Sobre la complejidad de las invasiones indo-europeas en nuestra Peninsula

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  • 7/25/2019 Sobre la complejidad de las invasiones indo-europeas en nuestra Peninsula

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    Sobre la complej idad de las invasiones indo

    europeas en nues t ra Pennsula

    Por Antonio TOVAR

    La comparac in de las invasiones indoeuropeas de la Edad de l Hierro

    en la Pennsula , con las poster iores invasiones germnicas , por e jemplo, es

    basta nte provecho sa , y e lla bas tar para m ost r arn os, con e l caso de los

    a l anos , que toda invas in a r ra s t r a e l ementos d ive r sos , unas veces a s imi l a

    dos y o t ras no . Un rec iente t raba jo de P. Bosch Gim pera ,

    lnfiltracoes

    germnicas entre os cel ias peninsiuares, Revista de Gwimaraes, LX, 1950,

    plantea de nuevo esta cuest in de la comple j idad de las invasiones de la

    Edad de l Hierro y seala a lgunos casos de e lementos germnicos ya en la

    Hispnia de l s ig lo VIH (1) . Quisi ramos apor tar a l importante asunto a lgn

    deta l le nuevo y a lguna observac in cr t ica .

    El indicio m s evid ente qu e existe d e los ger m an os en Esp aa es la

    conocida mencin de

    Oretwn Germanoruvn

    (P l in io

    t

    Hist. nat.

    i l l , 25 ; P to l .

    (1) BOSCH GIMPERA se basa para este trabajo en una reconstruccin suya de los

    movimientos de los indoeuropeos hacia el oeste durante los siglos centrales del primer

    milenio (de lo cual se ocupa en sus obras anteriores citadas en la nota 1 de su ltimo

    estu dio) . Fu E. NORDEN en su libro Die germanische U rgeschichte in Tacitus G ermania

    (v. p. 391) el primero que llam la atencin sobre estos Germ ani arrinconados en uno

    de los ms ntimos lugares de la pennsula, sealando el valor de este testimonio para

    la antiged ad del tnic o; despus SCHULTEN, Forschungen und Fo rsc hr itte , VIH, 1932,

    p.

    121 s. La cosa se ha convertido ya en corrien temente adm itida, v. p. e. GARCA Y

    BELLIDO, La Espaa del siglo 1 de nuestra Era segn P . Mela y C. P linio , p . 238.

    El escepticismo de R. MUCH, Die Germania des Tacitu s , p . 45 S. y Germanen und

    Indog ermanen. Festschrift Hirt . 11 p . 524, que neg toda relacin en tre los Germani

    Oretani y los verdaderos germa nos, est contradicho por todo este artculo nuestro.

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    N T O h J l T O V A R

    11 6,58; Schulten

    RE XVI11,

    1018), ciudad situada donde el actual Santuario

    de Santa Maria de Greto (Ciudad Real). Pero el problema surge si pensa

    mos en el origen del .nombre de germanos, y desde cuando se aplic, a todo

    el pueblo conocido en la historia con este nombre. Kretschmer

    KZ

    LX1X,

    1948,

    p . 1 ss ., ha dedicado su atencin al tema, y aun examinado el pa

    saje de Tacito

    Germ. 2 Germanise uocabulum recens et

    ni/per

    addi turn,

    cree poder afirmar (compara Ci.

    e nat. d eor.

    Ill, 125,

    nuper, id est,

    paucis ante saeclis)

    que ya desde haca varios siglos la nacin germnica

    se distingua por este nombre. Precisar cuntos fueron esos siglos es lo

    que no hace Kretschmer, pues para los fines de su trabajo no lo necesita,

    si bien la extensin sealada por Menndez Pidal,, en un trabajo ya famoso

    (2), para el nombre de los ambrones, le sirve para sealar una amplia rea

    de dispersim de elementos ger m nic os, acreditada en la toponim ia de

    Italia del norte, Calia y la Hispnia del centro y noroeste. Dentro de ese

    rea quedan tambin nuestros

    Germani,

    cuyo nombre Schulten

    (Forsch. u.

