Sobre Rebolledo DO CO MO MO No28

3
do . co mo . mo no. 28 verano 2010 méxico UN INGENIERO NAVAL QUE CONFORMA AL MOVIMIENTO MODERNO Lourdes Díaz Así como el hierro es el material que revolucionó a la arquitectura en el siglo XIX, el concreto armado lo es para el siglo XX. Su introducción y aceptación en el medio mexicano no fue fácil y, para ello, basta revisar el relato que el ingeniero naval Miguel Rebolledo realiza en Cincuentenario del Concreto Armado, 1902-1952. Se trata de un pequeño pero ilustrativo documento editado por el autor que deberá incluirse dentro de la historiografía de la arquitectura mexicana, ya que dirige nuestra atención a obras poco conocidas. Con el propósito de reconocer las obras que Rebolledo menciona, empren- dimos un revelador recorrido por el centro de la ciudad de México. Encontramos la mayoría de las obras que enorgullecieron a su constructor, pero también algunos vacíos y descuidos, edificios que ya no existen o se han transformado de tal forma que ya no se advierten en ellos la significación que tuvieron en su momento. El concreto armado es tan intrínseco a las estructuras de la arquitectura del movimiento moderno que poca referencias se hace a su uso, salvo los casos notorios de cubiertas alabeadas, que salvan grandes claros, o estructuras muy diferentes a las ortogonales. Conjunto de la Nacional Esta situación de desconocimiento puede ocasionar la exclusión de obras del catálogo del patrimonio, o simplemente del recono- cimiento de la cultura arquitectónica mexicana. Por ello resulta oportuno mostrar algunas de las obras que Rebolledo señala, que permanecen y se destacan por su técnica constructiva, así como por el uso del material que revolucionó a la arquitectura del siglo XX. Según se anota en Cincuentenario, la primera obra de cemento armado en la capital fue un sótano en una pequeña casa comercial ubicada en la esquina de la entonces calle de Artes, hoy Antonio Caso, y París, en 1902. Es probable que los dueños de la propiedad supieran de la novedad del experimento que se llevaba a cabo en su interior, pero la singular casa cuya foto es reproducida en el folleto, ya no existe. Varias edificaciones más conocidas aparecen a continuación, mismas que emplean el concreto en sus estructuras como el Anfiteatro Simón Bolivar (1907) de la Escuela Nacional Preparatoria del arquitecto Samuel Chávez y la Iglesia de la Sagrada

Transcript of Sobre Rebolledo DO CO MO MO No28

Page 1: Sobre Rebolledo DO CO MO MO No28

do . co mo . mo

n o . 2 8 v e r a n o 2010 méxico

UN INGENIERO NAVAL QUE

CONFORMA AL MOVIMIENTO

MODERNO Lourdes Díaz

Así como el hierro es el material que

revolucionó a la arquitectura en el siglo XIX,

el concreto armado lo es para el siglo XX. Su

introducción y aceptación en el medio

mexicano no fue fácil y, para ello, basta

revisar el relato que el ingeniero naval Miguel

Rebolledo realiza en Cincuentenario del

Concreto Armado, 1902-1952. Se trata de un

pequeño pero ilustrativo documento editado

por el autor que deberá incluirse dentro de la

historiografía de la arquitectura mexicana, ya

que dirige nuestra atención a obras poco

conocidas. Con el propósito de reconocer las

obras que Rebolledo menciona, empren-

dimos un revelador recorrido por el centro de

la ciudad de México. Encontramos la mayoría

de las obras que enorgullecieron a su

constructor, pero también algunos vacíos y

descuidos, edificios que ya no existen o se

han transformado de tal forma que ya no se

advierten en ellos la significación que

tuvieron en su momento. El concreto armado

es tan intrínseco a las estructuras de la

arquitectura del movimiento moderno que

poca referencias se hace a su uso, salvo los

casos notorios de cubiertas alabeadas, que

salvan grandes claros, o estructuras muy

diferentes a las ortogonales.

Conjunto de la Nacional

Esta situación de desconocimiento puede

ocasionar la exclusión de obras del catálogo

del patrimonio, o simplemente del recono-

cimiento de la cultura arquitectónica mexicana.

Por ello resulta oportuno mostrar algunas de

las obras que Rebolledo señala, que

permanecen y se destacan por su técnica

constructiva, así como por el uso del material

que revolucionó a la arquitectura del siglo XX.

