Soboul - La historiografía clásica de la Revolución Francesa

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    Albert Soboul4._ LA HISTORIOGRAFIA CLASICA- DE LA REVOLUCIO FRANCESA.E TOR 0 A CO TROVERSIASRECIENTESLA INTEllPRETACI6 CLAsICA. DE LA REVOLUCI6NLa Revoluci6n francesa se ha prescntado con recuencia como

    ]a m1rn;naci6n del siglo de las Luees, Y. en coaseceencia, esen-aalmente como un hecho ideol6gico. As{ aparece en ]a obra-deAu1ard.1 J ames fue el primero que quiso ver en ella un en6me -DO social Y . por tanto. econ6mico.z Lo que no quiere decir queJaum negara ]a importancia del movimiento 1iIos6fico.

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    RhNJIlltion /T"nfllise6 esaita en 17926 tras exponer el principioque ]a propiedad in/luye en la s instituciones, Bamave constataque las institudones creadas por la aristoaada terrateniente po-nen trabas ., demoran el advenimiento de una nueva era. cA par-tir del mo91ento en el que las artes y el comerdo logran penetraren el pueb10 y crean un nuevo medio de riqueza para socorrer ala clase laboriosa, se esta preparando una revolud6n en las leyespoHticas: una nueva distribud6n de la riqueza produce una nuevadistribud6n del poder, 7 En esa lfnea de pensamiento se Inscri-bi6 en 1847 el Mani/iesto comunista de Karl Marx, luego el pri-mer volumen de El capital en 1867.De modo que Ia interpretaci6n social de la Revolud6n f ran-cess se sumerge profundamente en nuestro pasado hist6rico, ys610 ella, desde el origen, por sus exigendas eruditas y su refle-xi6n crItica, a 6 rm a su aut6ltica vocaci6n cientffica: basta compa-rar Ia obra de Lacretelle I a la de Guizot, 0 tambien a Ia deThiers, atento siempre a I documento, aunque sea un impreso ofi-c : i a I . Esta interpretaci6n se rue perfeccionando poco a poco paraponer de relieve Ia complejidad de Ia Revoluci6n. Ph. Sagnac end Ultimo voIumen de Ia Histoire de Eranc publicada bajo la di-recci6n de Emest Lavisse, y con mayor fuerza todavfa A. Matbiezhan preclsado 10 que rue en el siglo XVIII la Te4CCi6n I lris toa6t ic4que culmin6 en 1787-1788 con la Te1IUeltll nobilUuitz.' Tampocobasta con distinguir entre la revuelta de la arlstocrada y la re-voluci6n del tercer estado. Primero James y mis tude Mathiez m-sistieron en la desagregaci6n rapids de este Ul~ Los antago-njsrnos que s e m a n if e st ar on r8pidamente tanto diveaa scategOrfas burguesas. como entre 1 a bPI ..Jares . dan menta de la "'!"P1ejicW _ -,1 [.......

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    LAS JlEVOLOCIONES BtmGUESAS

    ell Ja que eI campesi.oo a ca baba de set" llberado de 1 a servi-" iM i~ amque sin aca:der ]a propiedad, donde Lutcbiski, parp"ga ftZ se ocupara de Ia cuesti6n agraria durante Ia Revo-Jaci60 &ancda: pub1ic6 eo 1897 La pequeHtJpropkdml en F,an-d611111esJeltt Reooluci6n 71a ven14 de los bknes nacion4ks. Essiglii,. ativo que pred.sameote durante Ia primera guerra mund ia lMathicz compreodiera las necesidades econ6micas de Ia conducci6nde una gran guerra nadonal y la exigenda de una economfa din-gida: ent:oJlCeS fue cuanda esaihi6 los estudios que coostituyeronen 1927 La vie chere et le mouvement social sous la Terreur.

