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siempre lindaEL RETO:

DEJAR DE FUMAR

Los benefi cios al dejar de fumar son inmediatos pero quizás los más importantes sean recuperar la libertad,

la fuerza de voluntad, la au-toestima y el respeto de los

seres queridos.

Por Dr. Mario Koss

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La persona que deja de fumar es un héroe anónimo. Su salud

mejora: a los 20 minutos la presión arterial y la frecuencia car-

díaca se normalizan, disminuyen los niveles de monóxido de

carbono y el riesgo de una muerte súbita. Pasadas 48 horas se

comienzan a recuperar los sentidos del gusto y el olfato, a las 72

horas se normaliza la función respiratoria, a los 2 meses aumen-

ta la capacidad física, a los 3 meses se limpian los bronquios,

aumenta la energía corporal y disminuye la fatiga. Pasado un

año disminuyen los riesgos de cánceres, enfermedades pulmo-

nares, trombosis y embolias cerebrales o cardíacas.

Una sustancia es adictiva cuando al suspenderla nos produce lo

que se llama “Síndrome de abstinencia”. Ansiedad, depresión,

irritabilidad, insomnio, pesadillas y náuseas son algunos de los

síntomas que se manifi estan al abandonar los cigarrillos, por eso

fumar es una adicción. “Se puede dejar de fumar, yo lo intenté

más de mil veces”, es una irónica frase de Mark Twain, porque

existe lo que se llama memoria adictiva, pasado algún tiempo de

dejar el hábito el fumador cree que puede dominar la situación y

comete el error de fumar un cigarrillo o hacer una pitada tras lo

cual se “se libera la bestia” y al otro día está fumando igual que

cuando lo dejó.

“No me animo a dejar de fumar porque me voy a poner gorda,

y prefi ero un cáncer a estar gorda” es la excusa más frecuente

que utilizan las mujeres para no abandonar el cigarrillo, ¡y claro

que se engorda! Estadísticamente esta comprobado un proba-

ble aumento de peso de unos 3 kg en el año. Pero dejar de fu-

mar signifi ca también un cambio en la conducta de la persona y

una de las cosas que más nos ayudan son caminar o hacer gim

y habituarnos a una alimentación sana con muchas verduras y

frutas. Entonces dejar de fumar no va a traer la consecuencia

de la gordura.

Todos conocemos un tío Pedro, un vecino, que tiene más de

80 años, fumó toda su vida y está espectacular, lúcido, anda en

bicicleta, etc, esa es otra de las excusas en que se escudan al-

gunos. ¿Y cuántos tíos Juan, y vecinos y amigos ya están muer-

tos por causas del cigarrillo? La excepción la tomamos como

regla.

El humo del cigarrillo contiene acetona que las mujeres usan

como quita esmaltes, amoníaco que se usa como limpiador de

pisos y destranca cañerías, arsénico que es un conocido ve-

neno, cadmio usado en las baterías de automóviles, tolueno,

en solventes industriales y alquitrán que lo vemos a diario en

las calles y caminos y pregunto: ¿sería alguien capaz de tomar

acetona, alquitrán o arsénico cada 20 minutos? Creo que la res-

puesta sería un no y ¿entonces los introduzco en mi organismo

en forma de humo? ¿Eso si acepto? ¿Eso sí esta bien? Un fu-

mador de una etiqueta diaria, introduce por año cerca de 1 litro

de alquitrán en sus pulmones. ¿Alguien cree de verdad que no

le va a hacer nada, que todo esto no trae consecuencias? Cuan-

do se trata el tema del tabaquismo, surge inmediatamente su

contenido en nicotina y alquitranes, dejando un poco olvidado o

relegado al monóxido de carbono, gas sin olor que se produce

con la combustión y forma parte del humo. Este gas es un ase-

sino silencioso, un depredador de la sangre, un veneno furtivo

que se conoce por su aparición con la combustión del carbón,

de la leña y de los motores.

También aparece cuando se quema el tabaco, penetra en la

sangre de los fumadores y queda en el humo del ambiente afec-

tando a los que no fuman. Es conocido por las muertes violentas

que produce, más que por su actividad inaparente e invisible

por el cigarrillo. Aparece en las crónicas del invierno cuando se

intenta calentar una habitación mediante un brasero o en las

películas donde se exhiben los suicidios dejando el automóvil en

marcha en un garaje cerrado. Ese mismo gas es producido por

la brasa del cigarrillo.

La función de los pulmones es la de llevar oxígeno a los glóbu-

los rojos que lo transportan unido a la hemoglobina que se en-

cuentra en su interior. Cuando fumamos, inhalamos monóxido

de carbono y resulta que la hemoglobina lo prefi ere 240 veces

más que al oxígeno, de manera tal que cada pitada nos llena

los pulmones de este gas. El organismo interpreta que no hay

oxígeno en el ambiente y fabrica más glóbulos rojos, que van

a entorpecer el tráfi co normal en las arterias y que sumado al

aumento de la viscosidad y espesor de la sangre que produce

la nicotina, crean el escenario perfecto para que se produzca

un pequeño coágulo, se desprenda y nos tape una arteria del

corazón produciendo un infarto o nos deje con medio cuerpo

paralizado por una embolia cerebral. Esta debe ser la primera

causa que nos haga pensar seriamente en dejar de fumar.

El método Aire Puro consiste en el empleo de la medicina tra-

dicional con la utilización de preparados farmacéuticos, el uso

del Laser de arseniuro de Galio, auriculoterapia, medicación ho-

meopática y fi toterapia.

Dejar de fumar es posible, sólo hay que tener la voluntad de

poner una fecha, un gran deseo de mejorar la calidad de vida

actual y futura y la valentía para lograrlo.

“No me animo a dejar de fumar por miedo

a engordar”