Según se anota en Cincuentenario, la primera

obra de cemento armado en la capital fue un

sótano en una pequeña casa comercial

ubicada en la esquina de la entonces calle de

Artes, hoy Antonio Caso, y París, en 1902. Es

probable que los dueños de la propiedad

supieran de la novedad del experimento que

se llevaba a cabo en su interior, pero la

singular casa cuya foto es reproducida en el

folleto, ya no existe. Varias edificaciones más

conocidas aparecen a continuación, mismas

que emplean el concreto en sus estructuras

como el Anfiteatro Simón Bolivar (1907) de la

Escuela Nacional Preparatoria del arquitecto

Samuel Chávez y la Iglesia de la Sagrada

Page 2: Sobre Rebolledo DO CO MO MO No28

do . co mo . mo _ m é x i c o 2 b o l e t í n - v e r a n o 2 0 1 0

Familia (1908) de Manuel Gorozpe en la

esquina de Puebla y Orizaba de la colonia

Roma. La cimentación de esta Iglesia se

realizó con pilotes y plataforma de cemento

que soporta una ligera estructura de

columnas y bóvedas del mismo material,

recubierta por un espléndido trabajo de estilo

neogótico; este tipo de elementos

académicos, usuales en la época, hacen

olvidar la osada y vanguardista estructura.

Edificio de oficinas y accesorias. López y Avenida

Juárez

Ya dentro de los lineamientos característicos

del movimiento moderno, está el edificio de

oficinas y accesorias de la esquina de López

y Avenida Juárez, frente a la Alameda

Central. De planta baja con entrepiso y cinco

pisos, la marquesina en la esquina destaca la

entrada principal y los comercios ubicados en

la planta baja; este edificio forma parte del

imaginario colectivo de los habitantes de la

ciudad de México, ya que se integra a los

edificios de La Nacional en la cuadra

siguiente, gracias al tratamiento de sus

fachadas y a pesar de su relativa poca altura.

Madero frente al número 54

La lista del ingeniero es amplia y nos lleva a la

calle Madero frente al número 54, que resulta

un caso difícil para apreciar en este su

estructura, debido a la remodelación que

sufrió su fachada. Por su parte, el edificio

Thermidor de José Luis Cuevas, en la esquina

de Palma y 16 de Septiembre es un buen

ejemplo para apreciar el potencial expresivo

del concreto. Las columnas en planta baja, en

cuyos intercolumnios se ubican grandes

ventanales, dejan ver el interior; los repisones

de las ventanas de los pisos superiores

enfatizan la horizontalidad y la pérgola de la

azotea muestra los criterios arquitectónicos

que prevalecieron entre los arquitectos y los

ingenieros que integran el Movimiento

Moderno en México.

Edificio Thermidor

Page 3: Sobre Rebolledo DO CO MO MO No28

do . co mo . mo _ m é x i c o 3 b o l e t í n - v e r a n o 2 0 1 0

Al abrirse 20 de Noviembre para dar paso al

flujo vehicular, se realizaron varios edificios

que engalanaron la vertebral avenida. De ello

nos da cuenta Rebolledo al igual que de su

participación en la remodelación de las

tiendas Al Puerto de Liverpool de Enrique de

la Mora (1934-1935) y el Palacio de Hierro de

Paul Dubois (1921), cuyos edificios habían

sido afectados por la apertura de la nueva

calle. Menciona asímismo el edificio de

comercios y despachos Industrial, propiedad

de los señores del Valle, sobre esta misma

avenida y esquina con República del

Salvador. Estos inmuebles se caracterizan

por acatar la normatividad establecida para

las fachadas en el Centro, como el empleo

de cantera.

Al Puerto de Liverpool

Fuera del perímetro del Centro Histórico, el

ingeniero reconoce como poseedores de la

mejor técnica constructiva en concreto

armado por una parte al Orfanatorio San

Antonio y Santa Isabel de Manuel Cortina

(1929), y por la otra a las Iglesias de Cristo

Rey en la colonia Portales y Corazón de

María en la colonia Del Valle, ambas de

Antonio Muñoz García. Al momento que

editaba Cincuentenario, participaba en el

edificio Juana de Arco en la Plaza 20 de

Noviembre, de estilo neocolonial; asimismo

trabajaba en la nueva Ciudad Universitaria

que, a su parecer, era la consagración del

cemento armado.

Orfanatorio de San Antonio y Santa Isabel

Las obras que el ingeniero anota, por

supuesto, no son las únicas que emplean el

concreto armado en sus estructuras. Sin temor

a equívocos se puede asegurar que el

movimiento moderno del siglo XX se expresa

y significa con él. De este modo, el interesante

recuento de este pionero, un tanto nostálgico

a la vez que propagandístico, nos detiene a

reconsiderar la importancia que este material

tuvo para el desarrollo de la vida moderna, lo

que resulta particularmente aparente en la

arquitectura de la ciudad de México.

Resulta así apropiado cerrar con las palabras

de Miguel Rebolledo quien expresa: “El

concreto armado tiene un lenguaje, que sólo

sus adeptos lo entienden; tiene oídos, tiene

voz, una voz misteriosa que nos dice de sus

triunfos”.