    As{ ilia progresando, aI mismo ritmo de la historia, Ia inter-pretaCiOn soc ia l de la Revolud6n francesa. Y si en plena siglo xxIa ateDCi6n de los historiadores se ha desplazado baci a las masaspopulares urbanas c ! D O s e r a , tal vez,la causa de ello, que el mundoLa c:ntrado en la era de los movimientos de masas? Movimientosque atemmm a las dases dominantes: de ahl, en sentido inverso,esos vanos esfucIzos por negarle a la Revoluci6n francesa, pel i -groso prcccdente, su realidad hist6ries 0 su especi1icidad socialy nac ionaL A la interpretac:i6n social c:lasies, a partir de este mo-mento, se opuso una Hnea revISionis~. Creyendo que Is descaljfi-caban, a lgunos de sus ~bautizaron Is inte1pretaci6n eta.s ica am el ca1j6cativo de chistoriografla jacobina de Is Revolu-c:i6n.: calificativo que no rechazamos, entendieodo por ello, cm n oDOS 1 0 emeii6 Lefebvre, Is comprension y la fidelidad a la causad e l pueblo, pero sin que el bistociador abandooe ninguna de Jajll'lccioAs cxigCDCias de l m C u K J o erudito y del espfribl crfJko,.Pam ser mis nactos: tradici6n progresista de 1a histolioptffadrtOMN, de Michdet a I.cfd:wle, paundo pot: ~ AI ...._ , Ma Jh ic z que es, de bccbo, at maqea de matica ., ."_.';;'.eta. hoaIIxa, Is uaa que, m 4IRI_aa.i6 ., pap-ecr ea d calCllO Cia ld l iCD . .

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    LAS DVOLUCIONBS BtntGUBSASAsl, pues, la RevoludcSn frances. , no roe mU queun aspecto de una rcvoludcSn ocddcntal 0, con mayor preds16n,atUnfIca, que comcm6 en . las colonIas inglesas poco deapu~ de1761, se prolongcSa traves de la s revolucioncs de Suiza, de losPafscs Bajos, de Irlanda, antes de alcanz8r Francia entre 1787y 1789. D e Francia rebot6 los Pa!ses Bajos, se extencU6 I.Alemania rcnana Suiza, I talia, Malta, el MecUterr4neo orien-tal y Egipto

    Mas tarde todavia ampliara su ahnbito hacia otros parses de Euro-pa, y hacia la America iberica. De este modo la RevoIuci6n fran-eesa se integrara en la gran revoIuci6n atlantica,uSin insistir aquf en 10 que los call iicativos de occidental y deatlantico puedan tener de anacronismo en re1aci6n a su empleo enla polftica internacional actual, reconozcamos que el oceano At-lantico ha jugado un papel esencial, que no se puede subestimar,en la renovaci6n de la economfa y en Ia explotaci6n de los parsescoloniales por las naciones de Europa occidental. Pero ah! noreside el prop6sito de nuestros autores, que apenas muestraninteres en los fundamentos econ6micos y sociales del movimien-to de la historia. No tienen la menor intenci6n, en eecto, demostrar que la Revolucl6n frances a no es mas que un episodiodel curso general de la historia que, tras las revoluclones de losPafses Bajos, de Inglaterra y de America, contribuy6 a llevar 0a asoclar la burguesfa al poder y liber6 el despliegue de la eee-noma capitalista. La Revoluci6n francesa, por otto lado, noel-lImite geogranco d e esta transformaci6n: la economfa CSllU.l 'US"

    fa Y el poder burgues no se asentaron solamente en 1 M o~1UIto c 6mo AtUntico. En el.iglo XIX, en todot 1 0 , . _insta16 la economfa capitalista, se produjo paralci.si6n de J a b u rg ue sf a. L a r ev olu cl6 o bIQ__vusal.Elta coacepd6n de UDa fCY.__latepi' Bcvolud6A ~~I#

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    La argqmc:otaci6n de A. Cobban se centra en do s puntos escn-ciaJcs: saber si 1a R .., frmcesa foe antifcudal y capitalista.

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    .- LAS REVOLUCIONES BURGUESAS

    que. encontran?ose de ordinario en poder de los senores for-man en su conjunto 10 que Dumoulin llama el complexu"; feu-dale. n :man:ra que, aunque las cargas sefioriales, los derechossobre.laS gavillas, fonsaderas, banales, las prestaciones repre-sentattf.ts de 1a antigua servidurnbre, etc., 00 sean propiameotederechos feudales, nosotros, sin embargo, DOS ocuparemos dedlos.22

