Soluciones a los textos científicos del libro de Oxford

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Estimados alumnos, este documento contiene algunos de los análisis lingüísticos que personalmente he hecho de los ejercicios encomendados durante las clases. Concretamente, los textos comentados (que aparecen en el tema 5 del manual de la editorial Oxford que utilizamos como referencia) son: Ciencia y tecnología (página 53 del libro de texto), Sismógrafos (página 55), Descifrar el código (página 57), Redes sociales (página 58), El nombre común (página 60) y La tierra empieza a cicatrizar (página 60). Alberto Jiménez COMENTARIO LINGÜÍSTICO DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA (p. 53 del libro) El presente texto es, presumiblemente, un fragmento extraído de un artículo periodístico publicado en El País, por lo que, a pesar de su filiación a la modalidad científico técnica, tiene obvia naturaleza divulgativa, dado que la prensa no es un contexto adecuado para textos especializados. El texto queda conformado por un párrafo dividido en dos oraciones enunciativas y dominado por la función referencial, dada la objetividad de su temática (relación entre ciencia y tecnología), articulada a partir del concepto de “historia del electrón”, sintagma nominal que, ocupando posición privilegiada, sirve de apertura y que, al ser desarrollado, nos hace pensar en una estructura de carácter explicativo. Obsérvese que las dos oraciones del corpus textual presentan una sintaxis compleja, que no sólo expone sino que argumenta (sirva de ejemplo el uso de la subordinada sustantiva “(…) no es menos cierto que los grandes descubrimientos son posibles gracias a avances en tecnologías existentes”), y que en el segundo de los casos sirve para introducir una cita de Thomson (criterio de autoridad) que refuerza lo dicho a modo de conclusión; por lo que, pese a la brevedad del texto (posiblemente sea un fragmento), se antoja éste estructuralmente perfecto. El texto utiliza terminología especializada (simbiosis, electrón), siendo destacable el uso de locuciones como “técnicas de alto vacío” o “cargas de electricidad”. Si los sintagmas

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Estimados alumnos, este documento contiene algunos de los análisis lingüísticos que personalmente he hecho de los ejercicios encomendados durante las clases. Concretamente, los textos comentados (que aparecen en el tema 5 del manual de la editorial Oxford que utilizamos como referencia) son: Ciencia y tecnología (página 53 del libro de texto), Sismógrafos (página 55), Descifrar el código (página 57), Redes sociales (página 58), El nombre común (página 60) y La tierra empieza a cicatrizar (página 60).

Alberto Jiménez

COMENTARIO LINGÜÍSTICO DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA (p. 53 del libro)

El presente texto es, presumiblemente, un fragmento extraído de un artículo periodístico publicado en El País, por lo que, a pesar de su filiación a la modalidad científico técnica, tiene obvia naturaleza divulgativa, dado que la prensa no es un contexto adecuado para textos especializados.

El texto queda conformado por un párrafo dividido en dos oraciones enunciativas y dominado por la función referencial, dada la objetividad de su temática (relación entre ciencia y tecnología), articulada a partir del concepto de “historia del electrón”, sintagma nominal que, ocupando posición privilegiada, sirve de apertura y que, al ser desarrollado, nos hace pensar en una estructura de carácter explicativo.

Obsérvese que las dos oraciones del corpus textual presentan una sintaxis compleja, que no sólo expone sino que argumenta (sirva de ejemplo el uso de la subordinada sustantiva “(…) no es menos cierto que los grandes descubrimientos son posibles gracias a avances en tecnologías existentes”), y que en el segundo de los casos sirve para introducir una cita de Thomson (criterio de autoridad) que refuerza lo dicho a modo de conclusión; por lo que, pese a la brevedad del texto (posiblemente sea un fragmento), se antoja éste estructuralmente perfecto.

