Socialismo libertario y socialismo autoriatario, Ángel J. Cappelletti

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| 1 Socialismo Libertario y Socialismo Autoritario La 1° Internacional: Marx y Bakunin SOCIALISMO LIBERTARIO Y SOCIALISMO AUTORITARIO Unos doscientos obreros franceses cruzaron el canal de la Mancha y visitaron Londres en ocasión de la Exposición Universal. Entraron en contacto con los tradeunionistas ingleses y del encuentro surgió la idea de crear una asociación internacional de trabajadores. El 28 de septiembre de 1864 se reunieron junto a representantes italianos y alemanes en Saint Martin‟s Hall y fundaron la Asociación International de Trabajadores (A.I.T). En la reunión fundacional los delegados ingleses eran tradeunionistas, y, por tanto, socialistas reformistas; los italianos eran mazzinianos y garibaldinos y representaban en consecuencia la izquierda republicana; los alemanes eran social-demócratas y marxistas; los franceses, en fin, proudhonianos. Se trataba, pues, de una reunión de moderados, ya que inclusive los marxistas (como el propio Marx) no representaban por entonces la extrema izquierda [1] y los franceses pertenecían a la derecha del movimiento proudhoniano, por lo cual, sin duda, Max Nettlau llama a Tolain y sus compañeros “pequeños espíritus”, acusándolos de defender “las partes más débiles y anodinas del pensamiento de Proudhon”[2]. Sin embargo, estos proudhonianos franceses fueron quienes aportaron a la reunión el entusiasmo proletario y quienes insuflaron a la naciente Asociación Internacional de Trabajadores el espíritu federalista y autogestionario del socialismo francés. Desde este punto de vista podría decirse que dicha Asociación nació en Paris más que en Londres. “La criatura internacionalista fue llevada a la nodriza al otro lado del canal de la Mancha, para sustraerla al ogro imperial. Pero era innegable que sus padres eran auténticamente franceses, y además parisinos, y su temperamento y sus ideas anarquistas, o anarquizantes, les vienen de ellos”[3]. Más aún, franceses fueron sus ancestros ideológicos: Joseph Déjacque y Ernest Courderoy, que en 1785 habían proyectado ya una Asociación Internacional de Trabajadores y redactado su programa [4]. Y francesa fue, por su formación y su cultura, ya que no por su sangre. Flora Tristán, quien ya en 1843, en su libro La Unión Obrera, propició la

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Ángel J. Cappelletti: Socialismo libertario y socialismo autoritario

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    Socialismo Libertario y Socialismo Autoritario

    La 1 Internacional: Marx y Bakunin

    SOCIALISMO LIBERTARIO

    Y SOCIALISMO AUTORITARIO Unos doscientos obreros franceses cruzaron el canal de la Mancha y visitaron Londres en ocasin de la Exposicin Universal. Entraron en contacto con los tradeunionistas ingleses y del encuentro surgi la idea de crear una asociacin internacional de trabajadores. El 28 de septiembre de 1864 se reunieron junto a representantes italianos y alemanes en Saint Martins Hall y fundaron la Asociacin International de Trabajadores (A.I.T). En la reunin fundacional los delegados ingleses eran tradeunionistas, y, por tanto, socialistas reformistas; los italianos eran mazzinianos y garibaldinos y representaban en consecuencia la izquierda republicana; los alemanes eran social-demcratas y marxistas; los franceses, en fin, proudhonianos. Se trataba, pues, de una reunin de moderados, ya que inclusive los marxistas (como el propio Marx) no representaban por entonces la extrema izquierda [1] y los franceses pertenecan a la derecha del movimiento proudhoniano, por lo cual, sin duda, Max Nettlau llama a Tolain y sus compaeros pequeos espritus, acusndolos de defender las partes ms dbiles y anodinas del pensamiento de Proudhon[2]. Sin embargo, estos proudhonianos franceses fueron quienes aportaron a la reunin el entusiasmo proletario y quienes insuflaron a la naciente Asociacin Internacional de Trabajadores el espritu federalista y autogestionario del socialismo francs. Desde este punto de vista podra decirse que dicha Asociacin naci en Paris ms que en Londres. La criatura internacionalista fue llevada a la nodriza al otro lado del canal de la Mancha, para sustraerla al ogro imperial. Pero era innegable que sus padres eran autnticamente franceses, y adems parisinos, y su temperamento y sus ideas anarquistas, o anarquizantes, les vienen de ellos[3]. Ms an, franceses fueron sus ancestros ideolgicos: Joseph Djacque y Ernest Courderoy, que en 1785 haban proyectado ya una Asociacin Internacional de Trabajadores y redactado su programa [4]. Y francesa fue, por su formacin y su cultura, ya que no por su sangre. Flora Tristn, quien ya en 1843, en su libro La Unin Obrera, propici la

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    organizacin de los proletarios de Europa y del mundo en una Unin Universal de Trabajadores [5]. Tambin es claro que tanto Djacque y Courderoy [6] como Flora Tristn [7] estaban ideolgicamente ms prximos al anarquismo que al socialismo reformista o al marxismo [8].

