SOBRE EL LEVANTAMIENTO DEL ESQUELETO DE … EL LEVANTAMIENTO DEL ESQUELETO DE UN OSO PARDO (URSUS...
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KOBIE (Serie Paleoantropología), Bilbao Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia N.º XXVI, pp. 273-284, 2000/01/02 ISSN 0214-7971
SOBRE EL LEVANTAMIENTO DEL ESQUELETO DE UN OSO PARDO (Ursus arctos) EN LA CAVIDAD ITX-133 (ATXERRE,
ITXINA BIZKAIA) Notes on the recovering of the skeleton of a dun bear (Ursus arctos),
in the cave ITX-135 (Atxerre, Itxina Bizcay province)
Osear Quin tela e Iñaki Latasa (1)
RESUMEN
Durante una prospección espeleológica en la zona de Atxerre, en el interior de Itxina (Gorbeia vizcaíno), el GAES localizó el día 23 de Marzo de 1997, un esqueleto casi completo de oso pardo Ursus arctos en la sima ITX-133. Se describen las características del yacimiento y el proceso de extracción de los restos óseos; se describe también la metodología seguida en la fase de consolidación y limpieza de los mismos.
Palabras clave: País Vasco, Garbea, Mamífero, Oso, Cueva, Espelología, Recuperación Paleontológica, Restos Óseos, Restauración.
SUMMARY
On 23rd March of 1997 during a speleologic prospecting in the area of Atxerre, within Itxina (Biscayan Gorbeia), the GAES found a nearly complete skeleton of a brown bear "Ursus arctos" in the chasm ITX-133. Features of the site and the extraction process of the bone remains are described in the present work; methodology applied in the stage of consolidation and cleaning are also described.
Key words: Rasque Country, Garbea, Mammalia, Bear, Cave, Speleology, Paleontologic Recovery, Bony Remains, Restoration.
LABURPEN
Atxerre aldean egindako prospekzio espeleologiko baten ondorioz, Itxina barrukaldean (Biskaiako Gorbeian), GAES TALDEAK 1997.eko Martxoaren 23an, hartz nabar (Usus arctos) baten hezurdura ia osorik aurkitu zuen ITX-133 leizean. Aztarnategiaren ezangarriak eta hezur hondarrak ateratzeareri prozesua azaltzen da; baita hauen konsolidatze eta garbiketarren fasean jarraitutako metodologia adierazten da ere.
Hitz gakoak Euskal Herria, Gorbeia, Ugaztuna, Artza, Koba, Espeleologia.
(1) Grupo de Actividades Espeleológicas GAES de Bilbao
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ANTECEDENTES:
Como resultado de las prospecciones y exploración de cavidades que el Grupo de Actividades Espeleológicas (G.A.E.S.) desarrolla en el Gorbeia vizcaíno, concretamente en la zona de Itxina, este grupo localizó, durante la Semana Santa del año 1997, numerosos restos paleontológicos en diferentes cavidades del sector de Atxerre. Entre ellos destaca, por su aparente buen estado, el hallazgo de un esqueleto de oso pardo (Ursus arctos), localizado en la sima siglada como ITX-133.
Puesto este hecho en conocimiento del Patronato del Parque Natural de Gorbeia, ese organismo, a través de sus responsables en Bizkaia, nos propone la extracción de los restos para su exhibición en el Museo de Orozko'ko Museoa.
SITUACION DE LA CAVIDAD Y FORMA DE ACCESO
La sima ITX-133 (GAES, 1999) se halla dentro de la zona kárstica de Itxina, al NO del macizo de
Gorbeia (municipio de Orozko), en el sur de Bizkaia y a 30 km al SE de Bilbao. Su ubicación concreta la sitúa a 200 m aproximadamente al S del pico Atxerre y al N de la depresión de Uburun Trokea.
La cavidad se localiza en medio de un paisaje kárstico extremo. Las dolinas, profundas y verticales, aparecen arracimadas, sin apenas espacio de transición entre ellas, formando superficies de muy difícil transito (LATASA, I. 1997); muchas de esas dolinas dan lugar a pozos de mayor o menor desnivel.
Su boca está situada en una fractura en la que se alinean varias simas más, que han aprovechado un mismo accidente tectónico para su formación.
