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    Jess de Nazaret y sus discpulosAp rox imacin bblic a al d iscip ulado desde los dis cpu los

    I N D I C E

    I- El seguimiento de Jess, una mirada desde el discpulo

    II- Todo comenz en Galilea: la inestable Galilea del tiempo de Jess

    1- Un reino con profundas tensiones:1.1- Jess, un galileo.

    1.2- Tensin campo - ciudady ricos -pobres.

    1.3- Tensin judasmo -paganismo.

    1.4- Tensin oprimidos (judos) - opresores (romanos).

    2- En este pas, quin dice la gente que soy yo?:2.1- La Galilea de los movimientos mesinicos y profticos.2.2- Quin dice la gente que soy yo?.

    2.3- Una pregunta siempre actual.

    3- Los momentos del discipulado histrico.

    III- No es este el hijo del carpintero?: momento de admiracin y preguntas

    1- Los signos del Reino: Lo que Jess hizo y ense (Hch 1,1).

    2- Lo que Jess hizo:2.1- Jess sana enfermos y expulsa demonios en nombre propio.

    2.2- Jess come con pecadores y publicanos.

    3- Lo que Jess ense:3.1- Jess ensea con autoridad.

    3.2 Jess maestro o rab de Israel: el desafo al honor.

    IV- Ven y sgueme!: momento de vinculacin

    1- La eleccin:1.1- Eleccin gratuita de Jess.

    1.2- Vinculados a Jess: carcter discipular de vivir en Cristo.

    1.3- Vinculados para ser amigos y hermanos de Jess.

    1.4- Vinculados a Jess para vincular a otros: convivencia y misin.

    1.5- De muchedumbre a discpulo:1.5.1- Adversarios e indiferentes, muchedumbre y discpulos en torno a Jess.

    1.5.2- La muchedumbre o gento.

    1.5.3- Los discpulos y los Doce.

    2- La opcin y la formacin:2.1- Del discpulo por tradicin al discpulo por opcin.

    2.2- Seguir a Jess para verlo y escucharlo.

    2.3- Compartir estilo y destino de vida del Mesas.

    2.4- Llevar a cabo adhesiones vitales.

    2.5- Hacerse de los suyoso de su familia.

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    V- Gracias Padre por dar a conocer estas cosas a los pequeos!: momento de revelacin

    1- Las pasiones del Mesas.2- Pasin por el Padre.3- Pasin por el encargo del Padre (el Reino).4- Pasin por el hombre y su salvacin.

    VI- Vayan y hagan discpulos a toda la gente: momento de misin

    1- Metforas de misin.

    2- Tipos de misin:2.1- Dimensiones evangelizadoras de la Iglesia.

    2.2- Evangelizar a judos y gentiles.

    2.3- Primera direccin de la misin: luz en el monte.

    2.4- Segunda direccin de la misin: levadura en la masa.

    3- Destinatarios de la misin.

    VII- Conclusin

    I- El seguimiento de Jess, una mirada desde el discpulo

    Varias son las perspectivas para adentrarnos en la fascinante aventura de ser discpulos misioneros

    de Jesucristo para que nuestros pueblos en l tengan vida plena1.Si lo hacemos desde la perspectiva de Jess, el tema tiene -por lo menos- trespilares o

    fundamentosque se necesitan y complementan recprocamente:

    a- La llamadao eleccingratuita de parte de Jess que es, a la vez, eleccin para formar parte delos convocados o Iglesia. La respuesta personal es la opcin responsable y generosa delelegido por seguir a Jess y as ser parte de los suyos.

    b- Laformacino instruccinpara adquirir una forma caracterstica de ser y quehacer cristianoen el mundo, y

    c- La misino el encargopor parte de Jess y de la Iglesia.

    Esta perspectiva, siendo fundamental, no es la nica. Tambin podemos reflexionar sobre eldiscipulado misionero desde la perspectiva de cmo lo vivieron los discpulos elegidos por el Seor.Aparecen entonces otros nfasis y otro itinerario vocacional que procuraremos dejar claro en las pginas

    que siguen.Nuestra finalidad es adentrarnos en los Evangelios para considerar -en la medida de lo posible- eldesarrollo histrico y teolgico de la vocacin de los discpulos. Es decir, miramos el tema desde un grupode hombres y mujeres que, elegidos por Jess, se fueron con l para aprender de l y continuar su misin.Varias preguntas suscita dicho planteamiento: qu los atrajo de Jess?, por qu lo siguieron?, bast slola atraccin?, cul fue su itinerario vocacional y cules sus etapas ms significativas?, cmo la cultura y

    1 Este es el tema de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, celebrada en la ciudad deAparecida, Brasil, del 13 al 31 de mayo de 2007.

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    SANTIAGO SILVA RETAMALES:Jess de Nazaret y sus discpulos 3la sociedad en la que vivan ayud y condicion el seguimiento del Seor?, cules fueron sus conflictoscomo comunidad del maestro Jess?

    Lasfuentesque emplearemos son principalmente dos:

    a- Una fuente directa: losEvangelios Sinpticos.Entre los Sinpticos aceptamos la preeminencia cronolgica de Marcos y la existencia e

    importancia de laFuente Q oDocumento Q2, una recopilacin de dichos y enseanzas deJess comunes a Mateo y Lucas que no se encuentran en Marcos (por ejemplo, lasbienaventuranzas, el Padre nuestro). Es bastante probable que este material literarioprovenga de la Galilea de antes de la guerra judeo - romana (66 al 70 dC.), por tanto, setratara de una recopilacin antigua con todo el sabor de la Palestina de Jess. Dichomaterial literario permite un primer criterio para reconocer sentencias y relatos queprovienen del mismo Jess. Sin embargo, cuando hablamos de los modos de vinculacin aJess lo hacemos a partir del evangelio de sanJuan.

    Interesante es comprobar que mientras ms nos alejamos de las fuentes antiguas menos datosencontramos sobre el discipulado, incluso la misma palabra discpulo tiende adesaparecer. La conclusin es que el tema del discipulado se remonta al mismo Jess.

    b- Una fuente indirecta: los datos de experiencias humanas y los datos aportados por estudiossocio-antropolgicosdel siglo I.

    Nos referimos, por un lado, a aquellas disposiciones vitales y comportamientos sociales quecaben en los seres humanos cuando se enfrentan a situaciones anlogas. Si la pena y el gozode un hombre del siglo I y de uno del siglo XXI -en cuantosentimientos de seres humanos-no difieren mucho uno del otro, esto nos permite inferir cmo vivan los discpulos elasombro, el miedo, la falta de comprensin, la alegra, la exaltacin Por otro lado, nosreferimos a los aportes de ciencias como lasociologay la antropologa cultural, que nosofrecen claves de lectura de comprensin del mundo y de relaciones personales y socialesdel Israel del siglo I en cuanto pueblo pre-industrial y agrario de la cuenca del Mediterrneo.

    La reconstitucin de estos escenarios son imprescindibles para descubrir las razones de sucomportamiento y el sentido de palabras y acciones de los protagonistas.

    II- Todo comenz en Galilea: la inestable Galilea del tiempo de Jess

    1- Un reino con profundas tensiones

    1.1- Jess, un galileo

    En tiempos de Jess, la Galilea, regin del norte del pas, era un reino vasallo de Roma gobernado

    por la dinasta herodiana3, incorporado al dominio judo por los asmoneos, apenas 104 aos antes de

    2 Llamada Q por J.WEISSen 1890 por la palabra alemana Quelleque significa Fuente. Los actuales estudios sobre estaFuentedistinguen dos estratosque representan diversos momentos de la comunidad cristiana en Palestina: al primer estratopertenecen las enseanzas de Jess de tipo sapiencial y al segundo, aquellos rasgos que acentan lo apocalptico. Unasencilla y buena introduccin a la Fuente Q es la de GUIJARRO, Dichos primitivos de Jess. Respecto a los Sinpticos, hoy cadavez ms se acepta su carcter biogrfico al estilo de las grandes biografas greco -romanas; se ha formado una escuela deestudiosos en torno a este tema (R.A.BURRIDGEy otros).

    3 Es decir, gobernado por Herodes el Grande (37 - 4 aC.), Herodes Antipas, hijo menor de Herodes el Grande y Maltace (4 aC. -39 dC.) y Herodes Agripa, nieto de Herodes el Grande (41 - 44 dC.).

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    SANTIAGO SILVA RETAMALES:Jess de Nazaret y sus discpulos 4Cristo, quienes impusieron un fuerte rgimen de judaizacin. La importancia de la Galilea provena de sustierras ricas para el cultivo, las ciudades de cultura grego-romana y las vas del imperio que confluan enella o la atravesaban (como la llamada Via Maris), lo que permita inmejorables vas de comunicacin y decomercio. Los habitantes de este reino, llamado la Galilea de los paganos (Is 8,23), eran despreciados por

    los de Judea4.La situacin poltica de Judea, regin del sur del pas, era diversa, pues -en tiempos del Nuevo

    Testamento- la controlaba directamente Roma mediante un gobernador o prefecto que dependa de Siria.Uno de estos gobernadores fue Poncio Pilatos (26-36 dC.).

    Jess fue galileo, aunque probablemente de antepasados provenientes de Judea que, favorecidos por

    la poltica de judaizacin de los asmoneos, se haban asentado en la desconocida y despreciada Nazaret5.Segn la tradicin apostlica explicitada en el discurso de Pedro al pagano Cornelio y a su familia, todo lorelativo a Jess comenz en Galilea (Hch 10,37), y su ministerio pblico -como lo presentan los

    Sinpticos6- tuvo por escenario fundamental aquella convulsionada regin septentrional de Palestina.Desde la mitad del siglo XX, las opiniones sobre la Galilea de Jess han sido variadas. Dos se

    destacan. Para unos fue la regin eminentemente rural y pacfica, con pocas diferencias religiosas conJudea (SANDERS, MEIER). Para otros, la Galilea convulsionada y tensa, con un notable influjo del

    helenismo y un fuerte proceso de urbanizacin, caldo de cultivo para diferentes movimientos religiosos ymesinicos (BORG, CROSSAN, HORSLEY)7, por lo que el epteto de galileo lleg a tener connotaciones desedicioso poltico y social.

    En realidad, esta ltima opinin es la que mejor describe la Galilea del tiempo de Jess.Antes de sealar aquellas tensiones intensas y transversales de Galilea, determinantes para entender

    la enseanza de Jess quien vive plenamente inserto en su ambiente, describamos brevemente la situacinde la provincia de Judea en tiempos de los romanos.

    La provincia de Judea tena unstatusfavorable respecto a otras provincias y pueblos conquistadospor los romanos, gracias a los privilegios acordados con el emperador Julio Csar (100-44 aC.) yconfirmados luego por Augusto (31 aC. - 14 dC.) y Tiberio (14-37 dC). Sustatusde ms libertad, Judea loconsigui con Herodes Agripa I a quien el ao 38 dC., el emperador Calgula (37-41 dC.) le otorg el ttulo

    de rey8; despus, fue regida por procuradores romanos. Posterior a la destruccin de Jerusaln y delTemplo por Tito (70 dC.), Palestina fue una provincia romana como cualquiera otra.

