Soldados de plomo

64
SOLDADOS DE PLOMO. LA MINIATURA MILITAR A TRAVÉS DE LAS GUERRAS CARLISTAS.

description

Catálogo de la exposición Soldados de plomo. La miniatura militar a través de las guerras carlistas celebrada en el Museo del Carlismo de Estella (Navarra, España)

Transcript of Soldados de plomo

Page 1: Soldados de plomo

SOLDADOS DE PLOMO.LA MINIATURA MILITAR A TRAVÉS

DE LAS GUERRAS CARLISTAS.

Page 2: Soldados de plomo
Page 3: Soldados de plomo

SOLDADOS DE PLOMO.LA MINIATURA MILITAR A TRAVÉS

DE LAS GUERRAS CARLISTAS.Exposición

Del 26 de marzo al 8 de diciembre de 2013Museo del Carlismo

Estella-Lizarra (Navarra)

Page 4: Soldados de plomo

4

EXPOSICIÓN

COMISARIO

Luis Miguel Esteban Laguardia

ORGANIZACIÓN Y PRODUCCIÓN

Museo del Carlismo Beatriz Marcotegui BarberOlaia Nagore Santos

Servicio de Museos del Gobierno de Navarra

Susana Irigaray SotoCarmen Valdés Sagüés

DISEÑO GRÁFICO

Ken

PRODUCCIÓN GRÁFICA

La Cartelería

MONTAJE

Moreno y Vallés

DIGITALIZACIÓN

Informática El Corte Inglés

CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN

Erpa Lacabe Leoné Barbachano & Beny

ADECUACIÓN DE SALA

Carpintería Ebanistería Mendoza San Martín

SEGUROS

Mapfre

CATÁLOGO

EDICIÓN

Gobierno de NavarraDepartamento de Cultura, Turismo y Relaciones Institucionales

TEXTOS

Luis Miguel Esteban Laguardia

DISEÑO GRÁFICO

Ken

FOTOGRAFÍA

Larrión & Pimoulier

© De las fotografías: los autores e instituciones

GOBIERNO DE NAVARRA

PRESIDENTA

Yolanda Barcina Angulo

CONSEJERO DE CULTURA, TURISMO Y RELACIONES INSTITUCIONALES

Juan Luis Sánchez de Muniáin Lacasia

DIRECTORA GENERAL DE CULTURA – INSTITUCIÓN PRÍNCIPE DE VIANA

Ana Zabalegui Reclusa

DIRECTORA DEL SERVICIO DE MUSEOS

Carmen Valdés Sagüés

JEFA DE LA SECCIÓN DE MUSEOS

Susana Irigaray Soto

Page 5: Soldados de plomo

5

Tomás Amor Azpeitia

José María Baqué Lamana

Josep Capell Feliu

Luis Miguel Esteban Laguardia

Humberto Garrido Crespo

Javier Gómez Valero

Álvaro González de Herrero Castaño

Fernando Ángel González de la Peña Ysern

Fernando Gutiérrez Abeilhé

Julia Laborda Gisbert

Juan Muñoz-Mingarro Martínez

Manuel Ortega Grasa

Waldo Osés Solar

Pacífi co Prado Mota

Eduardo Ramos Redondo

Francisco Javier Ruiz González

Juan Carlos Santiago Guinea

Luis Santigosa Álvarez (Warmodelling)

Algarabía Animación

Archivo Real y General de Navarra

Asociación de Estrategia y Simulación Histórica Alavesa

Asociación de Modelismo Alabarda

Asociación Navarra de Miniaturismo

Asociación de Amigos del Kamishibai

Canal Sur TV

Continental Producciones

Europrogrammes

Fundación INAAC-Filmoteca de Navarra

Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra

Museo de Navarra

Museo Etnológico de Navarra “Julio Caro Baroja”

AGRADECIMIENTOS

El Museo del Carlismo agradece la colaboración de los siguientes particulares e instituciones:

Page 6: Soldados de plomo

6

Page 7: Soldados de plomo

7

PRESENTACIÓN 11

1. EL SOLDADO DE JUGUETE. DE LOS ORÍGENES A LA GUERRA CIVIL 11

El inicio de la producción en españa. El taller Ortelli 14

Los sodados de papel 18

Los primeros soldados en bulto redondo 21

2. DE JUGUETE A OBJETO DE COLECCIÓN. LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX 23

La introducción de nuevos materiales 29

Los moldes de silicona de José Almirall 31

La proliferación de marcas comerciales 32

Los fabricantes de fi nales del siglo XX 35

Los dioramas 41

3. LA MINIATURA MILITAR EN LA ACTUALIDAD 43

José Cusachs, fuente histórica de miniaturistas 46

Juegos de guerra 55

El proceso de modelado 56

“Érase una vez . . . 61

ÍNDICE

Page 8: Soldados de plomo

8

Columna de artillería de

montaña del ejército de Cabrera.

