Si mi pueblo orara

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CAPITULO II IMAGINEMOS Se presenta “si” mi pueblo orara… como una condicionalidad, potencialidad de posibilidades, de oportunidades. Su poder es mayúsculo cuando se aplica al aquí y ahora. Se limita a la imaginación SI TAN SOLO mi pueblo orara. Todo prosigue un curso de acción al que sigue un resultado. Así es la ley de causa y efecto. ¿Qué curso de acción considera Dios que su pueblo debería seguir? (2 Crónicas 7:14) El pide que nos humillemos, oremos, busquemos su rostro y nos arrepintamos. El resultado es que el nos oye, perdona y nos sana. Ahora nos desafía Dios a poner en práctica nuestra fe. Expresemos lo que podría hacer si tan solo oramos. Cambiemos la teoría y la filosofía por la pasión y la sinceridad. Hay que poner en práctica la teoría. Deberíamos orar por el REAVIVAMIENTO DE NUESTRA IGLESIA y que nuestro pastor reciba una nueva VISIÓN DEL MINISTERIO. Nuestras oraciones deben tener propósitos definidos, específicos que reclaman las promesas, que anhelan reavivamiento, CON RENUNCIA DEL YO. Para esto debemos facilitar la oportunidad que el pueblo de Dios ore. Primero escuchar la voz de Dios, buscar el lugar, invitar las personas y Dios realizará grandes conversiones. Dios quiere estar detrás de tu plan. Puedes invitar a los miembros que deseen buscar a Dios en oración. Poner un tiempo de 30 días para que Dios conteste TRES pedidos específicos: - Un derramamiento del Espíritu Santo - El reavivamiento personal y grupal - La dirección divina en el descubrimiento de la misión y el ministerio de nuestra iglesia. Dios incorpora a nuestras vidas algo nuevo, fresco y poderoso. Pongamos a un lado nuestras agendas tanto personales como de grupo para unirnos en torno al deseo de VER A DIOS GRORIFICADO en

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CAPITULO II

IMAGINEMOS

Se presenta “si” mi pueblo orara… como una condicionalidad, potencialidad de posibilidades, de oportunidades. Su poder es mayúsculo cuando se aplica al aquí y ahora. Se limita a la imaginación SI TAN SOLO mi pueblo orara.

Todo prosigue un curso de acción al que sigue un resultado. Así es la ley de causa y efecto. ¿Qué curso de acción considera Dios que su pueblo debería seguir? (2 Crónicas 7:14) El pide que nos humillemos, oremos, busquemos su rostro y nos arrepintamos. El resultado es que el nos oye, perdona y nos sana.

Ahora nos desafía Dios a poner en práctica nuestra fe. Expresemos lo que podría hacer si tan solo oramos. Cambiemos la teoría y la filosofía por la pasión y la sinceridad. Hay que poner en práctica la teoría. Deberíamos orar por el REAVIVAMIENTO DE NUESTRA IGLESIA y que nuestro pastor reciba una nueva VISIÓN DEL MINISTERIO.

Nuestras oraciones deben tener propósitos definidos, específicos que reclaman las promesas, que anhelan reavivamiento, CON RENUNCIA DEL YO. Para esto debemos facilitar la oportunidad que el pueblo de Dios ore. Primero escuchar la voz de Dios, buscar el lugar, invitar las personas y Dios realizará grandes conversiones.

Dios quiere estar detrás de tu plan. Puedes invitar a los miembros que deseen buscar a Dios en oración. Poner un tiempo de 30 días para que Dios conteste TRES pedidos específicos:

- Un derramamiento del Espíritu Santo- El reavivamiento personal y grupal- La dirección divina en el descubrimiento de la misión y el ministerio de nuestra iglesia.

Dios incorpora a nuestras vidas algo nuevo, fresco y poderoso. Pongamos a un lado nuestras agendas tanto personales como de grupo para unirnos en torno al deseo de VER A DIOS GRORIFICADO en nuestro medio a través de una iglesia reavivada y una misión bien definida.

¿Qué haremos si el tiempo dura?, ¿Cómo nos juzgarán la historia y las futuras generaciones, a la luz de eta llamamiento a la oración y al arrepentimiento?.