    HASTA LA EXPULSIN DE BAKUNIN En los primeros congresos de la Internacional, iniciados el 6 de septiembre de 1866 en Ginebra, y el 2 de septiembre de 1867 en Lausana, hubo un claro predominio de delgados suizos y franceses, gran parte en los cuales eran proudhonianos. Puede decirse, pues, que hubo en ellos mayora anarquista. En el tercer congreso, reunido en Bruselas el 6 de septiembre de 1868, particip ya directamente Bakunin. Marx esperaba que aqu los proudhonianos fueran vencidos, y ello efectivamente as ocurri, pero no en provecho de los marxistas sino de los Bakuninistas que, como los proudhonianos, eran tambin anarquistas [9]. En efecto, en julio de 1868 Bakunin haba logrado que se le admitiese en la Internacional como miembro de la seccin de Ginebra, segn recuerda Guillaume, y el tercer congreso dicha asociacin estuvo dominado ya por su personalidad y por sus ideas, aunque siguiera muy presente all la influencia de Proudhon. En realidad el tercer congreso representaba el momento de trnsito ideolgico entre el mutualismo anarquista de los discpulos de Proudhon y el colectivismo anarquista de Bakunin. El 6 de septiembre de 1869 se reuni el cuarto congreso de la Internacional en Basilea. Una de las ms importantes cuestiones all debatidas fue la de la propiedad de la tierra. Los delegados alemanes e ingleses defendieron la tesis del Estado propietario y administrador de los bienes pblicos, los franceses se pronunciaron contra el comunismo; los espaoles les recordaron que el movimiento obrero deba abolir el Estado; los belgas insistieron en que las reformas de carcter poltico no llegaran nunca a cambiar la condicin del pueblo. Bakunin, por su parte, sostuvo que la sociedad debe reconstruirse sobre la base del trabajo colectivo. En el momento de votar se hizo enteramente evidente la oposicin entre el Consejo General de Londres y el proletariado. De all en adelante, los tericos Marx, Hess, Liebnecht, Rittinghausen, secundados por el rencoroso Engles, entraran en lucha una lucha a la vez secreta y pblica, abierta y tenebrosa - contra su enemigo comn Bakunin[10].

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    NOTAS [1] G.H.D. Cole. Historia del pensamiento socialista. Mxico, 1957-1963. II p. 93. [2] M. Nettlau. La anarqua a travs de los tiempos. Barcelona, 1953, p.122. [3] A. Sergent y C.Hamei. Historie de lanarchie. Pars, 1949, p.315 (cit. por V. Garca). [4] M. Nettlau, op.cit., p. 90. [5] C. Rama. Utopismo socialista (1830-1893). Caracas, 1977, p. XXI. [6] G. Woodeock. El anarquismo. Barcelona, 1979, p.258. [7] L.A. Snchez. Una mujer sola contra el mundo. Mxico, p. 221. [8] Sobre Flora Trisn, vase, en especial, J.L. Puech. La vie ey louvre de Flora Tristn -1803-1844-, LUnion Ouvrere. Pars, 1925. [9] V.Garca. La Internacional obrera. Madrid, 1977, p. 67. [10] Jeanne-Maria. Michel Bakounine, un vie dhomme. Genve, 1976, p. 240. [12] V. Garca, op.cit., p. 97. [13] Ibdem, p.98. [14] Berlin, I. Karl Marx. Madrid, 1973, p. 231. [15] G.D.H. Cole, op.cit., II p. 198. [16] Obras completas de Marx y Engles. 16. p. 546. [17] P. Kgi. La gnesis del materialismo histrico. Barcelona, 1974, p. 305. [18] C. Marx, F. Engles. Manifiesto del partido comunista. Lima, p. 59. [19] Ibdem, p. 60-61. [20] M. Bakunin. La comuna de Pars y la nocin del Estado. En: El Estado y la Comuna. Madrid, 1978, p. 194. [21] Ibdem, pp. 291-292. [22] Ibdem, pp. 239-240. [23] Ibdem, p. 293. [26] M. Bakunin. Protesta de la Alianza V. 19 20 (edicin rusa) (en G.P. Maximoff). [27] Estatismo y anarqua I, p. 294. [28] Ibdem, pp. 294-295. [29] Ibdem, p. 295. [30] Ibdem, pp. 295-296. [31] Ibdem, pp. 296-297. [32] Ibdem, p. 298. [33] Cfr. Gastn Leval, La falacia del marxismo. Mexico, 1967, pp. 124-128. [34] Ibdem, pp. 149-172. [35] Cfr. Burton May. New Politics. 1968.

