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LOS PUEBLOS INDÍGENASEN COLOMBIADerechos, Políticas y Desafíos

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LOS PUEBLOS INDÍGENAS EN COLOMBIADerechos, Políticas y Desafios

Manuel ManriqueREPRESENTANTE DE ÁREA

PARA COLOMBIA Y VENEZUELA UNICEF

Sara BenjumeaOFICIAL DE POLÍTICAS BÁSICAS

Irene RodríguezOFICIAL ASISTENTE DE EDUCACIÓN

Bernardo NietoOFICIAL DE COMUNICACIÓN E INFORMACIÓN

Sara Franky CalvoOFICIAL ASISTENTE DE COMUNICACIÓN

Esther Sanchéz BoteroAUTORA

Mauricio SalamancaDISEÑO Y DIAGRAMACIÓN

UnicefFOTOGRAFÍA

ImpresiónGENTE NUEVA

© UNICEF, OFICINA DE ÁREA PARA COLOMBIA Y VENEZUELA

BOGOTÁ, D.C., COLOMBIA.

Se permite la reproducción parcial, siempre y cuando se cite su fuente

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PRESENTACIÓN 7

Capítulo 1Los pueblos indígenas como sujetos de derecho colectivo 9

1.1. Los derechos humanos indígenas 10- Derecho a la distintividad 10- Derecho a lo propio 11- Derecho al mejoramiento económico y social 12- Derecho preferente 12

1.2. Los indígenas en la Constitución Colombiana de 1991 13- Del Estado monocultural al multicultural y pluriétnico 14- Reconocimiento del sujeto de derecho colectivo 16- Los derechos de grupo de los pueblos indígenas 20

Capítulo 2Análisis de la situación indígena en Colombia 23

2.1. Población y territorio 24

2.2. El movimiento indígena en Colombia 28

2.3. Condiciones de vida especiales 29- Indígenas en la ciudad 29- Indígenas aislados y amenazados 30- Indígenas de frontera 31

2.4. Conflicto interno y violencia 32- Conflicto armado y desplazamiento indígena 32- Cultivos ilícitos 36- Expansión narcolatifundista 38- Resistencia indígena 47- Minas antipersonales 50

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Capítulo 3Niñez, adolescencia y junventud en los pueblos indígenas 51

- Niños defectuosos o huérfanos Nukak Makú 52- Registro civil de nacimiento 53- Identidad y reconocimiento social 53- Mínimos jurídicos 53- Procesos rituales 54- Niños indígenas trabajadores 54- Niñez institucionalizada 57- El desprecio de lo propio en los jóvenes 57- Búsqueda de hombre blanco 58- Servicio militar 58

Capítulo 4Lo indígena en las políticas públicas 59

4.1. Salud y seguridad social 62

4.2. Seguridad alimentaria 63

4.3. Educación Intercultural 74

4.5. Neoliberalismo y pueblos indígenas 81

Capítulo 5Desafíos para el Estado y la Cooperación Internacional 83

5.1. Propuesta de indicadores 84

5.2. Avances significativos 86

5.3. Obstáculos y dificultades 87

5.4. Tareas pendientes 87

5.5. Recomendaciones 89

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es imperioso establecer un plannacional de emergencia paraproteger a los indígenas.

Si hay un sector contra el cual estaguerra se ha ensañado de modoparticularmente feroz ése es el delos indígenas.

Asesinados, desplazados o sitiadosen sus pueblos por paramilitares yguerrilleros, emberas, kankuamos,arhuacos, paeces y muchas otrastribus están pagando un macabroprecio por el conflicto armado.

La Sierra Nevada de Santa Martaviene siendo el centro de una guerracuyas principales víctimas son lascuatro etnias que la habitan:arhuacos, kankuamos, koguis ywiwas. Nada más urgente queatender con firmeza sus reclamosde protección.

Homicidios, reclutamiento forzoso,retenes, ‘vacunas’, chantajes paradesviar dineros de transferencias ydesplazamiento son el pan de cadadía para los indígenas de la SierraNevada. Ellos se quejan, también,de bombardeos del Ejército contrasus territorios sagrados y de losseveros controles para el ingresode alimentos.

La más tremenda cuota la hanpuesto los kankuamos, de la zonade Atánquez, en disputa entre ‘paras’y guerrilleros. Hay denuncias de 53asesinatos y más de 150 familiasdesplazadas.

En otra parte del país, en el bajoAtrato, una oleada de suicidios entrelos indígenas embera, varios de ellosde niños, puso de presente la terriblesituación que se vive a lo largo delprincipal río del Chocó, región en laque se disputan a muerte los gruposirregulares.

Ésta es otra guerra ajena en la quechamíes, tules, waunanas, katíos,emberas y comunidades negrasestán poniendo los muertos y elsufrimiento, a extremos tales deperturbación de su mundo que losllevan al suicidio.

Un informe de la Defensoría sobreel norte del Cauca, habitado por120.000 paeces, habla de 54asesinatos, 5 masacres y 2desplazamientos masivos en esazona, entre septiembre del 2000 yenero del 2002. Todo el paísrecuerda la atroz masacre del AltoNaya, que cobró un centenar devíctimas y desplazó a 4.000personas, muchas nativas. O elasesinato de cuatro líderesindígenas en dos poblados delDarién panameño. Y las muertes a

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bala de Augusto Lana Domicó,gobernador de Porremia (Córdoba),en abril, y de Gabriel Cartagena,candidato a la alcaldía de Riosucio(Caldas), en junio. Y eldesplazamiento de casi 400guahíbos de los alrededores deBetoyes (Arauca) por combatesentre la guerrilla y los paramilitares,en julio.

Lista interminable a la que debenañadirse el drástico racionamientode vituallas y combustible por partede los actores armados, los abusosde las fuerzas oficiales, la miseria yel abandono ancestrales.

La presión de las fumigaciones estáempujando la coca hacia losdepartamentos de Amazonas,Vaupés, a lo largo del río Apaporis,Caquetá y Guaviare, donde frágilescomunidades, que han tenidoescaso contacto con el blanco,padecen la brutal llegada de lacolonización cocalera.

Los indígenas resisten. Medidascomo la Guardia Indígena delCauca, que protege los territorios detodos los actores armados; elProyecto Nasa, ganador del PremioNacional de Paz en el 2000; la ideade crear una policía indígena en laSierra Nevada, entre otros, son unamuestra de ello.

Estas iniciativas no deben estarsolas.

Octubre 21 de [email protected]

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P R E S E N T A C I Ó NeEl trabajo en grupo para examinar una propuesta de contenido se vio enriquecido con la participación de los senadoresindígenas Jesús Piñacué y Gerardo Jumi, como tam bién de Luís Evelis Andrade, presidente de la ONIC, CacildoYépez, de la ONIC, María Helena Tovar, José Sebastián Jansasoy, Enrique Lagarte, en representación del senadorRojas Birry, Álvaro Velasco, en ausencia del representante Efrén Tarapuez, José Soria, secretario de la OPIAC.

sta es una gran oportunidad para examinarqué está pasando hoy dentro de los pue-blos indígenas de Colombia y por ende cómoestán viviendo sus niños, niñas y jóvenes.

El propósito inicial del informe fue contribuira la preparación de la “XIII Cumbre Ibero-americana de Jefes de Estado y de Gobier-no”, que se llevó a cabo en Santa Cruz de laSierra, Bolivia, en el mes de noviembre de2003, como también disponer de un docu-mento que muestre el panorama general enel que se encuentran los pueblos indígenasde Colombia y por ende sus hijos. “Invertiren la niñez marginada, indígena yafrodescendiente: un compromiso para lainclusión social plena”, que retoma algu-nas pautas de acción esbozadas en las con-clusiones de la consultoría para UNICEF deLuis Enrique López antes mencionada. Sinembargo, dado que la situación de los pue-blos indígenas colombianos, en medio deun contexto de conflicto político, económico,social, cultural y armado, no se encuentrareflejada en dicho informe, tanto como en ladeclaración, UNICEF Colombia puso enconsideración la necesidad de complemen-tar esta visión panorámica con informaciónespecífica sobre Colombia.

Se trata de informar sobre los pueblos indí-genas y dentro de ellos, sus niños, niñas yadolescentes, haciendo énfasis en las difi-cultades respecto a la “inclusión social” y a lagarantía de derechos. Ello tiene que ver ne-

cesariamente con: a) el conflicto armado y elrespeto a la vida (individual y colectiva) enmedio de éste; b) el desplazamiento indíge-na y c) la afectación al territorio2 , además dela definición y aplicación de políticas públi-cas que afectan el respeto y la garantía de losderechos y la inclusión social de estas po-blaciones, en especial a los derechos eco-nómicos, sociales y culturales.

La realidad de los indígenas en Colombiaserá examinada bajo tres campos: a) losderechos humanos referidos a pueblos in-dígenas; los aspectos formales constitucio-nales y legales que guían el reconocimientoy valoración a su condición de pueblos ysujetos de derecho colectivo, b) la distanciaentre los mandatos constitucionales y lega-les respecto de la eficacia en la construc-ción del Estado social de derecho y las con-diciones materiales y espirituales reales enque viven hoy los pueblos indígenas y sushijos, a la luz de los derechos humanos in-dígenas y, c) los principales desafíos.

Dadas las dificultades para obtener informa-ción éste documento ha de leerse como elcomienzo de una tarea por concluir. Repre-senta por lo tanto un ejercicio sinérgico en elcual se potencian diferentes datos para con-figurar una panorámica que invita a fortalecerla capacidad de quienes en nombre propio oinstitucional pueden contribuir a cambiar esteestado de cosas atentatorio contra la vidamisma.

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...como sujetosde derecho colectivo

Capítulo 1

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C A P Í T U L O 1a pesar de ser Colombia un estado protec-cionista de los pueblos indígenas, desde elpunto de vista formal, existe una distanciareal que en muchos campos muestra con-tradicción.

Se presentan los marcos de esa protecciónformal con algunos detalles, dado que es-tos referentes deben ampliar la concienciasobre la inconstitucionalidad de muchas delas acciones u omisiones realizadas por lasinstituciones.

1.1. Los derechos humanos

En el marco de los derechos humanosse identifican cinco derechos inspirados enel proyecto de declaración de las NacionesUnidas sobre los derechos de los pueblosindígenas: el derecho a la distintividad, elderecho a la igualdad, el derecho a lo pro-pio, el derecho al mejoramiento y el dere-cho preferente. Se trata de cinco derechosconcurrentes para la época, donde los cua-tro primeros son válidos siempre y el quintoes temporal en razón a que todavía existensituaciones de discriminación insuficiente-mente superadas en la realidad1.

Derecho a la distintividad

Los derechos de los pueblos indígenasremiten al concepto angular del derecho ala distintividad. Se refiere a la posibilidadrespetable y valorable para considerarse así mismos como diferentes, y a ser respeta-dos como tales, bajo el principio de queunas diferencias culturales no son más va-

1 Calla Ortega, Ricardo. La perspectiva de la diversi-dad étnica en derechos humanos: Algunos aportespara una discusión urgente. Instituto Interamericanode Derechos Humanos. Unidad de investigacionesaplicadas. Costa Rica, 2000.

liosas que otras. Se establece así –a partirde la igualdad– un sistema de equivalen-cias donde el derecho a la diferencia es si-nónimo del derecho a la distintividad, a laparticularidad. Si una persona, como ser li-bre y racional, opta por una religión o un tipode vida familiar, el Estado la protege comosujeto de derecho. Son respetables esasopciones de otras opciones. Este derecho ala diferencia implica que no sólo las perso-nas sino también las colectividades confi-guradas como pueblos indígenas tienen de-recho a su individualidad, a ser sí mismos.Los pueblos indígenas, como sujeto colec-tivo, tienen derecho a la distintividad: a tenerun nombre, una lengua, creencias y formasde vida que hacen modos complejos y abier-tos de persistencia y cambio a sus perso-nalidades distintas. Como las personas, los“pueblos” tienen derecho a ser diferentes.Se trata de una postura política que opta afavor de la existencia de la diversidad y delrespeto mutuo entre las distintas “etnias” o“pueblos”, efectivamente existentes, lo queimplica tener en cuenta las diferencias con-cretas para diluir el horizonte de lahomogeneización étnica y cultural orientadaa disolver y fundir tal diversidad.

Pero, aún más, sólo el reconocimiento delderecho a la diferencia hace posible la confi-guración de lo otro, de la diversidad histórica,social y cultural. A partir de ese reconocimien-to y del derecho a la distintividad de los “pue-blos” es posible preguntarse si éticamentees positiva la existencia de los valores distin-tos que un pueblo particular posee. Comosucede para el caso de las personas, la afir-mación de que los derechos de uno no pue-den ser pensados al margen de los dere-chos del otro, también vale para los pueblos.Postular el derecho a la diferencia como prin-cipio significa en una nación multicultural

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abrir los ojos al límite en que la afirmación deesa diferencia como derecho no afecte losderechos de los otros.

Así, el derecho de los pueblos indígenas asu diferencia, como principio de valor univer-sal, ha de ser constitucional y legal. Si los noindígenas tienen derecho a la diferencia res-pecto a los indígenas porque su cultura esuna contribución al mundo, estamos frente aun marco legal donde los derechos de unosno pueden declararse al margen de los de-rechos de otros. En uno y otro caso se tratade un derecho a la diferencia, que para co-menzar reconoce que son colectivos con susnombres, usos y costumbres, lenguas,creencias y formas de vida distinta. Se trataen rigor de un derecho imprescindible a larealidad de sí, que bajo el marco constitucio-nal todos los nacionales tienen el deber derespetar y crear condiciones para que esospueblos, que luchan por sentirse y vivir comodistintos, puedan hacerlo.

El derecho de los pueblos indígenas a serdistintos implica el reconocimiento de suexistencia por parte de otras sociedades, delos funcionarios, de otros nacionales y comobase para ejecutar actividades instituciona-les con ellos. Sin el reconocimiento de laexistencia de los pueblos indígenas y de susmiembros, estamos frente a sujetos indivi-duales y colectivos invisibles para la socie-dad . El derecho a la distintividad de los pue-blos indígenas adquiere carácter más sus-tantivo cuando aparte de reconocer su exis-tencia, los estados reconocen a los pueblosindígenas no sólo como realidades existen-tes sino como sujetos de derecho. Los reco-nocimientos formales obligan jurídicamen-te, lo que abre la posibilidad de examinarcómo mediante políticas públicas se cum-plen esos derroteros. El reconocimiento o

no de la existencia de los pueblosindígenas puede auscultarse porel carácter positivo o negativo,solidario o discriminatorio,de los términos de ese re-conocimiento, ya que tam-bién el reconocimientopuede ser hecho para ne-garle distintividad y parasometerla.

El derecho a la distintividadde los pueblos indígenas abrela posibilidad para un monitoreosobre el carácter y alcance de las re-formas desde una perspectiva de segui-miento a la aplicación de los derechos huma-nos en materia indígena, capaz de reconocerque el reconocimiento simple de los pueblosindígenas, como sujetos de derecho, no bas-ta, ya que lo que importa es el carácter y elalcance de los derechos específicos recono-cidos a un sujeto de derecho. Examinar el al-cance favorable de las decisiones de gobier-no para los pueblos indígenas debepostularse referido al derecho a la igualdad.

Derecho a lo propio2

La cultura es un término que se refiere alo que se ha cultivado entre personas, quecognitivamente se comparte y se traduce enusos y costumbres, lenguas, creencias yformas de vida. La cultura le define a unapersona distancias apropiadas entre perso-nas o con los carros en movimiento; tama-ños apropiados para partir un vegetal queva a cocinarse; qué hacer con la placenta,quién le pone nombre a un niño, por qué elrobo es un delito, etc. La cultura es algo quese tiene como propio y poco importa la pro-

2 Ibid.

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4 Ibid.

cedencia. La cultura de un pueblo o de unpersona procede de sí, o del contacto o dela difusión de dentro o de fuera; lo que im-porta resaltar es que en su siempre cam-biante devenir, los pueblos y las personastienen usos y costumbres, lenguas, creen-cias y formas de vida y hasta de asimilacióno rechazo al cambio que les son propios,sin importar tampoco si se trata de rasgosreproducidos desde un pasado, creados enel flujo de la vida y la historia o tomados des-de el contacto con otros. Tanto en el caso delos pueblos como de las personas, se tratade rasgos que no tienen plena coherenciaentre sí y que en su variedad pueden hastaaparecer inconexos o inconsistentes peroque dotan a los pueblos y a las personas deuna identidad nunca plenamente acababa,pero sí reconocible.

En el caso de los pueblos indígenas, suderecho a la distintividad no puede separar-se de un derecho a lo propio, del derecho asu cultura, a lo que es de sí, lo que les da suidentidad, justamente como pueblos.

Derecho al mejoramientoeconómico y social3

La realidad de los pueblos indígenas esla realidad de los despojos y abusos, es larealidad del hambre y la miseria material, ladel saqueo colonial y la explotación de laspoblaciones nativas. Por ello, postular losderechos de los pueblos indígenas a ladistintividad, a la igualdad y a lo propio no essuficiente. Es preciso el derecho al mejora-miento económico y social, derecho que re-mite a un extenso número derechos: al tra-bajo, a la salud, a la retribución económicaequitativa y a la justicia económica, derechos

que hacen parte de los derechos a la igual-dad de estos pueblos.

Hay que establecer, a partir del reconoci-miento, que los pueblos indígenas requie-ren políticas aplicadas y efectivas, orienta-das a mejorar sus estándares de vida. Elderecho al mejoramiento económico y so-cial constituye una amplia variable generalque incluye, por una parte, la generosa agen-da temática de los capítulos y acápites com-plejos del derecho laboral, del derecho a lasalud y del derecho a la educación, elabora-dos desde la perspectiva de los derechosde las personas y las colectividades y, porotra, las agendas de intervención para el de-sarrollo económico y social por parte de losestados, la cooperación internacional y lasorganizaciones no estatales.

Derecho preferente4

Aludir al derecho de los pueblos indíge-nas a ser resarcidos por los daños a losque se vieron sometidos, mediante políti-cas e inversiones específicamente diseña-das para ello, está en rigor, invocando underecho preferencial para los pueblos indí-genas absolutamente pertinente en la épo-ca actual. Y es que los pueblos indígenasdeben ser sujetos de un derecho preferenteya que ellos constituyen minorías empobre-cidas, marginadas y discriminadas. Lospueblos indígenas se encuentran entre lossegmentos poblacionales más pobres,marginados y discriminados. Acciones afir-mativas, en razón de la pobreza, lamarginación y la discriminación, son im-prescindibles para los pueblos indígenasdesde una perspectiva de los derechos hu-manos.

3 Ibid.

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1.2. Los indígenasen la ConstituciónColombiana de 1991

Hacer referencia a la Constitución es muyimportante, dado que ésta refleja el nuevopacto que los colombianos se propusieronvivir como derrotero de un nuevo Estado, deuna nueva nación y de una nueva sociedad.Si la Constitución es la carta de navegaciónpara todos los colombianos, respecto de lospueblos indígenas, es menester examinarcinco referentes constitucionales que rom-pen en primer lugar el principio de igualdadformal, que establecía que todos los colom-bianos éramos iguales ante la ley y dadaslas desigualdades reales, el Estado ha decompensar mediante un trato distinto (ac-ciones afirmativas) a quienes hasta ese mo-mento el mismo Estado marginó5.

Veamos un ejemplo que muestre por quélos constituyentes determinaron que Colom-

bia debía pasar de ser un Estado de dere-cho a ser un Estado social de derecho.

En 1991 en Colombia de cada 1.000 naci-mientos morían 25.En Cuba de cada 1.000 nacimientos morían 9.En Estado Unidos de cada 1.000 nacimien-tos morían 8.Y entre los paeces, el pueblo indígena másnumeroso de Colombia, morían 268.

¿Será que los colombianos éramos igualesante la ley? ¿Se debería semejante situaciónde los niños paeces a una discriminaciónnegativa? La respuesta es sí.

Este cambio constitucional, que reconocela iniquidad y las consecuencias de ese tra-to, implica modificaciones en el modo comoha venido siendo el Estado; es decir, cómoha tomando decisiones políticas respectode la distribución presupuestal y de cober-tura de servicios. En el Estado social de de-recho se parte de la desigualdad real y de lamisión para configurar una igualdad verda-deramente real. Esto implica aceptar que alos indígenas se los discriminó y excluyómaterialmente de bienes para el desarrollo,al punto que se puso en peligro tanto suvida biológica como sus sistemas cultura-les. Es decir, nada menos, que se puso enpeligro el derecho a la vida y el derecho a suintegridad como personas, pero, ante todo,como pueblos. Además, fue tan grave el pe-ligro, pensándolos y tratándolos como infe-riores, excluidos de los presupuestos na-cionales, aislándolos, que sólo un trato es-pecial, un trato preferencial que contribuye-ra a recuperar su condición de pueblos dis-tintos, con culturas alternas, podría lograrun día la igualdad real, y no formal, de estossujetos. Esta es la base y fundamento delconjunto de acciones afirmativas que los

5 «En la sociedad colombiana existen grandes des-igualdades. Mientras que en décadas pasadas el cre-cimiento sostenido produjo reducciones importantesde la pobreza, la iniquidad continuó aumentando. Estono sólo afecta la distribución de los ingresos, sinotambién los bienes y el acceso a la infraestructura.Los que se encuentran dentro de los dos decilessuperiores controlan el 60 % de los ingresos, mien-tras que los de los dos deciles inferiores acumulanmenos del 5 %; el coeficiente de concentración de latierra es uno de los más elevados del mundo (Gini0.86); y la cobertura de la electricidad, el agua y elalcantarillado y otros servicios públicos no alcanza ala mayoría de los asentamientos informales, en rápi-do crecimiento, donde vive la mayoría de los pobres.Es más, la iniquidad parece resistirse a las políticaspúblicas -no le han hecho gran mella los cuarentaaños de iniciativas de redistribución de la tierra, pro-gramas de vivienda para personas de bajos ingresosy sistemas de subsidios cruzados entre usuarios deservicios infraestructurales-. De hecho, muchas deestas iniciativas políticas no sólo no lograron reducirla iniquidad, sino que también dañaron el crecimiento(ya que las consiguientes distorsiones del mercadoenfriaron las inversiones). Se trata de una posiciónpoco propicia ya que, en Colombia, la iniquidad haresultado ser un importante factor determinante de laviolencia”. Giugali Marcelo, et. al., Colombia. Funda-mentos económicos de la paz. Pág. 68. Banco Mundial- Alfaomega. Abril, 2003.

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constituyentes determinaron para equilibrarla discriminación negativa a estos pueblos.

Del Estado monocultural almulticultural y plurietnico

El Artículo 7°, “Principio de la diversidadétnica y cultural”, reconoce y protege la di-versidad cultural de la nación colombiana,cambia formalmente nuestra nación. El Es-tado monocultural, que reconocía como va-lioso un solo Dios: el de los católicos, unasola lengua: el castellano, un solo sistemade familia: la nuclear, un solo derecho: elpositivo estatal; una única forma de propie-dad: la privada; de economía: la capitalista;de ser niño: definido por el Código del me-nor, y que buscaba imponer estas condicio-nes como únicos derroteros para configurarla nación, desvalorizando toda manifestaciónque se diferenciara de estos referentes, ge-neró efectos sobre los pueblos indígenascomo fueron la sistemática imposición delos principios y formas de organización dela vida social, del manejo de los recursospúblicos, así como del control y solución deconflictos, principios, estructura y enfoquede un estado que necesariamente no coin-cidía –en parte o en su totalidad– con lossistemas existentes en cada uno de elloscomo pueblos. De frente a esta imposiciónunos pueblos, más que otros, resistieronestas imposiciones, e internamente vivieronsus propios modos, no utilizando siempreel modelo externo, ni buscando invariable-mente soluciones por fuera de sus propioscontextos culturales y de gobierno. Entre tan-tas sociedades, hoy diferenciadas por sucercanía o no con la sociedad mayoritaria ypor el tipo y calidad de las relaciones gene-radas, algunas se “vaciaron” y se “llenaron”de los principios y modos de la sociedadhegemónica. Hoy, pueblos como los pas-

tos, que se les puede caracterizar por notener una cultura “propia”, “tradicional”, com-parten su condición y referencia como indí-genas con otros pueblos donde se estable-ció un modo de vivir que imponía buscar porfuera sólo algunas soluciones para casosespeciales. Así se buscaba educación fue-ra pero bajo determinadas necesidades, porejemplo, los wayú: para que las mujeresaprendieran las operaciones aritméticas yel correcto uso del castellano como un me-dio para fortalecer la capacidad deinterlocución comercial con la sociedad ma-yoritaria. Los inga consultaron los casos desalud (hoy también lo hacen) sólo cuandointernamente no había solución. Todo estovulneró parcialmente muchos de estos sis-temas. Sin embargo, uno y otro tipo de pue-blos –aún bajo estas condiciones– compar-ten estos sistemas con otras sociedadesque fueron más herméticas por lo que tie-nen hoy un modo de vivir que los hace estarcerca de eso que los blancos llaman “usosy costumbres tradicionales”.

A doce años de los cambios constitucionales esposible encontrar una tipología de pueblos en losque se incluye más o menos el modelomonocultural estatal ya que todos lo conllevan olo interiorizaron de algún modo. Es tanta la inci-dencia de ese modelo estatal en estos pueblosque, incluso, algunas situaciones y conflictos in-ternos –reconocido así por los mismos indíge-nas– tienen mejor solución en el sistema exter-no. Al conservar, sin excepción, todos los pueblosindígenas su sentido de pueblo distinto (sentidode diferencia) y la definición de ciertos asuntospara ser tratados internamente (autonomía), lacultura que viven, configurada hoy por distintasfuentes, la cual viven cotidianamente de formadinámica, formal y constitucional, comparte prin-cipios equivalentes en competencia y dignidadcon la organización de la cultura mayoritaria y he-

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gemónica. Así, encontramos por la vía interna,aplicando el derecho de autodisposición –decrear y recrear condiciones adaptables a las ne-cesidades– y por el camino externo –que condu-ce programas y proyectos estatales–, fortaleci-dos sistemas socioculturales que son vividos yaplicados más allá de aquellos elementos clasi-ficados exclusivamente como “usos y costum-bres tradicionales”. Esto quiere decir que partici-pan de la condición de indígenas muchos miem-bros de pueblos que perdieron su lengua, susformas de gobierno y de administración de justi-cia; que, incluso, perdieron dinámicas socialesde organización social y económica, dado que elEstado monocultural eliminó muchas de ésas,sus formas propias.

Sin embargo, entre los problemas con que setopan las autoridades indígenas y no indíge-nas, en una sociedad en proceso de cambiopara la configuración de una sociedadpluralista y multicultural de tipo igualitario, sehallan los indígenas clasificados en el límitede dos o más culturas. Es decir, a medida quelos individuos y grupos se trasladan a las ciu-dades6 –fenómeno estadísticamente impor-tante hoy–, cambian sus propios mundos ycomparten sus referentes previos de mododiferenciado. Cada nuevo grupo del que unapersona participa contribuye a ajustar referen-tes, principios y conductas que en la medidaen que se incorporan a su propia perspectiva,combinan una multiplicidad y pluralidad de có-digos de significación, por una parte y, por otra,la necesidad de contener las tendencias so-

ciales entrópicas, que obligan a las institucio-nes a relegitimarse en la producción de con-sensos que eliminen las situaciones de va-cío, de incertidumbre o de anomia7.

Otro cuadro diferenciado de este panoramaque lo complementa, de modo importante,es que al establecer relaciones de compe-tencia jurisdiccional con jueces de la juris-dicción ordinaria, con asociaciones internasa los mismos pueblos, con grupos arma-dos ilegales, al afrontar casos no previstoscomo la participación de sus miembros enla guerrilla, el paramilitarismo, el narcotráfi-co, o la corrupción, entre otros hechos nue-vos, las autoridades de los pueblos indíge-nas realizan ajustes internos permanente-mente. Este horizonte se vuelve aúnmás complejo por la participación de

6 Sánchez Botero, Esther. Los indígenas en la ciudadhan perdido el territorio y estrictamente puede afir-marse no tienen “usos y costumbres”. Sin embargo,se sienten indígenas. En Bogotá, Medellín, Tolimaellos reclaman reconocimiento como ciudadanos di-ferenciados indígenas y la configuración de pueblosen la ciudad. Individualmente muchos se separaronde sus comunidades de origen y con el tiempo reivin-dicaron la pertenencia un grupo indígena.

7 Para determinar quién es indígena hoy, esnecesario recurrir a otros referentes. Quedaclaro que no son una serie de “fenómenos”relacionados con el manejo de una lengua,la ubicación dentro de un territorio, la acti-vidad productiva, el vestido, la partici-pación en sistemas de creencias de-terminadas. El proceso deautorreconocimiento y dereetnización que se da a partir delreconocimiento constitucional empie-za por romper conceptos históricamen-te útiles, hoy camisas de fuerza paradeterminadas realidades. Sin embar-go, definir que es indígena quien sesiente indígena y quien es reconocido poresa condición por un grupo internamentees simple pero se configura como basepara configurar una existencia cultural al-terna. Fue tan dolorosa la discriminacióndurante el Estado monocultural que hoycomunidades que habían ocultado su con-dición reivindican la condición de indíge-nas. Este panorama hace muy complejodefinir quién es indígena y qué es unacomunidad indígena y además porque nosólo depende de lo que los mismos indí-genas sientan sino porque depende dereferentes externos que han sido máslentos en generar cambios que los mismoscambios sucedidos en la nación. Se man-tienen rezagos de una definición de indí-gena que sólo está en la mente y en losimaginarios de unos no indígenas.