Almirall (Barcelona),

1960-1980

Page 9: Soldados de plomo

9

E sta exposición es un viaje por la historia de las miniaturas militares

en España, desde su origen en los siglos XVIII y XIX como juguetes,

hasta su actual condición de objetos de coleccionismo y modelismo

de autor. Todas las fi guras de la muestra tienen por escenario común las

guerras carlistas del siglo XIX, cuyos protagonistas, batallas y hechos más

relevantes son representados en miniatura según la técnica y tendencias

estéticas de cada momento.

Page 10: Soldados de plomo

10

Grupo de músicos, 1880. Hojalata

Page 11: Soldados de plomo

11

1. EL SOLDADO DE JUGUETE.

DE LOS ORÍGENESA LA GUERRA CIVIL.

Page 12: Soldados de plomo

12Caballería carlista.

Castresana (Madrid), 1940

Page 13: Soldados de plomo

13

L os popularmente conocidos como soldaditos de plomo, aquellos que

en su día fueron juguetes, fascinaron a infi nidad de niños y sirvieron

como base para cuentos, en la actualidad forman parte de la cultura

popular de cada país. El vistoso colorido de sus uniformes y el detalle de los

mismos hacen que sean hoy en día auténticas joyas buscadas por coleccio-

nistas de todo el mundo.

Los soldaditos de estaño en un primer momento y de plomo posterior-

mente, nacieron en Alemania en el siglo XVIII como juguetes infantiles, de

manera que los niños reproducían con ellos formaciones, batallas y comba-

tes en el suelo de su habitación. Fue en Nüremberg (Baviera), a mediados de

ese siglo, donde el artesano Johann Gottfried Hilpert, protegido de Federi-

co II de Prusia, fabricó los primeros soldados de estaño con un formato pla-

no, fundidos en moldes de pizarra o piedra.

En 1838, el escritor danés Hans Christian Andersen publicó el cuento

infantil El intrépido soldadito de plomo, la historia de amor entre un sol-

dado cojo y una bailarina de papel que se encuentra en el imaginario de

los niños de todo el mundo. Esta narración popularizó el soldado de plomo

hasta hacerlo universal.

A partir de los primeros soldaditos planos, este juguete sufrió una evo-

lución formal a la par que se introducían nuevos materiales en su produc-

ción, pasando a lo largo del siglo XX de ser un entretenimiento para niños

a fabricarse como objeto de colección para adultos.

Page 14: Soldados de plomo

14141414

Todo parece indicar que los primeros solda-

dos de plomo fabricados en España nacieron

en Barcelona en 1828, de la mano de Carlo Or-

telli y de su grabador Salvatore Bacciarini, ar-

tesanos de origen italiano, establecidos en

aquella época en la ciudad. Ortelli continuó

su producción casi hasta fi nales del siglo XIX.

Todas sus fi guras eran planas y de una es-

cala de 54 milímetros, aproximadamente. El

material empleado era una aleación de esta-

ño, plomo y antimonio, y para su fabricación

se utilizaban moldes de pizarra y de bronce

principalmente. La mayor parte de las fi guras

se pintaban, si bien las más baratas eran pin-

tadas sólo por una cara.

Los soldados de Ortelli eran de muy cui-

dada realización y reproducían, con expre-

sión graciosa y cierta ingenuidad, uniformes

del ejército español de Fernando VII e Isabel

II, así como mozos de escuadra barceloneses.

Pero su producción no se limitó a los soldados,

sino que también fundió escenas muy diver-

sas de la vida cotidiana y de carácter religio-

so, que constituyen cuadros muy vivos y su-

tilmente evocadores de la época. Mobiliario,

utensilios de cocina, fl ores, carrozas y otros

carruajes como tartanas y calesas, barcos de

vela y de vapor, bailarines, pájaros, escenas de

circo, corridas de toros y juegos de capilla fue-

ron algunos de los elementos de la vida coti-

diana reproducidos fi elmente por Ortelli.

