Sevilla | Septiembre 2019 | Número 150

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

2

Silencio 150

EDITASecretaría de la PrimitivaHermandad de losNazarenos de Sevilla.C/Alfonso XII, 3. 41001 - Sevillasecretaria@hermandaddeelsilencio.org

HERMANO MAYOREduardo del Rey Tirado

COLABORADORESEduardo del Rey Tirado, Rvdo. P. Pablo Colón PeralesCarlos Colón PeralesIsabel Mª García ParrillaPilar Fernández MuñozJuan de Bayas RomeroIgnacio Conradi TorresEduardo Rodríguez AlonsoJuan Muñoz JigatoChelo Núñez CorreasLuis Rubiño ChacónInmaculada García ArroyoAlonso Roblas CarideJuan Manuel Bermúdez Requena

FOTOGRAFÍARafael Alcázar OteroFernando Solano VázquezJosé Miguel García GálvezJuan Manuel Bermúdez Requena Isabel Mª García ParrillaLuis Romero RuizJaime Rodríguez Fernández Manuel Jesús Rodríguez RechiJose Manuel Ruiz CortésJosé María Benítez JaramagoManuel Lamprea ChavesJosé CorralesEduardo Castillo YbarraArchivo de la Hdad. de Jesús Nazareno de RotaArchivo de la Archicofradía.

Portada y Contraportada: José Miguel García Gálvez

Convocatoria del Triduo (Altar de 2018):Rafael Alcázar Otero

Fotografías Centrales:Luis Romero Ruiz

DISEÑO E IMPRESIÓNGráficas San Antonio

TIRADA2850 ejemplares

DEPÓSITO LEGALSE-104-1984© Todos los derechosreservados.La Hermandad no comparte ne-cesariamente las opiniones ver-tidas por los colaboradores ni se responsabiliza de ellas.

Sumario3. CARTA DEL HERMANO MAYOR. Eduardo del Rey Tirado.

4. LA MiRADA. No preguntéis su nombre: Dejaos abrazar por ella. Pablo Colón Perales

6. DESDE EL ATRiO.

10. FORMACiÓN. Pascua judía, madrugada nazarena. Carlos Colón Perales

12. FORMACiÓN.

14. DE NUESTRAS FiLiALES. Una visita a Marchena. Pilar Ferández Muñoz

17. JUVENTUD NAZARENA. Actividades de la Diputación de Juventud

18. CARiDAD.

20. iNFORME DE LA ESTACiÓN DE PENiTENCiA.

25. CONVOCATORiA DEL TRiDUO A LA SANTA CRUZ.

28. CONVOCATORiA DE CABiLDO.

29. AViSOS.

30. PROYECTO ÁNGEL. Juan Muñoz y Chelo Núñez

32. COLABORACiÓN. La luz de María Santísima. Luis Rubiño Chacón

38. CANTERA NAZARENA. Ser siempre luz y sal. Inmaculada García Arroyo

40. DE LOS HERMANOS. Pedro Ybarra Hidalgo: Hermandad y vocación

44. DE NUESTRAS FiLiALES. Rota. Actos extraordinarios

46. GLORiA NAZARENORUM. Juan Manuel Bermúdez Requena.

49. DESDE EL ARCHiVO.JM

G

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

3

Silencio 150

Abrazar la Cruz abrazada

Con el mes de septiembre se reanuda, en general, la actividad ordinaria en todos los ámbitos: laborales, escola-

res, sociales… Y para la Archicofradía lle-gan de nuevo los cultos en honor a la Santa Cruz en Jerusalén. Unos días que ofrecen a todos los hermanos una gran oportunidad para resituar la propia vida y reorientar su sentido mirando a la Santa Cruz como nuestra guía. Una invitación a revisarnos en lo personal, lo familiar o lo profesional. Y también respecto a nuestra relación con la Hermandad, así como la de ésta con sus hermanos.

En el Evangelio, el Señor insiste en que sus discípulos deben estar en vela, vigilan-tes, porque perder “el norte”, la referencia de la Cruz en la vida, no es difícil. Vivimos en un entorno social que nos invita per-manentemente y de mil maneras distintas a ello, ofreciendo un tipo de vida aparen-temente mucho más apetecible y unos “valores” supuestamente más modernos y socialmente más populares y asumibles. Muchas veces las prisas, la inercia del día a día, las preocupaciones, o las tentacio-nes, aun las más pequeñas, van desviando nuestro sendero del Camino que Jesucristo nos propone. Y, cuando nos damos cuenta, nuestros valores, nuestra conducta, nues-tras prioridades, se han ido alejando de las de un seguidor de Jesús Nazareno.

A veces podría parecer que se trata sólo de matices, pero éstos terminan marcando diferencias trascendentales. Monseñor Mu-nilla lo escribía recientemente: “nuestro objetivo no es ‘tener éxito’, sino ‘dar fruto’”. Qué tentación más común e “¿inofensiva?” es la de orientar nuestras cosas más a lo-grar el éxito que a dar fruto, tanto en nues-tra vida personal como también en la vida de Hermandad. Sin embargo, mientras que el éxito es cosechar para uno mismo (bus-cando con mentalidad cortoplacista réditos personales o de grupo), dar fruto exige, pri-mero, dejarse sembrar por Dios y que roture nuestra tierra, es decir, nuestros planes, cri-terios, nuestra vida, y ser fieles a su semilla,

dando el fruto que de ella se espera. Un camino que exige renuncia, esfuerzo, sacrificio… la Cruz.

A esto nos convocan en septiembre nuestras Reglas: a abrazar la Cruz abrazada por Jesús Nazareno, a asumir su vida y su mensaje hoy y aquí, en estos tiempos recios que tanto lo ignoran o lo rechazan; y a confirmar nuestra Fe en la Fiesta Principal de Instituto, para hacerla luego vida –dando fruto- con el testimonio del día a día, abrazando la Cruz de Jesús al abrazar la de nuestros hermanos.

Por otra parte, el próximo mes de octubre la Junta de Gobierno que me honro en presidir cumplirá sus tres años de mandato, durante los cuales hemos procurado conducirnos como dignos sucesores de cuantos nos an-tecedieron, sirviendo a nuestros hermanos en el ejercicio de nuestras responsabilidades como mejor hemos sabi-do. Mucho había que hacer, porque mucho es el trabajo que las Reglas exigen para el cumplimiento de sus fines, tanto en Cultos, Estación de Penitencia, Formación, Cari-dad, Juventud, como respecto al Patrimonio y la vida de Hermandad, y mucho también lo que queda por seguir haciendo. Por eso quiero animar a todos los hermanos convocados a que participen activamente en el próximo Cabildo General de Elecciones, acudiendo y otorgando su respaldo y confianza, para así continuar construyendo entre todos nuestra Archicofradía, y que siga actuando como siempre de manera ejemplar en todos los órdenes, no para tener éxito, sino para dar fruto.

La misma Hermandad que fundaran nuestros antepasa-dos en 1340, y que hoy debe seguir dando rotundo y diáfano testimonio de fe. Con las claves de 2019, pero con el Mensa-je de siempre, el del Dulcísimo Jesús Nazareno, que María Santísima de la Concepción acogió haciéndolo vida en Ella, convirtiéndose en nuestro mejor modelo posible en un mun-do tan necesitado de referentes. Y según el estilo y forma de proceder de los Primitivos Nazarenos de Sevilla.■

Carta del Hermano MayorEduardo del Rey Tirado

La

Mir

ada

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

4

No preguntéis su nombre: dejaos abrazar por ella

En la obra Los Miserables de Víctor Hugo, una referencia absoluta de la novelística del siglo XIX, contemplamos un fresco social, político y humano lleno de aristas y lecturas

diversas sobre el dolor, el sufrimiento, la justicia, la tensión entre espíritu y norma. Una aguda e hiriente línea transversal y humani-zadora la recorre: la historia de redención de su protagonista, Jean Valjean, injustamente condenado y buscador incansable de la vir-tud y del bien en la vida propia y en la de los demás. Misericordia y posibilidad de redención. El primer giro humanizador acontece en la primera parte. Jean Valjean es un hombre salido de la cárcel, abrumado en su condición de convicto, que se redime tras robar unos candelabros de plata al bondadoso obispo Monseñor Myriel, el cual le había dado acogida. Éste, lejos de denunciarlo, le propi-cia aquella primera oportunidad que marcará un camino nuevo de vida: convertirse en un próspero empresario. Capaz de emplear sus capacidades en el prójimo. Es la mirada de la misericordia que obra frutos personales de conversión.

En palabras del Papa Benedicto XVI, la “locura de la cruz es la de saber convertir nuestro sufrimiento en un grito de amor a Dios y de misericordia para con el prójimo. La de saber transformar unos seres combatidos y heridos en su fe y dignidad”. Los Primitivos Nazarenos, prolongadores del abrazo a la Cruz de nuestro Dulcísi-mo Señor, nos sabemos especialmente comprometidos a celebrar, con el testimonio de vida, el anuncio glorioso de la Cruz que derro-ta muertes personales y da vida abundante. Por ello, en la noche santa donde descansa la Institución de la Eucaristía en los sagra-rios. En la custodia y vela de la Iglesia recordando el itinerario pa-sionista del Siervo, todo aquello con que su Hermandad envuelve su abrazo a la Cruz no es esencialmente un pasaje realista de do-lor. Es prefiguración de la gloria prometida. Es el triunfo del amor de Dios en el encuentro con la humanidad profundamente herida. La Cruz se presenta enriquecida y la mirada del Nazareno asegura todas las promesas. Veneramos la Cruz, objeto de culto como las

imágenes, tal como estable-ció el Concilio de Nicea: “El honor de la imagen se dirige al original, y el que adora una imagen adora a la persona en ella representada”. Ordenan-do que, “como se hace con la figura preciosa y vivificante de la cruz, con los Evangelios y los demás objetos sagrados de culto, se las honre con ofrenda de incienso y de lu-ces”. En muchas de nuestras representaciones, desde la Edad Media y aún presentes en la geografía de nuestra re-ligiosidad, el perdón de Dios

Pablo Colón Perales, Pbro.

“No preguntéis su nombre a quien os pide asilo. Precisamente quien más necesidad tiene de asilo es el que tiene más dificultad

en decir su nombre”.

Víctor Hugo, Los Miserables.

Luis

Rom

ero

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

5

se expresaba mediante la floración de la cruz. Es el símbolo de la capacidad que tenemos de acoger el amor y escoger el silencio o lo estéril o de la incapacidad para optar por la creación. De la madera muerta emergen brotes y flores. El perdón da vida a todo lo que estaba muerto, en-gendra belleza donde habitaba solo la fealdad. Recuerdo cuánto me asombró, durante mi etapa pastoral en Écija, la pervivencia barroca de las azucenas de plata que brotan de las heridas de los clavos en los crucificados.

Los tres pilares que fundamentan el minis-terio de la predicación de Jesús son curar, orar y predicar. Y estos tres vértices forman el perfil de la cruz, su horizonte de sentido. En el abrazo altivo –como rey David– de Jesús Nazareno a la Cruz gloriosa, toma sobre sí toda nuestra hostili-

dad. Precisamente, y eso es parte de la novedad y de la radicalidad de la cruz, en el centro de nuestra adoración se encuentra Aquél que fue rechazado. Ese es el discurso de la Cruz. Signo de “perfecta alegría” en la expresión del Santo de Asís.

Después de la cruz, el mal no tiene la última palabra sino el amor que se entrega. A partir del abrazo redentor a la Cruz, Dios no está del lado de los que crucifican, está con los crucificados. Hemos conocido el nombre de aquello que nos nombra y nos acoge. Y nos acompaña desde nuestro bautismo. La Santa Cruz en Jerusalén. Cinco cruces como cinco ventanas abiertas para abrazar la vida. Y, en las estaciones de la vida, afirmamos con nuestro abrazo a la cruz: no pre-guntéis su nombre, dejaos abrazar por ella. ■

Desde el Atrio

Jaim

e Ro

dríg

uez

Luis

Rom

ero

Arriba, una vista del Besapiés a Ntro. P. Jesús Nazareno. Abajo, un momento del Vía-Crucis organizado por la Hermandad del Santo Entierro

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

7

Silencio 150

Tres instantes de la pasada procesión del Corpus Christi

Man

uel G

onzá

lez

Pala

oJ.

M. R

uiz

Cort

ésM

. J. R

odríg

uez

Rech

i

J. M

. Rui

z Co

rtés

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

Silencio 150

8

BRILLANTE ACTO DE EXALTACIÓN

A LA SANTA CRUZ

El pasado viernes 17 de mayo tuvo lugar en nuestro atrio la ya tradicional Exaltación a la Santa Cruz, que nuestra Archicofradía organiza con una periodicidad trianual. En esta ocasión, dicho acto corrió a cargo de nuestros hermanos don Enrique Osborne Isasi, don José Ignacio del Rey Tirado y don Rafael Roblas Caride, quienes, cada uno en su propio estilo, glosaron el miste-rio de la cruz en un mágico anochecer de prima-vera tardía.

El magnífico contrapunto musical lo puso la Unidad de Música del Acuartelamiento Aé-reo de Tablada, que, con sus pasodobles, llenó de nostálgica alegría el aire de un San Antonio Abad engalanado para la ocasión de mantones y macetas de flores frescas.

Desde aquí vaya nuestro más sincero agrade-cimiento a todos aquellos que, de alguna mane-ra u otra, nos permitieron disfrutar de tan emo-tivos momentos.

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

9

Silencio 150

Arriba, convivencia posterior al Acto Eucarístico de las Hermandades de la Madrugada. Abajo, acto de filiación con la Hermandad de Jesús Nazareno de Quintanar de la Orden (Toledo)

Abajo, a la izquierda, paso de la Hermandad del Rocío de la Macarena ante nuestra sede. Y a la derecha, nuestros hermanos Alfredo Martínez Cuevas y Alfredo José Martínez González entregan una reproducción de la orden mediante la cual el rey Carlos

IV reconoce la propiedad de la Real Iglesia de San Antonio Abad a la Archicofradía

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

Silencio 150

10

Fo

rm

ac

ión

La Archicofradía vista desde la diáspora y en la Noche Santa

Noches Nazarenas 2019

Las tradicionales “Noches Na-zarenas”, que celebra anual-mente la Archicofradía los

viernes de Cuaresma como cita de acercamiento a lo mejor de nuestra historia y espiritualidad cofradiera, alcanzaron este año -último de la ac-tual Junta de Gobierno- un magnífico nivel de la mano de los dos queridos hermanos designados para interve-nir en ellas.

