Simbolismo del grado IV dentro de la Estructura del Rito Masónico Escoses Antiguo y Aceptado

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A L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:. Lux Et Tenebris Simbolismo del Grado IV dentro de la Estructura del Rito Masónico Escoses Antiguo y Aceptado Jonny Javier Rojas M:. M:. Vall:. de Barquisimeto, Julio de 2014(e:.v:.)

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Ensayo sobre lo que representa el Grado IV de la Masonería dentro del Rito Escoses Antiguo y Aceptado

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A L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.

Lux Et Tenebris

Simbolismo del Grado IV dentro de la

Estructura del Rito Masónico

Escoses Antiguo y Aceptado

Jonny Javier Rojas

M:. M:.

Vall:. de Barquisimeto, Julio de 2014(e:.v:.)

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INTRODUCCIÓN:

El lenguaje, entendido como el sistema de estructuras cognoscitivas que

nos permite ordenar todo aquello que percibimos con los sentidos partiendo de

unas nociones espacio-temporales inmanentes a la naturaleza humana, es la

piedra fundacional de todo lo creado por el hombre. Dicho ordenamiento tiene su

base en la emisión de Juicios de valor. El ser humano se pasa la vida comparando

y relacionando todo lo que percibe, para responder a la vorágine fenoménica en la

que está inscrito. Con el devenir de los tiempos, esos procesos han evolucionado

a tal punto, que el hombre pasó de ser un simple espécimen con habilidad manual

para crear herramientas que multiplicaran su fuerza y optimizaran la forma de

relacionarse con el medio que le rodea en pro de garantizar su sobrevivencia, a

ser un ente capaz de plantearse, e incluso cuestionarse, el origen y significado de

su propia existencia. Transitando por esos caminos del pensamiento abstracto, el

hombre ha tenido atisbos de su naturaleza divina - como criatura hecha a imagen

y semejanza de DIOS - que son aplastados por el peso extenuante de la

CULTURA que él mismo ha creado y desarrollado cual Goliat. No obstante, hay

momentos en los que esa naturaleza divina logra manifestarse a través de la

intuición y de ciertos preceptos morales que parecieran ser tan inmanentes a lo

humano como las nociones espacio-temporales. Es entonces cuando emerge de

las profundidades de la multiplicidad de YOES característica de la condición

humana, LA CONCIENCIA, para indicar el camino que debemos transitar para

hacer contacto con lo verdaderamente trascendente. Esta pieza de arquitectura

tiene como finalidad apuntar la manera en que el Grado 4º del R:.E:.A:.yA:. que

lleva por nombre MAESTRO SECRETO tiene posada esa gran verdad en su

estructura simbólica, como una forma de advertir al iniciado de las grandes

trampas que la Razón le pone en el camino para extraviarlo de manera

permanente “entre La Escuadra y El Compás”

Jonny Javier Rojas

M:.M:.

… Quien Toca?

“Es el Gran Maestro de Ceremonias que conduce a un hermano

que supo en donde crece la Acacia, pero que ha perdido la

esperanza de hallarla porque – engañado por los sentidos – se

ha extraviado entre La Escuadra y El Compás” (extraído de la

Liturgia del Grado 4º del R:.E:.A:. y A:. Página 46)

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DESARROLLO

El hombre, como criatura hecha a imagen y semejanza de DIOS, comparte

su naturaleza divina. Ha sido bendecido con una serie de cualidades que

permanecen dormidas debido al anclaje con el plano físico al que está sometido.

Dicho anclaje es producto de su percepción segmentada, y por demás limitada,

del mundo; a su imposibilidad de relacionarse con todo aquello que sus sentidos

físicos no pueden percibir. Sin embargo, han existido desde tiempos remotos,

escuelas tradicionales de conocimiento trascendental, que se han dado a la tarea

de tratar de posar en lo humano, el conocimiento trascendental valiéndose de una

serie de símbolos que por la ley de la analogía ayudan al hombre a comprender

aquello que supera los límites de la razón. La Masonería, como institución

INICIÁTICA y TRADICIONAL nos plantea a través de un esquema simbólico

vinculado al arte de la construcción, la manera en que el universo ha sido creado y

la forma en que el hombre se ha relacionado con el mismo, haciendo prevalecer

su naturaleza racional que lo ha desvinculado con su verdadera esencia, y

ofreciendo al mismo tiempo una vía sistemática para recobrar ese vínculo perdido,

lo que le permite comprender la naturaleza y sentido del universo y de su propia

existencia.

En ese orden de ideas, el primer grado simbólico de la Masonería o grado

de Aprendiz, nos permite hacer contacto con el proceso de la creación, como una

manifestación de LA VOLUNTAD divina. El principio creador, llamado en el argot

masónico el G:. A:. D:. U:. por un acto de VOLUNTAD creo todo lo existente que

no es más que un reflejo de su propia existencia. O como dice la tradición

Cabalística: DIOS quiso verse a sí mismo, y creó al mundo. Es por eso que dicho

grado versa toda su enseñanza en LA VOLUNTAD, como fuerza dinamizadora y

creadora que reside en lo más profundo de nuestro ser y de la que debemos hacer

uso a cada momento para poder SER y EXISTIR. Es por eso que el Aprendiz

Masón solo tiene asignado los trabajos que requieren de FUERZA, como el de

extraer las piedras de las canteras.

