Sobre "Escritos políticos", de Saúl Taborda

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Cultura C 6 LA VOZ DEL INTERIOR CÓRDOBA. LUNES 24 DE AGOSTO DE 2009 EMANUEL RODRÍGUEZ DE NUESTRA REDACCIÓN [email protected] Una pregunta política que se re- siste a desaparecer, un modo de rebeldía que parece combatir desde el pasado contra un esce- nario tan desolador como el pre- sente, el pensamiento de Saúl Ta- borda que Matías Rodeiro recu- pera en su edición prologada de los Escritos políticos tienen la urgencia de lo indispensable. Matías Rodeiro vive y traba- ja en Buenos Aires y es mejica- no de nacimiento, pero es tan cordobés como el más fanático de los hinchas de Belgrano. Des- de la capital del país respondió una serie de preguntas sobre la flamante edición de su trabajo de recopilación. –¿Por qué es importante re- cuperar el pensamiento de Saúl Taborda, hoy? –Creo que la recuperación de pensadores y obras como las Ta- borda y Deodoro Roca, resulta sig- nificativa para intentar re-fundar el lenguaje político argentino, que hoy entre el avance de un neo- pragmatismo –que corre detrás de los hechos que él mismo pro- duce– y el fetiche de las tecno- logías de la comunicación, pasa por un momento de encrucijada. –¿Qué actualidad pueden tener estos ensayos? –Quizás la ensayística de Ta- borda pueda resultar algo re- nuente o resistente a la actuali- dad. En ese sentido, quizás su aporte a la actualidad, pudiera estar en cierto halo de anacro- nismo que la envuelve. Me pa- rece que tanto su estilo como al- gunas de sus fuentes de indaga- ción e imaginación política, leí- das desde el vértigo de la actua- lidad, provocan una distorsión, una interrupción sobre los mo- dos en que la actualidad piensa y escribe lo político. Así, lo que empieza a sonar raro son las for- mas y las cosas que decimos y es- cuchamos en y de la actualidad. Creo que de alguna manera su ensayística rasga la actualidad y abre un tiempo y un espacio para repensar las cuestiones que atañen al ser de lo político. Córdoba fronteriza –¿En qué sentidos la obra de Taborda explica algunas ca- racterísticas de Córdoba? –Una marca fuerte que im- brica a Córdoba con el pensa- miento de Taborda es su peculiar horizonte temporal, hecho de tra- dición y modernidad. Esto es al- go que fue marcado con cierta in- sistencia, sobre todo para carac- terizar a Córdoba como “ciudad de frontera”. Sin embargo, no sé si ha extraído lo suficiente de esa veta de la configuración cultural cordobesa, que podría revelar los sedimentos de cierta sensibilidad o cierto ethos barroco. Esa mar- ca barroca, esa frontera tempo- ral y espacial, como decía Aricó, “punto de cruce entre tantas tra- diciones y realidades distintas y autónomas”, pareciera darle for- ma a un pensamiento hecho de restos, de lecturas que despoja- das de ánimos imitativos o plei- tesías legitimantes, le arrancan trozos culturales al tranquiliza- dor orden de los anaqueles y los mezclan en rizos de rareza, has- ta disponerlos de otro modo, de un modo quizás original. A par- tir del cual, se podría llegar a pensar en otras formas de la mo- dernidad para la América his- pana, inclusive en otras fuentes para pensar los fundamentos de las democracias; más allá del “contrato social” y la Ilustración. Taborda, por caso, recuperaba la tradición comunalista que se re- mite hasta el Medievo español; y junto con el legado ético y poéti- co de los místicos del Siglo de Oro, mostraba posibilidades al- ternativas a las del individua- lismo burgués. –¿Qué modelo de intelec- tual promueve la figura de Taborda? –Pienso que Taborda encarna distintos modelos de intelectual. Uno podría ser el del individuo responsable