    Entre los ms importantes privilegios de la Judea del tiempo de Jess hay que destacar:

    a-En el gobierno poltico y la economa: cierta autonoma administrativa de Judea, cuya direccinrecaa en el Sumo Sacerdote quien presida el Sanedrn, mxima institucin de gobierno conjurisdiccin sobre Judea, aunque tenido en cuenta por los judos del mundo entero, pues deellos dependa el culto en el Templo de Jerusaln; segn parece y en algunos casos precisos,el Sanedrn tena autoridad sobre los judos que vivan en otras regiones (Hch 9,2).

    4 Jn 7,52.5 Jn 1,46.6 Una visin diversa tiene Juan.7 Lc 13,1; Hch 5,37.8 El pas estaba unificado con Herodes el Grande que llev el ttulo de rey. A sumuerte y con sus hijos, se dividi en tetrarquas

    (jefe de un cuarto del reino): Judea, Samara e Idumea regidas por Arquelao; Galilea y Perea por Herodes Antipas (tiempo de Jess), e Iturea y Tracontide por Herodes Filipo II; el emperador romano era Augusto. El ao 6 dC., Judea, Samara e Idumeapasan a ser provincias romanas. Ms tarde, con Herodes Agripa I y por pocos aos (41-44 dC.), se volvi a reunificar el pas,hasta que su hijo Herodes Agripa II pierde Galilea occidental, Samara y Judea, las que de nuevo son subordinadas a laadministracin romana.

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    b- En el gobierno legal: los judos de Judea tenan autonoma para llevar sus asuntos jurdicossegn la Ley de Moiss y conforme a sus tradiciones, salvaguardando el dominio de Roma;una excepcin era -segn un grupo importante de estudiosos- la ejecucin de una condena amuerte, la que necesitaba de la autorizacin del Prefecto romano.

    c- En el gobierno religioso: ningn judo de Judea estaba obligado a dar culto al emperador ni a losdioses del imperio ni tampoco se permita en Jerusaln (a excepcin de las zonas ocupadospor los romanos) la celebracin del culto a dioses extranjeros. En virtud de este privilegio,

    toda Judea se alz contra el emperador Calgula cuando instal su estatua en el Templo9.

    Pasemos ahora a describir las tensiones que aquejaban vivamente a Galilea, el norte del pas.

    1.2- Tensin campo - ciudad yricos-pobres

    La primera tensin es entre el campo y la ciudad. Galilea sufra el proceso de urbanizacininiciado por Alejandro Magno (357-323 aC.), rey de Macedonia. En la Galilea convivan importantes

    ciudades con formas de vida y cultura helenstica como, por ejemplo, Sforis, de unos 50.000 habitantes,capital histrica de Galilea, junto a pueblos rurales y despreciados como Nazaret, situado slo a 5 km. alsureste de Sforis, de unos 300 habitantes.

    Conocidas por los evangelios son las influyentes ciudades no judas que formaban la Decpolis, conncleos judos minoritarios, y los puertos de Tiro y Sidn. En este orden tambin hay que mencionar lasciudades de Sebaste, Tiberades o Tiberias, que sustitua a Sforis como capital de la tetrarqua, deestructura poltica helenstica, y la importante ciudad portuaria de Cesarea Martima, edificada por Herodesel Grande y residencia oficial de reyes herodianos y procuradores romanos, donde tambin haba unainfluyente y rica comunidad juda.

    No era difcil que los sencillos campesinos de Galilea tuvieran contactos con las grandes ciudadesde cultura helena, sobre todo por razones laborales y comerciales, con todo lo que eso significaba de crisisreligiosa y socio-cultural para ellos y su organizacin de vida.

    Herodes y su dinasta, mediante grandes construcciones, urbanizaban rpidamente las ciudades. Sinembargo, la urbanizacin de stas vena de la mano con su helenizacin, por lo que los judos de la Galileavivan en constante tensin con las religiones, el estilo de vida, la economa y la poltica que ciudadanospaganos (griegos y romanos sobre todo) practicaban en las grandes ciudades.

    Por otro lado, la vida del campesinado galileo se haca cada vez ms difcil, entre las varias causashay que contar:

    a- Que muchas de las tierras de cultivo de las regiones frtiles de Galilea y de la planicie delJordn estn en manos de familias judas, entre las que se cuentan las familias sacerdotales,

    y de ricos hacendados extranjeros, por lo que una gran cantidad de terreno frtil lo controlanunas pocas manos. Los campesinos judos, dueos de pequeas porciones de terreno, notienen cmo competir con estos terratenientes, por lo que generalmente terminan trabajandopara ellos. Como la mano de obra agrcola es mucha, tienen que conformarse con la pagaque les den. Los artesanos judos, con mejor perspectivas de vida, se concentraban en lasgrandes ciudades y, sobre todo, en Jerusaln.

    9 Quizs un eco de esto sea 2 Tes 2,1-12 (pequeo apocalipsis) y Mc 13,14, el dolo abominable y devastador instaladodonde no debe estar.

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    b- Los impuestos sobre los productos agrcolas (tributum agri) cobrados por Herodes sonexcesivos quien, adems de necesitar para sus fastuosas construcciones (como Tiberades) yla reconstruccin de ciudades (como Sforis), deba cancelar -como reino vasallo- la tasaconvenida con Roma. Exista tambin un impuesto personal llamado tributum capitis. Elalza de los impuestos era siempre una merma importante en el sueldo de los humildes

    campesinos. A estos tributos hay que agregar el cobro -una vez al ao- del impuesto para elTemplo, manutencin de sacerdotes y del culto. Despus de la destruccin del Templo del70 dC. este impuesto fue reemplazado por el ficus iudaicus, contribucin obligatoriadestinada al dios Jpiter Capitolino, lo que provocaba frecuentes rebeliones, siemprecontroladas de modo brutal por los romanos; dicho impuesto fue abolido en tiempos delemperador Nerva (96-98 dC.).

    c- La gradual imposicin de pagar con dinero y no con productos, quedando de lado el tradicionalsistema de canje o trueque, lo que incomodaba la mentalidad y el sistema de vida de loscampesinos galileos; del sistema de trueque se pasaba progresivamente al sistemamonetario.

    d- Los altibajos propios de una agricultura de pequeos campesinos entre los que se contaban

    guerras y grandes hambrunas como la del ao 46 dC.10. Estas tragedias dejaban a muchasfamilias sumidas en la pobreza debido al arriendo y venta de sus campos y al trabajo comoesclavos al servicio de poderosos terratenientes con la finalidad de pagar sus deudas.

    No era extrao que los campesinos galileos terminaran vendiendo sus propiedades a los pocos yricos terratenientes, convirtindose pronto en jornaleros, aunque no siempre con trabajo estable. La

    parbola de los trabajadores contratados en una via refleja bien esta situacin11. Por entonces muchosrecordaran la denuncia del profeta Isaas en el siglo VIII aC.: Ay de los que adquieren casas y ms casas

    y aaden campos a sus campos, hasta no dejar sitio a nadie y quedar como nicos habitantes del pas (Is5,8). Segn esta dinmica de apropiacin y concentracin de riquezas, la tensin entre el campo y la ciudadpronto se convierte en una tensin ms violenta: entre los pocos ricos que habitan la Galilea (la aristocracialocal) y los muchos pobres y mseros que los evangelios a cada momento describen. Al terminar el siglo Ieran tantos los campesinos que huan por no poder pagar sus deudas que se requiri la intervencin de laautoridad romana para mantenerlos cultivando las tierras.

    La apropiacin de las tierras por parte de unos pocos, la falta de trabajo y la esclavitud no eranlacras ajenas en la vida de un galileo rural. Lo que ms se resenta era la entidad central de aquellasociedad: la familia, unidad bsica que configuraba la sociedad y sustentaba la produccin de bienes y suconsumo. Al venderse la tierra, el trabajo se obtena por contrato en base a jornal pactado, lo que llev a lasfamilias, siempre muy numerosas, a depender de los patrones que fijaban los sueldos conforme a la

    disponibilidad de la mano de obra. Para aquella sociedad rural de corte tradicional era muy difcil hacerse ala idea de que tenan que vivir y subsistir con un sistema socio-econmico diverso a sus antepasados y queahora deban regirse por un nuevo status: el de patrn - jornalero. Los judos que lograban subsistir yganar posicin econmica eran aquellos que entraban en el sistema, vendiendo sus productos en lasgrandes ciudades de entonces. Es decir, cambiaban su statusal de patrones, lo que para un campesinocon mentalidad rural era muy difcil de comprender y alcanzar.

    10 Hch 11,28.11 Mt 20,1-16.

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    SANTIAGO SILVA RETAMALES:Jess de Nazaret y sus discpulos 7Otra manera de subsistir en aquel mundo era mediante la formacin de corporaciones como, por

    ejemplo, la de los pescadores, quienes se agrupaban para hacer frente a los contratos por los derechos depesca que deban cancelar a los gobernadores. Gracias a la forma corporativa de actuar podan negociarmejores precios con quienes se dedicaban a conservar el pescado, secndolo o salndolo, y con quienes locomercializaban en aldeas y ciudades.

    1.3- Tensin judasmo -paganismo

    A la tensin campo - ciudad y ricos -pobres hay que agregar otra: la tensin entre la religinde los judos y la religin de los paganos. Para un judo, sta era por definicin idlatray despreciable.

    La religin, la familia centrada en el parentesco sanguneo, la economaypolticaen el mundomediterrneo del siglo I no eran instituciones diversas, sino una misma realidad. La economa hunda susraces en la familia y sta se rega por la religin (organizacin en el trato con Dios) y por la poltica(organizacin en el trato social). Tan unido estaba todo que el vocabulario religioso se tomaba tanto delmbito familiar (padre, hermano, virgen, honor, alabanza) como poltico (rey, reino, alianza, ley).La religin confera unidad a lo familiar, lo econmico y lo poltico, dndole significado trascendente alabrirlos al mundo de los dioses (paganos) o de Yahveh (Israel).

    Tanto en el mundo griego como romano, la religin se estructuraba en dos niveles: una era lareligin oficialopolticade la ciudad y del reino, y otra la religin domsticaofamiliarque se practicabaen los hogares. Esta ltima era ms importante que la primera y de mucho ms influencia en las cosascotidianas de la vida.

    En el mundo judo tambin ocurra lo mismo, pero con una substancial diferencia: mientras que enel mundo pagano la religin oficial y la domstica eran diversas, entre los judos era la misma. Yahveh, elDios de Israel que se adoraba en el Templo de Jerusaln, es el mismo Dios de la familia, el Dios deAbraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob (Ex 3,6), el Dios de nuestros padres o antepasados que elpadre, en cuanto sacerdotedel hogar, enseaba a conocer transmitiendo la fe de Israel. Otra diferenciaimportante entre la religin de los judos y la de los paganos era la prohibicin de representar conestatuillas al Dios de Israel a quien se lo adoraba con ritos establecidos; en el mundo pagano -en cambio- se

    conoca una gran proliferacin de representaciones de los mismos dioses, de oraciones y de celebracionesde ritos. Segn el tiempo y las circunstancias se enfatizaba el culto a uno u otro dios, conforme se daban lassiegas, el nacimiento de las primeras cras de los animales, la fecundidad de la mujer y el nacimiento de loshijos y otras necesidades como librarse de pestes, enfermedades y guerras. Por tanto, se adoraba a losdioses al ritmo de los ciclos naturales y de las penurias y anhelos de la familia y sus miembros.