El acceso hasta la boca de la sima se realiza partiendo desde Pagomakurre, bien por el sendero que conduce hasta Atxulaur, siguiendo después el sendero que conduce hacia Arraba, hasta llegar a la zona de Landanagusieta o bien llegando hasta ese punto atravesando Arraba y entrando en Itxina por el paso de Kargaleku. Desde ese lugar nos dirigiremos, campo a través, sorteando los campos de lapiaz, hasta las cercanías del pico Atxerre.
Estado en que se encontraba el esqueleto en el momento del hallazgo.
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DESCRIPCION DE LA CAVIDAD
La sima comienza con un pozo aéreo de 33 m de desnivel y 7 x 4 m de sección, que nos deja sobre una base de la que parten varios conductos,
DESCRIPCION DEL YACIMIENTO Y ESTADO DE CONSERVACION
El yacimiento estaba constituido por un esqueleto, prácticamente completo, de Oso Pardo (Ursus
Proceso de levantamiento de los restos.
el primero de ellos, continuación del hemicono de derrubios que forma la base, nos lleva, tras una breve galería, a una sala a la que se llega también por una pequeña trepada en la base del pozo. Desde esa sala parte un conducto que, 50 m más adelante, se desfonda sobre otro pozo, de 20 m de desnivel y profundamente encajado, que obliga a la instalación de un pasamanos en busca de una mayor verticalidad para que su descenso y ascenso sean más cómodos. En el fondo de ese pozo existe otra corta galería de 2 x 3 m de sección, en cuyo comienzo se situaba el esqueleto objeto de este trabajo, a 60 m de desnivel respecto al acceso a la sima.
arctos), con la mayoría de los huesos en posición anatómica.
El oso se localizaba en el comienzo de una corta galería, sobre un suelo prácticamente horizontal y junto a una de las paredes. Estaba situado en un lugar que, según hemos podido comprobar, es recorrido, en época de precipitaciones, por un pequeño reguero de agua de flujo intermitente, que procede de una próxima infiltración por goteo. Su posición, recostado sobre el flanco derecho, no parece ser consecuencia directa de caída y, tanto en el cráneo como en algunas costillas se aprecian fracturas que hacen pensar que la muerte del oso se ha debido a las heridas causadas por caídas consecutivas por los pozos,
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aunque su fallecimiento no tuvo lugar de forma inmediata ya que, según parece, se movió hasta el lugar donde yacía.
El flujo de agua del que hemos hablado, ha provocado el recubrimiento de parte del esqueleto por sedimentos de baja energía, tales como limos y gravas finas y también el breve arrastre de alguno de los huesos, en general de pequeño tamaño, como elementos de las manos, pies y también dientes, conduciéndolos en algún caso hasta debajo de unos grandes bloques existentes junto al esqueleto.
El estado de conservación general de los restos era bueno, aunque muchos de ellos habían absorbido una gran humedad, apareciendo alguno dañado por la
misma en diferentes grados. Entre ellos, destaca el cinturón pelviano, que aparece bastante fragmentado. También se han observado en varios huesos (sobre todo en falanges) señales de haber sido roídos por micro mamíferos.
ASPECTOS LOGISTICOS DE LA OPERACIÓN
La logística estuvo determinada, fundamentalmente, por factores de índole geográfica, como son la localización del esqueleto en el interior de la cavidad y la ubicación de ésta en el macizo, en una
Extracción de los restos al exterior de la cavidad.
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zona que, como ya hemos indicado, es de difícil aproximación.
Para la progresión en el interior de la sima se emplearon instalaciones con cuerda fija, propias de la práctica espeleológica, que permiten salvar los desniveles de 33 m (pozo de entrada) y 20 m, que separan el exterior del punto de trabajo.
Todos los restos se introdujeron en cajas de cartón de dimensiones 56 x 37 x 18 cm, forrados individualmente con laminas de poliestireno y separados entre ellos mediante papel de periódico, de forma que no se transmitiesen entre sí cualquier golpe accidental. Las cajas eran protegidas en grandes bolsas de plástico, para evitar que se humedecieran y fijadas, de dos en dos, a bastidores para su transporte, tanto en la sima como en el exterior, mediante pulpos y cintas de embalaje.
La elevación de los restos en los dos pozos se realizó mediante el uso de montajes de cuerdas y poleas, sirviéndonos de técnicas de espeleo-socorro, empleadas para rescate de accidentados en cavidades.