e implicado con el destino de su comunidad. Es la figura del habitante y animador de la polis. Taborda tuvo una ac- tividad político-cultural muy in- tensa, en los tiempos cercanos a la Reforma se destaca su partici- pación en la Asociación Córdo- ba Libre, el Círculo de Autores Teatrales, fue un gran orador de barricada y fino conferencista, publicista en los principales dia- rios y revistas de la ciudad y el país, abogado defensor de huel- guistas. Participó en la filial Cór- doba de la Unión Latinoameri- cana, luego del Comité de Ayuda al Pueblo Español, etc. Parecie- ra un modo de concebir el pen- samiento y practicar lo político, más allá de los partidos y los en- cuadramientos ideológicos. Aun- que es para destacar que Tabor- da también aceptó cargos públi- cos que dejarían huella, como la dirección del Colegio Nacional de la UNLP en 1920. Asimismo, no escatimó arrimar sus con- vicciones a proyectos políticos que le resultaban afines. De allí, por ejemplo, surge su apoyo a la campaña a la intendencia que en 1931 llevaba como candidato por la alianza socialista y demó- crata progresista a Deodoro Ro- ca; o su participación protagó- nica en el Instituto Pedagógico de Córdoba que hacia 1940 for- maba parte del gobierno del “ra- dicalismo rojo” de Santiago Hu- go del Castillo. Otra forma de la vida intelectual que se insinúa en ciertos períodos de la bio- grafía de Taborda y que convi- ve con lo anterior, es la del re- cogimiento, diría hasta en un sentido místico. Me parece muy interesante esa faceta, en espe- cial en los momentos en los que no se tiene nada significativo pa- rar decir. Practicar un retrai- miento, callar, cerrar los ojos pa- ra revisar las bases propias y las de la cosa pública; para luego sa- lir otra vez al ruedo. –¿Qué creés que perdió Córdoba al perder a Taborda? –Me cuesta comprender cómo Córdoba perdió ese legado. Y no sólo me refiero al de Taborda, al que siempre intento pensarlo co- mo parte de un círculo más am- plio, una constelación en la que conviven Deodoro, Astrada, Martínez Paz, Carri Pérez, los Or- gaz, Malanca, Pedone, Horacio Juárez, Montenegro, entre otros. Por supuesto que los fuegos de la dictadura y la banalización neo- liberal (que tiene tristes funda- mentos locales en los “medi- terráneos de Harvard”); han he- cho su tarea. Aunque la imagen del incendio, con todo y ser lite- ral, me parece que no alcanza a dar cuenta de la gravedad de esa pérdida que tiene mucho que ver con el olvido. –¿Qué tipo de olvido? –Es un modo del olvido difícil de asimilar. Ausente en las bi- bliografías universitarias y en las referencias literarias y políticas. ¿Alguna vez se habrán repuesto las obras teatrales de Taborda? Quizás no lo valieran, pero al me- nos, alguna vez ¿se discutió sobre ese mérito? A veces pienso que en la pregunta por el sentido de esa pérdida, de ese olvido (todavía no asumido del todo), radica una de las claves para explicar el baldío cultural y político que arrasó con la fertilidad política y cultural de Córdoba. Volver a las fuentes ENSAYOS EL LIBRO Escritos políticos. 1918- 1934, por Saúl Taborda. Edición y prólogo de Matías Rodeiro. Edi- torial Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba, 2009, 344 pá- ginas. Precio: $ 50. La publicación de “Escritos políticos” de Saúl Taborda recupera el pensamiento de uno de los ideólogos de la Reforma Universitaria y pone en foco una rica pero olvidada tradición progresista cordobesa. Matías Rodeiro es sociólogo. Entrevista. Ingresá y leé la nota completa. La Reforma Universitaria de 1918 inscribió el nombre de Saúl Taborda en el primer plano de la política latinoamericana. Cerca de la revolución ROGELIO DEMARCHI