    Mas que la realidad siempre viva de las palabras 10 que nosinteresa es su peso social. El problema puede ser enfocado desde~ doble perspectiva. CabrIa, en primer lugar, medir 1a detrac-aon que representan los derechos eudales sobre el conjunto de laproducci6n, y, en consecuencia, 1a carga que hadan gravitar so-bre los campesinos; en segundo lugar, la parte de estos derechosen la renta total del sefiorio. No se trata de entrar aqui en losdetalles de esta metodologia que concierne a estas investigaciones.Recordemos simplemente, a titulo de ejemplo, que la detraccionfeudal podIa arrogarse hasta una quinta parte (20 por 100) delproducto neto (es decir, deduccion hecha, sobre el producto bruto,de las semillas, gastos de cultivo y mantenimiento) del campesinode Haute-Auvergne. Y que, en esta misma provincia, un terciode las rentas de los sefiorios 10 constituian los derechos feudales.fDe modo mas general, J. Meyer, estima que la nobleza francesadetrafa eI tercio de la renta agricola del pais_24 La relaci6n dere-chos feudales-rentas campesinas da cuenta del comportamiento dela s masas campesinas al term.ip.o del antiguo regimen en el cursode Ia Revoluci6n. La relaci6n derechos feudalesrenta total deltciiorlo ilustra eI comportamiento de 1a nobleza, forma parte de

    motivaciones de 1a contrarrevoluci6n. No faltaron motivos

    '22.. R4pport fail au nom du Comite des droits feodaux le 4 septembre... "obiet et l'ordre du travail dont it est charge ... , Bib!' nar., 8.,in-8, ' 0 p.cLes redevances seigneuriales en Haute-Auvergne,

    Nobksses el pouvolrs dans l'Europe d'Ancien Regime,Como ejemplo regional, altamente esc1arecedor, vease_flU'S" bretonne au XVIII" siecle, Pads, 1966, 2 vo1.,""eDU fonder de 18 noblesse.

    ~-. -CONTROVERSIAS SOBRE LA REVOLUCI6N FRANCESA 17 3

    para que 1a nob1eza a . .derechos feudales II uve~ne~a se reSlstlera a la abolici6n de losgracion, Tampoca' f~~:: 0 as:a la contrarrevoluci6n y la emi-estragos en Haute Au on modt:J.vospara que 1a [acquerie hiciera- vergne e 1789 a 1792 Tcampesinos como para 1 _ .' ante para losconstituyeron un mito. os senores, feudalismo y revo1uci6n nunca

    E1 segundo argumento d A Cobbcion de las asamb1 1 e. '. an se refiere a 1a composi-. eas, revo ucronarras. En Gran Bretafia, el creel-~ento d: la b1urguesla capitalista rue el de una c1ase ocupada ene. cornerClboy a industria y, en consecuencia, compuesta de nego-ciantes y anqueros de m u dbien 1 ,an actureros y e empresarios. Ahora, en a Asamblea Constituyente, esta categoria 5610 alcanza el13 por 100; las dos tercer as partes de los diputados del tercerestado pertenedan a profesiones liberales. (Es posible atribuiJ: aestos hombres 1a volunrad de haber querido sustituir el viejoorden por el orde.n capitalista? La que esmas, prosigue A. Cobban,de los 1..?39 miernbros de la Asamblea Constituyente y de laConvencion, 629 detentaban, antes de la Revolucion funcionespublicas, de elios 289 eran titulares de cargos.2S 'Este personal se vuelve a encontrar bajo el Consulado y elImperio, no solo en las funciones subalternas, como en el anti-guo regimen, sino tambien en puestos de direcci6n detentados an-tes de 1789' por 1a oligarquia nobiliaria. De este modo se remite1a Revolucion a un aspecto intitucional: ni burguesa, ni capita-lista; de hecho se habrfa limitado a siruar 1a administraci6n y elgobierno en manos de aquellos funcionarios a los que el estadomonarquico ya debra su encacia.Este segundo aspecto de 1a argumentaci6n critica de A. Cob-ban fue recobrado en una echa mas reciente y con diversos ma-cices, por historiadores norteamericanos. Si n entrar aqui en 1a com-

    25. Agradezcamos de entrada al sefior Cobban-esaibe Lec~>vreenel artlculo citado en la nota 18- el esfuerzo que ha hecho confecClonax:doel repertorio de los miemhros de la Constituycnt~ y d ; ~ Convena6nsegiin su origen social, siguicndo la pauta. de l~ mvestlgaaones .de estetipo que los historiadores anglosajones, bajc el unP~ ~e ~aDller. em -

    dl h la C.{~~~ade los Comunes. Estas mvestlgaaones se po -pren eroa so re ......... . frdrfan profundizar y son recomcndables a los cruditos anceses