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8 Cambia el modo de castigar, o el lugar de habitación,pero no la creencia o visión clasificatoria quecognitivamente se comparte, la cual permanece in-tacta. Ha implicado, por ejemplo, un modo dejuzgamiento y decisión de sanción para los brujos10 opara cambiar la costumbre entre los u´wa para dar alos gemelos una clasificación diferenciada de losmiembros del pueblo u’wa y una nueva ubicaciónpara vivir, ya no con la madre naturaleza, deidadubicada y habitante de un plano superior, sino con losu´wa -no gemelos- que viven en la tierra. Estas creen-cias que dentro de las lógicas no clásicas se clasifi-can como mundos reales, dentro del Estadomulticultural esas creencias son mundos posibles, esdecir, no son como una Virgen madre que es mundoreal para la sociedad mayoritaria, pero, dentro de unaconjetura respetuosa de la diferencia, esas creenciasson mundos reales y contribuyen a configurar el dere-cho; hacen parte estructural de principios y actuacio-nes que son obligatorias, que de no cumplirse aca-rrean una sanción. Sánchez Botero, Esther Diez añosde la Jurisdicción especial indígena en Colombia.Procuraduría General de la Nación. En prensa. Im-prenta Nacional. Bogotá, 2002.

los jóvenes, que consideran que pueden li-derar procesos, muchos de los cuales conresultados negativos. En definitiva, es posi-ble concluir que por ejemplo los pastos, queasumen gran parte de la cultura mayoritariacomo cultura propia, o los Cubeo, cuya cul-tura cuesta trabajo aprehender y entender,ya que se fundamenta en el mito y el ritual, olos miembros del cabildo multicultural quehabitan en Medellín, evidentemente configu-rados sobre bases diferentes y orígenes dis-tintos, están reconocidos en la Constitucióncomo pueblos y como sujetos de derecho.

Coexisten los pueblos indígenas con afrodes-cendientes, raizales, mestizos y extranjeros,clara manifestación de una nación que acogepueblos y comunidades diferenciadasculturalmente. Frente a este hecho que reco-noce la preexistencia en el territorio nacionalde reservas de sentido configuradas y diná-micas, para que puedan abordar momentoshistóricos y realidades distintas, en compe-tencia con la cultura mayoritaria, los puebloshan tenido que concebir y trazar salidas nosólo frente a las nuevas situaciones, como yase expresó, sino frente a las demandas indivi-duales y particularizadas que, en el sentidoliberal, deben ser respetadas como derechosfundamentales de la persona y que resultanen conflicto normativo y cultural con visionesque protegen al sujeto colectivo de derecho.Las autoridades con competencia jurisdiccio-nal, que hacen parte de la rama judicial deColombia, como si fuera poco, tienen ademásque participar en la construcción de formas decoordinación y liderazgo para la cimentacióndel entendimiento intercultural.

La nueva sociedad colombiana a configurarexige responder a un espectro muy ampliode demandas, así como a examinar y reali-zar cambios culturales internos provenien-

tes de imposiciones externas que, como losmínimos jurídicos, les obligan. Este nuevohecho que es impuesto, porque a lo propiose agrega lo impuesto, lo apropiado, lo re-creado, etc., implica mudar determinadosreferentes, lo cual configura también a es-tos pueblos de modo distinto8.

Reconocimiento del sujetode derecho colectivo

Estos grupos, que en su mayoría han vivi-do años marcando diferencias por medio deluso de una lengua distinta, de creencias di-ferentes, de sistemas de organización socialy de parentesco y de sistemas de derechopropio, más que reclamar para “conservarestos fenómenos que pueden cambiar en eltiempo o incluso ser comunes con otras so-ciedades”, porque se le impuso un modelo oporque apropiaron algunos asuntos, se sien-ten distintos y como distintos que son porsentirse miembros integrales de un cuerpomuy particular son reconocidos como suje-tos de derecho y no pueden ser tratados apli-cando los mismos raseros que para los su-jetos individuales.

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El sujeto individual, desde el liberalismo, espensado como racional y como libre y comotal, sujeto de derecho. Así, por ejemplo, comoracional y como libre puede creer en la reli-gión que quiera, y el Estado debe protegerleel derecho a la libertad de culto, pero ade-más de este sujeto individual, Colombia re-conoce otro sujeto distinto, esto es, el sujetocolectivo que, en el marco de esta visión ypostura, es el que tiene los derechos por loque sus miembros son sujetos de deberes.Esta perspectiva es la base sustantiva parajustificar por qué no pueden ser tratados losindígenas como iguales ante la ley, puestoque como pueblos son sujetos de derecho.Los Cubeo, los Inga, los Puinave, losAndoque, los Awá, etc., no son sólo socie-dades conformadas por la suma deindividualidades, sino que cada uno de elloses una unidad sociocultural y que como uni-dad tiene derechos. La Corte ha definido queeste sujeto colectivo también tiene derechosfundamentales y dentro de los más funda-mentales tienen derecho a la vida y a la inte-gridad del cuerpo.

Los constituyentes consideraron dignas deser valoradas esas diferencias sentidas yobservables en estos pueblos, dignos lossentimientos que permiten a unos sentirseligados, no sólo a los referentes de una cul-tura o etnia particular, condición que portan yviven los sujetos socializados como indíge-nas, sino a las condiciones que permitensu reproducción como pueblos. Se trascien-de así, a no sólo ver y reconocer las diferen-cias en la vida cotidiana como fenómenosinherentes, tales como el vestido o la len-gua, sino a valorar una condición y configu-ración diferenciada, donde los miembros deun pueblo viven los derechos y deberes demanera distinta. Un indígena, por ejemplo,ve limitado su derecho a la propiedad priva-

da ante el deber de conservar el territoriocolectivo. Este solo verbo, valorar, abre pasoa una política de reconocimiento ante la ne-cesidad de forjar y de construir un Estadodistinto que, como ya se dijo, parte de la ca-pacidad para diferenciar como valiosas es-tas condiciones de los pueblos, perolastimosamente también para reconocerdesigualdades y diferencias estructuralespropias de un sistema estructuralmentedefinido de un determinado modo, que sonresultado de un sistema desigual con estosnuevos sujetos de derecho.

La Corte Constitucional de Colombia distin-guió también los derechos del sujeto colecti-vo (los pueblos indígenas) de los derechoscolectivos de los colombianos así: “Los dere-chos fundamentales de las comunidades in-dígenas, como sujeto colectivo de derecho,no deben confundirse con los derechos co-lectivos de otros grupos humanos. La comu-nidad indígena es un sujeto colectivo y no unasimple sumatoria de sujetos individuales quecomparten los mismos derechos o interesesdifusos o colectivos (Art. 88 CP). En el primerevento es indiscutible la titularidad de los de-rechos fundamentales, mientras que en el se-gundo los afectados pueden proceder a la de-fensa de sus derechos o intereses colectivosmediante el ejercicio de las acciones popula-res correspondientes” ST - 380 /93.

Estas consideraciones de la Corte Consti-tucional de Colombia permiten ampliar y for-talecer la comprensión para justificar el prin-cipio que permite a las comunidades indí-genas como sujeto colectivo utilizar el me-canismo más eficaz que garantiza la protec-ción de sus derechos: la acción de tutela9.

9 Ver anexo N° 2.

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Los articulados en la Constitución referidos alos pueblos indígenas logran determinar quié-nes son esos colombianos portadores de es-tos bienes étnicos y culturales particulares yqué es lo que se está reconociendo a unoscolombianos distintos. La constitución de Co-lombia va más allá y opta por configurar unasalida que permita regularizar y poner en con-diciones de igualdad y de oportunidades a es-tos pueblos; por ello asume acciones afirmati-vas o de discriminación positiva generando lascondiciones para configurar un trato distinto.

70. Inc. 2 Principio de igualdad de las cultu-ras

“La cultura en sus diversas manifes-taciones es fundamento de la nacio-nalidad. El Estado reconoce la igual-

dad y dignidad de todas las queconviven en el país (...)”.

10. Principio de oficialidad de las len-guas indígenas en sus territorios

“(…) Las lenguas y dialectos delos grupos étnicos son tam-bién oficiales en sus territo-rios (...)”.

96. Indígenas como nacio-nales colombianos

“Son nacionales colom-bianos:1. Por nacimiento: a)

Los naturales de Co-lombia (...)

2. Por adopción: c) Losmiembros de pueblos indí-genas que comparten terri-torios fronterizos, con apli-cación del principio de re-

ciprocidad según tratados públicos”.

10. Derecho a educación bilingüe e inter-cultural

“La enseñanza que se imparta en lascomunidades con tradicioneslingüísticas propias será bilingüe”.

68. Derecho a educación respetuosa de lastradiciones

“Los integrantes de los grupos étnicostendrán derecho a una formación querespete y desarrolle su integridad cul-tural”.

171. Derecho a elección en Circunscrip-ción especial

“El Senado de la República estará inte-grado por cien miembros elegidos encircunscripción nacional.Habrá un número adicional de dos se-nadores elegidos en circunscripción na-cional especial por comunidades indí-genas. (...) La circunscripción especialpara la elección de senadores de lascomunidades indígenas se regirá porel sistema de cuociente electoral. Losrepresentantes de las comunidades in-dígenas que aspiren a integrar el Sena-do de la República deberán haber ejer-cido un cargo de autoridad tradicionalen su respectiva comunidad o habersido líder de una organización indígena,calidad que se acreditará mediante uncertificado de la respectiva organización,refrendado por el Ministro de Gobierno”.No existe en Ecuador.

176. Inc. 3 y 4. Faculta al legislador paracrear circunscripción especial adicional

“La ley podrá establecer una circuns-cripción especial para asegurar la par-ticipación en la Cámara de Represen-tantes de los grupos étnicos y de lasminorías políticas y de los colombia-

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nos residentes en el exterior. Medianteesta circunscripción se podrán elegirhasta cinco representantes”. No existeen Ecuador.

329. Derecho de grupo a la propiedad de latierra

“Los resguardos son de propiedadcolectiva y no enajenable.”

246. Derecho de grupo a administrar justicia“Las autoridades de los pueblos indí-genas podrán ejercer funciones juris-diccionales dentro de su ámbito terri-torial, de conformidad con sus propiasnormas y procedimientos, siempreque no sean contrarios a la Constitu-ción y las leyes de la República. La leyestablecerá las formas de coordina-ción de esta jurisdicción especial conel sistema judicial nacional.”

330. Derecho de grupo a la autonomía polí-tica en Colombia

“De conformidad con la Constitución ylas leyes, los territorios indígenas esta-rán gobernados por consejos conforma-dos y reglamentados según los usos ycostumbres de sus comunidades y ejer-cerán las siguientes funciones:Velar por la aplicación de las normaslegales sobre usos del suelo ypoblamiento de sus territorios.Diseñar las políticas y los planes y pro-gramas de desarrollo económico y so-cial dentro de su territorio, en armoníacon el Plan Nacional de Desarrollo.Promover las inversiones públicas ensus territorios y velar por su debida eje-cución.Percibir y distribuir sus recursos.Velar por la preservación de los recur-sos naturales.

Coordinar los programas y proyectospromovidos por las diferentes comu-nidades de su territorio.Colaborar con el mantenimiento delorden público dentro de su territorio deacuerdo con las instrucciones y dispo-siciones del Gobierno Nacional.Representar a los territorios ante elGobierno Nacional y las demás enti-dades a las cuales se integren.Las demás que señalen la Constitu-ción y la ley.”

330 Par. Derecho de grupo relativo a la ex-plotación de recursos en territorio indígena

Parágrafo. “La explotación de los recur-sos naturales en los territorios indíge-nas se hará sin desmedro de la integri-dad cultural, social y económica de lascomunidades indígenas. En las deci-siones que se adopten respecto de di-cha explotación, el Gobierno propiciarála participación de los representantesde las respectivas comunidades.”

357. Derecho de grupo a la autonomía fi-nanciera

“Los municipios participarán de losingresos corrientes de la nación. (...)Para los efectos de esta participación,la Ley determinará los resguardos in-dígenas que serán consideradoscomo municipios.”

329. Inc. 1 y 3. Entidades territoriales indí-genas

“La conformación de las entidades te-rritoriales indígenas se hará con suje-ción a lo dispuesto en la Ley Orgánicade Ordenamiento Territorial, y su deli-mitación se hará por el Gobierno Na-cional, con participación de los repre-sentantes de las comunidades indí-

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genas, previo concepto de la Comisiónde Ordenamiento Territorial. (...) La leydefinirá las relaciones y coordinaciónde estas entidades con aquellas delas cuales formen parte.”

Art. 80. La acción de tutela en la Constitu-ción de Colombia

Toda persona tendrá DERECHO a laAcción de Tutela para reclamar antelos jueces, en todo momento y lugar,mediante un procedimiento preferen-te y sumario, por sí misma o por quienactúe a su nombre, a la protección in-mediata de sus derechos constitucio-nales fundamentales, cuando quieraque estos resulten vulnerados o ame-nazados por la acción o la omisión decualquier autoridad publica (…)

Los derechos de grupode los pueblos indígenas

Aunque las sentencias hablan por sí mis-mas, las argumentaciones en cada una sondignas de conocerse y trabajarse por cuan-to en ellas son observables reflexiones quedefinen por qué y cómo proteger un derechode modo particular a un pueblo indígena ycómo apuntar para que la igualdad sea realy respete la diferencia. Así entonces con res-pecto a la protección del derecho a la salud,por ejemplo, se falla para que puedan dis-poner de los servicios del sistema nacionalde salud, pero bajo políticas públicas con-cretas para que éste se adecue, por ejem-plo, introduciendo en los hospitales otramanera para abordar el parto o a los fami-liares del enfermo. Igualmente, obligando aque el sistema carcelario nacional posibili-te, toda vez que un recluso indígena lo soli-cite, atención de su sistema propio de sa-lud. Bajo esta aplicación eficaz de los dere-

chos fue posible que un chamán permane-ciera en el mejor centro especializado paraenfermedades del corazón bajo el cuidadode médicos ortodoxos y que Anastasio Pe-che como recluso recibiera atención deljaibana o médico tradicional embera en lacárcel.

El derecho a la supervivencia culturalEs la versión grupal del derecho a la vida y ano ser sometido a desaparición forzada. Aligual que el derecho a la vida, es el derechobásico de los individuos del que se deriva laposibilidad de ejercer los demás; dentro delos pueblos indígenas sucede lo mismo. Poresta razón, aparece en la mayoría de las sen-tencias relativas a derechos de los pueblosindígenas. Pero en particular fue decisivo enlas sentencias T-428 de 1992, T-342 de 1994,T-007 de 1995, SU-039 de 1997, SU-510 de1998 y T-652 de 1998.

El derecho a la integridad étnica y culturalEste derecho es el correlato del derecho in-dividual a la integridad personal. Es básicoen el sentido de que también es fundamen-tal el derecho a la supervivencia cultural. Aligual que el derecho anterior, aparece men-cionado en la mayoría de las sentencias dela Corte sobre el tema y, por tanto, fue tras-cendental en las decisiones de los casos quecorresponden a las sentencias T-342 de1994, SU-039 de 1997, SU-510 de 1998 y T-652 de 1998.

El derecho a la preservación de su hábitatnatural (integridad ecológica)Reconociendo la importancia que tiene paralas comunidades indígenas la preservaciónde su hábitat natural y consciente de loscambios culturales que las variaciones eneste hábitat pueden generar, la Corte ha re-conocido a las comunidades indígenas un

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derecho a la preservación de su hábitat na-tural. Este derecho fue determinante en lasdecisiones que se tomaron en las senten-cias T-380 de 1993, SU-037 de 1997, T-652de 1998, T-380 de 1993, SU-037 de 1997 yT-652 de 1998.

El derecho a la propiedad colectiva sobrela tierra habitada por la comunidadEste derecho de los pueblos indígenas apa-rece consagrado en la Constitución en dosde sus artículos. Es importante resaltar, sinembargo, que la Corte le ha dado el carácterde derecho fundamental de los pueblos in-dígenas y por tanto es susceptible de tutela,lo que no ocurre con el derecho individual ala propiedad, que sólo es tutelable cuandoestá en conexión con el derecho a la vida, laintegridad personal o la dignidad humana.Además de señalar su carácter de derechofundamental, la Corte ha concretado el textoconstitucional señalando que este derechoincluye a su vez cuatro derechos: T-567 de1992, T-188 de 1993, T-652 de 1998, T-257de 1993, SU-510 de 1998, T-652 de 1998, T-405 de 1993 y SU-039 de 1997.

Derecho a que cada comunidad tenga supropio territorio. Derecho a la división de losresguardos. S.T. 188 de 1993.

Derecho a la división de los resguardosDerecho a la unificación de los resguardos.Derecho de exclusión del territorio indígena.S.T. 652 de 1998.

Derecho a impedir la entrada o permanenciaen su territorio de personas indeseadas. O de-recho de exclusión del territorio. S.T.257 de1993; SU- 510 de 1998.

Límites al derecho de exclusión: a) Seguri-dad nacional T-405 de 1993, y b) explotación

de recursos cuando no se logra acuerdo, laconsulta ha sido adecuada y la intervenciónes justificada. T-567 de 1992, T-188 de 1993,T-652 de 1998, T-257 de 1993, SU-510 de1998, T-652 de 1998, T-405 de 1993 y SU-039 de 1997.

No obstante, la Corte enfatizó que la protecciónde la seguridad nacional es un interés que debeser protegido intentando causar el menor dañoa la comunidad indígena que habita el territorio.Cuando la intromisión (para llevar a cabo obraso realizar proyectos de exploración o explotaciónde recursos naturales, renovables o norenovables) se considere justa y se hayarealizado un proceso de consulta adecuado,así la comunidad no lo apruebe. Así loestableció en la sentencia SU-037 de 1997, endonde además aclaró cuándo podríaconsiderarse justificada la intromisión a pesarde la negativa de los indígenas.

El derecho a determinar sus propiasinstituciones políticas y a que éstas seanreconocidas por los agentes estatales(autonomía política). Este derecho fue protegidopor la Corte en las sentencias C-139 de 1996 yT-652 de 1998.

El derecho a administrar justicia en suterritorio y a regirse por sus propiasnormas y procedimientos (autonomíajurídica)Mostrando los alcances y límites que se lehan dado, es importante señalar que estederecho aparece por primera vez en lajurisprudencia de la Corte Constitucional enla sentencia T-254 de 1994, en la que la Corteaclara que se trata de un derecho deaplicación inmediata y que por tanto norequiere de una reglamentación del Estadocolombiano para ser reconocido. El derechotambién fue protegido en las sentencias C-

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139 de 1996, C-349 de 1996, T-496 de 1996y T-23 de 1997.

El derecho a la participación en la toma dedecisiones que puedan afectar a lascomunidades indígenas en su territorioEste derecho está consagradoexpresamente en el parágrafo del Art. 330de la Constitución y también en la Ley 21 de1991 (Art. 15). Ha sido protegido por la Corteen las sentencias SU-037 de 1997 y T-652de 1998.

El derecho a la igualdad lingüística de lascomunidades indígenas, que se concreta enel reconocimiento de la oficialidad de suslenguas en el área de influencia de lascomunidades, no estrictamente en susterritorios de resguardo.Este derecho fue protegido en la sentenciaT-84 de 1994.

El derecho a determinarse por sucosmovisión religiosa y a hacerla valer anteterceros (Autonomía e igualdad religiosas).Este derecho fue protegido en lassentencias T-342 de 1994 y SU- 510 de 1998.

El derecho al reconocimiento y protecciónde las prácticas médicas tradicionalesFue expresado en la sentencia C-377 de1994 y protegido en la sentencia T-214 de1997.

El derecho a la igualdad material de lascomunidades indígenasEsto es, a acceder a prestaciones del Estadocuando como comunidad se encuentra ensituaciones de debilidad manifiesta. Entreestas prestaciones se incluyen:

Educación. Derecho protegido en lassentencias T-007 de 1995 y T-717 de 1996.

Salud. El derecho a la protección en salud acomunidades en situación de debilidadmanifiesta fue protegido en las sentenciasT-342 de 1994, T-007 de 1995 y T- 652 de1998.

Suministro de agua potable. Fue protegidoen la sentencia T-007 de 1995.

Derecho al desarrollo de la comunidad segúnsus propias convicciones. Fue protegido enlas sentencias T-007 de 1995, SU-039 de1997 y T-652 de 1998.

Bloque de constitucionalidadConfiguran una unidad y base constitucionallos siguientes instrumentos internacionales:

La Convención de Derechos del Niño.La Convención Internacional sobre laeliminación de todas las formas dediscriminación racial.La Declaración y Programa de Acción deDurban.La Declaración Universal de DerechosLingüísticos.El proyecto de Declaración de DerechosIndígenas de la Organización de EstadosAmericanos.El Proyecto de Declaración de DerechosIndígenas en discusión en las NacionesUnidas.El Convenio 169 de la OIT.Foro Permanente para las CuestionesIndígenas en el seno de las NacionesUnidas.

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...indígena en Colombia

Capítulo 2

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C A P Í T U L O 2el primer problema que queremos resaltar loconstituye la falta de información quemanifieste el reconocimiento a la existenciade los indígenas. La negación de suidentidad, por parte tanto del Estado comodel resto de la sociedad, representa unhecho flagrante de discriminación,atentatorio contra la Constitución y los pactosy convenios internacionales de DerechosHumanos. Esta invisibilización lleva a lanegación de su existencia, cuyo resultadoes el reforzamiento de la discriminaciónporque lleva a la inacción de todos losactores institucionales y sociales.

La invisibilización de los indígenas comomiembros de un sujetos colectivos dederecho, como individuos con derechos ycomo una manera diferente de ser y de verel mundo y la vida, ha impedido que el paísconceptualice correctamente, reconozcajurídicamente, establezca políticas públicase instancias de participación adecuadaspara posibilitar su valoración y desarrollo.Lo anterior se expresa, entre otras cosas,en la inexistencia de estadísticas, estudioscientíficos y de indicadores e informacióngeneral y sectorial adecuadas que permitanuna mejor aproximación a la realidad queviven. Esta situación lleva a que las políticasque les afectan los considerenindiferenciadamente del resto de “pobres”,“vulnerables”, o “personas que viven enpoblaciones rurales”.

El hecho de que la información estadística yétnica puede prestarse a reforzar ladiscriminación o a una mala utilización porparte de los diseñadores de políticas (comoha sucedido en muchos casos) se convierteen una tarea sensible, por lo que losorganismos internacionales de derechoshumanos recomiendan que la población

concernida deba no sólo ser consultada sinoque tiene que participar en la información yen la vigilancia de los usos futuros que éstapueda tener.

La información general muestra de todosmodos los problemas más contundentes yello contribuye para que profundicemos enlos problemas de una realidad dramática einjusta y para que ojalá sensibilice a quienestienen parte de la solución.

2.1. Población y territorio

Con una población total, según el DNP,de 701.866 habitantes en cincomacroregiones identificadas como:

Amazonía, con 83 entidades territoriales (res-guardos y reservas), 44 grupos étnicos y unapoblación de 48.622, equivalente al 6.9%;Orinoquia, con 124 entes territoriales, 56grupos étnicos y 69.866 habitantes que re-presentan el 9.9% de la población indígenanacional, en la que se destacan los sicuani,con el 29.4%, los curripacos, con el 10.1% ylos tukano, con el 9.7% de la región.La región Centro Oriente, con 28 resguar-dos, entre los que se desatacan los pijao,con el 9%, los uva, con el 19% de una pobla-ción de 36.017 habitantes de la región, equi-valente al 5.1 % de la población indígenanacional.La región de Occidente con 222 resguardos, 27pueblos indígenas y 337.636 habitantes, lo querepresenta la mayor población del país (48.1%),destacándose el pueblo nasa o paez, con el35.1% de la población indígena de la región, losembera, con 1.1% de la región, los pastos, conel 16.4% y los guambianos, con el 6.1%.La Costa Atlántica cuenta con 22 entes terri-toriales, 17 grupos étnicos y 209.719 habi-tantes que representan el 29.4% de la po-

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blación de la región. El grupo mayoritario dela región es el wayú, con el 68.6% de la re-gión, le siguen los zenú, con el 16.1% y losarhuacos, con el 6.8%.Sin embargo, la diversidad de cifras sobrela población indígena cambia sustancial-mente de una institución gubernamental aotra; la Organización Nacional Indígena deColombia y el Movimiento de AutoridadesIndígenas de Colombia manifiestan que lapoblación indígena sobrepasa el millón.Esta desinformación acarrea problemaspara el desarrollo de los programas de go-bierno que permitan medir la cobertura realsobre la totalidad de esa población, más sise tiene en cuenta los desplazamientos for-zados a que están siendo sometidos losindígenas, obligándolos a ubicarse en lascabeceras urbanas. Del total de pueblos in-dígenas que habitan el territorio colombia-no, un 85% viven en tierras de resguardoslegalmente constituidos, mientras que200.000 indígenas, aproximadamente, notienen tierra y se encuentran fuera de susterritorios ancestrales.Sí bien es cierto que los pueblos indígenasposeen el 28% del territorio nacional, su ubi-cación, calidad, posibilidades de produccióny comercialización no son favorables ni sufi-cientes para obtener los recursos necesa-rios que les permitan una subsistencia dig-na y acorde con sus características propiasy que les posibilite una sustentabilidad.

La ubicación geográfica que estratégica-mente les concedió el Estado, aislándolos yseparándolos de los centros de desarrollo yubicándolos en zonas de frontera, los colo-ca hoy en los escenarios propicios para elincremento de la colonización indiscrimina-da, la producción de cultivos ilícitos, el uso ycontrol del territorio político, y los ha conver-tido en víctimas de la violencia y confronta-

ción armada entre paramilitares, gue-rrillas, colonos y terratenientes,provocando desplazamientosmasivos de individuos y co-munidades hacia otras co-munidades indígenasdentro del país, como lospaeces y emberas en elPutumayo, o hacia el ex-terior, por ser fronterizos,como los tule hacia las co-munidades tule de Panamáy los awá hacia Ecuador. Unfenómeno creciente y propio dela escalada del terror es el desplaza-miento hacia zonas urbanas.

El territorio para los indígenas constituye unabase espiritual y una base material comple-mentarias. Además de constituir el espacioque liga a numerosas generaciones con losantepasados, donde se origina su propiahistoria ligada a la identidad, la tierra es con-siderada como pariente que da origen a lavida o espacio madre a quien, por ende, sedebe cuidar y proteger, interpretar sus mani-festaciones para ayudarla a conservarsecomo vital para las generaciones venideras.Por todo ello, se considera que el territoriovincula a los indígenas con el pasado y tam-bién con el futuro; les otorga sentido de unióny de supervivencia en un proceso encade-nado de arraigo, de identidad y pertenencia.

El territorio es la base de la reproduccióncultural y de la condición integrante de unpueblo, que se relaciona directamente conla tierra como medio de sustento en la quese caza, recolecta, cultiva, se crían anima-les y se dispone de recursos naturalescomo agua, maderas, además de ríos y ca-minos necesarios para el transporte. El te-rritorio es base para la organización de la

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vida social, para el manejo adecuado de losbienes de todos y para lidiar los conflictosinternos. Marca límites frente a otras socie-dades y es el espacio para el fortalecimien-to de la autonomía.

Existen diferencias frente a los patrones demanejo del medio ambiente: “La tierra paralos indígenas tiene un significado amplio,que comprende no sólo la superficie sinolos recursos naturales –flora, fauna, ríos,lagos, etc.– que hay en ella. En contrastecon el concepto de propiedad individual, pro-pio de la cultura occidental, la tierra y losrecursos son generalmente poseídos y uti-lizados en forma comunitaria por los indíge-nas”.

A diferencia de la visión antropocéntrica oc-cidental, en las sociedades indígenas loshombres formamos parte de la naturaleza,junto a otros seres, y ésta no puede ser ob-jeto de uso desmedido ni menos aún deexplotación. A la tierra se le debe la propiaexistencia y por eso hay que cuidarla. Tal veza ello se debe el carácter de propiedad co-lectiva. Esta relación tan estrecha con la tie-rra y la naturaleza hace que hasta hoy lasdemandas principales de los indígenas ysus organizaciones tengan que ver con latierra y con el territorio. Tales demandas re-miten a los primeros tiempos de la invasióneuropea y han sido objeto de reclamos, pro-testas e incluso enfrentamientos entre indí-genas y no indígenas. Y es que sin territoriono es posible pensar ni en salud ni en edu-cación: “La pérdida de sus tierras (esencia-les para su modo de vida) ha sido una cons-tante en la historia indígena de América La-tina, y la lucha por la preservación o restitu-ción de sus derechos agrarios está en labase de muchos de los intentos recientesde los indígenas por organizarse. La tierra y

sus diversos recursos (los bosques, elagua, los animales, incluso los minerales)se ven principalmente como bienes colecti-vos, comunales, aunque la noción de losderechos de propiedad individual ha pene-trado en los indígenas después de déca-das de expansión capitalista [...] La cuestiónde la tierra no está aún resuelta para el indí-gena en América Latina, y su descuido porparte de los gobiernos –después de la olade reformas agrarias durante los años se-senta como parte del programa de la Alian-za para el Progreso– impone severas car-gas a los indígenas. (Stavenhagen,1997:71)10

En rigor, a diferencia de la percepción occi-dental de las cosas, la visión indígena delterritorio no considera únicamente lo físico-geográfico, ni tampoco sólo los aspectossociales inherentes a la vida sobre ese sue-lo; entre otras dimensiones incluye tambiénlo histórico espiritual. Ejemplo de esa visiónintegral respecto del territorio es lo que des-taca un líder kogui de la Sierra Nevada deSanta Marta cuando afirma la imposibilidadde parcelar los aspectos físicos y espiritua-les del territorio, al referirse al saneamientoterritorial afirma que: “Para ordenar el territo-rio, hay que ordenar el pensamiento. Lo quenosotros entendemos por ordenamiento te-rritorial no es sólo demarcar o delimitar unpedazo de tierra. Es mucho más profundo:se trata de ordenar el pensamiento para po-der vivir bien sobre ese pedazo de tierra. Osea que el ordenamiento territorial tiene dospartes: la espiritual, que se refiere al pensa-miento, y la física, que se refiere a la tierra.Para nosotros, esas dos partes no se pue-

10 Citado en Aylwin 2002: 7, de Stavenhagen, R. 1997.“Las organizaciones indígenas: actores emergentesen América Latina”. En Revista de la CEPAL. Agosto1997. 61-73. En López, Luis Enrique. Op. cit.