ESPECIAL En 1918, en los agitados días de la Re- forma Universitaria, Saúl Taborda ob- sequiaba a los líderes del movimiento estudiantil los ejemplares de su ensayo recién editado: Reflexiones sobre el ideal político de América, un texto cla- ve de su pensamiento y que abre el ciclo de esos Escritos políticos que la Uni- versidad Nacional de Córdoba ha pu- blicado con el apoyo de la Biblioteca Na- cional. Taborda nació en 1885 y murió en 1944. Estudió Derecho y Filosofía, enseñó So- ciología en la Universidad, escribió po- esías y obras de teatro, se ocupó de la polí- tica y de la educación en sus ensayos, fue un hiperactivo protagonista de la cultu- ra de Córdoba y un lector voraz. Se podría decir que, a su manera, seguía los pasos de Domingo F. Sarmiento, con cuyas po- siciones polemizó en más de una opor- tunidad. La reciente democratización del país por la reforma electoral de 1912, los pro- cesos políticos abiertos por las revolu- ciones mejicana y rusa, y la Primera Gue- rra Mundial son algunos de los hechos políticos a los que Taborda alude en más de un pasaje de sus Reflexiones... para diagnosticar la falta de democracia, ya que -desde su punto de vista- el Estado había permitido que el industrialismo dividiera a la sociedad en burguesía y proletariado: unos luchaban para man- tener injustos privilegios; otros trataban de conquistar un conjunto mínimo de de- rechos. Y entre los grandes errores que le señala al Estado, pone el acento en el per- miso que les otorga a un amplio abanico de instituciones (entre otras, la iglesia, la universidad, y por extensión todo el sistema educativo) para que ahonden la brecha social: Taborda las califica como instituciones de clase que promueven la existencia de dos morales, “la una para los amos, la otra para los oprimidos”. Al compararlas, escribe: “Mientras la una enseña la manera de redimir los pe- cados y los vicios con moneda corriente, la otra instruye la manera de conseguir ‘la vida verdadera’ con moneda de mar- tirio; mientras la una en- seña que una minoría del pueblo ha nacido para mandar, la otra enseña que la organización social es la más perfecta y la más justa. Aquélla se pre- dica en el gran mundo; és- ta se predica y se impone en las escuelas que las cla- ses dirigentes abren en beneficio de las masas”. No está hablando ex- clusivamente de la realidad nacional, está pensando en la América toda, a la que compara con el Hamlet de Shakes- peare. Aquella célebre disyuntiva del “ser o no ser”, aquí es reformulada: América tiene que elegir entre ser sim- ple factoría al servicio de una Europa que ha caído en manos del “dios de la riqueza” (el capitalismo) o “pueblos in- dependientes al servicio del ideal” de- mocrático. Democracia ideal Para Taborda, “la única democracia que ha conocido el mundo es la del Lands- gemeinde de ciertos cantones suizos”, es decir las asambleas territoriales don- de los ciudadanos tienen participación directa en la discusión de leyes y elec- ción de autoridades. En su interpretación del ideal, en- tonces, se advierte una comuna que au- todefine colectivamente su destino de manera activa, sin mediaciones políti- cas, ya que no creía en los partidos, a los que calificaba como “sindicatos organi- zados para la conquista del poder”, lobos que se disfrazan de ovejas. La asamblea comunitaria podía pres- cindir de ellos y darse a sí misma las herramientas necesarias para conducir el proceso en pos del bien común garantizándole a todos los habitantes los mismos derechos a partir de una decisión central: que la tierra fuera libre y se la considerase propie- dad comunitaria para que todos los hombres tuvie- sen igual derecho a ella pa- ra