El transporte en el exterior se realizó, mediante el porteo de las cajas en sus bastidores, hasta las campas de Arraba, atravesando el paso de Kargaleku, trayecto en el que se emplea 1,30 h. Una vez en las campas de Arraba, utilizamos un vehículo «todo terreno» para descender los restos paleontológicos y el resto de los materiales empleados hasta Pagomakurre.
Para minimizar los efectos del cambio de temperatura y grado de humedad ambiental, los huesos permanecieron en las cajas, en las mismas condiciones en las que se extrajeron de la sima, hasta que fueron dispuestos para el secado.
LEVANTAMIENTO Y EXTRACCION AL EXTERIOR DE LOS MATERIALES PALEONTOLOGICOS
La adversa climatología retrasó esta fase, obligando a posponer, en varias ocasiones, los trabajos de campo que, finalmente, se desarrollaron de la siguiente manera:
Trabajos preparatorios Antes de acometer el levantamiento en sí, fue
necesaria la ejecución de varios trabajos previos, para facilitar la progresión y el transporte de materiales por la cavidad y para acondicionar el lugar de extracción. Esos trabajos fueron:
- Equipamiento de progresión en la sima, consistente en la colocación de cuerdas fijas en pozos y pasamanos.
- Montaje de dispositivos técnicos para la extracción de materiales al exterior de la cavidad.
- Acondicionamiento del entorno del yacimiento, mediante una represa y un pequeño foso (en previsión de desbordamientos), con el objeto de impedir la invasión del yacimiento por aguas de escorrentía.
Parte de estos trabajos se realizaron un fin de semana previo al del levantamiento y el resto, antes o de forma simultánea al propio levantamiento.
Trabajos de levantamiento y extracción Estas labores nos ocuparon durante los días 22 y
23 de Marzo de 1999. En la primera jornada se recogen y embalan los huesos pertenecientes a las extremidades del lado izquierdo, las vértebras y el cráneo. Las cajas con este material se suben por el pozo inferior, quedando depositadas en la galería que existe en su cabecera.
Durante la segunda jornada, divididos en varios equipos, continuamos con el levantamiento y, de forma simultanea, procedemos a trasladar al exterior los materiales embalados durante la víspera. Una vez fuera éstos, se realiza un primer porteo hasta las Campas de Arraba, en donde espera un vehículo «todo terreno».
Tras embalar todos los huesos visibles, se procede a un cribado de los sedimentos que forman el lecho, en búsqueda de materiales que, por su tamaño, puedan haber pasado desapercibidos.
Una vez en el exterior todas las cajas en las que ha sido distribuido el esqueleto, se desequipa la sima, retirando las cuerdas e instalaciones que han sido necesarias para la progresión y la elevación de bultos. Finalmente, tras un breve descanso, en espera de la vuelta de los equipos de porteo y, después de recoger el campamento exterior, se realiza un ultimo porteo hasta Arraba, transportando unos voluminosos y llamativos bultos.
El numero de participantes en las labores de campo fueron: 3 en la primera jornada, 1 O en la segunda y 15 en la tercera.
Metodología seguida dur~nte el proceso de levantamiento
Antes de comenzar la retirada de huesos, se tomaron varias fotografías para dejar constancia del estado previo. Después, se comenzó a retirar los limos y fangos que recubrían parcialmente los huesos del pie izquierdo. En ese momento, nada más comenzar la extracción, tuvimos que afrontar una primera dificultad; debido a las ultimas lluvias, bastante continuas e intensas, nos encontramos con que, por la galería en la que se encontraba el esqueleto, circulaba una pequeña lamina de agua que cubría parte de los huesos y que complicaba e, incluso imposibilitaba, la tarea de eliminación dBl recubrimiento de sedimentos.
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Proceso de secado de los huesos.
Para solucionar ese contratiempo cavamos un hoyo y represamos el agua por encima de los restos, de esta forma, evitamos la circulación superficial sobre el yacimiento. La capacidad del pequeño embalse nos obligaba a achicar el agua de forma periódica para evitar su desbordamiento.
Una vez solucionado ese problema, continuamos retirando los sedimentos que cubrían parte de los huesos del pie izquierdo. Tras quedar éstos al descubierto, se tomaron varias fotografías y se realizó un croquis de su disposición. Posteriormente, se recogieron los huesos, introduciendo cada uno de ellos en una bolsa siglada, anotando las mismas siglas en el croquis, para su posterior identificación.