Curiosamente y a pesar de la extensión

del carlismo en la zona de Cataluña, ningu-

na fi gura de los ejércitos carlistas salió mode-

lada del taller de Ortelli. Es necesario acudir

al extranjero, al taller de Ernst Heinrichsen

en Nüremberg, para encontrar una serie de

soldados carlistas en formato plano y en dis-

tintas posiciones de combate. Estos soldados,

fundidos muy poco después de la última gue-

rra carlista (1872-1876), constituyen una fuen-

te inestimable para la iconografía militar.

EL INICIO DE LA PRODUCCIÓN EN ESPAÑA. EL TALLER ORTELLI.

Page 15: Soldados de plomo

15

Guardias alabarderos de Isabel II.

Taller Ortelli (Barcelona),1865

Page 16: Soldados de plomo

16

Formación de infantería en línea.

Taller Ortelli (Barcelona), 1835

Lancero liberal. Taller Ortelli

(Barcelona), 1835

Page 17: Soldados de plomo

17

Page 18: Soldados de plomo

18181818

Entre los antecedentes más inmediatos a los

soldados de plomo, cabe mencionar los recor-

tables. A veces los niños debían conformarse

con este tipo de soldados al alcance de todos

los bolsillos, impresos en papel o cartulina y

que tenían que recortar en tiras. Por su sen-

cillez resultaban más asequibles económica-

mente, aunque no por ello dejan de ofrecer

un enorme interés.

Al parecer, su origen no responde a moti-

vaciones infantiles, sino que se basaron en las

láminas militares que se dibujaban para re-

forzar la oratoria de los sargentos encargados

del reclutamiento. La lámina más antigua co-

nocida en España fue impresa en Valencia en

1794, a partir de una plancha de cobre.

LOS SODADOS DE PAPEL.

En un primer momento, la impresión era

en blanco y negro, y con el tiempo se incorpo-

ró el color. Inicialmente, las láminas eran xi-

lografías iluminadas bien a mano o median-

te el sistema de trepa (plantilla troquelada).

En la última década del siglo XIX, comenzó

a utilizarse la litografía como técnica de im-

presión.

Los talleres de donde salieron estos re-

cortables en hilera eran barceloneses y se

conocían como fulls de rengles. Entre los im-

presores más destacados cabe mencionar a

Estevill, Simó, Piferrer y Bosch. La casa barce-

lonesa Abadal y Llorens y las madrileñas José

María Marès y Minuesa marcaron el paso a

la gran producción. La fama de todas estas

casas fue pronto eclipsada por la de Esteban

Paluzie, iniciada en 1870, y la de Hernando,

de Madrid, cuyos primeros recortables son

de principios del siglo XX.

Pliegos de soldados recortables

(Madrid y Barcelona), 1860-1880

Page 19: Soldados de plomo

19

Page 20: Soldados de plomo

20

Taller Palomeque (Madrid),

1922-1936

Taller Palomeque (Madrid),

1922-1936

Multicolor

(Madrid),

1940

Page 21: Soldados de plomo

21212121

A principios del siglo XX se empezaron a pro-

ducir las primeras fi guras de soldados en bul-

to redondo, destacando las fábricas instaladas

en Barcelona. De esa época, hay que reseñar

los modelos de Baldomero Casanellas, que se

comercializaban con el nombre de La Guerra,

los de los hermanos Capell Coixet, quienes

hacia 1925 fabricaron algunos soldados carlis-

tas, y los del grabador Eulogio González.

En los años treinta del siglo XX, el juguete

fabricado en España vivió una época de bo-

nanza. Es el momento del auge del juguete de

hojalata. Así, junto con motocicletas y coches,

también se fabricaban soldaditos de este ma-

terial. En muchas ocasiones se empleaban

unos moldes importados desde Francia o Ale-

mania, que consistían en dos placas unidas

mediante grapas. Las principales fábricas va-

lencianas del momento, como Payá Herma-

nos, incluían soldaditos en sus catálogos, así

como otros complementos.