    Fortschritte

    VIH p. 122) supone existente al menos en el 600 a. C.

    Seguir a Kretschmer en su magistral trabajo citado, titulado

    Die frhesten

    sprachlichen Sputren ven Germanen

    y dedicado a ras trea r la presen cia de

    esos germanos antiqusimos en Italia, creemos que es muy provechoso para

    ordenar algunos materiales lingsticos de Hispnia.

    En primer lugar, la presencia en nuestra onomstica antigua de deriva

    dos del tema

    *teuta.

    Se extienden por la zona indoeuropeizada de la pen

    nsula en la siguiente forma:

    Tento

    (Moral), Gmez Moreno,

    Cat. Zamora,

    p. 30.

    Toutomis

    (ldanla),

    CL,

    11, 440.

    Tmtonus

    (Yecla de Y ltes),

    AEA,

    XVI1, 1944, p. 242 (Cf.

    touto

    en letras

    ibricas en un letrero indito de Ensrune).

    Tutamos,

    cita Diodoro XXXIU, 1, 4, como sucesor de Viriato; Apiano,

    Ibr.

    320 s., llama al mismo

    Tutalos.

    Tautindals

    es un aragons de la turma Salluitana

    (GIL,

    1 2.? ed. 709),

    cuyo nombre ya relacion con esta raz Schuchardt

    REV

    111 p. 244 y 24o.

    Teuta

    (en letras ibricas.) lee Hill

    (Notes on the coinage of Hispnia cite

    rior,

    p. 172 y lm. XXXV, 3) en moneda de Turiaso (?), pero Gmez, Moreno

    me advierte ha de leerse

    teus.

    El mismo tema, con la solucin

    om,

    hallamos en dos nom bres divinos

    compuestos:

    MunMieberobrigae Toudopalandaigae y Crougintoudadigoe,

    de los que me he ocupado antes

    (BRAE

    XXVIII, p. 272).

    Tuttat,

    capital de los

    Gmmi

    (P tol. 11 6, 44, Schulten

    RE

    Vil A 771), que

    (2) Sobre el substrato mediterrneo occidental Zeitschrif f. rom. Phil . L1X, 1939,

    p.

    189 ss. = Ampurias , 11, p . 3-16.

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    SOBRE LAS INVASIONES INDOEUROPEAS 35

    en el Itin. Ant. 429, 7 se llama Tuda, y en Pli n. IV 112 Tycfe, pued e ex pli

    ca r se como ape la t ivo , tenta ' g e n t e ' .

    E l t r a t amien to de e s tos d ip tongos puede se rv i rnos de gu a , pues mien t ra s

    el paso de eu ide. a

    on

    carac ter iza a l ce l ta , como a las lenguas i t l icas , su

    apa r i c in como au es un rasg o carac ter s t ico de l b l t ico (A. Lesk ien IF

    XXXIV p. 327, Trautmann Altpreussisehe Personen nam en p. 152; Endze-

    l i n , Lett. Gr. p. 40 s . ) , ya que su presencia en germnico de l nor te en la

    forma a u (Noreen, Cesch. der

    nord.

    Sprachen, 3J d. p. 79) es slo uin des

    arrol lo de l germ, in d e eu , as en el rnico thaurikR 'Te od or ic o ' . En i l i r io

    se ha l la es te tema formando diversos nombres, pero s iempre con e l d ip tongo

    eu (Krahe , Altillyr. Petsone nn, p . 113 ss ; W. Borg eaud , Museum Heiaeti-

    um IV, 1947, p . 208 s. ) , salvo un p osib lem ente i l i r io Tatutonims, que Krahe ,

    ibid. cita . Mas la conservacin de eu nada nos dice sobre el dialecto de

    que se t ra te .