asegurarse pan y hogar. Si hasta aquí el pensamiento tabor- diano parece inscribirse en el anarquis- mo y, en cierto sentido, anticipar las pos- turas del Ejército Zapatista de Libera- ción Nacional y su famoso subcoman- dante Marcos, no dejará de sorprender que reivindique a Bernardino Rivada- via: “Mientras se hallaba atareado en combatir los privilegios eclesiásticos; en rebajar los derechos aduaneros sobre los productos alimenticios, los vestidos, los útiles de labranza y los materiales de construcción; mientras imponía las he- rencias y meditaba en la supresión de las aduanas y en la empresa de un canal que uniría los Andes con el Plata (la concep- ción económica y política de más fuste que haya tenido un estadista argentino), culminó su magna obra con la legisla- ción agraria” de la enfiteusis. La enfiteusis de Rivadavia implicaba que el Estado se consideraba propieta- rio de las tierras, que eran arrendadas para su explotación a los particulares por un término de 20 años (renovables) a cambio de un canon. En esta lectura de la historia nacional, Taborda lamenta la derrota de Rivadavia a manos de la “gauchocracia” (el original término es suyo), que hundió al país en la tiranía, el feudalismo y el latifundio. Por todos estos motivos, deberíamos entender que la democracia propuesta por Taborda sólo podía ser el resultado de un proceso revolucionario. Caso con- trario, imposible realizar todas las pro- fundas transformaciones a las que hace referencia en el siguiente pasaje: “No más Estado de clase, no más polí- tica de clase y de facciones; no más jus- ticia con distingos; no más propiedad mo- nopolizada e inmovilizada; no más ilus- tración unilateral; no más instituciones eclesiásticas como elemento de domina- ción; no más moral de esclavos: la de- mocracia americana es el fallo inapela- ble, irrevocable, que expropia en bene- ficio de los pueblos el Estado, la política, la justicia, la propiedad, la ilustración, la religión y la moral”. Si el programa de Taborda, por su in- tegralidad y profundidad, sigue tenien- do vigencia, la incógnita es cómo refor- mularlo en estos tiempos en los que la palabra “revolución” (con todo lo que ella implicaba) ha sido eliminada del len- guaje político. El pensamiento tabordiano parece inscribirse en el anarquismo y anticipar las posturas del Ejército Zapatista de Liberación. Ana Sierra Romera. La escrito- ra cordobesa presentará mañana su libro de poemas Raíces, edita- do por Arkena. La cita es en la Casa de España, 24 de setiembre 946, a las 19. El libro reúne ver- sos sobre las costumbres, la cul- tura y la lengua de los antepasa- dos inmigrantes de la autora. DesarrollArte. Via Margutta pre- sentan la tercera muestra del Ci- clo 2009 de DesarrollArte, con la exhibición de la artista plástica María Eugenia Castelli. Inaugura el miércoles a las 19.30 en las ofi- cinas comerciales de Grupo Edi- sur, Estrada 122. Conferencia. “El pensamiento colonial en la Teoría Latinoame- ricana” es el título de la confe- rencia que ofrecerá hoy a las 18.30 en la Biblioteca Córdoba (27 de Abril 375) el sociólogo Ed- gardo Lander. La charla está or- ganizada por la Secretaría de Cul- tura y el doctorado en Ciencia Política del Centro de Estudios Avanzados de la UNC. Entrada li- bre y gratuita. Muestra fotográfica. Hoy a las 18 inaugura la muestra “El acero también sangra”, del fotógrafo Ricardo Sisti y de la escultora Violeta Lemoine, en el patio inter- no de la Legislatura provincial. Tótems canadienses. Una expo- sición itinerante de imágenes de tótems canadienses tendrá lugar en auditorio Diego de Torres de la UCC (Obispo Trejo 323) desde mañana. Entrada libre y gratuita. ÍNDICE