La primera de ellas tuvo lugar el viernes 15 de marzo y estuvo a cargo de N.H.D. Enrique Guevara Pérez, residente en Madrid y gran estu-dioso de la Semana Santa sevillana y española. El tema que desarrolló fue “La Hermandad del Silencio: vi-vencia e identidad en la diáspora”, que dividió en dos partes. En la pri-mera, realizó un amplio recorrido por la influencia de las tradiciones y señas de identidad procesionales de nuestra Archicofradía, que se en-cuentran también presentes en una gran cantidad de Hermandades y cofradías extendidas por toda la geografía es-pañola. Y en la segunda, ofreció otro extenso panorama gráfico, esta vez dedicado exclusi-vamente a nuestra corporación, tomado de an-tiguas revistas y publicaciones de las primeras décadas del siglo XX sobre nuestros Sagrados Titulares, pasos procesionales y la Estación de Penitencia de la Madrugada del Viernes Santo.

El viernes 29 de marzo se celebró la segun-da “Noche Nazarena”, con una conferencia que pronunció N.H.D. Carlos Colón Perales, escritor, periodista y profesor en la Facultad de Comunicación de la Hispalense, bajo el título “Madrugada Nazarena y Pascua judía: ¿por qué esta noche es distinta de todas las otras noches?”. En sus profundas palabras fue des-

granando la esencia ritual de la Pascua judía y la puso en conexión simbólica y creyente en un mismo Dios con la noche del Jueves Santo y con la Madrugada del Viernes, jornada en la que realiza desde tiempo inmemorial la Esta-ción de Penitencia nuestra Primitiva Archico-fradía, abriendo así, secular y solemnemente, la noche sagrada de Sevilla. A través de innu-merables frases -tanto de su Pregón de la Se-mana Santa de 1996 como de la emocionada letanía nazarena final- puso de manifiesto la enorme grandeza histórica, devocional y sim-bólica que se atesora en San Antonio Abad y que se manifiesta en el procesionar silente y penitencial como símbolo de la Resurrección. En definitiva, haciendo “bello el dolor”.■

Fern

ando

Sol

ano

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

11

Silencio 150

¿Por qué esta noche es distinta de todas las otras noches?, pregunta el más jo-ven de los judíos al más anciano que

preside la mesa de la cena pascual. Lo mis-mo deberíamos decir a nuestros hijos que nos preguntaran en la Madrugada, antes de vestir nuestra túnica y venir aquí. Porque la respues-ta es idéntica: celebramos el paso (Pascua) de Dios salvando, liberando y redimiendo. La Pascua judía y nuestra Madrugada nazarena se celebran en las mismas fechas porque Jesús Nazareno, como judío piadoso que era, celebró la primera noche de Pascua: lo que nosotros lla-mamos Última Cena. Agonizó entre los olivos, fue prendido, juzgado, azotado, condenado y crucificado el viernes, primer día de la Pascua. Y murió sobre las tres de la tarde, justo mien-tras los corderos pascuales eran sacrificados en el templo. Fue descendido de la cruz antes del anochecer del viernes porque, al anochecer, que es cuando empieza el día judío, toda acti-vidad quedaba prohibida para no profanar el sábado más santo, el Sabbat pascual.

Durante toda la ceremonia se recitan frag-mentos de los libros sagrados y textos de la tra-dición rabínica. El más hermoso es el Nismat Kol-Hay, que se recita en la penúltima parte del rito de la Pascua. Óiganlo contemplando a Jesús Nazareno, oigan esta antigua plegaria de Israel que, cada año, en la misma noche en que vestimos ruán y ceñimos esparto, recitan nues-tros hermanos mayores en la fe. Óiganla sobre-cogidos por el amor inquebrantable con el que Israel es fiel a Dios y ha encontrado las más be-llas palabras jamás escritas para expresarle su amor, óiganla contemplando a este Mesías por cuyas venas corre la sangre del Rey David: “El alma de todo ser viviente bendecirá tu Nombre, Señor Dios nuestro, y el espíritu de todo ser glo-rificará y exaltará continuamente tu memoria, Rey nuestro. Desde ahora y por siempre Tú eres Dios; fuera de Ti no tenemos rey alguno que re-dima y salve, que rescate y proteja, que alimen-te y se apiade en todo momento de nuestra an-gustia y aflicción. Tú eres el Dios del principio y del fin, el Dios de todas las criaturas, el Señor de todas las generaciones. Tú eres el alabado

con toda clase de alabanzas, el que guías a tu universo con misericordia y a tus cria-turas con clemencia. Pues Dios no duerme ni dormita, al contrario: Él despierta a los dormidos y despabila a los adormecidos, hace hablar a los mudos y libera a los cauti-vos, sostiene a los abatidos y endereza a los encorvados. Aun cuando nuestra boca se llenase de cantos, como el mar de agua, y nuestra lengua de vítores más sonoros que el bramido de las olas, y nuestros labios de alabanzas más dilatadas que el firmamen-to; aun cuando nuestros ojos centellearan como el sol y la luna, y nuestros brazos se abrieran como las alas del águila, no logra-ríamos darte gracias como mereces, Señor, Dios nuestro y Dios de nuestros padres, ni bendecir tu Nombre por los innumerables dones con que nos has colmado a nosotros y a nuestros padres. Por consiguiente, los miembros que en nosotros has creado, el espíritu y el alma que nos has insuflado, la lengua que has puesto en nuestra boca,

Pascua judía, madrugada nazarenaCarlos Colón Perales

Rafa

el A

lcáz

ar

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

Silencio 150

12

todos ellos te darán gracias, bendiciéndote; te glorificarán, alabándote; te enaltecerán, ado-rándote; y te santificarán, Rey nuestro, ento-nando tu nombre. Ante Ti toda boca te santifi-cará, toda rodilla se doblará, todo ser viviente se inclinará, todos los corazones te temerán y todas las entrañas glorificarán tu Nombre. Por-que está escrito: Señor, ¿quién como tú para librar al débil del fuerte, al pobre de su expolia-dor? ¿Quién como tú? ¿Quién igual a Ti? ¿Quién podrá ser comparado contigo, Dios grande, po-deroso y tremendo?”.

1323 años después de la primera Madruga-da, la de la celebración de la Pascua en la que Jesús Nazareno instituyó la Eucaristía, un 14 de abril de 1356, un grupo de devotos agrupados desde 1340 en torno a la devoción al Dulcísimo Jesús Nazareno realizó su primera salida a la ermita de San Lázaro vistiendo túnicas de color morado, ceñida la cintura por una soga de es-parto, cubierta la cabeza por una cabellera de cáñamo y, sobre ella, una corona de espinas, descalzos los pies y portando una cruz para imitar en todo a Jesús Nazareno, por lo que el pueblo de Sevilla dio desde entonces el nom-bre de nazarenos a los penitentes. Para imitar a Cristo, como Jesús Nazareno portando su cruz, nacimos, y en ello está nuestra vocación prime-ra y la esencia de nuestro ser: somos los Primiti-vos Nazarenos de Sevilla. Mucho podrán cam-biar las cosas y variar horarios e itinerarios. Pero, desde 1356 hasta hoy, es nuestra cruz la que abre la Madrugada que fundamos.

Ser devoto de nuestro Señor Jesús Nazareno –a la vez tan dulce y tan altivo, tan manso cor-dero entregado y tan majestuoso rey– y Primi-tivo Nazareno de Sevilla es vivir la Madrugada bajo los antifaces-clausura que borran nuestra identidad exterior para sumergirnos en lo más hondo de nosotros mismos, allí donde en el recogimiento podemos hablar con quién nos conoce mejor que nosotros mismos porque –co-mo dijo San Juan de Ávila– “dice de ti lo que tú mismo no alcanzas”, con Aquel a quien, como cantó el salmista, “desde el seno materno te fui confiado, desde el vientre de mi madre Tú eres mi Dios”. Es nuestra cofradía, en contraste con su severidad, un estruendoso silencio dorado, barroco, arrollador, orgulloso, magnífico, he-

rido por el lamento de las saetillas. Para mí la cofradía del Silencio es la Macarena de ruán, porque son dos poderosos símbolos de resu-rrección, dos promesas ciertas de muerte ven-cida y resurrección segura que hacen bello el dolor, y así lo expresé en mi Pregón: “Entra en Cuna cuando entra la Macarena en la Campa-na. Qué dos mundos, el tintinear de los faroles, las saetillas, el silencio, de una parte; y, de otra, los cuerpos de pie, todos, al mismo tiempo, co-mo un suelo que creciera prodigiosamente, el escalofrío de la música que se acerca, los ciria-les que aparecen, los cirios verdes que se arre-molinan, la Macarena. Qué dos mundos, tan distintos, tan iguales; qué dos glorias de Sevilla nacidas en el mismo barrio, qué dos formas de hacer bello el dolor: plata y carey por Cuna, y una cara en la Campana”.

Esto es para mí ser Primitivo Nazareno y lo que espero que sigan sintiendo los Primitivos Hermanos de hoy. Porque, en esto de la Semana Santa, se trata de Dios, aunque muchos parez-can olvidarlo; y lo que tiene que ver con Dios tiene que ver con nuestra vida y su sentido, con nuestras creencias y con nuestras acciones, con nosotros, con nuestros padres y con nuestros hijos, con nuestro ser, nuestro vivir y nuestro morir. ¿Por qué esta noche es distinta de todas las otras noches?, deberían preguntarnos nues-tros hijos cada Madrugada, como en la noche de la Pascua lo preguntan a nuestros hermanos mayores judíos sus hijos. Y nosotros debería-mos contestarles: porque es la noche en que sufrió y estuvo solo el Nazareno; porque es la noche en que instituyó la Eucaristía para estar siempre vivo con nosotros, entre nosotros y en nosotros; porque es la noche en la que se prepa-ró para vencer a la muerte muriendo; porque es la noche que simboliza lo que debe ser toda tu vida: seguir al Nazareno, ser una parte de su luz en la oscuridad, tener a Dios por único Rey y su palabra por única ley; porque te he engendra-do, hijo mío, para que seas eterno y para que, en esta vida, mirando a nuestro Dulcísimo Na-zareno, sientas esa eternidad latir dentro de ti. Por eso esta noche es distinta de todas las otras noches: la noche que presiente el amanecer de la resurrección en una cruz de carey y plata y en una cara. La noche más santa de Sevilla, la noche de nuestro Dulcísimo Nazareno.■

Formación

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

13

Silencio 150

Acercamiento a la Sagrada Escritura en los “Viernes con Jesús Nazareno”

Durante el presente curso, el ciclo formativo “Viernes con Jesús Naza-reno”, organizado en la Real Iglesia

de San Antonio Abad por la Diputación de Formación, girará alrededor de la Palabra de Dios, aspecto fundamental para la vida cristiana. Así, a lo largo de tres sesiones, se realizará una primera aproximación a un asunto tan esencial en la vida del creyente y del cofrade como la Sagrada Escritura, es-tableciendo bases teóricas en torno al marco geográfico e histórico donde surgió el Nue-vo Testamento, esa recopilación de escritos que nos narran la vida de Jesús de Nazaret y donde se registran los testimonios de sus primeros discípulos.

Las ponencias, con los títulos y fechas abajo indicadas, serán impartidas por el sacerdote franciscano Fray Alfonso García Araya, especialista en Sagrada Escritura, profesor en el Centro de Estudios Teológicos de Sevilla y ponente habitual de numerosos ciclos y charlas formativas.■

Formación

Viernes con Jesús NazarenoIntroducción al Nuevo Testamento

Ponente: Rvdo. P. Fray Alfonso García Araya, O.F.M.Profesor del Centro de Estudios Teológicos de Sevilla

Viernes 18 octubre, 21 horas- Importancia de la Palabra de Dios en la vida del creyente

Viernes 8 noViembre, 21 horas- Geografía y lugares del Nuevo Testamento

Viernes 22 noViembre, 21 horas- Contexto histórico del Nuevo Testamento

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

Silencio 150

14

Pilar Fernández Muñoz

Una visita a Marchena

¿Se puede viajar al pasado? Sí, se puede. Y un numeroso grupo de hermanos tuvimos

la dicha de hacerlo el sábado 16 de febrero. A no muchos kilómetros de San Antonio Abad, nos esperaba la Archicofradía Sacramental de Nues-tro Padre Jesús Nazareno de Marchena y, con ella, la vuelta a las tradiciones que un día tuvimos y que, por diversas causas, perdimos. Un viaje a nuestras raíces, con un denominador común: la fe al Nazareno.

Con gran puntualidad, a las diez y cuarto, arrancaban el autobús y los varios coches que en la salida se en-contraban -dado el éxito de la convo-catoria-, dispuestos a pasar un buen día de hermandad. Ya de camino, fue-ron especialmente emocionantes las palabras de nuestro Hermano Mayor, de quien aprendimos que nunca deja-mos de buscar las huellas de Jesús Na-zareno, bien sea a través de un viaje a Tierra Santa –peregrinación de la que algunos hermanos acababan regresar hacía apenas un mes- o bien visitando a nuestras filiales. Y las huellas quisie-

ron hacerse patentes bien pronto, quizá por eso coin-cidió el rezo del Padrenuestro que ponía inicio al día con nuestro paso por la puerta del Hospital de San Lázaro. Sin duda, era un día de reencuentros.

Un poco más tarde de lo previsto llegamos a la iglesia de San Miguel. Nos recibió una agradable pla-zoleta blanca de cal y un grupo de hermanos -enca-bezados por el Hermano Mayor, don Antonio Martín, y el cura Párroco y Director Espiritual de la corpora-ción, don Daniel Mariño-, con los brazos abiertos y dispuestos a compartir su Fe, sus costumbres, sus saetas y su gastronomía.

