona innegablementetodo el quehacer filosófico, y su discípulo Thomas Hobbes ini­cia el curso de la politología o ciencia plítica inglesa. Ingla­terra explora, conquista y coloniza nuevos territorios. WalterRaleigh le da a Inglaterra la puerta de entrada al nuevo mundo.Francis Drake saquea buques españoles, da la vuelta al mundodespués de la travesía iniciada por Magallanes, y llega a Inglate­rra cargado de tesoros. Es para la Inglaterra que en lo futuro serála primera potencia colonial e imperialista del planeta, y dueñade los mares, el despuntar de la acumulación originaria de capital.

llegada al trono después de la muerte de MaríaTudor, Isabel Regina es la última exponente de esta casa real,pero una exponente aún más portentosa y grandilocuente quesu padre Henry VIII. Ella es una mujer en la cual, al decir de lamayoría de sus biógrafos, se conjugan tanto el tacto extraor­dinario y la mesura prudente en el gobernar, con su maravillosaintuición política y su propia visión del porvenir de su reino.

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Isabel I reinó de 1558 a 1603 y su era se reconoce co­mo la más gloriosa de la historia de la Gran Bretaña.

En este reinado ilustre, muy bien pudo Shakespearededicar su existencia a recrear innumerables veces, la historia deInglaterra y el llamado "espíritu inglés", que viene a ser una fu­sión de bretones, normandos, anglos, sajones, antiguos invasoresdaneses y vikingos, y asimismo antiguos nativos celtas, junto a lainnegable, aunque parcial, influencia latina por Roma. Con to­do, el hecho de que el reinado de Isabel I diera garantías de re­nacimiento espiritual y florecimiento de las grandes artes, explicamuy bien, el fondo histórico y la ubicación temporal precisa de laobra de Shakespeare, la cual es notable y célebre porque, lograen la sustancia dramática, teatral, representativa de sus persona­jes, ubicar un microcosmos, un universo entero que promuevela identificación y participación de todo aquél que acude a unarepresentación de sus obras o las lee, no importando de que épocao de que nación sea su público. El auditorio de Shakespeare,a partir de este girón de la historia inglesa, es precisamente inmor­tal y eterno gracias al genio formidable del escritor que revelaen una síntesis de pasmo y de sorpresa, todos los avatares yrecursosdel alma humana.

A pesar de que la cantidad de conocimientos acumu­lados por la historia y por la biografía acerca de William Shakes­peare es sorprendentemente enorme, para tratarse de un sólo hom­bre en una sóla época de su vida, la mayor parte de los peritos enShakespeare dudan muy a menudo de la fidelidad de esta informa­ción acumulada, dado que muy frecuentemente se fundamentaen datos no corroborados por documentos y textos oficiales.

Después de su nacimiento "tradicional" que se cele­bra en la fecha del día 23 de abril de 1564, William Shakespeare,fue imbu ído de una severa instrucción seglar en la misma iglesiaen cuya nave parroquial fué bautizado. Más tarde, de acuerdo con

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su estirpe y con su rango de burgués gentilhombre, William pasó aser pupilo de la Grammar School de su misma villa natal.

El anglicanismo era la pauta de toda instrucción, yla severidad y rigidez de-enseñanza la norma del establecimiento.En la época de la Gramrnar School de William Shakespeare, ni si­quiera existían listas de pupilos ni sistema de calificaciones. No seotorgaban registros ni certificados y todo el proceso de enseñan­za-aprendizaje se consideraba netamente elemental y los hijos delos burgueses eran destinados a ellas más por cuestiones de prosa­pia social, que por inquietud y necesidad de conocimiento. Demanera que es muy lógico suponer, que la educación de WilliamShakespeare debe haber estado imbu ída de supuestos anglicanos yprotestantes, muy en boga con el espiritu de la época tendiente ala renovación y al florecimiento de la burguesía inglesa.

Por lo cual él debió haber sido instruído severamenteen cuestiones religiosas, aprendiendo por demás a leer y escribir, arealizar operaciones elementales de matemáticas, y además a ini­ciarse en los conocimientos del inglés culto, del francés, del latín yposiblemente del griego. William Shakespeare debió haber destaca­do suficientemente en sus tiempos de estudiante de párvulos, pues­to que además del inglés culto, logró tener rudimentos de francés,italiano y alemán, destacando sobre todo en historia, geografía yconocimiento casi perfecto y totalmente cumplido del latín, unidioma del cual nunca se separaría enteramente. Shakespeare a­demás debió haber continuado esta educación elemental por supropia cuenta, puesto que como autodidacta comprueba en susobras tener conocimientos eruditos de los gral)des clásicos ingleses,franceses y latinos, sobre todo éstos últimos.

Luego de su estancia en la Grammar School, WilliamShakespeare no continuó estudiando. No pasó al equivalente deun Liceo Superior, o de un Gymnasium o de una Escuela de Ense­ñanza Media Superior en aquellos tiempos. Menos aún fue a una

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Universidad, y de hecho todo el acopio erudito de conocimientosque en vida tuvo, además claro está de los literarios, se debieron asu propia labor como autodidacta. Una situación que muchas ve­ces es privilegio exclusivo del genio, y que sin embargo, por lascircunstancias propias de su habitat histórico, fueron en el caso deWilliam Shakespeare una forzosa condición y determinación.

Así, a la muy temprana edad de 18años, William Sha­kespeare contrajo matrimonio. Exactamente cuando y dónde nose sabe. Pero los registros episcopales de la Iglesia Mayor de la po­blación cercana a su lugar natal de Worcester, dan constancia deque el Obispo Anglicano de Worcestershire, dió por consagrado elenlace matrimonial de William Shakespeare con Anne Hathaway,el día 28 de noviembre de 1582. Anne, murió en 1623 en Strat­ford-On-Avon, de causas desconocidas. los Hathaways de Wor­cestershire eran una familia latifundista de mediana categoría, porlo que se piensa que su matrimonio fue por mera conveniencia. Elmatrimonio de Anne y William procreó tres hijos: Susanna, nacidaen 1583; Judith, nacida en 1585; y Hamnet que también fué bauti­zado en 1585., y quien siendo el hijo varón único de William Sha­kespeare, falleció a una edad temprana: once años más tarde.

