Significado Militar de Las Relaciones Espaciales (Augusto Pinochet Ugarte)

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AÑO LVII REVISTA BIMESTRAL Organo Oficial del Estado Mayor del Ejército ENERO - FEBRERO DE 1964 N° 317 1964 SUMARIO SECCION GENERAL Pág. EL CUMPLIMIENTO DEL DEBER MILITAR Rolando Melo Silva 3 ASCENSOS EN LAS FF. AA Gonzalo Mendoza Aylwin 14 CONFRATERNIDAD HISPANOAME- RICANA La Dirección 16 ESTRATEGIA NUEVAS IDEAS SOBRE ESTRATE- GIA EN ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA Stewart Alsop 19 SIGNIFICADO MILITAR DE LAS RELACIONES ESPACIALES Tte. Crl. Augusto Pinochet Ugarte 31 GEOGRAFIA LA CIENCIA GEOGRAFICA Arturo Ducoing Herrera 54 INGENIEROS MILITARES PLANIFICACION DE INGENIEROS A NIVEL DE EJERCITO DE OPERACIONES Crl. William P. Jones, Jr 64 LOGISTICA EL ABASTECIMIENTO Mayor Jorge Court Moock 79

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Significado militar de las relaciones espaciales. Perspectiva del dictador sobre relaciones espaciales

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  • AO LVII

    REVISTA BIMESTRALOrgano Oficial del Estado Mayor del Ejrcito

    ENERO - FEBRERO DE 1964

    N 317 1964

    S U M A R I O

    SECCION GENERALPg.

    EL CUMPLIMIENTO DEL DEBERMILITAR Rolando Melo Silva 3

    ASCENSOS EN LAS FF. AA Gonzalo Mendoza Aylwin 14CONFRATERNIDAD HISPANOAME-

    RICANA La Direccin 16

    E S T R A T E G I A

    NUEVAS IDEAS SOBRE ESTRATE-GIA EN ESTADOS UNIDOS DENORTEAMERICA Stewart Alsop 19

    SIGNIFICADO MILITAR DE LASRELACIONES ESPACIALES Tte. Crl. Augusto Pinochet

    Ugarte 31

    G E O G R A F I A

    LA CIENCIA GEOGRAFICA Arturo Ducoing Herrera 54

    INGENIEROS MILITARES

    PLANIFICACION DE INGENIEROSA NIVEL DE EJERCITO DEOPERACIONES Crl. William P. Jones, Jr 64

    L O G I S T I C A

    EL ABASTECIMIENTO Mayor Jorge Court Moock 79

  • A N D I N I S M OPg.

    PROGRAMA DE ESTUDIO PARAUN CURSO DE ANDINISMO Mayor (R) Ren Gajardo

    Torres 90TRAUMATISMOS EN EL ESQUI Dr. Enrique JenKcin 93

    I N F O R M A C I O N

    CELEBRACION DEL DIA DE SANTABARBARA La Direccin 109

    REGIMIENTO SIMBOLICO DE CA-BALLERIA "SANTIAGO BUERAS"DISTINGUE AL ESCRITOR DONOLEGARIO LASO BAEZA La Direccin 119

  • C O N C U R S O

    L I T E R A R I O M I L I T A R

    C ON EL fin de continuar la tradicin que el "MEMORIALDEL EJERCITO DE CHILE" ha mantenido durantevarios lustros, el Estado Mayor del Ejrcito ha orga-

    nizado un Concurso Literario Militar, de acuerdo con las si-guientes bases:

    a) Temas:Libres, pero relacionados directa o indirectamente con

    la defensa nacional o materias de carcter profesional.Podrn presentarse traducciones.En igualdad de condiciones, tendrn prioridad los tra-

    bajos originales sobre las traducciones.b) Participantes:Los miembros de las tres Instituciones Armadas, en servi-

    cio activo y en retiro.

    c) Trabajos:Sern remitidos al Estado Mayor del Ejrcito, en tripli-

    cado, a mquina, papel tamao oficio, doble espacio, escritoen una carilla y con un margen izquierdo de cuatro cent-metros.

    Tendrn una extensin de 200 pginas como mximo.Debern ser inditos.En el caso de ser traducciones, la obra no deber haber

    sido traducida al castellano con anterioridad.Los trabajos sern firmados con seudnimo, yendo en

    sobre aparte, sellado, el nombre del autor.

    d) Plazos:Los trabajos debern encontrarse en el Estado Mayor

    del Ejrcito antes del 31. X. 1964.El Jurado deber emitir su fallo antes del 1 III. 1965.

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    tonces que quien cumpla su deber acte conforme a Derecho,ejecute un acto lcito por muy injusto que parezca y quedeexento de responsabilidad criminal: quien cumple su deber tienesu conducta justificada.

    Lo que para el orden civil es algo excepcional, para elmilitar es lo habitual; hablar de actividad militar es hablar dejerarqua y de obligaciones, constituyendo stas la esenciamisma de aqulla; cada soldado tiene un superior a quien tieneel deber de obedecer y un inferior a quien tiene la facultad demandar, siendo un peldao ms de la enorme escala jerrquicaalma del Ejrcito y pedestal de la disciplina. Pensemos tambinen que un militar no slo tiene aquellos deberes que le competencomo integrante individual de una fuerza armada, sino tambinque tiene aquellos inherentes a su calidad de exponente de unaInstitucin: los deberes colectivos. Hablar aqu de cumplimien-to del deber es, en concepto nuestro, definir la vida misma decuartel. Su justificacin entonces, es evidente y necesaria.

    El que el deber est establecido dentro de una norma gene-ral con carcter excepcional y aparentemente contradictorio sedebe a que obedece a una necesidad ms especfica y prximadel bien comn, es decir, volviendo al ejemplo propuesto recien-temente, interesa ms a la Sociedad que el gendarme cumpla susobligaciones que el que se salve la vida de un delincuente, por-que el mal producido por el incumplimiento es mucho mayorque el que origina la muerte de un elemento indeseable; elloaparece bastante claro y no creemos del caso insistir ms. Elhecho es que es justamente esta "aparente" contradiccin conel orden general lo que exige la concreta estipulacin de la exi-mente en la ley; es lgico, ya que todos se preguntarn, cules la necesidad de decir que quien cumpla su deber est exentode pena, si ste lo impone la ley y, por lo tanto, quien lo cumpleejecuta la ley siendo absurdo que se cometa delito? Lo que su-cede es que muchas veces, como ya lo vimos en el ejemplo, la"ejecucin de la ley" implica atacar un bien igualmente prote-gido por ella, contradiccin aparente pues ya est visto queen el fondo aparece clara la preponderancia de un inters sobreotro que pone a la norma legal en la necesidad de anticiparsea los problemas que ella pueda crear.

    El cumplimiento del deber es una de las tantas manifesta-ciones de la causal de exencin que en doctrina se denominaconducta dentro de la ley, que justifica el acto tpico por ser,en estos casos el Derecho el que acta, siendo el agente sujetodel deber no otra cosa que el rgano ejecutor de los preceptoslegales; la expresin ley est tomada en su sentido ms amplio,sinnimo de regla de conducta.

    Su construccin requiere que est claramente determinadocul es el deber a cumplirse ya que slo los deberes jurdicosy taxativamente establecidos en la ley son los que borran el

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    carcter delictivo del acto, quedando afuera aquellos de ndolereligiosa, moral o domstica, de difcil prueba y parcial im-perio y cul es el sujeto que debe cumplirlo, no en cuanto asu individualidad concreta, sino por lo menos, en cunto a lafuncin o situacin en que dicha persona se encuentre: el agenteslo tendr su conducta justificada cuando cumpla un deber quela ley le impone a l, no a otro; si, por ejemplo, hay una ordende fusilamiento y un particular mata al reo, comete homicidioy es ingenuo un eventual alegato de cumplimiento del deber.

    Tambin se requiere que esta obligacin est impuesta demanera genera] y permanente, ya que una orden concreta yemanada en un momento determinado da lugar a la eximentede obediencia jerrquica, muy parecida, pero esencialmentediferente.

    El cumplimiento de un deber jurdico, sea personal im-puesta por la funcin que su titular desempea en la sociedado real impuesto por la presentacin ms o menos intempestivade determinadas circunstancias a cualquier persona, precisala concurrencia de la racionalidad en su ejecucin. La conductaestar justificada slo en la medida en que haya sido necesariay proporcionada a la situacin concreta de que se trate; esto,de vital importancia en materia de actuaciones de agentes dela autoridad contra las personas, si bien no es exigido expre-samente por la ley, s lo es por su contexto y por la unanimidadde la doctrina y jurisprudencia. Lo determinante no es que elindividuo est revestido de cierto carcter o desempee tal ocual funcin, sino que cumpla legtimamente su deber, y laeximente no tendr ms extensin que la que exija la naturalezade la funcin desempeada; en nuestra legislacin, en ciertoscasos, contradecir este requisito, lejos de eximir de responsa-bilidad, la agrava.

    Dentro de la eximente comn consagrada en el CdigoPenal pueden distinguirse varias situaciones:

    a) El cumplimiento del deber, integrado por el cumpli-miento de todas aquellas obligaciones que la ley impone taxati-vamente a las personas, real o personalmente;

    b) El ejercicio de un derecho, que podra tener un am-plsimo alcance, lo reduciremos slo a aquellas facultades quepueden ejercitar los particulares en su vida privada; estas fa-cultades no estn expresamente conferidas, sino que son todasaquellas que no estn prohibidas, lo cual se deduce a contrariosensu de lo dispuesto en el artculo 4 de la ConstitucinPoltica.

    La pugna del Derecho Objetivo como regla con el Subje-tivo como facultad, constituye la base de esta eximente; de ca-rcter absoluto en sus primeros tiempos, hoy ha perdido granparte de su valor, y ya no se busca tanto su defensa, sino suarmona con el Derecho todo: "la legitimidad del derecho, comola del deber, en su caso, no es suficiente tampoco para su indis-

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    criminado ejercicio, sobre todo cuando pugna con otro de mayorentidad", palabras de Antonio Quintano Ripolls. Para que elderecho subjetivo no pierda la proteccin del orden jurdico esnecesario que sea usado moderadamente y de acuerdo a la for-ma legtima en que lo autoriza la ley, partiendo del requisitonegativo de que no lesione otros de mayor valor; ejemplos sonel derecho de correccin de los padres y la colocacin de obstcu-los por un propietario en los lmites de su propiedad.

    c) El ejercicio legftimo de autoridad o cargo, comprendeaquellas situaciones inherentes a un cargo mismo, no compren-didas taxativamente entre los deberes, que ejecuta su titularpara un mejor desempeo del servicio; por ejemplo, el caso delcarcelero que mata al reo que pretende evadirse.

    d) El ejercicio legtimo de un oficio, que incluye las fun-ciones de tipo profesional y libre que desempean ciertos indi-viduos, las que tienen una finalidad hacia la cual tienen queorientarse todos sus actos, justificndose slo las conductas quetengan ese fin; por ejemplo, el caso de un mdico que opera oencierra un enfermo para curarlo.