Como no podía ser de otra manera, el acto co-menzó con el rezo del Ejercicio de las Cinco Llagas, realizado de forma conjunta por ambos Hermanos Mayores. Y, como era día de coincidencias, la oración a la Santísima Virgen llegó en el preciso momento del toque del Ángelus. Con las palabras de ambos Hermanos Mayores y del cura Párroco pudimos com-probar cómo nos unen siglos de historia a través de la devoción a Jesús Nazareno y de su Madre Inma-culada. Por eso, no hay mejor forma de demostrarlo que conociendo las raíces comunes y honrando a nuestros antepasados, que fueron quienes nos con-tagiaron la Fe hacia la Cruz.

Dentro de la capilla del Sagrario de esta Parro-quia de San Miguel, que es de estilo barroco y está

De

Nu

est

ra

s F

ilia

le

s

Fern

ando

Sol

ano

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

15

Silencio 150

exquisitamente decorada, reciben culto Jesús Nazare-no -una imagen anónima del siglo XVII-, María Santí-sima de las Lágrimas -bella dolorosa de tez blanca- y San Juan Evangelista, advocación especialmente sig-nificativa en la Hermandad por ser la de los jóvenes. En la capilla ubicada al lado de la Sacramental se sitúa también la Virgen de los Remedios, igualmente Titular de la corporación. Se trata de una bella Virgen del siglo XVII coronada con ráfaga y que porta un son-riente niño en brazos.

La visita a la sede canónica de la Hermandad terminó con la subida al camarín del Nazareno, en cuyo acceso pudimos observar la genuina colección de exvotos que conserva la cofradía, datando el más antiguo de ellos de principios del siglo XIX. De ahí, salimos a una de las dependencias de la casa de Her-mandad, cercana a la citada Parroquia de San Miguel, recibiéndonos una mezcla de olor a incienso y sofrito, presagio de lo que vendría después. De ese salón es-pacioso y tan bien dispuesto para acoger a los nume-rosos hermanos que nos congregamos allí de ambas Hermandades, nos llamaron la atención los cuadros con fotografías antiguas, que nos recordaron cómo pasa el tiempo (“tempus fugit”). Especialmente curio-sas nos resultaron aquellas que muestran cómo era el antifaz durante esos años en los que hubo prohibi-ción de llevar la cara tapada, durante el siglo pasado.

Gracias a la interesante ponencia que sobre “El mandato” desarrolló el Profesor de Historia don Anto-nio Ramos, pudimos conocer de primera mano cómo es la Estación de Penitencia de la Hermandad del Na-zareno de Marchena, así como otras tradiciones pro-pias de la Semana Santa de la localidad. Supimos que nuestro Domingo de la “Misa del Azahar” también es grande en Marchena, donde la tradición manda que se celebre la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo con las iglesias abiertas, bien iluminadas y con aguar-diente y bizcochos marcheneros.

Pero lo más característico y lo que hace única la Semana Santa de Marchena frente a las del resto de la provincia es la conservación de los pregones y de los mandatos, aspectos ambos en los que la Hermandad del Nazareno es Madre y Maestra. El pregón del Ángel; el acompañamiento de la Verónica (sorprendente la lista de espera de las solicitantes que desean encarnar a esta figura, que llega hasta el año 2.099); el pren-dimiento de Jesús a manos de los sayones que llegan a caballo; o la bendición al pueblo que realiza el Na-zareno son tradiciones que hace siglos compartimos con ellos y que hoy solo pueden vivirse en lugares tan específicos como en la cofradía de nuestra filial.

Acompañada por los cantes de las saetas marcheneras, gracias a las gargantas de Enrique Casado, de José Antonio García y de Miguel González, y con el broche de poder apreciar en directo el canto del pregón del Ángel realizado por los niños Carlos Casado y Jaime Ayora, (tan similares a esos pa-jes que acompañan nuestra petición de venia en el Palquillo), la disertación no dejó indiferente a nadie.

Fern

ando

Sol

ano

Fern

ando

Sol

ano

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

Silencio 150

16

Finalizada la ponencia, volvimos a las dependencias de la casa de Her-mandad ubicadas en San Miguel. En este punto, hay que reseñar que la corporación cuenta hasta con tres sedes distintas, todas con uso actual-mente. Allí visitamos el tesoro y apre-ciamos la riqueza en los bordados de las túnicas y mantos de sus Titulares, en la candelería del palio, en el ajuar de la Virgen, etc. Y pudimos también comprobar que las cinco cruces tam-bién son la insignia que lo marcan todo; hasta los maceteros del patio. Como en nuestra Hermandad, la cari-dad siempre ha estado en el centro de su vida. De este modo, nos explicaron que la actual sala de juntas era una antigua escuela cuya finalidad con-sistía en alfabetizar a los niños pobres del vecindario. Por último, visitamos la sala donde exhiben y guardan el ajuar de los sayones romanos. Un lu-gar singular, sin duda.

A continuación, pasamos al salón donde había tenido lugar la ponencia y disfrutamos allí de un almuerzo ba-sado en productos típicos de Marche-na: pan, chorizo, morcilla, costillas en manteca colorá o bizcochos mar-cheneros,… todos buenos ejemplos de los bienes gastronómicos de este her-moso pueblo. Pero el mayor disfrute fue echar un buen rato de convivencia entre hermanos, que compartieron anécdotas de las dos Hermandades, curiosidades de cada ciudad o que, simplemente, intercambiaron una sonrisa y un apretón de manos para sellar definitivamente los lazos de his-toria que nos unen.

Finalmente, visitamos la iglesia de San Juan, situada en el centro histó-rico de Marchena, y que bien podría pasar por Catedral. En ella nos recibió su Párroco, don José Tomás Montes, y, con una explicación propia de los mejores guías turísticos, nos presen-tó las bellezas, las singularidades y la riqueza monumental, histórica y artística del recinto. Destacamos de aquel lugar sagrado las esculturas de

Alonso Cano o el retablo central de Alejo Fernández, autor también del de la Catedral de Sevilla, de ahí su gran similitud con éste. Pero el culmen lo encontra-mos en la sacristía, decorada con hasta nueve cua-dros de Zurbarán. No obstante, el detalle anecdótico de esta iglesia no se encuentra en su grandiosidad o en su rica ornamentación, sino en una nueva coin-cidencia, que es de lo que iba el día. A los pies de la fábrica, en una capilla lateral, recibe devoto culto una imagen de San Judas Tadeo: de nuevo volvimos a sentirnos como en casa.

Terminó la visita con un paseo por la zona más an-tigua de Marchena. A través del Arco de la Rosa, su-bimos al convento de las Clarisas y quien quiso pudo terminar el día de la forma más dulce. Fue una jorna-da de convivencia agradable, emocionante, en el que sellamos los lazos con nuestra filial y demostramos, una vez más, que las huellas de Jesús Nazareno están por todas partes.■

Juv

entu

d N

azar

ena

Fern

ando

Sol

ano

Fern

ando

Sol

ano

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

17

Silencio 150

Juv

entu

d N

azar

ena

“Los jóvenes somos los responsa-bles de nuestro futuro, pero para garantizar ese futuro debemos

primero consolidar el presente». Con estas palabras de San Juan Bosco, me dirigía por primera vez a todos los jóvenes, hace ahora casi tres años. Ese era el objetivo marcado por la Diputación de Juventud, «consolidar el presente», convertido en una frase que no me he cansado de repetir en cada bole-tín: los jóvenes debemos ser parte activa e importante de la vida diaria de la Herman-dad.

Jóvenes acólitos o costaleros; nazarenos o aquellos que incluso ven la cofradía en la calle; universitarios o escolares con apenas catorce años; recién jurados o los que ve-nían desde muy pequeños de la mano de sus padres. Jóvenes sin distinción y con un único requisito: las ganas por estrechar y reforzar su vinculación con la Hermandad.

Buscando a jóvenes como tú o como yo, convocamos los Ejercicios de las Cinco Lla-gas de la Juventud, en los que, un viernes al mes, uno de nosotros se acercaba a Jesús Nazareno para rezar, depositando también ante Él nuestros problemas y nuestra grati-tud. Y así participamos también en el V En-cuentro Nacional de Jóvenes de Hermanda-des y Cofradías, en el que un nutrido grupo de nuestra Archicofradía dejó presente que su compromiso no se circunscribía solo a nuestra Hermandad, sino que lo era tam-bién para con la sociedad. De este modo, resultó enriquecedor conocer a jóvenes de otras ciudades y pueblos de España, con las mismas inquietudes y con las mismas ganas de demostrar al mundo que la juven-tud cofrade está viva.

Unos Jóvenes que, en su búsqueda, se han encontrado con Jesús Nazareno y con su Bendita Madre en cada vigilia del Besa-piés o del Besamanos, donde han tenido la oportunidad de rezar, a viva voz y sin complejos, por todo aquello que necesita-ban. Donde un rato de oración en compa-ñía recordaba en ese momento, aún más si cabe, a aquel pasaje del Evangelio que reza «porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de

ellos» Jóvenes que, cada vez en mayor número, participan en los cultos como acólitos; y en los Besamanos y Besapiés en los numerosos turnos de sediari. Y que son, a buen seguro, el relevo para la cofradía.

Jóvenes a los que animo a seguir participan-do, incluso más que hasta ahora. La riqueza de nuestra Archicofradía no se circunscribe a un área determinada. Ahí están también Caridad, Cultos, que son tanto como los acólitos, la Prios-tía, o la Formación. Todas ellas necesitan nues-tra colaboración y son las que vertebran ese día a día en la Hermandad.

Hemos repetido que los jóvenes no son el fu-turo, sino el presente. Entonces, ¿a quién perte-nece el futuro? No puedo dejar pasar la ocasión sin recordar, como se lo merecen, a nuestros her-manos más pequeños. Porque es sorprendente ver el entusiasmo y la ilusión con que participan cada vez que se les convoca, el rebosante amor a nuestra Hermandad y la devoción por Jesús Na-zareno y por María Santísima de la Concepción. Ellos también son una parte muy importante de nuestra Diputación. Son los jóvenes del mañana y el hecho de que, desde la infancia, estén de-seosos por participar en todo lo que pueden es algo que debemos cuidar y valorar.

Iniciamos hace tres años un camino juntos, consolidando la labor iniciada por mis prede-cesores y con el justo deber de acrecentarla. Convocamos a los jóvenes por carta, por correo, por whatsapp, por medio de conocidos, por el boca a boca,… incluso los más valientes se han acercado a la casa de Hermandad preguntando qué ofrecíamos a los jóvenes. Durante estos tres años, buscábamos en la Hermandad a jóvenes como nosotros. Y es en jóvenes como nosotros donde encontramos la Hermandad. Gracias a todos los que durante este trienio lo habéis he-cho posible.■

Juan Eligio de Bayas Romero

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

Silencio 150

18

La caridad en nuestra Herman-dad ha venido creciendo de forma notable en estos años.

La apuesta decidida por el desarrollo de este fin, tal como marcan nuestras Reglas, ha sido clara por las Juntas de Gobierno que han regido el destino de nuestra Archicofradía. Lejos, muy le-jos, quedan ya los años en los que la misma se centraba en la distribución del sobre que lealmente ponían los hermanos a los pies de María Santísi-ma de la Concepción en la Madrugada del Viernes Santo.

Actualmente, la Diputación de Ca-ridad cuenta con un numerosísimo grupo de hermanos adscritos a ella, sintiéndose plenamente identificados con sus fines y viviendo su vocación cristiana a la fraternidad en el seno de la Hermandad. Se ha convertido así en un instrumento de realización de vida cristiana.

El crecimiento de las actividades para la obtención de recursos con los que poder afrontar las múltiples cola-boraciones económicas que se pres-tan es consecuencia directa de esta implicación numerosa de hermanos. La organización de la convivencia en beneficio de caridad que tradicional-mente se celebra en cuaresma, la dis-tribución de las papeletas simbólicas todos los días de reparto, la organi-zación de rifas o de conciertos son un buen ejemplo de ello.

Pero no es la única ni la más im-portante. La Diputación de Caridad ha incrementado notablemente sus lazos con muchas de las instituciones con las que colabora, pasando de una puntual aportación económica a una relación personal de conocimiento mutuo y colaboración en proyectos

El ejercicio de la Caridad en la Hermandad es una realidad

concretos, que redundan en beneficio de muchos de sus beneficiarios. Son los casos de “Autismo Sevilla”, asociación con la que se organiza en Na-vidad la exposición de un Belén realizado por sus usuarios; la Hermandad de la Santa Caridad, a la que se visita mensualmente para distribuir la me-rienda entre sus acogidos; o la Parroquia de los Pajaritos, con cuya Cáritas Parroquial se ha creado un fuerte vínculo de cooperación permanente, pu-diendo atenderse así numerosos casos de familias en situación de exclusión social. También es el caso de Cáritas de la Parroquia de San Andrés, a la que pertenece nuestra Real Iglesia; o de las monjas de Santa Vicenta María, con las que se ha creado un diálogo constante, derivándosenos casos concre-tos de atención. La presencia constante de muchos miembros del equipo de Caridad en cuestaciones como las de la “Asociación Española de Esclerosis Múltiple”, de la “Asociación Española contra el Cáncer” y, muy especialmente, de las realizadas en beneficio del “Banco de Alimentos” son, igualmen-te, un testimonio claro de la implicación personal con dichas instituciones.

La más significativa de todas ellas es, sin duda, la que se mantiene con la “Fundación Casco Anti-guo”, que gestiona el economato de las Herman-

Ca

rid

ad

La Diputación de Caridad

JMG

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

19

Silencio 150

dades de dicho entorno. Numerosas familias con escasos recursos (más de setecientas mensuales) pueden adquirir los productos básicos para sus necesidades más elemen-tales, con la ayuda de los carnets que sufra-gan dichas Hermandades. La Diputación de Caridad atiende, semanalmente y de forma personal, a quienes solicitan esta ayuda. Se realiza una entrevista, se examina su ca-so, se solicita la documentación preceptiva y se procede a la emisión de los carnets, en el supuesto de que la evaluación haya sido positiva. La media de carnets que sufraga la Archicofradía es de dieciocho mensuales. Además, varios miembros del equipo de la diputación prestan servicios de atención y limpieza directamente en la sede del econo-mato, reforzando así aún más el compromiso de la Hermandad con el fin social que presta la Fundación.