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den separar, siempre están unidas, pues elterritorio es uno solo. (Mamas Kággaba, 1994.En contratapa de Jimeno, G. y otros,compiladores.)

Desde una perspectiva tal, es comprensi-ble que hoy las organizaciones indígenas,en particular, y los pueblos indígenas, engeneral, consideren que un pueblo sin terri-torio se encuentra condenado a la extincióny que durante las últimas décadas lo reivin-diquen mediante movilizaciones y reclama-ciones de distinta índole. Y es que, comohemos podido apreciar, el reconocimientode los derechos indígenas implica recono-cer que los indígenas tienen derecho a re-cursos de distinta índole que garanticen sucontinuidad.

Cabe destacar, sin embargo, que tales re-conocimientos ocurren en un contexto decreciente conflicto, producto de la diversidadde intereses presentes en la cuestión terri-torial, y reflejan una virtual lucha de visionesdiferentes respecto a la relación entre elhombre y la naturaleza. Los indígenas, comohemos visto, reivindican su derecho a la tie-rra como condición sine qua non de su su-pervivencia y del ejercicio de su libertad. Porsu parte, los sectores dominantes de la so-ciedad, que coinciden con la visión que alrespecto tienen los latifundistas vinculadoscon la agroindustria y la actividad agrope-cuaria en general, los madereros, los mine-ros, las petroleras, entre otros, ven los re-cursos naturales y el territorio sólo desdeuna perspectiva de uso y explotación. De ahíque todos ellos juzguen las reivindicacionesindígenas y los reconocimientos territoria-les por parte de los Estados como un obstá-culo para el crecimiento económico y parael desarrollo de un país. Entran en conflictoasí dos visiones contrapuestas: la del hom-

bre como un miembro más y parte integralde la naturaleza y la del hombre como amo yseñor de la naturaleza.

Pero las demandas territoriales no caracte-rizan únicamente a los indígenas que aúnhabitan en los territorios ancestrales ni so-lamente en el campo. También constituyenun reclamo creciente de quienes, por diver-sos motivos y también por la agresión per-manente de la sociedad hegemónica criollomestiza, han debido desplazarse hacia lu-gares distintos al ancestral originario, lle-gando a ocupar incluso espacios en cen-tros poblados y ciudades de la región. Pare-ciera estar en construcción una noción deterritorio discontinuo vivido o imaginado peroigualmente importante y necesario para po-der considerarse como indígena. Senti-mientos como éstos contribuyen actualmen-te a la construcción cognitivo afectiva de lassociedades indígenas como transterritoria-les o translocales y también a la constitu-ción de una identidad indígena territorializa-da, que trascendiendo la comunidad indí-gena clásica se construye y reconstruye enuna relación permanente o periódica con loslugares de origen. Esta identidad se retroa-limenta con viajes y visitas, tanto propiascomo de parientes y vecinos, así como me-diante la reedición en las ciudades de lascelebraciones principales del lugar de ori-gen y de otras prácticas socioculturales que,apelando al trabajo comunitario y a la reci-procidad, buscan resolver problemas coti-dianos propios de las ciudades. Ello hace,por ejemplo, que hoy se postule incluso lanoción de ciudades multiculturales en lasque se reconozca no sólo la existencia demigrantes indígenas sino también el dere-cho que les asiste a los indígenas urbanos,originarios de otras comunidades y lugaresy también a aquellos nacidos ya en la ciu-

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dad, de contar con una base mínima de de-rechos que garanticen su continuidad so-ciocultural y el respeto a su identidad comoindígenas, incluso en el ámbito urbano (cf.García-Linera 2003).11

2.2. El movimiento indígenaen Colombia

A pesar de los procesos de asimilacióny reinterpretación de los diferentes sistemassociales económicos, políticos y tecnológi-cos que se impusieron a los indígenas,mediante procesos de resistencia y recrea-ción de lo propio, tomando medidas que vandesde las migraciones, la búsqueda de zo-nas de refugio, las sublevaciones, hasta lacreación de nuevas identidades étnicas,como son los nuevos procesos sociales deconformación de cabildos urbanos y cabil-dos urbanos multiétnicos, así como la im-plantación de organizaciones durante algomás de tres décadas, han logrado los indí-genas hacerse visibles y transformar rela-ciones con gran parte de las institucionesdel Estado que han conseguido valorar suaporte a la construcción de país. Algunosservidores públicos tienen claro el abando-no al que han estado sometidos, el peligroque corren y ante todo muchos más acep-tan la obligación y el reto de darles un tratodiferenciado que permita su existencia comopueblos distintos. A partir de 1991 se pre-sentan ajustes formales como se ha expre-sado en defensa de la diversidad cultural, elreconocimiento a sus formas de propiedadcolectiva y de gobierno, así como de partici-pación en asuntos públicos y de la políticanacional.

El movimiento indígena en Colombia reco-ge en sus planteamientos esta historia deluchas por la recuperación de sus territo-rios, el mantenimiento de sus identidades,cultura y autonomía, hasta alcanzar los es-pacios políticos y económicos con que hoycuentan en el país. Existen 34 organizacio-nes indígenas entre regionales y naciona-les, y aproximadamente 151 organizacionesde autoridades tradicionales, población en82 pueblos y un movimiento político nacio-nal, para participar directamente en el Con-greso de la República, tanto por la circuns-cripción especial, como por la utilización decanales democráticos de los partidos políti-cos, que ha venido logrando cargos de go-bierno departamentales y nacionales.

Mediante la participación en diferentes ins-tancias para la toma de decisiones, entre lascuales se encuentra la consulta previa, losindígenas tienen la alternativa de aceptar unproyecto o una ley, lo cual cambia el modelode gestión gubernamental y de participacióncomunitaria y ciudadana, ya que es impres-cindible configurar el desarrollo bajo marcosculturales diferentes que tengan en cuentalas aspiraciones de estos pueblos. Estoscambios configuran nuevos escenarios polí-ticos y derroteros para el reconocimiento desus derechos como sujetos colectivos comointerlocutores directos.

La nueva política indigenista del Estado ha deresponder a la presión firme ejercida por lasautoridades tradicionales y las organizacionesindígenas. Para algunos asuntos, como seha visto anteriormente, se recurre a nuevas ydistintas formas organizativas y a la Acción deTutela. El objetivo es siempre el mismo: comovoceros directos con el Estado, defender laautonomía en la toma de decisiones en asun-tos que corresponden a los pueblos. El enfo-11 Citado por Luis Enrique López. Op. cit.

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que del trabajo de las organizaciones indíge-nas no sólo se orienta a mejorar condicionesde existencia de los pueblos indígenas sinotambién a la construcción de una naciónmulticultural y con un Estado social de dere-cho como derrotero para todos.

2.3. Condiciones de vidaespeciales

Indígenas en la ciudad

Se han venido presentando en las ciu-dades indígenas desplazados. En Medellínen el año 2000, un grupo de 100 indígenas,no claramente clasificables de acuerdo a ungrupo étnico, se ubicaron en las calles. Paraunos eran emberas que vinieron a pedir li-mosna; los hombres, según esta versión,ponían a mujeres y niños a pedir limosna.Otros, los clasificaron como ecuatorianosque bajo la crisis económica viajaron a Pas-to, Popayán y Cali de donde salieron haciaMedellín, dado que fueron sacados de es-tas ciudades.

Es cada vez más grande el número de indí-genas que se trasladan a las ciudades yasea en busca de oportunidades de comer-cio, estudio, o por razón de la guerra. La pri-mera manifestación de este fenómeno se dacon los ingas del Alto Putumayo que iniciaronprocesos de mercadeo de su medicina y yer-bas naturales y establecieron un grupo im-portante que reproduce de manera adaptadausos y costumbres, lo cual les permite man-tener y afianzar su sentido de miembros deun pueblo distinto. Ellos han fortalecido laeducación bilingüe, las autoridades recono-cidas con competencia jurisdiccional hacenjusticia, y mantienen vínculos afectivos, so-ciales, culturales y políticos con sus comuni-dades de origen, pero también han sido anfi-

triones de otros individuos y grupos reciente-mente llegados a la capital.

Los indígenas en las ciudades se relacio-nan entre sí, y como indígenas pertenecien-tes a diversos pueblos han configurado ca-bildos multiculturales y pluriétnicos ymultilingüísticos. Unidos por el sentido de serpueblos distintos, amplían la solidaridad degrupo, intercambian visiones del mundo ytambién establecen matrimonios mixtos.

Pese a que son una minoría, han logradouna presencia respetada particularmente porla creciente participación de indígenas en elSenado y la Cámara, en cargos públicos y degobierno, y a una mayor difusión de lo étnicocultural indígena en los medios de comuni-cación y en la cotidianidad de los no indíge-nas en las ciudades. Esta presencia ha per-mitido a los citadinos conocer mundos indí-genas como el del yagé, la medicina tradicio-nal, las visiones religiosas, el amor a la natu-raleza, que son valorados particular-mente por grupos de jóvenes eintelectuales.

Los indígenas realizan trá-mites, participan en orga-nismos e instituciones,tienen sedesorganizativas que sonademás de puntos deencuentro y lugaresdonde proyectanasuntos, realizan ta-reas para conec-tarse con los na-cionales y condiferentes co-mun idadesinternaciona-les.

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Las ciudades en Colombia no están prepa-radas para recibir a los indígenas ni los in-dígenas para habitar la ciudad. Existen gru-pos identificados en Bogotá, Medellín, San-ta Marta, Valledupar, Sincelejo, Montería,Villavicencio, Popayán, Cali, Pasto, dondeviven en condiciones deplorables. Algunosrealizan rituales adaptados para sobrevivir.Las mujeres y las niñas trabajan en el servi-cio doméstico sin las garantías laborales yde protección legales. En algunas ciudadesintermedias, como Pasto o Popayán, estasmujeres son discriminadas y explotadas.Algunas comunidades religiosas tambiénutilizan niños y niñas para los servicios do-mésticos. En Chocó, Vaupés, Caquetá, Puer-to Carreño, Puerto Inírida, niñas indígenastrabajan como prostitutas, sometidas al pe-ligro de contraer enfermedades12.

Pese a la advertencia hecha hace cinco añosal Distrito Capital, a la Secretaria de Educa-ción y al Departamento Administrativo de Bien-estar del Distrito sobre la necesidad de pre-parar a los ciudadanos en valores multicultu-rales y adecuarse institucionalmente paraofrecer una educación especializada a losmigrantes indígenas, estudiantes, trabajado-res y funcionarios, hasta hoy se empiezan aexaminar estas necesidades y a configurarprogramas13. En todas estas situaciones demigración a la ciudad, los niños y jóvenesindígenas se ven privados del acceso a laeducación. Comienzan a surgir propuestasalternativas de educación indígena urbana,como la inga en Bogotá, que es pionera enColombia.

El Cabildo Inga de Bogotá tiene un jardín in-fantil y una propuesta bilingüe para atender alos niños y niñas ingas. Todo esto es productode una reafirmación cultural y étnica que co-menzó de otra manera, o sea, como mecanis-mo de supervivencia en la ciudad. Los indíge-nas se ocultan al emigrar a zonas urbanas;buscan no ser reconocidos como hablantesde otras lenguas, no utilizan la vestimenta pro-pia y no viven la cultura para poder adaptarsea la nueva realidad. Sin embargo, a medidaque se van adaptando van encontrando la ne-cesidad de adecuar su cultura al modo de vidacotidiano, en lo que es posible, de modo quefortalecen usos y costumbres que puedensobrevivir en un espacio distinto. Se utilizanlas lenguas propias, las bebidas y alimentos,se activan celebraciones rituales y se fortale-ce la solidaridad y la ayuda mutua para pro-yectar un futuro como grupo distinto.

Indígenas aislados y amenazados

Dentro de esta tipología de pueblos, hayindígenas que mantienen escaso contactocon la sociedad mayoritaria. Los nukak makú,que aparecieron en la vida nacional en 1989,manifiestan una fisonomía diferenciada delos pueblos indígenas de Colombia.

En 1988 unos pocos nukak, mujeres, jóvenesy niños sin ropas, casi sin ningún elementode nuestra sociedad y sin hablar una solapalabra de castellano, llegaron a Calamar,camino hacia un territorio ancestral, con rum-bo a los ríos Unilla e Itilla. Gracias a un misio-nero de Nuevas Tribus se pudo saber queeste grupo se llamaba a sí mismo Nukak, yque hablaba una lengua cercanamenteemparentada con la de los bara makú o kakwa.

Los nukak makú, grupo indígena de caza-dores recolectores, son conocidos como los

12 Aporte de Cacildo Yépez. Reunión UNICEF. Noviem-bre 5 de 2003.

13 Sánchez Botero, Esther. Configuración de valoresmulticulturales para la capital (Secretaria de Educa-ción) y proyección de la atención a los niños, niñas yjóvenes indígenas en la capital. DABS.

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últimos nómadas verdes que existen en elmundo. Ocupan parte de la reserva forestalde la Amazonía colombiana, entre los ríosGuaviare e Inírida y desde las sabanas deLa Fuga hasta el límite occidental del depar-tamento del Guanía. Esta área, que aprove-chan para cazar, pescar y recolectar produc-tos silvestres, engloba el territorio al que sehan visto confinados por el cordón coloniza-dor. Una característica fundamental de laforma de vida de los nukak es su organiza-ción en pequeños grupos o bandas nóma-das (oscilan entre 6 y 30 personas) unidaspor relaciones de consanguinidad, afinidado alianza.

El nomadismo permanente es la particulari-dad que los diferencia de otras sociedadestribales. Estos indígenas se desplazan apro-vechando los sitios donde hay agua, las con-centraciones de especies vegetales para larecolección de frutos, las zonas de pesca ycacería, y los lugares de habitación tempo-ral, de encuentro y de intercambio. Con ellocompletan el ciclo anual de la vida silvestre.Se desplazan con lo indispensable parareinstalarse en otro sitio. Su grande y únicariqueza es la selva. Cuando un grupo agotaen un lugar los recursos que ofrece la natu-raleza, se traslada a otro sitio.

La población, según informantes de la re-gión, entidades y misioneros, se calculó en3.000 personas Hoy la población se calculaentre 700 y 1.000 individuos y hay quienesafirman que son sólo 400, dado el impactode las fumigaciones y las enfermedades. Elcontacto de este grupo indígena con el mun-do exterior les generó daños irreversiblesque hacen peligrar su existencia, su cultura,su independencia, su forma particular de re-lacionarse con la naturaleza y su vida comocolectividad étnica. Los nukak ya han sufri-

do violación de sus derechos humanos, hansido víctimas de epidemias y algunos de susniños han sido raptados. Además, varios desus miembros se han vinculado como tra-bajadores cocaleros.

A pesar de ser muy reconocida la problemá-tica que afecta a los nukak, los enredos bu-rocráticos impiden aplicar los recursos detransferencias ahorrados cada año que lescorresponden. La situación es especial-mente dramática para los niños, muchos delos cuales se hallan en orfandad y despro-tección. El ICBF tiene conocimiento de quetreinta niños viven por fuera de la comuni-dad, sin incluir nueve que se encuentran bajoprotección de esta entidad estatal. Lo ante-rior sin contar algunos niños que viven conlos colonos.

¿Cuál es el futuro de los nukak makú enmedio de la guerra, la colonización, la explo-tación brutal y depredadora de los recursosnaturales y el aniquilamiento de la poblaciónpor epidemias? Una de las necesidades másapremiantes tiene que ver en primer lugarcon la posibilidad de vivir en un territorio concondiciones naturales protegidas.

Indígenas de frontera

Los tratados internacionales con paísesde frontera manifiestan que los indígenashabitantes de dos países fronterizos partici-pan de la doble nacionalidad. Sin embargo,frente a situaciones concretas, esta directrizno se realiza. Es el caso de los a’wa ecuato-rianos en Colombia, de los wayú en Vene-zuela, de los tikuna de Brasil, o de los tuleen Panamá.

Los indígenas de frontera que viven en territo-rios continuos o en territorios internos tienen

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ciertos problemas particulares: separación deunidades sociales como clanes; las necesi-dades como pueblos se manejan de mododiferencial en los países fronterizos; los ca-sos de niños de protección, por ejemplo, sonmás complejos de manejar por cuanto haycompetencias jurisdiccionales especificaspuesto que si son nacionales, el manejo degrupos identificados como de otra nación con-figura un problema de orden público; los gas-tos para efecto de ayuda, transportes o gastosinstitucionales se complican pues no puedenhaber recibos dentro de una contabilidad na-cional que sean emitidos en otro país.

Se está en mora de examinar y generar unapolítica al respecto.

En el año 2002 la prensa nacional registróel rechazo del gobierno panameño paraaceptar la presencia de tules colombianosen territorio de frontera.

El ICBF de Cali descartó como su responsa-bilidad asumir los cuidados a familias indí-genas ecuatorianas que debido a la crisiseconómica se desplazaron a Colombia.

El ICBF de Riohacha aceptó proteger al niñowayú venezolano que llegó a Colombia.

2.4. Conflicto internoy violencia

El conflicto armado insurgente es más pro-fundo y está más extendido que en cualquierotro momento de las últimas tres décadas, yhan disminuido las zonas con una presenciaactiva del Estado. En las últimas cinco déca-das, los implicados en el conflicto armado hanpasado de ser la guerrilla y las Fuerzas Arma-das a incluir a los carteles de la droga y a losgrupos paramilitares armados de derecha, lo

que se ha visto acompañado de un aumentoen la densidad, tanto espacial como en térmi-nos de redes recíprocas interdependientesentre las diferentes partes. El conflicto arma-do interno se ha convertido en una lucha porcontrolar el territorio en la que muchas zonasdel país, en especial las rurales, se hallan endisputa activa entre la guerrilla izquierdista ylos grupos derechistas armados. Los munici-pios con algún tipo de presencia guerrilleraaumentaron del 17 % en 1985 al 58 % en 1995.Si a esto se añaden las zonas con actividadde los paramilitares, los traficantes de droga ylas Fuerzas Armadas, aproximadamente el 75% del país se encuentra bajo algún nivel deconflicto armado. El Ejército y la Policía colom-bianos han sido incapaces de garantizar laseguridad de los ciudadanos y la impunidades común ante las crecientes violaciones detodo tipo de los derechos humanos. Comoconsecuencia, las corporaciones municipalesy las instituciones de gobierno han perdido susoberanía y aumenta la cantidad de colom-bianos asesinados y desplazados».

Conflicto armado y desplazamiento indígena14.

Este apartado es fundamental para en-tender la grave situación de violencia que

14 Este documento -que hemos resumido con el fin depresentar su contenido estructural- forma parte de unestudio de caracterización del desplazamiento indíge-na en cinco zonas: Cauca, Putumayo, Sierra Neva-da, Urabá y Chocó. El análisis del conflicto armado,que aquí se presenta, tiene como base el estudiocomparativo de los informes regionales de las cincozonas mencionadas y un taller en el que participaronlos integrantes (indígenas y no indígenas) de los equi-pos regionales de investigación y dirigentes de laOrganización Nacional Indígena de Colombia, ONIC.Los datos e informaciones concretas que sustentanlas afirmaciones de este documento se refieren ex-clusivamente a las regiones del estudio. Pero el con-flicto armado se extiende por todo el país, afectandono sólo los territorios indígenas sino toda la sociedadcolombiana. Remitido vía correo electrónico porCasildo Yépez.

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afrontan los pueblos indígenas de Colom-bia. Entendemos por violencia los actos de-liberados con el objeto de causar daño15.

El actual conflicto armado se ha hecho pre-sente en los territorios indígenas desde suscomienzos hasta llegar actualmente a afec-tar la mayoría de comunidades indígenasdel país. La expansión del conflicto arma-do por los territorios indígenas tiene quever, fundamentalmente, con los siguientesfactores: a) las ventajas estratégicas de losterritorios indígenas para los grupos ilega-les (insurgencia, narcotráfico, paramilita-res) como zonas de refugio, como corredo-res para el tráfico de armas, drogas, con-trabando y movilización de sus efectivos, ypara ejercer desde allí el control de zonaseconómica y militarmente estratégicas; b)la inversión de grandes capitales en zonascercanas a territorios indígenas o directa-mente en ellos, atrayendo primero a la in-surgencia por razones políticas y finan-cieras y luego a la contrainsurgenciapara defender las empresas; c) laexpansión de los cultivos ilícitos,coca y amapola, que terminaroninvadiendo casi todos los terri-torios indígenas y convirtién-dose en la principal fuentede financiación de los ac-tores armados de uno yotro bando; y d) la ex-pansión delnarcolatifundismohacia zonas conalto potencial devalorización detierras.

Insurgencia, contrainsurgencia, narcotrá-fico, empresas multinacionales y mega-proyectos estatales son fuerzas externas,de gran magnitud e impacto, de muchopeso económico, capaces de desestabi-lizar las estructuras ambientales, territo-riales, culturales y sociales de cualquiercomunidad, de imponer su dominio y pre-cipitar altos niveles de violencia. La evi-dencia demuestra que los impactos tien-den a ser peores en aquellos territorios ycomunidades indígenas que no han lo-grado plena consolidación, ya sea porqueel Estado no les ha legalizado sus territo-rios, porque son comunidades desorga-nizadas o recientemente conformadas ocon muchas contradicciones internas –como el caso del Naya en el Cauca, delos kankuamos en La Sierra y de las co-munidades más vulnerables de Urabá,

15 Definición dada en conversaciónpersonal con la antropóloga MyriamJimeno.

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Chocó y Putumayo–16. La afirmación de laautonomía comunitaria y la resistenciafrente al conflicto armado y a todas estasfuerzas desestabilizadoras ha empezadoa gestarse en las regiones donde las co-munidades y las organizaciones indíge-nas han sido más fuertes, particularmen-te en el Cauca y Antioquia.

Casi todos los grupos guerrilleros que hanexistido en el país han operado en territo-rios indígenas17. Incluso los indígenas mis-mos tuvieron su propio movimiento arma-do: el denominado “Quintín Lame”, para pro-tegerse de los terratenientes y de la repre-sión estatal desatada contra ellos en el go-bierno de Turbay Ayala (Estatuto de Seguri-dad), como también contra las arbitrarieda-des de otros grupos guerrilleros18.

Las actividades insurgentes, aunque inicial-mente no estuvieran dirigidas contra las co-

munidades indígenas, han sido expresión yfuente de conflicto armado, por la persecu-ción de los organismos de seguridad delEstado contra la insurgencia y sus colabo-radores (reales o supuestos), por laretaliación paramilitar y finalmente por lospropios conflictos y contradicciones de losgrupos armados con las comunidades. Lapermanencia de la guerrilla en las comuni-dades induce necesariamente interaccionesvoluntarias e involuntarias, por lo cual lascomunidades de las denominadas zonasrojas pueden fácilmente ser señaladas decolaboradoras de la guerrilla. Algo similarsucede con las comunidades de las zonasbajo control paramilitar, que son vistas porlos guerrilleros como colaboradoras de lafuerza pública y los paramilitares. Estosseñalamientos tienen sus costos para lapoblación civil, que a la larga termina sien-do señalada y víctima de ambos bandos.

Las actividades de secuestros e incautaciónde ganado, vehículos, dinero y otra clase debienes por parte de la guerrilla, desplazán-dose con ellos hacia las montañas y territo-rios indígenas, coloca a estas comunida-des, al igual que a los campesinos y comu-nidades negras, en situación de alto riesgoante la retaliación por parte de la fuerza pú-blica y los paramilitares. Por ejemplo, el casode la masacre del Naya en el Cauca por partede los paramilitares, en la que murieron másde cien personas (muchas de ellas indíge-nas paeces), después de que el ELN entre-gó allí a los secuestrados de La María y delkilómetro 18.19 Por lo anterior, una de lasconclusiones del reciente Congreso de los

16 El Naya, Cauca, territorio recientemente colonizado(a partir de 1952), su primer cabildo lo eligen en 1994.En la masacre de abril del 2001 murieron alrededor deun centenar de personas.Kankuamos: es la etnia menos tradicional de la SierraNevada y no tiene territorio consolidado. Aquí esdonde ha sido más intensa la guerra, han sido asesi-nados 150 kankuamos desde el año 96 y allí se hanpresentado desplazamientos masivos.En el Putumayo los indígenas quedaron reducidos aresguardos muy pequeños y dispersos, además deque las comunidades del eje Mocoa-Puerto Asís nohan legalizado sus territorios. Este es el escenariomás intenso de guerra en el país.

17 Actualmente, en La Sierra Nevada, hacen presencialos frentes 19 y 59 de las FARC y el frente 6 dediciembre del ELN. En la Serranía del Perijá hacenpresencia el frente José Manuel Martínez del ELN y el41 de las FARC. En Putumayo, los frentes 13, 22,27, 32 y 48 de las FARC. En la década de 1980 hizopresencia el frente “Aldemar Londoño” del EPL. En1984-86, el M-19. En 1998 el frente Comuneros delSur del ELN. En el Cauca han hecho presencia.

18 Recuérdese, por ejemplo, la masacre de Caloto, elasesinato del sacerdote Álvaro Ulcué, indígena paez,en los cuales estuvieron involucrados miembros dela fuerza pública. Y, por otra parte, la masacre delcabildo de Huellas por las FARC en momentos enque se dirigían a un congreso del CRIC, o las barba-ridades del extinto grupo guerrillero “Ricardo Franco”en territorios indígenas del Cauca.

19 Aunque la masacre del Naya estaba plenamente anun-ciada, las fuerzas de seguridad del Estado no la impi-dieron. Por su parte, los guerrilleros del ELN, al oír losprimeros disparos, abandonaron la zona dejando iner-mes a las comunidades.

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Pueblos Indígenas de Colombia (nov. 2001)plantea frente a los grupos insurgentes: “lesseguimos exigiendo que salgan de nues-tros territorios, modifiquen sus procedimien-tos contrarios al pueblo, respeten la autori-dad, territorios, gobierno y ejercicio de la ju-risdicción indígena”.20

En desarrollo de actividades mineras, pe-troleras y de grandes proyectos de infraes-tructura energética y vial, a cargo de empre-sas multinacionales, se han venido hacien-do grandes inversiones de capital en territo-rios que anteriormente estuvieron al mar-gen del desarrollo económico del país,como las selvas de la Amazonia y del Pacífi-co y los Llanos Orientales21. La inversión decapital multinacional en este tipo de proyec-tos, que por lo general se ubican en tierrasbajas, es una de las características del nue-vo modelo de desarrollo económico del país.En muchos de estos territorios hay presen-cia de comunidades indígenas.

Si bien estas fuentes de capital pueden seruna fuente muy importante de desarrollo so-cioeconómico, su historia, en muchas re-

giones, ha dejado experiencias muy negati-vas para el medio ambiente y las comunida-des locales, por lo cual no siempre son vis-tas como opciones positivas de desarrollosino, por el contrario, como fuente de frus-traciones, corrupción, violencia, conflictos einseguridad22. “La explotación de hidrocar-buros en el Putumayo, lejos de ser una fuentede progreso y desarrollo de las comunida-des indígenas, se ha constituido en factorde crisis sociocultural. Las grandes ydescontroladas oleadas migratorias provo-cadas por el “boom” petrolero han despla-zado a los grupos étnicos hasta llevarlos amínimos espacios territoriales que ponenen riesgo su supervivencia como tales.”

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Son muchos y muy álgidos los conflictos quese han presentado entre comunidades indí-genas con las multinacionales y con el Es-tado colombiano por sus consecuenciasnegativas sobre el territorio (invasión masi-va de colonos), los recursos naturales(deforestación, contaminación) y la integri-dad étnica de las comunidades (desorgani-zación, desintegración familiar, conflictos devalores). Por ejemplo, el caso de los indíge-nas uwá con la Occidental Petroleum o el delos embera contra la represa de Urrá24. Otro

20 Congreso celebrado en Cota, nov. 25 a 30 de 2001.Relatoría del tema: Conflicto Armado, La búsquedade la paz y La participación indígena en este proceso.p.6.

21 Explotaciones mineras en Chocó. Madera en Chocóy Putumayo.Petróleo en Putumayo y exploraciones en Urabá.Megaproyectos de infraestructura: represa Urrá, enel Sinú, afectando a los indígenas embera.Vías: Carretera variante de Los Contenedores, en laCosta Atlántica, que une el Urabá antioqueño y lallanura del Caribe con Venezuela. Esta vía afecta alos indígenas kankuamo en el Cesar. Eje Valledupar-San Juan del Cesar y Valledupar-Bosconia. Eje Mocoa-Puerto Asís en el Putumayo. Vía Popayán-Cali, enCauca. Eje Mutatá-Bajirá y Dabeiba-Arboletes enUrabá.“El puente internacional sobre el río San Miguel, cons-truido en territorio de los indígenas COFAN (Reservade Yarinal), ha generado protestas de los indígenas,ya que esta obra no fue concertada con las comuni-dades y potencia el asentamiento de colonos en elinterior de la reserva”. Informe Putumayo, p. 20.

