Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

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PUBLICACION DELINSTITUTO NACIONAL DEL PATRIMONIO CULTURAL

DE GUATEMALA

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IMPRESO EN GUATEMALA, CENTRO AMERICAEditorial "José de Pineda Ibarra:'. Ministerio de Educación _ 1977

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HEINRICH BERLIN

Signos V' Significadosen las

Inscripciones Mayas

~

INSTITUTO NACIONAL DEL PATRIMONIO CULTURALDE GUATEMALA

1977

Page 4: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

:~

CONTENIDO

PREFACIO (9)PROLOGO (17)

PRIMERA PARTE (31)

I. Introducción (33)Elementos Principales y afijos (33)Cláusulas (35)Lecturas de textos (36)

II. Los Numerales (37)Puntos y barras (38)Variantes de cabeza (38)Otros numerales (40)

III. Los Dias (43)

IV. El Año (47)Superfijos de colores (48)Posiciones de los meses (49)Rueda calendárica (49)Cargadores del año (50)

V. L~ Cuenta Larga (51)Series Iniciales y finales de periodos (51)La fecha-era (52)Series iniciales (53)Figuras completas en series iniciales (56)Pictunes (57)Finales de Periodo (58)

VI. Los números de distancia y los aníversaríos (61)Aniversarios (63)

VII. Las Series Suplementarias (65)El ciclo novenario (65)La serie lunar (69)Período de uniformidad (70) FM 41 4 5

FL -6 2 838-,·~ •••,l ~

..~....•

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Especulaciones lunares (71)Ciclo de Metón (75)Ciclo de 819 días (77)

SEGUNDA PARTE (81)

1. Introducción (83)Constantes y variables (84)

II. El glifo Emblema (87)III. El glifo Femenino (91)

Figuras femeninas en los códices (95)IV. Glifos Nominales (99)V. Glifos de Eventos (103)

Expresiones verbales (103)VI. Visión Histórica (107)

Piedras Negras (107)Naranjo (121)Palenque (129)Otras ciudades(147)

VII. Religión (149)EPILOGO (155)BIBLIOGRAFIA (161)ILUSTRACIONES (169)Figura 1. Mapa arqueológico de la región .maya (f/OFigura 2. Los numerales (170-1)Figura 3. Los días (172-3)Figura 4. Los meses (174-5)Figura 5. Elementos variables en los glifos introductores . (176-7)Figura 6. Glifos de período, finales de períodos, números de distancia,

aniversarios, etcétera (178-9)Figura 7. Series suplementarias, direcciones cardinales, afijos de

colores y otros (180-1)Figura 8. Glífos emblemas, femeninos y de eventos (182-3)Figura 9. Nombres de gobernantes y dioses. Dos textos de

Palenque (184-5)Figura 10. Textos de Piedras Negras, Ixkún y Dos Pilas (186-7)Figura 11. Textos sobre diferentes materiales (188-95)

1. Piedra (188-9)2. Códice (190-1)3a. Cerámica (192-3)3b. Cerámica (194-5)

Figura 12. Estela 36 de Piedras Negras (196-7)

Alt.:Cop.:Diot.:Ese. Jerogl.Esel.:EstruC.:Frag.:Introd.:Marc.:Mus.:Mus. D. Oaks.::a-Ius.I{ansas:Nar.:N. D.:pal.:Pan.eP. N.:Quir.:R. C.:Rev.:Sacr.:T. C.:TCF.:Temp.:T. l.:Tik.:T. :2~~Yax.:

ABREVIATURAS MAS USADAS

Altar.Copán.Dintel.Escalinata jeroglifica.Esclavos.Estructura.Fragmento.Introducción.Marcador.Museo.Museo Dumbarton Oaks, Washington.Museo de Kansas.Naranjo.Números de distancia.Palenque.Panel.Piedras Negras.Quiriguá.Rueda calendárlca.Revista.Sacrificio.Templo de la Cruz, Palenque.Templo de la Cruz Foliada, Palenque.Templo.Templo de las Inscripciones, Palenque.Tiltal.Templo del Sol, Palenque.Yaxchilán.

6 ; 7

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E A e oFRp

EL DOCTOR HEINRICH BERLIN-NEUBART ha guardado con

Guatemala y con su Instituto de Antropología e Historia una largarelación de mutuo afecto que arranca desde su presencia como in-vestigador en el seno del mismo entre 1950 y 1952. A partir de enton-

ces sus vínculos personales con muchos de los miembros de este Instituto, asícomo con la entidad se hicieron permanentes, como se manifiesta a travésde las numerosas colaboraciones en la revista Antropología e Historia deGuatemala, entre los que se cuenta más de una decena de valiosos artículossobre temas de su especialidad como son la arqueología maya, particular-mente la epigrafía y la historia colonial, con preferencia en lo que se re-laciona con la historia del arte.

No podemos dejar de referimos a sus grandes cualidades de investi-gador que lo han llevado a publicar valiosas aportaciones tales comoHistoria de la imagine ría colonial en Guatemala,' libro que fuera publica-do por el Instituto de Antropología e Historia en 1952, y que se ha ve-nido a constituir no sólo en valiosa joya bibliográfica, sino en imprescin-dible obra de consulta para el estudioso de la escultura colonial guate-malteca. Esta importante obra se complementa con la inapreciable"Artistas y artesanos coloniales de Guatemala: notas para un catálogo",que fuera asimismo entregado como investigación al Instituto de Antro-pología e Historia y que éste permitiera su publicación a la Facultad deHumanidades de la Universidad de San Carlos." Sin embargo, tratán-dose en este caso de una obra totalmente de otra índole, no es nuestro

d 1 11\'.Publicación del Instituto de Antropologia e Historia. Guatemala, Editoriale ·Lmisterio de Educación Pública, 1952.

E 2 "Artistas y artesanos coloniales de Guatemala, notas para un catálogo"n~ CHuadt:rno8 de Antropologia No. 5 (Publicaciones del Instituto de Invest.ígacío-lo: 191stoncas, Facultad de Humanidades), Guatemala, Universidad de San car

,65. .

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propósito referimos a las bondades de sobra conocidas de sus investiga.ciones en el campo de la historia colonial, sino únicamente enfatizar acer-ca de esta curiosa y fructífera dualidad suya, que le ha permitido espigarCon tan buenos frutos en lo prehispánico y en lo colonial.

Sus virtudes investigativas se han, traducido, en óptimos resultadosgracias a su enorme capacidad de trabajo, tanto en las duras jornadasdel trabajo arqueológico de campo en las selvas peteneras, chiapanecaso tabasqueñas, como en los archivos de tantas ciudades de Guatemala yMéxico que han conocido de su celo profesional. Le hemos visto traba-jar infatigable en el Archivo General de Gobierno de Guatemala (ahoraArchivo General de Centroamérica) y en el Archivo de Notarías de Pue-bla, México, pero sabemos de su presencia en el Archivo de la CuriaMetropolitana y en los archivos parroquiales de Guatemala, así como enel Archivo General de la Nación de México, para mencionar algunos delos más importantes. Pudimos verlo también observando cuidadosamen-te Tikal, iniciando sus quehaceres profesionales desde la madrugada 'paraconcluidos al atardecer, recorriendo con sus características grandes zan-cadas las veredas o internándose en plena selva. Gracias primordialmentea él se hicieron los estudios sobre el templo VI de Tikal que fuera loca.lizado en la época que Berlin se encontraba en Guatemala.s En esteorden de ideas su generosidad para transmitir sus conocimientos se tes-timonian no sólo en la cátedra sino proporcionando datos o fichas de susinvestigaciones directas con un desprendimiento que 'es, además de ejem-plar, difícil de ver en muchos investigadores.

Consecuencia precisamente de estas búsquedas fue el hallazgo~ enla rica Biblioteca Palafoxiana de la ciudad de Puebla, México, del ma-nuscrito de Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán intitulado PreceptosHistoriales, interesante y único estudio sobre metodología histórica colonialrealizado en esa época en Hispanoamérica, aunque muy influenciado porel tratadista Luis Cabrera de Córdoba, obra que fuera editada p!>r elInstituto de Antropología e Historia e impresa en los talleres del Minis-terio de Educación en 1957, al enviarlo nuestro autor, ya paleografiado,con su nunca desmentida lealtad hacia esta entidad, para su prontapublicación. "

3' "El templo de las Inscripciones -VI de Tllml-". Eri' Antropologfa e His.torla de Guatemala. Vol. III. No. 1. Guatemala. Unión Tipográfica. 1951.'

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Además de sus realizaciones en la investigación el doctor Berlin hamostrado gran interés en la protección del Patrimonio Cultural de Gua-temala, que ha sufrido como casi todos los países del mundo, graves de-predaciones, particularmente en las estelas y otras inscripciones jeroglí-ficas mayas, así 'como en su cerámica y lapidaria. El doctor Berlín hainformado incansablemente cuanto dato de interés ha llegado a su co-noéÍmiento para poder proceder a la recuperación de estos bienes cultura-les. Su actitud, empero ha sido más amplia, así lo ha expresado conclaridad constantemente y este último trabajo suyo no es una excepciónal subrayar su radical desagrado. En él ha manifestado: "En ocasión deuna exposición reciente de un centenar de fabulosas piezas de cerámicamaya procedentes del más despiadado saqueo y robo de la zona mayaque dejó tras sí la desolación en infinidad de montículos y que destruyócuanto se le enfrentó sin el más mínimo interés científico, ... ". Paracontinuar: "Quien haya visto los fragmentos lastimosos de la antañopreciosa estela 3 de Piedras Negras ... maldecirá para siempre a cual-quier mano que hubiera intervenido en el infame tráfico de las piezasarqueológicas ... ".

Nacido en Furth, Alemania, en 1915, su formación profesional dearqueólogo .la hizo en México, a donde llegara a radicarse muy joven.Allí también se formó como historiador del arte, con el insustituible doc-tor Manuel Toussaint, de manera que cuando llegó a nuestro país teníaya una buena experiencia como investigador.

En su intensa vida intelectual en Guatemala también se dedicó a ladocencia superior habiendo dictado varios cursos intensivos sobre epi-grafía maya, tanto' en el Instituto de Antropología e Historia, como enel Departamento de Historia de la Facultad de Humanidades de la Uni-versidad de San Carlos. De allí precisamente ha nacid~ el interés que'tanto el licenciado J. Daniel Contreras R. como el autor de estas líneas~an puesto en la edición de esta obra, surgida de un catedrático de lavalía del doctor Berlín, lo cual reconociera. dicha facultad al otorgarlela categoría de emeritísimum en 1953.

. El doctor Berlin como mayista le ha correspondido trabajar con elInstituto de Antropología e Historia de Guatemala, tanto en Tikal comoen otros lugares de Petén en donde realizara interesantes reconocimien-tos, así como en Kaminaljuyú. También trabajó 'como azqueólogo de

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la Institución Camegie de Washington en Tabasco y con la FundaciónArqueológica del Nuevo Mundo.

Sus principales publicaciones en la especialidad de la epigrafía ma-ya se inician con un trabajo sobre el glifo C de las series lunares en Pa-lenque"; identifica luego la variante de c~beza para el número 11 y ana-liza las fechas de Palenque.' Asimismo, estudia las inscripciones del tem-plo de Las Leyes en ese lugar," hace otro análisis sobre una nueva ins-cripción en el templo de la Cruz Foliada de ese mismo sitio, así como unestudio de los glifos nominales en el sarcófago de Palenque."

En 1958 publica su trabajo "El glifo emblema en las inscripcionesmayas'? valiosísimo aporte, mediante el cual logra identificar los jero-glíficos que corresponden a algunos de los más importantes sitios arqueo-lógicos mayas, rompiendo la hasta entonces casi total imposibilidad dedescifrar g'ifos mayas no matemáticos o astronómicos. En ese sentido,su aporte es tan útil como el de la doctora Tatiana Proskouriakoff, dequien se expresa tan admirativamente el doctor Berlin en su obra.

Posteriormente en la revista Antropología e Historia de Guatemalapublicó "Más casos del glifo lunar en números de distancia"," se repro-dujo su trabajo sobre el glifo emblema y se dio a conocer "Actualidadde la epigrafía maya",» Estudios Epigráficos,» Los dinteles del temploIn de Tíkal,« y Estudios Epigráficos II,l3 Mas trabajos publicados en

. 4 "Notes on glyph C the lunar serIes at Palenque". No. 24. En Notes onJI'li<1clleAmerican Archaeology and EthnOlogy. Washington, D. C., Carnegie Instrtu.tion of Washington 1940·43, vol. 1.

5 "A tentative identlflcation of the head varlant ror eleven". En Notes onMiddle American Archaeology and Ethnology. No. 33, vol. II (Numbers 31-60J,Washington, Carnegie Institutlon or Washington, 1944-45.

"A critique of dates at Palenque". En American Antiquity. Vol. X, No. 4, Me-nasha, Wisconsin, Publlshed by the Society for American Archaeology, 1945.

6 "La inscripcIón del templo de Las Leyes en Palenque". En Anales de laSociedad de Geografia e Historia. Año XXV, Tomo XXV. Guatemala, TipografiaNacional. 1951.

7 "A New Inscrlptlon from the temple or the foliated cross at Palenque". EnNotes on Middle American Archaeology and Etlmology. No. 130, Cambridge, 1957.

"GUfos nominales en el sarcófago de Palenque". En Humanidades, vol. II, No.lO, Guatemala, Universidad de San Carlos, Facultad de Humanidades, 1958.

8 En Journal de la Socleté des Amerlcanlstes. Nouvelle serie, Tome XLVII.Parls, Museo del Hombre, 1958.1960~ En AntropOlogia e Historia de Guatemala. Guatemala, Unión Tipográfica,

10 "El glifo emblema en las inscripciones mayas". En AntropOlogía e Hls'toria de Guatemala. Vol. XIII, No. 2, Guatemala, Unión Tipográfica, 1961.

"Actualidad de la eplgrafla maya". En Antropología e Historia de Guate.mala. Vol. XIV, No. 1. Guatemala, Unión Tipográfica, 1962.

11 En Antropología e Historia de Guatemala. Vol. XVII, No. 2, Guatemala,Unión Tipográfica, 1965.

12 En Antropología'o Historia de Guatemala. Vol. XVIII, No. 2. Guatemala,Unión Tipográfica, 1966.

13 En Antropología e Historia de Guatemala. Vol. XX, No. 1, Guatemala,Unión Tipográfica, 1968.

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~

otroS órganos científicos son "The Palenque triad", "The tablet of the96 glyphs at Palenque, Chiapas, México", "Uber Mondseriationen beiden Maya" y "Beitráge zum Verstándnis der Inschriften von Naranjo".'!

Otras publicaciones afines con las antes aludidas incluyen: "El glifoZotz invertido", "Pomoná, a new Maya site", "Deux Sculptures Mayasrécentement Découvertes" y "La astronomía entre los Mayas; algunas rec-tificaciones" .15

Respecto de la obra Signos y significados en las inscripciones mayaspodemos afirmar que llegará a ser una obra clásica acerca de la epigra-fía maya como lo han sido la del doctor Sylvanus G. Morley An Intro-duction to the Study of the Maya Hieroglyphs y la del doctor J. Eric S.Thompson Maya Hieroglyphic Writing. An Introduction.?" Sin embargo,para los lectores cuya lengua materna es el castellano, era muy difícilpoder tener y manejar un libro sobre epigrafía maya en su propio idioma.Esta vendrá a ser una de las grandes ventajas del libro del doctor Berlin.A lo anterior se añadirá la virtud de que este libro pone al día todos losconocimientos hasta ahora alcanzados en este campo tan especializado,aportando además los valiosos puntos de vista de un epigrafista de lacategoría del doctor Berlin.

El doctor Berlín se muestra partidario de la tesis "historícista", dela doctora Tatiana Proskouriakoff, fundamentada a partir de su traba-jo publicado en 1960, "Historical Implications of a Pattern of Dates atPiedras Negras, Guatemala"!" que luego se ampliará con otras publica-

, .ciones que Berlin analiza cuidadosamente.

Este nuevo ángulo de la epigrafía maya la proporciona con muchaclaridad el libro Signos y significados en las inscripciones mayas, facilitan-do al lector especializado o no, la extraordinaria sorpresa de poder perci-bir ya- no únicamente el valor de los jeroglíficos mayas con un contenidomatemático, astronómico o augural, según lo denomina Berlín, sino quese pueden establecer ahora valores relacionados con nacimientos de per-

14 "Uber Mondseriationen be! den Maya". En Bulletin No. 34 Géneve (Su!-sse) Societé Suisse des Americanistes, 1970.37 "Beitráge zum Verstandnls des Inschriften van Naranjo". En BuIletin No.

, Géneve (Suisse), Societé Suisse des Americanistes, 1973.d 15 'Antropología e Historia de Guatemala, Vol. XVI-I, Guatemala, 1964. Journal1~61a Societé des Americanistes, Tome XLIX, París, 1960; Idem, Tome LVII, paris,G 8 Y Anales de la Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala, Tomo XLI,

uatemala, 1968, citados según su orden.shí 16 En Bureau of American Etnology. Bulletln 57, Smithsonian Instltution Wa·

ngton, D. C., 1915, YNorman, University of Oklahoma Press, 1960, respectivamente.Saet17L En Amerfcari Antiquity, Vol. 25. No. 4. Society for American Archeology,

ake City, 1960. '

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sonajes, sus ascensos al poder, matrimonios, batallas, sucesiones de gober-nantes, así como de origen o procedencia e inclusive los casi segurosnombres de estos personajes, tales como Escudo-Jagua,r, Doce-Terremoto,Pájaro-Jaguar, Murciélago-Jaguar y Nueve-venado, entre otros. Es decirque el marco cronológico que se había tenido ya por muchos años parala historia maya, se ve ahora ampliado con estas nuevas informacionesque le permitirán al lector obtener una visión mucho más "histórica",aplicando el sentido que este término tiene tradicionalmente, en lo cualla civilización maya viene a constituirse en el único ejemplo de este tipoentre todas las culturas de la América Precolombina. '

Manifiesta Berlin su profunda admiración hacia Tatiana Proskou-riakoff señalando que le parece incomprensible que no se le haya dado ma-yor importancia' a sus trabajos. En cambio se pronuncia en contra delos partidarios del valor fonético de la escritura maya mostrando algu-!lOS defectos en su interpretación, entre los que se incluyen los trabajosdel soviético Yuri Knorosov. La idea de Berlin sobre las inscripcionesmayas es la de que éstas forman parte de una escritura silábica con al-gunos elementos ideográficos, en cuyo favor argumenta sólidamente en eltranscurso de su libro.

No quisiera dejar de testimoniar, a riesgo de extendemos demasia-do, en la gratitud personal de quien escribe estas líneas para con el doc-tor Berlín, quien fuera tanto en el campo de la arqueología maya, comoen el de la historia del período colonial, uno de sus más importantes ca-tedráticos, dejando huella indeleble en su formación, de muy diversasmaneras y trans<mitiendo los conocimientos e informaciones inapreciablescon su generosidad antes apuntada que me hacen querer incluirme comoel último de sus discípulos y amigos.

No podemos dejar de mencionar, por otra parte, nuestro agradeci_miento para el señor Ministro de Educación, licenciado Guillermo PutzeysAlvarez, quien acogiera con todo entusiasmo la posibilidad de que esta,obra fuese publicada por la Editorial de dicho Ministerio, percatándoseinmediatamente de la importancia científica del trabajo. Asimismo, nues-tro reconocimiento a todo el personal de la Editorial "José de PinedaIbarra", por medio de su director, periodista Arturo Vidal de León Ro-dríguez, por el empeño y dedicación con que hicieron el traba~o pese aalgunas circunstancias adversas creadas por el terremoto y por el con-siguiente traslado a un nuevo local, pues gracias a él las diversas gestio-nes que hiciéramos como director del Instituto de Antropología e Mis-

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,,'

roria, pudieron 'llevarse a' feliz término con bastante prontitud. Tambiénal personal del Instituto que revisara las pruebas de imprenta y al ar-tista J. Oscar Barrientos del mismo, quien diseñara la portada."

Respecto del Instituto de Antropología e Historia, que después depoco más de treinta años, ha crecido y evolucionado para convertirse enel Instituto Nacional del Patrimonio Cultural de Guatemala, no pode-mos menos que manifestar la profunda complacencia de esta nueva en-tidad porque su primera publicación sea precisamente ésta preparada porel doctor Heinrich Berlín, en lo cual nos acompaña todo el personal delInstituto, así como seguramente lo hubieran hecho algunos de los queya no están entre nosotros, como Antonio Tejeda Fonseca, Gustavo Es-pinoza. AguiJar, J. Antonio Oliveros y Oscar González Goyri, amigos yadmiradores todos del doctor Berlin. Como también nos satisface quepor gestión del Instituto de Antropología e Historia, se le haya otor-gado a este investigador la Orden del Quetzal, en lo cual viene a unir-se a un selecto grupo de investigadores del pasado precolombino de Gua-temala entre los cuales se cuentan, precisamente, los dos grandes epigra-fistas ya citados, Morley y Thompson, así como los arqueólogos EdwinM. Shook y Henri Lehmann, entre otros.

Esperamos y deseamos, asimismo, poder reunir la obra epigráfica ehistórica de nuestro autor en publicaciones editadas por el Instituto paralo cual ya ha manifestado su acuerdo éste, lo que esperamos realizara corto plazo.

Podemos asegurar, para concluir, que tiene el lector en sus manosun valioso aporte bibliográfico que lo hará conocer y admirar más a lacultura maya, que se asentara en lo que ahora es Guatemala, México,

18 En el diseño de la carátula se incluyeron, en orden de arriba hacia abajolos gllfos emblemas de Naranjo, Piedras Negras, Tikal, Palenque, Ceibal y Copán,por ser algunos de los más importantes hallazgos del autor, as! como un escribamaya que tiene una concha en una mano y un pincel en la otra, proveniente deuna vasija de cerámica de F'optún, Petén, Guatemala, por parecernos simbólicode la actividad relacionada con las Inscripciones mayas.

Respecto de Ceibal, hemos adoptado desde hace algún tiempo el nombreescrito de esta manera, no solamente porque es la forma ortogrártca castellanaadecuada, sino porque según la legislación guatemalteca establece el acuerdo del6 de abril de 1961, dar carácter oficial a los nombres geográficos, según aparecenen el Diccionario Geográfico de Guatemala, en el cual se incluye escrito de esaforma el sitio arqueológico de ese nombre, en la página 210 del' tomo 1 de laaludida obra. Asimismo, en el Acuerdo Ministerial creando las Zonas y Monu-mentos Arqueológicos, Históricos y Artísticos de los periodos prehispánico e hís-pánico. de fecha 12 de junio de 1970, también se Incluye tal nombre COj1 su orto-grafía correcta antes señalada. En tal virtud creemos que no se justifica seguirutIlizando Ceibal con S, tal como lo hiciera inicialmente, según parece TeobertMaler, por evidente desconocimiento del español, y como lo han venido haciendootros arqueológos, particularmente nortearnertcanos, por rutina o por el propio des-conocimiento de la ortografla castellana y de las disposiciones legales antes dichas.

15..

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Honduras y El Salvador, configurando un extraordinario legado patri-monial que nos es necesario conocer y acrecentar, cosa que nos hace rei-terar al doctor Heinrich Berlin nuestra sincera gratitud institucional ypersonal por haber proporcionado este valioso manuscrito para ser edita-do en Guatemala y por nuestra entidad.

Ciudad de Guatemala, febrero de 1977.

Dr. Luis Luján MuñozDirector del Instituto.

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p 'R o L o G o

El que descubre una nueva verdad cient!!i-ea tuvo antes que triturar casi todo lo quehabla aprendido y llega a esa nueva verdadcon las manos sangrientas por haberyugulado Innumerables lugares comunes. ",\

ORTEGA Y GASSET(La rebelión de las masas)eUANDO, hace 50 años, un ingeniero químico norteamericano,

J. E. Teeple, descubrió el significado lunar de tres jeroglíficosen las inscripciones de monumentos mayas, todos los mayistas [arma-ron coro para celebrar el descubrimiento. Se desató entre ellos unaverdadera furia y el jolgorio subió de punto al unirseles algunos as-trónomos atraídos por el ruido. Quien más, quien menos, todos se de-dicaron al alegre juego de encontrar datos estronámicos, fuera en lasfechas mismas de los textos mayas, fuera barajando las distancias entreellas. Fue un frenético exprimir de presuntos fenómenos celestiales pa-ra obtener un embrieqente balché, el vino de los mayas. Nedie.reperádurante este gran festival maya astronómico (revivido en la actualidadpor la llamada estroerqueoloqie] que en el fondo no se est•.ba avan-zando para nada en el conocimiento de los gUfos (como llamaremos deaquí en adelante los jeroglíficos), más allá de los tres cuyo significadohabía sido descifrado por Teeple. Quiere decir, que pese a una seriede observaciones sagaces y pertinentes, se había llegado a lo estéril,eunque esto nadie quiso confesado tan ebiertemente: pero se pusode manifiesto en otra forma: a medida que se iban muriendo los gran-des jugadores, contadas veces hubo nuevos con ánimo de proseguirel juego.

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Sólo a un representante de una generación todavía anterior demayistas. Paul Schellhes, no se le podía engañar con tanto juegopirotécnico y en 1945 formuló la categórica pregunta ¿Es el desci-framiento de los jeroglíficos mayas un problema itresoluble?

En 1950 J. Etic Thompson. en su Maya Hieroglyphic Writingresolvió e! problema a su modo mediante un verdadero tour deforce: declaró que todos los monumentos mayas habían sido erigidosesencialmente en honor de un tiempo abstracto deificado y. a partir deentonces. dejó abandonado un campo de investigación donde antañohabía cosechado superabundantes mieses de importantes desci-[remientos.

Mas a pesar del dictum de Thompson sobre la deificación de untiempo abstracto. algo así como un Cronos maya. ahí estaban todavía,en molesta presencia, la gran cantidad de glifos sin descifrar; ciertoa veces en un porcentaje mínimo al lado de muchos signos cronoqréií-cos bien descifrados, pero igualmente cierto también a veces formandoe! cien por ciento de una inscripción. Ahí estaban todavía, arrinconadoscomo viejos pedazos de carbón que se resistían a extinguirse. Y heaquí que de repente una mujer. Tatiana Proskouriakof[, logró COngenial soplido transformar este montón de carbones arrinconados enbrasa viva, ardiente y candente. Descubrió, en 1960, que en las ins-cripciones se hablaba lisa y llanamente del mundano acontecer huma-no: de reyes y reinas, sus nacimientos, sus ascensos al poder, de bata-llas y la sucesión de un gobernante a otro a través del tiempo; quieredecir que se hablaba de lo que comúnmente se llama historia.

Luego sucedió lo inesperado: el descubrimiento no encontró eco.Como afirmación inaudita _durante decenios hablar de historia enlos textos mayas no sólo era tabú sino estigma de iqnorente.:.: deberíahaber provocado una serie de airadas protestas y refutaciones. ¡Noprovocó nada! Como luminarias en caminos nuevos debería haberatraído no sólo a los profesionales directos, sino aun a los de camposafines entre los historiadores de! México antiguo por ejemplo, o estu-diosos de la formación histórica entre los pueblos arcaicos. ¡No atrajoa nadie! Quienes en una u otra forma están tratando de aprovecharlos descubrimientos de Proskourialcof[, para experimentar y ampliados,difícilmente llegan a una ueintene de personas.

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Como esta falta de resonencie bien puede haber sido causada porla falta de una divulgación adecuada acerca de lo que es el "enfoquehistórico". he tratado de sintetizetlo aquí y mostrar las pruebas sobrelas que descansa, su método y sus alcances o logros. En cuanto a losúltimos no he pretendido para nada ser exhaustivo; más me interesaba.demostrar la solidez _como yo la veo_ de los fundamentos, paraque también el lector quede convencido que son suficientes para sos-tener un edificio levantado sobre ellos con las precauciones de unbuen arquitecto. La ausencia de críticas sobre lo ya publicado en ma-teria de interpretación histórica me obliga a ser todavía más restricti-vo. Como hoy todo lo que antiguamente fue mundo maya está repar-tido entre varias repúblicas americanas de habla española (exceptuan-do la pequeña región de Belice ), consideré indispensable escribir elpresente libro en esta lengua, ya que los hispanoparlantes son, evi-dentemente, los primeros llamados a manejar no sólo el legado físicoque tienen directamente en su poder, sino también el legado espiritualemanado de aquél.

Conviene aclarar primero algunos puntos, a saber:~-Maya será para nosotros lo siguiente: un mundo cultural, prefe-

rentemente 'anterior a la conquista española y en un habitat específico,toda la península de Yucatán hasta su base sobre una línea imaginariadesde Comelcelco, Tebesco, pasando por Comitén, Chiepes, hasta Co-pén, Hondures.t

Sólo aquí hay inscripciones mayas sui generis y una arquitecturatambién sui qeneris que usa la bóveda falsa, no basada en el principiodel a-rco. Como tercer elemento típico podría eqreqerse una estéticatípica basada. donde es naturalista. en el aspecto físico de los mismosportadores de la cultura: facciones suaves y nariz aguileña o romanamuy pronunciada, Precisamente {,por las inscripciones sabemos queeste mundo maya clásico duró unos 650 años~ Hasta qué grado lasmanifestaciones culturales de la región, anteriores a lo clásico maya.son producto de ancestros biológicos mayas directos es difícil saber:de los orígenes tLibrenos Señor! Signos gráficos del tiempo preclásicono entran a formar parte de nuestro estudio por hebétseles encontradotan sólo fuera de la zona maya. .

En el otro extremo del clásico se sitúa e! postclésico, con escasosmonumentos esculpidos e inscritos, decadencia de la arquitectura, sben-

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dono de los centros religiosos, llegada de nuevos grupos étnicos canprácticas diferentes. El Petén y regiones adyacentes se van despo-blando gradualmente, pero en e! norte de la península subsisten losmayas, descendientes de los clásicos con iguales características físicas,hasta el día de hoy y los llamamos mayas al igual que a sus entece:SOres de hace 2000 años. Visto desde el período clásico, al restringirel uso del término "maya" a los habitantes del norte de Yucatán,cometemos cierta inconsecuencia de selección, ya que v.gr. los lecen-dones; chales y tal vez también los tzeltales son igualmente descen-dientes biológicos de los mayas clásicos, si bien ninguno de estos tresúltimos grupos tuvo importanda alguna después del fin del clásico.

M aya llamamos también e! idioma hablado aún en el norte de lapenínsula yucateca por los mayas actuales, mismo que los españolesencontraron allá al llegar en 1517.

Hay indicios de que los mayas clásicos hayan hablado un idiomasemejante al maya moderno de Yucatán. De hecho, nuevamente esta-mos procediendo ·con cierta inconsecuencia: el chontel, de Tabasco yel chal de Chiapas son tan semejantes y afines al maya de Yu.catán,que si el último es derivado directamente del maya clásico, lo mismosería el caso con e! chontal y e! chal.

N o sucede lo mismo con los idiomas de los Altos de Guatemala,v.gr. el quiché y el calcchiquel. Son lenguas mayances, emparentadascon las tres anteriores, pero su separación de un tronco hipotéticocomún habrá tenido lugar en tiempos muy remotos.

Ni el aspecto físico de quichés y cakchiqueles coincide con los"retratos al vivo" de los mayas clásicos, ni el aspecto arqueológicode su habitat 'durente e! período clásico con e! de los citados, no ern-bargante de que se palpan ciertos nexos innegables.

De manera que no son mayas para nosotros; culturas y pueblos,antiguos y modernos,. situados o desarrollados al sur de la región es-tablecida por riosotrae cama maya. No hay para nosotros los llamadosmayas de los Altos, y menos mayas de la costa sur.

. Como se habrá obserl1ado, maya será un término polif.acético yconfiamos en que el lector atento se dé cuenta ·con cuál de los muchosposibles matices lo estemos usando. Antepon§o cierta fluidez estilísticaa -la 'posibilidad de uno que otro malentendido que se pudiera eoiter

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escribiendo con pedante monotonía y repetición "el idioma maya mo-derno de los yucatecos", "los mayas clásicos", etcétera.

Del derrumbe cultural absoluto en el postclásico sólo los mayasdel norte de Yucatán lograron salvarse. Tanto las tradiciones conser-vadas como las exceoeciones arqueológicas presentan. un panorama in-teligible y concordante. Durante los principios del postclésico floreceen Chichén Itzá una fusión entre lo. maya autóctono y lo toltece lle-gado de! centro de México. Terminada esta época meije-toltece cone! abandono de Chichén ltzé, como ya habían sido abandonadas lasotras grandes ciudades clásicas septentrionales también, es la ciudadamurallada de Mayapán que adquiere la hegemonía en la región. Lapierde hacia 1450, es desttuide y el poderío es recogido por una multi-tud de pequeñas unidades estatales, tal como fueron encontradas porlos españoles; aquí la decadencia fue gradual.

Debido a este proceso lento de desintegración fue que en el nortede Yucatán se conservaran también restos considerables de la escrituramaya, ti pesar de que precisamente esta misma zona durante el períodoclásico se caracterizó por la parquedad de inscripciones pétreas. Sonpoco abundantes aún en una. ciudad tan importante como ChichénItzá; en su fase meqe-toliece ya faltan por completo. Menos aún exis-ten en Mayapán. El uso y la costumbre de una escritura debe haberquedado reducido a "códices" (una especie de libros pintados sobrela corteza de un árbol) desde varios siglos anteriores a la conquista.Estos habrán sido utilizados por los sacerdotes, sobre todo para suspronósticos. Hubo indios que todavía en la segunda mitad del 3igloXVI los entendían. Luego los frailes aprendieron algo de su contenidoy los aborrecieron tanto que quemaron buena cantidad de ellos, "locual á maravilla sentían (los indios) y les daba pena" al decir delobispo Dieflo de Landa (1938, página 109), quien recogió todavíafragmentos de los secretos de la escritura maya y a la vez informaciónetnográ[ica que quedó incorporada en su conocidisime Relación de lascosas de Yucatán, redactada hacia 1565. Sólo tres códices se han sal-vado hasta nuestros días y se les conoce por los nombres de las ciuda-des europeas donde ahora se guardan, a saber Dresde, Madrid y París.

De dichos códices el de Dr« sde contiene un rico caudal de infor-mación estronomice, obtenida por los mayas mediante muchos dece-nios de ecuciose observación de! cielo. En cambio, el de Madrid, de

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factura descuidadá, se nos figura ser, casi exclusivamente, de ordenpronóstico. Los códices incinerados por los frailes habrán sido seme-jantes al de Madrid, feos y diabólicos según el sentir estético y re-ligioso de la época.

Nada nos dice Landa de los complitados conocimientos astro-nómicos contenidos en el códice de Dresde y es de suponerse que susinformantes -todavía capaces de interpretar, o si se quiere leer, uncódice de Madrid_ tampoco sabían o hubieran entendido muchode él. El proceso cultural maya durante el postclásico y la informaciónobtenida por conducto de los españoles sobre la cultura de los mayasen el siglo XVI, hacen plausible que ya en los días de Landa un códi-ce de Dresde era tan raro Y excepcional COmo hoy lo es; habrá sidoun preciado legado hereditario en una familia sacerdotal de largo yrancio abolengo.

Como así parece poco probable que hubieran existido muchos có-dices tipo Dresde todavía en el siglo XVI, es evidente que los frailestampoco pudieran destruir muchos de ellos, COmo se ha pretendido. Nolos quiero exculpar de cierto vandalismo, pero creo que se ha exage_rado en lo que se les ha atribuido en cuanto a la destrucción de infor-maciones científicas o históricas; no tanto tal vez porque no hubierenestado dispuestos a destruir/as, sino sencillamente porque por 1560 yano existían.

Todo el legado escrito de los mayas solía dividirse en dos cate-gorías: por un lado los códices (manuscritos), par el otro "todo lo de-más" (inscripciones). A los primeros se refería cama paleografía ya lo segundo corno epigrafía.

El carácter eminentemente augural de los códices ya había sidoconstatado por Landa (página 78) quien escribió acerca de él: "Abríael más docto de los sacerdotes un libro y miraba los pronósticos deaquel año y declarábalos a los presentes y predicábales un poco enco-mendándoles los remedios". Luego, ya en forma más específica, EricThompson logró demostrar la naturaleza benigna de un grupo deglifos augurales asociados a un grupo específico de dioses, incluyendoentre ellos el del maíz, en oposición a otro grupo de glifos auguralesde orden maligno y asociados a otro grupo de deidades, la de la muer-te entre ellas. A medida que progresaba en el análisis de! códice deDresde, que editó nuevamente en 1972 con cOmentarios propios,

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Thompson encontró este aspecto augural aun en las secciones de. apa-rente aspecto astronómico puro, como son las tablas de Venus y dela Luna, lo que causó que se viera obligado a afirmar (1972, página77): ..Tenemos que afrontarlo, en lo referente a su finalidad, la as-tronomía maya es astrología".

Menos seguridad había en cuanto a la temática de todo lo epi-gráfico. Recientemente se ha querido separar de ello lo escrito o pin-tado con jeroglíficos sobre cerámica pretendiendo que todo aquellose referiría al inframundo y a los muertos. En efecto, por el saqueode muchas tumbas en años recientes ha aparecido en e! comercio yen colecciones particulares sobre todo gran número de vasijas, mu-chas de ellas con inscripciones jeroglíficas, y bien está que se empiecea sistematizar sus elementos; pero difícilmente se puede admitir quepor las circunstancias específicas de su hallazgo estos textos se re-fieran exclusivamente al mundo de los muertos: demasiados fragmen-tos de cerámica con gUfos han sido encontrados en exceoecionesarqueológicas fuera de cualquier contexto mortuorio. Aunque losmayas tal vez nunca hayan escrito en sus vaJillas expresiones tanrotundas como los griegos, v.gr. Leendros kelos, con postuladoscategóricos acerca de la información contenida en esta clase de ins-cripciones el mismo investigador se está poniendo anteojeras. Además,todas estas proposiciones no han pasado todavía por el tamiz de lacrítica. N os basta, por tanto haber mencionado la existencia de unnuevo campo muy específico dentro de la escritura maya en general.Nosotros, en contraste, nos moveremos, de preferencia, entre los textosmás conspicuos esculpidos en piedra _raras veces en madera o aunplasmados en estuco.i: sobre estelas, dinteles, tableros, altares, anima-les monoliticos, escalinatas, etcétera, así como en objetos portátileshechos de jade, concha, hueso, etcétera,'

En el fondo, sin embargo, toda la escritura maya se nos presentacomo una; diferentes medios, claro está, producían grafias diferentesy diferentes temas requerían glifos diferentes, pero básicamente es lamisma durante milenio y medio. .

Antes de proseguir aclaremos, de paso, posiciones. En ocasiónde una exposición reciente de un centenar de fabulosas piezas de

1 Quedan fuera de nuestro estudio no sólo los códices y la cerámica sinotambién los textos del norte de Yucatán por su grafla eminentemente regional.

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cerá.mica maya procedentes del más despiadado saqueo y robo de lazona maya que dejó tras sí la desolación en infinidad de montículosy que destruyó cuanto se le enfrentó sin el más mínimo interés cien:tífico, alguien creyó necesario expresarse públicamente de la siguientemanera: "Quisiera, además, rendir homenaje a los coleccionistas quehicieron posible la exposición; han hecho un servicio inmenso al mundoentero {sic.) con su entusiasmo por el arte mesoamericano, frecuente_mente mediante sacrificios {inanciel'os considerables de su parte". Yael apóstol de las gentes en su carta a los Romanos (3.8) había recha-zado la idea de que se podriajusti{icar el mal si de él a la postre seoriginara algún bien. Quien haya visto los {ragmentos lastimosos de laantaño preciosa estela 3 de Piedras Negras en el museo de Brooklyn_a donde llegarían, al decir de la cite, "mediant~ sacrificios financie-'ros considerables"_ maldecirá para siempre. a cualquier mano quehubiera intervenido en el infame tráfico de las piezas arqueológicas; enla inteligencia de que la repugnan~iahacia los interventores aumentaen proporción geométrica a medida que en las sucias transaccionesaumenten los precios. ,

Robándole la frase a Fuentes y Guzmén 0957, página 58) ysin preocupamos de dónde la pudiera haber tomado, mantenemos conél: "La computación y orden de 'los tiempos constituye la historia cla-ra". Acto seguido .el autor guatemalteco aconseja un estudio completode los sistemas cronográ{icos usados por las diferentes naciones. Nose olvida tampoco de sus hermanos de leche, de modo que al enume-rar varias posibilidades para subdividir el año, dice" ... Y los indiosde nuestro occidente, de 18 meses de' a 20 días, que hacen 360 días,con los 5 más que llamaban del descanso, en que se daban al ocio".

Dado que el cómputo del tiempo entre los mayas era electiva-mente de suma importancia para ellos y constituía la matriz en quedejaron inscrita 1a memoria de los eventos históricos, el conocimientodel prímero es requisito previo e indispensable para el entendimientode los segundos. De ahí que la primera parte de nuestro libro esté dedi-cada a las explicadones' del "calendario maya". Aunque reducido aun verdadero mínimo, espero que sea suficiente no sólo para unaclara comprensión de su uso en la segunda parte del libro sino también'para ayudar adescifiar' las partes cronográficas en nuevas inscrip-

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dones con que' el lector tenga la suerte de toperse. Las ilustracionesrespectivas de ejemplos típicos que doy, o son ya bien conocidas o,hasta donde fue posible y conveniente, tomadas de inscripciones re-cientemente descubiertas.

Nada tenemos que ver aquí con los lingüistas aunque son ellosprecisamente quienes más vociferan sus pretendidos desciiremientosy lecturas, fieles a la inmejorable descripción que Ortega y Gasseten su La rebelión de las masas les había dedicado: "Los lingüistas,que acaso son, después de los aviadores, los hombres menos dispuestosa asustarse de cosa alguna".