La decidida apuesta por la Caridad se ha materializado de forma contundente en el in-cremento de la aportación que anualmente realiza la Hermandad con cargo a sus ingre-sos ordinarios, llevándola hasta el quince por ciento de aquellos. Ello ha permitido, junto con el esfuerzo realizado por los miembros del equipo de Caridad, que los fondos de asis-tencia hayan crecido sustancialmente y las necesidades atendidas se hayan multiplica-do. De este modo, además de las actividades ya descritas, se colabora con asociaciones de

reinserción social, con varios campamentos de verano para niños de familias con escasos recursos, con asociaciones de protección a la familia y al no nacido, con proyectos en el tercer mundo (durante este ejercicio con dos en Perú y con otro en el Congo), con proyec-tos de educación infantil o de lucha contra la drogodependencia.

El ejercicio de la Caridad en la Herman-dad es una realidad: se encuentra estructu-rada personal y económicamente y los múl-tiples servicios que presta son numerosos y de un amplio espectro. Son muchos los agra-decimientos que particulares, parroquias, asociaciones, fundaciones y otras muchas instituciones nos hacen llegar en nombre de nuestros hermanos, los más necesitados. Da-mos testimonio de ello y os las trasladamos con estas líneas.

Se puede y se debe seguir creciendo. Con-solidar la dinámica y la estructura creada; aumentar los recursos económicos, tanto por parte de la propia Hermandad como con nuevas actividades generadoras de mayor recaudación; ahondar en las relaciones con las instituciones con las que aún hay menor contacto o asumir nuevos compromisos de mayor calado son retos que debemos aspirar a conseguir en un futuro. Aún queda mucho por hacer.

Muchas gracias a todos los que hacéis po-sible esta encomiable labor.■

Caridad

ArchivoDesde las páginas de este boletín roga-

mos a todos aquellos hermanos que posean material documental y/o fotográfi-co relativo a la historia de la Archicofradía y deseen compartirlo, se pongan en con-tacto con el encargado del archivo, N.H.D. Rafael Roblas, para proceder al duplicado de los originales y así enriquecer, aún más si cabe, los fondos de nuestra corporación. Para tal efecto, pueden contactar con el responsable en el siguiente mail: secretaria@hermandaddeelsilencio.org ■

SecretaríaLos Secretarios estamos realizando una

labor de actualización en los ficheros de nuestra Corporación, por lo cual se ruega a todos los hermanos que tengan problemas en la recepción de la correspondencia emi-tida por la Archicofradía, que se pongan en contacto con la misma, a fin de solucionar-los y proporcionar los datos y direcciones correctos. Para tal efecto, se encuentra dis-ponible el siguiente mail: secretaria@hermandaddeelsilencio.org ■

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

Silencio 150

20

Informe de la Estación de PenitenciaMadrugada de 2019

Eduardo Rodríguez Alonso

Diputado Mayor de Gobierno

Todos los años, una vez cerra-das las puertas de San Antonio Abad y arriado definitivamen-

te el palio de María Santísima de la Concepción en nuestra capilla, da-mos gracias a Jesús Nazareno por la Estación de Penitencia realizada. Aunque este año ese agradecimiento fue aún mayor, a tenor de lo aconte-cido durante la tarde del Jueves San-to en cuanto a lo meteorológico se re-fiere, ya que todo apuntaba a que la climatología impediría que nuestros Sagrados Titulares cruzaran la puer-ta de los Palos de la Catedral hispa-lense. Afortunadamente, y de forma casi milagrosa, la Providencia hizo que finalmente el tiempo mejorara y que se viviera una espléndida noche.

Momentos previos a la salida y a causa de la ya citada adversidad meteorológica, nuestro Hermano Mayor convocó a la Junta Gobierno a cabildo ex-traordinario de señores Oficiales, a fin de tomar una decisión en firme, basada en el pronóstico facilitado por la AEMET para la Madrugada. Al indicarse que el riesgo de precipitaciones era mínimo, el cabildo acordó continuar con la organización de la cofradía, cumpliéndose así con cada uno de los ritos que todo Primitivo Nazareno anhela revivir cada Madrugada de Viernes Santo: el fervorín de nuestro Hermano Mayor, las palabras de aliento del reverendo Padre claretiano y, finalmente, la lectura de la nómina de la cofradía que concluye con la formación de cada tramo después del “¡Está!” de cada nazareno al re-clamo de su nombre.

A la una en punto, se abrieron las puertas de San Antonio Abad, iniciándose de este modo la Es-tación de Penitencia de nuestra Archicofradía hacia

M. J

. Ro

dríg

uez

Rech

i

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

21

Silencio 150

CONTROL HORARIOSanta Cruz

Paso de María Stma. de la Copcepción

Oficial Real Oficial Real

Campana 1:15 1:12 1:55 1:55

Sierpes 1:25 1:17 2:05 1:59

Plaza 1:55 1:48 2:35 2:30

Puerta de San Miguel 2:25 2:11 3:05 3:02

Puerta de Palos 2:40 2:19 3:20 3:15

la Santa Iglesia Catedral. Nuestro itinerario tiene una dificultad añadida, que no es otra que la proximidad de nuestra sede al inicio de la Carrera Oficial; circuns-tancia que, como todos sabemos, conlleva que la San-ta Cruz haga su entrada en Campana cuando el palio de María Santísima de la Concepción aún no ha salido de nuestra Real Iglesia. Este hecho nos exige que el nivel de atención a las indicaciones de los Diputados canastillas ha de ser extremo, al objeto de poder res-petar los horarios establecidos en el Cabildo de Toma de Horas. Este año, no obstante, los horarios de paso fueron cumplidos escrupulosamente en todo momen-to, cediéndose incluso cinco minutos al día.

Nuestro paso por la Santa Igle-sia Catedral y, sobre todo, el acto de doble genuflexión ante el Santísimo fue más íntimo –al menos ese era el objetivo principal de este Diputa-do Mayor de Gobierno–, de manera que todos los hermanos pudieron postrarse ante nuestro Señor, hecho Eucaristía, con la suficiente pausa como para poder adorarlo. Y, tras este emotivo momento, iniciamos el recorrido de vuelta. Sin embargo, esa cofradía que regresa a San An-tonio Abad nada tiene que ver con la que abrió la Madrugada, aunque se conserve la característica caden-cia al andar de los tramos que se estiran, haciéndose interminables pero a la vez fugaces… Ese peculiar andar, que se sigue manteniendo a pesar del crecimiento experimenta-do por la cofradía, sumado al conta-do público que aguarda el paso de nuestros Titulares, crea tal ambiente de recogimiento y de oración en de-terminada calles, que se reviven en-tonces estampas de otros tiempos.

M. J

. Ro

dríg

uez

Rech

i

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

Silencio 150

22

Nuestra Archicofradía –precurso-ra de la Madrugada del Viernes Santo desde aquel histórico 14 de abril de 1356– realizó de nuevo este año un esfuerzo extraordinario durante su itinerario de regreso, y –tal y como ya hiciera en la Madrugada de 2018– se sacrificó en pro del consenso y de la búsqueda de una solución durade-ra para las corporaciones que inte-gran dicha jornada. Y, de ese modo, la Estación de Penitencia de este año culminó con la entrada del palio de María Santísima de la Concepción a las seis y diez de la mañana.

En líneas generales, fue una Es-tación de Penitencia brillante, lo que nos anima a seguir buscando mejo-ras organizativas que permitan man-tener intacto el sello heredado de nuestros mayores, aunque adaptán-donos siempre a las circunstancias actuales. Entre estas mejoras podría destacarse el proceso referido a la reserva previa de Papeletas de Sitio,

Nómina Cofradía CortejoJesús Nazareno

CortejoMaría Santísima de la

ConcepciónTotal

Hermanos con cera 424 454 878

Hermnos con Cruz 102 80 182

Varas e Insignias 53 53 190

Diputados Canastillas 21 21 42

Acólitos 14 44 58

Pajes 6 3 9

Manigueteros 4 4 8

Capataces y Contraguías 4 4 8

Costaleros 55 60 115

Diputados Exteriores 3 3 6

M. J

. Ro

dríg

uez

Rech

i

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

23

Silencio 150

facilitando que dicho trámite pueda ser rea-lizado cómodamente por los hermanos que no pueden acercarse a nuestra casa de Her-mandad durante los días de reparto.

El balance, desde que se implantó este sistema, ha sido muy positivo; sin embar-go querría resaltar algunos aspectos funda-mentales que no deben ser olvidados:

• Reservar la Papeleta de Sitio implica la obligación de retirarla durante el horario estipulado, el cual ha sido especialmente establecido para poder facilitar a todos los hermanos su recogida.

• El hermano que ejerce su derecho a participar en la Estación de Penitencia re-servando su Papeleta de Sitio u obteniéndo-la de manera presencial durante los días de reparto (Reglas de la Archicofradía; capítulo segundo, regla cuadragésimo séptima, apar-tado primero) asume, igualmente, la obliga-ción de concurrir a la Estación de Penitencia (Reglas de la Archicofradía; capítulo segun-do, regla cuadragésimo octava, apartado primero).

Y es propósito de esta Diputación Mayor de Gobierno el concienciar a todos los her-

manos de la importancia de los aspectos reseñados con anterioridad, al haberse ob-servado en los últimos años un crecimiento inusitado en cuanto al número de Papeletas de Sitio reservadas que no se recogen; del mismo modo que también han aumentado enormemente los casos de hermanos que, habiendo sacado su Papeleta de Sitio, no participan en el más importante acto de cul-to y la razón fundamental de la constitución de la Archicofradía.

Por último, no quiero terminar este repa-so sin mi agradecimiento a todos y cada uno de los hermanos, a esos impecables Nazare-nos de Sevilla que, año tras año, dan publi-co testimonio de fe por sus calles. Y, en espe-cial, al cuerpo de Diputados canastillas, por la inestimable ayuda que prestan a este Di-putado Mayor de Gobierno y por entregar ca-da año su Estación de Penitencia al servicio de sus hermanos. Ellos son para mí, y para todos los que han tenido el honor de ocupar anteriormente este puesto, esenciales en el desarrollo de este trabajo. ■

Gloria Nazarenorum

M. J

. Ro

dríg

uez

Rech

i

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

Silencio 150

24

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

25

Silencio 150

La Primitiva Hermandad de los Nazarenos de SevillaArchicofradía Pontificia y Real de

Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz en Jerusalén y María Santísima de la Concepción

Fundada en 1340, establecida en su capilla propia de Jesús Nazareno desde 1579, y canónicamente en su Real Iglesia del Señor San Antonio Abad desde 1793, en la collación del Apóstol San Andrés de la ciudad de Sevilla, incorporada para el goce de sus gracias y privilegios a las Órdenes y Familias Religiosas de los Capuchinos, Cartujos, Clérigos Menores, Compañía de Jesús, Franciscanos, Trapenses, Hospitalarios de San Juan de Dios, Congregación Prima-Primaria de la Anunciación de Roma, y a la de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, y agregada a las Basílicas de la Santa Cruz en Jerusalén, San Juan de Letrán y Santa María la Mayor de Roma, y a las del Santo Sepulcro y San Salvador de Jerusalén, celebrará:

SOLEMNE TRIDUOEN HONOR, GLORIA Y VENERACIÓN A LA

SANTA CRUZ EN JERUSALÉNDurante los días 26, 27 y 28 de septiembre de 2019,

dando comienzo a las 20:00 horas con el siguiente orden

SANTO ROSARIO, EJERCICIO DEL TRIDUO, BENDICIÓN EUCARÍSTICA, RESERVA DE SU DIVINA MAJESTAD Y SANTA MISA,

Siendo el Orador Sagrado

N.H. el Rvdo. P. D. Andrés Ybarra Satrústegui.Vicerrector del Seminario Metropolitano de Sevilla.

El domingo 29 de septiembre, celebrará esta Primitiva Hermandad, a las 12 de la mañana, tras la bendición del pan, su

FIESTA PRINCIPAL DE INSTITUTOen la que ocupará la Sagrada Cátedra el mismo orador sagrado.

Al ofertorio de la Santa Misa, la Archicofradía hará pública Protestación de Fe y renovará el

Voto de Sangre en defensa de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María

verdad que esta Primitiva Hermandad de los Nazarenos ha creído, proclamado y

defendido, desde el 29 de septiembre de 1615, así como Defender el Derecho a la Vida, de conformidad a lo aprobado por el

Cabildo General de 23 de Mayo de 2009.

A la terminación de la Santa Misa se cantarán las Letanías Lauretanas en honor y gloria de la CONCEPCIÓN INMACULADA DE MARÍA, mientras se da a la pública veneración de los fieles la SAGRADA RELIQUIA DEL SANTO LIGNUM CRUCIS, que la Hermandad custodia con su

correspondiente auténtica, y venera como preciadísima joya.

A.M.D.G. et B.M.V.

SEVILLA 2019

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

Silencio 150

28

CABILDOS GENERALES ORDINARIOSDE CUENTAS Y ELECCIONES

De orden del Sr. Hermano Mayor, por acuerdo de Cabildo de Sres. Oficiales de esta fecha, y en cumplimiento de las Reglas 84ª y 86ª, así como por lo dispuesto en las Normas Diocesanas para

las HH. y CC, se cita por la presente y con la obligación de concurrir al mismo (Regla 49ª), a todos los hermanos que, cumplidos los dieciocho años de edad y con un año de antigüedad el día que se señala, al Cabildo General de Cuentas, así como, a la finalización de éste, al General de Elecciones, que tendrá lugar (D.m.) en la Real Iglesia de S. Antonio Abad el viernes 25 de Octubre, a las 18’30 horas en primera citación y media hora después en segunda y última, dando comienzo con el rezo de las preces impetratorias de la Divina Gracia y con el siguiente:

ORDEN DEL DÍA1. Lectura y aprobación, si procede, del acta del Cabildo General anterior.2. Lectura de la Memoria informativa del ejercicio de 2018/19.3. Presentación y aprobación, si procede, de las Cuentas del ejercicio de 2018/19.4. Presentación y aprobación, si procede, del Presupuesto económico para el

ejercicio de 2019/20.5. Informe del sr. Hermano Mayor.6. Ruegos y preguntas.