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    17 4plejidad de las discusiones y de las potemicas, detengimonos en lastomas d e posici6n de Elizabeth L. Eisenstein respecto ala burgue-sfa y de qeorge V. Taylor a prop6sito del capitalismo.26E. L ~enstein, en un articulo publicado en 1965, ha sena-lado en ~ualre-vingt-neul de G. Lefebvre los usos de la paIabraburguesfa: estima que su empleo es abusivo. No aduciendo prue-bas sufidentes a afirmaciones -tales como cIa bu rgues f a dio prue-bas de un sentido politico agudo, Ia burguesla puso a la naci6nen movimiento-, G. Lefebvre elude, lisa y llanamente, la rea-lidad y atribuye exclusivamente a la burguesla una acci6n revo-Iqcionaria cuyos protagonistas, de hecho, pertenecen a diversas ca-tegorfas sociales. Segdn E. L. Eisenstein, la iniciativa revolucia-naria correspondi6 a un grupo de Intelectuales partidarios de lasnuevas ideas, los cuales, aunque de diversa extracci6n social, per-siguieron objetivos politicos comunes. Los hombres que G. Le-febvre engloba en la categorfa abstracta de burguesla, en realidad,5610 constitufan una Infima minorfa de activistas. La burguesiano estuvo en el origen del vivo movimiento de pro testa de 1788y no desempeii6 un papel importante en los acontecimientos y enlas reformas de 1789. Este papel importante se atribuye a un

    grupo de agitadores de diversos 6rdenes y clases sociales. Deeste modo Elizabeth L. Eisenstein pona implkitamente en cues-ti6n la dennici6n de burguesa y, en consecuencia, el caracter bur-gues de la Revoluci6n.G. V. aylo se ocupa a su vez del capitalismo. Por capita-lismo, este autor entiende esencialmente la inversion de capitalesprivados para obtener beneficio. Por capitalistas entiende eseacial -mente la dase de los empresarios en el sentido de .Q,UalU a;J,a,p;~I.U.los iniciadores de nuevas ormas de la e amomfa , _daoac'"riesgo en IU a a n de obtener el maximo bendicio . A 6Jt.oJ, G

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    LAS JlEVOLUCIONES BuiGUUAS

    lue,o la concieocis de clue, de todas las cstesod burgue s:fen6meno sin el cual no serra ccnceblble Is Revolucl6n.Categodas burguesas, hemos cIicho: debe constatarse que, us-tindose de Iiodedad del antiguo r~gimeo, la palabra burgu~slase suele emelear en plural, incluso por los histodsdores france-sese ,No habra tras este plural una voluntad, mu 0 menos ex-pHcita, si no de negar las realidades sociales, sf al menos lasrealidades de elase? La burguesfa, sin duda, era cIiversa y mUlti-ple: raramente una clase social es homogenea. Pero la burgues!aera tambieo una. En el siglo XVIII, como en eualquier epocs dela historia, las distinciones de clase eran numerosas, variadas, confrecurencia apeoas perceptibles: el nacimiento y el nivel de for-tuna, la manera de vestirse y el habitat, el modo de existencia ... ,nioguno de estos criterios tomados aisladamente consti tuyen porsf mismo el C8racter distintivo de una clase. De entre todos loscriterlos sobre 10 burgues, eI que esta en primer plano, sin duda al-guna, es el de la fortuna_ no tanto por su volumen como porsu origen_Jsu fQIma, la manera como se administra, como se sasta:vivir cburguesamente. Nadie duda que un frances def sig 0 XVIIIdiscemfa facilmente si tal 0cual persona pertenecla a la arlsto-cracia 0 formaba parte de la burguesfa: Esto huele a burgues,Hay que ir mas lejos e intentar una denici6n que impliqueun minimo de sistematizaci6n: simple acercamiento que permiti-dom,erender la unidad de tipos sociales, a veces, aparentementecontradictorios. La discusi6n en torno a las Nuevas VIas baciauna historla de la burguesfa occidental en los siglos XVIII Y XIX.,durante el congreso de ciencias hist6ricas de Roma, en 19", pu ..de proporcionarnos los elementos para e l l o . 2 7