El texto utiliza terminología especializada (simbiosis, electrón), siendo destacable el uso de locuciones como “técnicas de alto vacío” o “cargas de electricidad”. Si los sintagmas preposicionales de las construcciones previas tienen un fin especificador, lo mismo puede decirse de los adjetivos “catódicos”, “negativa” o “materiales”, referidos a “rayos”, “electricidad” y “partículas” respectivamente. Téngase en cuenta que el texto científico técnico debe ser concreto y preciso, por lo que semánticamente no se observa ningún tipo de connotación.

Si lo dicho hasta ahora contribuye a lograr la coherencia y cohesión textual (habría que advertir al respecto la constante recurrencia al mismo campo semántico) añadamos, a manera de colofón, una referencia a usos anafóricos (así, por ejemplo, los pronombres demostrativos “ésta” y “aquella”) y marcadores discursivos que contribuyen a que el texto progrese temáticamente: “pues”, “no es menos cierto”, “así”.

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COMENTARIO LINGÜÍSTICO DE SISMÓGRAFOS (p. 55 del libro)

Las tres oraciones enunciativas, de cierta complejidad sintáctica, que conforman este texto, le otorgan una evidente naturaleza científico técnica, por lo que no es de extrañar la función referencial (presente en todo momento) ni la especializada terminología predominante. Este último aspecto hace pensar que estamos ante un texto especializado, de hecho, su autoría se debe a dos expertos en sismografía: Anguita Virella y Moreno Serrano. Así las cosas, la pretensión del texto es informativa (carece de recursos persuasivos, tal y como suele ser habitual en la susodicha tipología textual), siendo descripción y explicación las dos modalidades discursivas que lo caracterizan. No obstante, el receptor debe ser entendido en la materia, dado el alto grado de abstracción conceptual.

Ello no es óbice para no proceder a su análisis lingüístico, puesto que coherencia y, por consiguiente, cohesión se logran en virtud de una serie de recursos morfosintácticos y léxico-semánticos que enumeraremos a continuación.

Oraciones que evitan expresar el agente: tanto impersonales (si hay muchas ondas sísmicas; se cuenta con un ordenador lo bastante potente) como pasivas reflejas (se emplean ondas sísmicas). En la misma categoría debemos enmarcar las oraciones con formas verbales no personales (grabar los datos (…) en soporte informático; almacenarlos (…) en todo el mundo; penetrar hasta el núcleo).

Otro rasgo propio de la morfosintaxis de los textos científicos es el uso de nominalizaciones: “la introducción”, “una reconstrucción”.

En tanto en cuanto al uso de las formas verbales hemos de señalar la presencia de un presente con valor atemporal (la técnica es análoga) así como la aparición de la tercera persona para expresar la impersonalidad: “La introducción (…) ha permitido”; “cada año recoge”; “La técnica (…) ha permitido; “Los retrasos (…) permitirán”.

Dado el nivel de especialización del texto, adjetivos, adyacentes y aposiciones (por ejemplo, “rayos x”) deben concretar los sustantivos a los que acompañan, tal y como ocurre en “alta sensibilidad” (obsérvese, por cierto, la anteposición del adjetivo), “reconstrucción tridimensional”, “sismógrafos digitales”, “soporte informático” o “datos sísmicos mundiales”.

Similar paradigma encontramos por lo tanto en el ámbito de los adyacentes preposicionales: “de sismógrafos digitales de alta sensibilidad”; “de los médicos”; “de llegada”; “del estado térmico”. Y lo mismo ocurre gracias al uso de proposiciones especificativas (que crucen una región anómala) y explicativas (que cada año recoge datos (…) en todo el mundo), lo que nos lleva a tratar del nivel sintáctico del texto, en el que se observan periodos largos, donde coordinación (así las dos primeras proposiciones del texto) y subordinación se complementan (repárese en la subordinación adverbial condicional, presente en la última de las oraciones), aportando la información pertinente para que el texto progrese temáticamente, si bien, debido a su brevedad, no se observa una estructura canónica.

No obstante, descripción y explicación contribuyen a tratar de “la técnica llamada topografía sísmica”, concepto que, pese a aparecer en la segunda de las oraciones, es desarrollado en la primera, aunque a través de una comparación se consigue aclarar (La técnica (…) es análoga a

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la del escáner de los médicos). Finalmente, el uso de una clausula condicional matiza lo expuesto, aunque no concluye nada, por lo que hemos de pensar que el texto tiene continuidad en el libro del que ha sido extraído.