El cómo el nombre de William Shakespeare se asocia alos acontecimientos y decursos de los siguientes ocho años des­pués de su matrimonio, hasta que su nombre empieza a ser conoci­do en landres en los medios teatrales, es una cuestión además demucho muy polemizada, igualmente del todo desconocida, Exis­ten versiones, inclusive nacidas como mito y leyenda alrededor deél poco después de su muerte, que dan fe de que el gentilhombreWilliam Shakespeare tuvo bastantes líos y dificultades por delimi­tación de tierras, caza de jabalíes y venados, recogimientos de fru­tos, haceres de leña, en propiedades disputadas con un burguésde Warwickshire que era sumamente influyente en el burgo local,mucho mas que el propio padre de William Shakespeare. Este se­ñor, Sir Thomas lucey de Charlecotte (población pequeña cercade Stratford-On-Avon) debió haberle hecho la vida imposible a

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Shakespeare, dando con ello lugar a las especulaciones sobre intri­gas, pleitos y problemas legales. De acuerdo con "tal corriente deopinión" de los "shakespeareólogos", éste debió haber tratado nosolamente una vez sino varias, de seguir y superar los pasos de supadre. Con tan mala suerte que el señor de Charlecotte se aparecíasiempre enmedio de su camino causándole serios problemas ypreocupaciones. Por tanto, después de meditar sobre una existen­cia rutinaria e intrascendente como burgués gentilhombre en War·wickshire, y viendo que además tenía poco temperamento para li­diar como su padre lo había hecho, con los burgomaestres localesy provinciales, Shakespeare, abatido igualmente (segun cuenta estaversión) por agudos problemas conyugales dado que su esposa ade­más de rústica y palurda era sumamente dominante, William deci­dió emprender otra vida, nueva para él, en la ciudad de Londres.Allí llegó un día incierto y sin precisión para la historia, pero segu­ramente cargado de preocupaciones, y sin embargo vacíos los bol­sillos. Por tanto, en el duro y feroz ambiente londinense de aque­lla época, Shakespeare, para sobrevivir, se convirtió al poco tiempode su llegada, en cuidador de caballos y encargado de limpieza yalimento de los mismos, en los teatros del Londres de aquella épo­ca; es decir una especie de portero y guardacoches de la era mo­derna. Un shakespearólogo nos indica que probablemente Wi­lIiam Shakespeare después de su retiro o hu ída de Stratford-On­Avon, debió haberse convertido en sirviente de alguna casa condalimportante, llegando inclusive a ser soldado de la guardia, tal vez,se nos rumora al oído, en las Tierras Bajas (Lowlands) de Ingla­terra. Lo cual probaría, se regocija este shakespearólogo anóni­mo, que el gran escritor viajó bastante alrededor de Inglateha an­tes de recluírse en Londres. A falta de evidencia oficial afirmati·va de cualquiera de estas versiones, esta serie de consejas pareceprovenir de la leyenda y del mito no del Shakespeare vivó, sinode algunas de sus obras poéticas y teatrales, puesto que ningu­no de nuestros shakespearólogos cuenta con ninguna documen­tación escrita, sino que meramente "supone", que Shakespearedió evidencia escrita de su propia vida y biografía en algunosde sus escritos.

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El primer indicio, la primera referencia digna de cré­dito, sobre las incursiones de William Shakespeare proviene del añode 1592, cuando un compañero de las artes teatrales, el drama­turgo Robert Greene declaró en un panfleto publicado:

" Existe merodeando por allí cierta estrella en ascenso,magnificada y embellecida con nuestras propias plumas. La cualdespués de su Tigers heart wrapt in a players hide (algo así como:Corazón de tigre), supone que es lo suficientemente capaz y crea­tiva para bombardearnos con obras escrita, puramente en versoblanco y en libre versificación, y la cual siendo por ahora simple­mente un Johannes Factotum (algo así como: un mero golpe desuerte) , cree ser en su propio concepto el más completo escritorde teatro de este país".

Cuando el libro en el cual tales palabras aparecen (Eltitulado en español "Las verdes extensiones fértiles compradascon millones de arrepentimiento" de 1592 ), fué finalmente publi­cado después de la muerte de Greene.

El prefacio elocuente a esta obra,hace constar lariqueza literaria ya entonces aportada por el genio de Stratfor­On-Avon. Tal prefacio indica igualmente que Shakespeare estabaganando importancia haciendo amigos importantes. Ello es muyimportante porque la city de Londres es y ha sido tradicional­mente hostil en primera instancia a todo talento joven que no ha­ya nacido en ella. Y Shakespeare era un joven escritor provincianocon un obscuro pasado de burgés gentilhombre. Además, de todaslas artes usuales de entonces, el teatro era apenas una cuestión quecomenzaba, y su patrocinio era fluctuante e inestable. Los acto­res y las compañías se debían muchas veces a mecenas que eranmuy disputados en el medio. Shakespeare por tanto debió de ha­ber hecho una buena entrada, causando una impresión favorablea su talento y oficio. Pero lo cierto es que era uno de "Ios hom­bres del día" en los medios teatrales de la city de Londres hacia

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1592 . Luego entonces, ganó simpatías, entre ellas la del anónimoautor del prefacio del libro de Greene, y además muchos acto­res y compañías de repertorio. Y pronto incluso se hizo amigoíntimo de un joven aristócrata excéntrico, el tercer Earl (Audien­cia suprema de la corte y el parlamento) de Southampton, suexcelencia el joven duque Henry Wriothesley, a quien William Sha­kespeare dedicó, a la manera usual de la época, susgrandes poemaslírico-épicos titulados Venus y Adonis, y El rapto de Lucrecia, am­bas piezas literarias magistrales y destinadas a perdurar. Dotadasde un talento innegable por el equilibrio sintáctico, no dejannada afuera ni contienen ningún exceso logomáquico, los cualesa la vez demuestran como el Amor eterno y la Belleza infinitapueden ser comprendidas de una manera accesible a nosostros,por un gran hombre de letras.

Una prueba fidedigna de que por estos tiempos Shakes­peare, en plenos albores del siglo XVII, tenía su estrella en ascen­so y comenzaba a prosperar, recuperando la heredad familiar yestableciendo su membrecía como nuevamente burgués gentil­hombre notable, es el hecho de que la heráldica real otorgó a JohnShakespeare, su padre un escudo de armas. El documento dondetal heraldo familiar se describe se ha perdido irremisiblementeen la bruma de los tiempos. Es indudable que fué William Shakes­peare quien promovió su designación y pagó las cuotas correspon­dientes por el otorgamiento. Una reconstrucción aproximadade este escudo de armas concedido por la casa real Tudor a losShakespeares, aparece reproducida en el busto y monumento fú­nebrea la memoria de William Shakespeare construído hacia1623 , en la iglesia de la Santísima Trinidad de Stratford-On-Avon,De manera similar como prueba fehaciente de su afluencia y bo­nancible existencia en ascenso, es el hecho de que William Shakes­peare adquiriera en 1597 la finca llamada New Place en Stratford·On - Avon, la cual pasó a ser parte de sus bienes vitales y de suheredad.