Sin embargo, las primeras fi guras en bul-

to y grupos de soldaditos que rememoraban

las guerras carlistas no aparecieron hasta

bien entrado el siglo XX, de la mano del ma-

drileño Pedro Palomeque. Este artesano ini-

ció su producción en 1922 en Madrid, rom-

piendo de este modo el monopolio que hasta

entonces ostentaba Barcelona. Está conside-

rado el primer uniformólogo que aplicó sus

conocimientos al soldado de plomo. Dedicó

mucho tiempo a la investigación, que des-

pués plasmaba en la confección de sus fi gu-

ras. En su catálogo se registran varias series

referentes a dichas guerras: “Tropas carlistas,

tercera guerra”, “Regimiento del Rey Carlos

VII”, “Artillería carlista”, “Combate en Trevi-

ño”, sin olvidar su célebre “Abrazo de Verga-

ra”, que realizó en 1929.

LOS PRIMEROS SOLDADOSEN BULTO REDONDO.

Page 22: Soldados de plomo

22Soldados toys.

Mundiart (Valencia), 1985

Page 23: Soldados de plomo

23

2. DE JUGUETE A OBJETO DE COLECCIÓN.

LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX.

Page 24: Soldados de plomo

24Cazadores de caballería.

Sánquez (Madrid), 1945

Page 25: Soldados de plomo

25

L a utilización del plomo en la fabricación de soldados motivó

que a mediados del siglo XX estos juguetes cayeran en desu-

so por la alta toxicidad del metal y de la pintura que los cu-

bría. Mientras el soldado de juguete tradicional desaparecía de los

escaparates, en la década de 1960 nacía la miniatura militar: un tipo

de fi gura heredera de aquel soldadito, pero dirigida a un público

adulto. A partir de ese momento, la miniatura buscaría un mayor

realismo en el detalle del uniforme, en la pose anatómica o en la

unidad a la que representa, consiguiendo resultados sorprendentes

en su decoración, detalle y ambientación. Es la época dorada de las

miniaturas dedicadas a las guerras carlistas.

Page 26: Soldados de plomo

26

Vista general del segundo

ámbito de la exposición

Page 27: Soldados de plomo

27

Page 28: Soldados de plomo

28

Reclutamiento carlista.

Fabricante desconocido

Formaciones carlistas. Vicente Juliá

(Madrid), década de 1960

Page 29: Soldados de plomo

29292929

LA INTRODUCCIÓN DE NUEVOS MATERIALES.

En los años siguientes a la Guerra Civil los

fabricantes y artesanos continuaron creando

fi guras o grupos de unidades históricas de

las guerras carlistas, además de reproducir

con máxima fi delidad los tercios de requetés

combatientes en la reciente contienda.

Entre los fabricantes de ese momento

destacan José Gutiérrez “Compte”, Gutiérrez

Solana, Sánquez y Castresana, en Madrid;

Vicente Mallol, en Valencia; Joaquín Pla Dal-

mau, en Girona; y Lucio Sáez, en Barcelona

Una de las revoluciones más importantes

en el juguete vino de la mano del plástico. En

1950 Payá instaló una máquina de inyectado,

pero la primera fi rma española que fabricó

soldados de este material fue Reamsa, con

series del ejército español. Ante el avance de

este material, el soldado de plomo perdió su

carácter de juguete para pasar a ser objeto de

coleccionismo.

Page 30: Soldados de plomo

30

Detalle de la escena Abrazo de Vergara.

Almirall (Barcelona), 1975

Page 31: Soldados de plomo

313131

Un nombre clave en la historia de la minia-

tura militar es José Almirall Fusté, a quien se

debe la introducción del sistema de la fabri-

cación de moldes de silicona en España. Afi n-

cado en Barcelona, a partir de 1961 Almirall

pasó de ser un mero afi cionado a convertirse

en un profesional del negocio, creando una

de las empresas de soldaditos más impor-

tantes de España durante al menos un par de

décadas.

Su intención era fabricar unas miniatu-

ras de calidad aceptable sin llegar al precio-

sismo de las piezas únicas de elevado coste y

manteniendo la rigurosidad en el diseño de

los uniformes.

