Sicilia: centro del Mediterráneo de África y mucho más · Sicilia es, con 25.771 kilómetros...

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SICILIA de África Kenia: safaris fotográficos Texto y fotografías: Román Hereter monumentalidad en el centro del Mediterráneo Sicilia: Sicilia:

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SICILIA

de ÁfricaKenia: safaris fotográficosy mucho más

Texto y fotografías: Román Hereter

monumentalidad en elcentro del MediterráneoSicilia:Sicilia:

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Sicilia es, con 25.771 kilómetros cuadrados, la mayor isla del Mediterráneo yademás, con sus más de cinco millones de habitantes, la más densamente poblada

después de Malta. La prolongación de los Apeninos la hacen tremendamentemontañosa y sus playas y su restos monumentales la han convertido en uno de

los destinos turísticos más importantes de Europa, con un clima mediterráneocon inviernos suaves y húmedos y veranos cálidos y muy áridos.

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Doble página anterior.La Capilla Palatina del

Palacio Real dePalermo destaca porla espectacularidad de

sus mosaicos.

Página de la derecha.El claustro de la

catedral de Monrealepresenta 228

columnas bellamentedecoradas y unos

arcos con clarainfluencia árabe.

SICILIA

En la primavera, el paisaje es verde y florido,los veranos son amarillentos y sin flores. La aridezestá marcada en el sur. Le afecta directamente elsiroco que llega de África y genera repentinoscambios de temperatura. La isla es célebre por elvolcán activo Etna, el punto más alto con sus 3.323metros sobre el nivel del mar. Habitada desde laprehistoria, fue ocupada en la época de las colo-nizaciones primero por fenicios y luego por griegosque fundaron varias ciudades de importancia ylevantaron impresionantes templos.

Durante la Primera Guerra Púnica, los romanosconquistaron toda Sicilia, salvo Siracusa, que con-siguió mantenerse independiente, sin embargo,durante la Segunda, Sicilia se alió con Cartago,por lo que los romanos la conquistaron militarmenteen el año 212 a.C., convirtiéndola en provincia ro-mana, productora de cereales y por tanto, convirtién-dola en “el granero de Roma”. Posteriormentevándalos, hérulos y ostrogodos se sucedieron has-ta la llegada del general Belisario que, a las órdenesde Justiniano, la incorporó al imperio bizantinohasta la llegada de los sarracenos. A partir de 1061fue conquistada por los normandos que dejaronespectaculares capillas en Palermo y en Monreale.

Mosaicos normandos en Palermo yMonreale

El máximo esplendor de Palermo se consiguiódurante el reinado de Federico II de Suabia, y enla ciudad destacan los edificios de la Martorana,y la capilla palatina del Palacio Real o Palacio delos Normandos, con sus magníficos mosaicos.

Lejos de la tradición del transporte marítimo,en la actualidad Palermo es, junto con Catania, lapuerta de entrada habitual para los visitantes dela isla que suelen llegar en avión, aunque la capitalsiciliana debe su desarrollo al puerto marítimo queha sido a lo largo de los siglos punto de confluenciaentre la cultura árabe y la europea.

Fundada por los fenicios, fue posteriormenteconquistada por los cartagineses y los romanos,aunque su período de esplendor no se inició hasta

la época normanda, cuando Palermo fue convertidaen un importantísimo centro comercial entre Europay África. De aquella época conserva notables edi-ficios completados por otros renacentistas y barro-cos formando un conjunto monumental digno deadmiración.

La capilla palatina se configura como la au-téntica joya de la Sicilia árabe-normanda, repletade mosaicos, pero los edificios que se levantanpor doquier no dejan de sorprender al visitante. Elpalacio de los normandos, con su fachada barroca,la catedral y su mezcla de estilos, y las cúpulasredondas y rojas de la iglesia de San Juan de losEremitas, rivalizan con los palacios como el Abba-tellis, gótico con torre almenada, el Chiaramonte,la Cuba o el Zisa. Iglesias como Santa María delAmmiraglio, San Cataldo, Santa María de la Ca-dena, San Francisco de Asís, el convento de losCapuchinos, y el antiguo y pintoresco barrio árabede la Kalsa, completarían el inventario seleccionadodel amante de las construcciones monumentales,aunque la lista continuaría hasta las 80 iglesias y50 palacios desperdigados por la ciudad.