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C 6ENSAYOSCulturaLA VOZ DEL INTERIORCÓRDOBA. LUNES 24 DE AGOSTO DE 2009Volver a las fuentesLa publicación de “Escritos políticos” de Saúl Taborda recupera el pensamiento de uno de los ideólogos de la Reforma Universitaria y pone en foco una rica pero olvidada tradición progresista cordobesa.EMANUEL RODRÍGUEZ DE NUESTRA REDACCIÓN [email protected] pregunta política que se resiste a desaparecer, un modo de rebeldía que parece combatir desde el pasado contra un escen

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CulturaC 6 LA VOZ DEL INTERIORCÓRDOBA. LUNES 24 DE AGOSTO DE 2009

EMANUEL RODRÍGUEZ

DE NUESTRA REDACCIÓN

[email protected]

Una pregunta política que se re-siste a desaparecer, un modo derebeldía que parece combatirdesde el pasado contra un esce-nario tan desolador como el pre-sente, el pensamiento de Saúl Ta-borda que Matías Rodeiro recu-pera en su edición prologada delos Escritos políticos tienen laurgencia de lo indispensable.

Matías Rodeiro vive y traba-ja en Buenos Aires y es mejica-no de nacimiento, pero es tancordobés como el más fanáticode los hinchas de Belgrano. Des-de la capital del país respondióuna serie de preguntas sobre laflamante edición de su trabajode recopilación.

–¿Por qué es importante re-cuperar el pensamiento deSaúl Taborda, hoy?

–Creo que la recuperación depensadores y obras como las Ta-borda y Deodoro Roca, resulta sig-nificativa para intentar re-fundarel lenguaje político argentino, quehoy entre el avance de un neo-pragmatismo –que corre detrásde los hechos que él mismo pro-duce– y el fetiche de las tecno-logías de la comunicación, pasapor un momento de encrucijada.

–¿Qué actualidad puedentener estos ensayos?

–Quizás la ensayística de Ta-borda pueda resultar algo re-nuente o resistente a la actuali-dad. En ese sentido, quizás suaporte a la actualidad, pudieraestar en cierto halo de anacro-nismo que la envuelve. Me pa-rece que tanto su estilo como al-gunas de sus fuentes de indaga-ción e imaginación política, leí-das desde el vértigo de la actua-lidad, provocan una distorsión,una interrupción sobre los mo-dos en que la actualidad piensay escribe lo político. Así, lo queempieza a sonar raro son las for-mas y las cosas que decimos y es-cuchamos en y de la actualidad.Creo que de alguna manera suensayística rasga la actualidady abre un tiempo y un espaciopara repensar las cuestiones queatañen al ser de lo político.

Córdoba fronteriza–¿En qué sentidos la obra deTaborda explica algunas ca-racterísticas de Córdoba?

–Una marca fuerte que im-brica a Córdoba con el pensa-

miento de Taborda es su peculiarhorizonte temporal, hecho de tra-dición y modernidad. Esto es al-go que fue marcado con cierta in-sistencia, sobre todo para carac-terizar a Córdoba como “ciudadde frontera”. Sin embargo, no sési ha extraído lo suficiente de esaveta de la configuración culturalcordobesa, que podría revelar lossedimentos de cierta sensibilidado cierto ethos barroco. Esa mar-ca barroca, esa frontera tempo-ral y espacial, como decía Aricó,“punto de cruce entre tantas tra-diciones y realidades distintas yautónomas”, pareciera darle for-ma a un pensamiento hecho derestos, de lecturas que despoja-das de ánimos imitativos o plei-tesías legitimantes, le arrancantrozos culturales al tranquiliza-dor orden de los anaqueles y losmezclan en rizos de rareza, has-ta disponerlos de otro modo, deun modo quizás original. A par-tir del cual, se podría llegar apensar en otras formas de la mo-dernidad para la América his-pana, inclusive en otras fuentespara pensar los fundamentos delas democracias; más allá del“contrato social” y la Ilustración.

Taborda, por caso, recuperaba latradición comunalista que se re-mite hasta el Medievo español; yjunto con el legado ético y poéti-co de los místicos del Siglo deOro, mostraba posibilidades al-ternativas a las del individua-

lismo burgués. –¿Qué modelo de intelec-

tual promueve la figura deTaborda?

