Sin emoción no hay comunicación

En un artículo que escribí con anterioridad sobre el tema de la comunicación y de las necesarias estrategias comunicacionales, hablaba del tema de la credibilidad como efecto de la emocionalidad y de la verdad como elemento que se asume como cierto cuando se conoce y se cree. Decía que la credibilidad posee un fuerte condicionamiento emocional –crees más en quien amas que en quien te es indiferente o rechazas- esto es así y todos sabemos que es cierto.

Reactivar la emocionalidad positiva hacia la revolución es hacer creíble la propuesta revolucionaria que constantemente se ve atropellada por las acciones del enemigo externo e interno, no basta con hacer obras a favor del pueblo, es necesario dotarlas de elementos comunicacionales capaces de tejer lazos emocionales entre la población y la revolución. En urbanizaciones como Base Libertador o Base Sucre en Aragua hay tanto o más opositores que chavistas, todos fueron beneficiados, pero sólo los que poseían una emocionalidad positiva hacia el gobierno, lo aceptaron como beneficio de la revolución, los otros no. Allí se falló en el trabajo comunicacional. Los mercales, Barrio Adentro, las misiones educativas y sociales, etc. Por si solos no promueven votos (Ineludibles para continuar en este proceso) es necesario el desarrollo de políticas comunicacionales capaces de crear lazos emocionales, a través de la acción, entre el usuario y la revolución.

Si olvidamos que el humano es un ser emocional y que la conciencia no está reñida con ella, perderemos cualquier pelea contra un enemigo que si lo sabe y que durante un siglo ha trabajado hasta la saciedad los condicionamientos emocionales con el fin de manipular y enajenar a una población en función del consumo y de su preservación como sistema. Para entender esto basta irnos a la cotidianidad, ver nuestra realidad y notar cómo la emocionalidad sazona todos nuestros actos, si es positiva actuamos con determinación, cuando es negativa nos deprimimos y aflojamos, aun cuando haya conciencia de lo que hay que hacer.

Plantearse al ser sin emociones es verlo en forma incompleta y por tanto errada; a veces es el producto de mirar la realidad desde un concepto y no desde ella misma, sin libros ni teorías. Es necesario crear teorías desde la acción cotidiana, utilizando el método marxista en el análisis, no dotándonos de un “Marxismo” ortodoxo y dogmático que como tal niega el marxismo como ciencia y teoría revolucionaria, es decir, es necesario desideologizar la realidad para entenderla y transformarla (Ideología como la definía Marx, como falsa conciencia)

¿Se podrá fortalecer la conciencia de un equivocado (opositor asalariado) que ve en todo lo que el gobierno hace, algo que hay que criticar? Este personaje ¿No está dotado de una emocionalidad negativa bajo los influjos de la manipulación mediática? ¿Cómo se fortalece la conciencia sin convocar a las emociones que habitan en el individuo?

Estoy convencido que sin reactivar la emocionalidad positiva hacia el proceso no va a ser posible la existencia de puentes que permitan la comunicación, mucho menos que el mensaje llegue y sea creído. El mensaje debe contener emocionalidad.

Los intentos de socialismo que se han puesto en práctica han fracasado. Deberíamos estudiar ese fenómeno ¿Qué ha pasado? ¿Dónde estuvieron las fallas? ¿Se equivocó Marx en su teoría? O ¿se equivocaron los antimarxistas ortodoxos que se decían marxistas, pero que convirtieron al marxismo en una doctrina, en un dogma? “Si Marx no lo dijo no existe o es errado” así piensan los ortodoxos, quienes pretenden que Marx sea un oráculo y no el científico que desarrolló una teoría y un método científico, que nos permitiría hacer un correcto análisis de la realidad histórica y poder actuar en ella para transformarla en beneficio de la humanidad, y digo humanidad y no proletarios para evitar confusiones fragmentadoras.

“La realidad objetiva” ¿Quién objetiva la realidad?, toda realidad explicada, comentada adquiere niveles de la subjetividad de quien la expresa, y hemos visto cómo no es lo mismo la intervención del estado en los precios de la educación privada, para cualquiera de nosotros que para un opositor, para un ni-ni. Para nosotros es una acción justa que beneficia a la clase media, para ellos es una intromisión del “castro-comunismo” en sus cosas. ¿Cómo lo objetivo de una acción evita ser sujeto de una apreciación subjetiva?

Quien no haya subjetivado una acción objetiva que lance la primera piedra.

Insisto, ver al ser humano desprovisto de emocionalidad y subjetividad es verlo en forma incompleta, que lo niega y robotiza. La conciencia es parte integral, junto a la emocionalidad y la subjetividad del ser, individual y colectivamente.

Esta visión incompleta es tan perniciosa como cualquier acción del enemigo para perpetuarse en el poder, ella le da poderío, es como ir tuerto a un combate, estaremos viendo la mitad de la realidad.

Emilio Farreraemiliofarr@yahoo.com