    As , pues

    j

    no toda forma con

    *teuta

    es ge rmnica , como pa rece in t e rp re t a r

    Kre tschm er en la p . 9 ss . de su t rab a jo . La voz est a tes t igu ad a , o sus

    der ivados, no slo en germnico, s ino en osco-umbro, en l i tuano,

    en

    cel ta

    (iWalde-Pokorny, 1, p . 712) y ad em s en i l i r io y en otra s zon as oscu ras

    de l mundo indoeuropeo (3 ) . S in embargo , una de e s t a s fo rmas ,

    Totitomis,

    t iene espec ia l in ters para nuest ro obje to s i la comparamos con la famosa

    inscr ipc in

    CIL

    XI11,. 6610, est ud iad a p or E. Norden en su l ibro

    Aitgerma-

    nien

    (4). Para Altheim y Trautmann (5) los

    Toa toni

    de esa inscripcin son

    los restos de los germanos ba t idos por Mario y Cta lo . En rea l idad, e l t ra

    tamiento de l d ip tongo (eu a

    ou)

    es ms bien ce l ta , y por o t ra par te haremos

    observar que e l ger m nic o cam bia la o ide . en a , y as , como seala

    Kretschmer (ar t . c i t . p . 12) , a

    Toatonus

    (ad j . de formacin com parab le a

    dominus

    sob re cfo/nuis) cor res po nd e en ge rm n ico , por ej . , e l go t .

    thiudans

    ' r e y ' , d e u n

    *thiitdana-z.

    El ot ro punto que quer amos tocar es prec isamente este de l t ra tamiento

    de la o ide. como a en cierto s nom bres his p nic os . Aqu, como en Ital ia

    apu nta Kre tschmer ( p . 23)

    t

    la o ide . aparece ora como a ora conservada , s in

    resolvernos nada d e la c ro nologa de l cam bio . Pre c isam ente ign ora r la

    fecha de ste nos deja en la duda de si debemos suponer invasiones dist intas

    segn tengamos formas en a de o , o formas con o or ig inar ia , o s i hay que

    (3) KRETSCHMER, ar t. c it . , p. 9, KRAHE, pasaje ci t. de Altillyrische Pe rs . y

    Germanen und lndogermanen, Festschrift Hirt . li, 569 s. Entre la bibliografia anterior

    recordemos los trabajos de E. PWlLIiPON, e

    n

    especial Les peuples primitifs de l'Europe

    meridionale, Recherches d'Histoire et de linguistique , Paris, Leroux, 1925, obra qu

    contiene una gran cantidad de materiales an poco aprovechados.

    (4) IV Abschnitt. Der Toutonenstein-ein epigraphisches Rtsel , pp. 191 ss . Sobre

    la form a, v. KRETSCHMER art . c it . , p . 12.

    15)

    Vom U rsprung der Runen , p . 74 ss., donde se aceptan los desarrollos de

    Norden para las inicialesC (imbros) y (mbrones).

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    A N T O N I O O V R

    pensar s implemente que los var ios casos son las vaci laciones en e l momento

    en que e l proceso font ico se es t cumpl iendo (para la cronologa v. la ob

    servacin de Hir t Hb. des Urgerm. 1, p . 31 ).

    Vamos (pre scin dien do de un b oni to e 'jemplo a lgo dud oso,

    Epane,

    por

    Eponae

    en un rula de Comil las ;

    AEA,

    XV, p. 204) a l imitarnos a los deriM

    dos de una form a fci lm ente recon ocible : e l c l t . tong- ' ju ra r ' , c f . a i r .

    tongu ' j u r o ' , g a l e s tyngu (6 ) , los cuales se pre sen tan en t re Vet tones y Lusi tanos

    con es ta vocal y con a : e n e l pr im er gr up o tenem os Tongius CL 11, 302,

    749,

    757, Toncius 916, 5310, Eph. epigr. VIH p . 353 y 360 , I X, p . 19;

    Tongeta 296, 5248, 5349, 295, 417, Tonceta 2% ( c o r r e g i da Eph. epigr. V i l i ,

    p .