En el proceso de trabajo, Almirall partía de

dos fi guras desnudas, una masculina y otra

femenina, que vestía con lámina de plomo o

papel de estaño, u otros materiales como pa-

pel o cartulina. Una vez que conseguía darles

la forma deseada, endurecía el conjunto con

una capa de un barniz denso que, al solidifi -

car, proporcionaba la rigidez necesaria. Si el

resultado era de su agrado, sacaba el molde de

silicona para las réplicas.

En su catálogo destacaba una amplia

gama de fi guras desde las guerras napoleó-

nicas del siglo XIX hasta la Segunda Guerra

Mundial. También fabricó una completa co-

lección de soldados españoles a través de la

Historia, que abarcaba desde los tercios de

Flandes hasta los combatientes en la Guerra

Civil, incluyendo una vasta serie de los reyes

de España. Asimismo, las tropas carlistas fue-

ron ampliamente reproducidas, destacando

su representación del Abrazo de Vergara con

soldados de 45 milímetros.

Los primeros Almirall tenían una calidad

muy notable y estaban decorados con gran

detalle. Paulatinamente, su producción se

fue masifi cando, en detrimento de la calidad

fi nal de las fi guras.

LOS MOLDES DE SILICONA DE JOSÉ ALMIRALL.

Page 32: Soldados de plomo

323232

Los años setenta y ochenta fueron años de

auge en la fabricación de soldados de colec-

ción, y hasta fi nales del siglo XX se multipli-

caron las marcas comerciales. En 1976, con

ocasión del centenario de la fi nalización de

la última guerra carlista, el prolífi co artesano

madrileño Vicente Juliá “Chauve” empezó a

comercializar desde su tienda en la calle Jor-

ge Juan una completa y magnífi ca serie com-

puesta por cincuenta miniaturas dedicadas

a esa última contienda. La creación de esta

colección supuso una empresa larga y arries-

gada, dada la escasa información fi dedigna

que se podía encontrar en España sobre la

uniformidad carlista. Para el modelado y de-

coración de estas excelentes fi guras, Juliá se

valió de los estudios y dibujos que José María

Bueno había publicado, tras años de investi-

gación, en los boletines de la Agrupación de

Miniaturistas Militares de España.

En el ámbito de la temática carlista hay

que mencionar también al bilbaíno Carlos

Santiago Guinea, apasionado coleccionis-

ta de miniaturas que acabó iniciándose en

su fabricación, creando la marca Oquendo

Miniaturas. Esta casa se mantuvo en fun-

cionamiento entre 1980 y 1987 y prestó una

atención especial a las fi guras de carlistas y

liberales, a los que dedicó una serie de cua-

renta miniaturas.

LA PROLIFERACIÓN DE MARCAS COMERCIALES.

Page 33: Soldados de plomo

33

Jinete liberal. Oquendo

Miniaturas (Bilbao), 1980

Soldados carlistas. Vicente Juliá

(Madrid), 1967-1985

.

Page 34: Soldados de plomo

34

Soldados de infantería carlista de 1833-1840.

Mundiart (Valencia), 1985

Page 35: Soldados de plomo

353535

Otras muchas marcas se dedicaron a la fabri-

cación de miniaturas militares en estas últi-

mas décadas del siglo XX. Todas elaboraron

amplios catálogos donde casi siempre tenían

cabida las fi guras de temática carlista. Cabe

destacar, en Valencia, Army House, Alymer

con sus miniplombs, y Mundiart. Igualmen-

te reseñables son los “cabezones” de Julio La-

bandera y su marca Escarapela, en Zaragoza;

Ramón Labayen y la fi rma Bretxa para Jugue-

tería Antón, en San Sebastián; y las fi rmas

madrileñas Escuadrón, Legio VII, Beneito

Miniaturas, El Viejo Dragón y Merlín Minia-

turas. Otra marca conocida es Ristre Minia-

turas, heredera de la revista de historia mi-

litar del mismo nombre, para la cual Miguel

de Rey realizó una extensa y original serie de

la primera guerra carlista.

También es necesario mencionar la des-

aparecida tienda madrileña de Barreira Mi-

litaría, donde Rafael Montuenga comenzó a

realizar su serie para la marca El Infante, y al

artesano José Gutiérrez Solana, quien repro-

dujo, entre otros, doce abanderados carlistas

transformando originales de Vicente Juliá.

LOS FABRICANTES DE FINALES DEL SIGLO XX.

Page 36: Soldados de plomo

36

Banda de música carlista.