COMENTARIO LINGÜÍSTICO DE DESCIFRAR EL CÓDIGO (p. 57 del libro)

El presente texto es un fragmento extraído del libro Invitación a la Biología, obra de H. Curtis y N. Sue Barnes. Hay que comenzar diciendo que, con fines narrativos, el fragmento está adaptado, tal y como se deduce del signo que convencionalmente se utiliza para indicar ausencia de texto (…). ¿Es un texto científico técnico? Sí, dado su contenido y el uso que se hace de un léxico específico (nucleótidos, nitrogenada, uracilo), así como de las referencias a investigadores de la talla de Nirenberg, Matthaei o Severo Ochoa. Pero obsérvese que estos nombres propios cumplen fundamental función para cifrar la tipología discursiva, dado que son protagonistas de la acción. Así las cosas, la modalidad discursiva del fragmento es la narración, y las características lingüísticas que se enumeran a continuación contribuyen a contar los hechos.

Las oraciones son enunciativas, ricas en formas verbales predicativas que agilizan el progreso de dicha narración, tal y como deja patente el siguiente ejemplo: “Nirembarg y Matthaei utilizaron en el siguiente paso un ARN artificial”. En el mismo sentido actúan verbos que implican acción; tal es el caso de “realizaron”, “lograron”, “utilizaron”, “descifraron”, que pertenecen al modo indicativo y al tiempo pasado, tal y como es propio de la mentada tipología discursiva. Esta idea de tiempo es, como venimos diciendo, fundamental a efectos narrativos, por lo que hay que destacar el uso de una subordinada temporal: (…) trabajando en la universidad de Nueva York. A ello hay que añadir el uso de complementos circunstanciales de tiempo (en el siguiente paso), aunque también aparecen los de lugar (en el laboratorio).

La cohesión textual se logra gracias a la referencia al mismo campo semántico (el propio de la Biología), así como al uso de sinónimos y equivalencias (“los primeros biólogos” pasan a ser reconocidos por sus nombres propios y, a continuación, se les identifica con el sintagma nominal “ambos investigadores”). A ello también contribuye la aparición de pronombres anafóricos: traducirlos, lo llamó.

Quizás por la naturaleza narrativa del fragmento aparecen recursos retóricos, si bien propios del texto científico, como la personificación: “los extractos de E. coli podían leer”. En este sentido también es destacable el uso de una metáfora, si bien lexicalizada: “una cadena de ARN”.

Dado el carácter narrativo del texto, su sintaxis se antoja variada, con oraciones simples (la segunda o la última que conforman el texto) y complejas (en donde encontramos tanto oraciones coordinadas como subordinadas, que ayudan a añadir la información precisa para que lo expuesto gane en riqueza, concreción (gracias sobre todo al uso de las subordinadas adjetivas) y desarrollo (obsérvese, por ejemplo, el uso de una subordinada condicional adverbial tras el segundo punto y seguido).

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Los usos sintácticos favorecen una estructura de carácter explicativo, puesto que el texto va aclarando, con datos precisos, la labor de Matthaei y Nirenberg. No obstante, debe señalarse que la introducción de Severo Ochoa interrumpe dicha dinámica. Posiblemente, en el texto íntegro, su importancia quede perfectamente relacionada con Niremeberg y Matthaei, si bien en el presente fragmento sirve de enigmática conclusión.

Para finalizar, advertiré que los adjetivos y complementos nominales (ya antes me he referido a la subordinación adjetiva) cumplen obvia función especificativa, pues es natural al texto científico concretar la información, obviando ambigüedades: por ejemplo, “Instituto Nacional de la Salud”, “ARN artificial”, “mensaje ajenos”, “científico español”, “cadena de ARN”, “base nitrogenada”. En similar línea hay que destacar el uso de aclaraciones entre paréntesis (Estados Unidos) o aposiciones: “ambos investigadores del Instituto Nacional de la Salud”, “científico español”, “el uracilo”.