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    178 LAS REVOLUCIONES BURGUESASron poco de promover su desarrollo. Deberfs, empero, precisarse,si. encu.antomiembros de la Asamblea Constituyente, estos hom-bres se vieron 0no sometidos a la inBuenda de grupos de pre-si6n r 1 I ; . intereses econ6micos preocupados en desprenderse detoda 11reglamentad6n. Ademlfs de que en la Constituycnte habiaun 1. 3 por 100 de negociantes y de manufactureros, dos grupos

    de presi6n intervinieron en los debates de forma muy activa: losdiputados extraordinarios de las manufacturas y del comercioque representaban los intereses de los puertos, y el club Massiac,defensor de los dueiios de plantaciones de Santo Domingo, de los_armadoresy de los duefios de refinedas que intervinieron cada vez-que se atacaba e1 regimen colonlal." Subrayemos, por otro lado,que siendo partidarios de la libertad individual y de la libertadde pensamiento, los constituyentes tambien 10 eran, implfcita-mente, de la libertad econ6mica. Aunque la Asamblea Constitu-yente no proclamara explcitamente esta libertad econ6mica, esta-bleci6 y mantuvo obstinadamente, en cambio, la libertad de co-mercio de los granos, aboli6 los gremios y suprimi6 e 1 monopoliode las grandes compaiifas comerciales: reformas, todas elIas, favo-rabIes al desarrollo de Ia libertad de empresa y del beneficio libre.E1 hecho de que muchos revolucionarios fueran partidariosde 1a extension de 1a pequeiia propiedad, que no sospecharan lasposibilidades de una concentraci6n capitalista, que los m a s de-m6cratas tuvieran por ideal una sociedad de pequefios producto-res indepcndientes, no fue obstaculo para que los resultados deJa Revoluci6n fuersn totiilmente distintos: no pueden medi rse conel mismo rasero que las intenciones de sus partidarios. Tal comoa v s m al izabeth L. E i s e n i ~ e i ~ D J O : l o s ~ ~ ~ ~ ~ C ! ! ~ ~o c : i a I DO tieneo~ ~ setvanosla-i-evOliid6D buquaapie ",..IOA 8JUIIIeI1b1Ci6a._!!.~""tea los

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    BDa s s em" d e l que. como se abe, se nutri6 copioumente el j~Un;s", tambihl fue una d e las fuentes d o c t :r U W e s de ]a contra-r revoIuc i6n . PrapatisiDo de ]a Dustrad6n, ]a mal se deforms re-fracriridnte eo los diversos medios soC:iaIesseg6n las diversas ina .fidades.? -. En r ela ci6 n las Sites, D. Riebet, concede que, pes a r desa voIuntad comthl, se dividieron en el problema de l priviIegio:DO es dcdr dem.siado. De hecbo, no existe Site frances. unificada. J. Meyer, el m a s reciente historiador de la nobleza, 10 afir-ma rotundamente: cia nobleza francesa ni sapo ni quiso integrar

    ]a in tdec tua l idad y las nuevas fuerZas socia1es .. El Estado DO$iipO Devar a cabo una poHtica que pudiera ser aceptable por loselementos m a s din'micas de las burguesfas .36 A . h f radica el fondade Ja OlestiCin . La revoIuci6n de Ja nustra96n -queremos decir]a morma- se estrellaba contra el privilegio. 1 la nobleza niJa mona . r qua podian , sin negarse a sf mismas, aceptar ]a supre-sian del privilegio, myo mantenimiento, por otra parte, la s elitesboquesas DO podian aceptar. Una necesldsd intema empujaba alenrcnramiento de una y otra categorIa. Enrelaci6n a la capacidadde arbittaje 1e re fo rm a del rey de Franc: iP, ua an~Jjsis eo .prowx I i cW. DO del gobiemo de Luis XVI, sino de l es t ado mo-uirqu.ico a I f io aI ddmtiguo rigimen hubiera puesto de maniliestoque. en reaJidad.. sOlo podia escorar a CUD solo )ado.. n u v r nantes de 1a hvoluci6n, 1a mooarqu ia Labia probado que em c :lestPdn de Ja aristocracia, pnsicicSo que iIustrarfa. UDa yez m a sdiscurso 1a c:Iedanci6o de Luis XVI COD moti fO de~ 2.3 de . de 789.R