Resulta que a partir de 1864, año en el cual el abate Bresseut deBoutbourq diera a conocer la obra de Landa, que incluye un supuestoalfabeto maya, grandes y pequeños se han esforzado en "leer" los

.jeroglíficos mayas mediante su ayuda.Simples consideraciones estatísticas deberían ser suficientes para

abstenerse de seguir con semejante empresa de. necios: por ejemplo,el sonido e es bastante frecuente en palabras mayas, en cambio esmuy raro el signo que según Landa representa esta letra. Más aún: el':alfabeto" de Landa consta de 27 signos; los arqueólogos conocenalrededor de 700 signos diferentes. Si los mayas hubieran escrito fo-néticemente con los 27 signos de Landa sobrarían cosa de 650 signosde innegable existencia, con la circunstancia de que los signos másusados por los mayas '10 [igut'an en el "alfabeto". El número tan altode signos diferentes excluye precisamente la existencia de un alfabeto.

Queda, pues, descartada la existencia de una escritura alfabéticaentre los mayas, tal como ya lo intuia un fraile dominicano de nombredesconocido; quien hacia 1700 redactó la Isagoge. Histórica Apologéticay quien, frente a los glifos mayas que vio inscritos sobre los monu-mentos de Toniné {Chiepes}, reflexionaba: " ... en los caracteres quetienen por orla los escudos, más que letras me parecen cifras o jero-glíficos, que significan acciones o sucesos, pues que cada una de aque-llas figuras esté en su casita, con sus rayas distintas de les otras, ycada casita tiene 'mucha labor para ser una sola letra; y si fuera así,en cada escudo de aquellos, cuando más, se escribiría una palabra".

¿Negaremos, entonces, una solución lingüística al problema? Deninguna manera. Por el mismo Landa sabemos de la existencia de unmes llemsdo Yaxkín entre los mayas, y cuyo gUfo (Fig. 4,19) consta

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de un trébol de 4 hojas más un superiijo especial. Volvemos a encon-trar el mismo trébol de 4 hojas (Fig. 6,18) más adelante como signode la menor unidad _o sea el de.s: en el cómputo del tiempo, y kines precisamente la palabra maya para sol y día. Leer, pues, el signocomo kín parece razonable. Entonces el superfijo debería valer por yax.y he aquí que Landa enumera 4 meses consecutivos Chen, Yax, Zacy Ceh y sus gUfos correspondientes constan de un elemento principalidéntico para los 4 casos pero con superfijos distintos. El del mes yax(Fig. 4, 28) es el mismo que ya vimos para Yaxkin. La lectura deeste afijo como yax se impone pues y se robustece todavía por lo si-guiente: yax significa en el idioma maya de Yucatán (y en casi todoslos llamados mayances) verde o azul. En algunos casos de los códices{o.qr. Madrid 43b,c) donde junto con los 4 símbolos estereotipedosblanco, neqro, rojo y amarillo, que se relacionan con las 4 direccionescardinales, aparece un quinto símbolo, aparentemente de color tam-bién, entonces éste es precisamente nuestro elemento yax. Dicho ele-mento ocurre también con cierta frecuencia en toda clase de textos yasociado a gUfos muy variados, pero como yax significa en maya nosólo verde o azul sino también primero y gr;nde, resulta que muchasveces podemos leer y pronunciar el signo correctamente, pero sin saberlo que en el caso concreto realmente significa. Es, pues, una situaciónalgo semejante a la de la escritura ettusce: de ella se conocen todassus letras y cómo han de pronunciarse, pero mucho de lo escrito me-diante ellas no se entiende.

En la cuenta de los 20 días el decimoséptimo se llama Cabán.Su signo (Fig. 3,51) con diferentes agregados aparece con muchafrecuencia también en las páginas 103-112 del códice de .Madrid. Enellas abunda igualmente un insecto volando hacia abajo. Tiene visosde ser una abeja.

Ahora bien, por Landa (páginas 80-82, 133) Y otras fuentes sa-bemos de la importancia que tuvo _/y tienel.c: la apicultura en Yu-estén. a grado tal de que anualmente los señores de los colmenareshacían una fiesta ritual. También se conoce a una deidad Ah Mucen-cab (el que guarda la miel).

Dado todo lo anterior parece probable que las páginas 103-112del Códice de Madrid sean de carácter pronóstico para la apicultura.Nuestro glifo se ajusta perfectamente a ello y en el diccionario maya-

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•español de Motul (1938, páginas 161-162) encontramos las siguien-tes entradas:

cab: abeja en generalcal): miel en generalcab: la fuerza, rigor o fortaleza de cualquier cosacab: pueblo o regióncab: el mundocab: bajo o abajocab: almagre o tierra colorada con que los olletos pintan la loza.

Quiere decir que es una voz de muy variadas ace,pciones con unvalor, entre otros, apícola. De modo que difícilmente erremos al leerel signo X'de referencia en las citadas páginas del Cádice de Madridcomo cab y déndole un significado apícola.

En otros contextos es probable que también haya de leerse cornocab pero que sin que nosotros pudiéramos saber por ello y de antemanosu correcto significado.

Cuan difícil es saberlo aun en textos mayas ya escritos con letraseuropeas, se podrá ver en lo siguiente:

En un párrafo de una fuente colonial (Chilam Balam de Chuma-yel, 1933, página 16) que tiene ciertos nexos con la fiesta colmenarmencionada por Landa, se encuentra la siguiente frase:

Catun yanhii u numte aal cab Zecuzamil u di! cab yete! u luchcab yetel u' yax cheel cab u chululil cabo

La frecuencia de la voz cab en esta frase recuerda la ya citadaomnipresencia del glifo cab en la sección apícola del Códice de Madrid.

Presentamos, en contraposición dos traducciones de dicha frasehechas por dos filólogos:

ROYS (1933, página 66). "Luego se enjembreron en Zecuzamílen grandes cantidades entre los magueyes del país, los árboles de ca-labaza del país, los árboles ceiba del país y los árboles chulul.del país".

BARRERA VASQUEZ (1934, página 65). y entonces huboexcesivamente abejas en Zecuzemil: deleite, dulzura de miel y vasode miel y primer colmenar, frasco o calabaza de miel.

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Como se nota Roys traduce la voz, cab siempre .en sentido geo-gráfico, Barrera V ésquez en sentido apícola que aquí parece ser elcorrecto.

Los dos casos claros anteriores y otros similares tienden a indicarque la escritura maya en el fondo es silébice 'con algunos elementosideográficos, todo lo cual, estaría en consonancia con el número deglifos apuntado. N o se trata, sin embargo, de sílabas abstractas deltipo ab, eb, íb, ob, ub, etcétera, sino al sentir de Thompson (1972, pá-ginas 28-29) de sílabas donde cada una corresponde a un monosílabogenuino del idioma maya con un significado bien definido, aunqueeste mismo monosílabo luego entre a formar parte de palabras com-puestas con significado muy .diferente. En tal enfoque inclusive el"alfabeto" de Landa puede cobrar alguna utilidad como auxiliar parael entendimiento de ciertos gUfos mayas. '

Son desqreciedemente muy contados los casos donde podemosestar rezoneblemente seguros de su valor fonético y de ahí que desdetiempo atrás llamados y no llamados se luujen entregado al juego desalón de dar valores s'ilábicos (con sus correspondientes significados)a diferentes signos. Por ejemplo, en una publicación reciente (1967) seindicó que cuatro autoridades (nos abstenemos de señalar sus nom-bres) dieron al mismo, signo maya los siguientes valores fonéticos:xak: tich: yokol.noh/nlm? Y cama de sabios es cambiar de opinión, lasmismas autoridades cambian eje lectura con pasmosa facilidad, dicién-donas que hoy están firmemente convencidos que cierto signo ha deleerse hetz' que ayer "leyeron" con igual firmeza como tok.

Advirtamos, sin embargo, que el problema no es de consenso:una falsa lectura siguesiéndóla aunque todo mundo se hubiera puestode acuerdo en aceptada como correcta. Es, más bien uno de demostra-ción bien fundada y razonada. Entretanto, nosotros renunciamos ausar las lecturas fonéticas propuestas ---salvo casos aislados que sehubieran presentado con fundamentos suficientemente sólidos_ y de-jamos al tiempo que se encargue de separar el trigo de la paja.

Menos aún nds metemosen el campo de Agramante de la corre-lación entre el calendario maya y el cristiano. Nos basta saber quecon un altísimo porcentaje de probabilidad, la mayoría de los monu-mentos mayas que aquí nos conciernen han de situarse en el primermilenio después 'de Cristo. Diriese que es un marco demasiado lato.

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Tal vez. ¿Pero, quién que no sea historiador especialista puede indi-car sin consultar libros diez fechas precisas para acontecimientos con-cretos en la península ibérica entre, digamos, la muerte de Séneca y labatalla de Roncesvalles, y saber a la vez lo que la diferencia de unafecha a la otra significa en términos de cambios culturales? Que el"Jaguar" de piedras Negras había estado muerto ya veintitantos añosantes de que el "Pájaro-Jaguar" de Yaxchilán ascendiera al poder,bien podía haber sido de mayor importancia para la historia de laregión del Usumacinta que el hecho de que los sucesos de referenciahubieran acontecido cien años antes o después de San lsidoto de

Sevilla.En todo casa, los inicios del florecimiento maya difícilmente ha-

brán sido anteriores a las postrimerías de Roma, quieie decir que sonmuy posteriores no sólo a las grandes culturas sumeras, egipcias, esi-ries sino aun a las griegas y helénices. En términos del desarrollocultural humano universal, la cultura maya es más bien reciente.

Con tantas reservas se me puede tildar de ser un ecléctico que secura en salud. Acepto de buen grado el mote. Seré gustoso un Quijotecorriendo y recorriendo con no menguado entusiasmo, no la Mancha,pero sí las tierras calurosas del Mayab en pos de descubrir sus secre-tos y el lector, cual prudente Sancho, podrá, gozar el encanto de pene-trar mundos desconocidos Y estar alerta cuando su guía se deje arras-trar de lo seguro o probable a lo fantasioso.

Résta~e, por último, dejar constancia de mi agradecimiento por va-liosas y desinteresadas evacuaciones de consultas recibidas de parte delos señores Alfredo Barrera V ásquez, Lintoti Satterthwaite Y BertholdRíese, así como por el permiso que me concedieron los señores PierreBecquelin. Cieude F. Beudez e Jan Graham para utilizar dibujos suyostocantes a inscripciones nuevas aún no publicados. Todos los dibujos delas figuras 1 a 10 se deben a la pluma del artista Francisco Pineda Re-yes. Mi mayor gratitud, sin embargo, es con el licenciado J. DanielContreras. No sólo depuró coma en ocasiones anteriores los muchos'ga-zapas del manuscrito original, sino lo acompañó por el trabajoso procesode la impresión heete: dejado totalmente terminado.

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1. INTRODUCCION

Elementos principales y afijos

El jeroglífico -:-0 glifo- maya suele ser siempre una pequeña obramaestra de caligrafía. Afecta forma rectangular con las esquinas algoredondeadas. Puede ser simple o compuesto, con la particularidad deque lo segundo es mucho más frecuente que lo primero.. El glifo simple está constituido por un solo elemento principal. En

el glifo compuesto o se' juntan dos elementos principales francamentecoordenados y ocupando cada uno la mitad de la superficie disponible(superponiéndose de manera que el derecho frecuentemente deja ocultaalguna parte del izquierdo), o a un elemento principal se le agregan unoo más afijos. Cada uno de estos afijos ocupa menor espacio que el ele-mento principal y ópticamente parecen estar subordinados en algunaforma a aquél. Por lo general un afijo siempre suele presentarse comotal, aunque asociándose con elementos principales de aparente muy di-ferente naturaleza. Raras veces estos afijos se convierten en elementosprincipales.

El cacálogo de glifos mayas de Thompson (1962) 2 registra 370 afi-jos, de los cuales tan sólo 61, y por excepción, figuran también comoelementos principales, es decir, apenas un 17% del total. A la inversa,un signo que normalmente es elemento principal puede fungir tambiéncomo afijo. Las dos categorías de signos no están, ciertamente, separa-

2 Thompson numeró los afljos de 1 a 370, los eteraentos principales de 501en adelante. En las transcripciones un punto puesto entre dos números significaque hay continuidad horizontal de Izquierda a derecha; dos puntos, conttiiutdadvertical de arriba a abajo. Infijos se marcan con corchetes. Números mayasquedan indicados mediante números romanos. De modo que T·III.153:526,23' da aentender que el glifo se compone ele un numerar 3 en posición prefija, del super-fijo 153 encima del elemento principal 52,. con un postfljo 23 al final.

. Cuando un glifo es la .variante de cabeza de un gUfo simbólico o convencío-nal, entonces el número respective lleva agregado una P,

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das por un muro de hierro, pues hay posibilidad de pasarse de un bandoal otro; aunque en realidad los caso¡ de tránsfugas son pocos.

Lo anterior concuerda con la naturaleza básica de estos signos grá-ficos: los elementos principales corresponden a sustantivos y raíces ver-bales, los afijos a adjetivos, adverbios, preposiciones, sufijos verbales,etcétera.

El elemento principal suele ser o un signo de apariencia abstracta,convencional o simbólica para nosotros, o. la figura de una cabeza deun ser animado (humano, animal o aun fantástico). Para muchos con-ceptos los mayas usaron ambas posibilidadcs simultáneamente y por esohablamos de las variantes simbólicas y las variantes de cabeza de losglifos. Estas últimas pueden ostentar en alguna parte los integrantes ca-racterísticos de la . variante simbólica correspondiente, aunque no esforzoso que sea así siempre. La misma clase de afijos acompaña a lasvariantes equivalentes.·

Los afijos se encuentran arriba, delante, debajo o después del ele-mento principal y por eso los dcnominamoj super, pre, sub y postfijos.Hasta los mismos afijos pueden llevar todavía otros afijos secundarios;v.gr. un prefijo puede tener un superfijo que lo corona. Raras veces es-tán presentes al mismo tiempo en un mismo glifo los 4 afijos posibles;pero si están, el orden de lectura es: afijo que ocupe la esquina iaquierdasuperior; afijo adyacente al primero en la misma . esquina; elementoprincipal; afijo que no ocupe la esquina inferior derecha; afijo que síocupe dicha esquina; es decir: prefijo - superfijo (o superfijo _ prefijo)- elemento principal - postfijo - sufijo (o sufijo _ postfijo r.s

Por otro lado se ha comprobado que 1M posiciones pre y super porun lado, y sub y post por el otro lado son cada vez equivalentes; estoquiere decir que el significado de un glifo no suele variar si un mismoafijo ocupa, asociado al mismo elemento principal, ora el lugar del pre-fijo, ora el del superfijo (Figura 4, 31, 32) .' Para ahorrar repeticionesexplicativas, llamaremos prefijos todos los afijos colocados a la izquierday arriba del elemento principal y postfijos a los que estén a su derechao debajo de él. Aunque teóricamente cada afijo podría ocupar las cuatroposiciones posibles, en la práctica la mayoría de ellos o pertenecen algrupo de los prefijos o al de los postfijos.

3 SI a es un prefijo, b un superrtjo y A el elemento prIncipal, las lecturasa-b-A y b-a-A (según el afijo que scupa la esquina Izqu.lerda superior) no sonequtvaíentes. .

l4

A veces los afijos se colocan hasta en el cuerpo mismo del elementoprincipal y entonces se habla con más propiedad de infijos. La coloca-ción de un infijo (o de una partícula esencial característica) dentro deun elemento principal puede variar y hasta cambiar el significado de laexpresi6n. Existen asimismo pequeños rasgos en la. escritura maya, queno afectan el mensaje pero que nos permiten distinguir los textos tardíosde los textos antiguos:'

La proporción, o desproporción, entre un afijo y el elemento prin-cipal no es indicio de la importancia relativa del primero en el glifototal. Esta recorre toda la gama de nulo a capital.

Como se verá, los glifos para los meses Vo y Zip tienen el mismoelemento principal y se distinguen tan sólo por sus prefijos, T-95 (segúnla clasificación usada por Thompson en su catálogo) para Uo y T -109para Zip. Aquí, pues, el afijo cambia radicalmente el sentido del glifo,

Por otro lado, ambos pueden llevar ono el sufijo T-142. La pre-sencia o ausencia de éste no modifica en nada el sentido del glifo. Talparece que en realidad es sólo un el~mento decorativo, sin función demensaje. Como es un ornamento, sostén de un glifo, nunca varía su po-sición; es decir, que no pasa a ser postfijo.

Cláusulas

De la misma manera que hay afinidades electivas entre los elemen-tos principales y los afijos (a grado tal de que ciertas asociaciones seencuentran circunscritas a ciudades determinadas) las hay también deglifo a glifo o, dicho de otra manera, existen secuencias de dos o másglifos que se repiten en idéntica forma. A estas asociaciones las llama-mos cláusulas. Algunas de éstas se encuentran en inscripciones de muydiversas ciudades; pero la mayoría de ellas, sin embargo, son estricta-mente locales: una secuencia especial, una cláusula de Copán digamos,suele ocurnir varias veces en textos de dicha urbe, pero no fuera deella. Casos de cláusulas hay que constan de más de dos glifos y entoncespuede suceder que lleguen a faltar algunos miembros constitutivos o seintroduzcan nuevos. También en los afijos de un elemento principal queforma cláusula puede haber variaciones; variaciones que, sin embargo,

4 En la Figura 6. 6, 25 se dan dos ejemplos del gllto baktún. El primercaso, con sus líneas paralelas. es una tiplca forma antigua.

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I

quedan restringidas a las que se pueden llamar sinónimas, con lo cualse obtienen matices de expresión, pero no cambios de fondo.

A veces no se reconoce de inmediato. la existencia de una cláusulacomo, por ejemplo, cuando en una de sólo dos glifos uno de ellos estáescrito primero en variante simbólica y luego en variante de cabeza.

Que aparte de cláusulas ópticas haya también otras intelectivasquedará comprobado más adelante.

Lectura de textos

El orden de lectura que gobierna al glifo individual (de la esquinaizquierda superior hasta la derecha inferior) impera también en los tex-tos mayas. Estos se presentan normalmente en ordenadas columnas ver-ticales de glifos a los que, para fines de estudio, acostumbramos desig-nar A, B, C, D, etcétera, de izquierda a derecha; numerando,además,dentro de cada columna a los glifos de arriba hacia abajo. Corresponde,pues, dentro de este sistema de coordenadas, al inicio de una inscripciónla designación Al. La lectura se hace por parejas de columnas: de Al aB1, luego se pasa a A2 y B2, A3 y B3 hasta agotar el primer par decolumnas, para proceder después, en idéntica forma, con el par de co-lumnas subsiguientes C y D, luego E y F, etcétera."

Cuando existe tan sólo una columna vertical se lee ésta. de arribapara abajo y si el texto está escrito en una sola línea horizontal, la lec-tura es de izquierda a derecha.

Excepciones a lo anterior son raras, pero por su curiosidad merecenser recordadas, sobre todo las inscripciones de la estela H de Quiriguá yla J de Copán. En esta última el orden de lectura sigue un complicadoarreglo de estera o petate.

111111,1

1111111

,,11,., _

5 Cuando hay un número impar de columnas son posibles varios órdenesde lectura y cada caso concreto tendrá que estudiarse individualmente.

36

n. LOS NUMERALES

(Figura 2)

Las raíces de los números en idioma maya, Y a las cuales se agre-gan toda clase de partículas según la naturaleza de lo que se esté con-

tando, son las siguientes:

1 Hun2 Ca3 Ox4 Can5 Ha6' Uac7 Uuc8 Uaxac9 Bolon

10 Lahun

11 Buluci2 Lahca13 Oxlahun14 Canlahun

1.5 Holahun, Holhun16 Uaclahun17 Uuc1ahun18 Uaxaclahun19 Bolonlahun20 Hun kal

21 Huntucakal22 Catucakal23 ·Oxtucakal40 Ca kal60 Ox kal

100 Ha kal200 Lahun kal400 Han bak.

Con un criterio un tanto heterodoxo se podría entrever u.n trasfon-do duodecimal en los primeros doce numerales; luego en las voces deOxlahun a Bolonlahun se palpa un contar en términos decimales pero

37

Page 21: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

a partir del 20 el modo de contar se torna vigesimal. Recordemos, depaso, que con su cuatre vingt (= 80) el francés actual conserva tam-bién todavía resabios de un antiguo sistema vigesimal.

Para expresar gráficamente los números de 1 hasta 19, los mayasse valieron de dos modalidades que corresponderían a los números ro-manos y arábigos nuestros.

Puntos y barras

La modalidad sencilla consiste en el uso de puntos y barras. Losprimeros valen por la cantidad de puntos presentes; en las últimas cadabarra vale por 5 . De modo que 3 puntos se leen como el número 3; 1punto y 2 barras como 11; 4 puntos y 3 barras como 19.

El arreglo puede ser horizontal o vertical, en la inteligencia de queen todos los casos los puntos o están delante de las barras o arriba deellas (salvo contadísimas excepciones). Aunque en sí la lectura de estaclase de números no es difícil, en ia práctica pueden presentar problemasen virtud del gusto estético de los mayas. Estos decoraban a veces lasbarras, decoración que con el desgaste sufrido con el tiempo puede indu-cir a errores, ya que una barra decorada' puede convertirse en dosbarras no decoradas, Con 10 cual leemos 10, donde los mayas en realidadhabían escrito 5. Por otro lado con su horror vacuí llenaron muchasveces espacios libres con elementos decorativos que por el mismo des-gaste después llegan a aparentar puntos, v. gr. cuando para el numeral 6colocaron un punto, flanqueado por 2 ganchos, delante de una barra opara el numeral 7 luego un gancho flanqueado por dos puntos otra vezdelante de una barra. En ejemplos desgastados los ganchos se asemejana puntos y tanto el 6 como el 7 se convierten para nosotros en ochos.(Estos ganchos decorativos son sustituidos en inscripciones tardías porcruces de San Andrés. La presencia de éstas- asociadas a números cons-tituyen entonces ya un primer indicio de la edad del monumento res-pectivo).

Variantes de cabeza

La otra modalidad para escribir números está constituida 'por ca-bezas con rasgos diferenciadores (prácticamente ausentes en los 'códicesfCorno 'así para una serie sucesiva de guarismos hay signos diferentes, es-

38

tas "variantes de cabeza" corresponderían a los signos arábigos nues-tros. Curiosamente, aunque nosotros estamos acostumbrados a manejarlos signos arábigos con soltura y los romanos se' nos dificultan, con lascorrespondientes. equivalencias mayas nos sucede lo contrario: fácilmen-te captamos y manejamos los puntos y barras, pero el uso de los núme-ros en variante de cabeza presenta constantes dificultades,

Los elementos que se han identificado como característicos paracada numeral en variante de cabeza son como sigue:

Uno: Cabeza de persona joven (¿ mujer?), que lleva sobre la frenteun adorno compuesto casi siempre de varios elementos. A veces se usaun solo dedo para' expresar el número uno.

Dos: Cabeza cory/~na mano o puño como tocado.Tres: Cabeza. ion un turbante que a veces remata

Sobre la mejilla .frccuentcmentc se encuentra el signo Ik,, 1 Imayuscu a. .'

/

Cuatro: ~abeza del dios solar, con gran ojo cuadrado; suele estarpresente un/elemento cuatripartido a la manera de un trébol de 4 ho-jas. Tambrén puede llevar barbas o flecos.

Cinco: Cabeza de persona vieja que osten-ta, arrugas y que llevacomo tocado el símbolo Tun.

Seis: Cabeza que exhibe en el ojo un hacha, aparentando dos pa-los cruzados.

Siete: Cabeza con un lazo debajo del ojo que da vuelta porOcho: Cabeza del dios del maíz con un adorno en forma

ral sobre la frente.Nueve: Cabeza que ostenta el elemento yax sobre la frente y pun-

titos alrededor de la boca.Diez: Un cráneo, o. una cabeza con elementos fúnebres como una

mandíbula descarnada sustituyendo la quijada, ojo .de muerto sobre lafrente o un signo de "porcentaje" sobre la mejilla.

Once: Cabeza con el elemento Caban, semejante a un signo de in-terrogación.

Doce: Cabeza que lleva un 'elemento (T-561) que suele interpre-tarse como cielo, ora como tocado, ora como tatuaje.

Trece a Diecinueve: Dado el supuesto carácter duodecímal de losnúmeros mayas en sus primeros 12 guarismos, no es de extrañarse quehubiera 12 signos distintos para expresarlos. En el numeral 13, sin em-

en un disco.o sea una T

la nariz.de espi-

39

Page 22: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

111

III

i1111111

bargo, se opera el cambio a algo decimal y es por eso natural que todoslos numerales de 13 a 19 sigan también gráficamente este cambio que seexpresa de la manera siguiente: se usa la variante de cabeza que corres-ponde a los números 3 al 9 y se les agrega, en alguna forma, un ele-mento fúnebre que como ya sabemos equivale a diez. Lo más frecuentees que la quijada quede sustituida por una mandíbula descarnada. Hayalgunos casos muy curiosos en donde la primera parte del número estáescrito con puntos y barras y la siguiente por una calavera (Fig. 2,39).. Como por otro lado, 13 era entre los mayas el número sagrado por

antonomasia, es comprensible que este número pudiera ser expresadotambién mediante una variante de cabeza especial: la de un ser mito-lógico, entre hombre y animal, con una gran nariz colgante.

Otros numerales

Cero: Su variante normal o simbólica es una concha en el Códicede Dresde, media "Cruz de Malta" o una mano debajo de una espiralen los monumentos. La variante de cabeza es una cara donde la man-díbula está cubierta con una mano.

Veinte: Tanto en el Códice de Madrid como en el de Dresde paraadiciones de 20 a 39 días se usa el signo de la luna al que se da valorde 20. Aií tres puntos antepuestos a dicho signo le dan el valor de 23.También en las inscripciones monumentales se dan casos donde el signolunar se usa para denotar 20 días.

Lo normal, sin embargo, es que los valores arriba de 20 se expresenmediante posiciones, y~ sea un guarismo puesto arriba de otro v.gr.: 7

4

(lo que equivale a 7 x 20 más 4 x 1 = 144) ya sea que el valor de cadaposición involucrada se indique individualmente; como si nosotros en vezde 3802 escribiéramos 3 mil 8 cientos O decenas y 2 unidades,

Debe tenerse presente, sin embargo, que todo 10 .que expusimos aquísobre números y sistemas numéricos queda limitado al uso de númerosen el cómputo del tiempo.

El hecho de que los numerales, como tantos otros conceptos, puedanexpresarse en variantes de cabeza y aun en forma de figuras eompletascuyas caras ostentan los detalles característicos señalados para cada nu-meral, no ha de interpretarse como que si los números hayan sido con-siderados por los mayas como seres divinos. En las inscripciones más an-

4{)

tiguas sólo se usaban puntos y barras; la asociación de números con cabe-zas portadores de detalles característicos vino después. y aún hasta quégrado cada una de estas cabezas realmente representa a un dios específicoy reconocido como tal en el panteón maya, es cosa que está sujeta acomprobación. Ni siquiera se conocen secuencias de trece dioses que co-rrespondan a estas trece cabezas; y si en esta relación tardía entre losnumerales 1 a 13 y trece supuestas deidades realmente hubo un intentode asociación mística, difícilmente habrá sido de consecuencias en lapráatica, máxime que en todo tiempo se siguieron usando siempre los

muy prosaicos puntos y barras.Quien hoy en día hace una cita amorosa o comercial para el "próxi-

mo martes" jamás piensa ni remotamente en el planeta de aspecto rojizoo en el dios guerrero de los antiguos romanos.

~1I

41

Page 23: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

nr. LOS DIAS

(Figura 3)

Para veinte días consecutivos -no siete como nosotros en nuestrasemana.i., los mayas tenían veinte nombres, a saber:

ImixIkAkbalKanChicchánCimiManikLamatMulucOc

ChuenEbBenIxMenCibCabanEtznabCauacAhau,

En su escritura tenían también glifos específicos para cada uno deestos 20 días. Como son para nosotros figuras tan abstractas se resistena rápidas y concisas descripciones individuales, por lo que el lector debe-rá familiarizarse con ellas mediante una paciente contemplación de lasrespectivas ilustraciones. Es corriente, además, que algunos días se re-presenten en más de una forma v.gr. el g1ifo Chicchán que puede ser lacabeza de un reptil o tan sólo dos puntos alargados y paralelos, Los díastambién se representan en variantes de cabeza, que entonces suelen in-corporar el elemento distintivo específico en alguna parte de la cara;v.gr, el día Ik, cuyo elemento distintivo es una T mayúscula, que apareceen la mejilla de la cabeza que lo representa.

Los glifos de los días tienen todavía otras particularidades. Pasandopor alto contados casos atípicos en inscripciones muy viejas y otras de Chi-

43

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chén Itzá -y téngase presente que aquí señalamos sólo reglas generales I Es de suponerse que los mayas tenían una palabra especial para- el

no formando un catálogo de excepciones- siempre están rodeados por~

conjunto de estas 260 combinaciones. Cual haya sido, lo ignoramos. Ma-

un marco que puede tener o no un soporte trilobado. Además siempreyistas hace años usaban la palabra Tonalamatl, un absurdo aztequismo,

están precedidos por un numeral de 1 a 13, expresado en cualquiera de luego Tzolkin y ahora, a veces, "almanaque sagrado".

las modalidades posibles, con el cual forman una unión indisoluble. Estoquiere decir que si un glifo que ostenta los elementos que conocemos co-mo típicos para un día determinado carece de marco y número afijado. , ,o SI este es O o mayor que 13, puede ser todo menos el glifo de un díade la serie de los veinte días mayas.

Al igual como pasa con los nombres de los días, donde hay secuen-cia invariable e ininterrumpida, también sucede lo mismo con los nú-meros asociados, y como entre 13 y 20 no hay factor divisor común, ,entre numeros y' nombres se pueden formar 260 combinaciones diferen-tes, todas también de secuencia forzosa. De esta serie, según Landa, elprimer día fue 1 Imix y el último, por ende, 13 Ahau, según se com-prende por el cuadro siguiente:

lmix 1 8 2 9 3 10 4 11 5 12 6 13 7Ik 2 9 3 10 4 11 5 12 6 13 7 1 8Akbal 3 10 4 11 5 12 6 13 7 1 8 2 9

IKan 4 11 5 12 6 13 7 1 8 2 9 3 10~Chicchán 5 12 6 13 7 1 8 2 9 3 10 4 11

Cimi 6 13 7 1 8 2 9 3 10 4 11 5 12Manik 7 1 8 2 9 3 10 4 11 5 12 6 13Lamat 8 2 9 3 10 4- 11 5 12 6 13 7 1Muluc 9 3 10 4 11 5 12 6 13 7 1 8 2Oc 10 4 11 5 12 6 13 7 1 8 2 9 3Chuen 11 5 12 6 13 7 1 8 2 9 3 10 4Eb 12 6 13 7 1 8 2 9 3 10 4 11 5Ben 13 7 1 8 2 9 3. 10 4 11 5 12 6Ix 1 8 2 9 3 10 4 11 5 12 6 13 7Men 2 9 3 10 4 11 5 12 6 13 7 1 8Cib 3 10 4 11 5 12 6 13 7 1 8 2 9Caban 4· 11 5 12 6 13 7 1 8 2 9 3 10Etznab 5 12 6 13 7 1 8 2 9 3 10 411Cauac 6 U 7 1 8 2 9 3 10 4- 11 5 12Ahau 7 1 8 2 9 3 10 4 11 .5 12 6 13

44~ 45

Page 25: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

1111111111111

111111111111

IV. EL ~O

(Figura 4)

Entre los mayas el año civil de 365 días quedaba repartido en 18unidades de 20 días cada una, a las que llamamos meses, y el U ayeb, osean 5 días suplementarios. Damos a continuaci6n sus nombres y unadescripción de los elementos característicos más usuales en los glifos de

cada uno de ellos.Pop La voz maya Pop significa estera y en elglifo se ven, efecti-

vamente, tiras entrelazadas como las de una estera.Uo Barras cruzadas con .superfijo T-95, negro ..Zip Las mismas barras cruzadas pero con superfijo T -109, rojo.Zotz La voz significa murciélago en maya y el glifo representa a

este animal.Tzec Prefijo T-25 (uno o dos peines) junto a un elemento principal

parecido a Chuen.XuI Cara de un animal (tepescuintle), normalmente con barbas o

flecos~. ' ...ya in Elemento Kin con superfijo T-1q, verde o azul.Mo Elemento principal como el del día Muluc, s610 que rodeado

de puntitos.Chen Elemento Cauac con superfijo T-95, negro.Yax Lo mismo, pero con superfijo T-16, verde o azul,Zac Lo mismo" pero .con superfijo T-58, blanco.Ceh Lo mismo, pero con superfijo T-109, rojo.MOle El elemento principal varía mucho, pero casi nUITGafalta el

superfijo T-74.Kankin El elemento principal es un signo muy abstracto para no-

sotros o la cabeza de un animal.

47

Page 26: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

Muan Cabeza de un ave mitológica.Pax Un elemento Tun o cabeza de un animal del cual emergen

dos ganchos.Kayab Cabeza de una tortuga con infijo T-281, amarillo.Cumku Elemento Kan con superfijo especial T-155.Uayeb El ya referido elemento Tun con un superfijo T-157.

Superfíjos de colores (Figura 7, 23,27)

Si observamos los glifos de los meses Uo y Zip nos daremos cuentade que se representan con el mismo elemento principal pero con diferen-tes superfijos, T-95 para Vo y T-109 para Zip. Estos superfijos, por otraparte, son los mismos que diferencian a dos de los cuatro meses del grupoCauac, Chen y Ceh, respectivamente; es decir que el superfijo de Uo esel mismo que el de Chen, y el de Zip es el mismo de Ceh. Los otros dosmeses del grupo Cauac son Yax y Zac. Ambas palabras son nombresde colores: verde o azul y blanco, respectivamente. Por tanto es de su-ponerse que también Chen y Ceh correspondan a colores pero esto noes el caso con las palabras yucatecas, pues Chen significa pozo y Cehvenado.

Sin embargo, en un calendario chol de la región septentrional deGuatemala, que data del siglo XVII (?) se da el nombre de Icat alsegundo mes. (Vo en el calendario yucateco), Chacat al tercero (el Zipyucateco) y Chac al decimosegundo (equivalente al Ceh yucateco).

Si descomponemos a los vocablos lcat y Chaccat obtenemos

l (k)Chac

cat; ycato

Como en el maya de Yucatán ek es negro y chae rojo, no hemos deestar errados si leemos los glifos como negro-cat y rojo-cat, respectiva-mente. Por otra parte en yucateco kaatal significa "cosa que está atra-vesada", lo que parece estar de acuerdo con lo representado en el ele-mento principal de los glifos Uo y Zip. Ea otras palabras, este viejo ca-lendario guatemalteco ha conservado con más fidelidad que el yucatecolos nombres antiguos de estos dos meses y como los dos .superfijos bajo

48

discusión vuelven a presentarse al lado de otros dos meses con significadoasociado a colores -Yax' y Zac- hay congruencia que se robustecetodavía más con el nombre de Chac en chol para el doceavo mes. .

Posiciones en los meses

Al igual que los días, también los meses van precedidos de números,a saber de 1 a 19 que llamamos posiciones. Los numerales a veces llevancomo postfijo el T -87, que según Thompson tiene valor fónico de te yefectivamente en viejos escritos yucatecos (los libros de Chilam Balam)hay asientos como Hunte Pop, Bulucte Zeec, etcétera.

Para la posición anterior' a 1, los mayas usaron un signo muy espe-cial (Figura 6, 49) que convencionalmente se lee como "Cero", aunqueseguramente los mayas no lo leyeron así, ni es parecido al cero verdaderodescrito ya anteriormente. Thompson (1950, página 120) propuso -leerlocomo asentamiento. Podía por otro lado, y esto sucedió de preferenciacon el mes Yaxkin, extenderse la cuenta más allá del 19, y entonces usa-ban otro signo especial (Figura 6, 50) que leemos convencionalmentecomo "Fin".

Matemáticamente, y como los días se seguían ininterrumpidamente,es claro que la secuencia no se alteraba si se contaba

/

19 YaxkinO Mol1 Mol

o 19 YaxkinFin Yaxkin1 Mol.

Todo lo anterior ha dado, años atrás, pábulo a sesudas lucubracio-nes sobre si los mayas contaban el tiempo corrido o fenecido, cosa queno nos interesa aquí.

Rueda Calendárica

En las inscripciones los mayas solían designar o fijar un día dadomediante 4 elementos diferentes: nombre y numeral del día, más nombrey posición del mes. Esto, a primera vista, da lugar a 94,900 combinacio-nes diferentes (260 x 365), pero como hay un factor común en los dosvalores, a saber 5, las combinaciones quedan reducidas a 18,980 días

49

Page 27: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

(94,900 -;- 5 = 18,930) 10 que es igual a 52 años. Este período de 52años es llamado convencionalmente una Rueda Calendárica y una com-binaci6n dada de los 4 elementos indicados anteriormente son una fechade Rueda Calendárica. Usaremos la abreviatura RC para designar talesfechas de Rueda Calendárica.

Cargadores del año

Por razones de engranaje matemático no todos los días podían caeren todas las posiciones,sino cada día s610 en 4 de ellas, hecho que amenudo es de gran utilidad para descifrar fechas, porque si la posici6ndel mes es leída correctamente, entonces el día s6lo puede ser uno decuatro bien definidos, quedando los restantes 16 automáticamente ex-cluidos.

Durante el período clásico la relaci6n entre días y posiciones fue lasiguiente:

, " I

Akbal, Lamat, Ben, Etznab Posiciones 1, 6, 11, 16Kan; 'Muluc, Ix Cauac " 2, 7, 12, 17Chicchán, Oc, Men, Ahau " 3, 8, 13, 18Cimi, Chuen, Cib, Imix " 4, 9, 14, 19Manik, Eb, Caban, Ik " 5, 10, 15, O.

Como los días Akbal, Lamat, Ben y Etznab podían caer en la pri-mera posición de Pop, primer día del año, se les llama portadores o car-gadores. En Yucatán, a la llegada de los españoles, estos cargadores ocuch haab en idioma vernáculo, eran Kan, Muluc, Ix y Cauac, El des-plazamiento de un día debió haberse operado ya bastante tiempo atrás:pues estos días son no s6lo los cargadores del C6dice de Madrid sinotambién en inscripciones pétreas de Campeche y Yucatán (v.gr. en losanillos del juego de pelota de Uxmal con una fecha Ix, 16 Pop) y aunen casos muy aislados de Yaxchilán.

50

V. LA CUENTA LARGA

(Figura 6, 1-34)

Series iniciales y finales de períodos

Como acaba de verse, una fecha 'de Rueda Calendárica se repitecada 52 años; lapso suficiente para abarcar los eventos de una vida hu-mana promedia pero insuficiente, en su ambigüedad, para el devenirhist6rico o para describir fenómenos astronómico s como, v.gr., la recu-rrencia de un cometa notable.

Los mayas solucionaron el problema mediante la fijación de un pun-to de partida, su fecha-Era (algo así como nuestro nacimiento de Cristo),colocado cosa de 3,000 años antes de su verdadera actualidad hist6rica,y contando unidades convencionales a partir de esta fecha-Era, procedi-miento que llamamos Cuenta Larga.

Cada una de estas unidades tiene su glifo particular, tanto en va-riante simb6lica como en variante de cabeza; y son conocidas por nom-bres en parte maya auténticos y en parte de cuño reciente. Las unidadesde tiempo son las siguientes:'

la. Kin (= 1 día). Su glifo representativo es un dibujo cuatri-partido o la cara del dios solar; ambas modalidades pueden ono llevar "flecos".

2a. Uinal (= 20 días). Signo parecido al día Chuen; cabeza derana.

3a. Tun (= 360 días = 18 Uinales}, Signo sui generis; ave derapiña, a veces con mandíbula descarnada.

51

Page 28: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

4a. Katún (= 7,200 días = 20 tunes). Tun más superfijo T-28;ave de rapiña, que puede llevar el mismo superfijo T-28.

5a. Baktún (= 144,000 días = 20 katunes). Ei glifo puede serun doble Cauac o un ave de rapiña con una mano sustituyendola mandíbula.

Para fines prácticos las 5 unidades mencionadas eran suficientes,pero usaron también unidades mayores: Pietún (= 20 baktunes), Ca~labtún (= 20 pictunes) y Kinchiltún (= 20 calabtunes).

Como se habrá observado, estamos frente a un sistema casi vigesi-mal, interrumpido únicamente entre uinales y tunes, ya que un tun co-rresponde a tan sólo 18 uinales y no 20 como Se esperaría.

En el Códice de Dresde no se usaron los glifos de las unidades detiempo en la escritura de fechas, limitándose a colocar los coeficientesque corresponden a éstas uno encima del otro: el de los kines en la po-sición más baja, arriba el de los uinales, luego el de los tunes, etcétera,hasta llegar a la unidad más alta involucrada, en el caso. Para este sis-tema de escritura numérica por posiciones (muy raro en los monumen-tos) se requirió la presencia de un signo especial (Figuras 2, 42) que seusa para sustituir a las unidades de tiempo que no entran en juego. Yoasumo que esta figura es y significa cero, cosa que otros autores discuten.

Si se quiere escribir un número compuesto de sólo 5 katunes y 8kines, entonces es necesario colocar encima del numeral 8 de los kinesdos veces -uno encima del otro-- el signo cero y luego el numeral 5correspondiente a los katunes; si se omitieran los ceros y si se colocaraél 5 encima del 8, aquél correspondería a la segunda posición, contadadesde abajo, los uinales, y ya no a la cuarta, los katunes.

Para fines de brevedad y claridad acostumbramos a transliterar lasfechas mayas escribiendo, con números arábigos, separados por puntos,los coeficientes de las unidades de tiempo involucradas: de esta manera7.0.14.3 significa 7 katunes, O lunes; 14 uinales y 3 kines; y 9.15.0.0.0debe leerse 9 baktunes, 15 katunes, O tunes, O uinales y O kines.

La fecha-EraLa llamada fecha-Era, que se encuentra escrita en varias inscripcio-

nes junto con una cláusula especial (Figuras 7, 18) fue fijada- por losmayas en la forma siguiente:

13. O. 0.0. O 4 Ahau 8 Cumku

52

y en consecuencia

1 día después fue 1 5 Imix 9 Cumku

1 uinal " " 1.0 11 Ahau 3 Pop

1 tun " " 1.0.0 13 AhauS Cumku

1 katún " " 1.0.0.0 2 Ahau 8 Mac

1 baktún " " 1.0.0.0.0 3 Ahau 13 Chen.

r La fecha histórica contemporánea más antigua conocida es) 8.12.14.8.15 13 Men 3 Zip esculpida en la estela 29 de Tikal. Fue descu-

bierta por Edwin M. Shook en 1959. La más reciente está en una escul-tura de Toniná que reza 10.4.0.0.0 12 Ahau 3 Uo y fue descubierta porBecquelin y Baudez en 1973.

