Un día me pregunte, ¿y si le pregunto a los muros de los castillos igual me cuentan una mil historias?

Y así me dispuse, me fui de pueblo en pueblo preguntado a los muros aún levantados de los antiguos y mágicos

castillos, de nuestra querida tierra, por sus historias. Todos me contaban fantásticas historias de caballeros,

princesas, reyes, amistades y amores.Pero cuando ya había visitado casi todos, me vino a la

mente que me faltaba el más querido de mis castillos, EL DE MI PUEBLO.

Y si pensarlo ni un segundo allí me fui.Mirar que lo había visto veces, muchas veces y nunca me había dado cuenta de lo maravilloso y bonito que era. Aún consevaba el arco de la entrada y una plaza llena de flores

que te invitaba a imaginar mil y una aventura.Me acerque al muro que mejor estaba conservado y le

pregunte, ¿Qué me puedes contar de tu historia?Tardo en contestar y de repente me dijo:

Siéntate te voy a contar una historia que te va a encantar.Me senté lo más rápido que pude y abrí las orejas lo más

que pude.Y el muro comenzó hablar:

Hace unos cuantos años nació entre estas cuatro paredes alguien que sin duda ha marcado tú vida. Era un día frío

pero el sol brillaba y sobre las tres de la tarde una niña, no princesa, nació entre estas cuatro paredes. Un castillo era su casa, historias y aventuras en sus paredes guardaba.

Cuando fue creciendo su inquietud y su afán por descubrir mundo la llevaron a la bodega allí había una puerta que

nunca se abría, ella la abrió y descubrió un túnel que al río le llevo .A ese túnel llevo a sus amigos y un millón de

aventuras descubrieron. Después con el tiempo esa niña vino a contarme como le va la vida, y me contó.

Soy esa niña que nació en este castillo y no era princesa, me he hecho mayor he tenido tres hijos y la mayor es mi princesa, y hace cinco años nació Alba que para mí y para

todos es y será la verdadera princesa de este castillo.Y el muro no volvió a hablar.

Y por mi rostro una lagrima me hizo recordar.

SI LOS MUROS DE LOS CASTILLOS HABLARAN.