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Todo lo dicho anteriormente conduce a un lugar co­mún: la vida dudosa y errante que condujo a William Shakespeareal milieu teatral y artístico de Londres, fué bien llevada hacia elreconocimiento progresivo, la creación genial prolífica, el acceso abienes y honores, y el pronto pasmoso reconocimiento de la in­mortalidad de William Shakespeare en vida.

Las discusiones y debates recomienzan en torno a unacuestión crucial: nadie sabe con certeza cuándo comenzó y en quéforma esta carrera teatral ascendentemente. Lo que sí resultaser verificable es que Shakespeare, desde 1594 , llegó a ser consi­derado miembro vitalicio sumamente importante de la CompañíaTeatral del Lord Chambelán de la Corona de Inglaterra, un títulohonorable que eufemísticamente oculta una vida de esfuerzos, detrabajos y de agudas tensiones por crear y producir. Más tarde,conla muerte de Isabel Regina y el ascenso al trono del Estuardo James1 , la compañía de repertorio, con William Shakespeare incluídocomo poeta y dramaturgo, cambió su nombre para simplementedenominarse los King' s Men: Los hombres del Rey. Ello en 1603.Esta compañía pronto fué considerada como la más importantedel país, después de algunos años, el mismo arquitecto del Puentede Londres, construyó el anfiteatro llamado The Globe, WilliamShakespeare fué llamado para acondicionarlo como teatro perma­nente de la compañía. De manera que no hay por qué extrañarsede que la compañía de los King's Men (y con ella el propio WilliamShakespeare) hubiese prosperado. Shakespeare llegó así a ser elmáximo autor teatral inglés en muy breve tiempo, mucho másbreve que el de Jonson o el de Marlow. Vino a ser su propio em­presario, y un profesional de tiempo completo en su propia comopañía y con su propia sala de representaciones. Los dividendos y'beneficios de la compañ ía, después de pagados todos los impues­tos, se fundían en un fondo cooperativo común del cual sededu­cian las necesarias futuras inversiones y los gastos pasados no liqui­dados aún. Shakespeare empero llegó a ser no solamente lo quehasta la actualidad es y representa en su nombre, vida y obra, sino

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asimismo un próspero hombre de negocios, donde cada obra signa­da con su nombre y autorizada por él mismo para ser representadaera no solamente un éxito de arte, sino asimismo una bonancible ypróspera empresa de negocios. Shakespeare pues, encontró en laescritura teatral y poética, no solamente una razón existencial devida y obra (y perdurabilidad inmortal), sino asimismo un buenmodus vivendi..

. Sobre la manera o modo del cómo Shakespeare hacíasu arte existe de hecho nada en los registros oficiales. Todo es en­tonces nuevamente cuestión de conjetura y asunto de especula­ción. Lo cierto empero es que la vida profesional de Shakespeareiba en total consonancia con su creación artística, ya que nadiecomo él, conociendo hasta los más reconditos recursos y secretosdel arte teatral pudo haber sido tan prolífico y sustancial, a la vezconcreto y absoluto en sus creaciones poéticas y teatrales. Porcerca de veinte años William Shakespeare se dedicó en cuerpo y al­ma a este oficio y a este arte, llegando a escribir poco más del mi­lIón de palabras de obras poético-teatrales de innegable supremacalidad.

,William Shakespeare se esforzó siempre por mantenersu vida privada separada de su vida profesional. Fuera de su partici­pación en la Abadía de Westminster durante la coronación de Ja­mes 1,y fuera de vestirse como burgués gentilhombre notable en lapropia guardarropía de la compañía de los King's Men, poco es loque en verdad participó en la vida oficial y pública de la Inglaterra desu tiempo. Sin embargo siempre participó públicamente como com­pleto y cumplido profesional de las artes teatrales, y como bonan­cible hombre de negocios adquiriendo propiedades y bienes sobretodo inmuebles en Londres y en Stratford-Qn-Avon. En 1605 llegóincluso a adquirir una quinta parte de las acciones de la coronainglesa en el condado de Warwickshire, sobre todo en su pueblonatal. Un hecho que n~s explica el por qué al morir se le enterróen la parroquia de la iglesia de la Santísima Trinidad, y por qué

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existe un monumento fúnebre con su escudo de armas en su tum­ba. Por otra parte sus amistades, después de su acaso flirt con eljoven duque de Southampton, fueron sumamente escasas. Muchomuy contadas. Entre ellas destaca la que llevó con una familiafrancesa hugonote llamada Mountjoy, los cuales más de una vez ledieron aposento y anfitrionía en su casa familiar de Sain Olve'sChurch de Londres. En 1612 parece ser que los Mountjoy se me­tieron en problemas con ciertos vecinos aristocráticos de Clipper­gate en Londres, y Shakespeare acudió a las cortes en defensa desus amigos. Se dice, por parte de los socorridos shakespearólogos,que su influencia fue determinante y que sus discursos públicos enaquella ocasión fueron muy ingeniosos. Pero no existe récord ofi­cial del caso y la evidencia de esto también debe tomarse comomera conjetura probable de ser veraz, probable de ser falaz. Ade­más, por otra parte, no existe en la actualidad ninguna carta escritapor Shakespeare. Ni siquiera un mensaje o una nota. Pero algunosde sus documentos de compra-venta de bienes, con su propio einvaluable autógrafo, han sido preservados hasta la fecha por elburgo de Stratford-On-Avon.

La última voluntad de William Shakespeare esta expre­sada en su testamento personal, fechado el día 25 de marzo de 1616,cuando el genio de Stratford-On- Avon se sentía ya irremisible­mente enfermo, y el cual se conserva hasta hoy en día como unauna de sus más preciadas reliquias. Este testamento es bastantelargo, prolijo y detallado. Baste aqu í decir que su voluntad finalfué que su heredad se repartiese entre sus principales deudos fami­liares, principalmente Susanna y Judith, sus hijas. William Shakes­peare murió el día 23 de abril de 1616. Fu~ enterrado en unatumba honoraria en la parroquia de la Iglesia de la Santísima Tri­nidad en su pueblo natal, Stratford-On-Avon. En la tumba se colo­có un monumento funerario con su busto y'su escudo de armas.Enla lápida de su tumba sin embargo no está inscrito su nombre. So­lamente las siguientes palabras:

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Good friend, for Jesus'sake forbearTo dig the dust enclosed here.Blest be the man that spares these stones,And curst be he that move my bones.