Series iniciales

Gran número de inscripciones empiezan con una anotación calendá-rica especial, a la que llamamos Serie Inicial, que se abre con un granglifo del tamaño de uno, dos o cuatro glifos normales (Fig. 5,1) al quedenominamos glifo introductor.

El glifo introductor está constituido básicamente por los siguienteselementos': un gran signo tun, a veces colocado sobre tres soportes; unglifo variable, colocado encima del tun; dos elementos que pueden ser"peines" o pescados" a los lados del glifo variable y encima de éste otroelemento trilobado. Lo más interesante de todo el conjunto es el elementovariable porque está en relación directa con el mes en que termina laSerie Inicial. Como los rasgos distintivos de los elementos variables(Fig. 5, 1-36) no han sido establecidos para todos los meses por falta deejemplos suficientes, señalamos a continuación sólo aquellos que hanquedado identificados convincentemente:

6 El peine es el T·2l5Y el pez -la variante "personificada" del anterlor-el T.203.Pueden sustltuirse mutuamente también en otros casos. v. gr. en el muyfrecuente compuesto Imix -peine '(o pez)- Irníx, colocado al final de pé.rrafoll.

53

Page 29: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

Mes

Pop

Uo

Zip

Zotz

Tzec

Yaxkin

Chen

Yax

Zac

Ceh

Pax

Kayab

-Cumku

Elemento Variable

Cabeza de jaguar.

La cabeza del numeral 7; a veces tan sólo su ojo.

Cabeza de un monstruo con el hocico vuelto hacia arriba.

Un pez mitológico llamado Xoc.

Uno de los dos componentes del supuesto glifo "horizonte",sea el glifo de la tierra (T-526), sea el del cielo (T-561).

El dios solar o el signo Kin a secas.

El glifo de la luna.

El glifo del planeta Venus o de un monstruo .asociado aVenus.

La variante de un batracio.

El llamado signo de fuego.

Cabeza de alguna deidad con un colgajo muy particularfrente a su cara. .

Cabeza juvenil.

Cabeza de un monstruo con gancho ascendente en el ojo.

Hasta qué grado haya aquí una serie de 18 6 19 deidades o tan sólosignos convencionales es difícil saber. De todas maneras y obligados porlos mismos mayas, tuvimos que reunir en una sola lámina de ilustracio-nes, los glifos de temas significativos y emparentados a la vez como son:Tierra, Cielo, Sol, Luna y Venus, o estrella en general según sienteKeIley (1973).

Después del gran glifo introductor siguen los baktunes, katunes, tu-nes, uinales y kines con sus respectivos coeficientes, así en forma' descen-dente, para terminar con la Rueda Calendárica, que así viene siendo unafunción de la serie y que, como tal función, es calculable; es decir, quepuede obtenerse inequívocamente mediante el cálculo. Así la. Serie Inicialde. la estela 2 Ixkún (Fig. 10, 2) reza 9.17.9.0.13 .3 Ben 6 Kayab. Enefecto, si reducimos las unidades de tiempo a días, obtenemos:

54

9 x 144,000 1.296,000 días

17 x 7,200 122,400 "9 x 360 3,240 "O x O ° "

13 x 1 13 "

Total 1.421,653 "

Para saber el numeral del día de la RC resultante se divide el totalde los días entre 13 y se agrega el residuo a 4 (que es el numeral del díade la fecha.-Era 4 Ahau 8 Cumku). En este caso tenemos 1.421,653:

13 = 109,357 + 12.Agregando 4 a 12 tenemos 16. Como sabemos que el número del día

no puede ser mayor que 13, restamos esta cantidad a 16 y obtenemos 3,

tal como lo indica la inscripción.De la misma manera para encontrar el nombre del día se divide el

total entre 20, lo que en nuestro caso da un residuo de 13. Contando 13días a partir de Ahau se llega a Ben. Quiere decir, la expresión completadel día es 3 Ben. Como,' con excepción de los kines, todas las unidadesmayores son múltiplos de 20;d residuo de la división siempre es precisa-mente el coeficiente de los kines; de modo que éste nos da en el acto el

nombre del día. 'Para encontrar el nombre del mes y la posición respectiva se utiliza

un procedimiento similar. Como una combina.ción dada de mes y posiciónse repite cada 365. días, se divide entre esta cantidad el total de días. Sino hay residu~ en la división entonces el dato buscado será 8 Cumku,posición del día en la fecha-Era, si hay residuo se cuenta entonces hacia

delante desde 8 Cumku.Aplicando esta regla a nuestro ejemplo, tenemos:1.421,653: 365 = 3894 más un residuo de 343. Si contamos 343 po-

siciones adelante de 8 Cumku llegamos a 6 Kayab. La RC completa es,

pues, :3 Ben 6 Kayab.El carácter de función entre unidades de tiempo y RC permite no

sólo establecer aritméticamente todos los componentes de la última, sinotambién, si éstos son bien claros, postular correctamente coeficientesdudosos o del todo ilegibles en las unidades, v.gr. si el coeficiente de los

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Page 30: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

kines ha desaparecido pero si el día se lee claramente como Lamat, elcoeficiente perdido forzosamente tuvo que haber sido 8.

Tienen los epigrafistas la costumbre de comprobar, mediante el cálcu-lo, todas las cuentas contenidas en una inscripción. Errores en ellas sonrarísimos y aun los aparentes pueden ser intencionales. Conviene, pues,antes de proclamar jactanciosamente que el escriba maya se ha equivoca-do, rectificar y volver a rectificar los cálculos, porque lo más probablees que el calculista moderno haya cometido el error. Y si realmente seestá seguro del error en la. inscripción deberá buscarse la posibilidad deque fuese intencional. En todo caso no debe señalarse el error como talsino tan sólo como una discrepancia.

Figuras completas en Series Iniciales

Hay algunas Series Iniciales donde en vez de variantes de cabeza seusan hasta figuras completas, algo así como las ricas iniciales de manus-critos medioevales. Los ocho casos conocidos y las probables fechas deerección de los monumentos respectivos, son los siguientes:

Yaxchllán, dInteles 47/48 9. 4.11. 8.16Palenque, tab. Palacio 9.10.11.17.OCopán, ese. Jerogl. 9.13. 3. 7. 8 (?)

estela D 9.15. 5. O. OQlllrlguá, estela D, oeste 9.16.13. 4.17

estela D, este 9.16.15. O. Oestela B 9.17.10. O. Oaltar O 9.17.14.16.18

2 Clb 19 Pax11 Ahau . 8 Mae

1 Lamat 1 Chen10 Ahau 8 Chen8 Caban 5 Yaxkln7 Ahau 18 Pop

12 Ahau 8 Pax9 Etznab 1 Kankln

9. 5.0.0.09.14.10.0.09.16. 0.0.09.15. 5.0.09.16.15.0.09.16.15.0.09.17.10.0.09.17.15.0.0

(??)( ? )( ? )

Es una lista reveladora desde muchos puntos de vista:

Para los ocho ejemplos se' da invariablemente también una informa-ción lunar, que en sí es optativa para las Series Iniciales. Sólo tres de loscasos corresponden a fechas redondas, O' sean las que terminan en 0.0;aunque puede discutirse la lectura correcta del i.caso de la escalera jero-glífica de Copán, precisamente con respecto al coeficiente del kin no hayduda: es 8, de ninguna manera O. Quiere decir que esta forma grandilo-cuente de escribir fechas no se usó para señalar un majestuoso fluir deltiempo en sus grandes hitos, sino otros hechos; los cuales, hasta dondenuestras interpretaciones actuales permiten establecerlo, fueron probable-mente nacimientos de príncipes y sus subidas al poder.

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Pictunes

El caso más antiguo (¿ascenso al poder?) es el de Yaxchilán; escul-pido a la usanza local sobre pequeños dinteles. Pasaron 200 años hastaque se volvieran a usar figuras completas en el tablero del Palacio dePalenque para señalar el nacimiento de un gobernante.

De la cuenca del Usumacinta pasó luego la costumbre a la del Mota-gua. Primero a Copán: sospecho que la escalera jeroglífica y la estela Dfueron mandadas a esculpir por un mismo gobernante. En la primera,señalaría un hecho importante de su vida, en la, segunda, la contempora-neidad de su presencia, ya que la estela D no lleva otra fecha.

Quiriguá, finalmente, usó después con fruición especial este sistemabombástico, muy en consonancia 'con el afán local de grandiosidad (allíse erigieron las estelas mayas más altas conocidas), dos veces en la estelaD, una vez para conmemorar un aniversario de 2 Katunes de la entroni-zación de un gobernante y .luego la fecha contemporánea de la misma es-tela. El último caso, el del altar O, parece ser otra vez un ascenso al poder.

Que cuando los jerarcas de Quiriguá usaban figuras completas, aunen fechas redondas, en' realidad querían destacar su presencia -no lade un tiempo deificado-e- se comprende por la manera en que los mismostrataron la fecha cumbre de los mayas, 13.0.0.0.0 4 Ahau 8 Cumku. Estase encuentra esculpida sobre el canto derecho de la estela C (erigida en9.17.5.0,0) en forma. de Serie Inicial. Los glifos de período son en formade cabeza, todas sin el menor adorno posible, y los números de puntos ybarras. Nitidez matemática, nada más..\ .

Merecen una pequeña disgresión aparte los pictunes. En sí cadapictún es igual a 20 baktunes y con estevalor siempre entra en las opera-ciones matemáticas. Así en Palenque, en el Templo de las Inscripciones,se registra la fecha 1.0.0.0.0.0 10 Ahau 13 Yaxkin, o sea, exactamente20 baktunes después de la fecha-Era. Por otro lado, como hemos visto,ésta se consignó como 13.0.0.0.0 4 Ahau 8 Cumku, volviéndose a contar losbaktunes a partir de entonces comenzando con 1. En el Templo de laCruz, también de Palenque, existe una fecha' 6.14.0 días anteriores a lafecha-Era consignada como Serie Inicial 12.19.13.4.0 8 Ahau 18 Tzeccomo si se hubiera contado a partir de otra base anterior (13).0.0.0.04 Ahau 8 Zotz. Hay aquí, pues, cierta incongruencia para nosotros.

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Page 31: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

Finales de Períodos

Para Ruedas Calendáricas, a las cuales corresponden Cuentas Lar-gas que terminan en 0.0, y que hemos llamado redondas, los mayas mu-chas veces se limitaban a indicar que una tal RG era el fin de un bak-tún, katún o tun en general, o de uno específico.'

Una RC dada, como ya lo sabemos, se repite cada 18,980 días, oescrito en términos mayas cada 2.12.13.0.

De modo que si 3.5.1.0.0 termina en 13 Ahau 8 Zip, a los 18,980días la RC 13 Ahau 8 Zip cae en 3.7.13.13.0, luego en 3.10.6.8.0, etcétera.Es hasta pasados 18 cíclos de 18,980 días (2.7.9.0.0) .0,936 años, equi-valentes a 949 tunes, que la RC 13 Ahau 8 Zip vuelva a caer en 0.0, osea en 5.12.10.0.0. Para que nuestra RC vuelva a caer en un fin de tundado -aquí tun 1- deberían pasar 20 x 949tunes, igual a 2.7.9.0.0.0o sean 18,720 años. Estos valores se han de multiplicar por 20 Ó 400 silas Ruedas Calendáricas tienen que ver con fines de katunes o baktunes.

Como las inscripciones mayas se .esculpieron entre 8.12.0~0.0 y10.4.0.0.0 aproximadamente, quiere decir que una Re como fin de untun cualquiera podía ocurrir durante este lapso tan' sólo una vez. Parafines prácticos la información "5 Ahau 18 Pax, fin de un tun' era ine-quívoca; sólo podía tratarse de 9.2.16.0.0, toda vez que el inmediatoanterior 6.15.7.0.0 o el inmediato siguiente 11.10.5.0.0 ya caerían fueradel marco histórico maya. Con más razón lo' anterior es válido para finesde tunes específicos, katunes y baktunes,

Para indicar estos finales de períodos, los mayas se valieron "de unaserie de recursos: sea mediante ciertos prefijos tomados de un grupo devarios aparentemente equivalentes, a saber T-1, 3;' 11, 13; 204;6 232(Figura 6, 21, 24);7 sea anteponiendo a la expresión númerica el glífode la mano T-713 con ciertos afijos, sobre todo un colgajo y los postfijosT-17 Y 181 (Figura 6,25,26); sea con un signo Z'otz invertido (Figura6, 27). '.

En cierto modo son para nosotros también signos de finales de pe-ríodos 'dos recientemente estudiad~ por Riese (1971, páginas 231-236)(Figura 6, 28, 29) Y que se encuentran colocados ante Ruedas Calendári-

·7 Dada ·la naturaleza equivalente de estos 6 prefijos se ha de sobreentenderen adelante que cuando en C;iSOS de generulízacíonea hablamos de uno de ellos,en la práctica cualquiera de los 6 puede ocurrir.

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cas que denotan fin de un Hotún, o sean fechas que terminan en 0.0.0,5.0.0, 10.0.0 Ó 15.0.0. Se nos antoja interpretar los dos signos como in-dicadores de dos fiestas especiales que se podían celebrar precisamente

en los hotunes.Mediante un signo especial se marcaban medios períodos como 10

tunes o 10 katunes (Figura 6, 32). Para designar fines de tunes usabanmuchas veces el llamado "Cauac volante" (T-528j116) solo o afijado.En estos últimos casos son frecuentes los prefijos T-l, 3, etcétera, asi-mismo como la misma mano 713 de arriba (Figura 6, 30, 31). No suelequedar acompañado por numerales, salvo 5 Ó 13.

Cuando lleva el numeral 5 como superfijo queda implicado que esun hotún, con la particularidad' de que según el prefijo que lleve se re-fiere a 5 tunes (Figura 6, 33) si éste es el T-4, o 15 tunes (Figura 6, 34)si el prefijo es el T-158, aunque en este último caso parecería ser máscorrecto decir: 5 tunes faltantes a un katún completo.

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Page 32: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

VI. LOS NUMEROS DE DISTANCIA YLOS ANIVERSARIOS

(Figura 6, 35-48)

Una vez que los mayas hubieran fijado unaRC en la Cuenta Largamediante cualquiera de los procedimientos anteriores para subsecuentesRuedas Calendáricas de la misma inscripción ya no tenían necesidad deproceder en forma igual; les bastaba con eslabonadas -sea individual-mente, sea en forma de cadena- con la primera mediante simples nú-meros de distancia (ND), ora sumando ora restando.

En estos números de distancia se observa lo siguiente:

a) que, salvo casos excepcionales, están arreglados en forma as-cendente, es decir, primeros los kines, luego los uinales, tunes,

etcétera;b) que las unidades involucradas varían mucho: puede haber nú-

meros de distancia de sólo kines, como hay otros que incluyen

hasta calabtunes;e) que las unidades quedan expresadas mediante los glifos respec-

tivos ya discutidos arriba o mediante formas especiales parakines y uinales que sólo Se usan en números de distancia másno en las Series Iniciales (Figuras· 6, 35, 37) con sus coeficien-tes asociados en posiciones de prefijos;8· ..

d) que debajo de las unidades de tiempo casi siempre está el sufi-jo T -126 o algún parecido que nunca aparecen en las Series

:{niciales;

. 8 En el Petén se encuentra también el gUío 1.561 (544): 526 (el numeral 1antepuesto a un pequefio guro Kin incrustado entre los dos. gUíos que formanel horizonte. cielo y tierra) para denotar la diferencia de 1 dla.

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Page 33: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

e) muchas veces se suprime el glifo para los kines y su coeficientese agrega al glifo uinal que de esta suerte lleva 2 coeficientes.Lo normal es que el numeral prefijo corresponde a los kines yel numeral superfijo a los uinales, aunque hay algunos casos deasociación inversa; en estos últimos el numeral superfijo seextiende más allá del glifo uinal y ocupa la esquina izquierdasuperior, donde, como ya lo sabemos, se ha de empezar la lec-tura.

Frecuentemente hayal inicio de los ND un glifo introductor (Figu-ra 6, 40) compuesto del prefijo T-1 y una svástica (T-573) más sufijo12; la svástica puede quedar sustituida por un par de cabezas o signossimbólicos (Figura 6, 41). El significado de este glifo introductor -fuerade que anuncia un NO- nos es desconocido y no se han estudiado afondo las razones que aparentemente gobiernan su ausencia o presencia.

Otros glifos relacionados con ND son:

1. Los indicadores posterior y anterior, a saber T-679 af.513.59 Y513.59:126 (Figura 6, 43, 44, 42). Quiere decir en ambos casosel mismo elemento principal 513 (o su variante de cabeza 738c)con el mismo sufijo 59, más un segundo elemento que es va-riable: 679 como prefijo cuando la combinación significa quela RC asociada es la más reciente de dos implicadas por el ND,y bien puede dársele a este elemento 679 el significado de haciaadelante; el postfijo 126 indicando que su RC es la más antiguade dos.

2. Una modalidad especial para indicar claramente que de unpar de fechas conectadas por un ND una es la más. antigua,es usada en la región de Palenque: un pequeño superfijo ser-pentiforme se agrega al día de la fecha más antigua. Cuandoestá presente este elemento, el ND carece, de seguro, de unglifo introductor y el ND se ha de sumar a la RC que lleva laserpiente (Figura 6, 45).

Como un ejemplo para algo de lo tratado anteriormente nos puedeservir una sección de la escalera jeroglífica oriental de Dos piias en ElPetén (Figura 10, 5).

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Abre con un ND de 2 uinales y 1 kin en Ala, seguido por el glifo,al que arriba le dimos el significado de "celebración de una fiesta espe-cial hotúnica". En B1 está la fecha 11 Ahau 18 Chen, en A2a hay elsigno de medio período y luego otra fecha, a saber 9 Cauac 17 Yaxkin.

El único medio período terminando en 11 Ahau 18 Chen duranteel período histórico de los mayas es 9.11.10.0.0. Si restamos de 11 Ahau18 Chen 41 días (o sea el ND) se llega precisamente a 9 Cauac 17Yaxkin, como es fácil comprobar. De manera que la Cuenta Larga co-rrespondiente a esta última fecha es 9.11.9.15.19.

Estas operaciones suelen presentarse en la forma siguiente:

9.11.10. O. o2. 1

11 Ahau 18 Chen, medio períodoB1, A2aAla

9 Cauac 17 Yaxkin.A2b, B2 9.11. 9.15.19

Más correcta, aunque para nosotros no tan clara, sería la siguiente

presentación:

2. 19.11.10. O. O9.11. 9.15.19

a la celebración de la fiesta hotúnica11 Ahau 18 Chen, medio período9 Cauac 17 Yaxkin.

AlB1, A2aA2b, B2

AniversariosEmparentados con los ND están los llamados aniversarios, una es-

pecie de finales de períodos contados no a partir del Cero maya, sinodesde bases muy variables. En ellos se trata de dos fechas no redondas,de una misma localidad o región, donde la diferencia entrambas es unmúltiple exacto de tunes; o dicho en otras palabras; si se colocan las RCen la Cuenta Larga, las. dos terminan con lo! mismos coeficientes paralos uinales y kines. Las bases de los aniversarios siempre pertenecen ya altiempo histórico y el contar a partir de algo sucedido en tiempos históri-cos trae a la mente las crónicas de Yucatán que ligaron varias veceseventos posteriores al mismo anterior, como éste de la destruccíón de laciudad de Ichpá-Mayapán, de modo que una primera aparición de es-pañoles en la costa yucateca queda referida con estas palabras: "Tresveintenas de años más trece años después que había sido despoblada

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Page 34: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

Ichpá". También podría pensarse en la gran revuelta sucedida en Ixim-ché en 1493, fecha clave en la historia de los cakchiqueles y a partir dela cual contaban sus anales hasta principios del siglo XVII.

Estos aniversarios pueden estar acompa.ñados por los mismos símbo-los "Fin" o prefijos T -1, etcétera, que ya se vieron en los finales de pe-ríodos; los tunes pueden ser las variantes ya conocidas o el glifo Cauaccon superfijo 89, pero nunca con flecos; y si entran en los aniversariostanto tunes como katunes, entonces aquellos preceden a éstos; además secoloca a veces el sufijo 103 o parecidos (Figura 6, 46.48).

El fenómeno aniversario puede quedar expresado explícitamentecon indicación precisa de los números para los períodos involucrados;otras veces es inteligible sólo por el estudio numérico de las fechas deuna ciudad, v.gr. como el siguiente caso de Yaxchilán:

Estructura 44Dintel 25

9.11.18.15.19.14.11.15.1

7 Imix3 Imix

14 Zotz14 Chen.

La segunda de estas dos fechas es un bonito aniversario a 2.13.0.0de distancia de la primera fecha.

Luego hay ocasiones donde nosotros podemos discutir si un tun connumeral puesto entre dos RC es un ND con los kines y uinales suprimi-dos o un aniversario, como en este caso de TikaI:

Templo IV, dintel 3 D4-C5F1

9.15.12. 2. 33.(0. O)

12 Akbal 16 Chen

E2-F2 9.15.15. 2. 3 13 Akbal 1 Chen.

Que efectivamente se registraron tan sólo 3tunes con carácter deaniversario, queda comprobado en la inscripción del panel 1 del museoDumbarton Oaks de Washington, donde después de la fecha 9.12.17.13.18 Imix 4 Pax se asienta que dicha fecha es un aniversario de 3 tunes deotra que ocurre en Piedras Negras. Los 3 tunes están claramente indica-dos, pero no. entran para nada en el cálculo o desarrollo cronológico dela inscripción misma.

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VII. LAS SERIES SUPLEMENTARIAS

(Figura 7, 1-27)

La Rueda Calendárica que termina una Serie Inicial muchas vecesse ve acompañada por un número variable de glifos que pueden formarparte -de acuerdo con el análisis que de ellos se ha hecho-e- hasta detres series, o ciclos recurrentes, de naturaleza muy diversa.

De las tres series nombradas dos son especialmente frecuentes yconstituyen la Serie Suplementaria por antonomasia en la que los mismosmayas juntaron dos aspectos seriados radicalmente diferentes, que costóaños a los investigadores separarlos correctamente. Lo que se había vistodesde hace mucho tiempo fue que esta Serie Suplementaria o podríaquedar intercalada entre el día y el mes, fin de la Serie Inicial, o seguiral mes sin otro glifo intermedio ..

A pesar de notables diferencias entre algunos de los glifos compo-nentes de la Serie Suplementaria, de inscripción a inscripción, otros deellos son asombrosamente constantes; sea íntegramente, sea en la mayoríade los elementos que los componen. Al último glifo de la serie, bastanteconstante en su aspecto, se le designa con la letra A y al primero G;los intermedios de F a B. No es forzoso que siempre ocurran todos deG a A,como puede haber a veces también otros glifos intercalados, peroprecisamente G y A casi nunca faltan, con lo cual se tiene ópticamentede golpe el inicio y fin de esta serie.

Veamos ahora los tres aspectos seriados correspondientes a estecapítulo.

El ciclo novenario

En su primera fructífera incursión para descifrar los jeroglíficosmayas -a la cual siguieron muchísimas más de capital importancia-o

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Page 35: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

J. Eric Thompson demostró desde 1929, que en realidad hay 9 glifos Gdiferentes, que se suceden en seriación ininterrumpida, G 1 - G9 (Figura7, 1-8; se dejaron de dibujar las formas G3, G6 y G7 por no haberseidentificado todavía satisfactoriamente).

Una serie de nueve, en asociación continua e ininterrumpida a lade los días, hace pensar espontáneamente en los famosos 9 señores de lanoche, conocidos en el calendario azteca; y aunque la idea subyacentede los 9 glifos G bien pudo haber desembocado en los 9 señores de lanoche aztecas, para nosotros hay diferencias fundamentales de unos aotros.

En primer lugar habría que comprobar que los 9 signos diferentesrealmente representan a otros tantos dioses diferentes. Habla en contrade esta suposición el hecho de que en la mayoría de los casos los signosson simbólicos: de G3; G5 y G8 sólo se conocen variantes simbólicas yninguna de cabeza. G9, el más frecuente por su asociación a los finesde tunes, aparece ya en las inscripciones más antiguas en variante sim-bólica, que luego persiste al lado de la variante de cabeza; o sea, el·mismofenómeno que ya dejamos apuntado en la historia del desarrollo de losnúmeros. La variante simbólica de G9 es el signo Kin o una cabeza depersona más bien vieja portando el mismo signo; en ambos casos el signoKin puede o no tener una parte hachurada como indicando obscuridad.Es difícil saber hasta qué grado sean realmente idénticos todos los signosy cabezas Kin~n la escritura maya; falta un estudio pormenorizado deellos. Tampoco hay seguridad absoluta de que este glifo G9 sea el ll~mad~dios solar de los códices. El glifo G 1, en cambio sí incluye a uno delos dioses conocidos en los códices, el dios C, frecuentísimo también enlas inscripciones. Pero el glifo del dios) T-1016, sólo entra a formar partede un compuesto mayor, a saber IX.35 (ó 36) .1016.670, donde el nu-meral IX es" aparentemente, la parte más importante, ya que hay uncaso de un glifo Gl escrito IX.714. De por sí la frecuencia de numeralescomo prefijos a estos glifos G llama la atención: IX con Gl, VII con G4y V con G5.

Querer, pues, equiparar estos 9 signos con los 9 señores de la nocheaztecas, de nombres y aspectos bien claros incluyendo dioses tan promi-nentes como Centeótl (el dios del maíz) y Tlaloc (dios de la lluvia) eshoy por hoy empresa inútil.

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Además, en el mismo funcionamiento hay una diferencia básica:entre los 'mayas los glifos G se suceden siempre en forma ininterrumpiday sin la menor alteración; entre los aztecas el último día del Tonalpohua-lli (la serie de 260 días) estaba regido o acompañado por dos de losseñores de la noche (como lo han demostrado de nuevo Lizardi Ramosy Ola Apenes), a saber Tepeyollotl y Tlaloc, con lo cual todos los To-nalpohuallis empiezan siempre con el mismo dios, Xiuhtecutli. Esto nosucede entre los mayas, donde la serie de 260 días empieza cada vez conun glifo G diferente, puesto que 260 no es divisible entre 9. En cambiotodos íos tunes (360 sí es divisible entre 9 sin dejar residuo) empiezan oterminan siempre con el mismo glifo G (G 1 o G9, respectivamente).

Por otro lado aun entre los mayas es innegable la asociación de 9con el mundo nocturno u oscuro. Tanto en la gr'an cripta de Palenquecomo en otra más modesta de Comalcalco (Tabasco), hay o hubo, enlas. paredes 9 sacerdotes, o lo que fueran, .modelados en estuco; pero nisus atuendos ni los glifos acompañantes en el caso de Comalcalco, dondepor cierto también los sacerdotes son mucho más individualizados (cadauno es diferente del otro) que en e! caso de Palenque, denuncian pa-

rentesco con los glifos G.Debajo de algunas estelas en Uaxactún y Tikal se han encontrado

sendos juegos de 9 obsidianas incisas: 8 de ellas suelen representar aposibles dioses, el noveno algo como una cinta tejida de 9 elementos.Uno de los dioses es siempre un dios Kin que vimos antes con el glifoG9; no hay otras concordancias evidentes.

En el Pa-lacio de Palenque sobre una pared de la casa A había 13medallones de estuco enmarcando 13 bustos con sus cabezas, y sobre otrade la casa C, ,9 caras y ya Seler, años atrás, había tratado de identificarlos primeros dioses con los 13 dioses acompañantes diurnos del Tonalpo-hualli azteca y los 9 con los señores de la noche aludidos.

Como quiera que deban interpretarse estos 9 y 13 dioses del Palaciode Palenque, parece más razonable ver en ellos los Bolontiku y Oxla-huntiku que como dosgrupcis antagónicós quedan referidos en .algunosde los libros de Chilam Balam yucatecos.

Volvamos ahora al aspecto netamente aritmético del glifo G, alcual el glifo F (Figura 7, 9) de significado dudoso, puede fusionarse en

forma directa sin' que lo modifique.

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Page 36: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

En su relación con las Series Iniciales, el glifo G se nos presentacondicionado únicamente por los kines y uinales de ellas, ya que a partirde los tunes todas las unidades mayores son divisibles entre 9 sin dejarresiduo. En virtud de ello es suficiente que de una Serie Inicial se con-viertan las dos últimas unidades en días, dividiendo luego el total deellos entre 9 y el residuo indicará entonces la forma del glifo G. De modoque como v.gr. en la Serie Inicial 9.15.18.3.13 del dintel 3 de PiedrasNegras los uinales y kines suman .73 días, que divididos entre 9 dejan unresiduo de 1, el glifo G tiene que ser, y es, Gl.

Además, como cada RC se repite cada 18,980 días y como 18,980 y9 no tienen factor común, resulta que sólo después de 9 x 18,980 días=1.3.14.9.0 vuelvan a coincidir la misma RC con el mismo glifo G.Quiere decir que una asociación dada entre una RC y un glifo G deter-minado puede ocurrir a lo sumo una vez dentro de cada baktún. Comopor otro lado más del 90% de las fechas mayas históricas caen en elbaktún Nueve, la información inequívoca de un glifo G en asociacióncon una RC sitúa esta última perfectamente bien en la Cuenta Larga(es, pues, algo así como un final de período). En la región de Toniná-Ocosingo los mayas se valían de este procedimiento muchas veces con locual se evitaron el escribir largas Series Iniciales. De un marcador deun juego de pelota (Figura 11, 1) recientemente descubierto en Toninápuede extraerse la siguiente informa~ión cronológica:

8 Chicchán G2, 18 Zachacia adelante

9.17.4.12. 55.15

6 Ahau 13 Kayabhacia adelante

9.17.5. O. O7.5

8 Chicchán 13 Xul 9.17.5. 7. 5

, Así como no hay enemigo pequeño, tampoco hay inscripciones ma-yas cortas que no pudieran ser reveladoras desde varios aspectos. Limi-tándonos tan sólo a la información cronológica de este marcador deToniná, apuntamos lo que sigue:

1) Coe (1973), al analizar gran número de textos sobre cerarmcase había fijado en la existencia de una frase estandard, .com-

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2)

puesta de bastantes glifos y que el inicio de esta frase sueleestar directamente encima del personaje central representadoen la vasija respectiva o ligeramente desplazado a la izquierda.El- comienzo de nuestro texto empieza también algo desplazadoa la izquierda arriba del personaje. ¿Se tratará de una regla:general en inscripciones circulares?

La distancia entre las fechas extremas es de 260 días o seaexactamente un "almanaque sagrado". Aunque _desconocemoslos motivos por los cuales se registrara este ciclo sagrado no de-ja de llamar la atención. Es parecido al caso del altar V deTikal (otra inscripción circular) donde entre la primera yúltima RC, a saber 1 Muluc, 2 Muan y 1 Muluc 2 Kankinmedian exactamente 28 de estos almanaques sagrados.El signo del mes Zac carece del esperado prefijo T-58 y en sulugar lleva el T-278. Este caso especial del glifo Zac de Toninápuede ayudar a descifrar una RC en la estela E (lado este) deQuiriguá. Allá se encuentra una RC 13 Ahau 18 ?; el mes esdel grupo Cauac y el superfijo el mismo T-278. Ante estadesconcertante combinación los epigrafistas habían capitulado;ahora sabemos que ella corresponde a Zac y la RC es, pues, 13Ahau 18 Zac. Su posición en la Cuenta Larga pudo haber sido9.16.3.7.0 en vista de que la fecha de erección de la estela es9.17.0.0.0, prácticamente coetánea con el marcador de Toniná.

3)

La Serie Lunar

Los glifosE a A proporcionan información sobre la situación de la"luna en el día de la RC precedente: E/D su edad; C su posición en ungrupo de gen"eralmente 6 lunaciones y A si se ha de considerar de 29 6

30 días.E yD se usan de la manera siguiente: cuando la "tuna tiene menos

de 20 días falta el glifo E y se usa el glifo D solo (un glifo que sueleconstar de una mano con sufijo T·24 Y postfijo T-181) con cóeficientesde 1 a 19. Cuando la luna es de 20 o más días, tanto E y D están pre-sentes; D sin coeficiente y E (un -gran glifo lunar T-683 con un círculoen su centro) sin coeficiente para los casos de 20 dias, o con coeficiente

de 1 a 9.

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La forma en que los mayas escribieron el día de luna nueva no haquedado identificada todavía satisfactoriamente.

El glifo C -algo parecido al D- consta de una mano (T-713)sobre la cual hay una pequeña cabeza en diferentes variantes, entre lascuales se han reconocido las de los números 1, 6, 7, 9 y 10, .rnás el postfijoT-181. Lleva coeficientes de 2 a 6; cuando no lleva ninguno se lee como1. Los coeficientes indican lunaciones enteras.

El glifo X (de significado desconocido) que sigue a C, tiene 6 va-rian tes básicas (Figura 7, 11,16) condicionadas por el coeficiente pre-cedente del glifo C. Así v.gr. la variante X3 ocurre con coeficiente 2 y 3de C; X4 con' 3 y 4 de C, etcétera.. Los glifos B (prefijo T-1 más la cara de un roedor, o su símbolo,

bajo un elemento codal), y y Z (estos dos últimos bastante raros) sontambién de significado desconocido.

El glifo A es otra vez el gran glifo lunar T-683, que: tiene comopostfijo o IX ó X. Da, pues, a entender que la lunación se considerabade 29 ó 30 días.

Período de uniformidad

Teeple, a quien se 'debe el descubrimiento del significado de losglifos E, D Y C descubrió en relación al último todavía algo inás: quede 9.12.15.0.0 (con 4C) a 9.16.10.0.0 (con 1C) aproximadamente --2..elllamado período de uniformidad- todas las ciudades mayas usabanrigurosamente grupos de 6 lunaciones, contadas desde la misma base,quiere decir que 9.15.5.0.0 por ejemplo, es registrado con"2C tanto enCopán como en Piedras Negras. Durante el período de uniformidad sepuede¡ pues, predecir y calcular no sólo la edad de la luna para unafecha dada, sino también el coeficiente de C; antes y después de) períodode uniformidad lo último no es posible en forma tan general.

Seducido por sus indiscutiblemente grandes descubrimientos, Teeplese embarcó en toda clase de .especulaciones y partiendo de supuestos su-yos, carentes de toda base objetiva, dedujo de ellos consecuencias a cua-les más fantásticas.

Gustaba, sobre todo a manera de alquimista o boticario, .inventar"fórmulas" y luego postular que éstas hubieran sido utilizadas entre losmayas.

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Veamos el asunto de las fórmulas lunares:Como el mismo Teeple estableció y reconoció, para todas las fe-

chas históricas la édad de la luna, expresada a través de los glifos E y D,es observada. No necesitan, pues, de ninguna fórmula. Estas sólo se ne-cesitarían para fechas prehistóricas. De todas ellas hay únicamente cua-tro con indicación lunar, a saber las Series Iniciales siguientes:

5 di as 2C26 " 4C10 •• 5C23 " 1C

Palenque, tablero del Templo de la Cruz 12,19,13.4.0tablero del Templo del Sol 1,18, 5,3.6tablero del Templo de la Cruz Foliada 1.18. 5.4.0

Cobá, estela 1 . 13. O. 0.0.0

Si en los casos apuntados los valores no son arbitrarios, entoncesefectivamente deben haber sido el resultado de cálculos computando lu-

naciones promediadas.Ya al referir el glifo A mencionamos que los mayas escribían o A9 o

AlO, quiere decir, que consideraban a las lunaciones como teniendo 29ó 30 días, Con más claridad queda elaborado el asunto en las tablaslunares 'del Códice de Dresde, donde alternan expresiones de 177,178 y148 días (o sean grupos de 6 lunaciones ora de 177 días ora de 178 días,y grupos de 5 lunaciones de 148 días cada una). El total de días en lastablas es 11,960 abarcando 405 lunaciones; o expresado en términos mayas405 lunaciones = 1.13.4.0. Dividiendo 11,960 días entre 405 se obtiene29.53086 días por lunación promediada contra 29.53059 'días el valor

ac'tuaLFue y es, pues, la única fórmula lunar segura de los mayas, conocida

o identificada ya mucho antes de que Teeple operara con fórmulas lunares

en las inscripciones.Si se divide la fórmula del Códice de Dresde entre 5 se obtiene 81

lunaciones = 6.11.12, la fórmula de Palenque según Teeple. Con estafórmula, que es en realidad la de Dresde, efectivamente se llega a lasedades de la luna de los cuatro textos arriba citados, partiendo de unaluna histórica. Los factores C no nos preocupan, puesto que puede haberaparentes arbitrariedades locales en el cómputo de grupos de lunacíones.

EIopeculaciones lunares

Las Series Iniciales básicas conectadas con las tablas lunares delCódice de Dresde son 9.16.4.10.8; 9.16.4.11.3 Y 9.16.4.11.18, o sea poco

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¡~'~'

antes de 9.16.5.0.0, es decir pertenecientes al período maya clásico. Sibien el códice actual parece ser una copia posterior, el códice mismonos da a entender que hacia 9.16.5.0.0 ya estaba establecida la "fórmu-la". Es, pues, forzar las pruebas decir (Teeple 1930, páginas 68-69) quehacia 9.13.0.0.0 hubiera habido una fórmula palencana, que algunas cen-turias después hubiera en su quintuplo, desembocado en la fórmula delCódice de Dresde; máxime si consideramos que la estela 1 de Cobá fueesculpida alrededor de 9.12.10.0.0, en cierto modo contemporánea a las'inscripciones palencanas en los tres templos mencionados, pero a mil ki-:Iórnetros de dis'tancia de dicha ciudad. Más en consonancia con todas lasevidencias, es decir, que ya desde el inicio del período de uniformidad en-tre los mayas ya era conocida la fórmula lunar del Códice de Dresde.

Como Copán no tiene ninguna Serie Inicial prehistórica con infor-mación lunar, Teeple por sí y ante sí inventó una y fantaseó que la fecha7.1.13.15.0 del Altar I' correspondía a 2E,5C. A este dato inventado porél conectó informaciones reales y estableció una fórmula de Copán, asaber 149 lunaciones = 4,400 días = 12.4.0 o sean 29.53020 días porlunación.

No satisfecho con su fórmula de Copán que dizque fue utilizada porlas otras ciudades mayas durante el período de uniformidad, si bien no seexplica corno, ya que no hay en ellas información lunar computada sinosolamente observada, inventó además un. pleito sobre fórmulas entrePalenque y Copán, donde venciera Copán y que por eso Palenque dejóde existir como gran centro maya a partir de 9.13.0.0.0. Hallazgos pos-teriores de isncripciones en Palenque demostraron que no hubo tal finde Palenque en la fecha postulada y menos aún, naturalmente, las su-puestas rivalidades.

Aunque Palenque hubiera usado la fórmula 1.13.4.0, no existe nisiquiera prueba de que hubiera operado específicamente con la quintaparte de ella, 6.11.12. Es cierto que sobre la escalera jeroglífica de supalacio hay el número 6.11.13 pero sin conexión con ninguna fecha. Aprimera vista parecería una aproximación bastante buena a 6.11.12 ypara 81 lunaciones hubiera podido serio, si la diferencia de 1 día no fuesede importancia. Pero en 47,000 lunaciones que distan entre 13.0.0.0.0 y9.12.10.0.0 la diferencia acumulada hubiera sido ya demasiado considera-ble para cálculos de largo alcance intencionados de ser más o menoscorrectos.

En Copán no existe en ningún lugar el número 12.4.0 pero sí 6.11.12,o sea la supuesta yen Copán odiada fórmula palencana. Se encuentraen la estela J donde conecta 9.13.3.6.8 7 Lamat 1 Mol con la Serie Ini-cial 9.13.10.0.0 7 Ahau 3 Cumku. Aunque para la última fecha se da lainformación lunar 18D,1C para 9.13.3.6.8 no se da ninguna y no hayentre los glifos adyacentes al ND 6.11.12 ni a 7 Lam:Ú 1 Mol la menorinsinuación de que se trate de algo lunar, ni hay referencia a Palenque.

Para el lector moderno -sobre todo e! de una ciudad, donde pocasveces nota la existencia siquiera de Selene- todas estas minucias lunaresle pueden parecer abstrusas, pero no se está dando cuenta de que buenaparte de los sermones que domingo tras domingo escucha en su iglesia

cristiana es condicionada por la luna.Todos sabemos que las Pascuas de la Semana Mayor son movibles,

no cayendo siempre en el mismo día de un mismo mes. Por eso consulta-mos nuestro calendario del año en curso y sin indagar los motivos queoriginan la movilidad, quedamos satisfechos con la lectura de la infor-

mación impresa.En realidad según multisecular tradición cristiana, el Domingo de

Resurrección ha de celebrarse en el primer domingo siguiente al primerplenilunio después del equinoccio de primavera. Entran, pues, en juegoel año de 365 días, con su especialidad de bisiesto, las lunaciones confracciones decimales y la semana fija de siete días. Hubo y hay todavíaenconadas disputas sobre la fecha exacta de la celebración de! Domingode Resurrección. Para calcular la fecha en general durante largo tiempo(antes de que se pudiera trabajar con los modernos valores astronómicos)se usaban las reglas de un tal Liluis, quien sólo operaba con lunacionesde 29 ó 30 días, que traducidos a la glífica maya serían A9 o A10.