22 El problema no es solamente en Colombia sino enmuchos países. Durante los días 21 al 23 de marzo de2002, se reunieron en Petén, Guatemala, 98 organiza-ciones y comunidades de 21 países del mundo ante lapreocupación general causada por los planes de cons-trucción de represas con diferentes fines en diferen-tes regiones. Anualmente se celebra el Día Mundial deAcción contra las Represas. Estos datos se traen acuenta, no como posición en contra del desarrollo delas fuerzas productivas sino como evidencia de laconflictividad que implican estas inversiones multina-cionales en la forma como se están activando.

23 Informe del Putumayo: “Aproximación y reseña alconflicto social y político y su impacto en las comu-nidades indígenas”, p. 14.

24 “El jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia,AUC, señala que mató lideres indígenas por oponersea la construcción de la represa”. Informe Antioquia, p.17.

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de los impactos negativos es, precisamen-te, el relacionado con el problema del con-flicto armado y sus consecuencias sobre eldesplazamiento indígena.

Para la insurgencia, las grandes inversioneseconómicas mencionadas se constituyen enobjetivos militares estratégicos de su luchacontra el capitalismo y en fuentes de finan-ciación, mediante las denominadas “vacu-nas” o exigencias de dinero a las empresaspara dejarlas adelantar sus labores. Por suparte las empresas, para proteger sus inver-siones económicas, consiguen el apoyo delejército y contratan grupos privados de segu-ridad, legales e incluso ilegales y hasta lespagan a las guerrillas mismas. De esta ma-nera, el problema de la seguridad se tornaen un negocio que crece, en un círculo vicio-so, con la intensidad del conflicto.

Como varios de los proyectos aludidos sehan ubicado en territorios indígenas o ensus alrededores, algunos de estos territo-rios han sido utilizados por los grupos in-surgentes para presionar desde allí a lasempresas, atrayendo, por consiguiente, larepresión contra las comunidades. Los pa-ramilitares, por su parte, se encargan degarantizar círculos de seguridad, eliminan-do violentamente los obstáculos que pue-dan afectar el desarrollo de las activida-des empresariales. Los conflictos de losindígenas con las empresas tienden a seraprovechados por los grupos insurgentesy contrainsurgentes en sus propósitos deavance territorial. El hecho de haber termi-nado siendo víctimas de todos los actoresarmados ha llevado a los indígenas a tra-tar de guardar distancias, apoyándose,más bien, en la denuncia y en la solidari-dad internacional de ONGs, entidades, go-biernos y grupos activistas de derechos

humanos25. Algunos dirigentes indígenashan sido asesinados y desaparecidos porliderar la resistencia de las comunidadescontra este tipo de proyectos y contra lapresencia de los grupos armados en susterritorios26.

Los cultivos ilícitos

La expansión de los cultivos ilícitos porlos territorios indígenas y del conflicto arma-do que conllevan tiene que ver con los si-guientes factores: 1) La tradición indígenadel uso de la coca, cuyos conocimientos,

25 Por ejemplo, la jornada “Para que Embera Viva” y labúsqueda del desaparecido líder indígena Kimy Pernía,en la que participaron grupos solidarios provenientesde varios países europeos.

26 Por ejemplo, el indígena embera Kimy Pernía, en elSinú.

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tecnologías y variedades genéticas de laespecie han sido aprovechados por losnarcotraficantes, como también éstos hanutilizado los avances científicos y tecnológi-cos occidentales. 2) La situación objetiva depobreza, la carencia de tierras, la crisis delsector agropecuario, la falta de apoyo esta-tal en muchas comunidades indígenas. Aligual que en muchas comunidades campe-sinas y de colonización, éstas han sido lasprincipales razones para que la gente searriesgue a los cultivos ilícitos en procurade unos ingresos económicos que nuncahan podido lograr en la economía legal. 3)Para los narcos, igual que para los gruposarmados, los territorios indígenas presen-tan condiciones propicias, por ser zonas ale-jadas, de difícil acceso, con nula o poca pre-sencia estatal y con abundancia de bosques

que les permiten mimetizar los cultivos, loslaboratorios de procesamiento y demás re-querimientos de la economía ilegal.

Con los cultivos ilícitos llegaron a las comu-nidades nuevos problemas como la inva-sión territorial por parte de colonos y cultiva-dores de coca y amapola, la deforestación,la degradación de los recursos naturales, ladesorganización de las comunidades, eldescontrol de la juventud, la desintegraciónfamiliar, la pérdida de identidad cultural, laviolencia de los narcotraficantes, la delin-cuencia común, los grupos armados y mu-chos otros problemas que terminaron agra-vando la situación de las comunidades27. Envarias oportunidades los indígenas de dife-rentes regiones se propusieron por sí mis-mos erradicar y prohibir los cultivos ilícitos28 ollegaron a acuerdos con el gobierno nacio-nal para la erradicación manual de los culti-vos y su sustitución por otros cultivos o acti-vidades económicas con apoyo estatal (pro-grama Plante)29.

Primero fue el cultivo de la marihuana o bo-nanza marimbera que afectó algunos terri-torios indígenas en la década de los añossetenta30, luego el auge de la coca desde

27 “La unión narcotráfico-guerrilla es un poderío que nodeja prosperar la organización de cualquier comuni-dad”. Informe Cauca, p. 14.

28 Por ejemplo, los indígenas a´wá en Nariño o los koguide la Sierra Nevada.

29 Actualmente está en vigencia un acuerdo entre elgobierno nacional y la Organización Zonal Indígenadel Putumayo, OZIP, para la sustitución de cultivosen las zonas indígenas, por un valor de treinta y seismil millones de pesos, cifra que de no tener prudenciaen su ejecución puede llevar a resultados paradóji-cos.En el Cauca se firmó en 1994 el Acuerdo de Jambalópara la erradicación voluntaria, el cual sólo se hacumplido parcialmente.

30 Por ejemplo, en la Serranía del Perijá, la bonanzamarimbera (marihuana) empezó en 1982, afectandolos territorios de los indígenas yukpa en: Sokomba,Siberia, Las Pampas, La Misión, San José, Sikakao yLa Pista.

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finales de los años ochenta, en la mayoríade los territorios de clima cálido, y finalmen-te la amapola, en la década de los noventa,en las zonas de páramo y clima frío31. Losnarcotraficantes fomentaron el cultivo masi-vo de la amapola que se expandió por laszonas más altas de las cordilleras, que eranprecisamente las tierras en las que habíanlogrado sobrevivir las comunidades indíge-nas de la región andina.

Detrás de los cultivos ilícitos llegaron losgrupos insurgentes y luego los paramilita-res en la búsqueda de financiación median-te las exigencias de dinero a todas las acti-vidades de la cadena productiva. Posterior-mente fueron los grupos armados mismos(guerrilleros y paramilitares) los que se en-cargaron de fomentar los cultivos, llegandoincluso a obligar a las comunidades a ha-cerlo, persiguiendo y asesinando a los líde-res que se opusieron a que sus comunida-des siguieran involucrándose en estas acti-vidades cuyas consecuencias negativas lesresultaban cada vez más evidentes.

La disputa entre todos los actores armadospor los recursos financieros derivados delos cultivos ilícitos y actividades asociadasy, por otra parte, las fumigaciones32, las acti-vidades de la policía antinarcóticos, del ejér-cito y demás acciones del gobierno y del PlanColombia contra los cultivos de uso ilícito,arreciaron el conflicto social, ambiental y ar-mado, con sus consecuencias sobre el des-plazamiento de la población indígena.

Expansión narcolatifundista

Desde hace dos décadas se viene produ-ciendo en algunas regiones de Colombia unacontrarreforma agraria por parte denarcolatifundistas que vienen acumulandopropiedad territorial en zonas de alto potencialde valorización, como es el caso de las tierrascercanas a los sitios donde se están realizan-do megaproyectos de infraestructura y gran-des inversiones de capital empresarial, laszonas de gran riqueza en cuanto a los recur-sos del subsuelo y de la biodiversidad o, comoha sido el caso de Urabá, donde se proyectangrandes obras como el canal interoceánico yla vía panamericana, o por ser una zona estra-tégica para el narcotráfico y el contrabando yapta para la ganadería, el banano, la palma yotros cultivos industriales.

La expansión narcolatifundista se ha venidoapoyando en la violencia paramilitar, expul-sando colonos y campesinos, poblaciónnegra y población indígena. Los resguardosindígenas y territorios colectivos de las co-munidades negras –consagrados por laConstitución nacional como territoriosimprescriptibles, inembargables e inajena-bles– constituyen un obstáculo para la lega-lización de los latifundios, pero no han im-pedido la presencia del conflicto armado.

“Desde hace más o menos diez añosse ha agudizado la pelea

entre paramilitares y guerrilleros,que ha dejado a muchos campesinos e

indígenas muertos,caseríos abandonados,

el pueblo de Saiza destruidoy quemado y finalmente

más de cinco mil campesinosy cientos de indígenas desplazados en el

último año.” 33

31 Al Putumayo llega la coca a finales de la década de1970, presentando su mayor auge hasta 1985, añosen los cuales también se consolida la presencia gue-rrillera en este departamento.

32 No sólo las fumigaciones de ahora con el Plan Co-lombia. En 1985 y 1986 hubo fumigaciones en territo-rios indígenas de la Serranía del Perijá. 33 Informe Antioquia. p. 16.

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Con el auge relativamente reciente de losparamilitares y su rápida expansión por todoel territorio nacional34 –desafiando y sacan-do a la insurgencia de muchas zonas dondeésta ejerció por muchos años una posiciónhegemónica–, el conflicto entró en una nue-va fase, más intensa y degradada, deretaliación y terror contra la población civil, dedisputa territorial35 y confrontación armada deguerrilleros contra paramilitares y fuerzas delEstado, de lucha a muerte por el control delos recursos naturales, la población, la políti-ca y las economías regionales.

Podríamos hablar de la fase anterior comode fase de hostigamiento, y de la presentecomo fase de confrontación y disputa territo-rial. Esta nueva fase es el resultado de unrelativo equilibrio en la correlación de fuer-zas, lo cual lleva a pasar de estrategias dedefensa a estrategias de ataque, saliendo abuscar al enemigo, aunque sin dejar de es-quivar tácticamente la confrontación directani de hacer víctima a la población civil. Deesta manera, los escenarios cambian confrecuencia de dominio militar: unas veces laguerrilla, otra los paramilitares o el ejército.La situación se calma relativamente mien-

tras dure la hegemonía de un solo grupo.Luego vienen las represalias de los unos ode los otros contra las comunidades. La cre-ciente mancha roja que se extendía desdelas fronteras de colonización hacia las ciuda-des pasa a convertirse en un mosaico decolores en pugna en todo el territorio nacio-nal. Los exabruptos de la guerrilla han abo-nado el terreno para la expansión paramilitary la tolerancia de la opinión pública hacia laguerra contrainsurgente.

Los paramilitares, en su versión actual, cuen-tan con apoyo político de un sector de la clasedirigente y con fuentes muy grandes de finan-ciación derivadas del narcotráfico, de las con-tribuciones de ganaderos y de empresasagroindustriales y mineras, además delboleteo, del cobro de tributos y de extorsión ala población civil. Pero su expansión no podríaexplicarse solamente por el factor económicosino, además, por el apoyo que han recibidode parte de algunos sectores de las fuerzasarmadas, de la clase política y empresarial.En algunos lugares la entrada del ejército aterritorios indígenas ha sido inmediatamenteprevia e incluso simultánea a la entrada delos paramilitares36. En muchas oportunidadeslos militares no han hecho nada por impedirmasacres anunciadas por los paramilitares,como sucedió en el caso de la masacre delNaya que fue anunciada con meses de antici-pación37. En la Sierra Nevada, doce mil cam-pesinos e indígenas se desplazaron y se to-

34 Al municipio de Riosucio en el Chocó los paramilita-res entraron por primera vez en 1996 y a Juradó,municipio del mismo departamento, en 1997. Susactividades en el Cauca empezaron desde octubre de1997; al Naya, en particular, ingresaron en el 2000.En el norte de Urabá iniciaron sus actividades desdemediados de 1994. En el Putumayo hicieron sus pri-meras intervenciones entre 1987 y 1991 “los Macetos”y “los Combos”. Fue muy sonado el caso de la baseen El Azul, a orillas del río San Miguel, con expertosisraelíes.

35 Por ejemplo, los combates de las FARC en el Cesar,en la zona de Patillal, Badillo y Los Corazones, bajo elcontrol de las AUC.“En 1999, se presentan continuos enfrentamientosentre el Ejercito, paramilitares y guerrilla en áreas dela Serranía de Abibe y en el eje carreteable Mutatá-Pavarandó-Uradá, que produce un gran desplazamien-to forzado campesino hacia la cabecera municipal deMutatá”. Informe Antioquia, p.14.

36 El 20 de diciembre de 1996 el ejército y los paramili-tares entran en Río Sucio, población sobre el ríoAtrato en el departamento del Chocó. Son asesina-dos más de cien personas de las comunidades ne-gras. El ejército bombardea y monta una base militaren Río Sucio. También establece una base militar enel río Salaquí. Informe del Chocó.

37 Precisamente por haber venido a Bogotá a implorarleal gobierno que impidieran la masacre, fue asesinadopor el ELN el gobernador indígena del cabildo delNaya. Informe de La Sierra, p. 67.

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maron la carretera principal durante la cuartasemana de enero del 2002, presionando paraque el ejército frenara la guerra entre dos fac-ciones de los paramilitares y que se pararalas represalias por el secuestro y asesinatode la doctora Consuelo Araujo en inmediacio-nes del territorio de los indígenas kankuamos.

“A pesar de los requerimientos e informacio-nes de la comunidad sobre el inminente ries-go de acciones armadas, la fuerza pública notoma las medidas pertinentes y por lo generalaparecen después de ocurridos los hechos.”Estos hechos han sido denunciados por to-dos los organismos de derechos humanos ypor ello Estados Unidos ha llegado a condi-cionar el apoyo del Plan Colombia al respetopor los derechos humanos y a romper los la-zos de miembros de la fuerza pública con losparamilitares. Varios militares han sido acu-sados y procesados por estas razones.

En cuanto a la geografía de la guerra, los pa-ramilitares –al contrario de la insurgencia quetiende a ubicarse en las partes más altas y

remotas de las cordilleras, en las cabecerasde los ríos de las llanuras selváticas y en laszonas de colonización– procuran establecer-se en cercanías a las cabeceras municipa-les, a los principales centros urbanos y capi-tales de departamentos, próximos a basesmilitares o de policía38, en las tierras bajas yen cruces de vías39 y sitios estratégicos des-de donde puedan ejercer el control de perso-nas, alimentos, medicinas, comunicacionesy cualquier clase de apoyo para la insurgen-cia. Para unos y otros, el litoral Pacífico se haconvertido en una región estratégica para eltráfico de armas y, por tanto, en zonas de dis-puta territorial entre ambos bandos, afectan-do mayormente a comunidades indígenas ynegras que son las que predominan en estaregión. Tumaco, Guapi, Buenaventura, BahíaSolano y Jurado, que son los principales cen-tros urbanos de la costa del Pacífico, se hanvisto afectados por desplazamientos de co-munidades indígenas y negras debido a ma-sacres y combates en sus alrededores40.

38 Base paramilitar “Mártires del Valle de Upar”, cerca dela base del ejército en Valledupar. Base paramilitar enTimba, Cauca, a media hora de la Tercera Brigada delejército en Cali. Base paramilitar en Juradó, Chocó, ybase militar en Bahía Solano. En Puerto Asís, Putu-mayo, tienen asiento grandes bases militares, policíaantinarcóticos y paramilitares.

39 En el sitio La Y de Los Corazones, a diez minutos deValledupar, desde donde las AUC controlan la entradahacia la Sierra Nevada, específicamente al territoriode los kankuamo; el eje Valledupar-San Juan del Ce-sar y Valledupar-Bosconia. En Urabá, los ejesDabeiba-Arboletes y Mutatá-Bajirá. En Putumayo, lacarretera entre Mocoa y Puerto Asís.También la guerrilla ha hecho retenes móviles esporá-dicos en las vías en todo el país, por ejemplo en lavía Cali Popayán en el Cauca; o en la vía entre LaPaz-Codazzi- Becerril-Curumaní, en el Cesar, desdedonde controlan la entrada a la Serranía del Perijá, locual afecta a los indígenas yukpas.

40 Ejemplo: debido a la llegada de los paramilitares aIscuandé el 19 de octubre de 2001, toda la poblaciónse deslazó a Guapi, Cauca. De 4.500 habitantes deIscuandé sólo 11 permanecieron en la población. Lapoblación de las bocas del río Saija fue objeto de otramasacre. Tumaco, Barbacoas, Ricaurte, en el depar-tamento de Nariño, han sido escenario de combatesentre guerrilla y paramilitares por cerca de un año.

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Una de las primeras bases paramilitares ycentro de operaciones de su dirección ge-neral ha sido el Nudo del Paramillo, zonaselvática y limítrofe entre los departamentosde Córdoba y Antioquia la cual, por sus con-diciones geográficas, facilita el refugio y ladefensa, sirviéndoles de retaguardia paraejercer el control de zonas estratégicas yorientar desde allí las avanzadas de limpie-za territorial para la expansión delnarcolatifundismo desde Urabá y a lograr elcontrol hegemónico de esa esquinabinacional con Panamá. Esta es una zonaque, además de su riqueza en biodiversidad,es estratégica para el tráfico de armas, dro-gas y contrabando, tanto por el océano At-lántico como por el Pacífico. Por ello, Urabáha sido una de las zonas de mayor intensi-dad del conflicto armado en el país, afectan-do y produciendo desplazamiento de indí-genas embera de los departamentos deCórdoba y Antioquia y de población negradel Chocó.

La estrategia paramilitar consiste en activarun régimen de terror mediante masacres, tor-turas y crímenes atroces para castigar a laspoblaciones o personas que consideran co-laboradoras de los grupos guerrilleros o quepermiten su presencia. Las retaliaciones hansido más graves cuando se trata de secues-tros o muertes de personas de mucha im-portancia política o económica41. El terror tam-bién se ejerce para desalojar al campesina-do de las tierras ubicadas en áreas de ex-pansión del latifundio ganadero, empresas

agroindustriales, cercanas a los megapro-yectos o, en general, de terrenos suscepti-bles de alta valorización. Y para desmovilizarorganizaciones populares, comunitarias y,especialmente, de derechos humanos porsus actividades nacionales e internaciona-les de denuncia. Además de la contrainsur-gencia, protección de empresas y apoyo a laexpansión narcolatifundista, los paramilita-res desempeñan otras, como la protecciónde laboratorios de procesamiento de coca,ajustes de cuentas de los narcotraficantes,protección a dirigentes del clientelismo po-lítico y control territorial.

En contra de los paramilitares, una de lasconclusiones del Congreso de los PueblosIndígenas es la siguiente: “Los grupos para-militares deben parar los asesinatos, ma-sacres, secuestros, señalamientos, amena-zas y desplazamientos de comunidades, queestán motivados por los intereses económi-cos de megaproyectos y terratenientes. De-ben salir de nuestros territorios. De maneraurgente se reclama la devolución vivos de losdirigentes y líderes secuestrados”.42

El ejército y los paramilitares perciben a losindígenas como colaboradores de la guerri-lla, ya sea porque ésta se ubica en los terri-torios indígenas o en sus entornos o porhaber jóvenes indígenas en las filas guerri-lleras (como también los hay en las de losparamilitares y en las filas del ejército43). Conla población negra pasa lo contrario, en elsentido de que es percibida por los guerri-lleros como colaboradora de los paramilita-

41 Como en el caso de los secuestrados del Km.18 y laiglesia La María, en el departamento del Valle, cuyaretaliación fue la masacre del Naya; o cuando elsecuestro, en la Sierra Nevada, de la doctora Con-suelo Araujo Noguera, ex ministra de Estado, esposadel procurador general de la nación y perteneciente auna de las familias políticamente más influyentes dela Costa Atlántica.

42 Cota, nov. 2002. Relatoría tema Conflicto Armado,p. 6.

43 Aunque los indígenas están legalmente eximidos deprestar el servicio militar, todos los grupos armadoslos reclutan. Hay familias con hijos en el ejército, enlos paramilitares y en la guerrilla.

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res por su ubicación en las zonas bajas ycercanas a los centros urbanos, que sonterritorios de influencia paramilitar.44

Guerrilleros, paramilitares y delincuenciacomún alrededor de los cultivos ilícitos y delos megaproyectos han generado violencia,desorden social, pérdida de valores, migra-ción desenfrenada, prostitución, inflacióneconómica, despilfarro, daños ambientales,corrupción político administrativa y todo tipode confusión que se suma a los problemasestructurales de pobreza y atraso en el de-sarrollo socioeconómico45.

Todos los actores armados han tendido a in-volucrar en su guerra a la población civil, que-

dando ésta en medio del conflicto y resultan-do víctima de todos los fuegos. El caso deUrabá ha sido uno de los más graves: “Enmedio del conflicto desbordado que significóentre 1994 y 2000 más de 60 líderes asesina-dos y más de 60 violaciones graves del dere-cho internacional humanitario en comunida-des indígenas por parte de todos los actores(Ejército nacional, paramilitares, FARC y ELN)también fueron forzadas a desplazarse cercade 13 comunidades y 2.820 indígenas, espe-cialmente de Urabá. Una comunidad deTierralta, Córdoba, y otra de Riosucio, Chocó,fueron forzadas a desplazarse a Resguardosde Polines y Murindó respectivamente”46.

Se han dado casos de familias y comunida-des campesinas, indígenas y negras conhijos y parientes enrolados en todos los gru-pos armados y, en consecuencia, con vícti-mas producidas entre todos ellos47.

La degradación del conflicto se expresa enmúltiples acciones cometidas por todos losactores armados, como las siguientes: ata-ques a los pueblos, especialmente de re-giones apartadas, pueblos pobres, con laconsabida destrucción indiscriminada deiglesias, viviendas y establecimientos públi-cos; bombardeos a la población civil48; des-

44 Texto que aparece a punto seguido. “Para ejercer elcontrol territorial, los paramilitares están utilizando co-merciantes, para detectar a quien pretenda compraralimentos para la guerrilla; transportadores (taxistas),para controlar quien entra o sale de las zonas; hotelesy agencias de viaje, para controlar a quienes puedanser contactos o apoyos de la subversión; a los admi-nistradores de haciendas y empresas, para controlarla mano de obra e impedir la infiltración de la guerrilla ola actividad sindical. Han empezado a ejercer tambiénel control de algunas entidades de salud62, y a promo-ver sus propios candidatos a las corporaciones públi-cas, incluyendo el Congreso de la República62, esce-nario que se les facilita mucho más que a los insurgen-tes. Estos se proyectan electoralmente pero sobretodo en las localidades de sus áreas de mayor influen-cia. Los paramilitares están utilizando ahora lenguajespolíticos con temas como la participación comunitaria,el medio ambiente, el desarrollo local, el Plan Colombiay hasta los derechos humanos. De una fase de dispu-ta territorial, que ha caracterizado los últimos cincoaños, el conflicto parece estar girando hacia una nue-va fase de mayor ingerencia paramilitar en el Estado yde un Estado más preparado para la guerra contrain-surgente con la ayuda de Estados Unidos por mediodel Plan Colombia. Esto significa el fortalecimiento dela derecha en la política colombiana. Por el lado de lainsurgencia, al romperse los diálogos de paz, se inten-sifica su tendencia militarista, lo que le implica unretroceso político y mayor alejamiento del respaldopopular”.

45 “La aparición de grupos paramilitares y de guerrille-ros, así como el aumento desproporcionado de ladelincuencia común, el alcoholismo y la prostitución,generados por la actividad de la coca, han ocasiona-do altos grados de violencia en la zona, los cualeshan afectado a colonos e indígenas”. Informe Putu-mayo, p. 19.

46 Informe de Antioquia, p. 26.47 “La señora ( ) emigró a Villa Germania y de allí fue

desplazada por el asesinato de un hijo por parte de lasAUC, asimismo a su otro hijo, primeramente las AUCle saquearon la casa y luego las FARC se la bombar-dearon destruyéndosela totalmente”. Informe SierraNevada, p.12.

48 “Se han presentado combates entre el ejército y laguerrilla y como consecuencia de ello se han registra-do bombardeos indiscriminados por parte del ejércitonacional sobre cultivos y asentamientos de los indíge-nas yukpas”. Informe Sierra Nevada, p. 7. “La guerrillaocupa ilegalmente áreas de caseríos y aun viviendasindígenas y el ejército realiza bombardeos causandoheridos y destrucción de viviendas indígenas en Bedóy Porroso. La guerrilla, el Ejercito y los paramilitaresse enfrentan en los territorios indígenas y le dicen alos indígenas “si no van a colaborar, mejor no estorbeny váyanse de aquí”. Informe Antioquia, p. 14.

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trucción de la infraestructura energética, vialy petrolera; masacres49, muertes atroces,asesinatos de dirigentes; secuestros, des-apariciones, extorsiones; reclutamiento for-zado de menores; violación de mujeres; con-troles a la libre movilización y al transportede personas, alimentos y medicinas; y engeneral, violación a los derechos humanosy al derecho internacional humanitario. El re-clutamiento de indígenas por parte de cual-quiera de los grupos armados es uno delos factores que colocan a las comunida-des en mayor situación de riesgo. La degra-dación del conflicto se exacerbó definitiva-mente por la arremetida de los paramilita-res, basada más en estrategias de terrorcontra la población civil, que en la confronta-ción directa con la insurgencia. En respues-ta, también los guerrilleros han tomado me-didas similares.

Los indígenas, en particular, además delo anterior, han sido violentados en susderechos colectivos relacionados con suautonomía territorial ya que sin su consen-timiento los grupos armados de uno u otrobando, como también el ejército, han utili-zado sus territorios. Las autoridades indí-genas tradicionales han sido desconoci-das por todos ellos y los dirigentes de lasorganizaciones indígenas han sido vícti-mas de todos los actores armados. Es talla confusión y la degradación del conflictoque en varias masacres de indígenas nose ha logrado saber si los autores fueronparamilitares, ejército, guerrilla, narcos odelincuencia común50. Los guerrilleros se

disfrazan de paramilitares y éstos de gue-rrilleros para que sus asesinatos se losachaquen al bando contrario. Tal fue elcaso, por ejemplo, de los guerrilleros delas FARC, disfrazados de paramilitares,que asesinaron al líder paez CristóbalSeque, del Norte del Cauca, en junio del2001. Parecería que, habiéndose llegadoa este nivel de degradación de la luchaarmada, todas las tácticas y estrategiasresultaran válidas. También algunos indí-genas hicieron parte de esta degradación,como los que por contradicciones perso-nales o familiares acusaron falsamente aotros para que uno u otro de los gruposarmados los ajusticiaran. De hecho, va-rios dirigentes indígenas han sido ejecu-tados por esta causa.51

Para los indígenas, las diferencias entre lasguerrillas y los paramilitares se han idodesdibujando: ambos tienen en los cultivosilícitos una de sus principales fuentes definanciación y los fomentan en las zonas in-dígenas; ambos desconocen la autonomíade las autoridades indígenas e imponencontribuciones a las comunidades; no en-tienden la identidad cultural ni asumen lasreivindicaciones propias de los indígenas;violan sus territorios, colocando a las comu-nidades en situaciones de alta vulnerabili-dad; reclutan la juventud; desaparecen y ase-sinan sus dirigentes; hacen alianzas crimi-nales con la delincuencia común; y convier-ten sus territorios en escenarios de guerra,de disputa territorial y de control sobre la po-blación, el transporte, la movilización, los ali-

49 Entre los kankuamos de la Sierra Nevada ha habidomás de 150 muertos por el conflicto armado, desde1986. En Juradó, Chocó, fueron asesinados en 1997más de 30 personas de la comunidad negra.

50 Por ejemplo, la masacre de Corinto, ocurrida en elmes de noviembre.

51 “El 29 de enero de 1999 se produce el asesinato delgobernador de Baujudó (Chigorodó, Antioquia),Argemiro Domicó, por parte de los paramilitares. Estehecho ocurre porque un líder de Baujudó redactó unacarta y falsificó la firma del gobernador mayor deChigorodó, para acusar a Argemiro de ser auxiliar dela guerrilla”. Informe Antioquia, p. 13.

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mentos, las medicinas y la comunicación,con gravísimas consecuencias en términosde violaciones de derechos humanos y deriesgos para la integridad étnica de las co-munidades. Mientras los grupos guerrille-ros tienden a subordinar a las organizacio-nes populares, los paramilitares tienden adestruirlos. El racismo tiene en estos gru-pos armados su expresión más violenta.