Mundiart (Valencia), 1985

Page 37: Soldados de plomo

37

Page 38: Soldados de plomo

38

Soldados de las guerras carlistas. Bretxa (Donostia-San Sebastián), 1990

Page 39: Soldados de plomo

39

Page 40: Soldados de plomo

Detalles de distintas escenas

de las guerras carlistas

1: “Batalla de Treviño”

2-4: “Villar de los Navarros”

5: Soldados carlistas

6: Tres húsares de Arlabán

1

2

3

4

5

6

Page 41: Soldados de plomo

Se denominan dioramas o viñetas las escenas

compuestas por más de una fi gura. El mérito

de estos trabajos reside tanto en las propias

miniaturas como en la escenifi cación, pues

su objetivo es reproducir o recrear un hecho

histórico, situación o acción. Es la manifesta-

ción modelística más completa, ya que puede

combinar fi guras con creación de terrenos,

vehículos, edifi caciones y otros elementos.

LOS DIORAMAS.

Page 42: Soldados de plomo

42

Tambor de Tortosa de 1839. Detalle

Page 43: Soldados de plomo

43

3. LA MINIATURA MILITAR

EN LA ACTUALIDAD.

Page 44: Soldados de plomo

44Diorama Cabrera

en la defensa de Morella.

Page 45: Soldados de plomo

45

C ada vez son más los modelistas que realizan sus propias obras,

en un ejercicio que aúna escultura, maquetismo, investigación

histórica y pintura artística. Las cotas de realismo en muchas

de las miniaturas son verdaderamente sorprendentes. El resultado

es una pieza única, que tiene como destino bien la producción en

serie para su comercialización, o el enriquecimiento de colecciones

propias o ajenas.

La pintura de fi guras ha avanzado al mismo ritmo que el pro-

pio miniaturismo militar, intentando superarse con cada obra en la

obtención del realismo más extremo, y aportando a su vez la conno-

tación artística precisa que convierta cada pieza en algo único y de

calidad. Cuestiones como el control de la propia pintura, la ilumi-

nación o la búsqueda de la expresividad mediante el color, son hoy

aspectos fundamentales en la decoración de una miniatura.

Algunos trabajos realizados en este campo se acercan y conec-

tan con ciertos aspectos del arte y consiguen crear una obra capaz

de transmitir un mensaje.

Page 46: Soldados de plomo

464646

Las fuentes de las que se sirven los fabri-

cantes de soldaditos para tratar con rigor

los uniformes que visten sus creaciones son

numerosas. En lo que se refi ere a las guerras

carlistas, las más empleadas son los grabados

del Álbum de las Tropas del Norte, los traba-

jos sobre uniformidad militar de José María

Bueno, las postales de Delfín Salas, y las ilus-

traciones y pinturas de José Cusachs y Au-

gusto Ferrer-Dalmau.

José Cusachs y Cusachs nació en 1851 en

el seno de una familia perteneciente a la bur-

guesía catalana. Tuvo una brillante carrera

militar en el ejército gubernamental, espe-

cialmente notable durante la última guerra

carlista, en la que alcanzó el grado de coman-

dante. Sin embargo, su pasión por la pintura

le condujo en 1882 a abandonar la milicia y

dedicarse a su verdadera vocación.

A fi nales de 1886, Cusachs comenzó a per-

fi lar los óleos y dibujos de su gran trabajo La

vida militar en España, una obra pictórica

que recogía los múltiples y variados apuntes

que a lo largo de los años había reunido en el

ejército. Para la redacción del texto buscó la

colaboración de su amigo el capitán Francis-

co Barado. Fue publicada en 1888, y el resul-

tado fue una edición de gran formato, con

un total de 343 páginas y 264 óleos y dibujos.

La positiva valoración que recibió por parte

de la crítica de su época marcó un antes y un

después en el reconocimiento de Cusachs

como artista.

JOSÉ CUSACHS, FUENTE HISTÓRICA DE MINIATURISTAS.