Una vez finalizado este Cabildo, dará comienzo el CABILDO GENERAL ORDINARIO DE ELECCIONES, cuyo único punto del ORDEN DEL DÍA será:

ELECCIONES A LA JUNTA DE GOBIERNOSe finalizará con el rezo de un Padrenuestro por el alma de nuestros hermanos difuntos.Y para que sirva de citación a Vuesas Mercedes, expido, firmo y sello la presente, con el Visto Bueno del Sr. Hermano Mayor, en la Ciudad de Sevilla, a once días del mes de junio del año dos mil die-cinueve de Nuestro Señor.

Para dar cumplimiento a la Regla 151ª, durante la semana anterior al Cabildo General de Cuentas, los Sres. Mayordomos pondrán a disposición de todos los hermanos los datos contables del ejercicio últimamente cerrado.A tenor de lo dispuesto en la Regla 86ª, a las 18,30 horas se celebrará en nuestra Real Iglesia, Santa Misa para invocar al Espíritu Santo.

VºBºSr. Hermano Mayor

Fdo. y Rbcdo. Eduardo del Rey TiradoSr. Secretario

Fdo. y Rbcdo. Joaquín R. Hernández Sánchez.

(Está el sello de la Archicofradía)

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

29

Silencio 150

Avisos

Refrigerio de la Fiesta Principal de Instituto

Al término de la Solemne Fiesta Principal de Instituto, el próximo domingo 29 de septiembre nos reunire-

mos en el atrio de nuestra Real Iglesia de San Antonio Abad en fraternal refrigerio, tal y como ya viene siendo tradicional, y a modo de acto de convivencia de la Her-mandad.

Las invitaciones para asistir a este encuentro pueden obtenerse en la tienda de recuerdos del atrio desde el próximo lunes 23 hasta el sábado 28 de septiembre, en el siguiente horario:

De Lunes a Viernes: Mañana: 9:30 a 13:30 horasTarde: 17:30 a 20:30 horas

Sábado: Mañana: 9:30 a 13:30 horas

Igualmente, durante los días de Triduo a la Santa Cruz en Jerusalén -del jueves 26 hasta el sábado 28-, y a la finalización del mismo, podrán adquirirse en Mayordomía las mencionadas invitaciones.

Se ruega encarecidamente que aquellos hermanos que deseen asistir a este ágape obtengan su invitación durante los días estipulados, al objeto de una mejor organización del evento.

Desde aquí animamos a todos nuestros hermanos a sumarse a este entrañable acto. ■

Misa de San Antonio María Claret

El próximo jueves día 24 de octubre, a las 20,00 horas se celebrará -Dios mediante-, en nuestra Real Iglesia de San Antonio Abad, Santa Misa en honor del que fuera nuestro hermano San Antonio Ma-

ría Claret, con motivo de su festividad litúrgica.Este santo, que fue recibido como hermano de la Archicofradía en 1862, fundó la Congregación de

los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, cuyos miembros tienen condición de hermanos de nuestra Corporación. Asimismo, fue Arzobispo de Cuba y confesor de la reina Isabel II. ■

Lotería de NavidadTal y como viene siendo costumbre, la Archicofradía participará en el tradicional sorteo de Lotería

de Navidad del próximo 22 de diciembre con el número 14785. Como el año anterior, también se pone a disposición de los hermanos y devotos el número 28759. Los décimos pueden adquirirse en la sala de recuerdos del atrio, dentro del horario acostumbrado. ■

Solemnes Honras Fúnebres por los hermanos difuntos

Según se dispone en las Reglas, la Primitiva Hermandad de los Nazarenos de Sevilla, Archicofradía Pontificia y Real de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz en Jerusalén y María Santísima de

la Concepción celebrará - Dios mediante- el próximo sábado día 2 de noviembre -conmemoración li-túrgica de los Fieles Difuntos- a las 20,00 horas, solemnes Honras Fúnebres por todos los hermanos y hermanas difuntos, con especial recuerdo a los fallecidos durante este último ejercicio. Rogamos a nuestros hermanos una oración por nuestros difuntos. ■

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

Silencio 150

30

Proyecto Ángel

Queridos hermanos: Queremos daros a conocer el nuevo proyecto que, desde la Delegación Diocesana de Familia y

Vida, se pone en marcha en nuestra Dióce-sis. Se trata del Proyecto Ángel, promovido por Spei Mater (Asociación Pública de Fie-les, aprobada) juntamente con el “Proyecto Raquel” y “Parroquias por la vida”, ya en funcionamiento en la Diócesis.

El Proyecto Ángel realiza su trabajo pas-toral atendiendo y acompañando a la mu-jer con un embarazo imprevisto y tentada a abortar. En el Proyecto Ángel acogemos y acompañamos a la persona en todas sus di-mensiones: material, psicológica y espiritual desde la fe. Es el amor de la Iglesia, que vela por todos los hombres, incluso hasta por los que reniegan de ella o desconocen de su exis-tencia. Supone fundamentalmente  acompa-

Juan Muñoz Jigato y Chelo Núñez Correas

Coordinadores de Proyecto Ángel en Sevilla

ñarlas individualmente iniciándolas o forta-leciéndolas en la fe y en la vida de oración y sacramental y promoviendo su integración en la comunidad eclesial tras el parto

El objetivo es facilitar a las mujeres em-barazadas no sólo la atención inicial en el momento de enfrentar la nueva realidad, fa-cilitándoles las alternativas y ayudas necesa-rias para que puedan seguir adelante con su embarazo, sino también ayudarles a descu-brir la bendición de Dios que supone un hijo y la necesaria confianza en la Providencia de un Dios amante y cercano.

¿Cuál es el perfil de estas mujeres? Des-de nuestra experiencia diocesana, son jóve-nes adolescentes (algunas menores de edad) con un embarazo imprevisto y mujeres que creen que laboralmente no es el momento y que la gestación no entraba en sus planes.

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

31

Silencio 150

En mujeres con un embarazo en dificultad, nos hemos encontrado a personas margina-les, migrantes, de otras etnias o religiones; también mujeres sevillanas con dificultades económicas y alguna que ansiaba ser madre, pero a la que los avances en la medicina le han mostrado un hijo diferente al esperado.

Os pedimos a todos colaboración, po-niendo a disposición del Proyecto Ángel to-dos aquellos enseres que formaron parte de la canastilla de vuestro bebé. Los seguiréis custodiando con conocimiento de la Diputa-ción de Caridad, quién nos hará las gestiones oportunas en las diversas demandas; parti-cipando en los momentos de oración por la vida que promueve nuestra Hermandad; o simplemente sabiendo dónde dirigirte si alguien de tu entorno se encuentra en esta situación. ¡Contacta!, el teléfono de atención las 24 horas del día, todos los días del año es: 679110914, email: proyectoangel@archise-villa.org.

Muchas gracias. María Santísima de la Concepción os agradecerá cada acto en favor de sus hijos más desfavorecidos. ■

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

Silencio 150

32

La Luz de María Santísima

Una de las piedras de toque del debate disciplinar en el campo de la Arquitec-tura, tanto en el ámbito del ejercicio

profesional como en el de la docencia, ha sido desde siempre la búsqueda y aplicación de un método reglado, un procedimiento específico, que oriente el proceso de creación arquitectó-nica; unas pautas de acción que expliciten los caminos a seguir –pues no hay solo uno- que conduzcan al arquitecto a la justa solución, esencial y rigurosa, de cada problema que le es planteado. No obstante, la búsqueda ince-sante de una metodología científica no niega la importancia de cuestiones esenciales como la sensibilidad, la creatividad o la sorpresa, ni el valor de la aparición azarosa o el descubri-miento de algo nuevo, inesperado y rentable, como fruto de la investigación que en cada caso se emprende.

Muy al contrario, el aprendizaje y el desa-rrollo de la sensibilidad para los arquitectos consiste, sobre todo y más allá de la técnica, en la educación de su forma específica de ver y analizar los problemas que atañen a la socie-

Luis Rubiño Chacón

dad; ahormar una mirada singular y distinta de la que pueda ser proyectada desde las otras disciplinas que intervienen en el análisis de los complejos procesos sociológicos que conforman el hecho arquitectónico, muchas, a su vez, com-plementarias del ejercicio de la Arquitectura. Sirva esta breve introducción para aclarar que es desde esta compatible dualidad científico-creativa, inherente a mí condición de arquitecto, y el consecuente sesgo intencionado que ésta imprime a mi mirada, desde la que acometí el proceso creativo del Cirio Votivo de 2019.

Ciertamente, la cadenciosa rutina ceremo-nial que, desde antes incluso de mi ingreso en la Hermandad, pautaba mi participación en sus actividades y cultos se vio felizmente alte-rada el pasado 3 de febrero, celebración de la Función en honor de Jesús Nazareno, cuando a mi llegada al atrio de San Antonio Abad, y en el transcurso de los afectuosos saludos protocola-rios, nuestro Hermano Mayor, Eduardo del Rey, me propuso ser el autor de tan singular emble-ma. He de confesar que en ese preciso instante se trastocó mi sosiego y me fue prácticamente

Apuntes sobre el Cirio Votivo de 2019

Co

la

bo

ra

ció

n

Cofre del Sol de fúlgida belleza;luminoso fanal donde rutilala sacra Luz que el vientre te perfilagrávido y majestuoso de realeza.

Su ígneo Amor inflama tu Purezay tu inocencia núbil se encandiladel Fuego que a la sierpe aniquilacuando tus plantas quiebran su cabeza.

En ti clarea el Alba de la Vida,el Crepúsculo eterno que amanecedestellando en tu pulpa bendecida;

y cual Divino Empíreo resplandecetu entraña Pura y Limpia concebida,la morada carnal que Dios merece.b

Dibujo preliminar de María. Grafito, carbón y lápiz decolor sobre papel de seda, 15x10 cm

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

33

Silencio 150

imposible participar con la debida dedicación en el solemne ceremonial; mea culpa.

El inesperado ofrecimiento activó de súbito, como en cualquier otro encargo profesional, los engranajes que predisponen mi ánimo de arquitecto en actitud de alerta receptiva y puso en funcionamiento, una vez más, el conjunto de complejos mecanismos de búsqueda, inves-tigación y persecución del conocimiento con la intención de alcanzar el dominio de la cues-tión a resolver; el ya habitual proceso inicial de acciones creativas, al principio inconexas y casi irreflexivas, que, impulsadas por la simple aparición del tema (problema) a tratar, genera una mezcla de ilusión y desasosiego e impele a la mente a no dejar de pensar y a la mano a no cesar de dibujar.

Ahora reconozco que, aún sin llegar a pro-ducirse situaciones reduccionistas e incompa-tibles, no pude entonces dejar de percibir un desagradable sentido de dualidad que nunca antes había experimentado; una rara e incómo-da sensación de incompetencia que conducía mis pensamientos y mis acciones por caminos divergentes: espíritu y materia, creencia y cien-cia, devoción y racionalidad.

Allá donde el arquitecto, revisando cánones estéticos, buscaba solo su portentosa repre-sentación, el cofrade perseguía la idealización formal de su devoción más arraigada; donde la avezada mano del artista procuraba tenaz-mente dar una solución técnica a las cuestiones de luz, color y brillo, el pulso ensimismado del cofrade se esforzaba en plasmar el resplandor

Croquis iniciales. Bolígrafo sobre papel, 25x15 cm Croquis iniciales. Lápiz sobre papel, 25x15 cm

No obstante, algo hacía muy particular esta encomienda; un matiz que lo singularizaba decididamente y que lo distinguía del resto de mi anterior producción profesional y artística: el prieto vínculo afectivo que me ligaba estre-chamente a la temática que debía desarrollar y al hondo significado simbólico del objeto a en-galanar; vínculo implícito en mi irrenunciable condición de católico y cofrade de El Silencio que atañía y comprometía de pleno al global de mis sentimientos, mis creencias y mis convic-ciones religiosas.

que irradiaba del centro mismo de sus creen-cias más profundas. En definitiva, allá donde el profesional intentaba superar un reto aportan-do una solución armónica, el devoto creyente ansiaba colmar un ferveroso anhelo de perfec-ción.

Las dudas y los miedos provocados por el va-cío inicial, aquellos que la afamada coreógrafa estadounidense Twyla Tharp definió con preci-sión en su libro El hábito creativo (1) como consus-tanciales con el proceso de génesis de toda obra artística, hicieron su aparición. Para vencerlos

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

Silencio 150

34

seguí los valiosos consejos del conocido manual y me refugié en el trabajo duro y sistemático con-fiando al ejercicio de una disciplina metódica de marcado cariz científico el desarrollo fluido de mis ideas. No obstante, quizá a causa de esta (de) formación profesional, el resultado obteni-do en los primeros ensayos formales no fue más allá de la mera replica, más o menos virtuosa, aunque carente de contenido, del modelo canó-nicamente preestablecido por la iconología y la iconografía tradicional inmaculista.

La solución a este involuntario conflicto, llegó por azar cuando, entre las muchas y di-versas lecturas, tanto doctrinales como cien-tífico-técnicas, que acometí con la esperanza de hallar en ellas la luz que alumbrase mis ideas, llegó a mis manos un breve y delicioso escrito de hondo contenido doctrinal mario-lógico, cuyo autor era el prestigioso teólogo y poeta italiano David María Turoldo, presbítero, miembro de la Orden de los Siervos de María y abanderado de la renovación cultural religio-sa europea del siglo XX. En un pasaje de dicho texto estaba encerrada la clave argumental que, zarandeando mi conciencia, acabó por inclinar el fiel de la balanza del lado devocional. Mi es-tricto proceder, hasta entonces profesional y científico, viró decididamente hacia la búsque-da de una reflexión doctrinal que, sondeando en mis creencias, iba a servir de armazón firme a la solución definitiva. Dicho fragmento es el siguiente:

[…] la Virgen puede representar verdadera-mente el camino de la Belleza, el camino más se-

guro para llegar a Dios y al misterio de las cosas: Ella, la Madre de la Belleza, la que dio cuerpo al esplendor de la Luz eterna, al candor sin man-cha, a la imagen substancial del Dios invisible […]

¡La Virgen, Madre de la Belleza y esplendor de la Luz eterna!