La movilidad de la Pascua trae consigo una movilidad de otras fies-tas desde Carnaval y Miércoles de Ceniza hasta el Adviento y como eltexto del Evangelio suele ser fijo para todos los domingos y fiestas, elsacerdote predicará sobre la parábola del buen samaritano (Luc. 10,23-37') un año, digamos, e! domingo 10 de agosto y el año siguiente el domin-

go 30 del mismo mes.'Dentro del rígido mecanismo del calendario maya no hubo lugar

para días intercalarías, de modo que en el correr del tiempo hubo undesplazamiento del año maya de 365 días dentro del año solar trópicode 365.2422 días. Esto bien no pudo haber quitado el sueño a los mayas,

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peto sí lo quitó a los investigadores modernos.' Así Teeple, pata llegara los valores del año trópico (según creyó que lo usaron los mayas) siguióun camino ya antes señalado por Bowditch (1910, páginas 198-210);combinaba siempre una fecha redonda con otra no redonda y afirmóque la distancia entre ellas era un múltiplo intencional ~computadoa partir de cierta base- de la diferencia entre el año vago de 365 díasy del respectivo año trópico. Acuñó el término determinante para lafecha no redonda, y declaró muy ufano que los copan ecos habían utili-zado un año de 365.2420 días.

Desde 1947 L. Satterthwaite, en un trabajo enjundioso y' por esopoco leído, ya había demostrado' que las bases de Teeple para establecersus pretendidos valores de las lunaciones sinódicas y del año trópico lejosde ser contundentes, eran más bien dudosas. Después el enfoque históricoenseñó que varios de los glifos que acompañan a algunas fechas conside-.radas como determinantes por Teeple, indican sujeción a un patrón deideas que se prestan a ser interpretadas como expresiones de historia y,por consiguiente, si no hay determinantes (para las cuales nadie ha podi-do identificar un glifo específico) no hay tales refinamientos' del añotrópico entre los mayas.

Aunque tengamos que decir adiós a afirmaciones repetidas todavía,en libros de divulgación, y aunque lastime el orgullo americano.thoy porhoy no existe la menor base firme para el aserto de que mientra-s Europaestaba sumida en la barbarie medioeval, los mayas argumentaron acercade posiciones decimales respecto del valor correcto del año trópico.

En realidad, el ciclo agrario o sea lo más importante para un puebloagricultor como eran y son los m<\.yas, en ningún caso se sujeta a uncalendario rígido ni a fórmulas. Se gobierna por los fenómenos meteoro-lógicos, que pueden variar mucho de un año al otro. Es, pues, explicableque Landa no indicara, entre las fiestas que da como específicas paracada mes, ninguna fiesta especial relacionada con iel plantío del maíz,alimento básico de los mayas, ya que no es creíble que no las .hubierahabido. El momento decisivo en todo ello era, naturalmente, la siembra.Siémbrase hoy todavía en todo el norte de Yucatán entradas las primeraslluvias, después del largo calor estival, hacia fines de mayo o principiosde junio. Como los mayas antiguos habrán sembrado guiados por losmismos fenómenos meteorológicos, les bastaba tener la tierra preparadade antemano y con meses de antelación, para sembrar en el primer día

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de augurio favorable, según el almanaque sagrado de 260 días que lesindicaría el sacerdote, después de haberse iniciado las lluvias. Ante reali-dades tan tangibles nada les habría importado si en el día escogidopara la siembra el sol se pusiera o no en el mismo lugar donde se habíapuesto, tal vez, hacia 13.0.0.0.0.

Ciclo de MetónA pesar de todo lo anterior, no quiero dejar de mencionar la posibi-

lidad de que los mayas hubieran conocido el llamado ciclo de Metón (as-trónomo y geómetra griego). La posibilidad fue señalada como un hechodesde 1924 por Spinden, pero ni tirios ni troyanos la investigaron a fondo.Es la coincidencia de que 19 años trópicos suman 6939.60 días y 235 Iu-naciones 6939.69 días. Quitando decimales, esto significa que si por ejem-plo hubo plenilunio en un solsticio de verano, a los 19 años se vuelve arepetir, el mismo fenómeno.

En las tablas de lunaciones del Códice de Dresde aparece19.4.19 = 6939 -dias.

Como 19.5.0 se le ve en Copán. Así la estela A registra las fechas9.14.19.8.0 12 Ahau 18 Cumku (Serie Inicial), 9.14.19.5.0 4 Ahau 18Muan y 9.15.0.0.0 4 Ahau 13 Yax. Según se ve, la segunda fecha distaexactamente un ciclo metónico de 6940 días desde 9.14.0.0.0 (que porcierto no aparece en dicha estela).

La misma RC 4 Ahau 18 Muan aparece en dos monumentos copa-

necos más:

1. Estela H. Morley (1920) con bastante arbitrariedad la colocó en9.17.12.0.0. En 1950 T. Proskouriakoff (página 130), en cambio;la situó en 9.14.19.5.0 (como Spinden ya lo había hecho desde1930), ya que no encontró motivos estéticos en la ejecución de laestela que justificaran pensar que fuese unos 50 años posteriora la estela A mencionada. Luego, en 1964 (página 97) insistióen su punto de vista, que sin duda es el correcto, puesto que nosólo las RC son iguales en ambas estelas, sino también por repe-tirse una cláusula en ambas, cosa notable si se considera que la'estela H tiene en total tan sólo 8 glifos.

2. Estela C. Morley vuelve a colocarla en 9.17.12.0.0, Spinden en9.14.19.5.0.. Según Proskouriakoff, sin embargo, la lectura de

la RC es dudosa.

75"

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~ImlHay otro caso en Copán, ya anterior de un aparente ciclo me tónico

en la estela 3, que registra la fecha 9.10.19:5.0 12 Ahau 13 Kayab, aun-que otra vez sin la base dé 9.10:0.0.0.

Para la mentalidad de los -mayas el ciclo me tónico, computándolocon 6940 días, debió haber sido muy atractivo porque

1. O. O. O13. O

19. 5. O,

o sea que el sol, la luna y la tierra están siempre en la misma relaciónde cualquier fecha a 1 katún de distancia menos exactamente un alma-naque sagrado.

En los casos de Copán se restaban los 13 uinales de la fecha redon-da. Se podría proceder también a la inversa adicionándolos a una fecharedonda, corno en el posible caso de 9.3.0.13.0 2 Ahau 13 Yax del panelde Houston y del seguro 10:0.0.13.0 7 Ahau 18 Pax de la estela 7 deMachaquilá. En estos casos la regla debió ser que la triple relación queiba a suceder a exactamente 1 katún de distancia ya ocurriría antes a13 uinales de distancia.

Dividiendo 6,940 días entre 19 y 235 obtenemos los siguientes va-lores: para un año trópico aproximadamente 365,263 días y para unalunación aproximadamente 29,532 días, aproximaciones que habrían sidocompletamente suficientes para gobernarse con ellas un hombre durantetoda su vida.

, Queda, sin embargo, por comprobarse si las fechas que hemos ana-lizado como intencionales dentro de una visión metónica, realmente fue-ron escogidas y registradas por los mayas con la finalidad atribuida osi se' trata sólo de una curiosa coincidencia. Y en todo. caso debe tenerseen mente también lo, siguiente: ,es innegable que los m~yas tenían cuidadoespecial con los fenómenos lunares, pero no por eso es forzoso creer quelas dos fechas en una inscripción, distantes entre sí por un múltiplo delunaciones, se hubieran perpetuado para dejar constancia de una fórmulalunar. Bien pudiera ser que se registraran dos, hechos de naturaleza com-pletamente diferente; 'pero Celebrados,' precisamente parla' importanciaconcedida a la luna por los mayas en, digamos" sendos plenilunios. Lo

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que en lo~dos eventos fue secundario; su celebración 'en plenilunio, quedacaptado por el enfoque astronómico como primario, con el resultado deque' se esté dando una interpretación ajena a la intención por la cual

las fechas fueron registradas.

Ciclo de 819 días

La cláusula que registra el ciclo de 819 días, descubierto por Thom-pson, está constituida básicamente por un ND, siempre menor a 3 tunesque conduce a una RC anterior a la de la Serie Inicial (RC anteriorcuyo día invariablemente lleva el coeficiente 1) y los siguientes glifos

(Figura 7, 17):T -588, que parece ser de naturaleza verbal ya que es el primer glifo

después de la RC, y además casi siempre lleva el postfi jo T -181;

T-I.758:1l0, la cabeza de un animal;

Un glifo de dirección cardinal;

Un prefijo de color en consonancia típica con el glifo direccional;

La cabeza de una deidad.

Todos estos glifos o se encuentran también intercalados entre el díay el mes de la Serie Inicial, o siguen de inmediato a esta última o a laSerie Lunar, sin que haya otros intermedios, con' lo cual demuestran sucarácter de información suplementaria.'

Las RC del ciclo de 819 días 'se caracterizan por estar separadasuna de la otra por un múltiplo exacto de 819 días (que a su vez puededesglosarse en 7 x 9 x 13) y porque son siempre las más cercanas posi-bles a su Serie Inicial respectiva. La asociación de las fechas con las di-recciones cardinales y colores también sigue un patrón rígido: cadacuarta RC del ciclo coincide con la misma direccióri y el mismo color",Como el ciclo de' 819 días no es divisible entre 20 sin dejar residuo, todos

, . '

9 Los gllfos de las direcciones cardfnales Y de los colores pueden verse enla Figura 7, 19.27 este y oeste tienen abajo el mismo elemento Kln con flecosy un superfijo de otro Kin más una barra' en el caso, del este, una mano coninfijo Kin en el de oeste, 'Como en el maya de Yucatán este' es Likfn y oesteChikln cierto fonetlsmo es obvio. Para sur, Nohol, Y norte, -xaman, no se entreveningún posible fonetlsmo, máxime que en la estela A de Copán y tal vez tambiénen el tablero del Templo de la Cruz de Palenque ocurre para norte, todavía una-varrante completamente diferente a la dibujada, a saber T.114.566.23.

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los 20 días pueden figurar en sus fechas respectivas, pero cada día aso-ciado a sola una dirección. El estudio de los casos conocidos ha arrojadoel siguiente. cuadro:

Dirección Este Norte Oeste Sur

Color Rojo Blanco Negro Amarillo

DIAS Imix Ik Akbal KanChicchán Cimi Manik LamatMuluc Oc Chuen EbBen Ix Men CibCaban Etznab Cauac Ahau

Las asociaciones de dirección y color resultan idénticas a las cono-cidas a través de los códices y fuentes coloniales. También entre los ma-yas actuales de Quintana Roa el este sigue siendo la dirección más im-portante y asociado al color rojo (Villa Rojas 1945, página 155). Todavíamás: el granarreglo de los 260 días de 4 cuadrantes en el Códice de Ma-drid (fajas 75-76) empieza con 1 Imix situado en el Este y las direccionesse leen en sentido contrario al movimiento de las manecillas del reloj enel mismo orden de arriba; aunque el arreglo general es diferente a¡" delos 819 días. Corno el primer cuadrante empieza con 1 Imix en el Este, el20. empieza con 1 Cimi en el Norte, el 30. con 1 Chuen en el Oeste yel último con 1 Cib en el Sur. .

El cicl.o de 819 días tiene todo e~ aspecto de ser augural, artificiosa-mente construido. Como siempre se indica la RC del ciclo de 819 díasque- precede a la fecha .que suplementa, parecería que el aspecto auguralabarca;;' 819 días completos desde su aparición h~staIa entrada del si-.- .guiente.

Se comprende así que se hubiera colocado el inicio teórico del cicloinmediatamenteanterior a 13.0.0.0.0 4 Ahau 8Cumku en 12.19.19.17.171 Caban 5 Cumku, con lo cual la fecha-Era caía bajo el aspecto auguraldel Este. Como los mayas no tenían un Cero absoluto en la cuenta deltiempo, tampoco lo tenían para el ciclo de 819 días y así hay una fechade él 12.19.13.3.0 1 Ahau 18 Zotz en el tablero del Templo de la Cruzde Palenque.

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Es precisamente en Palenque donde se conoce el mayor número deejemplos de este ciclo y hasta parece que fue inventado allá. Desde Pa-lenque se extendió su uso a Yaxchilán y luego a Copán y Quiriguá,encontrándose el último caso conocido 9.18.14.7.10 1 Oc 18 Kayab preci-samente en la estela K de Quiriguá. En forma parecida hacen su apa-rición primero en la cuenca del Usumacinta las figuras completas detiempo y el Zotz invertido como indicador de fin de período y más tardeen la del Motagua. Hasta ahora'? no se ha encontrado ninguno de lostres elementos referidos más adentro de la zona maya (ni siquiera enPiedras Negras). Se originaron en la región "Chal" y se mueven apa-rentemente por la periferia hasta llegar a la región "Chorti".

~

BIBLIOTECA

10 Hace poco C. Jones Y J. E. Simpson creen haber idenU!!cado entre losgllfos sumamente gastados de la estela 11 de Tikal (la más reciente del lugary que data de 10.2.0.0.0 3 Anau 3 Ceh) una fecha Y cláusula del ciclo de 819dlas.

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(J)mG)ezo»~;o-1m

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.•.

l. INTRODUCCION

A lo largo de la primera parte fue posible controlar la mayoría denuestras identificaciones mediante simples procesos de aritmética, puestoque todo el sistema cronográfico de los mayas' no es otra cosa, en el fondo,que escoger y referir días que de 24 en 24 horas se siguen en procesiónininterrumpida como perlas ensartadas. Además, por Landa se tenía laplena seguridad de que existía entre los mayas un calendario con díasprogresIVOS.

Diferente se presentaba luego el entendimiento de la Serie Lunar.Utilizando en ella un factor entre 29 y 30 días, se podían proyectar variosde sus elementos sobre el calendario de días progresivos y así controlaro verificarlos. La inteligencia de este factor especial, sin embargo, nonos estaba dada por Landa ni se podía ver o leer directamente con lossignos empleados. Fue para ello necesario un proceso mental, o sea, darsecuenta de que dicho factor refleja precisamente la recurrencia de las fasesde la luna. Quiere decir que aquí logramos entender el significado delos glifos respectivos mediante una interpretación razonada.

El análisis controlable de los signos cronográficos demostraba a lavez una inclinación de los mayas para usar sinónimos y equivalencias ensu escritura. Son, por lo menos para nosotros sinónimos las variantes sim-bólicas y de cabeza para designar 103 períodos de kines, uinales, tunes, et-cétera. Como equivalencias se nos presentan ciertos afijos que pueden agre-garse alternativamente a elementos principales sin alterar aparentemente elsentido. El variar de los prefijos en el grupo de los cuatro meses. conse-cutivos que tienen un Cauac como elemento principal, implica un cambioabsoluto en el significado del glifo total; el variar de los diferentes afijospertenecientes al grupo T-l, 3, etcétera, aparentemente no motiva cam-bios en el significado del glifo total, parecidamente como sucede con

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palabras al estilo de hermoso, bello, lindo, etcétera. De ahí que si unaserie de equivalencias identificada como tales por su asociación con glifoscronográficos vuelve a presentarse con glifos de otra índole, será lícitotratar aun en esos casos a todos los afijos de dicha serie como equi-valencias.

Constantes y variables

Para llegar a entender el significado de los glifos no cronográficosen esta segunda parte del camino será necesario:

1) buscar constantes y variables entre los glifos de las inscripciones(este procedimiento, usado ya en el análisis de los glifos cro-nográficos, condujo a la identificación de sinónimos y equiva-lencias) ;

2) relacionarlas con fechas;

3) interpretar los resultados de 1 y 2 racionalmente en base aanalogías, tomadas éstas preferentemente de fenómenos quepertenezcan al mismo mundo maya.

Ahora bien, ¿ Qué se entiende aquí por constantes? En realidad,muchas cosas. Por ejemplo, glifos o compuestos glíficos que se repitena lo largo de los años; toda clase de cláusulas; relaciones; conceptos ge-nerales, etcétera. Es decir, aspectos que óptica o intelectualmente formenconstantes reconocibles.

Variables son glifos concretos de aspecto diferente, donde un miem-bro de un grupo siempre limitado de ellos, ocupa la misma posición enun sistema. de constantes. Una vez identificado el sentido general de unavariable, este mismo sentido general podrá entonces servir como elementoconstante en relación con otro grupo de glifos variables. Es como si enuna ecuación simple resolviéramos el valor del factor desconocido, paraluego utilizar el resultado obtenido en una de segundo orden.

Dicho así, todo parece muy abstracto y conviene ilustrarlo con unejemplo: existen cuatro glifos completamente disímbolos, o sea un grupode cuatro variables, que cuando aparecen en secciones de los códices, lohacen siempre los cuatro juntos, separado uno del otro por igual número

1,1

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¡i¡¡I/1I11

de otros glifos, de modo que como elementos constantes relacionados conestos cuatro variables tendríamos: aparición simultánea y equidistancia.Con el tiempo los investigadores se dieron cuenta de que. estos cuatroglifos indican los cuatro puntos cardinales. Quiere decir que ahora loscuatro glifos disímbolos, variables, pueden entrar como elemento cons-tante e identificado "representante de un punto cardinal" en otro sistemade constantes, tal como sucede v.gr. en la cláusula del ciclo de 819 días.

Operando con los 3 pasos de arriba, podemos aplicarlos a dos textos

concretos:

Piedras Negras, estela 36Naranjo, estela 10

9. 9.13.4.1 - glifo T-740 - gUro variable9.17. 0.2.12 - gUfo T-740 - gUro variable, diferente

En las dos "frases" hay tres elementos constantes esenciales: 1) elfenómeno fecha; 2) el glifo T-740; y 3) la secuencia de fecha -glifoT-740- glifo variable.

Como las dos fechas distan entre sí cosa de 140 años, resulta obvioque el glifo T-740 no puede, en circunstancias normales y no utilizandosoluciones rebuscadas, referirse a un mismo personaje; puede, pues, sig-nificar muchas cosas -incluyendo un título llevado por personas dife-rentes- pero no un nombre identificador de un ser humano específico.

Páginas adelante se verá la interpretación concreta que en la actua-lidad a este glifo T-740 se le está dando.

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II. EL GLIFO EMBLEMA

(Figura 8, 1-22)

Cuando se habla del "Glifo G" de la Serie Suplementaria, en reali-dad uno se refiere a 9 glifos radicalmente diferentes entre sí en su aspectográfico, pero que pertenecen todos a una misma categoría: ocupan elmismo lugar en la Serie Suplementaria, donde con la presencia de unode los nueve, los ocho restantes quedan automáticamente excluidos envista de que todos -los nueve- hacen su aparición sujetándose a unrígido patrón matemático.

No idéntico, pero sí parecido, es el caso de otra categoría de glifos,que se designan con el nombre general de glifos emblemas. En realidadse trata en ellos de compuestos glíficos donde el elemento principal esdiferente de ciudad a ciudad, pero donde todos llevan el superfijo T-168y un prefijo del grupo de sinónimos conocidos con el nombre de acuáticos(T35 _ T40) incluyendo aun el prefijo yax (T-16) simple o su variantede cabeza, el dios Chicchan del numeral 9. Ocasionalmente aparecenotras cabezas en sustitución de los prefijos acuáticos, con la particularidadde que el dios C no los sustituye sino se intercala a veces entre uno deellos y el elemento principal, llegándose en ello al extremo (por ejemploen el sarcófago de Palenque) de que un bloque contenga como elementoprincipal el glifo del dios C (T-1016) con prefijo acuático; y el bloque in-mediato siguiente el glifo emblema propiamente dicho con superfijoT-168.

Cada uno de estos glifos emblemas es típico para una ciudad encuyas inscripciones entra a formar cláusulas también típicas del lugar;independientemente de otras ocurrencias en una inscripción, suele estarcolocado hacia el final de una frase -seguido o no por un doble Imix-o aun al final de todo el texto.

A pesar de que todavía no se sabe exactamente qué signifiquen, p:>lrafines prácticos podemos considerarlos como los nombres de las ciudades

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mayas respectivas. La presencia del glifo emblema de una ciudad im-portante en las inscripciones de otra de igual categoría es poco frecuente;

'pero sí suelen encontrarse en inscripciones de lugares menores cercanos,con lo cual se perfila un radio de influencia bien delimitado. Son, pues,para 'nosotros, de un carácter eminentemente geográfico, aunque esto nohaya sido su intención. No para todas las ciudades mayas se ha podidoidentificar ya un glifo emblema; faltan del todo en el norte de la pe-nínsula yucateca, con lo cual las ciudades mayas localizadas allá se dis-tinguen bastante, una vez más, de sus hermanas meridionales.

Señalaremos a continuación los glifos emblemas identificados conseguridad y tras ellos algunos todavía dudosos. Como los glifos emblemasfueron identificados en 1958, antes de que apareciere el catálogo deThompson, para su identificación se usaron entonces letras mayúsculas.Sigo el mismo sistema de entonces aun para glifos emblemas identificadosmás tarde y refiero los números de Thompson en los casos donde la ma-yor claridad lo pida.

Tikal (Figura 8, 7-8). La grande y señera urbe petenera tiene dosemblemas: uno, Tikal 1, donde el signo principal es de los "simbólicos"(T-569) y otro, T2, con una cara especial de un animal (T-778). Tikal2 aparece en las inscripciones ticaleñas únicamente de 9.14.0.0.0 a9.16.0.0.0, y bien puede ser una simple variante de cabeza de TI, queestá presente en las inscripciones de Tikal desde las primeras hasta lasúltimas.

Fuera de Tikal se encuentra sobre todo en Naranjo y la región dePetexbatún -donde en Dos Pilas se presenta también una vez T2-, aménde ocurrencias aisladas en otras ciudades.

Además, el glifo T-569 sin afijos ningunos forma parte del tocadotanto de la cabeza que sirve de sostén a la figura principal del lado surde la estela 1, como de otra del altar VIII, sobre la cual yace un esclavoamarrado. Son, pues, pruebas adicionales para demostrar el carácterlocalista del glifo y su importancia en el lugar.

Naranjo (Figura 8, 9). Su emblema consta de unos palos cruzados(T -553) coronados por dos elementos que considerados aisladamente se-rían el afijo T-278.

Yaxchilán (Figura 8, 10-11). Tiene dos emblemas: Yl y Y2. Yl yafigura en la inscripción más antigua del lugar (estela 27) pero como enella muchos glifos están destruidos, no sabemos si Y2 es, acaso, de lamisma edad. Aunque cada uno de los dos emblemas puede aparecer

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independientemente, lo normal es que vayan yuxtapuestos: .prirnero Y2 yluego Yl, si bien el orden inverso ocurre también. Fuera de Yaxchilánocurre también en el vecino Bonampak. El elemento principal del em-blema Yl aparece asimismo como tocado del gran mascarón en la partebaja de la estela 4. Es, pues, un caso parecido a los referidos de arriba

para Tikal.Piedras Negras (Figura 8, 12). En su emblema tiene un prefijo

exclusivo y completamente atípico (T-lOl). El mismo emblema con elmismo prefijo ocurre además en el dintel de El Cayo, lugar cercano aPiedras Negras y también en otro panel que se exhibe en el museo deDumbarton Oaks de Washington, y que habrá procedido de la mismaregión. El nexo de este panel con Piedras Negras quedó ya demostradocon el señalamiento de la existencia de un aniversario registrado en elpanel para una fecha de Piedras Negras.

Palenque (Figura 8, 13-15). Se distinguen' dos emblemas: una ca-beza con aspectos fúnebres P la o su variante simbólica P lb, y la cabezade un animal P2. Estos emblemas se conocen también en inscripcionesde lugares cercanos como jonuta, Miraflores y Tortuguero, así como enla concha inscrita de Simojovel y en otro panel exhibido en el museo deDumbarton Oaks.

Copán (Figura 8, 16). Su emblema es la cara del murciélago, Zotz,con un Cauac en la región de la oreja. Cabe agregar que representacio-nes de murciélagos de varias formas son frecuentes en Copán. Por terceravez, el elemento principal del glifo emblema de un lugar muestra unaíntima vinculación con éste aun fuera de inscripciones como si entre él yla ciudad hubiera una relación mágica.

Quiriguá (Figura 8, 17). Su emblema, es un Kankin horizontal

(T-560).Son frecuentes en las inscripciones de Quiriguá también glifos Zotz

con infijo Cauac, ya sea con superfijo T-95, ya sea con T-168 y una vezademás con prefijo acuático; la proyección de Copán sobre Quiriguá através de los elementos principales de su glifo emblema es manifiesta.El reverso no acontece: como glifo emblema T -560 figura tan sólo unavez -y ésta dudosa- en la escalera jeroglífica de Copán. .

Siempre se había considerado Quiriguá como una fundación o co-lonia de Copán, una verdadera nea-polis y cuanto más se estudien lasinscripciones de ambos lugares, más se va confirmando la sospecha.

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Existía en el valle del Motagua un cerrito sobre el cual un grupode mayas habían erigido dos estelas de esquisto (T y U) sin emblemasespecíficos, muy al principio del clásico antiguo. Siglos después se esta-blecieron al pie de este cerro los presuntos colonizadores venidos de Co-pán; trabajaron ahora piedra arenisca y utilizaron como emblema de lanueva ciudad un elemento traído también de Copán, el Kankin horizon-tal. Allá oscilaba un glifo Kankin, siempre precedido del numeral 4, entrevertical u horizontal, encontrándose este 4 Kankin horizontal ya en laestela 7 de Copán, erigida en 9.9.0.0.0 o sea muy anterior a la segundafundación de Quiriguá.

Ceibal (Figura 8, 18). El emblema. del lugar son tres glifos Cauac,teniendo el colocado en alto dos alas. (Thompson transcribe el glifo como1'-176:528.528) .

Pomoná (Figura 8, 19). Este lugar maya al este de Palenque nodebe confundirse con un homónimo en Belice. Muy rico en inscripciones,ha sido saqueado por propios y extraños. En sus textos, publicados einéditos, se ha reconocido un emblema específico.

Laguna de Petexhatún (Figura 8, 20). Bajo este nombre se com-prenden los sitios de Dos Pilas y Aguateca cerca de Sayaxché. Tieneemblema propio, que no debe confundirse con el 1'2 de Tikal.

Machaquilá (Figura 8, 21). Es otro lugar del Petén guatemalteco,conocido hace apenas unos pocos años. Sus inscripciones han sido publi-cadas en cuidadosa edición por 1. Graham. Tiene emblema, propio.

Toniná . (Figura 8, 22). Lugar conocido como vieja ciudad mayadesde la dominación española. La existencia de un glifo típico emblemaen sus textos fue descubierta, sin embargo, hasta en 1973 por Baudez yBeccuelin.

Otras ciudades. Parecen poseer emblemas propios los lugares deBonampak, Naachtún, Pusilhá, Motul de San José, cerca de Flores enel Petén, y Calakmul (Campeche), pero ni el número de ejemplos nilas ilustraciones respectivas son suficientes para poder ser categórico.P

Merecen, finalmente, mencionarse todavía dos incripciones dondecada vez se siguen cuatro emblemas diferentes. Son, por un lado la estelaA de Copán con los emblemas de Copán, Tikal, Calakmul (?) Y Palen-que. Por el otro lado está la estela 10 de Ceibal con los emblemas deCcibal, Tikal, Calakmul (?) Y uno con un Ik como elemento principal,que ocurre también entre los emblemas de Motul de San José.

11 Recientemente J .. S. Justeson cree haber identificado un glifo emblemapropío en las Inscripciones de Yaxhá.

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IIl. EL CLIFO FEMENINO

(Figura 8, 23-29)

En el gran arte maya clásico se suprimieron rigurosamente no sólolas características sexuales primarias sino aun las secundarias. Los hom-bres pueden quedar representados con el torso desnudo o semidesnudo,pero en sus caras siempre faltan bigotes o barbas, salvo contadas excep-ciones, como esa curiosa moda de piocha entre los grandes dignatariosde Quiriguá. Las mujeres, con el torso siempre cubierto, no llevan nin-guna indicación de senos, ni siquiera cuando se les ve de perfil.

Este raro comportamiento de los artistas mayas, o de quienes lesencargaron los trabajos, ha ayudado a 'dar pábulo a la creencia de queen las esculturas mayas clásicas no se representaban a mujeres del todo.

Originada y mantenida por la típica autosuficiencia masculina decorte occidental, tarde o temprano esta teoría tenía que derrumbarse,corno se derrumbó. Hoy la mujer ha quedado plenamen . .! identificadaen la escultura maya, ciertamente no con la misma importancia que elvarón, pero sí con respetada dignidad.

Para ello fue necesario volver .a analizar con cuidado las pequeñasfiguras en barro, arte menor del clásico tardío, donde se encuentran mo-delados y moldeados tanto hombres como mujeres. Las últimas aquí síexhiben sus pechos, estén' con el busto descubierto o no. Como prendaprincipal se observa una falda angosta que puede llegar hasta los tobillos.A veces se agregaba para cubrir los pechos una capita o huipil de cortevariado llegando a cubrir todo el cuerpo hasta casi tapar la falda, Estasprendas femeninas muchas veces están ricamente bordadas y con ele-gantes dobleces. Normalmente las mujeres llevan el pelo más largo queel de 103 hombres.

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Ahora bien, sobre un vaso maya de tecali, de factura tardía, en elmuseo de Dumbarton Oaks están representados tres personajes:

1) un varón, ya de edad, con pequeña piocha, de pelo corto ycon el torso desnudo, que está emergiendo de las fauces de unaserpiente y sosteniendo en sus manos una cabeza c9n prefijoVII; curiosamente no le acompañan glifos;

una mujer de pelo largo y vestida con atavíos ricamente bor-dados que le cubren totalmente. Emerge a su vez, de parecidasfauces y sostiene en sus manos otra cabeza fantástica, ahoracon prefijo IX. La figura lleva dos glifos acompañantes;

un joven imberbe, otra vez de pelo corto y con el torso desnudo,que sostiene una "tiara" y le rodean cuatro glifos. Esta "tiara"recuerda las que en diferentes tableros de Palenque son presen-tadas en homenaje a la figura principal de los mismos.

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Por el hecho de que los personajes 1 y 2 emergen de fauces y quesostienen glifos parecidos aunque con numerales diferentes, 7 y 9 -glifosque aparecen apareados también en otros lugares, v.gr. en el tablerodel Templo del Sol de Palenque, la estela D de Copán, etcétera- saltaa la vista que los dos son de la misma categoría. El joven imberbe bienpudiera ser el hijo de esta pareja.

La contraposición de hombre y mujer, en igualdad de categoría orango, recuerda en el acto a la pareja que se encuentra esculpida dosveces sobre los cantos angostos del sarcófago de Palenque. Sólo se vensus cabezas y la parte superior del tórax. Una de ellas lleva pelo corto,la otra pelo largo. Ambas están acompañadas, en forma inequívoca, porun par de glifos. Los glifos que acompañan a la persona de pelo la.rgo,la mujer, empiezan con uno (Figura 8, 25) parecido al del vaso referido.Es, en esencia, una cara joven con un mechón o rizo o un óvalo sobrela frente más una. mancha negruzca (muy notable en el caso del vaso,Figura 8, 24) sobre la sien.

En cierto modo esto nos hace recordar el glifo identificador de lallamada diosa 1 de los códices; cuando ella aparece representada al na-tural, entre los glifos acompañantes luego se encuentra también el suyotípico, T-1026, una cara especial (Figura 8, 23).

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Sin embargo, sería arriesgado identificar el glifo "indicador mujer"de las inscripciones que acabamos de aislar, con el T-1026 citado de loscódices sin exactas definiciones previas. Así a la variante de la cabezapara el número Uno y al glifo introductor del mes Kayab, se les ha des-crito como representando a "la joven diosa". Cierto es que siempre setrata de una cara de carácter joven, pero no deberían pasa.rse por altolas variaciones observables en la decoración de la frente. Para indicarmujer se usa un mechón o un óvalo, .muchas veces hachurado, que suelerepetirse sobre la sien; para indicar el numeral Uno, un colgajo especialy para el introductor del mes Kayab, según creo, otro colgajo diferente.Quiere decir, la cara tiene el valor de un signo principal y las variantesde la decoración de la frente el papel de los afijos, aunque a veces notan inequívocos como nosotros quisiéramos que fueren,

El gli{o de las inscripciones que denota mujer naturalmente varíaalgo. Thompson, en su catálogo, agrupó bajo los números T-1000a hasta100 2b doce cabezas de las cuales algunas corresponden a mujeres, otrasno. Por eso designo con el número 1000 F a todas las variantes que con-sidero como indicadores femeninos.

El glifo 1000 F, a secas, sólo nos indica que en el texto hay referen-cias a alguna mujer. Son los glifos que le siguen los que nos dicen másacerca de su personalidad. Entre ellos hay algunos que ocurren frecuen-temente y aun asociados a nombres masculinos: serán, pues, expresionesde dignidad muy generales. Otros, en cambio, son completamente especí-ficos. De ellos quiero destacar tan sólo dos: la mujer de la estela 1 de Pie-dras Negras que lleva en su tocado el símbolo del katún. En el texto res-pectivo el primer glifo 1000 F alusivo a esta mujer va acompañado de unsigno katún. De la misma manera en el tablero del palacio de Palenque lamujer que figura en él lleva en su tocado el glifo T-580 afijado que vuelvea aparecer en el texto después del glifo 1000 F. La aparición simultánea enmonumentos mayas de figuras de aspecto femenino con glifos en su tocadoy con el glifo 1000 F seguido por el mismo de los tocados, puede conside-rarse como otra prueba de que nuestra identificación del glifo 1000 Fes correcta.

Esta no presenta dificultad cuando el glifo se encuentra en asocia-ción directa con una figura femenina; también es relativamente fácilcuando el texto, donde aparece, está ligado a una escena que incluye larepresentación de alguna mujer.

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Los casos verdaderamente difíciles se dan en los textos no acompa-ñados de representaciones femeninas. Apuntaremos para ayudar a solu-cionar estas dificultades algunos datos sobre el comportamiento del glifo1000 F.

Tiende a presentarse en inmediata repetición, que frecuentementellega a tres.

También le gusta asociarse con el numeral 6 -o un pseudo 6- em-pleado como postfijo (Figura 8, 26). Con frecuencia hay un glifo T-1016cercano.

Con el glifo T-566 y el superfijo T-168 entra a formar el conjunto1'-1000 F.l68:566, como se ve en inscripciones de Tikal, Piedras Negrasy Machaquilá (Figura 8, 27).

Frecuentemente se le encuentra después de la siguiente secuencia deglifos: glifo emblema -1'-1.60:757- 1.1.606:23. El glifo emblema varíasegún el lugar y como suele constituir la parte última de un nombremasculino, parecería que estamos frente a una expresión tocante a larelación entre un hombre y una mujer, a pesar de que el glifo 1'-1.60:757(Figura 8, 29) suele iniciar párrafos nuevos. El entendimiento cabal dela frase se ve entorpecido por el hecho de que en dos casos hay referen-cias a mujeres tanto antes como después del glifo 1'-1.1.606:23 y que enPalenque hay casos donde le sigue un nombre masculino; en estos últi-mos casos le puede preceder uno de los glifos de la tríada local, relacio-nados en alguna forma con dioses y faltar el glifo T-1.60.:757. _.

Mucha! veces lleva el prefijo T-182 (Figura 8, 28) y entonces casisiempre al mismo tiempo el afijo T-32 ó 35. Si hay varios glifos 1000 Fen serie, entonces es el primero el que suele llevar el prefijo T-182. Estacombinación es bastante frecuente y se ha identificado en Machaquilá,Naranjo, Palenque, Piedras Negras, Tikal, Tortuguero y Yaxchilán. Eneste último lugar (dintel 32) queda intercalado entre el prefijo T-182y el glifo 1000 F un glifo T-501, Imix; de igual manera en un plato poli-cromado de Tikal se intercala el glifo T-1016 del dios C. Esto demuestra,además, que las ligazones entre afijos y signo principal no son invulne-rabIes, algo parecido a la unión entre el artículo y el sustantivo en es-pañol, que en la mayoría de los casos van directamente unidos, peroque pueden quedar separados por adjetivos v.gr.: la princesa - la hermo-sa, princesa - la muy hermosa y vocinglera princesa.

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Figuras femeninas en los códices

Estudio aparte merece el tema "la mujer en los códices" pero noslimitaremos a esbozar sólo algunos aspectos en los códices de Dresde yMadrid, excluyendo del todo al Códice de París, por tener éste sólo unavez una vaga referencia a una mujer en su página 7.

Al efecto conviene señalar desde un principio que las representacio-nes femeninas en el Códice de Madrid, cuando muestran el torso desnudo,raras veces indican los senos. El caso es exactamente a la inversa en elCódice de Dresde: poquísimas son las mujeres que no ostenten los senos,dibujados, por cierto muchas veces sin cuidar su verdadera posiciónanatómica y más bien como un afijo de carácter determinativo.

Si hacemos caso omiso de ciertas representaciones en el Códice deDresde, donde los epigrafistas no se han puesto de acuerdo sobre la na-turaleza de las personas dibujadas, podemos identificar cuatro diosasdiferentes, que analizaremos en orden ascendente según su aparente im-portancia.

1) Muy espectacular _y única- es la diosa con ojo cerrado demuerta (Figura 11, 2) que pende de una soga en el cuadro inferior dela página 53 del Códice de Dresde. (Sólo ella y el dios de la muerte enel cuadro superior de la misma página 53 son los dioses representadosde cuerpo entero en esta serie de cuadros 'pertenecientes a las tablas deeclipses; aunque aquí esta asociación visual entre mujer y muerte puedeser fortuita, la volveremos a encontrar después en forma muy marcada).Desde Schellhas se ha identificado a esta diosa como la diosa de lossuicidas Ixtab, que Landa (1938, página 62) describe de la manerasiguiente: "Decían también, y tenían por muy cierto, iban a esta su glorialos que se ahorcaban; y así había muchos que con pequeñas ocasionesde tristezas, trabajos o enfermedades, se ahorcaban para salir de ellase ir a descansar a su gloria, donde decían los venía a llevar la diosade la horca que llamaban Ixtab". El mismo Landa en otras páginas desu Relación refiere algunos casos y motivos de suicidio: que un indio,lastimado mortalmente por un español en una especie de d'esafío "cortóun bejuco ... y se ahorcó a vista de todos con él" (página 28); quedespués del famoso auto de Maní "algunos, de tristeza, engañados deldemonio, se ahorcaron" (página 33).

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Ya antes, en su defensa por las crueldades perpetradas por losfranciscanos en Maní, en 1562, Landa había escrito. "Y esto solíanloellos hacer muy fácilmente y por pocas cosas porque decían iban a des-cansar con Ixtab, la diosa de los ahorcados" (Scholes y Adams 1938, II,página 407). Otros contemporáneos de los hechos certificaron esta clasede suicidios entre los perseguidos; pero conviene tener presente la afir-mación de otro franciscano, fray Lorenzo de Bienvenida, quien poco des-pués de los hechos escribió al Rey, en 1563 "y si no confesaba tenerídolos, lo colgaban públicamente en la ramada de la iglesia por lasmuñecas y echábanle mucho peso a los pies... Otros murieron de lostormentos en las cárceles. Otros se ahorcaron; otros se mataron a símismos". (ut supra, página 8). Hoy, a cuatro siglos de distancia de los'hechos, es difícil resolver este problema de gramática entre "se ahorcaron"y "los ahorcaron".

Con mucha antelación a Landa ya otro obispo, el padre Las Casas(1953, página 63) había referido algo sucedido en Yucatán que se lehabía hecho singular: "Una india enferma, viendo que no podía huirde los perros para que no la hiciesen pedazos ... tomó una soga y ataseal pie un niño que tenía de un año y ahorcase de una viga".

Es, pues, evidente la importancia trágica del suicidio entre los an-tiguos mayas de Yucatán y por ende muy plausible que la diosa repre-sentada en la página 53 del' Códice de Dresde sea realmente la diosaIxtab, "la de la cuerda".

No se ha identificado con seguridad un glifo nominal para ella.2) En las tablas del planeta Venus del mismo Códice de Dresde

aparece otra diosa, pero ahora con un glifo nominal bien establecido,que con ligeras variantes ocurre cinco veces en el códice: cuatro en lastablas de Venus y una en las de los eclipses. Es una cara humana T-1025b,que incorpora en la parte de atrás el afijo T-181, al que se le ha dadoun valor lunar. Un carácter astronómico de esta diosa parece, pues, pro-bable.

El citado Schellhas estableció la existencia de dos diosas más en loscódices, aunque no logró precisarlas bien.

3) Hay una diosa (O) vieja, indudablemente relacionada con la llu-via y así la vemos verter agua. desde grandes ollas; también se le veíntimamente asociada al dios B, dios de la lluvia o Chaco

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En otras ocasiones la vemos ocupada en el arte de tejer y trabajosconexos; puede estar entonces acompañada por el dios de la muerte.

Su glifo es un conjunto algo complejo en el que entran varios ele-mentos por ejemplo: (T-1027; T-145.613). Si su glifo típico lleva prefijo,entonces es el T-109, o sea rojo, nunca T-58 que es zac, blanco. Por tantono es de admitirse que el nombre de esta diosa sea Ix Zacal Nok o algoparecido, identificación propuesta en base a que zac no sólo significablanco sino también tejer en maya.

4) La más frecuente de las diosas en los códices es la que hoy 11a-mamas 1, que ocupa v.gr. lugar principal en las páginas 16 a 23 delCódice de Dresde. Aunque diosa, frente a ella uno tiene la impresión deque más bien representa a la mujer. Su glifo típico, T-1026, es unacabeza que 11eva sobre la sien un grueso punto con una línea ondulanteantepuesta, bastante parecido al elemento principal del glifo Caban. Elelemento descrito se ha considerado como un rizo12.

Es de advertirse, sin embargo, que las representaciones reales de ladiosa nunca llevan este "rizo" sobre la sien, ni se parecen sus cabezas asu glifo identificador.

En el Códice de Dresde -no así en el de Madrid- el glifo puedellevar delante de la frente otro rizo igual al que siempre tiene sobre lasien (Figura 8, 23), con lo cual hay parecido formal con nuestro glifo1000 F de arriba. En ambos códices puede llevar además como prefijoel T -58, zac, blanco.

A menudo lleva también el postfijo T-103; pero dudo que estepostfijo tenga el significado de reverencia como se ha pretendido. Si asífuere, debería estar presente en más glifos nominales de los dioses. Estono es el caso. Es algo frecuente con la diosa I y bastante con el dios B;fuera de estos dos es rarísimo.