COMENTARIO LINGÜÍSTICO DE REDES SOCIALES (p. 58 del libro)

Estamos ante un texto que trata un tema de actualidad, las redes sociales, por lo que, aunque podamos considerarlo científico (por su tema), tiene un evidente tono divulgativo. Debe además tenerse en cuenta que el fragmento en cuestión pertenece a la popular revista Computer Hoy, lo cual contribuye a reforzar nuestra hipótesis y a hacernos suponer que se trata de un artículo; de hecho, tiene un estilo mucho más directo y cercano que el que suele ser habitual en otro tipo de textos científico técnicos.

¿Se utiliza una terminología específica? Creemos que sería sensato contestar que se utiliza la lengua en sentido general o estándar, si bien hay referencias a conceptos como “My Space”, “Facebook” o “spam” que, por otra parte, cualquier lector medianamente familiarizado con la informática conoce. Así las cosas, es obvia la personalización del discurso, su coloquial naturaleza, tal y como justifican las continuas alusiones al receptor: “de los elementos que publiques”, “tus conocidos”, “tu buzón”, “aún no encuentres”, “si accedes a ellas”…

Asumida pues la categoría de artículo del texto, cabe destacar un cierto uso de léxico valorativo que otorga cierta subjetividad al discurso: “El lado negativo”, “el exceso de publicidad”, “la curiosidad que provoca”. En esta línea, obsérvese que expresiones como “es posible” o “puede ser” otorgan un grado de ambigüedad impropio de otro tipo de textos científicos, que utilizan el lenguaje para determinar y concretar. Al respecto debemos también destacar el uso entrecomillado de dos palabras (“perdidos” y “atraparte”) que adquieren en el contexto un significado diferente del habitual.

Y es que el mundo de las redes sociales es rico en recursos retóricos (si bien en la mayoría de ocasiones estamos ante expresiones lexicalizadas). ¿Acaso el compuesto sintagmático “redes sociales” no es en sí mismo una metáfora? Lo mismo ocurre, por ejemplo, con “buzón de correo”, redefinido por esta nueva realidad como un espacio virtual e inmaterial aunque con mayor capacidad que el útil tradicional.

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Al margen de todo lo dicho, en el texto predomina la función referencial, pues, pese a ciertos recursos expresivos (así la hipérbole con la que termina el discurso), el texto se antoja una explicación que, en ocasiones, utiliza de la argumentación (así la argumentación contraria del segundo de los párrafos). En este sentido, la estructura se antoja analítica, pues, partiendo de un concepto que da título al textos (redes sociales), se procede a tratar del mismo partiendo del marcador discursivo “dado que”, que sirve para establecer el asunto principal e introduce al mismo tiempo cierto matiz conclusivo. De ahí que el tercero de los párrafos, introducido con la fórmula verbal es posible, sirva de conclusión.

No me gustaría finalizar mi comentario sin referirme a ciertos aspectos que contribuyen a la cohesión del texto: así la constante recurrencia, como resulta obvio, al mismo campo semántico o algún uso anafórico (“saturarlo”, refiriéndose a “spam”; “ellas, refiriéndose a “redes”).

Además, lo dicho hasta ahora hace que el texto progrese temáticamente, a lo cual contribuye de decisiva manera el uso que de la sintaxis hace el autor. Obsérvese que no existen las oraciones simples, lo cual es lógico, dado que, como ya hemos dicho, el autor explica y argumenta. Por eso, debe advertirse el constante uso de oraciones compuestas subordinadas y coordinadas de diversos tipos: adjetivas, condicionales, copulativas. Por ello, no es de extrañar el empleo de los signos de puntuación (proliferación de comas) que articulan el texto, tal y como puede apreciarse en el tercero de los párrafos, conformado por un extenso periodo oracional.

COMENTARIO LINGÚÍSTICO DE EL NOMBRE COMÚN (p. 60 del libro)

Este fragmento pertenece a una de las obras clásicas de la Filología Hispánica (Gramática descriptiva de la lengua española de Ignacio Bosque).