    Debido a la urbanizacin y vas de comunicacin, el mundo judo tena fcil acceso al conocimientode estilos de vida, de formas de gobierno, de economas y religiones que regulaban la vida cotidiana de lasgrandes ciudades greco-romanas, sistemas de vida mucho ms cautivantes e impositivos que la bsicaorganizacin del mundo rural. Ahora bien, la aceptacin de tales paradigmas de costumbres, de gobiernocivil y econmico es tambin aceptacin de sus dioses y cultos, lo que haca an ms difcil la convivenciaentre judos galileos y paganos galileos. La fascinacin y el empleo de tales estructuras de vida y relacinsocial, los refleja san Pablo cuando escribe a propsito de las relaciones legales entre cristianos: Cuandoalguno de ustedes tiene un conflicto con otro hermano, cmo se atreve a llevar el asunto a un tribunal nocristiano, en lugar de resolverlo entre creyentes? (1 Cor 6,1-6).

    1.4- Tensin oprimidos (judos) - opresores (romanos)

    La ms conocida de las tensiones, reflejada con claridad en los evangelios, es entre el pueblo judooprimido y Roma en cuanto imperio conquistador.

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    SANTIAGO SILVA RETAMALES:Jess de Nazaret y sus discpulos 8A pesar de las excepciones ya vistas para la provincia de Judea, donde se concentraban los judos,

    la tensin exista entre conquistados y conquistadores, ms an cuando paganos ocupaban y pisaban lasagrada tierra de Israel. A esta opresin, el mundo judo responda con variadas respuestas.

    Los zelotas, para quienes slo Dios es el Seor de Israel, buscaban derrotar por la violencia a losdominadores romanos. Cada cierto tiempo, algunos de ellos se alzaban en armas sin mucho resultado frenteal poder y la eficacia del aparato militar romano. Algunos de los discpulos de Jess se los califica de

    zelotas, pero tambin se piensa que se trata de un apelativo dado al hombre celoso de la Ley y de lascosas de Dios, y no a grupos de organizados militantes armados contra Roma, inexistentes -segn dichosestudiosos- en la poca de Jess.

    La gran masa de gente juda, sencilla y campesina, mientras la dejaran tranquila con su religin ytuvieran qu comer, soportaba el dominio romano en virtud de algunos adelantos de los que se servan (redde caminos, conductos de agua) y la paz romana que les garantizaban.

    Los fariseos daban una respuesta religiosa al tema del domino romano: mientras Israel no sea capazde cumplir perfectamente la Ley, Dios los tendr sometido a los romanos o cualquier otro imperio encastigo por sus pecados. De aqu la importancia de lograr que todos los judos tengan a Dios por Seormediante el cumplimiento de la Ley, para que algn da, por su ungido o mesas, Dios libere a Israeldel seoro de los gentiles o no judos.

    Ms radical an es la respuesta de los esenios de Qumrn. Se retiran del mundo para prepararse,guiados por elMaestro de justicia, a la lucha escatolgica entre los hijos de la luz (ellos) y los hijos de lastinieblas (judos pecadores y naciones paganas). Ese da, Dios restituir a Israel la gloria que un da le quitpor sus impurezas e idolatra.

    Finalmente estaban los herodianos o partidarios de Herodes que vean con buenos ojos el dominiode Roma, pues aprofitaban de ingentes ganancias gracias al cobro de los impuestos. Segn algunosestudiosos, se trata de funcionarios de reyes y prncipes herodianos y miembros de su familia. Segn otros,se trata ms bien de un partido judo que favoreca la dinasta herodiana porque vea en ella el germen deun mesianismo poltico. Los herodianos aparecen en los Evangelios como enemigos de Jess tanto en

    Galilea como en Jerusaln12.

    2- En este pas, quin dice la gente que soy yo?

    2.1- La Galilea de los movimientos mesinicos y profticos

    Si la vida del judo de la Galilea del siglo I se caracterizaba por estas fuertes y transversalestensiones es evidente que dicha regin era caldo de cultivo para la aparicin de movimientos populares

    de carctermesinicoyproftico13.Los movimientos mesinicos y profticos de carcter popular no eran un fenmeno infrecuente en

    la Palestina del siglo I antes de Cristo y el siglo I despus de Cristo. Sobre todo a raz de algunas crisis

    nacionales como la muerte de Herodes el 4 aC., los empadronamientos o censos en las diversas regiones14,

    la guerra juda que origina la destruccin de Jerusaln el ao 70 dC., surgan caudillos que prontoterminaban derrotados por la intervencin sin piedad alguna de la autoridad poltica y militar romana.

    12 Mc 3,6; 12,13.13 Cfr. TREVIJANO, Orgenes del cristianismo, 323-346; VIDAL, Los tres proyectos de Jess, 30-60.14 En Lc 2,2 se nos informa del primer empadronamiento que tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Este censo, aunque

    con dudas, se acostumbra a fecharlo el ao 6 dC.

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    SANTIAGO SILVA RETAMALES:Jess de Nazaret y sus discpulos 9De muchos de ellos no conocemos su nombre, aunque s su existencia: en tiempos del procurador

    Pilato, un innominado profeta samaritano en el monte Garizim; en la poca del procurador Antonio Flix(52-60 dC.) varios impostores y seductores (FLAVIO JOSEFO, del 37-100 dC. ms o menos).

    De otros sabemos de quien se trata: Teudas, entre el 44 y el 46 dC., que se haca llamar el profeta

    y quiso renovar el paso milagroso del Jordn; Judas, el Galileo, y su hijo Menahem15; Judas ben Ezequas;un judo apodado el Egipcio; Saddoq, un fariseo, fundador de la cuarta filosofa, llamada as porque

    vena despus de la de los fariseos, saduceos y esenios, filosofa de la que se origin el grupo judo de loszelotas; Simn, un esclavo; Atrongeo, un pastor; Juan de Giscala, un jefe zelote proveniente de la regin deGalilea; Simn bar Giora de Gerasa, obedecido como un rey y jefe de la revuelta juda que se inici el 66

    dC., y as varios ms16.Casi todos estos buscaban, en nombre de Dios, respuesta a las contenidas ansias de liberacin de

    gente oprimida y sencilla, sin grandes recursos, de poca o nula influencia y formacin, que pacientementesufren las tensiones con la esperanza de que algn da Yahveh intervenga y termine con el oprobio deIsrael. La gran mayora de estos caudillos mesinicos no provenan de crculos eruditos ni de familiassumo-sacerdotales ni de eran de descendencia davdica; son personajes de poca monta respaldadas porgente del pueblo.

    Los movimientos populares mesinicos y profticos tienen caractersticas que los distinguen,aunque los puede encabezar un mismo caudillo que se aprovechaba de esa esperanza insatisfecha de tantos.

    Los movimientos populares mesinicos los encabeza un lder con un proyecto poltico que seautoproclama rey o jefe, provocando la inmediata y violenta reaccin militar de los romanos bajo lasrdenes del prefecto de turno.

    Los movimientos populares profticos, en cambio, son de corte salvfico, centrados en larestauracin del pasado ideal del Israel davdico, y lo encabeza un jefe carismtico que dice venir de Dios yhablar en su nombre. Es probable que muchos vieran en Jess a un jefe carismtico enviado por Dios comoprofeta para satisfacer los anhelos de liberacin.

    En esta Galilea Jess inicia su ministerio. No se dirige a los grandes centros urbanos, sino a losisraelitas de las pequeas aldeas y poblados rurales, a las bases del pueblo de Dios, es decir, a las doce

    tribus dispersas para restaurar a Israel como pueblo santo de Dios. Estas bases estn mucho mejorrepresentadas en las aldeas rurales judas que en las grandes urbes de cultura helnica. En estas aldeas se

    encuentran las ovejas perdidas de Israel17, es decir, el pueblo oprimido y humillado por el mal y lospoderosos de aquel tiempo.

    El Ungido por el Espritu de Dios ha sido enviado precisamente a estas ovejas a proclamar el ao

    jubilar del perdn de los pecados y la condonacin de las deudas18. Ya est en marcha el Reino de Dioscon su fuerza de liberacin y recreacin que anhelan los autnticos israelitas y, aunque imperceptible, sucrecimiento es imparable.

    15 Para Teudas, ver Hch 5,36, pero con datacin equivocada, pues Teudas actu en tiempos del procurador Cuspio Fado (44-46dC.); para Judas, ver Hch 5,37.

    16 Muchos de estos datos los tenemos gracias a dos obras de FLAVIO JOSEFO (37 - 100 dC., ms o menos): Guerra juda oHistoria de la guerra juda, yAntigedades judas o Historia antigua de los judos.

    17 Mt 10,5-7; 15,24.18 Es la esperanza juda para el tiempo de la liberacin mediante el Ungido de Dios, segn se expresa en Lc 4,17-21 (que cita Is

    58,6 y 61,1-2) y en el fragmento sobre la resurreccin de la comunidad de Qumrn: 4Q521 frag. 2, col. II,1-14: el Seorhonrar a los piadosos sobre el trono de la realeza eterna, librando a los prisioneros, dando la vista a los ciegos, enderezandoa los torcidos; texto en GARCA MARTNEZ, Textos de Qumrn. Cfr. S. SILVA RETAMALES: El Gran Jubileo del Ao 2000.Reflexin bblico-pastoral, La Revista Catlica1125 (2000) 7-15.

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    SANTIAGO SILVA RETAMALES:Jess de Nazaret y sus discpulos 102.2- Quin dice la gente que soy yo?

    En esta Galilea as descrita, despus de un tiempo de ministerio y apenas tomada la decisin desubir a Jerusaln, Jess pregunta a los suyos: Quin dice la gente que soy yo? (Mc 8,27). La respuestade Pedro no se hizo esperar: T eres el Mesas! (8,29).

    En este convulsionado reino, qu habr entendido Pedro?

    Probablemente est, como parece demostrarlo luego con su conducta19, imbuido de la ideologa deliberacin y dominio catalizada por el concepto de mesas. l debi entender que Jess es el ungido deDios como profeta, sacerdote y rey para someter a los romanos y a los otros pueblos y establecer a Israelcomo cabeza de las naciones (concepcin piramidal). En razn de aquel ambiente y aquellas tensiones y

    por la lectura equivocada de ciertas profecas20 era comn tal concepcin como lo confiesan los dosdiscpulos que se dirigen a Emas: Nosotros esperbamos que l fuera el liberador de Israel (Lc 24,21).

    Esta concepcin de mesas y reinadode Dios suscitaba el afn de poder por parte de Pedro y delos discpulos ms cercanos a Jess. El ungido rey por Dios, de la descendencia davdica, necesitaconquistar Jerusaln como capitalde su reino y requiere de ministros fieles para gobernar. Jerusaln, laciudad de David a donde se dirigen, la vislumbran como el lugar donde se concretizarn los sueos depoder. Y mientras se acercan a ella, Santiago y Juan se ofrecen para ministros con el deseo confesado de

    ocupar los primeros puestos21, ya que creen inminente -como muchos- esta forma de reinado de Dios22.La ira de los otros diez no se hace esperar, pues tambin anhelan lo mismo, sobre todo cuando el honor -valor fundamental del siglo I- est en relacin directa con la posicin social que se ocupa.

    Es bastante probable que el recurso literario y teolgico de Marcos conocido como secretomesinico desde el estudio de W. WREDE en 1901 tenga relacin directa con la concepcin comn demesas y reino de Dios en el siglo I. Por qu Jess manda a los que sana de enfermedades, a losendemoniados, incluso a sus mismos discpulos que no digan que es el Mesas, el Santo de Dios?, por qu

    tienen que callar el favor recibido, sobre todo cuando es pblico?23.El secreto mesinico se concentra en laprimera partedel evangelio de Marcos(Mc 1,14-8,30),

    cuyo tema central es la revelacin de Jess como Mesas mediante enseanzas y acciones con autoridad.