    359) , 295 (corr . add. p . 693) , Toceta (si es grafa por Tornicelay no forma

    derivada del s in enfi jo Toga) 5576; Tongatamus 447

    #

    5334, Toncetamus en

    Eph.

    epigr.

    V i l i , p . 360;

    Tonginm

    en

    Eph. epigr.

    IX, p . 52,

    Toncinus

    5246;

    adanse en Por tuga l s ep ten t r iona l e l toponimo

    Tongobriga,

    con la div ini

    dad

    Tongobrigo

    y la tam bi n advocacin divina

    Tongoenabiago

    (sob re las

    cuales v. Tovar y Navascus ,

    Miscelnea Celho,

    11, p . 184 y 189 ). Aadam os

    u n

    Tongo

    (n om ina i . ) , nom bre de pe rson a , en un ep gra fe de San t i ago

    (Bouza Brey-A. d 'Ors

    inscripciones romana s de Calida

    1 p . 22) .

    En e l ot ro grupo con a tenemos menos var iada la ser ie , pero bas tan de

    Tanginus seis e jem plos que da Holder s . u . , ms ot ro de CL 11, 413 , cf. p .

    695, otro ci tad o en el Anuario del Cuerpo Facultativo de Archiveros 11,

    p .

    279 s . , y dos ms en Moran,

    Epigrafa salmantina,

    p . 8 y 20; de

    Tancinus

    hal lamos en Holder reg is t ra do s 31 e jemp los de la epig raf a his p nic a ,

    apar t e de un cor i ense en Ing la te r ra

    (CL

    Vil , 52) y ot ro t tulo afr icano; por

    nues ta pa r t e aadi remos t res casos ms , publ i cados en e l

    BRAH

    XL11, p. 234,

    id . LXX, p . 238 (=Morn ,

    Epigrafa salmantina,

    p . 69) y Mo ran,

    Epigrafa

    salmantina,

    p. 8 . En re lacin con es tos nom bres es t tam bin

    Darcetus,

    de

    (6> iPEDEIRSEN, Vergi, ke lt. Gramim . II , p . 652 s. d una etim ologa que discute

    WALDE-POKORNY I, p. 725, alegando que la - n - es un enfijo de presente, cf. tambin

    THIURINEYSEN,

    Hb. des Alt-lrischen'^ 1, p . 332, pero tendram os aqu en este caso m>

    nom bre con un enfijo ver bal, lo que no es inslito en ide. p . e.

    jj,svdrQrc

    se cita de

    Pa iyas is, lo cual sei suele poner (SOHWYZER, Gr. Gr. 1, p

    t

    699) en relacin con

    uav vco

    n

    l

    t

    tenemos no slo los participios como sanctus , iun ctu s , functu s ,

    etctera

    (STOLZ-L/EJUMANN

    (Lat. Gr . p. 313), sino verdaderos nombres postverbales, co

    mo cun nilingus . Por lo dem s, nos ofrecen la forma sin enfijo las divinidades clticas,

    To ga y (da t.) To go ti (referencias en la Miscelnea Coelho II, Lisboa. 1950,

    p. 184, ms una inscripcin indita de Ciudad Ro drigo, cf. VENDRYES Mana Les reli

    gions de l'Europe ancienne

    111,

    p. 267). Por lo dems, nos parece que ha

    y

    que descon

    tar de los restos lingsticos germnicos enumerados por Bosch Giimpera los nombres

    To ngo briga , To ngiu s , etc. No es un buen m todo el de suponer germanos a los

    portadores de un nombre celta que parece es el mismo que lleva una tribu germnica.