De haberlo necesitado, esta sencilla pro-posición podría haber sido el lema perfecto de mi trabajo. Su mensaje condensaba ordenada-mente las ideas dispersas que desde el inicio del proyecto me habían rondado por la mente y las transmitía con claridad y contundencia, como un slogan directo. Partiendo de él y pro-fundizando en la significación teológica del concepto Belleza, la idea adquirió un orden de conjunto en el que cada una de las piezas con las que debía conformar el exorno del Cirio cobraba un sentido intencionado dentro de la composición.

Así, más allá de su estricto carácter como emblema simbólico de nuestra creencia en el sagrado Misterio de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, quise ver en el Cirio Votivo la cimera atalaya que ilumina el horizonte de nuestra Fe; el ardiente epítome de los centena-res de cirios con los que los hermanos del Silen-cio nos integramos en el camino prieto de luz humana que cada madrugada del Viernes San-to, desde hace ya seis siglos, escolta a la Luz divina de la Cruz triunfante. Percibí entonces la trémula llama de tan singular enseña que nos define y distingue, como un minúsculo destello de los rayos purísimos que irradian de las virtu-des de María y que alumbran, con su maternal ejemplo, nuestra cotidiana andadura hacia la Belleza inefable. Ella es, en palabras de Pablo VI «el espejo nítido y sagrado de la infinita Be-lleza, la semblanza divina en rostro humano, la Belleza invisible en figura corpórea» (2)

Conducido por esta docta percepción subli-me de María Inmaculada que, desde la Mujer toda Luz del apócrifo protoevangelio de San-tiago hasta la apocalíptica Mujer vestida de Sol, nos presenta a la Virgen como el ideal supre-mo de la perfección, brillante corredentora de Cristo y encarnación de su Luz de Vida, busqué plasmar en su imagen el fúlgido «Lucero que el Sol nos anuncia» (3).

Fue así como ideé una representación lumi-nosa de María cuya esplendorosa hermosura,

Croquis iniciales. Lápiz sobre papel, 15x15 cm

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

35

Silencio 150

reflejo denso de la divina Gracia que la inunda, proviniese de su singular condición de ser la Madre Purísima de Cristo y, por la voluntad y entrega de Éste, madre nuestra.

¡Ave María, Madre de la Luz!

La maternidad divina de María, inicio del plan redentor de Dios, en orden a la cual fue preservada Tota Pulchra, es el argumento pia-

doso en el que se fundamenta el diseño formal de la composición. En efecto, la efigie de María, en perfil de tres cuartos y resuelta de acuerdo a los cánones iconográficos barrocos, adelanta su mano diestra y abraza amorosamente nuestro bendito escudo que, transformado en ostenso-rio, se sitúa en el regazo de su vientre virginal en alusión directa a su condición de Madre. La Santa Cruz de Jerusalén alcanza en este gesto el

Cirio Votivo de 2019. Técnica mixta sobre cera virgen

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

Silencio 150

36

cénit de su significación simbólica por cuanto es la fiel representación de Cristo, Cordero de Dios inmolado por nosotros. Convencido de que Dios Padre nos «envió a su Hijo, nacido de mujer, [...] para que recibiésemos la adopción de hijos suyos» (Ga 4, 4-5), he querido a la vez evocar con esta entrañable caricia, el amparo maternal de María hacia nosotros sus hijos de El Silencio que, en débito de amor filial, hemos jurado defender su infinita Pureza.

Por otra parte, enfrentarme al reto de tener que pintar el Cirio Votivo me hizo también re-flexionar sobre múltiples cuestiones de índole técnica que, en gran medida, tenían que ver con

la singularidad del soporte sobre el que forzosa-mente debía trabajar: la cera. El desconocimien-to de un método específico para abordar la rea-lización del trabajo me obligó a meditar sobre la correcta elección de una técnica apropiada que, afianzada en mi destreza sobre su ejecución, me permitiese explotar al máximo sus cualida-des para dotar a la imagen de una capacidad de expresión acorde con el contenido que quería transmitir. Tenía claro que esa técnica era el di-bujo; la herramienta básica de comunicación de los arquitectos.

Para un arquitecto, dibujar es un ejercicio imprescindible, no solo para transmitir sus

ideas, sino como forma de educar la mirada, de aprender a ver. El dibujo arquitectónico, más allá del uso virtuoso de una técnica, es un complejo proceso mental en el que intuición, sensación, memoria e imaginación se comple-mentan; ningún otro medio de representación más apropiado para alcanzar el fin perseguido.

Pero, si ya resultaba difícil pintar sobre una superficie tan satinada como la cera, di-bujar sobre ella era una empresa imposible. La nula capacidad de absorción de la base hacía inviable la aplicación de los recursos usuales para transferir dibujos que se utilizan habitual-

mente en la práctica del arte contemporáneo. Indagando en la red y en la bibliografía técnica específica, hallé un procedimiento por el que, mediante la aplicación de calor, no solo se con-seguía la transferencia de las líneas del dibujo, sino que era posible incrustar éste literalmente en la superficie del cirio.

El método en cuestión consiste en realizar el dibujo que se pretende transferir sobre papel de seda, cuyo ínfimo gramaje y alta capacidad de absorción lo hacen idóneo para ser integra-do en la masa cérea. Una vez colocado lo más terso posible sobre la superficie del cirio, se dis-pone sobre él una lámina de papel parafinado,

Proceso de transferencia del dibujo al cirio Proceso de manipulación del dibujo y pintura del cirio

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

37

Silencio 150

1.- Tharp, T, (2009) The creative habit. Learn it and use it for life, Nueva York, EEUU, Simon y Schuster.2.- Pablo VI, A los participantes en los Congresos Mariológico y Mariano (1975), Roma.3.- Solemne Canto de Akathistos Nº21.

igualmente tensado, con la cara encerada en contacto con el dibujo. Al aplicar un chorro de calor localizado sobre este montaje, la parafina se funde impregnando el papel de seda y la capa exterior de cera del cirio se ablanda absorbiendo literalmente el dibujo, que resulta, de este modo, integrado en su masa. El resultado final es impactante pues el dibujo original queda incrustado en el cirio con toda su cualidad expresiva y ya solo resta trabajar sobre él.

Utilicé esta técnica para integrar los dibujos de la efigie de María y del pedestal que sustenta el ostensorio del es-cudo, fiel reproducción de la peana de la Cieguecita mon-tañesina de la Catedral. El resto lo realicé a pincel. Sobre el conjunto completo trabajé después con acrílicos de alta densidad (sobre todo en los tonos dorados), con rotuladores de tinta china y con rotuladores de alcohol y, para resaltar volumétricamente la composición, usé el óleo en los toques de luz y sombra, así como en el resplandor amarillo del cielo que confiere a la imagen de la Virgen una especial sensación de profundidad.

Por último, quiero mencionar que esta obra para el Ci-rio Votivo lleva implícito un modesto tributo de admiración a Murillo en su 400 aniversario. Su magistral influjo es pa-tente tanto en la composición del trampantojo -alusivo a su famoso autorretrato- como en la resolución del argumento desarrollado. Facciones, gestos, ropajes, luces y cromatismo son, sin duda, deudores de su genial impronta.

Y concluyo dando las gracias a todos aquellos que han hecho posible la experiencia inolvidable de diseñar el Cirio Votivo de 2019.

Mi sincero y fraterno agradecimiento a los miembros de la Junta de Gobierno de nuestra Hermandad, particulariza-do en la persona de nuestro Hermano Mayor, quienes, ade-más de haber depositado su confianza en mis capacidades artísticas, han creído conveniente que escriba este artículo, mostrando con ello su reconocimiento y aprecio por la sin-gularidad de mi obra. Mi gratitud hacia ellos nunca estará a la altura de su generoso gesto de afecto. Gracias a N.H. Tomás Ybarra por su amabilidad y sus útiles consejos en mis dubitativos comienzos. Suyo es el mérito de que eligie-se el dibujo como técnica de expresión. Gracias a N.N.H.H. Miguel García y Ricardo Suárez por su amistad, por creer en mí y porque sin el empeño del uno y la magistral ayuda del otro, esta obra no habría sido posible. Gracias a Ignacio Rubiño, mi hermano, arquitecto como yo y compañero del estudio profesional donde, desde hace ya más de tres déca-das, compartimos las ilusiones y fatigas de cualquier encar-go que nos es encomendado. En esta ocasión no iba a ser

distinto. Gracias a Pilar, mi mujer, que aguanta estoicamente la sole-dad forzada por mi dedicación inte-gra al trabajo. Y gracias, incesantes gracias a Jesús Nazareno y a María Santísima por acogerme siempre al amparo de su elocuente Silencio. ■

Altar de Insignias. Jueves Santo 2019

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

38

Silencio 150

Cuando todavía iba en ca-rrito, mi padre solía lle-varme a la Iglesia de San

Antonio Abad para visitar a Je-sús Nazareno y a María Santí-sima de la Concepción, y luego pasar por el torno de las mon-jas agustinas del Convento de la Encarnación y allí comprar algunos “recortes”. Desde que aquellas fugaces visitas se con-virtieron en tradición, empecé a entender que no era mera diversión lo que sentía cuando salía con mi padre de paseo. Era aún pequeña, y casi sin uso de razón, cuando le dije que quería ser hermana de la Pri-mitiva Hermandad. Todavía re-cuerdo cómo de camino a casa, tras haberme recogido del co-legio, le miraba con sigilo sin saber cómo decirle una sola palabra. Creo que ya iba enten-diendo lo que podía significar pertenecer a esta Hermandad, pues, a pesar de no tener su-ficiente conciencia para ello, poseía una apabullante con-vicción sobre aquella elección. “El de la Cruz al revés” había llamado a otro de sus hijos a caminar tras sus pasos.

A raíz de aquello, recuerdo miles de citas que han tenido lugar entre las paredes de San Antonio Abad. Convivencias con los más pequeños, lim-piezas en priostía, retiros de adviento, ofrendas florales, la venida del paje real a las de-pendencias de nuestra casa de Hermandad… son tantos y tan-tos los buenos momentos que me ha dado la gran familia que formamos los Primitivos Naza-

Ser siempre luz y salInmaculada García Arroyo

Ca

nt

er

a N

az

ar

en

a

renos que detenerme en un solo recuerdo de la innume-rable lista es prácticamente imposible. Mi Hermandad me ha dado momentos, como la vigilia de juventud; vivencias, como las jornadas de la Juventud cofrade en Córdoba; ami-gos como el grupo que formamos la Juventud Nazarena… que ni en cien vidas podría pagar a Dios tanto bien como me ha hecho.

Pues bien, como a todos, hay momentos en la vida que nos marcan y nos enseñan el verdadero significado de las cosas, y para mí no debía ser menos. Ese momento, que re-cuerdo como si fuese ayer, es un instante especial; y hasta me aventuraría en decir que me ayudó a madurar en mi fe. De hecho, si tuviera que definir lo que significa la Herman-dad, creo que acudiría a ese día tan especial e importante, no solo para mí, sino también para todos los hermanos de esta cofradía.

En el día cinco de febrero de 2017, celebramos la solem-ne función en honor y gloria a Jesús Nazareno, como es costumbre hacer cada primer domingo del mes de febrero. Ese día caló muy hondo en mí; no fue un día cualquiera, no fue una función más: fue distinta. Estuvo cargada de sentimientos puros y claros como el agua desde que co-menzó. El sacerdote que llevó a cabo la homilía este día de función no hizo, en mi opinión, un llamamiento cualquie-ra. Ese día, pidió al pueblo cristiano que fuésemos Luz y Sal, que llevásemos nuestra fe siempre por bandera, cosa que actualmente sigue siendo un tanto complicada. Que fuésemos luz iluminando a aquellos que se apagaron y que fuésemos sal encaminando a los descarriados. “Que Dios aprieta pero no ahoga”. Desde entonces, comprendí que ser Luz y Sal no era cuestión de un día, sino de una vida. De una manera de vivir y de hacer, de afrontar las circuns-tancias con las que nos encontramos, de amar al prójimo siempre, pero, sobre todas las cosas, a Dios. Imploró a los Primitivos Nazarenos de Sevilla que hiciesen sentir el evangelio a todos aquellos que se limitan a oír, pues sentir no es lo mismo que oír o escuchar. A día de hoy, puedo decir que no había reconocido jamás el verdadero hacer de las conductas de los buenos cristianos, que nunca había entendido tan bien el evangelio. La necesidad de llevar a cabo esa práctica de iluminar al que se ha oscurecido o de salar a aquel que no sabe si está un poco “soso” es tan evi-dente como que podemos escoger dos caminos en nuestra vida. El camino que sigue a Jesús o su contrario. Yo tengo claro cuál de ellos elegir; que a pesar de ser el más difícil es el más satisfactorio y pleno, sin duda.

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

39

Silencio 150

Todos podemos flaquear alguna vez y no entender la fe como debiéramos, apartarnos de ella e incluso plantearnos si de verdad existe. La Fe es mucho más que eso; es mucho más que apelar a Dios y a su Santísima Madre, la Virgen María, cuando nos encontramos en medio de la catástrofe. Cuando nos surgen problemas en la vida, todo se vuelve oscuro; cualquier problema de otro nos parece insignifi-cante al lado de los nuestros. La Fe es mucho más. Es Jesús Nazareno y María Santísima de la Concepción, son amigos y familiares que comprenden y respetan tu forma de vivir y creer, son los hermanos de tu Hermandad que te dedican un poco de su tiempo cuando te cruzas con ellos por el atrio, es la sonrisa de la persona que se encuentra rezando en el mismo lugar que tú, es cada gesto o detalle que pue-

de ayudarte a ver esa situación con otra perspectiva. Además, son los problemas más graves, los duros, los que cambian la personalidad de uno; los que te obligan a comportarte de otra forma ante el resto; con los que se aprende y se decide qué ca-mino escoger. Porque, cuando las adversidades aparecen, la Fe suele ser el blanco fácil. La quitamos de en medio, la apar-tamos cuando no nos sentimos amparados por ella ante los trances más difíciles. Y por ello es por lo que hay que luchar, por crecer sin apartarla, por madurar junto a ella, por man-tenerla siempre viva y ardiente. Por acordarnos de Dios los 365 días al año y no sólo cuando nos truena. Porque, como dijo aquel día el sacerdote, si la sal no se remueve y se extiende por toda la comida, se queda sosa por algunos sitios; y, si direc-tamente se queda en el salero, pierde su función de salar.