    Para que en aquella convulsionada Galilea no confundan su mesianismo con un empeo socio-poltico,instaurador de un reino terreno en el que Dios ejerce su dominio mediante Israel, Jess pide que nodivulguen la noticia. El secreto mesinico, en cambio,desaparece en lasegunda partedeMarcos(8,31-16,8): el tema central es ahora el tipo de mesianismo que Jess encarna. l es Mesas al estilo del Siervo de

    Yahvehy su camino es el servicio y la entrega de la propia vida24; no ha venido a arrebatar otras vidas, nisiquiera la de los odiados enemigos romanos, sino a hacer que Dios reine por su misericordia y perdn,forma concreta de hacer presente la vida del Padre en quienes reciben al Hijo amado.

    2.3- Una pregunta siempre actual

    La pregunta de Jess: Quin dice la gente que soy yo? (Mc 8,27), recorre tiempos ycircunstancias interpelando a cada generacin de hombres y mujeres. As llega hasta nosotros y espera una

    19 Mc 8,32-33.20 Por ejemplo, Is 2,2-5; Miq 4,1-8; Zac 14.21 Mc 10,35-41.22 Lc 19,11.23 Mc 1,24-25.43-44; 5,40-43.24 Mc 10,45.

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    SANTIAGO SILVA RETAMALES:Jess de Nazaret y sus discpulos 11respuesta personal y fundada. La interpelacin de Jess se transforma entonces en: Quin dices t quesoy yo?.

    Muchos han contestado dicha pregunta. Y varios lo han hecho estudiando las fuentes con quecontamos para dar una respuesta fundada. Estos estudiosos se han preocupado primero de formularcriterios histricos fiablespara acercarse al Jess histrico.

    Entre los principales criterios se cuentan25:

    - El de disimilitudo discontinuidad(llamado por THEISSENde plausibilidad histrica).Aquellas palabras o hechos de Jess que por razones culturales o teolgicas no pueden

    derivarse del judasmo de su poca ni de la comunidad cristiana primitiva es probable que

    provengan del mismo Jess. Por ejemplo, la oposicin de Jess al ayuno26, cosa que muydifcilmente la comunidad cristiana hubiera inventado y que la religin juda hubierafavorecido.

    - El de necesidad histrica.Parte de un hecho indudable: segn todas las fuentes bblicas y las pocas extra bblicas que

    tenemos, Jess muri violentamente a manos de judos y romanos; luego, se pregunta: qulo llev a la muerte en cruz como rey de los judos?; los datos que justifiquen dichamuerte deben ser histricos; de este modo, a partir de la muerte de Jess, se reconstituye suvida y su obra y se explican mejor sus controversias con las autoridades religiosas de Israel.

    - El de dificultad.Tienen el carcter de histrico aquellas palabras o acciones de Jess que, a pesar que

    desconcertaban profundamente a la Iglesia primitiva, igual se transmitieron. Por ejemplo, el

    hecho de que Jess no conozca ni el da ni la hora del juicio final27.

    - El de testimonio mltiple de fuentes y formas literarias o tambin llamado de referencias

    cruzadas.Si diversos gneros literarios y varias fuentes independientes entre s afirman lo mismoestamos ante un dato histrico. Por ejemplo, el tema del Reino de Dios que se presenta endiversas formas literarias: parbolas, milagros, controversias, y lo testimonian diversas

    fuentes28, e incluso ecos del tema encontramos en la literatura paulina29.

    - El de coherenciao conformidad histrica.Cuando se tiene una base segura de la historicidad de algunas palabras y acciones de Jess,

    gracias a la verificacin de los otros criterios, todo aquello que armonice con esta base dedatos debe considerarse histrico. Por ejemplo, algunos dichos concernientes a la llegadadel Reino de Dios.

    25 Cfr. PI-NINOT, La teologa fundamental, 352-357; MEIER, Un judo marginal, T. I, 183-209.26 Mc 2,18-22.27 Mc 13,32.28 La Fuente Q, Marcos, Mateoy Lucas, cada uno por su parte, y Juan.29 Rm 14,17; 1 Cor 4,20; 6,9-10.

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    SANTIAGO SILVA RETAMALES:Jess de Nazaret y sus discpulos 12A estos criterios hay que agregar otros de carcter secundario como, por ejemplo, si lo relatado

    pertenece a un material literario de trasfondo arameo y se destaca por su viveza narrativa acorde con elambiente palestino de entonces, tiene buenas razones para ser considerado autntico. Con todo, los criteriosempleados deben interpretarse segn sus contextos socio-culturales.

    Aplicando los criterios mencionados, varios estudiosos del Nuevo Testamento y del siglo I han

    aportado descripciones de Jess que responden a la pregunta: quin dicen ustedes que soy yo?30. Sin

    embargo, no todos los datos que ofrecen son correctos, pues a veces su interpretacin est sesgada porideologas o conceptos preconcebidos.

    Un primer grupo31afirma que Jess es un maestro de sabidura al estilo de los filsofos cnicosque recorran el pas formando escuelas de discpulos. Como maestro, Jess se caracterizaba -por un lado-por sus ingeniosas mximas basadas en la experiencia de la vida y en la observacin de la naturaleza y -porotro- por su conducta provocativa al transgredir costumbres religiosas y sociales sancionados por la Ley yla tradicin de los antepasados; mximas y comportamientos de Jess estaban al servicio de un mensajesocial innovador en favor de los oprimidos. Entre los comportamientos adquieren gran importancia laexpulsin de demonios y la comida con marginados, signo de su intencin de transformar el ordenpreestablecido.

    Otros estudiosos32

    describen a Jess como un profeta escatolgicoinserto en las tradiciones deIsrael, que muri crucificado y cre una escuela de discpulos para que continuaran su obra33. Laexpulsin de los vendedores del Templo es el gesto proftico de Jess que anuncia la restauracinescatolgica del pueblo de Dios. Jess, pues, tena conciencia de ser el ltimo de los profetas, de aqu laautoridad con la que habla y acta. Su enseanza y algunas de sus acciones causaron un profundo conflictoal interior del judasmo de la poca, lo que al final le cost la vida.

    Un tercer grupo34 se inclina por considerar a Jess como un carismtico espiritual. Susenseanzas y acciones responden a los parmetros propios de hombres de Dios u hombres santos de latradicin carismtica israelita. Como ellos, Jess acta llevado por el Espritu de Dios, y su enseanza nopresenta ideales escatolgicos a alcanzar, sino simplemente expone su experiencia de Dios: un Dioscompasivo y cercano a los dbiles que los atiende mediante el poder milagroso de quienes enva. Todo lo

    que es apocalptico en Jess, piensan estos estudiosos, es postpascual. En un hombre as de carismticocomo Jess, la enseanza tiene menos importancia que sus acciones.

    Un cuarto grupo de estudiosos35afirma que Jess es ms bien un reformador social, conclusinque sacan sobre todo al contextualizar la vida de Jess en su poca. Lo que Jess intent fue un cambio

    30 Para lo que sigue, la bibliografa es amplia y va en aumento; sobre las tres etapasde la investigacin acerca de Jess [a)-Old First Quest: 1778-1906 y No Quest: 1921-1953; b)-New Quest: 1953-1985, y c)-Third Quest: 1985], cfr. AGUIRRE: Lacuestin del marco de la historia de Jess: historia y principios en AGUIRRE y RODRGUEZ (eds.), La investigacin de losevangelios sinpticos y Hechos de los Apstoles en el siglo XX, 17-35; AGUIRRE: Jess, el hombre: investigacin histrica enAAVV, Jess de Nazaret. Perspectivas, 16-23; PI-NINOT, La teologa fundamental, 340-351 y 384-401; TREVIJANO, Orgenesdel cristianismo, 346-360; SESBO, Imgenes deformadas de Jess, 45ss.; R.AGUIRRE: Estado actual de los estudios sobre

    el Jess histrico despus de Bultmann, Estudios bblicos54 (1996) 433-463; S.FREYNE: La terza ricerca sul Ges storico.Alcune reflessioni teologiche, Concilium32 (1997) 60-79; E.VALLAURI: Volti di Ges negli studi pi recenti, Laurentianum39(1998) 293-337; J.P.MEIER: The Present State of the Third Quest for the Historical Jesus: Loss and Gain, Biblica80 (1999)459-487.

    31 CROSSANy Jesus Seminar, un colectivo no confesional de exegetas norteamericanos dedicados, desde 1985, a determinar laautenticidad histrica de dichos y hechos de Jess; sus directores son R.W FUNKy J.D.CROSSAN.

    32 E.P.SANDERSy otros.33 La aparicin de discpulos en torno al profeta y sobre todo su muerte violenta son garantas de autenticidad de la misin.34 G.VERMES, J.DUNN, M.BORG.35 R.HORSLEY, G.THEISSEN, B.J.MALINA.

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    SANTIAGO SILVA RETAMALES:Jess de Nazaret y sus discpulos 13social de proporciones y lo que cre fue un movimiento de reforma social, de valores alternativos queincidan decididamente en las relaciones sociales, en la poltica y la economa. Su estilo y mtodo sonparticulares. No anima la subversin armada, sino una tica radical, el amor a los enemigos, el perdn delos pecados y de las deudas materiales, el cambio de estructuras. Sus destinatarios eran campesinossencillos, por lo que pensaba que las cosas deban cambiar desde abajo. Una de las crticas que se hace aesta visin es que describen a Jess sobre valorando los movimientos judos y los factores sociales y, en

    cambio, dndole poca importancia a la experiencia espiritual de Jess.Un quinto grupo36habla de Jess como un judo marginal, porque l se aleja -por ejemplo- del

    urbanizado mundo greco-romano en cuyas ciudades nunca predica, y porque a l lo marginan, ya sea losdirigentes religiosos de su pueblo, ya su familia, ya -incluso- sus propios discpulos cuando no locomprenden y lo abandonan. Su marginacin, que la vive como opcin misionera por obediencia al Padre,est al servicio de los valores del Reino. Jess no puede asumir lo que vive la sociedad de su tiempo,porque de hacerlo rechazara -como sus contemporneos- a su Padre celestial y su soberana sobre loshombres, la historia y el mundo. Entonces, convierte su misma vida en denuncia proftica de lo lejos quetodo est de Dios: el culto, las oraciones, ayunos y limosnas, la poltica y la economa, el comportamientode los dirigentes Opta por una vida itinerante y desprendida en virtud del seoro de su Padre y alservicio del anuncio del Reino. Como toda su vida cuestion la estructura religiosa de su tiempo, la manera

    de acabar con el problema fue matarlo.Para un ltimo grupo37, Jess es un sanador popular y un exorcista. Hubo un tiempo en que se

    cuestionaba la historicidad de los milagros de Jess. Hoy es un dato que ya nadie pone en duda: Jessrealiz curaciones entre sus contemporneos y estas acciones, avaladas por varios de los criterios dehistoricidad mencionados, forman parte de la vida del Jess histrico. A pesar de que no era extraoencontrar curadores populares en los pueblos preindustriales de la cuenca del Mediterrneo del siglo I, lamultitud sigue a Jess por su poder sobrenatural de curar enfermos y vencer demonios. Ahora bien, comoestas posesiones demonacas, segn este grupo de estudiosos, se dan en contextos de crisis profunda acausa de rupturas del equilibrio socio-poltico y familiar, se interpretan como intervenciones divinasfavorables cuando toda otra respuesta humana es imposible. Por tanto, las acciones de Jess de expulsar

    demonios en nombre propio son ledas como la respuesta de Dios (el Reino) a situaciones de sufrimiento ydesgracias insalvables. La misma expulsin es una propuesta de equilibrio socio-poltico e invitacin alcompromiso por lograrlo. Como reconocido sanador popular y exorcista, Jess se convierte en un peligropara el sistema social y poltico de entonces.