La diosa I en algunos casos precede o sigue (en glifos de combina-ción) al compuesto T-145.613 que tiene que ver, como ya vimos, con ladiosa O. de Modo que en estos casos el glifo T-1026 no pa.rece quererdesignar a la diosa 1, sino, efectivamente, al concepto general "mujer"o sea ix en maya

Ixchel, a su vez es el nombre de la diosa más famosa entre los ma-yas, que tuvo un santuario en la isla de Cozumel y que fue lugar de pe-

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12 A principios del presente siglo este gllfo T-1026 fue considerado por losmavístas de entonces precisamente como Indicador femenino en general, no comonombre propio de una diosa especial.

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regrinaciones. Según Landa (1938, páginas 60,74) era la diosa de laprocreación y de la medicina. Es, pues, natural que se hubiera identifi-cado a la diosa I con Ixchel. En cambio no es de admitirse que ladiosa I sea también específicamente la de la luna. Por un lado en lastablas de eclipses del Códice de Dresde no iigur~ para nada el glifoT-1026, y por el otro. en las escenas donde la diosa I queda pintadadirectamente, falta cualquier referencia a la luna y no hay glifos lunares.

Referencias claras iconográficas a una diosa lunar parecen existiren las obsidianas incisas de Tikal y Uaxactún. Hay en ellas claros glifossolares y lunares que encierran caras. En los solares habrá de ser el diosSol; en los lunares la diosa Luna. Como los dibujos son muy toscos, porel material difícil de trabajar, la presunta diosa lunar es poco identifi-cable. Parece tener cara de persona joven, siempre con algo que pendede la punta de la nariz. Aunque se le podría encontrar semejanza conel glifo 1000 F falta comprobar que sea idéntica a él.

Reparemos todavía en lo siguiente: hay varios casos en las SeriesLunares donde el gran elemento lunar de los glifos E y A queda sustitui-do por una cara con postfijo o infijo' lunar (T-181). Puede creerse queestas caras intentan ser nuestro glifo 1000 F, de manera que la combina-ción 1000 F más T-181 debe leerse como mujer-luna o sea diosa de laluna (Figura 9, 20). 1000 F. 181 parece ser, pues, su verdadero glifopersonal que a, su vez es muy parecido al T-1O,2Sb del inciso 2) de arriba,y al que en base a su contexto ya habíamos co~siderado como de natura-leza astronómica. Cuando se. usa el glifo 1000 F 181 en las Series Lunares,en realidad no hay referencia a' una deidad sino al cuerpo físico de laluna, o tal vez aún mejor dicho a un período de 20 días. Es algo comouna. metáfora poética, como si nosotros exclamáramos cuando la lunaaparece en el horizonte: llega Selené. Si en otros contextos . .1000 F.181realmente significa alusión a la diosa lunar, personaje del panteón maya,tendrá que estudiarse caso por caso.

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IV. CLIFOS NOMINALES

(Figura 9, 1-19)

En los códices de Dresde y Madrid hay literalmente cientos de es-cenas ql,1e representan a un número reducido de siempre las mismas per-sonas o dioses con cuatro glifos encima, lo que permitió a P. Schellhas=-hace más de 70 años- establecer que a cada dios particular perteneceun glifo particular, o sea, que cuando un dios determinado aparecesiempre se encuentra entre los cuatro glifos asociados el típico de este,dios, su glifo nominal. Esto hace posible saber, en casos donde por faltade espada. se dejó de dibujar al. dios, pero no los cuatro glifos respecti-vos, cuál dios se omitió toda vez que se encuentra registrado su glifonominal. . "

Ahora bien, la mayoría de las estelas mayas nos muestran figurashumanas junto a glifos, o sea que la impresión netamente visual es lamisma ya -conocida en los ,códices. Por analogía puede entonces suponer-se que entre los glifos en cuestión haya también uno nominal que designaal personaje.

Recordemos ahora de nuevo el caso particular del sarcófago dePalenque: la pareja de hombre y mujer con sus glifos correspondientesnos ayudó a identificar el glifo femenino. En consecuencia: si de los dospares de glifos uno se refería directamente a la mujer, entonces es evi-denteque el otro par ha de referirse al hombre, dándonos su nombre.Es la cara de un animal predatorio, seguido de una variante muy- especialdel glifo emblema de Palenque. Como la pareja está representada dosveces con los mismos glifos, no hay duda acerca de su correcta adscrip-ción. Hay más personas esculpidas sobre el mismo sarcófago, acompaña-das siempre por grupos de glifos que, exceptuando uno, terminan con elglifoemblema de Palenque. Por tanto parece razonable suponer, que

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también en otros textos los glifos que anteceden a los glifos emblemaspueden ser nombres de personas.

Una búsqueda sistemática en el corpus inscriptionum mayarum con-firma la sospecha, con la particularidad de que en ciudades cuyas ins-cripciones abarcan un tiempo prolongado, un nombre específico quedalimitado a un tiempo nunca mayor que la vida normal de un hombre,nombre que después es sustituido por otro. Quiere decir que hay unasucesión de nombres y hombres, seguramente los gobernantes del lugar.Durante la "vigencia" de un nombre, por decirlo así, no suele aparecerni el del antecesor ni el del sucesor; sólo en contados casos se indica eninscripciones esculpidas durante el régimen de un gobernante dado unafecha que cae dentro de la "vigencia" del anterior.

El nombre específico del personaje puede preceder inmediatamenteal glifo emblema, o puede haber intercalados otros que se encuentranen todos los tiempos y asociados a nombres de otros lugares. Estos glifos-v.gr. el T-1030- no pueden ser, por tanto, nombres específicos, sinoalgo que los diferentes personajes tengan en común: un rango, un título,una cualidad, un defecto físico, etcétera; lo mismo es válido también paraciertos afijos de carácter general y no específicos como v.gr. el T-122.

Falta mencionar que muchas veces los nombres ocurren tambiénaisladamente sin que les sigan emblemas.

La fecha calendárica del nacimiento no suele entrar en el nombrede los gobernantes mayas. Esto es sorprendente si se toma en cuenta elvalor augural concedido a los días con sus números que se palpa en loscódices y todavía en los pronósticos de algunos manuscritos de la épocacolonial.

En la estela 2 de Piedras Negras el personaje representado en ellalleva en su tocado un jaguar con grandes dientes salientes, que constitu-ye .precisamente su nombre glífico. Quiere decir, que tanto mujeres comohombres pueden llevar en el tocado su nombre glífico.

Aquí viene de la mano una pregunta que Ralph Roys ya haceaños, y sin que nada supiera de nuestras investigaciones, se formuló ala vista de los tan diferentes y tan individualizados tocados faunales lle-vados por los guerreros en las pinturas murales de Bonampak. ¿No re-presentarían éstos los nombres de sus portadores, máxime que los lacan-dones de la misma región todavía en nuestro siglo gustan usar nombresde animales? (Ruppert et al. 1955, página 63); y perduran hasta el día

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de hoy entre. los mayas de Yucatán apellidos derivados de nombres deanimales. Normalmente los glifos específicos de los varones son o ele-mentos simbólicos, como sucede con las mujeres o, con ma,yor frecuencia,cabezas de animales, muy señaladamente la del jaguar, el rey de los ani-males en la región maya. Por pequeños afijos se distinguen estos jaguaresuno del otro, tanto temporal como espacialmente.·

Todavía en el siglo XVI la situación de los nombres propios entrelos yuca teca s era bastante complicada. Podían usarse para la mismapersona una gran variedad de nombres, el paterno, luego el naal o ma-terno, el paal o infantil, el coco o de chiste y aún el profesional, como AhKin (sacerdote). Para ejemplificar lo anterior, entresaquemos algunascitas del Códice de Calkini (1957, páginas 37, 49, 57 y 93): "Ah KinTun, quien tenía por nombre paal Ah Chac y Ah Kin Chac porsegundo nombre". "Na Hau Kumún, que tenía por nombre paal AhTzab ... Na Puc Cimi cuyo nombre coco era Ah Pach Uitz". "Ah KoxEuán, cuyo nombre naal era Na May". "Na Chan Dzul, nombre naal deAh Ceh Dzul".

Landa se refiere a lo anterior cuando dice (1938, página 42): "Asus hijos e hijas siempre llamaban del nombre del padre y de la madre;el del padre como propio, y de la madre apelativo, de esta manera: elhijo de Chel y Chan llamaban Na-Chan-Chel", y en otro lugar (página60) "y pusiese el nombre que había de tener el tiempo de su niñez, por~que acostumbraban llamar a los niños nombres diferentes hasta que sebautizaban o eran grandecillos; y después dejaban aquellos, y comenza-ban a llamarlos el de los padres, hasta que los casaban, que se llamabanel del padre y de la madre".

Esta variedad de nombres y títulos para una misma persona, exis-tente ya en tiempos prehispánícos, a veces dificulta nuestro correcto en-tendimiento de nombres en los monumentos: creemos ver dos nombresdiferentes, pero en realidad ambos puedan referirse a la misma persona..

Un caso muy curioso de lo que puede suceder a un nombre ha sidodescubierto por Proskouriakoff (1963) en Yaxchilán. Allá, en el dintel8 se observan dos personajes tomando dos prisioneros que llevan incisossobre sus muslos sendos glifos, seguramente sus nombres. En el texto prin-cipal del dintel aparecen los nombres de los captores, los de los cautivos yun glifo T-87.515:25.181 (Figura 8, 38) que Proskouriakoff interpretacomo "captura". Quiere decir que la hazaña de la conquista, sea de un

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"

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personaje simple, sea de un-representante de 'todo un pueblo ahora so--juzgado, queda incorporado en el nombre del héroe, quien aún en ins-cripciones posteriores sigue exhibiendo en su nombre el de. su pasadavíctima.

Todo lo anterior subsistió en una u otra forma entre los pueblosdel México central y Clavijero (1964, página 194) lo resumía así hacedos siglos: "El nombre que se daba a los niños, unas veces se tomabadel signo en cuyo día habían nacido (lo cual era muy usado en la Mixte-ea) como el de Nahuixochitl (4 flor), Macuilcoatl (5 culebra), Omecalli(2 casa); otras veces de algunas circunstancias que habían intervenidoen el nacimiento ... Al que nacía en el día de la renovación del fuego,si era varón llamaban Molpilli y si mujer, Xiuhnenetl. .. A los varonesdaban frecuentemente nombres de animales X y a las mujeres de flo-'res, •. algunos adquirían después con sus acciones algún sobrenombre ...'a un célebre capitán tlatelolca, por ~aber' cautivado para la renovacióndel fuego a un huexotzinca llamado Xiuhtlemin, se le dio el apellidoXiuhtlaminma". .

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~

i102

V. GLIFOS DE EVENTOS

Expresiones verbales

(Figuras 8, 30-39)

'De los cuatro cartuchos de glifos que suelen acompañar a los diosesen los códices; uno está siempre ocupado por el glifo del dios respectivo,en la inteligencia de que normalmente este glifo forma el segundo otercer cartucho.

Los dioses o son benéficos o son maléficos; entre los primeros secuenta, naturalmente, el dios del maíz, entre los últimos el de la muerte,y ha sido posible agrupar a todas las deidades dentro de uno de estosdos grupos. En cada almanaque, compuesto de varias secciones queabarcan normalmente 260 días, hay siempre representantes de los dosgrupos. Hay, además, un número de glifos "positivos". 'j. otro de "negati-vos" que van íntimamente asociados a los dioses, que ocupan los 'cartu-chos tercero o cuarto, según. el caso. Se les considera de augurio y comoson consecuencia de la naturaleza de los dioses comprensiblemente susglifos siguen a los de los dioses.

Nos queda por establecer todavía el significadovde los glifos queocupan el primero o los primeros cartuchos. Suelen ser dentro de cadaalmanaque los mismos para cada sección de cuatro glifos con un mismodios repetido varias veces o alternándose diferentes dioses. Quiere decirque es el caso típico de una constante con diferentes variables. Muchasveces llevan o el prefijo T-1 o el postfijo T.;181. Si el glifo del dios estáen tercer lugar, el segundo frecuentemente ostenta una mano o dos ma-nos superpuestas. Surge la sospecha de que aquí: se trata de glifos deacción o de verbos.

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103

...

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Cuando entran a formar parte del texto los glifos de los cuatropuntos cardinales, suelen ocupar el primer lugar, desplazando el presuntoverbo al segundo. En estos casos lo que quería hacer el escriba era des-tacar desde un principio el concepto constante de los puntos cardinales.

Junto con dioses y glifos entra todavía un tercer factor para formarel conjunto de estos almanaques: las expresiones de tiempo (días con susnumerales) que comienzan en el lado izquierdo. Concretándonos a fe-chas y glifos (entre los cuales los dioses quedan incorporados mediantesus glifos nominales) resulta el siguiente esquema:

Fecha - acción (verbo, predicado) - actor (sustantivo, sujeto) -augurio. La naturaleza de los glifos augurales queda básicamente con-dicionada por la de los dioses. Hasta qué grado, fecha y acción las mo-difican o producen la selección de los entre ellos posibles, queda poraveriguar.

Veamos ahora si este esquema, puede identificarse también en otrosescritos de los mayas, tanto anteriores como posteriores a la redacciónde los códices.

Las fechas figuran prominentemente en las viejas inscripciones pé-treas y también en las crónicas de los mayas de Yucatán. Es en las últi-mas donde encontramos frases como las siguientes:

Cabil Ahau uhetzcicab Ah Suytok Tutu! Xiu Uxmal2 Ahau se estableció Ah Suytok Tutul Xiu en Uxmal.

Oxlahun Ahau cirnci Ah Pula13 Ahau murió Ah Pula.

Uuc Ahau cimci yax obispo de Landa7 Ahau murió el gran obispo de Landa.

U katunil binciob Ah YtzaobEl katún, cuando se fueron los itzaes.

bres propios, muchas veces seguidos por glifos emblemas (que para no-sotros son locativos), parece justificado buscar también glifos de accióno de evento (los verbos) que nos dirían lo que las diferentes personasaludidas hayan hecho o sufrido en las diferentes fechas.

En base a lo ya expuesto, el lugar sospechoso para el presunto verboes el inmediato siguiente a una fecha u otra expresión de tiempo.

En efecto, muchas veces encontramos en el lugar señalado glifosque se caracterizan por ser mayormente de tipo simbólico (aunque pue-den ocurrir también formas de animales) que frecuentemente llevan elpostfijo T-181 (que ya vimos en los códices que está relacionado tambiéncon los posibles verbos) y que pueden ocurrir en cualquier ciudad mayay en cualquier tiempo. Es decir, son constantes a través del tiempo ydel espacio. El hombre individual- no lo es; las actuaciones humanassí lo. son.

Los glifos emblema -aunque todos pertenezcan a una misma ca-tegoría- en la práctica son tan diferentes e individualizados que cadauno de ellos es inequívoco en cuanto a su relación con un lugar específico;no importa, por el momento, que no sepamos ni siquiera su interpreta-cióncien por ciento correcta, ni cómo los mayas hubieran pronunciadocada glifo emblema individual, sea solo, sea en combinación con susafijos. Lo mismo sucede con los nombres personales. La combinaciónpájaro-jaguar v.gr. ocurre tan sólo en Yaxchilán durante un lapso de-terminado. Como nombre propio, no puede ser confundido con ningúnotro. Y otra vez no importa, pm lo menos por ahora, que no sepamoscómo los mayas hubieran leído y pronunciado el glifo.

Para los glifos asociados a nombres individuales y que consideramostítulos o indicadores de funciones y que ocurren ,como constantes enespacio y tiempo, ciertamente sería deseable que supiéramos más acercade ellos, ya que de seguro nos dirían más sobre la organización social delas clases dirigentes; pero puesto que nos encontramos al principio deentenderlos, con el vislumbrar su naturaleza es suficiente.

La situación, en cambio, es muy otra con los verbos. Por su posicióndespués de una fecha, amén de otras consideraciones, ciertamente loshemos identificado como tales. Gráficamente hay muy diferentes, lo queparece indicar también significados muy diferentes. Pero aquí ni la másperfecta individualización es suficiente. Aunque desconozcamos la pala-bra maya para el glifo sí deberíamos saber cabalmente su significado. Si

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li"l.

l'II~f'

".','~!'J ti"

En todos los ejemplos el orden básico es: fecha (o expresión de tiem-po) - acción - actor. Naturalmente pueden intercalarse en este orden'todavía otros elementos, como por ejemplo el adjetivo yax usado paracaracterizar al obispo Landa. En el primer ejemplo de las cuatro frasesmuestras, al actor le sigue todavía un locativo.

Ahora bien, lo que abunda en las inscripciones clásicas son fechas.Como entretanto ya hemos averiguado que en ellas ocurren también nom-

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l'~JIIIIIIII

un glifo de este grupo significa, digamos, suicidarse y' nosotros lo inter-,pretamos como divertirse, nuestro entendimiento de la frase -reconocidaformalmente como tal- en realidad sería un desconocimiento completode su sentido. Y aunque acertáramos reconociendo en el verbo un 'aspecto"acuático", una lectura incorrecta de bañarse por la correcta de ahogarsesería todavía lo suficiente grave para, en realidad, no entender el men-saje intencionado de la frase.

Será, pues, objeto de investigación e interpretación encontrar elsignificado correcto de nuestros glifos de eventos. Como desg-raciada-mente en las representaciones pétreas hay muy pocas veces una descrip-ción ilustrativa de acciones -los personajes casi siempre estánpresen-tados en forma estática- y donde la acción ilustrada pudiera quedar re-flejada en el verbo de la frase acompañante a la escena, la interpretaciónde los verbos, donde el procedimiento anterior no sea factible, debe ha-llarse por otros caminos. Y puesto que todo está incorporado en el fluirdel tiempo, y que se palpa un actuar de los hombres en el tiempo, unactuar semejante en lugares y tiempos diferentes, en continua, aunqueno cíclica repetición, todo parece indicar que aquí tenemos 'que habér-noslas con la historia vivida y actuada en cada ciudad maya -por susgrandes jefes, diferente por lo individual de cada halach uinie, semejan-te por la unidad de la naturaleza humana y por pertenecer todos a lamisma cultura maya_ Es decir, que si como Juan y Pedro actúan en for-ma diferente, como, digamos, alcaldes de Quezaltenango 'y de Cobán,lo harán en forma semejante.

Observaremos de paso que en frases largas, desprovistas de 'fechas,los verbos y sustantivos bien pueden ser diferentes a los de tipo histórico,

Nos acercaremos, pues, ahora a las inscripciones mayas bajo el su-puesto de que por lo menos parte de su contenido es de naturaleza his-tórica (otra parte bien puede ser religiosa, ritual, astronómica, etcétera),y que pensando en términos de historia se pueda entender el significadode por lo menos algunos glifos de eventos, y captar la totalid~d del men-saje histórico expresado por los glifos y esculturas relacionadas a talmensaje.

106

VI. VISION HISTORICA

1. Piedras Negras

Estudiando los monumentos de Piedras Negras, Guatemala, TatianaProskouriakoff, en 1960, descubrió con genial lucidez que éstos hacíanreferencia a la historia de sus gobernantes. Llegó a esta conclusión alanalizar las estelas 'de las que 'obtuvo los siguientes datos:

a) -Que la mayoría de Ias estelas puede repartirse en grupos, conun número variable de ellas en cada grupo y con fechas deerección continuas. Es decir, se erigieron monumentos' cada 5tunes -o sea cada hotún- y que -las- estelas de cada grupoconstituyen una serie continua' de fechas -de erección. _

b) Que en' los cinco primeros grupos o series de las siete identifi-cadas por ella, el monumento más antiguo respectivo ostenta unarreglo escultórico muy específico: un personaje sentado en alto(en cuatro casos dentro de un nicho), al cual' conducen pisadaso una escalera, o ambas, con lo que se da la impresión visualde un ascenso al trono. Por tanto las llamamos estelas de entro-nización.

e) Que las siete estelas más antiguas de las series respectivas tie-nen además la particularidad de que no, sólo llevan' inscrita lafecha de su erección sino también otra, anterior a ésta, aunquenunca en más de 5, años, seguida por un, glifo especifico, conoci-do con el nombre de glifo de dolor de muelas o más prosaica-mente como T -684 (Figura '8, 33). Llamó a esta clase _de fe-chas, inaugurales. La fecha inaugural es siempre intermedia

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entre la erección del monumento en el que se encuentra gra-bada por vez primera y el monumento de erección inmediataanterior. En otros monumentos de la misma serie puede haberreferencia, directa o indirecta, mediante aniversarios, a esta fe-cha inaugural. Dejan de hacerse referencias a ella en estelaserigidas después de una nueva fecha inaugural.

d) En cuatro de las series Proskouriakoff observó la existencia deotras cuatro fechas más, diferentes entre sí pero de característi-cas iguales. Son fechas anteriores a la fecha inaugural del gru-po al que pertenecen, van seguidas por un glifo típico, la ranavirada, T-740 (Figura 8, 30), son las más antiguas registradasen las estelas de su grupo y se hace referencia a ellas directa oindirectamente en varias estelas. Proskouriakoff llamó a estaclase de fechas iniciales. Al igual como sucede con las fechasinaugurales, las referencias a ellas en estelas terminan a partirdel inicio de un nuevo grupo.

Tanto las fechas inaugurales como las iniciales pueden ser seguidaspor glifos locales típicos para cada grupo; y por cierto que estos mismosglifos típicos pueden seguir también a otras fechas referidas por las es-telas de un mismo grupo.

Al comparar las distancias de las fechas bajo estudio, Proskouriakoffencontró que las diferencias entre fecha inicial e inaugural son:

2a. serie

3a. "4a. "7a. "

12 años aproximadamente

22

28

31

" "" "" "

De una fecha inaugural a la siguiente las diferencias son 35, 47, 42,28, 5 Y 17 años aproximadamente.

De todo lo anterior Proskouriakoff dedujo:

1 . Que las siete series de monumentos fueron erigidas por sietegobernantes diferentes.

108

2. Que la entronización de un nuevo gobernante, muchas vecesqueda representada visualmente en la primera estela de su res-pectivo reinado. La fecha de la entronización es la llamadainaugural y el glifo T-684, acompañado por un "conjunto deafijos", (Figura 8, 35) significa algo como ascenso al poder.

3. Que la fecha inicial corresponde a la del nacimiento del go-bernante o de una fecha cercana al mismo en que se pudo ha-ber celebrado alguna ceremonia, y que el glifo T-740 significaprecisamente algo como inicio.

4. Que los glifos que siguen a T-684 y T-740, respectivamente,son los nombres de los gobernantes.t"

Las cuatro diferencias de años que dejamos señaladas arriba seránentonces las edades que los gobernantes tenían al ascender al trono; ylas otras seis los años que duró su gobierno. Aunque la edad de 12 añospuede parecer demasiado poca para la de una entronización y 47 añosdemasiado largo para el reinado de una sola persona, no son de! todoimposibles, y en todo caso pueden haber sido subsanados mediante laactuación de hecho de otras personas, (ayos o regentes), pero no men-cionadas expresamente en las inscripciones.

Al lector español vienen en seguida a la mente los años de reinadode los tres Felipes que en total abarcaron 109 años (contra 124 añossumando los de la primera, segunda y tercera serie; quiere decir unadiferencia de tan sólo 15 años a favor de las tres series mayas sobre lostres reinados españoles) a saber: Felipe II, nacido en 1527, reinó de1556 a 1598; Felipe III, nacida en 1578, reinó de 1598 a 1621 y FelipeIV, nacido en 1605, reinó de 1621 a 1665. De la misma manera un ingléspodría pensar en los reinados de Jorge III, nacido en 1738, quien go-bernó de 1760 a 1820 y en la Reina Victoria, nacida en 1819, con ungobierno de 1837 a 1901.

Tanto el glifo T-684 como el T-740 siguen directamente a fechasy en la interpretación que se les ha dado existe una connotación verbal(con la curiosa pero marcada particularidad de que e! glifo T -740 casi

13 A pesar .de que Piedras Negras es precisamente la ciudad maya cuyog~sdenvolvimiento histórico (como se proyecta en sus inscripciones) se ha estu-

la o mejor, falta entre otras cosas un análisis de los nombres propios ya íden-ti{1cados. Es dificil distinguir en las cláusulas nominales compuestas de varios~ ItfOS el elemento netamente especifico de otros al parecer más generales. Entres os no se ven los que aparentemente son titulos en otros lugares, pero sí unos

que se repiten como si fueran tales supuestos tttulos, sólo que de orden local.

109

......•.•

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siempre lleva el postfijo T-181, ~mientrás que el T-684 rarísimas veces10 lleva). En inscripciones de otros lugares el comportamiento de ambosglifos es igual al encontrado en Piedras Negras. Sobre todo con el glifoT-740.181 se observa que los glifos que le siguen, los nombres, puedenaparecer con fechas posteriores pero no con anteriores. De ahí que lapropuesta identificación del significado de ambos glifos resulta utilizabley razonable también fuera de Piedras Negras.

La interpretación histórica con su postulado de poder identificar apersonajes concretos y las actuaciones de ellos, aporta también un sentidohumano a mucho de lo que -ya hábíasido observado por otros investiga-dores en los grandes centros mayas.

Como caso concreto veremos primero el desarrollo de Piedras N e-gras mismo.

Antes de entrar en materia debemos mencionar los mal llamadosdinteles, que están relacionados aunque no pertenecientes directamentea las siete series. Fueron encontrados, en las partes altas de las pirámidesentre los escombros de sus edificios, pero es muy dudoso que realmentehayan servido de dinteles; sin embargo, por conveniencia se retiene eltérmino. Los ejemplares. completos son generalmente apaisados y loagrupado bajo el término varía desde pequeños fragmentos con glifoshasta estupendas obras escultóricas, Muchas veces muestran escenas conun jefe maya, un halach'uinic, frente a guerreros.

En cuanto a su informaciónglífica se caracterizan por lo siguiente:no son marcadores quinquenarios, como pueden contener fechas redondasno las pueden tener tampoco. Cuando hay en ellos Series Iniciales éstasnunca conducen a fechas redondas. En los casos donde se pueda controlarel alcance de una inscripción -dintelar, ésta abarca más de una serie;quiere decir esta clase de textos es menos unipersonal.

Ahora bien, ya Morley (1938~ ITI, página 28) se había dado cuentapor las fechas de las estelas de que el núcleo más antiguo de la ciudadera la plaza sur y que la ciudad se extendió después a la plaza occiden-tal, para terminar con las inscripciones de la plaza este. Pero lo que: paraM6rley fue un desarrollo 'de un Piedras Negras' abstracto, ahora se per-fila como decisiones .de gobernantes bien definidos de hombres .de carney hueso. '

Como es seguro que antes del gobernante de la primera serie ya'-existieron otros y considerando la posibilidad de que las series largas

no-

hayan sido regidas tal vez por dos gobernantes, designaré a los gobernan-tes de l!'i!s.series I al. VI¡ con números romanos reservando los númerosarábigos. para cuando conozcamos la secuencia completa y correcta.

Por la naturaleza de su enfoque Proskouriakoff empezó su primeraserie con la estela 25 (9.8.15.0.0), que es la más antigua con nicho. Peroexisten monumentos con inscripciones aún anteriores, a saber las estelas30 y 29 así como los dinteles 11 y 12. De estos monumentos la estela 29y las dos lisas '42 y 44 Y el dintel 11 procedieron de la cúspide de lapirámide R-3. El dintel 12 fue encontrado en el edificio 0-13, utilizadoallá como material de construcción. Es de dudarse que esta .inscripción,que hoy por ~oy es la más antigua de Piedras Negras, haya estado desdeun principio allá, sobre la plaza este. Pero de todas maneras habrá pro-cedido de un edificio seguramente colocado en alto.

Es discutible la procedencia exacta de la estela 30.Puede, pues, 'creerse que en Piedras Negras al inicio de 1<1'S activida-

des documentadas mediante inscripciones, éstas se colocaban en las par-tes altas de las pirámides.

El gobernante I rompe con esta costumbre. Su primera' estela, la25, fue encontrada en el lado oriental de la plaza sur, al pie de la pirámi-de R-9, lo mismo que la 26 (9.9:15.0.0).

La, segunda.rserie empieza con la estela 33 (9.10.10.0.0); ésta y lassubsiguientes 32, 34, 46 35, 36 y 37 (9.12.0.0.0) forman hilera al pie de .la pirámideR-5, ahora en el lado occidental de la misma plaza.

A partir de entonces se colocan las estelas en el grupo oeste con Iasprimeras al pie de la estructura K-5. No quiere decir que allá 'antes nohqbierae¡xistido nada; las excavaciones precisame~te:c de la estructuraK-5 han demostrado que el inicio de ella ha, de situarse, en el períodoclásico antiguo Tzakol (?12.0.0.0 hasta 9.8.0.0.0), pero,sospecho que elúltimo edificio e en la cúspide, final de una serie de superposiciones yagregados fue terminado precisamente por el gobernante n. Entre losescombros frontales del último templo se encontró el dintel 7. Su Serie:Inicial de 9.9.8.0.10 (?) bien puede ~aunque no es forzoso que así sea-referirse a las fases iniciales de la construcción de la pirámide e K-5 Y laúltima fecha legible, 9.12.5.11.5, podía estar cerca de la terminacióndel último templo. Al pie de la escalera se había colocado la estela 39c~rpo marcador quinquenario para 9.12.5.0.0 y al poniente de ella la 38p~ra marcar 9.1.2.10.0.0.

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Nosotros, por simetría, hubiéramos colocado el marcador quinque-nario que había de seguir al lado este de la misma escalera. No así elnuevo gobernante.

Este debe haber sido un personaje extraordinario en la historia dePiedras Negras y desde sus primeros actos se nos revela con muchosbríos revolucionarios. Entre los glifos con que se le designa figura tam-bién la cabeza de jaguar con un uinal tapando o sustituyendo la man-díbula inferior. Esta misma cabeza de jaguar forma parte del tocado enla estela 2. ¿ Se le habrá conocido en la comarca como el "Jaguar" dePiedras Negras?

Erigió sus estelas sobre la gran plataforma al pie de la estructuraJ-4 (tal vez un templo), plataforma que es parte del gran conjunto Jcompuesto esencialmente por una gran estructura palaciega, la llamadaAcrópolis: grandes edificios alargados de dos galerías alrededor de variospatios, con lo cual, por lo menos en planta, toda vez que de los edificioscasi nada existe ya, se asemeja bastante al gran Palacio de Palenque,con la diferencia notable de que este último está colocado en alto sobreun gran terraplén (aunque lo que en la actualidad aparenta ser la su-bestructura bien pudiera ser un viejo conjunto de edificios sobre el cuallos actuales visibles fueron sobrepuestos después), y el Palacio de PiedrasNegras en una hondonada natural.

Carecemos de buena información respecto a la historia constructivade la Acrópolis de Piedras Negras en especial y de las demás construc-ciones del mismo lugar en general, pero sospecho que buena parte delconjunto J de Piedras Negras (Palacio y templos adyacentes) fue cons-truida por el gobernante de la tercera serie.

La estela 6, que es la más antigua de esta serie, es novedosa no sólopor su colocación sino por otros motivos más: está esculpida por loscuatro costados igual que todas las de la serie, en contraste con lasestelas anteriores, observación hecha ya por Morley.

Su Serie Inicial 9.1~.15.0.0 C!ue marca la fecha de su erección esla primera en Piedras Negras donde la Serie Lunar se ajusta a lasprácticas del período de uniformidad, es decir, que este gobernante leintrodujo en Piedras Negras como uno de sus primeros actos de gobier-no. Cuando años después, en la estela 8, mandó a esculpir su fecha denacimiento en forma de Serie Inicial, da las lunaciones anacrónicamente

112

según el sistema de uniformidad y no del que regía en Piedras Negrasrealmente en aquel entonces.

Además, la estela 6 es la primera de las estelas de entronización quejunto a la fecha inaugural dan al mismo tiempo la fecha de nacimientodel nuevo gobernante. Su antecesor, el gobernante 11, quien dirigió losdestinos de Piedras Negras a partir de 9.10.6.5.9 no dio a conocer sufecha de nacimiento sino hasta 9.11.15.0.0 (25 tunes después de su pri-mer marcador quinquenario), repitiendo en la estela respectiva, la 36,(Figura 12) también la fecha de su entronización. El gobernante 111mandó consignar de nuevo en la estela 3 (también exactamente 25 tunesdespués de su primer marcador quinquenario) tanto la fecha de su na-cimiento como el de su entronización, cosa que volvió a hacer en lasestelas 7 y 8 de 9.14.10.0.0 y 9.14.15.0.0, respectivamente.

Luego el gobernante IV perpetuó su fecha de nacimiento y el desu entronización también de una vez en su primer marcador y las volvióa repetir a los 5 y 20 tunes (estela 9 y altar 2). En las tres restantes seriesse tiene muy bien las fechas de inauguración y sus primeros marcadoresquinquenarios (estelas 14, 16 Y 15), pero sólo el gobernante de la séptimaserie perpetuó de nuevo su fecha de nacimiento en inscripciones, aunqueno en el primer marcador quinquenario. Eri síntesis: de los siete gober-

. nantes .referidos, dos (el tercero y cuarto) indican su fecha de nacimien-to ya en la estela de entronización respectiva y dos (el segundo y sépti-mo) muchos áños después. Los otros tres (primero, quinto y sexto) nola dan para nada. Faltan del todo en los dinteles que a lo sumo danfechas inaugurales. Como se ve para los gobernantes de Piedras Negras,su fecha de nacimiento y por ende su nombre calendárico fue de limita-da importancia. Un análisis de las inscripciones de otros lugares da paraellos resultados parecidos para sus jerarcas, si bien sus fechas de naci-miento pueden quedar registradas durante su vida igualmente medianteaniversarios tal como los reyes modernos conmemoran en alguna formasus 80 ó 90 años cumplidos.

El ascenso al poder del "Jaguar de Piedras Negras" en 9.1~.14.13.17 Imix 19 Pax es consignado fuera de Piedras Negras todavía en dosinscripciones más:

1. Sobre una pequeña cabeza de jade con yelmo de jaguar que fuerescatada por Edward Thompson del cenote sagrado deChichén Itzá al

113

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9.12.14.13.1+ 13. 0.0

7 Imix 19 Pax

hacer su famoso dragado del mismo. Hoy se .conserva .enel-Museo Pea-body de Cambridge, Mass, . . .. ,

En su parte postericc Ileva irepartida una inscripción. .en dos seccio-nes (Figura 10, 4). La primera tiene la Rueda Calendárica 7 Imix 14Mac, luego un signo final seguido por 13 tunes. De los dos -glifo.s restan,tes, el primero es el. "conjunto de afijos" relacionado con entronizacióny el segundo parece ser el nombre del gobernante .III de Piedras Negrasuna cabeza de un posible felino con un clarouinaI sustituyendo la man-díbula inferior. .' . . .

En la segunda sección, después de unos glifos destruidos, hay un 7tun, luego el glifo que interprétamos como "fiesta hotúnica", aunque aquíusado en forma algo diferente, luego la RC 5 Imix 19 Zac; después elmismo signo final de arriba seguido por 1 katún. Termina la inscripcióncon' otro "conjunto de afijos". Reducido a la forma usual de expresarfechas maya.s tenemos:

11111

9. 0.0.0.0 8 Ahau 18 Pax+ . 4. 0.0.0.0

13. 0.0,0.0 4 Ahau 8 Cumku, con la cláusula-Era.8.13.0.0.0 9 Ahau 3 Zac9. 4.0.0.0 13 Ahau 18 Yax9.10.0.0.0 1 Ahau 8 Kayab9.1·2.0.0.0 10 Ahau 8 Yaxkin9.13.0.0.0 8 Ahau 8 Uo

+ 7.0.0.0

10. 0.0.0.0 7 Ahau 18 Zip.r!~'111

En Palenque se registró la fecha-Era en los tableros del Templo dela Cruz y del Templo del. Sol con la misma cláusula-Era. Las siguientesfechas -exceptuando 8.13.0.0.0- son prominentes en el largo texto delTemplo de las Inscripciones. 9.4.0.0.0 es la Serie Inicial y 9.13.0.0.0 esla fecha terminal de la inscripción, en la cual queda indicada tambiénla RC 7 Ahau 18 Zip (Fin del baktún 10) aunque sin el ND de.7 katunes,que aparece. en el texto de Piedras Negras; otra vez el 13 más 7 dearriba, sólo aquí en relación a katunes y baktunes, La cuenta larga coe-tánea de 13 katunes habrá provocado la referencia a la fecha-Era de13 bakt:unes,. así como a 8.13.0.0.0, un baktún exacto anterior a la fechacontemporánea .del altar...Al mismo afán de jugar con el número 13 se debe la selección dela fecha más antigua del texto: 4 baktunes anteriores ala fecha-Era,ya que así resulta que la diferencia entre este viejo matemático-teórico~.O.O.o.O y la. fecha de erección del altar es exactamente 13.13.0.0.0.

El uso de altares Eara marcadores fue copiado después por los go-bernantes IV y VII para las fechas 9.16.0.0.0, 9.18.0.0.0 y 9.19.0.0.0(altares 2, 4 yS);:

Después, al erigir los marcadores para los lahuntu'nes 9.13.10.0.0 y9.14.10.0,0 nuestro gobernante-Hl introdujo -en las estelas 4 y 7- otranovedad, 'no continuada por sus sucesores,la de indicar en ellos, convisión futurista, también los katunes completados 9.14.0.0.0 y 9.15.0.0.0.

Debemos hacer mencióri todavía a las estelas. 1 'y 3 que introducenen grande otro tema para la' historia de Piedras Negras: la mujer.

11

9.13. 7.13.1+ 7.0.0

7 Imix 14 Mac

9.13.14.13.1 5 Imix 19 Zac.

Aparte de las referencias a jaguar con uinal y entronización, es deseñalarse la subdivisión de 1 katún: 13 tunes (número sagrado) y 7 tunespara completar 20. . '

2. En el panel del museo de Dumbarton Oaks de Washington yamencionado.

Al erigir el marcador quinquenario para 9.13.0.0.0 el gobernantebajo estudio rompió también de nuevo con todas las costumbres ante-riores. En vez de poner una estela puso un altar redondo sobre tres so-portes, semejante al que está al pie del Templo de las Inscripciones enPalenque. Y el largo texto inscrito sobre el canto de este altar tambiénse nos figura inspirado por gente palencana. Según Thompson ( 1944)las fechas sobresalientes de la inscripción son:

114 115

Page 60: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

Ambas estelas empiezan con la Serie Inicial 9.12.2.0.16 5 Cib14 Yaxkin. En la número 1 el coeficiente del glifo C es 3 (no Uniforme)y en la. estela 3 es 2 (uniforme). Con cierta falta de lógica se habíaconsiderado esta fecha como la de la introducción del sistema uniformeen Piedras Negras, a pesar de que estelas posteriores a dicha fecha to-davía daban los números lunares no uniformes. Lo que pasó es que laestela 1 da lo que debió haber sido la lunación verdadera según el cóm-puto del lugar en que nació la señora (o a lo mejor en un cómputofemenino si la mujer fue de Piedras Negras mismo) y la estela 3 da,para la misma fecha, el valor según el sistema uniforme, anacrónica-mente, tal como sucedería después en la estela 8, según lo que referimosantes.

En amba.s estelas la fecha de nacimiento de la señora, o sea preci-samente la de la Serie Inicial, está ligada directamente con una de cuatrofechas consecutivas, y lo mismo sucede con la fecha del nacimiento delgobernante, a saber:

femenina, el nombre del gobernante que remata con el glifo emblemade Piedras Negras y entre las dos expresiones nominales la combinaciónT-47.552:23. En el Códice de Dresde hay representadas varias escenas derelación entre un dios y una diosa, y en el texto que las acompaña haycomo glifo de acción precisamente este T-47.552:23, que desde los díasde Foerstemann se ha toma.do como el de la unión (¿sexual?). La presen-cia de esta combinación glífica en la forma referida para la estela 8puede, pues, considerarse como prueba adicional de nuestra sospecha deque de 9.12.14.10.14 a 9.12.14.10.17 se realizaron grandes fiestas de bodaen Piedras Negras.

El análisis de las fechas de nacimiento iniciada desde 1960 por Pros-kouriakoff revela todavía algo más: el gobernante nI nació cuando el nya tenía unos 38 años y el IV cuando el In tenía 36 años. Si realmentehubo continuidad entre la primera y segunda serie, cosa factible, ya queen ningún caso la primera podría haber durado más de 35 años, enton-ces el gobernante n hubiera nacido en el vigésimo segundo año delreinado del gobernante 1. Si damos a éste unos 20 años en el momento desu ascenso al poder, resulta que hubiera tenido 42 años al nacer susucesor.

Ya vimos que hay bases para creer que el gobernante Hf se casó alos 22 años, edad razonable desde todo punto de vista y probable tambiénpara los casamientos -supuestamente monogámicos- de los otros go-bernantes. Como no es de creerse que los gobernantes hubieran esperadodécadas ántes de procrear y tampoco que ningún vástago anterior hubie-ra sobrevivido, con toda la mortalidad infantil que se quiera, se imponela deducción de que los gobernantes de Piedras Negras -y lo mismo esde suponerse para los gobernantes mayas en general- no se sucedieronpor un sistema basado en la primogenitura.

Para los mayas de Yucatán del siglo XVI, Landa (1938, página 43)describe la situación con las siguientes palabras "Si cuando el señor mo-ría no eran los hijos para regir y tenía hermanos, regía de los hermanosel mayor o el más desenvuelto y al heredero mostraban sus costumbresy fiestas para cuando fuese hombre; y estos hermanos, aunque el here-dero fuese para regir, mandaban toda su vida; y si no habia hermanos,elegían los sacerdotes y gente principal un hombre suficiente para ello".Otra vez se perfila una sucesión bastante flexible, sin el principio de laprimogenitura; al igual como tampoco lo hubo entre los reyes aztecas.

iJ

9.11.12. 7. 29.12. 2. 0.169.12.14.10.149.12.14.10.159.12.14.10,169.12.14.10.17

2 Ik 10 Pax5 Clb 14 Yaxkin

12 Ix 12 Kankin13 Men 13 Kankln1 Clb 14 Kankin2 Caban 15 Kankln

Nacimiento del señorNacimiento de la sefíoraEstelas 7 y 8, masculinasEstela 3, lado masculinoEstelas 1 y 3, lados femeninosEstela 8, masculina; conchas, femeninas.