Por tanto, después de tanto escuchar a nuestros hermanos más antiguos; después de ver, de sentir y de amar a nuestros Titulares, entendí que ser Pri-mitivo Nazareno era eso: ser Luz y Sal. Porque es nuestro principal punto de encuentro, pero no es lo único que puede unirnos. Que la devoción no lo es todo, que ser Nazareno es tener una actitud ante la vida y que cargar con nuestra cruz puede ser un castigo hermoso si la abrazamos como Él hizo. Las cosas que pueden unirnos también pueden separarnos, pero todo depende de nosotros mismos, del camino que haya-mos decidido emprender y del punto de vista desde el que ha-yamos elegido verlo. ■

Gloria Nazarenorvm.

JMG

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

40

Silencio 150D

e l

os

He

rm

an

os

A la hora de realizar esta entrevista para nuestro boletín, he de confesarle al hermano que nos lee que no soy capaz

de encontrar el punto justo de objetividad que quizá se precise. Vaya de antemano la advertencia y la excusa, pues no siempre con-seguimos -al menos yo- la pericia necesaria para plasmar, con una completa asepsia, lo que nuestro entrevistado nos pueda transmi-tir. A veces, me resulta materialmente impo-sible separar las historias del ser humano, los datos históricos de las vivencias y las anécdo-tas de los sentimientos. Es por ello que, esta vez, mi esfuerzo por distinguir con ecuani-midad entre el don Pedro Ybarra que ocupa el número dos en la nómina de hermanos de la Archicofradía -y que, aparte de sacerdote es Canónigo de la Santa Iglesia Catedral-, de aquel otro don Pedro Ybarra confesor, prepa-rador de Confirmación y Director Espiritual de mis años de adolescencia, puede resultar insuficiente, convirtiéndose esta entrevista en toda una odisea que espero salvar lo mejor que pueda. Avisados quedan.

Don Pedro Ybarra Hidalgo (Sevilla, 1931) es un hombre cercano, afable, buen con-versador pero de palabras justas cuando la ocasión lo requiere; combina como nadie el ser despistado por naturaleza con el tener una memoria prodigiosa a la hora de recor-dar alguna situación que haya compartido contigo. No rehúye a darte su opinión sobre cualquier tema, por espinoso que pueda parecer, como tampoco lo hace por ofrecer-te su sonrisa abierta y franca. Habla rápido y reflexiona con calma; vive con los demás y por los demás y, con el paso de los años, muchas veces las emociones se le agolpan con tanta intensidad en su interior que le provocan un nudo en la garganta y le aho-gan las palabras. Es, por encima de todo, sacerdote y sevillano, y demuestra tanto amor a su Hermandad que considera San Antonio Abad su propia casa.

Pedro Ybarra Hidalgo: Hermandad y vocación

Alonso Roblas Caride.

Me recibe en la hacienda familiar de San-ta Eufemia, lugar donde don Pedro sobrelleva con más alivio los calores propios de las fe-chas veraniegas. Allí pasará estos días junto a su hermana, a la que tiene que cuidar por encontrarse delicada de salud. Al llamar a la puerta del caserón, es él mismo el que me abre con agilidad, pese a lo avanzado de la edad. Comenta que me estaba esperando. Mientras lo hace, lee las Sagradas Escrituras sentado en un patio de añejo sabor que se corona por unas lonas que sirven para parapetar el calor de julio y que zumban como las velas de un barco a merced de la brisa que se acaba de le-vantar. Tras mostrarme el edificio -una bella finca llena de salones con libros, revistas en-cuadernadas y mosaicos romanos- me indica que va a oficiar la misa diaria en la capilla par-ticular de la casa para su hermana y una sobri-na. Me invita a unirme a ellos, cosa que acepto encantado. Antes de revestirse, me muestra

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

41

Silencio 150

Pedro Ybarra Hidalgo: Hermandad y vocación

la sacristía de la capilla: una modesta sala en la que preside, de manera imponente, una fo-tografía a tamaño gigante de Jesús Nazareno que mira fijamente el objetivo de la cámara. Don Pedro oficia la Eucaristía y los pájaros del Aljarafe acompañan, como si de un fondo mu-sical se tratase, una escena insólita.

Al concluir la celebración, hace que volva-mos hacia el patio donde me recibió y sugiere que nos sentemos allí mismo para hablar so-bre la Hermandad. Le apetece charlar sobre ella, pues por su antigüedad ha conocido muchas situaciones que ahora recuerda con enorme nostalgia: “Mi vinculación con la Her-mandad es absoluta, pues mi padre me apun-tó siendo un niño, aunque no soy hermano de nacimiento. Antiguamente no se llevaba esa costumbre. La primera vez que salí con la co-fradía fue haciéndolo de paje. Recuerdo que me preguntaron, siendo muy jovencito, si me gustaría salir. Yo acepté sin pensármelo dema-siado, aunque realmente no tenía ni idea de lo que era un paje. Esa Estación de Penitencia la realicé delante de María Santísima de la Con-cepción, pero no la actual, sino la Dolorosa de Cristóbal Ramos, a la cual siempre le he tenido una profunda devoción. Ya de mayor, con ca-torce años, vestí la túnica de ruán. Mi tío Luis Ybarra, que estaba muy integrado en la vida diaria de la Hermandad, me dijo que ya poseía la envergadura suficiente para poder salir de nazareno (con catorce años ya tenía práctica-mente el mismo cuerpo que tengo ahora). Así lo hice. Saqué el Libro de Reglas vestido de nazareno, no como se hace ahora, que lo por-ta un hermano sacerdote de la Archicofradía. Este hecho creo que fue un poco premonitorio de lo que sería mi futuro: estaba destinado al sacerdocio y el Señor posiblemente ya me es-taba dando señales del camino que me tenía preparado. Aunque fue una experiencia pre-ciosa, tengo que reconocer que no fue todo lo agradable que me hubiera gustado, pues el capirote me resultaba tremendamente incó-modo de llevar. Al año siguiente, descubrí que salir sin capirote era, a mi parecer, bastante más cómodo, así que decidí salir de penitente. Así me llevé varios años”.

Mirando al pasado, don Pedro nos va des-granando la visión de una Archicofradía muy diferente a la de ahora; de poca vida interna y siempre gestionada por hombres mayores y

muy serios. Un grupo muy reducido de herma-nos que se afanaban por hacerlo lo mejor que podían: “No había casi nadie y los que esta-ban eran siempre los mismos. Me acuerdo de Leopoldo Conradi, por ejemplo, cuya dedica-ción por la Hermandad era a tiempo completo. También frecuentaba mucho la Hermandad Joaquín de León y Arias de Saavedra, Esteban Picaza,…y otros hermanos. También recuerdo a mi tío Luis, que pensaba a todas horas en la Hermandad, en su gestión y en cómo conser-var lo bueno que ya teníamos y en mejorar lo que era susceptible de mejora. Podría decirse que la Hermandad vivía gracias a ellos por-que la Hermandad eran ellos. A lo largo de los años y paulatinamente, el número de herma-nos fue aumentando poco a poco y, gracias a Dios, nuevas personas fueron integrándose en la vida diaria de la Hermandad. Los cultos empezaron a llenarse de fieles, cosa que no siempre ha sucedido. Yo recuerdo que la Fun-ción del Señor -de misa por la mañana y Co-munión General- no era como las de ahora y, desde luego, no asistían la cantidad de perso-nas que pueden asistir en la actualidad. Des-pués, sobre las doce del mediodía, existía lo que se llamaba la Misa Mayor, con sermón del predicador de turno. Eran unas celebraciones que distan mucho de las actuales y resultaban larguísimas, aunque, eso sí, estaban cargadas de simbolismo y eran muy bonitas. Mi tío Luis nos insistía en casa de la obligación que tenía-mos de ir y de comulgar”.

Estaba esa Hermandad de antaño tan afe-rrada a un estereotipo que casi se cerraba el acceso a los pocos hermanos que se decidían a dar el paso para integrarse en ella. En cuanto

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

Silencio 150

42

a las hermanas, su papel era residual y abso-lutamente irrelevante. Así nos lo señala don Pedro y hace su valoración al respecto: “Mis recuerdos primeros, como hermano de la Ar-chicofradía, eran los de una Hermandad ges-tionada por no más de cinco hombres. Era im-pensable que las hermanas tomaran un papel activo en la vida de Hermandad. Por poner un ejemplo, en mi familia, todos los niños termi-nábamos haciéndonos hermanos, pero no así las niñas que, por lo general, no eran inscritas. No era lo natural. Esto ha cambiado y me pa-rece positivo que así haya sido. La Hermandad de hoy está abierta a todos los hermanos, in-dependientemente de su sexo, y así debe ser. Además, es sabido que históricamente las mu-jeres podían participar dentro del cortejo de la cofradía y no pasaba absolutamente nada. Estando de Párroco en Santa Cruz, una vez fui a visitar a su casa a una señora mayor que se encontraba enferma y, como ella sabía de mi pertenencia a la Archicofradía, me comentó que había salido de joven en el cortejo sólo que nadie se había dado cuenta de que se tra-taba de una mujer… Yo no sé si lo que me con-tó era cierto o no, pero lo que sí quiero decir es que me parece fenomenal que la hermana en Jesús Nazareno se integre plenamente en la Hermandad, participe de sus cultos, realice la-bores que hasta hace poco eran inimaginables y, por supuesto, haga su Estación de Peniten-cia como cualquier otro hermano”.

Pasan los años y la vida va poniendo en su sitio a cada uno. El joven Pedro Ybarra crece y se forma hasta convertirse en el sacerdote que hoy conocemos. Después de su ordenación sacerdotal, y tras muchos años de múltiples

actividades pastorales encomendadas, recibe con especial ilusión la misión de ser Director Espiritual de la Archicofradía. Esos años -no tan lejanos, según él- le hacen vivir de una manera diferente a su Hermandad de siem-pre. Es la década de los noventa del pasado siglo. Años de auge cofrade y de explosión de fervor católico en la ciudad. Don Pedro com-bina sus tareas de Párroco en Santa Cruz con el desempeño de la Dirección Espiritual de la corporación. Le interesa la formación de los hermanos, especialmente la de los más jóve-nes: “Estando de Párroco en Santa Cruz y sien-do a la vez Director Espiritual de la querida Hermandad del Cachorro, recibo la propuesta de serlo también de nuestra Hermandad. Me lo comenta mi hermano Eduardo, que era por aquel entonces el Hermano Mayor. Me dice que la Hermandad está abriéndose y que hay un grupo muy amplio de jóvenes con ganas de integrarse en ella. Me sugiere que me encargue de la dirección espiritual de ellos y que les vaya guiando en todo lo relacionado a su formación católica. No me lo pensé dos veces y acepté la propuesta. Tuve que renunciar a ser Direc-tor Espiritual de la Hermandad del Cachorro -cosa que me dio bastante tristeza, puesto que también es una Hermandad ejemplar, muy volcada siempre con la formación espiritual de sus integrantes-, pero eran ya demasiados cometidos los que asumía y reconozco que ir con frecuencia a Triana se me estaba haciendo cada vez más cuesta arriba… El caso es que me ilusionaba el nuevo proyecto, que empezó con el mandato de Eduardo y que continuó con va-rios Hermanos Mayores posteriores. Lo disfruté mucho. Con esa incipiente Juventud Nazarena

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

43

Silencio 150

nos movimos muchísimo: hicimos alguna que otra excursión, promovimos charlas y se formó un grupo bastante numeroso de chicos que recibieron el sacramento de la Confirmación en nuestra propia Iglesia. Era un grupo muy sano y con muchos de aquellos jóvenes toda-vía guardo relación. Con el paso del tiempo, he casado a algunos y hasta he bautizado a sus hi-jos… Independientemente de mi relación con la Juventud -que era mi predilección- he pro-curado en todo lo posible ejercer como Director Espiritual: he asistido, siempre que me ha sido posible, a todos los Cabildos de Oficiales de la Junta de Gobierno; he presidido los procesos electorales; he estado en los momentos previos a la salida de la cofradía para confesar a todo el hermano nazareno que así lo ha solicitado… En suma: he disfrutado mucho siendo el Direc-tor Espiritual de mi Hermandad. Para mí, más que un cargo ha sido un gusto”.

Guarda en la memoria y en el corazón la imagen de personas que son, para él, el proto-tipo de hermanos del Silencio. Y no puede evi-tar la emoción, dificultándole hasta el habla, cuando recuerda a los que ya no están junto a nosotros: “Tengo que decir, porque lo siento así,… que mi hermano Eduardo ha sido uno de esos hermanos que dejan huella… También mi tío Luis, al que yo le tenía un especial cariño y que nos enseñó muchas cosas buenas de la Hermandad y de la vida. Mi padre también fue un magnífico hermano de Jesús Nazare-no; de hecho, también ostentó el privilegio de ser Hermano Mayor… De los más actuales, me quedo con Antonio Rodríguez Cordero, con mis sobrinos Alberto y Eduardo,…”

Reconoce que, con los años, la devoción le va tirando cada vez más hacia el lado de Jesús Nazareno, aunque su alma esté ligada a la cera blanca; lo que sí advierte es que su amor in-condicional lo tiene la Virgen de la Concepción de Cristóbal Ramos, de la que guarda innume-rables recuerdos adolescentes. Si tiene que quedarse con alguna vivencia de la Madruga-da, se le reproduce en la memoria el “¡Está!” del hermano nazareno cuando éste es llama-do por el Secretario desde el balcón del atrio. También siente predilección por esa “última visita” que se le hace tanto a Jesús Nazareno como a la Virgen una vez finaliza la Estación de Penitencia. “Me encanta esa despedida a los Titulares, donde se mezclan la satisfacción

y el cansancio tras haber salido un año más como nazareno”. Sin embargo, los años pesan y ya no puede salir en la cofradía. “Veo la sali-da y acompaño, como puedo, a la Virgen tras el cortejo hasta su entrada en la Campana. De allí me voy a la Catedral, donde realizo el pro-tocolo de recibir a la Hermandad como Canó-nigo”. Como consejo a los hermanos, los ani-ma a que salgan de nazarenos siempre que el cuerpo y las fuerzas se lo permitan. Después, cuando ésto no sea posible, les pide que vayan a la iglesia a rezarles al Señor y a la Virgen, a participar activamente en los cultos… y a que mantengan a los Sagrados Titulares siempre en sus corazones.