La intención comunicativa del texto es informativa, pues se dirige a receptores especializados. Por ello, predominan en él la función referencial y metalingüística (dado que es un texto científico que pertenece a la Gramática, que es una disciplina propia de la Lingüística).

Se observa que la exposición es la tipología discursiva predominante, combinada con la argumentación, puesto que se explica un tema (la no interpretación anafórica de la referencia del sustantivo) alegando razones y sirviéndose el autor del ejemplo (“Los viejos” y “Los libros nuevos y los viejos”) para justificar lo afirmado. Así las cosas, resulta coherente que el párrafo esté conformado por oraciones enunciativas.

Dada la naturaleza científico-técnica del texto (a pesar de que la lingüística es materia humanística), algunos de sus rasgos son propios de dicha naturaleza. Por ejemplo, el uso de oraciones pasivas reflejas (se ha señalado repetidamente; cuya referencia no se interpreta anafóricamente); el tono impersonal, gracias al uso contante de la tercera persona (se interpreta; es; designa). Debido a que la fenomenología científica resulta invariable, es destacable el empleo del presente atemporal: “está”, “se postula”, “tiene”.

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Hay que señalar también que, debido a la finalidad didáctica del texto, se emplea el plural sociativo (es inseparable del análisis que hagamos).

En tanto en cuanto al plano de la adjetivación, como texto científico, la concreción predomina; de ahí la aparición de adjetivos especificativos (núcleo nominal nulo; valor anafórico; sintagmas nominales…). Lo mismo debe decirse respecto al uso de adyacentes preposicionales (de persona; de la entidad nominal libro; de viejo; de esa unidad) y de aposiciones especificativas (entidad nominal Libro; en el sintagma Los viejos).

La cohesión textual se predica de lo dicho hasta aquí, así como de la constante referencia al mismo campo semántico. En este sentido, es significativa la presencia de tecnicismos (ya hemos indicado que es un texto especializado): “sintagmas nominales”, “anafóricamente”, “entidad nominal”, “núcleo nominal nulo”, “significado”.

Además, se observa sinonimia: así, por ejemplo, “sustantivo” equivale a “entidad nominal”.

No me gustaría concluir el análisis sin hacer referencia a la estructura del fragmento. En primer lugar, debe decirse que el inicio del mismo, a través de una comparación, relaciona el párrafo, posiblemente, con el texto al que pertenece y, como resulta evidente por la aclaración hecha entre paréntesis, con otros textos. Esta subordinación comparativa inicial establece el tema a tratar, que es desarrollado en virtud de los apropiados marcadores discursivos (así; en primer lugar; en segundo lugar), otorgándole al texto claridad y progresión. El autor expone (Esta entidad está representada en unos análisis (…)) y argumenta (La diferencia entre estos dos análisis no es relevante (…)), por lo que no sería erróneo advertir que el texto se acoge a la perfección a una estructura de tipo analítico-explicativa. De ahí que, sintácticamente, el texto necesite del constante uso de oraciones complejas, subordinadas y coordinadas (a manera de ejemplo, téngase en cuanta la disyunción presente en la última oración).

COMENTARIO LINGÜÍSTICO DE LA TIERRA EMPIEZA A CICATRIZAR (P. 60 del libro de texto)

Ya el título (La tierra empieza a cicatrizar), en el que se observa una personificación con cierto matiz expresivo, debe advertirnos de la singularidad del texto. Así, a pesar de que el tema esté relacionado con la Ciencia, resulta obvio que existe un alejamiento estilístico de las características habituales de los textos científico-técnicos.