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    muy energtica. Crearn un nico bando del Estado que concentrar en sus manos el comercio, la industria, la agricultura e inclusive la produccin cientfica; dividirn a la poblacin en dos ejrcitos: uno industrial y otro agrcola, bajo la conduccin directa de los ingenieros del Estado, que construirn la nueva clase cientfico-poltica privilegiada. Esta es la brillante meta que pone ante el pueblo la escuela de los comunistas alemanes[32]. Es claro que la creacin de la nueva clase tecno-burocrtica que sustituy en la URSS a la burguesa como clase dominante fue obra directa de Lenin [33]. Al propiciar la formacin de una vanguardia o lite de revolucionarios profesionales, dej establecido el ncleo originario de una nueva clase. Al sustituir la estructura sovitica (y, por tanto, anrquica) de la sociedad socialista por un capitalismo de Estado, dio un definitivo impulso al surgimiento de una nueva clase dominante, compuesta de burcratas y tcnicos, tal como Bakunin prevea lcidamente. Stalin no hizo sino llevar a su pleno desarrollo la centralizacin del poder estatal hasta conferirle la forma externa de un despotismo oriental, donde tcnicos o burcratas fungan de cortesanos [34]. Pero, por ms que se quiera disculpar a Marx de estas funestas y contraproducente consecuencias de sus teoras, no se puede negar que l sembr la semilla, segn se advierte claramente a travs de la obra de Bakunin. Cualesquiera sean, por otra parte, los reproches que se pueden endilgar a las ideas y la actuacin del revolucionario ruso, es claro que sus crticas del socialismo alemn de Marx eran certeras [35].

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    Despus de la guerra franco-prusiana, el 2 de septiembre de 1872, se reuni en La Haya el quinto congreso de la A.I.T. Jean Maitron lo llama el congreso de la escisin [11]. Aqu el enfrentamiento entre Bakunin y Marx se manifiesta abierta y violentamente. Es la oposicin fundamental no slo en la historia del movimiento obrero sino tambin en la del socialismo entre federalismo y centralismo, entre antiautoritarios y autoritarios. Marx y sus amigos maniobran con astucia. Lograron que los italianos se abstuvieran de enviar sus representantes y que las delegaciones suiza y espaola que traan la voz y el voto de fuertes asociaciones locales y nacionales quedaran limitadas a cinco miembros cada una. Por otra parte, atribuyeron veinte delegados as Consejo General y nueve a Alemania. Ahora bien, en Italia y en Suiza (sobre todo en el Jura) la mayora de los militantes eran proclives a las concepciones federalistas y antiautoritarias de Bakunin, y en Espaa, pese a los esfuerzos de Lafargue, el predominio de las ideas bakuninistas entre los obreros asociados era ya evidente; mientras Alemania era el nico pas donde el autoritarismo de Marx predominaba y el Consejo General era directamente manipulado por ste y sus seguidores. Los autoritarios lograron as fraudulentamente, por primera vez, una mayora en el seno de la Internacional. Cuando se plante la cuestin crucial del papel que deba representar el Consejo Federal, un vocero del marxismo, Sorge, propuso que sus poderes se acrecentaran de tal modo que dicho Consejo pudiera considerarse como Estado Mayor de la Internacional. Los delegados bakuninistas se opusieron decididamente a ello. Guillaume esgrimi una serie de argumentos y el espaol Gonzlez Morago fij con entera claridad su posicin: La Internacional es una asociacin libre nacida de la organizacin espontnea del proletariado y formando, por su existencia misma, la ms categrica protesta contra la autoridad. Sera absurdo esperar que los partidarios de la autonoma de las colectividades obreras abdicaran de sus sentimientos y de sus ideas para aceptar la tirana del Consejo General. La Federacin Espaola est por la libertad y no consentir jams ver en el Consejo General otra cosa que un Centro de Correspondencia y Estadstica[12]. Pese a ello, el Congreso, dominado por los seguidores de Marx, decidi aumentar los poderes del Consejo General, y le atribuy la tarea de vigilar el cumplimiento de los estatutos en cada pas y el derecho de suspender, ramas, secciones, consejos o comits federales y federaciones de la Internacional hasta el prximo Congreso. Por otra parte, recomend la formacin de un partido obrero en cada pas, lo cual constitua una de las

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    ms anheladas metas de Marx. El triunfo de Marx, que converta a la Internacional en un arma para la conquista del poder poltico [13] y, ms an, en una organizacin poltica no slo por las finalidades que se le atribuan sino tambin por su propia estructura verticalista y, por tanto, gubernamental, culmin con la expulsin de Bakunin [14].