–Pienso que Taborda encarnadistintos modelos de intelectual.Uno podría ser el del individuo

responsable e implicado con eldestino de su comunidad. Es lafigura del habitante y animadorde la polis. Taborda tuvo una ac-tividad político-cultural muy in-tensa, en los tiempos cercanos ala Reforma se destaca su partici-pación en la Asociación Córdo-ba Libre, el Círculo de AutoresTeatrales, fue un gran orador debarricada y fino conferencista,publicista en los principales dia-rios y revistas de la ciudad y elpaís, abogado defensor de huel-guistas. Participó en la filial Cór-doba de la Unión Latinoameri-cana, luego del Comité de Ayudaal Pueblo Español, etc. Parecie-ra un modo de concebir el pen-samiento y practicar lo político,más allá de los partidos y los en-cuadramientos ideológicos. Aun-que es para destacar que Tabor-da también aceptó cargos públi-cos que dejarían huella, como ladirección del Colegio Nacionalde la UNLP en 1920. Asimismo,no escatimó arrimar sus con-vicciones a proyectos políticosque le resultaban afines. De allí,por ejemplo, surge su apoyo a lacampaña a la intendencia queen 1931 llevaba como candidato

por la alianza socialista y demó-crata progresista a Deodoro Ro-ca; o su participación protagó-nica en el Instituto Pedagógicode Córdoba que hacia 1940 for-maba parte del gobierno del “ra-dicalismo rojo” de Santiago Hu-go del Castillo. Otra forma de lavida intelectual que se insinúaen ciertos períodos de la bio-grafía de Taborda y que convi-ve con lo anterior, es la del re-cogimiento, diría hasta en unsentido místico. Me parece muyinteresante esa faceta, en espe-cial en los momentos en los queno se tiene nada significativo pa-rar decir. Practicar un retrai-miento, callar, cerrar los ojos pa-ra revisar las bases propias y lasde la cosa pública; para luego sa-lir otra vez al ruedo.

–¿Qué creés que perdióCórdoba al perder a Taborda?

–Me cuesta comprender cómoCórdoba perdió ese legado. Y nosólo me refiero al de Taborda, alque siempre intento pensarlo co-mo parte de un círculo más am-plio, una constelación en la queconviven Deodoro, Astrada,Martínez Paz, Carri Pérez, los Or-gaz, Malanca, Pedone, HoracioJuárez, Montenegro, entre otros.Por supuesto que los fuegos de ladictadura y la banalización neo-liberal (que tiene tristes funda-mentos locales en los “medi-terráneos de Harvard”); han he-cho su tarea. Aunque la imagendel incendio, con todo y ser lite-ral, me parece que no alcanza adar cuenta de la gravedad de esapérdida que tiene mucho que vercon el olvido.

–¿Qué tipo de olvido? –Es un modo del olvido difícil

de asimilar. Ausente en las bi-bliografías universitarias y en lasreferencias literarias y políticas.¿Alguna vez se habrán repuestolas obras teatrales de Taborda?Quizás no lo valieran, pero al me-nos, alguna vez ¿se discutió sobreese mérito? A veces pienso queen la pregunta por el sentido deesa pérdida, de ese olvido (todavíano asumido del todo), radica unade las claves para explicar elbaldío cultural y político quearrasó con la fertilidad política ycultural de Córdoba.

Volver a las fuentesENSAYOS

EL LIBRO

Escritos políticos. 1918-1934, por Saúl Taborda. Edición

y prólogo de Matías Rodeiro. Edi-

torial Universidad Nacional de

Córdoba, Córdoba, 2009, 344 pá-

ginas. Precio: $ 50.

La publicación de “Escritos políticos” de Saúl Taborda recupera el pensamiento de uno de los ideólogosde la Reforma Universitaria y pone en foco una rica pero olvidada tradición progresista cordobesa.

Matías Rodeiro es sociólogo.

Entrevista. Ingresá y leé

la nota completa.