La presencia catalana dejó en Palermo, comoen el resto de la isla, buenos muestras monumen-tales. Esta se inició en 1228 y proporcionó grandesreservas de trigo que sirvieron para comerciar conlas grandes ciudades italianas habitualmentemermadas de alimentos, suponiendo además unamagnífica plataforma para iniciar la penetracióncomercial en el Mediterráneo Oriental. De estaforma se inició una expansión económica haciaSiria, Egipto, Anatolia, Bizancio, Malta y el Adriático.

No muy lejos de la ciudad, la Catedral de Mon-reale representa uno de los mayores logros delarte normando en el mundo y destaca por la fusióncon el arte árabe que imperaba en Sicilia antes dela conquista de la isla por su parte. En los impresio-nantes mosaicos dorados que cubren todo suinterior se pueden contemplar escenas del Antiguoy Nuevo Testamento. El claustro se apoya en 228columnas decoradas profusamente y rematadaspor unos capiteles muy trabajados sobre los quedescansan arcos con una fuerte inspiración árabe.

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SICILIA SICILIA

En Sicilia se puedecomprar bellas

cerámicas, bañarse ensus playas y disfrutar delas escenas rurales del

interior

La verduras frescasdel mercado dePalermo contrastancon las ánforas de losperiodos fenicio ygriego y las salinas deTrapani.

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El granero de la antigua Roma, había sido capazde acoger de buen grado o a la fuerza a fenicios,griegos, cartagineses, romanos, bizantinos, árabes,normandos, catalanes y franceses que dejaron suhuella monumental tanto en lugares como Palermoy Monreale, como en Agrigento, Segesta, Sellinunte,Taormina, Catania o Siracusa. Los griegos cons-truyeron teatros y templos espectaculares.

Mesina y la costa este

Mesina representa el vértice del cordón umbilicalmarítimo que une la isla de Sicilia con el continente,o lo que es lo mismo, la llamada “punta de la botade Italia”. Sus principales monumentos fueronreconstruidos dos veces. La primera después del

terremoto de 1908 y la segunda tras los bombar-deos de 1943. La catedral, de estilo normando, yla Iglesia Annunziata dei Catalani, representan lasvisitas más destacadas.

Siguiendo la costa hacia el sur se llega a Naxos,la primera ciudad griega de Sicilia, fundada un añoantes que Siracusa en el 736 a.C. por colonos deCalcis en Eubea, y algunos jónicos. El nombre se-guramente le fue dado por la presencia entre loscolonos de gentes de la isla griega de Naxos.Apenas quedan restos de la antigua ciudad de laque se ha escavado básicamente la muralla y unastermas, ya que se abandonó en beneficio de lacercana Taormina.

Precisamente en Taormina, asomada al Me-diterráneo y dominada por el Etna, destacan entre

sus construcciones el gran Teatro Griego, la Ca-tedral, la torre de la vieja abadía y el PalacioCorvaia. La leyenda cuenta que los marinos griegosque pasaban por la costa oriental de Sicilia olvidaronrealizar sacrificios en honor a Poseidón, y él, en-colerizado, les hizo naufragar. El único supervi-viente, Teocles, llegó al Capo Schico, próximo aNaxos, y volvió a Grecia para contar las maravillasde Sicilia convenciendo a sus compatriotas parainstalarse en la isla.