    UN DEBATE PROFUNDO Marx consigui tambin que la sede del Consejo General pasara de Londres a Nueva York, a fin de evitar las protestas airadas de la mayora de las secciones europeas ausentes del Congreso contra las inconsultas resoluciones de una amaada mayora. Fue otra de sus victorias, pero sin duda una victoria prrica, pues la transferencia transatlntica no se realiz sino a costo de la agona y muerte de la A.I.T. Esta muerte y, sobre todo, las consecuencias que durante ms de un siglo tuvo el triunfo del centralismo y de la politizacin del movimiento obrero (consecuencias que culminaron hace poco con Gorbachov y la disolucin de la URSS) justifican, ms all de lo que G.D.H. Cole poda imaginar, su aseveracin de que el gran debate entre Marx y Bakunin en el Congreso de La Haya termin, a pesar de las decisiones tomadas en La Haya, mucho ms a favor de Bakunin que de Marx [15]. El debate entre Bakunin y Marx en el seno de la Primera Internacional se circunscriba a la estructura y el funcionamiento de la Asociacin Internacional de Trabajadores, pero las concepciones bsicas que uno y otro defendan eran, a su vez, una proyeccin de las respectivas concepciones de sociedad y del Estado y respondan a dos modos opuestos de entender el socialismo y la revolucin. Para Marx, el Estado constituye una superestructura de toda sociedad de clases y es el resultado de la necesidad que tienen las clases dominantes de conservar para s mismas la propiedad de los medios de produccin y la tierra. El socialismo debe luchar por un cambio radical en las relaciones de produccin, tratando de eliminar aquella propiedad privada en pro de una propiedad social. El administrador y promotor de esta propiedad social no

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    POR EL CAMINO DE LA LIBERTAD Difcilmente podran expresarse de un modo ms claro las diferencias que separan al marxismo del anarquismo como doctrinas revolucionarias. Ambas coinciden en el propsito final de edificar una sociedad sin clases y sin Estado. Pero una sostiene la necesidad de una concentracin de poder (dictadura) en manos de la nica clase que puede protagonizar la revolucin (proletariado); la otra, en cambio, rechaza como contradictorio este instrumento, desecha toda dictadura y toda clase de Estado (sin excluir el Estado obrero y popular). El marxismo proclama: a la libertad por el camino de la dictadura; el anarquismo postula a la libertad por la libertad. Para uno la revolucin es la toma de poder y la conquista del Estado por parte de la clase obrera; para el otro es simplemente la toma de la tierra y los medios de produccin por parte de los productores, la autogestin integral, sin ningn tipo de poder poltico, sin rastros de dominio estatal. A continuacin de las palabras antes citadas de Bakunin: Mientras que la teora poltico-social de los socialistas antiestatistas o anarquistas los lleva a una ruptura completa con todos los gobiernos, con todas las variedades de la poltica burguesa, sin otra salida que la revolucin social, la teora opuesta de los comunistas partidarios del Estado y de la autoridad cientfica tambin arrastra inevitablemente a quienes la apoyan, bajo el pretexto de tcticas polticas, a transacciones constantes con los gobiernos o sea, los lleva directamente hacia la reaccin[31]. Y poco ms adelante, asumiendo un papel cuasi-proftico, aade: El punto fundamental del programa poltico-social de Lasalle y de la teora comunista de Marx es la emancipacin (imaginaria) del proletariado por medio de Estado. Pero para esto sera preciso que el Estado consintiera en tomar sobre s la tarea de emancipar al proletariado del yugo del capital burgus. Cmo puede ser penetrado el Estado de semejante deseo? Existen solamente dos medios para lograr ese fin. El proletariado debe realizar una revolucin para tomar el Estado, lo cual es una empresa bastante heroica. Y en nuestra opinin, una vez que el proletariado tome el Estado debera proceder inmediatamente a su destruccin, considerndolo una prisin eterna de las masas obreras. Pero segn la teora de Marx, el pueblo no debera destruir el Estado sino fortalecerlo y reforzarlo, para transferirlo en esas condiciones a las manos de los jefes del partido comunista, Marx y sus amigos, quienes comenzarn la liberacin a su manera. Centralizarn todos los poderes de gobierno en manos fuertes, porque el pueblo ignorante exige una tutela