    En efecto, los Tu ng ri pod ran deber su nombre precisamente al hecho de ser foede-

    ra ti y haber por tanto ju ra do fidelid alt. V. KARL SCHERLliNG RE Vil A 2 col. 1349.

    Pero el nombre no es germano.

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    SOBRE LAS INVASIONES INDOEUROPEAS 37

    T a l a ve r a , CL U, 5316, con una vaci lacin entre sordas y sonoras que ob

    servamos en todos los nombres es tudiados :

    Tongius, Tondus,

    et c. , y que la

    sonorizacin de sordas , intervocl icas y en ot ras pos ic iones , expl ica suf i

    c i en temente (c f .

    BRAE

    XXVI11, p. 272).

    Si quis iramos determinar cmo es que se dan es tas a de o ent re los e le

    mentos indoeuropeos de Hispnia , sa l ta a la vis ta e l hecho de que semejante

    evoluc in es ca rac te r s t i ca de los d ia l ec tos nrd icos y cen t ra les : ge rmnico ,

    desd e 'u eg o, y , adem s , l i tua no , a lbans- e Hir i (7) . En e l ce l ta de ot ros

    terr i tor i os se seala ya en poca ant ig ua en a lg n caso: W indisch en e l

    Crundriss. de Grber 1, p . 393

    5

    compara (castos difciles) uertragus con

    g r . TQOX,ga lo

    xgvov

    con i r l .

    corn.

    Pedersen

    Vergi-Kelt.Gramm.

    1, p . 35 ,

    la denuncia en e l galo Dagoiuassos frente a l i r . foss ' c r i a d o ' (upo^-sta-) y ,

    sea o no en re lacin con es te hecho de poca ant igua, se acusa en br i tonico

    [ibid. p. 34) . Quien l lam con mucho inters la a tencin sobre es te hecho,

    y la s ignif icacin que ent raa para e l acercamiento del fenmeno a parale los

    de l indoeuropeo nord-or i en ta l , fu Kury lowicz (Mlanges Vendryes, p . 203

    s s . ) ,

    y ms rec ien temente N . Holmer Etudes celtiques 111, 1938, p . 73 , lo

    seala en i r . desde la poca oghmica. Que tambin se presente en nues t ra

    pennsula dice mucho sobre la extens in insospechada del hecho.

    Esto , ev identemente , p rueba e l ca rc te r mix to de l a s invas iones indoeu

    ropeas en occ ide nte . Quede apu ntad o con toda segur ida d t am bin pa ra

    nue s t ra pen nsula y dejem os abier tos es tos dos int er ro ga nte s : Vinieron

    mezclados con los cel tas ta les e lementos , o se t ra ta de verdaderas oleadas

    d i s t in tas? Se t ra t a de ge rmanos so los o hay t ambin gentes ms or i en ta

    les , i l i r ia s y has ta bl t ic as ? La tard a penetra cin de los ger ma no s desde

    Jut landia y e l Mar de Norte (8) vino, ta l vez , a cor tar una unidad que se

    extenda desde e l Tajo has ta e l Vs tula , y aun ms a l l , en la que se fundan,

    bajo una capa cel ta , e lementos centro-nord-or ienta les , que ent re los indo

    europeos se dis t inguen con e l s iempre vago nombre de i l i r ios .

    (7), Para el ilirio v. JOKL RL de Ebert VI p . 43 , KRETSCHMEtl Ciotta

    XXX,

    p. 136. (Sealada esta caracterstica, ibi d. p. 183, tambin en el rtico segn pa

    rece),

    H. KRAH-E, Germanen und Indogerm anen , Festschrift H irt. II , p . 566.

    (8) BOSCH G1MPERA, Two Celtic waves in Spain . (En Proceedings of the

    British Academ y , 1942), p . 27 y 4 3 , y el mismo autor en las lnfiltraoes g erm nic as

    cit., p. 10 de la tirada- aparte.

    Zephyrvs. - iii