Tras una amena charla que se prolonga con múltiples anécdotas de su dilatada vida como sacerdote, una voz interpela a Don Pedro para que se retire: la cena ya está servida sobre la mesa. Tras levantarse con cierta dificultad -cosas de los años- me despide con un fuerte abrazo, invitándome a repetir tertulia las ve-ces que desee, cosa que le agradezco porque sé que lo dice con sinceridad. Se retira y yo sal-go de la vieja hacienda de Santa Eufemia con la sensación de haber visitado a un viejo ami-go, a una persona que quiso un día dedicar su vida a su vocación, a su Iglesia, a la formación de los jóvenes sacerdotes de Sevilla…

Y pienso en la gran suerte que tiene don Pedro: no le hace falta ver físicamente la mira-da de Jesús Nazareno, ya que, de tanto haber-lo contemplado, la tiene cincelada en el fondo de su corazón. Y allí está, siempre presente y siempre majestuosa, como en aquella fotogra-fía gigante que cuelga en la pared de la sacris-tía de la antigua capilla familiar. ■

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

Silencio 150

44

La Antigua y Fervorosa Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nuestro Pa-dre Jesús Nazareno, María Santísima

de la Amargura y San Juan Evangelista, es-tablecida su sede canónica en la parroquia de Nuestra Señora de la O de la villa de Rota, ha sido protagonista de unas jornadas his-tóricas al celebrar con gran solemnidad el 375 aniversario fundacional de la Herman-dad de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Por tan importante efeméride, la corporación ha desarrollado un completo calendario de actos durante el pasado mes de junio, que tuvo su colofón en una Eucaristía celebrada el día 28 de junio, a las 21.00 de la noche, en la plaza Bartolomé Pérez de dicha localidad gaditana. Para la celebración de la misma, la Hermandad decidió que la Sagrada Ima-gen de Nuestro Padre Jesús Nazareno pre-sidiera el altar efímero que la corporación preparó bajo el dintel de la Parroquia con excelente gusto, dándole a la villa de Rota la oportunidad de contemplar la imagen de Jesús Nazareno a la luz de la tarde y al ca-lor de las oraciones de todos los devotos allí congregados.

La Sagrada Eucaristía fue oficiada por don José Arjona Gil, Párroco de Nuestra

Villa de Rota: jornadas de devoción y júbilo en honor a Jesús Nazareno

De

Nu

est

ra

s F

ilia

le

s

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

45

Silencio 150

Señora de la O y a la sazón Director Espiritual de la corporación roteña, quien, con acertadas y sencillas palabras, esbozó a grandes rasgos el secular amor que sus paisanos profesan al Protector de la villa; sentimiento que no es más que un fervor heredado por todos aquellos que demostraron ese mismo amor durante si-glos atrás, pues, aunque se cumple el 375 aniversario de la Hermandad, en Rota se tiene constancia de la devoción a Jesús Nazareno desde el siglo XVI.

La Hermandad quiso, antes de la Euca-ristía, bendecir en un sencillo acto el nue-vo estandarte corporativo, confeccionado en los talleres de Pedro Palenciano Oli-vares (Andújar, Jaén), evidenciándose un notable valor artístico en dicha obra, que servirá para representarla en aquellos ac-tos en que se la requiera. Durante la cele-bración de la Sagrada Eucaristía, todas las Hermandades de penitencia y de gloria de la localidad de Rota estuvieron presentes, así como nuestra Archicofradía, pues una delegación de la misma, trasladándose desde Sevilla, quiso también estar acom-pañando a su querida Hermandad filial en tan histórica jornada, sabiendo lo que dicha celebración significaba para ellos, para la villa de Rota y para la devoción a Jesús Nazareno en general. A la jornada si-guiente, la Hermandad tuvo a bien poner punto y final a los actos del aniversario fundacional realizando una solemne pro-

cesión extraordinaria con las Sagradas Imá-genes de Nuestro Padre Jesús Nazareno y de María Santísima de la Amargura que, en sus pasos procesionales, recorrieron las principa-les calles de Rota, dando así un ejemplar testi-monio de piedad popular.

Desde estas líneas, la Archicofradía de Jesús Nazareno de Sevilla quiere hacer llegar a tan querida Hermandad filial su más sincera felicitación por la realización de todos los actos que ha llevado a cabo durante este año, del mismo modo que le transmite la enorme satisfacción que la alberga al comprobar con qué excelente entusiasmo dicha corporación mantiene la devoción a Nuestro Padre Jesús Nazareno en la localidad gaditana. ■

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

Silencio 150

46

La concordia entre la Archicofradía de Jesús Nazareno y la Cofradía del Santísimo Cristo de la Corona

La Hermandad del Santísimo Cristo de la Corona y Cruz a Cuestas se funda en torno a 1630, en la antigua capilla

del sagrario de la Santa Iglesia Catedral de Sevilla; siendo su primera regla de 1632. Se trasladaría a su actual sede cuando se cul-minó la construcción de la Parroquia de San Clemente, nuevo sagrario catedralicio, aun-que no adquirió la propiedad de su capilla hasta 1674.

La cofradía estuvo muy vinculada desde sus orígenes al cabildo metropolitano, sien-do una corporación exclusivamente de culto interno, que se dedicaba a la veneración de la Sagrada Corona de Espinas de Nuestro Se-ñor Jesucristo y, posteriormente, al misterio de la Inmaculada Concepción, cuya defensa fue incorporada al instituto corporativo me-diante voto formulado el 5 de agosto de 1674. Precisamente, en esta coyuntura espiritual de acendrado fervor mariano inmaculista que vivía la ciudad en el siglo XVII, sucede la concordia entre ambas cofradías.

Así, estando reunida la Hermandad de la Corona en la sacristía del sagrario cele-brando su cabildo general de elecciones, el 12 de mayo de 1675, bajo la presidencia de Andrés García, como alcalde eclesiástico, y de Domingo Sánchez Lotano, como alcalde seglar, el fiscal avisa que se ha personado una diputación de la Hermandad de Jesús Nazareno para “hazer saver un acuerdo de dha hermd”. De inmediato, los alcaldes de la corporación nombraron a dos hermanos para que salieran a recibir a los cofrades de San Antonio Abad, y los acompañaran has-ta la sala de cabildos. En representación de la Archicofradía de Jesús Nazareno asisten

el licenciado Juan Daza, abogado de la Real Audiencia de Sevilla, y el Prior General de Menores Juan Felipe de Tovar, a la sazón mayordomo de nuestra Hermandad duran-te muchos años, cediéndoles la corporación anfitriona asientos en la mesa de presidencia del cabildo.

A continuación, Juan Daza “hizo saber a esta nra Hermd como la Ynsigne Hermandad

Gl

or

ia N

az

ar

en

or

um

Juan Manuel Bermúdez Requena

José

Cor

rale

s

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

47

Silencio 150

de Jesús Nazareno en su cabildo general de elecciones que celebró el día cinco de este dho mes, pretendiendo la unión y concordia de ambas hermandades. Y que llevados del fervor con que esta sta herd acudía a las ac-tividades que tenía, habían propuesto, deter-minado y acodado que todos los hermanos de esta ssta hermandad con solo que consta-se por testimonio ser hermano se recivieze y lo fuese en la dha Hermd de Jesús Nazareno y que para hacerlo saber a esta ssta herd era su venida”.

Es importante el dato que ofrece Juan Daza al aludir como motivo que llevó a la Hermandad de Jesús Nazareno a realizar tal ofrecimiento, al “fervor con que esta ssta herd acudía a las actividades que tenía”, en referencia a los cultos de la cofradía del Santísimo Cristo de la Corona; tengamos en cuenta, como hemos manifestado anterior-mente, que era una corporación de culto in-terno y, por tanto, de escasa proyección pú-blica en este sentido. Sin embargo, debemos poner en relación la afirmación realizada por el diputado de nuestra cofradía con los cul-tos solemnes que la Hermandad catedralicia convocó en septiembre de 1674 para celebrar

la inauguración de su capilla en el nuevo sa-grario metropolitano y la culminación del retablo de la misma, que fueron oficiados y predicados por los más celebrados canónigos del momento como Francisco de la Puente Verástegui, Luis Corbet, Antonio de Flores y León, Andrés Fernández de León y Ledes-ma o Justino de Neve. Pero, sin duda, el acto cultual más destacado fue, precisamente, la procesión inmaculista que tuvo lugar la tarde del domingo 23 de septiembre de 1674, pre-sidida por una imagen concepcionista (po-siblemente propiedad de la Sacramental del Sagrario), con asistencia de la corporación organizadora, la Archicofradía Sacramental del Sagrario, la Hermandad de las Bendi-tas Ánimas de dicho templo y los frailes del Convento Casa Grande de San Francisco, re-corriendo el cortejo procesional las gradas catedralicias entre repique de campanas. En este contexto devocional hacia el misterio de la Pura y Limpia Concepción de María Santí-sima, se produce el ofrecimiento de concor-dia.

Retomando la intervención de nuestros dos hermanos diputados en el cabildo de la cofradía del Santísimo Cristo de la Coro-

Extracto del acta del cabildo general de 12 de mayo de 1675 de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Corona

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

Silencio 150

48

na, tras la exposición de los motivos de su diputación, tomó la palabra el licenciado Andrés García, alcalde de la corporación ca-tedralicia, para poner de manifiesto que su Hermandad se sentía muy agradecida y lo estaría siempre con este reconocimiento que se hacía a su cofradía. Efectivamente, tuvie-ron que sentirse muy honrados con aquel gesto de la Archicofradía de Jesús Nazareno, porque se levantaron todos los asistentes al cabildo para acompañar hasta la puerta del templo a la comisión proveniente de San An-tonio Abad, para despedirla.

En el cabildo de 28 de mayo del mismo año, el recién nombrado alcalde seglar de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Corona, Domingo Sánchez Lotano, recordó a los asistentes la diputación que se había recibido de la “Hermd de Jhs Nazareno sita en la Casa de Sn Antón”, y la propuesta de concordia realizada por la que los herma-nos de ambas corporaciones ingresaran en la otra sin pagar entrada, siendo el parecer de Sánchez Lotano de que se circunscribie-

ra el acuerdo exclusivamente a los oficiales en ejercicio, que serían recibidos sin abonar la limosna de ingreso; habiendo opiniones en contra, se procedió a votar la respuesta que se transmitiría a la Cofradía de la Santa Cruz en Jerusalén, aprobándose por mayoría la propuesta del alcalde. Por tanto, quedó aceptada la concordia entre las cofradías de Jesús Nazareno y del Santísimo Cristo de la Corona, pero limitando el ingreso en ambas Hermandades sólo a los oficiales de junta en ejercicio. La razón de esta limitación no fue otra que económica: la Hermandad del San-tísimo Cristo de la Corona temió que un au-mento notable de su censo de hermanos, con motivo de tal concordia, terminara por per-judicar las arcas corporativas, al tener que sufragar, llegado el caso, un mayor número de entierros a cuyo coste la corporación cate-dralicia entendía que no podría hacer frente, en una época en la que los enterramientos y honras fúnebres estaban a cargo de las Her-mandades y suponían un gasto notable para las mayordomías.

JMG

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

49

Silencio 150

Des

de

el A

rch

ivo

Detalle de altar de insignias de la Archicofradía, en torno a los años 60 del siglo pasado. La Santa Cruz preside la capilla de Jesús Nazareno y, a sus pies, se muestra, abierto por las pinturas, el libro de Reglas original del XVII.

www.herm

andaddeelsile

ncio.org

Silencio 150

50

Procesión inmaculista del mes de mayo de 1954. La representación de la Archicofradía emboca la Plaza Nueva. En primer plano, don Antonio Muñoz Filpo porta la bandera blanca, que aún no se flanquea ni con el cirio ni con la espada. A la derecha, con vara, don Enrique Paralela Canalejo. Tras ellos, avanza el estandarte corporativo custodiado por don Felipe Sergeant (a la derecha) y por don Leopoldo Conradi (a la izquierda).

Mesa de reparto de papeletas de sitio del año 2002. De izquierda a derecha, podemos ver a los siguientes hermanos: Fernando Aguado, Juan Núñez, Antonio Madrera, Manuel Heredia, Francisco Fernández (de pie), José Manuel Peña, Manuel Alejandro Cardenete, y los Secretarios Joaquín Ojeda y José García Chamizo. Observan la escena, de pie, Eduardo Castillo y Miguel García.

C/. Jesús de la Vera Cruz, 25Teléfono: 954 21 28 70

Boletín de La Primitiva Hermandad de los Nazarenos de Sevilla y Archicofradía Pontificia y Real de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz en Jerusalén y

María Santísima de la Concepción

LA CORIANAultramarinos, Panadería,

Droguería, chacinas ibéricas, Quesos

serVicio a Domicilio

c/ Goles, 47 - telf: 954 90 25 15sevilla

C/. Santas Patronas, 24 - 41001 Sevilla • Teléfonos: 954 22 27 47 - 670 47 56 35

Maquetación y Diseño

Impresión Offset y Digital

Encuadernación

email: grsanantonio@gmail.comwww.graficassanantonio.com

GRÁFICAS SAN ANTONIORevistas - boletines - libRos - calendaRios

Sept

iem

bre

2019