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    nada ms que un gobierno desptico sobre las masas trabajadoras a manos de una nueva aristocracia, numricamente pequea, de cientficos y pseudocientficos. El pueblo carece de instruccin y por tanto ser completamente eximido de la preocupacin de gobernar, ser incluido por entero en el rebao comn de los gobernados. Hermosa liberacin! Los marxistas se dan cuenta de esa contradiccin y reconociendo que un gobierno de cientficos el ms pesado, el ms ultrajante y el ms despreciable del mundo ser, pese a su forma democrtica, una verdadera dictadura, se consuelan con la idea de que esa dictadura ser provisoria y breve. Dicen que la nica preocupacin y el nico objetivo de ese gobierno ser educar y elevar al pueblo econmica y polticamente a un nivel tal que no ser necesario ningn gobierno; el Estado al perder su carcter poltico, es decir, el carcter de dominacin, se transformar en la libre organizacin de los intereses econmicos y de las comunas[29]. Bakunin enfrenta a los marxistas con una flagrante contradiccin: Si el Estado va a ser un verdadero Estado popular, qu necesidad hay de abolirlo? Y si el gobierno es de ellos, es necesario para la real emancipacin del pueblo, cmo se atreven a llamarlo popular? Y aade: Nuestra polmica tuvo por objeto hacerles comprender que la libertad o el anarquismo, es decir, la libre asociacin de los trabajadores desde abajo hacia arriba, es el objetivo final del desarrollo social y que todo Estado, incluido el Estado popular, es un yugo, lo cual significa que por una parte engendra el despotismo y por otra la esclavitud[30]. Bakunin enfrenta la paradoja marxista (que suele interpretarse como fruto de una concepcin dialctica de la historia) de la dictadura del proletariado: Dicen que ese yugo del Estado - la dictadura - es un medio transitorio inevitable para lograr la emancipacin del pueblo: el anarquismo o la libertad es la meta, el Estado o la dictadura es el medio. As, pues, para liberar a las masas obreras es preciso antes esclavizarlas. Hasta aqu ha llegado nuestra polmica. Ellos sostienen que slo una dictadura - la suya - puede engendrar la voluntad del pueblo. Nuestra repuesta es: ninguna dictadura puede tener otro propsito que no sea su propia perpetuacin y slo puede engendrar la esclavitud del pueblo que la soporta; la libertad slo puede ser creada por la libertad, es decir, por una rebelin general del pueblo y la libre organizacin de la masas trabajadoras desde abajo hacia arriba.

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    puede ser sino el Estado surgido de la revolucin socialista, esto es, el Estado obrero. Una vez completado el proceso de socializacin e la propiedad y realizado el comunismo, desaparecern las clases sociales y con ellas desaparecer, como instrumento intil, el Estado [16]. No tiene sentido, pues, luchar directamente por la abolicin o por la minimizacin del Estado, que slo puede y debe desaparecer al llegar a su punto culminante el proceso econmico-social. Si se lo hiciera desaparecer antes, dicho proceso esencial (puesto que afecta a la estructura) no podra realizarse por falta de un instrumento adecuado. Fcil es comprender que Marx y sus seguidores vean en el Estado un arma indispensable y preciosa, que deba ser conservada a toda costa y aun afiliada y repotenciada para lograr los fines transformadores de la revolucin socialista. En este sentido, por lo menos Marx era un continuador de los jacobinos y un discpulo de Blanqui. En un artculo escrito contra Ruge dice Marx que el Estado no es sino una funcin de la sociedad alienada; en La sagrada familia lo considera concretamente como una expresin de la sociedad burguesa. Con un lenguaje semejante al de Proudhon, dice que, cuando hayan desaparecido las diferencias de clase, el poder pblico perder el carcter poltico, puesto que el poder poltico en sentido estricto es el poder organizado por una clase para la opresin de otra [17]. Sin embargo, tratar de eliminar el poder poltico y el Estado con todo su enorme aparato coercitivo antes de haber logrado la desaparicin de las diferencias de clase, equivaldra a abrir paso a la restauracin de las clases derrotadas por la revolucin y sera para sta un verdadero suicidio. Aunque no lo diga con estas palabras, la idea se infiere claramente de medidas que Marx y Engels proponen para la poca posterior a la revolucin socialista y a la toma del poder por la clase obrera. Hablan de la centralizacin de todos los instrumentos de trabajo y de la violencia y el despotismo que ella implica: El proletariado se valdr de su dominacin poltica para ir arrancando gradualmente a la burguesa todo el capital, para centralizar todos los instrumentos de produccin en manos del Estado, es decir, del proletariado organizado como clase dominante, y para aumentar con mayor rapidez posible la suma de las fuerzas productivas. Esto, naturalmente, no podra cumplirse al principio ms que por una violacin desptica del derecho de propiedad y de las relaciones burguesas de produccin [18]. Estas ideas, expresadas en el Manifiesto del Partido Comunista, a fines de 1847 o