    A lo largo del tiempo se seguir intentando dar respuesta a la pregunta acerca de la identidad de

    Jess y del sentido de su obra38. Algunas son respuestas valiosas que nos ayudan a conocer mejor aJesucristo. Pero son respuestas de otros y elaboradas desde las ciencias socio-histricas y bblicas. Mipropia respuesta, la que elabore a partir de mi historia personal y de mi realidad actual no puedeesperar. Jess, como a sus discpulos, hoy me pregunta: T, quin dices que soy yo?. Tan importante esla respuesta y su certeza que de ella depende mi discipulado.

    En el caso de los discpulos elegidos por el Nazareno, la respuesta fue posible por vivir -por lo

    menos en parte- los cuatro momentosdel discipulado histrico.

    36 J.P.MEIERy otros.37 G.H.TWELFTREE, S.DAVIES.38 Los autores de la Third Questacerca de Jess de Nazaret (colectivo ya mencionado antes) intentan variadas identificaciones,

    subrayando su situacin de campesino judo, sabio, reformador social, profeta y profeta reformador social; insercin en elmundo hebreo, exorcista, figura marginal y escatolgica; filsofo cnico, mago o mago helenista En esto autores predominala figura de un maestro de sabidura no apocalptico, que anuncia el reinado de Dios para el presente y no para el futuro, y queviva y enseaba conductas atpicas respecto al mundo judo al que perteneca. Muchos de estos retratos de Jess no estnexentos de parcialidad y estn sesgados por la ideologa de su autor.

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    3- Los momentos del discipulado histrico

    Llamamos discipulado histrico al recorrido humano y espiritual que hicieron los discpulos deJess para llegar a ser de los suyos, es decir, para seguirlo y formar parte de su comunidad. La mirada no esa cada uno de los discpulos ni principalmente desde la perspectiva de Jess, sino ms bien describimos las

    constantes del discipulado que los Evangelios Sinpticos reflejan en relacin con dicho recorridodiscipular.Tenemos acceso a estas constantes discipularesgracias a la lectura atenta del material evanglico

    comparndolo con otros movimientos de discpulos del siglo I de los que tenemos noticias (Juan Bautista,rabinos, esenios). Tambin consideramos dicho material teniendo en cuenta la historia y la cultura en laque aquellos hombres y mujeres siguen al Seor. Finalmente, para nuestro objetivo, es evidente que eldiscipulado hay que plantearlo en el contexto de la vida histrica de Jess, pues no se entiende sin suspalabras y obras que condicionaron y transformaron la vida cotidiana y concreta de los suyos.

    Teniendo en cuenta estos criterios distinguimos cuatro momentos o tiempos en el discipuladohistrico:

    a- El momento de la admiracin y las preguntas.

    b- El momento de la vinculacin a Jess gracias a la eleccin divina, la opcin humana y laposterior pertenencia a los suyos.

    c- El momento de revelacin de Jess a sus elegidos, y

    d- El momento de la misin.

    Para su poca, Jess suscit pronto un movimiento considerable de gente en torno a l, reunidos porla admiracin que sentan por su enseanza y por sus acciones que demostraban una autoridad propia

    nunca vista sobre enfermedades y espritus impuros. Al ser testigos de la obra de Jess es probable que lagente percibiera que en l haba mucho de Dios: de su santidad, su gloria, su misericordia ycompasin, todo aquello que anhelaba un judo que se esforzaba por conocer a Yahveh y hacer suvoluntad.

    Muchos de aquel tiempo, por tanto, leeran esta primera etapa del ministerio de Jess en Galileacomo visita de Diosa su pueblo: Yahveh, por su profeta, sale al encuentro de su pueblo oprimido. Quienesponan atencin a sus enseanzas y eran testigos frecuentes de sus obras, acicateados por la admiracin,seformulaban preguntasque intentaban descifrar el origen de sus palabras y, sobre todo, explicar la sanacinde enfermos y la expulsin de demonios. La conducta de Jess (palabras y obras) aumentaba la admiraciny suscitaba muchos interrogantes, entre otras razones, porque contravena las costumbres religiosas yculturales de entonces al comer con pecadores y marginados, al no darle a la Ley la importancia que tiene,ni tampoco al ayuno, a las limosnas, al da sbado, y a otras prcticas piadosas de la vida religiosa deljudo.

    Pronto se cre en torno a Jess una muchedumbre que procuraba estar cerca de l cada vez quepoda. De entre esta muchedumbre, particularmente de entre aquellos que se mostraban fascinados porJess y buscaban con sinceridad respuestas a sus preguntas (Zaqueo y Andrs y su compaero son buenos

    ejemplos)39, Jess va eligiendo a los que quierepara formar la comunidad de los suyos. Los invita para

    39 Lc 19,1-10; Jn 1,35-42.

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    SANTIAGO SILVA RETAMALES:Jess de Nazaret y sus discpulos 15que estn y vivan con l. De ellos, Jess espera una respuesta pronta y generosa. Varias son lasexplicaciones ante las palabras y acciones de Jess: para unos es uno ms de tantos profetas, para otros unprofeta tan o ms importante que Elas y Jeremas, y segn otros acta as porque est trastornado oposedo por espritus impuros. Mientras unos se abren a la posibilidad de la fe, otros se obstinan de talmanera que se hacen incapaces de reconocer que Jess de Nazaret es el Mesas enviado por Dios a quienhay que escuchar. El seguimiento del Seor necesita el compromiso conciente de una libertad personal que

    entregue confiadamente la vida a Jess. A la eleccin de Jess sigue siempre la opcin personal por Jess.A partir de cierto momento de su ministerio pblico, Jess trata a sus discpulos de modo diferentea como lo hace con la muchedumbre. Se nota, por ejemplo, en su relacin pedaggica con ellos: Jess

    revela su identidad yexplica su misina sus discpulos, pero no a la muchedumbre40. En la convivenciacon Jess, el discpulo toma progresiva conciencia que est ante el Mesas e Hijo de Dios que hace presenteel Reino del Padre celestial. Las parbolas sobre todo, que explica slo a sus discpulos, consignan lasnotas distintivas del reinado de Dios en cuanto Padre. Este es el momento de revelacin.

    En la misma convivencia con Jess y en su formacin como discpulo, ste aprende a sermisionero. Los que siguen a Jess van con l por caminos y aldeas, siendo testigos de qu y cmoJesspredica la Buena Nueva. Segn parece, ya en vida de Jess, ellos son enviados a preparar el camino delMesas. Entienden que llegar el da en que asumirn la tarea del Maestro, encargo que -a su vez- le viene

    del Padre. Extender el encargo de Jess, por tanto, es realizar el encargo del Padre.Salta a la vista que estos cuatro momentos (admiracin y preguntas, vinculacin, revelacin y

    misin) se dividen as por criterios pedaggicos, pues no son realidades estancas y yuxtapuestas, sinorealidades dinmicas de implicancia humano-espiritual que se necesitan para constituir, todas ellas, aldiscpulo misionero. Estos momentos no son cronolgicos en el sentido de venir uno despus del otro, sinoque se imbrican y necesitan, configurando todos ellos el camino histrico de adhesin del discpulo a Jess.

    III- No es este el hijo del carpintero?: momento de admiracin y preguntas

    1- Los signos del Reino: Lo que Jess hizo y ense (Hch 1,1)

    La primera impresin que tena un contemporneo de Jess le vena por sus acciones, enseanzas yrelaciones. Actos, palabras y tipo de relaciones sociales revelan en aquel entonces la interioridad delhombre y constituan su cdula de identidad. En el siglo I, uno es lo que hace, lo que dice y cmo serelaciona, y por esto ser juzgado por Dios y los hombres. El valor de las emociones y de la introspeccines prcticamente nulo.

    Por lo mismo, para presentar la persona de Jess, san Lucas, el evangelista-historiador, escribeacerca de todo lo queJesshizoy ensedesde el principio hasta el da en que subi al cielo (Hch 1.1-2), lo que tambin define como los acontecimientos que se han cumplido entre nosotros (Lc 1,1). SanMarcos, por su lado, comienza la proclamacin de la Buena Nueva de Jesucristo mostrando quin es, paralo cual debe describir las relaciones de Jess con el Antiguo Testamentoy Juan Bautista, con Dios y con

    Satans41. Acciones, palabras y relaciones revelan quin es Jess, quin es su Padre y cul es su proyectopara la humanidad. El proyecto es el Reino y toda la vida de Jess desvela el Reino de su Padre y sussignos distintivos. Dicho de otro modo: toda la existencia de Jess es proclamacin del acontecimientosalvfico del Reino de Dios, lo que -segn la tradicin mesinica israelita- Jess lleva a cabo conforme alos modelos clsicos de profeta y rey.

    Entre los signos del Reino hay que destacar:

    40 Mc 4,10-12.33-34.41 Mc 1,2-8; 1,9-11 y 1,12-13.

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    a- Sanar enfermos y expulsar demonios en nombre propio.

    b- Comer con pecadores y recaudadores de impuestos, gente considerada marginal por el sistemasocio-religioso israelita, y

    c- Ensear con autoridady no como los rabinos de su tiempo.

    Segn los datos de las diversas fuentes que poseemos, sometidos a los criterios de historicidadmencionados, estos tres signos son histricos, lo que significa que fueron realizados por Jess y, si losconserv la tradicin -primero oral, luego literaria- es porque tienen slido fundamento en la vida de Jess.

    Estos signos del Reino son mensajes en acto, como los actos simblicos de los profetas, quevisibilizan el misterio del Reino y la vocacin del discpulo del Reino. Ante estos signos, loscontemporneos de Jess se mueven entre la admiracin y el temor. FLAVIO JOSEFOdescribe a Jess como

    un hombre excepcional, ya que llevaba a cabo cosas prodigiosas42.Un milagro de Pedro refleja bien la sorpresa que suscita Jess y sus discpulos entre la gente de su

    tiempo. Despus de sanar a un paraltico, todo el pueblo se llen de admiracin y asombro por lo que le

    haba sucedido Pedro, al ver esto, dijo al pueblo: Israelitas, por qu se admiran de este suceso?, porqu nos miran como si nosotros lo hubiramos hecho caminar por nuestro propio poder o virtud? (Hch3,10.12).

    El discipulado comienza por ser testigo de lo que Jess dice y hace, dejndose sorprender, admirar,fascinar por estehombre excepcional, dando luego cabida a las preguntas sobre el origen y el sentido desu obra y abrindose -con corazn purificado- a las respuestas que el mismo Jess ofrece.

    Profundizaremos en los signos del Reino buscando la razn de la admiracin que suscitaba Jess ensus contemporneos, judos o no. Comenzamos por lo que Jess hizo y luego nos ocupamos de lo queense, segn la sntesis del evangelio de Lucasque nos presenta el mismo autor en su prlogo a losHechos de los Apstoles: Ya trat en mi primer libro, querido Tefilo, de todo lo queJess hizoy ensedesde el principio hasta el da en que subi al cielo (Hch 1,1-2).