    La aceptacin universal de la teora de los elementos sub-jetivos del injusto para ciertos delitos, que tienen tanta impor-tancia en orden a la fundamentacin misma de ste como de lascausas que lo excluyen, nos llevan a formularnos la pregunta desi en el cumplimiento del deber cabe exigir en su titular unnimo o intencin de cumplirlo. Nos explicamos: el individuosujeto de un deber jurdico por ejemplo un polica tieneque cumplirlo cuando se presenta alguna situacin externa quelo obligue a actuar detener a un ladrn que roba, porejemplo ya que la imposicin del deber es esencialmenteexterna y objetiva; es decir, es la situacin de hecho producidala que nos va a servir de gua para determinar si se debe cum-plir un deber o no; en el caso propuesto, bastara que el tipoestuviera robando para que se diera el caso que obliga actuaral polica. Sin embargo, en el Derecho Moderno, se ha venidodesarrollando una teora que pretende inmiscuir en este campoenteramente objetivo, circunstancias personales del autor, bus-cando una mayor perfeccin del acto y una mayor defensa contraposibles abusos susceptibles de producirse con menoscabo de losderechos individuales; en el caso propuesto significara quepara que se pudiera eximir de responsabilidad al polica quedetiene al ladrn no slo es necesario que ste est robando,sino tambin que aqul tenga la intencin de cumplir su deber.

    Muchos argumentos se han esgrimido para pretender fun-dar en este caso un elemento subjetivo de exclusin del injustola intencin de cumplir el deber destacndose entre ellos elque el Derecho debe tratar de obtener un mejoramiento interno

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    de los individuos, por lo que slo los excluira de aquellas con-ductas tpicas cuando tuvieran la sana intencin de actuar conla ley y no para satisfacer inquietudes individualistas, y el quesiendo el cumplimiento del deber, al mismo tiempo, un derechode lesin de intereses ajenos, presupone que el Derecho exijaen esa lesin buena intencin del agente, como elemento indis-pensable de la confianza que en l se deposita.

    La moralizacin ciudadana que debe perseguir el Derechono debe tomarse como su finalidad inmediata, y si se acepta,debe serlo sin perjuicio de que antes se tomen las medidas msde acuerdo con la finalidad prxima de la mantencin del ordensocial; lo contrario sera desvirtuar y dificultar la aplicacindel Derecho mismo, tras la concrecin de un deseo de dudososresultados.

    En cuanto a que el Derecho otorgue un derecho de lesinde los bienes ajenos, pero antes presuponiendo buena intencinen el agente, como exigencia imprescindible de la confianza queen l se deposita, nos parece contradictorio, por lo menos conesta causal, ya que aqu es justamente el Derecho el que ordenaactuar al sujeto, generalmente bajo apercibimiento de delitosi omite la conducta; no cabe exigir un nimo especial en quienest obligado a ejecutar la voluntad de otro. Imagnese que uncarabinero que detiene a un delincuente slo quede justificadoen el caso de que acredite que su intencin precisa era cumplirsu misin, y que no tena nada de ndole personal contra eldetenido; fuera de la dificultad de prueba, de las complicacionesde tipo legal y prctico, se entrabara la accin de la autoridady de la misma ley. Claro est que la situacin se presta paravengarse, deseo del que no tiene por qu estar excluido elpolica, pero, no otra cosa puede esperarse de nuestra condicinde seres humanos. Sin embargo, no debemos olvidar, primero,que la causal de justificacin requiere un claro deber que cum-plir y una necesidad y proporcin en su cumplimiento, y se-gundo, que ms interesa a la sociedad la mantencin del orden,aun a costa de rdenes injustas, que la integridad corporal olibertad personal de un delincuente que tuvo la mala suerte deser sorprendido por su polica enemigo. Si no adoptamos estecamino llegamos al absurdo de que, en un momento dado, undelincuente puede quedar impune por no haber polica o agentede la autoridad que no tenga resquemor contra l. En nadaobsta al ntegro cumplimiento del deber tener, adems, deseode vengarse de un delincuente.

    Sin embargo, en el ejercicio de las facultades disciplinariashacemos ver cun peligroso resulta que un superior las ejerzaarbitrariamente en contra de un inferior, amparado en decisi-vas, pero transparentes situaciones externas; pone en peligro,no slo la integridad de aqul subordinado, sino tambin supropio prestigio, evidentemente menoscabado con su actitud di-vergente con las necesidades mismas del servicio.

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    Aun cuando creemos que por razones de carcter prcticoresulte ms adecuado justificar que no, hacemos ver el riesgoque encierra la actitud carente de fundamento y, en ciertoscasos, con claro personalismo, de un superior que ejerce atri-buciones disciplinarias arbitrariamente respecto de un inferior.

    Lo delicado de la disciplina de los cuerpos armados y laespecie de aureola de perfeccin que debe rodear a todo supe-rior ante sus subordinados, exigen que las facultades de aquellossean ejercidas con el mximo de cautela y, ante los ojos de stos,en forma clara, justa y enrgica, de manera que no haya visosni de debilidad ni de arbitrariedad.

    Resumiendo, y en relacin a la eximente que nos interesa,lo que legitima la conducta tpica realizada en cumplimiento deldeber, es la situacin objetiva y externa que la ley describe,ajena por completo a circunstancias de tipo subjetivo que puedapresentar su titular.

    Obedeciendo la imposicin del deber a una necesidad impos-tergable de la mantencin del orden social, resulta obvio queno se trepide en los medios para obtener su cabal cumplimiento,dentro de la necesidad y proporcin debidas; el uso de las armasno queda entonces fuera del campo de aplicacin de esta exi-mente, aun cuando se ejerzan violencias contra las personas,sea cual fuere el resultado.

    En trminos generales, ser necesario el uso de las armaspor parte de un agente de la autoridad cuando se trate de re-peler una violencia o de vencer una resistencia, expresionesusadas por la mayora de los tratadistas que enfocan la materia.

    El primer supuesto no es ms que una singularizacin delderecho de defensa que compete a toda persona y del que notenemos por qu privar a los agentes pblicos; cuando un agentede la autoridad haga uso de sus armas en contra de las perso-nas, repeliendo una agresin, no estar cumpliendo su deber,sino defendindose, ejerciendo una actividad que nada de esen-cialmente diferente tiene con la que en un caso similar puededesarrollar cualquier civil. Las reglamentaciones internas delos cuerpos armados comnmente asocian el uso de las armascontra las personas a una agresin hacia el agente pblico, loque, si no es un error, es una interpretacin demasiado estrechade la institucin y que en nada soluciona el verdadero problemaque ella encierra. No debemos olvidar, sin embargo, que si bienel agente de la autoridad tiene el derecho de defensa que lecorresponde a un particular, no lo tiene ms, ni lo tiene menos,sustantivamente hablando o, si se nos permite decirlo, enteora, pero teniendo siempre en cuenta que en l es dableexigir un mayor desprecio por su integridad, una mayor valen-ta para afrontar el peligro, y no una descontralada reaccin

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    que, lejos de glorificar a la fuerza armada, la desprestigia, yconvierte a dicho agente descontrolado en un peligro ambulante.

    El segundo supuesto el vencimiento de una resistenciatipifica la eximente de cumplimiento del deber usando las ar-mas, cuando de uno u otro modo se trata de evitar que la auto-ridad haga lo que tiene que hacer, sea por medio de acciones uomisiones, con lo que se da la hiptesis ya esbozada de quepor ser ese deber una necesidad impostergable de la mantencindel orden social se tenga que recurrir a medios extremos paracumplirlo; el quid de la exencin es precisamente se, que laautoridad violente atacando, no defendindose. Jimnez de Asaes bastante claro al respecto: "Si el funcionario repele una vio-lencia, el caso de legtima defensa es el que impera. Cuando setrata de vencer una resistencia, estamos en verdad en una hip-tesis caracterstica y es la que debe tener especfica considera-cin al ocuparnos de la especial justificante del uso de armas."

    En cuanto a la naturaleza de la resistencia, Battagliniexige que sta sea un comportamiento activo, no bastando lasimple desobediencia a la autoridad en forma pasiva, ni menosla simple fuga, compartiendo este criterio Jimnez de Asa,quien incluso est por exigir un elemento subjetivo en el agentede la autoridad en una demostracin de recelo ante posiblesarbitrariedades y consiguiente menoscabo de lo sagrado de lavida humana.

    Lo del elemento subjetivo ya lo hemos tratado por lo queno volveremos sobre l; s que nos interesa lo expresado porBattaglini en lo que se refiere a la naturaleza de la resistencia:un comportamiento activo.

    La ejecucin de la ley no debe tener fronteras, de tal ma-nera que si se debe cumplir una obligacin legal no haya queempezar a eludir trabas reglamentarias, doctrinarias o juris-prudenciales para obtener su acabado cumplimiento. Reducir laresistencia a un comportamiento activo conduce al absurdo dedejar en la impunidad al delincuente veloz que huye, al taimadoque se le ordena que vaya y no va, etc.; el agente de la auto-ridad no puede tocarlo, no le puede disparar, no puede lanzarleun palo, pues puede lesionarlo y cometer delito; sencillamenteinaceptable. Una sociedad que quiera vivir ordenada y tranqui-la no debe poner dificultades a la aplicacin de los remediosnecesarios y conducentes a la extirpacin de los males que laafectan, no debe impedir la ejecucin de la ley que ella mismadict; lo contrario es destruirse a s mismo.

    Estamos por la recta y entera aplicacin de la ley, sinvacilar en la bsqueda de los medios que dicha aplicacin re-quiera y sin otro obstculo que no sea el emanado de la racio-nalidad en la ejecucin de los mismos.

  • 10 MEMORIAL DEL EJERCITO

    Especfico caso de uso de armas que contempla nuestralegislacin militar, aplicable a los miembros de las Fuerzas Ar-madas, y que a su vez constituye una modificacin introducidaal cumplimiento del deber comn, est contemplado en el ar-tculo 208 del C. J. M.

    Dispone el artculo: "Ser causal eximente de responsabi-lidad para los militares, el hacer uso de armas cuando no existaotro medio racional de cumplir la consigna recibida."

    Disposicin tpicamente militar cuyo epicentro es el tr-mino consigna, no definido por el texto legal y de vital escla-recimiento para la determinacin de la naturaleza y a l c a n c e dela eximente.

    El Diccionario Sopena lo define como "aquellas rdenes quese dan al que manda un puesto y las que ste manda observaral centinela." Ms acertada nos parece la del autor espaolQuerol y Durn, quien dice que son "el conjunto de prescrip-ciones que se hayan dispuestas o que se disponen especialmentepara asegurar el ms exacto y fiel cumplimiento de un servicioy que se comunican o recuerdan que las tenga presente a aquelmilitar a quien el servicio se encomienda"; agrega el autor que"estas prescripciones son permanentes o temporales, generaleso especiales, reglamentarias u ocasionales, en cuanto las unasson inherentes a la esencia del servicio, en s mismo conside-rado, y las otras son propias de las particulares exigencias deun determinado servicio" y que "el cumplimiento de la consignaes inexcusable no pudindose estimar como motivo de exencinni siquiera la obediencia, pues en el centinela es superior eldeber de observar su consigna."

    La consigna representa una obligacin de partieularizacinintermedia entre el deber y la orden; quien cumple su deber,cumple una obligacin genrica impuesta por la ley; quien cum-ple una orden, cumple una obligacin especfica impuesta porel superior. No hay cumplimiento del deber, en el estricto sentidode la palabra, pues las consignas pueden ser temporales, espe-ciales u ocasionales como cuando se ordena a un militar quedetenga a toda persona que se acerque a una planta hidro-elctrica, caractersticas antagnicas con las que presentatodo deber jurdico, segn hemos tenido oportunidad de expre-sarlo; no hay obediencia jerrquica, pues, pese a su tempora-lidad, especialidad, u ocasionalidad, las consignas no dejan deser integrantes de un genrico y comprensivo deber, conver-gente a la misma finalidad. Las consignas, en consecuencia, senos presentan como prescripciones o mandatos, integrantes deun deber legal, que se particularizan a determinada situacinpor necesidades permanentes o transitorias del servicio.