Los grupos guerrilleros llegaron a las zo-nas indígenas con un discurso de justiciasocial y de liberación nacional que lógica-mente atraía a los indígenas como organi-zación popular interesada en contribuir alcambio radical de las estructuras económi-cas, sociales, políticas y culturales de nues-tra nación, con miras a garantizar las posibi-lidades de seguir existiendo y desarrollán-dose como pueblos históricos en una so-ciedad pluriétnica y multicultural. No obstante–con excepción del Movimiento ArmadoQuintín Lame, integrado por indígenas– losdiferentes grupos insurgentes no incorpo-raban en sus programas político-militareslas reivindicaciones específicamente indíge-nas ya que en el enfoque revolucionario or-todoxo, que tiende a predominar en estosgrupos, lo étnico está supeditado a los inte-reses de clase: “el pueblo contra las oligar-quías”. Con el tiempo, el discurso políticode la insurgencia se ha venido debilitandoen la medida en que se fortalece su enfo-que militarista y sus intereses financieroscada vez más cercanos a los cultivos ilícitos,lo cual los ha distanciado cada vez más dela aceptación de los indígenas.52 Los gru-

pos guerrilleros empezaron a operar mili-tarmente en las zonas indígenas, al igualque en las zonas campesinas, con accio-nes de limpieza social, eliminando delin-cuentes comunes para ganarse la confian-za de la población. Luego fueron imponien-do su autoridad sobre la de los cabildos yautoridades tradicionales de los indígenas,con lo cual empezaron las contradiccionescon las comunidades, agravadas cada vezmás por las exigencias económicas, el re-clutamiento de jóvenes, el juzgamiento y eje-cución de indígenas, las arbitrariedades enla vida cotidiana de las comunidades, y losriesgos que atraen sobre ellas53. Las FARC,en particular, tratan de convertirse en Esta-do alternativo en las zonas donde ejercenmayor influencia, Estado que choca con laautonomía, gobierno y control territorial porparte de las autoridades indígenas.

Para los indígenas, la autonomía territorial,el fortalecimiento de sus autoridades tradi-cionales y de sus organizaciones locales,regionales y nacionales han sido parte fun-damental de sus luchas y conquistas de losúltimos treinta años. Y es que como pue-blos indígenas, como realidades históricaspreexistentes a la llegada de los europeos,el territorio, la autonomía y la identidad cul-tural constituyen sus banderas más impor-tantes. La Constitución nacional de 1991 lesreconoció y amplió el derecho a la autono-mía, con otras reivindicaciones como el de-recho a ejercer sus propias formas de justi-cia y a ser consultados antes de que se eje-cute alguna acción o se tome alguna medi-da legislativa o administrativa que puedaafectar su integridad étnica: territorios, re-

52 A continuación de punto seguido “Además, el movi-miento indígena, desde su inicio hace treinta años, hasido visto por los grupos insurgentes con prevencióny recelo por la independencia política que lo ha carac-terizado. Los paramilitares, por su parte, lo ven comoun movimiento subversivo”.

53 “Comenzaron a sancionar a los comuneros, algunossolamente se podían mover de la casa al trabajo ydel trabajo a la casa, otros con multas y a perseguira los médicos tradicionales, los cuales son muy es-casos en la zona”. Informe Cauca, p. 15.

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cursos naturales, cohesión social, identidadcultural.54

Por lo anterior, resulta claro que la lógicamilitar y el ejercicio de poder de los gruposarmados (insurgentes y contrainsurgentes)entra en conflicto, de plano, con la lógica y lafuerza de la autonomía indígena.55 Donde nohay una territorialidad indígena y una cohe-sión social plenamente consolidada comoparcialidades de resguardo con sus autori-dades propias y sentido de pertenencia esdonde más agudo ha sido el conflicto y máshan sufrido los indígenas. Por ejemplo, enel medio Putumayo, donde las reservas in-

dígenas no han sido convertidas en resguar-dos y proliferan resguardos pequeñísimosy dispersos56; en el territorio de loskankuamo, que son los menos consolida-dos de la Sierra Nevada; en el Naya (Cauca),donde existe cabildo pero el Incora no halegalizado el resguardo.

Las contradicciones y el resentimiento delos indígenas se acentúan a medida que seacrecienta la degradación del conflicto ar-mado, especialmente cuando caen asesi-nados los líderes políticos y autoridades tra-dicionales que inspiran el sentimiento de laautonomía y la resistencia comunitaria con-

54 Ley 21 de 1991 ratificatoria del Convenio 169 de laO.I.T.

55 Incluso en la época del Quintín Lame, las comunida-des se vieron algunas veces en la necesidad de lla-marlos a cuentas.

56 “Un requisito planteado por parte de las organizacio-nes indígenas regionales es la suspensión de lasexplotaciones petroleras hasta que no sean converti-das las reservas en resguardos” (OZIP, Feb. de 1997).Informe regional Putumayo, p. 19.

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tra la guerra. Esta ha sido la principal causade los desplazamientos de población indí-gena.

Los paramilitares, por su parte, han llegadoa los territorios indígenas en una formamucho más intimidatoria, masacrando lagente y asesinando dirigentes, pues en ge-neral perciben a los indígenas como alia-dos de la subversión y obstáculo para eldesarrollo regional. No obstante, al ver quelas contradicciones de los indígenas con losgrupos insurgentes se acrecientan, los pa-ramilitares empiezan a decir que respetanla autonomía de los indígenas. Esto, a suvez, es aprovechado por la guerrilla para cla-sificar a los indígenas de simpatizantes delos paramilitares. Los medios de comuni-cación también han hecho un manejo per-verso de la información presentando demanera parcializada la resistencia indígenacomo dirigida solamente en contra de laguerrilla57, con lo cual contribuyen a elevar elriesgo para los indígenas en medio del con-flicto armado.

Los indígenas –tanto en las comunidadeslocales como de las organizaciones regio-nales y nacionales– han intentado muchasveces dialogar con los grupos armados parasolucionar sus contradicciones, habiendo lle-gado a acuerdos en algunos casos. Desdefinales de la década de 1970 el CRIC hizo loposible para dialogar con el Secretariado delas FARC para tratar de parar el asesinato delíderes indígenas por parte de esa organiza-ción. En octubre de 1986 el Comité Coordi-

nador Indígena de Antioquia (futura OIA), conotras organizaciones indígenas, buscaronnuevamente el diálogo y en 1987 se firmó enCasa Verde un Acuerdo Básico que incluyó:58

Respeto por las autoridades indígenas. Noreclutamiento de indígenas. No pago de cuo-tas. No matar indígenas que hayan cometidofaltas. No ejercer intimidación para apoyospolíticos. Hacer acuerdos de cumplimientocon los diferentes frentes.

Si bien algunas comunidades (como los Koguide la Sierra Nevada) se niegan rotundamentea cualquier diálogo con los grupos armados,muchas han dialogado con uno u otro grupo,logrando algún resultado temporal. Pero, a lalarga, como lo demuestran los hechos, losacuerdos casi siempre han terminado siendodesconocidos “por ordenes superiores” (au-toritarismo y verticalidad militar). Toda esta si-tuación ha llevado a la desconfianza y a la de-cisión por parte de los indígenas de optar –nosólo como comunidades sino como movi-miento social, que hace partícipe a todas lasorganizaciones de los pueblos indígenas– poruna estrategia de resistencia frente a todoslos actores armados: guerrilla, paramilitares ycuerpos de seguridad del Estado.

No obstante, la resistencia contra la guerray sus actores no significa dejar de insistir enla vía del diálogo como estrategia fundamen-tal para la paz. El Congreso de los PueblosIndígenas reiteró la necesidad de construiruna propuesta alternativa de paz a partir deuna discusión “abierta, de cara al país, don-de tengamos el derecho de decirle a los gru-pos armados y al Estado lo que pensamosy queremos en relación con la paz, el orde-namiento territorial, la reforma agraria, losplanes de desarrollo y el derecho de decidir

57 La revista Cambio (enero 7 a 14 de 2002) tituló“Contraguerrilla Popular” el artículo en que reseñó laresistencia pacífica opuesta por indígenas y campe-sinos de Caldono, Bolívar, Puracé y Coconuco en elCauca, no obstante citar palabras del gobernador FloroTunubalá que expresaban explícitamente el rechazo atodos los actores armados. 58 Cota, nov. 2002. Informe Antioquia, p. 26.

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sobre el tipo de sociedad que queremos”.En ese mismo congreso expresaron su des-acuerdo con la forma como se estaban rea-lizando las negociaciones de paz del gobier-no con las FARC en la zona de distensión:“Los pueblos indígenas no nos sentimosrecogidos ni representados por el Estado nipor las FARC ni, en general, por los actoresarmados del conflicto”59.

Para contribuir a la construcción de una al-ternativa de paz, se aprobó en el congresola conformación de una Mesa Indígena dePaz con delegados de organizaciones y pue-blos indígenas, que se encargue de lainterlocución con los actores armados, conel Estado, con las organizaciones socialesy organismos pertinentes nacionales e in-ternacionales, que haga veeduría a las ac-ciones del Estado, acompañamiento a lascomunidades y autoridades indígenas, queimpulse procesos de investigación y de re-flexión en el interior de las comunidadessobre el conflicto, sus impactos en las co-munidades y las formas como éstas lo es-tán afrontando.

Resistencia indígena

“No tengo miedo,hace tiempo que los grupos violentos es-

tán en esta región (...) Somos una pequeña comunidad

humana, unida, que vienede una autoridad ancestral,

con cultura, identidady lengua propia (...)

dijimos que seguíamos con nuestra visióny propuesta de paz”.60

Ante la extensión del conflicto armado enColombia, su intensificación y degradacióndurante los últimos cinco años, diferentessectores sociales (...) están dando pie a quela creciente tendencia de la resistencia civilse focalice principalmente contra las Farc y aque en la opinión pública se fortalezcan polí-ticamente posiciones radicales de derecha.

Lejos de resolver los problemas del país, lo-grar la justicia social y la transformación de-mocrática, la lucha armada los ha estadoagravando cada vez más. Esta realidad y lacreciente degradación del conflicto, ha traídocomo consecuencia un descontento cada vezmás grande de la población (...)61 En el casode muchas organizaciones populares y delmovimiento indígena, en particular, su pro-puesta es la resistencia civil contra todos losactores de la guerra: insurgencia, paramilita-res, ejército y policía.

Pioneros de esta posición de resistencia civil(...) han sido comunidades campesinas, in-dígenas y pobladores (...). El periódico ElEspectador destacó el ejemplo de resisten-cia dado por los indígenas del Cauca.62

59 Relatoría tema Conflicto Armado, p. 5.60 Sahila del Pueblo Tule, Federico Achan, del Resguar-

do de Ipkikuntiwala, localizado entre Turbo y Necoclí.

61 La Asamblea por la Paz, que reúne múltiples organiza-ciones sociales, en su declaración del 18 de enero del2002, numeral 6, propone a los actores del conflicto:“Reconocer y respetar las expresiones de resistenciacivil contra la guerra, por respeto a los principios ynormas del derecho humanitario y la vigencia de losderechos humanos”.

62 “En cuatro episodios de resistencia indígena, a partirdel 16 de noviembre (2001), en el municipio de Bolí-var, con antorchas y música los indígenas hicieronretroceder los fusiles de la guerrilla. Antes, a media-dos de mayo, las comunidades hicieron lo mismo conlas amenazas de los paramilitares, al realizar durantevarios días la marcha minga por la vida que llegóhasta Cali. También con sus bastones, con mandatode la asamblea comunitaria de Jambaló, a partir del 5de junio, desalojaron los laboratorios de droga quehombres de poder habían construido en sus terrenosy derrotaron al candidato a la gobernación de lospartidos liberal y conservador, consiguiendo el apoyopara posesionar el 1 de enero (2002) al taita FloroTunubalá en el Palacio Departamental de Popayán”.

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Desde cuando empezaron las retaliaciones delos paramilitares, los indígenas comenzaron aensayar estrategias de resistencia, como la de-nominada “neutralidad activa” (1994) por partede la Organización Indígena de Antioquia, O.I.A.,ejerciendo la autonomía en sus territorios y co-munidades para protegerse de todos los acto-res armados. Los principios básicos que ani-maron la propuesta fueron los siguientes63. Enmayo de 1999, se creó el denominado Territo-rio de Convivencia, Diálogo y Negociación en elsitio La María, municipio de Piendamó, depar-tamento del Cauca, como espacio alternativode participación de la sociedad civil frente a losdiálogos de paz entre las FARC y el gobierno enel Caguán. (...).64 Actualmente (Cota, noviem-bre del 2001) todas las organizaciones indíge-nas han comenzado a promover la resistenciacivil desarmada (...).

El 65,5 % de los pueblos indígenas localiza-dos en la amazonía colombiana tienen unapoblación menor a mil personas. El graveimpacto de la violencia sobre estos pueblosentraña un serio riesgo de extinción65. El re-

ducido tamaño demográfico exige accionesurgentes de protección y defensa de estascomunidades. ALDHU considera prioritarioy urgente exponer la situación de los pue-blos indígenas amazónicos que puedenestar afrontando la agonía de algunas cultu-ras, sin que la sociedad nacional y occiden-tal conozcan su realidad». El Foro66 indicaque las violaciones a los derechos huma-nos de los indígenas tienen «un enorme sig-nificado para las culturas amazónicas: ladesaparición, la separación o la inhabilita-ción de una persona perteneciente a un pue-blo indígena trastorna una o muchas piezasde la estructura social. El homicidio, la des-aparición forzada, el desplazamiento forza-do, o las lesiones a la integridad personal,infligidos especialmente sobre autoridadestradicionales representa la pérdida del co-nocimiento y control sobre ecosistemas yrecursos naturales, supresión de conoci-mientos y protocolos médicos, desapariciónde formas de control del territorio y, en gene-ral, pérdida de formas particulares de orde-namiento social y cultural. Esta situación seve agravada por el desplazamiento forzadodel que son víctimas los pueblosamazónicos colombianos. Hasta septiem-bre de 2003, 1.311 indígenas de Caquetá,Guaviare, Putumayo y Vaupés, el equivalen-te al 2,7% de la población indígena de loscuatro departamentos, se vio forzada a de-jar sus territorios por causas relacionadascon la violencia política.

A pesar de que el tamaño de la muestra noes estadísticamente significativo, de los 20niños de la UC-ELN entrevistados, 6 fue-

63 Informe Antioquia, p. 26. Fortaecer la organización yautonomía de los cabildos y comunidades. Tutoría oacompañamiento externo. Diálogo organizado con losactores armados. Divulgación de la neutralidad indíge-na y denuncia de los infractores. El autocuidado, comovoluntad comunitaria de generar espacios y mecanis-mos propios de resolución de conflictos. No uso de laviolencia y no participar de ninguna manera en la con-frontación armada. Refuerzo de la jurisdicción indígena.

64 A punto seguido continua el texto: “a partir de estocomienza a abrirse una alternativa político electoral:en junio del año siguiente, las organizaciones popula-res del Cauca conformaron el Bloque Social Alternati-vo y el 30 de Octubre triunfaron con la elección deFloro Tunubalá, como primer indígena en ocupar elcargo de gobernador del departamento del Cauca, 5diputados, 8 alcaldías y 120 concejales. La participa-ción político electoral de los indígenas se viene dandodesde la promulgación de la nueva Constitución queles reconoció una circunscripción electoral especial”.

65 Así lo señala un estudio realizado por el ProyectoPromoción y Protección de los Derechos Humanosde los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombianay Ecuatoriana que ejecuta la Asociación Latinoameri-cana para los Derechos Humanos, ALDHU, con aus-picio de la Unión Europea.

66 El Foro «La Agonía del Jaguar», sobre pueblos indí-genas amazónicos y derechos humanos en el con-texto del conflicto colombiano, el 26 y 27 de noviem-bre, en el Centro de Convenciones Gonzalo Jiménezde Quesada, en ciudad de Bogotá, dará a conocer lasituación de los pueblos amazónicos.

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ron reclutados por la fuerza, sugiere la po-sibilidad de que la UC-ELN recurra a estapráctica con mayor frecuencia que lasFARC-EP.

Jenny, una niña pequeña derasgos indígenas,sólo tenía treceaños cuando lamilicia de la UC-ELN se la llevó porla fuerza en Boyacá.“El ELN me obligó aentrar. Eso pasó hacetres meses, más o me-nos, al principio de marzo[2002]. Ellos venían con fre-cuencia a las casas de lagente, donde yo vivía enBoyacá, nos decían que debía-mos unirnos a las FARC o alELN. Los dos grupos traba-jan juntos. Ellos me decíanque yo tenía talento. LasFARC exigían muchachosmayores de quince perotambién recibían mucha-chos más jóvenes que eso.Los del ELN exigían que uno tu-viera al menos once. Los adul-tos no tenían que hacerlo, perotambién los invitaban a que seunieran. Ocho días después deque vinieron a mi casa, me obli-garon a ir con ellos al campa-mento. Fueron doce horas decamino. Había como quinien-tas personas ahí, la mayoríaniños. De pronto unos cin-cuenta habían sidoreclutados a la fuerza. Ahísólo había como unos dos-cientos adultos.

En el departamento de Casanare, Johny, elmás pequeño de ocho hermanos, estabaen su antigua escuela (dejó de estudiardespués de quinto grado) cuando un gru-

po de miembros de la UC-ELN se le acercaron y loamenazaron con matarlosi no se iba con ellos. «Meforzaron a unirme», Johnydijo con firmeza. «Me dije-ron que era por tres me-ses, luego me soltarían yme dejarían en la casa. Nocreo que me buscaban a

mí, fue por casualidad.»Johny fue rescatado por el

Ejército antes de que transcurrie-ran los tres meses.

Juan José es unsicuani del depar-tamento de

Vichada, que hacefrontera con Vene-zuela y alberga almayor número decomunidades indíge-

nas. En noviembrede 2001, un escua-

drón de las FARC-EPque pasaba por su al-

dea le reclutó por la fuer-za junto con otros miem-

bros de la comuni-dad, entre ellos mu-jeres y niños. Obli-

garon al grupo a mar-char durante tres días

hasta llegar al campa-mento guerrillero. Tras

quince días de entre-

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namiento, trasladaron a los nuevos reclu-tas en un viaje de tres semanas por el ríoVichada a La Macarena, Meta, en el cora-zón de la Zona: “Como ellos siempre llega-ban allí, me aconsejaban, me decían mu-chas cosas: que uno no sufre en la guerri-lla, que a uno no le falta nada, ni mata anadie. Pero era mentira, ya que cuando unoestá metido, a uno le mandan a hacer mu-chas cosas. Me dijeron que si yo no ingre-saba, me mataban. Pasó lo mismo con va-rios indígenas como yo. Era un combo decinco personas, fueron ellos los que mellevaron. Había otros indígenas en la gue-rrilla, adultos y niños”.

Minas antipersonal

Colombia es el único país de Américaen el que se siguen plantando minas. Lamayoría de los dispositivos antipersonalutilizados por los grupos armados irregu-lares de Colombia están fabricados conmateriales baratos y fáciles de conseguir,como tubos de PVC, botellas de soda, ba-terías y cables. Los niños reclutas de laguerrilla y las fuerzas paramilitares reci-ben entrenamiento sobre el ensamblaje y

la colocación de estos dispositivos leta-les, que incluyen las trampas cazaboboso las minas enterradas bajo tierra y activa-das por presión, conocidas como quie-brapatas. El Departamento Nacional dePlaneación calculaba en el 2002 que ha-bía al menos 100.000 minas quiebrapa-tas en Colombia.

Todas las partes en el conflicto colombianoutilizan las minas y se cree que su empleoestá aumentando. Según el Ministerio de laDefensa Nacional, entre enero y octubre de2002, 141 miembros de las fuerzas de se-guridad murieron a causa de las minas, cin-co veces más de la cifra de 2001.

UNICEF registró un aumento similar de lasvíctimas civiles: la cifra aumentó un cientopor ciento, con 170 muertes en 2002. Lasvíctimas adultas de las minas antipersonalsuelen sufrir mutilaciones y pérdida de ex-tremidades. En el caso de los niños, dadasu corta estatura, se produce con más fre-cuencia la muerte o heridas catastróficas.Actualmente, 422 municipalidades de 30departamentos colombianos están afecta-das por las minas.

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...juventuden los pueblos indígenas

Capítulo 3

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C A P Í T U L O 3niños defectuososo huérfanos nukak makú

Los miembros de las bandas nukakmakú buscan evaluar al semejante, al igual.Como lo hacemos en nuestra sociedad, eva-lúan las reales condiciones en que nace unniño, desde dos aspectos fundamentales:condiciones físicas y condiciones sociales:¿oye?, ¿ve?, ¿está su cuerpo completo?Pero además, ¿existen las condicionesmateriales y afectivas para que pueda obte-ner los cuidados de los mayores, a quienescorresponde su protección porque son huér-fanos?67 Con base en los resultados del pro-ceso de evaluación, que siempre está pre-sente, este niño será clasificado como serhumano igual, que debe ser cuidado parahacerse adulto nukak makú, o será pensa-do como sujeto para el traslado a otra so-ciedad. Esta última medida se enmarca enel concepto de fatalidad, cuando no existeotra posibilidad de actuar y, claro, en la deprotección a la vida. Dejar estos niños conla imposibilidad objetiva de ser nómadases una medida de protección68.

La lectura en profundidad de los expedientesy datos acopiados genera una hipótesis dife-renciada de las causas anteriormente descri-tas: a) si tienen un defecto físico que les impi-de ser caminantes nómadas, estos niños noson idénticos a los nukak makú; b) la circuns-tancia de la orfandad es pensada como con-junto vacío que impide el ámbito social y afec-

tivo necesario, indispensable e irremplazablede uno o de ambos padres para que generenla seguridad alimentaria y los cuidados nece-sarios para los primeros meses y años devida. Estas dos situaciones, en el marco deun medio de vida culturalmente determinado,definen clasificatoriamente a estos serescomo distintos, es decir, no plenamente com-pletos, no caminantes, esencia de su mundo.Aquellos a los cuales no se los puede susten-tar, porque no están los parientes que debenhacerlo o no pueden hacerlo por sí mismosno podrán asumirlo, se abandonan en unadecisión de vida o muerte que es fatal, en lostérminos expuestos anteriormente. Esta ar-gumentación, que da por sentado cómo sonlos nukak makú, destituye la extensión deideas o argumentaciones desde posicionesetnocéntricas, por medio de las cuales se tras-lada el marco ideal de lo que debe ser nuestroideal de cuidado a los niños, así sea contrarioen la realidad, y que, por idealización del otro,o por extensión de visiones racistas, atribuyeexplicaciones falsas.

El Código del Menor define “menor” conbase en la edad cronológica. Los diferentespueblos indígenas no necesariamente defi-nen estos ciclos por días calendario. La niñawayú o tikuna que han menstruado son muje-res casaderas. Un paez de quince años queroba gallinas a varios comunitarios, o sea elactivo corriente de la comunidad para emer-gencias, es tratado como adulto desviado. Susderechos y sus deberes cambian69. Conocerestas manifestaciones de los derechos pro-pios de los pueblos es fundamental, particu-larmente cuando un caso sale a la jurisdic-ción ordinaria por alguna circunstancia70. Se

67 En la sociedad mayoritaria cientos de niños permane-cen institucionalizados buscando un hogar y nosotrossus miembros no nos hacemos responsables por ellos.Los dejamos abandonados a su suerte.

68 Sánchez Botero, Esther. Investigación sobre niñosabandonados nukak makú. ICBF, Defensoria del pue-blo. Gracias a esta investigación se aceptó esta me-dida de los jefes de banda y se justificó por qué noretornarlos a su medio como lo establecía una sen-tencia.

69 Sánchez Botero, Esther. Peritaje para la Corte Cons-titucional 2000.

70 Sanchez Botero, Esther. Proyecto para la construc-ción de entendimiento intercultural.

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tensiona cultural y normativamente el interéssuperior del niño y el derecho indeterminadode la cultura71.

Registro civil de nacimiento

El registro civil de nacimiento le brinda alniño la posibilidad de participar como miem-bro de una nación. Si como indígena naceen una sociedad matrilineal que le sucedeel nombre del clan materno a los hijos, es-tos registros tendrán una diferencia conotras formas de suceder el parentesco me-diante la continuación de un distintivo de fa-milia (clan). En Colombia, los niños y niñasindígenas pertenecientes a sistemas deparentesco unilineales tienen derecho a serregistrados de acuerdo a su cultura. Esteregistro realmente es necesario como indí-genas nacionales que participan como co-lombianos de realidades en ese ámbito. Esvalioso, sin embargo, examinar situacionesdesde las culturas y explorar cómo ellos cla-sifican a los niños y cómo les dan su identi-dad y “registro”.

El registro de nacimiento no siempre parecenecesario para los padres. Sin embargo,dadas las funciones jurisdiccionales que tie-nen las autoridades de los pueblos indíge-nas, ellos están registrando nacimientos ymuertes. Esta posibilidad deberíainstitucionalizarse mediante un convenio in-terinstitucional con las unidades de los dife-rentes sistemas de gobierno indígena, conlo cual se sortearía esta situación de formaoportuna, como también se solucionaría elproblema que se presenta en algunas nota-rías, ya que los servidores públicos sugiereno les ponen nombres a los niños a su antojo,

porque consideran inadecuados lospropuestos por los padres indí-genas. Además, como no co-nocen sobre la existencia desistemas de parentesco di-ferentes, imponen su vi-sión y propio sistema deregistro.

Identidad y reconoci-miento social

Algunas mujeres tikunatuvieron hijos con hombres quetrabajaron en un campamento pe-trolero. Los hombres, por ser blancos, nopodían sucederle el nombre de un clan asus hijos y las mujeres no suceden el clan alos hijos porque el sistema de parentescoes patrilineal. Dado que es absolutamenteindispensable tener un clan para organizarla vida social, las autoridades tikuna deci-dieron crear un nombre de clan para regis-trar estos niños dentro del sistema de pa-rentesco, entonces crearon el clan Vaca. Así,los hijos de una mujer indígena y un blancoserán clasificados y tratados como miem-bros del clan Vaca.

Mínimos jurídicos

Muchas realidades culturales puedenchocar con otras culturas. Algunas prácticasculturales son prohibidas en Colombia. Loscuatro mínimos jurídicos: derecho a la vida,a la integridad del cuerpo, a no ser esclavi-zado y a un debido proceso, no son admisi-bles en Colombia por razones culturales.Ello ha implicado para los pueblos la obli-gatoriedad de cambiar algunos usos y cos-tumbres72 tales como:

71 Sánchez Botero, Esther. Herramienta de interpreta-ción y ponderación para decisión de casos de Protec-ción de niños indígenas.

72 Sánchez Botero, Esther. Audioteca sobre mínimosjurídicos. Con apoyo de la Embajada de Holanda.

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! Los embera en Risaralda y los paecesen el Cauca mutilaban el clítoris.

! Los u´wa clasificaban a los gemeloscomo distintos y como seres para vivircon una deidad en un plano diferente ala tierra donde habitan los u´wa no indí-genas.

! Las mujeres curripaco no aceptaban quesus niños gravemente enfermos fuerantrasladados a Bogotá, porque casi siem-pre se morían y no les devolvían sus ca-dáveres.

Procesos rituales

La salida de una etapa a otra de la vidaimplica rituales de paso.

Las niñas uwá menstruantes utilizan unsombrero de hojas tejidas y también hacenuna dieta especial y ayunos. Por el coloramarillento que toman estas niñas vale lapena examinar, por ejemplo, si este rituallas afecta biológicamente.

Las niñas tikuna a las que se les arrancabael pelo de la cabeza, que deben perder y bo-tar al río como manifestación de un cambio,hoy les es cortado con tijeras. La creencia y elritual permanecen, pero hay una adaptaciónen el modo de hacerlo.

Guardar la niña varios días en una casa sinluz y con ciertos ayunos es una práctica delos ingas del bajo Putumayo y de losarhuacos.

Niños indígenas trabajadores

El niño, la niña y el joven tienen que par-ticipar del mundo del trabajo, en el que soninducidos lentamente. Acompañar a pescar,cazar, sembrar, cosechar, vender, desgranar,hacer mandados, traer leña, son prácticas

cotidianas. En algunos pueblos hoy el tra-bajo consiste en otras formas: comprar elgas o la gasolina, recoger coca para el mer-cado, lo que manifiesta cambios en las acti-vidades que históricamente desempeñaronestos niños y jóvenes. Estos trabajos tienenefectos negativos cuando contribuyen a ge-nerar dependencia a la sociedad mayorita-ria que los envuelve, como jornaleros en sis-temas de explotación, en sistemas como elde endeudamiento o la expropiación por fal-ta de pago, además producen cambios desus hábitos culturales.

La presencia de grupos religiosos tambiénimplica procesos de individuación de per-sonas y familias y del relajamiento de for-mas de trabajo en minga, del cambio demano y de la ayuda mutua.

Dado que los hombres salen de las comu-nidades para participar en grupos armadoso como cosechadores de coca, paraganarse el sustento en lugares distantes, elcuidado de los hijos pequeños queda enmanos de las mujeres y, particularmente enniñas, a quienes les toca asumir solas elsostenimiento de los niños y más peque-ños y a veces de los más ancianos.

Las percepciones sobre trabajo infantil y ju-venil así como sobre recreación o activida-des culturales pueden tener una lectura muydiferente entre los pueblos indígenas y en-tre los propios niños indígenas, sobre todocuando se trata de actividades familiares quecontribuyen a su autosostenimiento o edu-cación.

Es significativa la presencia de jóvenes in-dígenas trabajadores fuera de sus pueblos.La familia indígena ha demostrado un altoaprecio y cuidado por los niños y jóvenes y

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ha buscado mantenerlos fuera de los tra-bajos pesados y lejanos. Hay varios testi-monios de que ellos padecen un gran su-frimiento.

Los ingas del Bajo Putumayo se han tenidoque enganchar como guerrilleros y otroscomo paramilitares. Muchos desplazados semeten a trabajar como raspachines de coca.Hacen jornadas muy largas, viven en malascondiciones y son explotados.

Los jóvenes wayú cuidan rebaños durantelargas jornadas y ello los excluye de partici-par en la escuela.

Algunos jóvenes wayú son utilizados pararobar contrabando o para pasarlo por fuerade los retenes y aduanas.