    2- Lo que Jess hizo

    2.1- Jess sana enfermos y expulsa demonios en nombre propio

    La sanacin de enfermedades del cuerpo y del espritu (como posesiones diablicas) estatestiguada en la literatura extrabblica de la poca. Gracias a ella tenemos noticias de reconocidossanadores, algunos del tiempo de Jess. Sabemos, por ejemplo, del rabgalileo Janina ben Dosa, de antesdel ao 70 dC., probable contemporneo de Jess, y del griego Apolonio de Tiana a quien conocemos porFILSTRATO, su bigrafo, que relata nueve de sus milagros.

    Si existan otros sanadores populares y algunos con gran fama, cul es la razn de la admiracinpor Jess? El judo de aquella sociedad pre-industrial y pre-cientfica del siglo I contaba con la posibilidadde acciones extraordinarias que, si eran malas, las atribuan a poderes malignos y, si eran buenas, al Diostodopoderoso. Si bien es cierto que dichas acciones llamaban la atencin, caan -sin embargo- en el mbitode lo que era posible en virtud de la estrecha injerencia y continuidad con que se conceba en aquel tiempolo natural y lo sobrenatural. En cambio, aquella gente no contaba con que Jess sanara las enfermedades sinmencionar o recurrir a Dios, a algn espritu impuro o a un poder sobre humano. Es decir, Jess curaba las

    42 Antigedades judas, XVIII 63.

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    SANTIAGO SILVA RETAMALES:Jess de Nazaret y sus discpulos 17enfermedades en virtud de su propio poder! El asombro, pues, no provena tanto de la accin maravillosacuanto de la fuente de la que provena dicha accin.

    Veamos por qu.En el tiempo del mundo bblico (AntiguoyNuevoTestamento), lasenfermedadesse atribuyen al

    pecado individual o de los antepasados, y a la posesin demonaca o de espritus impuros43. Si la causa demuchas enfermedades es el pecado y los espritus impuros, la sanacin de enfermos se explica por el

    perdn de pecados o la expulsin y sometimientode demoniosyespritus impuros. Y Jess siempre lo haceen nombre propio y en un marco determinado: la predicacin del seoro de su Padre misericordioso en su

    pueblo y en la tierra44.Antes de describir cmo se viven las enfermedades en la poca de Jess son necesarias tres

    precisiones.Laprimeraes hacer notar la tendencia que siguen los Evangelios Sinpticos respecto a los relatos

    de exorcismos. Mientras en Marcos se encuentran muchos de estos relatos, siguiendo el modelo de la

    predicacin apostlica45, como tambin varios de ellos en laFuente Q, las otras fuentes (Mateo yLucas)slo se conforman con repetir lo que traeMarcos y Q,sin aadir ningn relato nuevo, e incluso eliminandoaspectos del exorcismo chocantes para el lector.Juan, el evangelio de redaccin ms tarda y a diferencia

    de los dems, no trae ningn relato de exorcismo. Esta tendencia a la disminucin de los relatos y a sumatizacin es un indicador claro de la historicidad de los exorcismos practicados por Jess y, por lomismo, de la referencia fundamental a l de estas acciones de potestad. Si no hubieran correspondido a suexistencia histrica, simplemente no las habran mencionado.

    La segunda precisin es acerca de la tendencia bblica a considerar las posesiones demonacascomo respuestas con carcter de denuncias ante cuadros de extrema tensin en sociedades preindustriales yen estratos sociales pobres y populares. Estudios de psicologa social afirman que en aquellas sociedadesmediterrneas tradicionales, las presiones socio-polticas se denuncian mediante la anulacin de la personay la aparicin de otro que acta y que no puede ser castigado. Si esto es as, la expulsin de demoniosimplica tambin la resolucin de los conflictos y tiene importante gravitacin socio-poltica. Por tanto, noslo son acciones portentosas pertenecientes al mbito religioso, sino propuestas de sociedad nueva tanto

    para Israel como para sus enconados enemigos del momento, los romanos.La tercera precisin tiene que ver con el significado y la sensibilidad popular respecto a losmilagros, no as en los crculos ms ilustrados. Para la gente sencilla de aquel tiempo, un milagro no es unacontradiccin de las leyes naturales, sino una accin portentosa que se integra sin conflicto en su conceptode mundo y de Dios. Se entienden como intervenciones poderosas de seres no humanos, generalmenteDios, que manifiestan con absoluta claridad su presencia, su potencia y su querer. El milagro es parte de losparmetros existenciales de los pueblos mediterrneos del siglo I.

    Describamos ahora cmo se viven las enfermedades en el tiempo de Jess.Las enfermedades se viven en nuestro tiempo como disfunciones bio-qumicasdel organismo. En

    cambio, en aquella poca no son disfunciones bio-qumicas, sino disfunciones religiosas. Lasenfermedades son signos claros del abandono, por causa del pecado o posesin demonaca, del mbito de

    influencia santa y benfica de Dios, y del sometimiento del enfermo a seres no humanos y malignos queimpiden la relacin con Dios y la participacin en el pueblo santo de Dios. La consecuencia inmediata parael enfermo es la prdida de su status en la comunidad santa de Israel, y la limitacin o derogacin delejercicio de sus derechos sociales (matrimonios, celebraciones familiares...) y cultuales (sacrificios,

    43 1 Re 17,18; Mt 12,22; Jn 5,14; 9,2.44 Mc 1,23-25; 5,11-13.45 Hch 10,38.

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    SANTIAGO SILVA RETAMALES:Jess de Nazaret y sus discpulos 18oraciones en el Templo, en la sinagoga...). Por esto la Ley declara impuro a quien padece ciertas

    enfermedades como la lepra, hemorragias, ceguera, sordera, mudez46.Segn la conciencia religiosa de entonces, el mundo est regido por una cosmogona de seres no

    humanosy humanos en estricta escala jerrquica, donde los seres superiores tienen ingerencia directa, parabien o para mal, sobre los inferiores. Vestigios de esta escala jerrquica de seres y poderes csmicos seencuentran en las cartas paulinas: ngeles - principados, dominacin - potestad, tronos, virtud,

    prncipe del imperio del airey elementos del mundo47. El puesto de excelencia en honor y soberanaen la escala csmica lo ocupa Yahveh, Dios de Israel, que cre todo y domina sobre todo, tanto sobre sereshumanos como no humanos, visibles como invisibles, poderosos como dbiles.

    Al tener en cuenta los sumarios de Marcos se deduce que Jess sana a muchos enfermos

    independiente de la enfermedad de cual se trate48. Adems, Jess derrota a poderosos demonios comoaquel que lleva por nombre Legin (Mc 5,9). Conforme a la concepcin descrita, Jess slo puededevolver la salud si expulsa al espritu impuro o perdona el pecado, causas que originan muchas de lasenfermedades. Pero, cmo es posible que haga esto? Es decir, si Satans y los espritus impuros son seresno humanos inferiores a Dios, pero superiores a los seres humanos, cmo puede dominarlos sepreguntan sus contemporneoscuando sabemos de donde viene, y sus hermanos viven con nosotros y

    es uno como nosotros?.Los espritus impuros slo se vencen con la ayuda de Dios o con la asistencia delmismo Satans y de esto ltimo acusan a Jess!49.Por tanto, la causa del desconcierto y la admiracin no es slo porque Jess expulsa demonios para

    sanar las enfermedades, lo que tambin haca un nmero no pequeo de curanderos en nombre de Yahveho de sus dioses, si son paganos, sino porque Jess lo hace en nombre propio, y ordena a sus discpulos que

    tambin lo hagan en su nombre50. No es esta la conducta de los hombres de Dios en el AntiguoTestamentoque actan siempre en nombre de Yahvehcomo, por ejemplo, el profeta Elas que resucita un

    muerto y que hace otros prodigios admirables51.La conducta de Jess no hace ms que aumentar la perplejidady la admiracinpor l y, a la par,

    suscita interrogantes como los siguientes: Qu es esto? Una doctrina nueva llena de autoridad! Mandaincluso a los espritus impuros y stos lo obedecen! (Mc 1,27). Y Marcosde inmediato agrega: Pronto seextendi su fama por todas partes, en toda la regin de Galilea (1,28).

    Slo al discpulo de Jess que convive con l y porque tiene acceso al misterio del Padre se lerevela de dnde le viene todo esto: es que Jess es Profeta, Mesas venido de Dios, Hijo del hombre e Hijo

    de Dios52, superior a Satans y a todos los espritus impuros, con poder divino propio para perdonarpecados y expulsar demonios. Por eso las enfermedades y los espritus impuros desaparecen, significandoas la presencia liberadora del Reino del Padre: Si yo -dice Jess- expulso los demonios con el poder deDios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a ustedes (Lc 11,20).

    Este es el sentido original de los milagros de curacin y expulsin de demonios realizados porJess: signos potentes y reveladores de la presencia liberadora del Reinode Dios y del Dios que porJesucristo quiere reinar. Por lo mismo, la fe que Jess exige antes de cada milagro es la confianza absoluta

    46 Lv 13-15; Nm 5,1-4.47 Ef 1,21; 2,2; Col 1,16.48 Mc 3,7-12; 6,53-56.49 Mt 9,32-34; 12,22-24; Jn 3,2.50 Mc 1,25.34; 9,38; Hch 4,7.10.30.51 1 Re 17,7-24.52 Jn 9,17.31-33.35.38.

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    en la intervencin salvfica de Dios53, capaz -por su Ungido- de recrear y redimir cosas y personasliberndolas de la apropiacin de poderosos agentes del mal que amenazan la vida y la participacin en losbienes del pueblo santo de Dios.

    Si los milagros son signos manifiestos del Reino de Dios, la curacin de enfermedades no valetanto por la sanacin de un miembro enfermo (mano, ojo, odo), cuanto por la derrota del pecado y delmal y por su inmediata consecuencia: la reinsercin en el pueblo santo de Dios de la persona sanada,

    certificada oportunamente por los sacerdotes54, lo que haca posible su participacin en el culto y en lavida social de las aldeas. De modo contrario es siempre un marginado, un excluido del pueblo de la alianzay, por lo mismo, de sus bienes.

    Como Jess es portador del Reino de su Padre y los milagros son inseparables de su Persona y de lamanifestacin del Reino, quien es sanado se transforma en signo vivo tanto de la soberana de Diospoderoso y misericordioso como de la nueva familia que el Padre, por su Mesas, est inaugurando.

    La admiracin de la gente, pues, tiene un fundamento: la certeza de que estn ante alguien decondicin excepcional, Jesucristo, que suscita desde la curiosidad por conocerlo, pasando por la simpata yla admiracin por l, hasta dejarlo todo por seguirlo, acompaado de gran temor y sin entender bien las

    consecuencias de la opcin55. Slo hay un paso de la admiracin a dejarse cautivar por Jess y su

    propuesta, propuesta nunca antes escuchada, vida nunca antes vista.Cuando se pierde la admiracin por Jess y pasa a ser uno ms de tantos, l deja de ser un hombreexcepcionalpara my se diluye ms y ms el encanto del seguimiento tras aquel que dio su vida por cadauno. Entonces, hay de nuevo que hacerse como nio, para redescubrir -admirados- la propuesta del Padrepor su Hijo primognito y excepcional.