    Su inclusin dentro de la doctrinaria eximente de cumpli-miento del deber deriva en forma, si no manifiesta, por lo me-nos innegable, del hecho de ser esencialmente medidas de mejorejercicio y plenitud de realizacin de los deberes legales.

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    No obstante que su naturaleza permite una mayor ampli-tud, la terminologa militar y vulgar asocia este trmino con elpuesto de centinela, que es, sin lugar a dudas, el que ms seidentifica con ellas.

    Favorece esta eximente a los militares, concepto definidoen los artculos 6 y 426 del C. J. M.

    En lo que se refiere al uso de las armas, Astrosa Herreraexige que "en todo caso, el mandato del superior debe conteneruna autorizacin al inferior para usar el arma, cuando las ne-cesidades lo requieran, para el cumplimiento de la consigna."A nuestro entender, exigencia insostenible legal y doctrinaria-mente; el propio texto de la ley legitima el uso de las armas"cuando NO EXISTA OTRO MEDIO RACIONAL DE . . . " ,dejando en claro que es la carencia de otro medio situacinde hecho legalizada la que autoriza el uso; la exencin pro-viene de la ley, no de un eventual permiso del superior. Porotra parte, la expresin "consigna recibida" demuestra que stase recibe y luego, independientemente el inferior decide cmocumplirla. Doctrinariamente, no podemos exigir que para cum-plir un deber sea necesaria una autorizacin superior; sera unentrabarse de la ley misma.

    El que no exista otro medio racional de cumplir la consig-na recibida es el requisito bsico de la eximente, que podemosdividir en dos:

    a) Ausencia de otra forma de cumplimiento; o sea, que nohaya habido ningn otro medio para lograr lo que se deba,situacin que debe valuarse objetiva y subjetivamente, toman-do en cuenta la gravedad de la situacin y sus posibles conse-cuencias, y el grado de obligacin de exponerse al peligro; y

    b) Racionalidad en el uso del arma, representada en lanecesidad y proporcin del mismo, en la medida en que se em-ple. La expresin "otro" que se refiere a los medios racionales,viene a enlazar a travs de esta condicin de racionalidada aqullos con el medio empleado, trasladndole el mximo desta, ya que se deduce que el medio empleado debe ser ms omenos similar al que debiera usarse, pero que no est; debe sernecesario para el cumplimiento y, luego, existir proporcin entreel mal causado y el que dicho cumplimiento requera.

    Romn Vidal sostiene que "es un verdadero estado de ne-cesidad en que se hayan en conflicto bienes desiguales, enltimo trmino, la seguridad del pas y la vida e integridadcorporal de uno o ms individuos". No creemos sea sta la ver-dadera razn de la justificante, puesto que, adems de las ra-zones expuestas, ese conflicto no es exclusivo del estado denecesidad, sino informador de todas las causas de justificacin,y, por otra parte, no se plantea al momento de usarse las armas,sino cuando se establece la disposicin; si fuera por eso, tam-bin podramos decir que el deber de obediencia, el que obedece,acta en estado de necesidad, ya que en ltima instancia entran

  • 12 MEMORIAL DEL EJERCITO

    en conflicto la disciplina y seguridad de las armas del pas y lalibertad u otro bien jurdico de uno o ms individuos.

    Segn este autor, de no existir el artculo en estudio, nose podra aplicar la eximente comn del estado de necesidad yaque sta slo rige tratndose de delitos contra la propiedad. Lepreguntamos: si no existiera el artculo 208, y un centinelacumple su consigna de no dejar entrar a nadie a su unidad acosta de lesionar a un extrao, lo condena? De acuerdo alas ideas reseadas recin, nos parece que su respuesta seraafirmativa pues la nica eximente comn digna de aplicarsesera el estado de necesidad, la que segn l, y conforme a loexpuesto, sera improcedente por no tratarse de un delito con-tra la propiedad. No creemos que llegue tan lejos su afirmacin;en otras palabras, no encontramos asidero al encuadre de estaeximente dentro del estado de necesidad.

    Dems est decir lo imprescindible y acertado de un pre-cepto como ste, que permite a la fuerza armada en un deter-minado momento cumplir con el cometido que el Estado le haconfiado a costa de lo que sea; es el avance incontenible delorden y la justicia el que inspira y fortalece la accin drsticade la autoridad en los momentos de caos o desorden. El tristeepisodio de la Poblacin Jos Mara Caro, en noviembre de1962, puso de relieve la conveniencia de una facultad legal con-cedida a los agentes de la autoridad que les permita usar lasarmas contra las personas cuando sea el nico medio de accincapaz de mantener el orden social.

    Si un civil ayuda a un militar a cumplir su consigna, que-da amparado por la exencin en estudio?; imaginemos que aun centinela que se le ha dicho que no deje pasar a nadie portal punto, le venga un vahdo y pierda el conocimiento en losmomentos en que un individuo con intenciones desconocidasentra, y un tercero no militar, al ver eso toma el arma del cadoy dispara lesionando al extrao. Qu pasa?; lgicamente noestamos ante un supuesto de legtima defensa ni de cumpli-miento del deber ciudadano ya que el centinela no ha sidoagredido ni tampoco ha requerido expresamente la ayuda delcivil.

    Del texto expreso de la ley y de la naturaleza misma delas consignas podemos colegir que la disposicin es slo aplica-ble a los militares y, an ms, slo a aqul que las ha recibido;pero tampoco podemos dejar abandonado al extrao que coope-r a la mantencin del orden, y, a lo mejor, con la mejor delas intenciones.

    Creemos que en el caso en estudio el centinela delegaratcitamente, con su incapacidad, sus atribuciones y deberes enel civil o militar extrao, quienes al cooperar a la mantencindel orden y a la seguridad de los cuerpos armados cumpliranun deber real impuesto por las circunstancias.

  • EL CUMPLIMIENTO DEL DEBER MILITAR 13

    Para obviar estas eventuales dificultades se hace necesarioagregar al artculo 208 un inciso que contemple una justifica-cin genrica en favor del extrao que coopera a la accin vio-lenta de la autoridad, cuando es requerido expresa o tcitamentepor sta.

    Acorde con estas ideas, las que deben complementarse conotras relativas a los artculos 410 y 411 sobre la accinviolenta de carabineros por cuya supresin abogamos, veni-mos en proponer un nuevo artculo 208: "Ser causal eximentede responsabilidad para los militares, el hacer uso necesario yproporcionado de sus armas, cuando no exista otro medio decumplir la consigna recibida o cuando se trate de vencer unaresistencia activa o pasiva a la accin legtima de la autoridad.

    La exencin se har extensiva a todo aqul que haya coope-rado al militar, requerido expresa o tcitamente por ste."

  • A S C E N S O S E N L A S F U E R Z A S A R M A D A S

    GONZALO MENDOZA AYLWIN

    Los conceptos expresados en esteartculo son de la exclusiva respon-sabilidad de su autor, y no represen-tan, necesariamente, el pensamientodel Estado Mayor o la doctrina delEjrcito.

    LA DIRECCION.

    N UESTRO mecanismo constitucional y legal contempla que,para cursar los ascensos en los grados superiores de lacarrera en las tres ramas de la Defensa Nacional, sea

    necesaria la aprobacin de un mensaje del Poder Ejecutivocon la propuesta respectiva por el Senado de la Repblica.

    El origen de esta disposicin debemos buscarlo en la His-toria Constitucional de Chile y se estableci en los albores dela Repblica con el fin de que esa rama del Congreso intervi-niera en la seleccin de quienes deberan ocupar los cargos deGenerales de la Repblica, a quienes estaban confiadas delica-dsimas misiones que abarcaban toda la gama de las actividadesnacionales, incluso comisiones de carcter internacional.

    Esta medida, no podemos negarlo, contribuy en no pe-quea escala a dar a nuestros institutos armados la solidez yjerarqua nacional que hoy da todos les reconocen y la concien-cia democrtica y el profesionalismo integral de nuestrasFuerzas Armadas es uno de los muchos motivos de orgullo quepuede exhibir Chile ante los dems pases del mundo.

    En efecto, la ciudadana chilena muestra con legtima sa-tisfaccin a sus militares, marinos y aviadores ante la faz delas naciones del orbe y los seala como un ejemplo de organi-zaciones democrticas a quienes identifica en cada uno de losactos que dan curso a nuestra vida republicana, como los gran-des custodios de nuestras limpias tradiciones de nacin secu-larmente bien organizada.

    En reiteradas ocasiones se ha dado el caso de que seeternizan en los estrados del Senado de Chile mensajes soli-citando su acuerdo para los ascensos de uno o varios distingui-dos jefes de nuestros institutos armados.

  • ASCENSOS EN LAS FF. AA. 15

    Por las ms variadas causas dichos mensajes no han sidopuestos con oportunidad en discusin en la Sala del Alto Cuerpolegislativo, lo que ha trado un entorpecimiento molesto en elnormal desarrollo de la vida de estas organizaciones de nuestromecanismo institucional.

    El hecho que comentamos nos ha llevado a pensar en losfundamentos de todo esto, a lo que nos hemos referido al iniciarestas lneas.

    Ante la realidad chilena de nuestros das, en que existenaltas reparticiones que el progreso ha ido imponiendo en laorganizacin administrativa de la Nacin, como la ContraloraGeneral de la Repblica y otras, hemos llegado a la lgica con-clusin de que esta disposicin de nuestra Carta Fundamentalno est de acuerdo con nuestra poca y la misin que cumplaen los primeros tiempos de nuestra formacin como nacin libre,est hoy cumplida con ms eficiencia y expedicin por otrosorganismos del Estado,

    Las observaciones precedentes, que han sido originadaspor la lentitud con que se mueve uno de nuestros engranajesconstitucionales, perjudicando a otro de ellos, hemos queridohacerlas pblicas, pues estamos convencidos de que, si todas lasfallas que tiene nuestra organizacin administrativa fueranexpuestas cada vez que ellas se observan, con altura de mirasy con sincera fe patritica en que su enmienda producir unmayor bienestar a la colectividad, con ello contribuimos connuestro grano de arena a perfeccionar el desarrollo de nuestravida republicana.

  • C O N F R A T E R N I D A D H I S P A N O A M E R I C A N A

    L MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE, tiene elhonor de transcribir la comunicacin que el Ministeriode Relaciones Exteriores ha enviado al de Defensa

    Nacional, en relacin a una mocin aprobada por la Cmarade Diputados de la Repblica del Per. En ella se dice:R E P U B L I C A D E C H I L E

    Ministerio de Relaciones Exteriores

    DIRECCION DE POLITICA EXTERIORDepartamento Asuntos Americanos

    REF.: Transcribe nota Embajada del Persobre mocin aprobada por Cmarade Diputados de ese pas.