Buen amigo en el nombre de Jesús abstenteDe excavar el polvo aqu í encerrado.Bendito sea aquél que respete estas piedras,y maldito quien sea el que remueva mis huesos.

Es probable que las palabras de sentencia fúnebre de lalápida, aunque no hay prueba terminante en ningún sentido,hayan salido de la propia letra y puño de William Shakespeare.

La memoria de William Shakespeare sobrevivió largotiempo en los medios y círculos teatrales, dado que la mayor partede sus obras eran parte obligada del repertorio de la compañ ía de los

Kin gs Men. Ello concluyó aparentemente con el cierre de losteatros de ésta compañía en 1642, cuando el inicio de la revo­lución republicana.

Después de que Ben Jonson realizó entre 1616 y 1619 lamayor parte de sus comentarios, sobre la obra de Shakespeare enel año de 1623 surgió a la luz pública, bajoel patrocinio del Earlde Pembroke y del Earl de Montgomery, la primera impresiónfoliada de las obras completas de William Shakespeare, llevadaa cabo por sus compañeros de teatro. En el prefacio se indicabaque la edición no era motivada por el afán de hacer lucro o famacon la obra de un gran hombre recientemente fallecido "sinoúnicamente con el propósito de mantener viva la flama de lamemoria de William Shakespeare, un individuo genial y notablebuena persona, que al propio tiempo que autor inmortal fué

.un gran amigo". Por otra parte, hacia 1623, en la tumba de

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William Shakespeare, junto a su busto, monumento funerarioy lápida, sus familiares agregaron una piedra conmemorativa más,con su nombre completo y fechas de nacimiento y muerte, la

"cual lleva también una larga inscripción alabatoria en latín, endonde se compara a William Shakespeare en virtud del genio per­suasivo con un Sócrates, y en virtud del genio poético con unVirgilio.

Luego, de un gran silencio, las ediciones de sus obrascompletas se multiplicaron y aún hoy subsisten. La solemnidad entorno al legado de William Shakespeare fue rota cuando su biogra­fía, la primera que se sepa, fue escrita por Nicholas Rowe en 1710.Allí existen suficientes anécdotas acerca de la vida de William Sha­kespeare, las cuales a pesar de ser puestas en tela de juicio hoyen día, han desmitificado desde entonces su carisma de semi­diós. William Shakespeare fué plenamente un ser humano. Enla biografía de Rowe abundan las anécdotas sobre alcoholismo,orgías, homosexualismo, escándalos y demás. Incluso luego dela aparición de Rowe, por alrededor de cincuenta años, el nombrey la obra de William Shakespeare fueron puestos en el otro extre­mo de la balanza: se demostraron e insultaron, el escándalo hallegado con mucho hasta nuestros días y es por ello que juntoa la polémica sobre su obra se reúna la polémica sobre su per­sonalidad y vida. Pero esta curiosidad y entusiasmo decayeronconforme pasó el tiempo y llegó la biografía y el escándalo deRowe. Quizás es por esta misma razón que los retratos de Sha­kespeare cuando no sean idealizados, resulten ser sumamentemonótonos, pues todos giran alrededor del busto funerarlo yde dos retratos originales de la época.

Por.tanto, aunado al hecho de la oscuridad casi absolutasobre la vida de William Shakespeare, y también porque él mismose rodeó con una muralla impenetrable de indiferencia a la vidapública y severa vigilancia sobre la vida privada, suceden todas

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estas series de polémicas y escándalos en torno a su persona,su individualidad, su vida, motivadas en muy buena parte por laignorancia, en otra muy buena porción por el ansia de gloria dealgunos shakespearólogos que proyectan sobre Shakespeare vir­tudes y defectos que no le son propios y en otra, porque dehecho William Shakespeare es hasta la fecha, (como él mismoprobó en vida, un muy buen negocio.

. Por lo que toca a la obra de William Shakespeare, todaella contiene el hálito vital de la era isabelina. El autor vivió en unmomento histórico en el cual las ideas y las estructuras econó­micas, polítlcas, sociales y culturales que se habían establecidodesde la Edad Media en Inglaterra, aún influían en los pensamien­tos y acciones, pese a que con mucho la influencia reformistade Henry VIII, y de la propia Isabel Regina, alteró paulatinamentepara siempre este estado de cosas tradicional, rancio y añejo.

La era isabelina es en Inglaterra y los dominios británi­cos, una era de culminaciones y al mismo tiempo una era pioneraen múltiples aspectos, los más de ellos sustancialmente vitales parala humanidad: réligión, política, economía, guerra, paz. Y espor lo tanto, como toda era de culminaciones y de inicios, unaera de transición en la cual la obra teatral y poética, plenamenteartística de William Shakespeare se ubica perfectamente. Encuanto a esto, Shakespeare lejos de ser un innovador es real­mente un comienzo, no es un tour de Force O un avance sino real­mente una iniciación. Veamos un poco la tradición teatral y fun­damentalmente poético- teatral de Inglaterra sobre todo basadaen los grandes dramas históricos. En Inglaterra se conocía ya laobra teatral de los antiguos griegos, las formidables obras trági­cas y las maravillosas comedias de Sófocles, de Esquilo, de un Eu­rípides, de Aristófanes. De la misma manera eran hasta ciertopunto familiares las obras de Terencio, de Plauto, de Sénecaen la tradición fundamentalmente latina, romana. Y existíaasimismo un vivo interés por la comedia española, italiana y

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francesa, aún cuando realmente no tenían la fuerza cultural ypolítico-intelectual de la tradición clásica greco-latina. De allíque los ingleses aspiraran siempre a una tradición teatral propia,como plena demostración artística no solamente accesible alas pequeñas representaciones aristócratas y cortesanas, sino asi­mismo enraizada en la vida cotidiana e histórica del pueblo in­glés. Antes de Shakespeare por tanto existieron numerosospredecesores, los llamados wits, que trataban de que el cono­cimiento teatral se hiciera científico, histórico, y netamentepopular. Y para ello debían debatirse en tanto arte teatral, conel problema fundamental e insoslayable del lenguaje, pues exis­tía el problema de los diversos modismos de las diferentes naciona­lidades que habían integrado a la nacionalidad inglesa.

No fué sino hasta la vasta y monumental obra lexico­gráfica, linguística, gramática de Emund Spenser cuando tales girose innovaciones, tradiciones de modismos y también importacionesde neologismos, fueron sistemáticamente analizadas y clasificadas.La obra de Spenser abrió a la literatura inglesa en todas sus ver­tientes y sobre todo la poética, la novelística y la teatral, la posi­bilidad de utilizar plena y totalmente consciente el habla inglesa.