Page 47: Soldados de plomo

47

Trincheras carlistas. José Cusachs, 1888

Museo del Carlismo, Estella-Lizarra

Page 48: Soldados de plomo

48

Miniaturas inspiradas en obras

de José Cusachs

1: Tambor de Tortosa de 1839

2: Corneta de cazadores de 1874

3: Sargento de artillería de 1875

4: Trinchera carlista

5: General Dorregaray 1874

1

2

Page 49: Soldados de plomo

49

3 4

5

Page 50: Soldados de plomo

50

Ilustraciones de José Cusachs

extraídas de La vida militar en España,

Barcelona, Orbis, 1900

Museo del Carlismo, Estella-Lizarra

Page 51: Soldados de plomo

51

Page 52: Soldados de plomo

52

Salida en batería 1885 El asalto. Basada en

original de Augusto

Ferrer-Dalmau

Los zuavos en Alpens en 1873

Page 53: Soldados de plomo

53

La madre. Basada en original

de Augusto Ferrer-Dalmau

Page 54: Soldados de plomo

54

“Batalla de Luchana”. Figuras Perry Miniatures (Reino Unido)

Page 55: Soldados de plomo

55

Paralelamente al coleccionismo de soldados

de plomo, y teniendo a estos como base, en

los años ochenta del siglo XX se desarrolla en

España la afi ción hacia los juegos de guerra

con fi guras. Su procedencia hay que situarla

en los países anglosajones, donde se deno-

minan wargames, y su fi n no es otro que las

reproducciones de batallas históricas en una

mesa o tablero. Para jugar es necesario un re-

glamento y fi chas o pequeñas miniaturas de

plomo que representen a los ejércitos conten-

dientes, aportando estas últimas un mayor

realismo al juego.

JUEGOS DE GUERRA.

Page 56: Soldados de plomo

565656

EL PROCESO DE MODELADO.

La creación o modelado de una miniatura no

es muy diferente al trabajo de un escultor,

ya que se tienen en cuenta las proporciones

anatómicas, las facciones, los gestos, las po-

ses y las actitudes. Para su modelado se han

estandarizado distintas masillas, que por su

elasticidad, tiempo de fraguado y maleabili-

dad facilitan el trabajo del autor.

Uno de los fi nes de un modelo original

es su multiplicación en copias para la comer-

cialización. A partir de la pieza primitiva se

crean moldes de silicona donde se vacían co-

pias en metal, plástico o resinas, siguiendo

distintas técnicas.

Para la creación de una miniatura, el mo-

delista parte de una exhaustiva investigación

del sujeto a representar. A continuación, so-

bre un esqueleto de alambre realiza un mi-

nucioso trabajo de modelado, de manera que,

una vez fi nalizada la fi gura, puede contem-

plarse en ésta hasta el más mínimo detalle.

Finalmente, tan importante como el mo-

delado es la pintura de la pieza, con la que en

muchas ocasiones se consigue tal gama de

matices y tonalidades, que hacen de la minia-

tura una auténtica obra de arte.

Page 57: Soldados de plomo

57

Distintos instrumentos

y materiales para

modelar y pintar

Ofi cial de zuavos carlistas: Ilustración de José Cusachs; modelado en masilla; fi gura pintada.

Page 58: Soldados de plomo

Lancero de la Guardia Real. Proceso actual de modelado de una miniatura. Fotografías de Francisco Javier Ruiz

Page 59: Soldados de plomo
Page 60: Soldados de plomo

606060

Page 61: Soldados de plomo

Veinticinco soldaditos de plomo, todos her-

manos, ya que los habían fundido de la mis-

ma vieja cuchara. Armas al hombro y la mira-

da al frente, con sus bonitas guerreras rojas

y sus pantalones azules. Lo primero que oye-

ron en este mundo, cuando se levantó la tapa

de la caja en que venían, fue el grito: “¡Sol-

daditos de plomo!”, que había dado un niño

pequeño batiendo palmas, pues se los habían

regalado por su cumpleaños. Enseguida los

puso de pie sobre la mesa.

Cada soldadito era un vivo retrato de los

otros; sólo uno era un poco diferente a los de-

más. Tenía una sola pierna, porque había sido

el último en ser fundido y no quedó plomo

sufi ciente para terminarlo. Aun así, se mante-

nía tan fi rme sobre su única pierna como los

otros sobre las dos. Y es de este soldadito pre-

cisamente de quien trata esta historia.”

“ÉRASE UNA VEZ. . .

616161

Soldado carlista a caballo.

Playmobil. Figura transformada

Page 62: Soldados de plomo
Page 63: Soldados de plomo
Page 64: Soldados de plomo

64