    2.2- Jess come con pecadores y publicanos

    Entre las acciones de Jess que mejor visibilizan o escenifican el Reino de Dios y justifican laadmiracin creciente de la gente estn las comidasabiertascon pecadores yrecaudadores de impuestos, esdecir, con marginados por su rebelda con Dios o por su oficio vinculado directamente al fraude. Segn la

    Fuente Q, llaman a Jess -no sin irona- amigo de recaudadores de impuestos y pecadores (Mt 11,19 y Lc7,34). Jess realiza estas comidas como signos patentes de la compasin de Dios y de su propuesta decomunin y fraternidad, esto es, expresin de la voluntad salvfica del Padre que irrumpe por su Hijo

    en la historia de la humanidad para liberar de la exclusin a israelitas y gentiles 56. Por tanto, la mesadispuesta para todos es lenguaje del Reino, como las curaciones y expulsiones de demonios.

    Las comidas con gente marginada eran frecuentes por parte de Jess. Los datos de la Fuente Qy deMarcosson coincidentes. Se trata, pues, de una conducta histrica de Jess que asombraba por su carga dedenuncia al sistema religioso establecido, como luego veremos. Un socilogo de hoy catalogara dichaconducta con el nombre tcnico de comportamiento desviado.

    La crtica a Jess por esta conducta no se hace esperar. Los fariseos se quejan ante los discpulos

    por el comportamiento de su Maestro57. Jess, con un dejo de irona, responde a la acusacindenuncindolos por su doblestandar: Viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: Ah tienen aun comiln y a un borracho, amigo de recaudadores de impuestos y pecadores. Pero la sabidura ha

    53 Mt 15,28; Mc 5,34.36.54 Mc 1,44. Ver Lv 14,1-32.55 Lc 9,43b-45.56 Fuente Q: Mt 8,11-12 y Lc 13,28-29.57 Mc 2,16.

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    SANTIAGO SILVA RETAMALES:Jess de Nazaret y sus discpulos 20quedado acreditada por todos los que son sabios (Lc 7,34). En sus respuestas, Jess deja claro que estascomidas revelan la preocupacin de su Padre por los marginados y la oferta de vida nueva para pecadores,prostitutas y publicanos.

    Los banquetes y las comidas en el siglo I no eran tanto actos para asegurar la sobre vivencia de cadaindividuo cuanto ritos para poner de manifiesto el rol social y la condicin religiosa de los comensales. De

    aqu las normas y protocolos estrictos que rigen los banquetes58, pues reproducen a escala reducida el

    sistema socio-religioso de Israel con su inflexible organizacin jerrquica y sus exigencias de pureza ritual.Se comparte una misma mesa y unos mismos alimentos cuando el nivel social, econmico y religioso es elmismo, de lo contrario no se tiene cabida en aquella mesa y, muchas veces, tampoco en aquel banquete.Los de menor condicin, invitados al banquete, se los ubica en otras mesas, se les sirve comida de inferiorcalidad y en menor abundancia. De aqu la importancia de poner mucho cuidado con quin se come, qu se

    come, cundo se come y el lugar asignado para sentarse59.La cercana con Dios, determinada por estrictas normas o mapas de pureza, exige la lejana de

    todos aquellos que no son de Dios o no se comportan como lo manda la Ley. As se asegura la pureza depersonas y de sus grupos de pertenencia, haciendo que la dinmica de la sociedad israelita, entendida comopueblo santo de Dios Santo, pueda desarrollarse sin conflictos. Esto, como se ha dicho, se explica porquecomer con stos y no con aquellos es hacerse partcipe del honor y la condicin socio-religiosa de esoscomensales. De aqu la exclusin sistemtica de sus mesas que los fariseos hacan de pecadores ypublicanos, pues ellos son justos y puros, y stos injustos e impuros. Las comidas reforzaban el sistemasocio-religioso no slo en razn de los comensales, sino tambin en virtud de los tipos de alimentos (unos

    permitidos y otros no), de los vestidos ritualmente puros y del cumplimiento de los das de ayuno60.Jess, como ofrece el reinado de un Padre que libera precisamente a pecadores, lo significa siendo

    inclusivoen sus comidas, es decir, sentndose a la mesa con todos, para que todos (justos o no) participen

    de su enseanza y de su vida61. De este modo libera a comensales y alimentos de su condicin de

    impurosy relativiza las prcticas relacionadas con los ayunos62. La irrupcin del Reino lleva a Jess atransgredir comportamientos socio-religiosos establecidos, tenidos por seguro camino de comunin conDios por el mundo religioso judo de su tiempo. Por esta razn lo someten a frecuentes controversias por

    parte de sus adversarios, sobre todo maestros de la Ley. El Reino de su Padre es para Jesssobreabundancia del todo gratuita de bondad y perdn para con los que no tienen cabida en las mesas de

    los judos que se consideraban justos63.Porque las comidas son indicadores de la intencin salvfica de su Padre santo y misericordioso,

    Jess, con su forma de comportarse, introduce una propuesta nueva de entender la sociedad y la relacinentre los hombres. El Reino del Padre crea comunidades de hermanos que, compartiendo el pan, expresanel seoro salvfico del Padre Dios.

    La admiracin no slo por Jess, sino por el Dios de Jess a propsito de la comensalidad abierta,lleva a muchos a seguirlo seducidos y fascinados por su enseanza en acto.

    3- Lo que Jess ense

    58 Eclo 31,12-32,13.59 Ver Mc 12,39; Mt 23,5-7; Lc 14,7-10.60 Al respecto ver, Mt 22,11; Lc 18,12.61 Lc 15,1-2.62 Mc 2,18-22; 7,17-19.63 Mc 2,17.

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    SANTIAGO SILVA RETAMALES:Jess de Nazaret y sus discpulos 213.1- Jess ensea con autoridad

    La enseanza de Jesspresenta algunas notas distintivas que suscitan y acrecientan la admiracinde la muchedumbre. Al comparar su enseanza con el modo que tiene el rabjudo de ejercer la docencia,con su contenido y el tipo de relacin con sus discpulos, aparece lo original del Maestro galileo, causa decreciente admiracin.

    Jess suscita admiracin en la muchedumbre por su mtodo pedaggico, que no es el frecuenteentre los rabinos de su tiempo. stos a la hora de ensear prefieren discursos sapienciales ydisquisiciones en base a la Ley y la teologa. Jess, en cambio, prefiere metforas, parbolas y proverbios,adecundose as a la capacidad de comprensin de la gente. Adems, a diferencia de los otros rabinos,losauditorios de Jess son abiertos, formados por hombres y mujeres, por justos y pecadores, por sanos yenfermos y -con probabilidad- hasta mujeres de mala vida se acercaban a escucharlo.

    Un segundo motivo de admiracin es la relacin sencilla yhorizontalque los discpulos de Jesscultivan con l a diferencia de la relacin impregnada de reverencia y temor, del todo vertical, de los

    discpulos judos con sus rabinos64.Un tercer motivo es el hecho de que su palabra est validada por signos portentosos como la

    curacin de enfermos y expulsin de demonios que realiza en nombre propio65. Jess no slo enseadiciendo, sino tambin haciendo y suscitando relaciones nuevas, poderosos argumentos en aquelsistema socio-religioso del siglo I66.

    Un cuarto motivo de admiracin son las frecuentes controversiasde Jess con los rabinos de sutiempo. Sus discpulos ven que su Maestro, un galileo originario de Nazaret, hijo de un carpintero, de unaaldea sin importancia, discute de igual a igual con reconocidos rabinos preparados en el difcil arte deconocer la ley mosaica y sus tradiciones. Con estas controversias, la muchedumbre constata -por un lado-que la sabidura de Jess, su autoridad y su ingenio es tal que repetidas veces aquellos reputados escribas

    de la Ley no saben qu responder67, y -por otro- sabe perfectamente, pues es dato socio-cultural, que lasdisputas pblicas a las que someten a Jess buscan demostrar que no es rabino o maestro en Israel por loque no hay que perder el tiempo escuchndolo. Estamos hablando del desafo al honor, tpico de aquella

    sociedad, en el que profundizaremos ms adelante.Un quinto motivo de admiracin es que descubren a Dios no ya mediante la enseanza de la Ley,

    sino mediante la misma vida de Jess que se convierte en lugar de revelacin completa y perfecta delmisterio del Padre. Las palabras de Jess explican sus acciones y stas confirman sus palabras, y es toda lapersona de Jess -aceptado por la fe- la que se vuelve camino de conocimiento y comunin con Dios.Jess, en cuanto Hijo de Dios hecho hombre, vive lo que proclama, porque es un hombre recto que hablade su experiencia de Dios motivado por una profunda espiritualidad (Mc 12,14).

    Jess, irrupcin salvfica y personal de Dios en Israel y la humanidad, es acontecimientoteolgico de conocimiento y comunin con Diosque perfecciona (sanMateo) o sustituye (sanJuan) lasmediaciones de encuentro con Dios empleadas por el mundo religioso judo. Jess mismo, pues, es laprincipal causa de admiracin de la gente, porque nadie les ha revelado de esa forma a Dios (modo) ni

    menos a Dios como Padre rico en misericordia y perdn (contenido) que sale a buscar a los catalogados porel mundo judo como pecadores e injustos (destinatarios).

    64 Lc 22,27.65 Mc 2,12.66 Mt 7,21.67 Mt 21,23-27; Mc 12,17.

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    SANTIAGO SILVA RETAMALES:Jess de Nazaret y sus discpulos 22Mientras los rabinos transmiten diversas imgenes de Dios sustentadas en el Antiguo Testamentoe

    interpretadas segn sus tradiciones, Jess revela su experiencia de Hijo amado del Padre y, como la gente

    experimenta la compasin de Dios, queda cautivada por esta sabidura de Jess68. El Dios de Jess buscareinar no en cuanto Rey poderoso del cosmos y soberano de las naciones (teologa tradicional juda), sinoen cuanto Padre compasivo que perdona e invita a todos, justos y pecadores, a hacerse parte de su proyectoy a participar de su vida.

    Toda la vida de Jess, lo que hizo, ense y las relaciones que manifiesta, son anuncio profticoque corrigen aquellas enseanzas que ofrecen un Dios ms juez y hacedor de signos portentosos que Padre

    preocupado por la vida y fraternidad de sus hijos69. Su anuncio acerca del Reino pone en comunin ahijos con su Padre, y no a esclavos de la Ley con su Legislador o a un pueblo oprimido con un Diostaumaturgo, celoso de mostrar su podero.

    Por su forma de revelar a Dios, Jess se parece mucho ms a los grandes profetas de Israel, comoElas y Eliseo, que a los maestros de la Ley del siglo I. Sin embargo, tambin se diferencia de aquellosprofetas, porque su misma vida es lugar de revelacin y porque ensea con autoridad y sabidura nunca

    antes vista70. Si antes todos eran enseados y liberados por Dios mediante la Ley, ahora Dios ensea a supueblo y lo libera mediante su Hijo: Vengan a m todos los que estn fatigados y agobiados, y yo los

    aliviar. Carguen con mi yugo y encontrarn descanso para sus vidas (Mt 5,28-29).De esta forma, Jess genera una nueva identidad que se convierte, al mismo tiempo, en proyecto devida regido por la soberana de Dios en cuanto padre materno (como un autor describe a Dios). Laexistencia histrica de Jess, sus acciones y enseanzas, introducen en el ambiente religioso de entonces unconflicto de imgenes de Dios, lo que en definitiva le costar la vida.