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    comienzos de 1848, darn lugar ms tarde a la teora de la dictadura del proletariado. Esta dictadura equivale para Marx al gobierno de una gran mayora (el proletariado) sobre una pequea y opresiva minora (la burguesa). Constituye, pues, una verdadera democracia, si por tal se entiende el gobierno del pueblo, o sea, de la mayora. Ms an, el objetivo principal de esta dictadura es acabar para siempre con las diferencias de clases y, en consecuencia, con todos los gobiernos y con el Estado propiamente dicho. En efecto, siendo el Estado y el gobierno productos de la dominacin de clases, al desaparecer esta dominacin y las clases, gracias a la dictadura del proletariado, desaparecer tambin el Estado sustituido por la libre asociacin entre los trabajadores. El mismo Manifiesto expresa: Una vez que en el curso del desarrollo hayan desaparecidos las diferencias de clase y se hayan concentrado toda la produccin en manos de los individuos asociados, el Poder pblico perder su carcter poltico. El Poder poltico, hablando propiamente, es la violencia organizada de una clase para la opresin de otra. Si en la lucha contra la burguesa el proletariado se constituye indefectiblemente en clase; si mediante la revolucin se convierte en clase dominante y, en cuanto clase dominante, suprime por la fuerza las viejas relaciones de produccin, suprime al mismo tiempo en estas relaciones de produccin, las condiciones para la existencia del antagonismo de clase y de las clases en general, y, por tanto, su propia dominacin como clase. En sustitucin de la antigua sociedad burguesa con sus clases y sus antagonismos de clase, surgir una asociacin en que el libre desenvolvimiento de cada uno ser la condicin del libre desenvolvimiento de todos[19]. Cuatro aos ms tarde, en marzo de 1852, Marx escriba en una carta a Weydemeyer: Por lo que a m respecta, no me cabe el mrito de haber descubierto ni las existencia de las clases en la sociedad moderna ni la lucha entre ellas. Mucho antes de m, ya algunos historiadores burgueses haban expuesto el desarrollo histrico de esta lucha de las clases. Lo que yo he aportado de nuevo ha sido demostrar: 1) que la existencia de las clases va unida a determinadas fases histricas del desarrollo de la produccin; 2) que la lucha de clases conduce necesariamente a la dictadura del proletariado; 3) que, a su vez, esta dictadura es solamente el trnsito hacia la abolicin de todas las clases y hacia una sociedad sin clases.

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    La lgica de Bakunin se muestra implacable frente al proyecto marxista de Estado popular (o Estado obrero), regido por una dictadura del proletariado. En Estatismo y anarqua dice: Si existe el Estado, existir, inevitablemente dominacin y, por consiguiente, esclavitud; un Estado sin esclavitud manifiesta o encubierta es inconcebible, y por ello somos enemigos del Estado. Por otra parte qu significa el proletariado a la posicin de clase gobernante? Estara el proletariado entero a la cabeza del gobierno? Hay aproximadamente cuarenta millones de alemanes. Sern los cuarenta millones integrantes del gobierno? En este caso el pueblo entero gobernar y no habr gobernados, lo cual significa que no habr gobierno, que no habr Estado. Pero si existe un Estado, habr gobernados, que sern el pueblo, y habr, por tanto, esclavos. Este dilema se resuelve fcilmente en la teora marxista. Por gobierno del pueblo entienden el gobierno en manos de un pequeo nmero de representantes elegidos por el pueblo. El sufragio universal el derecho de todo pueblo a elegir sus as llamados representantes y conductores del Estado es la ltima palabra de los marxistas as como de la escuela democrtica. Y es esa una falsedad detrs de la cual asecha el despotismo de una minora gobernante, una falsedad que es tanto ms peligrosa cuanto que aparece como expresin de la voluntad del pueblo[27]. Los marxistas responden que an cuando el gobierno del Estado popular est en manos de una minora de representantes, stos sern trabajadores. Y Bakunin, a su vez, replica: S, de ex trabajadores que, una vez convertidos en gobernantes o representantes del pueblo, dejarn de ser trabajadores y comenzarn a mirar desde arriba al mundo obrero. Desde ese momento ya no representarn ms al pueblo sino a s mismos y a sus propias pretensiones de gobernarlo. Quienes duden de esta verdad saben muy poco de la naturaleza humana[28].