    Santiago, 17 de enero de 1964.Tengo el agrado de transcribir a US. para su conocimiento,

    la nota N 5-4-M/3, de 11 de enero de 1964, de la Embajadadel Per, cuyo texto es el siguiente:

    "La Embajada del Per saluda muy atentamente al Mi-nisterio de Relaciones Exteriores y tiene el honor de poneren su conocimiento la siguiente Mocin de Orden del Da apro-bada por la Cmara de Diputados del Per, el 9 de diciembreltimo, aniversario de la batalla de Ayacucho:

    "Los Diputados que suscriben proponen a la Cmara de Diputados delPer la siguiente Mocin de Orden del Da: LA CAMARA DE DIPUTADOSDEL PERU; CONSIDERANDO: Que el 9 de diciembre se ha celebrado el139 aniversario de la Batalla de Ayacucho que sell la independencia delPer y Amrica del Sur; Que la Batalla de Ayacucho viene a constituir elms hermoso gesto de solidaridad americana por cuanto que el ejrcito patriotaestuvo conformado por soldados de las diferentes nacionalidades que se unie-

  • CONFRATERNIDAD HISPANOAMERICANA 17

    ron bajo el solemne propsito de libertar la patria americana del yugoopresor; Que el Congreso Nacional sancion la ley N 14.733, que declaraFiesta Nacional y "Da de la Libertad y Confraternidad Americana", dis-poniendo la ereccin de un gran monumento en el campo de la Quinua, soli-citndose la colaboracin de los dems pases de Amrica del Sur y, espe-cialmente, los bolivarianos a fin de que dicho monumento sea la cabal expre-sin de la confraternidad americana; Que, igualmente, el 9 de diciembre hasido instituido como Da del Ejrcito Nacional como tributo de la Patria alpueblo en armas que ha escrito pginas inmortales en nuestra historia de-fendiendo con altura y dignidad los supremos valores de la Nacin; ACUERDA:.1.Rendir homenaje a la memoria de los vencedores de la Batalla de Ayacucho,que dieron libertad al Per y la Amrica Meridional, con motivo del 139aniversario de esta inmortal epopeya. 2.Expresar su cordial saludo, porconducto de la Cancillera, a los pases sudamericanos y Panam, protagonistasde la gesta de Ayacucho, formulando votos por su grandeza y prosperidad,bases slidas para constituir una Amrica fuerte, digna y libre. 3.Enviarun emocionado saludo al pueblo de Ayacucho, cuna de la libertad americana,en cuyos campos fecundos se escribieron las pginas ms grandes de nuestrahistoria; y 4.Rendir el ms ferviente homenaje al Ejrcito Nacional, per-manente guardin de nuestra soberana, celoso defensor de la Constitucin ydigno heredero de los gloriosos ejrcitos que nos dieron una patria dignay libre. Lima, 10 de diciembre de 1963. (Firmado).Luis Garca BlsquezLara. Luis O. Bocehio Rojas. Benigno Sierralta Gutirrez. Mario Villa-rn Rivera. Bal Hidalgo Morey. Luis Alfredo Altamirano Remond.Miguel Angel Pinto. Jorge Alberto Melgar Saavedra".

    La Embajada del Per aprovecha la oportuni-dad para reiterar al Ministerio de Relaciones Exte-riores Ias seguridades de su ms alta y distinguidaconsideracin."

    Dios guarde a US.,

    Por el Ministro.

    Al efecto, es altamente honroso recordar que en la gestade Ayacucho cupo la participacin de un nmero superior amil soldados chilenos, que combatieron repartidos en los cuer-pos peruanos, en la Caballera argentina y en las tropas deColombia, distinguindose por su valor y capacidad, como lohaban hecho anteriormente en las campaas del Per.

    Entre los oficiales especialmente recomendados en el parteoficial de la batalla debemos mencionar: al sargento mayordel Estado Mayor General don J. M. Guerrero, el sargentomayor de Artillera don M. Fuentes, el subteniente de la mis-

  • 18 MEMORIAL DEL EJERCITO

    ma arma don Felipe Contreras, el comandante del BatallnN 2 del Per don R. Gonzlez, el teniente de los Hsares deJunn don Manuel Silva y los alfreces del mismo cuerpo donM. Carrera y don Jos Nez, el teniente de Hsares donJos Antonio Espina; el ayudante mayor de la Legin Perua-na don J. M. Riquelme y el subteniente de Artillera don J. A.Rivas.

    Nuestra Revista, como portavoz oficial del Ejrcito deChile, comparte en toda su amplitud con la Honorable Cmarade Diputados del Per la hermosa iniciativa y formula fer-vientes votos porque el monumento a erigirse en el Campo dela Quinua, constituya en el ms corto plazo, un nuevo vnculode la unin de los pases de Hispanoamrica.

  • N U E V A S I D E A S S O B R E E S T R A T E G I AE N E S T A D O S U N I D O S

    Por Stewart Alsop. De la publicacin "TheSaturday Evening Post". (Traduccin de la Re-daccin de "Ejrcito").

    UANDO Nikita Kruschev dio la orden de construir lasbases de lanzamiento de proyectiles nucleares en Cuba,puso una trampa militar a los Estados Unidos. Ha-

    cindolo as llev al mundo al borde del abismo de una guerranuclear, segn frase del presidente Kennedy. El Presidentenunca tuvo la menor duda de que las bases de proyectiles so-viticas en Cuba tenan que ser eliminadas con cualquier riesgo.Detrs de esta crucial decisin estaba el entendimiento de larealidad militar actual del mundo. Nadie en los Estados Unidosest mejor calificado, o ms impuesto en la realidad de lasituacin militar, que el jefe estratgico y consejero del Presi-dente, secretario de Defensa, Robert F. Mc Namara.

    Desde que Mc Namara fue designado secretario de Defen-sa, las bases de la defensa americana fueron sacudidas deextremo a extremo y unos 14 mil millones de dlares ms quelos previstos por la Administracin anterior fueron asignadospara nuestra defensa. Con el rgimen de Mc amara en elPentgono, bien entrado el segundo ao de su mandato, estiempo ya de preguntarse: cules son los resultados de todasestas sacudidas y gastos?

    Ms an, desde que Mc Namara se hizo cargo de la Se-cretara de Defensa, la teora estratgica de los Estados Uni-dos el pensamiento bsico acerca de las clases de guerracon las que podemos enfrentarnos y cmo lo haremos ha sidodrsticamente revisada. Es importante para los americanosentender esta revolucin en nuestro pensamiento estratgico,

  • 20 MEMORIAL DEL EJERCITO

    porque es una revolucin con la cual viviremos o moriremosen los aos venideros.

    Antes de nada debemos decir que esta informacin nova a arrojar luz o claridad. Son preocupaciones en relacincon las cuales los americanos prefieren no pensar. Ms an,es imposible escribir acerca de tales temas sin usar, de cuandoen cuando, bastantes clases de abreviaturas raras del Pent-gono, que incluyen frases como "posibilidades de segundo golpede una contrafuerza" o "respuesta de espasmo" o "contra-fuerza de destruccin aadida".

    La jerga suena a principio irreal, como si se tratara dedebate de telogos medievales, pero si se habla, como estereportero lo hizo recientemente, con 30 40 hombres clave,que son responsables de nuestra estrategia en esta era nuclear,la jerga empieza a tomar una extraa y fascinante realidad.Se empieza a reconocer que se trata de cosas que tienen bas-tante realidad como la de que los Estados Unidos sobrevivano sean destruidos, o muerte o vida para cada uno de nosotros.

    Los inventores de las abreviaturas del Pentgono son unanueva casta de hombres, los "intelectuales de la defensa". Latarea de esta nueva casta es "pensar acerca de lo impensable".Las armas nucleares y los cohetes balsticos, conjuntamente,han cambiado la verdadera naturaleza de la guerra comoWinston Churchill dijo por primera vez. Los intelectuales dela defensa son estudiantes profesionales de esta nueva y casiinconcebible clase de guerra.

    La mayora de ellos son jvenes, casi todos de brillanteinteligencia y muchos trabajaron anteriormente para el Go-bierno en "factoras de ideas" como la Rand Corporation. McNamara ha introducido un buen montn de estos intelectualesde la defensa en el Pentgono; pero el nmero uno de elloses el mismo Mc Namara. No se puede dudar por ms tiempoque Robert Mc Namara es inteligente en grado sumo. Dirigesu equipo de intelectuales rpidamente, expresando abrevia-damente sus deseos y los conceptos bsicos que encierran. Elmismo es el inventor principal de las tres distintas, aunquerelacionadas, doctrinas. Estas tres doctrinas de Mc Namarason la revolucin de nuestro pensamiento estratgico. Unabuena cosa para empezar a entender lo que significan estasdoctrina es exponer lo que, frecuentemente, se cuenta en elPentgono, como consecuencia del encuentro entre uno deestos intelectuales de la defensa y un general de las fuerzasareas. Ello ocurri en la era pre Mc Namara, en el grancuartel general del mando estratgico areo cerca de Omaha,Nebraska. El intelectual de la defensa tena una gran altura.El general, brevemente y sobre la marcha, le resumi el "plande guerra" del mando areo estratgico. El "plan de guerra"estaba concebido para reducir a Rusia, en el trmino de horas,

  • NUEVAS IDEAS SOBRE ESTRATEGIA . . . 21

    a un montn de escombros radiactivos. "General dijo el in-telectual de la defensa, ustedes no tienen un plan de guerra,sino una clase de horrible espasmo".

    El plan de guerra u "horrible espasmo" era simplementeun ataque masivo de destruccin de la civilizacin, un resultadonatural de la teora de la "represalia masiva". En su tareaMc Namara no ha tenido otra solucin que pensar en lo in-concebible. Mc Namara es un genio para reconocer lo que esobvio. La Unin Sovitica es, evidentemente, capaz tambinde una "represalia masiva". Por tanto, si un "horrible es-pasmo" se produce sobre la Unin Sovitica, otro igual seproducir sobre los Estados Unidos. La base estratgica delos Estados Unidos descansa enteramente sobre una "respuestaespasmdica" o instantnea, lo que significa, segn un inte-lectual de la defensa indic, "una idea estratgica sobre unaconformidad con el suicidio".

    Mc Namara reconoce que, en ciertas circunstancias, losEstados Unidos podrn no tener ms eleccin que "destruirliteralmente" a la Unin Sovitica. Pero Mc Namara odia elestar clavado, rgido; desea siempre tener posibilidad de elec-cin; su palabra favorita es "opcin".

    Sus reflexiones acerca de lo inconcebible han conducidoa Me Namara a la conclusin que, incluso en una guerra nu-clear, sera posible "mantener las opciones". Ha llegado a laconclusin de que, incluso en el caso de guerra nuclear, nohay por qu llegar, necesariamente, a la destruccin de lacivilizacin, a la "guerra de miles de millones de muertos".

    Esta conclusin es el punto central de la teora estratgicade Me Namara. El objetivo es evitar tanto la "respuesta es-pasmdica o instantnea", como el hacer de las armas nuclea-res el instrumento de la poltica nacional.

    El instrumento, si es usado, debe ser siempre bajo con-tinuo control de la autoridad civil, el Presidente o, si lo matan,su sucesor, segn la Constitucin. Esta es la doctrina bsicade Mc Namara, en relacin con la cual las otras dos doctrinasde Mc Namara son corolarios.

    "Antes de Mc Namara explica un intelectual de la de-fensa el Presidente tena, realmente, slo dos botones parapulsar "adelante" o "no". Si l pulsaba el botn "adelante",los militares tomaban a su cargo la respuesta instantnea.Mc Namara quera dotar a la mesa de mando del Presidentede una serie de botones, desde el correspondiente a "una limi-tada guerra nuclear" a "una total", pasando por distintosmatices desde un extremo al otro. Desea proporcionar tambinal Presidente una mesa de mando no nuclear. Y, tambin, estarseguro de que los mandos civiles, no los militares, han de po-der intervenir, accionar botones, desde el principio hasta elfinal. Dos condiciones deben darse si la doctrina de la res-

  • 22 MEMORIAL DEL EJERCITO

    puesta controlada ha de tener sentido. Primera, resolver eldifcil problema de mantener el control, incluso despus deun ataque nuclear por sorpresa. Los botones deben estar ensu sitio para ser pulsados, el lder civil tambin debe estar allpara pulsarlos, y el militar debe ser capaz de entender y obe-decer lo que se ha pulsado.