En algunas regiones, mujeres y hombres jó-venes trabajan en oficios domésticos paraapoyarse a sí mismos, a sus familias y comomedio para poder estudiar. Ello significa jor-nadas de trabajo exhaustivas. Muchas vecesno reciben salario y solamente reciben ropay comida. Pueden ser explotadas por los mis-mos indígenas en la ciudad, que han alcan-zado mejores condiciones y que se han “blan-queado”. En este espacio se corre el riesgode negar la identidad, de rechazar lo propio yde caer incluso en la prostitución.

Muchos menores realizan trabajos sin reco-nocimiento social ni jurídico, sin acceso aprestaciones de la seguridad social y sincondiciones de higiene y de seguridad mí-nimas.

Los niños indígenas participan de la vidafamiliar y de los contextos de trabajo y defiesta de modo permanente. Sobre la basedel ejemplo y de las demostraciones, los

niños aprenden cientos de realidades ne-cesarias para su crecimiento, para llegar aser adultos útiles y para reproducir la cultu-ra. Así, reconocen a sus parientes, vecinos ycomunitarios; también sus deberes y dere-chos; reciben el entrenamiento necesarioque les permite rendimiento y eficacia enlas tareas productivas. Según CatalinaLacerna73, la eficacia de la educación indí-gena es altísima; muy superior a la educa-ción formal, ya que solamente cuando el niñoes capaz de hacer determinado procedi-miento y saber por qué, el adulto le permiteasumir esa responsabilidad74.

Se llama proceso de sociabilización a latransmisión de la cultura y puede decirseque, en este proceso, los indígenas, en ge-neral, son muy efectivos. La condición desociedades pequeñas y “cara a cara” per-mite este resultado como medio pedagógi-co. Enseñar a jugar y divertirse, solo o conotros, enseñar a trabajar y enseñar a pen-sar, son tres campos claramente determi-nados en los procesos de sociabilizaciónindígena. Este que es un campo especiali-zado que permite no sólo conocer qué setransmite, sino cómo se transmiten deter-minadas concepciones del mundo, prácti-cas y conocimientos intelectuales, que ha-cen parte de etnografías amplias, muchasde las cuales permanecen inconsultas enlos anaqueles de las universidades. Urgellevar a cabo proyectos de investigación enlos cuales investigadores indígenas y no in-dígenas sistematicen y construyan el cono-cimiento necesario que lleve al diseño y ac-

73 Conversación personal74 Ordeñar es una posibilidad que entraña primero ver

ordeñar. Para entrenar se divide toda la actividad enprocesos y se dan razones para cada una de lasactividades. Por ejemplo, amarrar las patas de lavaca para que no se mueva y pueda golpear o derra-mar el recipiente de la leche.

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tivación de proyectos para la familia, los ni-ños, niñas y jóvenes indígenas.

Conocer cómo ellos transmiten el conoci-miento sería valioso para muchos agentesque “educan” y “capacitan” con malos resul-tados. El ejemplo, la experimentación y elsaber el porqué de todas las cosas ha deincorporarse.

Es en la vida familiar y comunitaria que se dala crianza y transformación del sujeto paraparticipar de la condición de miembro de unpueblo. El trabajo de los niños y jóvenes lo-gra ofrecer un valor diferente y cumple variasfunciones. Los niños, niñas y jóvenes se con-vierten en mano de obra necesaria para sa-tisfacer necesidades individuales, familiaresy comunitarias, que hacen parte de un ciclode preparación para la vida de adultos. Com-binar este aprendizaje en medio de una es-cuela bilingüe, que enseña estos mundosespecíficos es ideal, dado que se aprendenotras realidades para poder vivir como miem-bros de una sociedad multicultural.

Es frecuente encontrar en jardines oguarderías infantiles de programas institucio-nales una parodia de lo indígena. Se podríallamar a estas expresiones “Fisher Price indí-gena”. Es decir, idénticas estructuras y funcio-nes para estimular a los niños y recrearlos ala manera de la cultura norteamericana, sóloque en vez de osos del polo norte de plástico ode dinosaurios, tienen mazorcas en movi-miento, chumbes o semillas secas. En estoslugares realizan actividades para estimular losniños, desconociendo los modos culturalespropios. Mientras hay horarios para activida-des de motricidad fina, que es importante tra-bajar, los niños llegan a sus casas a desgra-nar mazorcas. Es decir, en estos lugares nosólo se inducen hábitos alimenticios, de sue-

ño, de recreación, separados de los propios,sino que se promueve la desvaloración de lopropio. Contrasta esta institucionalidad conproyectos totalmente diferentes que previa-mente a su instalación se han construido conla gente, con base en investigación / acción.Estos modos institucionales de apoyar a losniños, reafirmando lo propio, son un aciertodel ICBF. La vinculación de indígenas para po-nerlos en práctica después de un buen inter-cambio de visiones ha resultado excelente.75

75 Caso del Alto Putumayo.

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Los arhuacos, que tienen que bajar cons-tantemente a la ciudad de Valledupar, per-miten a sus hijos ver televisión, jugar concarros, dinosaurios y robots, hablar caste-llano; pero arriba, en lugares como Seineme,no pueden tener esos juguetes. Ellos sepa-ran uno y otro ámbito cultural.76

Los arhuacos ordenaron el retorno de todoslos estudiantes, incluso los universitarios,dado que sentían que había una crisis de

sentido, que era necesario enderezar me-diante una intervención directa de los Mamoscon los niños, niñas y jóvenes.

Niñez institucionalizada

Niños indígenas con problemas de sa-lud graves, por ejemplo, neurológicos o psi-quiátricos severos, y sin entender el caste-llano, permanecen en instituciones años sinque sus familiares los visiten. Cuando losdefensores de menores van a Bogotá apro-vechan para visitar a sus remitidos. No exis-te un programa que apoye a los niños y asus padres.

Se han registrado varios casos de jóvenesque acuden a los comandantes guerrillerospara liquidar un conflicto interno. Por ejem-plo, las jóvenes cubeo piden que interven-gan ante la autoridad para que les den liber-tad y no restrinjan que ellas salgan de lacomunidad para hacer pareja con blancos.Bajo amenaza de muerte estos comandan-tes obligan a que les den “libertad”.

Dado que los paeces hoy no vulneran el de-recho a la vida, lo cual significa que no asesi-nan a los brujos y a los rateros, los jóvenespiden a la guerrilla que los ajusticie.

El desprecio de lo propioen los jóvenes

Por diversas fuentes, jóvenes indígenasde ambos sexos demandan cambios inter-nos en sus pueblos. No están de acuerdocon las obligaciones que deben asumir y serebelan. Si bien es propio de estas edadesautoafirmarse, negando muchos rumbosestablecidos por los mayores, lo cual pue-de considerarse como “normal”, existen si-tuaciones que introducen cambios que vul-

76 Observación personal.

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neran la condición de pueblos: no someter-se a la autoridad que tiene competencia ju-risdiccional, no “mingar” o prestar serviciosa la comunidad; buscar ilícitamente dineropara sí mismo, no aceptar instituciones pro-pias como el matrimonio endógeno o pres-crito.

Búsqueda de hombres blancos

El asedio de jóvenes indígenas cubeosignifica un grave problema para los coman-dantes del ejército y de la policía en Mitú. Lapromiscuidad, la prostitución y la transmi-sión de enfermedades son significativamen-te importantes en la zona. Hay pocos hom-bres jóvenes cubeo, porque están en la gue-rrilla y “a ellas les encantan los uniforma-dos”77.

Servicio militar

Aunque la Constitución protege la con-dición de indígenas para no prestar elservicio militar, se han venido gestandopropuestas para reglamentar este artículobajo otros principios, lo cual dadas lascondiciones en que se encuentran lospueblos indígenas vulneraría gravementesu condición de pueblos.

na revisión de las acciones estatales frentea la población indígena y de los mismos pue-blos como entes vivos y creativos en procu-ra de soluciones permite observar: a) avan-ces significativos, b) obstáculos c) tareaspendientes y d) asuntos a reafirmar para co-laborar a crear las mejores condiciones devida buena, no sólo para ellos mismos comoindígenas sino para todos los colombianos.

77 Entrevista personal. Programa para la Construcciónde entendimiento intercultural. Mitú, 2000.

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N I Ñ E Z, A D O L E S C E N C I A Y J U V E N T U D E N L O S P U E B L O S I N D Í G E N A S

...en las políticaspúblicas

Capítulo 4

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C A P Í T U L O 4el Estado ha venido reconceptualizando sucomprensión de la diversidad étnica del paísmediante la interlocución directa de autori-dades y lideres indígenas y para el efecto haproducido una serie de normas jurídicasque regularizan sus relaciones acorde conel reconocimiento de los derechos civiles,políticos, económicos y culturales, al princi-pio de no discriminación y al respeto por ladiferencia y por la autonomía para el ejerci-cio el derecho a decidir su futuro.

El gobierno en el Plan de Desarrollo 2003 -2006, “Hacia un Estado Comunitario”, con-forma la “Consejería Presidencial para Asun-tos Étnicos”, encargada de coordinar con losMinisterios, el diseño y definición de las po-líticas conducentes a elevar el nivel de vidade los grupos étnicos y a garantizar su parti-cipación en las decisiones que les atañen.

Apoya la elaboración y ejecución de Planesde Vida acordes con las condiciones eco-nómicas, sociales y culturales.

Diseña y define las políticas conducentes aelevar el nivel de vida de los grupos étnicosy a garantizar su participación en las deci-siones que les atañen.

En los departamentos con población indí-gena, en correspondencia con los planesde vida del cupo regional asignado al de-partamento para programas de salud, edu-cación, y saneamiento básico, define losproyectos de etnosalud, etnoeducación ysaneamiento básico de las comunidadesindígenas.

Concierta y diseña una estrategia para orien-tar recursos nacionales, regionales e inte-rinstitucionales para propender por la ad-quisición de tierras, la constitución, amplia-

ción y saneamiento de resguardos para lospueblos indígenas.

Diseña programas integrales de registro eidentificación que incluyen a todos los gru-pos étnicos existentes de conformidad conlo establecido en las normas.

De acuerdo con las posibilidades fiscales yla aprobación de los instrumentos interna-cionales de protección a los pueblos indí-genas, busca el fortalecimiento de la edu-cación intercultural indígena acorde a losprincipios etnoeducativos.

Este marco ha de servir de guía y control a lasinstituciones públicas para activar programasque parten tanto de principios multicultura-les e interculturales, que son base para elrelacionamiento con los pueblos y los indivi-duos indígenas, como con relación al desa-rrollo. Por ello, un eje fundamental es el de laparticipación directa de las autoridades y suscomunidades en la definición de los asuntosque los afecten. Los programas han de con-tribuir al proyecto histórico alternativo de de-sarrollo a partir de su particular diferencia so-ciocultural, reconocida por el Estado y por elgobierno. El desarrollo no se concibe comomejoramiento de infraestructura, es decir,número de letrinas instaladas, o número demetros de instalación para riego, sino que,desde una dimensión humana, configuramás capacidad de resolver asuntos, de for-mular, gestionar, articular, construir y trascen-der su propio modelo superando la depen-dencia económica, política, social y culturalde acuerdo a sus aspiraciones. Todo ellointegralmente bajo el ámbito de la naturale-za, el territorio, la cultura, la historia, el pensa-miento, mediante relaciones interdependien-tes e interactuantes. En la forma como éstasse articulan se conforman particularidades

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propias de organización social, política, eco-nómica y religiosa, o sea que el desarrollocontribuye a fortalecer la identidad étnica ensu confrontación con otras identidades. Dadoque cada pueblo posee contextos socialesdiferentes, sin perder de vista que no estánaislados, sino en relación con el resto de lasociedad nacional, que viven dentro de unentorno social amplio y no en una sociedadcerrada, puede acceder a recursos exógenossin renunciar a perder su identidad, a decidirsobre su futuro, optando por alternativas nue-vas bajo el control cultural sobre esas deci-siones y dentro de un proceso que no res-ponda a situaciones coyunturales sino queimplique dimensiones políticas, es decir,toma de decisiones que como tales afectanla vida del grupo.

El análisis de la situación en cada pueblopermite: a) identificar carencias y necesida-des internas y en relación con el contextoregional; b) reconocer los elementos histó-ricos constitutivos de conflictos e intereses;c) reconocer los recursos propios, los re-cursos que fueron impuestos y los apropia-dos; d) dar prioridad a acciones colectivaspara diagnosticar, ver tendencias y en con-secuencia formular los cambios que llevena satisfacer necesidades culturales compar-tidas, mediante un proyecto reflexivo paralograr la apropiación critica y selectiva denuevos elementos y conocimientos, que searesultado de la confrontación permanentede ideas y experiencias.

Los criterios para una buena interrelaciónson: a) el reconocimiento interno y externode la condición de unidades políticas dife-rentes y particulares dentro de la organiza-ción del Estado, con autoridad sobre su te-rritorio, que es el ámbito de la cultura; b) lavaloración de formas propias de organiza-

ción social y política como potencialpara la autogestión, el liderazgosocialmente legitimado queanime la creación y el fortale-cimiento de nuevos espa-cios para el desarrollo y c)la participación y logro deun desarrollo autónomo yautogestionario.

En conclusión, las institu-ciones del Estado han desaber que no todo programaes necesario en todos los pue-blos. No todo programa puede eje-cutarse de igual modo. No basta con queun programa sea un fin en sí mismo; es decir,todo programa debe fortalecer la etnicidad yla cultura de los pueblos y ser un buen me-dio para generar más autonomía y más par-ticipación, dos seguros confiables para evi-tar un tratamiento indiferenciado a los indí-genas que, si bien puede responder comofin para satisfacer una necesidad, lo debehacer también como medio para fortalecerlo diverso. Todo programa debe partir de unainvestigación o estudio participativo que evi-ta tratamientos genéricos: a) para examinarla bondad de un programa en determinadopueblo o comunidad, o para una particularfamilia o niño, b) para identificar desde losmismos pueblos las concepciones sobrebienestar, desarrollo, familia, niñez, hábitosde higiene y alimenticios, rutinas de juego,formas de crianza, trato a los niños, concep-ciones sobre salud y enfermedad, etc., quetiene cada pueblo, dado que difieren de lasde otras sociedades indígenas y de las dela sociedad mayoritaria y, c) para activar pro-gramas de manera diferente. Por ejemplo,en un programa para mejorar el estado nu-tricional es importante, además de conocerlos recursos internos y las razones que lle-

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van a realizar ese programa en ese particu-lar pueblo indígena, definir los alimentos queingieren y el modo de prepararlos, el mane-jo al recién nacido, la manera de compartir ono los alimentos, el trato a los huérfanos,entre otros. Ello define lo cultural o, incluso,eventualmente, las “trabas culturales” queestán generando desarmonía y deben re-orientarse. Los pastos definieron en algu-nos resguardos prohibir el licor por consi-derarlo una “traba cultural”, debido al impac-to negativo que estaba teniendo sobre lacalidad de vida de las familias, pero particu-larmente de los niños. Hay que desestimularacciones que actúan bajo visionespaternalistas que sostengan estados decosas que generan dependencia y un tratobasado en la mendicidad y la caridad.

Concertar los planes de vida. Permite unproceso significativo de planificación, que noimponga y que busque acercar el procesoentre los equipos institucionales externosque reconocen a las autoridades tradicio-nales de dichos pueblos, no sólo como con-trapartes, sino como autoridades con juris-dicción especial para asuntos administrati-vos, así como reconoce a los cabildos comoentidades públicas de carácter especial. Sihay un esfuerzo diferenciado que ademásde maximizar recursos, porque se utilizandonde se necesitan, las instituciones exter-nas que buscan apoyar acciones bajo la po-sibilidad de reafirmar la identidad cultural,los usos y costumbres, potencian las es-tructuras sociales y culturales, orientadas amejorar condiciones de vida que faciliten sucrecimiento, como personas y grupos.

Sobre estos referentes se presentan a con-tinuación instituciones y programas quecomo medios deben alcanzar potenciar laexistencia cultural alterna de los pueblos.

4.1. Salud y seguridad social78

Los principales problemas en el sectorsalud en las comunidades indígenas se con-centran en la desnutrición, los altos índicesde morbimortalidad, el desconocimiento desu cultura médica y la dificultad para que secubra a toda la población indígena con losservicios de salud que les son necesarios.

Es muy sensible a las condiciones debienestar de la población en Colombia. Latasa de mortalidad infantil es uno de los in-dicadores de salud que ha logrado mayordescenso y transformación en su estructuradurante los últimos años, pasando de 28.1x 1.000 n.v. en 1998 a 25.6 para el año 2001,lográndose la meta establecida para el año2000 de 26 x 1.000 n.v.

Las diferentes políticas, así como el desa-rrollo económico y social del país, han me-jorado los indicadores de desarrollo de laniñez menor de cinco años. Sin embargo,persisten las diferencias regionales en lareducción de la mortalidad infantil y en susnotables diferencias territoriales, que son altiempo, manifestación y consecuencia delas desigualdades regionales y sociales quecaracterizan al país. En algunos departamen-tos, la mortalidad infantil es del orden del 22x 1000, lo cual contrasta con otros que re-gistran 98.82 X 1000 para hombres y 81.26 x1000 n.v. en mujeres, esto es expresión delas enormes brechas en el desarrollo eco-nómico y social: por 1000 n.v. en el Chocóhay 98.8, en Caquetá 70.9, en Cauca 64.1,en Arauca 61.2, en Nariño 59.8, que son los

78 Un derrotero a activar tendrá que crear un sistemaespecializado de información sobre la salud en lospueblos indígenas. No existen estadísticas especia-lizadas. La información presentada fue suministradapor el ICBF, sede nacional.

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departamentos con mayor proporción de po-blación indígena.

El estado nutricional de la población indí-gena además de asociarse directamente conla morbilidad y la mortalidad de la poblaciónse relaciona con los niveles de seguridadalimentaria de la población, la cual a su vezestá determinada por múltiples factores queinciden en el acceso a los alimentos: la esca-sez de tierras adecuadas para la producción,las nuevas demandas para participar de ensistemas de mercado, las condiciones tecno-lógicas atrasadas, los hábitos culturales y lascreencias con relación a los alimentos y alcuidado diferenciado de los adultos frente alos niños, la prioridad del colectivo sobre elbienestar individual, los impactos de la guerrasobre la calidad de la tierra, las fuentes deagua para provisión de comida y el acapara-miento de alimentos institucionales por partede los actores armados, entre varios factores.

En el 2000, el 13.5 % de los menores de cincoaños presentaron desnutrición crónica79 o re-tardo en el crecimiento y esto se relaciona conla situación de marginalidad y la pobreza. El2.8 % de ellos se encuentra en riesgo de des-nutrición severa, siendo el grupo más afecta-do el de los menores de 12 a 24 meses. Enestudio realizado sobre 800 casos de protec-ción de niños, niñas y jóvenes indígenas, rea-lizado en 16 regiones de Colombia, el 98 %son casos de desnutrición. Muchos de ellosreincidentes después de procesos institucio-nales de recuperación nutricional.

En los menores de 5 años se presentó des-nutrición aguda en el 0.8 %, con severidad enel 0.1 %80. Los niños más afectados al igual

que en la desnutrición crónica son los meno-res de 12 a 24 meses. Le siguen en preva-lencia los menores de 6 meses. La preva-lencia de desnutrición global81 general fuede 6.7 %, con severidad del 0.8 %, los másafectados son menores de 1 a 2 años entrequienes la desnutrición alcanza el 10 %. En-tre los de 2 años la desnutrición severa llegaal 2 %. (ENDS/2000)

Los departamentos con mayores índices dedesnutrición son: Cauca y Nariño, seguidospor Tolima, Huila y Caquetá, que son depar-tamentos con un volumen de población in-dígena representativa.

La lactancia materna está generalizada entodo el territorio nacional. Del 94.5 % de losniños y niñas que alguna vez lactó en 1995pasó al 95.5 % en el 2000, lo que significaque el trabajo desarrollado a lo largo y an-cho del país ha logrado un nivel de impactoimportante. Dentro de los hábitos de crianzacultural más extendidos entre los indígenasse encuentra la lactancia materna muy pro-longada. Este hecho es un activo cultural muyimportante.

4.2. La seguridad alimentaria

La disponibilidad de alimentos, comosolución al problema del hambre de las po-blaciones indígenas, no se debe ni a la inca-pacidad de producción de alimentos, ni a uncrecimiento desproporcionado de su pobla-ción, ni a la falta de alimentos en Colombia,sino a la falta de acceso a los alimentos dis-ponibles, entre otras razones a causa de lapobreza. Lo que padecen los indígenas demodo creciente es una crisis económica dedesproporcionada magnitud, motivada por

79 Baja talla /Edad y Género80 Bajo peso/Talla y Género 81 Bajo peso/Edad y Género

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los desequilibrados patrones derelacionamiento que el Estado ha estableci-do con ellos en sus regiones. La desnutri-ción, el hambre y la miseria son hoy fruto deun modelo de seguridad social inadecuadoque no atiende las más elementales res-puestas a la dignidad humana de todos loscolombianos. El derecho a la alimentación yel derecho a la vida son interdependientes,así como el derecho a la salud y la vida digna.Las carencias de individuos y de pueblosenteros en materia del derecho a la alimen-tación82 no sólo implica un menoscabo deese particular derecho, sino de los derechoshumanos en general, que forja graves limita-ciones para el desarrollo de personas en lavida social, lo cual significa un atentado deproporciones inimaginables contra la digni-dad humana83.

Entre los obstáculos estructurales que impi-den garantizar la alimentación se encuentran:el descenso de la calidad de vida y el ascensode la iniquidad; la magnitud del desplazamien-to forzado; la situación de las tierras, la agri-cultura y la desigualdad84; el conflicto armado;el incremento de los cultivos ilícitos. La coloni-zación descontrolada y el narcotráfico son fe-nómenos que una parte muy importante de lapoblación indígena ha sufrido y que traencomo consecuencia hambre y desnutrición.

Las condiciones de desequilibrio biológico,consecuencia del hambre, muestran ejem-plos francamente inconcebibles en una na-ción llena de posibilidades para la vida bue-

na. Los sikuani, los cubeo y los kankuamo,por ejemplo, tienen restricciones severaspara poder comprar alimentos y sus tierrasno sirven para la producción.

Las mujeres embera de Antioquia se esta-ban muriendo85. Las autoridades del pueblooptaron por pedir ayuda a la Secretaría deSalud Pública y ésta a la Universidad de An-tioquia. Un equipo interdisciplinario trabajódurante dos años para detectar el origen delas tempranas muertes de estas mujeres.En primer lugar, ellas a los 14 o 15 años yatienen dos hijos, lo cual implica un trabajofuerte de crianza. Por división del trabajo se-gún género, ellas toman alimentos de los cír-culos concéntricos 1° y 2°, que están próxi-mos a su casa y los hombres deben hacerloen el 3°, en el 4° y en el 5°, donde hay pesca,caza bajita con ayuda de perros y caza alta yrecolección para obtener animales, cogollosy frutos. Dado que estos anillos han sido in-vadidos por colonos, correspondía a las mu-jeres proveer los cuidados a los productossembrados en los espacios culturalmentedefinidos como “trabajo de mujer” y cosecharlos productos, pelarlos, cocinarlos y repartir-los. El desgaste energético de estas muje-res por el exceso de trabajo no era equilibra-do con la comida ingerida, lo cual ocasiona-ba la muerte temprana. Es de anotar que lasmedidas antropométricas de talla y peso in-ternacionalmente utilizadas tuvieron que seradecuadas. Los médicos tradicionales se hi-cieron partícipes en el proceso y determina-ron realizar un cambio cultural por medio delcual los hombres realizarían tareas antes cla-sificadas como femeninas y las mujeresaceptarían este cambio cultural necesariopara adecuar las condiciones nutricionales.

82 Caso de pueblos y comunidades de Nariño y Caucade pueblos llaneros, del Chocó y de la Sierra Nevada,particularmente.

83 Mantilla Quijano, Alejandro. El derecho a una alimenta-ción adecuada: los retos actuales. Miembro del pro-yecto Aurora. Universidad Nacional de Colombia. Bo-gotá, 2003.

84 Ibid. p. 176.85 Galviz, Aída, Departamento de Antropología de la

Universidad de Antioquia y Colciencias S. F.

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Este cambio ha sido significativo pero el ac-ceso a alimentos sigue siendo insuficientepara todos.

La ejecución del programa “Diálogospara una maternidad segura”86 es, sin duda,un proyecto valioso, pero presenta el pro-blema de que en el enfoque metodológicono hay dialogo. Desde la sociedad mayori-taria se define qué debe saber una mujerpara tener una maternidad segura, pero fuerade lograr traducir estos conceptos, no se tra-baja para saber qué es maternidad segurapara ellas; qué es “maternidad como esta-do”, qué es “segura”. La transferencia de mo-delos generalmente se sustentan en unarelación no horizontal, que parte de la igno-rancia o vacío de conocimiento del otro, porlo que el que sabe salvará al otro con suconocimiento. Esta visión etnocéntrica im-plica perdida de recursos dado que, gene-ralmente, estos códigos hacen parte de unsistema cultural en salud, que no concuer-da necesariamente con otro.

Queda claro con este párrafo que todo pro-grama ha de activarse con un enfoquemetodológico que parta, en primer lugar, porrescatar, reconocer y examinar, desde lascategorías del participante o de la poblaciónque será sujeto del programa el campo queha de ser intervenido.

El enganche de hombres cubeo en gruposinsurgentes ha traído como consecuenciaque las mujeres cubeo solas tengan quemantener los niños. Ellas deben caminargrandes distancias para cuidar los sembra-dos y solas deben extraer el veneno a la yuca,lo que ha traído deformaciones en la claví-culas y consecuencias en la salud. Por otrolado, al no pescar y no cazar, se manifiestamalnutrición proteico calórico y déficit de pro-teínas (Kwashiorkor) dado el tipo de alimen-tos que vienen consumiendo, lo que ha teni-do efectos graves en la salud comunitaria.

El ICBF ha registrado en varios lugares deColombia que grupos guerrilleros se abas-tecen con las mesadas de alimentos que elInstituto remite. Y además son clasificadoscomo alimentos para la guerrilla, con lo quecorren peligro los funcionarios y transporta-dores de alimentos.

Además de la configuración de hábitos cul-turales, los alimentos son buenos para pen-sar. Ellos están clasificados en todas lasculturas y como categorías hacen parte de

86 UNICEF y Universidad del Valle. Sep. 2003.

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mundos e imaginarios compartidos por gru-pos particulares. Para los paeces en SEK,por ejemplo, la gallina, el chocolate, el maíz,la chicha son alimentos propios y desea-bles para las parturientas. Tienen la carac-terística de ser calientes y de compartir conotras realidades el mundo de lo femenino.

La cultura también determina qué debe co-merse de los animales, vegetales y minera-les asequibles; cuál es su uso, según laedad, el estado de crecimiento o de salud;cómo deben comerse y con quién. Por parti-cipar de los mundos de creencias configu-ran restricciones y normatividades determi-nadas, por ejemplo, los u´wa y los arhuacoshacen ayunos sin sal que de no realizarseacarrean una sanción.

Durante los noventa, Colombia tomó deci-siones importantes respecto al sistema desalud. Estas medidas han tenido efectospositivos en el acceso y calidad de los servi-cios de salud. Sin embargo, todavía son ne-cesarias más acciones si se desea comple-tar, consolidar y mantener las mejoras quesiguieron a la promulgación de la Ley 100.

Es indudable que para los pueblos indíge-nas se ha extendido considerablemente lacobertura de salud y seguridad social y quehoy existen varias ARS indígenas. Sin em-bargo, los indígenas siguen muriendo porenfermedades fácilmente prevenibles o cu-rables en otras partes del país. El manejo dela salud en los diferentes pueblos, por me-dio de médicos tradicionales y de parteras,es muy extendido y diferencial. Los indíge-nas utilizan su medicina muchas veces endiálogo intercultural con la medicina alopáti-ca. Dado que, en general, no se le reconocesu valor a esta medicina con relación a prin-cipios y procedimientos, se inducen progra-

mas que terminan por minar sus conocimien-tos y dejar sin opción interna muchas sali-das. Trabajos de interculturalidad para com-binar ambas medicinas, cuando es necesa-rio, existen en varias partes de Colombia,como entre los wayú, los paeces y los guam-bianos, quienes han hecho experimentosejemplarizantes. Programas para la revalori-zación, socialización y fortalecimiento de losconocimientos internos, en un país escasode recursos, pueden significar importantesoportunidades de vida y mejoramiento de lascondiciones de insalubridad o enfermedad.

El Plan Nacional de Desarrollo “Hacia unEstado Comunitario” otorga al Instituto Co-lombiano de Bienestar Familiar la respon-sabilidad de coordinar el Plan Nacional deAlimentación y Nutrición. El objetivo generalde este Plan es contribuir al mejoramientode la situación alimentaria y nutricional de lapoblación colombiana, en especial de lamás pobre y vulnerable, integrando accio-nes multisectoriales en las áreas de salud,alimentación, nutrición, agricultura, educa-ción, comunicación y medio ambiente, me-diante estrategias de coordinación intersec-torial, participación ciudadana, equidad, edu-cación e investigación.