    EL DESPOTISMO CIENTFICO Con la idea de la representacin popular se vincula en los marxistas las ideas del socialismo cientfico. An cuando el concepto del socialismo como una ciencia fue utilizada primero por Proudhon, ms tarde lo hizo suyo Marx, quien se atribuy su invencin, y lo opuso al socialismo utpico, como quien opone la razn a la fantasa: Pero el concepto de socialismo cientfico, que se encuentra constantemente en las obras y en los discursos lasallianos y marxistas, prueban solamente que este pretendido Estado del pueblo no ser

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    conservar y perpetuar los privilegios econmicos y polticos de la minora gobernante y la sujecin poltica y econmica de las masas populares. Ahora queda claro por qu los revolucionarios dictatoriales, quienes pretenden derrocar los poderes existentes y las estructuras sociales, a fin de erigir sobre sus ruinas su propia dictadura, nunca fueron y jams sern los enemigos del gobierno. Sino por el contrario, siempre sern los promotores ms entusiastas de la idea del gobierno. nicamente son enemigos de los actuales gobiernos porque desean reemplazarlos. Son los enemigos de las estructuras gubernamentales actuales porque stas excluyen la posibilidad de su propia dictadura. Al mismo tiempo, son los amigos ms devotos del poder gubernamental. Porque si la revolucin realmente destruyera ese poder, liberando las masas, esta minora pseudorevolucionria quedara imposibilitada de subyugar a las masas a fin de ser ella misma la beneficiaria de su propia poltica de gobierno[23]. Bakunin se refiere a la idea de Marx de fundar un partido poltico de la clase obrera, cuya finalidad, como la de cualquier otro partido, ser la conquista del poder, y menciona expresamente el programa del mismo que aparece en el Manifiesto del Partido Comunista; ms an, seala la evidente alusin a dicho programa contenda en el primer Manifiesto de la Asociacin Internacional, escrito por Marx en 1864, donde se dice que: El primer paso de la revolucin de la clase trabajadora es elevar al proletariado a la posicin de una clase gobernante. El proletariado concentrar los instrumentos de produccin en manos del Estado, o sea, del proletariado elevado a la posicin de clase gobernante[24]. Rechaza las ideas de Lasalle y de Marx de fundar un Estado popular que no sea sino el proletariado a la posicin de clase gobernante [25]. Pero el Estado implica dominacin y la dominacin implica explotacin, lo cual prueba que el trmino Estado popular (Volks-Staat), que sigue siendo el lema del partido social-demcrata alemn, es una contradiccin ridcula, una ficcin, una falsedad, y para el proletariado una trampa muy peligroso. El Estado, por muy popular que sea en su forma, ser siempre una institucin de dominacin y de explotacin y por lo tanto seguir siendo siempre una fuente permanente de esclavitud y miseria. Por consiguiente, no existe otro medio de emancipar al pueblo econmica y polticamente, de proporcionarle al mismo tiempo bienestar y libertad, que abolir el Estado, todos los Estados, y de una vez por todas suprimir eso que hasta ahora ha sido llamado poltica[26].

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    LA CLAVE DEL CENTRALISMO Resulta claro, pues, que para Marx la meta es la sociedad sin clases y sin Estado; pero queda claro tambin que esa meta no se podr lograr sin un total dominio de la clase obrera y sin una potenciacin del poder estatal (dictadura). Detrs de tales ideas est el supuesto general del materialismo histrico: lo econmico-social genera lo poltico; la sociedad de clases produce el Estado. Hay una relacin unidireccional entre clases y gobierno, a fin de mantener su propia estructura jerrquica y perpetuar el dominio de una clase sobre las otras. Este es el punto neurlgico y la clave del centralismo marxista. Aqu est la encrucijada donde se separan los caminos de Marx y de Bakunin. Ambos tienen una meta comn, pero el segundo no acepta la idea de la dictadura del proletariado (ni siquiera interpretndola en el sentido que le da Marx en el Manifiesto). Y tal rechazo, que se refleja claramente en su actitud federalista dentro de la Internacional, no es un mero producto de su romanticismo eslavo o de su condicin de desclasado, como quisieran ciertos crticos marxistas, sino de una concepcin dialctica que lo es ms que la del propio Marx de las relaciones entre lo socio-econmico y lo poltico. Para el revolucionario ruso, la sociedad dividida en clases genera necesariamente el Estado, cuya funcin primordial es mantener el orden socio-econmico establecido y asegurar el dominio de una clase y la subordinacin de otras. Pero a su vez, el Estado genera necesariamente en su seno nuevas clases dominantes que se unen a las ya existentes o las sustituyen. As sucede en todo el transcurso de la Historia. Pero al iniciarse sta, Bakunin reconoce la primaca de lo poltico sobre lo econmico-social. La fuerza fsica (militar) o intelectual (sacerdotal) crea el gobierno y el Estado en el seno de la sociedad dividida. Separa primero, de manera permanente, a los que mandan de los que obedecen. Hay una inicial fractura poltica. De aqu nacen la propiedad privada, la explotacin y el trabajo, las desigualdades econmicas y sociales, etc. Pero una vez iniciada as la historia, la sociedad de clases crea continuamente el Estado y el Estado, a su vez, crea la sociedad de clases. No hay una relacin lineal