El siguiente paso fue retirar el resto de los huesos correspondientes a la extremidad posterior izquierda.
A continuación se excavó, para poner al descubierto los huesos del pie derecho, que se encontraban por debajo del lugar que habían ocupado los del izquierdo, pero totalmente cubiertos por la capa de sedimentos. Tras recoger los huesos que se consiguieron localizar a simple vista, se procedió a cribar los
sedimentos de esa zona, para intentar recuperar el mayor número de restos. Todos ellos se introdujeron en bolsas numeradas y sigladas que los identificaban como pertenecientes al pie derecho, no siendo necesario guardarlos individualmente ya que se hallaron mezclados.
Posteriormente se retiraron los huesos pertenecientes a la extremidad delantera izquierda, los huesos de la mano derecha, el cráneo y las hemimandíbulas .
Se recogieron las vértebras por orden, metiendo cada una de ellas en una bolsa numerada.
Se procedió a retirar las costillas del lado izquierdo, introduciendo cada una de ellas en una bolsa numerada, obteniendo nuevas fotografías para ilustrar el proceso, actuando a continuación de idéntica forma con las costillas del costado derecho.
Seguidamente se retiraron los huesos pertenecientes a las extremidades derechas que permanecían aun sin recoger.
A continuación se procedió a cribar la capa superior de sedimentos, para intentar rescatar el mayor
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numero posible de huesos que pudieran permanecer todavía enterrados.
Durante todo este proceso se observó que, con el paso del tiempo, huesos pequeños (principalmente pertenecientes a pies y manos), habían sido arrastrados por el agua hasta debajo de unos grandes bloques, que se encontraban junto a la cabeza del animal. Por ese motivo, procedimos a mover todos aquéllos que fue posible y, a intentar romper los que eran demasiado grandes, para recoger todos los posibles elementos que se encontrasen bajo ellos; de esta forma se consiguió rescatar varios huesos.
PROCESO DE SECADO, LIMPIEZA Y CONSOLIDACION
Se explica como se han desarrollado las labores de secado, limpieza y consolidación, que han resultado mucho más largas y complicadas de lo previsto
Para el desarrollo de estas labores seguimos los consejos de Javier Sánchez Eguiluz, restaurador del
Museo Arqueológico Etnográfico e Histórico Vasco, a quien habíamos consultado previamente al levantamiento.
En primer lugar se procedió a desembalar cada hueso, manteniendo las identificaciones que se les había adjudicado en la cavidad. Se dejaron secar todos ellos en una lonja, tratando de mantenerlos a una temperatura ambiente fresca, sin que recibiesen luz solar directa.
Este proceso fue sumamente lento, debido a la gran humedad que habían absorbido los huesos; que obligó a que la limpieza se realizara tras el secado. Su duración varió en función del tamaño y de la humedad de cada uno de ellos, pero, en ningún caso fue menor de 3 semanas, llegando incluso a 8 semanas cuando se trataba de elementos como el cráneo o huesos largos de las extremidades.
En el momento en que se comenzó con la limpieza se comprobó que, al proceder a retirar la gruesa y ya endurecida capa de barro que recubría los huesos, en unas ocasiones aparecían estos totalmente cuarteados y en otras, resultaba imposible retirar el sedimen-
Estado final del esqueleto una vez montado en el "Museo de Orozko".
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to sin dañar su superficie ósea. La explicación es que, los huesos que, por encontrarse en un medio extremadamente húmedo están saturados de agua, en el momento de ser cambiados a otro ambiente más seco comienzan a perder la humedad absorbida, así, a medida que se van secando, se producen retracciones que pueden producir su resquebrajamiento o, incluso, su destrucción. Este problema, que habíamos tratado de evitar o, al menos minimizar, con un secado lento, se vio sin duda agravado por una hidratación de los materiales muy superior a la prevista y, también, por las elevadas temperaturas que sufrimos en Bizkaia durante el mes de Junio, muy superiores a lo habitual para esas fechas.
En vista de lo sucedido, se procedió consolidar los huesos antes de su limpieza; de esa forma, el proceso seguido con cada uno de los huesos fue el siguiente:
- En primer lugar, se introdujo cada hueso en recipientes, cubriéndolos totalmente con la disolución consolidan te (que consistía en una mezcla de Acetona y polímero acn1ico en una proporción de 18%), en donde permanecieron un mínimo de 2 semanas.