El eje “Nutriendo” concibe que el derecho a lavida se encuentra estrechamente relacionadocon las posibilidades y condiciones nutriciona-les de los niños. El desafío es la reducción dela desnutrición crónica y el tratamiento de ca-rencias específicas, como es el caso de lasanemias por deficiencia de hierro y otros mi-cronutrientes. Durante cuatro años (periodo degobierno) se pretende incrementar el suminis-tro de una “complementación alimentaria” a500.000 niños y niñas mayores de 6 meseshasta los 5 años, dando prioridad a niños de 6a 36 meses, de los estratos más pobres de la

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población, ubicados especialmente en el árearural. Mediante el “Programa Familias en Ac-ción” se entregan 305.757 subsidios nutricio-nales a niños menores de 7 años de familiaspobres. Dentro del programa “Fortificación dealimentos” el ICBF produce anualmente aproxi-madamente 32.000 TM de la mezcla vegetaldenominada Bienestarina, enriquecida con vi-taminas y minerales, la cual está en procesode reformulación para cubrir la deficiencia demicronutrientes. “Los desayunos escolares”están fortificados con hierro y el hecho de ha-cerlo con la harina de trigo de consumo nacio-nal tiene el mismo propósito87.

El eje “Creciendo y Aprendiendo”, a través dela familia, busca fortalecer la humanizaciónde las personas, generando procesos derecuperación de su identidad y capacidadconstante de crecer y transformarse. Se bus-ca contribuir al desarrollo del capital humanoy del capital social que genere condicionesfavorables para la transformación social, eco-nómica, política y cultural del país, ampliarlos vínculos sociales y las oportunidades,gracias al desarrollo de la capacidad huma-na y el fortalecimiento de las redes sociales.

El eje “Restableciendo vínculos” comprendelos fundamentos conceptuales, políticos yestratégicos del conjunto de servicios orien-tados a la restitución plena de derechos paralograr la integración familiar, social y comuni-taria de niños y adolescentes. Incluye unadirectriz estratégica denominada “Reintegrofamiliar”, con la cual se busca fortalecer y fle-xibilizar los procesos de protección, de tal ma-nera que la separación de los niños de sumedio familiar se produzca efectivamentecomo último recurso y atendiendo de mane-

ra exclusiva su interés superior. Así mismo,busca fortalecer el medio social comunitarioy el medio familiar para la protección de losniños que son separados de su familia bio-lógica. Es necesario comprender el signifi-cado y el efecto que la institucionalización tie-ne en los niños y las niñas, las razones quefavorecen el rompimiento de los vínculos na-turales desde la prestación de los servicios yexplorar nuevas posibilidades de respuestapara generar alternativas protectoras con losniños en su contexto familiar y comunitario.

Programas estratégicos como “Reconcilia-ción Familiar”88, “Educadores Familiares”,“Escuela de Padres”, “Familias en acción”,“Observatorios de infancia y familia”, entreotras muchas modalidades de servicio, y “Hazpaz”89 buscan la consolidación de familiasdemocráticas, tolerantes de las diferencias,respetuosas de la dignidad y de los dere-chos de sus miembros, sin distingo de edad,género, cultura, o capacidad física o intelec-tual, mediante acciones para prevenir rela-ciones violentas en el interior de las familias,de promoción y fortalecimiento de factoresde convivencia, de detección temprana y deatención preventiva, mejoramiento de la cali-dad, la disponibilidad, el acceso y la utiliza-ción de los servicios, y desarrollan nuevosmodelos para la rehabilitación psicosocial deniños y familias”, si bien son muy válidos parala situación particular de los miembros de lasociedad mayoritaria, no son necesariamentetransportables y transferibles como único mo-delo a encajar indistintamente en todos lospueblos indígenas.

87 No se encuentra desglosada la proporción a pueblosindígenas.

88 Arreglar asuntos sin judicializarlos.89 Esta política parte de concebir la violencia dentro de

la familia como un fenómeno que afecta a los indivi-duos, la familia y la sociedad en general, incidiendoen su desarrollo económico y social, y convirtiéndo-se en un elemento fundamental a ser considerado enel abordaje de la salud pública.

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Programas como estos que están pensadoshegemónicamente han de examinarse enfunción de responder a pueblos donde la pro-

blemática sea similar no sólo en los hechosvisibles sino en las connotaciones propias,de modo que puedan servir como estrategia.

Número de beneficiarios ICBF 5’738.744

Unidades de servicio90 138.250Niños en hogares de bienestar, modalidad 0-7 años 802,844Modalidad FAMI 383.992Hogares infantiles, lactantes y preescolares 71.931Recuperación nutricional 54.112Asistencia nutricional al escolar y al adolescente 2’285.894Familias Escuela educador familiar 134.040Personas en Escuela educador familiar 161.230Asistencia integral a niños y jóvenes en clubes juveniles y prejuveniles 50.400Instituciones de protección para la niñez, externado y seminternado 34.272Instituciones de protección para la niñez internado 46.383Jóvenes en conflicto con la ley en instituciones de reeducación 8.985Hogares sustitutos 7.019Niños atendidos en hogares sustitutos 19.393

El ICBF atiende la familia y a niños niñas yjóvenes indígenas

Desde antes de la Constitución de 1991 elInstituto inició un proceso sin precedentesen las instituciones públicas que partiendode las condiciones distintas de los pueblosindígenas generara modos de atención y pro-gramas distintos en función de responderadecuadamente a sus condiciones particu-lares. Mediante la contratación de indígenasy no indígenas intelectuales se inició con fun-cionarios especializados en el tema un pro-ceso para adecuar la institución. Este proce-so ha ido ajustándose para configurar unapolítica pública de protección a los niños, ni-ñas y jóvenes indígenas. El programa de aten-ción a la familia indígena amplia incluso lamisión institucional en el entendido de que

condiciones estructurales de calidad de vidadeterioradas solamente pueden abordarsede modo integral en marcos alrededor de losdiferentes sistemas culturales. Eletnodesarrollo y la investigación/acción/par-ticipativa son los marcos teóricos y metodo-lógicos que han servido de base para actuar.El programa de atención a la familia indíge-na del ICBF ha realizado una audioteca conlos temas centrales orientada a comunida-des, cuya oralidad es significativa para apro-piar y compartir conocimientos.

El cuadro de ejemplos que a continuaciónse presenta muestra las acciones afirma-tivas activadas en función de dar a los pue-blos indígenas un trato discriminatoria-mente positivo que fortalezca la etnicidady la cultura y, por supuesto, los derechoshumanos, como se ha expresado al iniciode este documento.90 Apertura programática vigente.

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Experiencias de adecuación institucional del ICBF91

UBICACIÓN TIPO DE ACCIÓN

GUAJIRA Los Defensores de Familia y miembros de la comunidadwayú encontraron que el Registro Civil de los niños paragarantizar el derecho a la identidad iba en vía contraria alprincipio de reconocimiento a la diferencia y a la identi-dad, pues los wayú son matrilineales y reciben el nombrede un clan por línea materna. Dado que se registrabanacorde con la sucesión de apellidos en la sociedad mayo-ritaria y el tipo de familia bilineal, se gestionó ante el Con-sejo de Estado, quien solicitó a la Registraduría Nacionaldel Estado Civil y ésta notificó a las notarias modificar elprocedimiento para ser consecuentes con el reconocimien-to constitucional.Una niña wayú que fue llevada a vivir lejos de su comunidady no quiere volver a ella argumenta que está feliz con elestilo de vida que tiene en esa ciudad, interpone una acciónde tutela en la cual argumenta el derecho al libre desarrollode la personalidad para permanecer lejos de su pueblo; mien-tras tanto su madre wayú y su tío materno la reclaman ennombre del clan. Se comprende por parte de los Defenso-res de Familia lo que significa una niña para la comunidadwayú (dote, herencia, otros) y dentro de este contexto sepondera el derecho individual de la niña y el derecho a laintegridad del pueblo wayú, por lo que se toman decisionespara fortalecer al pueblo.

NARIÑO En la Comunidad Awa, se hicieron estudios sobre socia-lización de los niños y se concluyó que este pueblo porsu concepción no requería actividades de estimulacióntemprana para los niños menores de tres años. Ellosconciben que a esta edad los niños pertenecen aún aotro mundo y deben ser sobre todo socializados por sushermanos y no por los adultos. Las pruebas de desarro-llo que posteriormente se les realizaron constataron queesta práctica cultural manifiesta gran eficacia y que com-parados con la población mestiza tienen niveles de de-sarrollo semejantes.

91 El Instituto viene estimulando procesos de capacitación para adecuar los procesos de protección. Esther SánchezBotero ha estado vinculada como consultora a los Programas de Capacitación, a los equipos de Protección en zonascon alta población indígena. Programa para la Construcción de entendimiento intercultural.

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Entre los pastos la realización de fiestas anuales dejaba alos niños descuidados mientras los adultos participabande la fiesta. Se determinó realizar brigadas especiales ytemporales para albergar los niños.

CÓDIGO DEL MENOR Estudio, análisis y ajuste del Código del menor acorde con laConstitución Política del 91Este Código es anterior. Dos campos fundamentales han demodificarse: la competencia jurisdiccional de las autorida-des indígenas y el trato diferencial a los pueblos como suje-tos de derecho.

GUAVIARE Catorce niños nukak makú que fueron “abandonados” en-tre colonos se ubicaron en hogares sustitutos. El Con-sejo de Estado define la tutela interpuesta por laDefensoria del Pueblo y ordena al ICBF el reintegro deellos a su comunidad. Mediante un proceso de investiga-ción se precisa que los niños, todos con defectos físicosgraves o huérfanos, fueron dejados por sus parientes opadres dentro de la sociedad mayoritaria –que es seden-taria y no nómada–, que tiene otro sistema de salud paraaliviar situaciones imposibles para ellos y dispone de ali-mentos que todos ellos deben buscar, como una medidade protección y no de abandono. Las condiciones de vidacomo nómadas, recolectores y cazadores no les permi-te a esos niños abordar esa vida. Se demostró la incon-sistencia del fallo con el derecho a la identidad y a ladeterminación del pueblo nukak por lo que no fueron rein-tegrados y fueron dados en adopción (niños con sordera,ciegos, con malformaciones) para protegerlos.

CAUCA Reconocimiento de sus autoridades tradicionales y de susformas propias para definir conjuntamente procedimientosacordes con sus usos para realizar adopciones.Adecuaciones nutricionales según sus usos y costumbres.Proyectos productivos para apoyar el trabajo con niños, incor-poración de los miembros de la comunidad una vez en lasemana para trabajar y orientar los programas estatales.Administración de programas alimentarios del PMA acordescon formas de organización propia.

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AMAZONAS Estudio sobre formas de socialización de niños. Identifica-ción de actividades específicas, formas pedagógicas de lostikuna. Producción de cartillas en lengua tikuna.

GUAINÍA Recopilación de mitos y leyendas que permiten entender susconcepciones en torno a la niñez como medio para fortalecery adecuar el programa

PUTUMAYO Formulación, organización y adecuación del programa de jó-venes del Programa Círculos de Cuadra.

CÓRDOBA Apoyo a procesos de investigación de la historia y organiza-ción para fortalecer al pueblo zenú, que han venido perdiendola memoria histórica y estaban en situación de gran fragmen-tación cultural.

ARAUCA Niños mellizos llevados al hospital de Saravena para quefueran entregados al ICBF para su protección. La enfermera,quien no conocía la lengua de los uwa, procedió a hacerlesfirmar a los padres una nota de entrega de los niños paraadopción. Los padres no conocían el alcance de esta notapues no dominan el castellano y lo que querían era preservara los niños mientras que su comunidad ayunaba y definía elprocedimiento a seguir con los niños Entretanto la defensorade familia remitió a los niños a una casa de adopciones, cuyadirectora interpuso acción de tutela. La comunidad definiómodificar la creencia para que pudieran vivir con ellos y nofueran recogidos por una deidad para vivir con ella, por lo quela Corte Constitucional ordenó el reintegro de los niños a sucomunidad. El ICBF y los representantes de la comunidaduwa hicieron posible este reintegro mediante encuentros yrecursos especiales.

Desde siempre, Colombia se ha valido delcrecimiento económico y de la expansiónparalela de los servicios sociales básicospara suplir la puesta en marcha de una redde protección social. La asistencia social noestaba incluida en las profundas reformasdel sector social de los años noventa, que

llevaron a un mayor gasto y a la descentrali-zación de la salud y la educación. En conse-cuencia, los programas de asistencia so-cial no sólo siguen siendo inadecuados pararesponder a grandes crisis que afectan amuchas personas de un modo simultáneo,sino que, además, cuentan con una finan-

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ciación insuficiente, están centralizados ycarecen de un enfoque estratégico. Las re-formas de las políticas del sector social in-troducidas en los años noventa por la Cons-titución de 1991, la Ley 60 y la Ley 100, noincluían la asistencia social. Dicha exclusióntuvo tres consecuencias: en primer lugar, laasistencia social no participó del gran incre-mento del gasto en el sector social, impul-sado por el sólido crecimiento económicode Colombia. Mientras que el financiamientode la salud y la educación aumentó aproxi-madamente de 4% del PIB a principios delos años noventa hasta más de un 8% delPIB en 1996, los gastos presupuestados delgobierno central para asistencia social fluc-tuaron en torno al 1% del PIB durante la pri-mera mitad de los años noventa y descen-dieron por debajo del 0,7% en el 2002. Setrata de un nivel de gasto en asistencia so-cial muy bajo si se compara con el de paí-ses en una etapa de desarrollo similar y conlas necesidades de grupos vulnerables es-pecíficos que carecen de acceso a progra-mas clave de asistencia social, como losindígenas. En segundo lugar, puesto que lasreformas de descentralización que marca-ron las pautas de la política del sector socialno incluyeron la asistencia social, los princi-pales programas de asistencia social si-guen estando muy centralizados. Las trans-ferencias fiscales a los gobiernos localesque absorben el 14% del PIB no incluyenfinanciamiento para la asistencia social. Losgobiernos locales apenas tienen criterio paraasignar los fondos de asistencia social y delServicio Nacional de Aprendizaje (SENA). Porúltimo, el enfoque estratégico y las directi-vas de políticas establecidas para la mayo-ría de los programas del sector social comoparte de las reformas no se aplicaron a laasistencia social. Los programas de asis-tencia social siguen estando fragmentados,

carecen de un enfoque y en gran medidaestán fuera del alcance de aquellos que seencuentran en el sector no estructurado92.

La vulnerabilidad se basa en los resultadosesperados de los riesgos y en las respues-tas a estos riesgos, y el grado de vulnerabi-lidad está determinado por la probabilidadde que una crisis haga que la situación departiculares, familias o comunidades caigapor debajo de un umbral de bienestar pre-determinado, como la pobreza. (Heitzman,Canagarajah y Siegel, 2002.)93

Los principales programas de asistenciasocial de Colombia no estaban preparadospara ofrecer una protección anticíclica ade-cuada a aquellas personas más afectadaspor la reciente crisis. Estas deficiencias lle-varon a la introducción de un nuevo progra-ma a corto plazo, la Red de Apoyo Social(RAS), para mitigar los peores efectos de lacrisis. La puesta en práctica de los progra-mas de la RAS comenzó en 2001 y se espe-raba que éstos alcanzaran su capacidad to-tal a principios del 200294.

Los niños y los adolescentes constitu-yen en Colombia los principales grupos vul-nerables específicos según la edad que re-quieren actualmente asistencia por parte deuna red de protección social reformada. LaTabla A del Anexo presenta una visión gene-ral de los grupos de riesgo clave por edad ylos programas de protección social diseña-dos para afrontar estos riesgos. Los niñosen edad preescolar y de escuela primariaafrontan importantes riesgos de pobreza,

92 Colombia. Fundamentos económicos de la paz.Giugale Marcelo M, Lafourcade Olivier y Luff Connie,Editores. Banco Mundial, Alfaomega, abril de 2003.pp. 623-624.

93 p. 628.94 Ibid. p. 627.

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salud y nutrición, incluyendo un brusco des-censo de las tasas de vacunación y un in-cremento del porcentaje de algunas enfer-medades que no se tratan (como la diarrea).Aproximadamente la mitad de los niños co-lombianos no han sido vacunados contraenfermedades básicas contagiosas, undescenso en la cobertura de 10 puntos por-centuales en sólo cinco años (Profamilia,1995 - 2000). La pobreza está más extendi-da entre los muy jóvenes que entre cualquierotro grupo analizado en el Informe sobrepobreza en Colombia de 2001: cerca del 70% de los niños menores de siete años enlas zonas urbanas y casi el 90% de los ni-ños en zonas rurales son pobres. (Consultela Tabla 23.3)

Los jóvenes entre 12 y 17 años han sidoidentificados como excepcionalmente vulne-rables, debido a que están expuestos a múl-tiples aspectos de la violencia y la delincuen-cia. Colombia ya posee la censurable dis-tinción de tener la tasa más alta del mundode secuestros y homicidios, y una gran pro-porción de los autores y las víctimas de losdelitos urbanos económicos y sociales sonmenores. Los grupos-muestra elegidos in-formaron que la delincuencia juvenil y losrobos callejeros se han incrementado enor-memente en los últimos años y que se es-tán reclutando a la fuerza adolescentes paraparticipar en el conflicto armado. Los emba-razos en adolescentes y la exposición a en-fermedades de transmisión sexual tambiénrepresentan un importante riesgo. Segúnencuestas demográficas y de salud(Profamilia, 1995 - 2000), los embarazosentre adolescentes están aumentando. Al-rededor del 19 % de las adolescentes entre15 y 19 años estaban embarazadas o ha-bían tenido un hijo en el momento de la en-cuesta, en comparación con el 17% en 1995.

La tasa es mucho mayor en las zonas rura-les (26%) y es inversamente proporcional ala educación. No hay duda de que estos fe-nómenos se ven exacerbados por las tasascada vez más altas de inactividad y desem-pleo entre los jóvenes. (Consulte la Tabla Adel Anexo)95

Las personas desplazadas dentro del paíscomo resultado del conflicto interno de Co-lombia constituyen otro grupo críticamentevulnerable. La fuerza económica y militar delas guerrillas y los paramilitares, relaciona-da con la droga, ha producido un drásticoaumento de la violencia, las muertes y losdesplazamientos, especialmente entre lapoblación civil rural. Existe un gran debateen cuanto al número y las características dela población desplazada dentro del país. Secalculan hasta casi dos millones. (Codees– UNICEF, 1999). Esta población ha sidoexpulsada de zonas donde han estado rea-lizando actividades económicas productivasy se les ha realojado en barrios de tuguriosurbanos donde las perspectivas de empleoson limitadas, el acceso a los servicios so-ciales está restringido y la violencia y la de-lincuencia están extendidas.

Por contraste con años anteriores, la recientemigración a las zonas urbanas constituyeactualmente una buena variable predictivade la pobreza: el 64 % son pobres frente al55 % de la población general (Tabla 3). Losdatos disponibles sugieren que la mayoríade los desplazados son mujeres (56 %) yniños (el 55 % son menores de 18 años),con una educación y unas capacidades li-mitadas. En su migración de zonas ruralesa urbanas, han abandonado su principal ac-tivo (sus tierras) y afrontan obstáculos para

95 pp. 629-630.

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acceder a puestos de trabajo y servicios so-ciales. Su concentración en unas pocas ciu-dades de Colombia ha añadido presión alos limitados presupuestos municipales,una situación agravada por la importante yconstante falta de financiamiento para laprincipal estrategia nacional para las per-sonas desplazadas dentro del país96.

4.3. Educación Intercultural

Venimos de procesos educativos en loscuales nuestros sistemas de conocimiento ynuestro espíritu trataron de ser aniquilados.Se nos impuso un idioma, un manejo del

tiempo y de la relación con la madre tierra. Algunos de nuestros mayores fueron

aislados y los niños llevados a la fuerza alugares cerrados, llamados orfelinatos, enlos cuales se intentó hacernos creer que

no teníamos padres, historia oconocimiento.

Nuestros mayores lucharon y con granesfuerzo lograron sostener los idiomas, el

manejo territorial, la relación con losespíritus que conforman la madre tierra,

gracias a ellos aún tenemos fuerza yesperanza para luchar. Intentaron

educarnos para desarraigarnosterritorialmente y apoderarse de nuestrasmejores tierras, sin entender que allí está

la vida, están los espíritus, está todo lo queconstituye la esencia de la vida, es decir, loque llamamos sagrado. Cuando logramos

apropiar la escuela y avanzar en eldesarrollo de propuestas educativas al

servicio de la cultura y la comunidad,acordes con la vida y los sistemas de

conocimiento que desarrollamos en milesde años, nos encontramos con la violencia

social y política que vive nuestro país.

Cuando en nuestras comunidades nosreunimos para encontrar soluciones a

nuestros problemas, discutir los acuerdosy normas para relacionarnos mejor unos

con otros, organizar nuestro trabajo,escuchar a nuestros abuelos sobre las

historias que han vivido y viven nuestrospueblos, aprender a cultivas, tejer,

construir viviendas, llegar a ser médicostradicionales, parteras, músicos, sentimos

que esto es educación.

Desde mediados del siglo XX, los pueblosindígenas han tenido que participar en losprocesos de la educación llamada oficial,como un mecanismo para sobrevivir comoindígenas. Han realizado numerosos esfuer-zos para apoyar estos procesos en el en-tendido de que están inmersos en el ordennacional, predominantemente castellaniza-do y occidentalizado. Han facilitado infraes-tructura, comida y salarios a los maestrosque han accedido a trabajar en sus comuni-dades. Aprender el idioma que era oficial,las operaciones matemáticas y la lectoes-critura se configuraron como un medio dedefensa de lo propio en un Estado mono-cultural y monolingüe. Animaba a muchossometerse a este proceso para sobreviviren el mundo hegemónico de la sociedadmayoritaria, camuflando lo propio, conside-rado como atrasado y despreciable. El Es-tado que buscaba civilizarlos no encontrómejor mecanismo que entregar a los misio-neros la educación de los indígenas, lo cualpermitía interactuar con ellos para configu-rar la mano de obra para las iniciativas delos incipientes capitalistas agrarios. La edu-cación para los pueblos indígenas estuvo acargo de la iglesia católica mediante el Con-cordato de 1886, enmarcado en una políticapara conducir y transformar a las «tribus sal-vajes» a la vida «civilizada».96 pp. 631-632.

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Según cifras estimadas por el Ministerio deEducación Nacional, el analfabetismo de lapoblación indígena alcanza el 44 %. El Mi-nisterio está atendiendo directamente a lapoblación indígena en 24 departamentos,lo que representa 43 pueblos. De acuerdoal censo DANE de 1993, del total de pobla-ción indígena en edad escolar, en un rangode población de 5 a 24 años, estaba en257.492 personas, lo que correspondía aun 33 %. La asistencia escolar indígenaestaba en 80.458 personas, que constituyeel 31 % de la población en edad escolar aten-dida por el sistema educativo colombiano.

El Estado, por medio del Ministerio de Edu-cación, desde hace dos décadas ha preten-dido responder a las particularidadesétnicas, socioculturales y lingüísticas de lasfamilias y poblaciones indígenas, contribu-yendo a crear un modelo de educación quefuncione en paralelo con el modelo educati-vo, de naturaleza monocultural occidental,con el objeto de tener en cuenta la diversi-dad que caracteriza a la nación. Ha buscadoque los niños, niñas y jóvenes indígenas

tengan la posibilidad de participar de loscontenidos de una educación que fortalezcala lengua y los valores propios y que a la vezconcilie las necesidades que demanda elsistema educativo formal, ya que como co-lombianos indígenas deben acceder encondiciones de igualdad para participar delos estudios intermedios y superiores. Estemodelo busca encontrar entendimiento en-tre los procesos y contenidos desde la edu-cación formal a cargo de la escuela y losque la propia familia y la comunidad ponenen práctica bajo el modelo de educación pro-pia.

Mediante un enfoque de etnoeducación setransformó la pedagogía en el país, que has-ta entonces no había tenido nunca en cuen-ta a las poblaciones indígenas, intentandohacer realidad propuestas que interpretarany acertaran con respuestas las demandasdesde los mismos pueblos. La etnoeduca-ción parte de los principios de autonomía,participación comunitaria, interculturalidad,diversidad lingüística y cohesión social fun-damentada en la territorialidad, los usos y

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costumbres, la autonomía, la cultura, la cos-movisión y la realidad propia. La educaciónintercultural bilingüe es un avance político ysociopedagógico que está abriendo puer-tas para que cada vez más se hagan partíci-pes los mismos indígenas en la gestión deestos programas. El país dispone de unalegislación educativa indígena de vanguar-dia, resultante de los procesos de concerta-ción entre los pueblos y el gobierno, la cual

se genera como producto de experiencias yprogramas piloto bajo criterios, contenidosy metodologías que replantean la educaciónde modo coherente con las políticas exis-tentes. Las mesas nacionales y las regio-nales sobre políticas etnoeducativas son ungran espacio para desarrollar, proyectar ycomprometer al Estado en los procesos demejoramiento y eficacia de los derroterosque lo comprometen.

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Normatividad97

Cuadro N° 1

NORMA AÑO ASPECTOS PRINCIPALES

Decreto 1142 1978 Reconoce que la educación dirigida a los pueblosindígenas debe respetar su cultura y permite elnombramiento de docentes indígenas sin los re-quisitos que se exigen a los no indígenas.

Ley 21 de 1991 1991 Los artículos 26 al 30 hablan de educación para (Convenio 169 pueblos indígenas.de la OIT) El artículo 27 establece que el gobierno debe ga-

rantizar el traslado de los programas educativospara que se desarrollen en territorios indígenas alos representantes de los pueblos indígenas.

Constitución Política 1991 Artículo 7: El Estado reconoce y protege la diversi-dad de la nación colombiana.Artículo 10: Se reconoce la oficialidad de las len-guas indígenas en los territorios donde se hablan.Artículo 68: Establece que la educación para losgrupos étnicos debe responder a las aspiracionesde dichos grupos.

Ley 115 o Ley 1994 En el Título 3, Capítulo 3, establece las característicasGeneral de Educación que debe tener la educación para los grupos étnicos.

Decreto 804 1995 Desarrolla la ley 115.Establece claramente que el nombramiento de do-centes, directivos docentes y personal administra-tivo en territorios indígenas debe ser concertadocon las autoridades indígenas.Los docentes y directivos docentes indígenas es-tán exentos de títulos de bachiller o normalista y delconcurso para su nombramiento. Los currículos ycalendarios académicos deben responder a las ca-racterísticas particulares de los grupos étnicos.Cuando el Estado tenga que contratar la prestacióndel servicio educativo, tendrán prelación las organi-zaciones indígenas con experiencia en educación.

Decreto 982 1999 Establece compromisos del Gobierno Nacional parael desarrollo integral de la política indígena en elDepartamento del Cauca y considera que es nece-sario fortalecer el sistema educativo de los pueblosindígenas y sus autoridades, de acuerdo con suscaracterísticas culturales, sociales y administrativas.

97 Cuadro (Anexo N° 1) ONIC - CRIC. Informe sobre el derecho a la educación en los pueblos indígenas de Colombiaante la relatoría especial sobre el derecho a la educación de las Naciones Unidas. Bogotá, octubre 8 de 2003.

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Directiva Ministerial 08 2003 Dirigida a alcaldes, gobernadores y secretarios deeducación. Reafirma la vigencia de toda la legisla-ción etnoeducativa.La reorganización de la educación en territorios in-dígenas debe atender a los parámetros estableci-dos en dicha legislación.Es posible la creación de instituciones educativasen territorios indígenas mediante la fusión de cen-tros, aunque al momento de la fusión no se ofrezcala secundaria, siempre y cuando se presente uncronograma para ofrecer la básica secundaria enel mediano plazo.

Decreto 2582 2003 Establece como requisito para aplicar la evalua-ción de desempeño de los docentes en los territo-rios indígenas la concertación del sistema de eva-luación con las organizaciones indígenas.

98 ONIC - CRIC. Informe sobre el derecho a la educa-ción en los pueblos indígenas de Colombia ante larelatoría especial sobre el derecho a la educación delas Naciones Unidas Bogotá, octubre 8 de 2003.

Fortalecimiento de la visión propia98

En las comunidades indígenas histórica-mente la escuela ha desempeñado un pa-pel desintegrador de la cultura en tanto queella fue y aún lo es, en muchos casos, unmecanismo de “aculturación” centrada enla homogenización, negando los valores ypotencialidades de cada pueblo en particu-lar. La educación tiene que ver con tres obje-tivos fundamentales que son: 1) Construirnormas, valores, actitudes y, en general, elpensamiento que asegure una convivenciaarmónica con la naturaleza, con los pueblosmismos, con otras culturas y poblaciones.2) Entender el proceso histórico con el obje-to de vivenciar las culturas, fortalecer la iden-tidad y asegurar la persistencia como pue-blos y, 3) Lograr formación y capacitación enacuerdo con los requerimientos y las nece-sidades de la realidad donde se desenvuel-ven los pueblos.

Separación entre educacióny transmisión de la cultura99

Para los indígenas, el proceso educativo,como mecanismo para adquirir conocimien-tos y habilidades formalmente y los proce-sos de sociabilización que permiten trans-mitir los valores de la cultura propia, no es-tán separados; por ello, se plantea que: “entodo este quehacer educativo, la acción dela familia, de los mayores, de las autorida-des tradicionales (médicos, parteras, cabil-dos, ancianos) es básica para la formacióny orientación de los hombres y mujeres queintegran un pueblo. Según las costumbres,desde que el niño nace y aun antes, se le vaorientando para que vaya asumiendo com-portamientos, valores, normas que les vana permitir integrarse a la vida de la comuni-dad para que sea trabajador, se reconozcacomo indígena, se sienta orgulloso de serlo,sea crítico, participe en los trabajos y accio-nes de la comunidad. Así la educación com-promete, no sólo la adquisición de conoci-

99 Ibid.

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mientos y saberes, sino que tiene que vercon la expresión integral del ser como com-ponente de un colectivo, con sus sentimien-tos, con el sentido y significado que le da lavida, con la capacidad de integrarse yproyectarse comunitariamente, fundamen-tando la educación para que el niño hagavaler sus derechos y respete los demás.Igualmente, la educación siempre tiene quever con una estrecha relación entre el pen-samiento y la acción, por eso tiene más fuer-za la práctica, el ejemplo, el hacer y el vivir.No se concibe que una persona sea muybrillante en su discurso, pero incapaz de re-solver los problemas de su entorno. El co-nocimiento implica una relación coherenteentre el ser, el pensar y el actuar. Por ello, laeducación es una de las mejores estrate-gias para lograr construir el tejido de unasociedad con dignidad y libertad. Finalmen-te, la educación es un medio para definiruna opción propia de desarrollo con la cualse garantice una buena calidad de vida alos hijos y a los nietos100 .