El segundo grado simbólico de la Masonería, o grado de Compañero, deja

de lado al universo para centrarse en EL HOMBRE y la forma como este percibe y

construye “racionalmente” el mundo que lo rodea, corriendo el riesgo de asumir

como verdad absoluta únicamente aquello que es capaz de percibir con los

sentidos y ordenar, de acuerdo a ciertas leyes y procedimientos, en su cabeza, lo

cual limita enormemente su concepción del universo y de su propia naturaleza, y

en consecuencia, alejándolo de su condición divina. En este grado se estudia de

manera sistemática como el ser humano ha construido la cultura y como se ha

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dejado capturar y encadenar a su propia creación, convirtiéndolo en un ser

autómata y lleno de soberbia por considerarse superior a todo cuanto existe

debido a la complejidad de sus pensamientos que tienen su fundamento en la

emisión de juicios de valor. Por esta razón, el Compañero Masón tiene asignado

los trabajos concernientes a adaptar la piedra extraída de la cantera por los

Aprendices, a las necesidades de la construcción, haciendo uso de todo el

“conocimiento humano” que se traduce en una suerte de habilidades, disciplinas y

técnicas que tiene el deber de dominar. No para perderse en el maremágnum que

su estudio impone, sino para crear consciencia de que pertenecen a su mundo de

ilusión, y es esta suerte de DESPERTAR lo que hace que el Compañero se

convierta en un verdadero Maestro Masón ó en su Asesino.

El tercer grado simbólico de la Masonería, o grado de Maestro Masón

representa al Hombre que ha podido escaparse de “la ilusión del mundo físico” Es

el compañero que ha podido emprender de forma efectiva el Quinto Viaje o Viaje

Retrógrado, en donde va desprovisto de herramientas como símbolo de que todo

lo atesorado en este mundo no sirve de nada para hacer contacto con nuestra

naturaleza divina. Es el camino transitado de espaldas, como señal de que es

tenebroso, que no se tiene acceso a él a través de los sentidos, y es por ello que

el maestro es asesinado. Porque solo la muerte es la que nos permite liberarnos

de las cadenas que nos imponen los sentidos y la razón. El grado de Maestro

Masón le indica al iniciado que para conocer su verdadera esencia debe suprimir

los juicios de valor, debe despojarse de los ropajes del ego y mirar hacia lo simple

y homogéneo. Para ello debe iniciar un trabajo de CONOCIMIENTO DE SÍ, para

entender su naturaleza humana y comenzar la justa en contra de sus bajas

pasiones y sus vicios. De esta manera el hombre recupera su condición primigenia

y se convierte en un TODO con la creación y con DIOS, por lo que ya pasa de ser

un obrero de la obra a un Arquitecto de la misma, dirigiendo los trabajos de

Aprendices y Compañeros.

Ese CONOCIMIENTO DE SÍ al que se hace mención en el párrafo anterior,

necesariamente debe pasar por un análisis pormenorizado de la NATURALEZA

HUMANA que se inicia con los trabajos capitulares, llegando así al Grado Cuarto

del R:.E:.A:. y A:. o Grado de Maestro Secreto, en el cual el iniciado comienza un

viaje hacia los aspectos obscuros de su naturaleza, y para ello utiliza como

herramienta el silencio. Dicho silencio se traduce como la supresión del Ego, de tal

manera que al no expresar por medio de la lengua aquello que se piensa o se

siente, puede ser sometido a reflexiones más profundas que nos permiten hacer

contacto con aspectos de nuestra condición humana que en otras circunstancias

suelen estar escondidas o disfrazadas. Para ello, la Liturgia del Grado nos pone

como ejemplo al Maestro que lleva los ojos cubiertos por su mandil, lo cual es

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sinónimo de la ignorancia a la que estamos encadenados por nuestra propia

soberbia. Somos Maestros Masones, lo cual significa que hemos logrado hacer

contacto con nuestra naturaleza divina, somos hombres realizados… Pero

llevamos el mandil de maestro en la cara cubriéndonos los ojos… Entonces…

Somos en realidad Maestros Masones sino sabemos a dónde vamos? Realmente

hemos recuperado nuestra condición primigenia? No será más bien que

aprendimos de manera eficiente todas las artes y disciplinas de los Compañeros

muy bien representadas en los cuatro primeros viajes, sin hacer el viaje retrógrado

y por eso nos extraviamos entre La Escuadra y El Compás? El Grado de Maestro

Secreto nos advierte de ese peligro y al mismo tiempo nos da la solución… EL

SILENCIO.

El silencio nos somete al imperio de la reflexión. Nos ofrece la posibilidad

de usar la razón, que es la que nos desvincula de nuestra verdadera esencia,

como herramienta para conocer y comprender aspectos de nuestra condición

humana y, al mismo tiempo, se constituye en una suerte de PUERTA que permite

que nuestro MAESTRO INTERNO atienda al llamado y nos indique lo que

debemos hacer para que él sea el principio regulador de nuestra existencia. EL

SILENCIO ES LA LLAVE, emblema de este grado, que cierra la puerta al mundo

profano; que cierra la puerta a la multiplicidad de YOES que albergamos en

nuestro ser y que se manifiestan de acuerdo a los estímulos que recibimos de

nuestro entorno; que cierra la puerta a ese mundo ilusorio creado por nuestros

sentidos y abre la puerta a nuestra naturaleza divina, a nuestra voz interior… A LA

CONSCIENCIA, la cual nos brinda la posibilidad de conocernos a fondo para

luego hacer uso de la primera virtud cardinal: LA PRUDENCIA que es la base

fundamental para poder generar Fortaleza y Templanza y de esta manera,

convertirnos en Hombres Justos, merecedores de la Fe, la Esperanza y la

Caridad.

Tengamos siempre presente aquellas palabras que el M:.V:.M:. le dice al

Ap:. al momento de celebrarse el rito de aumento de salario al Grado de Comp:.

“Aquellos que ignoran nuestros misterios nos acusan de no marchar con las ideas

modernas…” Procuremos no ser ignorantes de nuestros propios misterios!