'Obviamente la convergencia de una biografía masculina con otrafemenina en una fecha específica puede interpretarse como la realiza-ción de un matrimonio. El varón tenía en 9.12.14.10.17 unos 22 años yla mujer apenas 12 Y2. Parecería demasiado joven para contraer matri-monio aunque siempre dentro de límites razonables de acuerdo con lacostumbre maya. Landa (1938, página 43) nos informa que en su tiempolos mayas se casaban entre 12 y 14 años; aunque para la época prehis-pánica indica 20 años, lo que parece poco probable para las mujeres. Deotra región mesoamericana, Sola de Vega, Oaxaca (Berlín 1957) sabe-'mos que en el siglo XVII las muchachas se casaban desde los 12 años y19S muchachos desde los 14. Aún hoy en día entre los indígenas de Chia-pas se realizan las uniones de parejas entre adolescentes, sancionadas porlas custumbres regionales pese a que los contrayentes no tengan las edadeslegales mínimas.'

Ahora, bien, en la estela 8 después de la fecha 9.12.14.10.17 2 Caban15 Kankin entre los glifos que le siguen (Fig. 10, 3) hay una combinación

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Page 61: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

1

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Ambas estelas empiezan con la Serie Inicial 9.12.2.0.16 5 Cib14 Yaxkin. En la número 1 el coeficiente del glifo C es 3 (no uniforme)y en la estela 3 es 2 (uniforme). Con cierta falta de lógica se habíaconsiderado esta fecha como la de la introducción del sistema uniformeen Piedras Negras, a pesar de que estelas posteriores a dicha fecha to-davía daban los números lunares no uniformes. Lo que pasó es que laestela 1 da lo que debió haber sido la lunación verdadera según el cóm-puto del lugar en que nació la señora (o a lo mejor en un cómputofemenino si la mujer fue de Piedras Negras mismo) y la estela 3 da,para la misma fecha, el valor según el sistema uniforme, anacrónica-mente, tal como sucedería después en la estela 8, según lo que referimosantes.

En ambas estelas la fecha de nacimiento de la señora, o sea preci-samente la de la Serie Inicial, está ligada directamente con una de cuatrofechas consecutivas, y lo mismo sucede con la fecha del nacimiento delgobernante, a saber:

femenina, el nombre del gobernante que remata con el glifo emblemade Piedras Negras y entre las dos expresiones nominales la combinaciónT-47.552:23. En el Códice de Dresde hay representadas varias escenas derelación entre un dios y una diosa, y en el texto que las acompaña haycomo glifo de acción precisamente este T-47.552:23, que desde los díasde Foerstemann se ha tomado como el de la unión (¿sexual?). La presen-cia de esta combinación glífica en la forma referida para la estela 8puede, pues, considerarse como prueba adicional de nuestra sospecha deque de 9.12.14.10.14 a 9.12.14.10.17 se realizaron grandes fiestas de bodaen Piedras Negras.

El análisis de las fechas de nacimiento iniciada desde 1960 por Pros-kouriakoff revela todavía algo más: el gobernante H'I nació cuando el IIya tenía unos 38 años y el IV cuando el Hl tenía 36 años. Si realmentehubo continuidad entre la primera y segunda serie, cosa factible, ya queen ningún caso la primera podría haber durado más de 35 años, enton-ces el gobernante n hubiera nacido en el vigésimo segundo año delreinado del gobernante l. Si damos a éste unos 20 años en el momento desu ascenso al poder, resulta que hubiera tenido 42 años al nacer susucesor.

Ya vimos que hay bases para creer que el gobernante In se casó alos 22 años, edad razonable desde todo punto de vista y probable tambiénpara los casamientos -supuestamente monogámicos- de los otros go-bernantes. Como no es de creerse que los gobernantes hubieran esperadodécadas antes de procrear y tampoco que ningún vástago anterior hubie-ra sobrevivido, con toda la mortalidad infantil que se quiera, se imponela deducción de que los gobernantes de Piedras Negras -y lo mismo esde suponerse para los gobernantes mayas en general- no se sucedieronpor un sistema basado en la primogenitura.

Para los mayas de Yucatán del siglo XVI, Landa (1938, página 43)describe la situación con las siguientes palabras "Si cuando el señor mo-ría no eran los hijos para regir y tenía hermanos, regía de los hermanosel mayor o el más desenvuelto y al heredero mostraban sus costumbresy fiestas para cuando fuese hombre; y estos hermanos, aunque el here-dero fuese para regir, mandaban toda su vida; y si no había hermanos,elegían los sacerdotes y gente principal un hombre suficiente para ello".Otra vez se perfila una sucesión bastante flexible, sin el principio de laprimogenitura; al igual como tampoco lo hubo entre los reyes aztecas.

9.11.12. 7. 29.12. 2. 0.169.12.14.10.149.12.14,10.159.12.14.10.169.12.14.10.17

2 Ik 10 Pax5 Cib 14 Yaxkin

12 Ix 12 Kankin13 Men 13 Kankin1 Cib 14 Kankin2 Caban 15 Kankin

Nacimiento del señorNacimiento de la señoraEstelas 7 y 8, masculínasEstela 3', lado masculinoEstelas 1 y 3, lados femeninosEstela 8, masculina; conchas, femeninas.

Obviamente la convergencia de una biografía masculina con otrafemenina en una fecha específica puede interpretarse como la realiza-ción de un matrimonio. El varón tenía en 9.12.14.10.17 unos 22 años yla mujer apenas 12 }'2. Parecería demasiado joven para contraer matri-monio aunque siempre dentro de límites razonables de acuerdo con lacostumbre maya. Landa (1938, página 43) nos informa que en su tiempolos mayas se casaban entre 12 y 14 años; aunque para la época prehis-pánica indica 20 años, lo que parece poco probable para las mujeres. Deotra región mesoamericana, Sola de Vega, Oaxaca (Berlín 1957) sabe-mos que en el siglo XVII las muchachas se casaban desde los 12 años ylos muchachos desde los 14. Aún hoy en día entre los indígenas de Chia-pas se realizan las uniones de parejas entre adolescentes, sancionadas porlas custumbres regionales pese a que los contrayentes no tengan las edadeslegales mínimas.

Ahora, bien, en la estela 8 después de la fecha 9.12.14.10.17 2 Caban15 Kankin entre los glifos que le siguen (Fig. 10, 3) hay una combinación

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",.•,fll

Parece, pues, patente en la cultura mesoamericana que la primo-génitura carecía de importancia:

,,'Es entonces comprensible que se dejaran de registrar en los monu-mentos los nacimientos dinásticos, ya que de antemano no se podía saberquién a la postre sería el sucesor para regir.

La última inscripción correspondiente a: la tercera serie y donde lafecha más reciente 9,14.17.14.17 1 Caban Fin Yaxkin, es apenas 136 díasanteriores a la toma de posesión del gobernante IV, procede de un magnoentierro encontrado en la Acrópolis y está esgrafiada sobre cuatro plaqui-tas de conchas.

Es un texto eminentemente femenino: no sólo contiene las fechas9.12~2.0.16 y 9.12.14.10.17 sino también el glifo mujer con las mismasasociaciones conocidas en las estelas 1 y 3. .

Sin embargo, según los antropólogos físicos los huesos del personajeprincipal enterrado corresponden a un ser masculino ,de unos 45 añosque no pudo haber sido ni el gobernante 111 ni su, mujer.' El gobernante siguiente, el de la cuarta serie, colocó sus monumen-tos ~empezando con la estela 11 (9.15.0.0.0)- al otro lado de la granescalera que conducía a la Acrópolis y siguió también con el sistemauniforme lunar. Se nos figura haber sido un buen aunque rutinario su-cesor del "Jaguar" de Piedras Negras.

Proskouriakoff (1960, página 459) hizo ver que la última estelaque atribuye a esta serie, la 22 (9.16.5.0.0) ya se encuentra en el patioeste, al pie de la pirámide 0-12. Es, pues, como' Proskouriakoff ya .Ioapuntó también, una situación parecida a la del fin de la segunda serie;cuando las actividades empezaron a extenderse a un nuevo centro..

Se palpa para entonces una situación, un tanto confusa,' un' no séqué de búsqueda; que se refleja en diversos aspectos de los "monumentosdel, grupo este, empezando con un aspecto anárquico, aunque explicable,de los coeficientes C en las Series Lunares.

La séptima, y para nosotros por ahora última serie, exhibe todaclase de sincretismos y se centra alrededor del edificio 0-13, que nueva-mente 'refleja aspectos de Palenque o más concretamente de su famosoTemplo de las Inscripciones.

Ambos templos están en lo alto de una pseudo pirámide, ya que 16queaparenta ser, una pirámide es. en realidad .una serie 'de cuerpos ado-

sados a la falda de la serranía; apenas 'las bases, sobre las cuales des-cansan lós templos, están separadas de estas faldas'., También las plantas de los dos templos exhiben similitudes: doslargas galerías paralelas, la delantera con 5 puertas' de entrada y laposterior subdividida en varios cuartos con sendos ingresos desde la ga-lería anterior. En el caso de Piedras Negras hay agregado a la galería,posterior un pequeño cuarto, colocado en un saliente del muro, formandouna celda-santuario. Con este saliente el contorno de la planta denotainfluencias del Petén.

En el Templo de las Inscripciones de Palenque existen empotradosen las paredes los grandes tableros con un amplio texto histórico y re-ligioso; al templo 0-13 de Piedras Negras pertenecen" los bellos "dinte-les" 1, 2 y 3 que deben haber estado empotrados también en sus paredes.En Palenque el enorme texto se concibió desde un principio como unaunidad. En Piedras Negras se concentraron en el templo 0-13 los dintelescitados, que entonces, vistos en conjunto dan también una historia abre-viada de la ciudad.

En un extraño atavístico regreso a los tiempos iniciales, las únicasdos estelas que con seguridad se pueden atribuir a la séptima serie secolocaron en lo alto de la pirámide sobre la plataforma que sostiene eltemplo. Por la esquina oeste la estela 15, al parecer la de la entroniza-ción del gobernante respectivo y que es la única que casi llega a serexenta en Piedras Negras; al igual como la única estela exenta de Pa-lenque se encontraba en lo alto de la pirámide del Templo de la Cruz,con la cual tiene' un notable parecido. Por la otra esquina estaba lamagna estela 12: el halach uinic sentado en alto, casi sin ropa (¿otropalencanismo?) ante quien dos guerreros llevan 'a nueve prisionerosatados.

Poco "después sobrevino el fin de Piedras Negras junto con el de lasdemás ciudades mayas del mundo clásico, por razones que aún son mo-tivos de discusión y especulación. Sería ocioso y para nada provechosorepetir aquí lo; .supuestos motivos. Queda la esperanza de que en algunainscripción del centro del Petén, que fue la región donde se .conservófa costumbre' de registrar fechas a la usanza antigua' hasta 10.3.0:0.0aproximadame~te, o en otra región que haya sobrevivido más tiempoa la catástrofe, se hayan registrado en alguna forma las ra~ones del ocasodel mundo clásico. '

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Page 63: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

Pero antes de abandonar también nosotros Piedras Negras, deten-gámonos todavía ante un fenómeno que nos ha acompañado en nuestrorecorrido por la urbe constantemente: los aniversarios.

Thompson ya los había reunido desde 1950 (página 195) Y a sulista agregamos tan sólo un caso más señalado por Proskouriakoff (1960,página 459) en la inteligencia de que aquí nos interesan únicamente lasfechas que sirvieron de base para contar los aniversarios y no los aniver-sarios en sí, Puestos en orden cronológico tenemos:

2. Naranjo

Situada en el otro extremo del Petén guatemalteco, la ciudad mayade Naranjo tiene muchas semejanzas con Piedras Negras. Igual que éstacarece de edificios en pie -los derrumbados o destruidos ni siquiera hansido excavados hasta ahora- por lo que nada desvía nuestra atenciónde las 40 estelas cuya calidad escultórica no es sobresaliente; así todonuestro interés queda centrado en los mensajes de sus glifos.

Contrario a la usanza de Piedras Negras, donde se erigieron mo-numentos cada hotún, en Naranjo se levantaron cada lahuntún sin se-guir en su colocación un orden cronológico reconocible; de manera queuna estela muy vieja se ve erigida a pocos pasos de otra relativamentereciente. Frecuentemente en vez de un marcador de tiempo se erigierondos o más en la misma fecha y en los casos de pares de monumentosmuchas veces uno representa a un varón y el otro a una mujer.

Extrañamente no se han encontrado marcadores para algunos la-huntunes que esperaría uno encontrar dentro de los extremos de la vidade la ciudad, a saber: 9.11.0.0.0; 9.11.10.0.0.0; 9.12.0.0.0; 9.12.10.0.0;9.13.0.0.0; 9.15.0.0.0; 9.15.10.0.0; 9.16.0.0.0; 9.16.10.0.0 Y 9.17. O. O. O Yexiste la sospecha de que nunca fueron erigidos, salvo tal vez los corres-pondientes a 9.15.0.0.0 (estela 18 con parte de su texto destruido) y9.17.0.0.0 (estela 6 que contiene fechas de lectura dudosa).

De suerte que si tomamos como criterio las fechas de erección delos marcadores, la historia de la ciudad queda dividida en tres fases; ha-ciendo caso omiso de los posibles marcadores para 9.15.0.0.0 y 9.17.0.0.0,que en todo caso harían más largas la segunda y tercera fase.

1) 9.10. 6. 2. 1 5 Imix 19 Kayab2) 9.10. 6. 5. 9 8 Muluc 2 Zip en tronización3) 9.11.12. 7. 2 2 Ik 10 Pax nacimiento4) 9.12.14.11. 1 6 Imix 19 Kankin5) 9.12.14.13. 1 7 Imix 19 Pax en tronización6) 9.14.18. 3.13 7 Ben 16 Kankin en tronización7) 9.15.18.16. 7 12 Manik 5 Zotz nacimiento8) 9.17.10. 6. 1 3 Imix 4 Zotz9) 9.17.10. 9. 4 1 Kan 7 Yaxkin entronización.

De las nueve fechas de nuestra lista dos son de nacimiento y cuatrode entronización; es decir, seis por lo menos son de carácter histórico.Quedan tres por explicar. Las tres tienen mucho en común: incluyen eldía Imix (de mucha importancia en la idiosincrasia de la gente de Pie-dras Negras toda vez que ya en la inscripción más antigua conocida dellugar, el dintel 12, existe con harta probabilidad la fecha 9.4.3.10.17 Imix 19 Pop), proceden en pocos días a sendas fechas inaugurales y apesar de ello no están mencionadas en las estelas de entronización res-pectivas, sino en inscripciones más tardías. Los aniversarios que se danson: 1 katún, 1 katún y 1 tun para las fechas bases 1, 4 y 8, respectiva-mente.

A pesar, pues, de que las tres fechas tienen en sí tanta semejanza,no he podido identificar glifos constantes que las acompañen y que per-mitan identificarlas como pertenecientes a una misma categoría de fe-chas. Tampoco he podido lograr descubrir algún engranaje matemáticoo astronómico entre las tres fechas ·0 con las tres fechas inaugurales queles siguen de inmediato. Pero queda latente la sospecha de que estamosfrente a una relación de causa y efecto.

1) 9. 8. 0.0.0 - 9.10.10.0.0

2) 9.13.10.0.0 - 9.14.15.0.0

3) 9.17.10.0.0 - 9.19.10.0.0.

En vista de que es posible demostrar también para Naranjo la exis-tencia de varios gobernantes, designaremos a éstos con números romanos(que indican la fase) seguidos por' letras minúsculas (que indican suposición dentro de cada fase). Así el gobernante IIIb es el segundo dela tercera fase.

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Pero antes de abandonar también nosotros Piedras Negras, deten,gámonos todavía ante un fenómeno que nos ha acompañado en nuestrorecorrido por la urbe constantemente: los aniversarios.

Thompson ya los había reunido desde 1950 (página 195) y a sulista agregamos tan sólo un caso más señalado por Proskouriakoff (1960,página 459) en la inteligencia de que aquí nos interesan únicamente lasfechas que sirvieron de base para contar los aniversarios y no los aniver-sarios en si. Puestos en orden cronológico tenemos:

2. Naranjo

Situada en el otro extremo del Petén guatemalteco, la ciudad mayade Naranjo tiene muchas semejanzas con Piedras Negras. Igual que éstacarece de edificios en pie -los derrumbados o destruidos ni siquiera hansid~ excavados hasta ahora- por lo que nada desvía nuestra atenciónde las 40 estelas cuya calidad escultórica no es sobresaliente; así todonuestro interés queda centrado en los mensajes de sus glifos.

Contrario a la usanza de Piedras Negras, donde se erigieron mo-numentos cada hotún, en Naranjo se levantaron cada lahuntún sin se-guir en su colocación un orden cronológico reconocible; de manera queuna estela muy vieja se ve erigida a pocos pasos de otra relativamentereciente. Frecuentemente en vez de un marcador de tiempo se erigierondos o más en la misma fecha y en los casos de pares de monumentosmuchas veces uno representa a un varón y el otro a una mujer.

Extrañamente no se han encontrado marcadores para algunos la-huntunes que esperaría uno encontrar dentro de los extremos de la vidade la ciudad, a saber: 9.11.0.0.0; 9.11.10.0.0.0; 9.12.0.0.0; 9.12.10.0.0;9.13.0.0.0; 9.15.0.0.0; 9.15.10.0.0; 9.16.0.0.0; 9.16.10.0.0 Y 9.17.0.0.0 Yexiste la sospecha de que nunca fueron erigidos, salvo tal vez los corres-pondientes a 9.15.0.0.0 (estela 18 con parte de su texto destruido) y9.17.0.0.0 (estela 6 que contiene fechas de lectura dudosa).

De suerte que si tomamos como criterio las fechas de erección delos marcadores, la historia de la ciudad queda dividida en tres fases; ha-ciendo caso omiso de los posibles marcadores para 9.15.0.0.0 y 9.17.0.0.0,que en todo caso harían más largas la segunda y tercera fase.

1) 9.10. 6. 2. 1 5 Imix 19 Kayab2) 9.10. 6. 5. 9 8 Muluc 2 Zip en tronización3) 9.11.12. 7. 2 2 Ik 10 Pax nacimiento4) 9.12.14.11. 1 6 Imix 19 Kankin5) 9.12.14.13. 1 7 Imix 19 Pax entronización6) 9.14.18. 3.13 7 Ben 16 Kankin en tronización7) 9.15.18.16. 7 12 Manik 5 Zotz nacimiento8) 9.17.10. 6. 1 3 Imix 4 Zotz9) 9.17.10. 9. 4 1 Kan 7 Yaxkin en tronización.

De las nueve fechas de nuestra lista dos son de nacimiento y cuatrode entronización; es decir, seis por lo menos son de carácter histórico.Quedan tres por explicar. Las tres tienen mucho en común: incluyen eldía Imix (de mucha importancia en la idiosincrasia de la gente de Pie-dras Negras toda vez que ya en la inscripción más antigua conocida dellugar, el dintel 12, existe con harta probabilidad la fecha 9.4.3.10.17 Imix 19 Pop), proceden en pocos días a sendas fechas inaugurales y apesar de ello no están mencionadas en las estelas de entronización res-pectivas, sino en inscripciones más tardías. Los aniversarios que se danson: 1 katún, 1 katún y 1 tun para las fechas bases 1, 4 y 8, respectiva-mente.

A pesar, pues, de que las tres fechas tienen en sí tanta semejanza,no he podido identificar glifos constantes que las acompañen y que per-mitan identificarIas como pertenecientes a una misma categoría de fe-chas. Tampoco he podido lograr descubrir algún engranaje matemáticoo astronómico entre las tres fechas ·0 con las tres fechas inaugurales queles siguen de inmediato. Pero queda latente la sospecha de que estamosfrente a una relación de causa y efecto.

1) 9. 8. 0.0.0 - 9.10.10.0.0

2) 9.13.10.0.0 - 9.14.15.0.0

3) 9.17.10.0.0 - 9.19.10.0.0.

En. vista de que es posible demostrar también para Naranjo la exis-tencia de varios gobernantes, designaremos a éstos con números romanos(que indican la fase) seguidos por' letras minúsculas (que indican suposición dentro de cada fase). Así el gobernante IIIb es el segundo dela tercera fase.

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rlll

El monumento más antiguo de la primera fase es la estela 38, des-cubierta recientemente por I. Graham. Parece que data de 9.8.0.0.0 ysu texto termina con el nombre de un gobernante, la. El análisis de sunombre (Figura 9, 1) es algo dificultoso; pero podrá desglosarse comosigue:

B8 T-12.V (?) 563: 134

B9 T-?168:278:553 (el emblema de Naranjo con prefijo.constituid~ por una cara humana con una faja oscuraalrededor del ojo)

B10 T-59.187:520.

Es posible que la cabeza que precede al emblema sea en el fondola misma que constituye uno de los pocos glifos no calendáricos de laestela 25. Esta data de 9.9.2.0.4 aproximadamente. Fuera de un 9.9.0.0.03 Ahau 3 Zotz, la únic~ otra fecha de su inscripción terminando en Ahau,es la Serie Inicial 8.5.18.4.0 7 Ahau 3 Kankin, fecha que invita a algunasreflexiones. -

Como en Naranjo no hay otras fechas del baktún 8, la Serie Inicialde Ia estela 25 parece ser el resultado de un cálculo retrospectivo.

El mayista, cuando ve una RC con el día Ahau, automáticainentcquiere situarla en una posición significativa, y así encuentra que unaRC 7 Ahau 3 Kankin termina la fecha redonda 9.7.0.0.0. Prosiguiendocon el pasatiempo mayista comparemos las dos 'fechas que ,tienen estaRC 7 Ahau 3 Kankin:

9.7. O. 0.08.5.18. ,4.0

7 Ahau 3 Kankin7 Ahau 3 Kankin

, 1.1. '1.14.0

y he aquí que 1.1.1.14.0 es Uno' de los valores más altos en 'las tablas deVenus del Códice de Dresde para múltiplos de revolución venusinas.Los mayas calculabanÍa revolución sinódica de Venus promediada arazón de 584' 'días y de esta manera 260 x 584 días ~ 13 x 20~ 584 días= 151,840 días = 1.1.1.14.0. '. J. J~""

122

Como la fecha redonda casi contemporánea de la 'estela es 9.9.0.0.03 Ahau 3 Zotz nuestro juego aritmético hubiera tenido+máavisos de co-rresponder a la intención may<J.si la Serie Inicial hubiera sido 8.7.18.4.0:3 Ahau 3 Zotz. Además, hay que confesar que entre los glifos de lamisma estela 25 no se reconoce ninguno alusivo a Venus)' que ni si-quiera la fecha 9.7.0.0.0 se encuentra en ella; ésta queda referida tan sólode paso en la estela 38. .' .

Los otros textos seguros correspondientes a ia primera fase de Na-ranjo son la escalera jeroglífica y el mal llamado dintel que, desdetiempos de los mayas, sustituyó' una parte de la misma escalera. Lasúnicas dos fechas de este último están conectadas por un ND que esotra vez un múltiplo exacto de la revolución sinódica de Venus, a saber2.5.7.12 ~ 28 X 584 = 16,352 días; .

El enlace exacto es el siguiente:

9. 7.14.10. 8+ 2. 5. 7.12

B Lamat 16 Uo

9.10. O. O. O 1 Ahau 8 Kayab.

Por el mismo Códice de Dresde sabemos que la revolución sinódicade Venus quedaba subdividida por los mayas en la forma siguiente: 236días como estrella matutina, 90 días invisibles, 250 días' como 'estrellavespertina y 8 días invisibles para convertirse después nuevamente enestrella matutina en aparición heliaca.

Transcribamos todavía algunas revoluciones en números. mayas:

1 revolución 584 días 1.11. 4

2 revoluciones' 1168 " 3.4. 8

9 ",.

5256 " 14.10.1637 ." 21608 " 3:0. D. 845 " 26280 " 3.13. O. O

Quiere decir, que, si Venus aparecía en un cómputo esquemáticocomo estrella matutina en un 'fin de katúri, desaparecería -después dehaber' recorrido 37 vueltas=-. como estrellav vespertiria 3 katuries com-pletos más tarde.

123

Page 66: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

Ajustado este esquema a las fechas tratadas de Naranjo, tendría-mos el siguiente resultado:

Estela 25 8. 5.18. 4. O 7 Ahau 3 Kankin aparición helíaca+. 1. 1. 1.14. O 260 revoluciones

Estela 38 9. 7. O. O. O 7 Ahau 3 Kankin aparición helíaca+ 14.10.16 9 revoluciones

9. 7.14.10.16. 11 Cib 4 Zip aparición helíaca8

Dintel 9. 7.14.10. 8 3 Lamat 16 Va desaparición" + 2. 5. 7.12 28 revoluciones

" 9.10.10. O. O 1 Ahau 8 Kayab desaparición.

Hasta aquí nos hemos entregado al embrujo del juego con númerosen combinación con fenómenos astronómicos, embrujo que causará unasombra molesta al reasumir ahora de nuevo nuestras investigacioneshistóricas.

Sorprende que ni en el dintel ni en la escalera jeroglífica aparezcael glifo emblema de Naranjo, y si no fuera por la conexión de ambostextos con las de la estela 3 de Caracol, difícilmente comprenderíamos'el mensaje histórico de los dos textos naranjeños.

Del gran número de fechas contenidas en la estela 3 de Caracol,queremos destacar- tan sólo estas tres:

9.6.12. 4.169.7.14.10. 89.9.18.16. 3

5 Cib 14 Va3 Lamat 16 Va7 Akbal 16 Muan.

Las dos primeras son seguidas por el glifo T-740 y la segunda ytercera ocurren también en Naranjo (dintel, escalera jeroglífica).

Podemos suponer que las dos primeras fechas indican el nacimientode dos gobernantes sucesivos de Caracol y como la diferencia de edadentre ellos es de 22 años, bien puede tratarse de padre e hijo.

124

Lós nombres de ambos constan de dos secciones, en la inteligenciade 'que el segundo gobernante usó en las últimas fechas relacionadas conél una primera sección muy diferente a la de las fechas de su juventud.Es difícil saber si hubo un cambio parecido también en los nombresdel primer gobernante. Este, parece que gobernó hasta 9.9.5.0.0 aproxi-madamente y a partir de entonces hasta 9.1O.0.0.Q,- por lo menos, el

segundo.En Naranjo aparece el nombre de este segundo gobernante sobre

todo alrededor de 9.10.0.0.0, como que si reinara sobre ambas ciudades.Como no es imposible que su antecesor de Caracol haya gobernado tam-bién en Naranjo, ya que su nombre aparece en el dintel, consigno aaquél como gobernante lb de Naranjo y al otro gobernante más joven

le.La fuerte influencia de Caracol sobre Naranjo no sólo se mani-

fiesta en la presencia de las mismas dos fechas no redondas en los textosde ambas ciudades y de los nombres de dos de sus gobernantes sino aunen rasgos de escritura como v.gr. un sufijo' especial en los tunes de nú-meros de distancia.

Este ya no se ve en textos de la segunda fase, la que de por sí secaracteriza por una nueva influencia procedente -de Tikal, en vez deCaracol.

Podemos inferir la existencia de dos gobernantes para esta fase:primera una mujer y luego un varón, hijo de la anteriór.

De las por lo menos trece estelas que durante la segunda fase seerigieron, cuatro corresponden a mujeres (24, 3, 29 Y 31) en la inteli-gencia de que cuando se erigieron estas estelas femeninas al mismotiempo se erigieron también masculinas (mostrando varones).

Las más antiguas de estas trece son las estelas 24, 22 y 1. La 24)'femenina, registra cuatro fechas, tres de las cuales van acompañadaspor glifos femeninos; sólo una, 9.12.15.13.7 9 Manik O Kayab, es seguidapor el glifo de la rana virada y luego un nombre irtasculinoqueremataen el emblema de Naranjo. Se trata, pues, de la fecha del nacimientode un varón incrustado en' la biografía de una' mujer. ¿ Qué significadopuede tener éste? Con harta probabilidad el nacimiento' precisamente

de su hijo.La fecha más antigua de la estela 24, que es su' Inicial y -que como

Inicial se vuelve a repetir en las estelas 3 y 29, es 9.12.10.5.12 4 Eb 10

1;"

,~'

125

Page 67: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

IIII~IIIII

Yax. La misma fecha forma también una de las Series Iniciales de laestela 1 de Cobá, .ciudad mayaven el noreste de la península yuca teca.Fuera de los hotunes son sumamente raras las fechas que se registranidénticas en dos ciudades diferentes. Pero vimos antes dos fechas queocurren lo mismo en Caracol que en Naranjo; y ahora ésta de Cobá y,Naranjo, Además acontecen 9.13.3.0.0 en Tikal: y Naranjo, 9.19.4.15.1 enMachaquilá y Naranjo. A estos cinco casos tal vez pueda agregarse to-davía un sexto (9.10,3.2:12) 2 Eb O Pop en Copán y Naranjo. Estaextraordinaria frecuencia singulariza a Naranjo entre todas las ciudadesmayas, y como son fechas todas pertenecientes a la parte más bien orien-tal del mundo maya clásico, demuestran la importancia crucial que enla historia de ella tuvo Naranjo. El énfasis dado al aspecto histórico delas fechas en Naranjo queda patente todavía por otro hecho: de las doceSeries Iniciales que· corresponden tan sólo a la segunda: fase, apenas una,la última en tiempo o sea la de la estela 18, marca un hotún 9.14.15.0.0.Machacan con las Series Inicialrs, sobre fenómenos muy concretos, v.gr.tres veces 9.12.10.5.12 (estelas 24,,3 Y 29) y señalan aniversarios katúni-cos de eventos importantes: 9.14.1.3.19 (estela 2) y 9.14.3.0.0 (estela 30).El fluir del tiempo queda, cierto es, registrado, pero en forma abreviadamediante, simples Re; es evidentemente de importancia secundaria, semarca, pero no se destaca.

, Desgraciadamente los glifos que describen el evento conmemoradoen 9.12.1O.5.12ug son claros, y apenas en la estela 24 se vislumbra susignificado específico para Naranjo: después del mes -10 Yax- hayprimero un glifp con postfijo .T-181, o sea alguna expresión verbal,luego s.guen dos glifosde lectura dudosa, después T-278.553:23, o seael emblema de Naranjo, aunque desprovisto de los prefijos que lo con-vierten en un emblema auténtica; y finalmente otros tres glifos qUe for-man una unidad T-1000F.vI -:284:561.23 - 36(?).168:5p9, ..es decir elnombre de un~ mujer=de 1.'i~aI.. Se establecen, pues, relaciones entre, Na-ranjo y Tikal a través -de una mujer o princesa de la última localidad:Su nombre, extendido a veces a mayor número de glifos, pero siemprerematando ergullosamente con, el .emblema de Tikal, se repite sin cesaren las estelas 24 y 29, y se nos' antoja creer que al principio. esta mujergobernaba sola y más tarde todavía al lado de su hijo. En la mismaestela 24 parece haber una referencia .a su 'marido; ,ya que después deid. fecha,9.12.15.13.7 o sea la del nacimiento de-su hijo, aparece primero

12($

el nombre de éste .con el emblema de Naranjo y después otra expresiónlarga de seis glifos, el último de los cuales -es nuevamente el glifo deNaranjo; 'po,r lo .menos los Cuatro últimos tienen un sabor nominal, perono se repiten en ningún otro texto:, Se diría que el señor fue de pocaimportancia y probablemente muerto poco después del nacimiento de supresu~to hijo. Por la inseguridad acerca de él, no figura en nuestra listade los-señores de Naranjo, aunque su mujer .si,

La-sombra dominadora de esta mujer' ticaleña no deja de sentirseen la vida de su hijo aun después de que éste ascendió al poder en fechatodavíaingeterminada; y hasta se tiene la impresión de que llegó a élpor etapas. En la estela 23, después de la Serie Inicial 9.13.18.4.188 Etznab ¡6 Uo, hay otra vez una frase que puede interpretarse como uncasamiento, cuando el varón tenía 'unos 22 años. El nombre de la mujeres sencillamente T-1000 F. 168:569, que puede leerse como "la princesade Tikal";:acaso alguna cercana o lejana parienta del rey naranjeño,puesto que Itambién su madre era originaria de Tikal. La. presencia deestas dos mujeres posiblemente ticaleñas alrededor del rey de Naranjo,.hace difícil saber a cuál de las dos pueden corresponder las estelas 3, 29Y 31.

La influencia de Tikal en Naranjo se puede demostrar todavía enotro aspecto: años atrás .se discutía si la R,e 9 Ahau 13 Pop del dintel3 del Templo 1 de Tikal debía situarse en 9.13.3.0.0 o en 9.15.15.13.0.Hermann Beyer (1943) resolvió la pugna en favor de' la primera, por-que se había fijado que está seguida por el glifo T-16.122:528.528, quetambién sigue a la misma Re en Naranjo (estela 29), donde la coloca-ción en 9.13.3.0.0 está fuera de cualquier duda. Y la importancia deesta fecha se consideraba tal que en su primer aniversario katúnico,9.14.3,0.0, se erigieron dos estelas, las 29 y 30. ,

_ Ya antes hemos insistido en el valor mistico del número 13 entrelos mayas. Son conocidos los oxlahuhtunes de Tikal' 9.2.13.0.0 (estela 3);9.4.13.0.0 (estela 12) y 9.~5.13.0.0 (estela 5).'

9.13.3.0.0 resulta ser un oxlahuntún, contado a partir de 9.12.10.0.0.Es cierto que en Tikal son poco frecuentes fechas que terminan en10.0.0, pero precisamente 9.12.10.0.0 deben' haberse considérado decapita) importancia ya que 4. días antes, o, sea en 9.12.9.17,.16 5 Cib~~ Zotz'sé,~ntroni?ó unnue~o gobernante, corno se ve por el r~ferido dintel3 del Templo' r. Habrán sido razon~s d~~atl:l!,\le.za"augural por l~s'

"

'1

.,~(

127

Page 68: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

cuales la entronización se efectuó, o acaso empezó, 4 días' antes de lafecha redonda 9.12.10.0.0; que a lo mejor estaba registrada en las partesfaltantes del dintel 2 del mismo templo; mas el oxlahuntún del eventose contó a partir de 9.12.10.0.0. Un caso similar se da en Aguateca,donde la estela 1 registra para 9.15.9.17.17 13 Caban fin de Yaxkin unaentronización, o sea 3 días antes delIahuntún 9.15.10.0.0.

Contar oxlahuntunes no sólo desde bases 0.0.0 sino también de10.0.0 ni siquiera era novedad en Tikal y se remonta al tiempo del clásicoantiguo como se comprueba por la estela 25 con su Serie Inicial 9.4.3.0.0,que es a su vez 9 katunes anteriores al 9.13.3.0.0 de arriba, y 9 es otronúmero místico.

Embarcados de nuevo en el misticismo de los números, veamos to-davía otro caso de Naranjo.

En la estela 23, después de la Serie Inicial 9.13.18.4.18 8 Etznab16 Uo hay un glifo con coeficiente 18, que al decir de Morley (1937/38 II,página 90) no es conocido. Por la fotografía de Maler parece ser un glifoKin con flecos. Restando estos ,18 kines de la Serie Inicial llegamos a9.13.18.4.0 3 Ahau 18 Pop, o sea exactamente 4 tunes anteriores a lafecha 9.14.2.4.0 13 Ahau 3 Uayeb de la estela 30 y 1 baktún 8 katunesdespués de la Serie Inicial de la estela 25. Cuando analizamos estaúltima, con su terminación 18.4.0, descubrimos su potencial venusino,que aplicado aquí nos daría:

+9.13.18. 4.01. 1. 1.14.0

3 Ahau 18 Pop

10.15. O. 0.0 3 Ahau 18 Pop

Por último se puede señalar una curiosidad procedual que se obser-va en la estela 3; allá se encuentra la siguiente ligazón:

9. 6.12.0. 4+ 7. 9.3.15

4 Kan 7 Pax

9.14. 1.3.19 3 Cauac 2 Popo

Tanto la primera como la segunda fecha son aniversarios de 1 katúnde fechas registradas en Naranjo, a saber 9.5.12.0.4 (estela 25) y9.13.1.3.19 (estelas 22 y 21).

128

Después de haber, sufrido lag influencias de Caracol y Tikal sucesi-vamente, Naranjo parece haberse independizado por completo en la ter-cera fase y en cierto modo haberse acordado de sus raíces primitivas.Incorporado o asociado al nombre del personaje de la estela 38 (que paranosotro.s se nos presenta como el fundador del Naranjo histórico) hayel glifo T-59.187:520. Después desaparece y no vuelve a ocurrir sino has-ta en la tercera fase donde es frecuente y usado en forma semejanteal caso de la estela 38.

De las estelas atribuibles a este último período, tal vez la 11 y la 34representan a mujeres, pero aún esto es dudoso. En el texto de la estela8 hay una referencia clara a una mujer, aunque de significado descono-cido. Sucedió en Naranjo lo mismo que en el resto del mundo mayaclásico tardío: la mera presencia de la mujer en el arte monumental yen los textos conexos 'iba disminuyendo gradualmente. Ocasionalmente,sin embargo, mujeres mesoamericanas podían ocupar el solio en formaefectiva aun en el período postclásico como lo atestiguan fuentes mexi-canas.

A pesar de que haya pocos glifos biográficos inteligibles para ellos,parece bastante seguro que hubo tres gobernantes durante esta tercerafase. Todos llevan en alguna parte de su nombre el prefijo T-122, queya fue utilizado también por el gobernante IIb. Este mismo prefijo seencuentra también a, veces en los nombres de los gobernantes de otroslugares, si bien no parece ser un elemento nominativo forzoso para todoslos gobernantes de todos los lugares mayas.

3. Palenque

Podría pensarse que continuáramos relatando en la misma forma lahistoria de todas las grandes ciudades mayas con inscripciones.

A esto se opone, entre otras cosas, como obstáculo que el glifo T -684,tomado como indicador de ascenso al poder es poco abundante, ademásde que este glifo T -684 tiene el significado referido sólo en ciertos con-textos, y no siempre en forma absoluta.

Cuando Proskouriakoff hizo su identificación se dio cuenta de queen dos casos (Yaxchilán y Copán) una fecha identificada como de as-censo.por el glifo T-684, ocurrió también en asociación con otro glifoT-644, (Figura 8, 34); pero como los glifos nominales variaban, ella

1~9

---1

Page 69: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

opino: "Aparentemente otra ceremonia llevada a cabo en la misma fe-cha queda indicada por la cláusula variante" (1960, página 470).

En una visión global del glifo T-644 se llega a la conclusión de quetanto éste como el T-684 indican ascenso al poder o dignidad, y a ambossuele seguir el mismo "conjunto de afijos" (59.168:188), que a su vezpuede estar presente también en casos de aniversarios completamentedesligados de los otros dos glifos referidos. Falta establecer si ambos sonrealmente intercambiables o si cada uno corresponde ya a diferentesmatices, v.gr. la transmisión del poder podría haber sido por descenden-cia o por elección; la dignidad o peder alcanzado pudo haber sido denaturaleza más bien guerrera o más bien sacerdotal, según la forma degobierno en cada ciudad, dinástica militarista en una, teocrática electivaen otra.

Es interesante observar la distribución geográfica del glifo T-644·,que con los casos conocidos hasta hoy, resulta como sigue:

'1••••

1762

PalenqueTortugueroChinikihá

Gran Palenque 25Copán .Los Higos

171

Gran Copán 18YaxchilánKuna-LacanháPoco Uinic

211

Gran Yaxchilán 431

TikalDos Pilas

Tata.! 51

Absteniéndonos de hacer mayores deducciones de los datos anterio-res, nos limitamos a señalar que el glifo falta en lugares tan importantescomo Piedras Negras y Naranjo, dos ciudades de arquitectura pobre.

13Ó

Como nuestro nuevo glifo para ascenso al poder o entronización,T_644,es'frecuente sobre todo en la región de Palenque y como los tex-tos de la última ciudad han sido estudiados ya bastante, pasaremos ahorarevista a su historia.

Singular entre todas las ciudades mayas -y en cierto modo el mis-mo calificativo podría quedar reclamado por media docena más deellas-e- es la hermosa Palenque, construida sobre las últimas estribacio-nes de la Sierra Madre Oriental de Chiapas, desde donde la vista sepierde sobre la inmensa llanura tabasqueña que se extiende hacia elseptentrión.

y esta singularidad no se limita tan sólo a su situación física am-biental,a la estética particular de sus edificios con sus decoraciones ma-ravillosas de estuco y a la belleza de sus relieves pétreas, sino que seproyecta hasta en el modo de referir su historia.

Generalizando se podría decir: las estelas marcan el momento, laimportancia del aquí y ahora del halach uinic en turno, sus fastos ygestas, Raras veces se remontan las fechas contenidas en una estela aun pasado anterior al nacimiento del gobernante. El redactor del textode una estela es panegirista, no historiador. A pesar de ello y ya vistodesde una distancia temporal, el conjunto de estas informaciones mo-mentáneas constituye la historia de la ciudad. Quien, hace más de milaños, deambulaba de estela a estela podía leerla como en las hojas deun libro abierto; tal como nosotros ahora apenas lo estamos empezandoa hacer. iCuán diferente es la situación en Palenque! Allá no hay este-las. Lo típico del lugar son los grandes tableros, empezando con el ar-chiconocido del Templo de la Cruz (TC), al que se pueden agregar losdel Templo de la Cruz Foliada (TCF), del Sol (TS) 1\ del Palacio, delos Esclavos, del Templo de las Inscripciones (TI) y seguramente elfragmento de otro que misteriosamente llegó a manos del museo deDumbarton Oaks en Washington. Púa cada uno de estos tableros ya' nose limita a dar la información actual, del día; sino que siempre miratambién hacia atrás, hacia tiempos pretéritos. Aquí ya se redactan ana-les, se escribe historia. Bien puede ser -y lo más probable es. que asísea- que este mirar hacia el pasado, este referir de sucesiones de nom-bres no' esté basado en un interés académico, en una historia abstracta,

g 14 Las abreviaturas se re!!eren indistintamente a los templos y a susrandes tableros respectivos.