Después de la destrucción de Naxos porDionisio I de Siracusa, en el año 403 a.C., su te-rritorio fue entregado a los sículos, quienes constru-yeron un poco al norte de la antigua ciudad uncampamento que se llamó Monte Tauro. Más tardefue convertida en fortaleza con el nombre de

Tauromenion, hacia el 396 a.C., de donde procedeel nombre de Taormina. Dionisio intentó ocuparla,pero fue rechazado al menos dos veces. En el 392a.C. se firmó la paz, por la que la ciudad fue en-tregada a Dionisio, que expulsó a los sículos yestableció allí a sus propios mercenarios. Mástarde, durante la Segunda Guerra Púnica, la ciudadpasó a Roma junto con el resto de la isla. Aliadade Roma, se convirtió en la capital de la Siciliabizantina, hasta que la ocuparon los árabes trasdos años de asedio, quedando totalmente destruida.El normando Roger I de Sicilia la dominó y recons-truyó en 1079, de modo que la ciudad alcanzó apartir de entonces un largo periodo de prosperidad.

Catania, la segunda ciudad más grande deSicilia, fue arrasada por la lava del Etna un total

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Desde templos griegoscomo el de la

Concordia a iglesiasbarrocas, Agrigento

ofrece un clarocarácter monumental.

de siete veces, por lo que bajo la ciudad actual seencuentran la ciudad romana y la ciudad griegaque la precedió. Actualmente, pueden verse losrestos del Teatro y el Anfiteatro del siglo II y elOdeón del siglo III, siendo los edificios de la épocabarroca los más significativos. El símbolo de laciudad es la Fontana dell'Elefante de 1763.

Desde Catania se puede ascender al Etna através de la sugestiva carretera que, tras 33 kmde ascenso, lleva a los 1.910 metros del RefugioSapienza, para después proseguir en funicularhasta los 2.942 metros del Observatorio. El viajerose encuentra ante el mayor volcán europeo, conuna altura de 3.340 metros y una superficie de 157kilómetros cuadrados. Se tiene noticia de que haentrado en erupción en más de 130 ocasiones. Laprimera conocida data del año 476 antes de Cristocuyo relato nos ha llegado a través de Píndaro.

La fascinación y la inquietud embargan alvisitante cuando asciende por sus laderas, pasandopor zonas de frutales y viñedos con algunas casasde veraneo primero, arboladas con hayas ycastaños, después, para llegar posteriormente alos campos de lava de abrupto relieve. Si biendurante el día la excursión es atractiva, más lo espor la noche, cuando se puede observar al fondodel cráter la masa incandescente que da vida alvolcán.

Siracusa fue la ciudad griega más importantede Sicilia, situada entre Catania y el cabo Pachynus.Aquí nació y murió Arquímedes, ingeniero y mate-mático, hijo del astrónomo Fidias. Pronto la ciudadadquirió una gran prosperidad y fundó variascolonias. El historiador Tucídides dice que el 648aC. fue expulsado de la ciudad un grupo conocidocomo los Mileto “myletidae” que se exiliaron y fun-daron Himera. También Aristóteles habla de disputasinternas, pero no se puede establecer en qué épocapertenecen.

En su periodo de máximo esplendor, Siracusafue dominada por una serie de tiranos, con algunosperiodos mínimos de gobierno democrático u oligár-quico hasta la conquista romana.

En Siracusa destaca su teatro cuya cavea esuna de las más grandes construidas por los antiguosgriegos con un total de 67 filas, divididas en 9 sec-ciones con 8 pasillos. Sólo quedan restos de laescena y de la orchestra, aunque el edificio, quetodavía se utiliza, fue modificado por los romanos,que lo adaptaron a su estilo de espectáculos,incluyendo también juegos circenses. Cerca delteatro están la latomías, canteras de piedra, usadascomo prisión en la antigüedad. La más famosa esla llamada «Oreja de Dionisio». La Catedral fueconstruida por el obispo Zosimo en el siglo VIIsobre el gran Templo de Atenea del siglo V antesde Cristo, que era un edificio dórico con 6 columnasen los lados cortos y 14 en los largos que fueronincorporadas a los muros en la iglesia actual.