Pero es William Shakespeare el que realiza la obrasistemática de creación de un tipo de espectáculo popular que nosolamente utiliza la lengua inglesa, sino que la crea y recrea a suantojo, de acuerdo con las necesidades de su arte y el legítimo"capricho" del artista. En la obra monumental de Shakespeare, elprimer hallazgo de genio es pues el de una magna conquista dela lengua y una magnífica y monumental utilización del verbodel ser humano. Un verbo que en la obra shakesperiana se cal­cula por cientos de miles de diferentes conceptos y por millonesde palabras. No existe ningún otro autor que haya evidenciadoun conocimiento tan erudito y un dominio, conquista y recrea­ción tan absoluta y completa de su propia habla, de su idioma, desu verbo como William Shakespeare.

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Los inicios de este dominio idiomático y verbal tanrigurosamente completo a su "capricho" a pesar de su diversidad ysu complejidad, es en William Shakespeare la evidencia de su obrapoética. Primero en su Venus y Adonis que es de hecho unarecreación virtuosa en lengua inglesa de los grandes mitos latinosplenos de misticismo, religión y tradición erótico-amorosa. Venuscomo representación de Amor, y Adonis como representante de laBelleza, se unen indisolublemente en una pareja formidableque ama y embellece la virtud del lenguaje y de la recreaciónpoética. 'La saga literaria que Shakespeare creó obedece puesen sus inicios a una temática completamente erudita, virtuosa,plena de interés y renovación única en lo idiomático y verbal,pero alejada de los propósitos del pueblo inglés y de sus tradi­ciones y costumbres. Ello se manifiesta igualmente en su siguiente'gran poema El Rapto de Lucrecia, que recrea la temática del raptode Europa, aunque de una manera mucho más épica, trágica-amo­rosa y asimismo histórica.

Todas estas posibilidades idiomáticas de la lírica, de laépica, de la retórica histórica y mitológica, se recrean y potencianen los Sonetos, los cuales en realidad son un solo enorme y monu­mental poema de 329 líneas, con una conclusión por así decirloigualmente 11 caprichosa" denominada por su autor La queja delos amantes. Ello dota al poema, como conclusión, de un hilodiscursivo, de un hito narrativo, sumamente equilibrado y prolíficoen imágenes, giros verbales, metáforas y recreaciones idiomáticas.-Es de hecho una inmensa estructura indiomática en donde lasintaxis especifica rigurosamente la no aliteración ni descompo­sición del verbo. Por tanto en los Sonetos y La queja de los aman­tes, existe una historia, una fábula, una narración que culmina enuna enseñanza, en una moraleja. O sea si se quiere ver un tantomás académicamente, es un sostenido encuentro de lírica y de tra­gedia que culminan en drama, y sobre todo en el conocimientoconsciente del drama: Amar es Vivir, dejar de hacerlo es enfrentara la muerte. Por otra parte los Sonetos y La queja de los amantes,

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contienen en sí mismos el summ um temático de las mejores y máscelebradas obras teatrales de William Shakespeare.

Una obra que le tomó cerca de 15 a 18 añoscompo­ner en su totalidad como una inmensa sinfonía que a su vez contie­ne a otras singulares sinfonías y composiciones menores tomarásiempre de los recursos de los Sonetos y de su conclusión, Laqueja de los amantes, las posiblilidades expresivas de su obrateatral. Sin embargo, Shakespeare no es un autor expresionistay rígidamente personal e íntimo, porque ante todo la improntageneral y universalmente manifiesta en todas sus obras es el acce­so a la recreación para comunicarla al público. Shakespeare as­pira no necesariamente a expresarse a sí mismo, sino de hechoa hacer hablar en su obra a la porción divina de cada ser humano,haciendo partícipe al público consigo mismo y sus recreacionesverbales.

A pesar de que los registros de las primeras obrasteatrales de Shakespeare son demasiado oscuros y perdidos en laniebla de los tiempos, sus primeras obras teatrales son precisa­mente dramas históricos.

Así comienza con una obra teatral, drama históricosobre la Guerra de las Dos Rosas, se titula El enfrentamientototal entre dos famosas Casas, la de York y la de Lancaster, la cualle da inmediatamente un crédito enorme, puesto que es la primeravez que la historia se convierte en arte. Shakespeare no aspira aficcionalizar sino a revivír la realidad y como mencionábamos,hacerla perdurable y eterna disolviendo al tiempo en los tiempos.

Pero las necesidades financieras le vuelven del dramahistórico hacia la urgencia de realizar una obra que remunereeconómicamente, porque por la innovación se comprende que elpúblico inglés tradicionalmente teatroadicto no comprende toda­vía las proporciones y consecuencias de esta revolución verbaly artística, plenamente vital. Escribe y representa entonces su

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famosa Comedia de Errores, que es muy del gusto popular, tanaficionado entonces a las tradiciones teatrales, totalmente latinos.Nuevamente aqu í , a pesar de ser esta una obra menor de Shakes­peare, revela todo su genio, puesto que es una comedia aparente­mente ligera pero con una gran enseñanza moral, a través de lacomediación y el comedido de las situaciones teatrales presen­tadas y representadas. El éxito es enorme y el público empiezaa entregársele. Como las representaciones públicas son accesibles algran público, y como éstas mismas son seriadas y repetidas, paralos aristócratas, cortesanos y grandes burgueses, todo el público deLondres, tiene acceso pleno a ellas. Y Shakespeare se convierte almismo tiempo que en el primer autor teatral popular, en el primerautor favorito del teatro cortesano y aristocrático. Más tardevuelve a incursionar en el drama histórico y presenta su obra TitusAndronicus , esta vez más plena de drama y de recreación poéticay erótica. Su obra Dos caballeros de Verona que es por así decirlo,una complacencia de su genio hacia el público tratando de ins­troducir en el género de costumbre el entretenimiento, el estuporde estar vivos, la gran sorpresa de la vida y de la muerte, la granhazaña humana de sentir el Amor y dolerse de él. Luego apareceuna comedia pretendidamente ligera: La fierecilla domada, que esun intento por presentar, a través de unos pocos personajes enescena, toda una vasta gama exploratoria de situaciones y deemociones humanas, Shakespeare se acerca prontamente hacia supluma magistral y su madurez de genio.