    3.2 Jess maestro o rab de Israel: el desafo al honor

    Por los motivos apuntados, la obra de Jess hace crecer su fama y la admiracin por l, hasta el

    punto de llamar la atencin de reyes como Herodes71. El dato del inters creciente por Jess se hallatambin en fuentes extrabblicas. El historiador judo FLAVIO JOSEFOda testimonio de la fama de Jess

    diciendo que este maestro de personas que estaban totalmente dispuestas a prestar buena acogida a susdoctrinas, conquist a muchos entre los judos e incluso entre los griegos72.

    La admiracin de la muchedumbre por Jess se expresa en un tipo particular de preguntas. Yarecordamos algunas de ellas. Varias preguntas no slo se refieren a su origen y situacin social, sino a sucapacidad de obrar portentos: De dnde le vienen a ste esos poderes milagrosos? (Mt 13,54) , y a susestudios: Cmo es posible que este hombre sepa tanto sin haber estudiado? (Jn 7,15), es decir, cmo esque sin tener ningn maestro habla como maestro en Israel? Son preguntas que provienen de sus parientesy vecinos, por tanto, de aquella gente que se supone lo conoce bien. Marcos retrata exactamente lasituacin anmica de esta gente cuando escribe que a todos los tena desconcertados (Mc 6,3).

    Hay que distinguir bien la funcin de estas preguntas. No se hacen porque conocidos y parientes deJess no sepan cul es su oficio o quin es su familia o elstatussocio-religioso de sta, sino porque losdesconcierta. Es decir, cmo es posible que siendo uno de nosotros, a quien conocemos bien, pues

    68 Mt 11,19; Lc 21,15.69 Jn 9,16.70 Mt 5,38.39.71 Mc 6,14.72 Antigedades judas, XVIII 63.

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    SANTIAGO SILVA RETAMALES:Jess de Nazaret y sus discpulos 23sabemos quin es su familia y cul es su condicin, ensee lo que le escuchamos y haga los portentos quevemos?.

    Por lo que conocen acerca de la formacin religiosa de Jess y por la concepcin jerrquica supra-naturalista con que entienden el cosmos y los seres que lo habitan, Jess no debera de ningn modoensear ni hacer lo que ensea y hace: si es uno de nosotros!.

    El estudio del contexto socio-cultural del siglo I, del que Jess y sus contemporneos son deudores,

    nos ayudar a descubrir la razn de estas preguntas, frutos de la admiracin y del desconcierto.Es bastante probable que la impresin bsicade los contemporneos de Jess acerca de l oscilara

    entre profeta y maestro73, esto es, entre hombre de Dios e instructor de la Ley para su pueblo.Maestro es el ttulo que le dan a Jess otros rabinos, a veces con irona como cuando buscan tenderle una

    trampa74. Como maestro en Israel lo tratan los escribas cuando someten a Jess a intensosinterrogatorios sobre complejas cuestiones legales y cuando reconocen que ensea con verdad el camino de

    Dios75. Jess demuestra ser un avezado maestro cuando deja callados y avergonzados con sus respuestasa sus oponentes. El hecho de vivir rodeado de un grupo relativamente numeroso de discpulos acenta suimagen de maestroen Israel, aunque tambin -en menos escala- de profeta quienes tenan grupos dediscpulos.

    Si Jess mismo se reconoce maestroy as con naturalidad lo llaman sus discpulos, sin embargo,no se reconoce profeta,por lo menos no en forma directa.El rabinato judo de antes del ao 70 dC. no tiene an la organizacin que alcanzar a finales del

    siglo I, y slo despus del 70, rab(hebreo) o rabun(arameo)76se convierte en ttulo propio. En tiemposde Jess tena el significado genrico de mi jefe, mi seor, que proceda del sentido literal hebreo: migrande,es decir, lo ms grande para m,y as se deca de aquellos maestros de la Ley. Un dato histricode gran probabilidad es que la gente tiene a Jess por rabgalileo segn se entenda y ejerca dicho oficioantes de su consolidacin.

    Como tal y por la fuerza proftica de su enseanza, Jess se volva un personaje cada vez msdesconcertante e incmodo. Quizs tambin por esto su fama crece entre la gente en poco tiempo y en

    muchos lados77y, al igual, el tipo de preguntas ya mencionadas.

    Por ser maestro en Israel y segn las costumbres de entonces, Jess tuvo que abrirse un espacioentre los reputados grandes de la Ley, demostrando que ensea con autoridad. Esto significa que suautoridades mucho mayor que aquellas autoridades o interpretaciones de connotados maestros en las quefundan su enseanza los otros maestros de Ley. Jess es un maestro revestido dehonory autoridadque levienen de su condicin de Mesas e Hijo de Dios, por lo que hay que escucharlo y seguirlo.

    Cuando alguien buscaba un espacio como maestro en Israel (o en cualquier otro oficio deconnotacin social) y no se tenan noticias de quin fue su maestro ni dnde aprendi el oficio se desafiabasu honor y autoridad, esto es, se someta a juicio pblico su condicin para tal oficio. Jess, pues, fuesometido a la prueba en su oficio de rabpor parte de los otros escribas de la Ley. Este aspecto capital de lavalidacin de oficios con connotaciones socio-religiosas en aquella sociedad del siglo I explica el sentidode las preguntas de la muchedumbre, parientes y vecinos. La permanente validacin del honor y autoridadcomo maestro por parte de Jess, nos permite entender por qu su fama y la admiracin de la gente nodejaban de crecer.

    73 Mc 8,28; 10,17.74 Mc 12,32; Lc 10,25.75 Mc 10,2; 12,13-14.19.28; Lc 12,13-14.76 Mc 14,15 y Jn 20,16.77 Lc 4,14.37.

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    SANTIAGO SILVA RETAMALES:Jess de Nazaret y sus discpulos 24El honor, buena fama o reputacin es el valor central de las sociedades semitas agrarias y pre-

    industriales de la cuenca del Mediterrneo en el siglo I.Por honor se entiende el reconocimiento social que se recibe de la comunidad (clan, aldea) por

    pertenecer a una familia de comportamiento respetable, puesto que sus miembros adecuan su religin, suconducta (en razn del sexo) y su oficio a lo que se espera de ellos. El honor puede ser asignado oadquirido. Es honor asignado cuando la persona recibe el reconocimiento de la comunidad en cuanto

    miembro de una familia honorable. Cuando la buena reputacin de algn miembro proviene de otra fuentecomo, por ejemplo, la instruccin o estudios realizados fuera del mbito familiar, recibe el nombre dehonor adquirido.

    El grado de honor asignado o adquirido, conforme a los trminos definidos por honorable enaquel sistema social israelita, determina el status socio-religioso de la familia y de cada uno de susmiembros por el simple hecho de pertenecer a dicha familia. De este status depende la forma derelacionarse con superiores (Dios, autoridades), con iguales (familiares, paisanos) y con inferiores (siervos,esclavos, deudores).

    Oficios como profetas, sacerdotes, levitas, escribas en tiempos de Jess tienen asignado unaltsimo honor. El honor de los escribas se funda en su funcin de intrpretes de la Ley de Dios y de lastradiciones de los antepasados. Ellos se ocupan -nada menos- de los fundamentos de Israel como pueblo de

    Dios: conocer y dar a conocer la Ley mosaica, esto es, el querer del Dios de Israel. Toda la gente reconocay respetaba sin cuestionar el honor adscrito a tal funcin, sea honor asignado (una reconocida familia derabinos) o adquirido (por estudio con algn maestro).

    Qu ocurra con Jess? Si el oficio de maestro y el alto honor adscrito a l se recibe porasignacin, hay acaso en su familia varones escribas que le transmitan la Ley y su interpretacin?, hay ensu familia ilustres maestros de donde proceda el hbil conocimiento que demuestra de la Ley? La otraposibilidad es que dicho oficio de maestro y el honor que conlleva lo hayaadquirido, pero en qu lugar ycon quin estudi la Ley y sus complejas tradiciones? Al respecto es ilustrativa la defensa de Pablo antequienes lo atacan por cuestiones legales, aduciendo que l estudi con Gamaliel, un buen maestro de aquel

    entonces78.Estos mismos supuestos se expresa con palabras de admiracin en boca de los judos: Nadie ha

    hablado jams como lo hace este hombre! (Jn 7,46). Podramos reformular el razonamiento de loscontemporneos de Jess del modo siguiente: si Jess es originario de Nazaret, aldea sin figuracin

    social79, si su oficio familiar es ser carpintero y su parentela la conocemos bien, cmo puede ser maestroen Israel demostrando tal autoridad en su enseanza y sus acciones?, de dnde le viene todo esto?. Noera, pues, extrao que le preguntaran con frecuencia: Quin eres t? (8,25), o bien le reprocharan: Porquin te tienes a ti mismo? (8,53).

    Jess, sin ser rab ni por asignacin ni por adquisicin, interpreta de tal modo la Ley que suauditorio crece ms y ms, auditorio que le reconoce una gran autoridad, superior a la de los maestros de la

    Ley de su tiempo80. Segn los dirigentes de Israel, su pretensin es una apropiacin indebidaygravedeloficio de raby del honor que le viene anejo. En aquella sociedad de bienes finitosno se adquiere honor y

    autoridad que conllevan el desempeo de un oficio sin quitrselos a las familias o individuos quedesempean el mismo oficio, lo que se traduce en prdida de auditorio o devaluacin del honor o fama, yde clientes o de ingresos econmicos.

    La forma de recuperar el honor perdido (fundamental bien finito) es desafiandosistemticamente elhonor y la autoridad de Jessmediante la controversia. Al demostrar ante el pblico -que hace las veces

    78 Hch 22,3.79 Jn 1,46.80 Mc 1,22.

  • 7/21/2019 Silva-Jesus y Sus Discipulos

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    SANTIAGO SILVA RETAMALES:Jess de Nazaret y sus discpulos 25de juez- que Jess es incapaz de responder cuestiones fundamentales de la Ley queda en evidencia que noes maestro y que est usurpando un oficio para el que no est preparado. Jess, por tanto, no merece serescuchado, y la vergenza por la usurpacin de dicho oficio lo acompaar a l y a su familia mientrasviva.

    Ahora bien, slo quien pasa de muchedumbre a discpulode Jess puede comprender que l esMaestroporasignacin divina.

    Los relatos teofnicos del bautismoy la transfiguracin, adems de revelar fundamentales aspectosteolgicos, explican el origen de Jess (Hijo de Dios) y su funcin de Mesas y Maestro en el seno deIsrael, el pueblo de Dios.

    Jess es el Hijo primognito y amado en la casa del Padre celestial y no un esclavo81. Lo queensea no es otra cosa que lo que ha visto hacer a su Padre. Y esto que aprendi de l es lo que comunica

    porque su Padre lo envi82. En la convivencia y comunin con su Padre, Jess adquiri la verdad que

    transmite a la muchedumbre y a sus discpulos83. Porque el Padre y yo somos uno (Jn 10,30) y el Padreest en m y yo en el Padre (10,38), Jess no se est apropiando de ningn oficio de cara al pueblo deDios, sino ms bien l es el nico y definitivo Mesas y Maestro a quien hay que escuchar y seguir. Por esono habla como un profeta ms (Yahveh dice que) o un maestro ms (la Ley ensea que), sino que

    ensea en nombre propio, perfeccionando la Ley y los Profetas hasta sus ltimas consecuencias84.Pero este misterio no se revela si no a los que hacen el xodo de muchedumbre a discpulo, es decir,a quiene