Sobre La Magia de Los Libros

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LA MAGIA DE LOS LIBROS

Simn Zambrano ha colocado en mis manos La magia de los libros, de Luis Beltrn Prieto Figueroa, Maestro de Amrica (reconocido as por la Unesco). El propsito, de La magia de los libros, es de hacerlo conversar ante ustedes. Y digo conversar, porque el propio Simn ha denominado estos espacios de los mircoles: conversando con los libros o conversar los libros. Pudiese ser paradjico no?, el trmino no deja se ser interesante, porque implica una relacin entre lectura (libro=escritura) y tertulia o conversatorio (palabra hablada=oralidad). Bueno, el libro que ha colocado Simn en mis manos, La magia de los libros, de Prieto Figueroa, de la serie Biblioteca Popular para los Consejos Comunales, editado por el Perro y la Rana, ao 2007, presenta en la portada la imagen de un nio sonriente que juega con las pginas de un libro, como si l (el nio) fuese un malabarista seduciendo a los espectadores, invitando con la prestidigitacin de sus dedos a tomar la obra, a abrir esa caja de pandora que pretende el libro. Pero tambin hay algo ms que me llama la atencin en el ejemplar que me entreg Simn. En l hay un agujero, quizs de uno o dos milmetros. Un agujero que atraviesa todo el libro, desde la portada hasta la contraportada, traspasando cada una de sus ciento veintisis pginas. Un agujero muy redondo, demasiado dira yo, para descartarlo como obra de comejn. Ese agujero, lo asocio, con el visor de una puerta, por el cual nos asomamos para ver lo que hay ms all, lo que no vemos a simple ojo el mago que toca la puerta y nos inquieta y miramos. Y quizs eso es un libro: una puerta invitndonos a mirar lo que hay dentro, su secreto, su misterio, su palabra, su magia. De esta manera puedo intentar promocionar la lectura de este libro. Escrito por primera vez en 1955. La magia de los libros es un amoroso manual pedaggico seala Miguel Mrquez, en el prlogo de la sexta edicin, la del 2007. Hablar de los libros dice Prieto- para quien ha pasado gran parte de su vida en el disfrute de su amable compaa parecera cosa fcil. Pero as como nuestra pasin y nuestro afecto no nos deja ver muchas veces los defectos de nuestros hijos ni las faltas de nuestros amigos, as tambin, en el contacto con los libros, perdemos el equilibrio para decir de ellos cosas que no sean elogios y expresiones dirigidas, ms que a los libros a

nuestra propia vanidad, a nuestra propia vanagloria de contarlos entre los ms asiduos compaeros. Pues como quiera que el viejo refrn indica que nuestras compaas dan cuenta de lo que somos, ensalzando al libro que nos acompaa, nos ensalzamos nosotros que lo leemos. Por ello el doctor Gregorio Maran, modificando la frase de Plinio, segn la cual "no hay libro malo, que no tenga algo bueno", deca que para l, "enteramente malo no hay libro alguno. Exageracin acaso dirn muchos porque nadie querr confesar que, para acompaarle durante una velada o quizs por das enteros, haya elegido voluntariamente un detestable libro como no se elige para compaero de viaje a un ladrn, so pena de confesar con ello, tambin, su psimo gusto de lector o su depravado sentimiento de hombre. Con este prrafo nos introduce Prieto en la conversacin de su libro. Le preocupa cul libro leer, porque podemos correr el riesgo de seleccionar las lecturas menos buenas, habindolas excelentes para estimular los elevados pensamientos o estimular los pensamientos nobles. Pero sealar la lectura adecuada sobrepasa el gusto de quien lo indique, porque sus recomendaciones pueden estar alejadas de las motivaciones o inquietudes de quienes se quieren provocar hacia la lectura. El docente o el promotor de la lectura puede recomendar una lista de textos tiles y obviar otros, pero quizs el nio o el joven sienta atraccin precisamente por los prohibidos. Maestros hay, que dentro de la escuela y fuera de ella, slo dan importancia a una enseanza sistemtica, contenida en los textos, matando con ello toda iniciativa, todo propsito de investigacin. El texto nico, muchas veces mal redactado e incompleto, que da una visin estrangulada de una ciencia o de un arte, qu duda cabe, es el causante de tanta desgana de lectura de algunos jvenes, actitud que desde los das escolares persiste an en muchos adultos. Para tales personas, todos los libros son textos. Todos les parecen tener por objetivo preparar materias para un examen. Delicada es la misin de seleccionar libros para la juventud porque ms que conocimientos de la literatura de una poca, de los valores de los grandes libros, se necesita una clara intuicin de los gustos de las generaciones de jvenes. Ms que ciencia, se precisa un gran tino para llegar en forma sutil al corazn de los jvenes, valindose del mensaje contenido en los libros.