La Reforma Universitaria de 1918 inscribió el nombre de Saúl Taborda en el primer plano de la política latinoamericana.

Cerca de la revoluciónROGELIO DEMARCHI

ESPECIAL

En 1918, en los agitados días de la Re-forma Universitaria, Saúl Taborda ob-sequiaba a los líderes del movimientoestudiantil los ejemplares de su ensayorecién editado: Reflexiones sobre elideal político de América, un texto cla-ve de su pensamiento y que abre el ciclode esos Escritos políticos que la Uni-versidad Nacional de Córdoba ha pu-blicado con el apoyo de la Biblioteca Na-cional.

Taborda nació en 1885 y murió en 1944.Estudió Derecho y Filosofía, enseñó So-ciología en la Universidad, escribió po-esías y obras de teatro, se ocupó de la polí-tica y de la educación en sus ensayos, fueun hiperactivo protagonista de la cultu-ra de Córdoba y un lector voraz. Se podríadecir que, a su manera, seguía los pasosde Domingo F. Sarmiento, con cuyas po-siciones polemizó en más de una opor-tunidad.

La reciente democratización del paíspor la reforma electoral de 1912, los pro-cesos políticos abiertos por las revolu-ciones mejicana y rusa, y la Primera Gue-rra Mundial son algunos de los hechospolíticos a los que Taborda alude en másde un pasaje de sus Reflexiones... paradiagnosticar la falta de democracia, yaque -desde su punto de vista- el Estadohabía permitido que el industrialismodividiera a la sociedad en burguesía yproletariado: unos luchaban para man-tener injustos privilegios; otros tratabande conquistar un conjunto mínimo de de-rechos.

Y entre los grandes errores que leseñala al Estado, pone el acento en el per-

miso que les otorga a un amplio abanicode instituciones (entre otras, la iglesia,la universidad, y por extensión todo elsistema educativo) para que ahonden labrecha social: Taborda las califica comoinstituciones de clase que promueven laexistencia de dos morales, “la una paralos amos, la otra para los oprimidos”.

Al compararlas, escribe: “Mientras launa enseña la manera de redimir los pe-cados y los vicios con moneda corriente,la otra instruye la manera de conseguir‘la vida verdadera’ con moneda de mar-tirio; mientras la una en-seña que una minoría delpueblo ha nacido paramandar, la otra enseñaque la organización sociales la más perfecta y lamás justa. Aquélla se pre-dica en el gran mundo; és-ta se predica y se imponeen las escuelas que las cla-ses dirigentes abren enbeneficio de las masas”.

No está hablando ex-clusivamente de la realidad nacional,está pensando en la América toda, a laque compara con el Hamlet de Shakes-peare. Aquella célebre disyuntiva del“ser o no ser”, aquí es reformulada:América tiene que elegir entre ser sim-ple factoría al servicio de una Europaque ha caído en manos del “dios de lariqueza” (el capitalismo) o “pueblos in-dependientes al servicio del ideal” de-mocrático.

Democracia idealPara Taborda, “la única democracia queha conocido el mundo es la del Lands-gemeinde de ciertos cantones suizos”,

es decir las asambleas territoriales don-de los ciudadanos tienen participacióndirecta en la discusión de leyes y elec-ción de autoridades.

En su interpretación del ideal, en-tonces, se advierte una comuna que au-todefine colectivamente su destino demanera activa, sin mediaciones políti-cas, ya que no creía en los partidos, a losque calificaba como “sindicatos organi-zados para la conquista del poder”, lobosque se disfrazan de ovejas.