    Este es un problema de "mando y control" al cual McNamara, desde el principio, dedic gran prioridad. Varias me-didas, algunas necesariamente secretas, han sido tomadas paraasegurar la continuidad del mando y control. El sistema detransmisiones ha sido entera y exageradamente multiplicado;por tanto, puede seguir funcionando aun en el caso de queparte del mismo sea destruido en un ataque por sorpresa. Otrascosas se han hecho para asegurarse contra un accidental o noautorizado pulsador de botn. Por ejemplo, un sistema electr-nico permissive Link se ha establecido para producir un cortocircuito en el caso de un disparo no autorizado de un armanuclear, con lo cual se evita toda clase de guerras por acci-dente como se describe en la novela Fraile Safe. Otras medidasse han tomado tambin para asegurar la vida del jefe civil."Si un da deja de verse a Lyndon Jonhson en su acostumbradodespacho observ uno de los intelectuales de la defensa conirona, sabr usted que la situacin es, realmente, fea".

    La otra condicin o necesidad es que debe haber armascapaces de responder, incluso despus de un ataque masivonuclear por sorpresa. Aqu vale la pena echar una miradahacia nuestro reciente pasado y, consecuentemente, se vercmo nuestra situacin se ha transformado a este respecto.Los lectores de buena memoria recordarn el furor desatadohace cinco aos por el famoso "todava secreto informe deGaither". La razn para este furor era bien simple. Los miem-bros del comit Gaither, despus de una reposada inspeccina nuestra situacin, concluyeron: que los soviticos podranpronto ser capaces de hacer el juego de Dalila a nuestro Sansn,destruyendo nuestra capacidad de represalia contra un ataquepor sorpresa.

    En aquellos das casi todo nuestro poder nuclear estabaconcentrado en unas 42 bases en tierra, de bombardeo del SAC.Una simple bomba de hidrgeno por base poda eliminar todonuestro poder atmico dejndonos un Sansn calvo. Las esti-maciones de la situacin entonces corrientes indicaban quelos soviticos seran pronto capaces de hacer tal cosa.

    A pesar del mucho "jarabe sedante" distribuido en aqueltiempo, el informe Gaither produjo un escalofro en toda ladefensa de la comunidad. Fue un til escalofro. Se impulsel trabajo de las bases de proyectiles dirigidos de largo alcancey de los polaris y submarinos. Tambin se trabaj sobre elB. M. E. W. S. (The Beallistic Missile Early Warming System),

  • NUEVAS IDEAS SOBRE ESTRATEGIA . . . 23

    sistema de alarma contra proyectiles balsticos que cubre lasrutas de entrada por el norte del pas. Y por primera vez unaporcin de la gran fuerza de bombardeo en tierra pertenecienteal S. A. C. fue preparada para ser puesta en alerta en quinceminutos.

    Es importante comprender el significado del B. M. E. W.S., combinado con el bombardeo. Tal combinacin es todava,hoy, en este molesto otoo de 1962, el corazn y el alma denuestra defensa contra un ataque por sorpresa sovitico. ElB. M. E. W. S. puede alertar de cualquier ataque con misilesque vengan del Norte. La mitad del S. A. C, unos 1.500 bom-barderos, est siempre, ahora, en alerta en su bases. Estosaviones en alerta de la gran fuerza del S. A. C. estaran en elaire, volando hacia la Unin Sovitica, antes que cayera unabomba rusa. Y aunque algunos de estos aviones fueran, segu-ramente, destruidos, podran incuestionablemente descargar lamayor parte de la devastadora carga nuclear de represalia. Aslos soviticos no podran jugar a hacer de Dalila con nuestroSansn.

    El foco de Cuba pretende aludir el B. M. E. W. S. Estohizo comprender a Mc Namara que el intento de Kruschev detransformar Cuba en una base de proyectiles tena que ser eli-minado a cualquier costo. La trampa de Kruschev era un ca-mino que eluda el B. M. E. W. S. No hay ningn sistema dealarma de proyectiles entre este pas y Cuba, y esta ltimaest tan cerca de este pas que ningn sistema de alarma eseficaz. Si Kruschev llega a conseguir su propsito hubieraroto el sistema combinado de alarma y bombardeo, igual queun ladrn rompe la combinacin de una caja fuerte. Sin tiem-po para prevenirse y responder, todo el conjunto de fuerzasdel bombardeo del S. A. C. hubiera quedado al desnudo y ex-puesto a un ataque de misiles, por sorpresa, desde las basesde Cuba. El equilibrio de poder del mundo se hubiera rotodrsticamente en favor de Rusia. La respuesta "controlada"que Mc Namara concibi se habra hecho tambin imposible.Y habramos de estar seguros que los bombarderos del S. A. C.y los polaris que, debido a su limitado alcance y precisin, sonesencialmente armas contra las ciudades, nos hubieran asegu-rado un final de "respuesta espasmdca" o suicidio. Pero estoes, precisamente, lo que Mc Namara trata de evitar.

    Desde el punto de vista de Kruschev, la combinacin lehabra dado una oportunidad para un decisivo arreglo termi-nante con el Oeste. Es obvio que el intento de establecer unabase de misiles en Cuba era parte de un plan detallado, con-cebido muchos meses antes, para llegar a ese arreglo termi-nante y decisivo.

    Un equipo de 4.000 tcnicos militares soviticos instalabanlos proyectiles con asombrosa velocidad y dicho equipo deba

  • 24 MEMORIAL DEL EJERCITO

    haber empezado el entrenamiento el ltimo de mayo o mstemprano. Una parte vital del plan era un intento de Kruschevde engaar al presidente Kennedy. Para ello, un oficial afectoa la Embajada sovitica en Washington comunicaba al Presi-dente, a travs del procurador general, Robert Kennedy, lamentira de las seguridades personales de Kruschev, de quebajo ninguna circunstancia se estableceran en Cuba armassoviticas capaces de atacar objetivos de la metrpoli de losEstados Unidos. El propsito de ambas cosas, la velocidad deinstalacin y el engao est claro. Era utilizar la base de pro-yectiles en Cuba como palanca para forzar un retroceso ame-ricano en Berln o en el sudeste de Asia o en cualquier sitio.

    Se explica fcilmente que Kruschev necesitaba mximavelocidad y mximo engao. En poco tiempo, la combinacinbombardeo y dispositivo de alarma (B. M. E. W. S.) no dejarde ser elemento esencial en nuestra defensa contra un ataquepor sorpresa; nuestra combinacin para la defensa ser in-vulnerable.

    Aqu es aleccionador comparar lo que se vena diciendohace muchos aos, por los hombres entendidos, y lo que McNamara dice ahora.

    En 1958, por ejemplo, el senador John F. Kennedy ad-verta en un sombro discurso que los Estados Unidos entre1960 y 1964 estaran en posicin de gran peligro como conse-cuencia de la aplastante superioridad sovitica en su "capaci-dad de proyectiles para la defensiva y ofensiva". El senador noestaba solo. Entre otros muchos, el general Maxwell Taylor,ahora presidente del Comit del Estado Mayor conjunto, pre-vi el mismo futuro. "A menos que se tomen heroicas medidas"(dijo literalmente el general).

    Comprense estos deplorables pronsticos con lo que diceahora Mc Namara acerca de nuestra capacidad para "encajarun completo ataque por sorpresa" y responder con otro quedestruya al agresor o ataque slo a objetivos militares. Si McNamara no habla de ilusiones, nuestra situacin, en trminosde equilibrio del poder nuclear, ha sido maravillosamente trans-formada.

    La razn real de la transformacin de nuestra situacines lo que Mc Namara llama, "la destruccin del mito de nues-tra debilidad nacional". Podra ser ms exacto si dijera que"el mito de la fortaleza sovitica ha sido destruido". Los so-viticos no construyeron la clase de misiles de largo alcanceque ellos esperaban construir. De acuerdo con la situacinextrada de nuestra informacin de hace tres o cuatro aos,los soviticos esperaban para este tiempo tener 600 y 800 mi-siles intercontinentales. Pero de acuerdo con la situacin in-formativa actual, solamente unos 100 misiles de largo alcance

  • NUEVAS IDEAS SOBRE ESTRATEGIA... 25

    estn en condiciones de ser empleados desde hace unas se-manas.

    Si la apreciacin de la actual informacin es correcta yen esta materia Mc Namara dice que est absolutamente con-vencido, el decisivo "margen de superioridad" que Mc Na-mara reinvidica es enteramente real. Dicho margen est ba-sado hoy en la combinacin bombarderos B.M.E.W.S. queKruschev trat de romper. Los seis mil millones de dlaresextra que Me Namara solicit, pronto sern invertidos.

    Hasta hace muy poco, nuestras bases terrestres de pro-yectiles intercontinentales eran poco consistentes. Constabande unos 60 de los grandes proyectiles de combustible lquido,como el Atlas y la primera versin del Titn. Estos misilespodran ser destruidos por una cabeza atmica que hicieraexplosin a varias millas de distancia y, adems, el trabajopara ponerlos en posicin de fuego es lento y difcil.^ Dichasarmas podran ser destruidas por un ataque por sorpresa,razn por la que la combinacin de bombarderos B.M.E.W.S.es, todava, vital.

    Pero en breves semanas la primera base de misiles "pe-sados", Titn y Minuteman- en Estados Unidos estar listapara funcionar. Dichos misiles se sitan bajo tierra; de estaforma solamente pueden ser puesto fuera de combate por unimpacto directo o muy prximo. Por otra parte, el Minutemanse puede disparar casi con la misma rapidez y simplicidadque una bala de fusil o un proyectil de artillera.

    Ms an, gracias, en parte, a la asignacin de los seismil millones de dlares de Mc Namara tendremos pronto ungran nmero de estos proyectiles pesados. A fines de este aotendremos centenares. A fines de 1964 dispondremos de muycerca de los 800. Cuando llegue esa fecha, no nos podr Krus-chev tender ninguna trampa que pueda eliminar nuestra ca-pacidad de "respuesta controlada".

    Las matemticas de los proyectiles dirigidos es un asuntocomplicado que mantiene a las mquinas calculadoras del Pen-tgono zumbando constantemente. Pero, como ha dicho unode los intelectuales de la defensa, "no se necesitan, realmente,calculadoras, solamente un lpiz y un pedazo de papel". Lanorma general del Pentgono es que se requeriran ocho pro-yectiles soviticos para dejar fuera de combate uno americanopesado. Por tanto, para tener alguna esperanza de destruirnuestra fuerza de proyectiles pongamos aparte nuestros bom-barderos, nuestros submarinos y otros medios de ataque lossoviticos necesitan tener, por lo menos, una fuerza igual aocho veces la nuestra. "Ellos, realmente, no lo pueden lograr".Esa es la confianza predicha por los intelectuales de la defensa.Y segn el tiempo vaya avanzando ser ms y ms imposiblepara los soviticos lograrlo.

  • 26 MEMORIAL DEL EJERCITO

    Despus del aplastamiento de la trampa de Cuba, en re-sumen, Mc Namara reclama lo que es conocido, en trminosabreviados del Pentgono, como "segura capacidad de segundogolpe". Pero reclama ms que eso, aunque algunos del Pent-gono creen que esta segunda peticin es prematura. Reclamaque podamos "responder atacando solamente objetivos mili-tares". En trminos abreviados, Mc Namara reclama "contra-fuerza capaz de segundo golpe".

    Esta es la segunda doctrina de Mc Namara, la cual esun corolario de la doctrina de respuesta controlada. La doc-trina de contrafuerza de represalia, la cual es tambin cono-cida como "la doctrina de no ciudades".