Indicadores de logro de la educaciónescolarizada101

La poca inversión en educación indígena nopermite el desarrollo de las obligacionesconstitucionales y legales, lo cual se mani-fiesta en insuficiencia y escasa cobertura delas escuelas y de docentes, y el acceso desólo el 50% de la población en edad esco-lar. Se ha limitado al pago de docentes, des-conociendo la necesidad de realizar investi-gación lingüística, diseños curriculares apro-piados a las características de los pueblos.La dotación de mobiliario y material didácti-co específico son escasos.

Respecto al contenido de la educación esnecesario eliminar la estandarizacióncurricular, la cual no permite adaptar com-pletamente las particularidades culturales(lo indígena se reduce a áreas complemen-tarias), el menosprecio al bilingüismo y lapreponderancia de materiales monolingües.Es necesaria la pertinencia contextual de laeducación para el desempeño en el contex-to específico (no se forma en el conocimien-to de lo indígena entre la población mesti-za), educación intercultural para indígenaspero no para toda la sociedad.

Administrativamente no se cumple el Art. 27de la ley 21 de 1991 (Conv. 169) para quelos mismos pueblos administren la educa-ción, en el que se estipula: La edad escolar.La educación de adultos. La política para laeducación superior. La adecuación a condi-ciones asociadas de tipo económico, terri-torial, nutricional.

En términos generales, los pueblos indíge-nas del país afrontan en materia educativa losproblemas derivados de la falta de atenciónestatal a las iniciativas propias y la discrimina-ción, producto de la desinformación e igno-rancia de los colombianos sobre los aportesnecesarios para la construcción del futuro detodos los habitantes de Colombia.

Impactos negativosen los jóvenes que no pueden estudiar102

La escasa presencia y apoyo del Estado, su-mados a las desigualdades ocasionadas porel modelo económico imperante, han contri-buido a agudizar la inserción de los jóvenesindígenas en los grupos armados en conflic-to; a pesar de los esfuerzos que los cabildos

100 Ibid.101 Ibid. 102 Ibid.

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vienen realizando para retener a la juventuden sus respectivos territorios. La falta de opor-tunidades de trabajo, estudio e incentivos parael mejoramiento de la calidad de vida se con-vierten en estímulo para que los niños y jóve-nes sean cooptados por estos grupos al mar-gen de la ley. Cabe anotar que muchos deellos son obligados bajo presión de los mis-mos grupos armados a formar parte en esteconflicto. Las niñas y jóvenes soportan laspeores consecuencias, porque además sonprostituidas, maltratadas y muchas de ellasobligadas a practicarse abortos o a asumirsolas la responsabilidad de la crianza de loshijos. Esta situación la sufren muchas jóve-nes y mujeres en distintos territorios indíge-nas. Este es el contexto en el cual se muevenlos pueblos indígenas y donde se pretendecontrolar y asumir la educación propia.

Desde una visión, el multiculturalismo es lamultiplicidad de culturas diferenciadas queexisten en una nación y que pueden vivir sinestablecer relación entre ellas, es decir, unmulticulturalismo como separación, marca-do por los fundamentos conceptuales delliberalismo, esto es, los principios de igual-dad y de tolerancia al otro distinto –posiciónconsiderada como medular y como un valory una actitud suficiente para asegurar que lasociedad funcione–. Hay otras visiones,como la de Catherine Walsh, quien plantea“un modelo de interculturalidad que buscarelaciones culturales complejas, con nego-ciaciones e intercambios culturales de víamúltiple. Se inquiere desarrollar intercam-bios y encuentros equitativos entre puebloso personas con conocimientos y prácticasculturalmente diferentes. Se trata de unainteracción que parte del conflicto inherentea las asimetrías sociales, económicas, po-líticas y del poder. No se trata simplementede reconocer, descubrir o tolerar al otro o la

diferencia en sí; tampoco se trata deesencializar identidades o entenderlas comoadscripciones étnicas inamovibles. Másbien, se trata de impulsar activamente pro-cesos de intercambio que permitan cons-truir espacios de encuentro entre seres ysaberes, sentidos y prácticas distintas”103.

Por ello, en el marco de los cambios constitu-cionales la configuración de políticas públi-cas debe estar fundamentada en el reconoci-miento y la valoración de otras sociedades quedemandan de las instituciones adecuacionespara que los programas sean un medio alfortalecimiento de la cultura. Así las cosas, so-lamente puede trabajarse en función del de-sarrollo con identidad. El desarrollo de Co-lombia implica partir del reconocimiento deuna nación diversa que mediante programasy proyectos fortalece las diversas identidadesque cruzan distintos órdenes de la vida social,económica, política y cultural. Este desarrollocon identidad será posible mediante una edu-cación intercultural que ha de influir en la vidade los indígenas y de los no indígenas, paraobtener clara conciencia del valor de la diver-sidad, derrumbando el etnocentrismo, el ra-cismo y la discriminación. La educación inter-cultural es una herramienta en la construc-ción de una ciudadanía sin exclusiones, deuna cultura democrática y de igualdad, que enla práctica permite y posibilita el ejercicio igua-litario de la ciudadanía, el respeto de los dere-chos de las personas y de su dignidad.

La educación bilingüe tiene por objeto fortale-cer el manejo de la lengua materna de loseducandos a la vez que favorecer el aprendi-

103 Walsh, Catherine. La problemática de la interculturali-dad y el campo educativo. Ponencia presentada en elCongreso de la OEI “Multiculturalismo, identidad yeducación”, 16 de abril de 2002. Quito, UniversidadAndina Simón Bolívar.

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zaje del castellano, necesario en una socie-dad multilingüe. De esta forma, la educaciónbilingüe tiene que trabajar los contenidos edu-cativos para responder a las necesidadesbásicas de aprendizaje y, además, valorar lopropio, acercando la escuela a las comunida-des y a la vida cultural de los indígenas.

Este modelo implica la necesidad de dife-renciar currículos que respondan universal-mente al propósito de valorar y fortalecer lopropio en cada pueblo y, paralelamente, ac-tivar los currículos mínimos de alcance na-cional, en función de generar capacidades ycompetencias para participar como igualesen los procesos de educación superior na-cional. Cuidar que los contenidoscurriculares fortalezcan la historia, el orgulloen la vida comunitaria, los modos solida-rios de ser y existir como colectivo, las nor-mas y obligaciones, los deberes y el ritual,representa un reto y un deber.

4.4. Neoliberalismoy pueblos indígenas

El neoliberalismo radical rechaza drásti-camente la idea de que haya islas de bienesde comercio o producción fuera del mercadoen manos de pueblos y autoridades que de-mandan reconocimiento a sus distintos dere-chos y no se dejan seducir fácilmente por lasposiciones altas del Estado y el poder priva-do. El concepto de territorio indígena, el desuelo y subsuelo, no sólo les repulsa a lospolíticos por sugerir un Estado dentro del Es-tado (sugerencia completamente falsa) sinotambién por apuntar a una pérdida considera-ble de oportunidades unilaterales de explota-ción económica de los recursos locales104.

Aunque no hay autonomía sin restricciones,sin mecanismos de articulación de intere-ses locales y nacionales, por ejemplo, quepermitan garantizar de algún modo que laspartes puedan ceder, los megaproyectos enzonas indígenas representan una piedra enel zapato. El problema que se percibe enestas sociedades, de modo equivocado, esel de una insuficiente capacidad para en-tender el mundo como es o como debe sery cómo esta mirada proteccionista del me-dio, o de otro modelo de vida social y eco-nómica, afecta el desarrollo y la unidad dela nación.

Esta visión se enmarca en un multiculturalis-mo unitario, que bajo el modelo hegemónicobusca extender lo propio de manera uniformey universal y no incluye ninguna capacidad deapertura para que se introduzcan referentesdistintos reconocidos constitucional e interna-cionalmente, es decir, un multiculturalismoigualitario.

A lo largo de este documento nos hemosreferido de una manera u otra a distintassituaciones que caracterizan la vida actualde los indígenas y de modo indirecto a lassituaciones que por ende viven los niños,niñas y jóvenes indígenas, como pertene-cientes a sus pueblos y comunidades. Noobstante, es necesario trabajar un aparte de-dicado especialmente a ellos, para miraralgunos asuntos que les recaen de modoparticular.

Para comenzar, existe muy poca informa-ción en las instituciones del Estado y enlas mismas organizaciones indígenas quemuestre los diferentes aspectos –negati-vos o positivos– que rodean su existencia.Sin embargo, sobre la base de un trabajode investigación/acción /capacitación, eje-

104 Hoekema, André J. “Hacia un pluralismo jurídico for-mal de tipo igualitario”. En Pluralismo jurídico yalternatividad judicial. El Otro Derecho. 26-27 ISADupligráficas, 2002.

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cutado por el ICBF durante tres años105, tra-taremos de precisar algunos asuntos quebuscan motivar a todos los que trabajeneste documento y tengan opción de contri-buir para acercarse a ellos y conocerlos conmayor empeño. Para responder a esta pro-vocación diría que, en primer lugar, es ne-cesario apoyar la consecución de informa-ción sobre su situación actual. Este acer-camiento determinará medidas especialesen muy diversos campos, para proteger susvidas y, con éstas, como prioridad, “el dere-cho a tener su propia vida cultural” comomiembros constitutivos de pueblos indíge-nas particulares.

105 Sánchez Botero, Esther.La Aplicación práctica de la Política de Reconocimien-to a la diversidad étnica y cultural: protección a niñosy niñas indígenas. ICBF, Quebecor Editores.La cultura como clonación. ICBF, Quebecor Editores.Política de reconocimiento a la diversidad étnica ycultural y de protección al menor: Jurisprudencia so-bre el reconocimiento a la diversidad étnica y cultural.ICBF, Áncora editores, 2002.Diez años de ejercicio de la jurisdicción especial indí-gena. Procuraduría General de la Nación. 2001.Justicia indígena. Calidoscopio de las justicias enColombia. Coautora. Uniandes 2000.La Jurisdicción especial indígena. Coautora con Isa-bel Cristina Jaramillo. Procuraduría General de la Na-ción. Imprenta Nacional.Audioteca ICBF para el Proyecto de atención a lafamilia y al menor indígena.

Tener una cultura no es otra cosa que tenerreferentes cognitivos compartidos. Estos re-ferentes conocidos y que nos permiten co-nocer, según legados de los mayores, ob-viamente, pueden cambiar en el tiempo ypor diferentes circunstancias. Hemos selec-cionado algunas notas etnográficas y de re-ferencia a casos que muestran y justificanpor qué deben existir programas especia-les para esta población particular, dado quela cultura que poseen, y que constitucional-mente todos debemos proteger, se mani-fiesta en la cotidianidad que ellos viven.

Uno de esos clasificadores que compartentodas las sociedades tiene que ver con misemejante y con las categorías de pequeñín,niño, joven, adulto.

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...y la CooperaciónInternacional

Capítulo 5

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5.1. Propuestade indicadores106

Mejoramiento económico y socialEl derecho al mejoramiento económico ysocial de los pueblos indígenas implica laposibilidad de participar en la definición delas agendas de intervención para el desa-rrollo económico y social por parte de losEstados, la cooperación internacional y lasorganizaciones no estatales. Esto quieredecir que como parte del derecho de lospueblos indígenas a su distintividad y, portanto, a su reconocimiento jurídico comosujetos de derecho, es preciso que se losreconozca como sujetos legales con dere-cho a participar en los procesos de decisióneconómica y social que afectan sus vidas, aser beneficiarios o no de políticas económi-cas e inversiones específicamente diseña-das para su atención.

Si tomamos, para avanzar, las variables detrabajo, salud y educación con miras a esta-blecer indicadores que permitan monitoreary seguir los avances, estancamientos y re-trocesos del derecho de lo pueblos indíge-nas a su mejoramiento económico y social,se podrían consignar desde la perspectivade los derechos humanos del sistema delas Naciones Unidas, por ejemplo, las si-guientes variables especificas:

Variable salud! Fortalecimiento del sujeto colectivo del

derecho a la salud.! Fortalecimiento del sujeto del derecho

a su propia medicina.! Fortalecimiento a los procesos comple-

mentarios e interculturales.

! Mejores coberturas de salud para lospueblos indígenas con relación a perio-dos previos.

! Fortalecimiento de las concepciones desalud y enfermedad.

! Fortalecimiento de formas propias encuraciones y hábitos medicinales quesatisfagan condiciones saludables.

Políticas económicas e inversiones! Mejores programas y proyectos econó-

micos y sociales, con relación a perio-dos previos, diseñados específicamen-te para la atención a pueblos indígenas.

! Mejor infraestructura productiva y de ser-vicios para las poblaciones indígenas.

! Mejor infraestructura vial para las pobla-ciones indígenas, con relación a perio-dos previos, en sus áreas de ocupacióny manejo territorial.

! Mejores medios de transporte y locomoción.! Mejores ingresos (en retribución a pro-

ductos y servicios).! Mejor vivienda.! Mejor acceso a la alimentación.! Mejor cobertura educativa.

Crédito, subsidios y apoyos económicos! Leyes y normativas reglamentarias para

créditos, subsidios y apoyos económicos.! Mejores condiciones de crédito.! Fortalecimiento de cultura económica

de reciprocidad.! Afirmación de usos y costumbres labo-

rales y de intercambio propios.! Afirmación de usos y costumbres de ma-

nejo, apropiación y propiedad de recursos.! Afirmación de usos y costumbres pro-

pios de organización espacial, localiza-ción territorial y ocupación de tierras me-diante reconocimientos jurídicos, titula-dos, saneamientos y ordenamientosvariables de primer orden.

106 Ibid. Se han adecuado siguiendo la propuesta de esteautor.

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Variable educativa, donde el derecho prefe-rente para los pueblos indígenas esmarcadamente urgente. Aquí se trata de lanecesidad de ampliar las coberturas de laeducación escolar y universitaria para laspoblaciones indígenas. Un derecho prefe-rente a la educación escolar y universitariaes ya, en el siglo XXI, un derecho mayor paraunos pueblos que precisan de todo tipo deformaciones para poder encarar en pie deigualdad la discusión de sus destinos en elactual mundo informatizado y de flujos ma-sivos de conocimientos e informaciones.

Incentivar coberturas y contendidos, formasy estilos propios como fuere. La variableeducación remite a algunas variables espe-cíficas, como son:

! Tamaños y dimensiones de la cobertu-ra educativa formal y no formal escolarpara pueblos indígenas.

! Tamaños y dimensiones de la cobertu-ra educativa formal y no formal universi-taria para pueblos indígenas.

! Calidad de los contenidos educativosescolares impartidos en los pueblos in-dígenas.

! Calidad de los contenidos educativosuniversitarios impartidos en los pueblosindígenas.

! Servicios de apoyo económico y socialpara educandos indígenas.

DesafíosEn lo tocante a los niños y adolescentes indí-genas, es necesario poner en marcha unPlan de Acción que incluya los pocos vitalesque mediante estrategias y acciones especí-ficas permitan modificar en un tiempo deter-minado la realidad negativa actual. Esos po-cos vitales son nada menos que lo que lasociedad colombiana con sociedades e ins-

tituciones internacionales sean capa-ces de hacer para que puedan vi-vir estos niños, niñas y jóvenesindígenas de Colombia: a)un equilibrio biológico, b) unequilibrio social, c) un equi-librio psicológico y d) unequilibrio cultural. Frente acada uno habrá estrate-gias, actividades e indica-dores y ojalá presupuestosy responsables.

Es importante continuar fortale-ciendo un grupo –como el que seconfiguró con el apoyo de UNICEF– parapensar en este informe, y que sea un tantoampliado, que se reúna de modo estable,participe para planificar y hacer seguimientoa los desarrollos que positivamente puedanafectar a esta población particular. Dado quelos niños y jóvenes se encuentran en mediode los pueblos mismos y que estos son uni-dades especiales para la activación de pro-gramas, se requiere fortalecer un enfoquemetodológico de intervención, que ademásde estar apuntando a la perspectiva de losderechos, tome en cuenta que toda interven-ción ha de fortalecer la etnicidad y la cultura apartir del reconocimiento a la diversidad. Noes necesario inventar este enfoque; existenmetodologías de intervención ya aplicadasque han demostrado su bondad y han sidologradas con la participación de indígenas,que como servidores públicos, autoridadeso líderes han contribuido a ello.107 Partir de loque la gente hace y explicar el porqué es unmarco sencillo y muy complejo a la vez, queda respuestas a quienes van a intervenir unacomunidad. Sin embargo, así como un mé-

107 ICBF, CRIC, OIA.

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dico tiene criterios para reconocer en sim-ples síntomas problemas de salud no identi-ficados, la lectura de realidades sociales yeconómicas no es un asunto obvio que seaparece con el simple contacto. La visión delas comunidades o autoridades es impres-cindible de ser tenido en cuenta para con-trastarse con otros referentes externos. Si-guiendo con el ejemplo de tener una enfer-medad y sentir el malestar que entraña, nosignifica la posibilidad de encontrar salidaspara recuperar la salud.

No es posible realizar ningún programa sinel otro ni por el otro. Transformar mecanis-mos internos y externos para conocer e in-vestigar la problemática de una comunidades un paso para potenciar internamente loscomponentes a tener en cuenta bajo condi-ciones de cambio. Hacer un diagnóstico conla gente implica además de conocer una rea-lidad, aprender cómo se hace, lo cual generamayor suficiencia interna para el examen desituaciones permanentemente cambiantes.

Este grupo ha de apoyar sistemas de infor-mación ojalá centrados en las Organizacio-nes Indígenas. El grupo hace observacionessobre situaciones puntuales con base en in-dicadores de política social. Procura activida-des de investigación, acción y seguimiento.Ante todo busca que los programas localesen pueblos indígenas sean concertados eintegrales. Es necesario trabajar muy cercacon servidores públicos para asegurar lospresupuestos y la calidad de las ejecutorias.

Procesos de cambio cultural de los servi-dores públicosLos servidores públicos son profesionalesque realizan una tarea institucional y comopersonas tienen una cultura que muchasveces manifiesta racismo, etnocentrismo

o paternalismo, tres visiones que se tradu-cen en comportamientos y en directricesespecificas dentro de los programas. Es-tas visiones ideologizadas son contrariasa la Constitución y la Ley. Sin embargo, sonsusceptibles de cambio mediante proce-sos educativos. El conocimiento cercano alos indígenas es la mejor herramienta paracambiar estos referentes. Por ello, los pro-cesos de cambio, mediante la preparaciónde los funcionarios que realizan tareas di-rectas o indirectas, deben implicar el con-tacto con autoridades y comunidades. Deigual modo, los indígenas que tienen asi-duamente que utilizar referentes e institu-ciones del orden nacional tienen que cono-cer esas otras visiones, generalmente cen-tradas en un modelo de desarrollo, paraconstruir interculturalidad e interlegalidad yplanes de vida acordes a sus visiones.

5.2. Avances significativos

Desarrollo de la Constitución y de la legis-lación internacional y nacional vigente.Voluntad política de algunas instituciones delEstado, el gobierno y de organizaciones nogubernamentales, para tratar a estas pobla-ciones como pueblos, bajo unos principiosy enfoque diferencial.! Cambian los referentes de lo que es un

indígena, sea niño o adulto.! Cambian los procesos de planificación.! Existen equipos humanos indígenas y

no indígenas para liderar procesos eninstituciones importantes del gobierno.

! Se ejecutan metodologías e instrumen-tos de intervención.

! Hay mejoramiento de condiciones pro-fesionales mediante el conocimiento detemas étnicos.

! Fortalecimiento interno de las autorida-des y los pueblos para desarrollar pro-

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cesos de interlocución con el Estado yotras instancias sociales y políticas.

! Participación en la política nacional pormedio de cargos públicos.

5.3. Obstáculosy dificultades

! Concepciones y actitudes discriminato-rias.

! Desconocimiento por parte de institucio-nes y servidores públicos de las condi-ciones culturales de los pueblos queorienten al trabajo de manera diferencial.

! Políticas públicas que no incrementanlos gastos sociales para hacer efectivala discriminación positiva.

! Fragmentación dentro de algunas co-munidades.

! Carencia de sistemas de informaciónque permitan conocer situaciones espe-cíficas y hacer seguimiento y evaluación.

! Situación social precaria, violencia ydesplazamiento.

! Temor de los servidores públicos paraponer en práctica programas en zonasde refugio.

! Paternalismo.

5.4. Tareas pendientes

! Fortalecer el trabajo con distintas auto-ridades y comunidades de los pueblosindígenas y con organizaciones paraexaminar la Convención de los Dere-chos del Niño.

! Fortalecer el trabajo con distintas auto-ridades y comunidades de los pueblosindígenas y con organizaciones paraexaminar el Código del menor.

! Destinar recursos de cooperación inter-nacional para procesos de investigación,acción y formación, tendientes a apoyarprocesos de socialización.

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! Fortalecer procesos administrativos concabildos (entidades públicas de carác-ter especial).

! Apoyar la formulación de Planes de Vida.

La legislación que posibilita a los niños in-dígenas la supervivencia, protección, desa-rrollo y el ejercicio pleno de sus derechos ylibertades con dignidad, es claramente in-suficiente y débil.

Los organismos responsables de traducir enpolíticas las provisiones de CDN y demás le-gislación aplicable –con la excepción del ICBF–han demostrado un gran desconocimiento dela realidad indígena y no han tenido hasta aho-ra un enfoque que dé prioridad a los niños,niñas y jóvenes indígenas, dando como re-sultado una mayor discriminación. A pesar deexpresar que el ICBF sí ha incursionado se-riamente en la construcción de una políticadiferenciada, lo que se ha hecho no cubre to-das las regiones y pueblos y tiende a no serprioritario su avance. Los cambios de perso-nal obligan a inducir estos programas.

No existen mecanismos adecuados de con-sulta y participación auténtica por medio delos cuales los niños y niñas indígenas pue-dan ser efectivamente tomados en cuenta.

Los indígenas, como minoría, constituyenun segmento relativo pobre de la sociedadcolombiana. El grado de vulnerabilidad delos niños indígenas en todos los órdenesse multiplica por razón de etnicidad.

Los pocos indicadores existentes sobreeducación, salud, infraestructura, seguridadsocial y otros, de niños y niñas indígenas,muestran menores niveles de cobertura ycalidad en todos los órdenes y altos índicesde disparidad y vulnerabilidad.

La falta de coordinación entre los diversosprogramas diseñados para atender las ne-cesidades de la niñez indígena es una cons-tante, así como la falta de racionalización yeficiencia de los presupuestos asignados.

La dispersión en la que viven las comunida-des indígenas rurales y el alto costo de losservicios se cuentan entre las causas prin-cipales de la baja tasa de acceso a talesservicios. Es de mencionar que los Defen-sores del Chocó, por ejemplo, no cuentancon una lancha y tampoco con presupuestopara visitar niños institucionalizados ubica-dos a grandes distancias. Similares condi-ciones tienen los funcionarios de Amazonia.

No se respeta siempre el derecho a la edu-cación en sus propias lenguas y valoresculturales. La educación a la que logran ac-ceder los niños, niñas y jóvenes indígenas–donde no hay programas especiales– setraduce en cambios aculturativos y por endeirrespetuosos del derecho a lo propio.

El Estado no valora suficientemente el patri-monio cultural, lingüístico y de intuiciones tra-dicionales de los pueblos indígenas, particu-larmente los referidos a las prácticas médi-cas, y no ejecuta programas para que se res-pete su espiritualidad, creencias, ritos y luga-res sagrados, lo cual repercute en los jóve-nes, que no ven su sociedad como valorable.

Existe una gran cantidad de desafíos queencarar, tanto en el orden del perfecciona-miento y complementación legislativa, la de-finición concertada de políticas públicas y suejecución compartida con los actores socia-les e instituciones, como en el plano subjeti-vo de la conciencia general de la sociedadcolombiana, a través de los medios de co-municación, entre otros, para operar un re-

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forma cultural con un profundo sentido éticoque lleve a la sociedad a reconocerse positi-vamente como nación multicultural, valoran-do las contribuciones de cada una de susculturas constitutivas.

Dicha transformación deberá estar orienta-da a la construcción de unas relacionesinterculturales fundadas en el reconocimien-to y respeto al “otro”, el diálogo y la horizon-talidad, que deje atrás cualquier posiciónetnocentrista o paternalista como las quehasta ahora se han pretendido dueñas dela verdad histórica y expresiones de un pen-samiento universal, presuntamente único.

El camino de la interculturalidad no puedequedarse en el reconocimiento de la diver-sidad cultural de la sociedad si ello no sirvetambién para transformar las injustas es-tructuras que la rigen108.

5.5. Recomendaciones

Desarrollar programas y proyectos,alianzas y estrategias que aporten accionespara la defensa de los derechos humanosen los territorios de los pueblos indígenas.

Crear políticas de protección y consolidarmecanismos para la atención de los pue-blos indígenas desplazados desarrollandoestrategias para una rápida reinserción ensus territorios.

Desarrollar campañas de capacitación diri-gidas a los líderes y poblaciones indígenassobre las normas constitucionales, la parti-cipación en los programas de gobierno y elmanejo de los recursos de transferencia.

Desarrollar mecanismos que ayuden a de-finir y actualizar el número de pueblos indí-genas existentes en territorio colombiano.

Reconocer a las organizaciones y autorida-des tradicionales indígenas como interlocu-tores válidos, restableciendo una comuni-cación directa y permanente entre éstos ylas entidades del Estado.

Culminar los procesos de dotación de tie-rras, saneamiento, ampliación y constituciónde resguardos.

Consolidar los programas de salud y educa-ción vinculando las propuestas de medicinatradicional y etnoeducación que tienen laspoblaciones indígenas y afrocolombianas.

Crear mecanismos para incluir en los pro-gramas de salud y educación que desarro-lla el gobierno las nuevas poblaciones queno aparecen censadas después de 1993.

Desarrollar campañas informativas y edu-cativas a las entidades e instancias del Es-tado y la sociedad civil sobre la existenciade los pueblos indígenas en la construcciónde país.

El derecho a la diferencia entre los pueblossólo se puede plantear de modo adecuadodesde el postulado de la igualdad109. El de-recho a la igualdad afirma que ellos cuen-tan y deben contar con los mismos dere-chos que todos, pero para el fortalecimientode su distintividad deben adecuarse losmedios.

Desde tal perspectiva es imprescindible quese establezcan observatorios para el mo-

108 Alem Rojo, Alfonso. La situación de la niñez indígenaen México. Quito, 12 de julio de 2001. 109 Calla, Ricardo. Op. cit.

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nitoreo y el seguimiento a la aplicación detales derechos, buscando establecer indi-cadores apropiados de las variables de su-peración del racismo y afirmación cultu-ral, trabajo, salud y educación, participaciónpolítica y justicia económica y retribuciónequitativa. Se trata de variables que en cadacaso pueden dar lugar al establecimientode múltiples indicadores objetivos.

Propuestas y recomendaciones110

! Fortalecer experiencias piloto en todoslos niveles escolarizados.

! Progresiva participación de los mismospueblos desde lo formativo en los mu-nicipios y departamentos.

! Coordinar y concertar con el Estado losplanes, programas, proyectos y accio-nes a emprender para la ejecución, sis-tematización, seguimiento y evaluaciónde cada actividad con la participaciónefectiva de las comunidades y pueblos.

! Valorar prácticas culturales tradiciona-les.

! Fortalecer y acompañar los procesos lo-cales y zonales.

! Sistematizar y evaluar procesosparticipativamente.

! Consolidar sistemas de informacióneducativa.

110 Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC,Consejo Regional Indígena del Cauca, CRIC. Infor-me sobre el derecho a la educación en los pueblosindígenas de Colombia ante la relatora especial sobreel derecho a la educación de las Naciones Unidas.Bogotá, octubre 8 de 2003.

! Gestionar financiación estatal para losprocesos educativos formales.

! Activar de manera sostenida la fórmulacontenida en la Ley 715 para asignartransferencias para educación a las en-tidades territoriales según el número deestudiantes, población a la que hay queatender

! Indicadores de pobreza.! Estimular a las entidades territoriales

para que adopten políticas que respal-den los programas que vinculan los re-cursos con los resultados pretendidos.

! Garantizar un sistema explícito de iden-tificación de los niños que merecen ayu-da especial en educación, incluidas ayu-das directas e indirectas, por ejemplo,Familias en Acción.

! Mejorar la responsabilidad y supervisióndel desempeño del Ministerio de Educa-ción en cuanto a lograr la finalización uni-versal de la educación básica.

! Fortalecer la capacidad de apoyo del Mi-nisterio de Educación a las entidadesterritoriales para que adquieran las ca-pacidades técnicas necesarias paramejorar resultados del aprendizaje:Telesecundaria, Escuela Nueva, Acele-ración de aprendizaje y Sistema deaprendizaje tutorial.

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Finalmente, el pájaro no vuelaporque tiene alas,

sino porque quiere.

Tenemos todo en nuestro paíspara que un pequeño puñado de colombianos,

indígenas, ancianos, hombres y mujeres, jóvenesy niños tengan una oportunidad de vida buena.