Mundo inédito68 Mundo inédito

Mosaicos romanos en PiazzaArmerina

La villa romana del Casale situada en la po-blación de Piazza Armerina es famosa por la excep-cional colección de mosaicos que alberga, perfec-tamente conservados a través del tiempo graciasa una capa de barro que la cubría, producto deuna antigua inundación. Basándose en el estilo delos mosaicos, la villa fue fechada en un primermomento hacia la primera mitad del siglo IV, peroposteriores estudios la han situado entre los años285 y 305.

La mayoría de las estancias de la residenciapresentan el pavimento decorado con mosaicos,formados por teselas coloreadas. Durante los pri-meros dos siglos del Imperio romano, Sicilia habíaatravesado una fase de depresión económica,debido al sistema de producción latifundista basadoen el trabajo de los esclavos, pero la Sicilia ruralentró en un nuevo periodo de prosperidad al iniciodel siglo IV, con una expansión del comercio.

La cuestión del propietario de la villa ha sidomuy discutida con varias hipótesis. Según la pri-mera, pertenecía al tetrarca Maximiano que sehabría retirado después de su abdicación, pero losestudios posteriores han demostrado que Maxi-miano pasó sus últimos años en Campania, y noen Sicilia. Estudios más recientes han apuntadola posibilidad de que el propietario de la villa pudierahaber sido Majencio, hijo de Maximiano, aunqueno hay ningún indicio que se trate de una residenciaimperial, ya que las excavaciones de las últimasdécadas han demostrado que la posesión desuntuosas residencias era un fenómeno muy exten-dido en la época que nos ocupa entre la alta aristo-cracia romana, por lo que la hipótesis más acre-ditada actualmente identifica al propietario conLucio Aradio Valerio Proculo Populonio, gobernadorde Sicilia en la época de Constantino.

Agrigentoy el Valle de los Templos

En Agrigento se levantaba la antigua ciudadgriega de Akragras, una de las más destacadasde la Manga Grecia. Se levantó sobre una mesetasiendo una colonia de Hiela fundada el 582 a.C.,que creció rápidamente, convirtiéndose en una delas colonias de la Magna Grecia más ricas y fa-mosas. La antigua ciudad cubre una vasta zona,gran parte de la cual todavía está aún por excavar,pero está ejemplificada por el famoso “Valle deiTempli” o Valle de los Templos, un término equivo-cado, puesto que están más bien situados en po-siciones estratégicas en las montañas que rodeanla ciudad, más que en un valle. Comprende unaamplia zona sagrada en la parte sur de la antiguaurbe donde siete templos griegos monumentalesen estilo dórico se construyeron durante los siglos

VI y V a.C. Actualmente excavados y en parterestaurados, constituyen parte de los edificiosgriegos más antiguos y mejor conservados fuerade la propia Grecia.

Los dos templos mejor conservados han sidotradicionalmente atribuidos a las diosas Juno Laciniy Concordia, aunque se cree que esta atribuciónes incorrecta. Los dos fueron construidos segúnun diseño períptero hexástilo. El Templo de JunoLacini es del siglo V a.C. y conserva grande partede las columnas originales.

El Templo de la Concordia se conserva perfec-tamente y es una de las más perfectas realizacionesde la arquitectura dórica. Su construcción se remon-ta a mediados del siglo V a.C. y probablementeestuvo dedicado en realidad a los Dioscuros. Enel año 597 fue transformado en iglesia cristianapor voluntad de San Gregorio. Gracias a ello, estánotoriamente intacto. La zona de alrededor delTemplo de la Concordia fue más tarde reutilizadapor los primeros cristianos como una catacumba.Los otros templos están en un estado más deplo-rable y fragmentario, tanto por no haber resistidoa los frecuentes terremotos como por haber sidosaqueadas sus piedras. Una considerable zona dela ciudad greco-romana ha sido también excavada,y todavía se conservan varias necrópolis clásicas.En la ciudad y sus alrededores existen restos

helenísticos y romanos.Dejando la zona arqueológica cabe destacar

la abadía del Santo Spirito, del siglo XIII, el monas-terio de la Biblioteca Comunale, uno de los másbellos de la isla, el Duomo, fundado por los Norman-dos y el imponente campanario contiguo del sigloXV, con caracteres gótico-catalanes y árabe-nor-mandos.