Estas son las cavilaciones que el maestro Prieto expone en su libro. Pero tambin asoma soluciones para el fomento de la lectura. Podra uno suponer que llenando el hbitat de libros y lectores resultara hartamente satisfactorio para el estmulo de la lectura. Una especie de tierra de jauja, ese utpico lugar que en vez de exquisitas comidas y ros de miel y leche, estuviese sembrado de bosques de libros clamando leedme, leedme. Si desde el hogar y la escuela primaria se ha despertado en el nio la aficin por los libros, la seleccin se facilita. Es all cuando necesitamos maestro que lean, porque un maestro que lee puede incitar a la lectura. Una buena biblioteca escolar ser, por ello, un elemento indispensable en la formacin del espritu y en el fomento de la lectura. Y entonces hay que promocionar las ferias del libro, ya que estas abren la puerta de entrada para un contacto ms estrecho con el libro. Y otras iniciativas podan ponerse en prctica, ya por parte de los libreros, ya por parte de los peridicos y revistas, ya por parte de las bibliotecas pblicas, dando a conocer los libros, mediante boletines o secciones crticas. De esta manera el autor de La magia de los libros sigue revisando el rol de los docentes o las prcticas educativas en la promocin de la lectura sin dejar de nombrar estrategias que faciliten alcanzar saldos positivos. Como ha centrado su reflexin en torno a los jvenes, considera que los libros de aventuras, los libros de viajes y descubrimientos, logren cautivarlos hacia el acto lector. Y recomienda una serie de ttulos, de esa ndole, porque cree que el joven, el pber, anda en una de descubrirse a s mismo. El remedio est en no prohibir la mala lectura, sino en fomentar la buena, presentando a los jvenes verdaderas obras interesantes, dentro de los temas que lo apasionan. As veremos como ya no ser incitante el libro detestable porque el bueno habr tomado su puesto ventajosamente y con sentido creador. Tambin Prieto propone la creacin de las Bibliotecas Infantiles, cosa no fcil por la escasa creacin de tal especie. Conviene hacer una campaa para la creacin de las bibliotecas infantiles, precisamente ahora cuando se estn creando salones de lectura y bibliotecas para los adultos, olvidndose del nio, condenado siempre a quedar fuera de toda noble labor cultural. Los peridicos, que en todos los pases se hacen eco de las ideas levantadas, podran laborar mucho y efectivamente en la creacin de bibliotecas para nios, no slo haciendo propaganda y publicando artculos, sino materialmente. Cmo? Publicando folletines de obras seleccionadas de literatura infantil, apartando luego ese material para

hacer grandes tiradas de libros que se venderan a precios muy mdicos, al alcance de los nios, y se regalaran a algunas escuelas. As se realizara una verdadera labor de periodismo. Otra iniciativa que contribuir a la buena lectura y a la creacin de esas bibliotecas que hablamos, y en general a toda clase de bibliotecas, es la celebracin del da del libro, que en muchos pases sirve para despertar amor por la lectura. En ese da se inaugurarn exposiciones de libros venezolanos y extranjeros, se estimular a los padres a regalar a sus hijos algunas obras y a los escritores, libreros y editores, a donar algunos tomos y a rebajar por ese da los precios de venta. Pero hay que decirlo de nuevo, por sobre todo, contribuir a fomentar la lectura el trabajo lento y progresivo del maestro y de la prensa y la vitalizacin de las bibliotecas, que deben ser, no museos donde se amontonen libros que se apolillen en los estantes, sino hervideros de ideas, instituciones vivas al servicio de la cultura. En la magia de los libros, el maestro Prieto nos propone unas normas generales para el estudio. Nos seala que aprender y estudiar son trminos correlativos. No puede haber aprendizaje sin estudio, como no es posible estudio sin aprendizaje. Leemos para reflexionar, para preguntarnos y respondernos sobre lo estudiado, lo ledo, y de esta manera aprendemos. El estudio requiere de algunos hbitos de trabajo. Implica programar actividades diarias, preparar material de estudio y ponerle tiempo, que depender del que se pueda establecer, sea en las maanas, tardes o noches. La lectura exige la existencia del libro. Y en este sentido, Prieto prev todas esas consideraciones. La necesidad de fundar bibliotecas y la multiplicacin de los libros. Por eso resalta la creacin de las editoriales del Ministerio de Educacin y Monte vila Editores. Habla de la distribucin y gratuidad de los libros en la poblacin estudiantil. Se esmer por hacer una lista de ms de quinientos ttulos como fuente bibliogrfica, que sirviera de referencia a los posibles lectores o a los provocadores de la lectura. Libros de variada temtica: de viajes, aventuras y descubrimientos, novelas y cuentos, ciencia, biografas, poesa, pintura, escultura, historia, y ms. Como no pretendemos escribir o leer un compendio del libro en cuestin, solo queremos incitarlos a su lectura, para que cada uno de ustedes saque sus propias conclusiones, y a lo mejor, en otra oportunidad,

se genere la reflexin colectiva sobre la vigencia del pensamiento de Prieto Figueroa. Si revisamos otras inquietudes del mismo tenor contemporneas al momento en que Prieto escribi las suyas, sin duda, hay semejanza. Por ejemplo, Efran Subero no estaba muy alejado de atinar en la misma diana. Es ms, apuntaban, ambos, que la lectura debe conmover al lector, conmover para sentir. Si no se activan las emociones y sentimientos, si no hierve la sangre ni vibran los nervios del cuerpo, si no se teje el complexus de esa intangibilidad que desborda la palabra y la gravedad que comprime y expande el cuerpo, es un acto fallido. Bordeando el final de la presentacin del libro, o mejor dicho, la instigacin a leerlo, antes que termine devorado por monculos comejenes, no slo de este libro sino de todos los que claman ser apolillados desde los anaqueles y mostradores, estos libros que nos desbordan, imagino yo una especie de invasin de hambrientos termarios gigantes, engullendo, masticando, eructando, hojas y hojas de lecturas para su sobrevivencia, no dejo de pregonar, al cierre, el siguiente prrafo: Vivir, sin duda, es ms importante que leer, pero leer ayuda a vivir a plenitud, contribuye a hacer la vida ms hermosa, ms amplia, ms generosa. Leer es tambin una forma de vivir, cuando de las lecturas extraemos las ideas que auxilian nuestra accin y que, enriqueciendo nuestra experiencia, la hacen ms eficaz y ms valiosa.