131

Page 70: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

sino que tenga la finalidad de ligar acontecimientos pasados a un halachuinic del entonces presente para darle realce como legítimo sucesor deuna noble serie de antepasados o antecesores, que se remontan hastadivinos personajes legendarios (fenómeno que más tarde se experimentatambién entre mixtecas, aztecas y las tribus de los Altos de Guatemala),con lo cual este gobernante adquiere, o participa de, naturaleza divina.Pero la finalidad del registro histórico no demerita su importancia.

La fórmula místico-mágica subyacente en mucho de lo palencanoes triádica. Tres suelen ser las puertas de sus templos. De tres seccionesse componen los tableros. En el caso del Templo de las Inscripciones, elconjunto de los tableros que decoran las paredes posteriores de sus dosgalerías queda repartido sobre tres fondos: dos partes en la galería ex-terior y una en el centro de la galería interior; esta última no contienecasi ninguna información cronográfica, las dos restantes, bastantes. Dela misma manera, en los otros tableros mencionados casi no hay glifosen el centro de ellos y sólo en sus extremos. El centro queda ocupadopor una escena religiosa simbólica en los del grupo del TC, y en lostardíos por una de homenaje. También los tres templos TC, TCF y TSforman una unidad, seguramente fueron concebidos como tal y erigidosal mismo tiempo. De igual modo sus tres tableros (compuestos comoya dijimos de tres losas cada vez) forman entre ellos un conjunto armo-nioso, si bien cada uno tiene derechos propios de existencia y acentosindividuales, pero repartidos y concebidos para formar una unidad su-perior; en realidad un entendimiento cabal de cada uno de los tres ta-bleros necesita constantemente la visión conjunta de los tres.

Que la fórmula tríádica no es una deducción especulativa nuestrasino que fue úna realidad ya en la mente de los palencanos, queda evi-denciado por unglifo. especial con un prefijo de tres puntos (Figura!9, 26), que va asociado a' los tres glifos de tres presuntas deidades in-dividuales o diferentes; siendo uno de los tres cada vez prominente enun de los tres tableros que acabamos de referir.

La historiografía de Palenque no sólo mira constantemente al pa-sado mitológico sino gira también con igual insistencia en torno al ·ocu~pante del ya famoso sarcófago en la pirámide del TI y a quien designa:remos "Escudo-solar", siguiendo en ello a G. Kubler (1969, página 20)en interpretación libre del glifo nominal respectivo. No sólo las inscrip-ciones posteriores a su muerte hacen referencia. directa y' -constante a

132

él, sino también las largas listas de personajes anteriores a él convergenen aJguna forma hacia él. Todo ello es anticipada confirmación de lodicho por Landa (1938, página 42): "Que tienen mucha cuenta consaber el origen de su linaje".

En las listas post "Escudo-solar" los protagonistas son, con bastanteseguridad, los halach uinicob de Palenque. Para los personajes pre "Es-cudo-solar" hay menos seguridad. Quiere decir que se puede discutir sien ellos se trata realmente de gobernantes o tan sólo de ancestros bio-lógicos. Lo último parecería ser el caso con los personajes más antiguoslistados, que se remontan hasta mediados del baktún 8. Para aquel en-tonces Palenque estaba escasamente poblada, según enseña el análisis delos tiestos encontrados hasta ahora en el lugar, y más bien parece que sufundación como centro mayor formal habría de situarse tal vez hacia9.0.0.0.0. Conviene, sin embargo, tener presente que todos aquellos edificios~isibles y en pie del Palacio, que se encuen tran en alto, están construidossobre algo. que aparenta ser una gran plataforma pero que más bien puedeser otro conjunto de edificios anteriores, nivelados y transformadosprecisamente para constituir esta plataforma; y no un amontonamientode piedras sueltas (como v.gr. la pirámide sobre la cual se encuentralevantado el Templo del Sol), ya que en muchos lugares en donde seha excavado esta plataforma se han encontrado bien formados muros.

Otro problema para entender cabalmente la sucesión de los nom-bres es la correcta interpretación de los glifos nominales y de los even-tos. En cuanto a los primeros hay la sospecha de que a veces glifosdiferentes se refieren al mismo personaje. Para los de los eventos ha re-sultado que a menudo donde uno esperaría encontrar el glifo T-644(asentamiento, ascenso al poder, entronización) está la combinaciónT-713j757 (Figura 8, 36) y aparentemente aun puede sustituirlo elglifo T-168:700 val'. 116. Con esto ya tendríamos cuatro glifos -o com-binaciones- diferentes para designar un mismo fenómeno, lo que parecepoco probable, sobre todo porque los últimos dos nunca van acompaña-dos por el "conjunto de afijos". Cada uno de ellos ha de tener un matizdiferente y aunque los eventos o ceremonias respectivos puedan coincidir,tal vez no fue forzoso que coincidieran siempre en el mismo día.

133

_______________ J

Page 71: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

rl"'"

Para diferenciar los eventos referidos por los diferentes glifos, lla-maré

l.

2.Entronización, lo indicado por los glifos T-684 y T-644;

Encumbramiento, cuando esté presente la combinación T-713¡757;

3. Consagración, los casos del glifo T-700 varo

En las estelas de Piedras Negras, donde Proskouriakoff identificó elglifo de ascenso al poder, éste va ligado a escenas donde al gobernantese le representa sentado en un nicho, colocado en alto, al que conducenpisadas o algo así como una escalera. Esta clase de escenas no existeen Palenque (ni, como ya lo sabemos, tampoco el glifo T -684). Parecenhacer sus veces otras escenas donde el gobernante está sentado sobre unasiento de forma variada y que recibe de otras personas algo que pareceuna insignia, que suele ser una "tiara" y en dos casos también algo comoun escudo. Estas escenas se encuentran:

en la lápida oval de la casa E,en el tablero del Palacio,en el tablero de los Esclavos,en la pintura mural de la casa C, y -tal vez-,en el tablero de estuco del Templo XVIII.

Como no es nuestro objeto hacer un análisis completo de todos lostextos palencanos, nos limitamos a delinear, a grandes rasgos, la informa-ción histórica que dan.

La lista de gobernantes que más se remonta al pasado es la conte-nida en el tablero del TC. Haciendo caso omiso de una larga informa-ción legendaria, la historia se expresa mediante nombres variados y dostipos de verbos: nacimiento y encumbramiento. Lo normal del arregloes primero un ND seguido por el glifo T-740 (nacimiento), en seguidala expresión T-713¡757 (encumbramiento) con prefijo "hacia adelante"para rematar en una RC e, incrustado en algún lugar entre estos ele-mentos, el nombre de algún individuo. Por casos análogos en el TI y elTCF se comprende que la RC es precisamente la fecha terminal para elND anterior, que aquí más bien tiene la función de indicar la edadque tuvo el individuo al ser encumbrado, edad que varía aparentemente

134

entre 13 Y 48 años. Por los ND se pueden sacar las fechas -de nacimiento,pero al redactor del texto raras veces le interesó esto. El quería dejarconstancia del orden sucesivo de los gobernantes, de las fechas de suencumbramiento y de su edad en estos momentos.

De los 8 ó 9 personajes históricos tratados en las columnas principa-les del tablero destaquemos a tan sólo 4, a saber:

Fecha deFecha de Encumbra-

Nombre mote nacimiento ND miento Re del mismo

Pluma Chlcchán 8.13. 9.9.4 1. 6.7.13 8.14.15.16.17 11 Caban O Pop

.............. ......... .... .... ........... ...............caüác·j····· . 9: ·i.ió:o'.ó ·i.i6.'i.i -7 9: '3'.' 6: 'i.i-7 5' catián . ó • ZotzKan·dolor·de·muelas 9. 2.15.3.8 1.19.6.16 9. 4.14.10. 4 5 Kan 12 Kayab

Cuuac II 9. 4. 9.0.4 2. 2.4.17 9. 6.11. 5. 1 1 Imix 4 Zip15

Nada tienen de raras las fechas tan antiguas propuestas ahora pormí para el primer personaje, (Figura 9, 12), el más antiguo de todoslos conocidos en inscripciones palencanas: son ya de orden histórico lasviejas estelas 29 de Tikal con su fecha 8.12.14.8.15 Y la 9 de Uaxactún

de 8.14.10.13.15.Tampoco nos ha de extrañar que dos personajes lleven el mismo

nombre o sean las personas que he bautizado Cauac 1 y Cauac II. Comoveremos la secuencia Cauac 1, Kan-dolor-de-muelas, Cauac II ocurre enigual forma sobre el sarcófago y tanto en el sarcófago como en el TCluego sigue un "Jaguar", que tuvimos que omitir arriba por falta de se-guridad en la interpretación de sus fechas. Además conviene tener pre-sente que entre los aztecas había también dos reyes llamados Moctezuma,el primero con el sobrenombre de Ilhuicamina y el segundo con el deXocoyotzin,

En cambio parece poco probable que Cauac 1 hubiera nacido exac-tamente en 9.1.10.0.0 5 Ahau 3 Tzec; y más bien es de creerse que nacióbastante cercano a dicha fecha redonda en que se habrá celebrado, talvez, un nacimiento oficial o una ceremonia alusiva, etcétera, como 10pensó Proskouriakoff para los nacimientos de Piedras Negras.

La siguiente lista se encontraba sobre el tablero Este en el TI, perocomo gran parte de él está destruido consignaremos solamente algunos

detalles sobresalientes.

15 En trabajo anterior (1965) habla colocado las fechas para xan-coior-ce-tnuelas y Cauac II 52 años más tarde, erróneamente como ahora creo.

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Page 72: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

Empieza el texto con una Serie Inicial 9.4.0.0.0 13 Ahau 18 Yax,a la cual le falta la acostumbrada Serie Lunar, lo que parece indicar queen toda la larga inscripción Selene no tiene ninguna importancia, seaésta astronómica o astrológico-pronóstica. A partir de la Serie Inicial seregistran todos los fines de katunes hasta 9.13.0.0.0 o sea en total 9 ka-tunes. De estos 9 katunes la inscripción del sarcófago repite los fines9.7.0.0.0 y 9.10.0.0.0; quiere decir que deja divididos los nueve en tresperíodos iguales de 3 katunes cada uno, con lo cual tenemos que habér-noslas con un aspecto nuevo de la fórmula palencana: tres en uno.

Para muchas de estas fechas redondas se indica el nombre del per-sonaje que a la sazón gobernaba y un ND seguido por el glifo T-644,entronización. Si en el TC se indicaba la edad que el gobernante teníaen la fecha de su encumbramiento (sin indicar la fecha del nacimiento),ahora se da el tiempo que había gobernado (sin indicar la fecha de laentronización, que naturalmente se puede establecer 'mediante simpleresta del ND de la fecha redonda respectiva) .1G Los nombres sucesivosde los personajes involucrados corresponden en parte a los del TC, enparte a los del sarcófago y en parte son diferentes de los otros dos textosreferidos.

En las dos listas precedentes, al cronista le interesaba referir edadesbiológicas o de reinado para momentos dados. En la siguiente el interésqueda centrado en el momento mismo. De las 13 (i) fechas del sarcófa-go, 10 pueden colocarse en la Cuenta Larga siguiendo un orden progre-sivo más otro que se nos presenta irregular y a 9 de ellas sigue primeroun mismo glifo T-100:585 (Figura 8, 32) Y luego un nombre. Helas aquí:

Número progresfvo y nombre mote

S I Cauac IS Ir Kan-doler-de-muelasS IIr Cauac II

S IV JaguarS VS VIS VII

Cuenta La.rgapropuesta

9. 4.10. 4.179. 6.11. 0.169. 6.16.10. 79. 7. O. O. O9. 7. 9. 5. 59. 8.11. 6.129. 8.19. 4. 69. 8.18.14.11 (?)

9.10. O. O. O9.10. 7.13. 59.10.10. 1. 6

Re

S VIIIS IX

5 Caban 5- Mac7 Cib 4 Kayab9 Ma nik 5 Yaxkln7 Ahau 3 Kankln

11 Chlcchán 3 Kayab2 Eb Fin Ceh2 Clml 14 Mol3 Chuen 4 Uayeb(último dla del añol)1 Ahau 8 Kayab4 Chlcchán 13 Yax13' cimr 4 Pax.

16 Como se observa los llamados ND ya'no son puros elementos matemáticosen función de eslabonar fechas para saber las cuentas largas de estas últimas;ni tampoco son aquí múltiplos de recurrenclas de fenómenos celestes; adquierenvalores netamente humanos.

136

El glifo constante, T-100:585, aparentemente tiene el valor de fino muerte o quizás enterramiento o aun apoteosis, y los nombres de lospersonajes han de ser los antecesores del ocupante del sarcófago, sea enel sentido político como gobernantes de Palenque, sea como sus antepa-sados biológicos. Como quiera, por lo menos uno de estos personajes,S V, es una mujer y queda retratada, more mayarum, dos veces sobrelos lados del sarcófago. Por el texto del tablero Este se sabe que en9.8.0.0.0 5 Ahau 3 Chen tenía 9.14.12 en el gobierno y por el sarcófagose ve que encontró su fin en 9.8.11.6.12. Quiere decir que cuando unmismo personaje figura en varias de las listas palencanas, sus datos bio-gráficos se van completando; v.gr. para S II, Kan-dolor-de-muelas en elTS se consigna todavía otro evento, aunque de naturaleza desconocida,para un indiscutible 9.3.1.15.0 12 Ahau 8 Ceh. Hay, pues, cuatro infor-maciones distintas derivadas de tres fuentes diferentes que pueden resu-

mirse como sigue:

9.2.15. 3. 89.3. 1.15. O9.4.14.10. 49.6.11. 0.16

Nacimiento (o en todo caso un evento cercano al mismo)

Evento desconocidoEncumbramien toFin.

de manera que habrá vivido 75 largos años, algo sorprendente, pero nada

imposible.Una cuarta lista, muy sintetizada, existe luego al principio del ta-

blero de los Esclavos.La quinta se encuentra en la lápida de los 96 glifos. Hay en ella

cuatro nombres: el primero, 96 A, es¡ Escudo-solar. Los otros tres tienencomo expresión verbal el glifo T-644, o sea entronización, con las si-

guientes fechas:

f:::~

96 B96 e96 D

9.13.10.6.89.14.10.4.29.16.13.0.7

5 Lamat 6 Xul9 Ik 5 Kayab9 Manik 15 Uo.

En este texto se dan las fechas claramente y la diferencia de tiempode una a la otra mediante ND expresos. Nuevamente hay variedad en

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Page 73: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

Empieza el texto con una Serie Inicial 9.4.0.0.0 13 Ahau 18 Yax,a la cual le falta la acostumbrada Serie Lunar, lo que parece indicar queen toda la larga inscripción Selene no tiene ninguna importancia, seaésta astronómica o astrológico-pronóstica. A partir de la Serie Inicial seregistran todos los fines de katunes hasta 9.13.0.0.0 o sea en total 9 ka-tunes. De estos 9 katunes la inscripción del sarcófago repite los fines9.7.0.0.0 y 9.10.0.0.0; quiere decir que deja divididos los nueve en tresperíodos iguales de 3 katunes cada uno, con lo cual tenemos que habér-nos las con un aspecto nuevo de la fórmula palencana: tres en uno.

Para muchas de estas fechas redondas se indica el nombre del per-sonaje que a la sazón gobernaba y un ND seguido por el glifo T-644,entronización. Si en el TC se indicaba la edad que el gobernante teníaen la fecha de su encumbramiento (sin indicar la fecha del nacimiento),ahora se da el tiempo que había gobernado (sin indicar la fecha de laentronización, que naturalmente se puede establecer 'mediante simpleresta del ND de la fecha redonda respectiva) .10 Los nombres sucesivosde los personajes involucrados corresponden en parte a los del TC, enparte a los del sarcófago y en parte son diferentes de los otros dos textosreferidos.

En las dos listas precedentes, al cronista le interesaba referir edadesbiológicas o de reinado para momentos dados. En la siguiente el interésqueda centrado en el momento mismo. De las 13 (i) fechas del sarcófa-go, 10 pueden colocarse en la Cuenta Larga siguiendo un orden progre-sivo más otro que se nos presenta irregular y a 9 de ellas sigue primeroun mismo glifo T-100:585 (Figura 8, 32) Y luego un nombre. Helas aquí:

Número pregresíve Y nombre mote

S I Cauac 1S U Kan-dolor-de-muelasS IU Cauac Ir

S IV JaguarS VS VIS VII

Cuenta La,rgapropuesta

9. 4.10. 4.179. 6.11. 0.169. 6.16.10. 79. 7. O. O. O9. 7. 9. 5. 59. 8.11. 6.129. 8.19. 4. 69. 8.18.14.11 (?)

9.10. O. O. O9.10. 7.13. 59.10.10. 1. 6

Re

S VUIS IX

5 Caban 5- Mac7 Cib 4 Kayab9 Ma nik 5 Yaxkln7 Ahau 3 Kankín

11 Chlcchán 3 Kayab2 Eb Fin Ceh2 Clml 14 Mol3 Chuen 4 Uayeb(último día del añol)1 Ahau 8 Kayab4 Chlcchán 13 Yax13' cimí 4 Pax.

16 Como se observa los llamados ND ya- no son puros elementos matemáticosen función de eslabonar fechas para saber las cuentas largas de estas últimas;ni tampoco son aqul múltiplos de recurrencias de fenómenos celestes; adquierenvalores neta mente humanos.

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El glifo constante, T-100:585, aparentemente tiene el valor de fino muerte o quizás enterramiento o aun apoteosis, y los nombres de lospersonajes han de ser los antecesores del ocupante del sarcófago, sea enel sentido político como gobernantes de Palenque, sea como sus antepa-sados biológicos. Como quiera, por lo menos uno de estos personajes,S V, es una mujer y queda retratada, more mayarum, dos veces sobrelos lados del sarcófago. Por el texto del tablero Este se sabe que en9.8.0.0.0 5 Ahau 3 Chen tenía 9.14.12 en el gobierno y por el sarcófagose ve que encontró su fin en 9.8.11.6.12. Quiere decir que cuando unmismo personaje figura en varias de las listas palencanas, sus datos bio-gráficos se van completando; v.gr. para S II, Kan-dolor-de-muelas en elTS se consigna todavía otro evento, aunque de naturaleza desconocida,para un indiscutible 9.3.1.15.0 12 Ahau 8 Ceh. Hay, pues, cuatro infor-maciones distintas derivadas de tres fuentes diferentes que pueden resu-

mirse como sigue:

9.2.15. 3. 89.3. 1.15. O9.4.14.10. 49.6.11. 0.16

Nacimiento (o en todo caso un evento cercano al mismo)

Evento desconocidoEncumbramientoFin.

de manera que habrá vivido 75 largos años, algo sorprendente, pero nada

imposible.Una cuarta lista, muy sintetizada, existe luego al principio del ta-

blero de los Esclavos.La quinta se encuentra en la lápida de los 96 glifos. Hay en ella

cuatro nombres: el primero, 96 A, es; Escudo-solar. Los otros tres tienencomo expresión verbal el glifo T-644, o sea entronización, con las si-

guientes fechas:

\-.'

96 B96 C96 D

9.13.10.6.89.14.10.4.29.16.13.0.7

5 Larnat 6 Xul9 Ik 5 Kayab9 Manik 15 Uo.

En este texto se dan las fechas claramente y la diferencia de tiempode una a la otra mediante ND expresos. Nuevamente hay variedad en

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Page 74: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

el acento de la información: interesan las fechas de entronización y ellapso transcurrido entre ellas.

La lápida de los 96 glifos es el último monumento pétreo de Pa-lenque. Su última fecha es 9.17.13.0.7 7 Manik O Pax o sea el aniversa-rio katúnico de la entronización de 96 D (Figura 9, 15), quien habrámandado esculpir la lápida para conmemorar tan fausto acontecimiento.

Tenemos así un registro casi ininterrumpido de los presuntos halachuinicob de Palenque desde 8.14.15.16.17 hasta 9.17.13.0.7 o sea cosa de450 años, no tomando en consideración la información contenida en elvaso con Serie Inicial, que data de 9.18.9.4.4 7 Kan 17 Muan, por nohaberse establecido todavía correctamente el nombre del personaje invo-lucrado.

Tanto el simple turista como el arqueólogo profesional estarán deacuerdo en que los edificios más importantes de Palenque son: el Palacio,el Templo de las Inscripcio-nes con su tumba y el grupo de los templosde la Cruz. El turista queda satisfecho con la recreación estética, peroel arqueólogo, mayista y ahora historiador, quisiera saber cuál o cuálesde los muchos gobernantes del lugar mandaron a levantar estos edificios.

Como el Palacio es un gran conglomerado de edificios, se ve a lasclaras que no fue edificado de golpe sino que el conjunto que hoy vemoscomo una unidad es en realidad el resultado de muchos años' de cons-trucción. Preguntar aquí por un solo autor es ocioso.

La situa.ción es diferente con respecto a los otros templos mencio-nados. Hay información suficiente y el problema es interpretaría correc-tamente.

Fuera de las 11 fechas listadas arriba en el sarcófago, hay todavía2 más sobre el canto sur colocadas en el siguiente arreglo:

(9.8.9.13.0) 8 Ahau 13 Pop - T-740:88.181 - (9.12.11.5.18) 6 Etznab 11Yax - IV.11:644.(528):116 - 679.100:585 - 184.583:624 - Glifo Emblema(Figura. 9, 29).

Omitiendo el por el momento nebuloso IV.11.644:(528):116, la lec-tura interpretativa de los demás glifos apuntados sería (9.8.9.13.0)n Ahau 13 Pop, relación con el nacimiento (9.12.11.5.18) 6 Etznab11 Yax, hacia adelante al fin o muerte de Escudo-solar, palencano (?).

La fecha 9.8.9.13.0 8 Ahau 13 Pop se encuentra asimismo comoSerie Inicial, aunque carente de una Serie Lunar, sobre la escalera de

138

la Casa C del Palacio, en el tablero Oeste del TI y en una lápida dePasadena (California). En todos estos casos va seguida del glifo naci-miento y luego del nombre Escudo-solar (Figura 9, 13), aunque esteúltimo escrito de varias formas. Como este nombre no aparece nuncaantes, parece lícito suponer que la persona designada efectivamente seoriginara alrededor de 9.8.9.13.0. Ya arriba al hablar de Cauac I pusi-mos en entredicho la idea de que éste hubiera nacido exactamente en9.1.10.0.0. Ahora rechazamos la idea de que el nacimiento biológico deEscudo-solar hubiera acaecido exactamente en 9.8.9.13.0 8 Ahau 13 PopoUn día Ahau con dos numerales 13 asociados es, a todas luces, unacombinación demasiado improbable para corresponder a un aconteci-miento natural. La fecha deberá haberse considerado la más favorabledentro de las favorables cercanas al nacimiento verdadero.

En los dos primeros casos del párrafo anterior un ND de 12.9.8 liga9.8.9.13.0 con 9.9.2.4.8 1 Lamat 5 Mal. El aparente verbo correspondien-te a esta última fecha es la expresión T-713j757 Y el nombre relacionadosigue siendo Escudo-solar. Se trata, pues, del encumbramiento del per-

sonaje.En el tablero Este del TI existe la anotación 9.10.0.0.0 Y un ND

17.13.12 que conduce otra vez a 9.9.2.4.8 seguido por el nombre deEscudo-solar, pero el verbo es ahora el T -644 (o sea de entronización).

Dudo que un muchacho de menos de 13 años hubiera sido instaladocon el mando efectivo de Palenque, aunque simbólicamente se le hubieraconferido en la fecha 9.9.2.4.8 toda clase de títulos.

Para celebrar las ceremonias respectivas se habrá escogido estaprecisa fecha por una peculiaridad astronómica que queda asentada enel tablero Oeste del TI, donde leemos:

El·F1E2 F2E3·F3E4-F5E6·F6

G4·H5H6·H7G8

G9·H9

12. 9.8

9. 8. 9.13.0

9. 9. 2. 4.8.. ió:ú.ió: '5'.81. o. O. O. 0.8

8

"Nace" Escudo-solar8 Ahau 13 Pophacia el encumbramiento de Escudo·solar5 Lamat 1 Mol

agregar' a 9.8.9.13.05 Lamat 1 Mol

10 Ahau 13 Yaxkin.1. O. O. O. 0.0

Ahora bien, la diferencia entre 1.0.0.0.0.8 y 9.9.2.4.8 es 10.10.17.14.0o sean 1.518,400 días que a su vez equivalen a 80 x 18,980 días o 2600 x584 días, que es exactamente 10 veces uno de los valores de las revolucio-

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Page 75: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

nes de Venus en la página 24 del Códice de Dresde y que ya menciona-mos arriba para Naranjo. Aquí la operación se desarrolla sobre días La-mat, el venusino por excelencia. Además, según los cálculos esquemáticosdel astrónomo palencano, resulta que si en 9.9.2.4.8 Venus apareció comoestrella matutina, desaparecería como vespertina exactamente en 1.0.0.0.0.010 Ahau 13 Yaxkin, para iniciar de nuevo su curso matutino 8 días des-pués, otra vez en 5 Lamat 1 Mol.

Curiosamente no hay ningún glifo de Venus conocido cercano aldesarrollo cronográfico descrito, aunque para mí no hay duda de queel pensamiento maya detrás de los números analizados corresponda anuestra explicación.

La importancia de Venus para los tableros del TI queda patentetodavía por otro asiento; en las columnas G/H del tablero central, queson las centrales del mismo y por ende de toda la larguísima inscripción,hay una clara referencia a Venus, aunque sin relación cronográfica apa-rente.

Así en G7 hay un gran glifo de Venus en arreglo T-35.51O(Venus)575.35. Luego en H7 está el signo de Este, en G8 un Kankin (en arregloT-168:559), que lleva el infijo Kin en el lado izquierdo; en H8 estáOeste y en G9 otro Kankin de la misma naturaleza como el anterioraunque ahora con el infijo Kin a la derecha. La contraposición Este:Oeste seguramente ha de relacionarse con la otra, izquierda: derecha.Como la frase se inicia con Venus y como el elemento movible es Kin,o sea el Sol, los glifos me parecen expresar en la forma más elementalque Venus y Sol caminan en el cielo, uno cerca del otro, por el Orientecuando Venus es estrella matutina y por el Poniente cuando es estrellavespertina. Por el orden se ve que se inicia la descripción con Venusmatutino; al igual como nuestra interpretación para las RC 5 Lamat 1Mal postula aparición he1íaca.

Anotaremos de paso que un glifo 12.168:559 termina el texto ve-nusino de la página 24 del Códice de Dresde, donde figura también, porcierto, dos veces entre los glifos acompañantes de las tablas lunares delmismo; un sentido astro-topográfico del compuesto se hace verosímil.

A 10 ya expuesto podemos agregar que en las mismas columna.G/H, entre la fecha 9.12.0.0.0 10 Ahau 8 Yaxkin que las corona, y laexpresión venusina se encuentra intercalado el nombre de Escudo-solary entrevemos una asociación Íntima entre este 'personaje y Venus, algo

140

así como una anticipación maya de Quetzalcoatl, dios, rey y sacerdote,convertido precisamente en estrella matutina cuando se fue al Oriente,según cuenta la mitología azteca.

9.9.2.4.8 5 Lamat 1 Mal fue, pues, el momento literalmente estelaren toda la historia pa1encana y se comprende que tantas inscripciones

posteriores 10 recordaran.Pero no sólo hubo en ella la visión futurista apuntada sino tam-

bién otra de orden retrospectivo.Volviendo al tablero Oeste del TI hay en H1-G2 la RC 1 Manik 10

Tzec y de F9 a E12 corre un larguisimo ND. Corrigiendo en ella el coe-ficiente aparente del tun de 1 a 2 Long, desde 1923, pudo establecer el

siguiente enlace:

1.13. O. 9. 9. 2. 4. 87.18. 2. 9. 2.12. 1

5 Lamat! Mal

1. 5. 2. 6.19.19.10. 7 1 Manik 10 Tzec.

Lo que se oculte tras este largo número constituye todavía un enig-ma, pero lo que sea habrá de reforzar la importancia de la RC 5 Lamat

1 MoLCuriosamente y a pesar de su aparente. iínporta~cia, la fecha

9.9.2.4.8 no se inmortalizó en el acto y menos como. Serie· Inicial. .Elprimer texto que la consigna es el dt. lti e.scalera jeroglífica esculpidohacia 9.11.6.16.11 7 Chuen 4 Chen. El' mismo texto menciona también, .

por primera vez 9.8.9.13.0 el presunto nacimiento de Escudo-solar, o

sea cuando éste ya tendría unos 47 años.Después de tan fabuloso arranque deberíamos esperargraJ1des su-

cesos posteriores. Esto, sin embargo, -no fue el caso. Aunque-el nombrede Escudo-solar aparezca con bastante frecuencia, no. está ligado a glifosque denotaran grandes acciones. Lo más notable parecería haber sidosu encuentro _¿ bélico?- con él halach uinic de Yaxchilán, registradoen la escalera jeroglíficacerca de la. fecha referida 9.11.6.16.11.. De porsí los días de 9.11.0.0.0 parece que fueron de capital importancia en suvida, ya que esta fecha se registró en por 10 menos 7 textos diferentes,

5 veces en forma retrospectiva-

litl

Page 76: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

,;...

La última fecha relacionada con su nombre es 9.12.11.5.18 6 Etznab11 Ya x, en el sarcófago donde se encuentra yuxtapuesta con 9.8.9.13.08 Ahau 13 Pop, luego en el TI, donde hay un ND 4.1.10.18 que restadoconduce a 9.8.9.13.0 y,por último, en el tablero del Palacio, incrustada,sin mayor importancia, en los anales de gobernantes posteriores.

En los textos del Templo de las Inscripciones la fecha no sólo vaacompañada por el nombre de Escudo-solar, sino también por el glifoT-100.585, que se ha prestado a ser interpretado como fin o muerte deuna persona.

Como sobre el canto sur del sarcófago hay las dos fechas extremas9.8.9.13.0 con signo de nacimiento y 9.12.11.5.18 con posible signo demuerte, parecería que en el sarcófago se hubiera enterrado a este Es-cudo-solar a la edad de unos 81 años.

La interpretación histórica de las fechas parece perfecta.Mas he aquí, que según el análisis de los antropólogos físicos (Ruz

1973, página 253) el esqueleto encontrado en el sarcófago correspondíaa un hombre de entre 40 y 50 años.

Hay, pues, en algún lugar de nuestros razonamientos algún error ytenemos que revisar ahora si nuestro afán de querer resolver de golpeuna situación fascinante no nos ha llevado demasiado lejos.

El mismo nombre del personaje está escrito en muy diferentes ma-neras: lo normal, o mejor dicho lo más frecuente, es T-74.184.624 seguidopor el glifo T:602.25:178. Este último puede quedar escrito en las másdiferentes variantes de cabeza. También el T-74.184 puede convertirseen todo un glifo de variante de cabeza.

En algunos casos el glifo T-624 lleva todavía superfijos extraños;desde luego que también aparece en variante de cabeza y entonces tieneo no el glifo T-624 dentro o alrededor del ojo.

Luego hasta el glifo T-624 puede quedar sustituido por T-181.23:585P, como se comprende por su asociación con la- fecha 9.12.11.5.18 enel tablero del Palacio, seguido allá por el raro glifo "pirámide" (T -685-).La variante T-74P(?) :184.23:585.181 - 602:142.25 ocurre en la inscrip-ción de los "Tableritos" después de la fecha 9.11.1.12.6 7 Cimi 4 Xul.Otras veces hay indicado dentro del escudo (T -624) algo así como unacára con manchas.

El personaje izquierdo del lado oeste del sarcófago tiene como nom-bre T-181.23:585 - 602.25. Por su analogía con los dos casos del párrafo

anterior podría pensarse que también aquí se tratara de un señor Escudo-solar. Corno entre los personajes esculpidos en el sarcófago es el únicoQUe en su nombre no lleva el emblema de Palenque parecería que más1

bien era de rango secundario, o en todo caso algún homónimo. Ya vimosarriba que un mismo nombre puede ser llevado por diferentes personajessucesivos.

En la inscripción del sarcófago la Re 3 Chuen 4 Uayeb (9.8.18.14.11?)es seguida por T-100.685 y luego por un nombre T-624(?).602:25. Comoel personaje respectivo acabó sus días hacia 9.9.0.0.0 debe haber sido tam-bién un homónimo, y ni siquiera tenemos la seguridad de que estos dosposibles ho,mónimos hayan sido una misma persona o dos personas dife-rentes.

Escudo-solar empieza, pues, a volverse un tanto difuso pero siempreentre las tantas veces citados extremos 9.8.9.13.0 y 9.12.11.5.18.

Y también queda latente la sospecha de que un personaje llamadoEscudo-solar sea el ocupante del sarcófago aunque para confirmarla seanecesario reinterpretar las fechas.

Si para facilitar las operaciones aritméticas le concedemos una edadde 50 años al morir y si postulamos que por lo menos una de las fechasextremas corresponda, aunque sea aproximadamente a un extremo de suvida, se nos presentan dos alternativas:

1. Que nació por 9.8.9.13.0 y que murió hacia 9.11.0.0.0.

2. Que murió por 9.12.11.5.18 y que nació hacia 9.10.0.0.0.

En reaiidad sólo la primera alternativa parece viable, pero como nues-tras actuales conocimientos no nos permiten rebasar doctas especulacionesy concediendo, además, la posibilidad de que los antropólogos fisícos se hu-bieran equivocado en sus cálculos, tenemos que dejar el problema sin re-solver y preferimos reseñar a otro personaje de no menor importancia queel ocupante del sarcófago.

El nombre de Escudo-solar falta casi por completo en los textos delgrupo del Templo de la Cruz. En ellos el personaje central es "Jaguar--¡¡erpiente". (Figura 9, 14). Esto se palpa sobre todo en la parte derechadel tablero del TCF, donde su nombre se repite 5 veces.

142 143

Page 77: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

La relación cronográfica de esta misma parte es como sigue:

9.10. 2. 6. 6 2 Cimi 19 ZotzM17-01 + 2.9.6.4

N5-05 9.12.11.12.10 8 Oc 3 KayabN6-06 + 6.11. 6

Ll-Ml 9.12.18. 5.16 2 Cib 14 Mol013-N14 + 1.12. 4

N15-015 9.13. O. O. O 8 Ahau 8 Vo.

La fecha 9.10.2.6.6 2 Cimi 19 Zotz es implícita, pero explícita en elTS. Allá sigue a la RC el glifo 740.181:126 y en el TCF un 740.181:246al ND. Se habla, pues, del nacimiento de Jaguar-serpiente, y pensamosdel real y biológicamente verdadero, no de un ajustado de Ahau comosucedió con los de otros dignatarios palencanos. En el TCF al T-740.181:246 sigue un "hacia adelante" y luego la combinación T-713j757seguida por el nombre de jaguar-serplente. De esta suerte queda ligadoel nacimiento con el encumbramiento del personaje en 9.12.11.12.108 Oc 3 Kayab (a través de la edad que tuvo entonces, en forma parecida:a los casos referidos en el TC), fecha que es consignada varias veces másen Palenque: en el Te, TS, TI, tablero del Palacio y otra piedra proce-dente de la casa E del Palacio. Este encumbramiento se llevó a cabo 6.12después de lo que considero el fin oficial de Escudo-solar, quiere decirque a partir de 9.12.11.12.10 Jaguar-serpiente quedó como jefe supremoindiscutible de Palenque cuando tenía ya casi 50 años.

Librado ya ahora definitivamente de la sombra de su antecesor, aunde la física, ya que habrá sido jaguar-serpiente quien dirigiera. la clausurade todo el acceso a la tumba y quien colocara, por' 10 menos, la últimasección del gran texto del TI,: donde aparecen yuxtapuestos en las últi-mas columnas la fecha de "Fin" de Escudo-solar y. el encumbramiento'de Jaguar-serpiente, este último' celebraba ahora grandes actos por de-recho propio. A él le atribuyo Íntegramente la construcción de los tresfamosos templos del grupo de la Cruz, cuyos tres respectivos tableros'pueden considerarse como formando parte de una' gran inscripción con'

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tres Series Iniciales, lo que no es ni siquiera algo único (la estela 1 deCoOá tiene cuatro Series Iniciales).

Dado de que el orden de lectura en la escritura maya es de izquierdaa derecha Y puesto que el TC es por su extensión el centro, esta graninscripción se iniciará con el TS luego pasa al TC para terminar en el

TCF.Si se procede así, y si hacemos caso omiso de los textos secundarios

cercanos' a los siempre dos sacerdotes, resulta que la primera sección (elTS) termina en 9.10.10.0.0, la parte media (TC) un tanto impreciso yla tercera sección (TCF en 9.13.0.0.0. Esta fecha ocurre únicamente eneste lugar y es la más reciente de todas en los tres textos. Normalmenteen un inscripción maya la más reciente de las fechas (máxime si es redon-da) es la, que corresponde a la erección del monumento.

En el caso presente 9.13.0.0.0 sería, pues, la fecha de erección o másbien ¿e la conclusión de todo el magno y magnífico conjunto de estos

tres templos.Parece probable que desde su iniciación se pensara tenerlos termina-

dos y listos para 9.13.0.0.0, pero es difícil saber, por el momento, si seempezó a construirlos a partir del encumbramiento de Jaguar-serpiente,quiere decir desde 9.12.11.12.10 (en cuyo caso la construcción simultáneade los tres templos hubiera requerido cosa de 8 años) o ya con anterioridad.

Vn gran rito esotérico habrá tenido lugar ya en 9.12.18.15.16 2 Cib14 Mal, o durante la noche al día siguiente, 3 Caban 15 Mol, fechas quequedan mencionadas en los tres templos (así como en un jade encontradoen el ceno te sagrado de Chichén Itzá) y en relación con dioses, proba-

blemente ancestrales.El festival público esotérico se realizó luego el día 9.12.19.14.12

5 Eb 5 Kayab, fecha superabundante en el grupo. Desconocemos lo que seactuó en este día y por qué se le escogió precisamente, pero los palencanosdejaron registrada para él la información astronómica o augural lunarasí como la referencia correspondiente al ciclo de 819 días, que cayó en9.12.18.7.1 1 Imix 19 Chen y cuyo alcance abarcaba hasta la mismafecha 9.13.0.0.0. .

Esta última fecha es la contemporánea de la estela exenta qae origi-nalmente se encontraba sobre la plataforma alta del TC. Podemos sos-pechar que fue efectivamente colocada allá el día 8 Ahau 8 Vo de

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1/

1I :I¡

I1 I11 1)

9.13.0.0.0 con. asistencia de todos los palencanos y dignatarios invitadosde los lugares comarcanos.

Jaguar-serpiente sobrevivió· a su magna obra todavía cosa de 10años y su fin queda consignado en el tablero del Palacio, mandado aesculpir por su sucesor. En él se eslabonan:

esculpidas durante los reinados de los dos grandes jerarcas palencanos:Escudo-solar Y Jaguar-serpiente.

4. Otras ciudades

K6-L6M6-N6

9.12.11.12.1018. 6.15

Aparte de las tres ciudades que ya quedan referidas hay cuatro cen-tros mayas más con importantes inscripciones de fama: Yaxchilán, Qui-riguá, Tikal y Copán. Desde los días de Morley han sido bien estudiados

·los textos de estas ciudades en cuanto a fechas, pero falta mucho porhacer con respecto a una interpretación histórica de los mismos.

Para Yaxchilán se cuenta con dos magníficos ensayos de la mismaTatiana Proskouriakoff (1963 Y 1964) que versan sobre dos figuras cen-trales de la historia de Yaxchilán: un Escudo-jaguar y un más recientePájaro-jaguar (Figura 9, 16, 17).

Kelley (1962) se ha ocupado en establecer una secuencia de gober-nantes para Quiriguá; si bien varias de sus aseveraciones parecen arries-gadas, básicamente la obra constituye un trabajo pionero Y

Para las otras dos ciudades. poco se ha hecho.Es cierto que en las inscripciones de Tikal se entrevé mucho históri-

co: ya en el apartado dedicado a Naranjo mencionamos la entronizaciónde un gobernante de Tikal en 9.12.9.17.16 5 Cib 14 Zotz registrada en eldintel 3 del Templo 1; el glifo nominal de este gobernante así como elde su sucesor son muy parecidos, diferenciándose tan sólo por algunosdetalles (Figura 9, 18, 19) algo así como se diferencian los dos jaguares deYaxchilán, Mas quienes dedicaron últimamente largos años a excavacionescostosas, y a veces discutibles, en la magna ciudad del Petén, siguen de-biéndonos una presentación clara de sus inscripciones y un análisis de lasmismas.

En el caso de los textos de Tikal el solo análisis sistemático ya propor-cionará elementos suficientes para levantar el andamiaje de la historiadel lugar.> En cambio, las inscripciones de Copán son mucho más difíci-les de lidiar. Requerían no solamente el trabajo rutinario metódico deinvestigación, sino al mismo tiempo un algo de visión o intuición.

6 Chicchán 3 Pop+

M8-N8 9.13.10. 1. 5 6 Chicchan 3 Pop

o sea el encumbramiento (declarado como consagración mediante laexpresión T-168:700: 126.116 y no la esperada T-713j757) y su fin, yaque después del ND sigue T-679.100:585.181 o sea, exceptuado el postfijoT-181, la misma expresión que en el sarcófago se encuentra asociada a9.12.11.5.18 6 Etznab 11 Yax y que el contexto allá nos hizo leer como"hacia el fin". Como era de esperarse Jaguar-serpiente ya no apareceasociado a fechas posteriores en el tab!.er? del Palacio.

Hubo después dé él, con seguridad, todavía tres gobernantes, cadauno de los cuales mandó a esculpir un texto especial: el tablero del Pala-cio, el tablero de 16s Esclavos y, finalmente la lápida de los 96 glifosque consigna como última fecha 9.17.1~.0.7, o sea un aniversario katúnicodel ascenso al poder del último gobernante conocido con seguridad enPalenque.

Los tres textos que acabamos de mencionar tienen muchos mé-ritos propios y contienen a la vez informaciones adicionales sobre lahistoria local, pero el cenit de Palenque indudablemente había sidorebasado.