Lo siguiente es nuevamente un experimento, peroaún más depurado: La pérdida de los trabajos del Amor, en dondenuevamente confronta el gran tema de la vida y la muerte, elamar y el dolerse, el lirismo y la tragedia en una sola y pura repre­sentación, la cual sin embargo esta preñada de importancia aúnpara el más común de los mortales, puesto que al evidenciarla imposibilidad del Amor y de la plenitud de la convivencia hu­mana en Eros, el autor, recrea la sátira y parodia de la vida inútilde la sociedad de su tiempo. Inmediatamente, haciendo otra vez

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alarde el gran autor vuelve a presentar un drama-comedia, poesíatragedia, lirismo-épica, en torno a su tema preferido: el Amor y suimposibilidad. Romeo y lI1ieta que se convierte inmediatamenteen la gran clásica de todas sus obras hasta entonces, la cual es unamanifestación muy pura de cómo la temporalidad del tiempose convierte en la infinitud de lo intemporal y de lo absoluto mer­ced al poder del Amor más allá de las viscisitudes humanas y de susrepresiones y perjuicios y prejuicios que le hacen aparecer impo­sible. A pesar de esta tragedia de yerros, la alegría de la viday del amor quedan plenamente manifiestas en lo que hasta hoyen día se considera como la manifestación más elocuente de unromance. Pero Shakespeare, a pesar de ser un autor de romances,no es un autor romántico. Fuera de las posibilidades clásicasy neoclásicas, pertenecientes a las tradiciones latinas y a las ita­liano-francesas-españolas respectivamente, Shakespeare no es es­quemáticamente un romántico ni aspira a serlo.

De hecho Shakespeare es lo más naturalmente aro­mántico que puede haber en la gran producción literaria de todoslos tiempos. El no acude a los recursos de los románticos. No pre­senta imposibilidades previas como una lesión, una invalidez, unasituación miserable, un amor distante, etcétera, para mostrarnosque el amor es posible si existe total y plena entrega. Shakespearees un gran poeta y gran autor teatral. Y con ello lo alejamos aúnmás de la- tradición romántica de los siglos venideros(XVIII y XIXprincipalmente) puesto que el romanticismo es en literatura unatradición poética y novelística, acaso musical y pictórica, pero noteatral, que es el universo y microcosmos merced al cualla obra deShakespeare vive. Y tampoco es un autor de costumbres, uncostumbrista, porque a pesar de que su obra poético-teatral se ins­cribe fundamentalmente en la recreación de una situación entiempo y espacio determinados, la importancia de las costumbreses vana.

Luego sobreviene nuevamente un retorno hacialo que el Shakespeare historiador teatral y autor teatral de lo

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histórico, considera plenamente su punto de partida: la GuerraCivil de las Dos Rosas. A la cual, desde su primer drama histórico,convierte ahora en una saga importante, en un cantar teatral únicosemejante a los de Homero, Virgilio o Dante. Presenta sus series deEnrique VI la. parte, Enrique VI 2a parte Enrique VI 3a. parte.

Shakespeare presenta a través de esta serie una sagaconmovedora, que evidencia de manera probada no solamentesu dominio de la historia inglesa a la manera popular, sino de lahistoria de Inglaterra a la manera culta, y unificando todos sus

puntos medulares artísticos, por primera vez identifica plenamentecomo un solidario y único ser humano tanto a la masa como a lasélites.

Después de la saga de Enrique VI presenta inmedia­tamente una especie de sumario en su obra: La Tragedia del ReyRicardo III , la cual contiene en su estructura narrativa una solaidentidad que girando en torno a las situaciones y viscisitudes deun solo personaje, condensa y compendia todo lo anterior desde suprimer drama histórico. Aquí Shakespeare presenta su gran rique­za como autor teatral, donde sin abandonar un solo recurso poé­tíco- teatral, potencia a la obra potenciando al personaje: lo hacemúltiple e infinito: en situaciones reales y fingidas, en farsas deli.beradas, en yerros, en accidentes, en juegos de apariencia y rea­lidad, en visiones,en alucinaciones, en síntomas patológicos de dese­quilibrio, en nuevos equilibrios.

Le siguen nuevos experimentos: La tragedia de ReyRicardo 11, Enrique IV la. y 2a. partes; el Rey Juan, Enrique V yEnrique VIII, que más que dramas históricos en loscuales se discuta el contenido, se plantean experimentalmentenuevas posibilidades y recursos del arte teatral desde su concep­ción y escritura, hacia la plasmación de su forma merced a lasartes teatrales. Aqu í Shakespeare se convierte en más que un

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autor contemporáneo, en un serio autor de vanguardia. Sus ex­perimentos ahora son cada vez más refinados y sutiles. Aqu í juegay experimenta lúdicamente a través de la trama con la invención,la sugerencia y sobre todo un descubrimiento: el suspenso, elsuspendimiento de una conclusión acaso presentida, que inventary fabular y confabular realmente experimentar, y ello es precisa­mente lo que lo ha hecho grande.

Al par que va desarrollando en el curso de sus veinteaños de escritura y representación teatral, en donde ademásde ser el escritor argumental es el guionista, el director, el tramo­yista, el indicador, el actor, el maquillista, el empresario, el pro­motor, el publicista, etcétera, Shakespeare va desarrollando fueradel ámbito histórico inglés sus experimentos acerca de otrasgestas históricas en donde realiza grandes sagas: Julio César,Antonio y Cleopatra, Coroliano, y entre ellas, dos grandes obrasmagistrales de todos los tiempos, MacBeth, y El Rey Lear. Luegose acerca finalmente a la plenitud de su entendimiento del pasodel drama histórico a la tragedia intemporal: Hamlet, otelo, yEl mercader de Venecia. Shakespeare está ya en toda su madurezde genio y nada se escapa a su mano firme y creativa; del dramahistórico pasa a la tragedia y de ésta al drama histórico y deambas a la comedia aparentemente "Iigera": Las alegres coma­dres de Windsor, Mucho quéhacer acerca de nada, como usted 10prefiera, La doceava noche, Sueño de una noche de verano, y fi­nalmente un drama histórico la más desconocida de todas sus o­bras: Timheón de Atenas.

Luego sobreviene una época aparentemente oscura yconfusa, llena de incentidumbre y de algunos logros incomple­tos, pero en los cuales parcialmente, como en la Sinfonía Incon­clusa de Schuber, se puede apreciar la firmeza y potencia del ge­nio. Troilus y Cresiada Todo Lo Que Está Bien Termina Bien,Medida a Medida, y luego nueva erección y enhiestamiento de sugenio para finalmente sucumbir ante el ya patente agotamiento:Pericles, Cimbelina, Balada de Invierno La Tempestad y ya en el

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ocaso, un desesperado intento por una nueva alborada, un nuevoamanecer, el cual sin embargo no se manifiesta como un cierrecircular, sino como una completa espiral debatida siempre entorno a un mismo punto de partida y de retorno, un inicio emperosiempre distinto, un regreso siempre diferente. El volver a símismo de Shakespeare, escomo el volver a sí mismo de Odisea, Através de su obra ha viajado y su viaje por el alma humana le llevó

del pasmo a la sorpresa, a la satisfacción y deleite de ver cumplidauna obra, de haber realizado magistralmente, másque ningún otro,un transcurso, un decurso, un devenir, una fluencia inmemorial.Termina precisamente en donde en apariencia comenzó el dramahistórico.