Selinunte y Segesta

Siguiendo hacia el oeste, se llega a Selinunte,antigua ciudad griega del sur de Sicilia con elnombre que dieron los romanos a la antigua Selinusgriega. Estuvo en conflicto continuo con Segesta,ciudad aliada de Atenas. Sin embargo, los atenien-ses fueron vencidos por los siracusanos y Segestapidió ayuda a Cartago.

El llamado templo Y de Selinunte, situado cercade la entrada de las excavaciones, estaba proba-blemente dedicado a Hera. Es un edificio de estilodórico puro que se remonta al siglo V a.C. Su perí-metro está delimitado por 36 columnas, 6 a cadafrente y tiene unas dimensiones de 78,18x27,64metros. Al norte se levantaba el colosal templo G,uno de los más grandes de la antigüedad griegacon 113x54 metros y un perímetro delimitado por46 columnas. Fue fundado en el 550 a.C., aunque

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Selinunte y Segestafueron ciudades griegas

rivales con templosespectaculares. El de

esta última, en lafotografía de abajo,

nunca fue terminado, ypor ello sus columnas

quedaron sin estriar,como se puede

contemplar en la imagen.

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no se llegó a acabar nunca y está totalmente enruinas.

Segesta había sido una de las ciudades prin-cipales del pueblo Elim, una de las tres poblacionesindígenas de Sicilia. Entre las tradiciones de losgriegos decían que había sido fundada por fugitivosde Troya y otra historia decía que fue fundada porlos foceos. Se conservan algunas ruinas impor-tantes: un templo, un teatro, uno de los mejoresconservados de Sicilia, y alguno otro edificio.

El templo dórico hexástilo inacabado de Se-

gesta, de finales del siglo V a.C., está construidoen una cumbre justo fuera de la ciudad de la an-tigua, con una vista muy bonita sobre el valle. Esuno de los templos griegos mejor conservados.Seguramente por varias causas a la vez: su aisla-miento sobre un cerro, sin tentaciones de utilizarlopara materiales de construcción locales, y porquenunca ha sido profanado debido a que jamás llegóa completarse, nunca tuvo tejado, y sus columnaspermanecen en bruto, esperando ser estriadas. Elteatro, muy conservado, seguramente por losmismos motivos, está edificado sobre un cerro to-davía más alto que el del templo. La zona máscercana a la orquesta tiene veinte filas de asientos,pero la zona superior está semiderruida. Tenía unacapacidad para unas 3.000 personas.

Trapani, al norte de Marsala, capital de la pro-vincia del mismo nombre, es famosa por sus salinasy sus molinos de sal, y por los restos arqueológicosfenicios encontrados frente a dichas salinas. Enfrente se hallan las Islas Egadas que, en númerode tres, constituyen un espléndido marco natural,salpicado por restos de antiguas fortificaciones yhoradadas por fantásticas grutas. Volviendo a lagran isla, hay que detenerse en Erice, una preciosaaldea con calles medievales cuyo ambiente hapermanecido anclado en el pasado y cuyo visitantepuede respirar el aire de otra época, donde desta-can el castillo y la Chiesa Madre.

Desde esta costa oeste se puede admirar lapuesta de sol por el horizonte en una ruta circularsiguiendo el sentido de las agujas del reloj que he-mos iniciado en Palermo y hemos finalizado enTrapani, pero en realidad sería inagotable la listade poblaciones que poseen monumentos de interés,por lo que en ocasiones hay que perderse sinrumbo prefijado por las zonas rurales del interiory del sur, en ocasiones austeras y pobres comoCorleone… Es allí donde uno se puede empaparde ese carácter siciliano tan característico y únicoque se proyectado a otros lugares del mundo.