Lo primero que llama la atención es el uso de expresiones con cierto matiz valorativo, que se apartan de un uso puramente denotativo del lenguaje: y el mundo reaccionó; podrían dar lugar a un grave problema ambiental, de consecuencias fatales para la vida del planeta; no es un buen argumento para una película. Por ello, aunque la función referencial tenga presencia, como es propio de un texto divulgativo, hemos de señalar un cierto predominio de matices expresivos. Esta hipótesis queda además reforzada por el propio contexto, el periódico El País, dado que estamos ante un fragmento de lo que parece un reportaje o artículo, por lo

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que el índice de subjetividad y los recursos persuasivos se aprecian en diferentes planos lingüísticos: estructurales, morfosintácticos, léxico-semánticos…

Así las cosas, repárese en la estructura analítico-explicativa del texto. El tema aparece planteado al comienzo del primero de los tres párrafos (la reacción del mundo ante el agujero de la capa de ozono). En el segundo de los párrafos, es desarrollado de original manera, gracias al uso de la narración, que justifica lo expuesto en el párrafo previo. El tercero de los párrafos es una reflexión acerca de esa breve historia narrada. El autor introduce además, en la parte final, una serie de preguntas retóricas que, al ser contestadas, contribuyen a desarrollar mucho más lo tratado (pero obsérvese que dichas respuestas ya no aparecen en el texto reproducido, por lo que hemos de suponer, como ya hemos dicho, que se trata de un fragmento). Así pues, se observa una perfecta relación entre los tres párrafos y, por ende, una lograda coherencia y cohesión. La inclusión de la narración nos lleva a hablar de una tipología discursiva variada (pues no sólo aparece la exposición), lo que afecta a los recursos morfosintácticos que a continuación destacaremos para caracterizar el texto.

Oraciones enunciativas e interrogativas (esas preguntas retóricas a las cuales ya antes nos hemos referido), que contribuyen a que exposición y narración avancen y que, en el caso de los enunciados interrogativos, introducen obvios matices expresivos.

Uso de la tercera persona (El agujero (…) hizo saltar; y el mundo reaccionó; un par de científicos investigan; algunos les creen; esa podría ser una versión aproximada), lo cual es un recurso habitual no solo de los textos científicos sino de la modalidad narrativa. Este uso introduce en el segundo de los párrafos una apelación a los receptores (la forma “imaginen”). Dicha apelación es un recurso propio de la narración, sobre todo en la modalidad oral. Es éste un rasgo estilístico de una tremenda contundencia persuasiva, dado que acerca e implica plenamente, en este caso al lector, haciéndole sujeto activo de lo expuesto.

Aunque ya antes hemos indicado que el texto es rico en expresiones que introducen un cierto matiz valorativo, vamos ahora a incidir en el uso que se hace de los adjetivos. Obsérvese como, dada la naturaleza del texto, el autor se aleja de un intento de concreción y determinación. Ello implica la aparición de ciertos adjetivos antepuestos al núcleo nominal: grave problema ambiental, buen argumento, típica historia increíble. Los adjetivos pospuestos tienen, no obstante, evidentes connotaciones: consecuencias fatales, compuestos nocivos, final feliz. Téngase además en cuenta que, para intensificar lo dicho, el autor usa incluso de la coordinación para añadir adjetivos al núcleo: versión aproximada y muy simplificada.

Vista pues esta peculiaridad léxico-semántica no es de extrañar que aparezca un solo tecnicismo (agujero de la capa de ozono), aunque de conocimiento general. Por otro lado, nociones como “atmósfera” o “compuestos químicos” son vocablos utilizados en el texto sin precisión científica.

Dicho todo esto, no es de extrañar la presencia de ciertas figuras retóricas en el fragmento: la metáfora “hizo saltar entonces todas las alarmas” y la metonimia “el mundo reaccionó”. Ambos usos no son propios del discurso científico propiamente dicho, pues son palpables las connotaciones expresivas de ambos.

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Dado pues el grado de elaboración del texto (expone y narra pretendiendo persuadir al lector), su sintaxis resulta variada, alternándose el uso de la oración simple (incluso aparece la frase “Demasidado simple”) y compuesta (tanto subordinadas de diverso tipo como coordinadas). Dicha sintaxis, junto a los apropiados marcadores discursivos, contribuye a que el texto progrese temáticamente: hoy (temporal), finalmente (conclusivo), ahora bien (contraargumentativo).