A partir de 9.13.0.0.0 las construcciones se hicieron menos establescon el curioso resultado de que todos los textos posteriores a dicha fechafueron encontrados entre escombros y la lápida de los 96 glifos hastavolteada, arrancada dé su sitio original, cerca de la gran torre. Tal pareceque el fin de la ciudad fue causado por gentes venidas del golfo de Vera-cruz, ya que Ruz encontró hachas y cabezas de típica factura veracru-zana entre los escombros. Si fue así, ellas deben haberse portado bastantebien y respetaron los grandes edificios con sus inscripciones, levantados o

d 17 Recientemente T. Shaw ha postulado con mucha sagacidad la presenciat:m~.~ glifos T·644 y 713/757, con los significados ya generalmente aceptados,

1 n en algunas ínscrípcíones de Qulriguá.

e t 1? En algo será remediada la situación tocante a Tikal con la publicación delo~ 'i1k10lde Ch. Jones intitulado "Inauguratlon dates of three late Classic rulers

a, Guatemala".

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•..

VII. RELIGION

'1, I111,

Los personajes, a veces con caras o cabezas fantásticas, pintados enlos códices siempre han sido considerados como dioses del panteón mayay difícilmente se les podría interpretar en forma diferente.

Hay en los tres códices cientos de representaciones de tales dioses,pero como se repiten casi siempre los mismos, el número total de diosesdiferentes apenas llega a una veintena. Muchos de ellos pueden identifi-carse en cuanto a su función, v.gr. el dios de la muerte o el de la agricul-tura; pero como no hay seguridad sobre los nombres con que los mayaslos conocían, desde Schellhas (1904) se ha acostumbrado a llamarlos tansólo con letras mayúsculas, de modo que se habla del dios A,B,C, et-cétera, como lo hemos hecho constantemente. En realidad el uso de letrases preferible a identificaciones dudosas, como ha ocurrido con el dios dela muerte, a quien desde hace ochenta años se ha dado el nombre deAh Pucho Recientemente Thompson (1970, página 303) demostró que elinventor de este nombre, D.G. Brinton, cambió a su antojo su fuente,el Eopuco del padre Las Casas en Ah Puch, sin que hubiera otro docu-mento maya o español que utilizara dicho nombre.

Fue el mismo Schellhas quien descubrió también que cada deidadtiene un glifo específico que podemos considerar como su nombre. Nor-malmente cada figura va acompañada por un cuarteto de glifos; a vecespor falta de espacio se suprime el dibujo de la deidad, pero entonces seescribe el cuarteto de glifos y en él el nombre del dios cuyo dibujo sehabía omitido.

Los dioses están dibujados en las más variadas funciones y actividadesy la relación visual entre dios y glifos conexos no sólo permitió establecerel glifo nominal de cada dios sino también glifos de acción y de auguriocomo ya quedó expuesto antes.

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iiIIr'"

Por tanto parecería lícito interpretar como deidades a personajesrepresentados en los monumentos en forma semejante a los códices y comonombres de dioses aquellos glifos que en parecida forma ocurran.

Pero lo que realmente sucede es que muchos personajes están cua-jados desde la cimera hasta la talonera con máscaras o caras de dioseso de elementos relacionados con ellos, por lo que es comprensible quelos tales personajes muchas veces hayan sido considerados como dioses opersonificaciones de ellos. En cambio, en los textos de la misma épocaclásica, son sorprendentemente raros los glifos que pudieran tomarse di-rectamente como nombres de dioses en base a las analogías con los códices.

Solemos identificar a la variante de cabeza del glifo Kin con la caradel dios solar, aunque como glifo aislado pocas veces tiene esta función(Figura 9, 20); se le usa sobre todo como indicador de la posición Kin, ocomo posible valor fonético kin en el caso de Chikin (este) de la estelaE de Copán, o aun como numeral cuatro.

Es frecuente también la cara del dios C (Figura 5, 30) según la no-menclatura de los códices, pero raras veces tiene el valor específico de una.deidad identificable. Se diría que en la escritura clásica maya tuvo otrovalor (¿ fonético?) u otra función.

Un caso bastante claro de cambio de función lo constituye el diosCH, llamado también dios Chicchán. En los códices suele ser un diosmaléfico; en las inscripciones puede ser la variante de cabeza para elnumeral 9 o la variante del elemento yax.

Reparemos, de paso, todavía en otra deidad. En fuentes colonialesyucatecas se menciona al dios Ah Bolonyocté. Thompson, desglosando loselementos fonéticos del nombre Balan -(y)oc- té, logró demostrar lamención del mismo dios tanto en los códices como en las inscripciones(Figura 9, 21). Es especialmente frecuente en Palenque y allá asociado so-bre todo con el personaje Escudo-solar, a grado tal de que en una de susorejeras está inscrito el glifo de Bolonyocté (Figura 9, 22). El Halach uinicpalencano debe haber sentido alguna devoción muy especial por estepreciso dios.

Situado entre la religión y la historia queda el mundo de la mitolo-gía; en él se dan cita los hombres con los dioses.

El enfoque histórico en ningún momento niega la existencia de lareligión, politeísta por más señas, entre los mayas; pero agrega al caudalde nuestros conocimientos arqueológicos la información netamente his-

tórica. Sin embargo, cuando uno se deja llevar por los mismos mayas másy más hacia atrás en el tiempo Se siente de repente que se está llegandoa algo que por lo alejado ya no puede considerarse verosímilmente comorelato de una historia verdadera y se abre la sospecha de haberse pasado

acampas mitológicos.Como este fenómeno con su problemática y posible interpretación

fueron observados por primera vez en Palenque, referiremos con másdetalle la situación específica de dicha urbe.

Ya en el capítulo anterior mencionamos la íntima relación entre lostres templos de la Cruz, de la Cruz Foliada y del Sol, no sólo en cuantotales, sino también por sus inscripciones y estipulamos la fórmula: tresen uno, como subyacente en muchas de las manifestaciones culturales

de Palenque.Por otro lado, cada uno de estos tres templos está ligado a un glifo

especial, diferente de los otros dos, si bien todos tres son de la mismacategoría (Figura, 9, 23-25).

El glifo típico del TC, que llamamos GI, es una cara parecida a ladel dios solar pero con uno como mechón en la comisura de la boca. Aveces le precede otro glifo con coeficiente I y otro con coeficiente VI.

G2, el glifo típico del TCF, es un figura humana reclinada (recor-dando los llamados Chac Moles) con cabeza parecida -¿ idéntica?- ala del dios K de los códices. De entre sus piernas salen dos elementos:una vírgula y un peine. Estos dos elementos son esenciales en el glifo,porque nunca pueden faltar, aunque el personaje quede reducido hastasólo una cabeza simbólica prescindiendo por completo del resto del cuer-po. Para G2 existe un glifo adicional, aunque no esencial, que se nosfigura de carácter atributivo.

G3, que corresponde al TS, es una cabecita colocada como prefijoa un campo reticulado al estilo de un damero. Además lleva los prefijosT-74.184 tan frecuentes en nombres propios.

Estos tres glifos ocurren no sólo aislados sino formando una verda-dera tríada, siguiéndose entonces siempre los tres en el orden indicadoGI-GII-GIII, con los glifos adicionales presentes o ausentes.

Se asocia con esta tríada todavía otro glifo que proclama directa-mente su naturaleza triádica, T-III.597.35:59, al que he dado en llamarcompuesto ox (Figura 9, 26, 27). Tiene una particularidad muy espe-cial: aparentemente siempre es el mismo, pero observándolo de cerca se

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111

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•...

nota que cuando acompaña a los tres glifos GI-GIl-GIlI tiene el postfijocorto y el sufijo largo; cuando acompaña tan sólo uno de los tres glifos,tiene el postfijo largo y el sufijo corto, como si una vez significara "losmiembros de la tríada" y en el otro caso "un miembro de la tríada".

Largas invocaciones a la tríada constituyen gran parte del tablerocentral en el TI, que en cierto modo corresponde a las escenas simbólicasde los otros tableros tripartidos palencanos.

Se tiene, pues, la sensación de estar frente a algo relacionado conel mundo simbólico-religioso y el aspecto mismo de los glifos tiende adar una interpretación similar: GI se parece mucho al presunto diossolar y GIl al llamado dios K de los códices. Si agregamos a esto quecada uno de los tres glifos está asociado a un templo diferente (y di-fícilmente podría discutirse o negarse la categoría de templo a los de laCruz, TCF y TS) sentiremos de nuevo que en los tres glifos se ocultano manifiestan tres dioses.

Sin embargo, se palpa en ellos todavía otro aspecto: una ligazóncon fechas muy antiguas, realmente legendarias. Concretamente se des-tacan éstas:

tirnental o supuestamente sanguínea que más adelante ya no se tendría.¿ Estaremos frente a un culto de ancestros, supuestos héroes divini-

zados, que dejó de respetarse, por el motivo que fuere, después de

9.13.0.0.0 ?No sería imposible y dos citas, tomadas de fuentes yucatecas, re-

fuerzan la posibilidad. En la Relación de Motul (página 79) leemos:"Para todas las cosas tenían ídolos y adoraban en piedras y en árbolesy barro y en figuras de hombres que fueron personas de valor", y Co-golludo (1957, página 198) nos cuenta: "Adoraban por dioses a susreyes ya difuntos".

El problema no es de fácil solución porque también en algunos otros.sitios mayas aflora este glifo T -IlI.597, donde su carácter triádico sevislumbra, pero no se puede comprobar con tanta claridad como en Pa-

lenque.Son tres casos, uno cada vez, en Tikal (estela 26 F7), Caracol (es-

tela .16, IÜ 4) Y Naranjo (escalera jeroglífica, C2), todos anteriores a9.10.10.0.0. No hay identidad directa entre los presuntos tres dioses co-rrespondientes a cada lugar, ni tampoco con los de Palenque; sólo llamala atención uno de Tikal que es una figura reclinada con una vírgulaentre las piernas, con lo cual recuerda el GIl de Palenque.

El compuesto ox es uno de los pocos ejemplos donde el prefijo nu-meral no es usado para contar unidades de tiempo sino algo diferente,aquí deidades. Parecido es el caso del glifo para un grupo de 4 dioses,los llamados Bacabes, que Landa (1938, página 64) describe con estaspalabras: "Entre la muchedumbre de dioses que esta gente adoraba,adoraban cuatro llamados Bacab cada uno de ellos. Estos, decían, erancuatro hermanos a los cuales puso Dios, cuando crió el mundo, a lascuatro partes del, sustentando el cielo no se cayese". El glifo aludido(Figura 9, 28) es el del dios N: un Cauac o Tun19 con superfijo T-63y un numeral IV ó V (!) antepuesto. La identificación del glifo y deldios o de los dioses respectivos como Bacab fue propuesta por Thompson(1970, página 279). Básicamente convence aunque es difícil saber si elglifo se refiere a 4 Bacabes en conjunto o a un Bacab de entre 4 posibles;también desconcierta la ocasional presencia del numeral 5.

TCTCFTS

con GIcon GIlcon GIIl.

1.18.5.3.21.18.5.4.01.18.5.3.6

9 Ik 15 Ceh1 Ahau 13 Mac

13 Círni 19 Ceh

Tal vez haya otras asociaciones más con fechas ante la última en9.12.18.5.16 2 Cib 14 Mol, fecha que queda señalada en los tres templosy cercano a ella cada vez el respectivo glifo G. No hay ninguna poste-rior a 9.13.0.0.0 y aun en el tablero del Palacio, que se esculpió despuésde esta fecha, las referencias a la tríada se encuentran antes de que elrelato llegara a 9.12.11.5.18 6 Etznab 11 Yax. Sólo el caso de los table-ros del Templo XVIII es un tanto dudoso y confuso.

Visto todavía desde otro ángulo, resulta que el compuesto gIíficoT-1.1.606:23 mencionado antes en el capítulo dedicado al glifo femenino,suele vincular dos nombres propios. En Palenque hay por lo menos trescasos donde la vinculación es, aparentemente, entre elementos de la tría-da y los personajes Escudo-solar y Jaguar-serpiente. Diríase que estosdos personajes, los más renombrados y activos en toda la historia palen-cana, se sintieron especialmente ligados con los dioses triádicos, liga sen- de 3~ dSobre ciertas equivalencias de ambos signos en relación con el periodo

las, véase Thompson 1950, páginas 190·191 Y nuestra figura 6, 30, 33, 48.

152 153

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EPILOGO

Llegar hasta aquí ha sido posible gracias al esfuerzo combinado degeneraciones de mayas y mayistas; esfuerzos que pueden agruparse bajotres rubros: tradición, exploración e investigación. '

Tradición es todo lo que desde la llegada de los españoles hastanuestros días han conservado los indígenas y hemos sabido por boca deellos mismos o por los libros que ellos o los españoles escribieron concaracteres europeos sobre su pasado, creencias, usos, costumbres, ritos,etcétera; en la inteligencia, naturalmente, de que entre más cercana' ala Conquista sea la información está menos viciada por ideas europeas.De todas estas fuentes tradicionales la más importante es, desde luego, lamulticitada Relación de las cosas de Yucatán de Fray Diego de Landa,compilada por ~l hacia mediados del siglo XVI y para todos nuestrosconocimientos mayísticos fuente primordial, aunque creo que su impor-tancia como llave del conocimiento jeroglífico ha sido exagerada. Ciertoque es la única fuente conocida hasta ahora que acompañó con glifoslos días y meses del calendario maya en dibujos suficientemente pareci-dos a los respectivos de los códices para que estos últimos pudieran iden-tificarse correctamente; amén de ser un testimonio de que todavía amediados del siglo XVI se conocía entre la gente india letrada su uso ysignificado. Pero me atrevo a pensar, y sé que suena a herejía, que cono sin Landa nuestros conocimientos actuales de los jeroglíficos mayasserían prácticamente los mismos. Ya antes de que se publicara la obrade Landa, el calendario maya había sido expuesto en su esencia por elYucateco Pío Pérez, en base a multitud de documentos mayas (sobretodo varios de los llamados Chilam Balam), y todavía hoy se puedenr~~oger los nombres de los días y de los meses mayas y hasta la informa-Clan de que los primeros van acompañados de números, en los altos de

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1)

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Guatemala y Chiapas en versiones afines al maya yuca teca. Por vía deejemplo contraponemos los nombres de los 6 primeros días, según Landa,y el moderno quiché según Goubaud Carrera (1935):

LandaImixIkAkbalKanChicchánCimi

Goubaud CarreraImoxIkhAkhabalKatCanCame.

1562, los mayas llevaban ante los frailes hasta ídolos sacados de viejasestructuras, fray Miguel de la Puebla les dijo que no "habían de traersino nuevos Y no quería aquéllos, porque parecían ser viejos y sacadosde edificios antiguos" (Scholes y Adams 1938, I, página 44), criterioque señala a fray Miguel como el primer especialista en cerámica maya.

Para fines del siglo XVIII hasta resabios de posibles competenciasmetafísicas habían desaparecido y con la ilustración europea se hizo sen-tir también en América un renovado interés por el pasado autóctono.

Descubiertas las ruinas de Palenque hacia 1773, la Corona españo-la pronto envió varias expediciones a reconocerlas, aunque los informesrespectivos no llegaron a publicarse sino hasta ya bien entrado el sigloXIX; el de Antonio del Río, con los dibujos del artista guatemaltecoIgnacio Armendariz, en Londres en 1822; el de Dupaix en dos ocasionesdurante los años 30, tanto en Londres como en París.

Se empezó, pues, a disponer de las primeras ilustraciones de jero-glíficos mayas clásicos. Luego, cuando J. L. Stephens publicó en 1841 y1843 no sólo más y mejores dibujos de Palenque sino también los pri-meros de Copán y Chichén Itzá, fue posible comprender no sólo la uni-dad arquitectónica y estética sino también de escritura en la región maya.

Las exploraciones modernas empiezan con A. P. Maudslay cuyaspublicaciones (1889-1902) sobre Chichén Itzá, Copán, Palenque, Tikal,Yaxchilán y Quiriguá siguen siendo clásicas por la excelsitud de susilustraciones tanto en fotografías como en dibujos. Sin tenerlas a la ma-no difícilmente puede uno manejar apropiadamente los glifos mayas.Algo posterior son las incursiones al Petén de Teobert Maler cuyas fo-tografías de los textos de Yaxchilán, Piedras Negras, Tikal y Naranjoson tan indispensables como las ilustraciones de Maudslay.

Ya para nuestro siglo debe mencionarse a S. G. Morley, el descubri-dor de Uaxactún e infatigable husmeador del Petén en búsqueda denuevos textos.

Entre los exploradores que realizan ahora metódicas excavacionesdeseo destacar: el descubrimiento del sarcófago de Palenque por A. Ruzen 1952, el hallazgo, en 1959 por E. M. Shook de la estela 29 de Tikalcon la fecha más antigua contemporánea 8.12.14.8.15 y el 'de la SerieInicial más reciente 10.4.0.0.0 en Toniná por Becquelin y Baudez en 1973.

y ni siquiera la selva ha dicho la última palabra: todavía hoy in-trépidos exploradores. ven coronadas sus fatigas al localizar grandes cen-

La suerte especial de Landa fue que su Relación fuera hallada porel abate francés Brasseur de Bourbourg en 1863 en el momento opor-tuno, cuando empezaron a conocerse códices e inscripciones mayas. Si sehubiera encontrado y publicado, digamos, cien años antes, no hubierahabido textos mayas disponibles para aprovecharla. El Códice de Dresderecién se había publicado hacia 1840; el de París se publicó en 1864, elTroano (fragmento del Códice de Madrid y editado por el mismoBrasseur de Bourbourg) en 1869 y el Cartesiano (el otro fragmento delCódice de Madrid) en 1883.

Brasseur de Bourbourg en su edición del Códice Troano identificólos signos de los días con la ayuda de Landa e interpretó correctamentelos puntos y barras como números. Landa no indica en ningún lado queel numeral 5 se escribiera mediante una barra; Brasseur de Bourbourgdescifró esto sin Landa. Sin embargo, en dos de las fuentes recopiladaspor Pío Pérez el autor indígena había ya consignado este proceder; esdecir, que aquí la información tradicional llegó a confirmar el resultadode un descubrimiento por investigación.

Frente al embrujo del pasado maya hasta los mismos conquistado-res tuvieron que capitular y así ni el rudo guerrero ni el fanático frailedestruyeron tanto de él como hubieran podido. Sintieron ante él el mis-mo respeto que ante las ruinas romanas de España y por eso bautizarona la vieja Tihoo, convertida ahora en capital de Yucatán, con el nom-bre de Mérida, ciudad española con magníficos vestigios romanos. Haciael aspecto arqueológico maya ni siquiera había repugnancia desde el pun-to de vista religioso. Cuando, en ocasión de las pesquisas de Maní en

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tras mayas con inscripciones importantes, como Bonampak o Machaquiláen el Petén, éste recién localizado por l. Graham.

Concomitante con los aspectos anteriores anduvo y anda, como di-jimos, la investigación. De ella quiero destacar en esta recopilación sólohitos.

Con la ayuda inicial de Landa se iban identificando en -Ios códiceslos glifos de los días, su asociación con 13 números consecutivos paraformar el almanaque de 260 días omnipresente en los códices, los meses,las fiestas de' los fines de años, etcétera. Lanzándose desde estos conoci-mientos previos, Ernst Foerstemann, bibliotecario de Dresde con el códicede igual nombre siempre a la vista, a partir de 1880 descubre todo elmecanismo del calendario maya y así identificó el glifo de Cero, lasposiciones, la base 13.0.0.0.0 4 Ahau 8 Cumku, el manejo de las tablasde multiplicar, las de la Luna y de Venus en el Códice de Dresde. Luegose pasó a las inscripciones pétreas y ya en 1894 leyó correctamente va-rias Series Iniciales de Copán.

A su contemporáneo J. T. Goodman se debe luego la identificaciónde las variantes de cabeza para los numerales y de los glifos para medioperíodo y hotunes.

Es hasta ya, entrada la década de los veinte de nuestro siglo cuandohay otra vez descubrimientos fundamentales. J. E. Teeple aclara el se-creto lunar de los glifos D, E Y C, y la existencia de un período de uni-formidad; J. Eric Thompson el mecanismo del glifo G de la misma seriesuplementaria, descubrimiento al cual andando los años iba a agregarel de los glifos direccionales, el del ciclo de 819 días, últimos descubri-mientos dentro de una visión esencialmente astro-mecánica.

Esta última después de haber dominado durante un siglo la mentede los mayistas al fin tuvo que ceder el paso a una nueva, la histórica,iniciada por T. Proskouriakoff en 1960 y de la cual este libro es su apo-logía.

Viendo ahora esta centuria de investigación jeroglífica maya en re-trospectiva y aun retrocediendo en ella hasta los días de la Conquistacon su contacto directo con el mundo arqueológico maya, bien puedeafirmarse que hoy sabemos indiscutiblemente mucho más de los glifosque 'el mismo Landa, quien durante toda su vida difícilmente habríavisto, y menos entendido, una Serie Inicial. ¿ Significa esto que ya sepa-mos todo lo que pueda llegar a saberse de ellos? En modo alguno. Existen

todavía inscripciones enteras (Figura 9, 30) dondenificado de ni siquiera un solo glifo y aún cintila eluno o varios investigadores privilegiados.

no conocemos el sig-lampo de gloria para

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IIIII!

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ILUSTRACIONES

••••••

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FIGURA 2 - LOS NUMERALES

UNO1. Palo T.XVIII, estucos2. Palo TCF, A83. P.N. Trono, G'2

DOCE24. PaI. TC,A325. Palo 96 gllfos, Al

DOS4. Palo 96 gllfos, F85. Palo T.XVIII, estucos

TRECE26. Palo Esc.jerog!. A327. Palo TC, A5

TRES6. Palo TS, A67. Altar de Sacro Vaso

CATORCE28. Qulr. F, B3a29. Qulr. Alt.O, E2·F2

CUATRO8. Halakal 1, Fl9. Fa!. T.XVIII, estucos

QUINCE30. Qulr. G, El31. Palo T.XVIII, estucos

DIECISEIS32. Qulr. F, D3a33. Palo T.XVIII, estucos

CINCO10. Palo T.XVIII, estucos11. Palo TCF, jamba AlSEIS12. P.N." Dintel 2, A7-A813. Qulr. A, B5a

DIECISIETE34. P.N. 14, A535. Qulr. F, A5a

SIETE14. P.N. Trono, 1'215. Palo T.XVIII, estucos

DIECIOCHO36. Fa!. TC, A937.Pa!. T.XVIII, estucos

OCHO16. Palo Ese. jcrog!. A217. Copo T.11

DIECINUEVE38. Palo Casa A, pilar A39. Copo T.11

NUEVE18. Palo T.XVIII, estucos19. . Pal. T.XVIII, estucos

VEINTE40. P.N. Dintel 3, Zl

DIEZ20. Nar. Esc.jerog!. 12a21. Copo 1, C6b

CEROn. Copo M, A2b; P.N. Trono, A'242. Palo TC, A743. Palo T.XVIII, estucos

ONCE22. P.N. Dintel 2, A5·A623. Palo T.XVIII, estucos

170

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FIGURA. 2 171

Page 91: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

FIGURA 3 - LOS DIAS

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IK4. Palo Escl, C35. Qulr. G, K'l6. Madrid

AKBAL7. Palo TS, P68. Kuna, Dintel, L29. Madrid

BEN37. Tik. Huesos38. P.N. Dintel 3, A1339. Madrid

IX40. Tortuguero 6, C341. Palo Esel, Dl42. Madrid

KAN10. Altún·Ha, Placa Al11. Dos Pilas 16, A412. Madrid

MEN43. Tik. 17, A444. P.N. Dintel 3, K245. Madrid

CHICCHAN13. Dos Pilas 16, C2a14. Copo Ese. jerogl.15. Madrid

CIB46. Palo TCF, N1647. P.N. 3, A448. Madrid

CIMI16. Copo Esc.jeroglo17. Pal. Escl, Fl18. Madrid

CABAN49. Aguateea 1, B1150. Palo Esel, G551. Madrid

MANIK19. Mus. D. Oaks, Panel 2, J20. Tik. Huesos21. Madrid

ETZNAB52. Tortuguero 6, E753. Pal. T.XVIII, estucos54. Madrid

LAMAT22. Palo Eselo, H323. Pal. 96 glifos, D424. Madrid

CAUAC55. Pal. Esel, E3'56. Pal. TCF, B1357. Madrid

MULUC25. Tik. Huesos26. Tik. Alt. 5, gllfo 127. Madrid

AHAU58. Tlk. Huesos59. Machaquilá 6, Ala60. Dos Pilas 8, H461. Copo C, A2b62. P.N. Dintel 3, V463. Chichén Itzá64. Madrid65. Landa66. Pérez.

OC28. Quir. K, B629. Tortuguero, 830. Madrid

CHUEN31. Dos Pilas 8, G532. Tortuguero 6, D1233. Madrid 12 ""

172 FIGURA 3 173

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Page 92: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

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FIGURA 4 - LOS MESES

PO?1. Tik. T.I, Dintel 3, B12. Región de Palenque,3. Dresde 70d

YAX28. Palo T.XVIII, estucos29. Palo T.XVIII, estucos30. Dresde 46d

Frag.

va4. P.N. 3, C65. Machaquilá 6, A3b6. Dresde 49c

ZAC'31. Machaquilá 2, A332. Calakmul 89, B6b33. Dresde 46a

ZIP7. Copo Rev. Stand B18. Machanquilá 7, A2b9. Dresde 62c

CEH34. P.N. Dintel 2, G135. Quir. Altar P, H236. Dresde 49b

13 " 15

ZOTZ10. Copo 6, B611. Tik. Huesos12. Dresde 47a

MAC37. Aguateca 7, A238. Palo TCF, alfardas B139. Dresde 49c

TZEC13. Tortuguero 6, A1214. Yax. Dintel 41, Bl15. Dresde 46c.

KANKIN40. Palo TS, H241. Palo T.XVIII, estucos42. Dresde 50a

XUL16. Machaquilá 4, A1617. Tik. Huesos18. Dresde 63b

MUAN43. Tortuguero 6, D344. Palo T.XVIII, estucos45. Dresde 48b " 32 33

YAXKIN19. Aguateca 1, A12b20. Palo T.XVIII, estucos21. Dresde 60b

PAX46. Aguateca 2, El47. Tik. 21, A448. Dresde 46c

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MaL22. Machaquilá 11, B3b23. Tlk. Huesos24. Dresde 47b

KAYAB49. Palo TCF, jamba A25Ó. Palo T.XVIII, estucos51. Dresde 61b

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CHEN25. Palo TCF, jamba A7a26. Aguateca 2, G1b27. Dresde 47c

CUMKU52. Tortuguero 6, A753. Machaquílá 2, B154. Dresde 63b

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UAYEB55. Palo TI, E556. Palo TCF, D857. Dresde 50b

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174 FIGURA 4 175

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Page 93: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

FIGURA 5 - ELEMENTOS VARIABLES EN LOSGLIFOS INTRODUCTORES

1. Dos Pllas 8 (según 1. Graham)

YAX19. Aguateca 320. Yax. Dintel 21

'•...

POP2. Pal. T. Olvidado3. P.N. 16

UO4. Ceibal, Esc. jerogl.5. Copo 1

ZAC21. Quir. 122. Pal. T.XVIII, jambas

CEH23. Palo TS24. Tik.31

ZIP6. Yax. Dintel 267. Mus. D. Oaks, Panel 1

MAC25. Pal.TCF26. Mus. Houston, Panel

ZOTZ8. Chinkultic, Marcador9. Copo 1

TZEC10. Yax. 11 .11. Quir. H

KANKIN27. Mus. Kansas, Panel28. Pusllhá P

XUL12. P.N. 39

MUAN29. P.N. 330. Dos Pllas 16

YAXKIN13. Copo 1614. P.N. 3

PAX31. Yax. Dintel 4832. Oxkintok

MOL15. Cop.1516. P.N.I0

KAYAB33. Copo 53'4. Quir. A

CUMKU35. Copo A36. Copoe

CI-IEN17. P.N. Dintel 318. Ichpatun 1

176

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177

Page 94: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

FIGURA 6 - GLIFOS DE PERIODO, FINALES DE PERIODOS,NUMERO S DE DISTANCIA, ANIVERSARIOS, ETCETERA

GLIFOS DE PERIODO

1.2.3.4.5.6.7.8.9.

10.11.12.13.14.15.16.17.18.19.20.

Kinchiltún. Qulr. F, D16aCalabtún. Palo TI, E12

Copo C. A2Pictún. Palo TI. F11

Piedra de Cníapa, A3Baktún. Tik. 31. A5

Mus. Kansas. Panel. C2Machaquilá 11. A2

Katún. Palo TC. B4TonináMachaquilá 11, B2

Tun. Nar. 24. D14.• Dos Pilas 16, B2.• Machaquilá 11, A3

Vinal. Tik. 31. B6Mus. Kansas, Panel. D3Quir. E, B4

Kin. Mus. Kansas. Panel, C4.• Quir. K. B4b.• Machaquilá 11, A4

FINALES DE PERIODOS

21. Fin de 10 baktunes. Copo 8. E222. Fin de 9 katunes. Palo TI, P323. Fin de 10 tunes. Ixlú, Altar. A324. ,,'in de 13 tunes. Tik. 5. C425. Fin de (13) baktunes. Palo TC.

D4·C526. Fin de (15) katunes. Copo B.

B·5·B627. Fin de 8 katunes. Palo T.XVIII.

estucos28. Fiesta hotúnica. Río Michol. Placa29. Fiesta hotúnica. Mus. D. Oaks. Va-

so de alabastro (tecali)30. El tuno Qulr. F. C11a31. Fin del tuno Nar. 10. AS32. Medio periodo. Ixlú, Altar. B33'3. 5 tunes. Quir. C. D1234. 15 tunes. Tortuguero 6. FI0

178

GLIFOS ESPECIALES ENNUMEROS DE DISTANCIA

35. Variantes del Kin. Palo TCF36." PN. Dintel 3.37." Pal. TI, M638. ND 7.8. Tortuguero 6. C239. ND 4.19. Qulr. E, B16b40. Glifo Introd. Pusilhá D. es41. .. Dos Pilas 8, F2342. Ind. anterior, P.N. Dlnt. 2.X343. Ind. posterior. Palo TI. R1244." •. Pal. TI. S545. Ind. anterior sobre 4 Ahau

Tortuguero 6. F9

ANIVERSARIOS46. De 1 katún. P.N. Dint. 3. F147. De 5 tunes. Yax. D!nt. 2, Dl48. De 3 katunes y 5 tunes,

Copo T.11

DIAS EXTREMOS DE LOS MESES

49. "Cero" Zac. P.N. 12. B20a50. Fin de Yaxkin. Plil. T.XVIII.

estucos.

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FIGURA 6 179

Page 95: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

FIGURA 7 - SERIES SUPLEMENTARIAS, DIRECCIONESCARDINALES, AFIJOS DE COLORES Y OTROS

GLIFO G

1. G1. Copo I, A6a2. Gl. P.N. 38, A53. G2. Chinkultie, Mare.4. G4. Nar. 24, C45. G5. Mus. Kansas, Pan. C56. G8. Ceínal, Ese. jerogl.7. G9. Tik. 31,A88. G9. Toniná 7, C1

GLIFO F

9. Nar. 13, E5

SERIE LUNAR

10. G3(?) /F, 6E, D, 4C, X, B, lOAF'al. TS

GLIFO x11. xi. Copo 912. X2. P.N. 313. X3. Quir. E14. X4. Nar. 1315. X5. Quir. Altar O16. X6. Copo A

CLAUSULA DE 819 DIAS

17. (9.13.16.10.13' 1 Ben 1 Chen)Yax. Dintel 30, E3·F5

CLAUSULA DE LA FECHA·ERA

18. Qulr. C, B6, A14

180

DIRECCIONES CARDINALES

19 Este. Pal. TI, H720. Norte. Pa!. Pa!. C321. Oeste. Copo A, D8b22. Sur. Quir. M, D4

AFIJOS DE COLORES

23. Rojo (T·109). Pa!. TI, M724. Blanco (T·58). Pal. TI, N125. Negro (T·95). Pa!. Pa!. C1626. Amarillo (T-281). F'al. TC, S1527. Verde (T-16). Quir. E, C10

AFIJOS FRECUENTES

Pre Super Post Sub

28. 1 11 116 1229. 13 24 25 2330. 75 61 59 8731. 126 122 130 10332. 18-4 168 181 14233. 188 204 178 246

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FIGURA 7 181

Page 96: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

GLIFOS FEMENINOS

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FIGURA 8 - GUFOS EMBLEMAS, FEMENINOS Y DE EVENTOS

PREFI:rOS USUí\'LES EN EMBLEMAS

1. T·35. Yax. Dint. lO, A7b2. T·36. Nar. 24, D73. T·37. Pal. TC, 0134. T·38. Copo 1, D4.5. 'T.·40.:Ral. T.C, zas6. T·1003a Nar. 24, D18

GLIFOS EMBLEMAS

7, Tikal (TI) 31, A218. •• (T2) Temp, IV, Dint. 3, C39. Naranjo 24, C14

10. Yaxchilán (Y1) Dint. 56, K211. •• (Y2) Dint. 56, L212. Piedras Negras Dint. 3, N213. Palenque (P1a) TI, G414. •• (P1b) TI, E915. •• (P2) TC, 01316. Copán 1, D417. Qlliriguá, C, D818. Ceibal Ese. jerogí. L219. Pomoná Tablero20. Laguna Petexbatün, Dos Pilas

16, C621. Machaqllilá 11, B622. Toniná M 111. 23

182

23. Dresde 16c24. Mus. D. Oaks. Vaso de alabastro

(teca!!)25. Pal.· Sarcófago, canto sur26. Ikil, <Dintel,cuarto. Oeste"27.Machaquilá, Estruct. 4, fr.a.g. D.28. Mus. Dalias, Panel29. Pal. 96 glifos, 18 (relación).

GLIFOS DE EVENTOS

30. Origen, nacimiento P.N.1,B331. Casamiento P.N. 8, E432. Fin, muerte Pal, Sarcófago33. Ascenso al poder El Cayo,

Dintel, E43·1.Entronización Pal. TI, R1035. Conjunto de afijos 59.168:188. P.N.

Dintel 3, H136. Encubrimiento Pal. TCF, 02·N337. Rito Quir. A, D538. Captura Yax. Dint. 8, A339. Captor Yax. Dint. 32. A6.

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Page 97: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

FIGURA 9 - NOMBRES DE GOBERNANTES Y DIOSES.DOS TEXTOS DE PALENQUE

GOBERNANTES

NARANJO

1. Gobernante2.3.4.5.6.7.8.

la. 38, B8-B10lb. Dint. C4-D4Ic. Dint. C1-C2IIa. 24, A5·A7IIb. 23, H19·G20

lIla. 13, A10IlIb. lO, B2-B3IIIc. 32, T3.Q4

PIEDRAS NEGRAS

9. Gobernante de la 2a serie.10. .. 4a11. .. 7a

36, Cl·C3Dintel 3Trono¡ H'3

PALENQUE

12. Gobernante más antiguo conocido. TC, F1713. Escudo.sotar, TI, E5-F514. J'aguar.serpíenta, TCF, N4.15. Gobernante más reciente conocido. 96 glifos, G4.

YAXCHILAN

16. Escudo-jaguar. Dintel 46,G'517. Pájaro.jaguar. Dintel 31, Jl'

'TIKAL

18. Gobernante A. T.I, Dintel 3, D4·C519. " B. T.IV, Dintel 3, E9

DIOSES

20. Dios solar y diosa lunar. Copo A21. Bolonyocté. Paris 722. " Pa!. Sarcófago, orejeras23. Dios triádlco Gl. Pa!. TI, M9·N924." " GIl. Pa!. TI, LS·K925." •. GIll. Pa!. TI, M526. Un miembro de la tríada. Pa l. TCF, L327. Los miembros de la tríada. Palo TCF, N928. Gllfo de los Bacabes. Madrid TIa.

TEXTOS DE PALENQUE

29. Sarcófago, lado sur. (Según Merle Greene)3'0. Lápida de la Creación.

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Page 98: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

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FIGURA 10 - TEXTOS DE PIEDRAS NEGRAS, IXKUN y DOS PILAS

1. Piedras Negras, Dintel 2. Serie Inicial y Suplementaria.9.11.6.2.1 3 Imlx, G5, F, 19D, 5C, X, 9A, 19 Ceh.

2. Ixkún, Estela 2. Serie Inicial y Suplementaria.9.17.9.0.13' 3 Ben, G4, F, tres glifos desconocidos, 5D, 3C, X, B, lOA, 6 Kayab.

3. Piedras Negras, Estela 8.(9.12.14.10.17) 2 Caban 15 Kankin, fecha de casamiento (A4) entre una mujer(B2) y el gobernante III (B4,A5) de Piedras Negras (B5).

4. Piedras Negras, Jade del cenote de Chlchén Itzá.Para su análisis, véase: Visión histórica 1 Piedras Negras.

5. Dos Pilas, Escalera jerogllflca oriental.Para su análisis, véase: Los números de distancia y los aniversarios.

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Page 99: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

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FIGURA 11 - TEXTOS SOBRE DIFERENTES MATERIALES

1. Piedra. Marcador de un juego de pelota. Toniná. Dibujo de Andy Seuffert.Cortes!a: Mission Archéologique et Ethnologique francaise au Méxique.

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Page 100: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

~I:I FIGURA 11 - TEXTOS SOBRE DIFERENTES MATERIALES

2. Códice. Dresde, página 53.

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Page 101: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

3a Cerámica. Vaso de colección particular. Guatemala. Dibujo de AntonioTejeda F. Cortesia: Peabody Museum, Harvard, Cambrldge.

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FIGURA 11 - TEXTOS SOBRE DIFERENTES MATERIALES

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192 FIGURA 11-3a 193

Page 102: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

FIGURA 11 - TEXTOS SOBRE DIFERENTES MATERIALES

3b Cerámica. Detalle del anterior.

194 FIGURA 11-3b

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Page 103: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

FIGURA 12 - ESTELA 36 DE PIEDRAS NEGRAS(MUSEO NACIONAL DE ARQUEOLOGIA y ETNOLOGIA.INSTITUTO NACIONAL DEL PATRIMONIO CULTURAL

DE GUATEMALA)

Al - B4, A8 Serie Inicial 9.10.6.5.9 8 Muluc 2 Zlp

A5 - B7 Serie Suplementaria G1, F, 4D, 4C, X, 9A.B8 entronización

C7 tiesta crepuscular (?)D2 gUfo emblema

C3 - D3 número de distancia 2.1.13.19

C4 - D4 RC (9.9.13.4.1) 6 Imix 19 Zotz I ___ '4f;'~q " ,i'. .,. '" ." .:..< '., #¡~, t:' 'lC5 nace ,. ';' '!'. ,\,w.. .., .. ~ ' .. .f.... v) ,,' /t

D5 - D6 nombre del gobernante rrC7 tiesta crepuscular (?)

D7 - D8 RC (9.11.15.0.0) 4 Ahau 13 Mol, tercer hotún.

Lo anterior, en paráfrasis, sería acaso: "Desde 9.10,6.5.9 8 Muluc 2 Zip, bajolos pronósticos ciclicos y astrológicos de la Serie Suplementaria, ocupa el tronoel gobernante rr, aquí en Piedras Negras. A la edad de 2,1.13.19, después de sufeliz nacimiento en 9.9.13.14.1 6 Imix 19 Zotz, el mismo insigne gobernante erigióceremoniosamente este monumento en 9.11.15.0.0 4 Ahau 13 Mol para conmemoraruna fecha redonda a 5 tunes de distancia del fin de un katún".

Fotogratia: Teobert Maler.Cortesla: Peabody Museum, Harvard, Cambrlgde.

196 FIGURA 12197

Page 104: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

Se terminó de imprimir el día 10 demayo de 1977, en los ralleres de laEditorial "José de Pineda Ibarra", delMinisterio de Educación, 35 calle final,zona 11, finca "Las Charcas", ciudadde Guatemala, América Central. Estaedición consta de 5,000 ejemplares enpapel bond HOgramos.

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Page 105: Signos y significados en las inscripciones mayas H BERLIN

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como su importante hallazgo sobre elglifo emblema que vino a ser unade las primeras respuestas paraencontrar nuevos stgniñcados no ma-temáticos Y astronómico s en laepigrafía maya, identificando de estamanera los gUfos que correspondíana algunos de los principales centrosarqueológicos mayas.

Dos años después Tatiana Proskou-riakoff lograba establecer una secuen-cia de gobernantes Y sus ascensionesal poder para Piedras Negras, Petén,Guatemala, que la llevaran a ella yun reducido grupo de investigadores aencontrar nuevas informaciones, decarácter histórico, valiosísimas parael conocimiento de los mayas, únicacultura que ha tenido este marco cro-nológico e histórico, basado en fechas,gracias a S1.1 escritura jeroglífica, casoaislado en ': el panorama del mundopreoólombíno americano.

Precisamente Signos y significadosen l~!t in!iCrij>Cion~smayas, viene a seruna apol~gítr de este sentido "históri-co" de las nuevas tendencias epigráfi-cas mayas, a la vez que es un magnífi-co resumen de lo que se sabe hastael presente de dicha escritura. En estesentida, el libro del doctor Berlin seconvertirá en un clásico de la literatu-ra maya como lo han sido los trabajossobre escritura jeroglífica maya de losdoctores Sylvanus G. Morley y J. EricS. Thompson. Igualmente vendrá acoadyuvar a los conocimientos másrecientes hechos por la ya mencionadaTatiana Proskouriakoff Y David H.Kelley respecto de la glífica maya.

Sin embargo, aún tiene otra cuali-dad más este libro del doctor.Berlin:la de ser uno de los únicos, si no elúnico, de los libros escritos en cas-tellano acerca de esta interesante es-pecialidad en el campo mayista, loque no dudamos que hará que estaobra sea muy, difundida y bien reci-bida por los lectores de habla españo-la interesados en el pasado precolom-bino, pero especialmente los deGuatemala, Honduras, El Salvador yMéxico, en cuyos territorios actualesse desarroUara la civilización maya.

Tiene por consiguiente el lector ensus manos, en Signos y significadosen las inscripciones mayas, una obrade investigación que la hace altamen-te recomendable para todos aquellosque deseen profundizar en el pasadoprecolombino de Mesoamérica Y sobretodo de los mayas, lo cual hace quesea para el Instituto Nacional del Pa-trimonio Cultural de Guatemala unparticular privilegio ser el editor de lamisma.