- Tras extraer cada hueso de la disolución, se dejó secar durante un tiempo mínimo de 1 semana.
- Después, se procedió a limpiar cada uno de ellos, combinando medios químicos, disolviendo con acetona la capa superficial de consolidante, para poder así actuar sobre el hueso, y medios físicos, como aguja enmangada y bisturí.
- Finalmente, una vez limpio el hueso, se procedió a aplicarle nuevamente solución consolidante con un pincel, ya que, durante la limpieza con acetona, se había eliminado la capa superficial de la misma.
Este proceso se vio complicado además por el hecho de que, en muchos casos, era necesario introducir un solo hueso en cada recipiente, por el tamaño de ciertos huesos, y también para mantener sin alterar su orden.
En ocasiones fue posible limpiar parcialmente los huesos (varias vértebras y costillas) antes de consolidarlos. En esos casos se eliminó gran parte del recubrimiento utilizando pinceles y pequeños cepillos e introduciendo a continuación los huesos en la disolución, siguiendo después el proceso anteriormente descrito para completar su limpieza.
Los sedimentos que recubrían los huesos eran en su mayor parte limos y arenas finas con abundancia de conchas de gasterópodos de tamaño no superior a los 2 mm. En otros casos existía un recubrimiento calcáreo, bien directamente sobre los restos o bien intercalado con capas de limos.
En la fase de limpieza y consolidación se han utilizado 30 litros de acetona y 3,5 kg de polímero acrílico Paraloid B-72.
CONCLUSIONES
Se ha conseguido localizar y extraer la mayor parte de los huesos del esqueleto del oso; no obstante, a pesar del empeño puesto en localizar todos ellos, no se han encontrado varios premolares, incisivos inferiores, ni ciertos huesos de manos y pies. Tampoco ha sido localizado el arco cigomático izquierdo, hueso que, sin embargo, si que aparece en las fotografías obtenidas con ocasión del hallazgo, 2 años antes del levantamiento.
Es probable que una parte de los huesos que no han sido localizados, hayan sido arrastrados por la corriente de agua hasta debajo de los bloques ya mencionados; también, es posible que alguno de los huesos haya desaparecido al haber sido atacado por algún micro mamífero o por la humedad o que hayan sido enterrados por los sedimentos en un nivel más profundo que el que se cribó.
Las condiciones en que se encontraban los restos en el momento de su extracción, con una pequeña circulación hídrica sobre ellos, que ha contribuido a la dispersión de algún pequeño hueso, nos hace pensar que peligraba la integridad del esqueleto, de haberse mantenido esas condiciones durante mucho tiempo. La situación actual podría deberse a cambios recientes en el funcionamiento hidrológico de la cavidad, considerando el buen aspecto que, al menos aparentemente, ofrecía el esqueleto.
Se ha procedido a un proceso de secado, limpieza y consolidación de cara a asegurar la conservación de los materiales paleontológicos extraídos.
EPILOGO
Actualmente los restos del oso sobre el que trata el presente trabajo, reposan en una vitrina, en el Museo de Orozco-Orozko ko Museoa, ubicado en la Casa Kareaga de esa localidad.
AGRADECIMIENTOS
Al Departamento de Agricultura de la Diputación Foral de Bizkaia, cuya contribución económica ha hecho posible este trabajo.
A Pedro Castaños, autor del estudio de los restos, por su asesoramiento científico.
A Javier Sanchez Eguiluz, restaurador del Museo Arqueológico Etnográfico e Histórico Vasco, por sus consejos sobre el secado, limpieza y consolidación de los huesos.
Y, como no, a todos los miembros del GAES por su esfuerzo colectivo.
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BIBLIOGRAFIA
Diputación Foral de Bizkaia 1991. Cartografía Informatizada E=1:5000. Hoja
87.
GAES. 1999. Inventario de cavidades de Itxina. Inédito.
Torres, Trinidad 1988. Osos (Mammalia, Carnívora, Ursidae) del
Pleistoceno de la Península Ibérica. Reimpresión de fascículos del Boletín Geológico y Minero. Instituto Geológico y Minero de España. 316 p.
Latasa, l. 1997. El karst de Itxina. Últimas exploraciones
espeleológicas. Karaitza, EEE-UEV nº6, San Sebastián.
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