Mucho antes de retirarse a la vida privada, WilliamShakespeare conoció una furibunda competencia, tanto en concep­ción teatral, como en el logro de su representación escénica.Entre los mayores competidores que tuvo en vida, secuenta JohnFletcher, anteriormente su investigador y colaborador principal­mente en los dramas históricos, y con quien se dice inclusive,que Shakespeare escribió Los Dos Nobles Caballeros, publicadafuera de las obras completas de Shakespeare del folio de 1623,más tarde post-mortem en 1634. E igualmente se supo de laexistencia de dramaturgos jóvenes que pretendían seguir sus pasos,escribiendo dramas lfrico-epicos, comedias, tragedias, dramashistóricos. Entre ellos los efímeramente célebres Thomas Dekker,Anthony Munday y Henry Chettle. Empero, la obra del Shakes­peare se mantuvo como la primera de su tiempo, yen vida nadiepudo disputarle los lauros de ser considerado el primer hombre deletras en los dominios británicos.

Más tarde, ya fallecido William Shakespeare en 1616 ,con la publicación de su primera biogragía por Nicholas Rowe, sur­ge una de las principales difamaciones que se hicieron de su obray su memoria, el plagio. Y hasta la fecha, el que Shakespearehubiese escrito o no realmente sus poemas y obras teatrales,es un asunto de gran debate. El problema principal sobre la pa-

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ternidad de sus obras gira en torno a la torpe noción de quesiendo Shakespeare un burgués gentilhombre de mediana posición,de muy oscura trayectoria, y de escasa educación, no pod ía serel gran autor consagrado de una multitud de obras donde se pa­tentiza un dominio pleno de las artes teatrales y una gran erudi­ción filosófica, histórica y literaria. Quienes mantienen estaopinión no se han puesto empero de acuerdo sobre si siendoShakespeare un autor apócrifo, quién en resumidas cuentas esel notable autor de su poética y dramaturgia. Algunos se inclinana otorgar la paternidad de sus obras a Sir Francis Bacon; otrosal aristócrata Edward De Vere, Earl de Oxford uno de los prin­cipales mecenas de la compañía de los King's Men; otros máspretenden identificar a Shakespeare como un mero alias de Chris­topher Marlowe; e incluso de una secta esotérica de grandesfilósofos, historiadores y literatos cuyos nombres prefieren igno­rarse. Esta diatriba escandalosa que con mucho ha enlodado lamemoria y la obra de Shakespeare, fué desmentida en repetidasocasiones por sus críticos. El mismo Marlowe se opuso a talesconsideraciones. Ben Jonson pensó siempre que era una cuestiónde pura fantasmagoría y se burló abiertamente de tal suposición.

Mas tarde los autores y poetas menores del teatroinglés, Edwar Capell y Edmond Malone, se opusieron tajante­

mente a tales opiniones, sobre todo a la de la "secta esotérica".En el siguiente siglo, Samuel Johnson se refirió bastante erudi­tamente a la polémica para nuevamente desmentirla en cada unade sus posibilidades.

Desde principios de siglo XIX la cuestión del "plagio"y la "paternidad" parece ser una discusión pueril y bizantina. Yquienes en la actualidad pretenden revivirla niegan la evidenciade la historia en este sentido, desde el instante mismo en el cualWilliam Shakespeare era ya un autor públicamente celebradocomo "promesa" para pasar a ser la mayor "promesa cumplida"de literatura inmortal. Así, hoy en día la obra poética y dramatur-

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gia de William Shakespeare se degusta por medio de la lectura oel espectáculo teatral en mayor número de veces atrayendo a ma­yor número de personas. Debido a las dificultades históricas,linguísticas, filosóficas, que implica su obra y también a ciertoarcaísmo de su propia lengua, y al vocabulario inmenso queShakespeare utilizó, sus obras deben ser vistas y revistas, leídasy releídas, e inclusive, de acuerdo con guías, para poder com­prender plenamente la totalidad monumental de su arte en formay contenido, pero muy a pesar de ello, cada vez más, en propor­ciones de .cantidad y calidad, la humanidad aprecia con deleitey con satisfacción las obras de Shakespeare, no como un prurito"cultural" o como una sesuda evidencia de "arte" o de "ciencia",sino simple y llanamente, con el mismo entusiasmo con el cualel público londinense e inglés de la era isabelina seguía al genio deShakespeare obra tras obra, es decir, con ese virtual humanismoque identifica la maestría del genio.

NOTAS SOBRE LAS PRINCIPALES OBRASDE SHAKESPEARE

ENRIQUE VI, PARTES 1,2Y3

Shakespeare descubrió la emoción teatral que puede generarserepresentando en escena los momentos históricos; sucesos un poco más alláde la memoria, pero degran actualidad en las vidas de las generaciones presen­tes. Las guerras civiles, conocidas como la Guerra de las Rosas, resultado dela lucha de dos familias, York y Lancaster por el trono inglés, finalizaron en1485 con la derrota de Ricardo 111, cuando Enrique Tudor, Enrique VII, esta­bleció una dinastía firme. Isabel I era nieta de este rey, por lo que laguerratenía un profundo interés para los ingleses. En Enrique VI parte 2, la luchapor el poder gira en torno del ineficaz rey Enrique VI, hasta que el Duque deYork surge como pretendiente del trono. El climax de la obra Enrique VI par­te 3, comprende el asesinato del Duque de York y en laescena final elasesi­nato del Rey. Shakespeare muestra aquí ser un maestro de la poesía trági-

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ca, en forma notable en el discurso del Duque de York (herido, burlado, conuna corona de papel en su cabeza y esperando la muerte bajo crueles burlas)y en la meditación del Rey sobre las miserias de la guerra civil.

LA COMEDIA DE ERRORES

El título habla por sí mismo; aunque la escena inicial se veinesperadamente plagada de situaciones conflictivas. Esta basada en Men­aechmi, obra de Plauto, comedia de confusiones originadas por la aparición,en la misma ciudad, de hermanos gemelos que no se conocen entre sí. Sha­kespeare le agregó sirvientes gemelos y llena la obra de suspenso, sorpresa,expectación e hilaridad. Esta obra revela ya el dominio de Shakespeare de laconstrucción.