La asamblea comunitaria podía pres-cindir de ellos y darse a símisma las herramientasnecesarias para conducirel proceso en pos del biencomún garantizándole atodos los habitantes losmismos derechos a partirde una decisión central:que la tierra fuera libre yse la considerase propie-dad comunitaria para quetodos los hombres tuvie-sen igual derecho a ella pa-

ra asegurarse pan y hogar.Si hasta aquí el pensamiento tabor-

diano parece inscribirse en el anarquis-mo y, en cierto sentido, anticipar las pos-turas del Ejército Zapatista de Libera-ción Nacional y su famoso subcoman-dante Marcos, no dejará de sorprenderque reivindique a Bernardino Rivada-via: “Mientras se hallaba atareado encombatir los privilegios eclesiásticos; enrebajar los derechos aduaneros sobre losproductos alimenticios, los vestidos, losútiles de labranza y los materiales deconstrucción; mientras imponía las he-rencias y meditaba en la supresión de lasaduanas y en la empresa de un canal que

uniría los Andes con el Plata (la concep-ción económica y política de más fusteque haya tenido un estadista argentino),culminó su magna obra con la legisla-ción agraria” de la enfiteusis.

La enfiteusis de Rivadavia implicabaque el Estado se consideraba propieta-rio de las tierras, que eran arrendadaspara su explotación a los particularespor un término de 20 años (renovables)a cambio de un canon.

En esta lectura de la historia nacional,Taborda lamenta la derrota de Rivadaviaa manos de la “gauchocracia” (el originaltérmino es suyo), que hundió al país enla tiranía, el feudalismo y el latifundio.

Por todos estos motivos, deberíamosentender que la democracia propuestapor Taborda sólo podía ser el resultadode un proceso revolucionario. Caso con-trario, imposible realizar todas las pro-fundas transformaciones a las que hacereferencia en el siguiente pasaje:

“No más Estado de clase, no más polí-tica de clase y de facciones; no más jus-ticia con distingos; no más propiedad mo-nopolizada e inmovilizada; no más ilus-tración unilateral; no más institucioneseclesiásticas como elemento de domina-ción; no más moral de esclavos: la de-mocracia americana es el fallo inapela-ble, irrevocable, que expropia en bene-ficio de los pueblos el Estado, la política,la justicia, la propiedad, la ilustración,la religión y la moral”.

Si el programa de Taborda, por su in-tegralidad y profundidad, sigue tenien-do vigencia, la incógnita es cómo refor-mularlo en estos tiempos en los que lapalabra “revolución” (con todo lo queella implicaba) ha sido eliminada del len-guaje político.

El pensamientotabordiano parece

inscribirse en elanarquismo y anticiparlas posturas del EjércitoZapatista de Liberación.

Ana Sierra Romera. La escrito-

ra cordobesa presentará mañana

su libro de poemas Raíces, edita-

do por Arkena. La cita es en la

Casa de España, 24 de setiembre

946, a las 19. El libro reúne ver-

sos sobre las costumbres, la cul-

tura y la lengua de los antepasa-

dos inmigrantes de la autora.

DesarrollArte. Via Margutta pre-

sentan la tercera muestra del Ci-

clo 2009 de DesarrollArte, con la

exhibición de la artista plástica

María Eugenia Castelli. Inaugura

el miércoles a las 19.30 en las ofi-

cinas comerciales de Grupo Edi-

sur, Estrada 122.

Conferencia. “El pensamiento

colonial en la Teoría Latinoame-

ricana” es el título de la confe-

rencia que ofrecerá hoy a las

18.30 en la Biblioteca Córdoba

(27 de Abril 375) el sociólogo Ed-

gardo Lander. La charla está or-

ganizada por la Secretaría de Cul-

tura y el doctorado en Ciencia

Política del Centro de Estudios

Avanzados de la UNC. Entrada li-

bre y gratuita.

Muestra fotográfica. Hoy a las

18 inaugura la muestra “El acero

también sangra”, del fotógrafo

Ricardo Sisti y de la escultora

Violeta Lemoine, en el patio inter-

no de la Legislatura provincial.

Tótems canadienses. Una expo-

sición itinerante de imágenes de

tótems canadienses tendrá lugar

en auditorio Diego de Torres de

la UCC (Obispo Trejo 323) desde

mañana. Entrada libre y gratuita.

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