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    curso inicial en 1792 por Ia inte.rvencl6n popular. Dlrilpilge queimplica que esta intervenci6n no rue ni indispensable para el triun-fo de la revoluci6n burguesa, ni profundamente motivacla por ella.Del mismo modo que Ia aBuenda de las tres revoludones de 1789habta sido l?Uramente fortuita, ast tambien Ia revoluci6n de 1792-1794 serfa.{m mero hecho contingente, un accidente. TengamosIa osadfa de decirlo: (a consecuenda de que accidentes la revolu-cion liberal alumbrada por el siglo xvru y que realizar' deceniosmis tarde la burguesla frances a, fracas6 de inmediato? Nues-ttos autores no se plantean la cuesti6n de saber si no es justa-mente en el curso de este perfodo, llamado de Jerapage, que laburguesa pudo exterminar todas las formas de contrarrevoluci6n,haciendo de este modo posible, ulteriormente, el sistema liberalque se impondnt de6nitivamente despues de 1794. Tampoco seplantearon saber cunes son las causas profundas de la intervenci6nde la s masas populares que s610 se explicarfa recurriendo al mitodel complot aristocratico. En cuanto a la guerra, la raz6n de ellaestarfa, en Ultima instancia. en el expansionismo pasional deFrancia .l'1 De este modo todo gira en tome a determinacionesmentales. Del pan cotidiano, motivacion esencial de la s masas po-pulares de 1789 a 1795, no se dice ni una palabra. La Revolu-cion ha sido arrastrada por la guerra y lapresiOn de la turba pari-siense fuera del gran camino trazado por Ia inteligencia y la rique-za del siglo xvm. 40 0 sea que las masas p op ula re s s 6lo habrfansido capaces de moverse por mitos y fantasmas, sieodo Ia gperraun mere accidente.De manera que estos autores introc:luceD:4e _aP~"ria -materia susceptible de ser pensada s, ell-~.~~ii:~.j~l~~!~~~'donal- el azar y 10 irracional. La teorfaIa Revo l ud6n en un f en6meno C O I I I t i D . l I I C 0 1 ~l imi tados y contingentes deD. Ric:bet , sin tcmor .t ridkUlla1~~

    LAS REVOLUCIONES BURGt1ESAS18 4

    interD6rio de l aftomeml 1 .~H&Hut"", M Z.M...._ . ~ J _ .cfatalistu

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    dvo. Concepci6n de una revolud6n global y necesaria, en la que1 & necesidad hist6rica no excluye, empero, el l ibre albedrfo, en 1 aque e 1 hombre conserva plenamente la responsabilidad de .us se-tos. Obviamente aquf hay que tener en cuenta las clrcunstanclas:se trata,.contra la reacci6n ultra, de justUicar las esperaozas y deaseguraf las posiciones del partido liberal. Estos historiadores,sin embargo, no subordinaron la verdad hist6rica a su ton:a deposici6n polftica. Fijaron una de las constantes de la historlogra-fia revolucionaria disica.Tocqueville, a su vez, con su habitual agudeza, habra seiialadola necesidad de Ia revoIuci6n. 1.0 que la Revoluci6n no fue en4hsoluto --escribe en L'Ancien Regimeella Revolution (1856)-es un acontecimiento fortuito. Cierto que cogi6 desprevenido a 1mundo, y, sin embargo, no era sino el complemento del mas largode los trabajos, la terminaci6n subita y violenta de una obra parala que trabajaron diez generaciones de hombres. 44 Release toda-via a Jaures y la introducci6n a su Histoire socialiste. Release aLefebvre ...Pero conduyamos. No hubo, en 1789, tres revoluciones, sinouna sola, burguesa y liberal, con apoyo popular, particu1armentecampesino. No hubo derapage de .I a Revoluci6n en 1792, sino Iavoluntad de la burguesfa revolucionaria de mantener Ia cohesi6nd e l tercer estado gracias a la alianza de las masas populares, sincuyo apoyo 1 a experiencia de 1789 nunca se hubiera producido.El aiio II no fue un tiempo de agobio,45 sino Wl momeJ . l to der a d ic a li smo nec es a r io para a segura r la victoria, sob re .conf,fure.vo lud6n y 1 a coal ic i6n, de la revolucl .6n bu r suaa "de est ~o,

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