TITUS ANDRONICUS

Esta obra fue muy popular y se mantuvo en escena durantemuchos años. La cruda historia, sus muchos incidentes y su estilo poético,han hecho que algunos críticos opinaran que no era de Shakespeare. Perola tendencia reciente laconsidera esencialmente suya y desde luego, cuando setoma en cuenta como una "tragedia romana" muestra una uniformidad deto­no y revela una consistencia de estructura dramática como un cuadro de lacaída del mundo antiguo.

DOS CABALLEROS DE VERONA

La historia deesta obra está basada en un remaneeen prosa deJorge Montemayor llamado Diana, a laque le agregó un personaje, uno de los"dos caballeros" cuya amistad "ideal" con Proteo sedesarrolla detal maneraque es más que una historia de amor; de hecho la obra glorifica laamistad alpunto que, de acuerdo con los convencionalismos modernos, esabsurda. Nun­ca más Shakespeare se dejó ir hasta abandonar el sentido común, pero tamobién es claro que en esta obra estaba tanteando el camino hacia un nuevo ti­po de comedia que más tardeencontró expresión en elMercader de Venecia yla Doceava Noche.

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LA FIERECILLA DOMADA

A menudo se presenta como una farsa, lo que realmente esunacomedia de carácter con implicaciones más allá de lahistoria del cortejo, ha­da y doma de la "fierecilla". Los caracteres centrales ganan porcontraste conlos débiles y su relación tiene una gran vitalidad. El discurso final, enel queexpresa la sumisión de la esposa, si se dice con ternura y sin ironía es de unacalidad conmovedora.

LOS TRABAJOS PERDIDOS DEL AMOR

Considerada una vez obsoleta, esta obra ha vuelto al teatrohace solo 50 años, desterrada por las críticas de geniales hombres de letras.Pero una vez que el teatro la recuperó, se descrubrió que está llena deeuali­dades humanas que exploran las consecuencias de que el hombre haya sidohecho de carne y hueso. El tema cómico central se refiere a cuatro jóvenesdedicados al estudio y que han renunciado a las mujeres, hasta que conocen acuatro muchachas e inevitablemente abdican desus absurdos principios.

ROMEO YJUlIETA

La obra de arte más compleja dentro de las primeras obras deShakespeare, es mucho más que una obra sobre amor joven o latípica trage­dia de amor. Tejiendo un gran número de impresiones y juicios, setrata tan­to de odio como de amor. Habla de una familia y de su hogar, asícomo deun feudo y un matrimonio trágico, la vida pública de Verona y las vidas priva­das de los veroneses, que sirven de marco contra el cual los héroes deben va­lorar suamor. No es la muerte de los amantes lo que concluye laobra, sino larevelación pública de lo que ha ocurrido, con la amonestación del príncipey la reconciliación delas familias.

HAMLET

Dicho de una manera sencilla, el bueno (Hamlet) es débil y elmalo (Claudia) es fuerte. El bueno hasido víctima de la injusticia del malo y

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no puede recibir justicia porque ésta está en manos del malo. Por lotanto, eldébil bueno, debe darvueitas y vueitas conobjeto dealcanzar una cierta justi­cia natural, y el auditorio observa en suspenso mientras el bueno, por mediode sutiles ataques, hace que el fuerte se gaste en evadirlos. Hamlet tiene unformidable oponente: Claudio, es hipócrita con éxito, logra lo que desea detodos. Su hipocresía es la del hábil político y dramáticamente nunca de·muestra que no merece su posición, pues mantiene su papel con dignidad. Esun villano sonriente y hasta el final esdesenmascarado. Contra este poderosooponente se encuentra Hamlet, el intelectual. Este comparte con elauditoriosus profundas reflexiones, producto de una refinada sensibilidad y unahabilidad que responden verdaderamente a laexperiencia. Estas cualidades yla enigmática caracterización de Hamlet, le han ganado la admirada fascina·ción del mundo.

OlElO

La confianza en las falsas apariencias y el permitir que la razónsea guiada por la pasión, hasido tema devarias comedias deShakespeare. EnOtelo demostró que las consecuencias pueden ser trágicas. Shakespeare adap­tó su obra basado en un drama italiano, y su principal innovación consistió enel desarrollo del carácter de Yago, elvillano, cuyos motivos son representadoscomo complejos ambiguos. Claramente Shakespeare estaba interesado enelvillano que podía conservar satisfactoriamente una aparente honestidad. Elpuro y profundo amor entre Desdémona y Otelo es realzado desde eleomien­zo y en repetidas ocasiones laestatura moral e intelectual de Otelo eselevada.Después de que las intrigas de Yago ocasionan que Otelo la mate, ciego porlos celos, éste esvisto con simpatía por el público porlaagonía desuarrepen­timiento.

El REY LEAR

Para sus contemporáneos, Lear, rey de Iglaterra, era considera­do un monarca de la historia. Sin embargo, para Shakespeare, aunque le dióuna estructura de crónica, el interés radicaba no en los sucesos políticos, sinoen el carácter personal del rey. Las varias etapas del progreso espiritual del

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rey, su "conversión", están claramente marcadas. Aprende elvalor de la pa­ciencia y del hombre común. Comienza a darse cuenta desus faltas como reyy de sus errores de padre. Esta obra tiene una segunda trama, la desgracia deGloucester, otro padre que sufre de "ingratitud filial" por sus falsos juiciossobre los caracteres desus hijos.

MCBETH

Es la única obra de Shakespeare que parece estar relacionada,en buena medida, con situaciones históricas contemporáneas, pues trata de unregicidio, comunmente considerado como el crimen supremo. El pueblo sehabía conmovido profundamente porun intento deregicidio en 1605, que losingleses, incluso después de tres siglos y medio, aún no olvidan. En Mcbeth,Shakespeare transformó una cruel y horrible historia deambición criminal enuna visión satisfactoria del bien y del mal. Existen dos métodos artísticosprincipales por medio de los cuales efectuó esta transformación. Primero, laobra es eminentemente poética, es audaz en su estilo de frases breves y bri­lIantes. Tan grande es el vigor verbal imaginativo, que algunos críticos tratanla obra no como una pieza teatral, sino como un poema. En segundo lugar,Shakespeare humaniza a los dos criminales de manera que sentimos simpatíahacia ellos y, haciendo que sean marido y mujer, su relación humana es taninteresante como los motivos que los impulsan a realizar acciones viles.

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