    Estas son las palabras de Mc Namara, en un reciente ehistrico discurso pronunciado en Ann Arbor, Michigan:

    "Nuestra fuerza nuclear. . . , hace posible una estrategiaencaminada a preservar el edificio de nuestras sociedades sila guerra estalla. Los Estados Unidos han llegado a la conclu-sin de que hasta cierto punto ello es posible... Los princi-pales objetivos militares enemigos en el caso de una guerranuclear. . . deben ser los destruidos, no la poblacin civil.

    Uno de los jvenes intelectuales de la defensa trat deexplicar esta "doctrina de centrafuerza" en simples trminos.Este pas y la Unin Sovitica son como dos hombres con dospistolas montadas y apuntndose. Ambos saben que si unapistola es disparada el otro dispara tambin. Ambos deseanque sus respectivos disparos puedan ir directamente al cora-zn. Pero ambos tienen un mutuo inters en evitar la muerte.Por tanto, tambin desean poder apuntar al hombro o a lamano que sostiene la pistola, como en uno de esos duelosdonde ambos contendientes desean evitar ser muertos. Elproblema est, desde luego, en que para darle en el hombro yno en el corazn se tiene que tener una puntera muy buena.Y en que si uno apunta al hombro y el otro le apunta a unoal corazn, se corre el riesgo de no poder disparar otra segundabala al corazn de nuestro antagonista.

    Mc Namara reconoce la necesidad de tener asegurada estasegunda bala. He aqu como se expresa, a este respecto, ensu discurso de Ann Arbor:

    Nosotros podemos retener, incluso en el caso de un ata-que masivo por sorpresa, suficiente poder en reserva paradestruir a un enemigo de la sociedad, si lleva a cabo tal accin.En otras palabras, estamos dando al posible enemigo la msfuerte impresin de esta posibilidad para que refrene sus im-pulsos de destruir nuestras ciudades".

    Uno de estos intelectuales de la defensa expuso el asuntotodava ms claro: "Vamos por bases de proyectiles, no porMosc; pero si ellos atacan Nueva York, adis Mosc y cual-

  • NUEVAS IDEAS SOBRE ESTRATEGIA . . . 27

    quier otro lugar en Rusia, cualesquiera que sean sus dimen-siones."

    Esta "doctrina de contrafuerza o fuerza de contrataque"representa una revolucin en nuestra estrategia para la de-fensa. Tambin mantiene la esperanza posible, no ciertade que el edificio de nuestra sociedad pueda sobrevivir a unaguerra termonuclear. Como esto es tan importante, hay nece-sidad de preguntar ciertas cuestiones acerca de esta segundadoctrina de Mc Namara.

    La primera cuestin ya ha sido preguntada en Rusiaas como en este pas: Existe realmente una "doctrina deprimer golpe", o es una frmula para atacar antes que el con-trario nos ataque? Si nosotros tenemos decisivamente podernuclear bastante para atacar a las fuerzas soviticas aun des-pus que ellos nos ataquen a nosotros, tiene sentido que nos-otros tratemos de atacarlos antes que ellos lo hagan?

    La contestacin de Mc Namara: que no tiene sentido.Como un intelectual de la defensa indic: "Podemos diezmar susfuerzas en un primer ataque, pero en la era nuclear diezmarno es bastante."

    Supongamos que con un primer ataque dejamos fuerade combate noventa de sus misiles de bombardeo. Todava ten-drn bastantes para destruir las ciudades ms importantesde Europa y Amrica y es de presumir, con precisin, quees lo que ellos haran.

    La segunda cuestin es obvia tambin. No desearn lossoviticos tambin asegurarse la posibilidad de un segundogolpe? La contestacin de Mc Namara es sorprendente y sig-nificativa. La primera parte de la contestacin, es desde luego,"s". Hay clara evidencia de que los soviticos estn consi-guiendo ya dar el salto de los proyectiles ligeros e incmodosa los pesados de combustible slido parecido al Minuteman.La segunda parte de la contestacin es la sorprendente: "Lle-var el gato al agua" el que lo consiga ms pronto y mejor".

    Muchos de los militares, como el General Taylor, estnsustancialmente de acuerdo con el curioso, pero lgico razo-namiento de Mc Namara, que l expres en la entrevista. Al-gunos no. En las fuerzas areas, especialmente, hay escepti-sismo acerca de la teora de "contrafuerza de represalia" queconsideran una invencin irreal de los intelectuales de la de-fensa. "No se pueden controlar estas armas tan fcilmentedice un general de las fuerzas areas. Es como si nospidieran que tocramos la sonata de Bethoven con una manoatada a la espalda y la otra metida en un guante de boxeo."

    Pero en un punto hay unnime acuerdo. La teora de McNamara "no ciudades" tiene sentido si va acompaada de unserio programa nacional de refugios.

    El nico medio para destruir un proyectil pesado (asen-

  • 28 MEMORIAL DEL EJERCITO

    tamiento) es usar una cabeza atmica que lo barra cuando estsobre la superficie. Esto quiere decir que haga explosin alnivel de tierra. Esto quiere decir tambin que habr 'grandesmasas de despojos radiactivos en la atmsfera y mxima lluviaradiactiva, (A esto se le sola llamar "el plus", pero en elactual lenguaje abreviado del Pentgono se le llama "el daocolateral de la contrafuerza"). Las apreciaciones mejor fun-dadas son: que aun en una guerra de "no ciudades" habrams de 70 millones de muertos en este pas, producidos sola-mente por la lluvia radiactiva. En algunas circunstancias, de-pende de ciertas variables, la proporcin de muertos podrallegar al 60 por 100 de la poblacin como consecuencia de lalluvia radiactiva solamente, incluso en el caso de que las ciu-dades fueran respetadas.

    Si se produce tal monstruosa catstrofe, podra el "edi-ficio de nuestra sociedad" ser preservado? Quiz con el tiempopodra ser restaurado. La raza humana es fecunda y los cuer-pos humanos podran, con el tiempo, ser reemplazados msrpidamente que la delicada maquinaria de nuestra sociedadindustrial. Pero los daos a las edificaciones sera lo ms te-rrible, pues pasara mucho tiempo antes de disponer de losnecesarios materiales de construccin.

    Ahora supongamos las mismas circunstancias, pero conun serio programa de refugios contra la lluvia radiactiva. In-numerables estudios hechos en el Pentgono ponen de mani-fiesto que en este caso las bajas podran ser del orden del 10por 100 de la poblacin.

    En resumen, aun bajo lo que el Pentgono llama ptimascircunstancias, la guerra nuclear sera algo espantoso. Perocomo Mc Namara dice: "Incluso en el caso de un muertopor cada diez americanos, como consecuencia de una guerranuclear, la estructura esencial de la sociedad americana puedeser preservada si nuestras ciudades e industrias quedan enpie".

    Todo esto es suficiente para comprender lo que Mc Na-mara quiere decir al poner en su lista de prioridades, para laprxima sesin del Congreso, y muy en primer lugar, el pro-grama de refugios contra la lluvia radiactiva. Pero todo estoes tambin bastante para comprender por qu los hombresdentro y fuera del Pentgono estn empezando a evaluar lasarmas nucleares como principal instrumento militar de la po-ltica nacional.

    La teora de "no ciudades" es un brillante intento paranacionalizar el uso de las armas nucleares. Pero ello, serafcil? Supongamos que los dos bandos adoptan la estrategiade "no ciudades" (cosa que a m no me parece probable), c-mo se puede confiar en un arma, como principal instrumento

  • NUEVAS IDEAS SOBRE ESTRATEGIA . . . 29

    de poder, cuando se sabe que usndola causar, al menos, vein-te millones de muertos?

    Mc Namara, en su interminable bsqueda de las "opcio-nes" ha andado, por lo menos, la mitad del camino para llegara una implcita conclusin en esa cuestin. Y he aqu cmollegamos a la ltima de las doctrinas de Mc Namara. "La doc-trina de la opcin convencional".

    Desde que Mc Namara lleg a Secretario de Defensa, conel apoyo total del Presidente, ha predicado esta doctrina obs-tinadamente. La esencia de esta tercera doctrina de Mc Na-mara es simple. Debemos tener bastante poder no nuclear deforma "que no nos veamos forzados a cargar con la respon-sabilidad de una guerra nuclear porque no tenemos otra elec-cin".

    Para este fin, Mc Namara ha solicitado unos ocho milmillones de dlares ms de lo que dispona la Administracinanterior para la defensa no nuclear. Debido a la diferencia detiempo de preparacin entre las armas convencionales y lasnucleares, esta asignacin ha sido empleada. Mc Namara "ana-liza este incremento" en el 25 por 100 para las fuerzas de laN.A.T.O. y el 45 por 100 para las fuerzas americanas.

    Como resultado, tenemos ahora, ciertamente, "la opcinconvencional" en las situaciones perficas Kruschev nuncatuvo duda de que pudiramos dominar a Fidel Castro connuestras fuerzas convencionales. Pero nuestra debilidad cen-tral est implcita en esta consideracin: "Si los soviticoshacen un serio intento para apoderarse de Berln, tendremosque "usar todas las armas", segn frase de Mc Namara. Siestamos decididos a mantener Berln, tenemos que conseguirel estar preparados para ir hasta el final".

    En otras palabras, en Europa, que es el gran precio dela guerra fra, podramos vernos forzados a "una guerra nu-clear porque no tenemos otra solucin que poder elegir". McNamara insiste, no hay ninguna razn esencial en trminosde "riqueza, poder humano, etc." para que esto tenga que seras. En este orden de ideas, la alianza occidental debe ser parael bando comunista, "algo ms que una postura inflexible desolucin nica". Pero no es as: en Europa nos falta la "opcinconvencional" que poder adoptar y no vamos a lograr tal op-cin en un futuro prximo.

    Como dice un intelectual de la defensa: "Estamos segu-ros que podramos enfrentarnos con el enemigo comn si losingleses adoptan el reclutamiento obligatorio, si los francesesembeben sus fuerzas en la N.A.T.O., si los alemanes aportanla proporcin correspondiente de su poder humano e industriala nuestro nivel y si nosotros acortamos nuestras lneas de co-municaciones. Pero, cundo ocurrirn todas estas cosas? Noantes que todos nosotros hayamos vivido el terror."

  • 30 MEMORIAL DEL EJERCITO

    Quiz ese tiempo venga pronto. Y aqu llegamos, final-mente, a un intangible factor de la ecuacin de la guerra fra;un factor que no puede ser "valorado". Es la voluntad lavoluntad de la gente de los Estados Unidos y, sobre todo desu Presidente.

    Nikita Kruschev le dijo a Robert Frost, que nosotros, losamericanos, ramos "demasiado liberales" para pelear. Conanterioridad le haba dicho al embajador britnico en Mosc,que los americanos "no ramos lo bastante "locos" para sacri-ficar treinta millones de personas de nuestro pas por tresmillones de berlineses". Kruschev debe ser persuadido de quesomos lo suficientemente "locos" para hacerlo.

    Quiz Cuba nos haya ayudado a persuadirnos. Mientrastanto, al frente de nuestra defensa hay un hombre brillantecon coraje para pensar en lo impensable y con fuerza paramodelar nuestra estrategia y con los medios para apoyarlaen los trminos de las duras realidades de la era nuclear.

    De la Revista "Ejrcito" - Espaa.

  • S I G N I F I C A D O M I L I T A R D E L A S R E L A C I O N E SE S P A C I A L E S

    Tte. Crl. AUGUSTO PINOCHET UGARTE

    Los conceptos expresados en esteartculo son de la exclusiva respon-sabilidad de su autor, y no represen-tan, necesariamente, el pensamientodel Estado Mayor o la doctrina delEjrcito,

    LA DIRECCION.