    SOCIEDAD DE CLASES ESTADO

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    ngel Cappelletti

    como supone Marx, sino una relacin circular:

    ESTADO

    SOCIEDAD DE CLASES Bakunin advierte lcidamente algo que Marx, encandilado con su propia teora histrico-materialista, no llega a ver. El hecho de que todo Estado tiende a conservar su poder y acrecentarlo, ms all de sus fines originarios para los que fue instituido, lo cual quiere decir que tiende a generar, a partir de gobernantes y administradores, una nueva clase dominante. Si esta idea se aplica a la teora revolucionaria, parece claro que la dictadura del proletariado generar una clase diferente del proletariado mismo, a partir del gobierno y la administracin (supuestamente en manos del proletariado), y que esta nueva clase dominante reconstituir la sociedad de clases (supuestamente eliminada por la revolucin). Para Bakunin, todo Estado supone una sociedad de clases. Hablar de un Estado obrero carece de sentido: si es Estado, no es obrero, si es obrero, no es Estado.

    LOS GOBERNANTES CONTRA LOS GOBERNADOS En abierta polmica con Marx y sus seguidores social-demcratas, objeta Bakunin la idea de la dictadura de proletariado. Hablando de la Comuna de Pars, a la que considera como negacin prctica del Estado, exalta la conducta de Varlin y sus amigos que como todos los socialistas sinceros, y en general como todos los trabajadores nacidos educados en el seno del pueblo, compartan en el ms alto grado esa prevencin perfectamente legtima contra la iniciativa continua de los mismos individuos, contra la dominacin ejercida por las individualidades superiores: y como ante todo eran justos, dirigan tambin esa prevencin, esa desconfianza, contra s mismos, ms que contra las dems personas[20]. Estas palabras, escritas en junio de 1871, aluden sin duda a Marx y a sus amigos, que para Bakunin pretenden erigirse en mentores y directores de la clase obrera [21].

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    Socialismo Libertario y Socialismo Autoritario

    No tarda mucho en advertir que dictadura del proletariado no puede significar sino dictadura de una lite o vanguardia revolucionaria que se auto atribuye la representacin de la clase obrera. Se da cuenta enseguida del sofismo de la proposicin, aparentemente tan lgica y razonable de Marx, segn la cual es necesaria una dictadura (es decir, un ultra-gobierno) para poner fin a todo gobierno, encierra. Ve con claridad que, en el mejor de los casos, se tratar no de una dictadura del proletariado sino de un gobierno absoluto de algunos ex-proletarios, los cuales por lo comn ni siquiera sern eso, sino doctos universitarios o profesionales de la revolucin. Los proletarios que toman el poder, por el simple hecho de hacerlo, ya no son proletarios. Intil ser invocar el concepto de representacin porque tal concepto slo puede ser entendido en dos sentidos: A) como expresin de voluntad popular a travs del voto, y B) como encarnacin objetiva de los intereses y verdaderos deseos del pueblo. Pero en el primer sentido debe ser desechado, ya que el pueblo no puede otorgar a nadie un cheque en blanco ni delegar, por un lapso de varios aos, su voluntad en la de algunos individuos, cuando ni siquiera sabe cul ser su propia voluntad en el da de maana. Y en el segundo sentido (que revela el trasfondo hegeliano de la teora marxista) se esconde el mayor de los engaos, ya que los gobernantes, cualquiera sea su origen social, tienden siempre a constituir una nueva clase con intereses distintos y opuestos a los de los gobernados. Una dictadura del proletariado implica necesariamente un gobierno en el cual los gobernantes se oponen a los gobernados. Ahora bien, si los obreros gobiernan quines sern los gobernados? Los campesinos tal vez? O quizs sern los obreros alemanes (de acuerdo a la germanofilia de Marx) los que gobernarn a los dems obreros? [22]. En todo caso, al haber divisin entre gobernantes y gobernados, habr Estado; al haber Estado, habr opresin. Y no vale decir que la divisin ser provisoria y que el Estado proletario slo ser un puente hacia la sociedad sin Estado. Para Bakunin, todo gobierno tiende a perpetuarse como tal y aun a acrecentar su dominio; todo Estado quiere crecer y aumentar su poder en el espacio y en el tiempo: Las diferencias entre la dictadura revolucionaria y el Estado son superficiales. Fundamentalmente ambas representan el mismo principio de gobierno de una minora sobre una mayora, en nombre de la supuesta inteligencia de la primera. En consecuencia, ambas son igualmente reaccionarias, ya que ambas directa o indirectamente deben