    Generalidades Situacin geogrfica El espacio o superfi-cie del territorio Forma o configuracin del territorio

    Deducciones militares de las "Relaciones Espaciales".

    L ESTUDIAR una zona de terreno, es prcticamente impo-sible analizar en forma aislada a un factor geogrfico,desentendindose de los dems, por cuanto en Geografa

    el aislamiento no existe, y las influencias de los factores geo-grficos estn ntimamente enlazadas y se influencian recpro-camente. Sin embargo, ello no quita al aspecto didctico, el po-der aislarlo y estudiarlo separadamente, pero, slo como un me-ro procedimiento de enseanza.

    Hay ocasiones que al estudiar un rea geogrfica, apareceun factor de tal magnitud, influencia y carcter dominante quese destaca sobre los dems; y en consecuencia, exige un estu-dio especial de l. Ejemplo: el clima desrtico, la zona monta-osa, etc., cada uno tiene una importancia fundamental, por lainfluencia preponderante que ejerce sobre dicha zona. Ello, nosignifica que se deseche a su vez, la influencia de los otros fe-nmenos geogrficos. Por ejemplo al predominio de un climadesrtico, puede aparecer la influencia del mar o de la alta cor-dillera como sucede en el norte de Chile.

    La moderna geografa rene como primer grupo de facto-res geogrficos el concepto que se ha denominado de "RELA-CIONES ESPACIALES" el cual comprende la "Situacin Geo-grfica", la "Superficie" y la "Forma" que presentan los Es-tados y cuya combinacin armnica y efectiva, favorece osu desarrollo y podero. Tal sucede con los EE. UU. de N. Ano.,

  • 32 MEMORIAL DEL EJERCITO

    pas ubicado en el Hemisferio Norte y cuya localizacin "confcil acceso, por medio de los transportes ocenicos, a la Euro-pa intensamente industrializada por una parte y a las materiasprimas y mercados constantemente crecientes de los pases sud-americanos y orientales por otra", con una extensa superficieque le dan variedad de produccin y con una "forma centrada"que acerca su centro a cualquier punto de la periferia, le hanpermitido un desarrollo que lo coloca entre las primeras poten-cias mundiales.

    Un autor norteamericano dice: "Sin embargo, es imposi-ble avaluar exactamente la importancia de la situacin de EE.UU. en trminos de dlares y centavos, de perfeccionamientoeducativo, de progreso poltico e industrial o de felicidad hu-mana; pues es evidente que nuestro pas est mucho mejor entodos estos aspectos, de lo que estara con una "Situacin Geo-grfica" parecida a la de Rusia, rodeada de tierras, en cuyopas todas las salidas le han sido cerradas de un modo efectivo,de vez en cuando, por belicosos vecinos".

    La importancia que tienen estos factores para el desarrolloy desenvolvimiento de los Estados, es innegable, ya que hoyno es posible llegar a pensar en un aislamiento de los pases,dadas las necesidades creadas por el mejor standard de vidaque ha adquirido el hombre y que impiden prcticamente queel pas tenga "autarqua". Sin embargo el aprovechamiento delo propio es fundamental para el desarrollo humano y polticode una Nacin. Las grandes potencias requieren de materiasprimas en pases donde existen estas fuentes de produccin ylos pases menos industrializados necesitan de maquinaria y deelementos que producen las grandes naciones, y esta mutua ex-plotacin es favorecida en mayor o menor grado de acuerdo asu localizacin y superficie que se tenga.

    En el aspecto blico los factores de las Relaciones Espa-ciales crean a su vez posibilidades de participar en un conflictomundial, continental, o en una guerra vecinal, por lo cual debenser consideradas en el estudio de la Geografa Militar.

    CAPITULO I

    SITUACION GEOGRAFICA

    I.Concepto.

    La "Situacin Geogrfica" es uno de los factores ms im-portantes que tiene un pas, no slo por el significado geogr-fico que representa en las "Relaciones Espaciales", sino porqueningn estado de importancia puede desarrollarse con prescin-dencia de ciertas ventajas o desventajas inherentes a su "lo-calizacin".

  • SIGNIFICADO MILITAR DE LAS RELACIONES .. 33

    Consecuente con ello, podemos expresar que la ubicacinde una zona dentro del globo terrestre, permite interpretar ydeducir en general el contacto con los Centros de AtraccinMundial, ambiente geogrfico, caractersticas geogrficas engeneral y en general las condiciones humanas del pueblo queocupa dicha rea.

    Como se ha dicho, esta misma localizacin permite apre-ciar el grado de facilidad o influencia que ha recibido de los"Centros de Atraccin Mundial", denominndose por tales a lasnaciones o continentes que, en un ciclo vital de la humanidadsobresalen por sobre los dems Estados, ya por su cultura, eco-noma, densidad de poblacin, podero blico, etc. Ejemplo: Ro-ma durante su Imperio; actualmente podemos considerar comouno de los Centros de Atraccin a los EE. UU. de N. A., etc.Los "Centros de Atraccin" se han ido desplazando en el mun-do: Grecia, Roma, Mediterrneo, Atlntico Norte.

    Al reducirse la esfera de la localizacin, al aspecto conti-nental, el estudio de la ubicacin permite establecer las rela-ciones qu existen entre los pueblos que integran dicho continen-te, llegndose a circunscribir el rea en estudio con los pasesque lo rodean, es decir, con sus vecinos, para deducir aspectoseconmicos, polticos y estratgicos.

    Asimismo, la localizacin de un pas en el globo terrestre,permite conocer el mayor o menor contacto que tiene con elocano (considerado en la actualidad como la principal va decomunicaciones del mundo). Esta cercana a la ruta martimapresenta diferentes grados, as:

    Contacto en su totalidad con el ocano, si se trata de unpas martimo.

    Contacto parcial con el ocano, si el pas es mixto.Sin contacto con el ocano, cuando se trata de un pas

    continental.Resumiendo, diremos: la "Situacin Geogrfica" abarca

    tres aspectos: "La Posicin Geogrfica", o sea, la ubicacin deun pas dentro del globo terrestre, lo cual se indica por parale-los y meridianos; la "Situacin Geogrfica Relativa", referidaa las relaciones de un pas con los pases del mundo, con los pa-ses del propio continente y con los Estados vecinos. Y un as-pecto referido al mayor o menor contacto con el ocano, que de-nominamos "Condicin Geogrfica Esencial".

    II.Posicin geogrfica.

    A.CONCEPTO.

    Se entiende por "posicin geogrfica" la ubicacin que tie-ne un rea, zona o regin geogrfica, en el globo terrestre, de-terminada con la ayuda de la longitud (meridianos) y latitud

  • 34 MEMORIAL DEL EJERCITO

    (paralelos), magnitudes que se denominan "Coordenadas Geo-grficas".

    Corresponde profundizar esta materia a la "Geografa Ma-temtica".

    Segn la "Posicin Geogrfica" que tiene una zona, regino punto geogrfico, permite: ubicarlo en las zonas climticasde la tierra, conocer las estaciones del ao por que atraviesa enlas diferentes pocas, el huso horario y las horas de luz de susdas.

    1.Zonas climticas de la tierra.La divisin est basadanicamente en los movimientos astronmicos, sin tener para na-da en cuenta otros factores que hacen variar fundamentalmen-te las caractersticas climticas de una zona. Ellas son: UnaZona Trrida, dos Zonas Templadas y dos Zonas Glaciales.

    2.Estaciones del ao.Varin segn la localizacin quetenga una zona, regin o punto geogrfico; pues si una reginsituada en el Hemisferio Norte est en tiempo de verano, otraregin situada en el Hemisferio Sur tendr tiempo de invierno.Todo ello, consecuencia del aparente movimiento del sol.

    Las caractersticas de las estaciones se podran resumir:

    a.Invierno:

    Estacin fra.Noches ms largas que el da.Lluvias y nublados.

    b.Verano:

    Estacin calurosa.Das ms largos que las noches.Cielos despejados. S y no.Sequa. S y no.

    Las estaciones de primavera y otoo son realmente pero-dos de transicin entre el invierno y el verano o viceversa.

    Veamos la sucesin de las estaciones segn el siguientecuadro:

  • SIGNIFICADO MILITAR DE LAS RELACIONES .. 35

    Estacin Marcha aparentedel sol

    Fecha segn elHemisferio

    Primavera

    Desde el cenit delEcuador al trpicocorrespondiente.

    Hemisferio Norte:21 de marzo al 21 dejunio.Hemisferio Sur:23 de septiembre al

    21 de diciembre.

    Verano

    Desde el trpico alEcuador.

    Hemisferio Norte:21 de junio al 23 de

    septiembre.

    Hemisferio Sur:21 de diciembre al 21

    de marzo.

    Otoo

    Del Ecuador al trpi-co del Hemisferioopuesto.

    Hemisferio Norte:23 de septiembre al

    21 de diciembre.

    Hemisferio Sur:21 de marzo al 21 dejunio.

    Invierno

    Del trpico del He-misferio opuesto alEcuador.

    Hemisferio Norte:21 de diciembre al 21

    de marzo.

    Hemisferio Sur:21 de junio al 23 de

    septiembre.

    3.Duracin del da y de la noche.Otra repercusin quetiene la "Posicin Geogrfica" de una zona, lugar o regin geo-grfica es la sucesin y desigualdad del da y de la noche, de-bido a la inclinacin del eje del planeta, con relacin al planode la elptica.

  • 36 MEMORIAL DEL EJERCITO

    Luego la duracin de los das y de las noches cambia, se-gn la latitud.

    La duracin mxima y mnima del da es la siguiente:

    Latitud Mxima Mnima

    Ecuador (Quito) 12 horas 12 horasParalelo 20 12 h. 12 m. 10 h. 48 m.Paralelo 30 13 h. 56 m. 10 h. 4 m.Paralelo 40 14 h. 52 m. 9 h. 8 m.Paralelo 50 14 h. 12 m. 7 h. 42 m.Crculo Polar 24 h. 0 h.

    4.El huso horario.Todos los puntos situados en el mis-mo meridiano tienen el mismo tiempo solar medio, cuya unidades el tiempo que emplea la tierra en efectuar un giro completosobre el eje. Generalmente se calcula al medioda, o sea, desde elmomento de la mxima elevacin del sol (culminacin) de unda a su momento de mxima elevacin del da siguiente.

    Si la tierra gira en 360 en 24 horas, en 1 hora se mueve15, o para moverse un grado se demora 4 minutos.

    Conclusiones militares.El estudio militar de la posicingeogrfica permite concluir:

    1.Estaciones del ao para fijar las posibles fechas de ini-ciacin de un conflicto, iniciacin de operaciones, etc.

    2.Disponibilidades logsticas segn la estacin que seviva.

    3.Vestuario y equipo de la tropa apropiadas para la es-tacin.

    4.Las repercusiones de la longitud del da y de la nochetienen consecuencias especialmente en operaciones areas, acti-vidades tcticas, etc.

    El autor alemn Loffler, dice que la claridad u obscuridaddel da o de la noche influye notablemente en la manera de ac-tuar de las tropas, lo que es ms decisivo an que el cambio deestacin.

    La duracin del da y de la noche acta especialmente enel curso tctico, en las fuerzas terrestres y en el campo estra-tgico para las fuerzas areas. Noches de luna resultan muyadecuadas para el empleo de aviacin de bombardeo sobre gran-des objetivos.

    III.Situacin Geogrfica Relativa.

    Se entiende por "Situacin Geogrfica Relativa" a la lo-calizacin que tiene un Estado con respecto al mundo, al conti-nente donde se ubica y a sus vecinos, para deducir las reper-cusiones que tendra con respecto a su desarrollo poltico, eco-nmico y social y militar.

  • SIGNIFICADO MILITAR DE LAS RELACIONES .. 37

    Normalmente todo Estado, se ve afectado por una serieo combinacin de factores favorables o adversos que emanande su situacin geogrfica relativa.

    El anlisis de la "Situacin Geogrfica Relativa" se reali-za con relacin a otros Estados de igual, menor o mayor pode-ro que se ubican en el mundo, en el continente o vecinos.

    Este concepto encierra tres aspectos de inters:1.-Situacin Geogrfica Relativa al mundo, que compren-

    de la ubicacin del pas con respecto a:a) Los centros de atraccin mundial.b) Las lneas de trfico mundial.2.Situacin Geogrfica, Relativa en el continente, que

    abarca la ubicacin del pas con respecto:a) Ubicacin dentro del continente, ya sea central o peri-

    frica.b) Sus relaciones con los pases de ese continente.3.Situacin Geogrfica Relativa a sus vecinos, que se

    puede dividir en:a) Situacin con sus vecinos.b) Las posiciones estratgicas o posiciones "llaves".Analicemos separadamente cada uno de estos aspectos:1.Situacin Geogrfica relativa al mundo.Debe mirar-

    se la localizacin del pas de acuerdo a lo sealado para sacarlas conclusiones que se deducen de este anlisis.

    a) Con respecto a los grandes "Centros de Atraccin"mundial:

    Facilidad o dificultad que tiene el pas para recibir delos "Centros de Atraccin" las corrientes culturales, econmi-cas, de defensa y migratorias.

    Zonas territoriales de importancia econmica, estrat-gica o de cualquier orden que puede ejercer atraccin a las gran-des potencias.

    Capitales invertidos en el pas por estas potencias.Convenios o tratados suscritos con ellos.

    b) Las lneas de trfico mundial:Su cercana o alejamiento repercute en las facilidades

    de transporte con bandera extranjera.Asimismo, la cercana a las "lneas de trfico mundial"

    repercute en mejoras portuarias y vas de comunicaciones.2.Situacin Geografca, relativa al continente. Su an-

    lisis permite deducir el grado de importancia dentro del conti-nente y la posible influencia que tienen con el resto de lospases.

    a) Ubicacin dentro del continente.Para este estudio esnecesario establecer si un Estado se encuentra en una ubicacin

  • 38 MEMORIAL DEL EJERCITO

    central o en una localizacin perifrica con respecto a otrosEstados.

    Ubicacin Central de un Estado: (dentro de los continen-tes).

    Significa que dicho Estado estara en situacin de venta-ja, con respecto a aquellos que lo rodean y siempre que estos nosean ms fuertes, pues entonces la ventaja se transforma enfactor adverso. Cuando los Estados circundantes son ms po-derosos, terminan por arrebatarle parte de su territorio.

    Si los Estados son equilibrados o es mayor el poder delCentral, dicha localizacin da las siguientes ventajas:

    Facilidad en el intercambio de ideas.Facilidad mezcla de razas.Enriquecimiento del lenguaje.Auge en las relaciones comerciales.Expansin del podero poltico.Ejemplo de esta localizacin es la Isla de Francia, Casti-

    lla, etc.Ubicacin perifrica de un Estado: (En la periferia de

    los continentes).Los Estados en ubicacin perifrica estaran en desventa-ja, pues penetran lentamente las influencias exteriores, retra-

    sando la prosperidad econmica y social, pero con una ventajageneral que es su seguridad.

    Sin embargo, las desventajas que presentaban las regionesperifricas, estn hoy paliadas en parte, por el auge en las co-municaciones y medios de transporte, especialmente martimos.

    b) Relaciones con los pases del continente.Al conceptode situacin central o perifrica, debe unirse un anlisis de larelatividad que presenta un Estado con respecto a los pases delcontinente donde se ubica, por cuanto ello nos conduce a cono-cer si la ventaja central o perifrica es favorable o no para suseguridad y si est en condiciones de ejercer algn control so-bre los dems vecinos del continente.

    Adems, interesa conocer:Existencia de comunicaciones expeditas con los otros

    pases del continente.Si tiene o no intereses comunes con otros pases del con-

    tinente, yLas fuentes de produccin y mercados de estos pases.

    3.Situacin geogrfica relativa a sus vecinos.a) Respecto a los vecinos:Mltiples son las consideraciones que se analizan desde el

    punto de vista econmico, poltico, social y militar. Estudiemosslo el militar y formulemos algunas preguntas que deben re-sultar del anlisis:

  • SIGNIFICADO MILITAR DE LAS RELACIONES .. 39

    Se advierte en los Estados que le rodean una polticacon espritu expansionista ?

    Posee el pas territorios que originalmente pertenecie-ron a sus vecinos, o sus vecinos han arrebatado alguna zona queantes fue propia?

    Tiene el pas zonas que por su situacin especial y porlas riquezas que encierra pueden ser objeto de la ambicin delos vecinos?

    Posiciones estratgicas:

    La historia nos muestra cmo siempre las potencias ri-vales han buscado aquellos puntos o zonas geogrficas, quepor su ventaja estratgica les interesa formen parte de suterritorio o al menos ejerzan sobre ella algn control efec-tivo.

    La ocupacin de estos lugares, tales como estrechos, ist-mos, islas, etc., ha significado muchas veces causas de con-flictos.

    En la actualidad, por el incremento de las armas moder-nas estos puntos o zonas, que por regla general antes eranpequeos, hoy comprenden grandes reas o an pases com-pletos.

    4.Conclusiones militares del estudio de la "situacin geo-grfica relativa".El anlisis militar de estos factores nos puede llevar a

    deducir las siguientes conclusiones:a) Posibilidades de verse envuelto en conflicto que tiene

    el pas.b) Posibilidades de futuros aliados o posibles Estados que

    lo apoyaran en un caso blico.c) Posibles objetivos polticos econmicos o geogrficos

    que pueden ser motivo de conflicto. (Vecinal o mundial).d) Posibles objetivos que tendran sus vecinos en el caso

    de un conflicto.e) Posible distribucin que debe darse a las Fuerzas Ar-

    madas dentro del pas (centro de gravedad) para afrontaruna emergencia.

    f) Necesidad de acopios que necesita el pas para afron-tar una emergencia.

  • 40 MEMORIAL DEL EJERCITO

    IV.CONDICION GEOGRAFICA ESENCIAL.

    A.Concepto:

    Se entiende por "Condicin Geogrfica Esencial" la ma-yor o menor cercana que tiene una nacin con respecto alocano y las consecuencias que para su vida poltica, social,econmica y militar representa este contacto.

    De acuerdo con ello encontramos naciones mediterrneaso continentales, donde no hay contacto con el ocano; nacio-nes martimas, donde ste es el mximo, como sucede con lospases insulares; y naciones mixtas, donde la proporcin puedeser martima continental cuando predomina el ocano o conti-nental martima cuando el aspecto terrestre tiene mayorinfluencia.

    Veamos cada uno de estos aspectos, sus influencias y susrepercusiones militares.

    B.Naciones Mediterrneas

    Son pases que carecen de costas y en consecuencia superiferia est rodeada por otros Estados, que colocan al pasen circunstancias normalmente desfavorables.

    La situacin mediterrnea trae por consecuencia:

    1.Numerosos vecinos.

    Normalmente los pases mediterrneos estn rodeadospor numerosos vecinos y en tal circunstancia tienen mayoresposibilidades de conflicto.

    Si estos pases deben afrontar una guerra con uno o msde sus vecinos y no cuentan con la neutralidad benvola deotro pas que lo rodea, que les permita el paso del materialblico y dems elementos que necesita para llevar adelante lacontienda, se vern obligados a prever grandes cantidades deacopios o a emplear medios propios con notable desventajacon respecto a aquel adversario que est recibiendo en formacontinua abastecimiento desde el exterior.

    2.Riesgo de bloqueo.

    Como consecuencia de lo anterior, pueden ser fcilmentebloqueados si no cuentan por lo menos con la simpata de unode sus vecinos, que le atene en parte el rigor del bloqueo,pero esas neutralidades muchas veces son onerosas.

  • SIGNIFICADO MILITAR DE LAS RELACIONES .. 41

    3.Predisposicin a perder la libertad de accin.

    Ahora bien, si el pas mediterrneo se ve envuelto en unconflicto con dos o ms de sus vecinos, o sea abocado a doso ms frentes, la operacin desde la lnea interior ser unaimposicin, lo cual, fuera de exigir circunstancias geogrfi-cas favorables, las posibilidades para alcanzar el triunfo se-rn muy relativas. La Historia se ha encargado de mostrar-nos cun excepcionales han sido las operaciones de este tipoque han tenido buen xito.

    Los numerosos problemas que deber afrontar la Direc-cin Poltica y Militar de un Estado mediterrneo para noverse envuelto en esta clase de conflicto, coloca a sus con-ductores en una situacin cercana a la predisposicin de per-der su libertad de accin.

    En resumen diremos para estos pases:

    1.Desde el punto de vista estratgico:

    a) La planificacin de su defensa nacional es complicaday difcil.

    b) La preparacin de operaciones en lnea interior im-pone medios que deben ser previstos desde la paz (vas decomunicaciones, fortificaciones, etc.).2.Desde el punto de vista orgnico:

    a) Impone una agrupacin orgnica, que permita actuarpor lo menos en dos frentes.

    b) Exige autonoma de accin para estos frentes.c) Crea la necesidad de disponer de una gran capacidad

    de transportes para los desplazamientos estratgicos.

    3.Desde el punto de vista logstica:

    a) Necesidades de grandes stock de material blico yabastecimientos, que se acumulan desde la paz, con el consi-guiente problema econmico.

    b) Impone al frente econmico, la capacidad para aten-der las necesidades mnimas del pas, con sus propios re-cursos.

    Un ejemplo de la I Guerra Mundial, nos muestra cmo lascolonias "Africa Oriental alemana" y "Camern" resultaronbloqueadas, en medio de numerosos adversarios; sin embar-go, lograron mantener una resistencia tenaz, gracias a queel espritu creador de sus defensores pudo suplir en grado su-ficiente la pobreza industrial de esas colonias que no esta-ban verdaderamente preparadas para una defensa prolonga-

  • 42 MEMORIAL DEL EJERCITO

    da. En Africa Oriental los defensores, al final de la lucha, seabastecan de municiones con las quitadas a los invasores;en Camern se consigui hasta fabricarlas por procedimien-tos tcnicos muy ingeniosos.

    C.Naciones martimas o insulares.

    Son aquellos pases cuya periferia est rodeada por elocano o por el mar.

    Estos pueblos basan su defensa en el aislamiento que lesproporciona el ocano, el cual es uno de los obstculos geo-grficos ms difciles de vencer. Como consecuencia de estasituacin le dedican en su defensa nacional especial imnor-tancia a la Armada y a la Fuerza Area, para adquirir "Po-der areo martimo".

    La razn de esta importancia radica en que, para darefectividad al obstculo, deben existir los medios suficiente-mente poderosos que le den valor como tal, pues un obstculosin ser activado no tiene o pierde sus caractersticas.

    Lo anterior no significa que las naciones martimas de-ban descuidar sus fuerzas terrestres, puesto que stas son lasnicas capaces de dar la decisin al conflicto.

    Inglaterra, gracias a su dominio del mar, cerr el paso alos deseos de Felipe II, de Napolen y de Hitler, pero a suvez, ella debi llegar al continente para dar trmino a la con-tienda.

    El poder martimo de los pueblos insulares se ejerce por:La Armada de Guerra, que debe resguardar las vas

    martimas.La Marina Me